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¿Es el dolor social, un verdadero dolor? Un estudio encontró que el dolor social causado
por situaciones como sentirse rechazado o excluido de las conexiones o actividades
sociales, rechazo, intimidación, perdida de un ser querido, etc, activa circuitos
cerebrales similares a los que se activan con el dolor físico.
La conclusión del estudio es que el rechazo o dolor social duele a las personas como el
dolor físico. Esto implica que los Centros Educativos y los docentes debemos esforzarnos
por limitar al máximo todo tipo de dolor social dentro de las aulas.
El Dolor Social
Una de las motivaciones básicas de las personas es su deseo de conexión social. Esta
necesidad se desarrolló por la necesidad de colaborar para poder sobrevivir desde la
época de los cavernícolas con actividades como la caza de animales grandes o como
la vigilancia contra depredadores. Debemos ser conscientes que todavía hoy,
dependemos de otras personas para nuestra supervivencia.
Los docentes debemos comprender que esta frustración, ira o malestar que se genera
en los estudiantes al sentirse excluidos genera un dolor social y que las consecuencias
de esto será una deficiencia en el funcionamiento cognitivo, posible aumento de
comportamiento agresivo y dificultad para autorregular las emociones.
La exclusión social también puede conducir a comportamientos positivos, pero solo con
el objetivo de promover la aceptación social.
Para un docente generar un aula libre de dolor social debe ser una prioridad al que se
debe dedicar los esfuerzos necesarios, ya que tiene el poder de limitar la función
ejecutiva del cerebro, afectando negativamente el comportamiento del estudiante en
el aula y su nivel de aprendizaje.