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b) no se usa con preposición ni con acusativo relativo a una materia que

sirva de base a la acción creadora. La creación tiene un comienzo absoluto.

La expresión «el cielo y la tierra» es el modo hebreo, descriptivo y


concreto, de referirse a todo lo que existe en el universo. Los primeros libros de
la Biblia no poseen todavía la idea de cosmos.

Gn 1,2
El escritor sagrado conserva en el relato algunas imágenes antiguas sobre
el origen del mundo, según las cuales antes de las cosas tal como ahora las vemos
existían el caos, el abismo, las aguas. Estas imágenes de carácter negativo
constituyen el telón de fondo sobre el que se dibuja la concepción bíblica de
creación de la nada.

Gn 1,3-5
La creación se efectúa por medio de la Palabra divina. El hagiógrafo
prescinde de toda referencia a transformaciones ni combates; no usa ningún
verbo como generar, formar o plasmar.

La Palabra posee una eficacia total: se hace lo que dice. Para Dios, decir es
crear. La creación por la palabra establece así con claridad la personalidad y
libertad del Creador, que se diferencia radicalmente del mundo que crea. El
pensamiento bíblico es ajeno a cualquier forma de panteísmo (Dios y mundo
forman una unidad) o de emanatismo (el mundo se origina como emanación de
parte del ser divino).

Este versículo incluye la creación de la luz (el más notable de los


elementos) que presenta como una simple criatura de Dios. La creación inicial de
la luz indica asimismo que el autor concede preferencia al tiempo sobre el
espacio a la hora de configurar su relato. El mundo creado debe ser entendido
primero como un acontecimiento y solo en segundo término como una realidad
material. La separación de luz y tinieblas hace posible la sucesión de los días.

Es significativo que en el versículo cuarto la bondad solo se predica de la


luz y no de las tinieblas. Para el autor sacerdotal las tinieblas son negación.

Gn 1,6-10
El firmamento es creado para contener las aguas superiores. Dios
permitirá en su momento que se abran las «compuertas» de esta bóveda celeste
para provocar el diluvio (cfr. Gn 7,11). Las aguas inferiores se separan de la tierra
y se da lugar así al nacimiento de los continentes. Terminan las tres separaciones:
luz y tinieblas; aguas superiores e inferiores; tierra y océano.

La creación de los seres vivos comienza con la producción de las plantas


como un conjunto homogéneo de seres. La flora deriva de la tierra, que aparece
en el texto como agente generador, creación y generación no se excluyen. La
generación se subordina a la creación.

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