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En esta reseña buscamos analizar el libro Modernidad e identidad del yo; El yo y la sociedad
en la época contemporánea, escrito por Anthony Giddens y publicado en 1991. Como una
breve contextualización respecto al autor, podríamos decir de Anthony Giddens que, nació en
Emoton, Londres en 1938. Perteneciente a una familia de clase media. Realizó sus primero
estudios en la universidad de Kingston upon Hull en 1959, posteriormente desarrolló su
maestría en la London School of Economics and Políticas Science y por último su doctorado
1
La canción “Ya no sé que hacer conmigo” hace parte del álbum “Raro” lanzado en el año 2006 por
la agrupación uruguaya de rock alternativo, Cuarteto de nos. Disponible en
https://www.youtube.com/watch?v=y9LlnLTH87U
1
Durante el análisis del texto, identificaremos los elementos conceptuales fundamentales que
lo componen, junto con la interrelación que estos guardan entre sí; las hipótesis planteadas
por el autor, los cuestionamientos que se realiza y las tensiones allí presentes dentro de las
cuales se desarrollan los conceptos. Lo que nos permitirá esclarecer la intentio auctoris y la
intentio operis expresas en la obra. Así mismo buscaremos construir un entramado
intertextual con diferentes autores.
Además nos cuestionarnos respecto a ¿Si los postulados que Giddens realiza en su libro,
tienen vigencia en la actualidad? Para dar respuesta a esta pregunta, intentaremos poner en
evidencia diferentes ejemplos de la realidad contemporánea, resaltando los puntos donde
haya congruencia, entre las situaciones que experimentamos en la cotidianeidad y las
características de la modernidad que Giddens establece, como también resaltando las
incongruencias que puedan existir entre estos.
2
GIDDENS, Anthony. “Modernidad e identidad del yo”.Barcelona: Ediciones Península.
1991. pp 9.
2
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el enfoque principal del texto, recae sobre el yo, y
sus nuevos mecanismos de identidad, los cuales son modelados por las instituciones de la
modernidad. Sin dejar de lado el hecho de que el yo no es una entidad pasiva, por lo cual los
individuos pueden intervenir en las influencias sociales, las cuales tienen implicaciones de
carácter universal. Aquí el autor comienza a esbozar una de las tensiones transversales al
libro, la tensión Individual-Universal. Y en este orden de ideas el autor plantea la intentio
auctoris, no dice: “Intento identificar algunos rasgos estructurales del núcleo de la
modernidad que interactúan con la reflexividad del yo”3.
Otro rasgo característico de la modernidad, que plantea el autor, es el hecho de que esta
modernidad, institucionaliza el principio de duda radical. Lo que en consecuencia, hace que
todo conocimiento adopte forma de hipótesis, siendo susceptible a, revisión continua y a la
posibilidad de que sean abandonadas en cualquier momento.
Dos conceptos esenciales, son la confianza y el riesgo. Por un lado, la confianza se entiende
como un fenómeno crucial para el desarrollo de la personalidad y está vinculada a la
obtención de un sentimiento de seguridad ontológica (concepto de suma importancia que
desarrollaremos a profundidad más adelante). Este elemento de la confianza, define al yo en
sus relaciones con su realidad cotidiana, es a la vez un medio de interacción con los sistemas
abstractos que vacían la vida cotidiana de su contenido tradicional y paralelamente ejercen
influencias universalizadoras.
Por otro lado, hay que reconocer que la modernidad es una cultura de riesgo. El análisis del
riesgo es esencial para valorar, hasta donde es posible que los proyectos difieran de los
resultados previstos. Esta valoración del riesgo, suscita a la precisión y a la cuantificación,
sin embargo esta es imperfecta por naturaleza. La modernidad cumple con la característica de
introducir nuevos parámetros de riesgo, que son consecuencia del carácter universalizante del
sistema social de la modernidad. Estos nuevos parámetros de riesgo, contienen un elemento
que los ubica dentro de la época de la modernidad, nos referimos a la influencia de
acontecimientos distantes sobre suceso próximos o sobre la intimidad del yo.
El autor comienza el desarrollo de su tesis, preguntandose por los problemas personales, los
juicios y las crisis personales, las relaciones personales, “¿qué nos dicen y qué expresan
acerca del paisaje social de la modernidad?”6. E inmediatamente nos contesta:
4
Ibídem pp 14.
5
Idem.
6
Ibídem pp 23
7
Idem
4
Giddens analiza esta afirmación, en relación con los resultado y el análisis del estudio
sociológico Second Chance, realizado por Wallerstein y Blakeslee. En el cual se hacen
expresos los procesos relativos al matrimonio y al divorcio. Lo que el autor retoma, con el
objetivo de visualizar un fenómeno sociológico de la modernidad, la naturaleza mudable de
aquellas familias donde algunos de los miembros no comparten grado alguno de
consanguinidad. De la cual nos dice que, se encuentra construida debido a la reestructuración
de los lazos matrimoniales tras un divorcio; resaltando el hecho de que esta situación puede
generar dificultades psicológicas. Sin embargo no deja de lado, que esta situación brinda al
individuo, la oportunidad de nuevas formas de relación satisfactoria.
A partir de esto comienza a desarrollar el concepto de angustia, de la cual nos dice que se
presenta como el correlato natural de cualquier tipo de peligro, lo que cumple la función de
generar respuestas adaptativas u tomar iniciativas nuevas. Ante esto el autor se pregunta
“¿Hasta qué punto son nuevas estas angustias, peligros y oportunidades? ¿En qué sentido
están influidas de manera clara por las instituciones de la modernidad?”8 Preguntas que
abordaremos más adelante.
8
Ibídem pp 25
5
Ahora abordaremos la característica esencial, que identifica a la época moderna. Con esto nos
referimos al dinamismo de la modernidad, este se identifica por el aumento en la rapidez de
los cambios sociales. “¿Cuál es la explicación del carácter singularmente dinámico de la
vida social moderna?”10 Respecto a esta pregunta, podríamos identificar tres elementos, la
separación entre el tiempo y el espacio, el desenclave de las instituciones sociales y la
reflexividad generalizada. A continuación desarrollaremos cada uno de ellos.
9
Ibídem pp 26
10
Ibídem pp 28.
6
Existe entonces, dos tipos de mecanismos de desenclave, las señales simbólicas y los
sistemas expertos, a los que se puede hacer referencia en conjunto como sistemas abstractos.
Por un lado entonces las señales simbólicas son exactamente, los medios de cambio de valor
estándar, lo que los hace intercambiables en un sin número de circunstancias. El ejemplo que
el autor plantea es el dinero, expresando como este deja en suspenso el tiempo y el espacio,
en tanto es un medio de crédito, junto con el hecho de que su valor normalizado, abre la
posibilidad de transacciones entre individuos que nunca se encuentran físicamente.
Los sistemas expertos también dejan en suspenso el tiempo y el espacio, con la diferencia de
que estos lo hacen al emplear modos de conocimiento técnico, los cuales a la vez impregnan
todos los aspectos de la vida social en condiciones de modernidad. Estos se ven extendido
hasta las relaciones sociales y a la intimidad del yo. Algunos de los sujetos claves que
Giddens propone en relación con estos sistemas son el médico, el asistente social, el
psicoterapeuta, el científico, el técnico o el ingeniero. Estos sistemas expertos, dependen de
un concepto que desarrollamos anteriormente, la confianza. Los mecanismos de desenclave,
cuentan con la capacidad de establecer zonas extensas de relativa seguridad, en el ámbito de
la actividad social diaria. Sin embargo, estos mecanismos de desenclave, generan nuevos
riesgos y peligros, con la característica esencial, de que estos no se limitan al ámbito local,
sino que por el contrario pueden ser de carácter mundial y globalizado.
11
Ibídem pp 30.
7
En tercer lugar se encuentra la reflexividad generalizada, de la cual el autor nos dice:
Este elemento nos resulta altamente preocupante, debido a que trae consigo, la dificultad
respecto a la certeza del conocimiento, llegando incluso a perforar los terrenos más nucleares
del conocimiento. Esto supone un problema para la producción de conocimiento sociológico
válido.
12
Ibídem pp 33.
8
El autor afirma que las imágenes visuales (dentro de donde se encuentra la televisión, el cine
y el video), son redes de experiencia mediada inalcanzables para la palabra impresa. Estos
son medios de expresión y a la vez instrumentos de las tendencias al desenclave. Aquí
Giddens resalta dos rasgos de la experiencia mediada en las condiciones de modernidad. El
primero es el efecto collage, lo que hace referencia, a cuando el suceso se impone
completamente a la localización, la forma en que los medios lo presenta, adopta una forma de
yuxtaposición de relatos y materiales que comparte tan solo su carácter cronológico y
secuencial. El segundo rasgo, corresponde a la intromisión de sucesos distantes en la
conciencia cotidiana. Esta familiaridad generada por la experiencia mediada, crea
sentimientos de inversión de la realidad. Esto se debe a que en condiciones de modernidad los
medios no reflejan realidades, sino que por el contrario ellos las configuran.
13
Ibídem pp 45.
14
Ibídem pp 48.
10
Con esto el autor está señalando que la modernidad, a través de su dinamismo, que implica
separación espacio tiempo, mecanismos de desenclave y reflexividad, traspasa la tensión
entre el yo y la sociedad, exponiendolos como interrelacionados en un medio mundial.
Seguridad Ontológica
Este concepto puede ser comparado con el concepto de actitud natural de la fenomenología
social usado por Shutz y Luckman16 un estado en el que “siempre me encuentro en un mundo
que presupongo y considero evidentemente «real». Nací en él y presupongo que existió antes
de mi. Es el fundamento incuestionado de todo lo dado en mi experiencia”17 es por tanto, el
ámbito donde tiene lugar el desarrollo de la conciencia práctica que dentro de la separación
entre niveles de conciencia en, conciencia discursiva y conciencia práctica, que hace
Giddens, es esta última “el ancla cognitiva y emotiva de los sentimientos de seguridad
ontológica”18
15
Idem
16
ALFRED, Schutz; LUCKMANN, Thomas. Las estructuras del mundo de la vida.
Amorrortu editores. Buenos Aires, 1977.
17
Ibidem pp 25
18
Idem
11
Lo anterior quiere decir, en otras palabras que la pérdida de la seguridad ontológica (el caos)
por un tiempo prolongado es equivalente a “la pérdida de sentimiento de la realidad misma
de las cosas y de las demás personas”19. Giddens califica este sentimiento de realidad
compartida como algo tenaz y frágil a un tiempo pues “Para vivir nuestras vidas damos
normalmente por supuestas cuestiones que según han descubierto siglos de indagación
filosófica, se derrumban bajo una mirada escéptica”20
Teniendo en cuenta esto, es fácil comprender que la confianza básica obtenida en los primero
años de vida y que se ve vinculada con los procesos de formación de identidad del yo, tenga
parte importante en la construcción y el mantenimiento de la seguridad ontológica. Nos dice
el autor que esta confianza esta relacionada fundamentalmente con la organización
interpersonal del tiempo y el espacio, lo que se manifiesta por medio de la ausencia, el
espacio potencial, que relaciona al niño y a su cuidador principal, en esta ausencia está
fé » de que el cuidador ha de regresar y es este espacio potencial que lleva al
implícita la «
niño a la captación del principio de realidad, a la vez que a la formación del yo, que parte de
la diferenciación con el otro el no yo.
Esta relación mutua entre el niño y el cuidador constituye un conjunto de experiencias
organizadas en la convención rutinaria que de la mano del sentimiento de seguridad
ontológica establece vínculos nucleares entre estos.
También debemos tener en cuenta que la comprensión de la realidad no solo hace referencia
al simple contexto de la percepción sensorial inmediata, sino a la identidad y el cambio en lo
ausente21, el aprendizaje de la realidad tiene su lugar en la experiencia cotidiana por lo que la
significación se origina en base a los intercambios entre el actor, los objetos y personas a
diario, y es allí donde se da la condición necesaria para adquirir los significados que están
presentes en la conciencia práctica. Esto es válido también para la conformación de la
19
GIDDENS, Anthony. “Modernidad e identidad del yo”.Barcelona: Ediciones Península.
1991.pp 52
20
Ibidem pp 53
21
Ibidem pp 60
12
identidad del yo, que como habíamos dicho antes, se aprende en contraposición con el otro o
el «no yo»
O desde otra perspectiva, la confianza básica es condicionante en la elaboración de la
identidad del yo, así como de la identidad de los otros, en el proceso de conocimiento de la
realidad misma.
Del otro lado de la cuestión, encontramos la angustia, ésta se entiende en relación con el
sistema de seguridad global desarrollado por el individuo, que a diferencia del miedo, no
tiene un objeto definido, es un “estado generalizado de las emociones del individuo” mientras
el miedo es percibido y causado por una fuente concreta que se fija a un objeto específico.
La angustia “ataca el centro del yo una vez establecido un sistema básico de seguridad, lo
cual hace tan difícil para el individuo objetivarla”22 nos dice también el autor, en otras
palabras que la angustia “es un miedo que ha perdido su objeto debido a tensiones
emocionales formadas inconscientemente y que expresan peligros internos más que
amenazas externas”. Por tanto esta es capaz de paralizar al individuo frente al devenir de la
vida diaria.
La seguridad ontológica debe estar en la capacidad de dar respuesta a una serie de cuestiones
existenciales capaces de generar angustia en el sujeto. Se entiende por cuestión existencial a
una serie de cuestiones ligadas a la naturaleza frágil de la biografía del individuo, “la
identidad de una persona no se ha de encontrar en el comportamiento ni en las reacciones de
los demás, sino en la capacidad para llevar adelante una crónica particular” 23
deben ser
entendidas, como aquellos parámetros de la vida humana, que solo cuando son respondidos
permiten salir adelante al actor en el marco de la actividad social.
En este sentido el autor identifica cinco cuestiones existenciales, la primera hace referencia a
la tensión entre el ser y el no ser, cuestión que cada uno responde en base a las actividades
que llevan a cabo día a día, creando puntos de diferencia ontológica que le son útiles para
«salir adelante» frente a las situaciones de la vida cotidiana.
22
Ibidem pp. 65
23
Ibidem pp. 74
13
La siguiente cuestión existencial abordada por el autor, es la que versa sobre la finitud de la
vida humana; el individuo se enfrenta a dos distintas maneras de abordar la muerte, la
primera en el aspecto netamente biológico, que al referirse no más que la simple cesación de
las funciones biológicas, no representa en sí una lectura problemática, y la segunda es el
enfrentarse a la realidad inevitable de la muerte subjetiva, de la cual, al no poder
comprenderla por medio de la experiencia, la vemos en base a una incertidumbre absoluta.
“Es este sentimiento de finitud lo que nos permite discernir un sentido moral en sucesos que
de otro modo serían fugaces, algo que se le negaría a un ser sin horizontes infinitos”24.
En tercer lugar está la experiencia de los otros, es decir la forma en que el individuo
interpreta las acciones y características de los otros; en este punto se regresa a la aceptación
de que los otros participan de la conciencia del yo y por ello la conciencia del yo no tiene
primacía sobre la conciencia de los otros, pues “la intersubjetividad no deriva de la
subjetividad, sino al contrario”25 es el lenguaje el medio fundamental de acceso a la
conciencia del otro y lo posibilita la intersubjetividad.
La última cuestión de las enumeradas por Giddens es la referente a la continuidad del yo, en
la condición de existencia humana el individuo ha de mantener la persistencia de una
personalidad y un cuerpo correspondientes a su yo, lo que en sí mismo presupone elementos
de seguridad ontológica y está marcada por un carácter de solidez que le permite al individuo
mantenerse en medio de cambios importantes en el medio social, sin estar entrando
constantemente en crisis. El nombre, como lo dice Giddens es un elemento primordial para su
biografía en lo que coincide con Bourdieu quien en su texto La ilusión biográfica afirma:
“El mundo social que tiende a identificar la normalidad con la identidad entendida como la
constancia con respecto a sí mismo de (...) un ser inteligible, a la manera de una historia
bien construida (...) dispone de toda clase de instituciones de totalización y de unificación del
yo. La más evidente es el nombre propio que, en tanto que «designador rígido», según la
expresión de Kripke, «designa el mismo objeto en no importa cuál universo posible»”26
24
Ibidem pp. 69
25
Ibidem pp. 70
26
BOURDIEU, Pierre. La ilusión biográfica. Acta sociológica, 1997, vol. 1, no 56.
14
Lo que está tras las aficiones de ambos autores es la identificación que hace el sujeto con el
nombre como parte de la identidad del yo lo que se refleja la forma en que al componer la
vida en forma d e relato se recurre a este para mantener la coherencia lógica del mismo,
independientemente de la exactitud entre la sucesión de hechos contada y la sucesión
cronológica en que fueron vividos. Esta estructura expresada en el lenguaje sobre sí mismo,
también cumple una función de desenclave al ser vigente en distintos segmentos del
espacio-tiempo en que transcurre la historia de vida el individuo.
En las décadas recientes este acelerado devenir se ha llegado a ser no solo la base en la que se
constituyen la experiencias de vida en las que cobre sentido el yo, sino también hablamos de
una dinámica que se ha interiorizado en los sujetos, el dinamismo de la modernidad se
traduce entonces en el dinamismo del sujeto moderno, es entonces natural sentir el expreso
temor a lo fijo, a la inactividad.
1991.pp295
28
ómo construimos nuestras, 2001.
GIL CALVO, Enrique. Nacidos para cambiar. C
15
Ya lo expresaba decadas atras Mary Shelley en su obra Frankenstein, (que llegaría a ser
calificado como el mito moderno) “Nada hay más doloroso para el alma humana, después de
que los sentimientos se han visto acelerados por una rápida sucesión de acontecimientos, que
la calma mortal de la inactividad y la certeza, que nos privan tanto del miedo como de la
esperanza” 29
y lo expresa ahora, décadas más tarde la agrupación uruguaya Cuarteto de nos,
“y oigo una voz que dice sin razón, vos siempre cambiando ya no cambias más y yo estoy
cada vez más igual, ya no sé qué hacer conmigo”.30
La subjetividad que refleja esta canción transmite un afán de cambio permanente que lleva al
individuo a la vivencia de una constante metamorfosis “Ya fui ético y fui errático, ya fui
escéptico y fui fanático, ya fui abúlico, fui metódico, ya fui impúdico y fui caótico (...)Ya me
fui a probar suerte a USA, ya jugué a la ruleta rusa, ya creí en los marcianos, ya fui ovo
lacto vegetariano, sano, fui quieto y fui gitano (...) Ya probé, ya fumé, ya tomé, ya dejé, ya
firmé, ya viajé, ya pegé, ya sufrí, ya eludí, ya huí, ya asumí, ya me fuí, ya volví, ya fingí, ya
mentí…”31 y es, aunque suene contradictorio, esta condición en la que el individuo forja su
identidad.
El qué hacer, que proviene de la pregunta de la existencia, la pregunta del ser, contestada por
la conciencia práctica es la de ‘cambiar’, pero ¿qué hacer cuando ya no se puede cambiar? Es
la manifestación del riesgo de que la muerte subjetiva se anticipe a la muerte biológica lo que
en este caso lleva al sujeto al estado de angustia y crisis expresado en el “ya no sé que hacer
conmigo” .
29
S HELLEY, Mary. frankenstein. Macmillan, 1994.pp.146
30
Remítase a la nota numero 1
31
Ibid
16
Para el ejemplo, debemos recordar la afirmación del autor, donde reconoce que la
modernidad es una cultura de riesgo. Además de cómo esta, introduce nuevos parámetros de
riesgo, donde acontecimientos distantes tienen una gran influencia sobre sucesos próximos,
llegando hasta la intimidad del yo. Podríamos entonces hablar aquí de, la situación de riesgo
que genera la tensión nuclear que existe entre Estados Unidos y Corea del Norte, la cual
amenaza permanentemente el mundo entero. Reconociendo su familiaridad con la tensión que
existió a un nivel globalizado en la época de la guerra fría.
Esta tensión se ha venido siendo reforzada durante este año, en el cual comenzó el periodo
político presidencial de Donald Trump en Estados Unidos. Por ejemplo analisemos esto:
“Donald Trump volvió a afirmar en Twitter estar dispuesto a usar la fuerza para
frenar la carrera armamentística del régimen totalitario de Kim Jong-Un. "Las
soluciones militares están listas para ser desplegadas si Corea del Norte actúa
de forma imprudente. Espero que Kim Jong-Un encuentre otra vía", escribió el
mandatario.”32
32
Noticias RCN. “En medio de temor de una guerra nuclear, sube la tensión entre EE.UU. y Corea
del Norte”. Extraido de:
17
Esto comprende varios elementos, primero es importante resaltar que la amenaza enviada por
el mandatario de los Estados Unidos, es enviada vía “Twitter”, una red social encargada de
distanciar el tiempo y el espacio, lo que se ve reflejado en el hecho de que los mensajes
publicados en esta, son compartidos a nivel globalizado de manera instantánea. En la
amenaza que dirige Trump a Corea del Norte, afirma que si Kim Jong-Un no detiene la
carrera armamentística, está dispuesto a usar la fuerza militar. Tenemos entonces una
amenaza que pone al mundo entero en peligro de una guerra nuclear, que ha sido transmitida
por un medio de comunicación a un click de distancia de cada individuo.
Entonces vemos como, debido al dinamismo de la modernidad, con sus tres elementos, la
separación del tiempo y el espacio, lo cual articula las relaciones sociales en ámbitos
extensos de tiempo y espacio; los mecanismos de desenclave, los cuales disocian la
interacción de las peculiaridades de lo local y la reflexividad institucional, relativa a la
utilización regularizada del conocimiento de las circunstancias de la vida social. Un
fenómeno global puede generar una situación de riesgo, generalizada y traspasada en la vida
cotidiana de los individuos. Esto, sumado al hecho de que es una situación, difundida por los
médios de comunicación, los cuales son instrumentos de las tendencias al desenclave. Donde
resalta el segundo rasgo que Giddens plantea sobre la experiencia mediada, el cual
corresponde a la intromisión de sucesos distantes en la conciencia cotidiana, generando una
familiaridad con el suceso que se profundiza hasta la intimidad del yo.
Veamos también este hecho que exacerba, la tensión nuclear y cumple con las mismas
características que el anterior. La noticia es bastante reciente corresponde al 10 de sep 2017 y
en esta se afirma que “Kim Jong-un calificó de "gran victoria" el último ensayo nuclear, en
el que, según Pionyang, se probó con éxito una bomba de hidrógeno que puede ser instalada
en un misil balístico intercontinental. Según el mandatario, se trató de una gran victoria”33
Aquí aparece el mandatario de Corea del Norte, reafirmando su fuerza nuclear por medio de
http://www.noticiasrcn.com/internacional-oriente/medio-temor-una-guerra-nuclear-sube-tension-entre-
eeuu-y-corea-del-norte
33
Noticias RT “Fue una gran victoria: Kim Jong-un felicita a sus científicos por la última prueba
nuclear” Extraido de:
https://actualidad.rt.com/actualidad/249576-kim-jong-felicita-cientificos-prueba-nuclear
18
los medios de comunicación. Situación que genera más angustia y refuerza la situación de
riesgo que amenaza el mundo. Posteriormente nos arriesgamos a afirmar que los postulados
de Giddens en su libro se ven de manera material en la realidad.
Bibliografía
ALFRED, Schutz; LUCKMANN, Thomas. Las estructuras del mundo de la vida. Amorrortu
editores. Buenos Aires, 1977.
BOURDIEU, Pierre. La ilusión biográfica. Acta sociológica, 1997, vol. 1, no 56.
GIDDENS, Anthony. “Modernidad e identidad del yo”.Barcelona: Ediciones Península.
1991
ómo construimos nuestras, 2001.
GIL CALVO, Enrique. Nacidos para cambiar. C
19