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El cálculo de empuje de los suelos permite evaluar los requisitos para un correcto diseño de

estructuras de contención. Dicho empuje es considerado directamente proporcional a la


profundidad del suelo.

La teoría de Rankine asume un estado de equilibrio constante y una presión de poros nulos.
Estipula que el suelo ha recibido movimiento suficiente para que alcance un estado de
equilibrio plástico. Esta teoría funciona solamente para ángulos “i” el cual forma la fuerza
activa con la normal en la espalda de la entibación no excede el valor de “delta”.

Siendo el valor de la presión activa en un suelo granular está dada por:

1
Ea = γ H 2 K A−2CH √ K A + qH K A
2

cos i−√ cos 2 i−cos 2 ∅


K A =cos i
( cos i+ √ cos2 i−cos 2 ∅ )
Donde:

- Ka: coeficiente de distribución activa de carga


- C: cohesión del suelo
- i: ángulo de la pendiente del terreno arriba de la entibación
- Φ: ángulo de roce interno

En caso de arenas para la determinación de las cargas en los puntales sigue el siguiente
diagrama:

Las cargas que reciben los puntales se pueden obtener del grafico anterior teniendo en cuenta
que la placa de entibación se considera para efectos de cálculo como una viga que recibe las
cargas horizontales en su totalidad; cada puntal se considera como un apoyo simple separado
una distancia aproximadamente constante y el momento máximo se encuentra en la base de
la entibación.

En una excavación mayor a 1,20 metros por seguridad de las personas debe trabajarse
teniendo entibaciones colocadas. En este caso tenemos una profundidad máxima de trabajo
no mayor a 1,40 metros, por lo que se adoptan entibaciones de madera las cuales se
recomiendan cuando la solicitación no es tan importante y la excavación no comprometa la
capa de la napa freática; siendo que es un trabajo de ejecución de poca profundidad y de corto
tiempo de ejecución.

Se propone utilizar placas fenólicas de espesor de 18 mm, considerada una entibación de


madera “continua”, la cual reviste el 100% de la superficie en contacto con los lados de la
excavación.

Considerando los valores arrojados en el estudio de suelos, se tiene:

p=0,65∗γ∗H∗K A

Donde:

-  : peso unitario limo arenoso húmedo (1,50 tn/m3)


- Ø : coeficiente de fricción arenoso suelto (24º)
- H : profundidad
- Ka : coeficiente de presión activa de Rankine

2 2
cos i−√ cos i−cos ∅
K A =cos i
(
cos i+ √ cos2 i−cos 2 ∅ )
En nuestro caso el ángulo de la superficie del terreno aledaño es igual a cero, por lo tanto:

cos 0− √ cos 2 0−cos 2 24 °


K A =cos 0
( cos 0+ √ cos 2 0−cos 2 24 ° )
1−√ 1−cos 2 24 °
K A =1∗
( 1+ √ 1−cos 2 24 ° )
K A= ( 1− √1−0,8344
1+ √ 1−0,8344 )

K A= ( 1−0,407
1+0,407 )

K A =0,42

Entonces la aplicamos a la ecuación anterior para conocer la presión que se ejerce sobre el
entibado:

p=0,65∗γ∗H∗K A

t
p=0,65∗1,50 ∗1,40 m∗0,42
m3

t
p=0,57
m2
Utilizando un fenólico de 18 mm de espesor, se colocan largueros cada 1 metro, lo que genera
que se distribuya la carga uniformemente en un área de 1 m2:

q l=
( 0,57
m 2
∗1 m2
)
4

q l=0,143 t=143 kg

Se considera como situación más desfavorable la carga uniformemente distribuida sin


empotramiento simple, lo que da como resultado un momento máximo igual a:

ql∗1m
Mmax= =18 kgm
8

Resistencia a la flexión por elemento punzante en posición perpendicular a la fibra es de 189


Kg/cm2; comparándola con la presión que recibe del suelo el elemento en cuestión, tenemos
que:

t kg kg
p=0,57 2
=0,057 2
≤ 189
m cm c m2

Por lo tanto, verifica.

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