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El final del recorrido que es un nuevo comienzo

“La persistente supervivencia de la teoría clásica sólo puede entenderse al comprobar


que las creencias clásicas protegen la autonomía y los ingresos del sector
empresarial, a la vez que sirven para ocultar el poder económico que ejerce como
algo natural la empresa moderna al declarar que todo poder pertenece de hecho al
mercado. La separación entre la economía y la política y las motivaciones políticas es
algo estéril. Es una pantalla que oculta la realidad del poder y de las motivaciones
económicas. Y es, por otra parte, una fuente principal de errores y confusiones en la
orientación de la economía. Ningún libro sobre historia de la economía puede concluir
sin expresar la esperanza de que la disciplina vuelva a unirse con la política para
volver a constituir la disciplina más amplia de la economía política”. John Kenneth
Galbraith. Historia de la economía. (1989)

Hemos caminado

En unas pocas semanas comenzamos el recorrido por este espacio de


formación. La mayoría de nosotros considera la materia economía, que incluía el
desarrollo de un concepto de economía basado en la escasez como principal
problema, la eficiencia como objetivo y el mercado como el mejor de los métodos
para lograrlo.
El paradigma liberal, en sus versión clásica, neoclásica y neoliberal, si bien con
diferencias sustanciales entre sí, configuran una visión del mundo y de las personas
que lo habitan, que permite agruparlas, en alguna medida, bajo un único manto.

El paradigma marxista le disputa sentidos desde la otra orilla, desde el otro lado
del muro, del que derribaron, de los que quieren construir y de los que tenemos en
nuestras conciencias “libres”. En esa disputa por el sentido, el marxismo intentó e
intenta develar, hacer emerger, desnaturalizar lo que el paradigma liberal naturaliza.
De este modo, aparece el fetichismo de la mercancía, la explotación, la alienación, la lucha de
clases. Las cosas dejan de significar “por si mismas” para subsumidas por un “todo” que las
determina y las constituye.

El paradigma liberal también encontró en el keynesianismo un paradigma que,


si bien no se ubicaba en la “otra orilla” discutía y discute quién debe dirigir y llevar el
barco a “buen puerto”. En este sentido, el Estado deja de ser quien solo fija las reglas
y protege la propiedad privada y pasa a ser un actor principal que debe conducir la
economía a la plena ocupación y al desarrollo.
La opresión y el subdesarrollo, tiene por estas tierras, quienes piensen en el
sufrimiento de los más débiles desde un lugar no eurocéntrico aportando nuevas y
originales formas de ver la economía política desde la periferia del mundo capitalista.

La enseñanza de la economía por paradigmas implica en primer lugar la elección


de un problema, una situación o una pregunta que sea susceptible de ser abordada
desde múltiples visiones. Difícilmente podemos pensar enseñar la construcción el
índice Laspeyres a través del cual podemos medir las variaciones en los precios de
una canasta de bienes, por medio de paradigmas. Pero seguramente podamos
encontrar a la pregunta ¿qué son los precios y por qué suben?, diferentes miradas
que abrirán distintas respuestas y seguramente nuevas preguntas.
La enseñanza de la economía por paradigmas le devuelve, hace visible, el carácter
social, histórico y político de la disciplina (que no había perdido sino que había sido
ocultado) y pone el énfasis en una cada vez más urgente e imprescindible mirada
ética sobre las grandes problemáticas sociales.
Desde este lugar, la enseñanza de los “contenidos académicos” y las “diferentes
teorías” son usados, no como un fin en sí mismos, sino como herramientas para mirar
la realidad e intervenir en ella.

Juanito Laguna, su vida y la economía política


¿Conocen a Juanito Laguna? ¿Saben dónde vive? ¿De qué trabajan sus padres?
Nos cuenta María Gainza en el portal Educ.ar que “fue durante un viaje por
Santiago del Estero cuando Berni se encontró cara a cara con la pobreza. A su
regreso, conmovido por esa gris realidad, empezó a hacer una serie de collages sobre
el tema. Así surgió Juanito Laguna, un chico que vive en una villa miseria y sueña con
un futuro mejor. Berni creía que los materiales de un cuadro tienen un significado
específico. Por eso sus collages están construidos con todo lo que la ciudad descarta y
la villa recoge: latas, papeles, chapitas, cartones. La serie muestra episodios en la
vida de Juanito, como postales de la pobreza en Latinoamérica. Pero no son la visión
edulcorada que uno esperaría encontrar en una postal. El mundo prometido a Juanito
Laguna es una denuncia y una imagen poética de triste ironía. En él Juanito y sus
amigas están inmersos en un espacio sin color, desgastado y agujereado, mientras
afuera asoma una realidad colorida. Berni no era pesimista, pero tampoco ingenuo:
miren la nube de papelitos de colores que se levanta al fondo, ¿acaso ella no tiene
forma de hongo atómico?”

¿Quieren conocer a Juanito, su historia y su denuncia? Pasen y vean…

https://www.youtube.com/watch?v=m9deXF8viyw

Después de conocer la historia de Juanito, ¿se animan a responder quién era?.


¿Por qué Juanito debía buscar entre la basura? ¿Por qué existen las villas miserias en
América Latina?
Son los villeros, ¿víctimas o culpables de sus miserias, de su pobreza? ¿Qué
debe hacer el Estado? ¿Puede hacer algo? ¿Es el mercado la única solución o
reproduce y aumenta la desigualdad y la pobreza?
La pobreza y la miseria de las periferias de las grandes ciudades latinoamericanas,
¿son parte de ellas o son su exterior? La periferia latinoamericana, ¿es parte del
mundo desarrollado o el desarrollo de algunos no tiene vínculos con el subdesarrollo
de los otros?

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