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ORACIÓN COLECTA
Oh Dios, que junto a tu Hijo levantado en la cruz has querido presente la Virgen
Madre, asociada a un único martirio, haz que el pueblo cristiano, acogiendo este
signo de tu amor, experimente siempre más los frutos de la redención. Por nuestro
Señor Jesucristo
O bien:
Señor, Dios nuestro, que para redimir al género humano caído por el engaño del
demonio, has asociado a la pasión de tu Hijo, a la Madre Dolorosa, haz que todos los
hijos de Adán, sanados por los efectos devastadores de la culpa, participen en la
creación renovada en Cristo redentor. El es Dios, y vive y reina contigo ...
Primera lectura
El pueblo que caminaba en las tinieblas ha visto una gran luz: sobre los que
habitaban en el país de la oscuridad ha brillado una luz. Tú has multiplicado la
alegría, has acrecentado el gozo; ellos se regocijan en tu presencia, como se goza en
la cosecha, como cuando reina la alegría por el reparto del botín. Porque el yugo que
pesaba sobre él, la barra sobre su espalda y el palo de su carcelero, todo eso lo has
destrozado como en el día de Madián. Porque todas las botas usadas en la refriega y
las túnicas manchadas de sangre, serán presa de las llamas, pasto del fuego. Porque
un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado. La soberanía reposa sobre sus
hombros y se le da por nombre: «Consejero maravilloso, Dios fuerte, Padre para
siempre, Príncipe de la paz». Su soberanía será grande, y habrá una paz sin fin para
el trono de David y para su reino; él lo establecerá y lo sostendrá por el derecho y la
justicia, desde ahora y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL: del Salmo 112.
Bendito sea el Señor, alábenlo sus siervos. Bendito sea el Señor, desde ahora y por
siempre. R.
Desde que sale el sol hasta su ocaso albado sea el nombre del Señor. Dios está sobre
todas las naciones; su gloria, por encima de los cielos. R.
¿Quién hay como el Señor? ¿Quién iguala al Dios nuestro, que tiene en las alturas su
morada, y sin embargo de esto, bajar se digna su mirada para ver tierra y cielo? R.
El levanta del polvo al devalido y saca al indigente del estiércol, para hacerlo sentar
entre los grandes, los jefes de su pueblo. R.
SEGUNDA LECTURA
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Romanos. (Rm 8, 28-30.)
Hermanos: Sabemos, además, que Dios dispone, todas las cosas para el bien de los
que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio.En efecto, a los que Dios
conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él
fuera el Primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los
llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los
glorificó.
Palabra de Dios.
SECUENCIA y en cumplir su voluntad.
Santa Madre, yo te ruego
Estaba la Madre dolorosa que me traspases las llagas
junto a la Cruz, llorosa, del Crucificado en el corazón.
en que pendía su Hijo. De tu Hijo malherido
Su alma gimiente, que por mí tanto sufrió
contristada y doliente reparte conmigo las penas.
atravesó la espada.
Déjame llorar contigo
¡Oh cuán triste y afligida condolerme por tu Hijo
estuvo aquella bendita mientras yo esté vivo.
Madre del Unigénito!. Junto a la Cruz contigo estar
Languidecía y se dolía y contigo asociarme
la piadosa Madre que veía en el llanto es mi deseo.
las penas de su excelso Hijo. Virgen de Vírgenes preclara
no te amargues ya conmigo,
¿Qué hombre no lloraría déjame llorar contigo.
si a la Madre de Cristo viera
en tanto suplicio? Haz que llore la muerte de Cristo,
¿Quién no se entristecería hazme socio de su pasión,
a la Madre contemplando haz que me quede con sus llagas.
con su doliente Hijo? Haz que me hieran sus llagas,
Por los pecados de su gente haz que con la Cruz me embriague,
vio a Jesús en los tormentos y con la Sangre de tu Hijo.
y doblegado por los azotes. Para que no me queme en las llamas,
defiéndeme tú, Virgen santa,
Vio a su dulce Hijo en el día del juicio.
muriendo desolado
al entregar su espíritu. Cuando, Cristo, haya de irme,
Ea, Madre, fuente de amor, concédeme que tu Madre me guíe
hazme sentir tu dolor, a la palma de la victoria.
contigo quiero llorar. Y cuando mi cuerpo muera,
haz que a mi alma se conceda
Haz que mi corazón arda del Paraíso la gloria.
en el amor de mi Dios Amén.
EVANGELIO
2. Por los cristianos que sufren persecución por la fe: para que, asociados en la tierra
a la pasión de Cristo, merezcan ser glorificados con él en el cielo, roguemos al Señor.
R/.
3. Por los que gobiernan las naciones: para que, movidos por deseos de paz, alejen
los peligros de la guerra y trabajen por la fraternidad de los pueblos, roguemos al
Señor. R/.
Transforma, Señor, estos dones con la acción del Espíritu Santo que, por el misterio
de la redención al cual estuvo asociada la santísima Virgen, destruye el pecado del
mundo y nos abre las puertas del cielo. Por Cristo nuestro Señor.
PREFACIO
BENDICIÓN SOLEMNE
Dios Padre, que dispuso la redención del hombre a través del sacrificio de Cristo,
aceptado y compartido por la Madre, les haga partícipes del misterio de la salvación.
R/. Amén
Y él, que quiso que la santísima Virgen recorriese la senda oscura de la fe y del dolor
hasta alcanzar, junto a la cruz, la perfección de la caridad, los lleve también a ustedes,
que avanzan por el camino de la fe, a la plenitud del amor.
R/. Amén
Para que, llevando impresa la imagen de Cristo crucificado, participen, al término
de la vida, de su gloria eterna.
R/. Amén
Y la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo + Espíritu Santo, descienda sobre
ustedes y permanezca para siempre.
R/. Amén