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TEÓRICAS AL RESPECTO
PREFACIO
En 1970 el Maestro William Swezey escribió su tesis sobre el juego del Patolli en la
UDLAP. Esta tesis junto con el artículo que después escribiera conjuntamente con Bente
Bittman, son tal vez los documentos que más completamente recolectan la información
disponible. De esta forma, es una curiosidad académica que como estudiante de la UDLAP
haya tenido acceso a esta tesis. Fue un viaje a mesoamérica, pero también un viaje a los
70s, con sus tesis hechas en máquina de escribir y con dibujos a mano. Este trabajo fue
esta misma carta resaltaba la importancia del documento, puesto que Bente Bittman había
trabajo conjuntamente con Swezey a raíz de esta tesis (González, 1997). Esto generó que la
El Patolli fue el juego de mesa mesoamericano y del que mejores registros arqueológicos,
antropológicos e históricos se tiene. Son muy pocos los grupos humanos que no tienen
historia han tenido al menos un juego. Estos juegos cumplen funciones tanto lúdicas y de
entretenimiento, como a la vez puntos de identidad cultural. Es por ello que tanto la
antropología como la arqueología han mostrado interés en el estudio del rito lúdico. Puesto
que nos permite considerar sus reglas y su uso como una estructura de análisis, resultan
los frijoles que se usan para apostar (Caso, 1924), o con las semillas alucinógenas que los
tableros en “el área de Aztecas y Toltecas de México hasta las Tierras Bajas Mayas (Caso
1924; Smith 1977; Swesey y Bittman 1983), habiéndose encontrado en los sitios de Uxmal,
(Gallegos, 1994). Inclusive se han encontrado tableros considerados como “proto Patollis”
fuera introducido en las tierras mayas por los mismos teotihuacanos. Esta impresión es
temporalidad del juego, se puede decir con base a la evidencias con las que se cuenta, que
el Patolli surgió en la zona maya durante la época en que ocurren influencias del altiplano
sobre esta zona, y se extendió su uso hacia el Clásico Tardío, hecho que habrá de
comprobarse a futuro con el descubrimiento de nuevos tableros en más sitios del área maya,
asociados a fechas de mayor exactitud”. Es decir que el juego funciona como un indicador
idénticos. De igual forma es posible considerar que el juego sufriera otras modificaciones
en diferentes regiones, ajustándose a diferentes paradigmas culturales, tal como ocurrió con
el ajedrez (Murray, 1985). Eso tal vez explicaría porque son tan recurrentes los tableros tipo
Añadiendo al argumento anterior que, la esencia de este mismo juego hubo de permanecer
a través de los distintos periodos y regiones, hasta llegar a los mexicas. Esto nos hace
forma cronológica. Estos dos aspectos nos permiten coincidir con Bittman y Swezey (1983)
valorado tanto por las culturas de la península, como por las del Altiplano, el Golfo,
tiempo perduró su uso desde los Teotihuacanos hasta los Mexicas, y con ello da constancia
los centros ceremoniales siempre están orientados a los cuatro puntos cardinales, y aunque
varían en su diseño y forma, parece una opinión consensuada que su significado estaba
REGISTRO HISTÓRICO:
de la región. No obstante hubo elementos que perduraron hasta entrada la colonia. Uno de
estos elementos fue el Patolli. La única referencia que se tiene de sobre este juego en la
época precolombina proviene del Tonalamatl. “El Patolli aparece en la página 19, asociado
pelota, un bracero llameante y una fiera. Está compuesto por un rectángulo con una cruz
cuadrete formado por la cruz” (Gallegos, 1994: 15). Esta asociación entre el Patolli y el
mercados y con estilos arquitectónicos nunca antes vistos por ellos. Una población tan
estratificada, diversa y abundante como aquella del viejo mundo, pero cuyos ritos y hábitos
eran a la vez que similares en su esencia, únicos en sus manifestaciones. Para muestra
podemos leer las cartas de relación de Cortés, donde describe Tenochtitlan, con sus canales
y mercados.
Entre este mar de nuevas experiencias, resulta fundamental considerar que lo descrito por
todo, de esta forma quedan en la memoria aquellas expresiones que les resultaron
significativas. En este sentido que aparezca el Patolli en las crónicas es harto importante.
Pues nos permite considerar que su uso era de tal importancia que causó profundo interés
en los observadores.
La relación escrita más antigua que se tiene sobre el Patolli fue efecto del esfuerzo del
eclesiástico español Francisco López de Gomara. A pesar de nunca haber pisado América,
prehispánico. Esto nos lleva a corroborar la importancia que el Patolli tenía en la vida
mesoamericana. No solo de las clases populares y tahúres, sino también en las élites.
trató de recuperar lo más posible del colapsado mundo mesoamericano y con ello
de las razones por las que la Corona después prohibiera absolutamente el juego del Patolli
El Fraile Dominico Diego Durán, describe en la segunda mitad del siglo XVI, con
abundancia el Patolli. Llamando a tal grado su atención que incluso incorporó una imagen
dedicada al juego en el Códice Durán. Es gracias a Durán que es posible tener una idea
sobre las reglas y formas del juego. Su crónica además de contener las reglas básicas, nos
ofrece la comprobación del uso del Patolli en apuestas, pero también incorpora el sentido
“. . . al juego que sobre esta estera jugaban liamaban " patolly," que
es el mismo vocablo que ahora ilamamos naypes. Sobre esta estera
tenian pintada una aspa grande la que tomaba el petate de esquina a
esquina. Dentro del hueco de la aspa habia atravesadas unas rayas
que servian de casas, la cual aspa y casas estaban senialadas y
rayadas con ulli derretido . . . para estas casas habia doce piedras
pequefias las seis coloradas y las seis azules, las cuales pedrezuelas
partian entre los que jugaban a tantas a' cada cual: si jugaban dos que
era lo ordinario tomaba el uno las seis y el otro las otras seis; y
aunque jugaban muchos jugaba uno por todos ateniendose a' la
suerte de aquel, como entre los Espanioles se juegan los albures
ateniendose a la mejor suerte, asl se atenian aca al que mejor
meneaba los dados, los cuales eran unos frisoles negros cinco 6 diez
6 como querian perder 6 ganar, los cuales tenian unos ahugerillos
(sic) blancos en cada frisol por donde pintaban el numero de las
casas que se aventajaban en cada mano, donde se pintaban cinco
eran diez y diez veinte, y si uno, uno, y si dos, dos, y si tres, tres, y si
cuatro, cuatro; pero pintando cinco eran diez, y si diez veinte, y asi
aquellas pintillas blancas eran suertes y cuenta de las rayas que se
ganaban; y darmua pars la piedras de unas casas en otras . . .
Andaban los taures de este juego siempre con la estera debajo del
sobaco, y con los dados atados con un paniito como algunos taures
de este tiempo, que siempre andan apercibidos con los naypes en las
calzas de tablage en tablage; aquellos dados juntamte con las
piedrezuelas del juego traian en una bascrita (sic) pequenia I los
cuales hacian reverencia como a Dioses fingiendo en ellos haber
alguna virtud, y asi les hablaban cuando jugaban como a cosa que
tubiese algun sentido o inteligencia de lo que le pedian . . . . asi estos
naturales hablaban a los frisolillos y al petate y decian mil palabras
de amor y mil requiebros y mil superstiticiones, y despues de
haberles hablado ponian las petaquillas en el lugar de adoracion con
los instrumentos del juego y la estera pintada junto 'a ella y traia
lumbre y echaba en la lumbre incienso y ofrecia su sacrificio ante
aquellos instrumentos ofreciendo comida delante de ellos. Acabada
la ofrenda y ceremonias ivan a jugar con toda la confianza del
mundo." "El nombre del Dios de los dados era Macuilxuchitl, que
quiere decir cinco rosas: a este invocaban los jugadores cuando
arrojaban los frisoles de la mano, lo cual era a la manera que dire;
que los frisolillos que sirven como de dados son cinco a honra de
aquel Dios que tiene nombre de cinco rosas; y para echar la suerte
traenlos un rato refregandolos entre las manos, y al lanzallos sobre la
estera donde esta la figura de la fortuna y cuenta suya que es a la
manera de dos bastos, Ilamaban en alta voz a Macuilxuchitl, y daban
una gran palmada, y luego acudia t ver los puntos que le habian
entrado; y este Macuilxuchitl era solamente para este huego de los
dados." invocaban a este Dios cuando jugaban, diciendo 'el Dios
Ometochtly me de buen punto,"' (tom. III., cap. XXII)
En el Códice Durán. Es posible apreciar la
forma del tapete con que se jugaba. Además
de los frijoles marcado en uno de sus lados y
utilizados como dados.
sentido tenemos un elemento valioso a considerar. Puesto que Torquemada será testigo
ocular de las costumbres de los “naturales” cincuenta años después que Sahagún y Durán, y
"Auia otro juego que llaman Patolli, que en algo parece al juego de
las tablas reales, y juegase con hauas y frisoles, hechos puntos en
ellos, a manera de dados de arenillas, y dizenle juego Patolli,
porque estos dados se llaman assi, echanlos con ambas manos
sobre una estera delgada que se llama petate, hechas ciertas rayas a
manera de aspa y atrauessando otras sefialando el punto que cayó
hazia arriba (como se haze en los dados) quitando, o poniendo
chinas de diferente color, como en el juego de las tablas."
De las crónicas anteriores podemos supones tres factores. El primero es que el Patolli era
un juego relevante para la sociedad mexica previa conquista, e inclusive en los primero
popular como utilizado por las clases altas de su tiempo. El tercero es que era a la vez un
juego de apuestas como un juego con connotaciones religiosas. Estos tres factores
idolatría y prohibieran su práctica. De esta forma se perdió toda posibilidad de conocer con
certeza los mecanismos intrínsecos del juego, así como el símbolo que para los
mesoamericanos representaba.
haber visitado a Cortés en México, el cazonci se regresó a Michoacán jugando patol con
sus principales (Relación de Michoacán 1977: 261, Códice Xólotl 1980: plancha IX y X).
Esta crónica nos hace incluso considerar que el Patolli fue utilizado por los Tarascos,
aunque ellos tuvieran una relación lingüística considerablemente distante al resto de los
grupos mesoamericanos. Así el juego se propone una vez más como un elemento neutral a
REGISTRO ARQUEOLÓGICO:
Patolli. Inclusive con los mismo objetos puntiagudos que eran trazados los tableros,
también existen al lado anotaciones sobre los puntos obtenidos. Siendo el área más
Si nos atrevemos a realizar una inferencia, es posible que en este palacio se encontraran
considera que tal cantidad de tableros y jugadores dentro del palacio tuvo una relación
directa con un incremento en la necesidad de comunicarse con los dioses (punto que se
teotihuacana.
Mayas
mayas. (Ver tabla al final de la sección). Y sobre estos sitios es que encontramos las
cámara oeste es un dibujo inciso en el piso de estuco de forma casi cuadrada, que mide 1.17
x 1.11 m. Se trata de un juego denominado Patolli, de tablero tipo 11, según la tipología de
Una evidencia más sobre la importancia de este juego en la sociedad maya está denotada en
la funcionalidad de la estructura en que fue hallado. Ya que nos permite considerar que así
como ahora hay un “cuarto de televisión”, los mayas habían reservado un cuarto para el
Patolli.
De igual forma la arqueóloga Gallegos cataloga los Patollis encontrados en varios sitios de
Mesoamérica.
Nota: Excepto aquellos en que se especifica su trazo sobre elementos de piedra, el resto se
DEL SITIO.
lugares significativos del sitio. Además de que podemos suponer que las clases nobles
jugaban, es importante considerar que también los comunes lo hacían. Mas como tal vez los
mayas utilizaban un petate como tablero (como lo hacían los mexicas), la evidencia física
estaría perdida.
REGISTRO ANTROPOLÓGICO
Taylor y Caso.
directamente con el parchis indú. Por ejemplo el artículo de Cerón Roa, que en su
explicación nos lleva a pensar que el Patolli y el Parchis son prácticamente idénticos. No
siendo esto una realidad, sino más bien una burda interpretación que en lugar de descubrir
el juego, lo oculta, en tanto lo vincula obligadamente a un juego con el que no tiene más
que solo una relación arquetípica. No obstante estos artículos tienen una historia que nos
sobre el origen asiático del Patolli. Taylor utiliza las fuentes crónicas de Gomara,
Torquemada y especialmente Durán para hacerse una idea del juego mesoamericano. Las
citas son clara al precisar la importancia del Patolli en la vida de los mexicas. Y aparecen
Este argumento sobre el Patolli como evidencia de apoyo en favor de la teoría de migración
humana por el Pacífico Sur y no por estrecho de Bering, causó gran controversia en su
tiempo. Mas luego fue refutada por H.R. Murray en su libro Other games, rather than
chess, y por otros antropólogos de su tiempo. Argumentado que la relación era forzada y
poco consistente, se descartó la hipótesis de Taylor. Más como podemos comprobar con un
Quedando a disposición del público una relación falsa entre Oriente y América.
La cuestión halló mejor respuesta cuando Antonio Caso descubrió en una comunidad del
Estado de Puebla, el uso de lo que consideró la reminiscencia del Patolli. Ahí quedó
comprobada su no relación a pesar de la similitud en los tableros en el uso del azar como
mecanismo de juego. Caso descubrió a través de esta práctica, que tal vez el carril de
entrada de uno de los jugadores no podía ser usado por el otro. Entonces el único lugar
están las relaciones establecidas entre el juego de Kolitza de origen Tarasco ( Beals and
Carrasco 1944, y Soto Bravo 1992, citado en Veerbeck 1998), el juego de Chinantec en
Oaxaca (Weitlaner y Castro 1973, citado en Veerbeck 1998), y el juego de Bul en Belice
(Veerbeck 1998). La práctica continuada de estos juegos, nos permite considerar que su
modernizador. Permitiéndonos con esto vislumbrar una vez más la importancia de los
juegos en las sociedades, tanto como elementos de recreación como elementos mágico –
religiosos.
forma de cruz. En opinión de Swezey (1970), la relación entre el hule, y el símbolo de Ollin
está dado desde la semántica, pues usan la misma palabra. Es decir que tanto el Patolli
representación de un juego de pelota. En tanto el petate para su uso era rociado con hule, al
igual que la pelota del tachtli. Esta impresión de Swezey fue también fundamentada cuando
a partir del tablero tipo II, y utilizando la crónica de Caso, deconstruyó el recorrido de cada
jugador en dos tableros. Con esto consiguió que estos tableros individuales tuvieran la
función sagrada del Ollin, es posible considerar como válida la opinión de aquellos que
consideran que el Patolli era a la vez que una recreación una forma de comunicación con
los dioses o de adivinación del destino. “No doubt, in ancient times the Mesoamerican
games must have had a mantic significance, but at the eve of the Conquest sheer gambling
was the main objective of the native American gamesters”. (Veerbeck, 1998: 82) Es decir
que mientras los españoles castigaban las apuestas, los mexicas tal vez jugaban a revelar su
Este caso sería parecido al del juego de Lilah en la India, que luego conociéramos en
ancestral, los indios tanto introducían a los infantes en el entendimiento de religión, como
los adultos revelaban su Karma a través de él. Un juego donde el destino de la energía era
revelado a través de los dados. Un juego de azar donde el azar no existe, sino solo el
designo de la energía. En este mismo sentido es que tal vez funcionaba el Patolli. Como un
juego en el que el resultado de los frijoles estaba íntimamente ligado al destino trazado por
los dioses. En todos los juegos mánticos hay una referencia a la numerología y al
ordenamiento del tablero. En el caso del Patolli tenemos las siguientes referencias.
• Cada ficha recorrerá 52 recuadros. Uno por cada año del calendario mesoamericano
• Cinco fichas por 52 recuadros dan un total de 260 recuadros. Estos son los mismos
• El tablero tiene 4 brazos. Uno para cada estación - punto cardinal. Si cada ficha
recorre 4 brazos, también habrá recorrido 20 brazos, mismos que días del mes.
• Cada 104 años, se reinicia la cuenta del año venusino, el año solar, y el ciclo de 52
años y se le llama Huetiliztli. Ya que cada pieza recorre 52 recuadros, mas son dos
los jugadores, eso quiere decir que una vuelta completa implicaría 104 recuadros.
De esta forma se ha considerado que el patollli podría ser utilizado como tabla de
numerología, coincide perfectamente, que cada fríjol tendría igual número de opciones para
caer en alguno de los 260 opciones de interpretación del Tonalamatl. En este mismo
sentido, los juegos de mesa han sido considerados como herramientas de análisis
CONSIDERACIÓN FINAL
El Patolli es un elemento de análisis muy rico en sus posibilidades. No obstante su
Sobre algunas consideraciones finales que vale la pena recorrer está la presencia constante
que cruzara entre varias culturas, y entre varias centurias. Comenzando tal vez con los
arqueológicos confirman su uso en las clases nobles, mientras que los registros históricos lo
hacen en las clases populares. Tal vez pudiendo considerar con esto que su uso era
cotidiano y “universal”.
Tonalamatl y tratar de hacer alguna conjetura sobre como hacerlos empatar. Me parece que
los juegos una vez más revelan aspectos íntimos de la cultura. Los revelan en su estructura,
y organización, tablero y fichas; pero también lo revelan en sus ritos y sus hábitos de
relación para con esos juegos. Son instrumentos de doble abordaje en este sentido, uno
Beals, R. en P. Carrasco.
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