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LA POÉTICA DE LOS OBJETOS

Todos los días estamos rodeados de cosas, objetos y elementos que unos pueden parecer
ordinarios y sin sentido alguno, mientras que otros, no, estos nos pueden llamar la
atención o simplemente parecer valioso sin un motivo específico, pero la cuestión aquí es
que todos están presentes, frente a nuestros ojos y pasando por nuestra corta vida. Día a
día observamos cosas, nuestro mundo está lleno de cosas, y ya es tan normal que ni las
notamos, cuando el mundo no sería lo que es sin estas cosas, sería un mundo mejor con
respecto a la contaminación y el medio ambiente, pero ese sería otro tema diferente a
tocar. Las cosas u objetos, son aquellos que le dan forma a nuestra vida, le da como una
base y una estructura para que realmente sea una vida, sea el entorno de tu vida, algo tan
básico como un vaso, técnicamente un contenedor de líquidos; imagínate que no podrías
hacer sin contenedor, ¿ves? A pesar de su uso común, sin él, no tendrías como tomar
líquido cómodamente, lo que nos lleva a otra parte que es a la creación de nuevos objetos
y/o la ingeniosidad de usar otros existentes para emplearlos en algo que no cumple su
funcionalidad nativa. Hay un sinnúmero de elementos que ignoramos a diario, y no les
damos el valor suficiente ni lo tanto que nos resuelve y facilita la vida, como dicen por ahí,
nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde, y así mismo pasa con los objetos cotidianos,
solo les damos esa historia cuando ya no existen, fueron muy útiles en cierto tiempo, pero
ya hay que depurarlos de nuestras vidas, ¿Pero realmente que pasa cuando se deshecha
un objeto?
No les ha pasado, que en el caminar de las calles, ven ciertos objetos extraños y se
preguntan ¿Qué hace eso ahí? Soy de las que creo que esos objetos no están en ese lugar
por arte de magia, cada objeto tiene una historia, y estoy segura que ese insignificante
objeto que quizás hemos pisado o pateado en las calles tiene una historia para ser
revelada y no nos hemos puesto en la tarea de reflexionar de donde puede venir, porqué
está ahí y no allá, que quiere decir. Como no son “nuestras” cosas, no nos importan, no
sabemos si el bolso ensangrentado que está debajo del puente cuenta la historia de una
violación, pero como no es nuestra historia, no nos importa encontrarle un sentido, y así,
muchos objetos pudieron haber sido claves para alguien, en este caso para una madre
desesperada buscando a su hija o insignificantes para un ignorante estudiante que va de
afán porque va tarde a clase.
A diferencia de objetos que vemos en nuestros días y que son ignorados porque según
nosotros no nos competen, distintamente son tratados los elementos que nos regala una
persona especial. Estos objetos no los vemos como ordinarios ni cosas que pueden ser
ignoradas, los apreciamos y mantenemos a la vista y revisando que no se nos haya
extraviado, como lo puede ser, un collar de diamantes que te regalo tu esposo; pero aún
así tengamos el objeto presente y le demos el valor que se merece (y no hablo del valor
del collar de diamantes, sino del alto valor que se le debe dar a cualquier objeto
independientemente de lo que sea) seguimos sin cuestionarnos de dónde viene y con que
intensiones llega a nuestra vida, no sabemos si los diamantes con que fue cautelosamente
fabricado el collar vengan de una mina de cualquier lugar del mundo donde exploten a los
niños violando sus derechos humanos, pero no nos importa porque no es nuestra historia.
Al recibir o encontrar algún elemento a lo largo de nuestras vidas, no podemos quedarnos
simplemente con lo que nos digan de él; cuantos objetos quizás no han pasado meses,
décadas, hasta siglos entre nosotros y no nos hemos dado cuenta de ello, y peor aún,
porqué está entre nosotros, porque llegó a mí, será que éste objeto querrá decirme algo
importante en mi vida, será casualidad, será que algún ancestro quería que lo tuviera…
Son diferentes preguntas que no tiene una respuesta objetiva, pero que, al tratar de
responderlas, podría ser el futuro o la perdición de nuestras vidas.

SOFÍA ÁNGEL BOTERO.

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