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UNIVERSIDAD INTERAMERICANA
UNICA SANTO DOMINGO
REPUBLICA DOMINICANA

CARACTERIZACION DEL TEXTO


CIENTIFICO

DRA. ANGELINA ROMEU ESCOBAR


PROFESORA TITULAR, FACULTAD DE HUMANIDADES
UNIVERSIDAD PEDAGOGICA “ENRIQUE J. VARONA”

Año 2000
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CARACTERIZACION DEL TEXTO CIENTIFICO

Introducción:

El lenguaje es medio esencial de cognición y de comunicación, y al disponer


de él, los hombres fijan su conocimiento acerca de la realidad y pueden
transmitirlo a otras personas, lo que permite su socialización. El destacado
lingüista ginebrino, Ferdinand de Saussure estableció la diferencia entre el
lenguaje, la lengua, la norma y el habla. El lenguaje constituye una función
superior del cerebro humano, desarrollada socialmente, mediante la cual los
hombres construyen y comunican sus pensamientos; la lengua, por su parte, es
definida como el sistema de signos mediante el cual el hombre designa la
realidad, y cuya estructura en niveles abarca los fonemas, la morfología, el
léxico y la sintaxis. Cada pueblo o nación tiene su propia lengua o idioma. El
habla es el empleo que se hace del sistema en las diferentes situaciones en las
que el individuo se comunica y la norma son los usos establecidos
socialmente. Resumiendo, el lenguaje, la lengua, la norma y el habla son
categorías lingüísticas que revelan lo general, lo particular, lo singular y lo
individual de este fenómeno.

Al estudiar el habla, como realización concreta del sistema de la lengua, es


posible establecer la existencia de diferentes estilos comunicativos
funcionales, en dependencia de las situaciones en las que el hombre se
comunica. De esta forma, se habla del estilo coloquial, del profesional
(científico y técnico) y del artístico. En este trabajo nos proponemos
profundizar en las características del estilo científico.

CARACTERÍSTICAS DEL ESTILO CIENTIFICO

El desarrollo de la ciencia y la técnica en el siglo que termina ha colocado en


un primer plano el problema del procesamiento de la información científica.
Se incrementa a diario el número de personas que acceden a la educación
superior y que aspiran a la obtención de títulos académicos y grados
científicos. Lo anterior ha contribuido a incrementar el interés por la
3

obtención y producción de información científica, para lo cual la escuela no


siempre garantiza la preparación necesaria. La tarea de elaborar textos
científicos ha quedado un tanto a la espontaneidad e interés de cada cual, lo
que ha influido en que algunas personas no dispongan de las “herramientas”
lingüísticas, discursivas y estratégicas para comunicarse en el estilo propio de
la ciencia, de ahí que su estudio constituya una necesidad de nuestro tiempo.

La tarea fundamental del científico es demostrar teorías, para lo cual describe


los fenómenos, formula hipótesis, explica las causas de los hechos, predice
su comportamiento y actúa sobre la realidad para transformarla. El habla
científica ha estado condicionada históricamente por el propio avance de la
ciencia, y se desarrolla constantemente a partir del surgimiento de nuevas
ramas del conocimiento, que poseen sus propios sistemas categoriales,
principios y leyes.

El texto científico es un reflejo de la actividad cognoscitiva del hombre y del


progreso de la ciencia y la tecnología, y posee las mismas características de la
ciencia, a saber, la impersonalidad, la objetividad y la exactitud.

La impersonalidad: constituye un rasgo esencial que diferencia el estilo


científico de otros estilos. Se revela en que el científico expone sus puntos de
vista sin descubrir su subjetividad, su personalidad, en aras de ser fiel a la
verdad científica.

La objetividad: se relaciona con la impersonalidad. Si se tiene en cuenta que el


objeto de la ciencia es la realidad, al estudiar dicha realidad, como algo que
existe de forma independiente de nuestra conciencia, el hombre penetra en
ella para descubrir su esencia y las leyes que la rigen, y llegar así a la verdad
científica objetiva.

La exactitud: se relaciona con la objetividad, en que como rasgo de la ciencia,


permite develar la esencia de forma precisa.

Para lograr que el texto científico posea las características antes apuntadas es
necesario dominar los medios comunicativos propios de su estilo, mediante
los cuales se construyen las teorías. Estos medios pueden constituir recursos
propios del sistema (morfológicos, léxicos y sintácticos), así como textuales,
cuando nos referimos al discurso científico, su estructura y funcionamiento.
Veamos a continuación las características más significativas.
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Características morfológicas:

En el lenguaje científico se hace un uso bastante peculiar de las principales


categorías morfológicas: sustantivos, adjetivos, pronombres y verbos.

Existe en él un predominio de los sustantivos y los adjetivos, lo que está


dado por la capacidad que tienen estas categorías para transmitir información.
El número de los sustantivos en la prosa científica aumenta a consecuencia de
la sustantivación de otras partes de la oración, que asumen las funciones del
sustantivo, a fin de condensar y expresar con mayor exactitud los conceptos.
La sustantivación de los adjetivos es uno de los procedimientos más
frecuentes, pues los convierte en condensadores léxicos, o sea, términos que
expresan más exactamente las ideas y los conceptos, y que tienen una
significación contextual o situacional. Ej.: “...procesos que se asemejan a lo
señalado...”, “el agua pasa del estado líquido al sólido...”, etc.

Otro fenómeno interesante es el que ocurre cuando los verbos se desemantizan


y en lugar de una forma verbal unimembre, se emplea una locución verbo-
nominal Ej.: distinguir = hacer distinciones = distinguir.

La presencia de los nombres sustantivos le da concreción al texto científico y


le resta ambigüedad. Con ella disminuye el empleo de conjunciones y
relativos que hacen más compleja la elaboración sintáctica.

Respecto al adjetivo, existe la opinión errónea de que su empleo en los textos


científicos es reducido. Realmente, el significado esencial de una definición,
por ejemplo, está dado por los adjetivos, que contribuyen a fijar las cualidades
estables de los objetos, en relación con un espacio y un tiempo determinados
por lo que no pueden expresar grados de comparación, de ahí que se les
denomine adjetivos relativos. Ej.: explosiones atómicas, ácido sulfúrico,
oración unimembre, etc. El número de estos adjetivos es cada vez mayor,
como consecuencia del propio desarrollo de la ciencia, que convierte los
adjetivos calificativos de uso corriente en términos de la ciencia. Estos
adjetivos al convertirse en relativos, adquieren sus características, como por
ejemplo, no expresar grados de comparación.

El nombre sustantivo, con frecuencia, se emplea en función adjetiva, al


integrar un complemento modificador (o complemento preposicional). En las
construcciones del tipo Sust. + preposición + Sust. , evidencian que el
sustantivo permite atribuir al objeto con exactitud y precisión, aquellas
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cualidades abstraídas y generalizadas en su propia significación. Ej.: sistema


de información, factores de precipitación, macro reglas de reducción, etc.
Estas construcciones, en ocasiones, aparecen encadenadas, lo que se conoce
como fenómeno de recursividad. Ej.: “...la concepción de la transformación de
la institución educativa de nivel superior...”, “…la puesta en ejecución de las
formas del proceso docente-educativo...”, etc.

En el texto científico es frecuente la aparición de infinitivos en los


complementos modificadores, lo que está dado por su naturaleza semi-verbal
y semi-nominal, lo que les permite reflejar tanto el proceso como la cualidad.
Ej.: necesidad de potenciar, elementos para definir, etc.

Una característica del texto científico es que en él no se encuentran


diminutivos, lo que le daría al texto una carga afectiva y emocional no
apropiada a su estilo, y las categorías de género femenino y objeto animado,
apenas aparecen.

En el texto científico, es frecuente el uso de sustantivos en plural, cuyo


empleo en el lenguaje común es, generalmente, en singular. Ejemplos de ellos
son: azúcares, aguas, sales, cenizas, aceites, climas, vientos, etc.

Otra característica distintiva del lenguaje científico es que en él no aparecen


los pronombres personales yo, tú y usted, mientras que él, ella y ellos se
emplean frecuentemente. El pronombre nosotros se usa con diferentes matices
o funciones:

- Como yo, en el plural de modestia: Nosotros hemos establecido algunas


diferencias...
- Como generalización: Nosotros hemos ampliado la industria.
- Como identidad, puede sustituirse por ustedes: Este hecho nos (les)
muestra...
- Como conjunto, incluye a ustedes: Si nosotros profundizamos en este
tema...

El verbo constituye una categoría morfológica, que asume una posición


neutral en el estilo científico, teniendo en cuenta que su objetivo es analizar y
establecer las relaciones entre los objetos. Se emplea generalmente en forma
pronominal, lo que contribuye a impersonalizar el texto: se dice, se infiere, se
plantea, se considera, se afirma, etc. Su uso en el tiempo presente del
subjuntivo y del indicativo, constituye una característica de este estilo, lo
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que es posible gracias a la capacidad de este tiempo para expresar la


significación en pasado y en futuro. Ej.: “Los vuelos interplanetarios se inician
a principios de la década de los sesenta”, “Es probable que la ciencia avance
mucho en la próxima centuria”. En general, puede afirmarse que los verbos
en presente, no expresan relaciones temporales, sino que se refieren a acciones
y estados propios de los fenómenos, como cualidades estables.

Características léxicas.

El léxico constituye el rasgo principal del estilo científico, que lo diferencia


de otros estilos comunicativos. Los términos, o palabras propias de la ciencia,
son comprensibles sólo para los científicos, y empleadas en otros estilos,
exigen ser explicadas o “traducidas”, como ocurre con las voces extranjeras.
Mediante las palabras que constituyen términos, es posible identificar la
pertenencia del texto a una determinada rama del saber científico, y dichos
términos se diversifican y aumentan, a medida que avanza la ciencia.

En este tipo de texto, es posible encontrar tres clases de palabras: a) las de


uso común y que aparecen en cualquier texto; b) las que constituyen términos
de la ciencia y c) las que constituyen términos automatizados.

El primer grupo lo integran aquellas palabras indispensables para construir el


discurso y que funcionan como elementos de enlace (preposiciones,
conjunciones, pronombres, etc.). En el segundo, se encuentran las palabras
que conforman el sistema categorial de la ciencia y que son tomadas del
vocabulario común, pero se convierten en términos científicos como resultado
de un proceso de especialización que les da un carácter mono semántico.
Otra fuente de enriquecimiento del léxico científico lo constituyen los
préstamos tomados de otras lenguas, los que se asimilan ya convertidos en
términos. Por último, los términos automatizados constituyen expresiones
estereotipadas que le dan al texto un alto nivel de estandardización, por lo que
se recuerdan con facilidad y agilizan el proceso de recepción y transmisión de
la información.
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Características sintácticas.

La prosa científica presenta también algunas características sintácticas


propias, que le dan coherencia, logicidad, y claridad. Veamos algunos de los
recursos sintácticos de los que ella se vale.

El empleo de oraciones compuestas por subordinación, que expresan finalidad


y causalidad contribuye a dar al texto un carácter lógico y convincente
(Shishkova, 1989), en tanto se facilita la explicación. Por el contrario, es raro
el empleo de oraciones simples aisladas, que resultan estilísticamente
marcadas y se emplean para expresar de forma resumida una idea, o para
hacer una generalización.

El empleo de oraciones impersonales es otra de las características sintácticas


esenciales del estilo científico. La impersonalidad se logra mediante dos
procedimientos:

a) Con construcciones modales que expresan posibilidad, imposibilidad,


obligatoriedad, necesidad, etc., más infinitivo. Ej.: es menester encontrar,
es preciso descubrir, no es posible anticipar, resulta importante
diferenciar, etc.

b) Con verbos impersonales y construcciones pasivas. Ej.: se infiere..., se


extrae..., se pone de manifiesto que..., la presión se ejerce por..., etc.

En la estructura sintáctica del texto científico se encuentran con frecuencia


subordinadas que permiten introducir opiniones, criterios, valoraciones, y que
aparecen en estilo indirecto. Ej.: Hay que tener en cuenta que..., Debe
valorarse que..., etc.

Otra característica, es la relacionada con los tipos de construcción predicativa


predominantes en la sintaxis del texto científico. Estos son tres:

a) La construcción predicativa nominal, que se construye con los verbos ser y


estar más un sustantivo o un adjetivo. Esta construcción es propia de las
definiciones, los resúmenes y las formulaciones .Ej.: El papel social del
habla administrativa es muy peculiar.
b) La construcción predicativa verbal-nominal, de la que ya se habló, en la
cual el sustantivo es el portador de la carga semántica fundamental. Ej.:
“obtener beneficios” por beneficiar, “hacer mediciones” por medir, etc.
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c) La construcción de predicado compuesto verbal, formada por el verbo más


un infinitivo. Ej.: puede transmitir, procura encontrar, obliga a pensar, etc.

Otra característica de la sintaxis científica es su alto grado de condensación,


que tiene que ver con el mismo volumen de información que se puede
expresar con una misma unidad del plano de la expresión. Según Dubsky y
otros autores, la condensación sintáctica se manifiesta como expresión de la
economía idiomática, y los condensadores sustituyen o acortan las oraciones
subordinadas. Como condensadores operan las formas no personales del
verbo: infinitivo, gerundio y participio, que funcionan como complementos
circunstanciales de tiempo, de causa, de modo, etc. Veamos algunos ejemplos:

- Dada la importancia del hecho, nos trasladamos al lugar.


- Luego de procesar los datos, se elaboraron las conclusiones.

Es posible concluir que el texto científico posee características sintácticas que


lo tipifican y lo hacen diferente a los textos de otros estilos, por lo que es
importante conocer los recursos con que ella opera.

Características retóricas.

El texto científico como ya hemos visto posee determinadas características


lingüísticas que lo hacen diferente a otros textos. Tales características están en
correspondencia con las funciones que tipo de texto desempeña, a saber,
exponer y argumentar las teorías y ofrecer conclusiones que contribuyan a
transformar la realidad.

Según Van Dijk, “en los discursos científicos se presenta una variante especial
de las superestructuras argumentativas (...) no sólo consiste en una conclusión
y su justificación, sino también en un planteo del problema y una solución.”1

No todos los textos científicos poseen la misma superestructura esquemática.


Por superestructura o híper estructura se entiende como la estructura global
que caracteriza el texto; es un esquema global al que el texto se adapta. Se
puede hablar entonces de la superestructura del texto narrativo o del texto
argumentativo, del texto descriptivo y del expositivo. El tema que se aborda
en el texto constituye el contenido o macro estructura, que se subdivide en
subtemas o microestructuras, integradas por los párrafos.
1
Dijk, Teun A. La ciencia del texto. Barcelona. Paidós:1983, p. 164
9

Una primera tipología de los textos es la que tiene en cuenta los tipos de prosa
establecidos por la retórica. En los textos científicos predominan la
descripción, la narración, la argumentación y la exposición.

La prosa descriptiva: La descripción es la forma acumulativa de la


representación de lo individual concreto. Se caracteriza por la ausencia de la
temporalidad y de relación lógica entre sus componentes (...); consiste en
exponer las cualidades de los objetos, con mayor o menor detalle” 2. Permite la
presentación de objetos, fenómenos, procesos, personas, etc., a partir de la
percepción que el científico ha logrado conformar y acumula datos e
impresiones sobre el objeto descrito, lo que facilita su aprehensión como un
todo. Sus procedimientos son la adición, el paralelismo y la contraposición.
Orienta la atención hacia aquellos detalles más significativos que caracterizan
el objeto. Aparece usada en el informe, la definición, el artículo, etc.

La prosa narrativa: Su uso en el texto científico permite ver la secuencia y


consecuencia de los hechos, su historia, etc. Se caracteriza por presentar los
hechos organizados temporalmente o mediante la relación causa-efecto.
Aparece en el informe investigativo, el ensayo y otros textos.

La prosa argumentativa: Presenta hechos, problemas y razonamientos, de


acuerdo con la opinión del autor, y los relaciona con las abstracciones y las
generalizaciones. Es propia del ensayo, el comentario y del informe
investigativo en varias de sus partes (la hipótesis y su demostración, el análisis
de los resultados y las conclusiones), la monografía, etc. A partir de un tema
o una hipótesis, se hace la demostración, que da la posibilidad de presentar,
explicar y confrontar las ideas, se acumulan pruebas, se ejemplifica y se llega
a determinadas conclusiones.

La prosa expositiva: “La exposición es el equivalente abstracto de la


descripción “.3 En ella aparecen pensamientos, opiniones, etc, que constituyen
abstracciones. Aparecen las ideas acumuladas sin que se establezcan entre
ellas vínculos, por lo que no se perciben relaciones lógico-temporales. En este
sentido, se asemeja a la descripción, porque se presenta como un catálogo o
inventario de ideas, más que como un sistema conceptual coherente. Es propia
de la presentación de la situación problémica, o de la reseña que se hace del
problema que se investiga y de su estado actual, y de los criterios que
2
Núñez, Rafael y Eenrique delTeso. Semántica y pragmática del texto comun. Mmadrid. Cátedra:180.
3
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aparecen en la bibliografía, los cuales se dan a conocer en la fundamentación


teórica de la tesis, la presentación de un tema, etc. Se considera una forma
discursiva ocasional.

El empleo de los diferentes tipos de prosa a los que hemos aludido enuncian la
realidad de dos maneras: mediante enunciados concretos, que muestran la
configuración de los objetos en un momento dado o en su proceso, lo cual es
posible con la descripción y la narración; o mediante enunciados abstractos,
referidos a conceptos, pensamientos, leyes, principios, que reflejan las
regularidades y propiedades comunes de fenómenos semejantes para lo cual
emplean la exposición y la argumentación.

Junto a la distinción entre enunciados concretos y abstractos, es necesario


establecen otra distinción. Esta se refiere al modo de agrupar la información,
según el cual puede ser secuencial o acumulativo. Son acumulativas la
descripción y la exposición; son secuenciales la narración y la argumentación.
Los enunciados acumulativos sólo excepcionalmente forman textos
completos, pues generalmente aparecen como parte de un texto, mientras que
los enunciados secuenciales si pueden formarlos. En la praxis comunicativa
estos tipos de enunciados se combinan, en dependencia de las características
del texto.

La integración de los dos criterios puede apreciarse en el siguiente cuadro:

Información concreta Información abstracta


---------------------------------------------------------------------
Acumulación Descripción Exposición
----------------------------------------------------------------------
Secuencialidad Narración Argumentación
---------------------------------------------------------------------

En la elaboración de los textos científicos, es indispensable el empleo de la


prosa que contribuya mejor a la intención y naturaleza del texto que se
construye, para lo cual es indispensable el dominio de sus recursos.

Características funcionales y textuales.


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El texto científico difiere esencialmente de otros textos porque en él


predomina la función referencial o representativa, que remite al lector a un
contexto sobre el cual se presentan hechos o datos. Se incluye dentro del
estilo comunicativo profesional, que comprende también el estilo profesional
técnico. El estilo científico es esencialmente teórico, a diferencia del técnico
que se remite al conocimiento práctico; tiene como objetivo dar a conocer los
conceptos más generales, leyes y principios que conforman la teoría científica,
mediante la cual se descubren las relaciones esenciales entre los objetos y
fenómenos de la realidad.

Los textos científicos, como ya se apuntó más arriba, se diferencian por su


propia superestructura, que se caracteriza por contener aspectos tales como el
planteamiento del problema, su fundamentación, la predicción de solución, la
experimentación, el procesamiento de datos y análisis de los resultados, las
conclusiones y recomendaciones, etc. La estructura convencional del informe
investigativo es bastante conocida y responde a la lógica misma del proceso
de investigación. Como bien ha apuntado Van Dijk, 2 al construir el texto
científico se parte de una o varias observaciones; luego se intentará encontrar
una explicación, que se formulará como hipótesis. De esta hipótesis surgen las
expectativas o predicciones, referidas a las regularidades esperadas en el
comportamiento del objeto. Dichas regularidades se comprueban mediante el
desarrollo del experimento y la aplicación de diferentes instrumentos (test,
cuestionarios, guías de observación, etc.); al procesar los datos obtenidos se
pueden obtener resultados, cuyo análisis y discusión, es posible llegar a
determinadas conclusiones, sobre cuya base la hipótesis se confirma o se
refuta, lo que permite dar una explicación al problema planteado, o formular
nuevas hipótesis que contribuyan a anticipar otras soluciones.

En la investigación de corte positivista, el interés se centra en el


procesamiento cuantitativo de los datos y en su descripción; en la
investigación con enfoque socio crítico, la interpretación es cualitativa; en el
enfoque dialéctico, se establece una integración de lo cuantitativo y lo
cualitativo, lo que permite establecer la correspondencia entre los datos
objetivos y su interpretación y valoración en correspondencia con las
características del contexto.
El informe de investigación, tanto el de las experimentales como el de las que
no lo son, tiene una estructura que responde a la lógica del proceso
2
Dijk, Teun A. Van. Ob. Cit., p.164.
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investigativo. Otros textos científicos, tales como el artículo, la ponencia, la


oponencia, etc, generalmente dan cuenta de los resultados de las
investigaciones pero, al igual que el informe, se ajustan a algunos criterios
que determinan su aceptabilidad: precisión en la definición de conceptos,
consistencia en el sistema categorial, correspondencia de las partes con el
todo, explicitud en las presuposiciones, argumentación, etc.

El texto científico, además de poseer características propias, asume también


las características generales que todo texto debe tener, a saber: la progresión
temática, la coherencia, la pertinencia y el cierre semántico.

La progresión temática:

Constituye una característica fundamental de la textualidad, mediante la cual


se logra la permanencia y el avance temático. Es una propiedad
microestructural y permanente, que nos permite tener la sensación “de estar
en el mismo texto y, a la vez, de no estar en el mismo punto temático “ 3 Tiene
que ver con la utilización que se va haciendo de la información compartida
(tema) y la información nueva (rema). En el texto científico, la progresión
temática se corresponde con la lógica del pensamiento científico, lo que se
revela en la relación que existe entre el problema, su fundamentación, la
hipótesis o interrogantes, las tareas, el análisis de los resultados, las
conclusiones, las recomendaciones, etc.

El encadenamiento de la información conocida y la información nueva tiene


lugar mediante tres modelos básicos: a) progresión de tema constante, b)
progresión lineal y c) progresión de tema derivado o de hipertema. En cada
caso, se hace un uso particular de los procedimientos anafóricos, que
garantizan la coherencia lineal.

En la progresión de tema constante, el tema es el mismo y su continuidad se


logra mediante recursos anafóricos como la elipsis, la sinonimia, la pro
nominalización, la sustitución, etc. De igual forma, emplea otros recursos
como la elipsis. Veamos un ejemplo:

T1 R1 R2 R3
Ej.: “Los hombres crecen, crecen físicamente, de una manera visible crecen,
3
Núñez, Rafael y Enrique del Teso. Ob. Cit.., p.90
13

R4 R5 R6
cuando aprenden algo, cuando entran a poseer algo y cuando han hecho algún

bien”.
José Martí

Este tipo de progresión temática se puede representar así:

T1 ------ R1
T1 ------ R2
T1 ------ R3
T1 ------ R4
T1 ------ R5
T1 ------ R6

En la progresión de tema lineal el rema de una oración, o parte de este, es el


tema de la oración siguiente. Veamos un ejemplo:

T1 R2
“El único camino abierto a la prosperidad constante y fácil es el de conocer,

cultivar y aprovechar los elementos inagotables e infatigables de la naturaleza.


T2 R2 T3 R3
La naturaleza no tiene celos como los hombres y los hombres siempre

necesitarán de los productos de la naturaleza.”


José Martí

Su representación es así:

T1------- R1
¡
T2 ------- R2
¡
T3 ------- R3

En la progresión de temas derivados, los temas surgen de un hipertema, que


preside el texto. En el texto científico, el título informa acerca de ese
hipertema. En los microtextos, el hipertema puede aparecer en una oración
temática o estar implícito en el texto. Ejemplo:
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T1 R1 R2
“La imaginación es una capacidad propia del hombre, cuya aparición y
T2
desarrollo está relacionada con el trabajo. Al disponer de esta capacidad, el
R4 R5 T3
hombre pudo crear imágenes con formas nuevas, representarse ideas que
R6 T4
después traducía en objetos materiales y actos prácticos. La fantasía como
R7
componente de la imaginación le ha permitido al hombre recrear la realidad
T5 R8
de forma inusitada. La base de la creación, según Vygotsky, está en “la

habilidad para organizar los elementos, combinar lo viejo con lo nuevo.”

La representación de este tipo de progresión sería:

HIPERTEMA

T1 ----- R1 T2 ------ R3 T4 ------- R6 T5 ------ R7


T1 ----- R2 T2 ------ R4
¡
T3 ------ R5

En textos auténticos, los tres modelos de progresión generalmente no aparecen


puros, sino que se integran, lo que le da al texto mayor complejidad.

La coherencia

Se considera la característica esencial de la textualidad, ya que de no existir en


un texto, este se convierte en un no-texto, es decir deja de ser texto. El rasgo
esencial de la coherencia es que exista compatibilidad entre los mensajes de
los enunciados. La incoherencia se considera el más grave de los errores de
construcción textual, porque impide que se pueda llegar a la interpretación del
significado del texto.

La coherencia puede ser: semántica, semántico-pragmática y formal o


cohesión. La coherencia semántica tiene que ver con la compatibilidad de los
mensajes; la coherencia semántico-pragmática se revela en la adecuación de
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los mensajes al contexto; y la coherencia formal o cohesión se expresa


mediante recursos léxicos y gramaticales, tales como, la recurrencia, la elipsis,
los sustitutivos, el empleo de conectores o marcadores textuales, la sinonimia,
la reiteración, la hiperonimia e hipo nimia y el orden de los elementos en el
texto.

La coherencia en el texto científico se logra mediante el empleo de recursos


que son propios de todos los textos, aunque en algunos casos, su presencia en
este tipo de texto puede ser mayor. Al respecto, puede decirse que es más
frecuente la reiteración que el empleo de sinónimos, en tanto las palabras
constituyen términos de la ciencia; se hace uso de la pronominalización así
como de la elipsis y sustitutos, cuando se quiere evitar la repetición; el empleo
de los marcadores textuales, que expresan la relación causa-efecto, adición,
contraposición, conclusión, orden espacial y temporal, ejemplificación, etc,
pueden aparecer con mayor frecuencia que otros; el orden de los elementos,
que está dado por las características de la prosa científica, en la que predomina
la argumentación, que busca la adhesión a los puntos de vista del investigador.

La argumentación, desde el punto de vista lingüístico y textual consiste en la


orientación de los enunciados y en su conexión lógica, lo que ayuda a la
derivación sucesiva de las ideas, con orden y coherencia.

La pertinencia.

Constituye un rasgo de la textualidad, caracterizado por el hecho de que el


texto muestra con claridad lo que se dice en cada enunciado y a propósito de
qué se dice. Se manifiesta en la gradualidad y en la explicitud de la
información, así como en las relaciones semánticas que caracterizan el texto.

La gradualidad consiste en que cada frase añadirá algo nuevo y no se


producirán saltos abruptos en el texto. La explicitud se manifiesta en el hecho
de que en el texto se anticipa o anuncia lo que habrá de venir, lo que
constituye un factor de jerarquización. Expresiones tales como: “a
continuación”, “por ejemplo”, “por el contrario”, “además”, etc., son
marcadores textuales que contribuyen a hacer explícito el contenido.
La relaciones semánticas que se revelan en el texto permiten la estructura del
significado y cómo este avanza: por adición; por la relación causa-efecto; por
relaciones temporales (pasado, presente y futuro) o espaciales (adentro-afuera,
arriba-abajo, etc.); por contraposición; por paralelismo; por la relación entre lo
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general y lo particular, lo singular y lo individual; por la relación entre


continente y contenido, etc.

La búsqueda del texto acabado.

Todo texto, en tanto lo es, se caracteriza por poseer cierre semántico, que le
otorga cierta autonomía e independencia. En el texto científico esta
característica se manifiesta en que se arriba a conclusiones, lo que indica que
las principales ideas han sido expuestas, por lo que se ofrece una síntesis
generalizadora que contribuye a lograr ese cierre semántico. Para ello se
emplean algunos marcadores textuales como son: “en conclusión”, “a modo
de conclusiones”, “resumiendo”, etc.

En el análisis de las características funcionales y textuales del texto científico,


es indispensable tener en cuenta las particularidades de cada tipo de texto
atendiendo a su funcionalidad, según el contexto en que se usan y la intención
con que se producen. Al respecto hay que considerar las diferencias entre el
informe de investigación, la tesis, el informe de oponencia, el artículo, la
oponencia, y otros más específicos propios de las características de cada
ciencia.

La construcción de textos científicos.

El procesamiento de textos científicos implica la recepción y la producción de


la información científica mediante discursos orales y escritos. Para todo
profesional, constituye una necesidad poder comprender y construir
significados en formas de textos, que respondan a las exigencias de la
actividad científica que desarrollan.

La recepción de información científica exige dominar determinadas estrategias


relacionadas con las habilidades para resumir, elaborar esquemas y mapas
conceptuales, etc. De la misma forma, la producción de textos científicos,
tanto orales como escritos, debe ser de dominio del científico, a fin de lograr
la divulgación de los resultados de su trabajo.

El dominio del discurso oral en el lenguaje de la ciencia permite una


exposición y argumentación eficaz de las ideas, para lo cual es necesario
alcanzar el desarrollo de la competencia cognitivo-comunicativa que
comprende el desarrollo de la competencia lingüística, sociolingüística,
discursiva y estratégica. La conferencia, la presentación de informes de
17

investigación o de oponencia, exigen del expositor dominar las técnicas


específicas de la exposición oral que le permiten motivar al auditorio, hacer un
uso óptimo de los medios audiovisuales, aprovechar al máximo el tiempo de
que dispone, expresar con fluidez, coherencia y claridad las ideas, etc.

El desarrollo del discurso oral coherente propio de la ciencia alcanza un alto


nivel de eficiencia en la medida en que el expositor sabe emplear
procedimientos comunicativos como son: la persuasión, la disuasión y otros,
mediante los cuales influye de forma convincente en el auditorio. La
persuasión se define como “el mecanismo lingüístico por excelencia para
hacer que determinadas personas realicen la voluntad de quienes lo emplean,
acepten sus ideas o sigan las líneas que ellos han trazado.” 4 Su estudio por
parte de los psicólogos sociales ha revelado la existencia de determinados
factores que se consideran determinantes en el éxito, a saber: la credibilidad y
competencia de la fuente, el conocimiento del hombre, el orden de los
argumentos, el lenguaje, etc. Por su parte, la disuasión está orientada a lograr
que el interlocutor desista de pensar o actuar de alguna manera y como el
anterior es un procedimiento cuyo objetivo es influir en la forma de pensar de
quien nos escucha. Ninguno de estos procedimientos tiene un uso exclusivo en
un solo estilo, aunque se adecuan a cada uno de acuerdo con sus
características.

El desarrollo del discurso escrito tiene sus particularidades. Si se tiene en


cuenta que los interlocutores no tendrán que compartir el espacio y el tiempo,
esto contribuye a que se concentre la significación en la expresión lingüística.
El lenguaje escrito es el lenguaje coherente por excelencia.

El proceso de construcción de significados es un proceso inverso al proceso


de comprensión. Al describir ambos procesos, resulta evidente que se efectúan
recorridos que van en dirección inversa. El recorrido del que construye o
produce significados es un recorrido onomasiológico: conceptualiza la
realidad que quiere significar y la semiologiza, es decir, la formaliza mediante
los signos lingüísticos, o sea, las palabras, lo que le permite la comunicación.
El recorrido que se realiza al comprender un texto, a partir de la lectura o la
audición, es semasiológico, es decir, va de los signos a la significación global.

La producción de textos científicos constituye un proceso, cuyo objetivo es la


formulación de teorías; nos exige presentar el objeto que se conceptualiza
4
Brea, Leonte. El manejo del poder. Análisis, tácticas y estrategias. Santo Domingo, 1995, p. 42
18

desde una nueva perspectiva teórica, lo que debe hacerse con objetividad,
coherencia y precisión, de manera que la nueva conceptualización pueda ser
asimilada por la comunidad científica, entendida y aplicada a la solución del
problema.

En el proceso de desarrollo de habilidades en la construcción de textos


científicos resulta de mucha utilidad el análisis de un texto con las
características de aquel que se desea construir. Es necesario efectuar el análisis
en todos los niveles:

1° El nivel superficial: Corresponde a la identificación de caracteres y al


procesamiento literal de las palabras y las frases. En este nivel de
representación, el procesamiento se centra en las reglas para combinar las
palabras, de forma que cumplan las restricciones sintácticas del lenguaje.

2° El nivel de base: La base del texto es el conjunto de proposiciones que


representa el significado del texto. En la base del texto se pueden distinguir
dos subniveles de representación: las microestructuras, que son las
proposiciones del texto relacionadas localmente; y la macroestructura, que es
el conjunto de proposiciones que sintetizan globalmente su significado, y se
construye a partir de las microestructuras, mediante la aplicación de las
llamadas reglas de reducción: la omisión, la generalización y la construcción.
En relación con la macroestructura se encuentra la superestructura
esquemática o estructura de alto nivel, que determina las características más
generales del texto de que se trata.

3° El nivel del modelo situacional: Este modelo tiene un nivel de complejidad


mayor que los dos niveles anteriores, pues incorpora todas las elaboraciones e
inferencias necesarias para establecer la coherencia del texto. Se define como
la representación cognitiva de los acontecimientos, procesos, hechos,
acciones, individuos y, en general, de la situación sobre la que trata el texto.
Es la representación mental de lo que el texto significa.

El análisis de diferentes textos científicos, teniendo en cuenta los niveles de


representación de la significación constituye una valiosa ayuda para aquel que
se entrena en la redacción de dichos textos. Ese es el llamado recorrido
semasiológico descrito anteriormente; pero, como ya se dijo, el proceso de
construcción implica un procedimiento inverso, el recorrido onomasiológico.
Se parte ahora del significado, de la conceptualización que se ha hecho de la
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realidad, el que debe ser desarrollado de acuerdo con la intención y objetivo


de la comunicación, según el contexto en el que se comunica.

Para lograr lo anterior, es necesario entrenar al alumno en la realización de las


operaciones que caracterizan cada una de las etapas del proceso constructivo
textual, a saber:

- La motivación.
- La planificación.
- La puesta en texto.
- La autorrevisión y la autocorrección.

La motivación, como su nombre lo indica, es la etapa de formulación del


tema. La planificación está relacionada con la determinación de la
superestructura y macroestructura del texto. La puesta en texto es el momento
mismo de la redacción. La autorrevisión y la autocorrección lo llevan a
determinar la calidad de la construcción en todos sus niveles: superficial, de
base y el modelo situacional. Se aspira a lograr la adecuación del texto a lo
que se desea comunicar.

Todo profesional debe estar en condiciones de autorrevisar y autocorregir sus


propios textos, para lo cual debe dominar los medios lingüísticos y textuales,
que caracterizan el texto en cuestión.

Textos para leer y ejercitar.

POR LA ENSEÑANZA DEL DISCURSO CIENTIFICO.

En todas las universidades dominicanas se imparte la asignatura metodología


de la investigación científica. En algunas incluso, esta asignatura es común a
todos los planes de estudio. Más del 50% de las carreras existentes la
contempla en sus planes de estudio. Y se podría asegurar que la tendencia es a
que la investigación científica gane espacio en el currúculum universitario,
aunque sea como asignatura.

Los especialistas en educación superior coinciden en ponderar el papel de la


investigación científica en la formación profesional. La capacidad de producir
conocimientos debe ser una característica de todo profesional. Más ahora
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cuando al decir de Peter F. Drucker comienza un ciclo histórico en el cual el


conocimiento es el recurso más valioso.

Ahora bien, lo que no se ha contemplado en las universidades dominicanas es


el manejo del discurso científico. Los programas de metodología de
investigación sólo advierten sobre la necesidad de comunicar con rigor los
resultados de las investigaciones, pero no contemplan estrategias para la
enseñanza de la redacción científica. Esto parece un contrasentido, porque sin
el manejo del discurso científico, el investigador, (recuérdese que todo
profesional debe saber investigar) encuentra escollos importantes para
culminar exitosamente el proceso investigativo. Un trabajo arduo de
planificación y ejecución de la investigación se puede echar a perder por falta
de habilidad en el manejo del discurso científico.

Sólo dos universidades contemplan la redacción científica en los planes de


estudio de grado. Específicamente en los llamados monográficos, los cuales
son cursos alternativos a las tesis de grado. Y sólo una contempla dicha
asignatura en un programa de cuarto nivel. Específicamente, en una maestría
en investigación educativa se incluye un módulo destinado a la enseñanza y al
aprendizaje del discurso científico.

Lo anterior explica el pobre desempeño de los estudiantes de término y hasta


de profesionales, en el manejo de la redacción científica. Un estudio reciente
hecho a tesis y monografías, presentadas por estudiantes de distintas
universidades para optar por el título de grado, revela serias deficiencias en la
redacción de estos tipos de informes. La experiencia de quienes hemos
asesorado tesis de grado y de postgrado corrobora este hallazgo.

Las limitaciones de estudiantes y profesionales para redactar informes


especializados, cohíbe a unos para presentar los resultados de sus
investigaciones como estudiantes; y a otros, para participar como expositores
en eventos científicos propios de sus profesiones o para publicar en revistas
especializadas.

Si la capacidad para investigar (producir o apropiarse del conocimiento) debe


ser una característica de los profesionales, no hay duda de que su correlato, la
capacidad para manejar el discurso científico, debe formar parte del perfil de
los egresados de nuestras universidades. No hay profesionales brillantes sin
estas dos capacidades. De ahí la urgencia de que se incluya en los cursos de
inducción a la tesis, en los cursos optativos a la tesis (monográficos) y en los
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propedéuticos de los programas de cuarto nivel (especialidades, maestrías y


doctorados) un módulo de redacción científica o manejo del discurso
científico.

García Molina, Bartolo. Enfoques cognitivos y


comunicativos sobre la lengua y su enseñan
za. (ensayos breves). Santo Domingo, R. D.
Ediciones Surco: 1997, p.p. 35-36.

1. Bloonfield afirma que oración es toda forma lingüística en posición


absoluta, es decir, no incluida en una forma lingüísticamente amplia.
Distingue entre Free Forms y Bound Forms, según se trate de expresiones
que pueden ser enunciadas solas o que no poseen esta facultad.

2. El cuchillo tiene gran utilidad desde tiempos remotos. Lo utilizamos en la


mesa acompañando a otros cubiertos. Su uso es cortar. Puede ser empleado
para extender la mantequilla sobre el pan o pelar algún tipo de fruta. Se
cortan con el cuchillo solamente los alimentos que lo precisan y no los que
pueden fragmentarse con el tenedor.

(Manual de educación formal.)

3. La historia de América es definitivamente la historia de nuestras luchas de


clase, imbricadas en el mundo, sujetas a un destino planetario; pero en
estas latitudes, por la mixigenación de culturas y de razas, por la
grandiosidad de la naturaleza, por la expresión que ha tenido el devenir
americano, está presente lo real maravilloso; descubrirlo es, en buena
medida, revelar aristas de nuestras particularidades.

Rodríguez Coronel, Rogelio. “Carpentier:


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novela y revolución”.

4. Las sociedades existen en el tiempo y en el espacio. Ellas se transforman a


lo largo del tiempo y generan procesos de cambio, de continuidad y de
ruptura con el pasado y novedad con respecto a él. Existen en espacios
específicos y se modifican a sí mismos en función de estos.

5. Los factores que conforman la realidad social constituyen el objeto de


estudio de las Ciencias Sociales. Por Ciencias Sociales se entiende, por
tanto, el conjunto de disciplinas que como la Antropología, la Historia, la
Sociología, la Economía, la Geografía, intentan explicar la realidad social.
Esta es abordada con un enfoque interdisciplinario que facilita su estudio
multilateral e integral.

6. El experimento es uno de los métodos de la investigación científica. Su


aplicación como método en el proceso de enseñanza-aprendizaje
contribuye a elevar el nivel de independencia cognoscitiva del alumno.
Una adecuada didáctica del experimento estimula el desarrollo de su
iniciativa y su creatividad; le ayuda a ver el carácter aproximado de las
teorías y la manera múltiple de comprobar una hipótesis o teoría dada.

7. Es conocido que los procesos y fenómenos naturales son consecuencia de


la interacción de factores muy disímiles en sus orígenes y naturaleza. No
obstante los conocimientos científicos acerca de tales fenómenos, ha sido
posible construirlos sobre la base de una estrategia de investigación que
prioriza los enfoques especializados y aspectos parciales de los fenómenos,
dando lugar a saberes específicos que constituyen disciplinas (o ciencias),
hoy día bien delimitados unos de otros.

8. La lingüística textual estudia el texto y el contexto o situación en que este


se realiza. Se ocupa del lenguaje de una manera integral, considerando en
él tres niveles: la sintaxis, la semántica y la pragmática. Se integra con
otras disciplinas para estudiar el lenguaje: con la sociología, porque se
ocupa de la función social del lenguaje, y con la psicología, porque estudia
el lenguaje como hecho psicológico.

9. Grupo es una entidad social orgánica y viva que constituye un todo. Sus
miembros interactúan con un objetivo. Para alcanzarlo, usan estrategias de
trabajo que facilitan su interrelación.
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10. En la época de la automatización, una máquina parecería que sustituye las


tareas humanas, que su velocidad y precisión inutilizan la intervención de
un par de manos. La promesa que nos transmite el progreso es que haremos
menos, que podremos derrochar el tiempo en actividades placenteras y que
con solo accionar un interruptor, el esfuerzo empleado disminuirá hasta
desaparecer…

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