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METODOLOGÍA,
DE LAINVESTIGACION
EN ORGANIZACIONES,
MERCADO Y so··c IEDAD
Epistemología y t écnicas
RUTVIEYTES
EDIIDRIAL
D E LAS
CIENCIAS
Vieytes, Rut
Metodología de la investigación en organizaciones. mercado y
sociedad: epistemología y técnicas.· 11 . ed.- Buenos Aires: De las ciencias, 2004.
732 p. ; 24x17 cm.
ISBN 987-20200-7-8
Reservados todos los derechos de la presente edición para todos los palses.
Esta obra no puede ser reproducida, traducida o adaptada total o parcialmente
por medios electrónicos o mecánicos, incluyendo fotocopia, copia xerogyáfica, grabación magnética
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IMPRESO EN ARGENTINA
PI\INTEO IN ARGENTINA
A la memoria de mi padre.
A mi madre, que resiste estoica.
A mi esposo Leo
A mis hijos Luli y el pequetio Iván.
Agradecimientos
RutVieytes
Buenos Aires, marzo de 2004
Prefacio
1 Vessuri, Hebe M. C. "Desafíos de la educación superior en relación con la formación y la investigación ante los
procesos económicos actuales y los nuevos desarrollos tecnológicos" . Revista Iberoamericana de Educación. Nú-
mero 2: Educación, Trabajo y Empleo. Mayo· Agosto 1993
esa historia a partir de una técnica; por eso, para el investigador que se inicia, las técnicas se pre-
sentan, en su dimensión pedagógica, como la puerta de acceso a la experiencia del investigar, que
será más rica, más amplia y fructífera cuanto más y mejor maneje los instrumentos.
Con la finalidad de cubrir, aunque sea en parte, la necesidad de contar con un soporte metodo-
lógico y técnko, el presente volumen procura ser una guia introductoria aunque lo suficientemen-
te completa como para acompaliar el desarrollo de una investigación social, con ejemplos, investi-
gaciones, casos y análisis contextualizados en organizaciones e instituciones económicas y sociales.
Pero, aunque es una guía, la obra se resiste a proponer una secuencia de normas y procedi-
mientos intentando, desde el início presentar el proceso de investigación como un proceso pro-
ductivo en el que el investigador debe tornar decisiones a cada paso que estarán siempre signa-
das por las condiciones sociales en que dicho proceso tenga lugar.
Como dispositivo de apoyo a la acción propone un recorrido por las estrategias generales y
las técnicas especificas que utilizan los investigadores sociales: desde el costoso e iterativo proce-
so de construcción del objeto - momento epistémico de la investigación- hasta las técnicas y los
instrumentos más sistemáticos. Hay explicaciones detalladas de cómo preparar diseños experi-
mentales, diselios con datos secundarios, diseños de observación, de encuestas y de análisis tex-
tual, incluida una considerable cantidad de pormenorizadas explicaciones "paso a paso" sobre
cómo e.laborar instrumentos tan espedficos como escalas, guías de observación sistemática o
cuestionarios. Con ambiciones más limitadas, pero siempre pensando en que el estudiante in-
vestigador cuente con los recursos necesarios para iniciar, desarrollar y comunicar los produc-
tos de su proceso investigativo, ~e han destinad o cinco capítulos a la investigación cualitativa, cu
yo protagonismo crece con la multiplicación de subuniversos de significado y en la medida en
que es ineludible el estudio de la agencia humana, desde su propia perspectiva. La propuesta
consiste en desechar la opción metodológica a priori entre hacer una investigación cualitativa o
cuantitativa y promover el reflexionar sobre la elección de uno u otro enfoque en función del
objeto de investigación o incluso de un aspecto del mismo.
Quien utilice el indice como brújula podrá avanzar en su proceso de investigación sin perder
el hilo del discurso aún cuando no pueda -o no quiera- destinar tiempo a la discusión epistemo-
lógica. Esta aclaración nos conduce al tercer interrogante, y de éste a una fundamentación del
ejercicio epistemológico.
Hasta a·quí los futuros profesionales se internan en los caminos de la metodología, aprenden
las ventajas y desventajas de hacer las cosas de una manera y no de o tra, encuentran en las téc-
nicas recursos para explorar el ambiente y aplicar sus disciplinas, para observar, para obtener co-
nocimiento nuevo destinado a tornar decisiones profesionales.
Las exigencias de especialización no favorecen, sin embargo, el desarrollo de una competencia
central para tratar los problemas desde una perspectiva interdisciplinar, que es la que permite el
desplazamiento hacia y desde difere11tes contextos de observación y de análisis.
Tal limitación toma la forma de un obstáculo para pensa.r la complejidad de lo real y se tra-
duce en dificultades concretas para abstraer, teorizar y contextualizar en las propias disciplinas.
Inevitablemente, esta precariedad en la capacidad de producir conocimiento básico da lugar en
la práctica a una ausencia significativa de discursos alternativos, con la consecuente repetición
acrítica y ad infi11itum de las teorías paracligmáticas, bajo el supuesto · detenido en el tiempo·
de que la investigación básica no compete al profesional sino al cientí.fico.
Pero el siglo XX tiene en la partición del átomo, la informática y la biotecnología los referen-
tes que simboli1..an la definitiva caída de las vallas que separaban rígidamente ciencia básica de
ciencia aplicada, y ciencia de tecnología. La ciencia, las disciplinas y la füosofia misma están, se-
gún se mire, en un período de crisis o de revolución que implica la necesidad de repensarse a si
mismas. Perdidas ya las certidumbres, objetados los fundamentos de la lógica y de la experien-
cia, puesto en cuestión lo real mismo, sólo queda ignorar la revuelta y en una suerte de renega-
ción epistemológica espantarse del positivismo y actuar como si nada, permaneciendo adherido
a sus certezas, y acatando el saber establecido en cada disciplina como si éste fuera en verdad un
reflejo perfectible de lo real. O queda el desencanto del puro relativismo y del todo vale. O que-
da -y aquí pretendo detenerme- el potencial de pensar en· términos de múltiples miradas y con-
figuraciones. Dicho lo último de otro modo: toda obsen-ación fija un contexto, lo sepa o no el
sujeto que observa. El observador efectúa pues su observación y al no observarse en esa acción,
no toma conciencia de los supuestos que su operación implica. La reflexión epistemológica abre
el horizonte a 1111a observación que observa cómo se observan los problemas de las disciplinas. El
producto posible de la observación epistemológica es un sujeto auto refle.,civo y capaz de situar-
se en contextos diversos para repensar su saber: el por qué, el para qué, con qué fin, para quién ,
con qué sentido, en qué condiciones se produce conocimiento en su ámbito de actuación. For-
mar a un futuro profesional en el quehacer metodológico, epistemológico y técnico es dotarlo
de un perfil riguroso y crítico que genera a la vez condiciones para el desarrollo teórico y la ex-
pansión interdisciplinar de cada campo.
El proyecto es ambicioso, y este libro sólo procura acompafiar a los profesionales en periodo
de formación, proporcionando un entramado que en las distintas instancias del proceso de in-
vcstigaciúu • especialmente en algunos cruces de ca.mino críticos- reconstruya parcialmente di-
ferentes concepciones de la ciencia, que en sus controversias problematizan las principales pre-
tension·es de validez del conocimiento científico y en el mismo movimiento, las propias preten-
siones de certeza de estudiantes, de profesores, de profesionales y de cientlficos.
Espero haber logrado, en alguna medida, la aproximación que me he propuesto, aunque vis-
to el producto supongo que el afán de reducir la diversidad de autores y perspectivas para no
abrumar al aprendiz de investigador, y la forma a veces prcscriptiva con que describo las técni-
cas y procedimientos, haya dejado en las secciones l, 3 y 4, la dimensión crítica reducida a una
petición de principio. Encontré en ese tramo que es muy difícil pretender explicar cómo se cons-
truye un cuestionario, o cómo se elabora un informe según normas internacionales, poniendo
a la vez ese saber en cuestión. No obstante en los primeros cinco capítulos -momento epistémi-
co de construcción del objeto de investigación- hay un panorama de algunas de las discusiones
más intensas de la historia de la ciencia, siempre muy cerca de su impacto en la práctica con-
creta del investigar. No subestimé al lector principiante brindando un conjunto de certezas tran-
quilizadoras que no existel}, pero destiné las llneas que fueron necesarias para definir todos y
cada uno de los conceptos nuevos que se presentaron, por lo que conflo que aún en los tramos
en los que la discusión epistemológica se hace más fina, podrá ser comprendida en su lógica y
en las potenciales consecuencias prácticas qu,e impone en el momento de tomar decisiones me-
todológicas. Mas si quedan interrogantes abiertos, no será sorprendente, parafraseando a Edgar
Morín, «partimos del reconocimiento de la oscuridad oculta en el corazón de una noción escla-
recedora de las cosas''.
La Autora
Indice
Introducción 2
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Capítulo 10 Diseños experimentales 351
Bibliografía 739
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1
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Introducción
Gastón Bachelard
En suma, aunque no existe algo definitivamen te establecido que podamos llamar metodolo-
gía de la investigación, ni un método único, universal y seguro para obtener conocimientos ver-
daderos, hay, en cambio, una práctica del investigar que, a la vez que se desarrolla, va sen tando
formas y contenidos que son consensuados po r la comunidad científica en cada tiempo histó ri-
co y en el seno de cada ciencia. El investigador -con experiencia, rigor teórico y epistem ológico
y ·Jna buen a dosis de imaginación- debe ir cruzando métodos y fines que serán juzgados, en úl-
tima instancia, según los primeros sean o no capaces de cumplir con los segundos.
Para los diccionarios, la investigación es la indagación o examen cuidadoso y critico en la btís-
queda de hechos o principios; una pesquisa para averiguar algo. Esta definición expresa bien la
cuestión de que la investigación por si misma no constituye un método para d escubri r la verdad
si110, en realidad, un método de pensamiento crítico.
En efecto, nadje puede afirmar con certeza que saber metodo!ogía sea el mejor cami.n o para
descubrir nuevas teorías o para justificar las que ya existen. Pero es sin lugar a dudas el único
modo disponible para evaluar las investigaciones con las que necesariamente habremos de con-
vivir y pa ra tomar decisiones no sólo en la vida académica y profesional, sino también -y hoy
más que nunca· en la vida cotidjana.
Un profesional no concibe ya su actividad sino utilizando los productos de la labor de los in-
vestigadores: ninguna decisión puede tomarse, ninguna estrategia se define en la actualidad sin
contar con los conocimientos que la investigación aplicada provee. Sin formación metodológi-
ca es difícil establecer qué clase de información se necesita y cómo obtenerla; tampoco puede ser
comprendida ni vinculad:, con provecho l:i. inmensa masa de datos disponibles que las emprc5a5
y un sinnúmero de organizaciones e instituciones producen y ofrecen diariamente. Desco nocer
la dinámica interna de la investigación que utilizan los economistas cuando proponen proy~c-
tos y anuncian el futuro, o la de los sociólogos cuyas encuestas ávidamente se consumen en las
el?cciones y ante cada situación social crítica, convierte al ciudadano actual en una suerte d e
''analfabeto de los datos'; sometido a decisiones fundamentadas en indices y cifras cuyo s.ignifi-
cado no comprende y, lo que es más grave, no cuestiona. No saber metodología es consumir da-
tos como si fueran manzanas: para acceder a ellas solo hace falta una buena escalera. Y ningún
dato debería aparecer ante nuestros ojos con la fuerza de lo natural. Por el contrario, conocer
metodología es abrimos al proceso de fabricación de datos, es ente nder sus condiciones d e pro-
ducción, identificar su materia prima, analizar críticamente la calidad de los procedimientos y
los dispositivos imp licados en su elaboración. En síntesis, es perder la ingenuidad, aunque no el
asombro y la adm iración por la inagotable fuerza d e la creatividad humana.
En general, el libro ofrece un panorama detallado del proceso de investigación con dos pro-
pósitos: el primero es brindar elementos con los que el estudiante universitario pueda d esarro-
llu u na visión crítica en la evalua ción de las investigaciones a las que habrá de recurrir en su vi-
da académica y profesional; y el segundo -signado por el viejo adagio solo se puede aprender a in-
vestigar in vestigando-, acompañarlo en la elaboración del proyecto y de la investigación.
La realización de una investigación (aun una con fines didácticos) permite al estud iante
que se inicja participar de la experien cia intelectual que implica la construcción de su objeto
de investigación, de las diñcil es decisiones relacionadas con su estrategia teórico metodológica,
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tnttoducci6n 3
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1 Momentos del proceso de investigación
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El proceso de investigación implica tomar d ecisiones epistemológicas, teóricas, mctodológic.
y técnicas. En conjunto, son decisiones que se enmarcan en el bagaje disponible de cada cienci
en un momento determinado y que son puestas en juego de diversas maneras por el investigado
En función d e esos diferentes tipos de decisión y de las tareas que predominan en el desarrc
!lo de una investigación, el proceso se divide en tres momeo tos:
2 Bcricat. E. La integración de los métodos cuanaca tivo y cualirari~-o en la invrm.igaciÓII social. Barcelona: Ariel, 199
p. 21. -
Introducción S
3 Los demás capltulos de la Parte N son: capitulo 21 D~EFIOs EN 1A INIIESTlCACION cuAúfAllYA; capítulo 22 LAs MUmRAS EN 1A
l. ,'MSTIGACIÓN CVAUTATIVA; capítulo 23 LA 1\ECOlKCIÓN DE OATOS tN 1A ...v.snGACION CUAUTAllVA; capítulo 24 Et ANAl.lSIS DE LOS DA·
tos rn LA IN'IU t lGACION ct/AUTATl'IA; capitulo 25 Et. INfOI\ME EN LA INV!STIGACION CUAUfAll\lA.
6 Metodologí a d e lc1 lnvestl gación en or9:1ni zaciones, mercad.o 'i sociedad
Con la finalidad de contribuir a evitar tanto la reificación temprana de los métodos como el
secuestro de las técnicas por métodos determinados, organizama°s las secciones como sigue:
• Navarro, P. y Oía2, C. "An~lisis de contenido". en Delgado, J. M. y Guti~rrez. J. (coords.). M~codos y técnicas cuatí
., Uvas de fnvestígación en dendas sociales. Madrid: Sintesis. 1994, p. 195.
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5 Capítulo 6 o,s,flos CON OAIOS S(CUt,IOAIUOI; capítulo 7 01Síll0S OEANAusls TEXfUAl; capítulo 8 D1stAOS OE 06S~4Clót<; capít
lo 9 DISE>lo DE ENCUESTAS; capítulo tO OlstÑOS EXFERlMENT.oJ.ES.
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lntrodu,dón 7
Los instrumentos y las técnicas son los mediadores que dan sentido a aquello que en la reali-
dad -al ser cifrado a partir de un código- podrá ser percibido, reconocido y registrado. El instru -
mento constituye a la vez una expresión del concepto a medir y un espacio para el registro del
encuentro del investigador con su objeto; y en tal sentido puede considerarse el ADN de la in-
vestigación, lugar en el que finalmente confluyen }' condensan la teoría y la experiencia para dar
lugar al dato científico.
Destinamos la sección 3 a explicar a lo largo de los capítulos que la integran 6 los instrumen-
tos y técnicas de recolección de datos más utilizados en la investigación social, con un nivel de
acercamiento suficiente como para que el estudiante esté en condiciones tanto de evaluar como
de construir el instrumento.
& Capítulo13 ES<:AU.S DE ACTITUO Y VAlORAOON; cap{tulo 14 CvtSTIO•WUOS ~ ENTllE\I\STAS; capllulo 15 Gut>s OE om•vACION S1S·
TOMTICA; capitulo 16 IUS'IRUMENTOS PAAA EL ANAUslS DE COtfTWOO; capítulo 17 P•UE8AS , STAIIOAAJZAOAS.
r 8 Mttada l09la d e 1• lnvestig,clOn en organizadont5 , mercado y sociedad
Como el objetivo de esta obra es presentar un panornma introductorio del proceso de inves-
tigación, con un nivel de desarro llo lo suficientemente detallado como para trabajar desde la
construcción del objeto d e investigación hasta l:i elaboración de los instTumentos de recolección
de datos; y aportar además fundamentos epistemológicos para contribuir co n la toma de deci-
siones del estudiante-investigador; no hemos incluido técnicas de análisis estadístico.7 ~stas, sin
lugar a dudas, para que puedan ser utiliudas adecuadamente justificarían otro libro de similar
extensión al que ahora presentamos.
Por otro lado, se dispone de cxdentes textos de estadfstica con distintos niveles de dificultad,
según la dispar formación de los destinatarios, y programas informáticos como el SPSS que per-
miten realizar las operaciones contando solo con conocimientos básicos. Es conveniente subra-
yar que en la práctica de la investigación social e:rtensiva, las tareas estadísticas propias del mues-
treo y del análisis de los datos son habitualmente realizadas por especialistas. Sin embargo, ello
no debe hacernos olvidar que, aunque hoy más que nu nca el trabajo de investigación es un tra-
bajo de equipo, nada nos debería relevar del imperativo de conocer conuptos y procedimientos
básicos de estadlstica.
Con respecto a quienes elijan hacer una investigación cualitativo-intensiva o una investiga-
ción c.~loratoria, contarán con todos los elementos para enfrentar el proceso en el nivel gene-
ral de desarrollo de este texto. Se incluye el análisis de los datos para los estud ios cualitativos y 1
los exploratorios en la Parte IV, pues para quien asume dicho enfoque teórico metodológico la
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recolección de datos, el análisis y la generación de teoría son tareas que van avanzando casi a la 1
1· par, y así las hemos presentado.
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! Nuestro recorrid o epistemológico
1
¿Cómo resolver un recorrido interceptado por innumerables cruces de camino, sin hacer sal-
1
tos bruscos, sin o lvidar lo impmcindible e introduciendo lo deseable?
.j Es necesario aprender qué es la epistemologfa, la metodología, la inducción, la deducción; có-
1
mo opera el método hipotético deducúvo, por qué se defiende y por qué se repudia; cómo se
lJ construyen las teorías y cómo se validan; qué es explicar y qué es comprender. Y todo el lo según
r. distintas' perspectivas.
¡, Si no se dan estos primeros pósos, ¿cómo avanzar?, ¡cómo poner algún sup uesto en cuestión.
Para un estudiante que se inicia, la frase ~la observación depende de "1 teoría" es sorprendent
!, Y podremos hacer muy poco por comprenderla si no nos detenemos antes en los sujetos a quien
esa afirmación illterpela histórica mente y, en especial, si no comprendemos los obstáculos qu
1
operan en las concepciones de sentido común de las cuales algunos de esos enfoques son espejo.
Cuando se devela el papel estructurante del sujeto sobre lo n~al y a la vez las determinacio
nes biológicas, culturales, ideplógicas, económicas, etc., en las que el mi smo e.~tá inmerso, fal
ta muy poco para que se instale la relativización de todo conocimiento, siempre imbricado e
una trama histórica y social . .Es entonces cuando algunos lectores se preguntarán si los fr~
d e las investigaciones son dignos de credibilidad a la luz de tantas dudas y objeciones; si n
1 Las técnicas de anAlisis estadístico, ix:r otra parte, exigen un conocimiento técnico que no todos los destinatarim
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ESte libro poseen.
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1
lnt,oduc:;ción 9
subyace, después de todo, al método científico que estamos empleando ningún criterio de ra-
cionalidad que lo justifique; y si, en definitiva, es o no la lógica -como ciencia formal- la úni-
ca garantía de racionalidad.
Ante las pretensiones de operacionalización y medición, ¿inquirirá el estudiante si debe acep-
tar realmente que la matematización de los fenómenos da respuesta a los interrogantes de las
ciencias, o quizás en ese punto dude junto con quienes se preguntan si no serán las proposiciones
de la matemática y de la lógica proposiciones antropol6gicas que dicen cómo inferimos y calculamos
nosotros los hombres? 8
En suma, ¿es posib.le, con todo y sin embargo, encontrar algún criterio de racionalidad, aun-
que los científicos individuales no se comporten raciona.lmente, o debemos considerar todo ab-
solutamente relativo?
Debe quedar claro que de ningún modo intentaremos dar una respuesta definitiva a estos in-
terrogantes. Queremos adelantar, para quien albergue expectativas al respecto, que no habrá un
epilogo feliz de nuestra travesía en el que todas las preguntas queden contestadas.
Tal V\?Z -sin por dio pretender un eclecticismo fácil- razón e lústoócidad puedan ser entendi-
das como dos dimensiones del conocer; quizás, elegir el recorrido que lleva de deducción a in-
ducción o viceversa deje la pregunta epistemológica por el origen empantanada en una cuestión
que no logrará avan2ar más que la de la precedencia del huevo o la gallina, y se evidencie enton-
ces el carácter dialéctico de su relación. Sólo quizás.
La única certeza que el espíritu científico puede ofrecernos es la de contar con una concien-
cia crítica, aun con el temor de que nuestra capacidad de conciencia critica no sea tan efectiva
como deseamos y creemos. Nos contentamos con ese temor si, como dice Lakatos, la noción de
riesgo es lo que caracteriza a la racionalidad.
~·.
·~
e
a Wittgeostein, L Observaciones a los fundamentos de la matemática. Madrid: Alianza. 1978 (Parte 1 paragrafo 64).
- - - - -·=-.- - - - - -
Parte I La investigación Social
l·
Capítulo 1 El proceso de investigación
Nada se opone más a las evidencias del sentido común que la d iferencia entre "ob-
jeto real" y objeto científico, como sistema de relaciones expresamente construido.1
1 Bourdieu, P. et al. El oficio del sociólogo: presupuest.os epistemológicos. Madrid: Siglo XXI, 1975, p. 52.
2 lbid . p. 59.
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14 Metodologla de la Investigación en organízaciones, mercado y sociedad
El objeto de investigación
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~ Marco
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UJ Problema
Teórico
Hipótesis ¿Qué investígar?
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Objetivos
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l Cómo investigar?
Recolección de datos Técnicas
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~ Análisis de datos
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E Interpretación de datos
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Comunicación
Capltulo I El p, oceso de invesrlgaciOn 15
misma".3 El diseño, entonces, anuncia la operación que desplnará el estudio del campo de los
ensayos argumentativos a los resultados contrastados.
Descendjendo en el esquema de la figura l. 1, el primer cuadro bajo la línea doble representa
la estrategia general que desarrolla el investigador con el fin de determinar la plausibilidad de la
respuesta que ha construido como explicación conjetural del problema.
Si bien la elección del diseño se realiza en gran medida simultáneamente a la elección de las
técnicas de recolección de datos que mencionaremos luego, las tareas se representan en cuadros
separados dado que son esencialmente diferentes.
El cuadro elección del diseño señala los diferentes tipos de estudios y de diseños entre los que el inves-
tigador debe seleccionar sus enfoques y estrategias más generales de encuentro con la realidad empírica.
En cuanto al cuadro recolección de los datos, se refiere a las actividades más espedficaruente
técnicas de construcción de instrumentos y recolección de los datos.
Entre la estrategia general y las técnicas especificas, se observa en el esquema un cuadro de lí-
neas punteadas que represen ta una serie de tareas que es necesario realizar para poder pasar de una
perspectiva macro sobre el proceso de contrastación a una perspectiva micro que es la adecuada
para la evaluación y/o elaboración y aplicación de los instrumentos de recolección de datos.
Ese pasaje de la perspectiva macro a la micro, denominado operacionalizaci6n del estudio, im-
plica definir el universo, las muestras y las urudades de análisis por una parte (en el esquema, un
rectángulo), y establecer cómo van a ser observadas o medidas las variables del problema en la
realidad (en el esquema, un triángulo), por otra.
La puesta en acción de esos métodos y técnicas permitirá conseguir los datos necesarios para
interpretar y reevaluar las teorías elaboradas en el momento epistémico y definir entonces, con-
tando ya con los resultados de la contraS!!!_c_tó_!t~mpírica, ql!.é yalor puede atribuirse a esa teoría.
Finalmente, el esquema conecta las tareas de análisis e interpretación de los datos con los plan-
teos teóricos, puesto que es a la luz de aquellos planteos que deben interpretarse los resultados.
Será necesario, también, integrar tal interpretación con el saber ya disponible sobre el objeto.
Dijimos que una investigación comienza siempre con el planteo de un problema: sin proble-
ma, no hay investigación. Pero los problemas no surgen en el vado, sino que son el fruto de la
labor de un investigador - o varios· . Y en la medida en que los problemas se le plantean a suje-
'' tos que tienen cierta concepción del mundo y del conocimiento, esas concepciones influirán, da-
rán forma y contenido a la acción de interrogar. Para conocer algunas de las distintas perspecti-
vas en las que se sitúan los investigadores cuando plantean su problema es que recorreremos los
tipos de iuvestigación que es posible llevar a cabo y los fundamentos que las sustentan, en tanto
éstos remiten, en última instancia, a djchas concepciones.
Una primera forma de comprender la necesidad de acercarse a los supuestos que están en la
base de las decisiones del investigador es reconocer (tal como se muestra en la figura 2) la ma-
triz que organiza la lógica de las tareas que deben realizarse en una investigación, y los niveles de
fundamentación que esas tareas eligen. De ese modo, será más fácil situar las con sideraciones
acerca de cada nivel que haremos en el capítulo 2 y en cada cruce de caminos que se nos presen-
te a lo largo de nuestro periplo.
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Como muy pronto resultará evidente, es imposible abarcar en un curso de metodología to-
das las reflexiones técnicas,4 metodológicas,s teóricas,6 metateóricas,7 epistemológicas a y onto-
lógicas ' que atraviesan la labor de un investigador. De hecho, en la práctica:
los investigadores suelen eludir en lo posible las complejidades asociadas a este proceso de elec-
ción mediante la adscripción a priori de una u otra de las perspectivas meta teóricas de la realidad so-
cial, aplicando de forma más o me.nos consciente, con mayor o menor grado de coherencia, sus pre-
supuestos axiomáticos a cuantas investigaciones realizan. Con frecuencia, los investigadores o aplican
su particular orientación metateórica a cualquier objeto de estudio, o seleccionan el objeto en
función a su :3daptabilidad a la perspectiva con la que suelen trabajar. Algo similar ocurre en
4 ¿Cómo hacer, concretamente, para encontrarse con la realidad sedal? Por ejemplo. decidirse por determina-
das técnicas de acopio y procesamiento de bibliografía; técnicas de muestreo (probabilística o no probabilística);
instrumentos o técnicas de recolección de datos (cuestionarios, entrevistas, escalas); técnicas de análisis de los
datos (análisis descriptivo. inferencial); etc. '
s ¿Cómo hacer, en términos de una estrategia general integrada y coherente. para encontra rse con la rei!lidad
social? Por ejempto: optar entre un enfoque cuantitativo, un enfoque <¡Jalitativo, un enfoque dialéctico, etc.
6 ¿Con qué conceptos -de qué teorías especificas de cada disciplina- se procura dar cuenta de la realidad social?
Por ejemp!o, entre la teoría de las instituciones totales de Goffman, la teoría de la Atribución, la teoría de los ci·
dos de vida del producto de Kotfer, la teoría de los Grupos de Supuesto Básico de Bion, las teorías monetarias
del ciclo económico, la teoría de la utilidad y la demanda. etc.
1 ¿ Cómo puede comprenderse la realidad sociat en generan mediante las teorías generales de primer orden, co-
mo la Teorla Sistémica (Friedrichs. A. Sociology of Sociology. New York: Free Press, 1970), o de segundo orden,
como el funcionalismo o el marxismo.
a Las distintas perspectivas acerca de las condiciones bajo las que podemos conocer la reaíidad scóal. Muchos autt>res
utilizan el término epistemo!ogia para designar a la 'teotía del conocimiento' o 'gnoseología', es decir, un sector de la
filoscffa que examina el problema del conocimiento en general: el ordinario, el filosófico. el científico, etc Pero, en g~
neral, el término epistemología_es empleado en un sentido más restringido, referido exclus~,amente a los pioblemas
del conocimiento científico, tales como las clrctJnstanóas históricas, psicológicas y socio!ógicas que llevan a su obten-
ción y los criterios con los cuales se lo justifica o invalida. la epistemología es. entonces. el estudio de las condlciones
de producción y validación del conocimiento óentffico. la epístemología es una actividad crítica que se dirige a todo el
campo de la ciencia (Klirnovslcy, G. Las desventuras del conocimientn óentlfico. Bs. As: l>Z Editores, 1995. p. 27· 29)
9 Qué es la realidad social. ¿Es una construcción intersubjetiva? ¿Es un imperativo biológico?, etc.
18 Metodotogla de la Investigación en organizaciones. mercado y sociedad
relación a las teorías, los métodos y las técnicas, donde la formación académica, d clima cientí·
fico o profesional, las exigencias econónúcas y aún la costumbre o la moda orientan al investigador
siempre hacia la utilización de los mismos recursos.10
Más allá de cómo operan estas fuerzas de simplificación y sus innégables beneficios en térmi -
nos de la especialización de los investigadores, lo importante para nosotros en un curso intro-
ductorio es conocer algunas de las discusiones más clásicas acerca de cómo investigar y señalar
cada vez que sea posible que evitar la reflexión sobre todos los niveles no hará que desaparezcan
los efectos que acarrean sus supuestos, sino muy por el contrario permitirá que éstos se entrete-
jan en nuestro trabajo sin que seamos conscientes de sus consecuencias. La discusión sobre el
ejemplo "violencia en la escuela'; que presentamos en el parágrafo 1.4. 1. l, pretende aportar ma-
yor claridad a las ideas esbozadas en este último párrafo.
Hemos clasificado, para acercam os a ellos, los distintos tipos de investigación según d iferen-
tes criterios, a saber:
1. Por su finalidad: investigación básica, investigación aplicada y tecnología
¡
3. Por sus objetivos: investigación exploratoria, descriptiva, correlaciona! y explicativa
4. Por el tipo de datos que utiliza: investigación de datos primarios o investigación pri-
maria e investigación de datos secundarios o investigación secundaria
S. Por el grado de control del investigador en el diseño de la prueba: investigación expe-
rimental o investigación no experimental
~.
1 6. Por la secuencia temporal: investigación transversal (sincrónica) o longitudinal (dia-
.•
;• crónica)
El capítulo 2 lo destinamos en su totalidad a desarrollar esta clasificación atendiendo a los dis-
tintos niveles de fundamenracióu. Es necesario, y contamos con ello, que e\ lector lea esas páginas
para acometer los capítulos que siguen (partes 11, III, y IV de esta obra) y antes de tomar deci-
siones relativas a la estrategia -general y especifica- de su proyecto.
Vamos a presentar a continuación una suerte de recorrido sumario a través de los momentos
hasta aquí reseñados y de las actividades que éstos suponen.11 En este capítulo sólo evaluaremos
con mayor dcteninúento la cuestión del punto de partida de la investigación, esto es, la selección
del rema y las dificultades y desafios que implica para el investigador, ya que no volvemos a
abordar específicamente esta importante cuestión en los capítulos que siguen.
i·
1
,,
10
11
Bericat, E. op. cit. p. 20.
Remitimos a los capítulos sucesivos en los que habremos de ampliar y profundizar los fundamentos y tareas
pmpias de cada uno.
(I
íl ,
l
Capl tulo I El procuo de lnvestígaci 6n 19
Sabemos que en algunos casos nos veremos obligados a tratar con ideas y conceptos no del
todo precisos que esperamos se aclaren a medida que avancen los capítulos. De todas formas, no
hay otro modo de p roseguir con nuestra exposición si no es apelando a conceptos que aún no
hemos tenido la oportunidad de definir. Confiamos en que palabras como variable o hipótesis
tienen un lugar en el vocabulario de cualquier estudiante universitario que nos permitirá utili-
zarlas, aunque sea sin mucho rigor, con la finalidad de desarrollar un panorama general del pro-
ceso de investigación que permita sostener u na visión de conjunto mientras estemos ocupados
en los d etalles.
Analizado el esquema general de la figura 1.1 , listamos en la figura 1.3 cada una de las ta-
reas implicadas en el proceso de investigación para poder completar nuestro pequeño reco-
rrido sumario.
20 Mttodologla de la ~nvestl9aci6n en organilildones, mercado y sc cledaO
l Si consideramos esta última situación como la más probable para el lector, vamos a explorar
algunas de las al ternativas para comenzar a elegir un tema, asumiendo que en general el cuestio-
i namiento a los objetos que se brindan al seniido común vale para unos y otros.
·l.,J
t,, ¿Por dónde empezar?
'¡ A la hora de seleccionar el tema de investigación, ex.iste una tendencia pendular que va de las
.¡ grandes formulaciones, en un extremo, a buscar temas de investigación derivados de la percep-
.,
'1 ción de problemas prácticos y muy candentes en el horizonte de mira de la especialidad de que
j ~·
se trate, en el otro. El primer exceso conduce al planteo de investigaciones tan grandiosas como
f inabordables; el segundo, amenaza con homogeneizar a todos los investigadores de un período
en una línea plana que representa casi una moda.
Aún con esos riesgos, ambos extremos pueden intentarse. Afortunadamente, contamos con
algunas obras monumentales de excepcional valor que jamás hubieran sido emprendidas de se-
guir sus autores los consejos"de los libros de metodología que recomiendan circunscribir y aco-
tar el tema de investigación. 13 En cuanto a los temas vinculados a problemas prácticos, tienen
creciente cantidad de adeptos debido a la buena prensa de la palabra "práctica'; que acerca ima-
ginariamente lo práctico a lo útil; y después de todo, ¡quién no desea que su laboriosa actividad
investigativa resulte finalmente provechosa?. Está muy bien intentarlo, mientras no se confundan
'·1
12 Un aspecto no siempre explicitado, pero que condiciona fuertemente la elección y aun el enfoque de los pro-
blemas a investigar, es el de la financiación y supervisión de 1os proyectos de investigación. Para un uatamiento
de la cuestión ver. Sjoberg y Nett. Metodología de la investigación social. México: Trillas, 1980. Por otra parte,
las conside,aciones acerca de los condicionantes que sufre cualquier investigación deben alentarnos a realizar la
misma actividad de deconstrucción de S\Jpues,os-que proponemos a-la hora de buscar un tema de investigación,
pues un investigadot social nunca debe asumir un tema como algo ac.ibado sobre lo que solo le resta "hacer
una encuesta•.
I' n Por ejemplo el libro de Foucault, 1111. Historia de la locura. México: FCE, 1979 es un resumen de su tesis doc-
toral que en realidad tenía seiscientas páginas más que el libro.
Capitulo I El p,oceso d e lnvtstJga.dón 21
los problemas prácticos que se nos presentan en la vida cotidiana o profesional con problemas
de investigación: cómo aumentar la participación en el mercado o cómo reducir el contagio de
la neumonia atípica (SARS) son problemas prácticos. Un problema de investigación se pregun-
taría, por ejemplo, cuáles son los factores que favorecen u obstaculizan el incremento de la par-
ticipación en el mercado en un momento dado o cómo se produce el contagio del SARS. Como
vemos éstos no son problemas prácticos. Son problemc.s de conocimiento.
Luego, si en función de los nuevos conocimientos obtenidos se utilizarán barbijos o no habrá
presupuesto para comprarlos, se cerrarán o no las fronteras, se desinfectarán las mesas y las si-
llas, se cerrarán o no las piscinas públicas, se hará o no publicidad, serán todas soluciones prác-
ticas que el responsable de cuidar la salud publjca o las estrategias de comercialización deberá
poner en funcionamiento teniendo en cuenta -si decide hacerlo- los conocimientos que la inves-
tigación empírica le ha ofrecido acerca de cuánto y et qué condiciones puede sobrevivir el vi-
rus, cuáles son las vías de ingreso al organismo, qué rango de precios está dispuesto a pagar el
consumidor, qué centros de distribución prefiere, etc.
En suma, si optamos por los problemas prácticos, tenemos que haber comprendido la exigen-
cia ineludible de transformarlos en problemas de i11vestigaci6n. Para quien se interese por ésta
perspectiva, Umberto Eco, por ejemplo, sugiere en su ya clásico libro 14 buenos consejos para
transformar un tema de actualidad en un tema de investigación.
Pa.ra quienes decidan dejar de lado por el momento las investigaciones ciclópeas y los temas
más en boga, un recorrido por la teoría existente relacionada con los intereses y conocimientos
personales, profesionales o institucionales es el mejor recurso para comenzar a defmir un tema
de investigación.
Para un investigador que se inicia, una lectura exploratoria de la bibliografía ex:istente sobre
algunos temas de interés, la consulta a investigadores experimentados, a personas especializadas
sobre su contenido, pueden ayudar a una mejor selección y a sentir más tranquilidad en cuanto
a que el tema escogido no solamente sea relevante para la ciencia o disciplina de que se trate, si-
no que el producto de la investigación que se planea realizar represente un nuevo conocimien-
to o un refuerzo de los existentes.
•• Eco, U. Cómo se hace una te5is. T<knicas y procedimientos de investigación, estudio y escritura. Barcelona:
Gedisa, 1993.
~,,
(
1
1
22 Me1odotogta de la 1nvestigaciOn en organizaciones, me rcado y sociedad
e investigaciones, será posible tener una noción más precisa de los autores referentes del tema
elegido, con lo cual la búsqueda se tornará más prec isa y circunscripta, a la vez que más
fructífera.
Así mismo, contando con mayor claridad y diversificación con respecto al tema, será mas fá-
cil localizar en la red las líneas de investigación en cada disciplina. Veremos que eso perm ite es-
tablecer enlaces para acceder a información especializada y actualizada, a la vez que interactuar
con otros inves tigadores que estén trabajando en el área de interés. 15 De lo contrario estaremos
utilizando la red del mismo modo que a w1a gran enciclopedia. Como lo conceptua\izó Manuel
Castells,16 )os usuarios d e internet pueden clasificarse en interactuados e interactuantes. Los pri-
meros son los que consumen contenidos ya elaborados - desde documentos sobre física de los
fluidos a noticias de la CNN; desde zapatillas y entradas de cine hasta automóviles y pornogra-
fía- . Los segundos, en cambio, son los que utilizan la red como medio de comunicación reticu-
lar y directo. Hoy, solo las elites económicas e intelectuales utilizan realmente a la red como me-
dio de comunicación, "evitando" en la jugada a las grandes instituciones generadoras de la reali-
dad social, tales como las agencias de noticias, los multimedios, los intermediarios de todo tipo
y aún los estados. Establecer vínculos horizontales desde el inicio de la formación académica
contribuye a ampliar la base de la cultura interactuante y a reducir el consumismo pasivo de pro-
ductos terminados.
\ 5 Mientras vamos ,ecogiendo y analizando el material que encontramos. debemos ser muy cuidadosos en el ,e-
giruo de las fuentes a las que vamos ,ecurriendo ya que luego se,¿ imprescindible explicitarlas en el documen-
to del proyee10, de tal fotma que el leC\or dfl pt0yecto pueda conoce, qu~ es lo que pudimos constata, sobte
el tema y el modo en el que fue estudiado hasta el momento.
t6 Castells, M. "La cultu,a de la virtualidad ,eaJ.· En: La Era de la información. Vol. 1 La scciedad red. Madtid:
Alianza, 1995.
Capit ulo I El proceso de in v~stig-aclón 23
politícas r igurosas de selección de recursos humanos y altos salarios para el sector afectado a la
innovación, y po r otro, dejar ele lado políticas globales pa ra toda la compañia.
En la discusión, sin embargo, resultó evidente tanto la falta de acuerdo sobre el significado de
concep tos como imagen, creatividad, innovación, aprendizaje, participación y calidad, como que
las relacio nes de determinación entre unos y otros conceptos eran controversiales y con fusas.
En este punto los estudiantes bien podrían haberse propuesto comenzar una investigació n, pues,
en general, los desacuerdos, vacíos de conocimiento, imprecisiones o incongruencias en las teorías ele cada
disciplina constituyen buerias vías de acceso a la investigación. Pero como la discusión tuvo lugar en una
clase en la que se h ablaba de Sociología de las Organizaciones, todo quedó allí confinado y nadie pu-
do actualizar la disputa cuando llegó el momento de elegir un tema de investigación para su tesis.
Del relato de la experiencia se desprende -casi como una moraleja- q ue uno d e los mayores obs-
táculos que encuentra el estudiante para seleccionar un tema es la falta d e integración de los con-
tenidos de las asignaturas que cursó du rante su carrera, los cuales perduran para siempre en sus
compartimientos estancos sin llegar nunca a cruzarse e interrogarse entre si. Por ello insistimos en-
fáticamente en las ventajas que ofrece la mirada multidisciplinar para ampliar la perspectiva de los
temas de interés y para contar con distintos en foques y conceptos con los que est-ablecer relaciones.
No se trata, por supuesto, de ser un experto en todas las disciplinas, pero si de tener cierta am -
p litud hacia las articulaciones; ello permitirá pensar el tema en términos de sus relaciones con
variables económicas, sociales, políticas, culturales, legales, físicas, antropológicas, administrati-
vas, históricas, psicológicas, sociológicas, ecológicas, etc., y no quedar apresados, como dijimos
al conúenzo, en los temas acere.a de los cuales todos los estudiantes -y generalmente también sus
profesores- parecen estar pensando a la vez.
En cualquier caso, u na vez que se concentra la atención en un tema y se logra el estableci-
miento de ciertas secuencias o articulaciones entre fenómenos o procesos, se evidencia que por
reducido y limitado que pueda parecer, si se eiqJlora convenientemente, pronto surge toda una
serie de ramificaciones que le dan al tema importancia y valor.
Paralelamente, en el camino de la exploración bibliográ fica se comienzan a identificar las re-
laciones que otros estudiaron basta la e.xage ración o las que forman parte de teorías muy sólida-
mente establecidas en cada disciplina y sobre las que difícilmente estemos en co ndicio nes de per-
sistir investigando (para no hablar de la justificación del esfuerw ).
No obstante, si bien la primera justificación para revisar el estado del conocimiento disponi-
ble consiste precisamente en evita r repeticiones inútiles, no habría que apurarse demasiado en
descartar un tema po r muy estudiado que esté, pues nuestra propuesta, a fuerza de establecer
nuevas conexion es, a fuerz.1 de trabajar sobre otras coordenadas -por ejemplo otro pais u o tro
momento histórico-, a fuerza de tratar con otros sujetos y utiliza r otros métodos de validación
empirica u otros instrumentos, podría representar una investigación nueva.
Una mirada cuidadosa de las relaciones entre el tema y los d istintos contextos en que podría-
mos estudiarlo, y entre los mismos temas entre sí, irá permitiendo ampliar la perspecti1•a y ge-
nerando interrogantes acerca de esas y otras relaciones.
Todo lo que está a la mano -y mas lejos aún- puede ser utilizado críticamen te por el investi-
gador para fij ar las coordenadas y derivaciones del problema.
ta Para contribÚir en la sistematización de esfas tareas hemos induido un apéndice al final de este libro.
t9 Yuren Camarena, M. T. Leyes, recrias y modelos. México: T,illas. 1978, p. 57.
, .(
1
Esa d ebe ser nuestra ambición como investigadores que proponen un modelo: que éste repre-
sente la estructura y funcionamiento del objeto de investigación.
Así, con el conjunto de conocimientos que hemos obtenido de todas las actividades hasta aqui
realizadas, presentados mediante conceptos, establecemos relaciones en tre éstos y con el co ntex-
to. La integració n lógica de todos los conceptos y fenómenos que relacionamos produce u n sis -
tema teórico que p retende ofrecer nuevos conocimientos: el objeto de investigación.
El objeto de inve.stigación es el sistema de relaciones que llega a establecer el investigador en
un proceso que incluye el recorte y la estructuración de los hechos, las preguntas que sobre los
hechos así estruct urados se formula, y la co ncepción misma de cómo podrán ser observados en
la realidad. Realidad que sólo en virtud de es ta especial construcción podrá ser interpelada.
1.4.4 .F ormulación de las hipótesis o de los objetivos definitivos que guiarán la investigación
Como culminación del momento epistémico y en respuesta a los interroga ntes formulados en
el planteamiento del problema, pueden derivarse del marco teórico las hipótesis o los objetivos de-
finitivos que guiarán la investigación. Las primeras son conjeturas, respuestas tentativas al pro -
blema que el investigador propone y expresan las relaciones que se pretende verificar o rechazar,
para el caso de las investigaciones explicativas que utilizan distintas variantes del método hipo-
tético deductivo.20
En cuanto a los objetivos definjtivos, se utilizan en las investigaciones exploratorias o descrip-
I' tivas, aunque frecuentemente éstas pueden recurri r a hipótesis formuladas a la manera de su-
( puestos o resultados que se esperaría encontrar cuando se quiere describir el fenómeno frente a
la ausencia de conocimientos previos.
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l.
IJ
Las hipótesis o los objetivos que luego de esta nueva revisión de la litera tura es posible for-
mular son el eslabón necesario entre el modelo teórico y la realidad empírica, de modo que en
los informes de proyecto siempre aparecen después de la revisión de las fu entes y el planteamien-
'r ' to del problema, y a11tes de entrar en los detalles propios del momento técnico metodológico de la
·,·, investigación.
::i:
,¡ !J
il Las hipótesis
,¡ Los elementos que forman una h ipótesis son los siguien tes:
ti a. Unidad de análisis: define con claridad qué o quiénes será n estudiados. Por ejemplo,
individuos, familia"s, grupos, etc.
b. Las variables: son las características cuali tat ivas o cuantitativas de las unidades de
:¡ análisis que pueden asum ir d istin tos valores. De acuerdo con nivel de med ición, pode-
mos hablar de variables nominales, ordiuales, de intervalo o d e razón .
.;1· c. Los elemen tos lógicos: son nexos que relacionan las unidades de análisis co n las va-
riables y las variables entre sí.
Los objetivos
Los objetivos que se plasm~n en el proyecto de la investigación son el enunciado claro y preciso
de lo que se planea lograr. S011 la promesa de./ investigador a su público. Los objetivos se formulan en
fu nción de lós interrogantes planteados en el problema. Se refieren a lo q ue se d esea conocer,
explorar, describir, demostrar (en los estudios que proponen hipótesis, éstas reemplazan a los
objetivos).
Conviene formular objetivos generales y objetivos específicos. Son los objetivos específicos los
que se investigan y no el objetivo general, que se logra con los resultados de la investigación. En
otras palabras, la suma de los objetivos específicos es igual al objetivo general. Los objetivos re-
presentan el "qué" se pretende lograr. Por tanto, los objetivos generales y específicos deben ser
muy claros y no prestarse a interpretaciones diversas; deben, además, identificar el tipo y resul-
tados que se ¡iretenden lograr; por úl timo, es necesario que sean precisos, congruentes con el
problema y factibles.
21 capítulo 6 DISEÑOS CON DATOS SECUNOAJOOS; capitulo 7 DISENOS DE NlÁUSIS TOOUAL; capitulo 8 D1s,i\'Ol OE 06SERVA-
CION; capitulo 9 01sef¡Q DE ENCUESTAS; capítulo 10 DIS,fKlS EXPEJUMB<TAI.ES.
22 Ver capitulo 11 UNIDAD DE ANAUSIS Y rtCNICAS DE MUESTREO.
[f,
I\·¡' 1
f
t·
J 28 Metodologla de la ln ves tl9a clón en organizadones, mercado y sociedad
l
Población: Conjunto definido, limitado y accesible del universo, que forma el referente
para la elección de la muestra, es e\ grnpo al cual se intenta generalizar los resultados del
estudio.
Muestra: Conjunto de individuos extraídos de la población a partir de algún procedi-
miento específico.
J
'I,
sea con el objetivo de nombrar, clasificar, comparar o cuanÜfiC(lr, debe ser pensado como un
procedimiento de "medición~ 25
Resulta obvio que no podemos pesar la imagen de marca o la actitud hacia el trabajo. Pero lo
'! que sí podemos hacer es tender un puente entre esos conceptos abstractos y otros que resulten
',: más concretos y nos permiten saber, por ejemplo, hasta dónde es buena la imagen ele una marca
·' o la actitud hacia el trabajo para un sujeto. Ello, mientras no perdamos de vista que las respues-
tas de los sujetos serán dadas en función de las opciones que les presentemos, las cuales no serán
otra cosa que nuestro modo de entender la imagen de marca o la actitud hacia el trabajo. De eso
se trata el trabajo de operacionalizaci6ii al que recién hicimos referencia: establecer qué debería
hacer o decir un sujeto para que digamos de él que tiene una buena actitud hacia el trabajo.
,,
.,:,
23 Ver capitulo 12 El PROCESO DE MEDICIÓN.
24 Para una discusión del concepto observable, ver el capítulo 4 MARCO TEOR1co .
2s Kerlinger, F. lnvestil}¾Ción del comportamiento. Técnicas y metodología. México: lberoameñcana, 1987. p.111-112 .
Capítulo I El ptoceso de lnvesHga~ión 29
Imaginemos: un sujeto puede sentir cierta aceptación o cierto rechazo hacia una marca en
particular. Una investigación medirla -dentro de lo posible- cuál es la magnitud que tiene ese
sentimiento de aceptación o d e rechazo. Otro sujeto puede tene r una actitud negativa hacia al-
go, por ejemplo, el FMI o la pena de muerte o bien la idea de comprar y usar tampones o jabón
en polvo o mayonesa, o bien la d e comprar productos qt1e alteren el medio ambiente. Tomemos
Ja idea del FM I y el sentimiento de u n sujeto. Supongamos que ese sentimiento puede ser de
aceptación o de rechazo a ese organismo internacional. Ahora bien, imaginemos que el senti-
miento es de rechazo.
El problema que se le plantea al investigador no es ta11to que lo rechace, lo cual d e algún mo -
do pued e saberse de antemano según a qué sector pertenezca el sujeto; el asunto de la medici<ín
radica en saber qué tan grande o tan pequeño es el sentimiento de rechazo. Este es el quid del
asunto. ¿Lo rechaza tanto como para salir a la calle y protestar indignado en una marcha? ¿O só-
lo lo rech aza verbalmente? Si el rechazo es indignado, ¿cómo podría medirse esta actitud? El sen-
timiento d e rechazo podría, finalmente, ponderarse cua ntitativamente en u1ia escala del uno al
tres: muy indignado, regularmente indignado, poco indignado.
Algunas variables son fácilmente mensurables. Por ejemplo, el caso del ingreso o bien de la
disposición al pago por cierto producto o servicio: "¿Estaría usted dispuesto a pagar hasta 100
pesos mensuales por un club para sus hijos?" Si el interrogado dice que "Si': se le preguntarla:
"¿Qué tan dispuesto a pagar esa suma está?" " Muy dispuesto, regularmente dispuesto, poco dis-
puesto''. Si dice que "No'; se le debería preguntar por qué. Si contesta que porque no le parece
tan bueno el club, entonces habría que detectar qué tan:o le parece "no tan b ueno": en una es-
cala d el uno al tres, marque con una "x": 1 · 2 • 3. Etcétera.
Estos casos son ejemplos de cómo se h abla de la medición en las Ciencias Sociales. Y aun-
que los investigadores han encontrado modos más y más sofisticados d e elaborar instrumen-
tos para conocer la realidad social, en última instancia, y para que quede claro desde el inicio,
los guarismos que habitualmente consumimos en informes, en los medios o en los ljb ros, no
dicen más que, por ejemplo: el 79, 8 % de la población eligió la opción 3 del cuestionario que
le propusimos.
La tarea tiene un carácter eminentemente técnico, sin embargo -aquí nos remitimos al segun-
do epíg rafe d e este mismo capítulo- esos dispositivos técnicos condensan todo el trabajo teóri-
co realizado hasta aquí.
Los instrumentos que vamos a desarrollar son las escalas de actitud y valoración ( capítulo. 13),
los cuestionarios y entrevistas ( capitulo 14), las guias de cbservación sistemática ( capítulo 15), los
instrumentos para el análisis de conten ido (capítulo 16), las pruebas estandarizadas (capitulo 17)
y las técnicas cualitativas de recolección de datos, que presentamos en el capitulo 22 de la Par te IV.
1
1.4.9 Analizar los datos
Cuando finalmente se obtienen los datos, éstos deben ser codificados. Codificar consiste en
asignar un número a cada categoría de respuestas a los efectos del conteo o del cómputo.
Los datos obtenidos se seleccionan, se ordenan, se jerarquizan según algún principio lógico que
permita hacerlos operativos; se reconstruyen de cierta manera, se busca cu ellos pautas de compor-
tamiento esperadas. Si en el proyecto se mencionaron paquetes estadísticos, se habrá dejado claro
qué técnica se pensaba emplear y porqué, y qué tipos de resultados se esperaban obtener me-
diante su aplicación.
La información tabulada y ordenada se someterá entonces a tratamientos de análisis estadís-
tico. Según el caso.pueden aplicarse pruebas estadísticas paramétricas (correlación de Pearson,
regresión lineal, prueba t, etc.) o pruebas no paramétricas (ji cuadrada, coeficientes de Sper-
man, etc.)
Si, en cambio, se planeaba analizar los datos con técnicas cualitativas, las tareas del análisis ha-
brán empezado mucho antes, como se explica en el capítulo 23, destinado al análisis de los datos
cualitativos.
t¡
t
Capitulo I El proc eso de in... estigación 31
la comunidad científica para la cual éstos son valiosos. Las conclusiones del investigador queda-
rán as! integradas al conocimiento disponible y podrán entonces circular.
1.4.l 3 ¿Recomendar?
Cuando los fines de la investigación son aplicados, puede agregarse un apartado denominado
recomendaciones, que tiene una fonna del tipo:
"Dado que se encontró que el cambio dd canal de distribución tradicional es un factor deter-
minante del decrecimiento de las ventas en el segmento X de consumidores, pero ha intervenido
en el incremento de las ventas en el segmento Y; se recomienda volver al canal tradicional en la zo-
na "a" donde es mayoritario el segmento Y, mantener la nueva modalidad en las zo nas "b", "c" y, "d";
donde es mayoritario el segmento Y:'
Las recomendaciones, como es evidente, se refieren a lo que en la etapa de planteo del pro-
blema denominamos "problema práctico", y en tal sentido, efectuarlas no es una tarea propia del
investigador, que generalmente trabaja para una institución o una organización que solicita su
trabajo. La solución práctica de un problema práctico no es el conocimiento nuevo que el estu-
dio realizado provee, sino la decisión politica, financiera, etc., que esas instituciones u organiza-
ciones adoptan en función -o no- de los aportes de la investigación.
f
i,
.[·
y
Es dertamente ocioso mencionar que cualquier conj unto de objetos puede ordenarse según
alguna regularidad que presente, y si ocurre que las regularidades son de distinta naturaleza da-
rán, entonces, lugar a diferentes clasificaciones. Así, los estudiantes de un curso universitario
pueden clasificarse según el criterio "sexo", en chicas y varones; según el criterio "color de pelo",
en casta,ios, rubios y pelirrojos; según el criterio "estatura", en bajos, nonnales y altos y según el
criterio" expectativas profesionales" en los que quieren trabajar en una empresa o imtituci611 y los
que quieren crear su propio ernprendimiento o proyecto profesional. Luego, habrá chicas castañas y
bajas, pero también castatias y altas, todas con expectativas de trabajar e11 empresas o institucio-
nes, excepto una que pertenece a la clase de los que tienen la expectativa de crear su propio cm-
prendimiento o proyecto profesio11al. Aunque el ejemplo es banal, va.le la pena hacer esta aclara-
ción porque fácilmente al conocer los distintos tipos de estudio, el investigador que se inicia pue-
de creer que está obligado a optar. Tal cosa de ningún modo es asL Estas tipologías son modelos
y en la práctica pueden combinarse dentro de una misma investigación.
Los tipos de investigación que presentamos en este capítulo se establecieron de acuerdo a los
siguientes criterios:
- según su finalidad, se hablará de i11vestigación básica, aplicada o tecnológica;
- según el diseño de la prueba se realice con datos propios de primera mano o datos dis-
ponibles en estudios realizados por otros investigadores, se la clasificará como i11vestiga-
ció11 primaria o investigación secundaria;
- de acuerdo con la estrategia teó rico metodológica, aunque puede clasificarse en muchas
r-
l categorías, se ha optado por presentar las más tradicionales de investigación cua11rirativa
1 e investigación cualitativa;
- por sus objetivos, la investigación puede ser clasificada como e.'(ploratoria, descriptiva,
correlaciona/ o explicativa;
- por el grado de control del investigador en el diseño de la constrastación empírica, se
distingue entre investigación experimental y 110 experimental;
- por el momento en el que se recogen los datos, investigación tra11sversal (sincr6nica) o
longitudinal (diacrónica).
Podemos ver, en el ejemplo de la figura 2.1, la introducción de un reporte de investigación en
el que se expone y caracteriza el tipo de investigación reali1.ada. Los caminos que se tomaron po-
drían haber sido, por supuesto, otros muy diferentes y es el investigador quien habrá evaluado
en función de sus objetivos y posibilidades cuáles serían las mejores alternativas. Lo importante
es que cada tipo de estudio ofrece una clase de conocimiento, un grado de confianza, una posi-
bilidad de generalización y una exigencia de recursos humanos, de tiem po y económicos muy
~~
l"
f
34 Melodologta de la lnves1l9ación en organi zaciones. mercado y sociedad '
·~
j
1
diferentes; y entonces la naturaleza del problema, la suma de conocim ientos, la experiencia, los .!
recursos y posibilidades reales del investigador d eterminarán la particular elección o combina-
ción de tipos de estudio que se habrá d e proyectar.
La metodología empleada aborda dos niveles de análisis: macro y micro. En el nivel macro, se estu-
dió la evolución del proceso de reformulación desde la visión de los actores involucrados, y en el ni-
vel micro se analizaron los cambios producidos en la Unión Obrera Metalúrgica (UOM}, emblemá-
tica obra social síndica), durante su proceso de reconversión. Se intentó también caracterizar los es-
1 cenarios futuros de la reforma y los efectos sobre la equidad en el acceso a los servicios de salud.
,!¡··1
1! El csrudio fue de tipo descriptivo, cuali-cuantitativo y diacrónico, mediante el uso de fuentes de da-
tos secundarios y primarios. Se utilizaron estadísticas de la Superintendencia de Servicios de Salud,
;I.
!i i' dalos del Programa de Reconversión del Banco Mundial y las secciones politica y salud de los prin-
;~. ;•, cipales diarios. También se realizaron entrevistas en profundidad con los principales actores de la re-
l' i forma para conocer su percepción sobre el proceso de reconversión y los futuros escenarios, asf co -
tr
·.t !
mo con los afiliados de la UOM pata la apertura del sistema.
l .
' L. Fuente: Fíndling L.; Arruñada M. y Klirnovsky, E. Salud y Desregulación. El proceso de Reconversión
'fI·,.,: de las Obras Socirues en Argentina. Un estudio de caso. 1
¡::.
1 1
f .,.
.. Dilatemos aún más esta introducción a la clasificación de los tipos de investigación para anti-
!¡;1, ciparnos a algunas preguntas que los estudiantes suelen formu larse en este punto. Si usualmen-
íJ' t e se combina n distintos tipos de estud io, ¿cuál es la necesidad de presentar cada tipología en
11
·' .¡ su for ma ideal? No es difícil responder a esta pregun ta remitiéndonos al contexto del trabajo
' ¡, en una orga nización . Allí es clara la urgencia de definir variaciones o modalidades, t anto del
":1
·¡ · producto como del proceso. No podemos planificar en una empresa si no reconocemos las di-
:' ¡ fe rencias y semejanzas de una tarea respecto de otra, de un trabajo comparado con o tro. Y no
.i basta con que cada uno de nosotros tenga algún criterio personal par a h acerlo. En toda orga-
nización (o en todo proceso de producción organizado) se requ ieren ciertas normalizaciones.
,! Es fundamental un lenguaje común para referirse al propio trabajo y a sus disti11tas manifesta-
,,
1
ciones. Del mismo modo, las tipolog(as puras que presentaremos nos per nútir án conocer pau-
latinamente cada tarea para poder en el futuro instrumentar alternativas más complejas y más
1
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, Fíndling. L et. al. "Salud y desregulaci6n. EL proceso de reconversión de las obras sociales en la Argentina. Un
estudio de caso· . Boletln lnfOímando & Reformando, Jul / Sep (2001) 3-4.
Capítulo II Tipos dt lnvestigadón social 35
creativas. Esto podrá ocurrir cuando se conozcan por lo menos de manera general, las tareas y
decisiones que un investigador debe asumir.
Finalmente, y para concluir nuestra respuesta a la pregunta sobre la necesidad de desarrollar es-
fa clasificación, agreguemos que, desde una perspectiva formal, en la presentación de un antepro-
yecto de cualquier investigación y también en el reporte de un estudio terminado es imprescindi-
ble explicitar en qué tipo o clase se encuadrará el trabajo; o, por lo menos, establecer con claridad
cuál es nuestro propósito al iniciar la investigación. Para ese fin, - sobre todo, atendiendo a las exi-
gencias de las instituciones que pueden solicitar definiciones en este sentido en la presentación de
proyectos- conviene ubicar el estudio que se realiza según el tipo que predomina. Por ejemplo, si
se pretende hacer una investigación explicativa, seguramente habrá también descripciones, pero
se sigue considerando básicamente un estudio explicativo; un estudio sigue siendo cualitativo se-
gún su estrategia teórico-metodológica si su lógica d e problernatización, sus métodos de recolec-
ción y análisis de los datos y sus conclusiones se orientan en esa dirección, aún cuando apele a da-
tos obtenidos por métodos cuantitativos, como por ejemplo un censo de población. Sinteticemos
en la figura 2.2. los tipos de investigación tal como serán presentadas en éste capitulo.
Figura 2.2 Tipos de investigación social empírica clasificada según distintos criterios
Criterio Inv<:stigación
1 Finalidad {propósito) básica/ aplicada/ tecnológica
2 Estrategia teórico metodológica cualitativa/ cuantitativa
3 Objetivos (alcance) exploratoria/ descriptiva/ correlaciona!/ explicativa
4 Datos propios o datos disponibles Primaria (de datos primarios)/ secundaria (de datos secundarios)
5 Control en el diseño de la prueba experimental/ no experimental
6 Secuencia temporal transversal (sincrónica)/ longit11dinal (diacrónica)
A c.o ntinuadón, vamos a presentar los distintos tipos de investigaciones, no como un mero
cuadro informativo, sino intentando ampliar, siempre que los límites de este trabajo lo permi-
tan, los fundamentos epistemológicos, teóricos y metodológicos de cada tipo de estudio con el
propósito de contribuir a la toma de decisiones en los distintos cruces de camino que se le pre-
sentan al investigador social. ·
Por su finalidad, la investigación puede clasificarse primero, en i11 vesrigaci6r1 básica o ir1vesti-
gaciór1 aplicada. Se llama investigación básica a aquélla que es fundamento para otras investí·
gaciones y pretende conocer, explicar y c:omprender Jos fenómenos. la investigación apli cada,
en cambio, se nutre de la básica para resolver problemas concretos y en tal sentido depende
de sus logros.
La lógica es la misma en la investigación básica y en la aplicada. La diferencia no es de méto-
do, sino de meta. La investigación básica se interesa por problemas de conocimiento de cualquier
tipo; la aplicada, por problemas cuya solución tiene alguna posibilidad de utilización práctica,
sea ésta económica, polltica o social. Mientras la ciencia básica procura encontrar leyes, la apli-
cada investiga cómo aplicarlas. Ambas se apoyan en las ciencias necesarias para resolver sus pro-
blemas y ambas buscan obtener un conocimiento nuevo. Pero, mientras que la primera se pro-
pone conocer, la segunda busca conocer para transformar.3
En cualquier caso, se trata de producciones humanas y en consecuencia siempre atravesadas
por tantos determinantes como cualquier otra actividad social: como dice Bordieu "El universo
puro de la ciencia más pura es un campo social como cualquier otro, con sus relaciones de fuer-
za y sus monopolios, sus luchas y sus estrategias, sus intereses y sus beneficios, pero donde to-
dos estos invariantes revisten formas especificas''. 4
crear o conLrolar cosas concretas. Los objetos de ese control pueden ser flsicos {centrales eléctricas),
qu!micos {plantas petroqulmkas); bioquímicos {bodegas), económicos (supermercados), cultura-
les (museos) o poHticos,'en el sentido amplio de la palabra (prisiones).s
De la misma forma, el marketing bien podría considerarse una técnica científica, puesto que:
• Estudia las actividades y relaciones de intercambio de bienes y servicios que tienen lu-
gar dentro de y entre los sociosistemas implicados en ese intercambio (el mercado y su
micro y macro entorno social, cultural, legal, etc.).
- Asimismo, emplea métodos científicos y los resultados de investigaciones científicas en
psicologla y ciencias sociales básicas y aplicadas (investigacione3 antropológicas o socio·
lógicas, históricas y económicas) y, por último
• Se propone optimizar en algún aspecto el funcionamiento de los sociosistemas (por
ejemplo, el lucro de una determinada empresa o el incremento de intercambio de un
bien, un servicio o una idea).
Tanto el marketing como las llamadas ciencias de la administración son técnicas cientificas;
desde esta perspectiva, por el modo de estudiar su objeto , pero no constituyen una ciencia
porque, lejos de proponerse alcanzar conocimientos desinteresados, persiguen conocer la mejor
manera de controlar algo, a saber: los rupectos adminirtratil'os de los sociosístemas o el i:,tercam-
bio de bienes o servicios entre sociosístemas. Por otro lado, ambos -la administración y el marke-
ting· , aunque son técnicas sociales, formulan y se valen de modelos teóricos y matemáticos, y d i-
señan experimentos y observaciones para contrastar eso; modelos y la eficacia de los contrples
involucrados. Pero dichos modelos no son generales, como los de una ciencia, sino específicos o
parciales y se tratará de investigaciones cuya finalidad principal será descubrir fuentes de inefi-
ciencia o mecanismos de optimización de sociosistemas de un tipo particular.
Ilajo los supuestos señalados, entonces, la administración o el marketing son tecnologfas socia-
les o, en términos de Bunge, récnicas científicas.
Además de las tecnologías sociales -que son las que ahora n os ocupan· el mismo Mario Bun-
ge propone una clasificación general de las tecnologías, la que con algunas modificaciones pre-
sentamos en la figura 2.3; señalando aquí, como en muchas d e las clasificaciones de las ciencias
sociales, la dificultad de lograr consensos definitivos.
1 Adaptación.
a Grau, J. E. Tecnologla y educación. Buenos Aires: Fundec. 1995. p . 28.
Ca pítulo II Tipos de investiga ción social 39
Al referimos a la investigación tecnológica en el ámbito de las ciencias sociales -el campo que
nos atañe como investigadores- es imprescindible decir algo que es válido para cualquier tecno-
logía: atribuirle poderes, negativos o positivos, implica ignorar las complejas condiciones en las
que ha surgido, desarrollado y producido esa tecnología. Y nótese que no decimos -no queremos
decir- que la tecnología es un mero instrumento que debe juzgarse según su uso. Rechazamos el
argumento pretendidamente neutral de la "técnica martillo", que puede utilizarse para hacer una
cuna o romper una cabeza.
Afirmamos -y es muy diferente- que toda tecnología surge como expresión de ciertas condi-
ciones económicas, políticas, sociales, culturales que son las que eventualmente debemos ras-
trear para ser objeto de nuestro juicio a°(jológico. Invertir los términos de la ecuación implica
pensar guiados por un determinismo tecnológico que evade el punto central: por qrúén y para
qué fue desarrollada 1H111 tecnología.
la secuencia del determinismo tecnológico 9 ignora - pretende ignorar y no siempre con
las mejores intenciones- el proceso de cuyo desarrollo toda nueva tecnología es una mani-
festación.
El razonamiento del determinista tecnológico -cua ndo es inocente- es el que sigue:
a. Surge un invento que es extraordinario en algún sentido (la imprenta, el telégrafo, la
TV, el satélite, internet);
b. En virtud de ello todo el mundo lo adopta; luego,
e_ Su influencia es tan grande que impacta y transforma a la sociedad y a nuestras vidas
irrdividuales de diversos e irnport,mtes modos: magníficos o dramáticos.
Puede ilustrarse fácilmente este tipo de razonamientos con un fragmento del ensayista n or-
teamericano Peter Druker. Para él el estribo fue un invento extraordinario que cambió la vida de
todos creando el feudalismo:
Entre el 700 y el ¡ 100 d. C ., el cambio tecnológico creó dos clases nuevas en Europa: el señor
feudal y el artesano de la ciudad. El señor nació como consecuencia de la invención del estribo( ...).
En otras palabras, el estribo creó d feudalismo. 10
luego, Peter Druker parece abandonar su afán de cargar cada cultura, orden social o modo
de vida a la cuenta de algún dispositivo técnico material, para centrar su atención en la sociedad
del saber, basada, según su propia interpretación -entre otros casos ilustrativos- en la aplicación
que hace Frederick Taylor del saber, y dice:
Aplicar el saber al estudio del trabajo. al análisis del trabajo y a la ingenieria del trabajo 11 pro-
dujo la "Revolución de la productividad"
Como vemos, su concepción determinista se extiende a una tecnologla social - la gestión cien-
tífica del trabajo- a la que considera motor de nuevos e importantes cambios de la humanidad,
como atribuyó otros cambios ocurridos algunos siglos antes al estribo.
Repitámoslo: ninguna tecnología -material, social o conceptual- puede ser el origen de trans-
formaciones económicas y sociales, es decir no pueden serlo -como lo pretende Druker- el estu-
dio científico ni la ingenierla del trabajo.
Con otra secuencia, veamos una perspectiva más adecuada de la relación tecnología y sociedad
en un fragmento del historiador de la tecnología, también norteamericano, Lcwis Munford. Su
concepción no determinista del reloj como invento técnico se contrapone al análisis de Druker.
El monasterio era la sede de una vida regular y puede decirse que el producto inevitable de esa
vida era un instrumento que diera la hora a intervalos regulares o recordase al hombre que tiraba
las cuerdas de las campanas que había llegado el momento de hacerlo.12
(.•• J Por lo tanto, no se exageran los hechos cuando se sugiere que los monasterios (exist!an
40.000 bajo la regla Benedictina) contribuyeron a dar a la empresa hu mana el ritmo y la pulsación
regular colectiva de la máquina; en efecto el reloj no es sólo un medio para llevar la cuenta de las
horas, sino también para sincronizar las acciones de los hombres. 13
No se pretende decir con esto que la secuencia del determinismo tecnológico debe ser reem-
plazada por la del d eterminismo económico, sino que existe una relación dialéctica y compleja
entre tecnología y sociedad, que debería impedirnos tomar posiciones favorables o desfavorables
a la tecnología -cualq uiera sea- por sí misma. Y es por eso que así como se evidencia insosteni-
ble en su determinismo la postura de quienes atríbuyen a la técnica las mejores hazañas, as! es
cuestionable la militancia antitécnica, pese a sus sólidos argu mentos que hablan de las dramáti-
cas evidencias que ofrece la guerra, la destrucción del planeta y la exclusión social.
Pierre Lévy, miembro de una joven generación de sociólogos e historiadores de la ciencia en
Francia, es un e.xponente de quienes no acuerdan con las concepciones antitécnicas. Su propues-
ta es vincular técnica con democracia -dos términos aparen temente irreconcil.iables- para dar lu:
gar a lo qu e él Uama "tecnodemocracia". Es poco lo que dice sobre el contenido de este concepto,
pero recuerda mucho lo que Habermas 16 propone norrnativamente en un viejo ensayo y que no
d ejaria de sorprender a los propios detractores de la técnica. Para Lévy,
Todos los pensadores cuya visión es antitécnica tienen en común la concepción de una ciencia
y una técnica desprendidas del devenir colectivo de la humanidad, autononliiándose para venir a
imponerse a Jo social con la fuerza de un destino ciego.
12 Munford, L. Técnica y Civilización. Madrid: Alianza. 1982. p. 146. (El énfasis es nuestro).
13 lbid. p.147.
14 Williams, R. op. cit.
1s Thurow, L. El futuro del capitalismo. Buenos Aires: Vergara, 1997.
'º Véase el ensayo de Habermas. J. " Cienti fi!adón de la po lítica y opinión pública · ,. En La técnica y la ciencia
como ideolog/a. Madrid: Tecnos, 1990.
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!,. Cap,tulo II Tipos de lnvestigaclOn sedal 41
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La técnica encarna en ellos la form,1 contemporánea del mal. Desgraciadamente esta imagen,
ineluctable y separada, se revela no solamente falsa sino también catastrófica; ella desarma al ciu-
dadano frente al nuevo príncipe que sabe muy bien que las redistribuciones del poder se negocian
y disputan en todos los terrenos y nada se juega de antemano. Al reali:iar una condenación moral
a priori sobre un fenómeno artificialmente separado del devenir colectivo y del mundo de signifi-
caciones (de la "cultura"), esta co ncepción impide pensar a la vez la técnica y la tecnodemocracia.
El colmo de la ceguera se a.lcanza cuando las antiguas técnicas son declaradas culturales e impregna-
das de valores, en tanto que las nuevas son denunciadas como bárbaras y contrarias a la vida. Como cl
que condena a la inform:llica pero no pensaría jamás en criticar la imprenta y menos aún la escritura.
Es que la imprenta y la escritura (¡qué son técnicas!) constituyen en deroash a éste critico como para que
s11ei\e designarlas como extrañas. No ve que su manera de pensar, de comunicarse con sus semejantes
están condicionados por procedimientos materiales. Más profundamente. la técnica participa plena-
mente de lo trascendental histórico. Para no tomar más que este ejemplo clásico, se sabe que el espacio
y el tiempo, tal como nosotros lo percfüímos y vh>imos hoy, no resulta solamente de los discursos o las
ideas sobre el tiempo y el espacio, sino igualmente de un inmenso tejido técnico que comprende los re-
lojes, las vfas de comunicación y transporte, los procedimientos de cartografía y de impresión, etcétera.
En el momento cuando decenas de trabajos empíricos y teóricos renuevan completamente la re-
flexión sobre la tecnociencia, no es posible repetir, con o sin su variante, a Husserl, Heidegger 17 o
Ellul. La ciencia y la técnica representan un terreno de discusión pol1tico y cu ltural muy importan -
te para. dejarlo en manos de sus enemigos, que están de acuerdo con ver en el objeto de sus alaban-
zas o sus censuras un fenómeno l!'XH:tf'io al funcionamiento social ordinario. 18
A la vista de lo dicho quizás sea induso más acertado que analizar las relaciones entre tecno-
logía y sociedad decir que tecnología es sociedad.
"Es notable que, de una manera general, los obstáculos a la cultura científica se
presentan siempre por pares, a ta l punto que podría hablarse de una ley psicológi-
ca d e la bipolaridad de los errores. En cuanto una dificultad se revela importante,
puede uno asegurar que al tratar de eludirla, se tropezará con un obstáculo
opuesto. Semejante regu laridad e n la d ialéctica de los errores, naturalmente (sic)
no puede provenir del mundo objetivo. A nu estro entender proviene de la aétitud
polémica del pensamiento científico frente al mundo de la ciencia".19
Gastó n Sachelard
Según Taylor y Bogdan, el t érmino metodología designa el modo en que enfocamos los pro -
blemas y buscamos las respuest as. En las C iencias Sociales se aplica a la maner a de realizar la
11 Para más detall es el lector puede consultar de Heidegger, • la pregunta por la técnica·, texto de 1954 en Hei-
degger, ~ - Conferencias y artículos. Barcelona: Ediciones del Serbal, 1994.
,a Levy, P. t.;i técnica no es un ídolo. Siete tesis sobre la tecnociencia. [en línea] http://www.izta palapa.uam.m·
x/íztapalapa .html (consulta 12 octubre 2002). Para una perspectiva más amplia del autor ver Levy, P. ¿Qué es lo
virtual? . Barcelona: Paidós.199g.
19 Bachelard, G. La formación del esplritu cientlfk.o. Contribución a un psk.oanálisis del conocimiento objetivo.
México: Siglo XX1, 1988. p. 23.
42 Metodología de l a Investigación en or9anlzaciones. mercado y sociedad
investigación. Nuestros supuestos, intereses y propósitos nos llevan a elegfr una u otra metodo-
logia. Reducidos a sus rasgos esenciales, los debates sobre metodología tratan sobre supuestos y
propósitos, sobre teoría y perspectiva.20
Supuestos y propósitos, teoría y perspectiva son, como vemos, niveles de análisis d iferentes.
Mientras los supuestos pueden referirse a concepciones del hombre, de la naturaleza, del conoci-
miento de la ciencia, hablar en términos de perspectiva o enfoque teórico-metodológico es mucho me-
nos ambicioso, y es en ese sentido que clasificaremos aquí a los estudios en cuantitativos y cualitati-
vos. Aunque existe un histórico debate en las ciencias sociales que parece indicar para'todo investi-
gador la obligatoriedad de ubicarse en una u otra corriente, preferimos no fomentar esa actitud. No
por afán de simplificar, apaciguar o superar, sino por considerar esa dicotomia un falso dilema.
Por ahora, adelantemos que cuando tomamos una decisión en cuanto a qué enfoque teórico
metodológico recurrir, ingresamos, aun sin pretenderlo, en el campo de uoa discusión que para
algunos investigadores es fuertemente controversia!. Sin pretender agotar la presentación del de-
bate, ni las alternativas que al mismo se ofrecen, es necesario conocer los dos enfoques para me-
jorar nuestra aptitud en la toma de decisiones relativa a las posibilidades que se abren al inves-
tigador social, sobre todo, teniendo en cue.n ta que en el estado actual de ambos desarrollos no
podemos ignorar el potencial que cada enfoque representa.
El enfoque cuantitativo busca un conocimiento sistemático, comprobable y comparable,
medible cuantitativamente y replicable; procura la explicación de los fenómenos y eventos del
mundo natural y el social, y la generalización de las conclusiones. Mientras·en la explicación de
la lógica cuantitativa la noción de ley general ocupa un lugar central mediante una implicación
universal o un a correlación probabilística, los estudios sobre lo humano -afirma la perspectiva
comprensivista- disponen de algo que está ausente en las ciencias naturales: la posibilidad de en-
tender la experiencia interior de otro, una forma de relación que se establece entre el est1.1dioso
y los pensamientos y motivos que manifiestan sus objetos de estudio.
La elección que hagamos de un enfoque debería relacionarse con el tipo de problemas que de-
seamos explorar, las técnicas que usaremos en su investigación y aplicación, las teorías que cons-
truyamos y la naturaleza de las contribuciones que pretendamos hacer.
El conocimiento de los objetivos y propósitos, supuestos y resultados q ue caracterizan a am-
bas vías nos alertará sobre algunas cuestiones: la primera, evitar la mezcla sin fundamento de
ambos enfoques; la segunda, y más im?ortante, subrayar la e.xistencia de caminos no bipolares,
pues la investigación social dispone con creces de puntos de vista que no pueden ser encuadra-
dos llanamente ni en una ni en otra posición.
En los próximos parágrafos haremos una presentación introductoria de los supuestos y mo-
dos de trabajo de ambos enfoques comenzando con una breve presentación de la controversia
que se ha generado en el campo epistemológico y metodológico en torno a ellos. Con el propó-
sito de brindar una comprensión mas amplia del sentido que subyace a cada uno, recorreremos
algunos hitos históricos, no por el afán de brindar una cronología sino para contextualizar ·
aunque con limitadas ambiciones- los modo s de entender el mundo y el conocimiento en el
marco de los procesos económicos y sociales en los que éstos tuvieron luga.r. Introduciremos así,
al método inductivo y al método hipotético deductivo según se fueron instalando en el modo de
concebir la ciencia.
20 Taylor. S. J. y Bogdan, R. Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Buenos Aires: Paidós. 1986.
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No obstante, aunque veremos elementos de las dos perspectivas desplegados en lLn eje tem-
poral es importante subrayar que muchos de esos elementos perviven en la práctica y en los su-
puestos de los investigadores d e todas las disciplinas. En función de ello, hacia el final de la pre-
sentación de ambos enfoques se sintetiza el modo de trabajo del enfoque cuantitativo -que lue-
go se verá ampliado a lo largo de todos los capitulo del libro- , y el modo de trabajo de la inves-
tigación cualitativa, que será especialmente tratado en la parte IV. Por el momento, será suficien-
te contar con un panorama previo que permita conocer qué tipos de estudio es posible llevar a
cabo y sobre la base de qué supuestos se toman decisiones relativas al enfoque teórico metodo-
lógico.
Finalmente, y para concluir el apartado conoceremos algunas perspectivas que no se dejan
ubicar en un o u otro enfoque y constituyen ejemplos de los esfuerzos que los investigadores y
pensadores del siglo XX han realizado ·Y todavía realizan- para superar, con inten tos de combi-
nación o con enfoques dialécticos, las alternativas binarias.
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que¡ sino que además practican activamente la denuncia mutua. De no científicos acusan Íos in-
vestigadores cuantitativos a los cualitativos, y de incapaces de captar la especificidad de los fenó -
menos sociales, los cualitativos a los cuantitativos. La mezcla de las dimensiones presentes en la
disCttsión se advierte en la serie de dicotomías que enuncia Halfpenny 21 y que iremos presen-
íf tando y ampliando a medida que avancemos.
(, Sintética y casi estereotipadamente, los métodos <cualitativos serían relativistas, holistas, d es-
: criptivo/ exploratorios, subjetivos, inductivos, ilustrativos, inte rpretativistas y orientados a expo-
ner el significado para los actores; en tanto los estudios cuantitativos serían correspondientemen-
te universalistas, atomísticos, explicativos, objetivos, ded·uctivos, orientados a la prueba de h\póte-
sis, nomotéticos (basados en leyes), positivistas y proclives a imponer la teoría sociológica.22 Co-
mo ya se puede comenzar a sospechar, la cuestión tiene suficientes aristas y vericuetos como para
acordar, desde ahora, que el tratamiento que le daremos estará más orientado a la comprensión
general de la problemática con vistas a tomar d ecisiones sobre el enfoque teórico metodológico
cuando se crea necesario, que a dilucidar en toda su complejidad los avatares de esta discusión.
Comencemos por los extremos que representan, en el contexto de la investigación concreta,
a estas dos postu.ras. Para el extremo cuantitativo, los datos cualitativos son considerados mera
información previa en las fases preparatorias de la investigación. Se utilizan técnicas y métodos
N° 4 (1979): p. 799.
21 Halfpenny, P. "The Analysis of quali tative dat.a" . Sociological Review. Vol. 27,
22 Latiesa, M ., " La pluralidad metodológica: una aplicación en el campo de la investigación educativa·· . En Latie-
sa. M. (Ed.) El pluralismo metodológico en la investigación social: ensayos tlpkos. Granada: Universidad de gra-
nada, 1991.
1
44 Metodo logla de la Investigación en org anlt o<iones . mercado y socie dad
cualitativos como entrevistas, grupos de enfoque o tests proyectivos, para identificar variables,
definir problemas, construir ltems para los instrumentos o ponerlos a prueba, todo bajo el nom·
bre de investigación exploratoria;2J pero una vez que se inicia la investigación co11cluyente,24 todos
los análisis en la investigación cuantitativa son cstadlsticos. 25 Una investigación que no apela a
muestras probabilísticas, y que por lo tanto _no puede e.xtenderse y generalizarse a una población
dada, o que no descansa en experimentos controlados que aseguren la replicabilidad y validez de
los resultados, carece de interés científico para este enfoque.
Como puede reconocerse sin dificultad, y sin pretender agotar ninguna desc ripción con
este señalamiento, la mayoría de las investigaciones en el contexto empresarial tienen un en·
foque como el descripto, heredero de la tradición positivista que en las próximas lineas des·
cribiremos.
En el otro extremo, para aquellos que trabajan en el enfoque cualitativo a ultranza, la medi-
ción y las técnicas cuantitativas son despreciadas por inútiles y carentes de sentido. La reactivi-
dad a la lógica cuantitativa en este límite no se origina en la mera presencia o ausencia de la me-
dición sino en la idea de que hay una incompatibilidad esencial entre la investigación cualitati-
va y cuantitativa. El siguiente fragmento representa un testimonio rotundo. Para Von Wright, el
paradigma cualitativo es una elección de vida y no una mera postura metodológica que en tan-
to tal, podrá ofrecer resultados correctos o incorrectos, pero aun as!, en cualquier caso, resulta
inaceptable:
Seria ciertamente ilusorio creer que la verdad reside inequívocamente en una de estas dos posi·
ciones opuestas. Al decir esto no estoy pensando en la trivialidad de que ambas posturas son par·
cialmcnte verdaderas y cabe llegar a un compromiso en algunos puntos. Puede que sea asl. Pero
también existe una confrontación de base, al margen de la posibilidad tanto de reconciliación como
de refutación, incluso, en cierto modo, al margen de la verdad. Se funda en la elección de con-
ceptos primitivos, básicos para la argumentación en su conjunto. Podr(a califica.rse esta elec·
ción de 'existencial'. Consiste en la opción por un punto de vista no susceptible de ulterior
fundamento".26
Esperamos haber aclarado al finalizar el apartado que las decisiones que el investigador tome
en este sentido no deberían considerarse posturas irreductibles sino compromisos relacionados
con la naturaleza del problema de investigación, que se habrá planteado en el marco de los inte-
reses del investigador y las condiciones del contexto en que el estudio vaya a desarrollarse. En
tanto pueden plantearse problemas de distinta naturaleza, es posible pensar diferentes caminos
para resolverlos. Como afirma Boudon "no se ve cómo podría llegar la Sociología a tma unifica-
ci6t1 de sus métodos sin renunciar a la diversidad de los objetos que estudia actualmente". 21 Lo im-
portante es tener presente, al tomar una decisió n, cuál es el tipo de conocimiento que vamos a
conseguir por cada vía, y si ese es el tipo de conodmiento que necesitamos para los fines que nos
hemos propuesto. No podemos hacer una investigación y decir luego: "Obtuve estos resultados ...
¿ son adecuados para mis objetivos?" Necesitamos saber, ante todo, qué tipo de conocimiento
habremos de obtener con cada enfoque y qué podremos hacer con él.
En las próximas páginas revisaremos los antecedentes históricos de ambos enfoques, e n la es-
peranza de que deteniéndonos en los supuestos de los pensadores que representaron estos cami-
nos alternativos podremos entender mejor la lógica de cada uno.
métodos de las ciencias naturales -defendiendo el monismo metodológico-, y argumentó que los
mismos métodos que venían utilizando la fis ica, la química o la biología podían y debían ser uti-
lizados por las ciencias sociales, si es que estas aspiraban al status scientice.
La otra gran vertiente, de tendencia más heterogénea, procede del historicismo alemán, que
podríamos identificar con Dilthey primero y con Max Weber después. La corriente h istoricista
afirma la radical diferencia entre el mundo de la naturaleza y el del hombre, y no acepta la ana-
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logía que estableciera Comte entre física y sociología; rechaza el monismo metodológico y la as- t
piración del positivismo a la cuantificación y al establecimiento de leyes generales.
La di sputa, fmalmente, parece cristalizar en un interrogan te que condensa discrepancias de
todo tipo y que podría sintetizarse en la tensión entre la explicación y la comprensión de los fe-
¡
nómenos. Pero antes de adentramos en el significado implicado en tal disyuntiva veamos con
algo más de detenimien to cada una de ambas posturas.
1
1
2.2.2. l El positivismo r
Cuando surge esta corriente filosófica, tanto las ciencias (la física, la biologia, la astronomia,
-las matemáticas y la geometrla) como el arte y la concepción humana de la realidad hablan es-
!'
tado transfigurándose lentamente hasta acumular enormes cambios que se despleg~ro n en dos
direcciones, finalmente integradas: por un lado, las transformacio nes del pensamiento y la sub-
jetividad que acompañaron el despegue de la sociedad occidental de lo concreto a lo abstracto; _
por el otro, el descenso desde las fondamentaciones celestiales hasta las fundamentaciones terre-
nales basadas en la experiencia.
a. El camino hacia la abstracción.
b. El recurso a la e>..-periencia.
29 Para un desarro llo del camino hacia la abstracción operado en las categorías del pensamiento durante la pre-
paración cultural que antecedió a la revolución d cntifico-técnica del siglo XIX. se recomienda Munford, l . op.
cit . (especialmente. el capítulo 1: " Preparación cultural"').
Capítulo II Tlpo-s d e investigación social 47
abstracto que el uso masivo del dinero, paradigma de abstracción: ya no hace falta un palacio de
mil habitaciones ni un carruaje de veinticuatro caballos para mostrarse rico y poderoso: el debe
y el haber de los asientos contables -que anuncian sin saberlo la virtualidad de las bolsas de co-
mercio informatizadas q ue hoy conocemos- define el lugar de cada quién en la estructura social
sin necesidad de cxhjbir bienes concretos.
Como vemos, la crisis del sistema feudal fue acompañada por importantes cambios en la es-
tructura social, económica, política, cultural y en las categorías mismas del pensa miento y la
subjetividad.
En el marco de esta revolución, que abarcó todos los aspectos de la vida, la ciencia como sis-
tema institucional conectado con las demás entidades del tiem po histórico que Je toca compar-
tir se encarna en hombres como Descartes, Bacon, Galileo y Newton, q uienes sembraron enton-
ces las ideas básicas de lo que posteriormente se habría de transformar en el enfoque científico
de la modernidad.
Atravesando estas transformaciones, desde el siglo XVII hasta finales del XIX, la principal dis-
cusión de la epistemología había sido entre la raz6n y los sent·idos co mo vlas fundamentales para
el conocimiento. Para los racionalistas como Descartes, Spinoza y Leibniz, la fuente y la prueba
final del conocimiento era el razonamiento deductivo basado en axiomas (principios autoeviden -
tes). Descartes parte de una crítica a la perspectiva aristotélica, explorando a través del método
una vla de acceso al conocimiento certero. Considera que la ciencia de su época está basada sobre
meras opiniones tomadas de la filosofía y la metafísica, a las que comienza por poner en duda. Su
único pu nto de partida seguro fue el hecho de saberse pensando (el célebre "pienso; luego, exis-
to"). Su pretensión era alejarse de toda ueencia y encontra r un método de pensamiento tan rigu·
roso que asegurase ce rteza al ser aplicado a cualquier fenómeno qu e se quisiese estudiar, y 19 des-
cubrió en las matemáticas y la geometría. Decía que la ciencia debía co nvertirse en una matemá-
tica universal, puesto que con los números se lograba obtener la única prueba de conocimiento
certero. Matemática y razón, entonces, son conceptos inseparables, y la escisión entre mente y
cuerpo y entre sujeto y objeto se establecen en Descartes como los núcleos del método científico.
Para los empiristas, en cambio, desde los filósofos ingleses Bacon y Locke hasta los que con-
tinuaron -Hume, Stuart Mili, Comte, Mach y otros-, la fuente y la prueba final del conocimien-
to eran los sentidos. De allí en adelante, para alcanzar la objetividad, la verdad y la certeza, los
empiristas ele los últimos tres siglos se apoyaron en el análisis de la sensación como piedra ele to-
que, tratando de establecer un o rigen sensorial para todo conocimien to: sólo las sensaciones (o
expedencias sensibles) son consideradas un fenómeno adecuado para la investigación científica;
sólo lo verificable empíricamente sería aceptado en el cuerpo de la ciencia.
Es interesante advertir, sin embargo, que aunque aparecieron como dos epistemolog[as
opuestas, el empirismo de Bacon y el racionalismo de D escartes constituyen el m ás sólido
48 Metodologla do? la Investigación en organiucione$, mercado y sociedad
De acuerdo a los principios positivistas sólo las sensaciones o experiencias sensibles eran con-
sideradas un fenómeno adecuado para la investigación científica¡ y únicamente lo verificable
empíricamente debla ser aceptado como evidencia: los términos fundamen tales de la ciencia de-
bían representar entidades mensurables y verificables o serían desechados como palabras meta-
físicas carentes de sentido.
a formular leyes generales. Puede decirse incluso que el inductivismo formal.iza la concepción de
sentido común que todos compartimos acerca de cómo funciona el mundo en general y la cien-
cia en particular.
Co1:c/11sió11 Siempre que tiro la ropa al piso mi madre se enoja (Teor(a o ley)
Si reemplazamos la primera premisa de nuestro ejemplo casero por una como la siguiente: la
muestra de hierro se dilató ni calentarla, entonces no será difícil trasladar los razonamientos co-
tidianos al terreno científico: estaremos muy cerca de la concepción inductivista ingenua de la
cienda,30 propia del pensamiento positivo del siglo XIX.
Como es de suponerse, los científicos no formulaban leyes universales a partir de dos o tres
observaciones. La inferen cia inductiva exigía una se rie de condiciones para poder ser considera-
da científica. Los requisitos que permitirían aplicar la inferencia inductiva eran los siguientes:
a. Que el número de enunciados observacionales sea lo suficientemente grande. Se trata
de una condición necesaria: un solo trozo de metal que se ha dilatado con el calor no per-
mite la generalización.
b. Que las observaciones se repitan en una variedad amplia de condiciones y situaciones:
por ejemplo, diferentes tipos de m~tales, de distinto tamaño, calentados a diferentes tem-
peraturas, etc.
c. Que ningún enunciado observacio nal aceptado contradiga la ley universal derivada.
Ésta es u na condición esencial. Es decir, que de las pruebas no surja un metal que luego
de ser calentado permanezca sin modificación.
30 Llamada hoy frecuentemente asi para diferenciarla de otros modos d e entender la inducción que comenta re-
mos más adelante.
Capitul o II r;pos ó• lnve,¡l9ación social 51
GJ~[;J . . 5J
La visión 'ingenua'del inductivismo sostiene que a partir de la observación de muchos hechos hajo varia-
das condiciones se obtiene por generalización inductiva una ley universal. F..sta ley se asume, conforme al
principio de inducción, como verdadera)' constituye el núcleo del conocim iento científico.
Este modelo de inducción ha tenido que responder a dos acusaciones distintas. Por un lado,
se le señala que el pasaje de un enunciado observacional singular a una generafü;ación supone un
salto inferencia! que ex.ige ser justificado; a esta objeción se la ha denominado el problema de la
inducción. La segunda acusación es quizás todavía más grave, porque cuestiona la base misma del
fundamento empirista propio de aquel positivismo: que la ciencia comienza con la observación.
Razonamientos inductivos
Ante todo, digamos que no todos los razonamientos inductivos van de lo particular a lo ge-
neral, como a veces se cree e rróneamente y como aquí mismo se ha ejemplificado.
Un razonamiento inductivo se basa en argumentos 31 no -demostrativos, esto es, en los cuales
la verdad de las premisas no asegura la verdad de la conalusión, debido a que esta última agrega
información que no estaba contenida en aquellas.
Ejemplo:
Si A 1 es B, A 2 es B, A3 es B,... An es B; entonces, todo A es B.
En efecto, se trata de argumentos cuyas premisas son particulares y cuya conclusión es de ca-
rácter universal. Pero existe otro tipo de argumentos inductivos, como por ejemplo: un fenÓ·
meno que varía de cualquier manera, siempre que otro fenómeno varia de la misma manern es una
caimi, un efectQ de est_e fenómeno, o está conecta_do con él por medio de un hecho de ca11salidacl.
11Por argumento se entiende una entidad lingüística compuesta por una secuencia de enunciados, m~s la afir-
mación de que uno de ellos. denominado conclusión, se deriva o se sigue de otro u olios enunciados. denomi-
nados premisas.
52 Mttodologfa de la Investigación en org.aniuciones. me r<ado y sociedad
Razonamientos deductivos
Las arg umentaciones lógicas válidas se caracterizan por el hecho de que si la premisa es
verdadera la concl usión debe ser verdadera. Lo propio de las argumentaciones deductivas
-la preservación de la verdad a través del razonamiento- no lo es de las argumentaciones induc-
tivas, que en ese sentido, como dijimos, no son argumentaciones lógicamente válidas.
Cabe aclarar q ue a su vez la l ógica y la deducción por sí solas n o están en condicio nes de es-
tablecer la verdad de enunciados fácticos, dado que puede haber deducciones válidas en las que
una de las premisas, y aún la conclusión sean falsas: todas las vacas vuelan (f), Aurora es una va-
ca (v); Aurora vuela (f).
para todo tiempo y para todos los casos, esta confianza aparece como respaldo de cualquier Jey
natural. Pero, ¿cuál es el fundamento d e esa confianza?
2•) Lógica explicativa causal: El modelo de exp licación utilizado en las ciencias naturales
proporciona las normas lógicas sobre la base de las cuales pueden proponerse las expli-
caciones dadas por las ciencias sociales.
3°) Ciencia no valorativa: Las ciencias socia.les deben tener un carácter pura men te ins-
trumen tal po r lo cual deben desprenderse de toda influencia valorativa o no rmativa.
Esta primera versión inicial del positivismo fue modificándose, como luego vere mos, al
influjo de las transformaciones que se fueron sucediendo e n la fisica, la biologia y la ló-
gica. Por el momento, es necesario detenernos especialmente en el pe nsamiento de Durk-
hei m, cuya perspectiva constituye un enfoque insoslayable para com prender el desarro-
llo de las modernas ciencias sociales.
32 Durkheim, E. Las forma s elementales de la vidiJ religiosa. Buenos Aires: Chapire, 1968. p. 18.
56 Mtlodologf¡ de la tnvtuiga,ci6n tn organiuuonts. muc~do y socitdad
Pero, ya sea de modo directo o indirecto, la caractcrístic.a definitoria de los hechos sociales es
la misma: existen fuera de la conciencia individual y se imponen sobre ella con poder coercitivo.
En la fi gu ra 2.7 se presenta una selección de textos que recoge la definición de /techo social, la res-
puesta a las objeciones que su conceptualización genera, y algunos ejemplos de liechos sociales:
Cuando llevo a cabo mi tarea de hermano, de esposo o de ciudadano o cuando respondo a los com-
promisos que h e contraldo, cu mplo con deberes que está n definidos, fuera de mi y d e mis actos, en el
derecho y en las costumbres.
El sistema de signos de que me sirvo para expresar mi pensamiento, d sistema de monedas que em-
p ico para pagar mis deudJs, los inst rumentos de crédito que utilizo en mis relaciones comerciales, lns
prácticas aceptadas en mi profesión, etc., funcionan independientemente del uso que de ellas hago.
Es1os tipos de conducta o de pensamie_nto no sólo son C).'teriores al individuo, sino que están do-
tados de un p oder imperativo y coercitivo e n virtud del cual se imponen a él, lo quiera o no. Sin du-
da, cuando me conformo a ellos por rni propia voluntad, esta coerción, al ser inO til, no se hace sentir
o se hace sentir cscasamcnte; pero no por esa ruón deja de ser un carácter intrfnseco de esos hechos,
y prueba de ello es que se afirma a partir dd m omento en que trato de resistir.
Por lo demis, la coerción no es menos eficai por ser indirecta. No estoy obligado a hablar en su
lengua con mis compatriotas, ni a empicar las monedas de curso legal, pero es imposible que actúe de
otro modo. Si intentase substraerrne a esta n ecesidad, mi Intento fracasaría 1ui>erablcmcntc:. Si soy un
industrial nadie me prohibe trabajar con procedimientos y métodos de otra época¡ pero si lo hago , sin
duda alguna me 3rruinaré. Aun en los casos en que realmente puedo liberarme de esas reglas y que-
brantarlas exitosamente, esto no ocurre nunca sin que me vea obligado a luchar contra ellas. Aun
c uando finalmence sean vencidas, h:icen sentir Sll p od er coercitivo sobradamente por la resisten cia
que oponen. No hay innovador alguno, aunque tenga éxito, cuy:,s tentativas no vengan a chocar con
una oposición de este género.
He aqul, pues, un orden de h ech os que presentan caracteres muy particulares: consiste en modos
de actuar, de pensar y de sentir, exceriorcs al individuo, y que están dotados de un poder de coerción
en virtud del cual se imponen a él. Por consiguiente, no poddan confundirse con los fenómenos orgá-
nicos, ya que consisten en representaciones y en acciones, ni tampoco con los fenómenos pslquicos,
que no tienen existencia más que en la conciencia mdividual y por ella. Por consiguiente, consti tu)'m
una nueva clase y es a ellos, y sólo a cUos, a los que se debe dar el calificativo de sociales; fste es el ca-
lificativo adecuado, pu es resu lta claro que al no tener por substrato ni individuo, no pueden tener otro
q ue la sociedad, sea la sociedad polttica en su totalidad, sea alguno de los grupos parciales que encie-
rra: con fesiones religiosas, escuelas políticas y literarias, corporaciones profesionales, etc.
Desde luego, al utilizar la palabra coerción para definirlos se corre el riesgo de alarmar a los celosos
partidarios de un individualismo absoluto. Como proclaman que el individuo es perfeccamente autóno-
mo les parece que se le rebaja cada va que se le hace sentir que no depende solamente de si mismo.
Fuente: !As Reglas del Mérodo Sociológico y Otros Escritos Sobre Filosofta de las Ciencias Sociales. 33
33 Durkheím, E. Las Reglas del Método Sociológico y Otros Escritos Sobre Filosofta de las Ciencias Sociales. Ma-
drid: Alianza, 1988, p. 57 a 59.
Capítulo II Tipos de investlgaclón social 57
No h a)' que perder d e vista que el tratar los hechos sociales como cosas es para Durkheim una
regla metodológica, no un principio de filosofía social. Se trata de no ceder a la tentación d e la
sociologia espontánea ni de la especulación. La investigación en el campo de las ciencias socia-
les exige extremar la rigurosidad, puesto que tratamos con un objeto dificil: el hombre. u
intro-
ducción del método emplrico y la intención de objetivar lo que se investiga constituyen esfuer-
zos por evitar ese peligro. En esto consiste el paso desde lafilosoffa social a una ciencia social. Tras
esta regla se h alla el intento d e Durkheim d e investigar los hechos de la vida social en tanto ob-
jetividades exteriores al sujeto . Y es ese esfuerzo el que subyace hoy, de alguna ma nera, en la uti-
lización de la lógica cuantitativa por investigadores n o positivistas. En la visió n d e estos nuevos
enfoques, el investigador se interesa -aunque no exclusivamente, como lo proponía Durkheim-
por ese orden de hechos que exhiben caracteres muy particulnres: modos de actuar, de petrSar y de
sentir exteriores ni individuo y que poseen un poder de coerci6ti en virtud del cual se le imponen.
Podemos remitimos a nosotros mismos. Pensemos en el primer día de clases en la universidad.
Los estudiantes entran en el aula y se van sentando en los bancos que están alineados, unos detrás
de otros. Mientras algunos están callados otros conversan entre si. En un momento dado, entra un
señor / señora al aula y cesa el murmullo; el señor/ señora, a la sazón el profesor/ profesora mi-
ra h acia los estudiantes y comienza a hablar.
La secuencia es bastante típica: ningún estudiante prepara un asado en el fondo de la clase, usa
malla y antojos para el sol, o se sienta en el escritorio al ingresar al aula y comienza a hablar al
grupo. Sin embargo es el primer dia de clases, nu nca los estudiantes han ido a u n curso universi-
tario. Tampoco les han entregado un cuaderno d e instrucciones para comporta rse en el aula, ni
han recibido amenazas dirigidos a lograr determinado co mportam iento por la fuerza. ¿Por qué
enton ces cada personaje en la escena cumplió con su papel? ¿Por qué ocurrieron así los hechos y
no d e otra manera, de las infinitas maneras en las que un ser humano es capaz de comportarse?
Si tratamos de comprender la situ ación, aparece con bastante claridad que no se trata de h e-
chos psicológicos (sería improbable que pudié ramos comprender la conducta en tém1inos del
deseo de cada estudiante de estar sentado en tal o cual banco en lugar d e, por ejemplo, esta r sen-
tado en el escritorio o acostado en el piso o incluso estar en o tro lado) . Tampoco estamos obser-
vando un hecho biológico (ningún instinto llevó a los estudiantes a la universidad ni a ese asien-
to). Se trata, en cambio, de In clase d e h echos que describe Durkheim: h echos exteriores a noso-
tros, que n os coaccionan de algún modo a pensar y actuar: "-Soy u,1 esrudiante y en ta rito tal de-
bo sentanne e11 un banco de la hilera y esperar que el profesor llegue y comience a habla r''. O "Soy
11n profesor y en tanto tal , io puedo hacer otra cosn que conducir el curso''. .
El proceso por el cual sabemos cómo y cuándo comportarnos como estudiantes o p rofesores,
incluida la fuerza exterio r y la valoración interior que tenernos al respecto con stituyen la clase
de hechos exteriores a n osotros que, como si se t ratara de los objetos d e la bio logía o de la físi-
ca, se nos imponen oomo u na pu ra objetividad.
2.2.2.2 El comprensivismo
El comprensivismo,3 4 la otra posició n en el debate sobre las relaciones entre las cie 11cias de la
naturaleza y las ciencias del hombre, fue en muchos sentidos una reacció n contra el positivismo:
se rech azan los supuestos positivistas y se d istingue entre el mundo de la naturaleza y el m\lndo
34 También identificado fenomenología o hermenéutica. Aunque no son términos homologables porque son es·
cuelas filosóficas distintas, el uso los ha tornado intercambiables en el lenguaje de muchos investigadores.
SS Metodologla de la lnvestigad ón e n organizaciones, mercado y sociedad
del espíritu. Esta postura sostiene q ue mie ntras el campo d e investigació n de las ciencias natu-
rales es externo, el mundo del espí ritu es intenso y en consecuencia los modos de conocim iento
d eben ser necesar iamente dist intos. Uno es un m undo exterior a nosotros mismos, que es posi-
ble develar con instrumentos adecuados; en cambio, para el otro mundo -el hum ano- podemos
apelar a la comprensión median te la propia experiencia. Comprendo al otro porque en un punto
somos lo mismo. ·
Aunque esta filosofía de la ciencia, que alcanza un lugar prom inente a finales d el siglo XIX,
representa una tendencia mucho menos ho mogénea que el positivismo, todos los pensadores
que se inscriben en ella concuerdan en rechazar el mo n ism o m etodológico del positivismo y re-
húsan tomar el patrón establecido por las ciencias exactas y naturales co mo ideal regu lador, úni-
co y supremo, de la comprensión racio nal de la realidad.
suyas fundamentalmente las exigencias histor icistas relacionadas con la comprensión del sen-
tido, el individuo histórico y la teleología (interés por la finalidad de la acción). Pero, al mis-
mo tiempo, intentará reelaborar estas ideas de manera q ue no excluyan la necesidad del con-
cepto, la formación de enun ciados causales (un tipo especial de causalidad, como enseguida
veremos) y la comprobación empírica de los mismos. Sin el cumplimiento de estas exigencias
-razona Weber- la ciencia histórica no será posible como ciencia, aunque sea distinta a la cien-
cia natural.
Quizás la expresión más clara del punto d e vista interpretativo es la famosa definición de so-
ciología de Weber:
La sociologfa {... ) es una ciencia que intenta el entendimiento interpretativo de la acción social
{...) En 'acción' se incluye cualquier comportamiento humano en tanto que el individuo actuante
le confiere un significado subjetivo. En este sentido, la acción puede ser manifiesta o puramente in·
terior o subjetiva; puede consistir en la intervención positiva en una situación, o en la abstención
deliberada de tal intervención o en el consentimiento pasivo a tal situación. La acción es social en
la medida en que, en virtud del significado subjetivo que le atribuye el individuo actuante (o los in·
dividuos), tiene en cuenta el comportamiento de otros y orienta su dirección en consecuencia.35
Los puntos centrales de esta definición se relacionan con el objeto de estudio de las ciencias
sociales, según lo entiende Weber. Para él, éstas se ocuparían del entendimiento interpretativo de
la acción social en su significado subjetivo. Para entender el concepto de acción social es necesario
distinguir entre:
a. conducta humana
b. acción humana
b. l.a acción humana: el concepto d e acción humana o acción social remité a que las accio-
nes d e los seres humanos, en cambio, tienen un rasgo característico, el tener w1 sentido pa-
ra quienes las realizan y el convertirse en inteligibles para otros sólo por referencia al sentido
que les atribuye el actor indi\lidual. Observar las acciones de una persona, en consecuencia,
Uno de los propós itos de la ciencia social i11terpretatiya consiste, justamente, en descubrir esos
significados y as( hacer inteligible la acción. Para comprender qué ocurrió en el aula el primer día
de clase -en nuestro ejemplo anterior- hay que situar las categorías en la perspectiva del actor.
Podemos darnos cuenta que estamos ante estudiantes y profesores universitarios porque conta-
mos con esas categorías de pensamiento, pero eso no nos permite acceder al entendimie11to in-
terpretat-ivo de la acción social en su sig11ificado subjetivo. Para ello hace falta saber por ejemplo de
qué universidad se trata, de qué carrera ¡ qué significa para un sujeto en la sociedad determina-
da en la que vive el estudiar aUI¡ cómo se imagina a sí mismo y a los otros. y cómo supone que
los demás miembros de la comunidad lo ven - su familia, sus amigos, sus vecinos, las mujeres,
los hombres , los desconocidos importantes en su sociedad, tales como empleadores, compañe-
ros de trabajo, pacientes o clientes potenciales- cómo piensa cada sujeto que participa de la ac-
ción del aula q ue lo ven los demás por el hecho mismo de realiza r esa acció n; cuál es el sigrúfi-
cado que cada persona atribuye a ese hecho en su vida, en su futuro ; y cómo encaja el estar allí
con su pasado. Sin esas coordenadas no podernos comprender por qué esas personas están en
ese lugar y no en otro, por qué se comportan de un modo y no de otro.
Observemos que las acciones de las que hablamos no pueden ser privadas. La m era identifi-
cación de una acción como per teneciente a tal o cual especie (una acción persuasiva, una acción
agresiva, la acción de pretender mostrarse como estudiante o como profe.sor, tra11quilo, valiente, ori-
ginal, sofisticndo o elega11te, la acción de pasear el fin de semana o de panicipación poUrica) impli-
can cada una el empleo de reglas de identidad según las cuales pueda decirse de dos conductas
que son idénticas en términos de acción social aunque sean diferentes en términos de co11ducta.
Por ejemplo: usar tonos bajos de voz, hacer movimientos len tos, permanecer en el lugar pod rían
ser diferenles conductas que, reunidas como identidades, conformarían la acción mostrarse tran-
quilo (aunque hay otras conductas posibles con las que mostmrse tranquilo). Utilizar determina-
da marca, asistir a cierto lugar, etc. configurarlan la acción social militar en la ya11guardia (aun-
que otra combinación de conductas podrían conform ar la acción militar en la va11g1111rdia). Ta-
les reglas son necesariamente públicas; si no lo fueran, se rla imposible distinguir en tre la inte.r-
pretación co rrecla y una interpretación equivocada de una acción. Si un:i persona habla bajo, ha -
ce movimientos lentos y permanece en un lugar la interpretación correcta para esa acción es: es-
tá tranquilo. La misma interpretación es incorrecta para alguien que grita, hace movimientos rá-
pidos y se desplaza de un extremo a otro del recinto en que se encuentra. De esta característica
pública de las reglas de interpretación se desprende q ue una acción sólo puede ser identificada
correctamente cuando corresponde a alguna descripción que sea públicamente reconocible. El
carácter social de las acciones nos dice que ~slas se originan en una historia pasada y son válidas
en un orden social presente (en este momento -en esta sociedad- debo mostrarme tranquilo y
esa acción se logra con determinadas conductas -en mi comunidad-).
Como es evidente, los significados en virtud de los cuales actúan los individuos es1ón prede-
terminados por las form as de vida en que éstos han sido sociali.zados. Por este motivo, otra misión
de una ciencia social interprerativa es la de descubrir el conjunto de reglas sociales que dan senti-
do a delermiuado tipo de actividad social, y as! revelar la estructura de inteligibilidad que expli-
ca por qué tienen sentido cualesquiera acciones que observemos.
Capítulo II Tipos de investigación social 61
Entender esa configuración como si fuera una determinación objetiva -los hechos de Du rk-
beim- implica, desde este enfoque, reducir las acciones significativas a patrones de conducta que,
como la dilatación de los metales, se suponen causados po.r fuerzas externas y pueden reducirse
a la explicación científica convencional. La acción queda desprovista asi de su sentido y la varia-
ción individual se vuelve incomprcnsibl.e.
Ahora bien, ·weber afirma que el objeto de conocimiento histórico-social son los sucesos
que él denomina significativos. Es importante advertir que parte de la premisa de que tales
hechos son consecuencia de accioties de los hombres , y esas accion es conducen al logro de cier-
tos fines mediante el empleo de ciertos medios. Por consiguiente, la explicación causal de la
aparición de determinados hechos se basa finalmente en la comprensión del sentido de la ac-
ción, es decir, en la interpretación de la relación que el actor estableció entre su fin y su ac-
ción, de manera que esta acción sea considerada por el sujeto como el proceso idóneo y efi-
caz para la realización de su fü1. En otras palabras, comprender los Cacto res que influyeron en
la determinación subjetiva (personal o colectiva) de que, en lo tocante a ciertos fines, ésta y
no otra era la acción idónea y eficaz para su realización. La causa -el fin que explica una ac-
ción- por la que se realiza determinada acción -estudiar en ésta universidad- es "recibirme y
t rabajar en tal profesión que significa tal cosa, para mi -en mi historia individual-, en mi comu-
nidad, para los otros que son significativos en mi vida -en mi momento histórico y contexto so-
cial- ", etc. He aquí la idea de causalidad en Weber. Idea que implican centralmente la conside-
ració n de los fines.
Como vemos, cuando Weber babia de causalidad no se refiere a ni11guna ley universal bajo la
cual se subsume la conducta, como lo hace distintivame¡¡te la explicación positivista, sino al con-
dicionamiento causal de fenómenos individuales culturalmente significativos.
En suma, Weber discute con el positivismo afirmando que las ciencias sociales no se distin -
guen de las naturales sólo por su objeto de estudio. Y también discrepa con parte del historicis-
mo al que descalifica por filosófico y por usar un lenguaje cuasi religioso -específicamente, le re-
procha a Dilthey conceptos como intuición o empatfa.
Weber se desprende de esa herencia afirmando que la comprensión de un objeto no se basa
en la intuición, sino en la formulación de hipótesis interpretativas que deben ser comprobadas
empiricamente. Verstehen es la palabra alemana para el concepto comprensión. Las ideas de We-
ber acerca de la Verstehen eran muy utilizadas por los pensadores alemanes de su tiempo, y de-
rivadas del campo d el conocimiento conocido como hermenéutica. La hermenéutica es una
aproximación especial al entendimiento y la interpretación de textos y Weber, extendiendo este
concepto al entendimiento de la vida social, quiere usar sus herramientas para entender a los ac-
tores y a su interacción. Pero hay que ser muy preciso al definir el término. Weber considera que
para acceder al conocimiento lústórico y sociológico no hay que comprender meramente los fi -
nes del sujeto, pues esto llevarla a una psicqlogia de la motivació n, y, no hay que olvidarlo, We-
ber se preocupa por establecer las condiciones para el conocimiento de los fenómenos sociales
y no de los fenómenos mentales, psicológicos. Su objetivo es construir una ciencia de lo social,
una sociología. El término Verstelien, entonces, no se refiere simplemente el uso de la intuición
por parte del investigador, sino que implica un estudio sistemático y riguroso que pretende iden-
tificar el sentido de la acció n según la intención del actor y reconocer el contexto al que la ac-
ción pertenece y en el cual adquiere sentido.
62 Metodología de la Investiga ción en organizaciones. mercado y sociedad
La figura 2.8 exhibe una recapitulación de los antecedentes históricos de los enfoques cuan-
titativos y cualitativos que hemos recorrido hasta aquL
Habiendo recorrido -por lo menos en parte- los orígenes y fundamentos de ambos enfoques,
podemos conocer ahora algunos de sus efectos metodológicos.
37 este mismo capitulo nos detenemos en la explicación tal como la describió Hempel.
En
38 La parte IV del libro est~ destinada a presentar la investigación cualitativa -sus métodos y técnicas- y supone la
lectura de los fundamentos históricos y epistemológicos que adelantamos en este ca pitulo. con la finalidad de que
el estudiante cuente con información temprana acerca del tipo de conocimientos a los que puede llegar a través
de uno u otro enfoque. así como la clase dt> recursos con los que ser~ necesario contar en cada caso.
64 Metodologra de la Investig ación en 019anizacio nes, mercado y soci edad
contemporáneos: Rudolf Carnap y Carl Hempel. Ellos y otros científicos y filósofos estimaron,
hacia las primeras décadas del siglo XX, que las doctrinas clásicas de Comte o de Stuart Mili eran
ya imuficientes como base para la comprensión de los avances de las matemáticas y la lógica y
formularon un nuevo programa.
El movimiento estuvo muy lejos de constituir una escuela con pensamiento unificado; sus re-
presentantes partieron de presuposiciones muy distintas y defendieron tesis también muy diver-
sas. En común es posible considerar como novedad respecto del viejo positivismo -con su con-
cepción inductivista estrecha de la ciencia- la valoración del análisis lógico (basado en la moder-
na lógica matemática, también denominada lógica simbólica) como punto de apoyo para su tra-
bajo sobre el método. Con todo, el positivismo lógico mantuvo el acuerdo con el viejo positivis-
mo en la aspiración de encontrar un método único para todas las ciencias, que se plasmó en el
proyecto de la Enciclopedia para la Ciencia Unificada, cuyo objetivo fundamental era la reduc-
ción de unas ciencias a otras (monismo metodológico).
Los cuestionamientos al inductivismo estrecho, especialmente el desacuerdo de Hempel con
el supuesto de que la observación pura puede ser el punto de partida de la investigación cientí-
fica, fue generando la necesidad de proponer nuevas estrategias metodológicas q ue postularan
que la ciencía no parte de las observaciones para llegar a la ley, sino que conjetura esta última
para explicar las observaciones realizadas y predecir observaciones nuevas. Son las hipótesis las
que guían la observación y no la realidad empí.rica la que ofrece los datos para formularlas. Di-
ce Hempel: No hay[. .. ] reglas de inducción generalmente aplicables por medio de las cuales se pue-
dan derivar o inferir mecánicamente hipótesis o teorias. 39 Esta afirmación provoca un cambio ra-
dical: ya no se considera que las hipótesis son producto de generalizaciones empíricas; ahora, las
hipótesis son ínvenciones humanas que se crean para explicar los hechos. luego, las sucesivas
puestas a prueba confirmadas aumentan su probabilidad de ser justificrulas como verdaderas.
Ver fig 2.9
Teoría
Consecucnda
contrastable
Validadó11
empírica
En la visión 'sofisticada' del inductivismo, una teorla general puede ser descubierta de múltiples for-
mas. Empero, una vez formulada, debe validarse empíricamente asumiéndose que, cuanto mayor sea
la evidencia compatible con dicha ley, mayor será la probabilidad de que la misma sea verdadera.
e. Para el método hipotético deductivo clásico si se producen los resultados previstos por
la implicación contrastadora, entonces la hipótesis es confirmada, de lo co ntrario, la hi-
pótesis es refutada.
f . Cuando una hipótesis reúne un número sufic.ientemente alto d e con firmaciones enton-
ces se transforma en ley.
66 Metodologla de la Investigación en organi zaciones. mNcado y s ocied ad
/
,, -- Problema
-~
......\
escubrimien to
,L.
e '-.,, Formulación de la hi pótesis /
-o
·¡;; ··~---- - - ----,----- - ----=' ........
. ........................... ______ -5 .-------·' _____ . ~
"'
t: .8 V
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'l: .,
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~ Consecuencias observaciona les/ "'
V
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!5
e Implicación contrastadora §
.,,1
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....
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V
Experiment ación/ contacto con la realidad
.,,1
-oa. V,
~
:E -o
a.
"'§ Formulación de enunciados observacionales
:e
!!?
~ -2
o V
V cr:
Para comprender con mayor claridad el razonam iento, retomemos la hi pótesis de que todos
los metales se dilatan con el calor. ¿Cómo llegar a establecer u na proposición universal d e este ti-
po, que sea válida y se refiera a todos los metales?
La propuesta de Hempel es deducir d e la hipótesis una predicción observable - una implica-
ción contrastadora- que en tanto implicación deducida d eba necesariamente cumplirse de ser
verdad era la hipótesis. Entonces:
Aunque no podemos constatar que todos los metales se dilatai1 con el calor, sí podemos p robar
con certeza una consecuencia lógica de esa hipótesis, a saber: la olla de cobre que esrá e11 mi crua se di-
/ara con el calor. Lo importante ahora es que esa implicación sí puede ser contrastada en la realidad.
•o En realidad. ningúna hipótesis puede ser definitivamente confirmada y tampoco encontraremos un científico
que abandone tan fácilmente una conjetura, como ya tendremos oportunidad de comentar cuando evaluemos
los avatares de la s hípótesis en el capítulo 5.
•1 También en capítulo 5 LAs H1Póm1s o, INVESTIGACIÓN.
42 Klimovsky, G. e M idalgo, C. La inexplicable sociedad. Cuestiones de epistemología de las dencias sociales. Bue-
nos Aires: Al.., 1998, p. 41.
68 Metodologfa de la lnvest1gacl6n en org11nizadones. mercado y sociedad
r
Premisa J: Hecho verificado A1
Entre los aportes epistemológicos de ésta perspectiva metodológica hay que mencionar
que el hipotético-deductivismo ha superado la visión ingenua del inductivismo que enten-
día a la ciencia como un conjunto sistematizado de generalizaciones producidas a partir de
la observación. La ciencia es considerada ahora un conjunto complejo e interrelacionado de
sistemas hipotético-deductivos {tcorias) que han sido corroboradas mediante contrastacio-
nes. El método establece que el conocimiento está inmerso en un contexto teórico y combi-
na el rigor empírico y metodológico con la búsqueda permanente de un conocimiento in-
tcrsubjetivamente verdadero. En el capítulo 5 vamos a ampliar nuestra exposición acerca de
otras variantes del método y de las críticas que desde ciertos puntos de vista apuntan con-
tra su lógica.
Protocolo de investigación
Si nos detenemos en el método hipotético deductivo y esbozamos en paralelo los pasos que
especifica un protocolo de investigación de los que típicamente uúliJ.a la investigación cuantita-
tiva, será evidente el vinculo entre ambos en la práctica . En efecto, un protocolo de inve.stigación
exige cumplimentar los contenidos que hemos ubicado a la derecha del cuadro. A la izquierda
los pasos del método hipotético-deductivo. {Ver figura 2.12)
Como vemos, y aunque existe consenso epistemológico en el sentido de que la tradición po -
sitivista está superada por concepciones muy diversificadas, la estructura general planteada por
el método hipotético-deductivo, con las objeciones y variantes que luego analizaremos, continúa
vigente en las aulas, en los laboratorios, en los libros d e investigación aplicada, en los supuestos
de muchos investigadores y en los protocolos de investigación que la ciencia institucionalizada
exige al investigador para evaluar sus proyectos y sus productos.
Capítula II Tipos de investigación social 69
2. Fundamenta el sentido del problema y adopta o elabora Marco Teórico Hipótesis funda-
una teorla que explica al problema mentales
3. Ofre·ce una solución deducida del marco teórico. Deriva Hipótesis Hipótesis
consecuencias lógicas de las conjeturas. derivadas
4. Establece técnicas para someter las conjeturas a contrasta- Resultados esperados Predicción de CO
ción; somete a su vez a contrastación esas técnicas para
comprobar su relevancia y la confianza que merecen. Anti-
cipa los resultados de los procedimientos de contrasución
•l Siempre considerando que. como ya hemos advertido. se trata de una tradición diversificada y heterogénea
que se ha transformado profundamente a través de los al\os y de la que resulta dificil dar un panorama general
y unificado.
70 Metodología de la Inve stigación en org41niza<ion es, mercado y sociedad
Así, los investigadores cualitativos se interesan por proveer descripciones detalladas de los con-
textos sociales que estudian y se plantean que tales descripciones debieran ser muy consistentes
con las perspectivas de los propios participantes. El énfasis en la descripción se basa en que lo
aparentemente trivial de la vida cotidiana es valioso para la observación del investigador social,
en tanto tiene capacidad de ayudamos a entender Jo que está pasando en un contexto particu-
lar, siemp re a través de la mirada de los actores.
Desde este punto de vista que supone el saber -consciente o no- sobre el sentido que tienen
las acciones en los propios sujetos agentes, la investigación cualitativa recurre a la inducción,
pero no con el objetivo de validar teorías y mucho menos de generar proposiciones universa-
les, como pretendía la concepción inductivista de la ciencia, sino con el de construir esquemas
conceptuales que hagan comprensible la información empírica, tratando de encontrar las ra-
zones por las cuales los hechos sociales en determinado contexto ocurren de cierta manera y
no de otra.
En función de este propósito, la relación que el investigador establece con la teoría es la de de-
linear conceptos sensibilizadores como una fase que ocurre durante o al final del trabajo de can1-
po, y no elaborar una teoría para ser validada como propone la lógica de la investigación cuan-
titativa. Aqul, la teorla a priori es d esechada pues se considera que introduce desde el principio
un elemento que separa la mirada del investigador del punto de vista de los participantes en la
situación social. La búsqueda bibliográfica inicial no se compara a la del investigador cuantita·
tivo que busca una respuesta teórica al problema, sino que los conocimientos previos actúan d e
manera puramente referencial, a modo de metateorla.
Se propugna un movimiento espiralado en el que el investigador va hacia los sujetos, los ob-
serva, los escucha y construye conceptualizaciones cada vez más amplias a partir de un ida y
vuelta entre la recolección de los datos, las lecturas teóricas que lo acercan a conceptos de la in-
vestigación social, y su propia interpretación. 44
De ahí que se afirme que el paradigma cualitativo se ha caracterizado por una preocupación
por el descubrimiento de la teoría y no por el de su comprobación. Por la misma razón, en la in-
vestigación cualitativa interesa más el proceso que el producto.
a . Concepción múltiple de la realidad. Existen muchas realidades que no pueden ser con-
sideradas de forma unitaria, por lo que cabe una diversificación en la interpret.ición de
dicha realidad. Son diversas las facetas que se pueden estar considerando.
b. El principal obj etivo científico será la comprensión de los fenómenos. Se pretende lle-
gar a captar las relaciones internas existentes; indagando en la intencionalidad d e las ac-
ciones, sin permanecer únicamente en la capa externa a la que parece propicia La descrip-
ción de los fenómenos.
Para completar este panorama, mencionemos, por último, algunos ejemplos de disefios típi-
ca -aunque no excluyentemente- cuanti tativos o cualitativos:
Las encuestas constituyen un ejemplo típico de la investigación social cuantitativa. También
lo son los disefios que prevén observaciones sistemáticas de situaciones sociales y que intro-
ducen la estandarización de la observación , el adiestramiento de los observadores y el análisis
estadístico de los datos, con métodos cuantitativos de prueba de hipótesis. Finalmente, los di-
seños experimentales representan quizás el más paradigmático de los ejemplos de la forma
que asume la tradición cuantitativo-positivista en la investigación social. Hemos destinado
para la descripción de los métodos y técnicas del enfoque cuantitativo distintos capitules de
este libro que pueden consultarse pa ra ampliar el conocimiento de los métodos y técnicas más
representativos.
En cuanto a los estudios cualitativos, caracterizados por su naturaleza intensiva, tienen hoy
una larga trayectoria metodológica que incluye el estudio de caso, el método biográfico, el estu-
dio etnográfico, el análisis deJ discurso, los grupos de discusión, la obse rvación participante, la
entrevista en profundidad y las técnicas proyectivas, entre m uchos otros métodos y técnicas, al-
gunos de los cuales se detallan en la Parte rv de esta obr2..
Hemos visto, en un extremo, los modelos formales, matemáticos, con postulados y leyes ge-
nerales; en el otro, la interpretación y la comp rensió n. Esa confrontación se extiende hacia los
márgenes: ciencias sociales versus ciencias naturales, ciencias duras versus ciencias blandas, mé -
todos cuantitativos versus métodos cualitativos, induccifm versus deducción, conocimiento ex-
tensivo versus conocimiento intensivo.
No es obligatorio, sin embargo, alinearse en uno o en otro enfoque como disyuntivas vitales
que obligan a ejercer una opción metodológica a priori entre hacer una investigación cualitati-
va o cuantitativa. Si ubicamos las antinomfas -que, por otro lado, atraviesan a todas las ciencias
sociales- en el lugar que les corresponde (esto es: la antigua discusión filosófica sujeto-objeto)
veremos, a la luz de las nuevas corrientes epistemológicas desarrolladas en el siglo XX, que estas
discusiones están siendo reformuladas.
En rigor, escapar de esta elección binaria es deseable por distintas razones: la primera tiene
qu'e ver con resistir a las expresiones simplificadoras propias del pensamiento faccional: ¡cómo
aceptar que los pensadores que propugnan una y otra perspectiva hayan sostenido posiciones
tan ingenuas y ciegas como frecuentemente se pretende exponer desde la visión con traria?,
¿cómo pensar que ante las críticas no han encontrado argwnentos sólidos de uno y otro lado pa-
ra permanecer en su postura, argumentos que en muchos casos no se analizan ni en profundi-
dad ni en el contexto de la obra en la que fueron propuestos?, ¿por qué repetir una y otra ye-¿ fra-
ses que son clic/ils, sin auténtica fundamentación?
No pretendemos decir que siempre ocurre esto, y tampoco que no existen argumentos irre-
ductibles a los cuales las partes no tienen intención de renunciar. Ni siquiera decimos que la di-
Yisión cuantitativo-cualitativo debería eliminarse, pues hemos admitido ya las ventajas que esta
división comporta a la especialización de los investigadores. Solamente es importante subrayar
que al leer algunas defensas casi corporativas de uno u otro enfoque, que son antes caricaturas
que retratos de las ideas de los autores que se procura criticar, no puede menos que lamentarse
la persistencia de esas visiones reduccionistas en el ámbito científico.
Y para corroborar nuestras afirmaciones, el lector podría revisar a los autores clásicos que
mencionamos -Durkheim y Weber- en sus escritos originales y constatar el reduccionismo im-
plicado en la misma clasificación q ue los enfrenta, pues en rigor ninguno de los dos merece ser
ubicado de manera tajante en uno y OtTO extremo, tal corno la tradición de la disputa pretende
sostener.
En cuanto a los reproches que ambos enfoques se hacen mutuamente, ya hemos aludido
a algunas críticas serias a ambos, pero... ¡qué decir de la crítica positivista que acusa de no
generalizable, no .representativa, y por ello de no válida a la investigación cualitativa? Es cierto
que a este enfoque no le interesa la formulación de leyes universales ni la generalización, pero es
erróneo decir por ello que las conclusiones de sus estudios sólo son aplicables a la reducida se-
lección de sujetos que participaron de los mismos, en ese momento, en ese contexto.
Si los investigadores cualitativos no pretendieran una comprensión más amplia de los fenó-
menos que la que atañe a los sujetos que participaron en un estudio dado, no discutirían, ni pu-
blicarían sus trabajos ni confrontarían sus resultados para llegar a consensos y marcar los disen-
sos que incrementen el conocimiento de lo social. Lo importante para la investigación cualitati-
va, recordémoslo, no es la interioridad individual, ni es su preocupación el entendimiento de la
otra persona; no se trata de una psicología: el interés de la investigación cualitativa se enfoca en
el m1mdo que a través de las personas estudiadas se le revela al in vestigador. Y esa perspectiva -y de
allí deriYa la relevancia de los estud ios cualitativos- con toda su riqueza y profundidad no pue-
de ser abordada por la investigación cuantitativa.
En un momento en que las disciplinas vinculadas al mercado y a las empresas se interesan ca-
da vez más por los micromundos de significado y toda la sutil gama de lenguajes, percepciones,
intereses imaginarios y represen taciones involucradas en fenómenos tales como la motivación,
la resistencia al cambio, el conswno, la satisfacción, la innovación y la diferenciación, parece por
lo menos desatinado no profundi1..ar en el conocimiento y posibilidades de la investigación in•
terpretativa.
Este enfoque teórico-metodológico que interroga la forma en la que las personas perciben el
mundo no puede ser exclusivamente utilizado como herramienta paro la exploración preliminar
que exigen las masivas y costosas encuestas de actitud, que pueden ser pertinentes para confron-
tar supuestos generales relativos a grandes poblaciones, pero que siempre resultarán insuficientes
para la indagación fina y la comprensión profunda del mundo tal como lo perciben sus actores.
Por el otro lado, y situándonos ahora en la discu sión tal como la entienden erróneamente
. algunos investigadores cualitativos, la contienda ha quedado -sin que muchos de sus adeptos
lo hayan notado - detenida en el tiempo. No se trata de afirmar que las diferencias no existen,
Capitulo II Tipos de investigacion social 75
sino de poner la discusión, si es que se pretende sostenerla, en el lugar adecuado: hoy debería ser
claro que los contendientes de la disputa entre enfoq ues son otros que los d el viejo positivismo
de Comtc y aún de versiones ya muy cuestionadas del em pirismo lógico. As( es como el reduc-
cionismo cualitativo afirma que la lógica cuantitativa supo ne una realidad exterior e indepen-
d iente del investigador que puede ser estudiada objetivamente por éste y d e ese modo obtener
un conocimiento general y verdadero para todo tiempo y lugar.
La metamorfosis del viejo positivismo del siglo XIX en el positivismo lógico de Hempel y el
Circulo de Vien a y las discusiones posteriores de Karl Popper o lmre lakatos siempre dentro de
lo q ue podría entenderse como lógica cuantitativa, dio como resultad o una nueva concepción
de la interrelación entre sujeto y objeto donde cobra relevancia el concepto d e obj etividad como
awerdo intersubjerivo y no como repre5entación especular de la realidad.
Hoy, ni el positivista más férreo sostiene que la ciencia refleja la realidad. En cuanto a la su-
puesta validez universal de las teorías que proclamaba el positivismo original, hay que recono-
cer que en la actualidad tampoco la física -paradigma de ciencia positiva desde el origen mismo
del positivismo- se plantea la certeza d e disponer de teorías válidas para cualquier espacio y pa-
ra todo tiempo.
Por presentar solo un caso en el que se evidencia lo - frecuentemente- infundado d e la crítica cua-
litativa a la pretensión de objetividad de la investigación cuantitativa, podemos leer Karl Popper,
clásico exponente de los ataques provenientes de perspectivas comprensivistas: no pretende pa-
ra la ciencia la factibilidad de u n conocimiento objetivo, sino la posibilidad d e un acuerdo io ter-
subjetivo p ara los hombres. Es por ello que el d esacuerdo debe plantearse en el lugar adecuado;
de otro modo, antes que una discusión, asistiremos a un monólogo estéril.
Afirma Popper:
Ahora bien, yo mantengo que las teorias cien tíficas no son nunca enteramente justifica -
bles o verificables, pero que son, n o obs tante contrastables. Diré, por tanto, qu e la objetivi-
dad de los enunciados científicos descansa en el hecho de que pueden contrastarse "intersub-
jetivamente".47
En este sentido cuestiona Afan Chalmers las críticas de algu nos sociólogos . .El d ice que sus inten-
tos "se ven desfigHradospor la imagen i11adecuada, pasada de moda, inspirada en el positivismo, que pre-
sentan de esas idC(lS tradicionales''.4 8 Chalmers "defiende~ la postura de Karl Popper, no porque consi-
dere que no hay nada en ella con lo cual d iscutir, sino porque es evidente que la critica reducci9n is-
ta no puede ofrecer alternativas válidas. Sefiala la b analidad con la que se trata el tema en tanto :
La mayorla de las cosas que se rechazan no solo son compatibles con la filosofía de la ciencia de
Popper, sino que forman sus rasgos mas distintivos. Apenas es necesario documentar el hecho de
que Popper niega que se puedan probar las teorías científicas y de que insista en su permanente ca-
rácter hipotético.
Además rechaza la idea de que haya una base segura de la ciencia e insiste en que los enuncia -
dos observacionales están cargados de teoda y son revisables.49 (Popper, 1972 Cáp.5 ). Subraya que
es más apropiado concebir la observación y la experimentación como intervenciones activas en vez
de como recepciones pasivas de la natura la.a (Popper 1979 Apéndice 1).
47 Popper, K. R. El deSorro//o del conocimiento científico. Buenos Aires: Paidós, 1967, p. 43.
48 Chalmers, A- La ciencia y cómo se elabora. Espal'la: Siglo XXI, 1992, p. 106.
49 Profundizamos la cuestión de que los enunciados observacionales esttin cargados de teoría en el capitulo 4.
76 Metodología de la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
Sin embargo, tan solo tenemos que acudir a Irme Lakatos, otro filosofo disdpulo de Popper
( ... ) para encontrar a alguien que prescinde de la teorla de la verdad como correspondencia
(Hacking, 1983 cap 8) y que examinó la manera en que han cambiado historicamente las normas
cientlficas.sz
Popper y Lakatos -concluye Chalmers- son casos típicos entre muchos filósofos contemporáneos
que rechazan la concepción h eredada si de la ciencia y q ue intentan ofrecer una defensa mas ade-
cuada del estatus epistemológico distintivo de la ciencia . En consecuencia, d esafiar ese estatus epis-
temológico requerirá mucho mas que la refutación de ideas tradicionales dcsacreditadas.s•
Muy lejos está de estas líneas el pretender afirmar que las perspectivas citadas no justifiquen
importantes objeciones de diverso tipo. Su propósito es el de ilustrar a nuestros lectores con al-
gunos ejemplos sobre la persistencia de mecanismos estereotipados que desde una y otra pers-
pectiva se mantienen en el ámbito científico, como en cualquier otra institución social, y que
muestran que aun el carácter crítico que la ciencia se propuso para sí flaquea de la mano de los
propios actores que encarnan la institución, hecho por demás p revisible que sólo viene a reafir-
mar el carácter humano de las instituciones cientí ficas que nunca debemos olvidar, pues esa con-
ciencia contribuye a evitar la reificación 55 d e sus afirmaciones.
so Tratamos con mayor detenimiento las decisiones dependientes del contexto en la aceptación o rechazo de la
observación y los resultados experimentales en el capitulo 5, cuando presentamos la perspectiva de Thomas Khun.
s, Chalmers, A. op. cit. p.107.
sz lbid.
5) Se refiere a el positivísmo lógico también denominado Empirismo lógico, concepción heredada o estandard.
54 Chalmers, A. op. cit p. 108.
ss La reificación es el proceso por el cual las construcciones simbólicas que el hombre produce en el curso de su
interacción con los otros, a fuerza de imponerse con tanta solidez, terminan pareciendo entidades· "dadas · ,par-
te de la naturaleza, o creaciones divinas. independientes de los sujetos. que han perdido la capacidad de reco-
nocer a esas creaciones como propias.
56 La actitud dialéctica considera que hay términos que constituyen una realidad -indisoluble: al mismo tiempo
que se niegan y oponen entre si, se implican y complementan.
CapUulo II Tipos de- ln vesti9 aci6ri social 77
superar tanto una como otra postura concebidas de manera excluyente y buscar la posibilidad
de construir nuevos modos de aprehensión de la realidad social.
En el nivel metodológico, de hecho, hace ya tiempo que los investigadores combinan de dis-
tinta manera los métodos y técnicas tradicionalmente propias de cada enfoque, con grados di-
versos de acuerdo acerca de la validez de esas combinaciones. Una manera sintética de acceder
al mapa de las actitudes eo relación a la dicotomía de enfoques teórico-metodológicos es la que
presenta Ga reth Margan ( 1983).57 Morgan describe cinco tipos de actitudes en .relación a la dis-
puta y a la posibilidad de integración de enfoques: ·
1. Supremacía: pretende establecer una perspectiva como la mejor, por encima de todas
las demás.
2. Síntesis: intenta buscar modos de combinación que maximicen las fortalezas de am-
bas perspectivas y minimicen sus debilidades.
3. Contingencia: el investigador analiza las circunstancias e idiosincrasias del contexto y
del fenómeno bajo estudio para seleccionar entonces la perspectiva que mejor se adapte.
4. Dialéctica: trata de aprovechar las diferencias en tanto estimulo para construir en el fu-
turo nuevos modos de aprehensión de la realidad social.
S. Todo vale: corresponde a la posición sostenida por Feyerabend, quien defiende que no
hay idea, por trasnochada y absurda que sea, que no sea capaz de arrojar cierta luz sobre
nuestro conocimiento de la realidad social.
Como es evidente -pues de otro modo no estarían separados en nuestro análisis-, la última al-
ternativa es tan indeseable como la primera. La segunda y la tercera deberían ser una imposición
ineludible para todo investigador. Coherente con ambas, presentaremos enseguida un ejemplo
que integra contingencia y s(ntesis. Luego, nos detendremos en la cuarta alternativa -la dialéctica,
cuyo potencial intentan desa rrollar pensadores e investigadores de diversa extracción.
~ Fajn, G. (coordinador). Fábricas y empresas recuperadas. Protesta social, autogestión y rupwra en la subjetivi-
d¡¡d. Buenos Aires: Centro cultural de la coope,adón, 2003, p. 9.
Capitulo ti Tipos de investigación social 79
económica y social. En cuanto al adjetivo histórico alude a su concepción de la realidad social co-
mo una construcción humana y no como el fruto del despliegue del acontecer natural de los fe-
nómenos. Marx se oponia al naturalismo y a la idea de una investigación libre de valores. Para
él, cuando las propiedades o las consecuencias d e un sistema social se atribuyen a la naturaleza
es porque se olvida su génesis y su rol histórico, es decir todo aquello que lo constituye como sís-
tema de relaciones; más exactamente, señala que el hecho de que este error de método sea tan
frecuente se debe a las funciones ideológicas que cumple al lograr, por lo menos imaginariamen-
te, eliminar la historia. Afirmar el carácter natural de las instituciones -pensemos que para los
economistas de la burguesía naciente las formas de relación existentes eran consid eradas las pro-
pias de la naturaleza h umana- implica sacar de la vista la posibilidad de cambio, el carácter his-
tórico y en consecuencia circunstancial y transformable de ese - como de cualquier otro- siste-
ma de relaciones.
Marx critica al idealismo, "la ilusión de Hegel" que considera a "lo real como el resultado del
pensamiento que se reabsorbe a si mismo';
El sujeto real mantiene, antes como después, su autonomía fuera de la mente, por lo menos du-
rante el tiempo en que el cerebro se comporta únicamente de manera especulativa, teórica. En con-
secuencia, también en el método teórico es necesario que el sujeto, la sociedad, esté siempre pre-
sente como premisa. 59
También rechaza la ingenuidad de los empiristas que tornan por objeto científico el objeto
tal como se presenta.
Entonces, aunque parezca lo correcto comenzar a estudiar lo social por la población, si se anh
liza con mayor detenimiento, esta idea de población como unidad concreta se mostrará falsa. La
población es una abstracción si no prestamos atención a aquello que la constituye, por ejemplo,
las clases de que se compone. Estas clases son, también una abstracción si n o analizamos los ele-
mentos sobre los cuales reposan, por ejemplo, el trabajo ~salariado, el capital, etc. Estos últimos
suponen a su vez el cambio, la división del trabajo, los precios, etc. El capital, no puede enten-
derse sino considerando el trabajo asalariado, el valor, el dinero, etc.
Si tomamos en cambio a la población como unidad de análisis solo accedemos a una represen-
tación caótica de lo social. De trabajar en la dirección contraria, precisa ndo cada vez m ás los ele-
mentos que constituyen a la población, llegarlamos anallticamente a conceptos cada vez más sim-
ples: de lo concreto representado llegaríamos a abstracciones cada vez más sutiles hasta conocer las
determinaciones más simples. En este punto, habría que emprender el viaje de retorno, h asta en-
contrar nuevamente a la población, pero esta vez no se trataría de la representación caótica de un
conjunto, sino de una rica totalidad con múltiples determinaciones y relaciones. Lo "concreto pen-
sado': que la investigación reconstruye al término de su trab ajo, es d istinto del "sujeto real".
Consideremos ahora el concepto de mercancia. Marx...:
( ...) co mienza con lo más abstracto, con la categoría más pobre de la producción burguesa, la
mercancía. El comienzo metodológico no es sólo la categoria más abstracta, sino la más inmediata
(dentro del sistema examinado) y b más simple. No implica categoría de otra especie: para estable-
ce.r relaciones mercantiles no es necesa rio ser capitalista, ni obrero, ni terrateniente, porque está en
la superficie y es visible para todos. En el capitalismo no hay nada más evidente que la mercancla
(la sociedad burguesa es un inmenso arsenal de mercanclas}, si bien ésta oculta en su seno el pro-
fundo secreto de su exrrañamiimto de las relaciones humanas, inaccesible al conocimiento corrien-
te. La forma merc1111cla, señala Marx, es la forma mis general y rudimentaria de la producción bur-
guesa: la., que existe n c.n trc el vendedor y el comprador, d acreed or y el deudor, el capitalista y el
obrero, el terrateniente y el arrendatario. Son las relaciones más unive rsales, pero a su vez encierran
las contradicciones internas del sistema.61
61 Schus1er. F. "Pluralismo metodológico en ciencias socialPs". En Scarano, E. Metodologta de las Ciencias Socia-
le5. Lógica, lenguaje y racionalidad. Buenos Aires: Macchi, 1999, p. 68.
62 lbid p. 69.
63 Marx. K. op. cit.
641bid.
, Capitulo II Tipos de investigación social 81
Marx diferencia el modo de desarrollo de lo real - génesis histórica de lo concreto- , del mo-
do de pensar lo concreto por la síntesis de sus múltiples determinaciones. El método que co 11 sis-
te en elevarse de lo abstracto a lo concreto es para el pensamiento s6/o la manera de apropiarse de
lo concreto, de reproducirlo como un concreto pe,isado. El pasaje de lo abstracto a lo concreto es
un proceso mental "co11cretum de pensamiento'~ En síntesis:
65 Para sintetizar los cambios producidos en la física. tomamos a Martínez Miguélez. M. l.iJ investigación cuali-
tativa etnográfica en educación. México: Trillas, 1999.
82 Metodo1ogra de la lnvesttgacion en organizaciones. mercado y sociedad
Estos hechos son interpretados por muchos autores corno el fin del realismo ingenuo, propio
de la epistemologla positivista, y como la bancarrota del determinismo fisico. Los principios se
aplican a partícu.las y acontecimientos microscópicos; pero estos acontecimientos tan pequeños
no son, en modo alguno, insignificantes. Son precisamente el tipo de acontecimientos que se
producen en los nervios y en el cerebro, como también en los genes, y, en general, son la base
que constituye toda materia del cosmos y todo tipo de movimiento y forma de energía.
Estos mismos físicos seftalan que en las ciencias naturales son cada vez más las hipótesis que no son
susceptibles de contrastación experimental o empfrica y, por lo tanto, que el ideal de una ciencia com-
pletamente independiente del hombre -es decir, plenamente objetiva- es una ilusión. Por objetividad
de los datos, por consiguiente, podríamos dar a entender solamente su reproductibilidad dentro de una
comunidad científica que comparte una serie común de presupuesros, de hipótesis y de conceptos. Y
es el mismo Heisenberg quien dice que la realidad objetiva se /ia evaporado y que lo que nosotros obser-
vamos no es la naturaleza en sí, sino la. nat11raleza expuesta a nuestro método de interrogaciótt.
Si esto es cierto para la más objetivable de las ciencias, la fisica, con m ayor razón lo será para las
ciencias humanas, que llevan en sus entraftas la necesidad de una continua autorreferencia y cuyo
sujeto y objeto de investigación es el hombre. El observador no sólo no está aislado del fenómeno
que estudia, sino que forma parte de él: el fenómeno que lo afecta es, a su vez, afectado por él.
Oppenheimer advierte que toda i11tervenció11 para tomar una medida o para estudiar lo que su-
cede en el mundo atómico crea, no obstante todo el orden de este mundo, una siwación riueva, úni-
ca, 110 plenamente previsible. Así, una partícula microscópica puede desviarse de su trayectoria
espontánea por la acción de la luz destinada a localizarla, o cambiar sus propiedades cuando es
separada del núcleo en un acelerador para fotografiar sus huellas; un termómetro introducido
en un líquido para medir su temperatura, la altera; los movimientos de la aguja magnética de un
instrumento de medición eléctrica inducirán una nueva corriente en el circuito; la presión san-
guinea de un paciente puede aumentar por el solo hecho de tomar conciencia de que se la están
midiendo; al formular la pregunta, un sondeo de opinión orienta las respuestas, etc. Este fenó-
meno se conoce hoy como propiedad de Heisenberg.
66 Berger, P. y Lud<man, T. /.a construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu, 1979.
Capitulo II Tipos de investigaclón social 83
Para comprender el sentido de las tres instancias que terminamos de enunciar podemos pen.
sar brevemente en un ser humano tal como se presenta naturalmente. Inmediatamen te adverti-
remos que puede vivir en un iglú o en un edificio de sesenta pisos. En comparación con los ani-
males, no existe un ambiente específico que sea propio de la especie humana y que esté firme-
mente estructurado por la organización de sus propios instintos. Cada especie animal, lo sabe-
rnos, está restringida a cierto ambiente; los seres humano~, en cambio, no sólo nos distribuimos
por todo el planeta sino que además establecemos con el ambiente relaciones muy particulares,
especialmente alejadas de lo natural: mientras las ovejas se contentan con comer el pasto a sus
pies, y las jirafas las hojas altas de los ;hboles, las personas queremos comer Sllshi de salmón del
pacífico a orillas del Río de la Plata, vivimos hacinados en ciudades enormes donde ningún ras-
tro de tierra o de agua nos permite cazar ni pescar y entonces revisamos entre los deshechos bus-
cando un resto de aHmento para poder sobrevivir.
Nuestra relación con el ambiente no es fija, estamos en todos lados, y haciendo innumerables
cosas, muy pocas de las cuales nos vienen determinadas genéticamente. Mientras las hormigas
recorren su senda rumbo al hormiguero que han construido según les ordenan sus instintos has-
ta en el último detalle, el hombre puede recorrer infinitos caminos, siempre diferentes. Eso es lo
que Berger y Luckrnann denominan apertura al mundo.
Desde que Sigmund Freud conceptualizó que el instinto está perdido en el hombre hemos
comprendido por qué mientras a un gato el instinto de supervivencia lo lleva en busca de comi-
da y el instinto sexual lo lleva en busca de una gata, para los humanos las cosas no son tan sim-
ples. Las personas comemos cuando estamos aburridas, felices o ansiosas. y no comemos por las
mismas razones; tenemos bulimia y anorexia, somos vegetarianos, naturalistas, comemos vacas
a la parrilla o las ponemos en altares. Y con respecto a la sexualidad, describir la variabilidad del
destino de la sexualidad humana sería una empresa tan variada como interminable. En suma: no
contarnos -como los animales • con un equipo biológico que nos diga cómo relacionarnos con
el ambiente físico ni entre nosotros mismos, ningún insti nto nos dice qué hacer, qué preferir ni
qué dirección darle a nuestra vida cuando nos levantamos por la mañana.
Y justamente la falta de una determinación genética que nos diga qué hacer (como a esas for-
maciones perfectas que logran las hormigas con su estratijiCJlción social natural) es la qu~ nos ha
permitido -merced a nuestra apertura al mundo y a la plasticidad de la estructura de nuestras
pulsiones crear un orden social que reemplaza al equipo ~iológico del que carecemos y le da di·
rección y sentido a nuestra conducta. En palabras de Berger y Luckmann: El hombre construye su
propia naturaleza, es decir se produce a sí mismo. 67 A partir de esa construcción, la existencia hu -
mana puede dcs.~rrollarsc en un contexto de relativo orden, dirección y estabilidad.
En efecto, basta pararse frente a una autopista para constatar que todos los autos van en la
misma dirección. Nadie -o casi nadie- se detiene. Ningún auto · O casi ninguno- va en contrama-
no. A simple vista, nuestros movimientos parecen tan predeterminados como los de las hormi-
gas. Una estructura supraindividual ha establecido cómo debemos manejar por la autopista y ya
no dudamos, vamos todos por la mano que el car tel indica. Nos encontramos casualmente en el
subterráneo con un compañero del colegio secundario. Intercambiamos saludos con las formas
del caso, recordamos compañeros, relatamos encuentros y destinos, preguntamos por nuestros
padres e, infaltablemente, por lo que estamos haciendo; es decir, el ritual completa el cuadro de
67lbid .
84 Mittodologt~ dt 11 lnve~ tigaciOn '" organizaclonrs. mercado y socltdad
una situación completamente estereotipada en la forma tanto como en el contenido, en los va-
lores que determinan qué es aquello digno de ser mencionado o preguntado y en la jerarquía de
los recortes de la vida que merece la ocasión.
En cuestiones de supervivencia o en las banalidades de cada interacción -y aun a solas-, los
miembros de una sociedad recurren a las reglas, a las estructuras de significado, de poder y d e
legitimación propias de 13 estructura social a la que pertenecen, y q ue preceden, todas ellas, a la
vida individual. Se le imponen al sujeto con tanta fuerza -casi- como el instinto a los anímales.
De este modo, y en la medida en que todo desarrollo individual está precedido por un orden so-
cial dado, la aperh1ra al murido es siempre transformada por ese orden social en una relativa
clausura al mundo, y así se logra casi siempre una estabilidad orie11tada en el comportamiento
humano.
En otras palabras, as! como nuestra conducta en el subte es predecible dentro de cierto ran-
go, así Jo son también casi todas las conductas de todos los sujetos en una cultura dac_la: en tan-
to padre o secretaria, amigo o vecino no se puede sino comportarse de cierta manera predecible.
Son los hechos de Durkheim: estamos en el aula co n la puerta abierta, por el pasillo vemos ca-
minar a dos estudiantes; podemos predecir que se sentarán en un banco. Bien podrían hacer eso
e infinitas cosas más, pero los seguimos mirando mientras se acercan y, previsiblemente, entran
al aula y se sientan cad a uno en u n banco mirando hacia el frente.
Si una libertad total nos estuviese destinada, s.i realmente cada mañana se abriera ante noso-
tros el panorama de las infinitas conductas posibles de lleva r a cabo, probablem ente permane-
ceríamos en la cama intentando decidir por dónde empezar, hacia uúw.lc ir. Al proveer el rum-
bo y la especialización de la actividad, el orden social alivia la acumulación de tensiones resul-
tante de los impulsos no dirigidos y proporciona un trasfondo estable en el que la actividad hu-
mana puede desenvolverse con un margen mlnimo de decisiones. Y es ese orden el que percibi-
m os con1 0 una objetividad que se n os impone: hab lamos el idioma que hablan nuestros padres,
deseamos ser m édicos o bomberos, mirar televisión o navegar por Internet, nos imaginamos ju-
gando al fútbol o vendiendo caramelos. Es decir, contamos con un menú restringido de opcio-
nes que alivian nuestra incertidumbre cotidiana y nos permiten trabajar y crear.
Ese mundo que nos impone sus alternativas de comportamiento posible se experimenta co-
mo una realidad objeti va, tiene una historia que antecede al nacimiento del individuo y no es ac-
cesible a su mem oria biográfica. Esta historia le da carácter de obj etividad.
Pero la fuerza de esas estructuras no debe soslayar el h echo de que la objetividad social es un
producto y una construcción humana. Nacemos y crecemos bajo sus imperativos, pero somos
nosotros mismos, en el curso de nuestra interacción, quienes, además de per petuarlo en nues-
tras prácticas, vamos modificando la naturaleza de ese orden social. En la medida en que la re-
producción de las estructuras sociales ocurre en un momento especifico y es contingente, existe
siempre la posibilidad de ruptura de la continuidad con el pasado: nada garan tiza que el sujeto
Juan Pérez., de 22 años de edad)' nacido en Tandil, reproducirá cada vez las mismas regularida-
des de conducta (quizás, hoy de una vuelta en U y abandone para siempre su auto atravesadÓ a
contramano en la autopista o entre al aula, haga una prueba acrobática, salga por la ventana y
no regrese nunca más). ~ta es la contingencia más significativa de la reproducció n social, pues-
to que nos brinda la base de sustento a la posibilidad de transformación social.
Si en la reproducción del orden social está implicada también una actividad del sujeto que rea-
fü:a el acto en cuestión -encontrarse con un compaiicro en el subte-, este acto puede conservar
Capitulo II Tipos de lriv~sti9acl6n socl.11 85
el orden instituido o eventual mente iniciar el cambio. Y es justamente este poder del sujeto el
que no encuentra un desarrollo teórico por parte de los autores que se centran en los fenóme-
nos sociales corno si fueran cosas: ni Cornte ni Durkhcim ni Hernpel pueden explicar las varia-
ciones de la acción individual.
Si los actores no n1vieran la capacidad de introducir cambios en la vida social, su considera-
ción en tanto sujetos (actores, agentes) no tendría sentido. Por consiguiente, en las prácticas so-
ciales, la comprensión de la acción de los sujetos (Weber) tiene un peso decisivo.
En la realización de sus actividades, y por med io de ellas, los sujetos reproducen las condicio-
nes mismas que posibilitan la existencia del orden social. Por ejemplo: en el acto de ir a la uni-
versidad, proseguir sus rutinas y sus eiogencias; al llegar al aula cada día movidos por el sentido
que para nosotros tiene aprender o enseñar en la universidad, por la forma en que creemos que
esa acción cotidiana se relacio na co n nuestro futuro y con ciertas otras si tuaciones importantes
para cada uno de noso tros; cada vez que, llevados por esas motivaciones subjetivas, asistimos a
la universidad y cumplimos con sus exigencias, estamos reproduciendo en esas acciones las con-
diciones mismas que posibilitan que la universidad siga existiendo. En palabras de Anthony Gid-
dens: Ln acción contiene u11 elemento de 'subjetividnd' que 110 se encue11tr11 en el mundo natural, y
In comprrnsión interpretativa del significado de /ns acciones pam el actor es esencial para explicar
las regularidades discernibles en la cond11cta humana,68
Es decir, cuando se rep roduce la acción, se reproducen también los contextos donde transcu-
rre la vida social. Las acciones de los sujetos son tanto constituidas como constituyentes de los
procesos sociales e históricos.
A su vez, y seguimos gi rando en el movimiento dialéctico, aunq ue la constitución de la so-
ciedad es el resultado de las prácticas de sus miembros y la reproducción de la vida social se
debe a los actores que la conforman, las condiciones en que esto tiene lugar no están estable-
cidas por ente ro por la comprensión o las intenciones que ellos tienen de tales procesos. Por
eso, también Gíddens se apresura a agregar: Cnptar estas dimensiones adicionales de la raciona -
lidad de la acción es especialmente relevante para dilucidar por qué la gente actiía como lo l1ace.
Pero el 'significado' de la acción no puede reducirse a las i11te11ciones de los participantes y a las ra -
zones de la acción. 69
En otras palabras, las acciones no sólo ti enen la significación que les confiere quien las real i-
za: su sentido no proviene solamente de la intenci ón subj~tiva, sino que son inseparables del sis-
tema de relaciones sociales en el que se inscriben. La rclaéión entre los sujetos y la forma en que
el orden social opera sobre su actuación, provoca que las consecuencias de las acciones puedan
ser incluso contrarias a las pretensiones que los mismos sujetos tienen y declaran al realizarlas.
Estamos, otra vez, en el plano de la determinación de la estructura sobre el sujeto.
En sintesis, eioste una relación dialéctica entre el hombre-productor y el mundo social- pro-
ducto, de acuerdo con la cuál el producto a su vez vuelve a actuar sobre el productor. Son mo-
mentos de un proceso dialéctico continuo. Por lo tanto, la relación entre estos momentos puede
expresarse en la tesis con la que iniciamos este recorrido: la sociedad es un producto humano; la
sociedad es una realidad objetivada; el l1ombre es un prod11cto social.
Podemos recrear la doble condición humana d e ser producto y productor de la realidad so-
cial en el fragmento de Juan Samaja que incluimos a contü1uación:
Los sujetos 'habitan' en estructuras: f!sicas, biológicas, lingüísticas, institucionales. Por ese solo he-
cho, presentan mtíltiples planos de estabilidad cstructural. Son redundantes, predecibles. ¡Un sujeto
se casa? Puedo predecir con alta probabilidad una amplia gama de conductas en relación con su mu-
jer, sus parientes, su vivienda. ¿Sé que ese sujeto es francófono? Puedo predecir con elevadas proba-
bilidades qué sonidos saldrán más frecuentemente de su boca. ¡Se enferma de cáncer? Puedo prede-
cir una gama importante de sus futuros trastornos orgánicos. ¡Es ma~tro de primaria? Puedo prede-
cir su nivel de vida; sus vacaciones, el nivel de hoteles que ocupara, las revistas o periód.icos que lee-
rá ...etc. Las estructuras que habitamos nos transforman en objetos en:re objetos. En tanto tales, los
seres humanos pueden ser, y de hecho lo han venido siendo, transformados en objetos de investiga-
ción cientlfica positiva. Pero también es cierto que los individuos concretos tienen la posibilidad de
abortar las expectativas de las estructuras. Abandonar el hogar; producir sonidos sin ton ni son; co-
m eter lapsus; crear formas inexistentes; hospedarse en el Sheraton y luego suicidarse: ser creadores o
criminales, en grao escala o en una escala minúscula, cotidiana. 1bdo esto puede succder...¡Son por
eso acontecimientos irracionales, incomprensibles, inexplicables? La hermenéutica nos dice que tam·
bién y especialmente lo que se escapa de la estructura puede ser comprendido.
Estas conductas pueden ser interpretadas pero a condición de que se pueda recuperar el proyecto
que les da sentido; en la medida en que se puedan conocerlos objetivos.Pero un "objetivo" es una for-
ma de la objetividad: la objetividad que se quiere construir. Nuevamente, debemos reconocer que no
tenemos acá el sujeto desnudo sino el sujeto que puede ser comprendido por referencia a una ob-
jetividad rcpre.,scntáda y proyectada.
(. .. )El naturalismo y el culturalismo son dos variantes tan insuficientes com o el empirismo y el
apriorismo, o como el objetivismo y el subjetivismo. Sendas antinomias cometen invariablemente
el mismo traspié: fracasan a la hora de pensar lo concreto como una expresión de la dialéctica en·
trc géneis y estructura.70
Esta, podría d ecirse, es la escena en la que se despliegan las ciencias sociales: estudiar al mis-
mo tiempo el determinismo social y el sentido de la acción humana. Simplificando mucho, po-
dríamos decir que D urkheim se interesa por el primer proceso, por el modo en que la soci edad
se nos impone como realidad objetiva y determina el reper torio d e nuestras con d uctas, es d ecir
el hombre com o producto 5ocial. Aquí, el interés del investigador es orientado por el deternunis-
m o con el que las fuerzas políticas, económicas, legales, cult urales, demográficas y tecnológicas
moldean al sujeto. Dilthey o Weber podrían, por su parte, representar la ot ra dimensión, que se
propone comprender e interpretar el sentido que para cada uno de los protagonistas -dotados
de pasiones, intereses, preferencias e inclinaciones- tienen sus acciones en el marco de la propia
b iografla, siempre atravesada por lo social.
Para conclu ir nuestro reco rrido por los antecedentes y estrategias metodológicas d e la inves-
tigación cuantitativa y la investigación cualitativa y aunque no hayamos m ás que esbozado las
opciones -por la estructura o por el sujeto- a través de las que podemos como investigadores ac-
ceder al conocimiento de la realidad social, lo más importante para este curso introductorio es
rawnar sobre los diferentes marcos epistemológicos y teóricos que nos permitirán rechazar los
dualismos que impliquen la separación u opos ición entre sujeto y orden social, acción y estruc-
tura, as{ como todo planteanuento que suponga el predominio d e alguno de esos té rminos.
a. Campo: con la noción de campo Bourdieu se refiere a las es tructuras objetivas (obje-
tividad de primer orden), conformadas por las instituciones, los grupos etc. que consti-
tuyen las estructuras de poder y dominación que en tanto determinantes deben ser ana-
lizadas por el investigador social. El campo es un espacio de conflictos y de competencia
en el interior del cual se desarrolla una batalla P,Or establecer un monopolio sobre la es-
pecie particular de capital que es eficiente para construir una autoridad y un poder. Es
una lucha por la definición del juego y las reglas del juego que son características de to-
da relación social. En e l momento en que un investigador realiza el análisis de un cam-
po, su propósito central es tomar en cuenta en tanto tales los espacios sociales en los que
se encuentran situados los agentes que contribuyen a producir las obras que uno reco-
noce dotadas de v;ilor. Más que una población considerada como la suma de agentes in-
dividuales, ligados por simples relaciones de interacción y de cooperación, la noción de
campo invita a reflexionar sobre las relaciones objetivas que son constitutivas de la es-
tructura del campo y que orientan las luchas que tienen por propósito conservarla o
transformarla.
11El concepto de dase social en Bourdieu no es homologable al de Marx. Para Bourdieu las clases sociales son pro-
bables y no reales y se definen en función de la posición similar que ocupan los sujetos en la estructura social.
88 Metodología de la lnvesti9aciOn en o rganizaciones. merc ado y sociedad
A partir de esta doble manera de en tender lo social, Bourdieu propone transformar ambos
paradigmas antinómicos -cuantitativo/ cualitativo- en "momentos" difercnciables del mismo
análisis social: un primer momento debe abandonar las representacio nes ordinarias para elabo-
rar las estructuras objetivas que establecen los limites de la interacció n cotidiana; u.n segundo
momento reintroduce la experiencia inmediata.de las personas para explicitar las categorias per-
ceptivas que estructuran sus acciones y representaciones. Objctivismo y s.ubjetivis mo son pers-
pectivas parciales: la primera puede aprehen!l,cr sólo el sen tido objetivo de las prácticas y la se-
gunda, sólo el sentido vivido de las mismas; ninguna de ellas puede captar el sentido práctico, el
sentido del j uego social, resultado dialéctico de ambos .sentidos.
de relaciones en las sociedades altamente diferenciadas: ¿cuál es el objeto del juego? ¿Cuáles son
)as especies de capital en juego? ¿Qué es la ill11sio (cuáles son los intereses que desarrolla cada jue-
go)? ¿Cuál es la estructura de posiciones engendrada por el juego? ¿Cuáles son las propiedades
de los agentes y cómo reafüan sus inversiones en el juego? Estas cuestiones conducen al soció-
logo hacia la necesid ad de construir esquemas teóricos directamente ligados al objeto de estu-
dio. As! , la práctica de la , .. vestigación social se o rienta por el análisis de un campo particular y
por el análisis del propio proceso de construcción del objeto.
Las perspectivas que comentamos, sin ser las únicas que desde diferentes vertientes cuestionan
el mantenimiento de la controversia cuantitativo - cualitativo, nos ofrecen una alternativa fructífe-
ra para capitalizar lo que cada uno de los enfoques teórico-metodológicos tienen para ofrecernos:
el positivismo y el funcionalismo de Durkheim nos han impuesto la preocupación por el rigor me-
todológico y la atención sobre los determinantes sociales; los subjetivistas nos impiden olvidar al
sujeto y el sentido de sus acciones. Por su parte, posturas alternativas como la de Bourdieu nos in-
vitan a pensar creativamente, sin eclecticismos simplificadores, los dilemas de las ciencias sociales.
Si tenemos presente que los objetivos de la investigación son de naturaleza múltiple, resulta-
rá evidente la ventaja de la pluralidad metodológica. Antes de optar entre dualidades, será nece-
sario reflexionar sobre el tipo determinado de problema que nos interesa investigar, lo que im-
plica reconocer metodológicamente las ventajas y desventajas de un método sobre otro en fun-
ción del objeto de estudio o, incluso, de alguno(s) de su(s) aspecto(s).
Finalmente, quisiéramos hacer un señalamiento sobre el que aún volveremos en otras ocasiones:
la completa intelección de la compleja trama d e problemas sobre los que reposan nuestras decisio-
nes cotidianas de investigación aplicada no se ha resuelto durante nuestro breve periplo, ni habrá
de resolverse en el seno de las ciencias sociales con facilidad. Hemos querido, sin embargo, d elinear
los p ilares sobre los que la moderni\:lad construyó el edificio d e la ciencia, que hoy está repensán-
dose. En Jo que resta, retomaremos a su discusión cada vez que sea necesario. Esta recursividad só-
lo es posible conociendo primero las bases y después los cuestionamientos: sin aquéllas, el acceso a
estos últimos se torna lábil y puede devenir -generalmente así ocurre- en un e·m pantanamiento que
lleva a posturas más ingenuas e insostenibles que las mismas que se pretenden criticar.
Antes de adentrarnos en los tipos de investigación segÍ!n el alcance de sus objetivos, tratando
de comprender q ué hace cada una y cómo lo hace, es conveniente detenerse en el momento de
la decisión, cuando el investigador debe optar.
La pregunta a formularse entonces es: ¿Hasta dónde llegar?. Esencialmente, hay dos respues-
tas posibles, aunque no necesariamente excluyentes: la primera es hasta donde se pueda en fun-
ción del conocimiento disponible sobre el tema que nos brinde el análisis de las teorlas que vea-
mos en la revisión de investigaciones prevías: si hay muy poco o nada investigado sobre nuestro
objeto d e interés, sin dudas el estudio se iniciaráooiñO-éxploratorio o será una investigación ex-
plicativa/ céifuprensiva:1i p~es
ios demás tipos de investigación exigen un considerable grado d e
conocimiento sobre el objeto para poder iniciarse. La segunda respuesta a la pregunta es lrasra
donde se q11iera, y se vincula con las intenciones y propósitos del investigador. En la figura 2.14
se sintetizan ambas alternativas.
12 Explicación en el sentido de Weber. por el sentido de la acción desde la per;pectiva del actor.
90 Metodologfa dt la lnvtstigaciOn en o,ganizacionu. mrrcado y socitdad
En sintes1s, la pregunta por el tipo de investigación a realizar según sus objetivos se refiere al
alcance de los res11ltados, al tipo de producto que se espera obtener al concluir el estudio: una
descripción, una explicación científica, o quizás alguno de su s p roduc tos prelim inares - por
ejemp lo, una identificación, una categorización, etc. Veamos a continuación cada uno con ma-
yor detenimiento.
para formular planes de investigación más precisos y establecer prioridades para posterio-
res estudios.
Dado su reciente desarrollo teórico, en algunas disciplinas vinculadas a los negocios es fre-
cuente la necesidad de iniciar un estudio como exploratorio. Incluso en áreas más desarrolla-
das, como la administración, la teoría es o demasiado general o excesivamente circuascripta (se
refiere a casos puntuales que son antes la ilustración de una idea que una conceptualización)
como para ofrecer lineamientos para la investigación empírica. En tal sentido, es importante
valorizar a la investigación exploratoria como la vía más adecuada para poder plantear los pro-
blemas de investigación atendiendo al mayor número posible de aspectos implicados, más allá
de cuál sea la dimensión sobre la que habrá de centrarse la investigación concreta que finalmen-
te realicemos.
En función de estos objetivos, el diseno exploratorio se caracteriza por su flexibilidad, es de-
cir, por la posibilidad de elaborar un camino ábierto a diferentes alternativas de desarrollo que
se irán definiendo y redefiniendo en sucesivas evaluaciones. Esta elasticidad, sin embargo, no nos
exime de pensar cuidadosamente las acciones a seguir. Quiere decir simplemente que estamos
dispuestos a cambiar los planes cuando sea necesario.
Hay que considerar desde el comienzo que las fases iniciales de un proyecto exploratorio pue-
den ser tediosas y frustrantes, porque muchos datos que se han recolectado con gran esfuerzo
frecuentemente resultan innecesarios y sólo hacia al final se llega a ver exactamente qué datos
son pertinentes respecto del problema.
Agreguemos finalmente respecto de los estudios exploratorios que, si bien es impor-
tante considerarlos como relevantes en sí mismos, también puede entenderse que toda in-
vestigación pasa necesariamente por una fase exploratoria y, en ese sentido, los recursos
propios de la exploración son adecuados para iniciar cualquier investigación. Estos recur-
sos son:
Las nuevas tecnologías, como sabemos, han cambiando d carácter de la búsqueda de infor-
mación. El almacenamien to de gran cantidad de datos, asi como su rápida obtención por medio
de software de localización, ofrece una enorme oportun idad al investigador. Pero esa impresio-
nante oferta de datos secundarios, tanto internos de las empresas como externos de todas las ins-
tituciones públicas y privadas que producen información diariamente, no debe ocultar el hecho
de que esa multiplicación hace que la tarea de búsqueda y transformación de los datos en infor-
mación relevante se convierta en un desafio de selección y síntesis. Só.lo el dcsarro.llo de esas vir-
tudes intelectuales -capacidad de selección y de síntesis-, acompañado del conocimiento técni-
co de los procedimientos de investigación, puede perm itir que esa enorme disponibilidad de da-
tos sea utilizada con provecho.
Hemos destinado el Capi tulo 6 a precisar las características, ventajas y peligros que impli-
ca la utilización de datos recogidos por otros investigadores con otros fines que los nuestros.
Incluimos también un apénd ice al final de esta ob ra que orienta acerca de la m anera en que
la información bibliográfica y doc:umental se sistematiza para su mejor utilización. Allí remi-
timos al lector a la hora de relevar d~tos disponibles y antecedentes bibliográficos, pues la ta -
rea puede resultar agobiante y en muchos casos estéril si no se logra ordenar y controlar efi-
cazmente.
Esponsoreo 1 77%
Dos cuestiones podemos aún señalar acerca de los estudios descriptivos, observando la figu-
ra 2.15. La primera es que en los estudios descriptivos es necesario cóntar con mucho corwci-
miento prl!Vio acerca del problema 'a investigar para poder iniciarlos. ¿Cómo podría elaborarse el
cuestionario con qué se realizó la encuesta cuyos resultados se muestran en el gráfico sin cono-
cer de antemano las acciones de publicidad 011 línc que las empresas pueden realizar? Esta exi-
gencia de conocer bien a las variables de interés para poder iniciar la investigación deriva nece-
sariamente en otra: mientras que los estudios exploratorios se caracterizan por su flexibilidad,
los descriptivos requieren de un diseño bien estructurado, capaz de precisar qué es lo que habrá
de medirse, cómo y en qué población.
Son de este modo exigencias propias de los estudios descriptivos:
· Saber con precisión qué características o atributos del objeto van a ser medidos.
• Haber definido la población y la muestra adecuada a los objetivos del estudio: qué y
quiénes van a ser medidos.
• Elaborar o definir las técnicas de recolección y análisis de los datos.
En cuanto a las hipótesis, los estudios descriptivos, pueden o no iniciarse con una hipótesis
especifica como guía, aunque en rigor la hipótesis está siempre presente, de manera explicita o
implícita. Por ejemplo, en los estudios de mercado, si se conoce el mercado al cual deben diri-
girse las ventas, puede no haber una hipótesis especifica dado que se considera implícita la idea
de que el esfuerzo de las ventas deberá concentrarse en ese mercado; o sea, que se dise,ia el es-
tudio descriptivo para encontrar o conocer dicho mercado bajo el supuesto de que las acciones
comerciales se dirigirán a donde den los mejores resultados.
En estadistica, las correlaciones se miden con un Indice numérico que refleja la relación en-
tre dos variables llamado justamente frrdice de correlaci611. Se expresa como un número que va
desde - 1 hasta l. Cuando no hay correlación, es decir, cuando ambas variables son independien-
tes, el valor que se adjudica a esa correlación nula es O(cero) o aproximadamente cero. Por ejem-
plo, a la pregunta ¿Qué relación existe etitre la especialización de la tarea y el ause11tísmo?, un es-
tudio correlaciona! podría responder que a mayor especialización de la t11rca, mayor cmse111ismo,
si la correlación calculada arrojó por resultado aproximadamente l {uno); o bien que a mayor
especializaci6t1 de la tarea menor ausentisrno, en cuyo caso la correlación hubiera estado cerca de
- 1 (menos uno). En el primer caso decimos que la correlación es positiva, pues la mayor espe-
cialización va acompañada de mayor ausentismo: un valor alto de la variable especialización se
acompaña con o tro valor alto de la variable ausentismo. En el segundo caso, en cambio, la co-
rrelación es negativa, pues a medida que aumenta la especialización disminuye el ausentismo; es
decir, que valores altos en una variable son acompañados por valores bajos en la otra.
Un estudio correlaciona) podría también llegar a la conclusión de que no existe ningún pa-
trón de variación conjunto entre es eciafüación de la tarea ausentismo; es decir ue ambas
varia les no están correlacionadas.
En general podernos evaluar la correlación enue dos variables a simple vista observando
el número absoluto del coeficiente. Las correlaciones entre .O y .2 son muy débiles; entre .2
y .4, débiles; entre .4 y .6 moderadas; entre .6 y .8 fuertes y entre .8 y 1.0, muy fuertes. No
obstante, no hay que confiar en éstos valo res a islados, pues una correlación muy débil pue-
de ser significativa estadísticamente si la muestra es grande y se acerca al tamaño de la po-
blación.'3
Si la concesionaria de nuestro ejemplo obtuviera una correlación de .77 entre la inversión en
capacitación y ventas, en tonces podría preverse que un nuevo periodo de inversión en capacita-
ción contribuiría a aumentar las ventas.
La pregunta que necesariamente surge acerca de la exactitud de una predicción basada en co-
rrelaciones será respondida más adelante, pues aunque una investigación correlaciona! permite
al investigador sospechar posibles relaciones de determinación entre variables (lo que implica-
ría mayores garantías para la predicción), la variación conjunta de dos variables por si sola no
permite inferir causalidad, incidencia o determinación de una variable sobre la otra: como es
evidente, no podemos asegurar que la causa por la que una persona compra un automóvil es el
grado de capacitación del vendedor, aunque sí podamós afim1ar que a mayor capacitación del
vendedor, mayores probabilidades de ventas.74 •
¿Se relacionan el consumo de protelnas, las horas de sueño y la actividad fisica con el
rendimiento en el estudio?
• Cuando aumenta la comunicación remitida por el fabricante ¿es mayor la satisfacción
no económica del distribuidor?
7S los terminas explicar y explicación tienen entre otros, los siguientes equivalentes: ital.: spiegare. en el senti-
do, derivado del latfn. de des-envolver o desplegar; alem.: erklaren, ErklarrJng, con el sentido de Incrementar la
luz. lo que·permite ver más detalles. (literalmente: volver daro, esdarecer).
Capítulo II Tipos de investigaclOn social 97
una nota periodística explica por qué aumentó la desocupación de personas con alta calificcición y
se redujo la de personas con baja calif1e11ción. El periodista explica en el artículo que la causa de
la desocupación de personas de buena formación educativa es el alto grado de concentración de
la econom(a en actividades que son intensivas en la utilización de capital y que generan menos
empleos que las actividades manufactureras o agrarias tradicionales. Por otra parte, el periodis-
ta atribuye la reducción de los indices de desocupación de las personas con bajo nivel educativo
al incremento del alcance de los planes sociales del gobierno.
Claro que a veces las explicaciones que nos piden son extremadamente complejas y es impo-
sible abarcar todos los componentes y dimensiones del problema para justificar por qué están
ocurriendo las cosas de una manera y no de otra. Esto es, en rigor, lo que normalmente le ocurre
a un investigador cuando quiere explicar un fenómeno, y lo que hace tan difícil poder hacerlo.
La explicación cientlfica
1- - - -1:
: os-tipos-cle-e-xpl.icacíón-q,ue_vam..owescribir a continuación no agotan todos los tipos de
explicaciones que los cientlficos elaboran, sino que representanalgunascle lasqüeseira1nrce¡r---- - - - -
tado más clásicamente y, aunque algunas de ellas han sido fuertemente cuestionadas po r episte-
mólogos y filósofos de la ciencia, como más adelante comentaremos, todas continúan en gran
medida vigentes en la formación y en la práctica de los científicos e investigadores. En la figura
2.16 se sintetizan los tipos de explicación que presentaremos.
1. Explicación nomológico-deductiva
2. Explicación hipotético-deductiva
3. Explicación ~tadístico-inductiva
4. Explicación causal
S. Explicación funcional
6 . Explicación genética
7. Explicaciones teleológicas
Comencemos por el más famoso de los modelos de explicación científica, que aunque duran-
te largo tiempo fue considerado el modelo de explicación, hoy no e.s más que uno entre otr_os.
76 Para una lectura detallada, ver Hempel, C. La Exp/ic¡¡ción Cientlfica. op. cit p. 247-253.
98 Metodol09f.J de la Investigación en organizaciones. mercado y Jociedad
)as premisas. Las premisas están formadas por dos elementos: las leyes generales y las condicio-
nes iniciales o circunstancias concretas que rodean al hecho a explicar.
La explícación nornológica-deductiva (nomos en griego significa ley) lo que hace es subsumir,
ubicar el fenómeno que se trata de explicar en un patrón de uniformidades (leyes) y mostrar que
era de esperar que se produjera tal hecho, dadas esas leyes y esas condiciones concretas.
De algún modo, esta táctica coincide con muchas de las explicaciones que damos en la vida
cotidiana, cuando aun sin saberlo, utilizamos distintos tipos de razonamientos deductivos.
Consideremos el siguiente ejemplo, tomado también del diario: el periodista pregunta a un
funcionario por qué pie1i'sa que ha aumentado el consumo de cigarrillos según indica un alar-
mante informe.
El interrogante (exp/cmandum) es el sigujente:
"¿Por qué piensa Ud. que lia aumentado el consumo de ogarrillos el iíltimo año en la .AJ·gentina?
La respuesta del funcionario es la siguiente: A partir del último año los fumadores compran
- - - -más-cigarr.illos nacionales, ,eues debido al fomento de las exportaciones, bajaron los precios de
algunos productos nacionales, entre ellos los cigarrillos. !:oque esta ocüffiendu-estJn, mmento
del consumo de cigarrillos, debido a la reducción del precio.
Este tipo de respuesta puede resultar una explicación satisfactoria para el lector: el fenómeno
a explicar es el aumento del consumo cigarrillos y su condición antecedente, la nueva normati-
va de fomento de las exportaciones y la reducción de los precios
Sin embargo, nuestro ejemplo no es ljteralmentc una explicación nomo lógico -deductiva,
aunque pudjera parecerlo. ¿Qué es aquello que le falta a este ejemplo para ser consíderado una
explicación cientlfica?
Lo que Je falta es justamente una ley general. En efecto, falta una legalidad fuerte que conecte
el consumo de cigarrillos con la reducción del precio. Si tuviéramos esa ley, entonces el razona -
miento quedaría como sigue:
Cuando aquello que se pretende explicar no es un hecho particular sino una ley general, el es-
quema es el mümo: se dice que una ley puede ser explicada por otra ley más general que sea re-
levante en relación con la ley que quiere explicar. Esa ley más general es una teoría acerca de la
realidad, que es considerada pertinente para permitir deducir de ella, lógicamente, la ley que in -
teresa explicar. Explicar una ley es, como vt:mos, colocarla en el contexto de una teoría. ¿De cuál
teoríal, podr!amos preguntamos. Pues de aquella que se considere la mejor teoría disponible. En
la figura 2.17 se presenta el esquema de la explicación nomológico-deductiva.
Capítulo 11 Tipos d e in vestigación social 99
_L
e,. c2.... ck
_, _______
L2, ... Lk
clones
ª_n-te_c_e_d_e-nt_e_s__
Leyes generales _ __
r
Figura 2.17 Diagrama de la expiicación nomológico-deductiva. (Hempel)
Enunciados de condi-
Explanans
r
1
-
E Enunciado que describe
el fenómeno q ue se Explanandum
pretende explicar
El expl,mans está constituido ah( por el conjunto de las condiciones iniciales y por las leyes.
El expla11andum se deduce, según las reglas de la lógica, a partir del exp/a11ans.
Para poder distinguir una explicación auténtica de una sólo aparente, Hempel impo ne cier-
tas exigencias a las condiciones de adecuación. Se pide:
a. que el argumento que lleva del explanans al cxp/anandum se estructure con corrección
lógica;
b. que el explanans contenga, por lo menos, una ley válida generalmente (o un enuncia-
do del que se siga lógicamente una ley universal) y que tal ley sea utilizable en la deduc-
ción de la conclusión o expla11andum;
c. que las leyes del exp/anans tengan un contenido empírico (o, lo que es lo mismo, que
sean sometibles a prueba mediante experimento u observación);
d. que todas las afirmaciones del explanans sean verdaderas o estén verificadas.
La intuición que quiere recoger Hempel es que en una explicación el explanans hace espera-
ble el exp/a11a11dum. Para hacer precisa esta intuición se debe especificar el sentido exacto en que
esto ocurre, y el candidato más inmediato para la relación de esperabilidad es la relación de in-
ferencia lógica: ciertos estados de cosas hacen esperable otro si el segundo está contenido eh los
primeros considerados conjuntamente. Explicar el segundo consiste en mostrar que efectiva-
mente está contenido en los primeros. As!, el explanans hace esperable el explana11dum en el sen-
tido preciso de que éste se infiere de aquél. Las explicaciones son argumentos en los que se in-
fiere el hecho a explicar de los otros hechos que lo explican.
.Observemos que no toda inferencia constituye una explicación. La condición adicional es quF
en el explanans intervenga al menos un hecho general de cierto tipo. La esperabilidad del explanan-
dum dado el explanans no es, por tanto, mera inferencia, sino inferencia de cierto tipo: el explana ns
debe incluir al menos un hecho general. Pero, además, tampoco vale cualquier hecho general, los
hechos generales relevantes para las explicaciones han de ser de cierto tipo. Los hechos generales
que incluye el explanans no pueden ser cualquier regularidad, han de ser regularidades 116micas.
La condición adicional que exige Hempel para que una inferencia constituya una explicación
es que el e:xplanans contenga al menos un enunciado general que sea una ley. La exigencia es que
100 Metodolog i1 de la lnvestlgadOn en oroinlzacione s. mrrcado y sociedad
el exp/a11ans contenga esencialmente al menos una ley, esto es, la ley ha de ser necesaria pa-
ra la inferencia y el explanandum no se puede seguir dél resto de las premisas solas. La idea cen-
tral es que la esperabilidad siempre ha de ser nómica. Las regularidades mera mente accidentales
no hacen esperable nada pues son justamente eso, accidentales. Por esto toda regularidad que in-
tervenga esencialmente en el explrmans ha de ser nómica; si en la inferencia interviene una regu-
laridad accidental, eso co11tami11a de accidentalidad toda la inferencia y l:i dcslegitima como ex-
plicación. Explicatividad y accidentalidad son conceptos excluyentes.
Ello nos enfrenta a la cuestión de que, en rigor, todas las ciencias empíricas tienen la dificul-
tad -o mejor, la imposibilidad- de establecer leyes empíricas universalmente válidas para todo
tiempo y lugar. Veremos a continuació n cómo la explicación hipotético-deductiva se prppone
como una alternativa que salvaría a la explicación científica de esa dificultad.
ENTONCES
En !aún, explanandum: lo Choque automoviHstico. :::s Suba del precio de los autos
que debe ser explicado. Este ;:::,
o usados.
término describe el fenó ·
meno que se pretende ex-
~
~
,
plicar. ,_¡
o..
><
w
explicación hipotético deductiva tendrá valor en tanto tengan valor las hipótesis en el marco de
las cuales se inscribe. (Ver figura 2. l 9)
Es pertinente subrayar en este punto que cuando hablamos en este mismo capítulo del mé-
todo hipotético-deductivo y, en general, cada vez que pensamos en el proceso de investigación
en su conjunto tal como clásicamente se presenta, estamos ubicados en la lógica de la explica-
ción hipotético-deductiva. Observemos que los antecedentes, teorías e hipótesis que el investi-
gador hilvana al desarrollar el marco teórico equivalen a las condicion es iniciales y a las leyes ge-
nerales hipotéticas, todo lo cual configuraría desde esta perspectiva aquello que explica (expla-
nans) el hecho que se pretende explicar (explanandum).
Como es evidente, u na ley de esta clase no pretende asegurar la producción del fenómeno a
que se refiere; simplemente, indica una tendencia estadística que se verifica en un gran número
de casos de una clase, aunque no en todos.
El esquema explicativo del modelo estadístico-inductivo será:
Vld
Capitulo II Tipos de Investiga ció n social 103
Primero, la explicación estad[stica nos sirvió para explicar los hechos luego de ocurridos. La
persona dirá "El producto se vendi6 porque la probabilidad de que haciendo una campaña inte11si-
va de comunicación y distribución con precios bajos es del 0.90"; "El paciente murió porque existe
un 0.04 casos de neumonía en que esto ocurre." Por lo ta!1to, la explicación estadística sirve, ante
todo, para dar sentido retrospectivo a los hechos ya ocmridos.
Segundo, el cálculo probabilístico no nos permite p redecir qué puede pasar en cada caso in-
dividual, solamente podemos predecir si hablamos en términos de muestras.
Excluyendo esta dificultad, el enunciado probabilístico es parecido a una ley general, pues
afirma que toda la población humana está sometida a una pauta especial, pero no se re fiere a to-
dos los miembros de la población y en eso radica la diferencia con una ley universal.
De cualquier manera, si admitimos llamar leyes no sólo a lo que se cumple inexorablemente pa -
ra todo un género o población, sino además a lo que constituye una pauta a la que se ajusta un
comportamiento caracterlstico (que 110 tiene por qué abarcar la totalidad de los miembros de ese
género o población), no habría ningún inconvcn.icnte en considerar como leyes a los enunciados
estadísticos generales. Obviamente, el uso de la palabra ley ya no es aqul el que proviene de lu pa-
labra griega nomos, que se refiere a todos sin txcepci611.77
Esto es, justamente, lo que propone Hempel: adoptar, en vir tud de una similitud estructural,
las e.xplicacíones estadísticas como si fueran explicaciones nomológico-deductivas. En ambos
casos hay un fenómeno para expli_car, hay una ley y ciertas condiciones antecedentes que lo ex-
plican: ambos tipos de explicación pueden asimilarse a un modelo nomológico-deductivo am -
pliado. La relación se da no por necesidad sino por probabilidad. Aquí las leyes so n estadísticas
y evidentemente la inferencia es sólo probable.
En suma,
( ... ) podernos distingl1ir las explicaciones nomológico-deductivas de las explicaciones proba-
bilísticas diciendo que las primeras llevan a cabo una subsunción deductiva bajo leyes de forma
universal, mientras que las últimas llevan a cabo una subsunción inductiva bajo leyes de forma
probabilistica.71
Es compre nsible que se pretenda aplicar esta explicación estadística a distintos fenó menos del
campo de las ciencias. Se quiere, por ejemplo, conocer en qué medida es más probable sufri r un
cáncer en una zona urbana (contaminada) que en una zona rural, o los riesgos financieros deri-
vados de una inversión en un determinado sector industrial. En la biologia, en la mecánica cuán-
tica, en las ciencias sociales o en la economía, se trabaja con este tipo de explicación estadística.
Lo único que se busca es determinar esos grados de probabilidad y no una certeza, como la que
se pretende obten er en la explicación deductiva. Reconsideremos, enton ces, nuestro análisis an-
terior con un nuevo ejemplo
Ley probabillstica: la probabilidad de que los clientes elijan la gaseosa marca X es de 0.60.
Deducción: la probabilidad de que los clientes del supermercado SUPRA elijan 111w g,ueosa
marca X es de 0.60.
Enunciado observacional: Hechas r111esrras mediciones, el porcemaje de elección de la gmco-
sa marca X resultó del 65 por ciento. ·
.-. .,,.
C•pl1ulo ll Tipos d o investiga ción social 105
Ahora, ¿Se corrobora o se refuta la hipótesis de que la probabilidad de que un cliente elija la
gaseosa marca X es d e 0.60? Si tenemos en cuenta que siempre es esperable una dispersión de la
muestra respecto a la media, bien podemos decir que la hipótesis fue corroborada, pues los
enunciados observacionales deben interpretarse en términos probabilísticos.
Sin embargo, desde este enfoque no podemos situarnos frente a la góndola y decir: el próx i-
mo cliente elegirá la marca X. Lo que ocurre cuando pretendemos hacer una deducción pa rtien-
do d e u na ley estadística es que, en rigor, n o estamos haciendo deducciones lógicas sino inferen-
cias estadísticas y el pasaje d e la muestn a la población es un salto inductivo que no gara ntiza la
conservación de la verdad, co m o si lo hace una deducción correcta. 81 En la d educción no pue-
den utiliza rse porcentajes estadísticos o probabilidades, si no únicamente formulaciones univer-
sales. Y -hay que admitirlo- las formulaciones universales son muy poco utilizadas en ciencias
sociales. Por Jo tanto cabe preguntarse hasta d ónde tiene sentido preocuparse por el método hi-
potético deductivo, las deducciones y con trastaciones como lo estamos haciendo basta aquí si,
en definitiva, la mayoría d e nuestras afirmaciones serán probabilísticas y habrán de circunscri-
birse a la co mpleja inferencia estadística.
8 1 Enlas cíencias naturales se trabaja mucho mAs frecuentemente con leyes determinfsticas. Entonces, el resul-
tado de la inferencia es muy distinto: por ejemplo, podríamos decir que si el cliente suelta la botella, ésta va a
caer al piso, basados en la ley de Newton. que es una ley deterministica.
106 Metodología de la 1nvesti9.ación en or9anCzaciones, mercado y sociedad
si A
y B¡, B2, B3... Bn
y no C 1, C2 , C3 ...Ck
entonces Er
Si sucede A (a la que llamaremos causa) y si se dan las condiciones B 1, f½, B3... Bn,pero 110 se
dan las circunstancias C 1, Ci, c 3 •.•C 0 (otros factores explicativos); entonc:cs se obtendrá E (el
efecto).
En función de la estructura de la explicación causal, los requisitos que deben cumplirse para
que el investigador pueda inferir causalidad de una secuencia de sucesos son tres:
82 Obsérvese que la significación de la palabra consecuencia expresa este doble entrai'lamiento, igual q ue la de
los conectores lógicos luego y entonces (llamados, precisamente, conectores témpora-causales).
83 Klimovsky. G. e Hidalgo, C. op. ót. p. 45.
Capitulo II Tipos de investigación social 107
a la publicidad del mismo? En ese caso, estaremos suponiendo erróneamente que el aumento de las
ventas obedeció a la publicidad, cuando en realidad fue el aumento de las ventas el que generó
el aumento de la publicidad.
Quizás el lector está ahora tentado de suponer que estamos ante un circulo vicioso, pues la
publicidad podría aumentar las ventas y éstas, la publicidad. En efecto, y como luego veremos,
la cuestión de la causalidad se relaciona con el punto de vista de quien se propone ofrecer la ex-
plicación.
Aunque parece simple, generalmente resulta muy dificil establecer causalidad y mucho más
dificil aún establecer una sola causa para cada fenómeno. Por un lado, los problemas y también
las respuestas a los problemas son complejos; por el otro -y como adelantarnos en nuestro
ejemplo de la publicidad y las ventas-, pensar en términos de causa implica considerar el punto
108 Metodologl• de la lnvtstigacicln en org•niuciones, m,rcado y socied•d
de vista de quien se ínteresa por esa causa. Las causas son -en cierto sentido que enseguida acla-
raremos- creaciones del investigador.
Una secuencia causal es una perspectiva en la que nos ubicamos. Luego habrá que buscar cri-
teri os para evaluar si la formulación que hemos hecho es adecuada.
Para aclarar el último párrafo, recordemos todo lo que ya vimos sobre el modelo nomológi-
co-deductivo de explicación y analicemos con esos conocimientos en mente el siguiente ejem-
plo: supongamos que hubo un incendio muy cerca de donde vivimos, en tonces nos acercamos
y preguntamos: ¿Por qué se incendió esa casa? Una explicación podría apelar a leyes qui micas y a
ciertas condiciones iniciales y decir: Porque siempre que ocurre 1111a co11j1111ci611 rlc ciertos hechos,
como In cntrarln en co11tncto de una sustancia con otra en rletermi11arlas co11dici,mes, y ateudicnclo
n estas leyes químicas pertinentes, ocurre u11a combustió11 desco11trolada. El hecho a explicar -el in-
cendio de la cas:i- ha encontrado una explicación satisfactoria, por ejemplo, para un qulmico,
au nque no d el todo para nosotros, que tomábamos cuestiones de ese tenor como supuestas
(aunque no conociéramos los detalles técnico.s). Esperamos, todavía, escuchar una cxplic-ación
mas s:nisfactoria.
Tiempo después viene un empleado de la compañía de seguros. En ese caso a la pregunta de
por qué se incendió la casa escuchamos explicaciones del tipo: Alguie11 estaba fumamlo w, ciga-
rrillo e11 la cama, entonces se quedó dom,ido y el cigarrillo cayó ni piso; como el piso tenía 1mn al-
fombra sintética muy rápida111e11te comenzó a pre11dcrse f11ego ¿Podemos detenernos aquí con la
explicación, o el empleado de seguros aún necesita dalos sobre la situación económica del due-
ño de casa para poder construir una explicación que incluya l:i posibilidad o no de un incendio
intencional? Mientras consideramos esta pregunta, llega a la escena del sin iestro la esposa del fu-
mador y se pregunta ante todos los presentes: ¿Cómo se puede explicar que se i11ce11diara la casa
ri mi esposo es absolutamente cuidadoso y enemigo de fumar en la cama?
Entonces ella misma busca una explicación y dice que su esposo estaba muy alterado porque
ese mismo dfa se enteró de la próxima fu sión del banco en que trabaja. Ahora, a la pregunta ¿Por
qué se i11cenclíó la casa?, un vecino podría contestar: Porque el banco donde trabaja el duello va a
f11sio11arse y el /1ombre estaba tan preocupad~ y ca11S<1do que se durmió co11 el cigarrillo prendido, se
le cayó al piso y todo se i11ce11dió.
Si conectam os cada una de las condiciones antecedentes que aparecen en cada explicación
con pertinentes leyes generales acerca de los comportamientos de las personas preocupadas, de
los despidos que siempre se producen a parti r de las fusiones de empresas y de las sospechas de
la.s empresas de seguros (que ahora no vienen al caso), tendremos en cada caso un explicación
del tipo nomológico-deductiva. Según Klimovski, "un hecho puede explicarse de diferentes ma-
neras sin que exista una forma única de reunir datos y escoger leyes para construir una explica-
ción. La elección dependerá de lo que necesita para lograr la inteligibilidad del hecho, quien pi-
de la explicación."u El concepto que nos gula para elegir una explicación y no otra es el de sa-
tisfactoriedad, es decir, si la explicación es sat isfactoria en el contexto en el que se la ofrece.
Aclarado, entonces, que muchas explicaciones pueden construirse para un mismo hecho se-
gún las necesidades de quien busca la explicación, vamos todavla a añadir algunas preguntas a
nuestro ejemplo, siempre con el tlnimo de co mprender de qué hablamos cuando hablamos de
causa lidad.
Supongamos ahora que la esposa hubiera llegado antes, ¿podría ella haber apagado el fuego?
¿fue entones la causa del incendio de la casa el hecho de que nadie haya detenido el foco cuan-
do comenzó?
Si en lugar de alfombra sintética el cigarrillo hubiera caldo en un piso cer,\mico, se habría
apagado allí, solo, sin ocasionar el incendio. ¿Significa entonces que la causa del incendio fue la
alfombra sintética?
Como es evidente, no parece que por esta vía lleguemos a responder finalmente el interrogante
sobre por qué se incendió la casa. En efecto, y por ello, antes de pensar en términos de /e¡ cn11sn es
más adecuado pensar en términos de una serie de determinantes que influyeron en un resultado.
Para que una casa se incendie pueden confluir distintos factores: qt1e algún habitante tenga
un comportamiento negligente con el fuego, que los materiales con q ue está construida o que
hay en su interior sean particularmente inAamables, que no haya personas eo condiciones de de-
tener el foco de fuego una vez que se ha iniciado y muchísimas condiciones más. Como en de-
finitiva nunca podremos estar seguros de todas las causas o condiciones involucradas en un fe -
nómeno, habremos de estar satisfechos si logra mos afirmar que si intervienen ciertas condiciones
que son conocidas, entonces aumenta la probabilidad de que el fenóm eno ocurra.
Condiciones necesarias
Imaginemos que una persona se presenta a una entrevista laboral, ¿qué facto res pueden ser
los determinantes en la decisión de que sea elegida para ese puesto? Podríamos pensar en:
En principio, que la formación y experiencia del candidato se adecuen al perfil del puesto
parecen condiciones necesarias pero insuficientes para ser elegido, pues como es sabido no hay
una segunda oportunidad para causar una primera impresión, y si ésta no es buena segura-
mente el consultor no lo convoque. Además, y aunque se den las tres condiciones anteriores,
t 10 Me1odologi:, dt lo tnves1igacl6n en organizaciones. mercado y soc:iedid
siempre puede aparecer otro postulante que tenga má.s experiencia o conocimientos, o que im-
presione mejor al consultor. En suma: dar con el perfil de estudios y experiencia es una condi-
ción necesaria pero (de igual modo que las demás) no suficiente para acceder al p uesto.
Volviendo al ejemplo del incendio, ¿cuál es la(s) causa(s) sin la(s) cual(es) es imposible
que ocurra e l fenóm eno, aunque esto no quiera decir que cada vez que ese determinante
esté presente ocu rra el fenómeno? Para que una casa se incendie es condición necesaria
que exista un foco de fuego, lo cual no significa que todo foco de fuego en el interior de
una casa provoque un incendio. De hecho, la cocina, e.1 termotanque y los encendedores
son focos de fuego que no gen eran siniestros cotidianos. Es una condición necesaria pern
no suficiente.
Condiciones suficientes
Ahora bien: ¿qué sucede si todo se conjuga favorablemente en nuestra búsqueda laboral: tene-
mos el perfil de conocimientos y C."tperiencia, causamos una buena impresión al consultor y nin-
gún otro postulante nos supera! Bueno, entonces el puesto será nuestro. Los cuatro factores j1111tos
configuran 1111a condición suficiente para acceder al puesto. En olras palabras: una condición sufi-
ciente es el conjunto de condiciones necesarias. Como dijimos: la condición necesaria es aquella
en cuya ausencia el efecto no se p roduce: que se baya producido un proceso de combustión en la
casa es una condición necesaria para que se incendie, porque si no hay fuego, no se puede incen-
diar. En cambio, la condición suficiente es aquella que, si está presente, hace que el fenómeno se
produzca: la suma de la fusión del banco, la preocupación del hombre, haber prendido el cigarri-
llo en la cama, quedarse dormido, que caiga al fuego sobre una alfombra sintética y que nadie lle-
gue a apagarlo a tiempo; la suma de esos factores constituye la causa suficiente para provo car el
in cendio.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que resulta muy cüficil encontrar condiciones necesarias
y suficiente.~: ninguna de las condiciones mencionadas son condiciones necesarias y suficientes,
pues una casa se puede incendiar pese a que ninguna de las condiciones mencionadas ocurra¡ o
sea, puede haber otras condiciones distintas que produican este efecto, por ejemplo, una bomba.
Algu ien pudo acceder al empleo porque fue el único postulante, aunque ninguna de las otras de-
terminantes que hasta ahora considerarnos se cumplan. Por ello, el científico debe buscar una
co nstelación de otras posibles causas (además de la necesaria y su ficiente), que pueden resultar
determinantes en la ocurrencia del fenómeno. Estas determinantes se denominan condiciones
contribuyentes y condiciones contingentes.
Condiciones contingentes
Las condiciones contingentes son circunstancias que, pudiendo favorecer la ocurrencia del
hecho estudiado, se presentan sólo eventualmente, aunque estén por completo ausentes en la
mayoría de los casos; tal seria el caso de que alguien sea el único postulante para un pu esto.
Capítulo II Tipos de lr,ves1igación social 11 1
genéticas, pues explican el fenómeno actual po r el origen y por las transform aciones qu e sufre en el
transcurso del tiempo. Las premisas de la explicación genética están formadas por enunciados sin-
gulares relativos a acontecimientos del pasado y suposiciones tácitas (algo así como leyes o supues-
tos generales que no necesariamente se expresan) acerca del tipo de sucesos que tienen impor-
tancia causal en el desarrollo del fenómeno explicado.
Así, podrla explicarse la existencia de las universidades hablando de las formas de aprendiza-
je de la Edad Media y de la clase de instituciones educativas que esas formas de aprendizaje ori-
ginaron (aquí habría enunciados singulares relati\•os a los modos de aprendizaje y a las institu-
ciones educativas que esos modos de aprendizaje generaron y una suerte de ley o supuesto uni-
versnl implícito 11ue afirmn a tales modos de aprendizaje corresponde originar tale, i11stiwciones
educativas). Podrían luego, agregarse enunciados singulares sobre los cambios producidos en la
academia durante la revolución industrial, sobre su más reciente transformación en universidad
de masas, sobre la internacionalización de las instituciones universitarias de los años 70 y 80 y
sobre la actual coyuntura, atravesada por la globalización y la virtualidad. Y cada desarrollo
cu mplirla con sus correspondientes enunciados singulares y supuestos generales. Estarla as! ex-
plicándose la universidad actual com~ u n producto, 1111 efecto si se quiere, de cierta génesis.
Entre las crhicas a esa explicación, algunos puntos de vista afirman la inadecuación del mo-
delo hempeliano para la explicación de los hechos históricos. Por eso se propuso el concepto
de explicació11 racional como el adecuado para el caso de la historia. Dicho tipo de explicación
siempre tiene en cuenta la i11tencionalidad de las acciones humanas, que implica la necesidad
de una compre,1sió11 por parte del historiador del sentido de cada hecho histórico; por ejem-
plo: una explicación para cuáles fueron las causas de la Revolución de Mayo podria ser que las
cofo11ias del Río de fa Plata se querlan independizar de 1.1 corona española para (entre otras co-
sas) poder comerciar con otros países. Cualquiera de las respuestas que se den a la pregunta so-
bre por qué se desató el conflicto de lrak tienen como causa los propósitos o fines de distintos paf-
ses o gobiernos.
A estas explicacio nes que atribuyen las causas del fenómeno a los propósitos de sus pro ta-
gonistas se las llama explicaciones teleológicas.
La ciencia positiva no acepta este tipo de explicación, centrada en los propósitos o iJ1ten-
ciones de los sujetos como válida, y considera que no es más que una explicación nomológica
o hipotético-deductiva mal formulada . De su correcta formulación -para este enfoque- resul -
taría un razonamiento del siguiente tipo:
a. Condiciones iniciales:
- Los protagonistas de la Revolución de Mayo pretenden (entre otras cosas) comer-
ciar con diversos países.
• Los protagonistas de la Revolución de Mayo creen que haciendo una revolución
contra España lograrán comerciar con otros países.
b. Ley:
• Siempre (o con un alto grado de probabilidad, para el caso de la explicación esta-
dística) que un grupo social cree que haciendo una revolución logrará la libertad de
realizar aquello que se propone, desarrollará las actividades necesarias para que la re-
volución tenga Jugar.
c. En unciado a explicar:
- Los protagonistas de la Revolució n de Mayo desarrollaron acciones desti nadas a
concretar una Revolución que los libere (entre otras cosas) de tener que comerciar
con España.
Los científicos y epistemólogos que se ubican en esta lógica positivista , como vemos, no
están dispuestos a aceptar explicaciones situadas en el futuro, en el horiwnte de las intencio-
nes de los sujetos. D esde esta perspectiva, las causas son siempre anteriores a los efectos. Y si
el lector está dispuesto a realizar el esfuerzo, puede también experimentar transformando la
explicación funcional y la explicación genética en explicacio nes no m ológico-deductivas.
Las vertientes comprensivistas, sin embargo, continúan sosteniend o que la explicación ra-
cional o teleológica es la única válida para las ciencias sociales.
La noción de explicación racional tal como la utilizan los investigadores cualitativos con
divers os grados de énfasis ha sido sistematizada por von Wright, a quien ya mencionamos
al referirnos a la discusión cuantitativo-cualitativo. Para él, la historia, al igual qu e otras
muchas ciencias sociales y humanas, versa sobre acciones ineludiblemente intencionales.
.,.
El análisis del explanamium debe ser llevado a cabo conforme a reglas diferentes, basadas en
una lógica de la acción y, más concretamente, en los silogismos prácticos. Un ejemplo típico se-
ría el siguiente:
Sobre la base de este esquema, es posible explicar la racionalidad de las acciones humanas,
aunque no como si involucrara alguna clase de ley científica que la sustente. A lo sumo, cabe ha-
blar de una explicación teleológica, sobre la base del logro de los objetivos propuestos.
Como vemos, se trata del tipo de explicación que admite Weber, cuyo principio explicativo
nci es lo que la explicación nomológico-deductiva entiende por causa del fenómeno, sino aque-
llo que mueve al sujeto, su propósito, el sentido mentado de la acción, al que nos referimos en
este mismo capitulo cuando presentarnos la lógica de la investigación cualitativa_
Investigar implica concebir un problema, buscar o elaborar aquellas teorías científicas que cu-
bran o den cuenta de él. Luego, con la ayuda de esa teoría, se puede observar con mayor detalle
el problema, verlo desde una nueva luz y proponer respuestas a bs preguntas formuladas. Final-
mente, la validez de los principios propuestos como soluciones deberán ser puestos a prueba.
En la investigación secundaria, se pretende validar las hipótesis utilizando los datos que
otros investigadores obtuvieron, de acuerdo con sus fines espedficos, y que están ahora dispo-
nibles en registros, documentos y bases de datos accesibles para quien quiera utilizarlos. A di-
ferencia de una investigación primaria, en la cual los datos empíricos habrán de ser obtenidos
directamente de las fuentes por el investigador y su equipo para los fines de la propia investi-
gación en curso, en el caso de una investigación secundaria la fundamentación empírica se lo-
gra con información tomada de los resultados del trabajo hecho por otros investigadores, para
sus estudios.
La clasificación investigación secundaria/ investigación primaria permite entonces discrimi-
nar los estudios en función del contacto más o menos mediado que, como investigadores, tendre-
mos con las fuentes, entendiendo por tales a las personas, objetos, documentos,fi/ms, etc. que se-
rán estudiados.
que sólo hace falta el buscador más potente y una buena dosis de tinta en la impresora. Sin un
adecuado planteo del problema -lo cual implica claridad de objetivos- y una correcta y rigurosa
evaluación d e los datos que vamos a seleccionar, la investigación secundaria carece completa-
mente de validez: si las investigaciones de las cuales extraemos los datos no se adecuan a nues-
tros objetivos, si se han recogido o procesado defectuosamente los materiales primarios -por
error o deliberadamente- nuestra investigación estará haciendo propios los errores, sesgos y su-
puestos de la investigación original.
Por ello, una vez determinado si la información que se necesita ya existe y, en ese caso, dón-
de se la puede encontrar, toda nuestra energía deberá volcarse a evaluar desde múltiples puntos
de vista la calidad y pertinencia de los datos a utilizar.
Considerando la importancia que tienen hoy los diseños co n datos disponibles -especialmen-
te para los profesionales que, teniendo acceso a gran cantidad de datos en redes, empresas y cen-
tros de documentación, no siempre cuentan con los recursos económicos y de tiempo para ini-
ciar una investigación primaria- hemos destinado completo el capítulo 6 al diseño de investiga-
ciones con datos secundarios.
s1 En rigor, todos los dem~s diseños son variaciones de éstos, con excepción quizás del diseno de encuestas, que
tiene por lo general la peculiaridad de recurrir al lenguaje (cuando utiliza cuestionarios). y en tal sentido es sólo
propio de las ciencias sociales.
116 Metodologla de la lnvestigaéi6n en orga nizaciones, mercado y sociedad
ocurre con otro u otros aspectos. Se trata de una modificación controlad¡¡ que tiene por finalidad
poder inferir la importancia de una variable de la hipótesis en una .situación dada.
Así, un estudio es experimental o no experimental en función del grado d e control que el in.
vestigador tiene sobre el disei10 de la prueba empírica. Cuando utilizamos la palabra control nos
referimos a todas las operaciones que realiza el investigador con el fin de asegurarse que la va.
riación de una variable que él considera efecto en su hipótesis se d eba a la variable que supone
causa y no a otros factores o causas extranas. Si recordamos el esquema de la explicación causal,
será eviden te que cuanto mayor sea el control, más fácil será atribuir una relación de ca usa y
e fecto a una secuencia de sucesos.
Desde la perspectiva del investigador, optar por que un diseno sea o no experimental <lepen.
de de muchas cuestiones que se expresa n en dos ámbitos: el problema de investigación y las con-
diciones del entorno en el que éste se plantea.
Como los disei1os experimentales tienen una lógica y una especific idad propias, hemos des.
tinado el capítulo 12 completo a comprender las modalidades que adopta y las ventajas y limi-
taciones que representa a la hora de p oner a prueba las hipótesis, así como a considerar las for.
mas cuasi experimentales que puede adoptar un diseno cuando el control d el inves tigad or es al-
to pero no lo suficiente como para poder h ablar de experimentos puros o verdade ros. Natural-
mente, los tipos de investigación que no están incluidos en el capitulo de diseno experimental
corresponden a investigaciones de tipo no experi men tal.
Son investigaciones no experimentales los estudios cualitativos, los diseños de encuesta, los
disenos de observación, los discnos d e datos textuales, los disenos con datos secun darios y mu.
chos otros tipos de di senos que son variaciones, ampliaciones y co mbinaciones de estos tipos bá-
sicos y que no serán especialmente tratados en este libro.
88 La palabra aleatorio implica una probabilidad igual e independiente d e ser seleccionado. En el caso de tos di-
seflos experimentales, la aleatoriedad se refiere a la probabilidad igual e independiente de ser seleccionado pa-
ra el grupo experimental o el grupo de control.
89 Se entiende por manipulación que el investigador fije intencionalmen te los niveles de la variable causa o an-
tecedente (lo hace con el objetivo de evaluar si dicha manipulación es acompañada de una variación concomi-
tante de la variable efecto o consecuente).
Capítulo II Tipos de Investigación social 117
Trabajar con grupo experimental y grupo control: consiste en recurrir a dos o más grupos,
(por lo menos uno experimental y otro de control), con la finalidad de poder comparar los
resultados según se aplique o no el tratamiento experimental, y establecer si actuó sobre la
variable efecto alguna variable causa diferente a la manipulada por d investigador.
Lograr la equivalencia entre los grupos: consiste en equiparar a los grupos en todos los as-
pectos, excepto en la manipulación de la variable independiente.
Frecuentemente uno u otro procedimiento se logra cumplir con mayor o menor rigor y es en
virtud de esos diferentes grados de control que los estudios experimentales se dividen clásicamen-
te'º en:
90 Campbell, Oonald y Stanley, J\,Jlian. Disef>os de investigación experimental y cuasiexperimenial. Buenos Aires:
Amorrortu, 1978.
t 18 Metodología de la Investigación en organizaciones. me,cado y socied~d
to en los diseños cuasiexperimentales es más confuso y menos convincente que en los verdade.
ros diseños experimentales.
Además de las dificultades ya mencionadas con las que se enfrenta el investigador social cuan.
do toma la decisión de hacer un experimento, queda aún otra objeción a la que deberá enfrentar:
se trata del problema de la artificialidad del dispositivo y la restricción qué ésta comporta a lapo-
sibilidad de generalización de sus resultados a situaciones naturales. Una persona no mira igual
un comercial en su casa, entre ladridos del perro, llantos del bebé y zapping de por medio, que en
la sala de una consultora especialmente acondicionada como microcine. ¿Pueden considerarse
válidos los resultados de una situación para evaluar los efectos de la publicidad en la otra?
Este conflicto ha llevado a muchos investigadores a sugerir que los diseños más rigurosos -es
decir, los experimentos puros o verdaderos- que se hacen en situaciones muy artificiales se utili-
cen en las primeras fases de los proyectos de investigación explicativa. De tal forma, si el investi-
gador tiene una fuerte sospecha de causalidad -quizás lograda en un estudio correlaciona! previo-
puede asegurarse la identificación de las concliciones de tratamiento que producen efectos con-
cretos en entornos controlados y después, dependiendo de los recursos, del riesgo o las necesida-
des, esas condiciones podrían someterse a nuevas pruebas en entornos más naturales mediante el
empleo de disef1os cuasiexperimentales. De elaborarse adecuadamen te, estos diseños cuasiexpe-
rimentales podrían suponer un medio para que el investigador ampliara la experimentación al
entorno real.
Figura 2.20 T ipos de investigación en función del grado de control del investigador sobre el
diseño
No experimental No hay grupo de Sin manipulación Falta de control Dificultad para reali-
cont rol de variables sobre otras vari- zar inferencias causa-
ables les. Adecuado para la
' descripción y la corre-
ladón de variables
Para todos los estudios a los que nos hemos referido a lo largo de éste capítulo pueden reco-
lectarse los datos en un momento único o establecerse periodos para esa recolección con el obíe·
to de hacer un seguimiento a lo largo del tiempo. En el primer caso, se trata de estudios tra11sver-
sales o siricrónicos; en el segundo, de estudios longitudinales o diacrónicos. Estos últimos se divi-
den clásicamente en tres tipos: diseños de tendencia (trend) , diseños de l!Volución de grupos (co-
hort) y diseños panel. 92 En el cuadro de la figura 2.2 1 pued: visualizarse la clasificación señalada.
Aunque las invesúgaciones midan varios grupos a la vez o cientos de personas a lo largo de
un año, ese tiempo es teóricamente único, pues no se establece una secuencia de seguimiento
sino que todos los datos confluyen en un resultado único.
En suma, sean uno o varios grupos, sean uno o varios fenómenos, se trate de encuestas, ob-
servaciones, estudios con datos secundarios o cualquier otro -los ejemplos podrían ser infini-
tos-, lo característico de la investigación transversal es que los datos se recogen en un momen-
to único y no están incluidos, como en el caso de la investigación longitudinal que a continua-
ción describiremos, en una serie cronológica con el objeto de seguir la evolución o transforma-
ción de los resultados a través del tiempo.
Todos los diseños que co- · Encuesta para averiguar el perfil ocu-
DISE1'10S TRANSVERSA· lectan sus datos en un pacional de conocimientos de inglés de
LES O SINCRÓNICOS tiempo único tales como los estudiantes de una universidad
L:t recogida de información encuestas, experimentos
se produce en un único estudios con datos secun- • Experimento para establecer la inci-
momento en el tiempo. darios, de observación etc. dencia de la opinión de otras personas
en la percepción .
~ lbid. p. 192.
9S [bid. p. 196.
Capitulo II Tipos de investigación social 123
la medida de que transcurre el tiempo y los sujetos, las familias o las empresas se rehúsan a con-
tinuar formando parte de la población bajo estudio.
Aunque distintos diseños pueden tener formato transversal o longitudinal hemos optado por
desarrollar los tipos de diseño longitudinal en el capítulo 9 "DISEI-IO DE ENCUESTAS" debido que
es en las encuestas donde está más extendido el uso en la investigación social.
Hemos hecho un largo recorrido intentando conocer -aunque sea en parte- la lógica y los
fundamentos de los distintos tipos de investigación social.
Cada categoría nos llevó a incursionar en discusiones y plantees que cobrarán vida luego,
cuando efectivamente recurramos a ellos en el momento de elegir entre caminos alternativos.
No es otra cosa, después de todo, el trabajo del invetigador: un proceso de toma de decisiones
fundamentado, reflexivo y social.
.
'
·:' ,.
Dice Bachelard:1 "En el conocimiento l'ulgar los hechos se implican demasit1do pron to en razo-
11 es." Eso quiere d ecir que en la vida cotidiana tendemos a dar siempre explicaciones, aun sin sa-
ber muy bien qué es lo que intentamos explicar. Pareciera que "la respuesta es mucho más clara
que la pregunta, es más, la respuesta ya está dada antes que la pregunta se aclare."
En la orilla opuesta, la posibilidad de llevar a cabo una investigación descansa en la capacidad
de resistir el impulso de apurar una respuesta, evitar la tentación de la clausura y persistir en la
intrrroeac:ión. Un problema es una pregunta y problernatizar implica, antes que nada, la acción
de interrogar.
El deporte es, quizás, el ejemplo más sencillo para ilustrar por analogía dos condiciones -aun-
que no las únicas- de la problematización que la alejan de un puro saber teórico: el entrenamien-
to en la práctica y el talento creativo: una cosa es saber de fútbol (es d ecir, tener conocimiento so-
bre el fútbol) y otra distinta es jugar (conjugar el conocimiento con entrenamiento y creatividad).
En este capítulo vamos a definir con amplitud qué es un problema y cómo se llega a formu-
larlo; sin embargo, hay q ue confesarlo desde ahora: no hay un procedimiento estandarizado pa-
ra formular problemas y la única manera de aprender a problematizar es haciénd olo; por ello, la
mayor parte d e lo que a continuación se di ce, sólo tiene la finalidad de acompañar este tipo de
hacer especifico.
cuál es la noturaleza de estos problemas -si es que tienen una en común- comparados con los pro-
blemas de la investigación científica.
Un ejemplo puede ayudarnos a diferenciar un problema cientifico de éstos y otros problemas
prácticos de la vida cotidiana o profesional. Tomemos el caso de querer llegar al centro de Bue-
nos Aires a las nueve de la mañana. Sin dudas, se trata d e un problema. El tránsito es lento y, ade-
más, inseguro (el indice de accidentes es muy superior a la media internacional). Imaginemos,
por un momento, que existe un funcionario d ecidido a implementar medidas para resolver la si-
tuación. Su problema, entonces, será reducir los accidentes de tránsito. Solucionarlo dependerá
d e cosas tales como la firmeza de su determinación polltica, los recursos económicos con los que
cuente, el apoyo de otros funcionarios, el consenso de la población, el tiempo disponible y las ca-
racterísticas del fenómeno, entre muchas o tras cosas más.
Ninguna de ellas, así presentadas, configura un problema de investigación. Un problema de i11-
vestigación es, ante todo, un problema de conocimiento.
En nuestro caso, traducir el problema del funcionario en un problema de investigación exi-
giría plantearse preguntas tales como cuáles son los factores que determinan los accidentes de
tránsito y qué situaciones, circunstancias o condiciones personales, legales, materiales y cultu-
ra les ocasionan, inciden, o contribuyen a producir los accidentes de tránsito. O, más específica-
mente: cuál es la incidencia de la antigüedad del parque automo tor en los accidentes urbanos,
cómo se relaciona el n úmero d e habitantes de una ciudad con la cantidad de siniestros, qué pro-
babilidades de sufrir/ ocasionar un accidente tienen los jóvenes en comparación con las perso-
nas mayores.
No queremos decir co n esto que quien plantea un problema cienúfico lo haga en el vacío, ig-
norando el d estino práctico de su nuevo aporte. Lejos de ello, la posibilidad misma de q ue una
pregunta pueda surgir -y, en consecuencia, ser respondid a- es inseparable d e la concepción d el
mundo y del conoci miento, de la sociedad y de las teorías en cuyo contexto el investigador se in -
terroga. Pero las condiciones en las que el conocimiento se produce no transforman al proceso
de investigación en una búsqueda de soluciones práctic.is. Q ueremos subrayar que el problema
es una pregunta, pero no cualquier pregunta, sino una de namraleza tal, que pueda conducirnos
a obtener conocimiento cie11tifico.
Y es aquí donde se le presenta al investigador la primera disyuntiva, pues, como ya hemos te-
nido oportunidad de discutir, no existe una única forma de entender qué es la ciencia y el cono-
cimiento científico, y en función de esas diferentes maneras de concebirlos es que el problema
puede adoptar distintas estructuras. Insistimos: no hay fórmulas universales para investigar. Si
diferentes personas entienden la realidad, y la posibilidad humana de conocerla, de distinta ma -
nera, entonces las preguntas que se formularán serán también muy diferentes y d ará n luga.r a
otros tantos esquemas de problematización. Como n o es nuestro objetivo abrir una discusión
epistemológica que no podríamos abarcar en los llrniteS de éste libro, comentaremos siempre que
sea posible los nudos en los que la discusión epistemológica se torne critica. Para nuestro traba -
jo concreto, en cambio, adoptaremos en adelante una definición de co11ocimie11to científico am -
plia, en los términos que lo formula Juan Samaja:
"El requisito fund3men1al para que recono1.camos a ua producto como 'conocimiento científi-
co' no es otro que éste: que ll culmine con una 'explicación cientffica', o que realice alguna de sus
fases preliminares. (... ) Se puede sostener que toda investigación cimtlfica se espera que produz·
ca no sólo una descripción de los aspectos particulares dd objeto de estudio sino que proporcio·
ne un conocimiento de lo que preside su funcionamiento; su surgimiento, su modo de existencia,
Capitulo 111 El problema de investlgac;o n 129
su desarrollo, su desaparición o su reemplazo por otro superior o inferior, etc. (J. Ladrihe. 1977:23
a 47).2 Se espera que un producto científico exponga 'leyes generales' que comprendan el compor-
lamiento de los objetos de la experiencia. Esta afirmación vale incluso para aquellas investigacio-
nes que recorren estados primerizos, ya que el hecho de clasificar objetos o de descubrir rasgos ge-
nerales suficientes como para incluirlos en un mismo conju1110, implica una 'ley general"'[ ... ) Acla -
remos aqu( que la generalización "puede ser entendida como la norma de una especie, la estruc-
tura de un sistema, las in\'ariantes de una estructura"}
Consideremos un ejemplo sencillo. Un estudiante tiene que rendir examen final dentro de
tres días; puede preguntarse: "-¿qué será mejor, estudiar solo, ya q11e tengo poco tiempo y as/ avan-
zo más rápido; o con mis compañeros de curso, que pueden explicarme algtin pt1nto osc11ro y me van
a ay udar a mantener la concentración?'' Todo este proceso se reduce a una sola pregu nt a: ante la
inminencia de un examen ¿es más efectivo el método d e estudio individual o el grupal 1 O qui-
zás: ¿cuál de los dos méto dos es el más adecuado para determ inado tipo de sujeto (el estudi,rn -
te en cuestión), en relación con la cantidad y la dific ultad de temas pendientes por est udia r y el
tiempo disponible?
De alguna manera, todos hacemos esfuerzos en la vida cotidiana po r plan tear adecuadamen-
te problemas de conocimiento, establecem os relaciones entre distin tos aspectos de la realidad e
inquirimos sobre sus múltiples conexiones.
Pero, como dijimos, en nuestro conocimiento vulgar los hechos se impl ican muy p ron to en
razones y antes de lograr formular con claridad una pregunta, la opinión su rge como una res-
puesta que obtura. El investigador, en camb io, debe persistir en el proceso de clarificación, debe
continuar su movimiento de inte rrogación, consideración d e alternativas, elecciones más y más
precisas, y otra vez interrogación acerca d e nuevas conexiones; mucho antes de sentirse en algu-
na medida -sólo en alguna medida- sa tisfecho con el interrogante plan tead o.
Si identificamos la diferencia entre los problemas prácticos y los problemas científicos, debe-
mos aún avanzar un paso más para profundizar la diferenciación entre los problemas de la vida
cotidiana y los problemas de investigación. Y es probablemente el paso más dificil que debamos
dar a la hora de plantear el problem a: discriminar entre los problemas sociales que se presentan
al investigador preconstruidos y aquellos o tros - los problemas científicos- que son producidos
por el propio investigador.
Nota l
20 chicos de quinto año festejaban el dla del bachiller, y les tiraron huevos a algunas autoridades.
Ahora recibiiin amonestaciones. Dicen que estfo arre~ntidos de lo que hicieron.
Nota 2
Tiene 10 aftos. La docente t rató de separarlo cuando se estaba peleando con otro chico· En la Direc-
ción de Escuelas dicen que "no se estila hacer denuncias a la Polida en estos casos"
violencia en la escuela, sobre si influye la crisis económica en la violencia en la escuela, si son más
violentos los jóvenes o las jóvenes, etcétera. Éstas y otras preguntas son válidas para iniciar
una inves tigación pero sólo si previamente se Ira cuestio nado la categoría misma de violencia en
/a eswela.
Hemos visto cómo nuestro ejemplo constituye un problema conocido socialmente a través
de los medios. Las noticias -las categorías que éstas construyen- son discursos producidos a
través de, primero, una determinada (entre muchas otras posibles) segmer1tació11 del flujo de
aco11tecimierrtos reales; luego, la elección de uno u otro segmento de entre éstos; y finalmente,
cierta selección y combinación de códigos elegidos por los periodistas que los hacen hablar ne-
cesariamente desde un cierto punto de vista, que luego es más o menos legi timado por otras
instituciones.
El obstáculo con que nos encontra!Tlos como investigadores a la hora de formular un proble-
ma de investigación es que los problemas de interés social nos vienen dados, preconstruidos. ¿Qué
es la violencia en la escuela? ¿de dónde surge? ¿dónde se expresa? ¿quién dice que existe? ¡qué efec-
tos produce su existencia y a quién? ¿cuándo empezó? Si no podemos responder estas preguntas,
entonces, un paso obligado, previo a elegir la violencia en la escuela como tema de problematiza-
ción, será el de deconstruir ese objeto que ya viene definido y elaborado socialmente.
En la búsqueda para comprender la realidad, para desentrañar las caras ocultas que se escon-
den tras la delimitación de un problema social aparentemente transparente, hace falta que nues-
tro punto de atención se traslade desde el conocimiento de los propios sujetos (jóvenes estudian-
tes violentos, violencia escolar, etc.), a los cuales reconocemM, en sn heterogeneidad, unidos só-
lo por un concepto; hacia los creadores o hacia los legitimadores del concepto en cuestión. Ello,
en la medida en que somos conscientes de que la violencia en la escuela no es algo que está ahí
afuera y que resulta interesante para estudiar, sino que algujen -alguna institució n, grupo social,
interés económico, político, etc.- está concatenando una serie de eventos que, en su singularidad,
carecen de significado.
No existe algo como un grupo de jóvenes violentos que podríamos ir a buscar y tocar o que
se manifies ta encolumnado por el centro de la ciudad. Se trata de una categoría que viene deli-
mitada por agentes diversos: los medios, los funcionarios que se avienen a la categoría corno un
dato, y luego los padres y los maestros, todos preocupados por la violencia en la escuela. Así, el
problema sigue y continúa creciendo como realidad autó¡ioma en la medida en que se apropian
de él cada vez más agentes externos a los propios sujetos implicados.
Ya dijimos que nuestra atención como investigadores debe pasar de los propios sujetos impli-
cados a los sujetos que construyen socialmente el problema: en nuestro ejemplo, los medios de
comunicación, o, con más rigor, otras instituciones sociales que se exp resan a través de los me-
d ios. Tal vez, luego de este esfuerzo intelectual en el que nos preguntamos por la entidad de ese
problema que se nos aparece dado, ya no estem os interesados en los determinantes de la violen-
cia en la escuela sino en los factores determinantes de la instalación en los medios de la violen-
cia en la escuela (lo nuestro es sólo un ejemplo, realmeQte no sabemos cuáles podrían ser esos
determinantes: ¿cuestionar la escuela pública? ¿aumentar las penas frente a los delitos cometidos
por jóvenes? ¿reducir la violencia de la programación televisiva? ¡preocupar a la comunidad por
este problema en lugar de por otro?).
O quizás, después de todo si nos interer.e estudiar la vio lencia en la escuela, pero en tanto nos
hayamos preguntado antes por qué a esos episodios aislados referidos a sujetos heterogéneos se
los denomina violencia en la escuela. El valor de estudiarlos comprendiendo la categoría en la
132 Metodologra de fa lnvestlgaciOn en 0r9c1niuciones. mercado y sociedad
que se los ha incluido ·Y especialmente el porqué- nos ubica en las puertas del trabajo de
construcción de nuestro propio objeto de investigación al tiempo qu e nos aleja del consumo de
objetos ya construidos.
Por lo tanto, el primer paso para formular un problema científico es el de establecer una rup-
tura con los hechos que vienen dados desde la realidad ya construida y desde los discursos ela-
borados en torno a la misma.
El mayor bache q ue debemos superar en la investigación social es el de enfrentarnos a la so-
ciolog(a espontánea, es decir, a las prenociones (Bourclieu), a todo ese conjunto de representa-
ciones del saber de la vida cotidiana, a las percepciones de sentido común que llegan a instalar-
se en nuestro propio esquema de realidad con el riesgo de aceptar la deli mitación de la realidad
que 6tas realizan acríticamente.
En sintesis, el investigador necesita desmantelar una serie de realidades preconstruidas al pro-
blema tizar. Esa es la condición para poder formular un problema científico y construir el pro-
pio objeto de investigación. En nuestro ejemplo: la cuestión no es tanto cuestionar si los jóvenes
tienen o no conductas violen tas, lo importante es comprender el proceso por el cual se designa
a esos individuos socialmente como jóvenes violentos, escuelas violeri ras, etc.
misma y la definición del producto. Un consultor organizacional puede ser convocado para me-
jorar la com unicaci6 n de una determinada empresa y comenzar directamente preguntándose
que factores podrian mejorar la comunicación o, en cambio, preguntarse qué se entiende por co-
municación en esa empresa, quién dice que hay problemas de comunicación, a quién beneficia
o perjudica que los haya, qué otras secuencias y conceptos podrían redefinir la situación.
Aunque como enseguida veremos, muchas formas de plantear problemas son adecuadas, tres
condiciones nos acercan al planteo de un problema de investigación:
, Tejada. J. Efecto de dos tipos de materiales de adiesrramienro informático en el acceso, resultados de aprendi-
zaje y percepciones de usuarios inexpertos. (en lineal http://www.biblioteca.unirioja.es/biblio/bdg/bdgcitas.pdf.
[Fe<ha de acteso 14 de abril 2002) Se adaptó con fines didácticos.
Capítulo III Eí problem• de investigación 135
en tanto tal , debe provocar algún tipo de efectividad en el aprendizaje de un nuevo soft. Cuando
se desea saber si un elemento es efectivo, necesariamente habrá que compararlo con otro elemen-
to o con el mismo elemento en otro tiempo o circunstancia. Se trata de comparar un factor con
otro, pues ningún sujeto, evento, atributo, criterio o fenómeno es problemático en si mismo si-
no en relación a otros con los que se compara o se toma como referencia. Tras esta consideración,
en el problema del ejemplo podemos identifica r los elementos que se observan en la figura 3. l.
¿Es el método de aprendizaje hipermcdia (asistido por computadora) más efectivo que el mttodo de
aprendizaje sobre papel (asistido por im manual escrito)?
hipermedia
aprendizaje
papel
¿Cuál es la relación que el investigador establece ahora? Ante todo, ha determinado cuántos y
cuáles factores existen en el problema. El ejemplo contempla sendos métodos de aprendiznje (a
partir de soporte de papel o hipermedia).
Analizando brevemente los elementos d el problema vemos que éste se reduce a dos aspectos:
uno está constituido por ambos métodos, que no son otra cosa que diferentes valores que asu-
me el factor método de aprendizaje. Llamaremos, entonces, variable al método de aprendizaje, en
cuanto es susceptible de adoptar diferentes valores. 7
Falta ahora conocer cuál es el otro factor con el que se relaciona la variable método de
aprendizaje. Revisando nuevamente la cuestión, nos damos cuenta de que lo que el inves-
tigador desea averiguar es cuál es el efecto de dicha variable (Llamémosla variable A: tipo
de método) en otro término con el que se la relaciona Oa variable B: el apre11dizaje). Es de-
cir, en el presente problema se quiere observar el efecto del método (variable A: papel o lii-
pennedia) en el aprendizaje de 1111 nuevo sofr (variable B). Establecid as ya las variables de
interés, se determina cuál es la relación que existe entre éstas, tal como se muestra en la fi -
gura 3.2.
1 Los factores (términos) implicados en un problema pueden analizarse de acuerdo a la función que cumplen.
Desde este punto de vista, los términos pueden ser constantes o variables. Los términos constantes son concep-
tos que no se someten a variación en una investigación -de allí su nombre: constantes. Cuando el término adop-
ta más de un valor, se lo denomina -justamente- variable.
Utilizamos el concepto de variable asumiendo que forma parte del bagaje rultural de un estudiante universita-
rio y entendiéndolo. de manera muy general, como cualquier caracterfstice o atributo susceptible de comar dis-
tintas caregorfas o valores (cualitativos o cuantitetivos). En el capitulo S seremos mucho más precisos respecto
de este concepto.
136 Metodotaora de la rnvestigad6n en org3nizacionu. mercado y sociedad
Mltodo
de enscnanu Aprendizaje
VARIABLE A VARIABLEB
En s!ntesis, el investigador espera que el efecto de la variable A (tipo de método) se obse rva-
rá en la variable B (ap rendiz.aje). Si él desea saber si un método "A 1" es efectivo, tendrá forzosa-
mente que compararlo con otro método "Al" o con algún criterio constante o variable (por
ejemplo, si el método es más efectivo con tal o cual tipo de estudiantes). En cualquier caso, se
trata de preguntarse acerca de un sistema de relaciones.
incluso otros nuevos conceptos elaborados a la luz del problema. Asl podemos distinguir diver-
sos problemas teóricos. Hugo Mancuso menciona los siguientes:•
Ahora que hemos pensado en la naturaleza de los problemas científicos , podemos iniciar el
proceso de plantear el problema de la investigación que nos proponemos realizar. Para un estu-
diante o un investigador que se inicia, los primeros recorridos a través de la literatura más gene-
ral relativa a su cuestión de interés redundarán en la identificación de vínculos entre temas que,
en principio, se le ho.brán presentado como aislados. La problematización, en tanto acción que
inicia la investigación, interroga el tema en cuestión: ¿Qué características tienen aquellos lleclios
que se presentan como difíciles de comprender? o quizás ¿cuáles son las causas, el orige,1, el qué, el
dónde, el cómo, él cuállto, que explican el heclw, el fenómeno o algu110 de los aspectos implicados en
él? Problematizar exige contextualizar, revolver cajas cerradas de teorías y experiencias e hilvanar
algunos de sus contenidos¡ recurrir a ideas y datos diferentes de los del pensar cotidiano y cir-
c unscripto¡ y, sobre todo, no obturar las preguntas, insistir en la interrogación, desconfiar de
las respuestas inmediatas, teñidas siempre de los prejuicios de nuestra historia intelectual. En
palabras de Bachelard "frenre a lo real, lo q1Je cree saberse claramente ofusca lo que debiera sa-
berse".' ·
Hemos dicho que cuando el investigador problematiza, su actividad es atravesada necesa-
riamente por preocupaciones y supuestos de orden histórico, económico, cultural, científico,
disciplinar, profesional y subjetivo. Está ubicado de lleno en el área problemática, esto es, en
cierta trama de definiciones -explicitas o implícitas- de naturaleza ontológica, axiológica,
epistemológica, teórica. De alll surgen las primeras aproximaciones y definiciones del proble-
ma, y serán esos mismos supuestos los que guiarán al investigador en las exploraciones ini-
ciales. Mas adelante, esos supuestos deberán atenderse: para explicitarlos reafirmándolos lue-
go de un análisis critico, o para cuestionarlos. De no hacerlo actuarán igualmente, aunque no
lo sepamos.
1
·1
!
Si bien es cierto q ue 1111 investigador puede pasarse e111os explorando, mzona11do e investigan-
do antes dt establecer con claridad las preguntas que ha estado tmtaw/o de con testar, to analiza-
remos aqu{ tácticas concretas de las cuales es posible servirse para plantear problemas, tenien -
do siempre presente que no existe una fórmula o modelo único y que, en consecuencia, sólo
pueden ofrecerse líneas de acción que contribuya_n a comprender las diferentes lógicas de pro-
blematización.
b. Hacer evaluaciones
Se puede problema tizar evaluando, como lo hace la investigación de mercado, el departamen-
to de recursos humanos de una empresa, una agencia de publicidad o una enüdad exportadora.
En estos casos, las preguntas evalúan alternativas, características, intenciones o comportamien-
tos con la finalidad de tomar decisiones.
Ejemplos:
• Un laboratorio quiere aumentar sus ventas entre los grandes hospitales y sanatorios del
país. Su problema práctico podría traducirse en preguntas del tipo: ¿cuáles son los factores
que inciden en la decisión del comprador institucional de medicamentos? ¿cuál es el perfil
de los decisores? ¿es más adecuada para estos casos la negociación individual o la fonnación
de un equipo para negociar? ¿cuáles son los beneficios percibidos de cada modalidad?, etc.
• Una organización no gubernamental (ONG) pretende iniciar una campaña de preven-
ción del SJDA. La agencia de publicidad quiere saber: ¿cómo reacciona el destinatario de
un mensaje que produce temor?; ¿puede un mensaje que produce temor resultar contra-
producente para elevar la conciencia preventiva?; ¿incide la credibilidad de la fuente y el
contexto en que se transmite cl mensaje en el logro del cambio de actitud buscado?
• El municipio de la Ciudad de Carmen de Patagones está implementando un Proyecto
Piloto de Reciclado. Como el proyecto involucra factores sociales, culturales, económicos
y políticos, entre otros, se desea evaluar los resultados parciales de las acciones realizadas
para lo cual los investigadores se preguntan, por ejemplo: ¿qué estrategias de información
se implementaron y qué grado de eficacia tuvieron las mismas en el marco del Proyecto
Piloto de Reciclado de residuos implementado en la ciudad de Carmen de Patagones en
los años 2002/2003?
Cap itulo m El problema de invesüg ación 141
c. Interrogar con los conceptos de alguna teoría a la propia práctica académica, profesional,
laboral, comunitaria.
Gran parte del conocimiento producido por los profesionales en contextos organizacionales
-tales como los vistos en el punto anterior- es eminentemente evaluativo, es decir, destinado a
evaluar una situación concreta con el fin de tomar decisiones. Ahora bien, esa actividad profe-
sional puede traducirse en conocimiento cienúfico. En distintos momentos del desarrollo de la
propia actividad es posible y deseable capitalizar el conocimiento adquirido en esa práctica de-
sarrollando conceptos y estableciendo conexiones entre éstos que puedan ser luego validados
empíricamente. "Nada impide que los res11/rados de una práctica profesio11a/ partic11/nr se i11corpo-
ren (tarde o remprano) a la base observacional de 1111a investigación científica''. 11
En esta misma vía, el trabajo que cada uno desempeña puede ser fuente de ideas de investi-
gación como fruto de la mirada teórica por la que se ha optado: todo lo que ocurre en una ofi-
cina, fábrica, comercio puede ser interrogado desde las teorías sobre la organización, la conrnni-
cación, la distribución, la demanda perfectamente elástica o los meca nismos de defensa. El in-
vestigador social cuenta cotidianamente con tant as m anzanas como el mismo Newton.
e . Buscar las razones, el sentido subjetivo y los significados sociales para los modos de ac-
tuar individuales o grupales
Son interrogantes que se orientan a la comp rensión. Su alcance varía y tiene énfasis diferen-
tes según los autores que proponen este tipo de estudio enfocado a interpretar el mundo que se
abre a través de la visión de los propios actores involucrados en él. Comprende r, sabernos , im-
plica captar tanto el sentido que las personas y los grupos le atribuyen a su accionar cuanto las
fuerias econó micas, poHticas y sociales que se entretejen en las historias d e vida individual , gru -
pal y social. "Se busca comprender /ns acciones de los individuos y grupos insertas en una rrama
de In totalidad de su historia y de su entorno. Comprender abarca, seg lÍn diferentes perspectiv11s,
la comprensión de estados psicológicos, la interpretación del marco de referencia del actor y del contex-
to de significados que enmarca la vida de individuos y grupos; comprender es también tener acceso a
las 'reglas del j11ego' de la i11teracción social y del significado del lenguaje; compremión también impli-
ca la inclusión de un hecho en el movimiento histórico, po/ftico y social del contexto de ese heclro~14
Ejemplos:
• ¿Qué representan desde 13 óptica de otros actores sociales los políticos y su ocupación? ¡qué estima-
ción v.tlorativa haced polltico de sus colegas y qué siente el propio político de su situación individual?
• ¡Cuáles son las relaciones de interacción entre los miembros de un equipo de trabajo dedicado al
desarroUo de nuevos proyectos? ¡qué valores individuales y compartidos se expresan en sus relacio-
nes? ¿cómo se perciben las jerarquías al interior de los equipos? ¡cuáles son los conocimientos, CS·
tereotipos, mitos y relatos del imagin;irio grupal?
• ¿Qué represenrn la marca X? ¡qué significado le atribuye el sujeto? ¡cuáles son los temores, resis-
tencias o ansiedades que un producto general ¡cómo se vinculan esos obstáculos al consumo con
distintos procesos sociales, cambios económicos o contextos geográficos?
1• Sirvent. Ma . T. Los diferentes modos de operar en investigadón social. Buenos Aires: UBA, 1999.
15 Drucker, P. op. cit.
16 Ver Gates, B. Camino al futuro. Espal\a: Me Graw Hill, 1995.
11 Ver Negroponte, N. Set Digital. Buenos Aires: Atlantida, 199S.
18 El determinista tecnológico piensa que la temologla es la causa de las transformaciones que ocurren en la so-
ciedad . Ver capítulo 2 TIPOS DE INVlSTIGACIÓN SOCIAL
19 El problema es planteado por Wiíliams, R. Hacia el a/lo 2000. Barcelona: Grijalbo, 1984.
20 N. del A: Presentado en otro trabajo: Universidad, Sociedad y Empresa: Nuevas tecnologlas, viejas Institucio-
nes Buenos Aires: Posgrado UCES, 2003.
Capltufo 111 El problema de investig ación 143
Por ejemplo, si nuestro tema de interés son las marcas, la lluvia de pregu ntas nos ayudarla a
elaborar inte rrogantes del siguiente tipo: ¿cuáles son los elementos que caracterizan a las marcas
d e medicamentos? ¿cuáles son los rasgos demográfi cos de los trSuarios de determinada marca y
po rqué? ¿qué factores definen el conflicto del último semestre entre las primeras y segundas
marcas de gaseosas en la Argentina? ¿cuáles son los caracteres que las m arcas de alimen tos ma-
sivos han presentado en el siglo XX? ¿qué transformaciones pueden identificarse y cómo ~e re-
lacionan éstas con la concentración creciente de la propiedad de las marcas?, etc.
Sobre un problema práctico de la gerencia relativo al tema " La gestión de recursos hum~nos durante pro-
cesos de cambio en las organizaciones", se explora un problema atendiendo a los aspectos proyectivo, ge-
nético, c11l111ral y crítico-dialéctico.
Problema de la gerencia
La alta gerencia de un grupo de medios ha resuelto llevar adelante una estrategia que la actualice en un
conjunto de aspectos estratégicos para el negocio. Por ello, son sus objetivos realizar profundas transfor-
maciones en la estructura tradicional. Las empresas del grupo se proponen desarrollar programas con-
cretos que derivarán en grandes cambios al interior de la organización, y su implementación impactará
en un factor clave: la gente.
• Exploración del problema de investigación en el aspecto "proyectivo": ¿Cuál es su probable evolu-
ción futura?
;C1_11ll es la probable e11oluci6,1 futura de los rewrsos humanos en las organizaciones que atraviesan procesos
de cambio?
• Exploración del problema de investigación en el aspecto "genético": ¿Cuál es su origen social?
;Ct1ál es t i origen de la resistencia ,1 cambio q11e presentan los rect1rrns h11manos en una organización?,
;Cudles son los aspectos sociales en fo vida de las personas que el cambio amen11;;a?
• Exploración del problema de investigación en cl aspecto "cultural": ¿Cuáles son las normas, valores,
creencias, realizaciones, técnicas y artlsticas que lo caracteri7.an?
;Cómo inciden las normas, valores y creencias tradícianales en la resisrencin hncia la nueva c11lrurn organi-
zacional?
• Exploración dd problema de investigación en el aspecto "critico-dialéctico": ¿Cuáles son las fucl"Zas
e intereses sociales y económicos que actúan respecto al fenómeno de que se trate, y cuáles son los
conflictos y tensiones que producen?
¿Cómo influyen los sindicatos, el personal no especializado y los mandos medios, e11 tanto sectores desplaza .
dos de sus estr11ct1,ras tradicionales de poder, en el incremento total de resistencia al rnmbio generado e,, la
organización?; ¿rnáles son los conflictos y tensiones que se prod11cen en cada uno de estos actores?
De más está insistir en que es improbable que alguien pretenda investigar todos los aspectos
a la vez. Esta " lluvia de preguntas" nos enfrenta a la multidimensionalidad de los problemas y a
la necesidad -a veces, a la dificultad- de acotar y precisa r el alcance de la investigación.
Hemos dicho al comienzo de este libro que "la í11vestigaci6n e, acción y es producto". H ay que vol-
ver a señalar la doble vía en la que se despliega el trabajo del investigador: por una parte, inves·
tigar es un proceso, es acto de indagar, explorar, preguntar, observar, medir, calcular, analizar; por
la otra, investigar implica un producto: u n discurso científico que expone, describe, argumenta,
explica.
Capitulo III El problemc1 de investi9fcién 145
· Planteamiento
• Formulación
• Objetivos
• Justificación
Que el contenido de dichos elementos se defina en e,ta instancia no implica que el producto
al que arribamos no vaya a sufrir modificaciones. De hecho, cuando profundicemos las lecturas
e indagaciones para construir el marco teórico -del que nos ocuparemos en el próximo capítu-
lo- (y aún después, cuando formulemos las hipótesis) los elementos del problema irán siendo re-
significados y reformulados nuevamente. Recordemos que en conjunto, la problematización
(problema), la fundamentación teórica (marco teó rico) y la formulación de respuestas conjetu-
rales al problema (hipótesis) configltran un mismo gran·quehacer propio del momento epist.émi·
,o de la investigación: la construcción del objeto de investigación, determinación en definitiva de
qué es aquello que se pretende investigar.
22 En el capitulo 19, EL INFORME OEL PROYECTO Y [L REPORTE DE INVESTIGACION, ej emplificamos los elementos del proble-
ma recurriendo a la investigación c:itadá ~s arriba "Sobre Papel o Hipermedia" . De tal modo, consultar d icho
capltulo ofrece un ejemplo completo de Planteamiento del prob!ema que se suma a los que proponemos en es-
te capitulo.
21 Ver Apéndice.
146 Metodologfa de la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
de forma: bajo el titulo general de Problema de investigaci611, el proyecto explicita cada elemen-
to del problema, dando especial relevancia a los objetivos. El informe o reporte final, en cambio,
presentará el problema (preguntas-objetivos que guiaron el estudio) en la introducci611, a lama-
nera de una presentación general, pues no tiene sentido dar otro lugar a los objetivos dado que,
en tanto que cumplidos, ya han dejado de serlo.
Como en el capitulo 19 damos las precisiones necesarias para sortear la redacción de ambos
documentos, ahora impor ta saber únicamente que el planteo del problema sobre el que hemos
trabajado en este capítulo es, desde la perspectiva del reporte final, un buen antecedente para la
redacción de la introducci6n, una vez realizada la investigación.
Por otro lado, y desde el punto de vista práctico, resulta un pun to de inflexión en las tareas de
exploración que venimos realizando, en la medida en que contribuye a la claridad del interro-
gante que en adelante regirá el rumbo de la investigación.
Hecha s estas necesarias aclaraciones, vamos a detenern os a continuació n en cada uno
de los elementos del problema que nos exige la presentación de un proyecto de investi-
gación.
24 Montes Peón. J. M. et. al. "Influencia de la cultura organi7Ativa sobre el aprendizaje: erectos sobre la competitivi-
dad." Universidad de Ovíedo. Facultad de Ciencias Económicas y Errpresariales, Departamento de Administración de
Empresas y Contabilidad. e-mail: perez@correo.uniovi.es. Selección de fragmentos y adaptación con fines did/Jcticos.
En el presente trabajo se analiza la relación ent1e la cultura organizativa, el aprendizaje y los resultados empresariales.
Las hipótesis planteadas se contrastan sobre una muestra de 195 en-presas mayotes de 200 trabajadores. Los resulta-
dos indican que una cultuta participativa sirve de estímulo para el desarrollo del aprendizaje organizativo, el cual, a S,U
vez, repercute significativamente en los r~ltados empresariales.
l
148 M etodologfa de la Investigación en organizaciones. mercado y sociedad
A partir de lo dicho, cabe pregu ntarse: "¿Cuáles son las relaciones de determinación existentes entre la cu/.
tura organizativa, el aprendizaje y los resultados de la organización?"
¿Cuál es el efecto persuasivo de la voz en la publicidad audiovisual? ¿Qué elementos contrib uyen al
logro de dicho efecto?
• ¿Cómo son las estructuras que mejor permiten dirigir y coordinar los procesos de innovación en las
empresas?
· ¿Cuál es la estrategia de inversión más conveniente para un "producto estrella" que no llega a con-
vertirse.en "vaca lechera"?2S
¿Cuál es la importancia relativa que el consumidor de automóviles utilitarios concede a los djstintos
atnbutos del producto?
• ¿Qué tipo de alternativa laboral constituyen los microemprcndimientos y qué clase de sujetos son
los que los desarrollan?; ¿cuáles son las características de las fuerzas de trabajo que se incorporan a la
actjvidad y cuáles las condiciones en que lo hacen?
• ¿Cuáles son los factores ito pecuniarios más relevantes para los jóvenes trabajadores cuando compa-
ran un trabajo con otro? ¿cuál seria el valor relativo asociado a cada factor, en el m.ismo grupo, en esta
comparación? ¿existen diferencias entre las valoraciones asociadas a cada factor en diversos grupos de
jóvenes?
Nota: Las citas no están referidas en la bibliograf!a porque tiene un fin meramente ilustrativo.
2s L.ambin, J. J. Marketing Estratégico. Madrid: Me Graw Hill, 1995. p. 324. Los prod uctos · mercado son
de cuatro tipos: vacas lecheras, pesos muertos, dilemas y estrellas. Según el autor los productos estrella
son líderes en el mercado, exigen medios financieros importantes para sostener el crecimiento y en el fu.
turo tomarán el relevo de los productos ·vaca lechera· que consumen poco, tienen una cuota de merca-
do rela1iva elevada y constituyen una fuent<! de financiamiento para la diversificación y la investigación.
Capitulo 111 El problema de Investigación 149
Desde luego, las preguntas son aún muy amplias y, como veremos eo el siguiente punto, el in-
vestigador puede descomponer la pregunta origi nal en varios interrogantes específicos con el
objeto de tornar operativo el problema.
que los objetivos específicos. Estos últimos se refieren a situaciones o aspectos parciales que in-
ciden o configuran el objetivo ge neral, y se desprenden de las preguntas con las que hemos ope-
r acionali7.ado el problema.
Nota: Las citas no están referidas en la bibliografia porque tiene un fin meramente ilustraóvo.
Cap itulo 111 El proble ma de Inves tig ación 151
Pueden plantearse uno o más objetivos, depend iendo del alcance, los propósitos del estudio
y el criterio del investigador. En síntesis, el objetivo general es la suma de objetivos específicos y
esta suma es la que nos permite obtener los resultados: una descripción, una clasificación, un
análisis, una explicación etc.
En cuanto a la forma en discurso, un objetivo se redacta con verbos en infinitivo que expre-
san la acción que el investigador se compromete a realizar. Son verbos con los que pueden ex-
presarse los objetivos, entre otros, analizar, clasificar, presentar, verificar, planear, describir, com -
probar, explicar, comprender, establece,; examinar, compilar, formular, indicar, proporcionar, seña-
lar, someter, hacer, etc.
Para una misma pregunta pueden proponerse distintos objetivos, en función de los alcances
que el investigador pretenda dar a su estudio. Ello, según sea su propio interés, los conocimien-
tos disponibles sobre el tema y la disponibilidad de tiempo y recursos humanos y cconómkos
con que cuente para realizar su investigación.
Para cerrar, retomemos nuestro primer ejemplo de la figura 3, Inf111e11cia de la cufrum organizativa
sobre el aprendizaje: efectos sobre la competitividad, y presentemos los objetivos de dicha investigación.
Ejemplo:
Objeth•o Gcncral
Anali1.ar las relaciones existentes entre la cultura organizativa, el aprendizaje y los resultados.
Objetivos Espedficos
• Categori:zar a bs culturas organi1.ativas según el grado en que éstas son participativas.
• Clasificar a las empresas medianas y grandes de la Argentina según su cultura organizativa.
• Analizar la relación entre cultura organizativa y aprendizaje organizativo.
Establecer el grado de influencia entre aprendizaje organ izativo y resultados organizativos.
• Ana.lizar la relación entre la cultura organizatjva y los resultados organi¡¡ativos.
Una vez que el problema ha quedado planteado, es fundamental aún justificar la realización
de la investigación
• Teórico
· Práctico
• Metodológico
Planteamiento Exposición descriptiva de los factores o elementos asociados, tanto teórica como ob-
servacionalmente aJ fenómeno, y que nos llevan a planteamos el interrogante. Incluye:
• Variables o aspectos principales que inteivicnen en el problema.
• Relaciones entre ellos.
• Argumentos que justifican esas relaciones.
Además, se deben sintetizar y precisar
El contexto del problema.
Los frutos relevantes de la revisión de antecedentes.
• La definición de los términos principales.
Formulación Relación/es concreta/s a ser estudiada/s; pregunta que origina y guía el estudio.
OperadonaJ_i. Descomposición de la formulación en subpreguntas especificas que atienden a los
z.ación aspectos parciales del problema que hab rán de ser objeto de interés en la investiga-
ción. .
Objetivos Definición del alcance de las conclusiones: al final de la investigación, los objetivos
han de ser identificables con los resultados; es decir, toda la investigación responde a
los objetivos propuestos.
Justificación Fundamentación de la necesariedad del estudio en función de sus implicaciones
prácticas, teóricas o metodológicas.
Plantear los propósitos del investigador, o los de quien encargó la investigación, como
objetivos de la investigación: los propósitos son los fines últimos del investigador, aquello
que él espera que ocurra como efecto del aprovechamiento de los resultados de su inves-
tigación. Mientras que los objetivos son un producto de la investigación y deben ser cum-
plidos con la tarea del investigador, los propósitos pueden o no cumplirse, pues ya no de-
penden directamente del investigador, sino que son un efecto de la trasferencia del cono-
cimiento obtenido a cierto ámbito. Un estudio puede tener como objetivo describir la
oferta televisiva en determinada ciudad. El propósito del investigador podría ser contribuir
a /¡¡ modificación de las polfticas públicas en medios de comunicación. Como vemos, esto
último no es un producto de la investigación sino de la voluntad de alguien que decida
utilizar sus resultados para mejorar la politica de comunicación del Estado. En síntesis,
los objetivos se refieren a los resultados de la investigación y no a los usos y las aplicacio-
nes que el investigador espera de los resultados, cuestión sin dudas de importancia pero
que debe restringirse al lugar que le corresponde: la justificación de la investigación, y no
los objetivos.
• Formular procedimientos metodológicos como objetivos de investigación: por
ejemplo, proponerse "Hacer 1111a encuesta a mujeres sobre SllS colores preferidos para elec-
trodomésticos~ en Jugar de "Establecer las preferencias f emeninas en colores para electrodo-
mé.sticos'!
Antes de finalizar nuestras consideraciones acerca del planteo del problema vale la pena in-
sistir en que las primeros planteamientos pueden -en rigor, d eben- ir modificándose e incluso
replanteándose completamente a partir de las disti.ntas a ctividades que vamos realizando en el
momento epistémico. Veremos que las nuevas revisiones y reflexiones que habremos d e realizar
para elaborar el marco teórico y luego también, a la hora de plantear las hipótesis o los objeti-
vos definitivos de la investigación será necesario rever el planteo del problema y establecer la
congruencia general de todos los elementos.
Capítulo 4 El marco teórico
" Ningún método teórico podría sin dudas anticipar todos o siquiera gran parte
de los problemas especiales que presuntamente han de presentarse en la conrtruc-
cíón y validación de teorlas. En cambio, si puede ofrecer un marco de referencia lo
bastante definido como para llevar adelante el trabajo. Los problemas especificas
qu e se presenten pueden y deben ser abordados medi ante la construcción de las
teorías mismas; es imposible antiápar'los en su totalidad. Dado un marco de referen-
cia para la construcción teórica, la tarea puede iniciarse; y es esa tarea después de
todo lo im portante.
David Will er 1
- Me remito a los hechos: las enmesta; indica 11 que d rmirlfe nuestra gestió11 bajó la desocupación.
- Como pueden observar, se trata de 1111 mamlfero vertebrado.
- En el video se ve perfectamente: fue off-side.
- Yo vi la lista: faltaro11 seis estudiantes al examen parcial.
- Mire la balanza: pesa 1.250 Kg.
¿Quién no d ijo o escuchó algun a vez In frase "me remito a los hechos"! Su lógica parece im-
batible: ver el hecho es entenderlo, el hecho habla por si solo. En las líneas que siguen in tentare-
mos argumentar en contra de esa ecuación. Necesitamos hacerlo si es que pretendemos com-
prender el sentido del marco teórico en la investigación.
Imaginemos, po r un momento, un partido de tenis. No sé jugar al tenis ni conozco sus reglas.
Pero vivo en una com unidad donde es un deporte valorado q ue se juega en los clubes y se trans-
mi te por televisión. Po r eso mismo sé que el tenis es un deporte y m e dispongo a presenciar un
partido que está por comenzar. La gente llena el estadio y dos jóvenes -las contrincantes, infiero,
aunque no las conozco pues nunca miro tenis- caminan nerviosamente por el suelo de lad rillo.
Todo lo q ue veo me es familiar, sé que estoy en una cancha de tenis, vi antes raquetas y pelotitas,
también personas caminando nerviosas. Comienza el partido: las jugadoras le pegan a la pelota,
que va y viene; la gente sigue ese vuelo con movimien tos de cabeza de izq uierda a derecha y de
derecha a izquierda. De pronto, una exclamación general; yo no entiendo qué pasó: aunque no
me distraje, me he perdido algo. Sin lugar a dudas, no es algo subjetivo -propio de un sujeto-,
porque esas cientos de personas gritaron juntas en el mismo segundo; tampoco es algo que ob-
jetivamente ocmrió en la cancha, porque en ese caso yo lo hubiera visto. ¿Qué sucedió ento nces?
Es fácil adivi narlo: con mi "pobre teoría" sobre el tenis, sólo pude ver gente, pisos colorados, ra-
quetas, pelotas que van y vienen. Pero las demás personas tienen en común un conjunto de ele-
mentos, que podríamos llamar "teorías" adicionales -las reglas del juego, definiciones acerca de
la destreza, expectativas sobre el recorrido y velocidad de la pelotita- que les permiten ver otras
cosas, que parn m í no sólo no .merecían la ad miración o la preocupació n dignas de una exclam a-
ción, sino que ni siquiera resulLaban perceptibles.
¿Cuáles fuero n los hechos?, ¿qué pasó realmente en la cancha? Aunque la respuesta parece re-
ducirse a la afirmación "no vi el hecho porque no sé jugar al tenis': es poco razonable que para
percibir un " hecho objetivo" sea necesario contar con algo tan peculiar como un reglamento de
tenis ¿Cuál es el hecho, entonces, para quien ignora todo sobre el tenis? ¿qué hubiera visto en mi
lugar, digamos, un egipcio del 3000 a.C.? Su teoría sobre el tenis, aun más pobre que la mla, no
incluiría las raquetas, las pelotitas, pero sí la idea de un juego entre contrincantes, ¿cuál hubiera
sido, entonces, el hecho?
En este punto, y luego de seguir una especulación que n o parece muy pro ductiva, cu alquie-
ra estará dispuesto rápidamente a concluir que, en fin, cada persona tiene su punto d e vista, pe-
ro que el hecho, en sí es uno solo. Argumentaremos a continuación que 110 se trata riel mismo
hecho.
Al contemplar el partido de tenis todos los observadores "ven", en parte, "la misma cosa" (hay
una excitación similar del córtex, algo similar ocucre óptim amente en las pup ilas) y en parte no.
Y el sentido interesante de "ver': el relevante para la cien cia, es justamen te el segundo. Podemos
d ecir que no se trata d e interpretaciones diferentes a partir d e una misma visión; pues " interpre-
tar': si se quiere llamar asi, es pa rte co nstitutiva de "ver". Y la actividad del sujeto y su contexto
juegan un papel central en lo que cada uno ve.
El contexto, claro, no es necesariamente Jo q ue está ocurriendo en el lugar en donde el sujeto
percibe. El.contexto a veces está implícito. Pensemos que si alguien hace un movimiento propio
d el tenis en un contexto difere nte a un estadio, por ejemplo en la cocina de su casa, cualquier
persona que conozca el juego puede identificarlo, pues el contexto está "en la cabeza" del obser-
vador. Est_e fenómeno es co rriente en la vida cotidiana y nos lleva a "ver" y predecir todo tipo de
cosas a partir de nuestras teorías: "vemos" en el reloj que se nos hace tarde, abrimos la canilla
porque tenemos la teoría de que saldrá agua y buscamos una moneda que sosteníamos enlama-
no detrás del sillón porque tenemos la teoría de que los objetos que soltamos "van para abajo':
porque tenemos otra teoría sobre cómo ruedan los objetos redondos, etc.
Ese conocimie11t0 implícito con el que nos m anejamos en la vida cotidiana es determinan-
te en la cien cia, d o nde la dependencia del contexto es altamente teó rica. La histo ria de la
ciencia es ilustrativa de éste punto: en momentos de cambio conceptual en los que se contra-
ponen diferentes contextos de fondo los científicos no pueden aco rda r acerca de los hechos:
"¿Cuáles son los hechos?" "¿Qué está pasa,ido?". La pregunta debería ser: "¿Desde qué cont'ex to
se observa?" ·
como tampoco hay verrebrados e invertebrados, mamíferos, flores, hígados, co11swnidores o electro-
nes. Lo que sí hay -aceptemos esto como un axioma- es un indiferenciado 2 y continuo transcu-
rrir de lo que existe independientemente de todo sujeto ( ver figura 4.1 ). Identificaremos ese trans-
currir como lo real, aunque podemos Uamarlo la realidad misma, para diferenciarla de esa otra
realidad -la social- que es la trama formada por el conjunto de hechos intersubjetivamente defini-
dos. Lo importante ahora es establecer dos órdenes de cuestiones: el del magma continuo del
mundo y el de nuestros humanos códigos socialmente consensuados para hacerlo inteligible.
Figura 4.1 El hecho: cruce entre el indiferenciado y continuo transcurrir de lo real y los códigos
con los que los sujetos dan significado y sentido a lo real.
El hecho
De ese continuo, los seres humanos vamos segmentando fragmentos y couceptualizándolos co-
mo significativos: por ejemplo, definimos un aspecto de lo real como "columna vertebral" y a to-
do aquel ser que cuente con tal aspecto como "vertebrado''. Luego este perrito y aquel gatito y m i
tía Catalina, que en lo real están dispersos, so11 vertebrados (son en virtud del código con el que
cruzamos lo real). Pero no hay nada en lo real como vertebrados e invertebrados sino segmentos
ubicados en lugares que pueden estar distantes, todos subsumidos bajo el concepto vertebrado.
Cuando alguien dice faltaron seis estudiantes el día del parcial no está haciendo una afirma-
ción sobre lo real. Lo real es lo que es. No Je falta rii le sobra nada. Donde faltan esos estudiantes
es en una lista - un código- que el sujeto tiene entre las manos, que remite a su vez a otros códi-
gos, como el de universidad, regularidad de la asignatura, titulo profesional y muchos otros con-
ceptos organizadores de lo real. Es en nuestra mente -y especialmente en la de todos los que
comparten el significado y valor de esos códigos -en donde faltan cstudjantes. No en lo real.
2 Vamos a matizar la noción de indiferendado. pues ¿es cierto que el mundo se deja formalizar de cualquier mo-
do?. ¿Es tan indiferenciado y caótico sin nuestros conceptos o existe algún tipo o grado de organización del mun-
do que modifica al sujeto, as! como el mundo se deja organizar por él? Una opción metodológica alternativa a
la idea de indiferenciación de lo real surge del siguiente argumento (Piaget, J): sí los enunciados observacionales
se refieren a un mismo objeto, todos ellos comparten lo que pone el objeto y difieren en los esquemas de asimi-
lación que ponen los investigadores. En efecto, un "tipo de objetividad" podr!a ser aproximado en la medida en
que se · correlacionen' las distintas perspectivas con las que se ha analizado el objeto y se ajusten las deforma-
ciones introducida.$ por los esquemas de asimilación e interpretación generados por los investigadores. Piaget J.:
• La situación de la ciencia del hombre en el sistema de las ciencias·, en Piaget, J. Mackenzie, Lazarsferd y otros:
Tendencias de la investigación en las ciencias sociales. Buenos Aires: Alianza-UNESCO, 1982. También evaluare-
mos la cuestión a la luz de los razonamientos abductivos. Por el momento es importante instalar una idea muy
fuerte que exige este cuestionamiento, a saber: que la observación depende de la teoría, de los códigos con que
contamos para hacer inteligible lo real.
Capit ulo IV El marco teOrico t S9
cuándo ésta es m3yor a la esperada o cuándo una pelota es "buena" o es "mala''. Hay un acuerdo
i11ters11bjetivo -social- acerca de cómo conceptualizar lo real. Es lo que les permite admirarse,
asombrnrse, indignarse, decepcionarse de los hechos. Casi todos ellos nos darían una j ustifica-
ción coincidente de su exclamación y todos podrían discutir largamente sobre los hechos en un
programa televisivo llamado Tenis de primera. Mientras tanto, yo no serla capaz de verlos -aun-
que repitieran la imagen grabada cien veces- hasta tanto no compartiera las teoría.~ -los códigos-
con ese público. Podemos agregar aun que si un físico expresara la trayectoria d e esa pelota en
una fórmula, lo que tales signos expresarían no serla evidente para el público d el estadio pero si
para otros físicos. Los hechos - para el público conocedor, para mi, para el egipcio y para los í!-
sicos- dependen de manera directa del campo de conocimientos compartidos. Y esos conoci-
mientos están en la mente de las personas que miran los sucesos d e In ca ncha. Las distintas con-
ceptuafüaciones sobre el mundo permiten a los sujetos trascend er la inmediatez incognoscible
de lo real y conectar la experiencia común creando un todo significativo.6 No es posible percibir
ni pensar lo real en sL Lo absolutamente singular, para lo cual no hay un concepto construido,
carece de significación y por eso mismo es ininteligible. Lo que generalmente llamamos realidad
o hecho es un acuerdo compartido -consenso intersubjetivo - acerca d e los códigos. Luego, por
supuesto, cada quién tendrá su opinión sobre los hechos, nuestra vieja conocida: la subjetividad,
que es el sentido que cada sujeto individual otorga a los hechos.
Para resumir. El /1echo es intersubjetiv,:>: un acuerdo social acerca de los códigos. La opinión
es propia de cada sujeto, como lo e.~ el sentido -significado subjetivo - que cada uno atribuye a los
hechos. La realidad -conjunto de hechos- tal como cotidianamente la concebimos, es un produc-
to complejo que eme.rge en el encuentro entre lo que e.-<lste independientemente de cualquier su-
jeto -lo real incognoscible-, los códigos socialmente consensuados por una comunidad determi-
nada para hacerlo compren sible y significativo, y el sentido que cada quien le atribuye. La obje-
tividad -ausencia de sujeto- es una noción irre.l evante para la comprensión de nuestra relación
de conocimiento con el mundo.
6 lbid.
Capítu lo IV El marco teórico 161
a todos los avatares de cualquier institución- ha sido edificada sobre un argumento altamente
persuas ivo: la rigurosidad del proceso de conceptualización científico basado en su carácter cri-
tico, metódico y confrontable. En palabras de Walter Wallacc:
Nos gustarla poder decir de cada enunciado de información científica [...] que representa una
imagen imparcial del mundo. No la imagen personal del mundo de un científico dado, y en último
extremo ni siquiera una imagen humana del mundo, sino una imagen universal que representa el
modo en que el mundo realmente es, sin considerar el tiempo o el lugar de los acontecimientos ob-
servados y sin considerar ninguna caractcristica distintiva del observador. Claramente esta objeti-
vidad incorpórea es imposible para seres finitos, y nuestra aproximación más cercana sólo puede
ser el acuerdo entre científicos individuales. Los métodos cienlificos coostituyen las reglas median-
te las cuales se alcanza el acuerdo acerca de imágenes especificas del mundo.7
biw faha una teoría que suponga la posibilidad, la necesidad y la importancia de observar algo
inaccesible al ojo humano. Como dice Bachelard, el i11srrumento de medida siempre termina por
ser una teoría, y Ita de comprenderse q 1,e el microscopio es 111111 prolongaci611 del esplritu más que
del ojo.'
~ Bachelard. G.
La formación del espirirv científico op. cit.
,o Nos hemos referido a los enuncíados ob5ervacionales en el capl1ulo 2.
, , Bourd1eu. P. y Wacquant. L. Respuestas: por una Mtropologla reflexiva. México: Grijalbo, 1995.
Capltulo IV El marco teórico 163
El camino que arduamente nos trajo hasta aquí podria ahora felizmente culminar con un
nuevo conocimiento que anotaríamos en nuestro libro de cultura general, a saber: los enuncia-
dos observacionales s11ponen siempre una teoría y pueden ser tan precisos como lo sea ésta. No es
para eso, al margen de que alguien disfrute anotándolo, que nos adentramos en la espinosa cues-
tión de la relación entre hechos y teorías. Nuestro propósito es analizar las implicancias a la ho-
ra de hacer una investigación concreta de la dependencia que los hechos tienen de la teoría. Las
implicancias a la hora de contrastar empíricamente las Jiipótesis ele la dependencia que los liechos
que observaremos tienen del marco teórico de la investigación.
12 Chalmers. A. ¿Qu~ es esa cosa llamada ciencia? Madrid: Siglo XXI, 1984.
Metodologfa d e la Investigación en organizacion es. mercado y sociedad
Para agregar un nuevo interrogante al original ejemplo que util izamos cw111do cono-i111,,_ ,·I
método hipotético deductívo:u si la hipótesis es que "Todos los metales se dil,11111, ,,,,, el calor" )
la consecuencia observacional deducid:1 lógicamente es "La olla de cobre que 1<:11~ 1• ..,, 111i m$a 51!
dilata ,011 el calor", el camino de fo co ntrastación consistiría en calentar la olla de co bre 1,·., 1,,·ri,
mentación) y observar qué ocurre. De esa observación surgirá el enunciado 11b<ervacional "b·
ta olla se dilató con el calor" o "Esta olla 110 si dilató con ti calor». Y será justamenic este enuncia-
do el que ofrecerá "el hecho'; "la experiencia neutra" para los empiristas, que d:1r:í a poyo empl-
rico -o no- a la hipótesis "Todos los metales se dilatan con el e.olor''.
Pero, claro, si resulta q ue la hipótesis es teórica y el enunciado observacional -el h~cho t1h-
servado - también es teórico ¿cómo podrla el cien tífico aceptar o rech azar una hipótesis?. ¿Cu;il
sería la experiencia neutral, plenamente o:,jetiva que le permitiría lograrlo?. He ahí la razón
central por la q ue el empirismo proc uraba mantener la distinción entre enun ciado ob$ervacio-
nal e hipótesis teórica aú n reconociendo que la distinción era d ifusa. Com o el mismo Nagel
afirmaba:
Es dudoso que haya un sentido riguroso que pueda ser asignado con \1tilidad a (3 palabrn "t1h·
servable"; y en la medida en que la distinción (entre emptrico y teórico) se hase en el C(llllrast~ ,·11-
trc lo que es observable y lo que no, 13 distinción patentemente no es nltida. u
4.2.7 ¿Cómo resolver la cues tión de la carga teórica de los hech os?
El mismo Hempcl, desde dentro del empirismo lógico, reaccionó contra la distinción teóri-
co-observacional que insistía en sostener Camap, y dividió el vocabulario básico de las teorías
en dos clases separadas y relativizadas a una teorla especifica. As!, una clase q uedó formada por
los términos con los que se describen los fenómenos a explicar, términos que consti tuyen el vo-
cabulario prete6rico: no corresponden en general a situaciones obse.rvables en sentido estricto, si-
no que a·men udo se introd ucen en la ciencia en el co ntexto de una teoría anterior. Los otros tér-
minos descriptivos usados en la teoría, en cambio, son los que ella introduce para llev:ir a cabo
la elaboració n teórica q ue da cuenta de los fenómenos preteóricamente descritos; ellos constitu-
yen el vocabulario teórico de dicha teoria. Según esta distinción, un término no es teórico o
prckúrico en sí, sino respecto de una teorfa especifica, y, por tanto, un término puede ser pre-
teórico en una teoría y teórico en otra.
Fue Popper quien primero expresó de forma explícita el componente teórico de la base em-
pírica de rnntrastaci6n, lo que después se denominará carga teórica de los ltecho5. Popper es uno
de lo~ mayores críticos de las tesis centrales del empirismo lógico. El principal punto de desa-
rnerdo tiene que ver con la epistemologla de la contrastación: frente al confirrnacionismo y la
lógica inductiva 15 de Carnap y Hempel, de los que fue el primer y más severo crítico, Popper de-
fiende una lógica d.: la refutación, de la que nos ocuparemos en el capitulo S. Pero hay otro pun-
to de di~en~o que tiene que ver con nuestra actual discusión: su declaración de que en la deter-
m inaciún de la base de contrastación de "los hechos" interviene un conocimiento de fondo que
los cient!ficos aceptan previamente. Al someter a prueba una teoría, señala, no sólo in tervienen
en ellas las condiciones iniciales y los supuestos auxiliares sino también cierto conocimi~nto de
fondo sobre los hechos singulares. Este conocimien to de fondo, que "contiene" lo que·se acepta
como hech os, se puede considerar constituido por teorías de bajo nivel que se aceptan corno al-
tamente corroboradas y que no entran en el juego de la contrastación. Y no entran en el juego
por decisión -no necesariamente consciente- de la comunidad científica. Esta idea pone de ma-
nifiesto lo que se denomina la carga teórica de los hechos.
Hacia el final del siglo XX, en la década del setenta, se va instalando el consenso de que los
enunciados observacionales, y por tanto los datos, como casos particulares de enunciados de ob-
servación, son teóricamente construidos, y por tanto son un tipo de enunciados teóricos dife-
rentes en algún sentido (que no tiene que ver con la distinción teórico observacional) a los enun-
ciados clásicamente llamado teóricos.
Puede decirse que los científicos han encontrado una estrategia que resulta productiva para
evadir el atolladero que implica la no diferenciación entre enunciados observacionales e hipóte-
sis teóricas que consiste en aceptar que los enunciados observacionales son teóricamente cons-
truidos, pero no a partir de la hipótesis teórica que se va a contrastar. No hay -en general- una
autojustificación inmediata de cada teoría, pero sí un círculo global autojustificativo en el con -
junto de la ciencia.
Feyerabend, por ejemplo, sostiene que la descripción de los hechos depende siempre de una
teoría, aunque en general no de la que se contrasta. El significado de los enunciados observacio-
nales está determinado por las teorías con las que están .relacionados y no son significativos a
menos que se hayan relacionado con las teorías:
La interpretación de un lcog\laje de observación está determinada por las teorlas que usamos
para explicar lo que observamos, y cambia ta n pronto como estas teorías cambian.16
Kuhn -como también veremos en el capítulo 5- sostuvo por su parte q ue las teorías contie-
nen elementos que determinan el contenido de la experiencia y que defensores de teorías dife-
rentes viven en mundos expe.rienciales difer~ntes. También Lakatos apuntaba en la misma direc-
ción cuando afirmaba que en la contrastación no comparamos la teoria con hechos neutros, si-
no con ot~as teorías más básicas presupuestas por los hechos. ·
4.2.9 La teoría suscita con sus conceptos y proposiciones los hechos que permitirán contrastarla
Para resumir, las teorías emplricas pretenden, a partir de una elaboración teórica, dar cuenta
de un aspecto de la realidad. Esos m ismos aspectos, u otros nuevos del m ismo tipo, constituyen
el ámbito de experiencia sobre el que la teoría hace predicciones y se somete a contrastación. Lla-
memos a esos aspectos q ue constituyen el ámbito de experiencia y contratación de una teoría, la
base de contrastaci6n de la teoria en cuestión, sabiendo de antemano que la base de contrasta-
ción no implica que observaremos "lo rea.l en sí", sino que observaremos b realidad ,conjunto
de hechos- que se han defin ido como observables en la teoría de que se trate. Por un lado, fenó-
menos emplricos en virtud de la teoría que los susci1a, observables a los que no se puede acce-
der sino contando con la teorla en uso: concep tos T-teóricos. Por el otro, conceptos T-no teóri-
cos, es decir, teorías de bajo nivel o muy contrastadas previamente.
Por ejemplo, un acto fallido es un observable en la teorla psicoanaUtica, un concepto T-teóri-
co de esa teorla. El aspecto de la realidad del que se quiere dar cuenta es una persona que cuan-
do se dispo ne a decir una cosa dice otra (hacer esta descripción nos exigió recurrir al conoci-
miento de fo11do, T-110 teórico, sobre los hechos singulares; teorlas de bajo nivel que no entran en
el juego de la contrastación tales como la definición de qué es una persona, cuándo está hablan-
do, cuándo se equivoca, que las personas tienen voluntad de decir determinadas cosas, etc.). Ese
aspecto de la realidad es un acto fallido -un observable- en virtud de una teoría que establece
que la ps,ique hu mana está escindida en un sistema consciente y otro inconsciente separados por
la barrera de la represión.As!, un ado fallido es una "formación de compromiso" entre lo incons-
ciente reprimido que pug¡¡a por pasar a la conciencia y la acción de la represión que se lo trata de
impedir. El acto fallido es un observable para quien cuenta con la teoría que lo suscita como tal,
la teoría psicoanalitica. Si alguien, en cambio, observara ese aspecto de la realidad contando, di-
gamos, con la teoría del reforzamiento de Skinner, diria que "la equivocación" expresa la fatiga
del sujeto, y no lo inconsciente reprimido, simplemente porque d esde la perspectiva de Skinner
el inconsciente no existe.
Todo ello -insistimos- no significa que la equivocación sea en definitiva "lo que ocurrió en si';
pues quedó dicho: el enunciado "el sujeto se equivocó" es un hecho que en tanto tal supone una
teorla.
Aplicado a la investigación que estamos realizando: la experiencia ,Je lo real que podamos te-
ner será tributaria de los lreclios q ue nuestra propia teoría suscite con sus conceptos y proposiciones.
De eso se tra tará el marco teórico de nuestra investigación.
Hay que reconocer ya que la noción d e teoría que hasta aquí utifüamos fue deliberadamente
imprecisa. La razón de ello era poder concentrarnos en la naturaleza construida de los hechos,
en la imposibilidad de establecer enunciados observacionales libres de teoría y en la consecuen-
te necesidad de elaborar un marco teórico que suscite los hechos de la experiencia con los que
poder contrastar nuestras hipótesis de investigación.
Ha llegado el momento de avanzar unos pasos mas en la definición del término teoría aun-
que al pretender hacerlo el suelo comience a tornarse resbaladiro pues, como sabemos, no hay
una sola forma d e entender qué es una teoría y cómo llega a considerársela científica; distintos
enfoques epistemológicos (algunos de los cuales conocimos en el capítulo 2) conciben de dife·
rentes modos la lógica de la elaboración teórica, así como los métodos con que esas teorías se va-
lidan, es decir, los requisitos que deben cumplir para que puedan ser consideradas científicas. En
los párrafos que siguen, intentaremos responder a la pregunta qué son las teorías, y conocere-
mos algunos tipos de teorías que nos afrezcan algún apoyo en el momento de concebir una teo-
ría del objeto en la investigación que estamos realizando.
La palabra teoría es de origen griego, y en ese idioma significa visión. Teorizar significaba ver,
contemplar. Los griegos concebían el mundo como un cosmos ordenado de formas; para ~nten-
derlo, había que aprender a verlo, a contemplarlo. La capacidad teórica residía en la agudeza de
la visión. El térmi no teoría en su acepción gr iega, en especial en Platón, tiene una connotación
que va más allá de la simple visión para referirse a una 1(isió11 de conjunto, a una mirada compre-
hensiva de la realidad. ·
As!, podemos decir que las teorías cumplen con la función de, penetrando más allá de lo in-
mediato y lo visible, establecer relaciones para coloca.r los fenómenos observables en un n uevo
y más amplio contexto. En este sentido, la teoría puede concebirse como una estrategia parq, la ex-
plicación científica.
Hemos considerado detenidamente en el capítulo 2 distintas estrategias para la explicación
cientlfica. Los tipos de explicación que entonces describimos,18 aunque no agotan todos los ti-
pos de explicaciones que los científicos pueden elaborar, representan las estrategias explicativas
que se han aceptado más clásicamente y, aunque algunas de ellas han sido fuertemente cuestio-
nadas todas continúan en gran medida vigentes en la formación y en la práctica de los científicos
,, l\unque mencionaremos en este capítula algunos de las efectos de la concepción comprensivista de las teo-
nas sobre la lógica del marco teórica, subrayemos que cada vez que tratarnos a la investigación cualitativa am-
pl,amos la noción d e teoría según la entiende dicho enfoque. Remitimos al lector interesado en esa perspectiva
de 1~, teorfas al capitulo 2 y a la parte IV de este libro.
Capitulo IV e1 marco teór ico 169
encontrar las razones por las cuales los hechos sociales en determinado contexto ocurren de
cierta manera y no de otra.
Figura 4.3 Teorías como explicaciones hipotéticas. Representación abstracta, explicativa, gene-
ral, sistemática, socializada y contrastable
HIPÓTESIS
CONTRASTACIÓN
En efecto, una teoría es un esquema conceptual que el investigador postula para explicar los
fenómenos que lo inquietan y las relaciones que existen entre ellos, con el objetivo de reunir de
este modo, en una estructura única, conceptos, regularidades, conjeturas y observaciones prove-
nientes muchas veces de campos diversos.
Sistema axiomático
20 No debe confundirse proposición con oración. La oración es un vehículo de la proposición: distint as oraciones
pueden expresar la misma proposición.
21 No d11be confundirse término con signo. Por ejemplo, puede utilizarse los signos azul o bleu y en ambos ca-
sos se trata del mismo término. Adem¡\s, un mismo slgno puede expresar diferentes términos, por ejemplo: el
gato para cambiar una cubierta y el gato como mamffero que maúlla. El sillón presidendal y el sillón de Rivada-
via son un mismo término, como lo son el nombre Leonardo Da Viaci y la descripción singular el creador de la
Gioconda.
Capítu lo IV El marco teórico 171
Los teoremas no contienen información nueva, sólo hacen explicita la información conteni-
da implícitamente en los axiomas. Los principios metodológicos que deben cumplir los axiomas
son los siguientes:
Teorema J: A = C
Teorema 2: A + C = 2B
Los teoremas no agregan información a la ya proporcionada por los ruóomas, pero permiten
descubrir relaciones que en los axiomas no resultaban evidentes. Aunque nuestro ejemplo es
muy sencillo, cualquier cstudfante recordará con alegría o con espanto los teoremas que debió
aprender en el colegio secundario en los que la cadena deductiva resultaba más larga y menos
evidente que la que recién propusimos.
El problema para las ciencias empíricas es que el científico tiene, además de las exigencias deri-
vadas del sistema axiomático, las que derivan de su vinculación con el m1mdo real o, como dijimos,
con algún a,specto científico del mismo que pretenden describir o explicar. Considerando esta pe-
culiaridad de las teorías empíricas, ¿cómo debe asumirse este hecho específico en el análisis d e las
mismas? Una respuesta a esta pregunta es: considerando a la.s t-eorfas como cálculos interpretados.
72 Me-todolo!lfcl de I¡, lnve!ili9acion en 019anlzacione\ , mt,cado y soc1,d1d
22 Carnap, R. Fundamentación lógica de la física. Buenos Aires: Sudamericana. 1969. Recordemos que Carnap es
empi1ista lógico. nosooos aiticamos los supuestos l'mpiristas que entienden la distinción teórico, empírico como
una cualidad que es propia de las entidades de;ignadas. Veremos, en cambio, que es el investigador quien defi-
ne a qué habr~ de considerar un referenie empírico en el marco de su teorla.
n Klimovsky, G. e Hidalgo. C. op. dt.
Capltulo IV El marco teórico 173
- (a) S iempre que comienza el ciclo lectivo aumenta la facturación de las empresas de trans-
porte piíblico. ( Generalización emp[rica Nivel Il).
- (b) El año próximo cuando comience el ciclo lectivo, aumentará la facturación de la línea
60. (Proposición emplrica o enunciado observacional Nivel I) · ·
Al hacer esta inferencia, pasamos de una generalización empírica a una proposición empírica
o enunciado observacional, deducción que no presenta problemas lógicos porque ambas propo-
siciones son empíricas, de modo que se deduce el caso particular (b) de la generalización em-
pírica (a).
Pero las cosas ,son muy diferentes si, en lugar de pretender pasar del nivel II al nivel I, que-
remos pasar del nivel In al nivel ll o al nivel l . Sucede que no hay ningún modo lógicamen-
te válido de pasar de una proposición teórica a una generalización empírica o a un enuncia-
do empírico pues de una proposición teórica no puede deducirse ningún enunciado obser-
vacional.2•
Para salvar esta situación y hacer contrastables las teorías -es decir, lograr la validez. em-
pírica de sus afirmaciones-, la solución ideada fue la creación junto con el sistema axiomá-
tico abstracto, de otro elemento que C."q)rese la conexión de dicho formalismo con "situacio-
nes de la experiencia". Los elementos en cuestión vinculan los términos del sistema teórico
con términos que refieren a objetos, propiedades o relaciones definidas como directamente
observables. A esos "enunciados conectores" se lo~ ha denominado de varios modos: propo-
siciones puente, reglas de correspondencia, definiciones coordinativas, enunciados interpretati-
vos, postulados de sig11ificaci611, diccionario o definiciones operaciotiales. Su función es propor-
cionar interpretación empírica al cálculo axiomático que, por sí mismo, está vado de conte-
nido empírico.
Las teor(as empíricas son, pues, cálculos axiomáticos interpretados empíricamente a través de
esos enunciados que conectan el sistema teórico- en el que se postulan las explicaciones cientí-
ficas- CO? el sistema operacional - que indica cómo identificar los términos y relaciones del sis-
tema formal en el mundo de la experiencia-. Las proposiciones puente brindan las reglas de co-
rrespondencia entre un sistema y otro.
Lo que hace e1 cientffico cuando elabora una teoría, entonces, es concebir ciertas proposicio-
nes como axiomas o postulados primitivos;25 cl resto los deriva de ellos por deducción: son los
teoremas. Ambos tipos de en unciados expresan el comportamiento de las en tidades teóricas y co-
rresponden en un sistema hipotético deductivo a las proposiciones fundamentales postuladas
por el investigador sus derivadas.
24 Recordemos nuestra exposición sobre el método inductivo en el capítulo 2. Quedó establecido entonces que
no hay un modo lógicamente vAlido de pasar de "n• enunciados observacionales a una generalización empíri-
ca o a un enunciado teórico: por más que se observen objetos caer. nunca podrá inferirse validamente que to-
dos los objetos caen, y mucho menos se desprenderA de esa observación una hipótesis teórica como la que for-
muló Newton. Redprocamente -y es ef caso que nos ocupa ahora-, tampoco se puede hacer el camino inverso,
a saber, pasar de una proposición teórica a una empírica.
2s En los próximos apartados de éste mismo capítulo pensaremos de qué manera se Dfiginan estos postulados
primitivos.
C apltulo IV El marco teórico 175
Teoría
Sistema teórico
Sistema operacional
Empiria
La proposición del ejemplo es de Nivel III, una propo~ición teórica postulada por el investiga-
<!or como axioma. Una teorla puede desarrollar constructos como ambigüedad del rol o estrés la-
boral y vincularlos luego en proposiciones que a su vez se relacionan con otTaS proposiciones. Pe-
ro tanto el concepto de rol como el concepto de estrés aluden a entidades teóricas. No hay un mo-
do lógicamente válido de transformar esa proposición teórica en consecuencias observacionales
de nivel I, que son en definitiva el único tipo de proposiciones que puede ser contrastada empí-
ricamente. Podemos -eso si- hacer deducciones, también teóricas, de esos postulados básicos.
Ejemplo de proposición teórica derivada (Teorema)
A medida que las proposiciones se van derivando unas de otras, se pueden elegir de entre ellas
unas que habrán de correlacionar los términos teóricos con los términos empíricos (puede a estos
últimos llamárselos indicadores,26 pues indican justamente qué observable se co rrelaciona con el
término teórico). Es tarea del investigador encargarse de es tablecer esas reglas de corresponden-
cia al elaborar el marco teórico.
Veamos algunas proposiciones puente que podrían ser introducidas en nuestro ejemplo:
"La ambigiiedad del rol se produce cuando el empleado no tiene claridad sobre· IM obje-
tivos del trabajo que realiza)' sobre el alcance de.ms responsabilidades i11dividt1ales."
"El estrés laboral genera a11sentismo, baja productividad, alto í11dice de accidentes y de
rotación de personal, antagonismo e insatisfacción en el trabajo."
Así, la ambigiiedad del rol y el estrés laboral se relacionan con entidades observables q ue puc·-
den ser constatadas en la realidad. Una vez enunciadas las relaciones entre términos teóricos r
términos empíricos, ya p ueden formularse enunciados de Nivel I, como:
"La muestra de trabajadores a la que se le presentan objetivos específicos y explícitos de
tarea individual registrará menores índices de ausentismo y de accidentes que la muestra tic
trabajadores a la que no se le presentan los objetivos de tarea individual de manera explíci-
ta y especifica''.
El marco teórico de la investigación dará las pistas acerca de cómo averiguar si el trabajador tie -
ne objetivos explicites y espeóficos (por ejemplo revisando la descripción del puesto, o preguntan-
do a los propios sujetos con un cuestionario, etc_) y para saber si se ausenta o accidenta (habría en
el marco teórico definiciones acerca de qué es el ausentismo, y cuándo se lo considera significati-
vo, dónde se registra-por ejemplo en los departamentos de recursos humanos-, etc). El enunciado
teórico se ha hecho contrastable empíricamente con el auxilio de las proposiciones puente.
La estructura de las teorías corno cálculos interpretados relaciona, entonces 4 tipos de ele-
mentos:
Hasta aquí nos hemos referido a las teorías como sistemas hipotético deductivos y específica-
mente, como un conjunto de relaciones entre conceptos abstractos o cálculos axiomáticos incer-
pret11dos empíricamente a lravés de enunciados que c;onectan los términos abstractos con situa-
ciones definidas como de observación directa.21
Aunque recurrimos a este esquema porque en nuestro curso introductorio contribuye a lograr
Mu ,, o tt C'l r,,:o 177
sistematicidad en la construcción del marco teórico, no debemos dejar de aclarar que ya d mis-
nw Hempel consideró que caracterizar una teoría empírica a través de su reconstrucción axiomá-
tica es problemático: lleva a cree r que la teoría en cuestión es idéntica a su esque ma axiomático.
Ello no debe pensarse as!, pues siempre hay varias axiomatizaciones posibks para una teorín, y
n inguna expresa mejor que otra la naturaleza de la teoría en cuestión. Una teoría n o se puede
identificar sin más con un sistema específico de enunciados dotados de cierta estructura o siste-
matización, porque ésta siempre es más que lo q ue llega a expresar un conjunto específico de
axiom'11i, teoremas y enunciados puente.
A la concepción axiomática de las teorías se le puede an teponer una gran variedad de nuevos
enfoques epistemológicos, que resultan más ricos en la medida en que son más inclusivos y par-
ten de criterios más amplios en tomo a lo que es la ciencia y el conocimiento en general. Desde
algunas de esas nuevas perspectivas, contrariamente a lo q ue plantean quienes sostienen que las
relacio nes teóricas deben necesariamente contar con correlatos fisicos (como Carnap) o quie nes
indican que las mismas están ya establecidas en el lenguaje ordinario (como Hempel), el inves-
tigador trabaja con modelos que operan con un lenguaje especial - de segundo orden- un met<l -
/cnguaje. La experiencia y la evidencia empirica son subordinadas, de esta forma, a la estructura
general del discurso y, asi, la ciencia es visualizada como un sistema conceptual. Stegmüller afir-
ma que la ciencia cuenta con términos teóricos inobservables que « • . • ,10 tienen adscritos predica-
dos en munciados observacionales, sino sólo en enunciados teóricos''.28 Dicho de otra manera, un
concepto puede no tener -ni requerir en m odo alguno- referentes en el mundo real y aún así te-
ner sentido. Ciertamente, ocurre que un concepto puede ser dotado de sentido por referencia a
ese mundo real, pero seria erróneo considerar que el sentido depende exclusivamente de la refe-
rencia, pues puede haber sentido sin que exista referencia en el m undo real. No es adecuado con-
cebir -y lo hemos señalado en el com ienzo de nuestra discusión sobre la relación entre hechos y
teorías - a lo real coincidiendo plenamente con lo sensible. Si asi fuera no quedaría abierta la po-
sibilidad de que el carácter observacional de un predicado -su referencia al mundo real - varíe
de acuerd o a la presencia de entidades diferentes según las proponga cada teoría.
La preocupación, no obstante, de quien se propone realizar una investigación empírica es có-
mo elaborar una teoóa del objeto que sin circunscribirse sólo a casos individuales o simplemen-
te banales, sea controlable, pues no se trata tampoco de i;onstruir una rica y compleja respuesta
teórica al proble ma de investigación que permanezca en el plano de los ensayos argumentativos.
Ante esta legitima preocupación, distintas perspectivas epistemológicas se han propuesto -y
aún lo hacen- concebir el mejor método para elaborar teorías, y aunque escapa ea mucho a
nuestros objetivos considerar esa diversidad nos ayudará tener presentes las palabras con que
D avid Willer introduce su "Método de construcción de teorías mediante modelos": 29
Por supuesto d uso eficaz de éste método teórico (o quizás de cualquier otro que persiga una fi -
nalidad similar) depende del pensamiento imaginativo, la capacidad y aun la suerte de quienes lo uti-
lizan. Hoy no es posible ofrecer un recetario de instrucciones que, si se siguen al pie de la letra, con-
ducirán a una teoría eficaz. Ciertamente nada de eso proponemos aqui. Por el contrario, seria de es·
perar que la sociología no necesitara de esas condiciones tediosas y restrictivas para llevar5e a cabo.
Las palabras precedentes • pensamiento imaginativo, la capacidad y aún la suerte- nos en-
frentan a otra cuestión que ha sido fuente también de apasionadas diséusiones entre los cien-
tíficos y filósofos de la ciencia y que intenta responder a la pregunta ¿Cómo se originan las teo-
rías, más allá -o más acá- de la coherencia lógica y la validez empírica que finalmente puedan
evidenciar?
30 Recordemos que las hipótesis fundamentales s:,n las que postula el investigador para dar respuesta al proble-
ma de.investigación. luego podr~ deducir hipótesis derivadas y consecuencias observacionales que seran verda-
deras si la hipótesis fundamental lo es. El problema de la ciencia es justamente cómo se originan esas hipótesis
fundamentales.
31 Ver capítulo 2. ítem 2.2.
Capítulo IV El marco t eórico 179
La evidencia de que no es cierto que los científicos inicien su labor con la observación de los
hechos y el papel necesario que los supuestos cumplen en la posibilidad misma de observar y de
guiar al investigador en la selección de aquellos elementos de la realidad que debe considerar re-
levantes, nos llevan a la segunda concepción acerca del origen de las hipótesis: el hipotético de-
ductivismo que invierte los términos de la relación entre observación y teoría: primero el inves-
tigador imagina las hipótesis y luego las contrasta.
Claro que ante esta evidencia la pregunta que necesariamente se nos impuso fue: si las teorías
preceden a la observación ¿de dónde surgen entonces las teorías?.
Para el empirismo lógico y para otras importantes perspectivas posteriores como la de Karl
Popper, la cuestión no merece mayores preocupaciones -no por lo menos para los hombres de
ciencia: no hay reglas de inducción generalmente aplicables por medio de las cuales se puedan
inferir hipótesis o teorias, no hay, en realidad, método alguno que permita crear hipótesis siste-
máticamente. Lo único que el investigador puede hacer con las hipótesis que se le ocurren es tra-
tar de validarlas.32
a. Contexto de descubrimiento: incluye todas las cuestiones relacionadas con los proce-
sos históricos, sociales, económicos, culturales o psicológicos por los cuales a un científi-
co se le plantean ciertos interrogantes y se Je ocurren determinadas hipótesis.
b. Contexto de justificación: se refiere a todas las operaciones relativas a la validación del
conocimi~nto: a qué procedimientos de contrastación sistemática debe someterse una
idea nueva antes de ser aceptada como conocimiento cientifico.
No en vano se han comparado ambos contextos con un proceso judicial: por un lado hay que
averiguar cómo ocurriero n los hechos -contexto de descubrimiento. Pero ningún juez puede
condenar a alguien simplemente por enterarse de qué y cómo paso. Existe una compleja tráma
legal que establece la val idez de las pruebas y, por muy seguro que pueda sentirse el magistrado
acerca de la inocencia o culpabilidad de un sujeto, sólo lo condenará o absolverá en función de
la validez de la prueba.34
Aunque muy difundida, distintos pensadores desconocen o abiertamente rechazan esta dis-
tinción entre contexto de descubrimiento y contexto de justificación porque consideran que en
la práctica es imposible separarlos. Muchos de quienes sostienen esta postura dicen que en el
proceso mismo de concebir una hipótesis el investigador piensa ineludiblemente en la manera
de poder validarla. Pero existe una objeción a esta separación de contextos que es aún más seve-
ra y que afirma que nos conduce a olvidar, a desconocer un factor tan central como desconcer-
tante: por qué unas hipótesis resultan más elegibles que otras, qué hace que el investigador pre-
fiera una teoría a otra para situarse ante lo real, siendo. infinitas las posibles alternativas, por qué
-y esto es lo verdaderamente desconcertante- habría de darse esta frecuencia de "aciertos" en la
predicción, habiendo tantas chances de fracasar.
35 En Ferrater Mora, J. Dkxionario de filosofla. Barcelona: Ariel, 199~. Cambiamos las palabras "saco" por "bol-
sa· y "judías" por "porotos·, para evi tar palabras que no son de uso CO((iente en el lenguaje del estudiante ar-
gentino y pueden interfe<ir en la comprensión del p~rrafo.
C apltul o IV El marco teórico 181
abducción, retroducción o inferencia hipotética. Ésta se propone como una alternativa que refleja el ne-
cesario ir y venir que se establece entre la teoría y la empiria en la instancia d e cualquier explicación.
Si la inducción supone contar con un número x de casos particulares en una conclusión que
estableda mm probable ley general, y la deducción aloja en la amplitud de su premisa al ejemplo
puntual, la abducción tiene en sus premisas un hecho a explicar (el caso) y un sistema de referen -
cia al cual el hecho -caso - pueda ser referido (marco teórico o de referencia); la conclusión será
la explicación o h ipótesis que formulamos para explicar el hecho. Para aclararlo tomemos el si-
guien te ejemplo de C.S. Peirce desarrollado por Ferrater Mora:35
Si entro en una habitación donde hay varias bolsas que contienen diversas ciases de porotos, y
después de investigar el asunto descubro que una de las bolsas contiene solamente porotos blancos,
puedo inferir como probabilidad o conjetura razonable que, dado un puñado de porotos bbncos,
éste procede de la bolsa que contiene solamente porotos blancos.
Allí vemos cómo se arriesga una explicación, condicionad a por el contexto. Fuera de este con-
texto de bolsas, la regla hipotética adoptada carecería de per tinen cia, pues aquí surge que entre
las bolsas sólo una tiene nada más que porotos blancos. Si, en cambio, la mitad de las bolsas tu-
vieran exclusivamente porotos b lancos, ¿sería la misma la probabilidad de que el puñado corres-
pondiera al caso en cu estión? ¿tendría aquella hipótesis la misma fuerza explicativa, cuando le
fueron cambiadas las coordenadas que eran su trasfondo? Si cambian las reglas del juego, las
buenas jugadas pueden sin más transformarse en infracción . Desde este punto de vista, el con-
texto general en el marco del cual surgen las hipótesis de una investigación debe ser especialmen-
te tenido en cuenta para determinar su relevancia. Una hipótesis aislada no es significativa has-
ta tanto pueda ser relacionada con otros conocimientos o teorías, y el valor de una hipótesis es
mayor cuanto más sólidamente fundamentada en conocimientos previos se encuentre. La ab-
ducción se presenta com o una argumento débil pero que inclina nuestro juicio hacia una cierta
conclusión; opera como un esquema propicio para dar cuenta de situaciones o hechos insufi-
cientemente explicados.
Comparemos en el cuadro de la figura 4.6 los tres tipos de razonamiento como aparecen en
los escritos de Peirce,36 aplicados al ejemplo:
3G Peírce, Ch. s. Deducdón, Inducción e Hipótesis. Bs. As: Aguilar. 1970, p. 68.
82 Metodologla de la lnvestlgadón en organlzaclone ,. mercado y sociedad
Como el mismo Peirce advierte, idénticas objeciones a las que se han hecho respecto a ima-
ginar que la inducción descansa en la uniformidad de la Naturaleza 39 cabría repetirlas en lo con-
cerniente a la abducción. Aquí, como allí, tal teorla no sólo no explica en absoluto la validez de
la inferencia, sino que da origen a métodos para llevarla a cabo que son inaceptables desde el
punto de vista lógico: no hay equivocación mayor ni más frecuente en la lógica práctica que su-
poner como muy veroslmil que las cosas por el solo hecho de asemejarse entre s( sensiblemente
en algunos aspectos, se parecerán en otros. La verdad es que dos cosas cualesquiera se parecen
entre si tanto como otras dos cualesquiera, si se admiten semejanzas recónditas.4o
37 Si la irTegularidad A coincide, la irregularidad B coincide, ...la irregularidad ·n· coincide, entonces, todas la irre-
gularidades coincidirán.
3S Peirce Cti. S. op. cit.
39 Desarrollamos esta postura en el capítulo 2.
40 Como bien lo atestiguan los chistes del tipo: "-¿En qué se parece un elefante a una hormiga?" - "En que los
dos se escriben con H"; "-Pero elefante se escribe sin W; "Bueno, éste que yo digo se llamaba Hugo· .
Capitulo IV El marco leOdco 183
El camino de las ciencias parece seguir siempre en su desarrollo una dirección que como di-
ce Bachelard las lleva de lo figurado a lo propio, del lenguaje cotidiano a la pureza de una lengua
que corresponde sin ambigüedad a contenidos bien definidos, a operaciones rigurosamente delimi-
tadas. Al comienzo, siempre el saber es confuso, lleno de referencias ll lo vivido y a la práctica huma-
na, con analogías y metáforas, que constituyen obstáculos epistemológicos al conocimiento verdade-
ro. Es el primer estado del conocimiento. Después viene el estado coticreta abstracto, en el cual una
semi-abstracción se apoya en la intuición de esquemas geométricos y en los principios de simplici-
dad. Finalmente, aparece el estado abstracto en el que el espíritu acomete informaciones vol1mtaria-
me11te sustraídas a la intuición del espacio real, voluntarianfente separadas de la experiencia inn¡e-
diata e incluso en polémica abierta con la realidad primera, siempre impura, siempre infonne. El
primer esta.do es la edad metafórica, el segundo la edad de los modelos arralógicos, y la tercera la
edad en la que juega libremente el pensamiento puro.43 Vista desde esta perspectiva la analogía es
un obstáculo para el pensamiento y forma parte de la prehistoria del conocimiento cientHico.
No todas las ópticas acuerdan, no obstante, en denostar a la analogía y encuentran que sus
amenazas bien justifican el riesgo a cambio de las posibilidades creativa que ofrecen. Elí de Gor-
tari sostuvo que "la inferencia por analogía es el tipo de razonamiento más corriente, común y,
tal vez, el más útil ( ...) forma parte de nuestra manera de pensar. Continuamente estamos eje-
cutando inferencias por analogía para establecer posibles esquemas comunes de füncionamicnto
41 Sheptulin, A. La dialéctica como método de conocimiento. Buenos Aires: Cartago, 1983, p. 203.
42 Hanson, N. R. Patrones de descubrimiento: observación y explicación. Madrid: Alianza, 1977.
•J Bachelard, G. La formación del esplritu cientlfico. op. cit.
84 Metodologf.i de la lnvut19adOn en or9111nizaciones, mercado y socitd.>d
y construir metáforas explicativas. La analogía es uno de los procedimientos más fructuosos para la
formulación de hipótesis plausibles que, luego pueden ser sometidas a la prueba de la inferencia, o bien
pueden ser fundamentadas por razonamientos más estrictos. Por otra parte, la habilidad para descu-
brir analog!as es muy valiosa para desarrollar la imaginación racional y hacer avanzar el conocimien-
to. Más todavía, en la mayoría de los casos la analogía constituye la primera de las etapas que se reco-
rren en el camino que conduce al descubrimiento de lo desconocido, partiendo de lo conocido''.44
Sí resu lta o no la analogía en definitiva un obstáculo para la ciencia dificilmente podamos esta-
blecerlo ahora, pero sin lugar a dudas es un elemento presente en el desarrollo histórico del pcns.i -
miento científico. Un indicador de ello es el recu rso a la analogía que se encuentra en los modelos
de todas las ciencias (¿qué es en el átomo de Bohr el núcleo rodeado de sus clcctronei: sino una ana-
logía con el sol rodeado d e sus planetas?). Otro indicador de que la analogla acompañó siempre al
pensamiento cienlifico lo suministra el examen del léxico científico. La mayoría d e los términos
cientlficos tienen un origen figurndo: corpúsculo, particuia, campo, onda, energía, inercia, p olari-
dad, afinidad, reflejo, célula. Se trata de un problema de neología léxica: ¿cómo da el científico un
no mbre a una noción nueva? La analogía fanciona allí como un vinculo entre el antiguo sabe r y el
saber nuevo, en el que se inserta el concepto original. En muchos casos incluso el nombre de un con-
cepto cienttfico permite reconstruir, en parte, la historia de su constitución: indica las analogías que
han acompañado su nacimiento y lleva la huella de los diferentes modelos que le han dado su valor
descriptivo y explicativo; y si bien es cierto que permanentemente el concepto se modifica y se rec-
tifica, siempre lo hace re5pecto de un campo anterior, cuyos or!genes están ligados más o menos es-
uecbamente a los sentidos precicntíficos del término.45 Las analog[as cumplen un papel innegable
en la génesis de los conceptos cientlficos aunque los cientJficos continúen úis~utic:mlo el valor de in-
troducir el recurso a la analogía para el planteo de mejores hipótesis.
conclusión (que era sólo probabilidad con la inducción) y el aporte de novedad, de nuevo co-
nocimiento del que carece la deducción por encerrar siempre en su operación una tautología. La
abducción no se compara con la inducción porque esta última se produce sobre la observación rei-
terada de regularidades, nunca conectando consecuentes observados con antecedentes. Por otro la-
do, el consecuente no se conecta con cualquier antecedente sino sólo con aquel o aquellos más re-
levantes. Finalmente, la abducción no se confunde con la deducción porque la primera dice retros-
pectivamente (en relación a algo que ya estaba o que está ocurriendo), pero a la vez descubre y ex.-
plica. La deducción, en cambio, predice aplica o confirma a partir de algo que ya se sabe.
4.5 l os modelos
En la fi/osoflti de las ciencias, el término modelo ha logrado una gran aceptación y empleo. Attn·
que también es justo decir que ha causado sus recelos debido a los diversos sentidos en los que se em-
plea, frecuentemente nada claros,~5 e incluso opuestos. Para simplificar digamos que el núcleo de
los acuerdos coincide en que el modelo es una representación y el núcleo de los desacuerdos es-
tá en la definición de qué es lo representado: una conceptualización o la realidad misma. Consi-
deremos como ejemplo el modelo de ciclo de vida del producto y una breve reflexión de Lam-
bin que remite a éstas versiones contrapuestas del modelo que mencionamos:
1. Introducción: Etapa d e lento crecimiento en las ventas. No existen utilidades por los
¡,rrandes gastos de introducción del producto.
2. Crecimiento: El producto es aceptado y la empresa comienza a obtener utilidades.
3. Tu rbulencia: periodo de transición en el cual la tasa de crecimiento de la demanda to-
tal esta en desaceleración, incluso aunque esa tasa sea superior a la de la economía.
4. Madurez: Las ventas y el crecimiento se hacen más lentos ya que el producto ha cap ta-
do a la mayoría de sus compradores potenciales. Utilidades estabilizadas o declinando.
5. Declive: Período en el cual las ventas muestran un fuerte descenso y las utilidades desaparecen.
tnvutipcié-n
y &u.rrollo L.o<:......~ - - ' ----'---"'- ---=nc-..,-po-
Supongamos primero que el investigador entiende a los modelos como una representación de
la realidad. Esa expectativa, como no puede ser de otro modo en función de la complejidad de
la realidad resulta decepcionante y no es dificil perturbar las predicciones que se espera lograr
con su utilización. En el ejemplo que estamos analizando dice Lambin:
"El modelo de ciclo de vida no gozad, unanimidad entre los analistas de mercado y algunos reco -
miendan pura y simplemente el abandono del concepto. Varias criticas legitimas deben incitar a una
utilización matizada de este modelo: ( ...)una primera es que el modelo es tautológico, porque se apo-
ya en la tasa de crecimiento de las ventas para definir las fases del ciclo, las cuales son seguidamente uti-
lli.adas para prever las ventas, la segunda critica es el carácter determinista del modelo que po~tula la
existencia de una secuencia pred.efinida de fases en función del tiempo, ,ma tercera cri:ica es la diversi-
cúid de perfiles observados que no siempre rigue la curva ett forma de «s• propu1!5ta por el modelo:' 48
La tercera critica, j11stamente, es la q11e tiene que ver cc11 la expectativa frustrada de que el mo-
delo "refleje" la realidad.
Se observa en el ejemplo de la Figura 4.8 la falta de congruencia entre el perfil que propone
el modelo y muchos otros observados, que constituyen a su vez variaciones del modelo. Claro
que la existencia de tantas variaciones - reconoce Lambin - reduce la capacidad predictiva de to-
das. "¿Cuál se dará en mi caso?': se preguntará el profesional que recurre al modelo.
Pues como dice Bourdieu: "Es sólo a condición de negar la definición que los positivistas,
usuarios privilegiados de la noción, dan de modelo, que se le puede conferir las propiedades y
funciones comúnmente concedidas a la teoría.so
En otras palabras, el modelo es la configuración ideal que representa de manera simplificada la teoría
del objeto que el investigador ha ideado. En el ejemplo, como una teoría del ciclo de vida del producto.
En efecto Lambin inmediatamente agrega que
"más que una herramienta de planiñcación, el modelo de ciclo de vida del producto es un mar-
co conceptual a utilizar para analizar las fucnas que determinan el atractivo de un producto m er·
cado y que provocan su evolución. Los mercados están en movinúento porque algunas fuerzas
cambian, crean estímulos o presiones para el cambio. Porter llama a estas fucrz.as, los procesos de
evolución( ...) Son estas fue_rz.as iniciadoras del cambio las que conviene identificar y es en esto en
lo que el modelo de ciclo de vida del producto es útil."
( ...) Un modelo configura un marco conceptual que extrae conclusiones por medio de una de-
ducción lógica, estas conclusiones se comparan entre sí y con otros enunciados pertinentes, c.on el
objeto de hallar las relaciones lógicas (tales como equivalencia, deduct.ibilidad, compatibilidad o
incompatibilidad, etc.), que existan entre ellas.si
43 lbid. p. 260.
49 lbid. p. 262.
50 B0u1dieu, P. et al. op. cit. p. 41.
s1 Lambin, J. J. op. cit. p. 263 .
Capitulo IV El marco t eórico 187
Sin duda, se puede desigmir por modelo cualquier sistema de relaciones entre propiedades selec-
cionadas, abstractas y simplificadas, comtruido conscientemente con fines de descripción, de expli-
cación o previsión y, por ello, plenamente manejable;52
Figura 4.8 Rínk y Swan (1979) han identificado hasta doce perfiles diferentes para el modelo
de ciclo de vida del producto
..
-:
'
Con el modelo como marco conceptual, el camino más acces ible a las ciencias sociales
para predecir el comportamiento de sus variables sigue siendo el de la deducci ón de hipó-
tesis. Éstas pueden referirse a conjuntos de unidades (personas, grupos, productos) o a
atributos de los elementos (precio, productividad, recordación de marca) de tal forma, que
siempre podremos enfrentar situaciones con. conjeturas que nos hablan específicamente
acerca de cómo se distribuye un conjunto de unidades o elementos en un momento dado,
y de su relación entre si. Luego, podremos avanzar hacia la verificación de este enunciado,
recabando información observacion.al de los elementos empiricos involucrados en el
enunciado.
Asl como en la vida cotidiana un modelo -una maqueta, por ejemplo-, es una representación
de algo que existe en el mundo, algunos e11foques entienden a los modelos también como la repre-
sentación de algo que owrre en el mundo. Pero aquí no entenderemos al modelo como la repre-
sentación de ninguna cosa del mundo real. Un modelo, tal como vamos a utilizarlo en el con-
texto de nuestra investigación, se define como la configuración ·i dea l que represen ta de manera
simplificada una teoría . Dijimos que el marco teórico de una investigación concreta constituye la
mejor descripción o explicación que el investigador ha poclido elaborar acerca del objeto; enton-
ces, el modelo teórico de la investigación es aquél que representa de manera simplificada la teo-
rla del objeto que ha elaborado el investigador.
Esa será nuestra ambición como investigadores al elaborar un modelo: que represente de ma-
nera simplificada la estructura y funcionamiento del sistema de relaciones que estamos estu-
diando: el objeto de investigación.
Un modelo, entonces, es una construcción hipotética, imaginaria, creada a partir de un con-
junto de definiciones que representan a las relaciones estudiadas. En tal sentido, cada vez que
una relación o un concepto son incluidos en el modelo, esa inclusión debe atender a to dos los
niveles de fundamentación (ontológica, epistemológica y teórica), así como a las previsiones me-
todológicas y técnicas supuestas en el marco teórico.54
Utilizaremos al modelo como un m edio para comprender lo que la teoría intenta explicar, y
debe asimismo señalar con claridad el vinculo entre lo abstracto y lo concreto.
Durante su construcción, será necesario dejar afuera algunos aspectos o relaciones que se juz-
gan no esenciales, puesto que los modelos nunca son productos definitivamente acabados y
siempre pueden reconsiderarse. \"filler ss sostiene que un modelo no debe ser exhaustivo ni des-
cribir todos los aspectos de los fenómenos pertinentes; bastará con que cumpla en abstraer sólo
aquellas porciones de los fenómenos a los que suministra conceptos, omitiendo el resto como
inexplicable desde sus alcances.
1. Modelo básico: representa el conjunto de conocimientos con los que se cuenta pa-
ra plantear el problema, cuestionando lo que se conoce, procurando una. explicación
provisional a los datos disponibles y creando concep\os y relaciones que constituyan
posibles respuestas al problema. La función del modelo básico es clarificar el problema
y las hipótesis por eso el investigador utiliza todos los recursos que tiene a la mano pa-
ra elaborarlo: la revisión bibliográfica y documental -libros, revistas, diarios, internet-,
ideas propias, consultas con informantes, con otros investigadores, y hasta la inspira-
ción que pueda su rgir del arte o el deporte, la televisión o la naturaleza; el contexto del
investigador.
2. Modelo operativo: de las relaciones más abstractas que se han establecido se deri-
van las de reglas de correspondencia con el sistema operacional. Son las reglas de inter-
pretación que enlazan el modelo teórico con segmentos de lo real. La función del mode-
lo operativo es poner a prueba el modelo teórico mediante la observación y la experi-
mentación (con ayuda de las reglas de correspondencia qu e nos señalan qué "cosa'' del
mundo empírico es aquella que se corresponde con nuestro objeto o alguno de sus aspec-
tos). De ese modo, se hace "trabajar el modelo en la realidad''.
El marco teórico explicita en distintos grados el cuerpo de teorías, conceptos, referencias y su-
puestos en los que se inscribe el problema de estudio que se pretende abordar, pero no se redu-
ce a esta explicitación. Además, releva conocimientos existentes en el área que se va a investigar
(lo cual hace necesada una revisión bibliogrifica pertinente y actualizada) y e.s tablece los ante-
cedentes del problema (sin identificarse con un recuento histórico del mismo). El marco teóri-
co es además de todo lo anterior -y centralmente-, una teoría que describe o explica al objeto de
investigación, el sistema de relaciones por el que el investigador se interroga.
Si el marco teórico es básicamente una teorla -teoria del objeto- nos remitimos a lo dicho:
una teoría es una estrategia para la explicación y/o la comprensión científica. En general, la ló-
gica interna que el marco teórico adoptará en cada estudio estará determinada por el problema
de cada investigación. En consecuencia, y como lo hemos sefialado en el capitulo 3, al elegir una
modalidad de problematización habremos elegido al mismo tiempo alguna estrategia de expli-
cación / comprensión, y por lo tanto habremos elegido también una lógica para el marco teóri-
co. De tal modo, hay distintas formas de enarar el marco teórico en función de la divc.r sidad de
problemas que se pueden haber planteado y d e las diferentes maneras de concebir el rol de la
teorla en la investigación.
Asl, tal como dividimos a la lógica de las teorías en dos grandes grupos -las comprensivo / in-
terpretativas por un lado y las hipotético/ deductivas por el otro - así mismo la lógica del mar-
co teórico será la propia de cada uno de esos dos grandes grupos, con sus variantes.
En las investigaciones cualitativas, por ejemplo, como el investigador se interroga por el
sentido de la acción d e los sujetos, el marco teórico sólo recopila antecedentes y co ntextuali-
za el problema, proponiendo conceptos sensibilizadores que provean una referencia general:
nada más guía la aproximación al ca mpo. Desde ese enfoque teórico metodológico, las inves-
tigaciones tienen como objetivo generar teorlas relativas a situaciones especificas con un mo-
vimiento que es predominantemente inductivo, y en tal sentido requieren un desarrollo limi-
tado del marco teórico pues se espera que la teoría se vaya generando en el transcurso de la
inves ligacióo,56
Pero en cambio si los problemas se interrogan por relaciones entre variables, los estudios
adoptan esquemas que son fw,damentalmente deductivos y buscan la formulación y la con tras-
lación de hipótesis, entonces el marco teórico desarrolla una respuesta teór'ica al problema de in-
vestigación que será un entramado de hipótesis relacionadas del que luego se deducirán las hi-
pótesis a contrastar.
Pod emos comenzar a trabajar en la elaboración del marco teórico de nuestra investigación
subrayando que, como siempre, la investigación es acción y es producto: acción que desplega-
remos como investigadores y p roducto en el que los resultados de esas acciones se habrán de
exponer en el discurso del proyecto o del reporte final de la investigación. Nos ocuparemos pri-
m ero del proceso y para finalizar reseñaremos los elementos con que debe co ntar el producto
ya terminado.
S6 Ver en el capitulo 20 mayores precisiones sobre el marco teórico en la investigación cuali tativa.
Capítulo IV El marco t e órico 191
Las actividades a realizar por el investigador en el proceso de elaboración del marco teórico se
muestran en la figura 4.9
El marco teórico es el res.ultado del proceso de búsqueda de una respuesta teórica fundamen-
tada al problema de investigación. ¿Cuándo comienza ese proceso? Responder a esta pregunta de
manera amplia nos lleva al origen mismo de la investigación, pues las tareas de revisión biblio-
gráfica y documental que desde el inicio mismo de la problematización estamos realizando ya
expresan nuestros supuestos, intereses y conocimientos más generales, los que habrán de entre-
tejerse con los conceptos que con mayor precisión y claridad lograremos formular después de
leer, explorar, procesar y reflexionar acerca de las investigaciones ya realizadas y las teorías exis-
tentes en tomo al problema de investigación que hemos planteado.
José Arcadio Buendia pasó los largos meses de lluvia encerrado en un cuartito que construyó en
el fondo de la casa para que nadie perturbara sus experimentos. Habiendo abandonado por com -
pleto las obligaciones domésticas, permaneció noches enteras en el patio vigilando el curso de los
astros, y estuvo a punto de contraer una insolación por tratar de establecer un método exacto pa-
ra encontrar el mediodla. Cuando se hiz.o experto en el manejo y uso de sus instrumentos, tuvo una
noción del espacio que le permitió navegar por mares incógnitos, visitar territorios deshabitados,
y trabar relación con seres espléndidos sin salir de su gabinete. (...) De pronto, sin ningún anuncio,
su actividad febril se interrumpió y fue sustituida por una especie de fascinación. Estuvo varios dlas
como hechizado, repitiéndose a sí mismo en voz baja un sartal de asombrosas conjeturas, sio dar
crédito a su propio entendimiento. Por fin, un martes de diciembre, a la hora del almuerzo, soltó
de un golpe toda la carga de su tor¡nento. Los niños hablan de recordar por el resto de su vida la
augusta solemnidad con que su padre se sentó en la cabecera de la mesa, temblando de fiebre, de -
vastado por la prolongada vigilia y por el encono de su imaginación, y les reveló su descubrimien-
to: "-La tierra es redonda como una naranja."57
Es importante diferenciar estos dos tipos de materiales que a veces se confunden: una cosa son las
teorías sobre el objeto y otra es la evidencia emp!rica que aportan las investigaciones ya realizadas.
También conoceremos )as técnicas y recursos con los que cuentan los investigadores pa ra em-
prender una revisió n productiva de la literatura disponible
- Consultar una bibliografia del campo pertinente de estudio, si está disponible. Una bi-
bliografía es un libro que identifica los libros que son más citados en cada campo. El bi-
bliotecario o representanle del centro de documentación sabe si hay una bibliografia pa-
ra el área de nuestra problemática.
- Revisar la bibliografla citada que se encuentra al final de los libros, pues frecuentemen-
te se encuenlran allí los autores clásicos de cada área de conocimiento, los cuales pueden
identificarse por la frecuencia con la que son citados por diversos autores.
- Consultar los Indices de publicaciones periódicas con resúm enes o con listas de biblio-
grafia nueva sobre el tema particular. Las librerlas comerciales especializadas en distintos
campos suelen Lener boletines on lirie sobre novedades que pueden consultarse.
- Revisar las bases de datos de publicaciones sobre el tema de estudio. Tales bases de dat0s son nu-
merosas, por lo cual si no se tiene en claro qué se busca lo mejor es pedir ayuda al bibliotecario.
encontraremos investigaciones sobre el objeto tal como nosotros lo hemos concebido, sin
dudas existirán estudios relativos a aspectos parciales, a cuestiones similares o isomorfas
a las de nuestro interés. Los antecedentes se refieren específicamente a las investigaciones
ya realizadas en las que se lia obtenido evidencia empírica. Es decir, no hacemos aquí refe-
rencia a teorias sino que indagamos en el quehacer científico previo para conocer el pun-
to al que ha llegado el conocimiento sobre nuestro objeto al momento en que nosotros
lo abordamos. Se analizan de tal forma tanto las investigaciones que arrojan luz sobre el
objeto como también los puntos ciegos en los que no se encuentran estudios realizados
o lo establecido es evaluado como insuficiente o inadecuado por el investigador.
b. Ofrece al investigador formas específicas de vincular hechos entre sí o hechos con teo-
rías ya elaboradas. Por ejemplo si un investigador pretende comparar si la publicidad
gráfica genera mayor recordación de marca que la publicidad radial, no deberla recorrer
todas las teorías desarrolladas por ciencias como la biología o la psicologia a los fines de
conocer el funcionamiento de la memoria humana para seleccionar alguna pertinente a
su objeto de investigación. No es necesario ser un investigador experto para sospechar lo
inadecuado -e improbable- de inicfar una empresa de tal magnitud, como si cada nuevo
estudio surgiera en el vado y exigiera iniciar una investigación básica. El camino a seguir
es, naturalmente, buscar antecedentes de investigaciones sobre recordación en publicidad
espedficamcnte, y contar entonces con las teorias de la memoria a las que esos estudios
h,in recurrido previamente.
c. Aporta elementos para la identificación y/o formulación de variables, din1ensiones o
referentes empíricos de las variables de interés. Por ejemplo, se procura estudiar el "ries-
go percibido" por el consumidor a la hora de elegir una marca de lácteos. El investigador
se pregunta entonces "¿cuáles serán los aspectos asociados a la pe.rcepción del riesgo?"
Una forma de responderlo es intentar descubrir esos factores sin ayuda, o hacer quizás
una investigación exploratoria para identificarlos. Sin embargo, una adecuada revisión de
los antecedentes le ofrecerá los aspectos ya encontrados por distintos investigadores, con
los cuales podrá luego coincidir o no, tomar algunos aspectos y desestimar otros. En efec-
to, si consideramos los ejemplos de la figura 4.8, observaremos que el primer fragmento
del marco teórico nos muestra los frutos de la revisión bibiiográfica realizada por el in-
vestigador, donde ha identificado cistintas dimensiones de su variable de interés riesgo
percibido. Asl, mientras en una investigación se mencionaron dos dimensiones o aspec-
tos parciales de la variable, otros investigadores identificaron cinco dimensiones del ries-
go percibido asociado a una compra y un último investigador añade una sexta dimen-
sión. Evidentemente, el investigador que elaboró el marco teórico puede luego utilizar to -
das o algunas de esas dimension es de análisis, o no acordar con ninguna y considerar
otras, si es que tiene fundamentos para hacerlo. Lo que no es adecuado es ignorar los es-
tudios que hasta el momento se han hecho sobre el riesgo percibido y sus dimensiones.
En el ejemplo B de la figura, el investigador recoge para su marco teórico siete dimensio-
nes diferentes del significado del dinero. Luego será posible seleccionar algunos factores,
combinarlos o d irectamente rechazar todos, pero en cualquier caso estaremos constru -
yendo sobre lo que ya se hizo, y no recomenzando un camino ya transitado como si fué-
ramos los primeros.
Capftulo IV El marco ttórico 195
Ejempl o A
Variable de interés: riesgo percibido sa
Trad.ic!o~almen~e, el riesg? percibido ?ª
sid~ considerado como un concepto multidimensional y ha si-
do dividido en diferentes tlpos de pérdida o nesgo (Cox, 1967; JacobyyKaplan, 1972; Roselius, 1971). Cox
( 1967) identificó dos tipos de pérdida o dimensiones subyacentes al riesgo percibido: el riesgo financiero
o pérdida económica asociada a la compra de un producto y el riesgo psicosocial o frustración o in.satis-
facción que el consumidor siente con la compra realizada. Jacoby y Kaplan (1972) idcnci:ficaron cinco di-
mensiones del riesgo percibido asociado a unB compra: riesgo funcional, financiero, social, fisico y psico-
lógico. Roselius (1971) ailade una sexta dimensión, el riesgo de tiempo, entendido como u na pérdida de
tiempo y comodidad provocada por el fallo de un producto al tener que repararlo y sustituirlo por otro:•s9
Ejemplo B
Variable de interés: aaitud hacia el dintro 60
A través de un análisis factorial, este estudio les permitió distinguir siete dimensiones de s ignificado
del dinero: como un medio de vergüenza y degradación; como algo muy importante; como "nada
muy importante"; como un mal moral; como un medio de seguridad social, como algo socialmente
inaceptable y como .algo Intimo y personal" (Lea, 1987}
NOTA: Las citas no están referidas en la bibliografla porque tienen un fin meramente ilustrativo.
d . Previene errores: alerta sobre posibles factores o variables generadores de confusión que
han producido resultados carentes de validez en otras investigaciones.
e. Sugiere estrategias metodológicas: por ejemplo, estrategias de m edición, valores ya obteni-
dos, clisponibilidad de instrumentos, asi como referencias en relación a la elección de sujetos, se-
lección de la muestra y alternativas par a el análisis de los datos. (ver figura 4. 11)
Figura 4.11 Marco Teórico. La revisión de la literatura sugiere métodos, térnicas e instrumentos:
Ejemp!o6 1
El estrés, en términos generales, ha sido medido usando diversos métodos, técnicas y prncedimientos.
Entre los métodos encontramos cuestionarios, entrevistas y pruebas fisiológicas.
Dos de los métodos más usuales son:
a. La escala de rangos de reajuste social diseñada por Thornas Holmes y Richard Rahe en 1967. Estos
autores estudiaron los efectos clínicos de los principales cambios que ocurren en la vida. Como resul-
tado de sus estudios, pudieron asignar un valor numérico a cada uno de los eventos y establecieron
una escala. La escala de rangos de reajuste social se ha utilizado como una estimación aproximada del
grado de estrés que tiene una persona en el momento de constcstarla. La desventaja principal es que
esta escala no toma en cuenta la capacidad de la persona para afrontar el estrés.
b. La evaluación Michigan del estrés. Esta medida fue desa.rollada por French y Kahn ( 1962) e iden-
tifica las principales variables sociopsicológicas que ocasionan estrés.
NOTA: Las citas no están referidas en la bibliografia porque tienen un fin meramente ilustrativo.
Sll Adaptación con finesdidácticos. Original: http:/,'www.ma1',dng.ugr.es/encuentros.html (fecha de acceso 4 julio 2002].
59 Adaptación con fines didácticos. Original: http://www.acede.uib.es/sesion2b.htm1 [Fecha de acceso 4 julio 2002].
60 Adaptación con fines didácticos. Oñginal: http://www.rehue.c:sodales.uchile.cVrehuehome/facultad/publicaciones/
psicologla/vol6/psibib3 .html (Fe<lla de acceso: 2 de mayo 2001 ).
61 Adaptación con fines didácticos. Oñginal: http://www.uv.mx//liesca/Revista/página.htrnl. [Fecha de acceso 4 julio 2002).
)6 Metodología de la lnvestigadón e n organizaciones. me<cado y sociedad
1. Ficha bibliográfica: dedicada a registrar la información básica (título, autor, edi torial,
fecha de edición, etc.) de un libro, ensayo, artículo o periódico.
2. Fichas de trabajo: dedicada a registrar y consignar extractos o aportes completos, citas
textuales y resúmenes de libros, ensayos, a rtículos y p eriódicos.
H ay diferencias esenciales entre los dos tipos de ficha. Mientras en la primera d criterio se-
lectivo d ep ende, e n gran medida, de la existencia y disponibilid ad de los libros, artícul os od ia -
rios, en la segunda, la de contenido, debe op erar un criterio selectivo, fundamcn¡ado en los
62 Aunque en el apéndice de este libro presentamos otras que pueden ser también de utilidad.
Capítulo IV El marco teórico 197
objetivos de la investigación; en este caso, son los objetivos y los conceptos y variables en ellos
implicados los que guian qué debe observarse y los datos que han de registrarse, cuáles son per-
tinentes y cuáles no, qué información es principal y cuál es secundaria. Normalmente, los inves-
tigadores experimentados saben cuán útil es tener un fichero bibliográfico y uno de contenido,
formados durante varios años de investigación, para trabajar con seguridad y rapidez y, especial-
mente para generar nuevos proyectos de investigación.
A continuación, presentamos el formato de ambos modelos básicos.63 Pueden ser adaptados
al estilo y a los recursos tecnológicos propios, pero proporcionan un apoyo para la sistematiza-
ción de experimentada eficacia.
1. Ficha bibliográfica.
1. Autor: apellido, nombre
2. Título (siempre va subrayado)
3. Subtítulo (si lo hay}
4. Edición (si es la primera no se anota, se anota a partir de la segunda}
5. Número de volumen (si cuenta con más de uno}
6. Lugar (donde se editó la obra}
7. Editorial
8. Fecha
9. Número total de páginas
10. Colección o serie.
2. Fichas de trabajo
Una ficha puede contener un solo dato, (una fecha, un nombre, un acontecimiento, etc.) o
bastante información (desarrollo de un concepto, datos demográficos, resultados de una encues-
ta, un caso típico, una clasificación, etc).
Para saber qué inform ación debe regi.s trarse en una ficha de trabajo, en el momento de hacer
la anotación debe pensarse si esa información va a aparecer en un solo lugar o hay detalles que
se utilizarán en varios lugares del escrito; en el primer caso, se tratará de una única ficha; en el
segundo, será necesario hacer u na ficha por cada información que aparecerá en distintas partes
del escrito. ·
Regesto, asunto o tema de la ficha
El regesto es el asunto, tema o titulo del contenido de la ficha de trabajo. Debe ser breve e in-
formativo del contenido, para agilizar su ubicación.
Ejemplo:
En una investigación que se interroga sobre "La represent,1ción social del dinero en perso-
nas ahorradoras y gastadoras", los enfoques psicológicos acerca del dinero constituyen un
aspecto parcial y quizás secundario de la investigación. Podr!a entonces hacerse una ficha
como la que muestra la figura 4.12. En esa ficha se irán definiendo las distintas perspec-
tivas encontradas: conductista, psicoanalfrica, constructivista, etc. sobre el dinero.
63 Sólo pre5entamos los modelos básicos, aunque hay más en el Apéndice. al final del libro, junto con otros re·
cursos que pueden contribuir a la mejor realización del marco teórico.
198 Metodologra de la lnves tigadon en organizaciones. mercado y soci~d.td
NOTA: Las citas no están referidas ~ 13 bibliograffa porque tienen un fin meramente ilustrativo.
La información o teoría que elegimos puede regi strarse textualmente o resumirse, indicando
siempre:
Los datos del libro, revista, documento web, etc del cual se extrajo la información (Si tenemos
ficha bibliográfica de ese autor o autores, sólo necesitamos registrar el apellido, año de la publi-
cación, por si tenemos mas de un libro del mismo au tor, y num ero de página).
Si en lugar del problema mencionado se hace una investigación cuyo problema se interroga
acerca de cómo influyen ciertos aspectos psicológicos en la relación que los sujetos establecen
con el dinero, entonces los distintos enfcques psicológicos sobre el dinero ya no son un tema se-
cundario sino central. En ese caso será mas adecuado y práctico hacer una ficha de clasificación
por corrie ntes o escuelas psicológicas y luego para cada corriente hacer una ficha o, en función
del grado de desarrollo y precisión que pensemos dar al trabajo, una ficha por cada '!Utor de ca-
da corriente que se planee analizar. Como es evident~, el criterio de elaboración de las fichas es-
tá también determinado por el problema y los objetivos que elaboramos al plantearlo.
Las fichas de trabajo pueden ser
a. Fichas de trascripdón textu al: Una modalidad de ficha de trabajo muy conveniente
es de t rascripción textu al. Como su nombre lo indica, se transcribe literalmente un
64 Adaptación con fines didácticos. Original: [en línea) http://www.rehue.csociales.uchíle.d [Fecha de acceso: 2
de mayo 20011.
Capítu lo IV El m arco teórico 199
4.8.7 Armando un esquema del marco teórico que funcione como plan de trabajo
La elaboración del Indice del marco teórico nos permite tener una visión de conjunto a la vez
que ordenar y estructurar el material que vamos obteniendo de la revisión documental. Si segui-
mos las recomendaciones de Umberto Eco, podemos proponernos que el indice sea nuestro plan
de trabajo. Nunca se insistirá demasiado en la efectividad de esta estrategia puesto que
hay proyectos que parecen clarísimos cuando se piensa en ellos pero al empezar a escribir todo
se escurre entre las manos. Se puede tener ideas claras sobre el punto de partida y de llegada pero
hay que darse cuentas de que no se sabe cómo lkgar del uno al otro( ... ) es como una partida de
:>O Metodologla de la lnve stigaciOn en organizaclone's . morcado y sociedad
ajedrez, tiene cierto número de movimientos pero desde le principio hay que estar capacitado pa-
ra predecir los movimientos a efectuar con vistas a dar jaque mate al adversario pues de otro mo-
do no se conseguirla nada.65
Existen diferentes alternativas para resolver la estructuración lógica del Indice, que debe re-
flejar la estructura lógica de la fundamentació11 teórica que nos proponemos elaborar. Mientras
se está trabajando, y con el fin de mantener la organización tanto de lo hecho como de las tareas.
pendientes, es conveniente dividir el marco teórico en capítulos, parágrafos y subparágrafos. Por
ejemplo, en la investigación sobre "La representación social del dinero en personas ahorradoras y
endeudadas" para la que antes elaboramos una ficha (cf. fig. 4.12), es sin dudas imprescindible
definir qué es, cómo entiende el investigador, el concepto dinero. Como no hay una concepción
única acerca del significado del dinero es obvio prever que habrá que destinar un capitulo a con-
frontar las distintas perspectivas acerca del dinero, aunque todavía no se hayan revisado con de-
tenimiento cuáles existen. A modo de plan de trabajo, el investigador podría tener un capitulo .
como el siguiente:
6S Eco, Umberto. Cómo se hace una tesis. Técnkas y procedimientos de investigación, estudio y escritura. Barcelo-
na: Gedisa, 1993. ·
Capitulo IV El marco teórico 201
con los objetivos de nuestro estudio. Podremos, además, registrar omisiones o excesos en el
marco teórico y en el esquema general del proyecto.
Para comenzar a elaborarlo deberemos leer algunos documentos básicos con el fin de fami-
liarizamos con el tema de estudio; en tanto más sepamos sobre éste, mayor será la precisión del
esquema. Hay que tener presente que no estamos haciendo el esquema definitivo, sino uno que
se irá enriqueciendo a medida que avanza la investigación y se encuentren nuevos datos. Aun-
que la versión final podrá tener una estructura y un contenido diferentes (a lo mejor se habrán
suprimido algunos temas, ampliado otros y agregado nuevos), en todo momento nos será de
gran utilidad.
Gracias a contar con un esquema, podremos ir clasificando y ordenando tanto el material que
vamos recopilado como los que se vayan sumando luego, cuando comience a avanzar la investi-
gación. Finalmente, este primer esquema será de gran ayuda a la hora de formular la tabla de
contenidos o el índice del estudio.
1. Simples
2. Complejos
El esquema simple tiene como ventaja ser más flexible, da más hbertad para recopilar la in-
formación y para clasificarla, es más claro, más manejable. En cambio, el compuesto es más pre-
ciso, comeleto y explicito, y da mayor facilidad para la redacción final del escrito.
Los esquemas deben siempre ser tan simples como lo permitan los siguientes aspectos:
- La sencillez o complejidad del problema,
- la profundidad y extensión del trabajo,
- la homogeneidad o heterogeneidad de la información necesaria y
- la cantidad de información disponible en el momento de la pre-paración del bosquejo.
Sin embargo, debemos cuidarnos de, en nuestro afán de simplificación, terminar ela-
borando una mera lista de tenias. Ésta no constituye' un esquema en el sentido en que es-
tamos utilizando el término en este contexto. Veamos cada uno de los dos tipos de es-
quema:
1. Esquemas simples
En el límite de la sencillez, un esquema consta de dos tipos de divisiones contadas horizon-
talmente, como las que identificamos en seguida:
El esquema simple es aquel en el que se anotan sólo los encabezados de los capitulas o gran-
des apartados y las subdivisiones principales. Un ejemplo puede verse en la figura 4.13.
66 Garza Mercado, A. "EJ plan de trabajo". En: Manual de técnicas de investigación para esrudiantes de cienclos
soda/es. México: El Colegio de México, 1988.
67 EL libro átado de Umberto Eco propone también distintos tipos de esquemas.
Metodología de la lnvestlga<:lón en orgznizacione~. mercado y .sociedad
2. Esquemas Complejos
En el límite de la complejidad, el esquema puede contar con cinco o seis tipos de divisiones
horizontales, y todavía puede ser manejable. Para ejemplificar este tipo de esquemas se desglosa
a continµación el tercer capitulo del esquema simple (figura 4.14).
3. LA INFORMÁTICA
3.1 Tecnologlas
3.1.1 Primera generación de computadoras
3.1.2 Segunda generación: el transistor
3.1.3 Tercera generación: circuito impreso
3.1.4 Cuarta generación: el microprccesador
3.J 5 Quinta generación: un solo chip
3.2 Aplicaciones
3.2.1 Medicina
3.2.2 Artes gráficas
3.2.3 Admioútradón
3.2.4 Simulación
3.2.5 Diseño por computadora
3.2.6 Inteligencia artificial
3.3 Efecto¡ ¡obre el empleo
3.3.1 La ofimática
3.3.2 Lo robótica
3.3.3 Nuevas profesiones
3.3.4 El desempleo
Capltulo IV El marco t o6rico 203
De acuerdo con el tipo de investigación, el esquema puede ser organizado en orden cronoló-
gico, temático o por autores, igualmente puede redactarse en forma de oraciones, tópicos, pre-
guntas, frases o párrafos cortos.
Agreguemos, por último, que aunque hoy contamos con procesadores de texto que nos faci-
litan la tarea de ir modificando la secuencia de números o letras que hayamos decidido utifüar
para nuestro e.squema, su elaboración es una tarea lógica que de ningón mo do puede ser dele-
gada a un proceso automático. Somos nosotros y no nuestra computadora, los que hemos de de-
terminar los capitulos, parágrafos y subparágrafos en función de los objetivos de nuestro estu-
dio y de los contenidos que hayamos podido recopilar.
• Es más f1CJC1ble., porque permite mayor libertad para el acopio de datos y para la clasifi-
cación de éstos.
• Es más claro, porque concentra la atención en los aspectos sobresalientes del problema
sin dispersarla en los detalles del mismo.
• Es más manejable, porque permite presentarlo en menor espacio. En trabajos breves,
puede mantenerse en el limite de una sola boja para tenerlo siempre a la vista y consul-
tarlo con mayor rapidez_
• Tiene mayor capacidad de expansión interna, que puede ser aprovechada a m edida que
lo justifique la profundidad del análisis y la cantidad de información recopilada.
El bosquejo más complejo, comparado con el más simple, ofrece generalmente las siguientes
ventajas:
• Es más preciso.
• Es más completo.
• Facilita en mayor grado la redacción del escrito final.
Dijimos que la elaboración del marco teórico implica dos tipos de actividades. La primera, a
la que hasta aqui nos hemos dedicado, es la revisión crítica y el procesamiento de investigaciones
y teorías disponibles. Ahora ha llegado el momento de asumir el riesgo pleno: el material que lei-
mos, lo que sabemos, lo que pensamos habrá ido sedimentando, resignificándose cada vez a la
luz de nuevas lecturas y reflexiones; sobre la base de lo que otros investigadores y pensadores h an
estudiado y teorizado, habremos precisado cómo se ubica el propio objeto en relación a estas in-
vestigaciones y teorías: ¿se subsume directamente a alguna de las teorías disponibles y hay que
desestimar las otras por algunas razones que podremos explicitar? ¿combinaremos conceptos,
aspectos, o relaciones de unas y otras, o estableceremos analogias para construir un punto de
Metodologla de la Investigación l!n organizaclonts, r:i:e,cado y sociedad
vista propio en esa especial combína toria? ¿o podemos, en cambio, fundamentar una perspecti-
. va completamente novedosa en relación a lo que existe? Responder a estas preguntas es la segun-
da gran tarea de la etapa de elaboración del marco teórico: el desarrollo de una teoría del obje-
to, de la que nos ocuparemos en los próximos párrafos.
Llamaremos desarrollo de una teoría dd objeto -teorización- a la tarea de construcción de un argu-
mento; el que consideremos como el mejor para descril:,ir y Jo explicar el objeto de irrvestigaci6n ante otros
argumentos -áescripcio11es o explicaciones alternaivas- que también podrían pretender hacer lo mismo.
¿Cómo llega un investigador a construir una descripción o una explicación para su objeto;
cuáles son y de dónde surgen los fundam entos que la justifican? Hemos tratado en la primer par-
te d e éste capítulo las respuestas que desde distintas perspectivas se han dado a la pregunta por
el origen de las teorías y las hipótesis. Sea que pensemos a la teoría del objeto d educida de otras,
sea que asumamos nuestro marco teórico como premisa y contexto de un razonamiento abduc-
tivo o pensemos llanamente que n o hay reglas para comenzar a pensar una respuesta al proble-
ma de investigación, la única certeza que podemos tener es que no vendrá de lo real el primer
movimiento, sino que seremos n osotros quienes tendremos que comenzar a elaborar un escena-
rio para responder a la pregunta formulada en el problema.
En nuestra investigación la teoría del marco teórico que logremos elaborar será tributaria de
la indagación y reflexión que habremos estado realizando desde los primeros esfuenos para plan-
tear el problema. Hemos leído, explorado e imagínado. Debemos ajustar y profundizar el análisis
de los documentos revisados, tomarlo sistemático, riguIOso y espedfico, ampliarlo y precisarlo
con el fin de desarrollar nuestra resp uesta al problema, e."{plicitando en qué cuerpos teóricos nos
hemos apoyado, quiénes han tratado de describir o explicar el problema antes y cuáles son nues-
tros acu~rdos o desacuerdos con esas cxplicac:ones y descripciones. Cuanto sabemos acerca de las
teorlas como estrategias de explicación se actuafü.a en la instancia de aclararnos cuáles podrian
ser, cómo se podrlan definir y vincular los conceptos sobre los que estamos trabajando.
No pretendemos decir que hacerlo será fácil; tampoco, que se resuelve adscribiendo a una fór-
mula. Es cierto incluso que no nadie espera que un estudiante que se inicia en la investigación
esté en condi ciones de producir un aporte original -en realidad, eso sólo se exige en una tesis d e
doctorado- ; sin embargo, tampoco renunciamos al esfuerzo de elaborar una respuesta funda-
mentada para el problema de investigación que hayamos planteado, cualquiera sea el nivel de in-
tegración que cada investigador sea capaz de abordar, pues esa experiencia intelec tual nos ayu-
da a entender la lógica de las teorlas y de los datos con los que convivimos cotidianamente en la
vida académica, profesional y social. En la selección y concatenación de conceptos, en los alcan-
ces que fijemos para su aplicación, en las condiciones que d efinamos para establecer por qué, có-
mo, dónde, cuándo y cuánto ocurre el fenómeno; en ese trance, estaremos elaborand o un a " teo-
ría propia" que dará cuenta de nuestro objeto de investigación y aportará los conceptos a lo luz
de los cuales suscitar la evidencia emplrica que permita apoyar o rectificar los errores de la teo-
ria que hemos propuesto o de aquellas que nuestra teoría se proponga desafiar.
• Aprendizaje organizacional
• Cultura organizativa
Los investigadores dejaron afuera de su estudio muchos otros factores que también podrían
incidir en la competitividad - por ejemplo el tamafio o la antigüedad de la empresa, el tipo de
productos o servicios que produce o la estructura de propiedad 69 entre muchos o tros- y formu-
laron el problema de investigación del siguiente modo:
Recordemos aqul nuestras reflexiones sobre la relación entre hechos y teorías: el marco teórico
habrá de proporcionar los códigos -los conceptos- que permitan conceptualizar lo real: ¿a qué
segmentos se llamará resultados organizacionales? ¿qué fenómenos merecerán ser identificados
corno tales según la codificación que propone esta investigación concreta? ¿a qué teorías ya con-
trastadas o de bajo nivel será necesa.r io recurrir para hacerlo?, y finalmente ¿a qué se definirá co-
mo observables del concepto? ¿en qué o quiénes podrá observarse?
Ya sabemos qué función cumplirá cada definición en la contrastación empírica y sabemos
también -especialmente- que los términos de un problema se definen como teóricos u observa-
bles en el contexto de cada teoría y es tarea del investigador establecer cuáles serán unos y otros
en la suya. De manera más o menos general el marco teórico ha de dar estas definiciones o las
pistas de cómo lograrlas.
Con la finalidad de establecer con claridad de qué está hablando el marco teórico necesita con-
tener los elementos para dar tres tipos de definiciones, acerca de las cuales abundaremos en pre-
cisiones en el capitulo 12:70 definición conceptual, operacional y nominal. La definición concep-
tual podríamos por el momento considerarla una definición amplia que incluye distintas imáge-
nes que el concepto suscita. En cuanto a las definiciones operacionales, por ahora es suficiente
con saber que las proposiciones puente son, en rigor, definiciones operacionales, "traducciones"
de la teoría a aquello que se define como empiria en la investigación en curso. La definición no-
minal es la más importante que debe incluir el marco teórico porque es la acepción acotada y es-
pecífica que asumirán los conceptos en la investigación que se está realizando, independiente-
mente de cómo puedan entenderse en otros contextos , para otras personas o investigaciones.
Por ejemplo:71
"Los resultados organizacionales so,1 los Índices de creatividad en innovación que logra
una organización"
o bien:
"Llamnmos resultados organizativos a la competitividad que logra una organización''.
Una vez que se ha definido el hecho a explicar se hace lo propio con el res to de los términos
que intervienen en el problema como se indica a continuación.
10 Para quien está trabajando concretamente en la elaboración del marco teórico de su investigación una lectu-
ra de los tres primeros pasos del proceso de medición tal como se explican en el capítulo 12 es muy recomen-
dable.
11 Hay otros ejemplos adicionales de definición de con::eptos al final del c.apftulo.
12 Mayntz. R. et al. lntroducdón a los métodos de la sodologla emp/rica. Madrid: Alianza Universidad, 1975.
Capi tul o IV El ma rco teórico 207
Para comenzar los investigadores buscan una conceptuali1..adón general sobre el aprendizaje:
"El aprendizaje es la adquisición de conocimiento"
Luego exploran y procesan sintéticamente los puntos en común y las diferencias que tiene el
concepto aprendizaje organizacional desde diferentes perspectivas. Podemos claro imaginar una
ficha que desarrolla cada enfoque teórico acerca del aprendizaje organizacional encontrado y/o
una ficha que guarda distintas definiciones del concepto tomadas de otros tantos autores que
tendrán su correspondiente ficha bibliográfica_ (ver figura 4.15)
Luego habrá fichas sobre cómo se midió el concepto en d.i stintas investigaciones realizadas, a
quiénes se observó, con qué métodos, técnicas e instrumentos y qué evidencia empírica aporta-
ron esas investigaciones acerca de los factores que favorecen u obstaculizan el aprendizaje orga-
nizacional, así como de las relaciones entre aprendizaje y resultados organizacionales si !¡is h ay.
(sobre los que los investigadores sospechan ciertos grados de influencia),
Veamos ahora el otro término del problema, sobre el que se habrá actuado de similar modo:
¿A qué llamar cultllra organizacional? ¿existen tipos de cultura diferentes? ¿qué elementos inter-
vienen y definen la cultura de una organización? ¡se relaciona la cultura con el aprendizaje? ¿en
qué sentido? ¿Todas las culturas se relacionan del mismo modo con el aprendizaje?
El concepto cult11ra -como siempre en la investigación social- es compleje y multidi.mensio-
nal, y aplicado a la cultura de una organización también lo es. Entonces: ¿qué factores o aspec-
tos son relevantes de la cultura a la hora de establecer una relación entre ésta y el aprendizaje?
Cada pregunta que los investigadores se formulan los conduce a nuevas revisiones bibliográ-
ficas y documentales, a nuevas reflexiones, comparaciones, analoglas, sintesis y otra vez. a la re-
visión bibliográfica y documental de investigaciones y teorías; quizás a consultas con especialis-
tas o con protagonistas de las situaciones que se quiere explorar, quizás a la búsqueda de imáge-
nes en la literatura o en el cine.
Metodologla d e la Investigación en organlzaclonts, mer:ado y soc.iedad
Finalmente el aspecto que se ha seleccionado en este caso es " la participación~ El factor que
en esta investigación se encuentra como más influyente en el aprendizaje es el grado en que la
cu ltura es más o menos participativa. Nuevamente: muchas explicaciones alternativas que tam-
bién podrían competir por explicar el aprendizaje organizativo son dejadas de lado cuando se
elige como factor explicativo el grado en que una cultura es parl'icipativa.
Aqui distintas fichas podrían ocuparse de diferentes culturas organizacionales, más o m enos
participativas. Habrá por supuesto que crear o adoptar una definición de cultura participativa.
En nuestro ejemplo:
"Es la cultura que crea un clima de co11fian:w y seguridad que incentiva la innovación, la
experimentación y el riesgo"
o bien
"Es la wltura que busca la implícación de los individuos e11 las decisiones que les afectan
y la distribución de información en los distintos 11iveles jerárquicos':
El trabajo que queda pendiente es el de incorporar las proposiciones puente, es decir aquellas que
conectarán la teoría con lo que se definirá como observable en el marco de esta teoría. A partir de
esas definiciones será posible hacer enunciados observacionales con los que controlar la teoría
Por ejemplo, dado el término teórico formulado en el problema:
"Resultados orga11izacio11ales"
Una de las definiciones nominales del término que se dio es:
"Llamamos resultados organizativos a la competitividad que logra una organización''.
Así, competitividad es un término teórico que no puede ser obser vado en la realidad pues de-
bido a su nivel de generalidad y abstracción, no puede saberse a qué alude concretamente. La
proposición puente (definición operacional o regla de correspon dencia) que los investigadores
establecen en el marco teórico tiene por objetivo especificar dónde y de qué manera podrá ser
evaluada la competitividad en cuestión. A saber en:
En los tres casos se trata dé términos de menor nivel de abstracció n que se introducen en
esta teoría con el objetivo de ser enlazados con el término teórico resultados orgcm izacionales
o competitividad los cuales son por una parte, más abstractos y por la son parte de la teorla
que está en trance de contrastación, términos definidos como teóricos en su conte.xto o T
teóricos.
Capitulo IV El mar<o teóri<o 209
Ahora bien, si ya se ha logrado establecer y caracterizar cuáles serán los términos teóricos y
los términos empíricos en esta investigación ha llegado el momento de tomar posición y esta-
blecer las proposiciones fundamentales de la teoría y sus relaciones.
el aprendizaje organizativo influye sobre los resultados organizativos. Ello nos mueslra que distin -
tos tipos de cultura darán lugar a diferentes resultados organizativos".
Insistimos: otro orden puede ser perfectamente propuesto. Por ejemplo, otro investigador
puede pensar que los buenos o malos resultados organizativos dan lugar a culturas ruferentes.
As! tal vez postulara que las empresas de resultados excelen tes tienen una "cultura exitis ta" que
dificulta el aprendizaje. De este modo el modelo seguirla otra secuencia ya que se estarla consi-
derando que los resultados o rganizativos influyen en la c,ultura y no al revés como en el caso de
la investigación que analizamos.
En nuestra hipotética variante serla:
NOTA: Las citas no están referidas en la bibliograña porque tienen un fin meramente ilustrativo.
El gráfico del modelo ampliado incluye a las proposiciones puente, por ejemplo la correspon-
dencia entre resultados organizativos (sistema teórico) y resultados financieros, resultados de vo-
lumen, resultados de margen de ventas y beneficios (sistema operacional).
Figura 4.18 Modelo ampliado. Además de las relaciones básicas incluye relaciones de corres-
pondencia entre el sistema teórico y el sistema operacional
Cultu ra 1
Cultura 2
Cultura 3
Resultados
financieros
Cultura 4 Cultura
partcípativa
Volumen
de ventas
Cultura 5
Beneficios
Cultura 6
Margen
de ventas
Para concluir con nuestra breve ilustración del desarrollo de una teoría del objeto subraye-
mos que estamos desa rrollando un ejemplo. En este caso, la lógica de la teoría del objeto es la de
un cálculo axiomático interpretado, donde cada una de las relaciones fundamentales postuladas
son los axiomas de los que se deduce el teorema. Todo luego interpretado empiricamente por las
definiciones puente, tal como se sintetiza en la Figura 4.19 (ver también figura 4.5 ).
r e
Ejemplo de hipótesis p uente: Los resultados organizativos se evalúan e= c 1, c 2 • e,
en los resultados financieros, el volumen y el margen de ventas
Co mo dijimos, las teorías axiomáticas pueden ser muy rígidas y no siempre las mas adecuadas
para la investigación social. Por ello, a medida que el investigador va logrando mayor solide:z. epis-
temológica y teórica puede ampliar el horizonte de sus teorizaciones, más allá de este esquema.
Metodologra de la lnveulgacl6n en organizaci ones. mercado y sociedad
¡
4.9.2 Cómo ampliar y matizar la teoría
Como en ciencias sociales son tantos y tan diversos los aspectos y circunstancias que intervie-
nen en un fenómeno, una forma de incluir en este esquema algunos de esos elementos sin aban-
l
donar la estructura lógica de la teor!a que se está elaborando es presentar elementos que mati-
cen el modelo.
Es importante tener claridad con respecto al modelo de nuestra investigación para ilisponer de
una guía conceptual que impida la dispersión y el internarse en cuestiones laterales que merece-
rían nuevas investigaciones antes de ser incluidas en el marco teórico de la que estamos haciendo.
Pero con el mo9"elo básico definido podemos seguir afinando la teorla, precisando las condiciones
en )as que es probable que los hechos ocurran o las excepciones en las que se espera que no ocu-
rran. Asl, una vez que se ha propuesto un núcleo de relaciones que describen y explican el funcio-
namiento del objeto y se han incorporado al modelo reglas de correspondencia entre la teoría y
elementos de la realidad definidos como observables, habrá aún que tratar de matizar el modelo.
Veamos algunos recursos para matizar un modelo teórico:
Como producto, el marco teórico cristaliza el esfuerzo de todas las actividades hasta aqul rea-
lizadas en la redacción de los tres elementos que le exige el discurso científico:
1. Antecedentes y contexto.
2. Marco teórico (es la fundamentación/ d escripción/ explicación teó rica del objeto, que
en algunos informe$ se presenta como marco referencial o marco conceptual).
3. Definición precisa de conceptos.
Si bien esta división, que tiene fines didácticos, no siempre aparece explicitada en los proyec-
tos o en los informes de investigación ,7 4 las tres i nstan cias deben estar claramente res ueltas, más
allá de los distintos modos de presentación por los que se opte.
3. Definición de términos
Los términos como dijimos pueden d efinirse de tres modos: conceptual, n ominal y operaciona)-
mcnte. En el marco teórico como producto terminado, las definiciones pueden inclu irse con dis-
tinlas modalidades. A continuación se ejemplifican dos modalidades de defin ición de co nceptos.
D EFINICIÓN D E CONCEPTOS
Investigación; "La represe11tació11 social del dinero en personas ahorradoras y endeudadas"
Concepto: Representación social del dinero
Una representación social es un conocimiento socialmente elaborado y compartido. Es, también, un co-
nocimiento práctico que intenta dar sentido, compren der y explicar los hechos e ideas que surgen en e l
vivir. "Es la actividad mental desplegada por individuos y grupos a fin de fijar su posición en relación
con situaciones, aconteci mientos, objetos y comunicaciones que les conciernen· (Mo scovici, 1986: 122).
En este mismo sentido, este conocimiento part icipa en la construcción social de la realidad, como lo
plantearon (Berger y Lu ckmann , 1966). Ea otros términos, "toda representación social es represen tación
de algo y de alguien. Asl, no es el duplicado de lo real, ni el duplicado de lo ideal, ni la parte subjetiva del
objeto, ni la parte objetiva del sujeto, sino que constituye el proceso por el cual se establece su relación"
(Moscovici, 1986: 167). Esto implica que la percepción de un objeto -por ejemplo, el d inero- depende-
rá de la relación que establezcamos -y d e los comportam ientos que despleguemos- en cuanto al m ismo.
AHORRO Y E.i'IDEUDAMIENTO
Ahorro
Las p ersonas no destinan todo su ingreso a la adquisición de bienes o servicios producidos por las em-
presas. Katona plantea que "los ahorros representan aquella 11arte de los i11gresos que se reservan para uri·
/izar en el futuro." (Katona, 1960: 121) Puede plantearse en¡onces que el ahorro significa, en términos
generales, "consumo diferido, ya q11e se suspende el cons11mo/acr11a/ para tener co11sumo e11 otro instante"
(Dcsco uvieres, 1992: 201).
Endeud amiento
Katona ( 1951) distingue diferentes clases de endeudarnicnt? al considerar los motivos que lo generan: un
primer tipo de endeudamiento es aquel que su rge por la incapacidad de pagar los gastos neces:i.rios por
medio <le los ingresos; un segundo tipo de endeudamiento'surge por la repugnancia de mantener los gas-
tos al nivel de los ingresos; un tercer tipo de endeudamien~o. y qu e consideraremos con mayor énfasis en
el desarrollo de este estudio, es aquél que surge d ebido al deseo d e efectuar gastos extrao rdinarios.
NOTA: Las citas no están referidas en la bibliografia po rque tienen un fin meramente ilustrativo.
NOTA: Las citas no están referidas en la bibliografía porque tienen un fin meramente ilustrativo.
1. Antecedentes y contexto • Describe el origen y desarrollo del objeto; scfiala los errores come-
tidos en el pasado al estudiar al objeto; expone características, a tribu-
tos o aspectos del objeto, así como relaciones teóricas establecidas an-
tes por otros investigadores que se justifique adoptar II objetar. Pue-
de señalar qué manifestacion.es observables del objeto establecieron
otros investigadores, qué estrategias de muestreo, discfios de investi-
gación, técnicas e instrumentos de recolección y análisis de datos se
utilizaron y con qué resultados (con el objeto de estudio u otros ob-
jetos similares).
• Establece el "Estado del arte" en relación al estudio del objeto, es de-
cir, sintetiza los frutos recogidos de las investigaciones que se han he-
cho hasta el momento sobre el objeto de investigación y sobre obje-
tos comparables o relacionados.
• Describe acotadamentc y solo en los aspectos pertinentes al proble-
roa condiciones del entorno del objeto de estudio: históricas, socia-
les, pollticas, económicas, ambientales, culturales, etc.
Formato: predominantemente descriptivo, sin ser una enciclopedia ni
un compendio histórico.
2. Marco teórico Ubica al objeto en el marco de las teorlas e.-óstentes. Reseña tanto las
(teoria del objeto) teoóas clásicas que trat.a n de explicarlo como las alternativas. Esta-
blece comparaciones y relaciones entre éstas y la teorfa que propone
el investigador para describir o eicplicar al objeto. Delimita los aspee-
tos parciales de teorías, conceptos, hipótesis, variables y datos ciaba-
rados o adoptados de uno o varios autores pa ra constru ir nuestro
punto de vista acerca del objeto. Comprende el análisis detallado de
las características, relaciones y formas de manifestarse del objeto. Ex:-
plica por qué se presenta de cierto modo; cómo, dónde, cuándo y
cuánto concretamente ocurre. Y en tanto se presenta una explicación,
permite predecir en qué condiciones es posible esperar que ocurran
ciertos hechos. De ello se desprende la posibilidad de concluir el mar-
co teórico formulando una hipótesis
Formato: predominantemente argumentativo
3. Definición de conceptos Define de manera precisa c(¡mo entiende cl investigador los concep-
tos, las acepciones o criterios que utiliza y el enfoque especifico que
asumirán en esa investigación espec[fica.
Formato: glosario o equivalente
La elaboración del marco teórico concluirá con la deducción de las hipó tesis a ser contrasta-
das, o, cuando no se establezcan hipótesis, será la guía para definir los objetivos específicos que
guiarán la fundamentación empírica de la investigación.
Capítulo 5 Las hipótesis de investigación
, Citado en Von Foerster, Heinz. las semillas de la Cibernética . Espal'\a: Gedisa, 1996.
M e todología de la lnves1igaci6n en organizaciones, mercado y sociedad
Nos hemos referido, cada vez que hablamos del problema o d el marco teórico, a los términos
y proposiciones implicados, y utilizamos las expresiones variable e hipótesis, entendiéndolas de
manera muy general: a la primera, como un término que expresa cualquier caracterlstica o atri-
buto susceptible d e tomar distintas categot'Ías o valores (cualitativos o cuantitativos); a la segun-
da, como una proposición cuyos términos están conectados lógicamente. Daremos ahora más
precisiones sobre las variables, pues son estos atributos o caracte.rlsticas de los objetos los que se
manipulan, miden, evalúan o aprecian en una investigación. También nos ocuparemos con dete-
nimiento de las hipótesis, las cuales -sean éstas expHcitas o supuestos implícitos sobre lo real- es-
tán siempre presentes en toda investigación. En palabras de Pierre Bourdieu:
Sería fácil demostrar que toda práctica ci~ntífica, incluso y sobre todo cuando obcecadamen-
te invoca el empirismo más radical. implica supuestos teóricos y que el sociólogo no tiene más al -
ternativa que moverse entre interrogantes inconscientes, por tanto incontroladas e incoherentes,
y un cuerpo de hipótesis metódicamente constrnidas con miras a la prueba experimental: negar
la formulación explícita de un cuerpo de hip6te1is basadas en una teorla,2 es condenarse a la adop-
ción de supuestos tales como las prenociones de la sociología espontánea y de la ideología, es de-
cir lo~ problemas y conceptos que se tienen en tanto sujeto social cuando no se los quiere tener
como sociólogo.3
De la teoría nos hemos ocupado en el capítulo anterior. Trabajaremos ahora en la formula ción
explícita de u11 cuerpo de hipótesis basadas e11 una teor(a: las hipótesis de investigación, basadas et1
la teoría del objeto.
Los términos de una proposición adoptan distinto nombre en relación a la función que cum-
plen. Desde este punto de vista se los considera consrantes o variables. Como su nombre expresa,
los primeros son concep tos que no se someten a variación en una investigación mientras que los
segundos son justamente "los que varían".
Tal como se lo utiliza en matemáticas impEca que una magnitud puede tomar cualquiera de
los valores de un conjunto. Así, la edad de uni muestra de sujetos es una variable, el tiempo que
una persona pasa en el supermercado es una variable. También son variables el posicionamiento, el
mímero de hijos, las marcas de galletitas, el sueldo percibido en los tí/timos dos aflos, la satisfacción
en el trabajo y los ingresos de 11n hogar.
El invest.igador busca evaluar las variables en el mundo real, mientras que los términos de las
proposiciones son parte del lenguaje. Por ejemplo: el peso de las pe_rso11as es una variable y se mi-
de en el mu11do real: el investigador "cruza" el código -la balanza - con ciertos aspectos de las per-
sonas en lo real. Las variables son objeto de obse'r vaciones y explicaciones (Por ejemplo: los estu-
diantes de segundo año de la carrera de Economia tienen un peso promedio de 78 Kg. o los niños de
la muestra "a" pesan mas que los de la muestra "b" porque fueron alimentados con leche materna).
2 El resaltado es nuestro.
3 Bourdieu, P., et al. op. cit.
Capítul o V La, hipótesis de investigación 22 1
En cambio, los conceptos -concepto de peso- los utilizamos para pensar y e.x.plicar. Aunque se
llamen igual -concepto peso y variable peso-, debemos distinguirlos. Así, el peso humano como
concepto es el significado que atribuimos a esta expresión; y peso como variable sería, por ejem-
plo cierto peso h umano en cuanto efectivamente existe en un luga r determinada· persona en
quien medimos un peso p articular. Un aspecto importante del proceso de investigación consis-
te justamente en relacionar los conceptos, situados en el plano teórico y las variables, que las va-
mos a evaluar en el mundo real.•
Calidad en salud pública Calidad de los recursos huma- Porcentaje de médicos con titulo
nos en salud pública de especialización
Sin adentramos por el momento en cuestiones que tendrem os oportunidad de tratar en el ca-
pítulo 12, lo que nos interesa resaltar ahora es que en los tres casos, independien temen te del ni-
vel de abstracción, estamos hablando siempre d e variables, en la medida e n que son attibutos o
cualidades su sceptibles de adoptar distintos valores.s ·
4 Ver el
capitulo 4 para una ampliación sobre la distinción entre lo real, los códigos (conceptos) y los hechos. Ade-
más, en el capitulo 12 nos de1enemos en el proceso de traducción de conceptos teóricos a variables empíricas
(operadonalización)
s 1dem anterior.
¡_
!22 Mttodolo9i11 d t I• fnvestigaclOn tn or9anizaclonu. mercado Y soc;íedad
~ dependiente l
1
La frecuertda dt compra m hipermercados de la Ciudad de Buenos Aires depende de la proximidad del
lugar de residencia de los consumidores.
~
1
indepe~diente
En empresas cuyo clima institucional favorece l-,¡ tarea en equipo, el tipo de cornunicación determi-
1 1
na el 111ivel de rendimic1110 del personn/ \
.--------17 i- -independiente
- - ~
_____
, _ dependiente _.1
dependiente
y variables dependientes de modo que puede recurrirse a ambas nociones cuando establezcan
entre si los tipos de relacio nes que se presentan a contin uación:
Relación entre variables independientes y variables dependientes 6
Contando con ésta tipología a la vista, hay que admitirlo ante quienes aspiran el monismo
metodológico, las ciencias sociales establecen hipótesis cuyas relaciones entre la/s var iable/s in-
dependiente y la/s variable/s depe ncliente/s son generalmente reversibles, estocásticas, contin-
gentes y sustituibles
Ejemplo:
"A ingresos equivalentes el nivel de educación de un sujeto determina su grado de consumo de
productos culturales"
Donde:
Variable X (variable independien te): educación
Variable Y (variable dependiente): consumo de productos culturales
Variable Z (variable interviniente que influye a X): ingresos
Ejemplo:
Imaginemos que una fábrica de pilas pretende evaluar la influencia de una nueva modalidad de
distribución -un nuevo canal - en el volumen de ventas. Se cambia"entonces el modo de distribución
y se mide el efecto de ese cambio en la variable dependiente "volumen de ventas». Se observa que el
nuevo canal -contrariamente a lo previsto- no mejora las ventas, por lo que se descarta esa moda-
lidad alternativa de distribución.
Pero, ¿está el investigador seguro de que la va riable independiente canal de distribución no pro-
dujo ningún efecto en la variable dependiente ventas? ¿Y si la competencia lanzó simultáneamente
con el cambio de estrategia de distribución un nuevo producto -por ejemplo una batería - a me-
no r precio? ¿podrían las ventas permanecer constantes por esa razón y no porque el nuevo canal
resulte inadecuado? En este caso, como el investigador ignora la presencia de la variable e.'Ctrarla
lanzamiento de producto de la compe1enci11, concluye que la nueva estrategia de distribución es ine-
ficaz cuando quizás, si pese al nuevo producto de la competencia el volumen de venta no ha decaí-
do, podría atribuirse ese resultado a la influencia positiva de la nueva estrategia de distribución.
Sólo en la medida en que no se logre identificar a la variable extraña, ésta será tal y s u presen-
cia afectará los resultados sin que el investigador lo sepa. En nuestro ejemplo, si no se controla
la influen cia de la variable extraña, se pierde el efecto de la variable independiente "canal de d is-
tribución" sobre la variable dependiente "ventas': porque la variable extraña, "nuevo producto';
actúa sobre la variable dependiente.
En conclusjó n: deben tomarse precauciones para que las variables extrañas no influyan o, en
el caso de que la influencia no se pueda eliminar, su existencia y grado de influencia se conozcan. 1
Como veremos, gran parte de los esfuerzos del diseño de la investigación están destinados justa-
mente a brindarnos la seguridad -nunca completa- de que el efecto sobre la su puesta variable de-
pendiente sólo puede atribuirse a la supuesta variable independiente y no a las variables extrañas. 1
Cam pbell y Stanley • proporcionan una lista d e posibles variables extrañas y d istintas alter- l
nativas para controlarlas. En el capitulo 10 se desarrolla este ya clásico listado de variables extra-
ñas y se proponen, además, distintas formas de controlarlas. ·!
5.2.2.4 Variables controladas
!
Cuando alguna posible variable extraña es identificada, el investigador se ocupará de contro -
larla en su diseño . .De a.llí adoptan su nombre las variables controladas.
Por ejemplo, si se quiere averiguar cómo influye un cambio de horario ea la productividad, y
se sospecha que la edad del trabajador puede influir en la productividad -además de la va riable
independiente "ca mbio d e horario'; el investigador se ocupar á de controla r esa posible variable
extrai\a seleccionando sujetos dentro del mismo rango de edad o distribuyendo aleatoriamente
los sujetos a los grupos para asegurarse que la variable edad quede igua~ente distribuida.
5.2.3 Variables según los valores que pu eden adoptar: discretas y continuas
Se considera discretns a las variables cuyos valores son n úmeros enteros. Por ejemplo: el nú-
mero de hijos de una persona -que puede ser 1, 2, 3, etc.- , el número de palses en que una com-
pañía tiene subsidiarias o los números reales: l, 2, 3, ... 781 ... Aunque estas variables no se
pueden dividir, permiten, sin embargo, el cálculo de promedios. Un caso particular de las 1•aria -
bles discretas es el de las variables dicot6mic1u, que son aquélJas que sólo admiten dos valores po -
sibles: si-no, abierto-cerrado, femenino-masculino.
Se considera continuas a las variables cuyos valores, además de enteros, puedan ser fracciones.
Por ejemplo: la altura de una persona en metros, que puede ser 1,70, 1,72, 1,83 o cualquiera de
los infinitos valores intermedios. El hecho de que una variable sea considerada continua o dis-
creta depende de la naturaleza de la variable pero también, como veremos, del interés del inves-
tigador.
9 Ver capítulo 12 EL PROCESO oE MtD1C10N. pas.o 6: establecer el nivel de med ición de las variables.
226 Me,odología d e la lnvesti9aciOn en o,ganizaciones. mercado y socícd.:,d
Hl: La cultura organizativa influye significativamente sobre el aprendizaje organizativo. Una cultura
participativa ejerce un efecto positivo sobre el aprendizaje.
H2: El aprendizaje organizativo influrc posiljvamentc sobre los resultados organiiativos.
H3: La cultura participativa influre significativamente y de forma positiva sobre los resultados organizativos.
Es necesario aclara r, no obstante, que una investigación puede iniciarse sin hipótesis explícitas.
Por ejemplo, cuando el problema no ha sido estudiado antes, cuando la investigación es cualita-
tiva (y, por lo tanto, su dirección preponderantemente inductiva no se interesa por la verificación
de hipótesis) o cuando el investigador encuentra aún opaco su objeto de estudio y considera más
oportuno realizar una investigación exploratoria. 11 Pero hemos subrayado la cualidad de pre-
ponderantemente inductiva, pues como dijimos al comienzo, todo moviniiento en la investiga-
ción se realiza guiado por hipótesis más o menos conscientes o manifiestas. Aún las primeras ex-
ploraciones bibliográficas implican supuestos sin los cuales n inguna acción tiene sentido.
Los estudios que no formulan hipótesis a ser contrastadas son guiados por los objetivos de in-
vestigación, los cuales involucran necesariamente a las conjeturas iniciales del investigador. Des-
de luego, esos objetivos habrán sido reformulados en los distintos y consecutivos acercamientos
al objeto que se realizaron desde aquel planteo inicial. Los objetivos de trabajo que ponen de ma-
nifiesto los supuestos del investigador y dan dirección a un estudio sin hipótesis expücitas son
tributarios, como éstas, del marco teórico y configuran, en conjunto con él, el producto del mo-
mento epistémico de la investigación.
Lis hipótesis de investigación están conformadas por las unidades de análisis, las variables y
los conectores lógicos, tal como se muestra en la figura 5.4.
Figura 5.4 Elementos de las hipótesis
variable Unidad de
dependiente anáíisis
La satisfacci611 '"' el trabajo de los empleados de las empresas de servicios depende del
tipo de cu/wra de la empresa
conector lógico
Variable
índepena,ente
Las unidades de análisis: son los individuos, grupos, empresas, viviendas, instituciones, pro-
ductos, etc. que serán estudiados. Nos ocuparemos de hacer precisiones sobre las unidades de
análisis en el capítulo 11.
Las variables: son las características o propiedades, cuantitativas o cualitativas, de las unidades
de análisis que intervienen en la investigacíón, de las que hablamos en los parágrafos S.2.
Los elementos lógicos: que unen las unidades de análisis con las variables, y las variables en-
tre sí. Su función es la de vincular a los distintos términos, por ejemplo: "y'',"+", "si ... entonces";
o la de expresar el alcance de los mismos, por ejemplo "algunos"; "todos'; "existen''.
Para conocer con mayor detenimiento las condiciones que debe cumplir una hipótesis de inves-
tigación comencemos pensando en las hipótesis tal como funcionan en nuestra vida cotidiana. Re-
tomemos para ello un ejemplo sencillo que ya conocemos pues nos ayudó a acercarnos a la noción
de·problema de investigación. Formulamos al meditar sobre los problemas de la vida cotidiana en
el capítulo 3, algunos interrogantes que se nos plantean habitualmente:
''.Aunque el automóvil se desplaza a mayor velocidad, llegaré más rápido en subterráneo porque
evitaré el trá11sito; o
"El subterráneo es más rápjdo que el auto para llegar al centro en /,orarios de congestión de tránsito"
Revisemos esa última proposición con el fin de establecer si se trata o no de una hipótesis: si
decimos que el subterráneo es más rápido que el auto en horarios de congestión de tránsito por-
que ya lo hemos corroborado infinidad de veces, no estamos estableciendo una hlpótesis sino ha-
ciendo una afirmación que no necesita ser puesta a prueba: las hipótesis no son datos, ni hechos,
ni informaciones, sino proposiciones tentativas acerca de las relaciones entre distintos términos
de un problema -en nuestro caso, dos términos: tiempo de desplazamiento y medio de transporte.
Lo que está por d ebajo de nuestra decisión -tomar el subte- es el supuesto de que as! llega remos
mas rápido que en auto. Precisan1ente a esto remite la noción de hipótesis.
Etimológicamente la palabra hipótesis proviene de los términos griegos tlresis e hipo. El pri-
mero significa "lo que se pone" y el segundo es un prefijo que indica uabajo". Así, una hipótesis,
en general, es lo que se pone abajo o se supone. •
Veamos específicamente cuáles son las co11diciones que deben cumplir las hipótesis de inves-
tigación para ser consideradas científicas:
a. Ser congruentes con los objetivos y con el marco teórico de la investigación: cuando
una investigación formula hipótesis, éstas sustituyen a los objetivos elaborados en el mo -
mento del planteamiento del problema. En aquel momento los objetivos guiaron el tra-
bajo de revisión bibliográfica y construcción del marco teórico. Ahora, y a la luz de la teo-
ría del objeto, se derivan las hipótesis.12
b. Establecer relaciones entre térnúnos: las hipótesis -congruentes con los problemas a
los cuales pretenden dar respuesta- establecen relaciones entre términos. Hay relaciones
Las figuras 5.5 y 5.6 ilustran un nuevo conjunto d e hipótesis. En el primer caso se trata de hi-
pótesis de las ciencias naturales, y en el segundo de hipótesis propias de las ciencias sociales.
• Anle un aumento de la competencia, las empresas pioneras mostrarán una mayor propensión a
llevar a cabo nuevos movimientos competitivos que las seg11idora.s.
- El desarrollo de un Sistema de Administración por Calidad permite aumentar el índice de desem-
peño de los Recursos Humanos que actúan con sistemas tradicionales.
- El sentimiento depresivo en la submuestra de desempleados es significativamente mayor que el co-
rrespondiente a la submuestra de trabajadores empleados.
• En la m:t)'Orla de los actos de compra de productos masivos, el decisor es una mujer.
• Las representaciones sociales, que involucran creencias y valoraciones con relación al dinero, tienen
consecuencias diferentes en los comportamientos de consumo de personas endeudadas o ahorradoras.
- Hay una correlación significativa entre la facilidad de uso del programa editor y la utilidad de la
documentación para el empicado.
- La recordación depende del grado de procesamiento: a mayor procesamiento de la información,
mayor recordación.
. Hay una relación inversa entre motivación hacia el trabajo y segmentación se la tarea.
- Los esfuerzos de planeación eo las instituciones de educación superior solo tienen resultados posi-
tivos cuando previamente se han cumplido ciertas condiciones de viabilidad, siendo las más impor-
tantes: las relaciones de la institución cou el contexto, la integración institucional interna, la partici-
pación y la formación de recursos humanos en planeacióa.13
- Los factores más valorados por los consumidores de telefonía celular son: su capacidad de estar
conectados en distintas áreas y lugares, la calidad dcl sonido, la estétic:i y los costos.
- la distribución exclusiva refuerza la imagen del producto.
Conocemos el carácter inseparable del problema, el marco teór ico y las hipótesis de investi-
gación. De hecho, la separación entre marco e hipótesis es sólo analítica, pues ¿qué son central -
mente una teoría -en general- y el marco teórico -en particular- sino un conjunto de hipótesis
relacionadas? No debe sorprendernos, entonces, que muchos autores u tilicen uno u otro térmi-
no indistintamente. Las t eorías y las hipótesis difieren solamente en el grado de generalidad. Asi,
tenemos por un lado la hipótesis de trabajo limitada, por )a cual nos guiamos en una experiencia
determinada, y por otro, la teoría general, que nos gula en el diseño e interpretación de toda .cla-
se de c.xpcriencias en la cuestión de estudio. Recapitulemos ahora el tipo de hipótesis al que he-
mos recurrido en el capitulo destinado al marco teórico:
- Hipótesis fundamen tal es: la respuesta teórica ideada por el investigador. (axiomas)
- Hipótesis puente: hipótesis que conectan entidades definidas como teóricas con entida-
des definidas como emp !riq1s.
- Hipótesis auxiliares: hipótesi.s tornadas de otras teorlas, implicadas en los instrumen-
tos, en el leng11aje común , etc.
- Hipótesis derivadas: hipótesis deducidas lógicamente de las anteriores. (teoremas)
13 Extraído de Huáscar Taborga, H. Cómo hacer una tesis. México: Grijalbo, 1982.
230 M etodologla: d e la Investigación en organi zaciones. mercado y socied ad
Las hipótesis de investigación, también llamadas hipótesis de trabajo se derivan d el marco teó-
rico a partir del cual adquieren su fundamento -fundamento teórico-. La contrastación, de esa
hipótesis es la que ofrecerá el fundamen to empírico del estudio.
Como se evidencia, la hipótesis condensa los fundamentos teóricos y empíricos de la respucs·
ta que la investigación se propone dar al problema. Permitirá afirmar que una hipótesis es váli-
d a para cierto contexto (lugar, tiempo y sujetos u objetos) y argumentar que fue a poyada o no
de acuerdo con ciertos datos obtenidos en una investigación particLLlar. Como dice Selltiz:
Encasillamos los datos en modelos retroductivamente, daboramos los modelos deductivamen·
te, y los verificamos inductivamente, pero las proposiciones que perduran son normalmente retro·
ducidas, no deducidas o inducidas. F1 investigador va de acá para allá, retrocediendo y avanzando,
entre los datos y la teoría ¿De qué otra manera podría ser?' 4
D esde este punto de vista, el marco teó rico es el contexto general del cual surgen las hipótesis
d e una investigación. En la m edida en que la h ipótesis se desprende de una teoría sistemática pe·
ro tentativa sobre lo real -la teoría del objeto·, el trabajo del investigador· como pronto veremos-
será crear los hechos que puedan convalidar en algu na medida o criticar a ese conjunto teórico. 15
Ejemplo.
Formulación de h ipótesis en la investigación aplicada. El m arco teórico está implícito. Parte
de la búsqueda de informació11 necesaria
Un gerente de ventas de espacio publicitario de una conocida revista está preocupado porque
las ventas de publicidad han co menzado a descender paulatina pero ininterrumpidamente a partir
del último semestre.
Ames de la.rtiarse a elaborar cuestionarios y escalas para preguntar a sus dientes por qué razón
no han solicitado sus servicios de espacio publicitario, el especialista necesitará saber si existen nue·
vos competidores, qué niveles de precios manejan, o quizá establecer comparaciones entre sus ven·
tas y algunos indicadores económicos importantes, ya que el descenso de las ventas puede obede·
cera la situación general de la economía. Después de analizar detenidamente toda la información
1• Selltii. C. et al. Métodos de investigación en las ciencias sociales. Madrid: Rialp, 1980, p. 62.
1s Recordemos que los he<hos son susc1tados por teorías. tal como vimos en el capítulo 4.
Capltulo V las hipótesis dt lnves ti9aci6n 231
disponible al respecto, el gerente estará en posición de elaborar una hipótesis acerca de lo que está
sucediendo. Con el conocimiento previo que ya obtuvo del mercado, puede suponer quizá que el
descenso de sus ventas está en relación directa con un cambio en las tendencias de los lectores, asl
como en relación con un incremento desproporcionado de los precios del espacio publicitario. Su
hipótesis seda la siguiente:
Donde:
• Dvep = Descenso en las ventas del espacio publicitario
• Cgc = Cambio en los gustos de los lectores hacia temas más novedosos
• lpep = Incremento en el precio del espacio publicitario
Ejemplo:
Formulación de hipótesis en la investigación aplicada. Explicitación del marco teórico
La econorrúa ha desarrollado perspectivas diferentes sobre el consumidor. El modelo clásico es
muy simple: parte de una serie de suposiciones concernientes a la naturaleza del consumidor pro·
medio en un mercado determinado, y luego formula una tcorla que explica el funcionamiento de
una economía compuesta por muchas de esas personas. Esta perspectiva centra sus esfuerzos en
explicar qué consumen los consumidores y e,, qué cantidades lo hacen y opta por ignorar por qué la
gente siente distintas preferenciasy necesidades. La teoría resultante se funda en varias suposiciones
(hipótesis fundamentales del marco teórico) acerca de los consumidores que podemos sintetízar
como sigue:16
16 Loudon, D. y Della Bitta, /J..• Comportamiento del consumidor. México: Me Graw-Hill. 1995, p . 643.
232 Mtlodologia de la lnvuugacíOn en organizadontS. mercado y socitd•d
Ahora bien, si un investigador o, lo que es más frecuente, un profesional co mparte estos su-
puestos que ha aprendido en la universidad, formulará hipótesis -concíentcmente o no- con-
gruentes con ellos. Pensemos, por ejemplo, algunas hipótesis congruentes con éste modelo que
podrfan formularse.
•El consunúdor (totalmente racional según el marco teórico) comprará el bien que le ofrezca la
mejor razón costo-beneficío~
O bien
•siempre que disponga de ~ecursos suficientes, el consumidor pondera rá la relación costo be-
neficio y continuad comprando el producto que le ofrece la mejor razón hasta que la utilidad mar-
ginal decreciente del producto se reduzca al punto de extinguir el beneficio: llegado ese momento,
el consumidor cambiará a otro producto."
¿Cuál fue el efecto de asumir estos supuestos a la hora de formular hipótesis? Una persona
que piensa que el consumo es una respuesta racional a la ecuación costo-beneficio, sólo matiza-
da con los efectos de la utilidad marginal decreciente, circunscribe el planteo de los problemas y
las hipótesis con que les da respuesta a esos aspectos, y no toma en cuenta otras dimensiones de
análisis del consumo que pueden estar presentes en otros modelos teóricos. Ello implica que las
respuestas a los problemas de consumo c,uc dé el profesional de nuestro ejemplo estarán deter-
minadas por éste-y solo éste- modelo. Veamos ahora qué podria sostenerse desde otro marco
teórico, con supuestos diferente¡. Formulaci6n de hipótesis en la investigaci6n aplicada. Explici-
tación del marco teórico.
Ejemplo:
- No siempre las personas buscan el máximo beneficio en todos sus consumos;
- No todos los consumidores conocen realmente los productos que consumen;
- Existen influencias mutuas entre fos productos ("-Si ya gasté demasiado en placer, bueno, aho -
ra me tengo que enfocar en mis obligicioncs: pagaré mis cucnus, llamaré a un plomero pua repa-
rar la canilla, etc").
- El precio no siempre se consider.a un s.1crifico (sino que a veces es una medida de la c;,.lidad o
del prestigio);
- la completa racionalidad del acto de consumo es tan improbable como lo es la de cualquier
acto humano.
Este nuevo modelo teórico 11 sugiere otras respuestas a las mismas preguntas por el consumo.
Por supuesto, podríamos seguir prop oniendo modelos, y en cada caso ellos determinarían tan-
to las formas de pensar y de plantear problemas como las posibles hipótesis.
Lo que en definitiva debemos enfatiza: es la necesidad de analizar crlricamcnte los supuestos
de quien formula un problema y una hipótesis científica para dar respuesta a los problemas
prácticos que se le plantean en la vida profesional. Si algo puede ser má.s peligroso que tener una
teoría imprecisa o inadecuada para plantear las hipótesis, es tener un marco teórico "oculto" pa-
ra el propio investigador, quien, de tal suerte, no atenderá debidamente los supuestos implícitos
17 lbid.
Capltvlo V Li'i hipótesis de inves tigación 233
Las hipótesis pueden ser clasificadas según diversos criterios y admiten, a su vei, diferentes
denominaciones en función del papel que juegan en cada estudio. Ya co nocemos algunos tipos
definidos según el luga r que ocupan en la estructura de una teoría y según su función en la con-
trastación de las hipótesis tal como lo establece el método hipotético deductivo. Ahora vamos a
referimos al alcance de las hipótesis de investigación en función de los objetivos.
5.7.1 Hipótesis según el alcance de los objetivos: descriptivas, correlac.i onales y explicativas
Según su alcance, es decir, en función del alca nce de la respuesta al problema, las hipótesis de
investigación se clasifican
1. Descriptivas
2. Correlacionales
3. Explicativas
Las preguntas que nos formulamos para establecer el alcance son: ¿se propone describir la hi-
pótesis al objeto? ¿pondrá en evidencia variaciones conjuntas entre aspectos diversos? explicará
por qué se comporta el objeto de un modo y no de otro?
Generalmente, en tan to la hipótesis de investigación es una respuesta al problema, está -co-
mo toda respuesta- condicionada por la naturaleza de la pregunta. Sin embargo, aunque una in -
vestigación descriptiva formula hipótesis descriptivas, las investigaciones explicativas podrían
incluir hipótesis descriptivas, correlacionales, y explicativas. Una investigación puede te ner hi-
pótesis descriptivas en relación a ciertas variables y exp.licativas en relación a otras. Lo impor-
tante es la coherencia entre éstas y los objetivos que el investigador se ha planteado.
Analizaremos a continuación estos tres tipos distin tos de hipótesis de investigación, clasifica-
das según el alcan ce d e sus objetivos. ·
• La expectativa de venta anual de seguros d.e automóviles se ubica entre 900 y 1200 pólizas
• Los factores apreciados por el tttrista latinoamericano en la Argentina son la arquitectura, la gastro-
nomía y el tango
- En las evaluaciones de ingreso a la facultad de agronomía menos del 20 por ciento de los aspirantes
aprobará el examen de matemática y menos del 40 por ciento el de lengua .
• La actitud de los electores es más positiva hacia el candidato A que hacia el candidato B
- Las empresas automotrices t ienen una estructura jerárquica reticular
Fig ura 5.8 Hipótesis correlacionales. Establecen una relación de varíación concomitante entre
dos o más variables
Hipótesis bivariadas:
- A mayor procesamiento de la información, mayor recordación
• A medida que se incrementan los recursos para ganar penetración en un determinado canal, los co-
rrespondientes incrementos de su resultado económico presentan rendimientos decrecientes.
• Una cuota de mercado relativa elevada implica una ventaja competitiva en términos de costo unitario
en relación a los competidores; invers3;mente, una cuota de mercado relativa débil implica una desven-
taja en términos de costo unitario.
• Cuando mayor es la oferta de un bien, menor es su precio.
Hipótesis de correlación múltiple:
• A mayor conocimiento de los objetivos del proceso productivo por parte del trabajador, y mayor va-
riedad en la tarea que desa.rrolla, mayor motivación hacia el t rabajo.
· A mayor motivación hacia el trabajo, mei;or estrés y menor rotación.
• A mayor crisis social, menor movilidad social y mayor estabilidad familiar
- La educación formal y la extracción social de los gerentes de comercialización dificulta sn cdación con
los vendedores y la comprensión de las condiciones en que se realiza s11 tarea
Capftvlo V l4t hipótesis dt ~nvestigaclón 235
Ya seiialamos en el punto 5.2.2.1 que algunos autores sostienen que no es legítimo en el caso de
las hipótesis corrclacionales -en última instancia hipótesis descriptivas- hablar en términos de ,,a-
riable dependiente y variable irtdependitnte. No obstante, sabemos que en la investigación social la
explicación estadística ocupa un lugar relevante y es frecuente.que en la práctica los investigadores
utilicen modelos estadísticos de explicación como si se tratara de modelos determinislicos. 19
Ejemplo:·
- Hipótesis correlacional:
''La correlaci611 entre tiempo de exposición a la televisión y recordación de marcas es alto"
- Hipótesis determinística: ·
"El tiempo de exposición a la televisión incide en la recordación de marcas"
De tal modo, se recurre a las encuestas denomin adas exp licativas 20 -cuando en rigor éstas só-
lo ofrecen la posibilidad de establecer correlaciones estadísticas- para con trastar h ipótesis for-
mulad as -y tratadas- como hipótesis explicativo-causales en virtud de raz.ones teóricas por las
que el investigador s upone la secuencia tem poral y la determinación de un factor sob re el otro.
Ciertamente, las h ipótesis causales, corno vimos en el capít ulo 2, tam poco tienen otro funda-
mento que el teórico. La diferencia reside en que la contrastación de una hipótesis causal exige
u n control en el diseño de la prueba m u cho mayor que en un a correlación. Contro l que si no es
tenido en cuenta compromete la validez d e la hipótesis debido al insuficiente r igor en la previ-
sión de explicaciones alternativas ( control de variables extrañas).
Esta explicación invierte el orden de la determina ción causal, que como sabemos (pues lo pen-
samos detenidamente en el capilulo 2) depende del lugar en donde se sitúa el investigador, es de-
cir, de a cuál de las variables él va a tomar por variable independiente y a cuál como variable d e-
pendiente.
Figura 5.9 La misma variable puede sec en una hipótesis dependiente y en otra indep endiente
La gesticln de recursos /111manos {variable independiente: GRH) i11cide e11 la image11 de marca (variable
depcndicnte: IM)
La imagtn de mar<.a {variable independiente: IM) incide rn la fidelidad del consumidor (variable depen-
diente FC)
FC =f{ IM)
La fidelidad de marca{Variable independiente: FM) incide en la image11demarca (va riable dependiente: IM).
I.M = f {FM)
Así mismo una variable puede ser en una misma hipótesis independiente en relación a una va-
riable y dependiente respecto de otra, tal corno se da en el estudio que estamos siguiendo desde el
capítulo 3 Influencia de la cultum organizativa sobre el apre11dizaje: efectos sobre la competitividad:22
"la desercicln de est11dia11tes universitarios varones es mayor que la de mujeres, porque los hom-
bres, generalmente, sufren mayor presi611 social para ingresar al mercado lnboral"
La forma general que toma la relación entre variable dependiente e independi ente en una hi -
pótesis explicativa es la que mostramos a continuación (Ver figura 5.10).
Figura 5.10 Hipótesis explicativas. Establecen una relación de dependencia entre las variables
Si X, entonces Y
(X) variable independiente; (Y) variable dependiente
• Si es Vllrón, entonces tendrá maJores probabilidades de sufrir presión social hacia el trabajo
que una mujer.
• Si sufre mayor presión social hacia el t rabajo, entonces habrá mas probabilidades de que de-
serte de la universidad
· Si es varón, entonces lcndra mayores probabilidades de desertar de la universidad
Pero si analizarnos las hipótesis en función de otras relaciones que pueden establecerse entre
sí las variables dependientes e independientes (tal como las presentamos en 5.2.2.1), cada tipo
de relación señalada dará lugar a otros tantos tipos de hipótesis explicativas cuya estructura ge-
neral "si A, entonces B" adopta variaciones. Asi, una hipótesis será reversible, irreversible, deter-
minista, estocástica, de secuencia, coexistente, suficiente, contingente, necesaria, y sustituible, se-
gún las diferentes formas en que se postulen las relaciones entre la variable independiente y la
variable dependiente.
Continuando el ejemplo anterior:
"la deserci611 de estudiantes universitarios varones e; mayor que In de mujeres, porque los hom-
bres, gt:11crulmwt,, sufre11 mayor prcsi6n social para ingrasar al merCJldo lnbornl"
La hipótesis es
- Contingente: Porque no puede nfirmarse que X determino Z y Z, Y necesariamente.
Otros factores pueden incidir además del sexo en la presión social hacia el trabajo o en la
deserción de la universidad
- Estocástica: Porque las relaciones entre los factores no son dcterministicas sino proba-
bilísticas.
• Irreversible: Como están planteadas, la variable X incide en Z y Z en Y, y no a la inversa
- De coexistencia: en la medida en que la relación entre las variables es probabilística no
puede establecerse con claridad la secuencia te~poral.
Debemos hacer aún una co nsideración más sobre este esquema explica tivo relativamente
simple que presentamos. Si hemos sostenido la multidimcnsionalidad y la multideterminacióri
de los fenómenos sociales, es pertinente preguntarse cuál puede ser la razón y la utilidad de pen-
sar en términos de una o unas pocas relacíoncs.
En cuanto a las razones, no es dificil adivinarlas: ¿quién podri:i poner a prueba todas las su-
puestas causas de un fenómeno social a la vez?
Por ejemplo, si al investigador le interesa averiguar los factores que inciden en el aprendizaje
organizacional, es decir, por qué se aprende en una organización, puede pensar er1 distintos facto·
res explicativos, tales como la experiencia, la ca pacitación, las remuneraciones, una culturo que
favorece el aprendizaje y muchos otros que podrá ir probando de a uno por vez en la misma in-
vestigación o probar uno ahora y dejar para otras investigaciones b puesta a prueba de los otros.
Por otro lado, no a todos los investigadores les interesan por igual todos los determinantes de
un hecho. Por ejemplo, los estudios publicitados que tradicionalmente indagaron en el efecto de
238 Metodología de la lnvcs-tigación en organizacione,. mercado y rncied~d
la publicidad sobre las ventas manipularon en sus investigaciones distintas d imensiones de la va-
riable promoci611, y no se interesaron en las demás variables independientes de la mezcla de mar-
keting ( 4 "P": precio, plaza y producto, además de promoción) que determfaan la variable depen-
diente ventas. No obstante, veremos a continuación que existen alternativas para agilizar el pro-
ceso de puesta a prueba de las hipótesis tomando en cada estudio distintas variables a la vez.
Ejemplo:
No habrá diferencia en la tfeserción 1miversitaria entre varones y mujeres.
Nos dicen que no existen diferencias entre las variables, o que sí existen diferencias, y entonces
brindan precisiones acerca de si esa diferencia es significativa o debe atribuirse al azar. La hipótesis
nula es una hipótesis para la inferencia estadística y se formula con el propósito de ser rechazada.
Las hipótesis se clasifican además por la amplitud de hechos a los que aluden. Así las hipóte-
sis pueden ser:
Vimos ya a las hipótesis estadísticas y sus características predictivas. 24 También nos referimos,
al analhiar las limitaciones de la inducción en el capltt1lo 2, qu e la aspiración de formular hipó -
tesis con pretensión de validez para todo tiempo y lugar fue ya abandonada, tanto en las cien-
cias naturales como en las ciencias sociales. En el otro extremo, vale la pena decir también que
si consideramos las determinaciones de la estructura social sobre el sujeto, tampoco es posible
p ensar en hipó tesis absolutamente individuales. Las hipótesis rem iten siempre, en última instan-
cia a d eterminado contexto intersubjetivo.
Ejemplo:
"Mnria,10 Moretto fue asesinado por sus enemigos politices"
L, hipótesis com porta, pese a referirse a un hecho singular, toda u11a serie de supues tos que
deben ser socialmente compartid os para que la misma tenga sentido.
En cuanto a las hipótesis existenciales, son las que afirman que algo se cumple en algunos ca-
sos -o en, al menos, un caso.
Ejemplo:
''Algunas personas se sienten más motivadas hacia el trabajo si éste es rnti11ario"
Esta afirmación no dice que a todas las personas las motiva el trabajo rutinario, sino que podría
referirse a algún tipo de sujetos de caracterlsticas determinadas de personaUdad a quienes el traba-
jo cambiante les produce tensión y ansiedad y que se sienten más motivados hacia una tarea sisa-
ben que ésta es siempre igual. Para verificar una afi.r mación de esta naturaleza bas ta con encontrar
un caso favorable. La dificultad de las hipótesis existenciales es cómo refutarlas dado que no es po·
sible constatar todos los casos para estar seguro de que no existe el tipo de persona en cuestión.
Para establecer el alcance referencial de las hipótesis hay que referirlas a la situación singular
de controstación, pues de ese modo qu edarán establecidos los hechos básicos de la investigación
que se está desarrollando. Quizás sea posible luego, a partir de la consideración de los resultados,
ampliar el alcance previsto originalmente, pero sabiendo de antemano que las co nclusiones só-
lo serán válidas para el referencial establecido en ese estudio en cuestión. Aún no pudimos de·
tenemos a pensar qué podrá pensarse cuando nuestra investigación haya concluido de aquellas
hipótesis fundamentales -mas generales-, que planteamos en el marco teórico.
La ciencia actúa en gran medida poniendo a prueba ~n diversos con tex:tos hipó tesis derivadas
de teorlas generales. Por ejemplo, Kotler sostiene la siguiente hipótesis:
Para que la aplicaci611 de las estrategias de marketi11g de una emprtsa tengan bcito, éstas debe11
encajar dwtro de su culr11ra:25
Esa hipótesis necesita definir el alcance referencial, ser contextualizado, es decir, puesta a prueba en
alguna situación concreta, por ejemplo en la Argentina, con determinado tipo de empresas o incluso en
una sola empresa concretl, como el propio Kotler hace cuando analiza el caso de la empresa Procter. De
corroborar nosotros una hipótesis contextualizada, podrlarnos enviar una copia del reporte a Kotler,
pues estaríamos aportando evidencia emplrica a favor de esa hipótesis más general que él elaboró.
Del mismo modo que al trabajar en el marco teórico seguramente h emos ajustado y reformu-
lado -aunque sea en parte- el problema, así también es necesario que en el momento de formu-
lación de las hipótesis evaluemos nucvar:iente el problema de. investigación y el marco teórico
que hemos elaborado. No olvidemos que el sistema hipotético deductivo que constituye en con-
junto toda la investigación es un proceso recursivo, en el cual a partir de un problema se desa-
rrollan las respuestas que pueden a su ve:z, generar en distintos momentos del proceso, nuevos
interrogantes que dan lugar a otras hipótesis.
En la instancia que ahora nos encontramos, a las puertas de h acer un cierre del momento
epistémico de nuestra investigación, necesitamos reevaluar los productos que hemos elaborado.
Las preguntas que habremos de hacernos son:
a. ¿Existe congruencia entre los objetivos y las hipótesis? Hay que considerar que los ob-
jetivos expresados en el planteo del problema, luego de la revisión bibliográfica y la fun-
damentación conceptual del marco teórico se reenfocan en las hipótesis.26 Si nuestro es-
tudio las formula, guiarán en lo sucesivo el camino y si tienen mayor o menor alcance que
los objetivos, o involucran distintos conceptos, algo no es congruente y debe ser cambia-
do: o l'os objetivos o /a/s hipótesis.
Objetivo
"Describir las modalidades de compra de alimentos según el canal en las familias
de clase media de la ciudad de Buenos Aires durante el al\o 2000"
Hipótesis
La mayor frecuencia de compras es en
minimercados barriales, aunque el gasto Hipótesis
mayor lo realizan en hipermercados descriptiva
b. ¿Son congruentes las túpótesis con el problema?. Como en el punto anterior es nece-
sario evaluar la congruencia, ahora entre las hipótesis y la formulación del problema ¿
nos referimos a las mismas va.riables? (Ver figura 5.12)
26 Como sabemos, si el estudio no establece hipótesis explfcili!s entonces son los objetivos los que se reevalúan
y generalmente reformulan a partir del marco teórico.
Capítulo V Las hipótesis de lnvestigaci6n 241
figura 5.12 Congruencia entre las variables del problema y las de la hipótesis
Problema
"¿Cómo se relaciona el número de integrantes por unidad familiar y la frecuencia
de compra en hipermercados de la Ciudad de Buenos Aires?"
Hipótesis
En familias de dos hijos y más, la mayor
frecuencia de compras es en minimerca- Hipótesis
dos barriales, aunque el gasto mayor lo corrdacional
realizan en hipcrmercados.
Incorpora una variable no
La frcncuencia de compra depende del contemplada en el problema
nivel de ingreso de la unidad familiar y omite otra.
c. ¿Es compatible el ak,mce del problema con el alcance de las hipótesis?. En éste punto
recordemos que el problema generalmente está operacionalizado en preguntas especf.fi.
cas. Del mismo modo una hipótesis general habitualmente se desagrega en hipótesis es-
pecíficas y es importante comparar los unos con las otras. En el ejemplo de la figura 5. 13
la hipótesis tiene menor alcance que él objetivo, pero ésta bien puede ser una hipótesis
específica lo importante es la congruencia del conjunto.
Figura 5.14 Momento epistémico: proceso dialéctico de construcción de.l objeto de investigación
EL OBJETO DE INVESTIGACIÓN
¿Qué se investiga?
~ ~
~ -- -- - - ' ~ ' - - -- - -- - ' ~ ~ - ~~ ---'
Capitulo V las hip6; esis óe inves1l9aci6n 24.
La cuestión -corno ocurre en cada cruce de caminos - tampoco tiene una respuesta única para
todos los científicos y pensadores de la ciencia. Trataremos en las siguientes líneas de explorarla.
Evidentemente, no es así como funciona. Lo que el médico hace es elaborar primero una hipóte-
sis -por ejemplo "Este paciente está anémico" - y entonces nos envía a un laboratorio a realizar un
recuento de glóbulos rojos. El médico piensa: "si es verdad que está anémico, entonces el hemato-
crito arrojará valores menores a 37.0 %". Subrayemos aqul que los térnúnos de la misma hipóte-
sis (anemia) establecen las condiciones pua su contrastación, pues el concepto de anemia impH-
ca, entre otras cosas, cierto porcentaje de glóbulos rojos y es en virtud de ese supuesto que el mé-
dico nos pide un recuento. Y aún mas, los glóbulos rojos -esa entidad compleja que requiere pa-
ra ser visualizada ciertos dispositivos también complejos como microscopios, centrifugadoras,
etc.- se convierten por los mismos supuestos inherentes a la hipótesis, en los observables (térmi-
nos que se definen como empíricos) necesarios a los fines de esa contrastación.
Luego de hacer ese único estudio -entre los innumerables análisis que el p rofesional conoce y
podria haber indicado en su lugar- volvemos al con sultorio. El médico lee entonces el resultado.
Por eje.m plo Hematocrito: 32.6 %. y decide si debe aceptar o rechazar su h ipótesis de anemia. Es,
corno vemos, la hipótesis la que guió la reco lección de datos.27 Por eso decimos que la recolec-
ción de d atos es siempre recolección de hechos que la hipótesis ha definido como relevantes pa-
ra ser contrastada. Así contextualizadas, las consecuencias observadonalés se ponen a prueba
m ediante la simple observación. En nuestro ejemplo:
A continuación se experimenta y observa: hay que hacer el análisis de sangre; abrir la mano
y dejar de sostener el lápiz o bajar el precio del producto; entonces podremos observar si el va-
lo r del hcmatocrito es el esperado, si el lápiz cae o si aumenta el volumen de ventas del produc-
to. Nada que inferir. Unicamente observar y formular el enunciado observacional:
Tanto las consecuencias observacionales como las hipótesis derivadas dependen de la verdad
del principio o hipótesis fundamental que presuponen. No es difícil ver entonces que el problema
de la ciencia es cómo llegar a determinar el valor de estos principios o hipótesis fundamentales.
Cómo llegar a establecer, por ejemplo, el valor de verdad de las hipótesis de Newton a partir de la
confirmación o refutación de una implicación contrastadora. No hay dificultad en decir "Todos los
objetos son atraídos por la fuerza de gravedad; entonces, si dejo de sostener el lápiz, éste caerá': eso
es u na simple deducción lógica. Tampoco es complicado ver si efectivamente cae o no el lápiz (si
he definido teóricamente qué es un lápiz y qué significa caer). La pregunta que debemos enfrentar
es ¿el hecho de que caiga el lápiz nos asegura que el principio explicativo de Newton es verdadero?
¿ lo garantiza que caigan 1000 lápices? ¿que todos los objetos que dejamos de sostener en nuestra
vida caigan; es deci r, que siempre se cumpla la implicación contrastadora garantiza que la ley de
Newton es verdadera?, y en general: ¡cuáles son, en definitiva, los criterios de confirmación y acep -
tabilidad de una hipótesis? E.x.ploremos la respuesta a esta pregunta en los próximos pánafos.
a. Cantidad y variedad del apoyo empirico: la cantid ad y variedad de apoyo empírico es-
tán relacionados con la cantidad de veces que una hipótesis ha sido sometida a contras-
tación y ha salido inmune.
b. Preásión del sustento empírico: la afirmación "Hay un alto número de desocupados" es
inferior a otra que afirme "Hay un 16% de población desocupada y un 9,4 o/o d e población
subocupada''.
c. Nuevas implicaciones contrastadoras: cuando se logran formular nuevas implicacio-
nes contrastadoras, de su éxito puede provenir un apoyo concreto a la/s hipótesis. Ade-
más, la hipótesis puede anticipar un suceso (predecirlo) o explicar un hecho ocurrido an -
teriormente que no estaba vinculado al ámbito de la hipótesis o de la teoría.
d . Apoyo teórico: para Hempel el apoyo de una hipótesis no tien e por qué ser absoluta -
mente empírico: también puede provenird~ hipótesis o teorías más amplias que impli-
can la h ipótesis dada y tengan un apoyo empirico independiente. A la vez, la credibilidad
d e una hipótesis se verá negat ivamen te afectada si entra en conflicto con teorías o hipó-
tesis que en la época se aceptan como bien establecidas.
e. Simplicidad: se acepta generalmente que, entre dos teorías con igual alcance empírico, de-
be preferirse aquella más simple, ya que, como las futuras hipótesis que necesariamente se
irán desarrollando harán muy complejo el sistema hipotético-deductivo, son preferibles hi-
pótesis más simplcs.30
f. Probabilidad: para Hempel la credibilidad d e una hipótesis en un momento dado de-
pende de las partes relevantes del conjunto de conocimientos cient1ficos en ese momento,
incluyendo todo el testimonio relevante a la hipótesis y todas las hipótesis y teorías acep -
tadas a la sazón que tengan algo que ver con ella. En las ciencias sociales, el uso de pro-
babilidades ha permitido ciertas generalizaciones referidas a muestras.
31 Es muy importante para comprender lo que enseguida diremos. que la relación de implicación es independien-
te de nuestra percepción. La relación de implicación debe considerarse como una relación objetiva entre propo-
siciones y no como la inferenr:ia, que es un proceso de pensamiento propio del sujeto.
32 Si bien la lógica propo5icional utiliza los símbolos "p" y "q" para expresar proposiciones atómicas, hemos op-
tado por simbolizarlas como A y 8 pues resulta asr más claro a los estudiantes sin formación en lógica.
Capitulo V t as hipótesis de inve s\igad6n 247
Veamos ahora la segunda alternativa, a saber: ¿qué pasa si se confirma la consecuencia obser-
vacional? Analizando el esquema lógico de la confirmación, en el que se apoya el método hipo-
tético deductivo confirmacionista veremos que la confirmación de una hipótesis a través de sus
consecuencias observacionales responde a una falacia. Las falacias son formas de razonamiento
inválidas pero que, debido a que su estructura es similar a la de los razonamientos deducüvos
válidos, resultan muy persuasivas. En el caso que nos ocupa -la confirmación de la hipótesis a
través de sus consecuencias observacionales- la falacia implicada, llamada falacia de afirmación
del co11Secuente, se estructura de la siguiente manera:
Si A, entonces B
B
A
Figura 5.17 Falacia de afirmación del consecuente. La hipótesis puede o no ser verdadera
Efecto asimétrico
Los destinos posibles para una hipótesis en función de la verificación o refutación de sus con-
secuencias observacionales no son la falsedad y la verdad, porque en tanto que la falsedad puede
verificarse, la confirmación de una hipótesis es siempre provisoria pues no hay garanúas de que
otras h ipótesis alternativas puedan ser verdaderas.
Esta diferencia entre la seguridad ele la refutación, que se apoya en una forma válida de razo-
namiento y la provisoriedad de la confirmación, que emplea una falacia, constituye la llamada
asimetría de la co11 trastnció11.
Popper comenzó su actividad filosófica ataca ndo duramen te el positivismo lógico del Cír-
culo de Viena. En 1934 publicaba su Logik der Forschung (lógica de la investigación) en la que
analizaba las reglas seguidas en la obtención d e hipó tesis y teorlas científicas desde un punto
de vista esencialmente basado en la lógica. Así delimitó u na perspectiva - el Racionalismo Crí-
tico- a la que ya nos hemos referido en relación a diferentes cuestio nes anal.izadas en nuestro
recorrido.
Para evitar los efectos d e la falacia de afirmación del consecuen te, qu e lleva a admitir teorías
sin una base lógica que las avale, Karl Popper enfoca la cuestión metodológica en lo único que
se puede garantizar lógicamente en virtud de la asimetría de la contrastación: la refutación.
33 Hemos mencionado en distintas oportunidades a Karl R. Popper (1902-1997). quien no sólo ha sido una de
las figuras más influyentes y respetadas en el campo epistemológico en la segunda mitad del siglo XX. sino tam-
bién la más discutida fjunto con Kuhn. de quien nos ocuparemos en los próximos párrafos). Su recurso al refu-
taóonismo que estamos ahora presentando es el eje de su rica producóón y de su controversia! perspectiva. La
lógica de la investigación (" Logik der Forschung"), publicado cuando tenía 33 at\os de edad (1935). contiene la
mayor parte de sus ideas sobre filosofía de la ciencia. En 1963 publicó. pertinente a nuestco tema, Conjeturas y
refutaciones.
Capítulo V Las hip6tesís de investigación 249
Dadas dichas premisas se deduce que habrá que analizar los métodos de verificación aplica-
dos en las ciencias naturales sin ayuda del "concepto" de verificación y sin ayuda del concepto de
"inducción".
El recurso a la refutación
Popper presenta ent()nce5 una variante del método hipo tético deductivo que llama refutacio-
nismo o falsacio nismo, justamente debido a que las hipó tesis, para ser consideradas científicas,
deberán cumplir con el requisito de refutabilidad o falsabilidad .
La falsabilidad no implica la falsedad, sino la co ndición de falsable, de refutable, condición
que consiste en que sólo se considere científica una hipótesis si es posible pensar por lo menos
un enunciado tal que, d e hacerse verdadero, pruebe la falsedad de la hipótesis. La posibilidad de
la falsación de formula r proposiciones universales se apoya en que son transfo rmables en una
forma de p roposición negativa como la siguiente:
Veámoslo en el ejemplo que propone Popper: teniendo en cuenta que no podernos verificar
la proposición ''todos los cisnes son blancos", pues eso nos llevaría a la imposible misión de ve-
rificarla en los cisnes de todo tiempo y lugar, sólo nos queda el camino de comprobar la propo-
sición transformada "no hay ningún cisne no blanco" (por ejemplo, negro). Si se diera el caso de
que eitistiera un cisne no blanco, pod ría formularse la siguiente proposición singular: "en tal lu-
gar y en tal momento se da un cisne no blanco''. En este caso la proposición singular que afirma
la eústencia de un cisne no blanco contradice a la proposición transformad a (universal) sobre
la no existencia de cisnes no blancos. Esto mostraría la falsedad de la hipótesis "no hay ningun
cisne no blanco". Es decir: de un enunciado singular se segu irá la negación de un enunciado ge-
neral. No se puede afirmar que "Todos los cisnes son blancos" en cambio sí se puede formular
la proposición general "Todos los cisnes no son blancos''.
La exigencia del empirismo de contar con hipótesis comprobables en la experiencia concreta
debe transfonnarse as!, según Popper, en la exigencia de proposiciones "falsablcs" (en el sentido
de la "posibilidad lógica" de la demostración de su falsedad.
250 Me todología de la Investigación en o,ganizaclones, mercado y socied.:sd
Ejemplo:
"La aplicación de r.m estilo de dirección autoritario (fundado carismática, tradicionalmente, etc)
tiene como efecto una mayor insatisfacción sobre personas de alto nivel de calificación que la apli-
cación de un estilo de dirección menos autoritario"
Ahora bien, en el momento en que Popper postula sus ideas es muy discutida la posibilidad
misma de que las ciencias sociales puedan llegar a formular proposiciones universales en senti-
do estricto q ue -y al mismo tiempo- no permanezcan en el ámbito de las certezas triviales. la
objeción a dicha suposición proviene de la convicción de que las afirmaciones se refieren siem-
pre a épocas determinadas, a situaciones muy concretas, a cultura.s muy definidas, y no son ge-
neralizables. Es la razón por la que otros autores 37 han propuesto ampliar su concepto de teo -
ría, y admitir como.teóricas proposiciones universales pero no en sentido estricto. Se tratarla de
"quasi-teorías''. La cuestión sobre el valor de estas quasi-teorías en el campo de las ciencias so-
ciales y si, o en qué medida podría pasarse desde ellas - gracias al proceso de "nomologización -
a teorías en el sentido de Popper, sigue siendo un problema planteado a la Teoría de la Ciencia.
No obstante otras perspectivas mas amplias y actuales proponen respecto de la cuestión que
nos ocupa la siguiente alternativa: las grandes teorías existen y su utilidad científica radica antes
que en su poder explicativo o su alcance empírico en su fuerza heuristica_En general correspon-
den a teorías en sentido amplio o directamente a sistemas filosóficos incontrastables pero capa-
ces de generar hipótesis contrastables empíricamente no sobre regularidades o leyes que regirían
la aparición de eventos singulares, sino sobre la aparición de ciertos "esquemas" o estructuras co-
munes en esos eventos.
que supone, la cual lleva a afirmar que a partir de la observación de los hechos es posible deter-
minar qué teorías son falsas y cuáles verdaderas -o provisoriamente verdaderas. En efecto, si re-
cordamos el esquema del razonamiento deductivo válido que nos lleva a la refutación, el modus
to/lens, veremos que la segunda premisa es una afirmación empírica: el investigador ha observa-
do lo que dice en esa segunda premisa, ahi se registra si las consecuencias extraldas de la hipó-
tesis se verifican o n o en la experiencia. Los criticos de Popper le sef\alan que si la observación
depende de la teoría y también de múltiples factores que van desde las expectativas del observa-
dor hasta la calidad de los "órganos" de observación, es improcedente abandonar una hipótesis
en virtud de que una observación (o varias), de la cual no tenemos garantías, contradice lo que
esperábamos. El modus 101/ens sólo garantiza la verdad de la conclusión cuando todas las premi-
sas son verdaderas, pero con premisas falsas -aunq ue sea una - se vuelve improcedente. En rigor,
en l:i medida en que todos los enunciados observacionales son falibles, si una hipótesis funda -
mental al ser contrastada choca con una consecuencia refutada, bien puede mantenerse la hipó·
tesis y rechazarse en cambio el enunciado observacional (el dato).
Para ser precisos, es necesario señalar que el mismo Popper era consciente del problema de la
falibilidad de los enunciados observacionales y elaboró una defensa de su postura centrada en la
discriminación de diferentes tipos de enunciados observacionales. Los clasificó en enunciados
observacionales públicos por un lado y experiencias perceptivas privadas de los observadores
por el otro. Pretendió de este modo resolver el problema del uso de enunciados observacionales
en la refutación median te el recurso a la comunidad científica como garantía de verdad. Así, lo
que los cicntificos concuerden en aceptar como verdadero habrá traspasado el límite de la sub-
jetividad y se convertirá en intersubjetivo. En el marco de esta postura, ello equivale a la única
forma de objetividad alcanzable. la verdad consiste, entonces, en una coincidencia, un acuerdo
interno de la comunidad científica.
Esta distinción, 31 sin embargo, no logra salvar al fnlsacionismo de las dificultades que entra·
iia b asa r el criterio de cientificidad en la falsación a través de enunciados observacionales: la co-
munidad científica bien puede ser como aquellos aficionados al partido de tenis de los que ha-
blamos en el capítulo 4. En la medida en que todos comparten la misma educación, hacen las
mismas experiencias, cuentan con las mismas teorías -en suma comparten los códigos- es por lo
menos problemático pensar que un acuerdo intersubjetivo sea suficiente para establecer o recha-
zar una hipótesis.
Otro problema colateral es que las hipótesis, como ~imos, no se contrastan directamc11tc, in-
dependientemente de otras teorías y sin auxilio de medios técnicos; esto es lo que, en definitiva,
da complejidad al método hipotético -deductivo. La hipótesis que se plantea como respuesta ten-
tativa ni problema no está aislada: siempre se constituye en conjunto con otras. A la hipótesis
centraJ hay que sumarle las hipótesis subsid iarias (aquel las suficientemente conoborada y acep·
tadas que expresan nuestro conocimiento anterior del material de trabajo.); las hipótesis auxilia-
res (son las que se aceptan provisional y transitoriamente, porque sin ellas no puede avanzar la in-
vestigación.); las hipótesis o teorías presupuestas (es el marco teórico dentro del cual la hipótesis
central se inserta y que perm ite, entre otras cosas, darle inteligibilidad a los conceptos en los cua-
les está r.xpresada); las hipótesis derivadas (son aquellas que se deducen lógicamente de la central
y que pem1iten -en combinación con ésta- generar consecuencias observacionales) y, poi último,
38 Para ampliar, ver Chalmers, A ¿Qué es esa cosa llamada ciencia? op. cit.
.54 Metodología de la 1nves1i9ad6n en organizaciones, mercado y ~ocledad
los datos de observación (que, a diferencia de su status en el empirismo, aquí se consideran hi-
potéticos y serán revisados si es necesario a la hora de defender la hipótesis central). Cuando el
científico llegue al próximo paso, rd habrá constituido un complejo sistema de hipótesis y datos
observacionales cuya corroboración o refutaCÍón deberá atravesar numerosas instancias. Enton-
ces, si lo que se somete a la contrastación no es solamente la hipótesis principal sino el conjun-
to formado por ésta, las teorías auxiliares y los instrumentos empleados que se encuentran im-
plícitos en el marco teórico (y metodológico) en el cual se inserta aquella, la refotación de una
determinada consecuencia observacional no implicaría 11ecesariamet1te la falsedad de la hipóte-
sis principal. En caso de producirse una refutación , lo que resulia falso es ese conjunto. Pero la
falsedad de una conjunción puede deberse tanto a la falsedad de todos sus componentes como
a la falsedad de uno solo de ellos. ¡Qué nos garanti1.a que el elemento falso sea la hipótesis prin-
cipal y no los instrumentos o las hipótesis auxiliares que, aunque se supongan corroboradas,
pueden en una nueva cond ición resultar falsas?
Esto lleva ría a descartar hipótesis interesantes para la ciencia por un defecto de la refutación,
Jo que nos introduce de lleno a la otra objeción seria que se hace al falsacionismo y que se si-
gue de las anteriores: la historia de la ciencia -dicen los críticos de Popper- ha dado probadas
muestras de que nuevas teorías se impusieron a otras ya aceptadas, a pesar de que sus afirma-
ciones fueron persistentemente falseadas. Es decir, que la falsabilidad sea condición suficiente de
la demarcación es cuestionable si nos remitimos a la evidencia histórica disponible, aportad a
por la historia de las ciencias. Es falso, hay que admitirlo, que en sentido estricto la comunidad
científica opere mediante critica sistemática de teorías. Muchos científicos insistieron en sus hi-
pótesis, pese a que éstas resultaban refutadas, entre ellos Newton y Bohr. Históricamente, la cien-
cia no ha operado descartando hipótesis apenas eran falsadas, sino que muy por el contrario ha
encon trado recursos que le permitieran al investigador salvar sus hipótesis d e la falsación ape-
lando a hipótesis auxiliares o hipótesis ad hoc.39
39 Hipótesis ad hoc: hipótesis espeóalmente propuestas con la finalidad de evitar el rechazo de las hipótesis de
investigación; no son otra cosa que hipótesis auxiliares pero que no fueron nunca contrastadas o que no pue-
den ser contrastadas independientemente de la hipótesis fundamental.
Cap!tulo V Las hlpOt esis de investigaclOn 255
en observaciones de los hechos y las observaciones pueden ser cuestion adas como criterios
de verdad pues están, a su vez, determinadas por los sL1pL1estos y las teorías del investigador
y de la comunidad cientifica que observa (en otras palabras, si toda observación depende de
la teoría), los hechos observados pueden considerarse tan falibles e hipotéticos como las hi-
pótesis mismas.
Si queremos entender por qué una teoría es finalmente aceptada o rechazada habrá que
considerar cuál es el rol de esos determinantes en el momento de la aceptación o el recha-
zo. Ese análisis surge, del mismo modo que Popper sometió a una critica implacable los re-
sultados del posit ivismo lógico, de Lakatos, Kuhn y Feyerabend entre otros filósofos que
someterán a crítica los presupL1estos del racionalismo critico popperiano. Ellos intentan
reivindicar la dimensión histórica, social y pragmática de la compleja empresa científica.
El núcleo fundamental de su crítica consiste en afirmar que los científicos no actúan como
Popper afirma que hacen y que, por tanto, si queremos dar una descripción real del procedi-
miento cicntifico debemos buscar por otro camino. Este camino requiere prestar una atención
más detallada a los estudios históricos sobre la ciencia. ·
40 Para una más adecuada aproximación al problema de la inddenda de la historia en la ciencia, ver Foucault, M.
Las palabras y las cosas. México: Siglo XXI, 1991.
256 Metodologla de la Investigación en organizaciones. mercado y sociedad
Más allá de las distintas acepciones que puedan darse al término "realidad': Khun introduce
la idea de que la realidad misma es una verdad paradigmática. Cree que no hay un modo en que
las teorías puedan legítimamente construir frases del tipo "realmente está allí" (es decir que pue-
dan legltimamente construir enunciados observacionales). Para él, la unidad de una teoría y su
correspondiente verdadero en la naturaleza es una ilusión.
41 Kuhn intenta distinguir y precisar los dife1entes séntidos con que intrcxlujo el término "paradigma· . Dos sen-
tidos principales organizan las múltiples acepciones que éste asumía en su primera obra. El primero es global y
comprende todos los compromisos compartidos por un grupo científico, la completa constelación de creencias.
valores, tknicas y demás elementos compartidos por los miembros de una comunidad científica dada. El segun-
do denotd un componente c1pedfico de lo ~nterior, uri tipo especialmente importante de tales compromisos.
Kuhn denomina en estos trabajos • mauiz disciplinar· a lo primero y • ejemplar· a lo sé9undo. Un µaradigm& co-
mo matriz disciplinar es lo compartido por una comunidad científica. lo que guía en un momento dado su inves-
tigación normal.
Capítulo V Las hi póte sis de Investi gación 257
Cada paradigma es inconmensurable respecto de otros paradigmas. Ello significa que no pue-
den compararse ni decidirse que uno sea mejor que los otros: son, simplemente, d iferen tes. De
esta incomparabilidad se infiere la idea, que mencionamos al inicio de n uestro recorrido por la
perspectiva khuniana, de que la noción de progreso científico es inaceptable: si el viejo paradig-
ma no puede compararse con el nuevo, ¡cómo decir que uno es mejor que otro? ¡cómo hablar
de superación o de progreso?
Khun, como vemos, tiene una concepción única de ciencia, es decir, no encuentra especifici-
dad alguna en las ciencias sociales respecto d e las naturales y, por lo tanto, n o es que el esquema
ciencia normal-revolución científica no se adecue desde su óptica a las ciencias sociale.s porrazo-
ne.s esenciales, sino que para él, meramente y por ahora, éstas permanecen en un período de pre-
ciencia o preparadigmático.•i
Muchos pensadores no acuerdan con esa idea de ciencia en la que madurez es sinónimo de
paradigma único y propugnan la convivencia de paradigmas como inherente a las ciencias so-
ciales. En la práctica, podria decirse que la particularidad de estas ciencias consiste en que apa-
recen en su seno consensos hegemónicos ( es decir, algo así como paradigmas relativos), pero
nunca en un contexto de "ciencia nonnal" en el sentido que lo entiende Khun .
En las ciencias flsicas, por ejemplo, los paradigmas están firmemente asentados sobre un
tiempo normal de acum11lación científica: son consensos sólidos que permiten esa acumulación.
Eso no existe en las ciencias sociales. En ellas nunca hay ciencia normal estrictamente hablando.
Siempre existen desacuerdos fundamentales y es por ello que Khun las encuentra precientíficas.
La diferencia entre la situación de las ciencias sociales y la que plantea Khun en las ciencias
naturales es la improbab ilidad de que en las primeras el acuerdo paradigmático se alcance algu -
na vez, como de hecho sí ocurre en los momentos de ciencia normal en las ciencias naturales.
Aunque distintos pensadores explican la imposibilidad de la homogeneidad paradigmática en
las ciencias sociales con distintos argumentos baste decir -para evitar seguir extendiéndonos en
la djscusión- que esos argumentos se edifi= sobre la particular implicación mutua entre el su -
jeto y el objeto en las ciencias sociales.
Ahora bien, si no tener en claro cómo interpretar el resultado de una investigación podía de-
sanimar el lector, es cierto que la noción de relativismo paradigmático no aporta mucho al pla-
tillo del entusiasmo. Sin embargo, son muchos también los pensadores que, aún reconociendo
el enorme peso de los factores históricos en la aceptación o rechazo de una teorta, han cuestio-
nado las posturas relativistas extremas y se han preguntado sobre las razone.s por las cuales, si las
cosas son tal como afirma Khun, se llega -o podría llegar- un paradigma a imponerse sobre otro.
La pregunta ahora es: ¿siendo incomparables, no seria imposible ,leterminar c1ue uno es mejor res-
pecto del otro? I..a respuesta de Kllhn no deja espacio a la duda: la teoría que se impone lo hace
porque tiene más fuena, prestigio, reconocimiento, en suma, más poder -y por lo tanto más.po-
der p ersuasivo- que la otra. Por esa fuerza se impone y asi el nuevo paradigma vencedor es acep-
tado. Para él, los elementos que sostienen el conocimiento no son ni la razón ni la empiria, sino
la fe de las comunidades que lo sustentan.
Sin dudas, Kuhn -y otros muchos pensadore.s entre ellos de manera relevante los mencion a-
dos Lakatos y Fayerabend, cuya mera reseña excederla nuestros objetivos- son la expresión d e un
verdadero salto en la concepción contemporánea de la ciencia. Durante la Modernidad la cien-
cia se presentó como un saber absoluto, universal, objetivo y ahistórico; e n la actualidad, todas
<3 Para comparar en un nivel introductorio el d~drrollo d~ Khun con el de Fouc¡¡ul1 (que rP.s11lta má~ adecuado
para comprender la problem~tica de las óendas sociales). ver: Díaz, E. (comp.) la poscien<.ia. Buenos Aires: Bi-
blos, 2000.
260 Melodologfa de la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
las ciencias, incluidas la física y las ciencias naturales, tal como tuvimos oportunidad de discutir
!!ll el capírulo 2, se cuidan de cualquier absolutización del método que aplican y de la verdad que
conocen. En lugar de hablar de verdades de validez universal, verdades que reflejan la realidad tal
cual es, se prefiere hablar de proyectos y modelos hipotéticamente válidos, que sólo sirven bajo de-
terminadas condiciones y dentro de determinados límites y que, en todo caso, son compatibles
con otros proyectos y modelos hipotéticamente válidos también. 44 En tal sentido, la contrasta-
ción es más que nada una búsqueda de contextualizació~ de las hipótesis hasta lograr una cada
vez más ajustada.
Mientras para el positivismo la confirmación repetida de una hipótesis la convierte en ley, es
decir, en un enunciado confirmado acerca de cómo es el mundo, para el investigador no positi-
vista una ley es una proposición hipotética y modélica acerca del sector de lo real estudiado por
él. De hecho así valoraremos en el con texto de nuestro curso el destino de la hipótesis de inves-
tigación. Como una generalización con cierto valor predictivo, pero básicamente, como una es-
tructura que opera como un modelo descriptivo o explicativo del funcionamiento del objeto en
tanto respuesta a la pregunta formulada en el problema de investigación. Dicho en otras pala-
bras, a una hipótesis contrastada positivamente y que posibilita prácticas contextualizadas la lla- .
maremos ley en la medida en que es una hipótesis aceptada luego de la contrastación. Pero no
como verdadera (pues continúa siendo hipotética), sino como superadora de la duda que plan-
teamos en el problema. Es ley porque supone que la duda respecto del problema que se ha con-
textualizado fue resuelta y pueden esperarse, en ese contexto, pautas de comportamiento, estruc-
tur3s, hechos que aunque no sesean iguales, serán análogos.
La ciencia, como toda producción humana, se desarrolla en un contexto histórico que la de-
termina de múltiples maneras: ideológicas,sociales, políticas y económicas -parte de pasi611- que
inciden en la elección de los problemas, en las condiciones de producción del conocimiento y en
la aceptación o rechazo de las hipótesis.
Si ningún cientifico ignora ya estas determinaciones, la pregunta de fondo parece ser la si-
guiente: ¿tienen un valor de verdad los enunciados científicos más aUá de que todos surgen en el
marco de determinados condicionamientos históricos? ¿o la historicidad inherente a la ciencia
como institución determina hasta las últimas consecuencias la posibil idad de conocer? En otras
palabras ¿es todo una cuestión de poder, y no hay nada "ahí afuera" que pueda conocerse?
La controversia no ha logrado zanjarse. Míe,ntras unos sectores siguen defendiendo la posibi-
lidad de acceder a un conocimiento válido sobre la realidad, otros sostienen el peso determinan -
te de los intereses humanos sobre los productos de la ciencia.
Los representantes de la primer postura cuestionan a Khuo del siguiente modo: tal como él
plantea las cosas, ¿por qué habrían de reconocerse las anomalias dentro de un paradigma?; si to -
dos los científicos comparten el paradigma, ¡por qué registrarían incongruencias? En todo caso,
¿incongruencias respecto de qué? ¿existe, entonces, una referencia exterior al sujeto que puede
dar cuenta de que dentro del paradigma se cometen errores? En virtud de estas criticas se act1sa
a Kuhn de ser excesivamente relativista. Esta acusación se extiende de algún modo a todas las
perspectivas historicistas, pues se les imputa que pretenden ignorar la capacidad de la ciencia de
dar respuesta a los problemas que se le plantean y de presentar un relativismo tan radical que
parecen afirmar que da lo mismo cualquier explicación, pues todo es relativo y será o no acep-
tado según el poder de quien lo afirme.
Conocer éstas y otras críticas muy razonables a Khun o las perspectivas historicistas en gene-
ral nos permite poner en cuestión el relativismo más extremo sin por ello pretender sostener un
ideal de objetividad y universalidad al que explícitamente hemos renunciado desde que comen-
zamos este libro. Podemos ahora preguntarnos si subyace, entonces, al método científico que es-
tamos empleando algún criterio de racionalidad que lo justifique. Pero, en ese caso, ¡qué es la ra-
cionalidad? ¿a qué llamar conocimiento racional? ¿Es posible, a pesar de todo, encontrar algún
criterio de racionalidad aunque los científicos -en tanto sujetos individuales- no se comporten
racionalmente; o debemos considerar todo absolutamente relativo?
Se trata de un camino que se está abriendo desde d istintas perspectivas que procuran renun-.
ciar a la ambición de un conocimiento ahistórico y objetivo pero, tambié.n, al relativismo extre-
mo y la irracionalidad. Son miradas que, como propuso Nietzsche, pretenden ampliar los limi-
tes de lo que se entiende por racionalidad sin renunciar a ella.
En definitiva, tenemos que si bien el sistema cultural dentro del cual se inscriben los enuncia-
dos, conceptos y categorías de una teoria, actúa selecúvamente sobre éstos, definiendo la perti-
nencia de algunos y no de otros, ello no conlleva necesariamente a la conclusión apocalíptica del
fin o la muerte de la teoría, a no ser que la misma sea concebida en un sentido absolutamente
restringido. Pero, en la medida en que las proposiciones teóricas sean encaradas en una perspec-
tiva más amplia -como ocurre actualmente en la ciencia- encontramos nuevas posibilidades, ge-
neralmente no contempladas hasta ahora y cuyos fundamentos se encuentran a medio camino
entre la explicación y la interpretación, entre el determinismo causal y la probabilidad, y en de-
finitiva, entre la ciencia y la hermenéutica
Hemos querido, antes de iniciar las tareas necesarias para la contrastacion empírica de nues-
tras hipótesis, d etenernos a pensar cómo habremos de interpretar los resultados.
1 -
Aunque distfotos autores distinguen entre datos secundarios, investigación secundaria, fuentes se-
cundarias y análisis secundario, In distinción no tiene mayor importancia, ya que en la prácticn suelen
confundirse.2 Lo importante como criterio a considerar para determinar si nuestra investigación se-
rá primaria o secundaria, es si los datos habrán de ser obtenidos directamente de las fuentes por el in-
vestigador y su equipo para los fines de la propia investigación en curso, o si serán tomados de los regis-
tros realizados por otros investigadores, para otros estudios. En el primer caso, será una investigación
primaria, ya que la información utilizada para contrastar empíricamente las hipótesis es informa-
ción de primera mano, y en el segundo será investigación secundaria, en tanto la fundamentación
empírica se logra a partir de información de segunda mano. El criterio empleado nos permitirá dis-
criminar los diferentes estudios en función del contacto más o menos mediatizado que como in-
vestigadores tenemos con las fuentes, independientemente de si éstas son personas, objetos, docu-
mentos, films, etc. Por ejemplo, si deseamos conocer el nivel socioeconómico de la población de la
ciudad de Bahía Blanca, podemos seleccionar una muestra representativa de esa población y reali-
zar una encuesta para ubicar a las personas en distintos niveles socioeconómicos -según nuestras
propias definiciones conceptuales y operacionales de esa variable- y estaríam os haciendo una in-
vestigación primaria. Si, en cambio, acudiéramos única111ente a las estadísticas que publica el IN-
DEC en la pagina del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas d el año 2001,3 entonces
nuestra investigación serla secundaria. Veamos a continuación a cada tipo con mayor detalle.
1 Butterfield,H. Citado por Meyer, P. perio<f,smo de precisión. Barcelona: Bosch !=omunlcación, 1993, p. 37. ..
2 Gonz~lez Rodrlguez, B. "La utilización de los datos disponibles · . En Gard a Ferrando, M. (comp.) El anJ/,s,s de
/a realidad social. Merados y técnkas de investigación. Madrid: Alianza editorial, 1997.
3 Ver los datos en: www.indec.mecon.ar.
266 Metodologla dt IJ Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
Puede obtenerse evidencia emplrica de primera mano por medio de encuestas o censos, ha-
ciendo experimentos de campo o de laboratorio, observando cómo trabajan o caminan las per-
sonas, es tudiando las fachadas de los edificios, analizando diarios y revistas, programas de televi-
sión, las cartas de José de San Martín, las leyes publicadas en el Boletín Oficial, las piezas desen-
terradas por los arqueólogos que descubrieron la vieja Aduana debajo de la Casa de Gobierno, las
obras completas de Karl Marx y los comerciales de Coca Cola desde 1960 a la actualidad. Lo im-
portante, en cualquier caso, es que para construir los datos emplearemos materia prima que pro-
cesaremos a partir de nuestras propias teorías, en lugar de utilizar un producto ya elaborado.
Fuentes internas de las empresas Estados financieros de la firma, soportes contables, re-
gistros de inventarios, informes de investigación, etc.
Publicaciones periódicas, libros, bases de Contienen datos que permiten obtener evidencia sobre
datos, documentos web tendencias sociales, económicas, culturales, etc.
Los datos secundarios se consiguen generalmente con mayor facilidad, rapidez y a menor costo
que los datos primarios; sin embargo, como veremos más adelante, no siempre proporcionan la to-
talidad de la información necesaria y su exactitud, validez, confiabilidad y pertinencia son difíciles
de evaluar debido a que en cada etapa del proceso de investigación existen numerosas fuentes po-
tenciales de error, cuando no de desajustes insuperables entre los objetivos de la propia investiga-
ción y los de la investigación original en la que se generaron los datos que se pretende utilizar.
Aún asi, las enormes posibilidades que la información con datos disponibles ofrece al inves-
tigador son cada vez mayores, y el esfuerzo que exige su evaluación puede verse recompensado
ampliamente. Mientras en la década del 50 la televisión de masas transmitía el mismo mensaje
a millones de personas al mismo tiempo, hoy, la investigación basada en datos disponibles no es
sólo una alternativa sino una gran oportunidad de acceder a la información necesaria para ela-
borar mensajes especializados, a medida del destinatario.
La figura 6.2 muestra, a modo de ejemplo, cómo las empresas utilizarían información prima-
ria e información secundaria, interna y externa, con el propósito de obtener conocimientos ne-
cesarios para el desarrollo de nuevos productos.
S.i un banco d= lanzar al mercado una nuev;i Unea de créditos diseñada exdusivamentc para estudiantes
universitarios y realiz:i una encuesta para entender los hábitos de consumo de este segmento, estará obte-
niendo de.ese modo infom,ación primaria. Si no dispone de presupuesto suficiente para investigación y de-
cide buscar entre sus dientes actuales de cajas de ahorro quiénes cumplen con los requisitos demográficos
del mercado objeti,-o dcl nuevo producto a fin de indagar sus hábitos, habr:I obtenido información secim-
daria interna, ya que los datos provienen de su propia base de clientes. Si otra entidad financiera se propu-
siera indagar sobre eso.s mismos consumidores para diseñar una línea de créditos similar a la del banco an-
terior, y entonces consultara los estudios realizados por distinta5 w1iversidades sobre el perfil y costumbres
de sus propios estudiante_\, estarla obteniendo iriformacióri secundaria txtema, ya que esos datos habrlan si-
do conseguidos por otra organiuición y por motivos ajenos a la investigación que se está desarrollando.
En los negocios, la investigación con datos secundarios interviene en todas las instancias de la
investigación, desde la búsqueda de nuevos nichoS'dé mercado hasta para la estimación de ven-
tas actuales y futuras. A corto plazo, se hacen estimaciones de cuánto se podrá vender; a media-
no y largo plazo, de qué se va a vender y en qué mercado. El examen de datos demográficos pro-
porciona información muy útil en tal sentido, ya que permite proyectar el crecim iento de la edad
de la población, su distribución geográfica, nivel educativo, acceso al empleo, etc. Existen, ade-
más, datos sobre comercio interior y exterior, legislación en materia de fabricación de productos,
de envases, instalaciones, sustancias tóxicas, publicidad y p1edios; índices de precios mayoristas y
minoristas, indicadores económico-sociales nacio nales, regionales y mundiales; y todos los datos
que las instituciones y organizaciones actuales generan en número crecíente cada dia.
Las posibilidades de investigación que se abren en los campos académico, profesional o co-
mercial son enormes. No obstante, dos amenazas se ciernen sob re quien dirige su mirada a la in-
vestigación secundaria: la primera es la dificultad para evaluar criticamente los datos -nos ocu-
paremos de ella más adelante-, la segunda es la confusión y parálisis que la gigantesca oferta de
información disponible puede infligirle al investigador.
...
Aunque todos sabemos que la oferta de datos e información es tan grande como nunca lo fue
antes, no siempre conocemos el tipo y formato en que está disponible, y sobre todo, quiénes pue-
den contribuir con nosotros para que la búsqueda resulte mas rápida y provechosa.
computadora que tenemos en casa. En efecto, la navegación solitaria por Internet podrá ser muy
productiva para quien tiene conocimientos amplios sobre el área que se propone investigar y
contacto con otros investigadores con quienes intercambia r ideas, pero en momentos tempra-
nos de la formación universitaria, en los que no siempre se cuenta con los recursos teóricos y
cognitivos para acceder a información relevante, deviene antes en una pérdida de tiempo que en
la localización de material útil.
Bases de datos bibliográficos: incluyen documentos académicos, informes técnicos, tesis , in-
vestigaciones , libros, etc.
Bases de datos numéricos: incluyen información obtenida en encuestas, datos estadísticos co-
rrespondientes a distintas épocas, datos oficiales, etc. Algunos de los datos que pueden obtener-
se en esta clase de base son: empleo, producción industrial productos agrícolas, comercio exte-
rior, precios al consumidor, salarios, balanza de pagos, informaciones sobre audiencia, etc.
Bases de datos de directorios: directorios de empresas que contienen información sobre per-
sonas, empresas y servicios relativas a su ubicación geográfica, volumen de ventas, número d e
empleados, sector, actividad, proceso productivo, materias primas, medios de producción, con-
trol de calidad, tipos de distribución, clientes, productos que importa, volumen de ventas, ran-
king de empresas exportadoras, etc.
Bases de datos de texto completo: incluyen el texto completo de los documentos que compo-
nen la base de datos. Pueden contener la legislación completa de un pais, los informes de la in-
vestigaciones realizadas en distintas áreas del saber, las notas de revistas que ofrecen información
económica y comercial y que además brindan información que permite estudiar tendencias cul-
turales, estilos de vida, comportamiento de audiencia, etc. Un ejemplo puede ser la base de un
diario como Clarín o La Nación, que guarda el texto completo de todos sus ejemplares a lo lar-
go del tiempo. Otro, la agencia de noticias Reuters provee una base de datos que permite la bús -
queda de artículos, en texto completo, de la mayoría de los diarios y revistas de todos los países
del mundo y en cada caso trae por lo menos 150 palabras traducidas al inglés.
Bases de datos institucionales y corporativas: son las que ofrecen universidades, sindicatos,
asociaciones profesionales y corporativas que permiten acceder a datos de interés especifico. Al-
gunas de dichas organizaciones, de interés para muchos de los lectores de este libro, se propo-
nen en la figura 6.3.
Bases de datos demográficos: Uno de los recursos mas importantes para el desarrollo de la in-
vestigación con datos secundarios, utilizado por investigadores de todos los enfoques y perspecti-
vas teórico metodológicas, son las bases de datos demográficos. Los tres tipos mas importantes son:
a. Censos de población: Según las Naciones Unidas, un censo se define como "Un con-
junto de operaciones que consiste en reunir, elaborar y publicar datos demográficos, eco-
nómicos y sociales, correspondientes a todos los habitantes de un país o territorio defi-
nido y referido a un momento determinado o a ciertos períodos de tiempo dados". El
censo de población constin1ye una actividad estadística de gran utilidad pa.ra el país o te-
rritorio. Es la principal fuente de datos básicos sobre población necesarios para el ade-
cuado funcionamiento de la gestión socioeconómica y política de un pais. El censo ofre-
ce datos de los siguientes tipos
• Geográficos: ubicación de la persona en el momento censal, residencia habin1 al, ti-
po de localidad (urbana o niral) en que fue empadronada.
• Demográficos: información sobre el hogár y las relación de parentesco entre los
miembros. Además de la edad, el género, el estado conyugal y lugar de nacimiento,
frecuentemente se miden los procesos migratorios y se hacen algunas preguntas ten-
dientes a medir indirectamente la mortalidad y la fecundidad.
• Educación: En este ámbito interesa el alfabetismo y el nivel de instrucción de las per-
sonas; también se puede consultar sobre la asistencia actual a un centro educativo de-
terminado.
• Actividad económica: Se consulta si la persona es económicamente activa o inactiva.
Ocupación específica, rama de actividad económica a la que se dedica y su categoría
ocupacional (patrón, empleado asalariado, trabajador por cuenta propia, etc.)
• Otras: Se acostumbra consultar sobre otras caracterislicas tales como: etnia, religión,
idioma.~. impedimentos físicos, etc. En el último censo realizado en Argentina, por
ejemplo se recaban datos sobre pertenencia a tribus indígenas y sobre discapacidades
fisicas y mentales en la población.
272 Metodolog ía de la Investigación en organizaciones, me rcado y soci edad
7 Actualmente. la mayoría de los países cuentan con una instituóón que realiza esta labor y a la que normalmen-
te se denomina, también, Registro Civil.
Capitulo VI Oiserios con datos SEcundarios 273
El momento de registro de las fuentes no debería ser postergado nunca por otras urgencias.
Aunque insistimos en reconocer que la ta.rea no goza.de popularidad entre los estudiantes, el
apuro y el descuido en esta instancia resultan en una falta de sistematicidad que no solo atenta
contra la propia salud mental cuando Uega la hora de redactar el marco teórico, sino que puede
tornar estéril todo el esfuerzo realizado y hacer necesaria la repetición del itinerario de búsque-
da para tratar de identificar nuevamente las fuentes.
Los datos secundarios pueden ser utilizados en todas las instancias de la investigación y, de
hecho, han sido un recurso privilegiado en el proceso de construcción del objeto. El momento
epistémico se caracterizó por un movimiento dialéctico, de idas y vueltas hacia y desde las fuen-
tes bibliográficas, documentales y de datos secundarios, que en sucesivas reformulaciones nos
permitió establecer el ~qué" investigar.
,! En la figura 6.5 presentamos una reseña del papel que cumplen los datos secundarios en el
proceso de investigación. Ubicamos en la columna de la izquierda las funciones que hasta aqui
ya conocemos, y que solo serán mencionadas, y en la columna de la derecha los diseños cari da-
tos secundarios, es decir aqueUos que dan luga.r a investigaciones secundarias, en tanto permiten
responder a nuevos problemas con datos ya existentes.
• Existen datos válidos y confiables sobre las variables de las hipótesis a contrastar (aun -
que no de las relaciones que éstas proponen, pues en ese caso, como es evidente, no ha-
bría n ada nuevo que validar).
• Los fenómenos a investigar o las variables son tan poco frecuentes, que resultaría muy
dificil lograr observarlos directamente.
• No es ético obtener los datos de primera mano.
• Las encuestas, observaciones o experimentos no pueden realizarse po r razones prácti-
cas tales como falta de tiempo suficiente o excesiva distancia geográfica.
• La investigación primaria resulta demasiado costosa para el investigador.
• Los h echos ya ocurrieron. (investigación ex post facto, es decir después de ocurridos los
hechos).
Los estudios que sobre actividades empresariales ( como por ejemplo fusiones, inversiones, nue-
vos edificios, nuevos productos) y las consecuencias qui! han tenido esas acciones (en términos de
mercados, posicionamiento, beneficios, pérdidas, etc.) son temas propicios para ser investigados
con un diseño de datos secundarios. La experimentación en tales casos es obviamen te imposible:
no se puede manipular la fusión o la compra de un edificio nuevo con el objetivo de estudiar el
impacto que produce en la motivación de los empleados o en la imagen de la empresa. La obser-
vación , como diseño alternativo, podría ser factible, pero es m\1y improbable que un investigador
esté presente en los momentos más críticos d el desarrollo de los acontecimientos. En cambio, pue-
den obtenei:sc datos secundarios sobre productividad de los empleados o participación de la em·
presa en el mercado antes y después de la fusión o antes y después del cambio de edificio.
Las investigaciones con datos secundarios permiten iniciar investigaciones explicativas, si se
cuenta con los archivos adecuados sobre los sucesos que interesa conocer. Consideremos el si-
guiente ejemplo:
Hipótesis: .
"Desde su origen, la innovación fue una fiumte de crecimiento de la industria a11tomo1riz"
276 Metodologia de la lnvestigocióri en organizacionu. mercado y sociedad
La hipó tesis anterior (la correlación entre el volumen de ventas y la variedad de la oferta) po -
dría ser corroborada por la evidencia que ofrece el incremento de las ventas entre 1905 y 1906.
El salto observado en los datos representaría el crecimiento causado por la am pliación de la ga-
ma d e colores, es dedr, por la innovación.
optimizar los resultados de un estudio con datos secundarios que requiere controlar variables ex-
trañas es la confrontación, en la medida de lo posible, con otros métodos de investigación.
Veamos un ejemplo:
Hipótesis General: La dinámica económica en la déC11da del 90 de las ind.istrias de la com11nica-
ció11 (editoriales, TV, radio, Internet, cine, etc) produjo efectos socioculturales específicos e11 lasco-
munidades en las que dichas industrias se desarrollaron.
Puede pensarse que las variables involucradas -La dinámica económica de las i11d ustria; de la
comunicación en la década del 90- y los efectos socioculturales (cada uno de esos efectos estaría11 for-
mulados en hipótesis especificru) se verían reflejados en:
De esta forma, el diseño combina fuentes primarias y secundarias con el propósito de identi-
ficar posibles explicaciones alternativas a los cambios socioculturales estudiados que no se rela-
cionen con la dinámica económica de las empresas de productos culturales.
278 Metodología de la lnvestigadón en organizaciones . mercado y sociedad
Con el propósito de ordenar nuestra tarea de evaluación crítica y selección de datos secunda-
rios vamos a formular en los próximos párrafos un conjunto de interrogantes que deberíamos
proponernos responder para no actuar como consumidores pasivos de datos ignorando su na-
tu raleza y significado.
Basta haber intentado una vei someter al análisis secundario un material recogido en función de otra
problemática, por aparentemente neutral que se muestre, para saber que los datos más ricos no podrían
nunca responder completa y adecuadamente a los interrogantes para los cuales no han sido construi-
dos. No se trata de impugnar por principio la validez de la utilización de un material de segunda ma-
no sino de recordar las condiciones epistemológicas de ese trabajo de retroducci611, que se refiere siem-
pre a hechos construidos (bien o mal) y no a datos.
Fuente: Pierre Bourdieu y otros. El oficio del sociólogo.9
En la vida cotidiana y aún en el trabajo profesional - mucho mas de lo que podria pensarse-
las personas toman acríticamente las cifras que aparecen en los diarios o en los informes econó-
micos. índices de precios al consumidor, de desocupación, de salario de bolsillo o de deserción escolar
se consideran evidencia concreta en base a la cual tornar decisiones pragmáticas inmediatas.
•9 Bourdieu, P. et al. op. cit. p. 51-81. En las páginas señaladas el autor amplia sus consideraciones proponiendo
el análisis epistemológico de distintas técnicas de investigación.
C1pltulo VI Distnos con datos socund1rios 279
"Con tal costo de vida necesito cual salario de bolsillo''. Una parte crucial de la labor científica
consiste en el control y evaluación de la evidet1cia misma antes de ser empleada para adoptar
decisiones. Una mirada critica dirla: "Veamos primero qué es el costo de vida y qué es el salario
de bolsillo para quienes inventaron éstos Indices. Veamos luego con qué procedimieoto obtu-
vieron los datos y, sólo entonces, tomemos la decisión, con tal costo de vida necesito cual salario
de bolsillo.H
· De alguna manera, todo lo que en los próximos párrafos se explica será redundante en rela-
ción a las palabras citadas. Pero el efecto de redundancia es necesario, porque si bien hemos
aprendido ya que el objeto de investigación se construye, aún no hemos visto ruántas cosas más
habremos todavía de construir para cumplir con los objetivos que nos hemos propuesto en
nuestra investigación.
Debemos recorrer de a un paso por vez. Snbemos que el objeto de estudio no es algo dado en
el mundo que nuestra curiosidad se empeña en conocer, sino un sistema de relaciones configu-
rado como tal por operaciones intelectuales, por nuestra ubicación en un punto de mira espe-
cifico. L3 incógnita que surge en el momento de alentar el uso de datos ya elaborados -en este
punto de nuestro recorrido- es si el lector tiene las herramientas necesarias para ponderar los
datos secundarios disponibles.
L3 figura 6.8 ilustra la secuencia que da origen a los datos: la materia prima con la que se
inicia el proceso son los sistemas de relaciones teóricas que con6guran el objeto de invesúga-
ción. Con ese insumo se llevan a cabo tareas técnicamente complejas - que se explican con d e-
tenimiento en los capltulos 11 y 12- y el producto que se obtiene entonces -sólo entonces- es
un dato.
Procedimientos de medición
DATO
En tanto el dato es tributario de esta trama, no pod remos utilizar ingenua -y p eligrosamen-
te- la inform ación disp onible si no co mprendemos la lógica de la medición, de la elección de las
unidades de análisis y de las técnicas de muestreo. Cada uno de estos procedimientos implica
ciertas decisiones epistemológicas, teóricas y metodológicas que darán lugar a datos muy dife-
rentes de los que se hubieran obtenido de haber tomado ciertas decisiones otr11S.
Si la evocación del recorrido que hasta aqui realiza:nos y la mención de lo que aún resta nos
ayuda a mantener el estado de alerta ante los datos, ese estado debería contribuir a que las lineas
que siguen sean revisadas nuevamente una vez conocidas todas las operaciones que involucra el
proceso de medición, an tes de decidir utilfaar un diseño con datos secundarios.
280 Meiodologia de 10 Investig ación en organit ac.iones, metc.ado y socíedad
Si, por un lado, asumimos que el conocimiento cientifico es el producto de un proceso que de-
sarrollan los científicos; y si, además, ha quedado claro que los datos que un investigador obtiene
son conformes a las teorías y los procedimientos adoptados; se sigue, entonces, que cada decisión
tomada por quien produjo el dato que nos proponemos utilizar es una fuente potencial de error
e in,:-.xactit ud, pero sobre todo de inadecuación e incompatibilidad con nuestros objetivos.
No se trata -quedó esto dicho por Bourdieu- de desanimarse frente a los problemas que plan-
tea la investigación con datos secundarios. Si no perdemos de vista la amenaza de reificación, si
somos consistentes y sistemáticos en la evaluación crítica, entonces podremos edificar sobre las
relaciones construidas por otros investigadores, articulándolas con nuestras propias construc-
ciones, el mismo amasijo de datos preexistentes, pero reagrupándolos en 1111 nuevo sistema de rela-
ciones internas. Estas líneas procuran promover antes que desalentar la investigación con datos
secundi.rios, pero sometidos a un uso crítico y controlado. No se trata, como veremos, de iden-
tificar meramente errores técnicos, pues éstos no son frecuentes en datos elaborados por insti-
tuciones confiables con altos recursos económicos (aunque todo puede ocurrir). Se trata, en
cambio, de evaluar conceptos, definiciones y teoría acerca de lo que se está midiendo.
Naturalmente, y luego de los comentarios expuestos, resulta evidente que si la fuente prima-
ria no ,evela los d.:talles del diseño de investigación, ese material no es utilizable. Cuando la
metodología sí está expuesta -tal como ocurre en toda investigación seria- es necesario evaluar
el tipo y plan de muestreo, el procedimiento de recolección de datos, la calidad del entrena-
mien to de campo, las técnicas de elaboración de los instrumentos y los procedimientos de aná-
lisis de datos. Se debe revisar, además, la sección que informa sobre las limitaciones del diseño
y de los datos. Usualmente, los investigadores ofrecen información sobre los cuestionarios o es-
calas utilizados, material muy útil en tanto informa acerca de cómo se definieron empíricamen-
te las variables, cuáles fueron las unidades de análisis empleadas, y a quiénes pueden extrapo-
larse los resultados.
A continuación, puntualizaremos algunos de los aspectos específicos a tener en cuenta para
realizar una evaluación cuidadosa de los datos antes emplearlos como evidencia empírica.
6.6.2 ¿ Son confiables y válidos los datos secundarios que nos proponemos utilizar?
Un dato es válido cuando el instrumento con el que fue medido mide Jo que se desea medir.
La confiabilidad, en cambio, determina si la replicación de la medición dará resultados próxi-
mos en cada oportunidad que se la realice. Refleja, entonces, la consistencia de las mediciones
obtenidas por medio d e un determinado dispositivo de medición.
En el ca.~o de la investigación secundaria, un dato puede ser válido para el estudio original -
el instrumento mide el concepto ta l como éste se entiende en el marco teó rico de esa investiga-
ción- pero puede no serlo para nosotros, si dicho concepto no coincide con el d e la investiga-
ción que estamos desarrollando.
Ejemplo:
Una investigación disponible ofrece datos sobre una muestra de estudiantes universitarios ar-
gentinos d e 200 sujetos a los que se aplicó el "Test de inteligencia X". El estudio se realizó d u.ran-
te cuatro ai1os consecutivos, en los que dio cada vez resultados consistentes con los obtenidos de
la muestra anterior. Los resultados son entonces, confiables.
Ahora, si revisamos detenidamente el instrumento con el que se obtuvieron los datos, pode-
mos, p-Jr caso, considerar que las preguntas del "Test de Inteligencia X" miden conocimientos
Capltulo VI Di sef\os con datos secundarios 281
sobre distintas ramas del saber, pero no miden inteligencia, la cual, para n osotros ·Y es solo un
ejemplo- "es la capacidad para resolver problemas''. El instmmento, entonces, es confiable pero
no válido para la investigación que estamos realizando, pues nuestra teorla de la inteligencia no
coincide con la teoria de la inteligencia de quien elaboró el Test de inteligencia X.
6.6.5 ¿Es pertinente a n uestros fmes la unidad de análisi~ del estudio original?
La unidad de análisis es el elemen to mínimo de estudio en relación con un conjunto de
otros elementos que son de su mismo tipo. En ciencias sociales hay muchos ejemplos de u ni-
dades d e análisis: la familia, el empleado, la empresa, los grupos, las naciones, los consumido-
res, etc. El investigador crea artificialmente su unicad de análisis, por ejemplo: los votantes de
18 a 55 años, los co nsumidores de pilas, los es tudiantes que ingresaron a la universidad en el
año 2000, etc. La elección de la unidad es c rucial porque todo el procedimiento d e la investi-
gación gira alrededor de esa decisión. Por tal razón, es importante identifica r cuáles son las
de la invest igación que será nuest ra fuente de datos. Por ejemplo, en u na invest igación sobre
imagen de marca, ¿figuraban en el estudio todas las marcas o solam ente las principales? ¡a
quiénes se observó en el estudio original?. En la figura 6.9 se analizan d os estudios en los que
cambia la unidad de análisis. No será difícil adverúr el efecto que ese cambio produce sobre
los resultados.
282 MctodoJ09ia dt la Investigación et'l organizaciones, mecudo y sociedad
H•: La imagen positiva de la empresa favorece 13 recordación de marca del producto visto en un co-
mercbl.
Valida::ión de la hipótesis: supóngase que un investigador recurre a fuentes disponibles para obtener un
ranking de la imagen de distintas empresas porque va a contraitar su hipótesis y espera que exista una
correlación positiva entre las empresas que ocupan las posiciones más altas en el ranking de imagen y
aquellas en las que la audiencia recuerde más la marca del comercial.
Búsqueda y evaluación de los datos dispon ibles: Se encuentra en un sitio web un ranking de empresas
ordenado en función del Indice de imagen de c.ada una, realizado por una consultora prestigiosa duran-
te tres ai1os consecutivos. El Indice est:í conformado por aspectos tales como calidad, innovación, ética,
cuidado del medio ambiente, patrimonio y gestión de recursos humanos.
Los tres Indices implican la misma definición de la variable Imagen de la empresa y, suponiendo ahora
que es3 definición es aceptable para el investigador que busca los datos, éste podria utilizar los tres in-
dices para su estudio. Sin embargo, si se analiza cuidadosamente la población y la muestra de la encues-
ta se encuentra que, mientras en d primer afio de realización se aplicó el cuestionario entre "ejecutivos
medios y altos de las 100 mayores empresas del país~ en los otros dos años se interrogó a una muestra
de "hombres y mujeres de Bl1enos Aires y Gran Buenos Aires de 20 a SO nños". Desde luego, la ordena-
ción del ranking no es comparable, dado que no evalúa igual la gestión de recursos h11mattos el gerente
de una empresa multinacional, que cualquier sel\or o se!\ora de capital o provincia de 20 a 50 aí'los.
Camb:a la unidad de análisis, cambia el significado de los resultados. ¡Cuál de los indices es el quepo-
drá utilizar nuestro investigador imaginario para contrastar su hipótesis de la incidencia de la imagen
de la empresa sobre la recordación de la marca en un comercial! Eso depende del problema y los obje-
tivos de su investigación.
eloiudiar las redes de afinidad o las estructuras de poder en un sector determinado, el muestreo al
azar rompe, justame,1tc, con las redes de afinidad y con las estructuras de poder, que es lo que
nos interesa investigar. En suma: el muestreo que se elige en un estudio determinado implica una
teoría del objeto. La intención de utilizar datos disponibles nos impone revisar la congruenc.ia
de nuestras teorías con las que supone la uiuestra utilizada en los datos que recogemos.
6.6.9 ¿Nos interesan los aspectos del concepto que se han medído?
Los conceptos que utiliza la investigación social son complejos, por lo tanto, además d e eva-
luar si el estudio mide lo que dice medir, debemos analizar, en lo que a nosotros concierne como
investigadores que utilizaremos esos datos, si los aspectos <lc:l c.uuc:epto que interesuron al estu-
dio original son los mismos que nos interesan a nosotros. Por ejemplo, veamos el concepto de
desarrollo social -que es un índice que se m ide en todos los paises- y los distintos aspectos seña-
lados en el mismo. Acudiendo a la literatu ra encontramos que se consideran dimensiones d el de-
sar~llo social variables -entre otras - como la pobrrza. l.a pobreza se mide mediante indicadores
tales como la tasa de desempleo, el porcentaje de la población por debajo de la linea de la pobre-
za , etc. Si se los analiza con cuidado, los resultados de estas mediciones silencian ciertos aspec-
tos relativos a la distribución, pues son promedios poblacionales que no reflejan medidas de dis-
persión que sean sensibles en los c.xtremos, ni las diferencias por género, datos todos que se dilu-
yen en una meilia. Si, en cambio, se midiera, por caso, el porcentaje de la distancia entre el 20%
con más ingresos y el correspondiente porcentaje poblacionaJ con menos ingresos, entonces el
índice de pobreza hablarla del lugar que cada grupo ocupa en relación al todo y se podríaii ha-
cer otTo tipo de estimaciones. Veamos otro ind ica<lor de d esarrollo social, el índice rle salud, que
se mide con índicad ores co mo el porcentaje de la población con acceso a cloacas, acceso al agua
potable, esperall7..a de vida, tasa de mortalidad infantil, inmunización contra enfermedades infec-
ciosas, uso de métodos anticonceptivos, gasto social en salud respecto al PBI, etc. Ahora, si por
ej emplo el indicador, digamos, esperanza de vida .;e mide globalmente, entonces se ignoran las
diferencias al respecto para distintos segmentos sociales, con Jo cual las inferencias, estim aciones
y proyecciones que hagamos en base a ese indice para un sector especifico de la población pue -
den no ser válidas. Análogamente, cuando se miden variables relacionadas con el riesgo eco/6gico
en cada país, cabe preguntarse, por ejemplo si se están midiendo pérdidas por desastres natura-
les, o por catástrofes tecnológicas, o si se miden loi perjuicios derivados del cambio tecnológico
en las ciudades o el impacto de.1 riesgo en los distintos sectores sociales ( o, en cambio, se mati7,a
esa medida incluyendo las posibles medidas compensatorias ejecutadas que llevan adelan te los
284 Metodologia de ta Investigación en Oíganiucioncs, mercado y sociedad
distintos gobiernos). En suma: que el indice global sirva o no a nuestros fines dependecá de los
objetivos nuestra investigación.
Ejemplo
Supongamos que nuestra hipótesis es la siguiente:
Hipótesis: Las leyes de flexibilización laboml 110 contribuye11 a disminuir el desempleo en los pal-
ses en que se las aplica.
10 En los capítulos de las Secciones 2 y 3 se d~sarrolla cómo se elaboian los instrumentos de recolección de
datos.
Capitulo VI Diserios con datos secundarlos. 285
que alguien dispuesto a trabajar pero que sabe que no tiene posibilidades de conseguir trabajo,
simplemente no Jo busca. El INDEC agrega urr campo en la EPH (Encuesta permanente de ho-
gares) en la que resume si el individuo está empleado, desempleado o inactivo. La tasa de desem-
pleo que se publica calcula la proporción de desempleados a activos.
En cuanto al subemplendo es una categoría que incluye a los que trabajan a tiempo parcial -
menos de 35 hs por semana- y están buscando trabajo. De nuevo, nos topamos co n la misma d i-
ficultad que en el caso del desempleo. Sin abundar más, habremos de ser muy cuidadosos antes
de hacer afirmaciones relativas a hipótesis sobre si las leyes de flexibilización laboral contribuyen
o 110 al descenso del desempleo.
Figura 6.1 O Evalu;ición de datos secundarios. Instrumento de medición del desempleo en la Argentina
3. A los que contestaron "no": ¿Est11vo de licencia por enfermedad o vacaciones, ere.?
SI O No O Ignorado O
4. A los que contestaron "110": Durante las últimas cuatro semanas, ¿buscó trabajo?
Si O No O Ignorado O
a. Censos
Errores de coberwra: se relacionan con la sub o sobre- cnwneración de personas. Estos errores
se deben, respectivamente, a la omisión o a la duplicidad de información para ciertas personas
en el momento de la enumeración. Pueden originarse ta nto por deficiencias del trabajo carto-
gráfico, como por errores de los enumeradores o de los superviso res. En algunas ocasiones, se
presenta la omisión completa de un área geobmifica, lo cual se debe a problemas de accesibilidad,
clima o error llano cartográfico.
Errores de contenido afectan prácticamente a todas las personas y pueden ocurrir en diversas
etapas. Pueden d eberse a defectos en la confección de la plantilla censal, a la ineficiencia del en -
trevistador o al desconocimiento del enlrevistado. También puede producirse por errores en el
proceso de codificación o digitalización de la información.
b . Registros vital es
Errores de cobertura: obedecen, entre otras razones, a la falta de recursos en el sistema (caren·
cia de personal, poca infraestructura, falta de información, etc.), carencia de legislación, p OC3
utilidad en el reporte del hecho e indiferencia de la población por regist rar el hecho (aspectos
culturales). Los problemas de las estadísticas vitales son el subregistro y la inscripción tardía. Los
problemas con el subregistro se presentan en forma clifcrcncial entre las grandes ciudades y las
áreas rura.les y las de menor tamaño. Estas últimas son las más fuertemente afectadas por este
problema, por lo que se dificulta efectuar análisis demográficos a nivel desagregado.
Errores de contenido: se tienen problemas de no repuesta a algunas preguntas, falseamiento de
las respuestas (por conveniencia) o desconocimiento de respuestas.
c. Encuestas demográficas
Errores de cobertura: están asociados con errores en el proceso de muestreo. Un marco mues·
lral impreciso, una estrategia defectuosa, la falta de un planeamiento sistemático en el proceso
d e recolección de información, etc., pueden provocar graves errores en el proceso de muestreo.
Esta situación implicará tener una muestra que no es una representación fiel de la población y,
en con~ecuencia, que las generalizaciones o infercnciás derivadas de su an~ lisis n o correspondan
plenamente a la realidad.
Los errores de contenido: son similares a los que podrfan presen tarse en los censos. La prin -
cipal ven taja en el caso de las encuestas r ad ica en que el personal se puede seleccionar más
Caphulo VI Oisel\os con da tos secundarios 287
Antes de avanzar en nuestras consideraciones acerca de las posibilidades que se abren al in-
vestigador social con los diseños de análisis textual, se evidencia ya en nuestros primeros párra-
fos una superposición de tém1inos que, por otro lado caracteriza a la mezcla y al cruce mas o
menos ecléctico que se ha hecho de las palabras discurso, texto, había y lenguaje en las distintas
perspectivas que estudian lo textual.
En general, discurso y lenguaje son términos homologables, aunque el primero ha sido elegi-
do por las corrientes que e.speclficamente se han querido diferenciar de los tradicionales estudios
290 Metodologia de la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
del lenguaje propios de la lingüistica. El concepto de habla es dejado de lado por los investigado-
res sociales porque remite a una teoría del lenguaje muy especifica y célebre como lo es la teoría
de F. de Saussurc. En cuanto al concepto texto, que es el que elegimos para referirnos a la gran va -
riedad de diseños que nos ocupan en éste capitulo, es necesario aclarar que aunque para el uso
cotidiano 11n discurso remite a la exposición oral y un texto a la exposición escrita; aqui técnica-
mente utilizaremos el vocablo texto para referirnos a todo conjunto coherente y cohesionado de
signos con amplitud mayor a la oración que presenta reglas sintácticas, semánticas y pragmáti-
cas y constituye una práctica social.
Pero, ¿Cómo se lee un texto? ¿Cuáles son las formas para producir sentido en un determina-
do d iscurso? ¿Cuáles son los métodos de análisis de un texto que nos perm iten construir senti-
dos? ¿De qué manera es posible abordar el lenguaje oral, escrito, filmado, fotografiado, para po-
der develar o producir aquello a lo que se alude y que no es manifiesto?
Como no sorprenderá al lector en éste punto de nuestro recorrido, las respuestas a tales inte·
rrogan tes no son coinc,identes entre sí, aunque lo son en cambio con las diferentes co ncep ciones
Capllulo VII o ,,.~os do an~li1h textual 29 1
de la realidad y del conocimiento que hemos ya analizado: el tema de la producción de sen ti-
do de un texto implica también una concepción ontológica, epistemológica, teórica y meto-
dológica.
Desde una perspectiva positivista, por ejemplo, los textos son una producción terminada, al-
go dado. Todo está ya a!U y solamente hay que des-cubrirlo. La función del diseño en ese caso se-
rá describir y clasificar lo dado. Por eje·mplo, encontrar la frecuencia con que se repite un térmi-
no e interpretar ese resultado a la luz de una hipótesís que será corroborada o refutada por ese
valor de frecuencia.
Cuando el supuesto c.s, en cambio, que los resultados de una inve.stigación so n tales en fun-
ción de los caminos que se han recorrido para llega r a ellos, entonces, congruentes con ese pun-
to de vista, se asumirá que el sentido atribuible a un texto será tributario del proceso mismo de
investigación.
Desde ésta perspectiva, en ta nto se aborda un texto desde un conjun to de mecanismos espe-
cíficos, tanto los elementos que se identifiquen en el texto como las relaciones que estos guarden
entre sí, van a ser consideradas de diferentes modos según el particular enfoque que suponga la
concepción de producción de sentido que utilice el investigador.
En efecto, aunque el texto en su materialidad está dado, el sentido del te.-cto, que es justamen-
te lo que in~resa al investigador social, no lo está. Las técnicas -también las técnicas de análisis
textual- no son c,xtensiones de la vista o del oído a través de las cuales el investigador se aproxi-
ma a una determinada faceta del discurso para mirar o escuchar; sino que cada técnica, como
herramienta conceptual, descompone el texto haciendo que emerja, que se constituya en él, ese
aspecto que buscamos estudiar.
Con esta concepción, no as{ con la perspectiva positivista se reconoce el papel activo, el papel
constituyente que tienen las técnicas de análisis textual -y a través de ellas la perspectiva teó rica
del investigador- dentro del proceso total de producción de los resultados.
En los últimos años, el crecimiento exponencia) de los estudios sobre producción lextual ha
cambiado radicalmente el panorama de la investigación, que en éste área se ha tornado muy es-
pecializada y exige al investigador una formación en área.s muy diversas. En lal sentido, se trata
de diseños que en su mayor parte resultan inabordables para un investigador que se inicia, a .ex-
cepción quizás del diseño de Análisis de Contenido (AC) que puede transitarse con distintos
. grados de complejidad y soporta diseños sencillos que mantengan, no obstante su valor, como
pueden mantenerlo una encuesta o un diseño de observación elaborados en un nivel básico pe-
ro riguroso.
Teniendo en cuenta la sofisticación y complejidad de las herramientas conceptuales con las
que la moderna ciencia del texto aborda su objeto, hcmas incluido en nuestro curso introduc-
torio, a la hora cor.creta de contar con instrumentos para anafü.ar los datos textuales, solamen-
te a dos modos clásicos: el típicamente cuantitativo instrumento para la recolección de datos que
utilizan los diseños de am!/isis tle co,1tenido y el análisis de los datos textuales tal como los enfo·
ca la investigación cwi/ituriva. Estas herramientas se tratan en los capítulos 16 y 23, respectiva-
mente. En cuanto a los demás diseños de análisis textual, no nos proponemos brindar un pano-
rama de las alternativas disponibles, -empresa inviable e inneccs;uia para nuestros fines-, sino
reseñar brevemente algunas de las grandes opciones de que dispone hoy la investigación social.
292 Metodología de la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
Siguiendo Victor Armony, 1 digamos que existen cuatro enfoques en el terreno del análisis
de textos. Como el mismo autor advierte, la clasificación propuesta comporta, obviamente,
la simplificación de una realidad muy compleja y heterogénea. Aún así, ofrece la posibilidad de
contar con un rápido panorama de las principales tendencias metodológicas frente a las cuales
todo proyecto de investigación que se proponga recurrir al análisis de datos textuales debería po·
sicionarse. De algún modo, los enfoques textuales contemporáneos deben "dialogar" con una o
varias de estas cuatro perspectivas para encontrar su propia especificidad. La topología propues-
ta distingue cuatro grandes lineas de investigación:
1. Análisis de Contenido
2. Análisis de Discurso
3. Análisis de Datos Cualita tivos
4. Análisis Estadístico de Datos Textuales
Cada una de las cuatro perspectivas que presentaremos con figura, de acuerdo con sus herra-
mientas conceptuales, cuáles son los elementos o cuáles son las estructuras relevantes del texto,
puesto que no pueden sustituir en ningún caso -sino prolongar- la perspectiva del investigador.
El utilizar algun o de los instrumentos que cada perspectiva propone implica ya asumir su no
neutralidad Recordemos el sentido de las palabras de Bachelard: nuestras técnicas de observa-
ción no son extensión del ojo sino del e.spiritu.
Antes de comenzar nuestro breve recorrido por las cuatro grandes líneas de análisis text ual
en el marco de las cuales puede ubicarse el investigador social, vamos todavía a introducir una
categorii.ación necesaria a para elaborar un d iseño de análisis text11al: la distinción e11tTe niveles
o dimensiones del texto.
La definición de te.xto que dimos más arriba adelanta que un texto dicho, escrito, d ib ujado o
filmado presenta tres niYcles o diemensiones: el sintáctico, que se refiere a las propiedades esta-
dísticas del lenguaje (reglas sintácticas), el nivel referencial que transmite información y co nsti·
tuye el contenido del mensaje (reglas semá nticas) y el nivel conativo que hace referencia a cómo
debe interpretarse el mensaje y, en consecuencia a la relnci6t1 entre los comunicantes (reglas
pragmáticas). Esta relación puede expresarse de manera verbal, no verbal o comprenderse a par·
tir del contexto. Hay una relación insepa rable entre el nivel contenido y el nivel de la relac ión
puesto que el segundo nivel engloba al primero y en tal sentido modula el significado del men-
saje: la misma frase -" te mato" 1 dicha por personas d iferentes o en contextos diferentes -un
hombre armado en medio de la noche o una novia que espe ra en una esquina a su novio duran -
te cuarenta minutos- se comprende diferente también. Un investigador se propone estudiar los
equipos de trabajo en una organización y lo hace observando las interacciones entre sus miem -
bros. En la vida cotidiana del equipo observa, d igamos, que alguien solicita ayuda para hace r una
tarea. Esa solicitud puede interpretarse como un favor o como una orden dependiendo de quién
1 Almony, V. • El an~lisis de datos rualiiativos en ciencias sociales: nuevos enfoques y herramientas.• Revista de
investigaciones folklórkas. Nº 12 (1997) p. 9-16.
Capitulo VII Discr1os de an!llsis 1extut1t 293
la pida (su peso real -formal- o percibido) dentro de la estructura del equipo en particular y de
la organización en general). El contenido del mensaje es el mismo, pero la forma en que se ex-
presa evidencia una relación entre las partes. En el primer caso, la relación es de paridad, de
igualdad, mientras que en el segundo caso es de mando y subordinación.2 Un tíltimo ejemplo:
un directivo dice a dos de sus colaboradores que los espera en su oficina "para establecer con jus-
ticia cuál de ambos tiene razón en el conflicto que los enfrenta''. Cuando uno de los colaborado-
res llega pleno de buenas expectativas debido a esas palabras, encuentra al directivo sentado jw1-
to a su adversario conversando animadamente a la vez que ve la silla en la que lo invita a sentar-
se ubicada frente a la de ellos, separada por el escritorio. La frase "para establecer con justicia cuál
de ambos tiene razón en el conflicto que los enfrenta" vuelve c.01110 un eco a la mente del recién
llegado y resulta una broma amarga.
En los tres ejemplos el contenido del men saje es el mismo, pero la naturaleza de la relación -
que se expresa en las palabras, en los gestos, en el contexto físico y social· redefine el significado.
En tal sentido la relación funciona como rneracomur1icación, una comunicación que nos habla
acerca de la comunicación misma.
¿Cuál es el efecto en el plano metodológico de ésta distinción en tres niveles en el plano co·
municacional? El primer efecto es que, dependiendo del nivel que interese al investigador debe-
rá diseñar estrategias diferentes de selección del corpus (co njunto o universo del texto a estu-
diar). El segundo efeclO, como veremos, es el ámbito del análisis: en nuestro ejemplo del confiic·
to entre directivos, si selecciona el nivel sintáctico o el nivel semántico no podrá comprender el
d es,,nimo del recién llegado, porque el mensaje que lo afecta está en el conte..~to, en el nivel prag-
mático, que con un diseño centrado en el contenido queda fuera de la investigación. El interés
por una u otra dimensión implica el tener que adoptar estrategias dis tintas para realizar las en-
trevistas, planificar el muestreo y establecer el punto de saturación (punto en que se ha obteni-
do la información necesaria para aclarar ante los ojos del investigador un concepto).
No es lo mismo utilizar el texto para reco nstruir el tipo de conflictos que se dan más frecuen-
temente dentro de los equipos de trabajo de un organización, que para conocer cómo interpre-
tan los miembros de los grupos tales conllictos y qué sentimientos muestran ante ellos, o para
ver d e qué modo el discurso sobre la importancia de los grupos y equ ipos que la gerencia enun-
cia de distintas maneras afecta a sus comportamientos. En el primer caso. nos interesa la dimen-
sión referencial del discurso, es decir, nos interesa el discurso tan sólo en cuanto hace referencia
a una realidad extradiscursiva, a los hechos o acontecimientos a los cuales se refiere, tales co.rno
conocer el modo en que planean las tareas, o como se organiza la auto evaluación del trabajo o
cuales son las estructu ras de liderazgo e ir indagando acerca de los conflictos que surgen du ran -
te esos procesos. En los otros dos casos, en cambio, el discurso tiene interés en sí mismo en cuan-
to acción discursiva: bien por ser un producto que expresa cierta subjetividad o bien por tener
capacidad de producir o inducir conductas y procesos acordes con él (pragmática). Por ejemplo,
cómo se expresan las relaciones de autoridad y poder en el tipo de palabras que se utilizan (se-
lección de los códigos) específicos o en los "tumos conversacionales" o los simples "cambios de
tema". En el primer caso el énfasis del investigador está puesto en lo social que se expresa a rra-
vés de las palabras; en los otros. el interés se centra en lo social que se expresa en las palabras.
2 Para ampliar, ver Watzlawick P. et al. Teoría de la comunicación humana. Buer.os Aire$: nempo Contempor~·
neo, 1976. Capitulos 2 y 3.
294 Metodología de l a Investi gación en organizaciones, rne,cado y sociedad
El hecho de que el invesúgador se interese por la dimensión expresiva o, en cambio, por la di-
mensión pragmática, le exige el tener que relacionar las propiedades del discurso con aspectos
diferentes del contexto, interacciona! y/o estructural, en que el discurso se ha producido: si el in-
vestigador se ocupa de la dimensión expresiva, lo fundamental es que relacione esas propieda-
des con el significado sociocultural de los sujetos o grupos que lo enuncian, mientras que si se
ocupa de la dimensión pragmática, el énfasis recae en captar los efectos que ese discurso ocasio -
na ~n los receptores y, entonces, no puede olvidar vincular las propiedades d el mismo con el con-
texto sociocultural de los sujetos o de los grupos a los cuales se dirige.
La segunda implicación metodológica de esta distinción entre las diferentes dimensiones del dis-
curso consiste en que no todas las técnicas de análisis son igualmente adecuadas para estudiar cada
una de ellas. No tiene excesivo sentido aplicar un análisis sintáctico o retórico si lo que importa es la
dimensión referencial, esto es, informarse sobre los hechos y acontecimientos a los que se alude.
Sin perder de vista las previsiones que habremos de realizar en el diseño en función de las di-
mensiones del mismo que nos interese estudiar, podemos evaluar cuál de los cuatro grandes ti-
pos de diseño se aviene mas a nuestros puntos de vista propios, pero especialmente, al objeto de
estudio y a los objetivos de la investigación.
En la definición clásica de Berelson, el análisis de contenido es una técnica para estudiar yana-
lizar la com1111icación de una manera objetiva, sistemática y wantitativa.• Con objetividad, Berelson
se refiere a la "reproductividad" del instrumento; es decir, que las reglas que lo gobiernen sean
explícitas (objetivas) y aplicables a todas las unidades de análisis (sistemáticas). Los otros dos
elementos de la definició n, "cuantificable" y "manifiesto': han ~ido ampliamente discutidos por
ser ciertamente restrictivos. La cuantificación, pide que se pueda cifrar numéricamente la in for-
mación -codificarla • para obtener el recuento de las unidades e indicadores de los fenómenos
que se pretende mostrar. No obstante, aunque la cuantificación ha sido y es importante en la
aplicación de téa,icas de análisis de contenido, la mayor parte de los investigadores sociales re-
conocen hoy que, además de mostrarse, los hechos se h an de interpretar.
Por último, Berelson incorpora a su definición el atributo de que el contenido sea "manifies-
to" simplemente para asegurar que la codificación de los datos en el análisis de contenido sea in-
tersubjetivamente verificable.s
A las que agrega en un texto posterior otras tres categorlas de aplicaciones, que pueden dar
Jugar a otros objetivos:
Finalmente Krippcndorf 7 reagrupa éstas y otras proposiciones en seis categorías de estudios, sobre:
• Sistemas (es decir las configuraciones de componentes y relaciones, con miras a hacer
extrapolaciones: tendencias, patrones, diferencias),
• Problemas de estándar (identificación, evaluación, ajuste),
- Significación simbólica (frecuencia, dirección, intensidad),
• Representaciones lingüísticas,
s Esto deja fuera el contenido "latente· de los d¡¡tos, ICl cual como pronto veremos, resulta inaceptable -estl!ril-
desde otros puntos de vista.
6 Krippendorff, K. Content analysis. Beverly Hills. California: 5"lge. 1982. p. 33.
7 lbid. p. 35-47.
296 Metodofogfa de la Investigación en organizaciones. mercado 'I sociedad
Todo esto nos puede dar una idea de la diversidad de objetivos que puede proponerse un in-
vestigador que diseña un AC.
Sin duda, la "pregunta inicial" de quien que se interesa por las producciones textuales como
fuente de conocimiento de Jo social encajará en alguna de estas posibilidades. Asi, es frecuente en-
contrar análisis de contenido que buscan determinar la importancia de unos temas sobre otros
en lvs medios, (terrorismo, corrupción, deuda externa, etc.) o con qué temas, personas o grupos
lo relacionan diversas tendencias (por ejemplo d iferencias entre periodistas, ent re diferentes dia -
rios etc.). Otras estudios se orientan a la evaluación: evalúan la calidad, la neutralidad, creativi-
dad de u!1 escritor, libro, colección de piezas publicitarias, etc. En éste tipo de estudios evaluati -
vos se busca inferir proximidad o lejanía respecto a un criterio determinado -por ejemplo expec-
tativas del lector de noticias policiales acerca del nivel de detalle de la infom1ación, extensión de
las notas del diario, proporción entre longitud del texto e imagen etc.- comprobando si se alcan -
za o no dicho criterio, lo cual brinda indicadores y sin tomas para medir la satisfacción o insatis-
facción de los lectores. Para realizar estas evaluaciones, se recurre a Indices de frecuencia, intensi-
dad, tendencia, etc. De éste modo, a través de ciertos síntomas es posible inferir la tendencia de
un autor o el destinatario de un texto. En el ámbito organizacional, el AC permite averiguar cuá-
les son los p rocesos o procedimientos utilizados en cualquier tipo de institución social a través del
análisis de la editorial, del el contenido de las cartas al director, los anónimos, panfletos, boletines
oficiales, comunicados de prensa, etc.; desde todos estos textos podemos inferir sus posturas.
s lbid. p. 50-55.
Capllulo VII Disetios de anSHsis textual 297
el mejor para los fines de la investigación. En este caso, seg(m Krippendorf, lo más común es que
el AC sea el método menos confiable, que se quiere validar por ser más económico o menos "en-
trometido'; antes de aplicarlo en forma reiterada.
c. El diseño de prueba asociada: también se relaciona con otra investigación, la cual arrojará o
arrojó en forma independiente -mediante otras técnicas- una mayor cantidad de datos, que el AC
puede ayudar a interpretar (como, por ejemplo, un estudio acerca del comportamiento de espec-
tadores de televisión, que requiere conocer los contenidos de los programastransmitidos).
Esto es lo que correspondería en los casos de "estudios de emisión" o "estudios de recepción".
Krippendo rf llama este ti po de diseño "prueba de hipótesis", pero es dudoso que sirva realmen-
te para "probar" las hipótesis de otra investigación y es más probable que sirva para respaldar o
complementar la interpretación que los investigadores den a los datos obtenidos por esa.
9 Gaitán. J. A. y Pil'luel Raigada. J. L. Técnicas de investigación social. f/~boració11 y registro de datos. Madrid: Sin·
tesis, 1997. p. 516.
,o Lasswell, H. "Why be quantitative?'". En Lasswell, H. y Leites. N. (comps.) Language of pofirics. Cambridge: MIT
Press, 1965, p.142-44.
29!1 Metodolo9ra de la Investiga ció n en 019a niu clones, metCado y sociedad
por los problemas de las inferencias realizadas a partir del material verbal con respecto a las cir-
cunstancias antecendentes, y por el otro se insistía en el cómputo de las relaciones internas en-
tre símbolos, y no en el cómputo de las frecuencias de aparición de los símbolos. En el plano me-
todológico, y como consecuencia de la conferencia, se inició la disputa entre análisis de conteni-
do cuantitativo y cualitativo. Para los partidarios del análisis cuantitativo lo que sirve de la in-
formación es la frecuencia de la aparición de ciertas características de contenido. Para los ana-
listas cualitativos es la presencia o ausencia de una característica de contenido dada, o de un con-
junto de características, en un cierto fragmento de mensaje que es tomado en consideraci6n.
Como consecuencia de los enfrentamientos el AC entró en un periodo de estancamiento.
Además del perfeccionamiento técnico, dos circunstancias "desbloquearon" entonces el aná -
lisis de contenido: la exigencia de objetividad se hace más flexible- o mejor aún- algunos se in-
terrogaron sobre las normas legadas de los años anteriores que hadan confundir objetividad y
cientificidad con la minuciosidad frecuencial y aceptaron mejor la combinación de la compren-
sión con la aproximación estadística. Pero sobre todo, el análisis de contenido se cuestionó a sí
mismo y ya no se consideró solamente descriptivo sino que tomó conciencia de que su función
o su meta principal era la inferencia.
1967: Aplicación de la informática: Esta fase se caracterizó fundamentalmente por la aplica-
ción masiva de computadoras al análisis de contenido. Ese año la Escuela de Comunicaciones de
Ameberg auspició una importante conferencia sobre el análisis de conteni<lo en la que partici-
paron 400 investigadores, lo que da una idea de la importancia que llegó a tomar este dise110.
Una parte importante de las discusiones estuvo dedicada a las diferentes aportaciones de la in-
formática, sobre todo, en los sistemas de codificación. También se establecieron debates sobre el
papel de las computadoras en el registro de las comunicaciones no verbales, la necesidad de es -
tablecer categorias estandarizadas, el problema de la obtención de inferencias, y en part icular el
rol de las teorías y de las construcciones analíticas, todo Jo cual planteaba, en esencia, problemas
metodológicos no computacionales en aquellos momentos.
Se enmarcan en éste enfoque muy diferentes perspectivas teóricas que estudian las formas del
lenguaje (argumentación, la narración, la enunciación, etc.) Sus fronteras son inciertas, a tal pun-
to que prácticamente cualquier estudio textual puede pretender ser incluido en él. Este campo tie-
ne habitualmente una fuerte impronta lingilística y, aunque es extremadamente dificil de caracteri-
z,r de manera global, puede decirse qu e uno dr los r.isgns .<alientes ,.s su marcado interés por los
mecanismos de "producción de sentido''. Lo que se indaga no es tanto cl "qué" se dice, sino más bien
el "cómo" se lo dice. Se recurre así a mi11tiples hena.cnientas que pueden provenir de horizontes tan
variados como la critica literaria, la pragmática o la sociolingUlstica. Rompiendo con la definición
saussureana de la "parole", el Análisis de Discurso busca develar en los hechos de lenguaje sus an-
clajes espaciales, temporales y sociales. 1.a fuerza de este enfoque radica sin duda en sus complejas
elaboraciones conceptuales y en la fineza de sus interpretaciones. Sus detractores dirán, sin embar-
go, que el Análisis de Discurso se apoya en dispositivos fuertemente ligados al punto de vista del in-
vestigador - su visión del lenguaje, sus presupuestos teóricos, sus criterios vagos de demostración
emplrica -, lo cual da lugar a resultados demasiado dependientes del sistema de observación y, por
lo tanto, difkiles de poner en relación con resultados.de otTas investigacio,1es.
Más allá de la opinión que se tenga del Análisis de Discurso como enfoque metodológico,.pode-
mos constatar que una gran parte de los análisis discursivos en ciencias sociales tienden, en los hechos,
a reducir drásticamente la distancia entre los momentos de la descripción y el de la interpretación, es-
¡racio en cl que normalmente debería desplega.rse d esfuerzo de formalización metodológica.11
Para Benveniste,12 el discurso debe ser entendido en su extensión más amplia: toda enuncia-
ción que supone un hablante y un oyente, y en el primero, la intenció n d e influir ,d e alguna ma·
ncra en el otro. Se trasciende entonces la vieja concepción de la lengua como un conjunto orde-
nado de signos, y al mismo tiempo se busca dilucidar los mecanismos por los cuales el sujeto ha-
blante se inscribe en aquellos i:nvnciados que él mismo emite.
11 Armony,
V. op. cit.
12 Benveniste, E. El aparato formal de la envndación. P1oble:nas de lingüística general 11. México: Siglo XXI. 1979,
[l. 83.
300 Metodologia de IJ Investigación en organiu<íot,es, mercado y sod cdad
1, A pesar de que no existe una teoría del "conte.."tto': el concepto es utilizado por diversos exper-
tos en una variada amplitud de significados. En la línea de enfoque de van Dijk se puede definir
como la estructura que in volucra rodas las propiedades o atributos de la situación social que son re-
levm,tes en l<i producción y comprensión del discurso.13
Tal como se distinguen estructuras locales y globales en el discurso, lo mismo puede darse con
referencia al contexto. Como contexto local, podemos nombrar al "ambiente'' (tiempo, ubica-
ción, circunstancias, etc.), los "participantes" y sus "roles socio -comunicativos" (locutor, amigo,
presidente, etc.), sus intenciones, metas o propósitos. El contexto global, por otro lado, se hace
evidente o relevante en la identificación del desarrollo o proceso del discurso en acciones d e las
.t:
1
n Para ampliar ver: Van Dijk, T. Text and Context: Explorarions in the Semanrics and Pragmatics of Discourse. Lon·
dres: Longman, 1992.
Capitulo VII Oiseños de análi sis 1ex1u•I 301
y "posición" u otras formas de pertenencia grupal en las que las características sociales de los
participantes juegan un rol fundamental en su producción discursiva.
Por ejemplo, los actos de habla, como las órdenes o imperativos, presuponen siempre di-
ferencias de poder y autoridad. El uso pronominal que tenemos en el español "tu-ud" pre-
supone siempre q ue, como u suarios d e esta lengua, conocemos de algún modo la natura-
leza del otro en la interacción social, "sabemos" cuando corresponde el "tu" y cuando el
"ud". La variación en el léxico implica además, que como hablantes podemos tener opcio-
nes diferentes o "ideologías"; como por ejemplo, al utilizar "terrorista" frente a "luchador
por la libertad" o "viejo" versus "apulto mayor" o "guerra" antes que "invasión". Por otro la-
do, los contextos sociales no son estáticos: los usuarios de una lengua no obedecen siem-
pre pasivamente a las estructura de grupo, sociedad o cultura a la que pertenecen; asi el dis -
curso y los usuarios tienen una relación dialéctica en el contexto. Es decir, además de estar
sujetos a los límites sociales del contexto los hablantes construíbuyen a cambiar ese con-
texto. Al tiempo que se obedece al poder del grupo también se "desafia" pues las normas
sociales y sus reglas pueden ser cambiadas y dar origen a una relación o incluso a un orden
social nuevo.'•
· Etnografia
• Estructuralismo y Semiótica
- Gramática del Discurso
. La Socioliugüística y la Pragmática
- La Etnometodología
. La Psicología Cognitiva
• La Psicología Social
- La "Psicologia Discursiva"
- El Psicoanálsis
· Los Estud_ios de la Comunicación
También debemos contar otras disciplinas que puedan emerger en el AD centrado en las hu-
manidades y ciencias sociales. Por ejemplo, el estudio de las interacciones verbales en la admi-
nistración de justicia ya han atraldo el interés en los llamados ''estudios legales''. Por otra parte,
los historiadores se interesan por la naturaleza textual de sus fuentes y de los aspectos narrativos
de la historiografia; es el caso de la "teología" con el estudio de los textos de Biblia o de otros tex-
I· tos sagrados.
14 Nos referimos en el capitulo 2 a la condición del sujeto en tanto productor y producto del orden sedal. Las
transformaciones que ahora estamos analizando nos remiten a ese proceso dialéctico descrito de la mano de Ber-
ger y Luckman y de Bourdieu.
, s Van Dijk. T. op. cit.
302 Metodologta de la 1n~e~tig.aci6n en o,9an!zaciones . mercado y sociedad
Es el m:ls reciente de los enfoques que esludian los objetos de lenguaje. Emerge en los Estados
Unidos en el marco de la reacción al paradigma "positivista" que predomina en las disciplinas so -
ciales. !.-Os trabajos de Barney Glaser y A11Sclm Straus (Grounded Theory: Strategies for Qualitati-
ve Research), Harold Garfinkel (Studies in Ethnomethodology) y Herbert Blumer (Symboliclnte-
ractionism), publicados en los a.flos sesenla, proveen la base a toda una corriente cuyo objetivo es
hacer emerger el sentido de lo dicho y lo escrito sin aplicar categorlas exteriores o previas a la ob-
servación. Frente a la obsesión por "medir'; por identificar "variables", por descubrir "leyes", ciertos
investigadores buscaron desarrollar una perspectiva más acorde con el carácter complejo y sutil de
la actividad y el pensamiento humanos. Interesados en la manera en la que los individuos crean y
atribuyen significaciones, los investigadores "cualitativistas" observan a los actores en situaci.ones
concretas y recuperan sus propias .modalidades de expresión. Recurriendo a la "comprensión'; in-
tentan capturar los procesos de interpretación que guian la conducta de los individuos.
El estudio dd lenguaje es, entonces, central para este enfoque, ya que sólo la lectura minuciosa
de lo que dicen o escriben los actores permite al investigador reconstruir los diferentes "universos
vivenciales". Es así que, de a.lguoa manera, el Análisis de Datos Cualitativos comienza a ocupar en
el ámbito anglosajón el espacio que corresponde al Análisis de Discurso en el contexto europeo
continental y latinoamericano. Con diferencias fundamentales - como encontramos en práctica-
mente todas las disciplinas humanísticas-, estos dos enfoques convergen en la vo luntad de tratar
lo simbólico como un dominio clave de lo social, en el que se construyen y transforman las mane-
ras d e pensar y de hacer. 18
16 Jbát\ez. J. Interpretación y análisis. Más alM de la sociología. El Grupo de Discusión, técnica y critica. Madrid:
Siglo XXI, 1979, p. )33-351.
17 En su propuesta analítica, están presentes. el psicoanálisis (en especial, en lo que se refiere a su teoría del sin-
toma). la lingüística ewuctural de Saussure y Jakobson; la retórica clásica. sobre todo en su reformulación mo-
derna por parte de autores como Dubois; la semiótica de Barthes y Greimas; la etnografía del habla de antropó-
logos como Dell Hymes, que le lleva a conceder un papel fundamental al contexto interacciona! en que se enun-
cia el discur;o; la socio-antropología de Bourdieu. de quien recoge varias tesis; y hasta la antropología de Lévi-
Strauss, cuya influencia se deja sentir incluso en el lenguaje que utiliza (el hablar de 'estructuras elementales' del
discurso es sólo una prueba más de ello). Retomando la nomenclatura empleada por Dubois en su Retórica Ge-
neral, lbánez establece un análisis del discurso a tres niveles.
1s A1mony, V. op. cit.
Capftulo VI I Olso~o, de a nAlisós te,tual 303
Destinamos el capítulo 2•1 a1 análisis de los datos cualitativos, razón por la cual sólo nos limi-
taremos en este apartado a presentar lo en tanto diseno de investigación y no solo como instan -
cia de análisis que corresponde a todo diseno cualitativo.
En tal sentido nos referimos a disenos cuya fuente son corpus de textos "dados" (tales como
obras literarias, documentos históricos, discursos, proyectos, diarios de vida, sesiones terapéuti-
cas, registros de reuniones) y no el material de los memos y entrevistas que recoge el investiga-
dor en su trabajo de campo.
Hacemos ésta distinción no porque el análisis sea diferente sino porque implica una de-
cisión estratégica distinta. Por ejemplo: supongamos que un investigador cualitativo tiene
como objetivo de investigación explorar las prácticas de los mandos superiores de una em-
presa con las mujeres y los varones que tienen a cargo. Para acercarse a la perspectiva de
los actores el investigapor puede optar p or un diseño etnográfico." Entonces hará entrevis-
tas y observaciones que serán luego dcsgrabadas. Ese material se irá analiza ndo con la mo -
dalidad que propone el análisis cualitativo. Otra alternativa es que el investigador planifi -
que un diseño de a,zálisis textual que consistiría, por ejemplo, en someter al análisis cuali-
tativo los legajos d el personal, los informes escritos de los supervisores o las evaluaciones
de desempeño.
Como sabemos, la estrategia de una investigación cualitativa está orientada a d escubrir, cap-
tar y comprender una teoría, una explicación, un significado; mientras la de una investigación
cuantitativa está más orientada a contrastar, comprobar, demostrar la existencia de una teoría
previamente formulada. La investigación cualitativa impone un contexto de descubrimiento y
exploración mientras que la investigación cuantitativa impone uno de comprobación y contras-
te. En la figura 7.1 puede verse la lógica del recorrido de un análisis textual cuantitativo caracte-
rístico del AC, que podemos comparar con el esquema de los clisenos de análisis textual cualita-
tivo que se presenta a continuación, en la figura 7.2.
. Objetivos o hipótesis
- Definición teórica
·· Elaboración de categorías
- Trabajo con los te_nos
. Interpretación de los resultados
En el análi.sis,de datos cualitativos, siguiendo la dirección inversa propia del contexto de des-
cubrimiento, el investigador busca construir las categor!as a partir del trabajo con los textos que
son categorizados y articuladas en conjuntos cada vez más amplios que buscan la generación de
la mejor, más clara y simple teoría para d ar cuenta de aquello que se está investigando.
- Preguntas de investigación
-Determinar criterios de selección -conceptos sensibilizado res
- Paso a paso formular categorlas a partir del texto
- Puesta a prueba dt las categorías
- Reformulaciones. creación de nuevas categorlas
- Relación de las cat~gorías en proposiciones
- Trabajo interpretativo -interpretación del sentido de los textos
en una teorla articulada
Desde ésta perspectiva es central el interés por el desarrollo de categorías tan cerca como sea posi-
ble del material a interpretar, guiada po.r conceptos sensibilizadores. Normalmente se trata de proce-
dimientos iterativos, de movinúentos espiralados a través de preguntas sobre las categorías del texto.
!,
7.10 El análisis estadístico de datos textuales
Se inscribe de manera general en la t radición francesa del Análisis de Discurso, pero constituye
\ un enfoque muy especiali1.adn en el que <e proc.rsa ln ,s,,rito como un conjunto do unidades míni-
mas de sentido cuyas propiedades pueden ser inferidas mediante algoritmos matemáticos. Con
~ mayor o menor influencia teórica del Análisis de Discurso (influenáa que puede traslucirse en el
uso de conceptos tales como "formación discursiva" o "condiciones de producción"), el Análisis Es-
l
,,.i
:•¡
tadístico de Datos Textuales se distingue de todos los demás enfoques por su rigor operacional: no
se toma ninguna decisión analítica antes de someter el texto a los protocolos lexicométricos. El uso
de formalismos y el trabajo con frecuencias son comunes al Análisis Estadístico de Datos Textuales
y al Análisis de Contenido -ambos se pretenden métodos de tipo científico-. pero los dos enfoques
I!
•·¡ difieren fundamentalmente en lo que hace a la concepción de lo texmal. El Análisis de Contenido
! clasifica y contabiliza las unidades de significación en función de una grilla temática "universal~
¡ produciendo así un índex de. la información transmitida-en un mensaje detenninado.20
Finalmente, tomando elementos de los enfoques que describimos basta aquí, pero recurrien-
i do a técnicas estadísticas esta perspectiva se propone lograr un producto altamente formaliza-
do. el Análisis estadlstico de datos textuales es valorado por su capacidad para el trabajo con
I: grandes volúmenes de texto y la producción de datos muy confiables. No obstante, y como ocu-
rre con el análisis de contenido, resulta inaceptable para quienes piensan que el lenguaje no
puede ser tratado analíticamente sin transformarlo en algo diferente y carente por completo del
sentido que los actores le han atribuido al utilizarlo.
Sin desoír esas atendibles objeciones, el Análisis Estadístico de Datos Textuales se ha propues-
to otro camino, abierto a nuevas posibilidades en el trat.amiento de grandes corpus y en la ela-
boración de protocolos de descripción y de clasificación de objetos textuales .
Aquel investigador que se proponga la tarea de analizar datos textuales puede encontrarse
embarcado en una empresa de gran complejidad y extensión. Debemos reconocer que existe en
el proceso del análisis una gran cantidad de tareas sistemáticas que lo vuelven tedioso e inaba r-
cable cuando el volumen de datos recopilados se acrecienta. Muchas de las tareas pueden, no
obstante, ser rápidamente efectuadas por software especialmente creado para ello, lo que facili-
ta en gran medida la difícil labor del analista.
El uso de la informática para la realización del análisis d e d atos textuales ha sido ampliamen-
te criticado, especialmente -y como es entendible- desde los enfoques cualitativistas y de análi-
sis de d iscurso. Quienes bogan por su utilización -que los hay en los cuatro enfoques que rese-
ñamos- d.icen que los argumentos en contra de la informática recaen, en última instancia, en un
prejuicio fuertemente arraigado y no justificado. Aducen que los progra mas no realizan por sí
mismos el análisis y la interpretación de los d atos sino que ofrecen una ayuda que, por otra par-
te, y a la luz de la gran sofisticación que han adq uirido reporta -cuando está bien utilizada- mas
beneficios que perturbaciones a la investigación. En ésta línea se rescata n las funciones mas im-
portantes que forman parte de los programas de análisis de textos aplicables a los distintos en-
foques de análi.sis textual que recorrimos. Éstas funciones son:2 1
• Funciones de gestión: son las que tienen que ver con el manejo de los archivos textua-
les, es decir el ingreso de los documen tos en la base de datos, la clasificación. caracteriza-
ción, agregación y segmentación de las d iferentes unidades; entre estas funciones están
las que pautan la manera en que el corpus se estructura como tal: separación en unida-
des léxicas, en frases, en contextos temáticos u segú n otros principios de partición q ue
sirvan para el trazado de una suerte _de "mapa" del co rpus.
- Funciones de lectura: son las que permiten la "navegación" secuencial y aleatoria a tra-
vés de la base de datos; podemos pensar, por ejemplo, en los vínculos hiper-textuales y
las correspondencias que es posible establece r entre los niveles sintagmático y paradig-
mático del texto que se analiza; en general, los módulos de lectura tienden a ser cada vez
más fáciles de usar, tanto a nivel de las interfaces gráficas, como de la posibilidad d e mar-
car los recorridos y guardarlos en memoria.
- Funciones de anotación: son las que suponen la posib ilidad de codificar y relaciona r los
diversos elementos que componen el corpus; se trata de una d imensión clave para mu-
chos en foques a nalíticos, sobre todo en el campo de lo "cualitativo·; ya que tiene que ver
con la posibilidad de superponer a las palabras, frases o segmentos del corpus una o múl-
tiples grillas de categorización que, a través de un procesos interactivo e iterativo, crista-
liza el trabajo interpretativo sobre los datos textuales.
- Funciones de representación: son las que generan los resultados propiamente dichos;
puede tratarse de listas de concordancias - o sea los conjuntos de enunciados que respon-
den a un patrón de búsqueda determinado-, de tab las de frecu encias, de indicadores es-
tadísticos, de segmentos textuales seleccionados en función de algún criterio formal o in-
terpretativo, de léxicos parciales o generales, d e diagramn.s que expresan y facilitan la vi-
sualización de relaciones, contrastes, distancias, redes, tendencias, etc.
21 lbid.
306 Metodología de la Investigación.., 01ganizaciones. metCado y sociedad
- Funciones de interconexión: son las que dan lugar a intercambios entre diferentes sis-
temas de análisis textual o de otra índole¡ este tipo de funciones atrae cada vez más la
atención de los usuarios y de los diseñadores de sistemas informáticos, pues la tendencia
general es hacia la articulación de diferentes "cajas de herramientas" que el investigador
selecciona y combina en función del tipo de corpus, de las necesidades particulares de su
proyecto y, por supuesto, de sus premisas teóricas y metodológicas.
En última instancia, y mas allá de los recursos a los que cada investigador esté dispuesto a re-
currir, lo importante en los diseños de análisis textual es la capacidad del investigador de con-
vertir un testimonio textual en objeto de su estrategia para acceder al conocimiento de la reali-
dad social humana.
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:\ Elegir un diseño de observación implica privilegiar -por alguna razón- la evidencia del hacer,
por sobre la del decir. Algo nos mueve a ser testigos de lo que ocurre antes que a preg1mtar, co-
mo hacemos e.n una encuesta. Queremos ver con nuestros propios ojos, pero tratamos de no
1 perturbar la situación natural, como sería forzoso en un experimento.
Queremos ver con nuestros propios ojos.
Hemos pensado ya acerca de esta frase. 1 Sabemos qué significa: ver con nuestros propios ojos
es ver con nuestra humana visión -distinta de la de una mosca o la de un elefante-. Ver con nues-
tros propios ojos implica también que lo que vemos se selecciona según los conocimientos y
competencias de cada cual: un ingeniero no puede ver en una radiografía lo mismo que ve un
médico; y casi nadie es capaz de apreciar la diferencia entre u n puntaje 9, 42 y uno 9, 80 cuan-
do mira por televisión a d os deportistas hacer el mismo salto en las olimpiadas. Entre una mul-
titud apurada y con traje que circula por la calle Florida -todos tan parecidos- alguien reconoce
a su padre; y en la oscuridad de la noche cuando regresamos a casa vemos una figura moverse.
Un sujeto regresa tan cansado de su trabajo que no ve un auto venir felizmente le toca bocina.
Todo lo que vemos está teñido de nuestros d eseos, expectativas, temores, estado físico y emocio-
nal. Cuando una situación es ambigua, tendemos a ver las cosas según nuestra experiencia pa.sa-
da o nuestra costumbre. Si miramos los auto~ que pasan por la avenida desde el balcón sabemos
que no son pequeños sino que están lejos; y a falta de exp eriencia nuestro equipo b iológico se
encargará -como ya lo enseñ ó la teoría de la Gestalt el siglo pasado- de agrupar lo similar, cerrar
lo abierto, completar lo incompleto.
En suma, al percibir, una gama incontrolable de factoris biológicos, subjetivos y contextuales
operan en el observador al tiempo que lo hacen los supuestos ontológicos, axiológicos, idcoió-
gicos, epistemológicos y teóricos. Todo ello en conjunto determina de diferentes formas nuestra
mirada sobre el mundo. Y es por esta compleja telaraña q ue envuelve a los sentidos que habla-
mos de percepción y no de mera visión.
La fisica, la biologia, la sociología, la psicología, la antropología, brindan conocimientos sufi-
cientes para comprender porqué dos observadores pueden estar recibiendo el mismo estimulo
sensorial y aun asi teniendo experiencias perceptualcs muy diferentes.
Como es evidente, los investigadores conocen estos d eterminantes y tratan de elaborar sus d i-
seños de observación gu iados por es te saber. ·
, Desarrollamos con amplitud en el capítulo 4 EL MARCO nOA1Co, la c:ue'ltión central de la relación entre observa·
dón y teorla. Vimos entonces que toda observación supone una teoría y es tan precisa como lo sea ésta.
308 Mttodologfa de la Investigación en organizaciones, mercado y socitdad
No obstante, no se resuelve del mismo modo el tema del impacto del investigador en lo obser-
vado desde una perspectiva cuantitativa que desde una cualitativa. En el primer caso todo el di-
seño estará montado sobre un dispositivo que posibilite la replicabilidad del estudio y el consen-
so intersubjetivo, es decir el acuerdo entre jueces expertos acerca de lo que se está observando. En
el segundo caso, en la investigación cualitativa, el instrumento es el observador mismo y lejos de
tratar de controlar su observación, intentará capitalizar la comprensión que es inherente a su si-
tuación de observador necesariamente participante.
Coherente con éstas distintas maneras de entender el rol del observador en el ca mpo, el dise-
ño de observación o frece básicamente dos caminos:
!'
/ •
te IV de este libro dedicada a la investigación cualitativa.
Dedicaremos este capítulo a conocer, en general, en qué consiste optar por una estrategia de
t: observación, para lo cual reseñaremos sus distintas apl icaciones, mencionaremos las ventajas y
limitaciones de éstos diseños en comparación con otros y veremos algunos ejemplos de instru-
mentos, con el solo propósito de mostrar qué clase de dispositivos de recolección de datos - y el
I!¡: grado de complejidad que éstos comportan- podría emplear el investigador de elegir un diseño
d e observación sistemática.
•1
1, Comencemos considerando cuáles son las ventajas y aplicaciones del diseño de observación
y cuáles los criterios por los cuales podríamos o no preferirlo a otros como la encuesta o la expe·
!1 rimentación, evaluando también sus desventajas y limitaciones
l,
lo
t 8.2 Ventajas y aplicaciones de los d iseños de observación
J· ¿Cuáles son las ventajas específicas que ofrece el diseño de observación sobre los otros diseños
l que podríamos seleccionar? La principal ventaja.de este método en las ciencias sociales radica en
que los hechos no sufren la doble intermediación del observador y del observado, como ocurre
en la encuesta, donde es el entrevistado quien brinda la información. En la encuesta, la gente nos
dice lo que hace, pero se trata de un test imonio del entrevistado, y nosotrns no podemos consta·
tar sus d ichos.
Por ejemplo, si se pretende investigar la conducta de los sujetos en la vía pública se pueden ele-
gir diferentes alternativas. Una es preguntar:
Otra alternativa es poner una cámara o un observador en una esquina y completar una gula
de observación haciendo una cruz en el casillero correspondien te.
Sujeto N° l SI NO
Cruza en la esquina X
En este caso, la observación la reali7.a directamen te el observador experto, que cuenta con las re-
glas espeóficas para observar las categorías de interés predefinidas por el estudio que se está desa-
rrollando, todo ello en un ambiente natural.
Existen algunas situaciones o temas de investigación que se adecuan especialmente al diseño
de observación. Veremos a continuación algunos de ellos.
8.2.1 Observación de sujetos con los ruales es difícil establecer comunicación verbal
Las observaciones se pueden hacer con la colaboración de los sujetos observados o sin ella lo
cual es imposíble tanto en la encuesta como en el experimento en los que, como es evidente, ne-
cesitamos la cooperación de los sujetos que participan d e la investigación. Pensemos en los es-
tudios con niños muy pequeños, habituales en la psicologla y también en la investigación de
mercado. Por ejemplo, si un investigador quiere observar las redes de afinidad que se establecen
entre los niños o cómo se desarrolla el juego solitario o qué clase de comportamientos agresivos
se desarrollan en el grupo, será mas adecuado observar que interrogar. En la industria de los ju-
guetes, de igual modo, cuando se plantea una investigación de mercado para explorar la acepta-
ción de un nuevo producto no puede preguntarse a los ,ujetos, por ejemplo: -¿Hasta dónde te re-
sulta lindo (o i11teresa11te, o divertido) este autito?, -Y al:ora, veamos, compará11dolo con este otro,
¿cuál preferirías pedir a los reyes? Resulta más conveniente contar con u n grupo de niños -por
ejemplo, en el ambiente natural de una sala de preescolar-, distribuir los juguetes y observar su
comportamiento en relación a los autitos. Puestos todos los mode°los, tamaños y colores a dispo -
sición, ¡cuál se el ige primero? ¡con qué frecuencia? Si se mantiene modelo y tamaño cambiando el
color ¡se modifica la secuencia y la frecuencia de elección? ¡cuánto tiempo pasa el niño jugando
con el mismo juguete? ¡varía la elección y el tiempo de juego cuando el niño juega solo o cuan-
do lo hace acompañado? Este tipo de interrogantes no se resuelve preguntando sino observando.
2 El soporte material del significado, que puede ser una secuencia de sonidos, de letras, de señas y -en mensajes
no lingüísticos- una imagen icónica -cinética o na. un gesto.
310 Metodologfa de la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
arbitrario : no hay un nexo natural entre el concepto de hermano y la palabra '' hermano·; quepo-
dría haber sido cualquier sintagma de fonemas -como, de hecho, se verifica en la comparación
de idiomas: "frere': "brother': "frater". La noción de "lenguaje analógico': en cambio, hace refe-
rencia a la comunicación más ambigua y emocional que se expresa en los gestos, el tono de voz,
la postura, etc. y que, de alguna manera, corresponden natu ralme11te, al asp ecto subjetivo que ex-
presan, con el cual guardan cierta analogía. Son justamente los comportamientos analógicos de
las personas -que tienen mucho para ofrecer en el conocimiento de las relaciones sociales- los
que d ifícilmente puedan ser estudiados con otros diseños diferentes a la observación. Los estu-
dios de observación destacan y permiten el registro sistemático de esta clase de compor tamien-
to predominantemente no verbal que constituyen formas privilegiadas para acceder a significa-
dos que no se manifiestan en la comunicación digital característica de las encuestas. Los gestos
como el tamborileo de los dedos, movimientos con los pies o miradas insistentes al reloj signifi-
can impaciencia y ansiedad; las sonrisas, el asentimiento con la cabezas y otras expresiones facia-
les o movimien tos corporales se entienden como simbolos de aceptación y conformidad; los lu -
gares e n que se ubica una persona, los tonos de voz y aun su indum entaria, el tamaño y la vista
d e su oficina, y la manera en que es saludada en el trabajo pueden ser registrados con un diseño
de observación y proporcionar así conocimiento relevante acerca de las estmctu ras de autoridad
en una organización, con un nivel de sutileza al que no se accede con otros diseños. De este mo-
do el investigador organizacional puede obtener mucha información de la distribución de los es-
pacios en una empresa, la vestimenta, los rituales de acceso, comidas, lugares de reunión, etc.
Veamos en la figura 8.1 un ejemplo de instrumento de observación de conductas analógicas.
La hipótesis que guía la investigación es la siguiente:
El observador registra las interacciones de clientes y vendedores y marca con una cruz cada
vez que aparece la categoría pautada. En función de la hipótesis, se espera que los vendedores se
muestren impacientes y se comporten con superioridad cuando los clientes son de nivel socioe-
conómico bajo. Un estudio de observación que utilice pautas de comm1icación no verbal puede
d brindar evidencia a favor de esta hipótesis.
!!i
li; 8.2.3 Observación de objetos fisicos
Los objetos físicos pueden ser fuentes ele información, como típicamente ocurre en la uwestiga-
!I ción arqueológica, la historia o la arquitectura. Los objetos de uso cotidiano, las viviendas, las obras
~I
de arte, los diseños urbanos, los dispositivos tecnológicos y todas las evidencias de rastros flsicos son
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marcas visibles de la actividad humana, y en tal sentido fuentes de datos para el investigador social. .,,
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Observando los artefactos y enseres que el hombre produce, es posible hacer inferencias acer-
ca de su pensamiento, su forma de vida, sus creencias, expectativas e ideales. Mirando objetos,
por ejemplo, puertas, se puede reconstruir algo sobre las necesidades, ideas, gustos, deseos, te-
mores e ideología de los hombres que las construyeron aunque nunca los hayamos conocido. Las
puertas son objetivaciones, productos puestos afuera que expresan los intereses subjet ivos y so-
ciales de la gente. Una puerta objetiva un mundo de significados: el resguardo contra el frío, el de·
seo de i11timidad, el miedo, la propiedad pri\lada.
Las viejas novelas de Sherlock Holmes o Agatha Ch ristie y la intriga medieval que propone
Umberto Eco en El 11ombre de In Rosa 4 reposan sobre la lógica comunicativa de los objetos y de
los rastros indicialcs. El deterioro de los libros de uni biblioteca nos indica cuáles son los que
más se leen. Y de la observación d e los tomos d e las Pági11as daradas 5 retirados de los hogares
podemos averiguar cuáles son los rubros más consultados. El arquitecto argentino Marcelo Le-
vingston hizo hace algunos años un est11dio sobre los rastros de erosión humana, en la Plaza San
Martín de Buenos Aires. Su investigación produjo algunos datos interesantes: por alli pasaban
todos los días cientos de ajetreados oficinistas que fueron deja ndo una senda de césped pisotea-
do. La huella irritaba a los cuidadores, quienes sistemáticamente colocaban carteles de "Prohibí·
do pisar el césped". Levingston se preguntaba entonces: ¡No será una mejor alternativa construir
un camino oficial en el lugar por donde cotidianamente dejan su rastro tantas personas que con-
tinuar colocando guardias y carteles para impedir el acceso?.
Una forma particular de observación de objetos que se ha desarrollado en todo el mundo en
los últimos años es la observación de residuos, que funciona como indicador de producción in-
dustrial y consumo. Se registra también una utilización creciente de la observación de residuos
domiciliarios en es tudios panel de la investigación de mercado. William Dillon, en La Investiga-
ción de Mercados e11 un entorno de Marketirig, explica la metodología con detenimiento:
Revisar In basura de una familia y registrar los pioductos que consume, clasific:iodolos en latas,
botellas y envoltorios desechados, es un método de observación, indirecto e inocuo, que se puede
utilizar pa ra estudiar el consumo de productos. Es indirecto porque el investigador no observa reaJ-
mcnte el consumo, sino que recoge latas, botellas, etc., de donde puede extraerse evidencia de mar-
cas y productos sobre los que el consumidor no recuerda o no desea contestar. La idea de utilizar
muestras de basma como indicadores de consumo no es nueva. Ya la empleó Charles Parlin a prin·
cipios de este siglo para demostrar a la Campbell Soup. Company que, contrariamente a lo que su-
ponfa, la gente rica que tenla sirvientes no tomaba sopa enlatada, en tanto que los trabajadores sí
lo hadan. El análisis de la basura se inicia recogien1o la de una familia y se sigue el siguiente pro·
cedimiento para su análisis: se coloca la basura de cada familia en bolsas de plástico con marcas es-
peciales y luego se transporta a un depósito central donde se clasifica. Personal especiali7.ado revi-
sa el contenido de c.ida una de las bolsas, anotando el código del encuestado, los datos de dicho ho-
gar según el censo de población y el nombre de las personas que llevaron a cabo el proceso. Se pe·
sa cada bolsa y sé examina su contenido, sacando todo lo que contiene para registrar, ent~e otrns
cosas: 1) el tipo de producto, de acuerdo con un código previamente establecido; 2) el número de
unidades de dicho producto; 3) la cantidad de producto que había en el envase original o la cantidad
de producto (peso para sólidos, onzas para Hquidos, etc.); 4) d precio de los productos, que apare-
ce en su envase; 5) la marca del producto y 6) el tipo de producto (ej.: leche baja en calorías}.
Para ilustrar lo anterior, pensemos en que una de las personas encargadas de cl:isificar los artí-
culos que apuecen en la basura toma un envoltorio de plástico con una etiqueta que indica que in-
cluía hamburguesas. El grupo del producto se registrará como carne y la etiqueta también podría
utilizarse para obtener información sobre el peso del paquete, el precio del producto y tal vez, el lu-
gar en que se compró. Con respecto al envoltorio en s(, se podr(a registrar que es de plástico o de
papel y se depositaría en un cubo de plástico.'
En este caso, hay distintas razones por las que pucden ,preferirsc los diseños de observación
antes que la encuesta. En primer lugar, eliminan los errores de respuesta, ya que los observados
no saben que se los está analizando. En segundo lugar, la atención se centra en el consumo real
y no en lo que dice la persona acerca de su propio comportamiento, que puede estar influida por
sus consideraáones sobre las respuestas que supone más pertinentes o aceptables. Las pruebas
que existen sobre las relaciones entre los datos obtenidos por el análisis de la basura y los infor·
mes recibidos al respecto ponen de manifiesto la existencia sistemática de ciertos prejuicios. Por
ejemplo, se observa que las personas tienden a decir -quizás a pensar· que el consumo de cier-
tos artlculos es mayor que el real y prefieren no hablar o reducir el de otros. Por ejemplo, en una
encuesta realizada por una tabacalera se determinó que el consumo de tabaco declarado por los
consumidores en las encuestas resultó un tercio de las ventas efectivamente realizadas por las
empresas del rubro en el período en cuestión. Es decir que las personas declaran fuma r menos
de lo que en realidad fuman. Esto podría ser asi en parte porque el fo mar es una conducta cre-
cienternente desprestigiada en muchos contextos sociales y en parte porque, como ocurre con
todas las conductas adictivas, el adicto tiene una marcada tendenáa a desarrollar un mecanismo
psicológico denominado negación, que consiste en que el sujeto niega aun ante si mismo que
una idea, acción o sentimiento le pertenezcan.
Hemos mencionado las ventajas y aplicaciones de los diseños de observación; veamos ahora
las dificultades y limitaciones que presentan.
...,11 tas maneras. Un tomatiempos experimentado situado detrás de un obrero de linea sabe que, aun-
que la persona intenta mantener su ritmo normal de trabajo, la presencia del observador le ge-
11 nera una alteración de los movimientos rutinarios no conscientes. Este efecto, que generalmen-
'¡ te se exp resa en una economía involuntaria de movimientos, disminuye los tiempos normales de
,. trabajo del obrero, alÍn cuando éste intente comportarse como lo hace normalmente.
1!
, Dillon. W.• et al. La investigadón de mercados en vn entorno de marlceting. Madrid: McGraw-Híll / lnterameri-
cana de Espal'la, 1997.
r
Cap(<ulo VIII Oise~os de obse1vaciOn 313
Para poder observar hay que saber primero. qué se quiere analizar. Si tenemos definido este
p.u nto -definición que devendrá de los objetivos del estudio, de nuestro marco teórico y de las
hipótesis, si las hubiera· estaremos en condiciones de tomar una decisión con respecto al tipo de
observación que mejor se adecua a nuestros objetivos y posibilidades. Los diseños de observa-
ción pueden adoptar tres modalidades:
1. Observación simple
2. Observación sistemática
3. Observación participante
La observación simple puede realizarla directamente el observador, aunque hoy existe una
enorme disponibilidad de dispositivos técnicos que permiten hacer registros de los fenómenos .1
)
J ü de interés para luego ser analizados, como luego veremos.
Ejemplo:
Un cliente ingresa al supermercado. Su secuencia de desplazamiento es importante por diversas
razones: la decisión de qu~ productos ubicar en cada sector, cómo lograr visibilidad, dónde ubicar
las promociones, cuáles serán los costos de exhibición para el fobricante, etc . Por eso se pretende
elaboru un Sistema de patrones ,le recorrido del consumidor en el supermercado, utilizando un dise-
no de obse.rvación. El investigador puede contar con la ayuda de una filmación, o con el más "pe-
destre" seguimiento a distancia del diente, sin necesidad de solicitar su colaboración, y lo que es
más importante, sin perturbar su rc:corrido por efecto del procedimiento.
¿Cómo averiguarlo? Una posibilidad es preguntar a los sujetos. Pero hacerlo implica obtener
una respuesta en función de su percepción personal del tiempo. Así, habrá quienes puedan de·
cir cuánto tiempo han pasado realmente haciendo sus compras y habrá otros que harán una es·
ti.Jnación que en poco coincide con el tiempo transcurrido. En cualquier caso, no parece un b uen
método pedir el dato al sujeto pues el tiempo percibido es una categoría de la subjetividad de di-
ficil autovaloración.
La observación sistemática en cambio, permite que un observador se pare en la puerta del su-
permercado con un reloj en la mano y mida el tiempo que transcurre desde que una persona en-
tra, hasta que sale. lndependientemente de cuán subjetivo sea cualquier observador -y ello es
inevitable en tanto el observador es un sujeto·, la observación será aún cien tífica y objetiva siem-
pre que se establezcan criterios exp/fcitos, p1íblicos y documentados del qué, el cuá11to y el cómo ob-
servar, pues es de ese modo que puede garantizarse, dentro de márgenes aceptables de variación,
la reproductibilidarl de la observación, es decir, que otro observador, con el mismo reloj y la mis-
ma consigna logre el mismo dato. La tarea del observador sólo consiste en asignar comporta·
m ientos a las categorías predeterminadas. Como dice Kerlinger: "la objetividad es un acuerdo
entre jueces expertos sobre lo que se observa. Los métodos objetivos de observación son aque-
llos en los cuales cualquiera que siga las reglas prescriptas asignará los mismos valores numéri -
cos a objetos y a conjuntos de objetos que otra persona."8 En suma, la lógica de la observación
sistemática puede entenderse como sigue:
Por supuesto que comprender el significado de esa observación, con qué objeto fue re,1lizada
y de qué afirmaciones supuestamente es evidencia, forma parte de la compleja trama teórica y
cmpfrica q ue configura a todo dato científico, cualquiera sea el diseño por el que se haya optado.
En cuanto a la especificidad de la observación, digamos que en comparación con la encues-
ta, elimina un mediador, el investigado; pero no elir:iina al investigador. Por ello, el m ayor es-
fuerzo en )a planificación de un diseño de observación está puesto en la construcción de los ins·
trumentos de recolección de datos, pues es a partir de esos dispositivos que se controla el papel
del observador.
Ahora bien, observar el tiempo que alguien pasa adentro del supermercado, hay que reconocer-
lo, es fácil; pero en su afán de ser il~strativo, el ejemplo elegido es tan sencillo que no inquieta·
ría a ningún investigador. Pero ¡qué ocurre si pretendo observar el lidera zgo autocrático, la con·
ductil coop~rativa en el trabajo, la resistencia al cambio, el posicionamiento de 1111a marca en la
mente del comwnidor, o los ~tereotipos que subyacen a las voces mi/izadas c11 los comercia/e< de
9 El proceso por el cual se establecen los observables que dan cuenta de una variable teó1ica se denomina ope-
racionalización y es explicado con detenimiento en el capítulo 12.
10 Ver capitulo 6. AJII se proponen recursos para la evaluad611 de instrumentos construidos por otros investigadores.
11Ver capftulo 17. Allí se explica cómo tratar a las pruebas estandarizadas para asegurarnos su confiabilidad, va-
lidez y pertinencia a nuestros objetivos.
12Ver capítulo 15. Allf se desarrolla con detalle la compleja construcción de instrumentos para la observación sis-
tematica.
,I',
C apltulo VIII Olse,10, de ob,ecvación 317
L1 guia proporciona al observador una lista de aspectos a observar que son relevantes para
los objetivos de la investigación.
~:
En el capítulo 15 GUIAS DE 06SERVACIÓN SISTEMÁTICA.
'¡ 14
,s Kerlinge<, F. op. cit.. p. 554.
r
l
de la investigación, el punto a definir, del cual habrá ce hacerse cargo el instrumento es cuál se-
rá el grado de esas inferencias.
Para comprender la cuestión continuemos con el instrumento para medir el cornportamien-
to de los vendedores. Con él se espe raba observar comportamientos analógicos simples, es decir,
segmentos de comportamiento espedficos y sencillos que pueden ser identificados sin dificultad
por un observador con un nivel bajo de adiestramiento. No es neceS3rÍO un gran adiestramien-
to para observar pequeñas conductas evidentes como son fa sonrisa, la mirada, etc. No se le pi-
de al observador que capte una conducta compleja como podr!a 5er la ncritud prcjuiciosa del S\l ·
jeto. Solamente se le pide que haga una cruz en su guía de observación cada vez que el vendedor
sonríe, habla bajo, mira al diente a los ojos, etc.
No obstante, hay otras modalidades de observación que exigen un grado mucho mayor de in-
ferencia por parte del observador, al cual solo se le presenta una ca tegoría general, "actitud pre-
juiciosa" y se espera que él tenga la suficiente especialización para inferir de una conducta que
es expresión deJ prejuicio. En la categoría auroritarismo del supo-vi.sor, un sinnúmero de conducras no
especificadas pueden ser subsumidas bajo dicha categoría. ¡Oiándo poner l:i cruz en comporramientoau-
toritnrio? ¿No serla mejor hacer una lista de conductas autoritnrias p0S1bles? Evidentemente,esoserfu más
confiable, y de hecho es justamente lo que se hizo en el instrumento de los vendedores. El problema es
que pueden aparecer conductas autoritarias que no figuren en el listado y entonces el estudio dirá que el
supervisor no es autoritario, pues esos comportamientos no se habrán previsto en la plantilla de obser-
vación. Lo que se hace en esos casos es optar por un grado mayor de inferencia por parte del observador,
previendo que será necesario contar con un e:!pccialista para realizar la tarea.
Sin hacer consideraciones en cuanto al rigor metodológico de las observaciones, muchos de los
program as periodísticos que vemos en televisión recurren a la obsen,flci6n participante encubier-
ra, por ejemplo, envían a una persona de baja estatura a presentarse a una entrevista laboral pa-
ra constatar actos discriminatorios o tratan de obtener beneficios con algún recurso ilegal con el
fin d e observar actos de corrupción.
Aunque la observación participante encubierta ha dado fructlferos resultados y se ha mostra-
do una buena aliada para observar situaciones de injusticia o corrupción que dificilmente hu-
bieran salido a la luz con otros métodos, muchos investigadores la cuestionan éticamente por-
que implica un grado de engaño ante los sujetos estudiados.
Hay alternativas, sin embargo, que no suponen necesariamente una observación encubierta y
el resultado de participar cotidianamente en un rol de la comunidad permite obtener los bene-
ficios de la observación participante sin necesidad del ocultamiento, siempre y cuando el inves-
tigador esté siempre atento al efecto que su presencia inevitablemente introduce en 13 situación.
Veamos a continuación el registro de un observador participante escrito en primera persona, en
éste c:iso Chris Argirys, un reconocido investigz.dor y consultor organizacional norteam ericano :Él se
involucra con las personas estudiadas actuando con ellas, a la vez que las observa. El propósito de in-
cluir éste registro es el de ofrecer una comparación con los registros de la observación sistemática que
dé una idea intuitiva de la diferencia. El texto es apenas una parte: la que relata los acontecimientos
tal como los vive el observador participante. Aún resta su análisis interpretativo sobre lo observado.
Juan y )'O (Argirys) nos enconlnmos a solas unos minutos, porque Pablo llegó un poco tarde,
Juan me preguntó qué opinaba del memo. Rcspondl que daba una buena base para iniciar la con-
versación. Juan dijo que estaba contento de mi opinión constru ctiva, porque a él lo habla enfure-
cido.[... J Juan afirmó que estaba decidido a actuar positivamente y quería que la sesión fuera una
experiencia dicaz de aprendizaje pan las dos partes. Estaba preocupado, sin embargo -dijo- de
que la sesión pudiera ponerse tensa. Me preguntó si podía tratar de arma r una declaración ini-
cial conmigo. Estuve de acuerdo. Pablo entró al salón justo cuando Juan había hecho un intento
de armar su presentllción. Luego de breves saludos Juan comen1.6 la sesión describiendo alguno de
sus sentimientos y pidiendo ayuda, pero subrayando que se sentía maltratado por "todo el sistema''.
Continuó recordando a Pablo que él no habla pedido trabajar en el proyecto conjunto. Lci habla
hecho para ayudar a aumentar los ingresos regionales de Pablo, que estaban por debajo de los ob-
jetivos fijados en el presupuesto.""
A continuación se presentan los resultados de un caso. Podemos advertir que, aunque la gufa de
observación sistemática es el instrumento propio del diseño de observación, otros, tales como las
listas de chequeo (figura 8.3), los cuestionarios (figura 8.4) y las escalas (Figura 8.5) pueden ser uti -
fü.ados. Como dijimos en el capítulo l, no debemos reificar los instrumentos en disefios específicos.
Lista de chequeo
l. ¿Qué co11tenidos de la formación recibida pone e11 práctica?
O Identificar la empresa.
O Saludar.
O Pregunta r los datos al interlocutor (no mbre, cargo, empresa)
O Mantener informado al interlocutor en tiempos de espera.
O Agradecer el llamado.
Esc:ila
El tonu de voz es:
Amistoso . ..... ···· ···• --·X---- . ....... --·--· Hostil
Entusiasta ............ . ----··· ·· ..... ... ---X-- Monótono
322 Metodologíd de la Investigación en o,gc1nlucio11es. mercado y sociedad
Figura 8.6 Diseño de o bservación: gtúa de o bservación sistemática con apoyo tecnológico.
Categorías del Sistema de o bservación de la acción d e juego en el fútbol (fragmento)
01 La zona retrasada del equipo observado recupera la pelota teniendo la zona media y la re-
trasada del equipo adversario delante
La zona retrasada del equipo observado recup<ia la ¡,dota teniendo a todo el equipo adver-
02 sario delante
La zona retrasada del equipo observado recupera la pelota teniendo la zona retrasada del
03 equipo adversario delante · e;
-o
La zona retrasada del equipo observado recupera la pelota teniendo la zona media y a lazo -
04 na retrasada del equipo adversario delante V"'
"'
o
La zona retrasada del equipo observado recupera la pelota teniendo a todo el equipo adver- o..
05
06
sario adelante
La zona media del equipo observado recupera la pelota teniendo la zona media y la retra-
sada del equipo adversario delante
- "'..,
",:!
La zona adclanrada del equipo observado recupera la pelara teniendo la zona retrasada del
o
07 equipo adversario delante V
La zona adelantada del equipo observado recupera la pelota teniendo la zona media y la re- .....e;
08 !rasada del equipo adversario delante
09 El arquero del equipo observado recupera la pelota
Fuente: Julen Castdlano Paulis y Antonio Hemándcz Mendo 17 Análisis diacrónico de la acción de juego
en el fútbol http://www.cfdeportcs.com/ Revista Digital - Buenos Aires - Afio 8 - Nº 49 - Junio de 2002.
11 Castellano Paulis, J. y Hernández Mendo, A. Análisis diauónico de la acción de juego en el fútbol. [en linea]
http:hwww.efdeportes.com/revistadigital. Mo 8 Nº 49 (2002) (Fecha de acceso 12 de junio de 20021.
Capitulo VIII Oisel\cs de observación 323
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1
1
La encuesta es seguramente el más popular de los d iseños de investigación social. Y esa con-
dición ha ten.ido como efecto positivo la comprensión por parte del público general de sus pro-
cedimientos y de las implicaciones de sus resultados. Como contracara, el efecto negativo que la
amplia difusión de la encuesta está generando es el recurso más o menos indiscriminado a este
dispositivo, no siempre fundamentado teórica y técnicamente. Nunca se insistirá demasiado en
la rigurosidad que ex:ige el diseño de una encuesta si es que se pretende que los resultados a los
que finalmente arribemos tengan la validez de un producto científico.
La encuesta es un diseño o estrategia general no experimental que permite contrastar las hi-
pótesis de investigación con información sob-re mracterfsticas de poblaciones completas de perso-
nas, obtenida a través de muestras; utilizando p11ra la recolección ele datos, procedimientos estanda-
rizados de interrogación.
Como excepción, existe un tipo de diseño de encuesta en el que n,o se trabaja con muestras: se
lo denomina en es_te caso "censo" e iinplica obtener información de la totalidad de la población.
Censo
Según las Naciones Unidas, un censo de población es "un conjunto de operaciones que con-
siste en reunir, elaborar y publicar datos demográficos, económicos y sociales, correspondientes
a todos los habitantes de un país o territorio definido y referido a un momento determinado o
a ciertos periodos de tiempo dados''. Como tales d iseños son excesivamente costosos, sólo los es-
tados nacionales, y en períodos lo suficientemente espaciados, pueden llevarlos a cabo.
La principal diferencia entre un censo y una encuesta es que el primero no necesita recurrir a
la inferencia estadística. No obstante hay errores que se producen en los censos que pueden evi-
tarse en u,l)a encuesta, pues la cantidad de personas necesariamente involucradas en éstos acre-
cienta las probabilidades de falla debida al desempeño humano.
1 Hyman, H. Diseño y análisis de las encuestas sociales. Buenos Aires: Amorrortu, 1984.
11
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326 Metodologta de la 1nvesti9Ación en or9anlucionPs, mercado y socitdad
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! Como en todo diseño, optar por un cen;o o una encuesta depende de los objetivos que justifican
',,, su utilización y de los medios humanos, materiales, temporales y de conocimientos. disponibles. En ;,.
síntesis, el principio que rige la encuesta consiste en seleccionar estadísticamente una muestra repre- .,'
sentativa de la población total y proyectar luego los resultados a la totaüdad del universo. En cuanto
al modo de recoger la información, la encuesta utiliza una serie de estímulos sistemáticos aplicados a
ciertos sujetos sobre la base de un conjunto de respuestas predeterminadas.
Ventajas de la encuesta
• Proporciona un conocimiento de primera mano: entre las muchas ventajas que ofrece
el diseño encuesta, destaquemos una que comparte con todos los demás disef1os de inves-
tigación primaria: proporcicna un c,onocimiento de primera mano de la realidad. Contri-
buye a lograr mediciones precisas: sus resultados permiten e.l tratamiento estadístico, y
por ello las encuestas contribuyen con sus procedimientos de mue.streo, análisis e inter-
pretación de los datos, a obtener mediciones precisas.
• Pemúte investigar grandes poblaciones: como ventajas espeóficas señalemos su alcance: con
menores recursos que un censo, permite obtener datos de una población de gran tamaüo ·CO·
mo por ejemplo habitantes de una localidad, segmentos de consumidores, empleados de gran-
des empresas- que pueden ser estudiados accediendo a pequeñas muestras representativas con
excelentes niveles de exactitud, dentro de los márgenes propios del error de muestreo. Una
muesrra de 600 a 700 individuJs ofamilias puede dar una represe11tació11 notablemente exacta de
una comunidad: desde su descripci6r1 demográfica hasta sus valores, actitudes y creencias.''2
• Aporta las ventajas del lenguaje: la encuesta se diferencia d e los diseños de observación
por su capacidad de recurrir al lenguaje como medio de acceso al conocimiento de lo so-
cial, lo cual permite obtener información acerca de ternas abstractos o complejos. Espe-
cialmente, la encuesta se utiliza bajo el supuesto de que si el investigador quiere conocer
algo de lo que hacen, sienten o piensan las personas, lo mejor es preguntárselo a ellas mis-
mas, de modo que pueden obtenerse por éste medio declaraciones sobre los fines, razo-
nes y propósitos -aún en el estilo cerrado que ofrece un diseño cuantita tivo- de imposi-
ble acceso por observación de conductas.
Para que las 1•entajas que reporta el lenguaje sean tale.s, antes d e elegir una encuesta co-
mo el diseño mas apropiado para dar resp uesta a nuestro problema de investigación, al-
gunas de la.s siguientes preguntas deberfan ser contestadas afi rmativamente:
-¿Es posible inferir, a partir de expresiones verbales (orales o escritas), la posición de
una persona respecto a algunas actitudes, pensamientos, conductas, etc, que se pla nea
investigar?
-¡E.s esperable en función de la relación encuestador encuestado que éstos últi mos di -
gan lo que piensa11 y no lo que el encuestado r quiere oír?
-¡E.xisten elementos para inferir de lo que la persona que encuestamos dice, aquello
que piensa?
-¡Podremos inferir la conducta de una persona a partir de sus expresiones verb:1/es?
Desventajas de la encuesta
• No permite profundizar el conocimiento: el diseño encuesta, ofrece básicamente infor-
mación extensiva, lo ci,al, a fuerza de ser su mayor virtud, constin,¡•e a la par su mayor
desventaja para quienes persiguen la búsqueda de información intensiva, antes que ex-
tensa. Como es evidente, si se pretende invest igar a un número elevado de sujetos habrá
que ren unciar al conocimiento profundo y sutil.
• Informa lo que la gente dice pero no lo que piensa o hace: el d iseño se basa en la posi-
bilidad de preguntar a las personas por lo que hacen, piensan o sienten. Esa mism a vir-
tud presenta su contracara: los encuestad os nos dirán lo que ellos deseen , sepan o pue-
dan decir, independientemente de lo que piensen o hagan en realidad. En tal sentido, las
preguntas que propusimos arriba son pertinentes ahora: si las respuestas son escencial-
mcnte negativas, ceberíamos elegir otro diseño. ·
• Expresión de actitud u opinión aún sin tenerla: por otro lado, al presentársele al en-
cuestado un cuestionario con alternativas de respuesta predeterminadas para elegir,
siempre se corre el riesgo ele obtener respuestas que expresen una opinión o actitud que
en realidad no se tiene: hay muchas cosas en la vida acerca de las cuales no tenernos opi-
nión fon nada, n.i mucho menos una actitud desarrollada. Po r ejemplo: si le preguntamos
a un transeúnte cómo calificaría las últimas medidas impositivas del gobierno en una es-
cala del 1 al 5, nunca .sabremos si realmente tenía una opinión sobre las medidas impo-
sitivas o simplemente eligió una o pción para apurar el trámite y desentenderse, o porque
no le gustó admitir que no conocia las últimas medidas impositivas del gobierno.
· Errores de muestreo: entre las d esventajas de la encuesta, no podernos dejar de mencio-
nar los errores de muestreo a los que, como cualquier método que utilice muestras, están
sujetas. El error de muestreo está siempre latente y es necesario recurrir a dispositivos téc-
nicos de distinto tipo para disminuir y controlar sus efectos más graves.
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í 328 Metodolo9ra de la Investigación en organizadones. mercado y sodedad
,1
l
• Importante exigenáa de recursos hwnMos y económicos: Un aspecto que es necesario eva-
luar al considerar las ventajas y desventajas que ofrece la encuesta es la exigencia de recursos de
distinto tipo que este diselio comporta. Am1que menos costosa que un censo, una encuc.-,a re-
quiere tiempo, recursos humanos suficientes para real.izar las entrevistas, especialistas para di-
-~
señarlas, para elaborar el cuestionario, para procesar y analizar los elatos y para presentarlos en
un informe ele características complejas. A su v,a, todas las instancias insumen recursos econó-
micos destinados a solventar rentas, viáticos, capacitación de los encuestadores, etc. Cada una
de estas tareas requiere un saber técnico especializado: conocimiento metodológico y conoci-
·miento estad(stico que no siempre es fácil de obtener, mas allá de la audacia con la que algunas
veces se emprenden proyectos de encuesta (que, debido precisamente a la falta de rigor cient{-
fico, carecen de toda validez}. Los medios económicos dejan sentir su influencia, especialmen-
te, en la etapa de implementación del diseño. Si éste no ha sido muy realista, los gastos harán
estragos en la fase de recolección de los datos, al enfrentarse a limitaciones que no habían sido
contempladas. En suma, una encuesta exige una cuidadosa planificación sobre los medios hu-
manos y téaiicos, sobre las restricciones temporales y las económicas. No obstante, el avance
en el conocimiento del diseflo y la optimización de los procesos con el apoyo de la informáti-
ca, en paralelo con la experiencia que los investigadores han obtenido con el transcurso de los
años en relación a la delimitación del problema de investigación, son factores que están contri·
huyendo a que la relación costo-beneficio del <lisei'to encuesta sea cada vez más conveniente.
Debido a que la mayoría ele la invesügación por medio de encuestas es descriptiva, este dise-
ño se asocia frecuentemente con la cuantificación de variables. Sin embargo, y como puede su·
ponerse en relación a un diseño tan relevante en la investigación social, pueden encontrarse fil
la bibliografía especializada -la hay en gra n número y de excelente calidad· diversos enfoqu es y
modos de aplicación, que no son siempre coincidentes. Aquí agruparemos a las encuestas según
los criterios señalados en la figura 9. l.
Estos diferentes objetivos van a dar lugar a modalidades alternativas de encuesta, aunque 00
todos los autores están de acuerdo con la val.idación de investigaciones explicativas utilizando di-
sefios de encuesta. Especialmente objetan el recurso a la encuesta para estudios que buscan es-
tablecer relaciones de incidencia (causalidad). Para éste punto de vista, el único diseño que per-
mite inferir causalidad de una secuencia temporal de hechos es el diseño experimental.
No obstante hoy es usual utilizar diseños de encuesta para señalar relaciones de influencia en-
tre variables y combinarlos de distintas maneras con diseños experimentales. Para los defenso-
res de esta perspectiva combinada es posible obtener evidencias de incidencia entre variables con
altos índices estadísticos d e confianza. Y recordemos que, después de todo, siempre podemos
tratar a los modelos probabilísticos como si fueran determinlsticos para simplificar el análisis.3
a. Conceptualización del fenómeno: "la conceptualización eficaz del fe11ómeno a estudicir consti-
tuye el problema teórico fi111dame11tnl que se pln11tea al analista de una encuesta descriptiva''.6 El pri-
mer y mayor desafio de la encuesta descriptiva es establecer con total claridad tanto la naturalez,'l
teórica como las manifestaciones observables del concepto a medir. Si no hemos d esa rrollado en
el marco teórico un concepto preciso para la investigación en curso, y si las expresiones empiricas
no son variables claramente definidas, entonces será imposible elaborar los instrumentos -cuestio-
narios o escalas- que necesitaremos utilizar en la encuesta para recoger los datos. Si no tenemos
claridad en este punto nunca S.'lbremos si aquello que preguntamos a los encuestados se corres-
ponde con lo que pretendemos medir y, en consecuencia, la encuesta no tendrá validez.
b. Elección de la población relevante: la segunda cuestión crucial que exige definición es la
unidad de análisis, es decir, quié11eJ será11 las personas, grupos, imtituciones, países, objetos, etc, a
ser observados -evaluados, medidos-. La unidad de análisis, como veremos, se selecciona en fun-
! ción de los objetivos de la investigación y por lo tanto "hasta dónde se puede elegir, sin que lapo-
.j- blación deje de ser bastante heterogénea, el principio básico que se debe seguir es que la población
•¡:
i,•,. ..-J
1 !~
; ·~
1'fr'l1
Ji
tenga alguna relevanci<l especial para el problem11 de cstudio~7
Veamos a continuación algunos ejemplos en los que resulta apropiado un diseño descriptivo:
• Encuesta para estudiar la imagen de marca de un producto
• Encuesta a profesores uniYcrsitarios para determinar su experiencia laboral en el sector
1 •• f privado
' ·¡,
· Encuesta a vendedores informales de indumentaria para averiguar el volumen de ventas
¡ ;~( 1 • Encuesta a ciudadanos de las capitales más grandes del pa(s para conocer su intención
¡1,1
,1J( de voto en las próximas elecciones
l ir!', · Encuesta a esrudiantes para averiguar el tiempo de permanencia en la universidad, el
1¡·1: número de asignaturas aprobadas, el promedio de notas obtenido la cantidad de horas
:•;, . que destina al trabajo y la cantidad de asignaturas que cursa en la actualidad
!i • i
l.
Jj
~ Ij
~·¡ .. 1
tas explicativas se espera establecer la naturaleza de la relación entre uno o más fenómenos (con-
siderados por el investigador variables dependientes) y una o más supuestas causas (definidas
por el investigador como variables independientes).
1!11 ¡1 l
Según Hyrnan, los procedimientos para analizar encuestas explicativas deben proporcionar '
¡,
h: :·'¡ ,¡:
f.:
pruebas confiables de la relación ent re el fenómeno y una o más causas o variables independien-
tes y, por lo tanto, solucionar el problema general del analista: haUar una explicación. Desde su ¡•
punto de vista, la lógica de la encuesta explicativa es la misma que la del experimento de labora to·
~I
río, pero difiere de ése -y en tal sentido, para el autor, lo supera- en que procura trabajar en un me-
dio natural En lugar de crear condiciones artificiales para manipular las variables independientes,
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lii 6 Hyman, H. op. cit. p. 29.
1., 7 !bid. p. 105.
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e !bid. p. 100.
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Capitulo IX Diseño de encutstas 331
el investigador debe encontrar en el en torno los casos en que esas variables independientes apare-¿-
can solas en distintos grados de magnitud, para poder establecer, en el curso del análisis, la relación
de esas variables independientes con el fenómeno -variable dependiente- que se pretende explicar.
Como ya adelantamos, para algunos inves tigadores la encuesta explicativa nunca podrá de de-
recho llamarse causal, pues, como en todos los diseños no experimentales, las supuestas causas y
los supuestos efectos ya ocu.rrieron en la realidad. El investigador sólo observa y registra. En cam-
bio, en los diseños experimentales, el inves tigador provoca intencionalmente al menos una cau-
sa y analiza sus efectos o consecuencias.
De esta característica deriva la argumentación de los críticos, en la dificultad que presenta la
encuesta explicativa para controlar el efecto de las variables extrañas. Sus defensores, en cambio, ase-
gu ran que "la restricción del ur1iverso abarcado y el disetio de la muestra proporcionan la técnica bási-
ca mediante la que se excluyen otras fuentes de variación del fenómeno en la e11cues1C1s explicativas".9
Dicho en otros términos, para asegurar una rcla.ción signi ficativa entre causa y efecto, el in -
vestigador procura exclu ir factores extraños distintos de los tomados en la hipótesis, restringe la
población o uni verso estudiado para evitar otras fnentes de variación y se enfoca en poblaciones
muy homogéneas.
Veamos algunos ejemplos de encuestas explicativas en los que se pone en evidencia la relación
de determinación entre variables:
. Encuesta a las obreras de la fábrica de galletitas Gran Agua para examinar la relación en-
tre maternidad y ausentismo.
• Encuesta a los empleados del Banco Nación para investigar en qué medida los emplea-
dos de menor edad tienen mej ores posibilidades de encontrar otro empleo.
• Encuesta para determ inar el nivel d e satisfacción en la relación fabricante-distribuidor
según la comunicación que él primero establece con el segundo .
. Encuesta para conocer la in fluencia del aprendizaje organizativo en los resultados em-
presariales .
• Encuesta para establecer la relación entre precio del producto, tamaño del canal, presu-
puesto publicitario y ventas.
Los diseños explicativos pueden también tener fines predictivos. El objeto en ese caso no es ex-
plica r una situación actual sino hacer una estimación de algún estado de cosas futuro.
Ejemplos:
. Encuesta solicitada por el Mercadc, Central sobre los posibles efectos de las vacaciones
escolares de invierno en la demanda de frutas d e estación .
. Encuesta para estimar cuántos empleados podrían acogerse al retiro voluntario en fun-
ción d e tres diferentes ofertas de acuerdo.
• Estudios de motivaciones, actitudes y comp ortamientos, en general.
9.2.2 Encuestas segün el modo de interacción con el encuestado: personales, telefónicas, postales
Según el modo de interacción con el encuestado, las encuestas pueden s~r personales, telefó11i-
cas o postales/ rnail. Cada modalidad tiene sus ventajas y desventajas, pero lo mas importante a
considerar es su especificidad. Ni d diseño n i el instrumento 10 (cuestionario, escala,etc.) pueden
tratarse del mismo modo pues las relaciones que se establecen con el entrevistado son diferentes
9 lbid. p.117.
10En el capítulo t 4 se tratan las diíerendas especificas en la elaboración de los cuestionarios según la modalidad
de administración del instrumento.
332 Metodo logla de la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
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según se trate de una u otra modalidad y tornan inadecuada las estrategias y recursos de un ti-
·¡' ;' po de encuesta utilizada en otra. Por ejemplo: no puede increparse a una persona en la vía pú-
•, 1
' blica y pretender que conteste un cue,tionario de 20 preguntas extensas que se elabora.ron pre-
viendo que el sujeto se lo autoadministraría en algún momento en que le quedara cómodo.
Otra de las ventajas que podemos mencionar en las encuestas por correo es que la ausencia
del entrevistador elimina un factor de presión para el entrevistado, quien generalmente respon-
de con mayor libertad, sobre todo cuando se trata de pregun tas d ifíciles (adicciones, hábitos se-
xuales, gastos. etc.); en tales casos, este tipo de encuesta facilita la obtención de un a mejor infor-
mació n que la entrevista personal o la telefónica.
En cuan to a la cantidad d e información que se puede lograr por esta vía, el indicador b ásico
es la extensión del instrumento: las encuestas personales son las que toleran la mayor longitud y
)as telefónicas, la menor. Las en cuestas por correo admiten una aceptable longitud y puede afir-
matse que un instrumento corto no logra más respuestas por esta vta que uno largo. Finalmen -
te, la encuesta por correo permite al encuestado responder en el momento que le queda mascó-
modo y con su propio ritmo.
En cuanto a las limi tacio,nes, se relacionan principalmente con las siguientes cuestiones:
En primer lugar, el encuestado no tiene quien colabore con él para responder las preguntas.
Ello obliga al investigador a pensar doblemen te el instrumento, tanto en términos de su comple-
jidad como de su longitud y secuencia.
Por otro lado, no hay posibilidad de hacer un seguim iento de respuestas incompletas o erró-
neas ni tampoco se puede repregun tar.
La siguien te dificultad ·Y una de las mayores, junto a la falta de respuesta del encuestado- es
controlar quién forma parte de la muestra, pues es imposible estar seguro acerca de quién com-
pl~tó el instru mento en realidad. ·
Finalmente la gra n dificultad de la encuesta po r correo es asegurar la devolución. Es frecuen-
te, induso, que el instru mento se complete y aún as{ nunca sea enviado. En virtud de esta pecu-
liaridad es que muchos encuestadores prefieren distribuir y pasar luego a retirar el formulario,
. opción que en este caso puede implementarse puesto que el instrumento se habrá construido
partiendo del supuesto de que el entrevistado lo contestaría solo. Claro que esta modalidad tie-
ne sentido siempre y cuando la razón que movió al envío de una encuesta postal no sea justa-
mente la distancia o inaccesibilidad del encu estado, sino el interés en que conteste sin testigos,
tranquilo o en el momento que considere adecuado.
Hay que tomar muy en serio el problema de la falta <le respuesta, ya que la experiencia indica
que nna encuesta dirigida a una lista de personas seleccionadas al azar, sin ningún seguimiento pre-
vio o posterior al envío. no ofrece expectativas de respuesta mayores al 10-20 por ciento. Sin em-
bargo con un apoyo importa nte de diversos envíos previos y posteriores de seguimiento, se puede
llegar a porcentajes cercanos al 80%. En cuanto al costo, la encuesta por correo es mu)' convénien-
te si se obtiene un alto número de respuestas, pero no lo es si el porcentaje de respuestas es bajo.
Las encuestas directas por correo se emplean en estud ios dirigidos a ejecutivos, industriales o
profesionales cuando versan sobre temas de su interés, pero la versión simple (sin avisos previos
y posteriores) ya casi no se utiliza en investigaciones de mercado debido a que la experiencia de-
muestra que el porcentaje de respuestas será m uy bajo.
q,.,f ·
,· ventajas e inconvenientes que la encuesta realizada por correo tradicional; y similares ventajas e
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1 .
inconvenientes a la encuesta telefónica cuando se realiza en la segunda modalidad, es decir, en
línea con el encuestado. Aún así, dado su utilización creciente, vale la pena sintetizar las ventajas
' e inconvenientes específicos de la encuesta asistida por computadora.
Entre las ventajas podemos mencionar que disminuye los errores fruto del entrevistador y las
inconsistencias en las respuestas, facilita la selección de unidades muestrales, así como la super-
visión del proceso. El procesamiento y codificación de los datos es especialmente rápido y redu-
ce drásticamente los costos respecto de la encuesta vía correo tradicional. En algunos aspectos
combina las bondades de la encuesta por correo y la telefónica, pues reduce los tiempos, man-
tiene el contacto personal, y a la vez permite presentar múltiples opciones que al ser recibidas en
formato de texto se siguen sin dificultad. Además brinda la posibilidad -imposi):lle en la comu-
nicación telefónica- de mostrar imágenes, fotos, video y transmitir audio.
En cuanto a los inconvenientes, requiere hardware y software específico y entrenamiento de
los entrevistadores. Por otro lado crea desconfianza y suspicacias por parte de los entrevistados
y fundamentalmente sesga la muestra debido a que la concectividad es desigual entre países de
distinto nj,,eJ de desarrollo, entre la ciudad y el campo, entre niveles socioeconómicos, entre
franjas etarias y entre sexos. Así , la probabilidad de establecer conexión con un sujeto urbano,
de nivel de vida equivalente a clase media-media alta de un país desarrollado, joven y varón, es
mucho rnas alta que cualquier otra combinación demográfica.
!' La facultad de ciencias económicas de la Universidad X hace una encuesta anual a ejecutivos de
grandes empresas argentinas desde 1970 hasta la actualidad con el objetivo de establecer la evolución
i de las tendencias en educación, modos de vida y actitudes de dicha población.
1
r Medición l Medición 2 Medición 3 Medición 4
l
¡ Como se aprecia, la población (ejecutivos de grandes empresas de Argentina) es siempre la mis-
I ma, los miembros individuales de la población habrán cambiado: algunos ejecutivos se jubilan, los
jóvenes ingresan a las empresas y hay desplazamientos hacia otros niveles o sectores. Ni todas las
empresas ni todos.los ejecutivos son medidos sino que se trabaja con muestras, y aunque los indi-
1 viduos cambian, la población "ejecutivos de grandes empresas de Argentina" se mantiene igual.
Figura 9.3 Diseños de evolución de grupo o estudios co/iort: la muestra de sujetos puede cam-
b iar pero la subpoblación es la misma: la cohorte de los nacidos en l 980 medidos du rante cua-
tro anos consecutivos
Los jóvenes en la medición r tienen veinte años de edad, en la medición 2, vei ntiuno. Esa co-
horte (o una muestra de ella) tiene un año mas en el 2001 que en el 2000, por eso la segunda
muestra de sujetos se busca entre jóvenes de esa edad. Para continuar observando siempre a la
misma coho rte habrá que ir seleccionando sujetos de distinta edad, según vaya transcurriendo
el tiempo. '
11 Ashenfelter. O. et al. · collecting Panel Data in Developing Countries· . LSMS Working Paper~. Nº 23 (1986).
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de programas sociales. Para otros las ventajas de los paneles deben ser relativizadas pues desde el
punto de vista de la teoría del muestreo, a pesar de que en un estudio de panel se mantengan las
mismas unidades de observación las actitudes y respuestas de los informantes pueden haber cam-
biado, lo cual sin duda introducirá sesgos adicionales en la estimación de la diferencia que no
siempre son posibles de idenúficar y por tanto de evaluar. Además los esn1dios panel exigen con-
tar siempre con la misma muestla y ello no siempre puede lograrse debido a distintas circunstan-
cias entre las que podemos mencionar:
F..studi.os semipanel
Una forma de evitar este efecto consiste en cambiar parte de la muestra siguiendo u n pa-
trón determinado. Estos disc11os se denominan sem i-panel y son una modalidad que me-
jora los dos inconvenientes seí1alados hasta aquf: la mortalidad y la saturación, pero exigen
mucho cuidado en la selección de la muestra para que se mantenga lo más similar posible
o finalmente los datos ya no mantendrán la rigurosidad propia del estudio panel. (Ver fi.
gura 9.4)
La rotación de la muestra puede ser efectuada de diversas formas. Algunas de las m enciona-
das en Binder y Hidiroglou 12 son las siguientes:
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muestra en un número consecutivo de ocasiones y no son utilizadas por algunos períodos y pos-
teriormen te vuelven a encuestarse durante un determinado número de ocasiones. Una genera-
lización de este procedimiento serla la siguiente:
Sean N y 11 el tamaño de la población y d e la muestra respectivamente, entonces un número de
ti··
,?¡ .·
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unidades de observación permanecen en la muestra durante r periodos, salen por m ocasiones y
regresan para estar vigentes durante r repeticiones, posteriormente vuelven a salir m veces y el ci-
:l :i, clo se repite un determinado número de rondas. Un caso particular de éste tipo de esquema po -
,,!,, dría ser: una m uest ra compuesta por ocho paneles de rotación. Así, un determinado grupo de ro-
J:.
1 ,,
tación permanece en la muestra duran te cuatro meses consecutivos, sale por ocho meses y regre-
j'i, J
sa para participar durante cuatro veces más. Este esquema de rotación es conocido como 4-8-4.
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'. l La muestra que configura el panel puede reclutarse telefónicamente, por correo o por entre-
1 ; vista personal, observando que se cumplan las características o requisitos necesarios para formar
parte de la misma, es decir, asegurándose que las personas pertenecen a la población que se p re-
tende estudiar.
La captación de los ind ividuos del panel es una cuestión d elicada, pues se necesita saber si se
podrá contar con esos mismos sujetos en el futuro, por lo que debe consegui rse un grado de
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comprom iso que garantice la con tinuidad del estudio. En las investigaciones de mercado, debi-
'! ,. do al carácter comercial de sus propósitos, en muchos casos el pedido de compromiso y colabo-
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'·•' ración se traduce en regalos de productos, premios, sorteos y, dependiendo del presupuesto asig·
·1.
nado por el cliente, hasta alguna compensaciones económicas entre los mi~mbros del panel que
1 mantienen la continuidad. Aún así, en detenninadas ocasion es el investigador deja de tener con-
:-11 tacto con algún elemento del panel, o bien recibe información que podrla calificar como algo ex-
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traña en relación a la recolectada en otras ocasiones anteriores de ese m ismo elemen to muestra!.
Es este caso, el investigador deberá chequear qué p uede estar ocurriendo con ese elemento de la
,) muestra para conocer los motivos de las anomalías y si corresponde, darlo de baja. Para tales ca-
sos, el investigador debe contar con elementos muestralcs "de reserva", de fom1a que la muestra
·I,. siga siendo representativa no sólo en número, sino también en las características de los elemen-
i tos que la componen.
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~
En cuanto a la periodicidad con que se debe recoger la información, dependerá del objetivo
¡ de la investigación y de los recursos del investigador. Hay paneles diarios, semanales, mensuales,
bimensuales, anuales, o de la periodicidad que el investigador determine.
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Los instrumentos en el panel
Como ya hemos comentado con relación a las encuestas en general, los paneles pueden tam-
bién recurrir a distintos tipos de instrumentos de recolección de datos en función del tipo de pa-
nel de que se trate y de la información que se desee recoger.
En cuanto a los cuestionarios, pueden administrarse en entrevistas personales visitando a los
miembros del panel o pidiendo a éstos que acudan en los períodos de recolección de datos a lu-
gares específicos determinados por el investigador. Pueden también ser telefónicos o postales,
aunque estas últimas varia ntes generalmente son poco recomendables porque atentan contra la
¡ más importante característica del panel: la continuidad d e la muestra. ¿Cómo podríamos estar
I·
¡·
seguros en una encuesta postal sobre quién respondió el cuestionario?
El panel puede apelar además de a las entrevistas y cuestionarios, a los protocolos de obser-
l1
vación o a los datos secundarios. Por ejemplo, la revisación médica anual que hace una em-
presa, en la que el empleado es entrevistado y observado con métodos clínicos y a través de
análisis de sangre y radiografías, puede ser utillizada en un estudio panel, aunque el propósi-
\ to de la revisión médica no sea ése, y la "recolección de datos" se haya realizado en rigor con
t
• criterios transversales y no longitudinales. Aún asi, esa información que se va acumulando año
a año sobre las mismas personas permite hacer, por ejemplo, un estudio sobre el deterioro d e
la salud general de la población de la empresa, intentando discriminar los factores naturales
de envejecimiento de aquellos que p ueden haber sido originados o potenciados por la natura-
1
1 leza de la tarea, contribuyendo con este tipo de estudio a la mejora de las condiciones sanita-
! rias del trabajador y a la prevención de enfermedades del trabajo. La inve.stigación de merca-
dos, por su parte, también combina protocolos de observación con cuestionarios y entrevis-
1 tas. Por ejemplo, en un panel de co nsumidoras de tintura s para pelo se interroga a las consu-
midoras y, en paralelo, se hacen observaciones sobre las transformaciones del color, el estado
del pelo, etc.
Otra modalidad que combina la entrevista con la observación en un estudio panel es la que fre-
cuentemente se utiliza para medir la audiencia de la televisión. Se ubica en el hogar un dispositivo
que registra en cada momento si se está o no viendo la televisión pero, qué canal, etc. El encendi-
do se registra automáticamente en el momento en que se enciende la televisión pero, la última
cuestión supone cierta participación activa por parte de los panelistas, en la medida en que tienen
que ser ellos lo que se identifiquen en el momento de empaar o dejar de ver un programa.
Para termin ar digamos q ue desde el punto de vista práctico las encuestas d e panel pueden
llegar a ser m uy costosas, sobre todo en las situaciones en donde se presenta un a gran movi-
lidad de las unidades de observación consideradas en la muestra. En este sentido, las tasas de
no res puesta tienden a incrementarse incidiendo en el error de estimación y la calidad de los
resultados.
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ti 340 Me todología dt la 1,westigaciOn tn org¡niuc,ones. merudo y so<iedad
Col)1o es evidente éstos pasos involucran a todos los que atravesamos en nuestro recorrido a
~ través del proceso de investigación. En éste capitulo solo desarrollamos el diseño pero mencio-
v namos al resto para tener asl una visión de conjunto.
En la figura 9.5 describimos brevemente cada uno de los pasos de un plan de encues tas y se-
¡.• J ·1.1
,~~
I ñalamos los capítulos en los que las tareas que aqui se presentan de modo general, son tratados
1
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con mayor detenimien to.
•1 ,; '. 9.3.1 Paso 1: establecer los objetivos de la encuesta
l.'
Los objetivos de la encuesta deben ser congruentes con los objetivos de la investigació n, pe-
l/! .1
ro ello no significa que deban coincidir. Recordemos que un mismo estudio tiene un objetivo
general y puede tener varios objetivos espedficos. Por ello, los diseños en muchos casos se
l·l combinan para dar respuesta a esos disti ntos objetivos. Lo que procuramos enfatizar en este
1
!· n Campbell, A. y KatoN, G. "La encuesta por muestreo·. En Festinger. L. y Kau, D. los métodos de investi-
gación en las ciencias sociales. Barcelona: Paidós, 1987.
1"
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~: Capitulo IX Dlse~o de encuestas 341
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~. punto es la necesidad de explicitar los objetivos de la encuesta con el fin de dirigir la construc-
} ción de las preguntas, el trabajo de los encuestadores y el análisis. Los objetivos deben con-
tener:
· Conceptualización: qué es lo que se pretende medir (cuál es la variable)
· Unidad de análisis: quién se medirá ( cuál es la población objetivo)
· Plan de análisis: traducción de va.riables y unidades a forma de listas y de marcos de
tablas de los resultados que hay que obtener, de los cuales se desprenden las informa-
ciones que hay que recoger.
·' Los objetivos estarán pr<:sentes durante todo el proceso y en muchas ocasiones babrá que re-
'· cuperarlos para tomar decisiones sobre la muestra, el cuestionario, el análisis, las conclusiones.
¡,
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Paso 6: analizar los datos
(P~ra ampliar ver capítulo 18)
El investigador que se inicia es capaz, sin embargo, contando con los fundamentos básicos y
si es posible los sofuvare específicos, de encarar el plan de muestreo de un encuesta de comple-
jidad acotada.
El plan de muestreo de una encuesta responde preguntas relaúvas a quiénes y de qué mane-
ra serán medidos. Por ejemplo: ¿se incluirá a todos los empleados en el estudio? ¿o sólo a aque-
llos empleados que tienen relación di recta con los clientes? ¿o sólo a los mandos medios porque
se perciben ciertos problemas en ese segmento? ¿se encuestará a quienes se ubican en cierta fran-
ja etaria porque son los que la empresa procura retener? Una vez que estas preguntas han sido
respondidas y la población definida, se decide la forma en que se extraerá la muestra. El caso más
simple sería el siguiente:
-Contarnos con un marco muestra! confiable.
-El clisefto le asigna la misma probabilidad de selección a cada miembro de la población
(ejemplo: hogares, individuos, firmas, etc.).
-Cada miembro de la población al que se le requiere su participación en la encuesta
f~
colabora.
1
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Idealmente, el muestreo de una encuesta debe ser probabilístico, es decir, todas las personas
o eventos d e la población han de tener la misma probabilidad de ser elegidos. A pesar de este
,,!
ideal, es frecuente encontrar como alternativa el muestreo por cuot'as, que consiste en asignar t
cuotas de la población a los entrevistadores: por ejemplo, "ta11to de h ombres y tanto de mujeres':
"tanto de jefes y tanto de subordinados''. La idea básica en el muestreo por cuotas es "reprodu-
cir» en la muestra ciertas características de la población (por ejemplo género, edad etc.) llenan-
do "cuotas" para cada una de esas características. El muestreo por cuotas puede ser apropiado 1
cuando no existe una lista de la población, pero está sujeto a un sesgo derivado del juicio subje- J
~
tivo con el que se hace la selección.
En cuanto al muestreo para el caso de las encuestas e.xploratorias, existen otros tipos deferen-
tes que los que utilizan las encuestas descriptivas y explicativas, que son los propios de la inves-
tigación cualitativa. Esas modalidades de selección de las muestras se explican en el capitulo 22
de este líbro. f
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9.3.3 Paso 3: construir o adoptar el instrumento
El siguiente gran paso en un plan de encuesta es la construcción del programa de entrevistas,
cuestionarios, escalas y demás instrumentos de medición, que se prevé utilizar. En función del
dpo de encuesta de que se trate y del tipo de información a recoger, existen diferentes métodos
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de registro que habrá que abocarse a -construir o adoptar de los que se encuentren al revisar la ¡
bibliografía (haciendo el necesario control que todo instrumento disponible requiere ).14
En general construir un instrumento es un tema arduo, a la vez teórico y técnico, al que de-
·¡
¡
dicarnos completo el capitulo 12 (guía para la construcción de cualquier instn,11nento). 1
Luego, teniendo en cuenta que cada instrumento supone sus reglas y su arte, se describen ¡
.. í¡
distintos instrumentos por separado en los capítulos corresponclientes de la Sección 3 de es-
te libro. El instrumento por excelencia de las encuestas es el cuestionario, aunque éste se com-
bina con escalas como las de Liker, de Guttman o de diferencial semántico y con gulas de ob-
servación. !
l
' 14 Ver capítulo 6 OISOIOS ( Ot; DATOS SECUl'OARIOS y q¡pítulo 17 PRUEBAS ESTA.SOAAIZ/,DAS.
Capílulo IX Ois eflo d e el'lcuestas 343
Lo importante por el momento es saber que el instrumento de una encuesta debe expresar a
las variables del problema de investigación y a las relaciones que los objetivos e hipótesis esta- ·
blecen. De lo con trario la encuesta, y todo el esfuerzo que involucra resul tará inútil pues los re-
sultados no tendrán validez.
A continuación, y solo con fines ilustrativos presentamos en la figura 6 un ejemplo de instru-
mento de recolección de datos para una encu esta. Observemos que incluye:
Prueba Piloto.
Todo instrumento exige pr uebas previas antes de ser utilizado en la encuesta definiti-
va. Las pruebas no tienen por finalidad recoger información si no identificar problem as y
errores.
Instrucciones:
"Somos esn,diantes ti,, la Carrua ~ AdminiJrraci6n y como rmbajo de la Oíri!tlm de Metodología de Im=igaci6n.
debemos elaborar, implementary axlificar w1 1nsrnimento de rcrole«ión de daros aarca de un problema especifico~
"Tul(m).opi11i6n es importa11te para recaudar in[ormació,1 sobre 1111 proyecto de bar -comidas en la U11iver-
sidad. Ln cricuesta es a11611ima y contestar/a le /Íevaril muy poco tiempo. Agradecemos toda m sinceridad)'
disposición para responderla':
2. Se encuentra d entrevistado
O (01) solo
O (02) en grupo
3. Está consumiendo
O (01) bebida
O (02) comida
O (03) ambas
b. Pregunte al entrevistado:
4. Edad:
O (01)16 a 26 anos
O {02) 27 a 35
O (03) 36 años y más
5. ¿Cuil es su ocupación dentro de la Universidad?
O (01) Profesor
O (02) Estudiante
O (03) Empleado
¡
(04) los predos 'r
8 . ¿Cómo consider:i el servicio al cfünte en el bar actual?
O (01) Excelente o (04) Deficiente
O (02) Bueno o (OS) Pésimo
O (03) Normal
9 . ¿Con quf frecuencia consume en ti bar!
O (01) Diario O (03) J 6 2 veces por semana
f
O (02) 3 ó 4 veces por semana O (04 ) Nunca
10. ¿Le gustarla en contrar otro tipo de comida que la que se sirve habitualmente?
t
O (Ol) Si t
O (02)No
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11 . ¿QuE otro tipo de comida le agradada consumir?
LJ ···················-···-······················· ¡
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Capitulo IX Oiseño d e enc uestas 345
Caso N Pregunta I sexo Pregu nta 5 rol Pregunta 6 carrera Pregunta 8 servicio PrcguntalO
(01) Masculino (O 1) Estudiante (01) Ingeniería (Ol)E.xcelente Expectativas
(02) Femenino (02) Profesor (02) Marketing (02)Bueno (Ol)Si
(03) Empleado (03)Admini:.tración (03)Regular (02)No
(04) Educación (04)Deficiente
(OS)Pésimo
1 02 01 02 02 01
2 01 03 01 02 01 ¡
3 01 04 03 03 02 !
4 02 Ol 03 05 02 i
9.3.6 Paso 6: análisis de los datos
El análisis de los dato$ implica que éstos son estudiados, comparados, asimilados e interpre-
tados (ver explicaciones en el Capítulo 18).
Si bien ya habremos previsto los análisis que hay que realizar para cubrir los objetivos, pues
ésta tarea es parte del proyecto, esa planificación sufrirá modificaciones a la luz de los hallazgos
que vayan surgiendo. Por el mom¿nto, digamos que la fase de análisis de los datos requiere en
los diseños de encuestas, mucho antes de poder comenzar con las operaciones derivadas de los
objetivos de investigación, atravesar varias tareas que no siempre se tienen en cuen ta. .Éstas son:
comprobación de los datos (depuración de errores de trascripción, identificación de respuestas
incorrectas), imputación de información faltante, transformación de la matriz (creación y mo-
dificación de variables, gestión de tablas múltiples, etc.).
Dada la complejidad del diseño encuesta, los errores surgen en muchos momen tos, tanto del
diseiio como de la ejecución. Algunos de ellos se conocen: son los relativos al muestreo y se
denominan errores de muestreo aleatorio (este error no p uede ser evitado completamen te ex-
cepto realizando un censo. Sin embargo, puede controlarse aumentando el tamaño de la mues-
tra). Todos los demás errores no se calculan estadísticamente ni se reducen aumentando el
tamaiio muestral. Se denominan justamente errores no debidos al muestreo.
Existe, no obstante, una variedad de recursos, técnicas y consejos -muchos de los cuales he-
mos dado en este mismo capítulo y otros están en los capítulos de instrumentos- que tienen po r
finalidad reducir la cantidad y gravedad de los errores no debidos al muestreo. En conjunto, am-
bos tipos de error configuran el denominado error total de la encuesta.
Al hablar d e error debemos preguntarnos respecto de qué se lo considera tal, puesto que cual-
quier error lo es respecto de una norma o punto de referencia: en el caso del error total de la
muestra en una encuesta, el punto de referencia es la población. Por ejemplo, si según la medi-
ción realizad a en un a m uestra de sujetos una media de 11n 30 por ciento de los encuestados va u11a
vez por semana al supermercado; y si, habiendo hecho la encuesta a toda la población, se hubiera
obtenido una media mayor o menor en algún grado al 30%; el error reflejaría 1a diferencia entre
el valo r real de la media de tod a la población que p resenta la caractedstica que interesa estudiar
y el valor medio observad o respecto a dicha ca racterística en la muestra de encuestados. (Ver fi.
gura 9.8)
Me dia poblaciona l
la muestra. Por ejemplo, si estamos investigando la altura de los jóvenes porteños (población) y
vamos a tomar la muestra a un encuentro metropolitano de jugadores de Básquet o elegimos a
los primeros dnco alumnos en terminar un e.xamen para preguntarles si el e.xamen era muy difi-
cil. Otro ejemplo puede ser elegir el padrón de la Universidad de Buenos Aires como marco mues-
tra! para hacer una investigación entre estudiantes universitarios. Un porcentaje impo rtante de
estudiantes universitarios no asisten a la UBA y por lo tanto no tendrían posibilidades de ser se-
leccionados para la muestra: en este caso se estarla produciendo un sesgo de selección. (figura 9.9)
t¡
Figu ra 9.9 Error no debido al muestreo. Ejemplo sesgo de selección ¡
¡
Población
[
i.
que en general podernos decir que cuanto mayor sea el porcentaje de respuestas, menor será la
probabilidad de que se den los efectos negativos que acompañan a la falta de la misma. Sin em-
bargo, no es co nven iente confiar sólo en el porcentaje de respuestas logradas para determinar los
·errores por falta de respuesta. Ello se debe en parte a que en realidad el porcentaje de respuesta
no n os dice nada sobre si los que responden representan realmente a la muestra originalmente
seleccionada; y además, porque un aumento en las respues tas no siempre se expresa en la reduc-
ción del error debido a la falta de respuesta. Lamentablemente, en muchos casos es dificil cono-
cer la diferencia entre las personas que contestaron la encuesta y las q ue no lo hicieron y por lo
tanto este problema puede resultar crítico en cuanto a la validez de los resultados. Un caso más
severo de no respuesta se presenta cuando está correlacionada con la variable que q ueremos me-
dir. En esta situación, la no respuesta ocasiona sesgos en la inferencia que son difíciles, si no es
que imposibles, d e detectar y de corregir.
Ejemplo 1
En una encuesta se pregunta cuáles de las siguiente.~ marcas de gelatina conoce el encuestado.
Las alternativas de respuestas son:
-Royal
- Exquisita
-Clight
-Emeth
-Ravana
Un sujeto respondió: todas.
Pero mientras una la consume hace aí\os, otra no le agrada, dos solo recuerda haberlas visto en
el supermercado y una en tdevisión. La palabra "conoce" es ambigua.
Ejemplo2
En una encuesta se pregunta con qué frecuencia bebe alcohol el encuestado. Las alternativas de
respuestas son:
-regularmente,
-ocasionalmente,
·rara.mente,
-nunca.
Una person;; que bebe alcohol 2 6 3 veces por m~-' respondió o~ionalmente.
Una persona que solo bebe en 13s fiestas de fin de año contestó regularmente.
350 Metodologla de la Inve stigación en or9~nizaclones, mefCado y sociedad
1
Capítulo 10 Diseños experiment ales
Le w is Munford
Técnica y Civilizació n (1982)
10.1 La experimentación
18:45 de u11 martes lluvioso de primavera. U11 ciclista es embestido por un automóvil y despedi-
do por el aire hasta caer contra el cordón de una vereda donde yace boca abajo, visiblemettte lasti-
mado mientras 1111a mancha de sangre comienza a expandirse a su alrededor. Del auto detenido a
pocos metros salen corriendo 1111 hombre y una mujer. El hombre grita y llora a la vez, no se entien-
de qué dice. La gente se agolpa alrededor del herido pidiendo un métlico, dando órdenes contradic-
torias y nerviosas ... Cuando finalmente llega la policía, hace las primeras preguntas i11formales a los
transe1í11tes: "el auto pasó con luz roja: "no, el ciclista pasó con l11z roja': "venía a contramano'; "no,
110, venía por su mano'; "tenía 1111 paquete'; "no, no sé... 110 vi ningún paquete''.
Seguramente las discrepancias entre los testigos no llaman la atención de la polida: en reali-
dad la gente nunca se pone de acuerdo acerca de lo que pasó en los accidentes. Hacen falta mu-
chos sondeos e ínterrogatorios para poder reconstruir un relato veros!mil de lo ocurrido. Estas
frecuentes incongruencias no resultan sorprendentes tampoco a los médicos de las ambulancias,
a los jueces, a las compañías de seguros y en rigor a ninguno de nosotros, puesto que cualquie-
ra puede reconocerse en una situación confusa en la que le resulta difícil determinar qué pasó.
La frase para la ocasión es "todo ocurrió tan rápido ...''. La velocidad de los acontecimientos im-
pide a la memoria un adecuado registro.
1 Munford, L. op. cit. p.163. No ob5tante, comprender el significado e importa ncia histórica del método experimen-
tal no implica desconocer sus limitaciones y aún sus peligros. Como agrega el propio Lewis Munford "Dos siglos
después (el método experimental) habría de sugerir nuevas combinaciones de medios y llevar al dominio de las po-
sibilidades los suel\os mas estrafalarios y los deseos mas irresponsables de la raza· lbid. p. 164.
3S2 Melodologla de la 1nvestl9aci6n en organiza<ionos, mercado y sociedad
La frase anterior, como no escapará al lector, es una hipótesis acerca del funcionamiento de la
memoria. La neurología, la anatomia, la psicología, el psicoanálisis han ofrecido otras.2 Tomemos
como ejemplo para introducirnos en la lógica de la experimentación el estudio realizado por Lof-
tus y Burns,3 quienes sostuvieron que si queremos comprender la naturaleza de situaciones co-
mo la que describimos al comienzo de éste capitulo no debemos ocuparnos de la rapidez del fe-
nómeno sino del impacto emocional violento previo al suceso. Los investigadores sostienen una
teoría que relaciona emoci611 y memoria; y han llevado a cabo una serie de e.xperimentos para
contrastar la siguiente hipótesis: [
"Un impacto emocional violento alrcra el recuerdo de los sucesos i11medi:uamer1te 11nrcriorcs al mismo."
La primera consideración que haremos sobre esta hipótesis es que establece una relación causal
l
entre el impacto emocional violento y una distorsi611 de la memoria. Es decir que si nos atenemos a l
los esquemas deductivos sobre los que ya hemos trabajado, podemos formular la implicación con- f
Lrastadora de la hipótesis:
"Si la hipótesis (un impacto emocional violento distorsiona la memoria previa al acontecimien-
to en cuestión} es verdadera, entonces dados dos grupos de personas de características equivalentes
r
¡
y sometiendo a uno de los grupo a un impacto emocional violento, la memoria de los sujetos que
sufrieron ese impacto será dif!inta de quienes no lo sufrieron.•
Espedficamenle, los que queden expuestos al impacto emocional violento -si es cierta la hi-
pótesis- sufrirán grados de: olvido de los hechos ocurridos inmediatam.,ntc antes del episodio.
Hasta aquí esta todo claro: tenemos una hipótesis y podemos identificar las variables. La va-
riable independiente es el impacto emocional violento, y la variable dependiente es la memoria
de los sujetos respecto de los sucesos inmediatamente anteriores a dicho impacto.
Con estos elementos estamos en condiciones de proponer -tal como lo hicieron Loftus y
Burns- un diseño experimental para evaluar la implicación contrastadora de la hipótesis.
La experime11taci611 o diselio experimer1tal es un método de investigación en el cual se contro-
la o manipula una o más variables independientes para determinar el efecto que tal manipula-
ción ejerce sobre la variable dependiente. Se entiende por manipulación que el investigador fije
intencionalmente los niveles de la variable independiente con el propósito de evaluar si los cam-
bios que se producen en la variable dependiente le permiten inferir una relación de causalidad
entre es:i secuencia temporal de fenómenos. '
l
f
1
Cuando realizamos 1m experimento queremos obtener los datos necesarios para inferir valida-
meme si una característica o fm6meno "X~ participci o 110 de la determinaci611 del fe116meno "Y~
1
2 Los ~udios sobre memoria han tenido un fuerte impulso por parte del marketing y la publicidad, ya que tas
inversiones en comunicación a través de los medios, la sofisticación de los comerciales y los costos de diseno re-
1
quieren, en gran medida como fundamento para su realización, de conocimientos acerca del funcionamiento de f.
la percepción y de la mMlOria humana, su naturaleza. las coodldones en las que se favorece u obstaculiza la 1e- }
cordación y el tiempo durante et cual un contenido puede ser recordado.
3 Loftus, E. F. y Burns, T. · Mental shock can produce retrograde amnesia". Memoty and cognition. (1982) p. 318-
¡
323. Para ampliar puede consultarse una investigación similar en [en lineal http:/mww.uv.es/psicologia/articv-
lo2.99nmigue!es.pdf. !Fecha de acceso 3 de agosto 20021. l
f¡·
'
Caphulo X Dise"os experimentales 353
Los experimentadores esperan que quienes miren este n oticiero sufran una emoción violenta
a la vez que suponen que quienes miran la versión con los últimos 16 minutos cambiados, no su-
fran ninguna emoción violenta, ya que nadie sale lastimado. A continuación, y Juego de que ambos
grupos hayan visto su correspondiente versión del noticiero, se les presenta una prueba de memoria
354 Metodolo9ra de la 1nvestí9aci6n en org anit9ciones . me,cado y sociedad
4 Decir que una diferencia de valores no es estadísticamente significativa equivale a decir que esa diferencia ha
sido encontrada por simple casualidad.
s Loftus, E. F. y Burns, T. op. cit. p. 322.
r (¡pllulo X Diseno, txp,rim,nt•IES
Hemos discutido con detenimiento en el capítulo 2 en qué consiste una explicación cicntifi-
ca y nos ocupamos especialmente de la explicación causal. Sabemos entonces que decir "X es la
355
causa de Y': significa únicamente asegurar que siempre que ocurre "X", existe una probabilidad
de que "Y" ocurra cierto tiempo después. Afirmar causalidad, en último instancia, no es más que
decLr que existe una variación concomitante entre la supuesta causa y el supuesto efecto y que
tenemos ciertas razones teóricas para considerar que "Y" es posterior en el tiempo a "X''. No obs-
tante la aparente simplicidad del esquema generalmente resulta muy dificil establecer causalidad
y mucho más dificil aún establecer causas únicas para un fenómeno. Por ello a veces, antes que
pensar en términos de causa del hecho, es más adecuado pensar en términos de una serie de con-
diciones que influyeron en un resultado. Corno en definitiva nunca podremos estar seguros de
todas las causas o condiciones involucradas en un fenómeno, sólo llegaremos a decir que si in-
terviene11 las co11diciones que son conocidas, entonces a11me,1ta la probabilidad de que el fe116meno
oCttrra. Y exactamente ese es el objetivo de un diseño experimental: llegar a establecer qué con-
diciones, de estar presentes, aumentan la probabilidad de que un fenómeno ocurra.
si A
y si B1, B2, B3 ••• B.,
y si no C 1, <;, C3...C 0
entonces, E
Si sucede A (a la que llamaremos causa) y si se dan las condiciones 8 1, 8 2 , B3••• Bn, pero no se
dan las circunstancias C 1, (;, C3 •••Cn (otros factores explicativos); entonces se obtendrá E (el
efecto).
Todo el secreto de los diseño~ experimentales -que pueden ser extremadamente complejos-
radica en llegar a lograr que éstas tres condiciones sea n satisfechas en el mayor grado posible, y
así aventurarse a declarar una relación de causalidad. Pero como enseguida veremos, la tercera
de éstas condiciones -el intento de garantizar que no existan explicaciones alternativas ocultas
diferentes a las que da el investigador- entraña la gran dificultad a la que se enfrenta el diseño
cxperLmental: ¿cómo saber si determinado fenómeno está ocurriendo por efecto del tratamien -
to experimental o por alguna otra causa que no se ha podido identificar? Aquí nos estamos re-
firiendo a la tercera premisa de la explicación causal (y no C 1, Ci, C, ... C 0 ).
356 Metodología de la Investigación en o rganizaciones:, mercado y sociedad
Mientras los diseños no experimentales tienen grandes limitaciones para controla r las expli-
caciones alternativas, ese control es el desafío central para el diseño experimental. Veamos cada
una de las condiciones \Jesde la perspectiva del diseño.
consiguen mas rápido empleo y al insertarse laboralmente aprenden mas rápido el nue-
3S7
!·¡ vo idioma, en el tercer caso la educación previa es el factor que determina el acceso al
mejor puesto y la mayor facilidad para aprender el nuevo idioma.
~
Lo importante por el momento es dejar señalado que establecer la secuencia de una serie de
sucesos no es algo tan inmediato y evidente como generalmente se cree.
r J 0.2.3 Control sob re explicaciones alternativas
f Incluso en el supuesto de que se pudiera constatar una variación concomitante entre dos va-
í riables y establecer la secuencia temporal de las mismas, aú n faltará establecer el punto mas cri-
tico:¿ qué otros factores pudieron haber influido en los resultados de la investigación además de
t la supuesta causal Una vez que se ha constatado la primera condición, es decir que existe corre-
'
1 lación entre la supuesta causa y el supuesto efecto para validar un si1puesto de causalidad será
t todavia preciso investigar si alguna otra variable es la razón de la asociación que se observa. En
los casos en que establecemos una relación de causalidad entre variables y encontramos luego
t que una tercera variable era en realidad la causa del fenómeno, decimos que la asociación origi- · .
nalmente determinada era "espuria".
t El concepto asociación espuria alude, simplemente, a una interpretación causal inadecuada
de una correlación observada. No es que la correlaci6n sea inadecuada, sino que lo inadecuado es
la relación causal que se le atribuyó. Por ejemplo podemos estar atribuyendo la modificación del
recuerdo al impacto emocional violento y en realidad estamos trabajando con un grupo de es-
tudiantes que están preparando el último examen de la carrera a la vez que participan del expe-
rimento y, debido al cansancio o al estrés, su concentración y la memoria de lo que ven en el no-
1 ticiero no es muy buena. Es decir, podemos estar atribuyendo el problema de memoria al factor
'I equivocado. Veamos algunos ejemplos adicionales.
l
Ejemplo:
a. Dada una pauta de variación conjunta entre las variables candidato 1•otado en la elec-
ción presidencial y gastos de comunicación de ese candidato, vemos que están asociadas po-
sitivamente: a mayor gasto publicitario previo a las elecciones, mayor cantidad de votos.
Se cumplen aqu! la primera (variación concomitante) y la segunda condición (la varia-
ble independiente ocurre antes en el tiempo que la variable dependien te). Pero tserán los
votos el resultado de la campaña publicitaria? ¿O lo ser.111 tal vez de causas ideológicas, de
conocimiento previo del candidato o de aversión ,al candidato alternativo?.
1 b. Un consultor diagnostica que los vendedores de cierta compafüa no tien en motiva-
ción de logro porque no asisten a los cursos de capacitación. Pero tY si la mayor capa-
citación deviene luego en ascensos que los vendedores no desean? Todos saben en esa
1 compañía que un supervisor -debido a que no recibe comisión- gana lo mismo que un
vendedor pero debe asumir mayores respons abilidades. Pod rla pensarse que entre la
¡
ción estadística porque ambas constituyen efectos de una tercera variable que actúa
sobre las dos, por ejemplo la política de remuneraciones.
c. Se analiza la pauta de variación conjunta de las variables precio y venta. Se observa que
las dos variables, precio y venta, están asociadas negativamente: a medida que aumenta
el precio disminuycu las veutas. Podría pensarse que el aumento d e predt> está ocasio-
¡ nando (es causa de) la caída de las ventas. Pero un estudio mas profundo permite inferir
j que el precio podria est.a r aumentando porque hay escasez del producto, y en realidad se
f·
¡
358 Mttodologfa dt l.¡ lnv,sti9,1clón tn organiz,cionu. mercado y socitdid
ven de menos debido a que h ay menor oferta d el producto y no porque es mas caro. Exis-
te u11a asociación causada por una tercera variable que no se ha tenido en cuenta, Jo cual
a su vez confunde la secuencia temporal de los eventos.
Cada una de las condiciones a que hemos aludido es necesaria para atribuir causalidad a cier-
ta secuencia temporal de sucesos, pero no suficiente. Para hacerlo, las tres deben estar presentes.
Ello exige al d iseño experimental cumplir con d eterminados requisitos.
Figura 10.1 Las condiciones para inferir causalidad detcmiinan los requisitos de los experimentos
De este modo las dos primeras condiciones para establecer causalidad - una variació n conco-
mitan te entre las variables 1, y cierta secuencia de eventos 2- , se logran:
A. Manipulando intencionalmente la supuesta variable independiente y midiendo la su-
puesta variable dependiente.
Para cumplir la tercer condición que permite afirmar causalidad , es decir, el control de expli-
cacio nes alternativas 3:
B. Controlando las variables extrafíns.
Recapitularemos ahora parte de lo dicho hasta aqul con la finalidad de precisar, apoyándonos
en el ejemplo de Loftus y Burns, la terminología de la experimentación y facilitar después la ex-
posición de distintos diseños experimentales.
Capítu lo X Oisel\os experimen tales 359
Los términos del diseño experimental que necesitamos conocer y que iremos explicando uno
a uno, son los siguientes:
1 . Experimento
2. Variable independiente o tratamiento experimental
3. Variable dependiente o medición
4. Unidades de prueba
5. Grupo experimental (GE) .
6. Grupo de control (GC).
7. Variables co ntroladas
8. Variables extrañas
9. Validez
1O. Pasos del diseño e.xperimcntal
10.3.1 Experimento
Es un método de investigación en el cual se controla o manipula una o más variables inde-
pendientes para determinar el efecto que tal manipulación ejerce sobre la variable dependiente.
1. Grados de manipulación
a. Presencia ausencia
b. Mas de dos valores de intensidad
2. Modalidades de manipulación
6 En marketing. generalmente se toman como variables independientes los precios, la publicidad. las promoóc-
nes o los ajustes en el ca nal de distribución, a unque muchas otras va riables pueden ser manipuladas. Todas ellas
pueden introducirse o modificarse y ejercer entonces influencia sobre la variable dependiente, que generalmen-
te son las ventas.
360 Metodología de la Inve stig ación en o,goniucion es. mercado y sociedad
a. Presencia-ausencia
En el experimento de Loftus y Burns, la variable independiente la constituye el impacto emo-
cional ante 11na e.scena vialer1ta filmada. Los valores de la variable que maneja el experimento son
dos: presencia o ausencia. La variable independiente se puede manipular en dos o mas grados .
El grado mlnimo es si- no, es decir, a un grupo si se lo expone al tratamiento experimental y al
otro no. El supuesto del esquema es que si todas las condiciones se mantienen constantes, excep-
to la presencia de la variable independiente, entonces las variaciones que se observen en la va-
riable dependiente serán producto del tratamiento experimental.
mide para constatar la incidencia de la manipulación que la variable independiente tiene en ella.
Las med iciones se hacen antes y después de apl icar e! tratamiento experimental, es decir, ideal-
361
i
~
mente debe haber pre-mediciones y post-mediciones de la variable dependiente.
En el ejemplo de Loftus y Bums la variable dependiente es la memoria de los sujetos respec-
to de los sucesos inmediatamente anterio res al impacto, definida operativamente como el nú-
1 mero d e elementos recordados en una prueba de memoria de veinte !tems.
La selección de la variable dependiente es una decisión crucial en el discilo de u n experimen-
t
¡
to y no siempre es fácil de determin ar. Por ejemplo, si se introduce un nuevo yogur con fru tas
en un experimento de mercado, seguramen te la variúle d ependien te será el volumen de ventas.
Sin embargo, si se experimenta con distintas formas de argumentos publicita rios, como podrían
ser argumentos emocionales o argumentos racionales, la definición de la variable dependiente,
es decir la variable que nos permitirá medir cuál de los dos argumentos es más efectivo, ya no
resulta tan evidente. Algunos ejemplos de variable dependiente en ese caso podrían ser: las me-
diciones del reconocimiento publicitario, del recuerdo, de los cambios en la preferencia de ma r-
cas o de las ventas, según los propósitos del comercial.
1
í J 0.3.4 Unidad es de prueba
¡ Las u nidades de prueba son las entidades o grupos a los que se aplican los tratamientos y que
sirven de base para obtener las medidas que describan el efecto ejercido por la variable indepen-
diente sobre la variable dependiente. En el experi mento de Loftus y Bums. Con cada grupo de
ciento veinticinco p ersonas se armaron grupos pequeflos a los que se les :isignaba o no el trata-
miento experimental según pertenecieran o no al grupo predefinido como e."<perimencal o control.
¡ totalmente ajeno a la manipulación de la variable independiente. Por ejemplo los enfermos a los
que se les da un placebo en lugar dd medicamento en prueba, los estud iantes que se quedan en
sus aulas sin ser evacuados por la alarma de explosivos o en el ejem plo, el grupo al que se pro·
yecta el noticiero en el que el delincuente no dispara su arma.
¡
1
362 Metodolo gfa de la Investigación en or9anizaclones, mercado y sociedad
se presenta.do diferentes fuentes de invalidación interna. Para h ablar con mayor precisíón de las
fuentes de invalidación interna de un experimento, sinteticemos primero el concepto de validez.
10.3.9 Validez
a. Valid e.z interna
En sentido amplio, la validez se refiere a que una investigación evalúe (mida , estudie) lo que
dice evaluar y no o tra cosa. En un experimento, la validez interna es la que nos habla de que la
manipulación experimental sea la que p rod uce realmente las ciiferencias observadas ea la varia-
ble dependiente. Ea otras palabras, la validez interna alude a las prueb as con que contamos pa·
ra afirmar que la variación de la variable dependiente se debe a la exposición a las condiciones
de tratamiento y no a otras variables extrañas. La validez de un experimento depende de distin-
tos factores. El mas importante, como luego veremos, es el COtJtrol, un requisito central para ase-
gurar la validez interna que se ejerce sobre las posibles variables extrañas. Los demás elementos
q ue d eterminan la validez del diseño experimen tal son el r igor con que se mide la variable de-
pendiente y la calidad y pertinencia d el análisis que se realiza con los datos.
b. Valid ez externa
La Yalidez e,xterna, se relaciona con el hech o de que las conclusiones de un estudio -explica-
ciones causales, relaciones de determi nación - puedan generalizarse a otras poblaciones, lugares
y tiempos.
Veamos Rhora, algw1as d e las variables extrañas o fuentes de invalidación interna m as com u-
nes sistematizadas por Campbell y Stanley:7
6. Selección: el efecto selección implica que los grupos, por alguna razón que descó noce
el experimentador, no son equivalentes.
s Obstáculos epistemológicos, en el sentido de Bachelard, G. La formadón del esplritu cientifk:o. op. cit. p. 7 a
22 y p. 248.
Capitulo X Disenos exp erimentales 367
1. T111bajar con grupo experimental y grupo de control: consiste en trabajar con varios
grupos, por lo menos uno experimental y ocro de control con la finalidad de poder com -
parar lós resultados según se aplique o no el tratamiento experimental.
2. Lograr la equivalencia entre los grupos: consL~te en equiparar a los grupos en todo ex-
cepto en la manipulación de la variable independiente. Hay que hacer equivalentes a los
grupos en todo momento. Existen modos de lograr la:
a. equivalencia inicial; y la
b. equivalencia durante el experimento
de personas con distintos niveles de sensibilidad y de visión, es decir se busca que los grupos sean
equivalentes entre sí, aunque no por ello deban estar compuestos de sujetos "iguales" entre sL
Pero ¿Cómo podemos hacer para que cada grupo incluya sujetos de todos los tipos? Existen efec-
tivamente recursos para lograr la equivalencia entre grupos.
., experimental y de control, evitando los ví.nculos que pudieran existir entre las variables
extrañas y la variable dependiente. El mayo r inconveniente de la técnica de asignación al
azar es que puede no resultar adecuada cuando los grupos son muy pcqueños. 9 Sin em-
bargo, aún en grupos gra ndes, es importante tener presente que ni la asignación al azar
ni nin guna otra técnica 10 que se conozca pueden garantizar con completa seguridad que ,
algún factor, además de la manipu lació n de la variable independiente, pueda estar cau-
sando la diferencia que observamos en la variable dependien te, y en este sentido es que
la relación de causalidad constatada en un experimento, al igual que en cualquier ot ro di-
seño, siempre debe ser aceptada de manera provisional.
b. Equivalencia durante el e_xperimento: no basta, sin embargo, con que los sujetos sean
equivalen tes en el momento de in iciar el experimen to, sino que la equivalencia entre los
grupos debe cuidarse en todo momento. Para ello es importante controlar que el lugar fí-
sico, las personas que dan las instrucciones o toman las pruebas, los horarios en que se
realizan los procedimientos, la calidad de los dispositivos util izados o cualquier aspecto
que pueda influir en las unidades de prueba sea similar en una que en otra, de m anera
que no ocurra que un grupo se canse, entusiasme o comprenda más que el otro como
efecto de modificaciones en el tratamiento que rom pen la equivalencia por razones dife-
rentes a la marúpulación de la vari able independiente.
9 Existen distintos procedimi entos para realizar asignaciones al azar, uno de los más sencillos y simples consiste
en utilizar la tabla de números aleatorios que hoy está disponible en muchas calculadoras bajo la nomenclatura
RAN (random). Ante todo se listan el total de las personas que participar~n del experimento. Luego se determi-
na una regla para asignar a los sujetos a uno u otro grupo según el numero aleatorio que "saquen·. La regla po-
d1ia ser por ejemplo: · aquellos nombres que saquen un número aleatorio terminado en O, 1,2,3, o 4 van al gru-
po A, y a los que lescorrespondan los números aleatorios terminados en 5,6,7,8 o 9 ir~n al grupo B". De tal mo-
do, si Alvarez saca el número 0124 va al grupo A. luego Gonz¿lez saca el número 0304 al presionar la teda RAN
(ramdom). entonces también va al grupo A. luego Berru tti saca el 0006 y va al grupo B y Goldstein que saca el
número alea torio 0091 va al grupo A, que ya cuenta con 3 personas; y así hasta terminar la l)sta. Con el mismo
mecanismo pueden hacerse tantos grupos al aur como se deseen, siempre y cuando se tenga en cuenta que
cuando el grupo total es muy chico la asignación al azac no es un buen método para lograr grupos equivalentes
(si la lista tiene 6 personas es dilícil que por azar se ubiquen tres en cada grupo, en cambio si se cuenta con 60
1·'
1
personas es más f¿cil que queden aproximadamente la mitad de los sujetos asignados al azar en cada grupo.
10 Adem~s de la asignación aleatoria de los sujetos a los grupos, existe otra forma de lograr la equivalencia ini-
1 cial entre grupos denominada emparejamiento. Aunque es menos riguroso que la asignación al azar resulta efec-
tivo si se cuen1a con grupos grandes y se tienen razones para creer que los grupos son similares. La técnica con-
siste en igualar a los grupos en relación con alguna variable que se desee controlar, pues se sospecha que puede
incidir en la variable dependiente. Por ejemplo, para evaluar · actitud hacia el consumo de pescado", emparejar
la variable "nivel socioe<:on6mico", porque se supone que esla variable puede incidir en ella.
r 10.6 Tipos de diseños experimentales
Capítulo X Diseflo s experimentale s
Examinaremos ahora y daremos ejemplos de algunos de los diseños experimentales más uti-
3 69
lizados en las investigaciones sociales. Para trabajar con mayor comodidad, utilizaremos la sim -
bologia que clásicamente se ha empleado en los estudios experimentales:
Simbologia de los diseños experimentales
Pre-experimentos
Bajo grado de conrrol y validez. Idealmente se 1. Diseño sólo después, con grupo único
usan con fines exploratorios y 01etodológicos 2. Diseño antes-después, con grupo único
Experimentos verdaderos 3. Diséi\o sólo después, con grupo de control
Máximo grado de control y validez interna: su- 4. Diseño antes-después, con grupo de contról
pone grupos de comparación y equival encia de S. Diseño de cua tro grupos de Solomon.
los grupos en todo menos en la variable maní- 6. Diseños experimentales de series temporales
putada (cetcris paribus). 7. Diseño de series temporales múltiples
8. Diseño con control en el grupo experimental
9. Diseños factoriales
Cuasi-experimentos
10. Diseño antes y después, con grupos ya forma-
Hay grupo control. No hay equivaleocia inicial
de los grnpos porque éstos ya están formados o dos, uno de ellos de control
11. Diseño de series cronológicas, con un.solo grupo
porque los hechos ya ocurrieron. Resigna vali-
dez interna a cambio de validez externa. 12. Experimentos ex post facto
l 0.6.1 Precxperimentos
Los preexperimentos se caracteriun por su bajo grado de control; es decir, son diseños que
resultan insuficientes para asegurar que las variaciones ocurridas en la variable dependiente son
fruto de la manipulación de la variab:e independiente y no de otras causas.
Los preexperimentos, son adecuados como preparación previa de un experimento verdadero
cuando el investigador quiere poner a prueba los. procedimientos experimentales, verificar su
funcionamiento y viabilidad o explorar las consecuencias de alguna acción. En el ejemplo de
Loftus y Burns podr1a, por ejemplo, haberse usado un precxperimento para probar si el film ela-
borado era adecuado para causar un impacto emociona.1a un grupo de jóvenes o había que ele-
gir ot ro estimulo; o también para probar distintas fuentes productoras de choque emocional pa-
ra manipular distintos grados o modalidades de la variable independiente. Los diseños preexpe-
rimcntales que veremos son los siguientes:
GE: X o
GE X o
Unidades de prueba Comercial estimulo Cuestionario de re-
que vieron 1V abier- cuerdo sobre detalles
ta de 19:00 a 20:00 el del comercial
d(a anterior
genera viéndolo una sola vez, con éste diseño el investigador no puede estar seguro - entre otras
cosas- de:
• Si la persona vio el oomercial en otra oportunidad.
• Si estuvo ocupada o no en otra tarea en su hogar en el momento preciso de la transmi-
sión del comercial.
• Si el contexto en el cual se insertó el comercial hace mas recordable el producto en fun-
ción del interés del destinatario del mensaje. Por ejemplo, si se seleccionaron los sujetos
sin considerar en qué programa vieron el comercial, puede que los espectadores de un
programa de contenido, digamos, deportivo, sean menos sensibles al producto -en este
caso, una crema enjuague para el pelo-, que si se hubieran seleccionado sujetos que vie-
ron el comercial en programas con targct femenino. Es como si, en relación al interés por
el producto -y previsiblemente por el comercial-, los sujetos se seleccionaran solos por se-
xo en cuanto a quienes lo recordarán, independientemente de cuántas veces lo hayan vis-
to, que es la variable de interés.
• Si el sujeto recuerda más el comercial porque es gracioso, suntuoso, largo, corto, en co-
lor, con actores famosos, etc.
• Además de si unos sujetos tienen mejor memoria que otros, diferente nivel educativo,
edad, etc.
Estos -y otros- factores extraños son fuente de invalidación interna en la medida en que es-
capan al control en el diseño solo después con grupo único.
Otro problema que presenta este tipo de diseño es que, corno no tiene grupo de control, no
es posible establecer conclusiones a partir de los resultados que arroja. Por ejemplo, si el resul-
tado de la observación indicara que hubo un 30% de recordación del comercial, no se sabría a
ciencia cierta si tal nivel de evocación es alto o bajo. En estos casos, cuando falta la referencia del
grupo de control, lo que se hace dado el ejemplo del comercial, es comparar los datos con los
obtenidos en otras investigaciones hechas previamente para otros comerciales.
Lo importante en éste tipo de diseños es ser muy precavidos con los resultados y utilizarlos
antes como recurso metodológico que como diseño de contrastación de hipótesis. Lo mismo va-
le para el siguiente disefio precxperirnental.
GE: 01 X 02
Podría e.-tablecerse que los nuevos conocimientos que se verifican en la segunda prueba
son un efecto del tratamiento experimental X (curso). No obstante, entre 01 y 02 (dos
semanas) pueden haber ocurrido muchos otros acontecimientos capaces de generar
cambios en los conocimientos de los vendedores, adem ás del tratamiento experimental,
como por ejemplo contactos con clientes, conversaciones entre empleados, lecturas per-
sonales de los vendedores motivados por el nuevo trabajo, etc. Por otro lado, al no exis-
J.t
tir grupo de comparación no habrá seguridad acerca de si ese grupo en particular logró
mayor o menor puntaje en la prueba posterior al tratamien to por sus propias caracteris-
r
ticas y no por la aplicación de la variable "curso de capacitación''. (
¡
10.6.2 Experimentos
Para poder decir que un experi men to es verdaderamente tal, deben cumplirse todas las con-
dic iones que caracterizan al diseño experimental y que son necesarias para inferir una relación
d e causalidad:
- Man ipulación de una o más variables independientes por parte del investigador y la co-
rrespo ndiente medición de los supuestos efectos sobre la variable dependiente
- Cumplimiento de los requisitos necesarios para lograr el control y la validez interna que
aseguran la exclusión de expl icaciones alternativas al tratam iento experimental. Estos
son, como dijimos: por lo menos dos grupos y equivalencia de los grupos en todo, excepto en
la variable experimental
Los diseños experiment~le.~ puros o verdaderos más utilizados en la investigación social son :
¡
S. Diseño de cuatro grupos de Solomon.
Además, cada vez con mayor in terés se recurre en la investigación social a los estudios lon-
gitudinales. No solo las encuestas , que hemos cstudjado en el capitulo 9 sino también los ex-
perimentos proveen datos los da tos de series tempo rales en base a los cuales los econo mistas y
!r
sociólogos hacen sus análisis. Los economistas Robert F. Engle y Clive W.J. Grangcr fueron ga-
lardonados con el Premio Nobel de Economia 2003 por desa.rrollar métodos de aná lisis de se-
ries temporales ( por ejemplo seguifTJiento d e la evolución del PBI, de los precios, de la cotiza-
ción de las acciones o los tipos de interés). La Academia d e Ciencias sueca destacó en los fun-
damentos del premio que los trabajos de ambos investigadores han permitido avances notables
en la teo ría económica que se basa en las series tem porales, es d ecir, series cron ológicas d e d a- 1
!
tos que permiten ver las relaciones y evoluciones de los factores económicos y comprobar las
h ipótes is teóricas.
Los diseños experimentales longitudinales que veremos son los siguientes:
J
Capitulo X Oisenos expetimenulu
Finalmente vamos a considerar una varian te de d iseño experimen tal ve rdadero d e enorme
potencial: los estudios factoriales, que como vere mos, manipulan mas de una variable indepen-
diente a la vcr con dos o mas niveles de variación cada una. Su objelivo es observar no solo el
efecto que esas variables independientes producen !Obre la variable dependiente, sino también
los efectos de influencia mutua que tienen las variables entre sí.
9. Dis~ños factoriales
RGE XE 01
RGC 02
RGE 01 X 02
RGC 03 04
Se pretende hacer un experimento de precios con dos marcas de pizza congelada que se
comercializan en supermercados. El objetivo del estudio es determinar el efecto de una
promoción con reducción de precios para la marca Muzzarela.
Se selecciona entonces la zona que será utilizada como m ercado de prueba. Participan en
el estudio un total de 26 supermercados medianos y chicos, que se asignan al azar a un
grupo de tratamiento experimental (con descuento ) y al grupo de control (sin descuen-
to). El estudio cuenta con información sobre la cuota de mercado anterior al descuento
promociona! y realizará la medición con posterioridad al descuento, siempre en térmi-
nos de cuota de mercado.
El departamento de marketing que lleva adelante el experimento espera (es su hipótesis)
que para una valoración positiva de la campaña de reducción de precio se produzca por
lo menos un cambio del 2 o/o en la cuota de mercado.
Vale la pena insistir sobre la importancia del grupo de control: en efecto, un .incremento de la
cuota de mercado no nos d iría mucho acerca del tratamiento experimental -reducción del pre-
cio- de no contar con dicho grupo. Un aumento de las ventas de pizza congelada puede ser atri-
buido a muchos factores entre los que se cuenta, por ejemplo, el estacional o la publicidad he-
cha por otra marca -fuera de control para los experimentadores- que sensibiliza o modifica el
consumo de pizza en general.
·1
10.6.2.3 Diseño de cuatro grupos de Solomon.
Es una combinación de los diseños anteriores, y cuenta con dos grupos experimentales y dos
grupos de control. Los sujetos son asignados a los grupos al azar y se aplica un solo tratamien-
to experimental. La pre-prueba se administra a un grupo experimental y a un grupo de control
y a los cuatro grupos se les hace la post-prueba. El efecto experimental se mide comparando las
:1 cuatro post-pruebas (los grupos l y 3 son experimentales y los grupos 2 y 4, de control). En la
representación del siguiente diagrama, las dos letras X simbolizan el mismo manejo experimen-
tal aplicado a cada uno de lqs dos grupos experimentales:
RGE1 01 X 02
RGE2 03 04
RGC3 X os
RGC3 06
Analicemos el siguiente ejemplo, en el que comen1.aremos con un diseño antes y después con
grupo de co11trol y luego lo llevaremos a uno de Solomón con el propósito de ilustrar las venta-
jas de este diseño sobre el que vimos antes, sobre todo en el control del efecto prueba.
Ejemplo: influencia de las uoticias violentas sobre el temor a sufrir un ataque violento en la calle.
Supongamos que un investigador tiene la hipó tesis de que la exposición a las noti-
cias violentas que propalan los medio·s aumenta el temor de la audiencia a sufrir ata-
ques violentos en la calle. No es un a hipótesis muy imaginativa pero servirá para
nuestros propósitos didácticos.
El experimento se desarrolla como se explica a continuación.
• Se seleccionan 40 estudiantes, que deben completar un cuestionario acerca del miedo
a ser vktimas de delitos violentos en la calle.
Capitulo X Disenos experimtntales 375
Luego, un grupo seleccionado al azar pasa a una sala, donde se proyecta un extracto de
noticias sobre asaltos violentos (VI) d urante un lapso de 10 minutos.
• El segundo grupo ve un extracto de noticias sobre avistajc de ballenas en la Pc1únsula
de Valdéz y el auge turístico internacional de la Patagonia Argentina (VI) por un lapso de
10 minutos.
• Finalmente, ambos grupos contestan una versión reducida del cuestionario inicial, in-
dicativo de la intensidad del miedo a ser víctimas de delitos (VD)
Los resultados
• Inicialmente, ambos grupos presentan promedios similares de miedo a ser victimas de
delitos.
· Luego de ser sometidos al video, el grupo que vio noticias de asaltos violentos recono-
ce tener una cantidad significativamente mayor de miedo a ser víctimas de delitos que el
grupo que vio noticias de la Patagonia.
Hasta aqui, el diseño utilizado responde al patrón del diseño experimental a.11tes y después con
grupo control que vimos en el punto anterior: se mide el efecto que tiene sobre el miedo percibi-
do (VD) la variable independiente (e.~posición a delitos propalados en los medios) con dos ni-
veles (presencia y ausencia de delitos), y se utiliza una prueba para comparar las diferencias en-
tre los grupos expuestos a distintos tratamientos. Ahora bien, si se razona acerca de las posibles
fuentes de invalidación interna de este diseño, un aspecto central a tener en cuenta son las reper-·
cusiones de obtener valoraciones previas y posteriores a la exposición de los sujetos a las condi-
ciones de tratamiento ( el cuestionario que se aplica antes de la prueba). Recordemos que el efec-
to prueba se produce cuando una primera asignación de valor (pre-prueba), hecha antes de e.~-
poner a los sujetos a las condiciones experimentales (noticiero con noticias violentas), afecta a la
segunda, realizada después de la manipulación (post-prueba). Los sujetos que vieron el extracto
de delitos violentos por ejemplo, podrían, para ser consistentes con sus dichos de la pre-prueba,
ma11tenerse en las mismas respuestas que dieron entonces aunque su te.mor haya aumentado lue-
go del video. Veamos entonces cómo puede contrarrestar este efecto un disefio de Solomon.
Consideremos ahora el mismo caso, pero con un diseño de •1 grupos de Solomon:
• El grupo 1, de 10 personas seleccionadas a\ azar, contesta la pre-prueba y p resencia la
(VI) delitos violentos.
• El grupo 2, de lO personas seleccionadas al azar, contesta la pre-prueba y presencia la
(VI) noticias de la Patagonia. ·
• El gmpo 3, de 10 personas seleccionadas al.:izar, no contesta la pre-prueba y sí presen-
cia la (VI) delitos violentos.
• El grupo 4, de 10 personas seleccionadas al azar, no contesta la pre-prueba y sí presen-
cia la (VI) corrupción y robos de fondos públicos
• Todos los grupos completan el cuestionario post-prueba
Debido a la combinación de los cuatro grupos, se puede verificar el efecto de la pre-p.rueba so-
bre la post-prueba, ya que, aunque resulta costoso e insume un tiempo considerable, es posible
aislar los efectos del manejo experimental y de las pruebas.
RGE 01 02 03 04 X1 05 06 07 08
RGC 09 010 011 012 013 014 015 016
RGE1 01 X1 02 03
RGC2 04 05 OG
RGE3 X2 07 08
RGC4 09 0 10
12 Capltulo 9 D1s8'10 DE mcumAS. Se explican allí los tres tipos de diseno longitudinal mas mas utilizados: de ten-
dencia. panel y cohorte.
13 En el caso de las investigaciones de mercado, la urgencia con que generalmente se requieren los resultados
puede resultar un obstáculo para el desarrollo que exige este tipo de diseno.
Capitulo X Oi:sefto'i eJCp erimf ntales 377
Se seleccionan dos grupos de trabajadores al azar y se forman los grnpos experimental y con-
trol, los cuales hacen una prueba previa al adiestramiento (O 1;06) para establecer tiempos es-
pontáneos de colocació n del equipo. Luego ambos grupos participan de una sesión de entrena-
miento(Xl;X2), en la que se explica cómo colocar el equipo y el trabajador hace su práctica.
Luego de esa sesión se hace la primer observación pos-prueba en ambos grupos en la que se
mide el tiempo de colocación del equipo en un simulacro de incendio (02;07). De allí en ade-
lante se siguen repitiendo las sesiones de entrenamiento en el grupo experimental unicamente
(X'; X"; X"') y se hacen nuevas observaciones en ambos grupos (03; 04; 05); (08;09;010)
~on el objeto de establecer si nuevas sesiones de adiestramiento entre pruebas de simulacro re-
ducen el tiempo necesario para ponerse el equipo o una vez que el trabajador conoce el proce-
dimiento ya no es necesaria práctica adicional. El esquema del ejemplo sería el siguiente:
El procedimjento consiste en formar con las urudades de prueba igual nómero de grupos
que de tratamientos (combinaciones posibles entre los ruversos niveles de las variables inde-
pendientes). Después, se aplica un tratamiento o estimulo a cada uno de los grupos.
Frecuentemente en los diseños factoriales se utiliza una variable experimental y otras de-
mográficas: por ejemplo la variable dependiente "candidato votado" se cruza con distintas
variables independientes tales como sexo, nivel educativo, zona de residencia, ocupación etc.
Veamos cómo seria el diseño factorial mas simple, denominado diseño factorial 2x2, por-
que manipula dos variables independientes, cada una con dos niveles;14 aplicado a nuestro
viejo problema de los primeros capítulos: "¿Es más efectivo estudiar solo o en grupo?"
A B
<Cerca del ,rardal\ ri..:;os <ld nardal'
1 (solo) Al 81
2 (en grupo) A2 82
a. Efecto principal: es el efecto que produce cada variable independiente sobre la va-
riable dependiente. En nuestro ejemplo, cómo incide estudiar solo o en grupo sobre el
aprendizaje y cómo incide estudiar cerca del parcial o lejos del parcial sobre el apren-
dizaje.
b. Efecto de interacción: es el efecto que se produce sobre la variable dependiente cuan-
do el efecto de una variable independiente deja de permanecer constante a través de los
niveles de la o las otras variables independientes. •
14 Si fueran 3 va riables, siempre con dos niveles serla 2x2x2 (cada variable agrega un dlgito). Si fueran dos va-
riables con tres niveles s erla un dls~no factorial 3x3 (el número absoluto del digito es el que indica la cantidad
de niveles de la variable independiente que habrá n d e considerarse). También puedé haber otras combinaciones
como 2x4x3 Ondica que se trata de un diseno factorial donde se manipulan tres variables independientes. la pri-
mera con dos niveles, la segunda con cuatro y la tercera con tres).
Capitulo X Disen o, exp erimentales 379
Por ejemplo, el efecto principal de la variable independiente método de estudio sobre la va-
riable dependiente aprendizaje podría ser que "en grupo se aprende más que solo'~ El efecto de
interacción puede señalar, en cambio, que el resultado "en grupo se aprende mas que solo" va-
ria según el nivel de la variable independiente cercanía del parcial. Así para el nivel cerca del par-
cial se mantiene el efecto principal, es decir, se aprende mas en grupo que solo; mientras que
para el nivel lejos del parcial hay un efecto de interacción de las variables independientes que
ocasiona que su efecto conjunto (el de las variable independientes) sea diferente que su efecto
por separado. En nuestro caso podrla ser que para el nivel lejos del parcial se observe que "solo
se aprende mas que en grupo~
Estos diseños se van complejizando en la med ida en que inco rporan variables extrañas que el
investigador pretende controlar o en general in teracciones entre variables que q uiere analizar.
10.6.3 Cuasiexperimentos
El experimentador recurre a los cuasiexperimentos cu ando está especialmente interesado en
la validez externa de los resultados o cuando, por diversas razones, no le es posible llevar a cabo
, una verdadera experimentación.
\ '
En ambos casos, se intenta una aproximación al diseño experimen tal aunque no se cumpla
!1·'
·/1 l
con los requerimientos de la asignación aleatoria <le los sujetos a los grupos, d ebido a que estos
:'.\
J.. ,
ya están asignados. En tal sentido, los d iseños cuasiexperimentales son una solución de compro-
~·, miso entre validez interna y validez externa.
Los diseños cuasiexperimentales se uÍilizan con frecuen cia en la investigación social porque
no siempre se puede, es conveniente o ético utilizar ciertas formas de manipular la variable in-
dependiente; ni existe la posibilidad de asignar los sujetos a los grupos al azar. Por ejemplo, en
la investigación de mercado, ciertos aspectos relacionados con el precio y el trabajo de campo
pueden impedir realizar un control directo sobre la selección al azar de los encuestados o la pro-
gramación d e los tratamientos. Por otro lado, como se trata de investigaciones aplicadas se bu s-
ca lograr una mayor validez externa. Considerando que hay tantos cuasiexperimentos com o ex-
perimentos verdaderos, excepto que en és tos ú ltimos los sujetos están siempre ya asignados a los
grupos antes del tratamiento experimental, solo menciona remos algunos casos de cuasiexperi-
mentos a modo de ejemplo.
t•'
Capítulo X Olsef,os experimentale s 3Sl
con esos grup os ya formados debido a la natu raleza de la situació n, lo cual atenta contra la va-
lidez interna; sin embargo, debido justamente a la menor artificialidad del dispositivo, sus con-
clusiones poseerán mayor validez externa.
empresas son similares en sus caracterlsticas mas relevantes excepto una y atribuir, entonces, a
ésta condición -como si la diferencia fuera el tratamiento experimenta!- la variación que se re-
gistra entre ambas. Un ejemplo serla el de comparar el desarrollo de d os palses árabes, con sim i-
lar c ultura, clima, etc. pero uno con altas exportacione.s de petró leo y otro sin exportaciones de
petróleo. Es el tipo de investigación que realizan los historiadores
A pesar de sus limitaciones, la investigación ex post facto está muy extendida en las cien-
cias sociales. Por otro lado, es el único recurso disponible para investigar hechos del pasado,
por lo que puede decirse que éstos son los diseños tlpicos de la investigación histórica pues en
sus CJtudios los hechos siempre han ya ocurrido.u Veamos a continuación algunos ejemplos
adicionales:
Ejemplo A:
Se observa en los reportes de venta que dos equipos de vendedores tienen rendimientos
muy diferentes. Se considera que ambos poseen caracterlsticas similares, pues ingresaron
en la misma época, en el mismo proceso de selección, cobran el mismo salario y comisión,
,,, etc. La gerencia analiza la situación y cree que la única diferencia significativa es que se tra-
baja con mayor autonomía en el equipo que mejor perfomance alcanzó, lo cual, piensan,
mejora la motivación de los vendedores, y con ésta su capacidac para realizar la tarea.
Ejemplo 8:
Se eligen dos marcas de gaseosas similares pero distintas en precio (variable independien-
te) y se mide la variable dependiente (ventas). Como la de mayor precio se vende menos,
se su pone que In causa de tal efecto es el precio.
¿Puedo entonces descartar explicaciones alternativas? Evidentemente, no. De hecho, las ven-
tas del producto más caro pueden ser menores porque el de menor precio tiene mayor publici-
dad. Aqui radica el pr.ligro de los estudios ex post y es por eso que debemos siempre estar aler-
tas a la falacia de afirmación del consecuente. 16
Los experimentos pueden clasificarse, según la naturalidad o la artiíicialidad del lugar en que
se lleve a cabo la investigación, en experimerrtos de campo o e:.:perimentos de laboratorio.
Aunque existe una crítica sistemática sobre la artificialidad de los experimentos y sus conse-
cuencias sobre la validez externa, es indudable que quien primero conoce esa característica es
el experimentador mismo. La lógica de la experimentación -no siempre comprendida- no es la
emulación de las situaciones naturales sino la elaboración de un espacio donde suscitar las re-
laciones d e determinación que fueron bipotetizadas en el marco teórico. Aunque la validez ex-
terna es siempre deseable, si la situación es o no igual a la natural no es un problema que preo-
cupe al investigador en esa instancia, pues su objetivo es poner a prueba una hipótesis que es-
tablece una relación específica de determinación. Para extender los resultados mas allá del la-
boratorio habrá luego que realizar otros estudios.
a. Entorno experimental de campo.
El experimento de campo se realiza en un entorno realista de investigación: la persona o si-
tu ación de interés está en una situación igual o muy similar a aquella en la que se produciría
naturalmente el comportamiento est udiado. Aunque la mayor parte de los experimentos en la
investigación social corresponden a esta modalidad, el control es aquí el factor más preocupan-
te. En la práctica, si la situación lo permite, el experimentador deberá lograr el máximo control
posible sobre los elementos que puedan influi.r en los resultados del experimento, incluso en las
condiciones naturales en las que se realiza. La contracara de esta dificultad de control la cons-
tituye la mayor validez externa de los resultados. Por tanto, dado su realismo, los entornos ex-
perimentales de campo ofrecen mayores garantías de validez externa que los de laboratorio.
b. Entorno experimental de laboratorio.
En el laboratorio, en cambio, las condicion es son es't rictamente controladas por el invr:;stiga·
dor pero el sujeto ya no está en su ambiente natural, por lo que muchas conductas pueden mo-
dificarse.
En marketing o publicidad, se recurre a experimentos de laboratorio para comprobar con -
ceptos de productos o envases, en estudios para determinar la eficacia de una campaña publi-
citaria y en simulaciones de mercados para realizar pruebas previas de productos o servicios.
Estos experimentos d e laboratorio pueden apelar a dispositivos tales corno el taquitoscopio,
que permite al investigador experimentar con el impacto visual, y que es muy ulilizado en pu-
blicidad, en pruebas de envases y otras que involucran aspectos perceptuales del producto, a
través del control del tiempo en que una imagen visual se expone a un sujeto. Por ejemplo se
diseña un envase que se proyecta en diapositivas al taquitoscopio en distintos tiempos de ex·
posición (l/10 de segundo, 3/10 de segundo, etc.); el dispositivo estimula en fracciones de se-
gundos la atención d e un cliente de la misma manera en que un envase lo hace en una presen-
tación en los medios masivos de comunicación. Otrn tipo de experimentos consiste en hacer
384 Metadologia dt la lnvestígac16n en organiza ciones, mucida y saciedad
La experimentación, como todos los diseños tratados, presenta limites e inconvenientes :i te-
ner en cuenta.
La primera dificultad es el tiempo necesario para llevar a cabo un experimento y el costo del
mismo. Además de los costos propios de las operaciones destinadas a la medición de la infor-
mación sobre la variable dependien te, en la experimentación se deben sum:ir los gastos que ge-
nera la puesta en marcha del estimulo a valorar, sobre todo cuando se trata de experimentos de
campo. En esos casos, es necesario manipular var iables cuyo costo puede ser alto o muy dificil
de valor:ir. Por ejemplo, si se pretende probar el efecto de una alza de precios de un producto,
ese aumento de precios puede hacer caer las ventas de forma que se produzcan pérdidas o se
pierdan clientes; o si se trata de probar u11 producto de la competencia para hacer comparacio-
nes, puede ocurrir que se logren adhesiones a ese producto como un efecto secundario no de-
seado por el experimentador; o si en una fábrica se introduce un sistema ele remuneración di-
ferente para probar su incidencia en la productividad, y luego los resultados resultan frustran -
tes, puede resultar conflictivo volver al sistema de remuneración anter ior.
Finalmente, el mencionado problema de la validez de los experimentos en las ciencias socia-
les es seguramente el punto mas critico a considerar. Para los investigadores, el desafío es que
I'.
lgs diseños experimentales que proporcionan m.iyor control sobre la validez interna son gene-
' ralmente los m~s artificiales y, consecuentemente, los que mayor dificuhad presentan para la
generalización de las conclusiones de la investigación. No obstante, en la investigació n aplica-
da es justamente donde más se necesita proyecta r los resultados obtenidos en la muestra a una
población mayor sobre la que no se ba realizado prueba alguna. De ahl que el tema de la vali-
dez interna frente al de la validez externa adquiera tanta importancia.
Este conflicto inherente a la experimentación ha llevado a muchos investigadores a renun -
cia r lisamente a ella por considerar que es inadecuada para la investigación social, aunque son
Capítu1o X Oiitflos experimentales 385
muchos también los que sostienen el valor de la experimentación como único recurso confiable
par¡t inferir causalidad. ·
Para aquellos investigadores que se interesen por los rigurosos diseños que ofrece la experi-
mentación, es bueno enfatizar que aunque constituyan un tipo de estudio que se propone dar
una explicación causal y estén, por ello, orientados al cuidado de la validez interna, pueden uti-
lizarse también en combinación con otros diseños que permitan aumentar la validez externa.
Por ejemplo, es posible emplear experimentos para idmtificar condiciones que producen efec-
tos concretos en condiciones controladas y someter después esas condiciones a nuevas pruebas
en entornos más naturales, mediante el empleo de diseños cuasiexperimentales o no experimen-
tales como las encuestas o los diseños de observación.
l.·
Para llevar a cabo una investigación empírica es necesario traducir sus conceptos teóricos a
un nivel con.crcto tal que posibilite-el acceso, por parte del investigador, a la realidad en la cual
las relaciones estudiadas se manifiestan. Este proceso de traducción de lo más abstracto a lo más
concreto -la operacionalización- se refiere a dos tipos de elementos: los constructos y variables
sobre los que nos hemos detenido en el capitulo an terior; y el universo o población , que en tan-
to conjunto de foentes de datos es preciso reducir a proporciones manejables para que pueda ser
estudiado.
La pregunta aquí es: ¿quiénes van a ser medidos en nuestro estudio? Y en consecuencia: ¿qué
podrá afirmarse acerca de quienes no fueron medidos en virtud de la decisión tomada?
En la mayoría de los casos, por cuestiones de tiempo y costo (y por las dificultades y errores
que se presentan en la recoleccíón, clasificación y análisis de los datos) se elige estudiar mues-
tras, es decir a un subgrupo de una población, en lugar de estudiar a todas las personas, grupos
o fenó menos que la constituyen. Se trabaja con la población total solamente en situaciones espe-
ciales como los censos de población o cuandó se procura estudiar poblaciones pequeñas, por
ejemplo los empleados de una empresa.
La idea de muestra no es una noción extraña a nuestra vida cotidiana: cuando tiramos unos
taUarines al agua hirviendo y sacamos algunos para probar si están listos, esos fideos son una
muestra, un subgrupo del total de fideos (la población) que pusim os en la olla. Y esperamos que
nos informen del estado de cocción de todos los tallarines. La prueba que realizarnos implica
operacionalizar el universo. los fideos que sacamos con ehenedor, es decir, aquellos que concre-
tamente van a ser medidos (probados), no merecen de nuestra parte una atención previa, p,ues
los elegimos bajo el supuestq de que el total de los fideos de la olla (población) son muy simila-
res entre si. Sin embargo, corno las unidades de análisis de una investigación (aquello que se pre-
tende medi r) generalmente no son tan homogéneas como los tallarines, la estadística cuenta con
técnicas para calcular el error de muestreo. Éste es el error que se comete obteniendo conclusio-
nes sobre cierta realidad a partir de la observación de sólo una parte de ella.
El muestreo puede encararse con diversos grados de rigor técnico, dependiendo en última
instancia de la aplicación que se le pretenda da.r. A.si, como luego veremos, puede elegirse uña
muestra no probabilística o probabilistica, y en función de esa condición sabremos si es posible
extrapolar los resultados obtenidos en la muestra a la población, y si es factible, además, calcu-
lar estadísticamente el grado en que podemos confiar en esa represenratividad.
Las muestras 110 probabilísticas son utilizadas en diversas circunstancias en la investigación
cuantitativa y de manera relevante en la investigación cualitativa, tal corno se explica en el capí-
tulo 22, destinado a co nsiderar las decisiones de muestreo en los estudios cualitativos.
390 Mttodologí• de la lnvestigici6n tn or9inizacione..s, mercado y sociedad
Figura 11 .1 Como todas las técnicas, las d e muestreo contienen una t eoría implícita de l o socia
.
•;
Una t.écnica aparentemente tan irreprochable e inevitable como la de muestreo al aiar puede aniqui-
lar 'é ompletamcnte el objeto de b investigación, c.,da vez que este objeto debe. algo a la estructura de
grupos que el muestreo al azar tiene justamente por resultado aniquilar. Asi, Elihu Katz sefiala que "pa-
ra estudiar cS05 canales del flujo de influencia, que son los contactos entre individuos, el proyecto de
investigación se ha revdado como inoperante por el hecho de que rccurrla a un muestreo al azar de
individuos abstraídos de su medio social[ ... ). Cada individuo de un muestreo al aiar no puede hablar
más que'por si mismo, y los leadcrs de o pinión, en el padrón electoral de 1940, no podían ser identi-
,·I• ficados sjno dando fe de su declaración''. y subraya, además. que esta t.!cruca "no permite comparar lot
leadcrs con sus seguidores respecti~s. sino sólo los leadcrs y los no leaders en general". Puede verSt
il
,·. cómo la técnica aparentemente mis neutral contiene una teoria impUcita de lo social, la de un públi-
(i co concebido corno una "masa atomizada~, es decir, en este caso, la teoria consciente o inconsciente·
mente asumida en la in,-estigación. que, por una· suerte ~e armonía preestablecida, se usaba con est¡
,' ..! técni~ . Otra teor(a del objeto, y al mismo tiempo otra definició n de los objetivos de la investigación
habría r~currid~ aJ uso de otra técnica de muestreo, por ejemplo el sondeo por sectores: regi.strand,
il ·1!· el conjunto de miembros de ciertas unidades sociales cxtraldas al azar {un e_stablccimiento industria!
una fumilia, un pueblo), se procura el meruo dt.estudiar la red completa de relaciones de comunica
l,
,. 1 ción que pueden establecerse en el intérior de esos grupos, romprendiéndo que el método, parúcula,
1 ·¡ mente adecuado al caso estudiado, tíenc tanto menos eficacia ci1anto más homogéneo ·es el sector
~ que el fenómeno del cual St quieren estudiar sus variaciones depende mis del criterio según el cual e:
1· l;
1'
tá d efinido ese
sector.1
1: .[.
1 La decisión por el tipo de muestreo, en efect o, es una d ecisión primero teórica y so lo desp
1
t écnica, y es por ello que, antes de tomarla, nuestra mira h abrá de dirigirse a los obj etivos l
problema de investigación. ·
'
I·, t
rn¡,;r,
compañía, todos los depósitos de las ciudades de Campana y Ensenada, todos los anuncios d,
telefonía celular publicados en los diarios nacionales desde el 11 de septiembre al 29 de diciem-
b re del presente año.
• ~- j
1, .1
11.2.3 Interacciones sociales como unidad de análisis
~I :
I' . También se puede considerar como unidad de análisis a diversos tipos d e interacción social
1
po r ejemplo, observar los nsce11sos de personal en las organizaciones. A su vez, éstos podrian ca-
1
• ··;
:¡· ractcrízarsc de diferente modo, por ejemplo: los ascensos q11e se prod11ce11 según programas de pla-
·, ,'
.,1 neamiento de carrera, o los ascensos de personal femenino, la di11ámicn de los ascensos entre el per·
,, so11al téertico en comparación con la de los ascensos entre el personal administrativo. Entonces, la:
,, 1·
l' unidades de análisis no serian los empleados, ni el perso nal técnico, n i las empresas, ni las mu·
jeres, si no los ascensos d e personal en las organ izaciooes.
l :1
:;
Veamos otro ejemplo: si se afirma que las sociedades comerciales entre personas de una mis111,
familia tienen más probabilidades de disolverse por conflictos interpersonales q11e las sociedades en
!,,·' l tre personas q11e no pertenecen ti la misma familia, entonces las unidades de análisis son las sacie·
"' dades. Ahora bien, si lo que se pretende es caracterizar c, /as familias segú11 pertenezcan o 110 a 11111
~. ,1' empresa familiar, entonces la unidad d e análisis será la familia.
: ·'1
l L2.4 Unidad de análisis y unidad de obsenración
Las unidades de análisis de u n estudio coinciden, generalmente, con las 1111irlades tie observa
ció11. Por ejemplo, si el objetivo de una investigación es caracterizar -describir- a los empleado
de uoa empresa, éstos serán las unidades de análisis. Se puede p regun tar el sexo, la edad y el ni
ve! educativo de cada uno y luego decir que en esa empresa el 59 por ciento d e los empleado
son hombres y el 41 por ciento son mujeres, con una media de edad de 31,6 años y un 70 po
cien to de sujetos con educació n media, un 28 por ciento con educación alta y un 2 por cient,
Capllulo XI Unidad dt anfüsi> y tfcnicos dt muernt o 393
con educación primaria. Con tariamos así con un an51isis descriptivo de los 480 empleados d e la
empresa, habiéndolos observado a ellos. Es decir que habrá coincidencia entre los sujetos que es-
tudiamos y medimos-unidad de anfüsis- y los que realmente observamos -unidad de observación.
Pero pensemos ahora otro caso. Supongamos que se quiere ca racterizar a los jóvenes de Bue-
nos Aires en cuanto a qu¿ comidas prefieren cuando comen fuera de su casa. Podemos observa r o
entrevistar a un grupo de jóvenes porteños que comen fuera de sus casas (las unidades de aná-
lisis) o hacer una medición indirecta, encuestando establecimientos gastronómicos de la ciudad,
comedores universitarios o de empresas, preguntando cuál es el tipo de comidas que solicitan
los jóvenes. En este caso, se estarla haciendo una mcdkión indirecta: las unidades de observa-
ción serían los establecimien tos gastronómicos pero las unidades de an:llisis seguirían siendo los
jóvenes.
Veamos un nuevo ejemplo: si se pretende saber si los 11i1ios cuyas madres trabajan fuera del ho-
gar come11 mds alimentos congelados que aquellos ruyns madres no trabajan, entonces el niño es la
unidad de análisis y no su madre, aunque el cuestionario se aplique a la madre.
Como vemos, la cuestión de la unidad de análisis no es tan trivial como en principio parece,
y es por ello que resulta necesario subrayar la importancia y claridad que hay que tener respec-
to al respecto, para no correr el riesgo de estar sacando conclusiones y haciendo afirmaciones
acerca de una cosa habiendo medido, en realidad, otra.
• lbid. p. 122.
394 Metodologfa de la lnvestlgacl6n •n organizaciones. mercado y sociedad
ocurra sin que siquiera nos demos cuenta, como un error desapercibido; o -lo que sería peor- que
no seamos Jo suficientemente daros en nuestro informe a la hora del análisis y las conclusiones.
En resumen: si no logramos evitar la falacia, y si ése es el modo más apropiado con el que po-
demos acceder a los datos, entonces habremos de ser muy explícitos para que el lector de nues-
tra investigación no se vea obligado a descubrir el error por sí mismo.
11.2.6 El rcduccionismo
La elección de la unidad de análisis presenta wdavía una dificultad más, relacionArla con el
fenómeno del reduccionismo, que nos remite a nuestras consideraciones hechas en el Capitulo 5.
Como vimos entonces al referimos a Tbomas Khun, en función de las matrices disciplinares en
el marco de las cuales actúan los científicos existe una tendencia a explicar los fenómenos con
las teorías que ofrece la propia disciplina, y aun d entro de ésta, al propio paradigma en el seno
de las multiparadigmáticas ciencias sociales.
, El reduccionismo de cualquier tipo tiende a sugerir que determinada unidad de análisis o va-
riables son más relevantes que otras. (-1 El rcduccionismo como falacia ecológica se produce por
el uso inapropiado de las unidades de análisis. Sin embargo, la unidad de an!lisis apropiada para
una investig:ición determinada no siempre queda clara y es motivo de debate entre los cientllicos
sociales, especialmente entre quienc,s pertenecen a distintas disciplinas• 6
As!, un economista encuentra que todas las explicaciones son económicas, un especialista en
comunicación diagnostica que todos los problemas de una empresa se deben a fallas de la co·
municación, el consumo pnra un especia.lista en comercialización se explica por las "4P"7 y pa·
ra un psicoanalista, por el deseo inconsciente; y esas distintas explicaciones llevan a elegir dis·
tintas unidades de análisis.
5 "La empre5a que se espedafiza se interesa por uno o varios segmentos y '10 por la totalidad del mercado. l
dave de esta estrategia es la especialización en un nicho. Para ser rentable y duradero un nicho debe poseer cir
co caracterfsticas: rep1esentar un potencial de beneficio suf1eiente, tener un potencial de crecimiento, ser po<
atractivo para la competencia, corresponder a las capacidades distintivas de la empresa y poseer una barrera e
entrada defendible.· Lambin, J. op. cit. p.354. ·
6 Babbie, E. op. dt. p.126.
. 1
1•
~·
¡.
t Capí1ulo XI Unidad de analisis y técnicas de muestrt o 395
11.3 Población
Una población es un conjunto de elementos, finito o infinito, definido por una o más carac-
terísticas. De ese conjunto de elementos obtendremos la información con la cual construiremos
los resultados de una inve.stigación mediante el estudio de la muestra. No obstante, cuando se
realiza un trabajo puntual, conviene distinguir entre Población teórica o hipotética, que corres-
ponde al conjunto de elementos de los cuales queremos extraer, en teoría, los resultados; y Po-
blaci611 est11diada, que es el conjunto de elementos definidos para nuestro estudio y sobre el que,
exclusivamente, haremos referencia al obtener los resultados. Denonúnaremos en adelante, a es-
te último conjunto de elementos, con el nombre de población o universo.
El marco muestral es el conjunto d e las unidades de· atiálisis delimitadas por los parámetros
muestrales que permiten realizar una selección de las mismas asegurando la probabilidad de que
todas puedan ser elegidas. Existen dos tipos de marcos muestrales: los marcos lista y los marcos
área. En lo.~ primeros, las unidades o elementos muestraks son enumerados uno a uno, como por
ejemplo un listado de poseedores de tarjetas de crédito, los abonados de una guia telefónica o to-
dos los empleados de una comparifa¡ en los segundos, en cambio, se representan las áreas geo-
,gráficas en las que se distribuyen los habitantes de una población.
396 Me!odologla de I• 1n,es1i9aclon en organluclon,s , mercado y sociedad
11.5 Muestra
La muestra hace refe rencia a una parte de la población o universo. Es decir, corresponde
al conjunto de unidades de análisis qu e se extraen del marco mues tra! para representar la
conducta del universo en su conjunto. Se llama muestra represe11tativa n aquella que reíleja
en sus unidades lo que ocurre en el universo. Las conclusiones que d e ella se extraigan pue-
den ser generalizadas al conjunto, con la precaución de incluir en nuestras proyecciones
cierto margen de error. Es imposible saber a priori s i la muestra es representativa o no, ya
que para averiguarlo nccesitarlamos analizar toda la población y comparar ambos resulta -.
dos. Para no caer en este absurdo, existen procedimientos matemáticos que nos permite11 sa-
ber co n qué grado de confianza es tam os trabajando. Estos procedimientos pertenecen al
campo de la estadística, cuya complejidad requiere de un desarrollo demasiado extenso pa-
ra los objetivos de este libro, por lo que vamos a resignarnos a una explicación más gene ral
del tema.
Ejemplo
Pnra una encuesta de preferencias electorales las categorías mu cstrales identificadas podrlan
ser las siguientes:
• Unidad de an:1lisis o Elementas: ciudadanos de entre 18 y 40 años de edad.
• Unidades de muestreo: elementos escogidos de las zonas urba nas.
• Alcance: únicamente ciudades de Bahla Blanca, Corrientes y Mcndoza.
•r • Tiempo: de.! 2 de enero al 30 de marzo de 2004.
1
1
]. El diagrama de la figura I l.2 representa gráficamente la relación entre población, muestra y
r marco muestra!. La muestra se ve inciuida en la población y es una parte represe ntativa de ésta,
li
desde un punto de vista cuan titativo. Además, la muestra tiene la misma forma que la población:
por ello, cualitativamente tener las mismas características que la població n que represen ta.
La población, entonces, está formada por el conjunto d e unidades de análisis que se quiere es-
tudiar y que podrían ser observadas individualmente en el estudio. Sin embargo, po r razoM~ d e
economía y de tiempo, se investiga la muestra. Es importante no perder de vista que todas las
afirmaciones que hagamos como r~ultado de nuestra investigación, pod rán re ferirse en rigor
sólo a la muestra que, después de toéo, es lo único que hemos medido. Para la población no ob-
servada, en cambio, sólo podremos !-abiar en términos de inferencia probabilística.
Capítulo XI Unidad de a n~ns;s y ti!cnicas d e m uestreo 397
Figura 11.2 Marco m uestral, población, unidad de análisis, muestra y unidad de muestreo
Unidad de muestreo
Muestra
11.6 Ta ma ño de la muestra
El sentido común podría llevamos a pensar que para que una muestra sea representativa del
universo debe ser una determinada proporción de éste. Sin embargo, no existe una relación li-
neal entre el tamaño de la muestra y el del universo, aunque debemos reconocer cierta depen-
dencia entre ellos. Si contamos con un universo pequeño, la muestra que necesitamos obtener
debe ser bastante similar a él. Cuando el tamaño del universo es mayor, la muestra requerida au -
menta también su tamaño, pero en menor medida. Llegado cierto punto, el ta maño de la ,_n ues-
tra se estabiliza, sin importar cuánto se expanda el universo. Si siguiéramos aumentando el ta-
maño de la muestra, nuestras observaciones serían ya redundantes y no aportarían nueva infor-
mación. En el cuadro de la figura 11.3 podemos ver con más clarid~d esta relación.
Como se ve, llegado cierto punto no es preciso aumentar el tamaño de la muestra, pues los
resultados serán los mismos. ~ste es un principio teórico llamado Ley de la Regularidad Estadís-
tica que puede probarse fácilmente en la práctica. El desafio es, entonces, determinar el tamaño
· de la muestra de modo que cumpla con la fiabilidad que requieren los objetivos, pero sin au-
mentar innecesariamente los costos y el tiempo de la investigación.
El tamaño de la muestra depende de tres factores:
tiempos de la investigación. Para las Ciencias Sociales, puede aceptarse el trabajo con un nivel de
confianza de 0.95, pues no son necesarias mayores precisiones.
e: Error permitido .
Para fijar el tamaño de la muestra adecuado a cada investigación, es preciso determinar el por-
centaje de error que estamos dispuestos a tolerar. Cualquiera sea el procedimiento utilizado y la
perfección del método empleado, la muestra diferirá de la población. Esta diferencia se denomina
error de muestreo. Cuando una muestra es aleatoria o probabilística, es posible calcular sobre ella el
error muestraL Este error indica el porcentaje de incertidumbre, es decir, el riesgo que se corre de
que la muestra elegida no sea representativa. A medida que incrementamos el tamaño de la mues-
tra, el error muestra! tiende a reducirse, pues la muestra va acercándose más al tamaño del univer-
so. Del mismo modo, para una muestra determinada, su error será menor cuanto más pequeño sea
el universo a partir del cual se la ha seleccionado. Así, para un universo de 10.000 casos, una mues-
tra de 200 unidades tendrá un error mayor que una de 300; una muestra de 200 casos, por otra par-
te, tend,á un error m ayor si el universo tiene 10.000 unidades que si posee solamente 2.000.
Tal como se dijo al comenzar el capítulo, el muestreo puede ser de tipo probabilístico (alea-
torio), de tipo no probabilístico (no aleatorio) y también una combinación de ambos tipos.
Un muestreo es probabilístico cuando cualquier elemento de una población o universo po-
see una probabilidad conocida, y distinta de cero, de pertenecer a la muestra. Por lo tanto, se de-
duce que en esta forma de muestreo es posible conocer y calcular c:l error que permitiremos en
nuestro cálculo. Los tipos de muestreo probabilístico más usados son: al azar simple, al azar sis-
temático, estratificado y por conglomerados.
Un muestreo es no probabilistico cuando n o conocemos la probabilidad de selección de un ele-
mento en la muestra. Es decir, la ·selección de los mismos será una operación arbitraria, sin instru-
mentos de orden estadístico que nos indiquen el tamaño exacto de la muestra. Las formas más habi-
tuales de uso de este tipo de muestreo son: por cuotas o por propósitos {intencional). En los párrafos
que siguen, veremos con mayor detenimieñto a cada uno de los tipos de muestreo (ver figura 11.4).
. . Unas palabras adicionales merece e1 muestreo en los estudios cualitativos. En esta lógica de
trabajo, los muestreos probabilísticos generalmente no se utilizan, pues el interés del investiga-
dor está puesto en los estudios profundos antes que extensivos. Dada su especificidad, destina-
mos el capitulo 22 a conside{ar las decisiones de muestreo en la investigación cualitativa. ·
En la práctica, todos estos tipos de muestreo pueden combinarse, incluso los probabil!sticos
con los no probabilísticos. Por ejemplo, se hace una elección aleatoria y se seleccionan luego por
cuotas los elementos de la muestra, o a la inversa, seleccionando áreas que se consideran típicas y
luego efectuando en ellas un sorteo de base probabilística. Teniendo siempre en consideración que
al combinar ambos tipos de muestreo el resultado será un diseño más o menos complejo, cuya va-
lidez estadística debe ser analizada cuidadosamente en el momento d e interpretar los resultados.
11 .8 Muestreo probabilístico
En un muestreo probabilís tico, las unidades de análisis tienen que estar dispuestas de modo tal
que el proceso de selecció11 dé una equiprobabilidad de selección a todas y cada una de las unida-
des qi1e figuran en el universo.•
,,. El problc1pa central del muestreo probabilístico es cómo deducir la ley de probabilidad sobre
determinado aspecto de una población cuando sólo conocemos una muestra. f:sta es la cuestión
a la que nos enfrentamos cuando por ejemplo tratamos de estudiar la relación entre el tipo de re-
muneración y la motivación en el trabajo y pretendemos extender las conclusiones obtenidas so-
bre una muestra al resto de individuos de la población.
La primera dificultad que enfrenta el investigador en un muestreo probabilístico parece ob-
via: ¿cómo obtener una muestra que sea verdaderamente probabilística?
Esta cuestión no es tan inocua como podría pensarse a primera vista, puesto que el ser hu·
mano tiene vei:daderas dificultadc3 para comportarse auirosamente. En cuanto queremos utili-
zar un método de selección puramente casual, nos damos cuenta de las dificul tades que com-
porta: por ejemplo, si de.~eáramos obtener una muestra al azar de la guia telefónica, seguramen-
te las hojas mas leidas se abrirían con mayor frecuencia y seguramente nuestras representacio -
nes subjetivas de los nombres nos harían leer unos antes que otros. Tal vez nos llamarían más la
atención los escritos en letra mayúscula (comercios o empresas), o los más extensos o raros. Y si
quisiéramos cerrar los ojos y simplemente señalar cualquier nomb re, deberíamos saber que un
elector zurdo tomaría sistemáticamente una dirección diferente que uno diestro; y esto sin to-
davía haber tomado en cuenta que no todas las personas figuran en la guía; o que el armado del
tomo s.iempre tiene fallas de impresión.
En fin, en nuestra intención de comportarnos completamente al azar es casi seguro que se produ-
cirán errores sistemáticos, es decir errores no estadísticos}', por lo tanto, muy difíciles de controlar.
Estás consideraciones nos indican que, contrariamente a lo que la palabra parece connotar, el
muestreo al azar implica una serie de previsiones y planes d estinados a garanti:,.ar una muestra
. verdaderamente probabiHstica.
Existen diversos procedimientos para el muestreo aleatorio o probabilistico, que dan lugar a diferen-
tes clases de muestras. Las descnbiremos a continuación, prescindiendo de explicaciones estadísticas.
Está muy difundida la idea errónea de que se puede co nocer si una muestra es representativa
examinando la muestra misma y no la forma erÍ que se escogió. Así, se examina una muestra pa-
ra ver si hay tantas mujeres como hombres en ella para ver si es representativa, o para ver si la
proporción .de jóvenes y viejos en la muestra es parecida a la de la población en general. Si nues-
'1
• 11 tro muestreo es de productos de la empresa, revisamos a ver si hay un adecuado balance entre
los diferentes turnos y/o Hneas de producción. Estos e..xámenes de la muestra escogida no son lo
que entendemos por una muestra al azar.
Claro que si conocemos la existencia de divisiones er. la población que estudiamos, podemos
usar este conocimiento al seleccionar la muestra. Por ejemplo podemos asegurar una muestra al
azar en que haya igual número de e111pleados que de empleadas, haciendo dos lot.erias, una en-
tre los hombres y otra entre las mujeres. Pero la igualdad de proporciones no es algo que revise-
mos después de escogida la muestra, sino algo que se encuentra ya en el proceso de selección.
1 l.8.3 Estratificado
Este tipo de muestreo evita los inconvenientes que presentan los otros procedimientos y gene-
ralmente reduce el error muestra! para un tamaño dado de la muestra. Consiste en desagregar el
u niverso en sub-conjuntos menores, que poseen gran homogeneidad interna respecto de alguna
caracteristíca de la población (se puede estratificar, por ejemplo, según la profesión, el municipio
de residencia, el sexo, el estado civil, etc.), pero cuidando que sean heterogéneos entre si.1° De es-
te modo, todos los estratos de interés quedarían representados adecuadamente en la muestra. Ca-
da uno d e estos estratos funciona independientemente, por lo que puede aplicarse dentro de ellos
el muestreo aleatorio simple o el estratificado para elegir las unidades que formarán parte de la
mue.sira. El muestreo estratificado resulta muy práctico y confiable aunque exige un conocimien-
to detallado de la población (tamaño geográfico, sexos, edades), del que a veces.se carece. ·
J
:l
obtener información d e todos los habitantes de la vivienda. Sabiendo la importancia (número
de habitantes) de los estra'tos y la cantidad promedio de habitantes por vivienda y el número de
éstas, se puede estimar las cantidades de interés.
1. En la figura 11 .5 se presentan las :ventajas e inconvenientes de cada uno de los t ipos de mues-
.' 1
treo que mencionamos.
··1·1
Figura 11 .5 Ventajas e inconvenientes de los distintos tipos d e m uestreo probabilístico
:~.
t.: Ventajas Desventajas
• Al azar simple • Sencillo y de fácil comprensión.
• Se basa en la teoría estadística, y por tan-
• lkquiere que se posea de antemano un
listado completo de toda la población.
to existen paquetes informáticos para ana- • Cuando se trabaja con muestras pe-
lizar los datos. qucña~ es posible que no represente n
la población adecuadamente.
Sistemático • Fácil de aplicar. • Si la corutante de muestreo está a.so-
• No siempre es necesario tener un listado ciada con el fenómeno de interés, las
de toda la población. estimaciones obtenidas a partir de la
• Cuando la población está ordenada siguicn- muestra pueden resultar sesgadas.
do una tendencia conocida, asegura una co-
bertura de unidades de todos los tipos.
Estratificado • Tiende a asegurar que la muestra repre- • Es necesario conocer la distribución
sente adecuadamente a la población en en la poblac.ión de las variables que se
función de las variables seleccionadas. utilicen para la estratificación.
• Se obtienen estimaciones más precisas.
• Su objeti\'O es con.stguir una muestra lo más
semejante postble a la población en lo que a
la o las v:iriablcs cstratilicadoras se refiere.
Congl omerados • Es muy adecuado cuando la población es • El error es mayor que en el muestreo ·
muy grande y dispersa. aleatorio simple o estratificado.
...
11
• No es preciso tener un listado de toda la • F.I cálculo del error es complejo.
población, sólo de las unidades primarias
de muestreo.
f
- Que el investigador posea una lista d e características que permitan controlar el proceso
de selección;
- Que el investigador conozca la distribución de tales características en la población.
Ejemplo:
Para una investigación d e mercad o el investigador cuen ta con los siguientes supuestos:
La lógica del procedimiento es simple pero se asienta sobre la base de un buen conocimien to
de los estratos de la población y/o de los individuos más representativos o adecuados para los fi-
nes de la invesúg¡¡ción.
se
muest ra sea lo más represe11tativa posible a los efectos d e la investigación que desea realizar. Se
parte del supub,o de que las unidades seleccionadas son las más caracterlsticas o las que pueden
proporcionar la mayor información sobre la población, para estudiar un problema en particular.
1 ,,
Aquí tal vez debamos enfrentarnos con los errores y limitaciones de nuestro marco teórico,
que con frecuencia no ho sabido prever la información necesaria para realizar el plan de mues-
treo. En palabras de Juan Samaja:
En una fuse relativamente avanzada de la investigación, los investigadores suelen preguntarle al es-
tadlgrafo cuál deberla ser el tamaño de la muestra más adecuado para lograr inferencias confiables.
Inevitablemente el estadígrafo preguntará a su vez, ¿con qué frecuencia espera que aparezca el
fenómeno? ¿qué grado de variabilidad presentan los atributos estudiados en la población? ¡cufo
heterogénea es la población que está estudiando? ¿con qué grado de precisión quiere estimar el pa-
r;l.metro? ¡qué tipo de riesgos se corre si se produce un error?
Ante este inesperado interrogatorio el inve,-tigador se desconcierta y recién advierte que durante
la revisión bibliográfica hubiera debido registrar y evaluar la información disponible para contestar
a estas preguntas: información imprescindible para aplicar las fórmulas de estimación de tamafio
muestra!.
En efecto, en la revisión bibliográfica inicial que rastrea tanto conclusiones teóricas como ha-
llazgos empíricos, deberla estar, por así decirlo predeterminada la tarea de provi.sión de elementos
de íuicio para decisiones muestrales, como las que acabo de mencionar. 12
Si estamos en condiciones d e responder a las preguntas que plantea el primer paso, la siguien:
te operación que se impone es definir la población-objetivo. Se trata de decidir opciones relati-
vas a la unidad de análisis y a la población. Es decir, quiénes van a ser medidos y cuál es la po-
blación sobre la que se pretende extender o generalizar los resultados.
a. Definir la unidad de análisis: la elección por la unidad de análisis -a las que destinamos
buena p arte de este ca pitulo- es crucial y generalmente irreversible. El investigador la define bá-
sicamente en función de sus objetivos, aunque ciertas. cuestiones prácticas como su accesibilidad
y la disponibilidad de recursos pueden también incidir en la decisión.
b. Delimitar la p oblación: en principio, p arece obvio que si la muestra represen ta a la pobla-
ción, analizando aquella conoceremos ésta. Sin embargo, como dijimos, no en todos los casos la
generalización que se hace de los resultados es adecuada, por lo tanto conviene ser muy especí-
ficos en la defin ición de la población.
pero en menor medida. Llegado cierto punto, el tamaño de la muestra se estabiliza, sin impor-
tar cuánto se expanda el universo. La cuestión es, entonces, determinar el tamaño de la muestra
de modo que cumpla con los requerimientos de los objetivos, pero sin aumentar innecesaria-
mente los costos y el tiempo de la investigación. Como vimos, el tamaño de la muestra depende
de tres factores. E.stos son: la distribución del universo, el nivel de confianza y el margen de error
permitido.
l
: ¡'
bio, no garantizan esa reprcseotatividad de la muestra. La elección de los elementos no depende
de la p robabilidad, sino de las intenciones del investigador. Aquí el procedimiento no es mecá-
nico, como podrla ser el usado por la lotería nacional, n i se basa en fórmulas de probabilidad,
,.
11'
.
f., sino que depende de decisiones relativas a la especificidad del objeto de estudio .
1. Agreguemos, finalmente, que cada tipo de diseño -encuesta, observación, experimento etc.-
tiene sus peculiaridades a la hora del muestreo y merece decisiones especificas a las que hacemos
referencia, siempre que es posible, en los capltulos correspondientes.
Capítulo 12 El proceso de medición
Tomemos, por ejemplo, la valoración implicada en la frase "Es mi mejor amigo". Probable-
mente todos nosotros hem os d icho "es mi mejor amigo"? Pero, ¿cómo sabe alguien que una per-
sona es su mejor amigo? Y antes aún, ¿cómo sabe algui:n que una persona es su amigo?
Casi todos nacimos en hogares donde no vivian am igos: sólo madres, padres, hermanos y aJ.
gún abu elo. ¿Cómo incorporamos, e ntonces, la palabra "amistad''? ¿cómo se aprende el signifi-
cado conceptual y las reglas de asignación de una palabra que n os precede históricamente, que
ya estaba ahí cuando nosotros nacimos? Los caminos son diversos: la señorita de salita naranja,
por ejemplo, n os sorprendió un d ia en que planeábamos comemos un paquete de Opera: "Hay
que compartir con los amigos"; en la biblioteca de ese mismo jardin había un librito d e tapas
duras titulado Federico no presta y con él pudtmos enterarnos de lo repreusiule del egoismo; lue-
go conocimos a los Power Ranger ( o a los t res mosqueteros de n uestra generación), y los vimos
1 Ander Egg, E. T€<nicaS de investigadón social. Buenos. Aires: Humanitas. 1993. p.1 11.
408 Mttodologíd: de la 1nvestig,1ciOn en organizaciones, mttc•do y sociedad
dla tras día ayuda.rse y salva.rse unos a otros de las garras de toda clase de enemigos; más tarde re-
conocimos que, increíblemente, esas personas adultas que visitábamos los sábados eran los "ami-
gos" de n uestros padres, algo que no terminaba de encuadrar en la idea de amistad que nos ve-
nlamos haciendo, y tuvimos que pedir explicaciones. Fue asl com o entre cuentos y peHculas, re-
latos, dichos y explicaciones llegamos a construir una imagen de la amistad, o, para ser precisos,
una image n de aquello que para r,uestros padres, nuestra maestra, para el autor de "Federico no
presta" y para los creadores de los Power Ranger significa la palabra amistad.
El concepto de amistad es una abstracción que subsume, para cada uno de nosotros, esas ex-
periencias biográficas con el auxilio de las cuales fuimos internaliz:l.udolo. De allí obtenemos
nuestras reglas de asignación: cuá11do nrignar el concepto amistad a un evento. Sin embargo, hay
que admitirlo, las reglas no son muy clzras. ¿Por qué considerar a alguien un amigo? La respues -
ta que diferen tes personas demos a la p:egunta puede ayudarnos a comprender qué entiende ca-
da uno de nosotros por amistad. Probablemente, y aunque las imágenes tengan mucho en común
debido a que todos fuimos socializados de mane.ra similar -similares maestras, libros, audiovisua-
les, estructuras familiares; en suma: similares reglas-. la variabilidad que sin dudas registraremos
,, en las definiciones de amistad será sorprendente. Imaginemos el listado y tratemos noso tros, que
,, en gran medida somos una comunidad de sentido -universitarios de un mismo país- extraer lo
que podrlamos llamar "las notas comunes" de esas imágenes a las que recurrimos cuando nos re-
í,
,. ferimos a la amistad. Ensayemos algun:>s ejemplos:
Pero, habrá que preguntarse todavía, ¿confiar en qué?, ¿en que va !vamos) a pagar mensual-
mente n uestras [sus ) cuentas de luz o en que saludaremos (saludará} a sus (nuestros) primos en
el día de sus cumpleaños? Entonces, ¿confiar en qué?
-~
,,
1
1
Confiar en ser ayudado ~uando lo pidamos
Saber que lo ayudaremos cuando nos lo pida
Sin embargo, a veces una persona quiere ayudar al amigo aunque éste no se lo pida, y espera
ser ayudado por el amigo aunque no lo pida expresamente. Por o tro lado, también ayudamos a
personas desconocidas y éstas nos ayudan en muchas situaciones -desde contestar una pregunta
en la calle hasta salvarnos la vida: el "otro desconocido" es un concepto que abarca la generosi-
dad más desinteresada (y, en el otro extremo, las peores felonías).
:'\ En una ocasión pretendimos cstabl~cer con clnridad el significado del concepto compañerismo
, .1 eri clase y preguntamos a los estudiantes con qué actitudes lo relacionaban. Fueron ejemplos: ex-
1 plicnr lo que el otro 110 entiende, prestar los apuntes, ayudar a estudÍllr para los exdmeries, corne11t11r
1 ·1
lo que se /,n 1•isto e11 clase cuando otro se ausenta, compnrrir los libros cor, q11ie11 no los tiene, entre
¡il otros. La cuestión de la ayuda mutua, al parecer, caracteriza a los amigos pero también a los com·
\ pai\eros; y si una persona puede ayudar y ser ayudado por un desconocido resulta que, después
de todo, la cualidad de ayudar no es tampoco la "regla" que con mayo r precisión nos permitirá
establecer qué es en definitiva la amistad y cuándo una persona puede considerarse un amigo. Y
si bien uno puede andar tranquilo por la vida diciendo que alguien es su mejor amigo sin saber
,,
l, muy bien a qué llamar a mistad, no ocurre lo mismo en la investigación social. Para medir un
co ncepto, primero hay que tener da.ro su significado.
·"'
Ordenemos un poco nues tro recorrido apoyados en acuerdos que ya establecimos en el capi-
tulo 4: el primero es relativo al i ntento de dilucidació n d e lo que la am istad es c11 sf, en esen cia.
Sabemos que ésta es una p retensión carente de sentid o. La amistad en si no existe, lo que hay es
segmentaciones en el transcurrir de lo real conccptualizadas como "amistad", "mayor amistad",
" menor amistad'; " igual amistad~ Así, form ulamos en u nciados del tipo -Con el tiempo Juan y >•o
cada vez nos liicimos nuls amigos, siempre siguiend o cie rtas reglas de asignación del co ncepto a
eventos. Reglas que como dijimos n o parecen ni muy explícitas ni muy claras.
Ahora bien, nos gustaría poder decir que en la vida cotidiana los conceptos son confusos y
ambigti"os m ientras en las ciencias no lo son. Lamentablemente, nuestro recorrido por concep-
tos tales como problema, explicación, causalidad, teoría, ley, o modelo nos impiden hacerlo: no
pudimos encon trar un solo concepto científico que no resulte controversia!. Vimos incluso que
tales tensiones p ueden llevar a un término a significar cosas diversas y casi opuestas para distin-
tas personas. La noción m isma de concepto que ahora estamos pensando es abordada por dife-
rentes teorías en un grado tal de complejidad qu e exami narlas e.x cederia en mucho los objetivos
de este libro. Desde Platón en adelante, los conceptos h an suscitado el interés de los pensadores
en todas las épocas. Hoy se ocupan de la noción distintas disciplinas. Por ejemplo, la psicología
se interesa por los aspectos psicológicos de su formación; la lógica, estudia su estructura formal
prescindiendo d e su relación con el objeto que alude; luego, la epistcmologla, la sociología, la se-
miótica o la neurologla, por no mb rar sólo algunas ramas del saber, proponen miradas múltiples
y divergentes sobre la génesis, desarrollo y estructura de los conceptos. ·
Nosotros, continuando con el punto de vista adoptado, dirigiremos nuestra atención al
pu nto en que, en su aspiració n de ser una actividad crítica y s istemática, la ciencia se separa
de la vid a cotidian a. De esa aspiración su rge la necesidad d e que el científico establezca con
claridad defin iciones explícitas y socializadas pa ra los co nceptos con los que trabaja. El único
deber ineludible del cienúfico es la transparencia, la exp osición detallada de sus supuestos y
procedimien tos.Y nuestro inten to d e d efinir la amistad , es cier to, no fue muy productivo en
tal sentido.
¡Cómo haría un científico para establecer claramente el significado del tém1ino "amis tad"?
Recurriría ante todo al saber disponible en el área de que se trate. Una manera de hacerlo en es-
te cnso serla b uscando e n el diccionario, por ejemplo: '1Ln amistad es un afecto personal, puro y
desinteresado, ordinariamente reciproco, que 11nce y se fortalece con el trato".2
El problema de las d'efiniciones de d iccionario es que generalmente son restringidas. En este
caso, la definición alude a un sentimiento, pero la amistad puede también entenderse como
práctica, aspecto que la defipición n o contempla.
Otro manera d e conocer el significado a la palabra am istad sería pr~guntar a mu ch os sujetos
qué piensan que es la amistad y torna r sólo aquellos puntos en que todos coincidieran, o b ien in-
cluir e.l total de los puntos nombrados en una sola definición. Ambas son buenas alternativas,
pues más allá de un imposible "significado real" de la palabra amistad, esas definiciones inclui-
rían la pe rspectiva de todos. Si, como ya d iscu timos, los hech os son una cuestión d e consenso, se
habda llegado a con textualizar el concepto para cierto grupo social, y podría en tonces medirse.
Sin embargo, dos problemas pueden aún presentarse: uno es que la definición incluya una
cantidad tan extensa de aspectos qi:e luego no se supiera cómo, o no alcanza ra una vida para
medirlos a todos¡ el segundo es que siempre podrá aparecer alguien que entienda algo diferente
por el concepto de amistad y asl la definición resultará incompleta y habrá perdido validez.
Probablemente lo que harla un cicntJfico social es analizar las definiciones de amistad que exis-
ten -en el diccionario, en otras invcitigacioncs, en la literatura, en la opinión de distintas perso.
nas· y tomar una decisión fundamentada acerca de cómo de finir la amistad en fun ción de lo que
a él le interese investigar de la misrr.a. El investigador no diría que ~su" definición se refiere a lo
que la amistad es en realidad, ni que se trata de la mejo r y más adecuada definición de amistad
jamás formulada. Si mplemente, di ria que dados ciertos antecedentes del concepto y dados cier-
tos objetivos que él mismo tiene en el contexto de su investigación, con base en tale.s y cuales
fundamentos -explícitos- él llamará amistad a, por ejemplo, lo siguiente: 1111 afecto personal, pu.
ro y desinteresado, ortli11ariame11te reciproco, que nace y se fortalece con el trnto. El investigador ha
creado una definición, que en este caso coincide con la del diccionario. Es decir, el investigador
ha adoptado una definición encon trada en la revisión bibliográfica porque dicha definición se ·
aviene a su punto de vista y a sus objetivos. Pero la definición podría h aber sido otra. Lo imp or-
tante d e la definición que proporciona el investigador • q ue puede o no coincidir con otras de.
finiciones. es su carácter restringido, preciso y explicito: no importa lo que entienda cada qu ien
por amistad, el investigador pone de manifiesto y a disposición de todos qué se entenderá por
amistad en su estudio. Mencionamos ya 3 que este tipo de definiciones, propuestas por el inves-
tigador, se denominan dr.finiciones nominales.
Igual que un biólogo toma esto de aquí, y aquello de más allá y dice ·"Esto es 1111 vertebrado", _
así el cicntifico social dice- "Esto e$ un amigo". La dificultad adicional que enfren ta el cient!fico
social es que, mientras en las ciencias naturales los conceptos son generalmente propios de cada
ciencia -como por ejemplo "foronídeos'~ "briozoarios", "entoproctos" y " nematelmintos"·• y en
las ciencias formales, como la matemática y la lógica, se han desarrollado lenguajes especiales,
las ciencias sociales comparten en mayor medida sus conceptos con los que utilizamos en la VÍ· .·
da cotidiana, sumando de tal modo a la naturaleza abstracta y teórica propia de todo concepto
las múltiples imágenes a las que rem iten los conceptos en su uso coticliano.
A medida que avanzamos podemos ya inferir por qué es tan importante d efinir con clari·
dad y precisión un concepto. La prim era razón es que la definición es la que d ice qué observar. _
Por ej emplo, si en la d efin ición nom inal se postula que la ayuda nwtua ca racteriza a la amis· ,
tad. Entonces, habrá que observar ·para establecer si dos personas son amigas- la presencia o
ausencia de conductas de ayuda mutua o el grado en que se éstas se dan. Pero si la "ayuda mu·
tu a" n o se incluyó en la definición porque el investigador eva luó que a veces las personas se
ayudan mutuamente sin por eso llamar amistad a su relación, entonces será irrelevante obser·
var la ayuda que se brindan para determinar su calidad de amigos. La observaci611 depende dt
la defi11ici611 nominal.
.!
,:¡ J Ver capltulo 4.
l ·1 4 Clasificación de la zoología.
J1
~ .·
Capitulo XII l l p roceso dt medición 411
La segunda razón para establecer una definición clara es la de hacer explícito a qué y solo a
qué alude la medición del concepto que se ha hecho en la investigación concreta para la que el
término se definió. Si alguien piensa q ue la amistad es algo diferente a lo que la definición no-
minal dice, entonces la medición que se ha realii.ado sobre la base de dicha definición no será
pertinente para quien no la comparta.
En la vida cotidiana, todos actuamos como si realmente compartiéramos el significado de la
palabra amistad y es esa falsa certeza la que da lugar a los malos entendidos característicos en
la interacción humana, pues lo prop io de los significados del lenguaje es justamente su consen-
so precario.
Podemos compartir hasta aquí la siguiente idea: d proceso de medición de un concepto depen-
de, antes que nada, del significado que demos al concepto mismo: otra vez, la guía es la teoría. Me-
dir es, antes que nada, observar. La observación depende de la teoria. La medición ta mbién.
Ahora bien, cuando el investigador eligió la definición del diccionario (la amistad como sen-
timiento), dejó afuera a muchas de las imágenes asociadas que recogimos en nuestras primeras
lineas al explorar el concepto, por ejemplo, la amistad en tanto práctica: un amigo acompaña, un
amigo da, un amigo ayuda. También deja afuera las diferencias y similit udes de las imágenes de
amistad según la edad de quienes las expresan. En efecto, encontramos un libro que habla de la
amistad en la niliez, la amistad en la juventud y la amistad en la madurez. Siempre retomando las
imágenes que el concepto de amistad suscita en distintas personas, recordamos que alguien nos
dijo que tiene un amigo con el que no puede contar, pero que igual lo quiere porque es amigo desde
la infancia. En cambio, la misma persona tiene una argumen tación sólida y racional para decir
por qué es amigo de otra persona a la que juzga probadamente confiable e incondicional. Son dos
aspectos de la amistad: la amistad en tanto sentimiento y la amistad en tanto convicción. Un te -
rapeuta le pregunta a la madre de un joven: -¿ Y rn cuanto a los amigos, qué puede decirme? La
madre contesta: "-No le cuesta hacer amigos, pero luego 110 los mantiene''. Dos dimensiones de la
amistad: hacer amigos, mantener amigos. Luego, hay quienes se interesan por la amistad en la
vida real, mientras otros la estudian en la literatura; hay amistades de mujeres, amistades entre
los hombres.
Es d ecir, el concepto de amistad en tanto abstracción comprende un si nnúmero de potencia-
les "aplicaciones". Cuando, concretamente, conceptualizamos un segmento de lo reaf co mo
amistad no estamos poniendo en juego todos los aspectos involucrados en el concepto. Sólo lo-
gramos adherir a lo real alguna d e las imágenes q ue el concepto cubre con su significado. Por
eso, ninguna en particular puede dar cuenta por completo de esa abstracción que es la am istad
en tanto concepto. El concepto de amistad está en nuestra mente, pero lo aplicamos a sujetos que
están en el mundo empírico. Los ci~n tíficos establecen esta diferencia llamando concepto a.aque-
llo que pensamos y variable en tanto adjudicamos presencia, ausencia e intensidad del concep-
to a personas u objetos en el mundo empírico. Los co nceptos forman el sistema conceptual y las
variables el sistema operacional.
Como es evidente, el invest igado r no puede aspirar a estudiar todos los aspectos a los que re-
mite un concepto; por eso restringe su significado a una definición nominal que le permita ocu-
parse sólo de aquellos a los que ésta alude. En la investigació n, se llamá a tsos aspectos del con-
cepto seleccionados para ser estudiados dimensiones.
412 Mttodolo9I• de ta 1nvest1~aci6n en o,ganizacionu, mer('ado y saci, dad
Consideremos otro ejemplo: as! como nosotros nos ocupamos del concepto de amisrad el
diario lo hace del de pobreza. ¿Qué significa ser pob re, según la definición que publica la nota
.
1
per iodística? Es simple: primero, se define una canasta de bienes y servicios, los cua les se valúan
a los precios de mercado, y el costo d e dicha canasta se compara con los ingresos: so11 pobres
aquellos que 110 tie11e11 s11ficiente dinero para adq11irirla. Este proced imiento se. considera válido
para definir cmplricamcnte la pobreza. Es la regla de correspondencia adoptada. "Una persona
!1 es pobre cuando sus ingresos no alcanzan a cubrir la canasta b ásica~ No obstante, si lo pensa-
11 mos desde otra perspectiva, los hogares pueden ser pobres en ingresos p ero tener acceso a ser-
•1
vicios públicos de alta calidad; además, pueden tener niveles educativos en ascenso. En efecto,
1 1
1 hay otra definició n de pobreza que intenta incluir esas diferencias: está basada en el concepto de
11ecesidades básicas insatisfechas. El método de necesidades básicas insatisfechas mid e carencias
en una serie de aspectos: calidad y cantidad de la vivienda, inadecuación de las condiciones sa-
nitarias, inadecuación d e otros servicios, inadecuación del patrimonio básico y rezago edµcati-
vo. Se t rata d e una definición de pobreu que contempla dimensiones adicionales a la conside-
rada por la definición anterior (relació!l salario-ca nasta). Nosotros podríamos incluir otras; por
ejemplo, una person a pobre puede estar integrada o exclu ida, puede tene r fuerza para superar
las restricciones del contexto o puede estar sumido en la pasividad y el desánimo. También po-
demos seflalar la diferencia que se establece según el acceso a los puestos d e trabajo: un emplea-
do público, de bajo rango, cuyo ingreso no alcance a cubrir la ca nasta básica de bienes y servi-
cios, probablemente se considere menos pobre que otro que, con su mismo ingreso, haga tareas
esporádicas de cualquier tipo y no esté integrado en el lazo social que el trabajo :iporta com o un
plus al nivel de vida.s
Tal como lo pensamos para el concepto amistnd, así el concepto pobreza tiene múltiples di-
mensio nes de a nálisis, y las mediciones son solo relativas a las dimensiones que el investigador
preste atención.
Hasta aqul nos referimos a la exploración del concepto -llamemos a este proceso co11cepr11ali-
zaci611-, a la elaboración o adopción de una definición nominal, a la necesidad d e especificar las
dime11siones que se pretende estudiar, y aludimos además a los refererires empíricos. Un referente
crnplrico es un aspecto del mundo que la teoría del observador suscita como observable. Podemos
ahora avanzar en el camino de t raducir los conceptos teóricos a esos referentes empíricos.
Asignemos entonces el símbolo uamistadª a ciertos eventos de modo tal que nos permita ca-
tegorizar a una person a como amigo y si es posible identificarlo como mejor amigo entre otros
que pod rían no serlo o serlo en menor grado_ Las reglas a las que se refiere la definición de me-
dición nos dan este tipo de precisiones y por eso son tan importantes en la investigación.
En este punto, el principio que usan las ciencias sociales para medi r no es d iferente al que
usan las ciencias naturales, mientras se contemple que los símbolos de los que habla la defi ni-
ción de medición no ti enen que ser necesariamente numéricos. Por ejemplo, en cuanto a la
'
,•l; s Una discusión detallada y exhaustiva sobre los dir.tintos métodos para medir pobreza así como una discusión
11 de sus bondades y limitaciones se encuenl'a en Boltvinlk, J. y Hernández laos, E. Pobreza y disrribución del in-
greso en México. M~xico: Siglo XXI. 1999.
CDpítu ío XII El proceso de m• dicion 413
longitud: -¿Ve la distattcia que hay "desde aquí /1asta aqu{ (; observación]?; b11et10, [regla:] siem-
pre que vea un distancia como la que hay "de aquí hasta aqu{" e11to11ces póngale "un metro"(: tér-
mino].6 Hemos comparado una observación (la distancia que hay desde un lugar hasta otro)
con uri símbolo abstracto (un metro) y hemos asignado a la observación ese símbolo de acuer-
do a la regla (de correspondencia). Ya podemos empe1.ar a calcular metros.
La medición de las características de los individuos, los grupos o los objetos tales como la itt-
teligencia, la cohesiótt, la resistencia al cambio, el posicio11amie11to o la lealtad a una marca impli-
can la misma lógica y procedimiento general: asignar símbolos a eventos, conductas o caracte-
rísticas según ciertas reglas.
la definición nos dice que, si se pueden establecer reglas sobre alguna base empírica o racional,
la medición de cualquier cosa es teóricamente posible. Esto amplia en gran medida los horizontes
de la medición. No se rechaza la posibilidad de medir alguna propiedad, aunque la propiedad sea
compleja y elusiva (...) El más interesante -y más dificil- trabajo de medición es la regla. Una regla
es una guía, un método, ua mandato que dice qué hacer.7
.,
"'Analicemos el siguiente caso:
Una compailfa de productos de tocador quiere medir la variable lealtad de marca en consumido-
res de crema de afeitar. Es decir, cuán leales son los consumidores de crema de afeitar a alguna marca.
Puesto que para medir se deben asignar símbolos a lo observado segútt ciertas reglas, es decir,
e.stableccr indicadores que digan cuándo y en qué medida se está ante la.variable "le:1lr:11'1 dr mar-
ca", pensemos cómo se operaría para medir la variable lealtad de marca. Vayamos primero al
mundo empirico y observemos a dos consumidores , Juan y Pedro.
El último año, Juan compró las marcas de crema de afeitar A, By C en el siguiente orden:
ABCABB.
El último año, Pedro compró las marcas de crema de afeitar A, B y C en el siguiente orden:
ACBCCC.
¿Cuál de los dos, Juan o Pedro, es más fiel a una marca de crema de afeitar?
No estamos aún en condiciones responder esta pregunta porque todavía no hemos conecta-
do la definición teórica del concepto lealrad de marca con algu na regla que funciones com o guía,
como mandato que ,ios diga qué hacer. En otras palabras, no sabemos cómo se expresa erripiri-
camente la lealtad de marca, qué eventos deben co nsiderarse dignos de subsumirse baj o este
constructo.
Par a poder sab er si Juan o Pedro son m as, menos o igu almente fieles a la marca de crema
de afeitar h ace falta primero una definición teórica -nominal- del concepto "fidelidad d e mar-
ca". Luego habrá que establecer las reglas d e correspondencia entre el sistema conceptual y el
6 Desde 1795 hasta 1960 la regla decla que un metro era la diezmillonésima parte de la distancia e11lre el polo
norte y el ecuador. A partir de 1960 la regla cambió y un metro equivale a la longitud de onda de la radiación
emitida en el vacfo por el gas criptón 86 al ser atraves.-ldo por una corriente eléctrica. ¿Cuál regla será mejor?
¿Serán esas reglas tan controversiales como las que se usan para dar los Indices de desocupación? Es probable·
mente en su carácter multiparadigmático en donde encontraremos la mayor diferencia entre las definiciones de
las ciencias sodales y las de las ciencias naturales, cuyas reglas cuentan generalmente con mayQr consenso.
1 Kerlinger, F. op. cit. p. 444.
414 Mecodologfa de la Investigaci ón to organiZil<lon n. mercado y sociedad
Sistema operadonal
Vuiables/hipótesis
Empiría
Remitiéndonos ahora al ejemplo, contamos por el momento con una definición nominal (sis-
~' tema conceptual):
¡) Definición nominal de lealtad de marca: la lealtad en general es un sentimiento que implica 6 -
' dclidad, y ~ta no es otra cosa que la observancia de la fe que alguien siente hacia algo o a alguien; en
este sentido, la lealtad de marca es la fe que ti consumidor sien re en su marca.
Además, conocemos el comportamiento emplrico de los sujetos, son las marcas que compra
cada consumidor¡ en este caso:
Consumidor I ABCABB.
Consumidor 2 ACBCCC.
Solo nos falta la regla d e correspondencia (enunciado puente o indicador). Proponemos por
ejemplo, la que sigue:
Un consumidor es más o menos fiel según el porcentaje total de compras de la marca que ad-
quiere con mayor frecuencia.
Con la enunciación de ésta regla estamos diciendo a quien se acerque a nuestra inves ti gación:
"Si Ud. quiere conocer cuan fiel o no a u na marca es cualquier sujeto, yo Je digo qué debe mirar
para saberlo: observ.: el porce11taje total de compras de la marca que e,/ sujeto en cuestión adquierr
con mayor f recuencia. Para mi, ese porcentaje es un indicador de fidelidad de marca" ·
Si ahora seguimos la regla, la puntuación en cuanto a fidelidad a la marca en el caso del con-
sumidor 1 (Juan) sería de 3/6 =50%, y la del consumidor 2 (Pedro), de 4/6 =67%. Es decir que
Pedro es más fiel a la marca de crema de afeitar que Juan.
Pero, ¿qué pasa si se nos ocurre proponer otra regla, otro indicador de fidelidad?, por ejemplo:
Un consumidor es mis o menos fiel sc,gún cuantas marcas diferentes compró en sus últimas seis
compras. Cuantas m:ls veces compró una misma ruare.a en dicho periodo mayor fidelidad a la mar·
I' ca presenta .
,·1
Capltulo XII El proceso d e rnedici6o 4 1S
• Si la respuesta es positiva, porque tienen un trabajo permanente, temporar io, una chan-
ga o se desempeña en negro, el encuestado es considerado ocupado.
· Si responde negativamente, se le formula una segunda pregunta: si no trabajó por estar
de vacaciones, suspendido en su trabajo por un período de hasta u n mes, o enfermo.
· Si contesta negativamente, el encuestador es clasificado de acuerdo a si busca o no un
empleo, como desocupado o como inactivo.1
En la nueva encuesta a partir d e 2003 la secuencia de las primeras preguntas es la sigu iente:
• ¿Trabajó aunque sea una hora en la semana del .....al ...... ?.Si la respuesta es positiva,
el encuestado es considerado ocupado. Si responde negativamente, el encuestador pasa a
la segu nda pregunta.
· ¿En esa semana, fabricó en su casa algo p ara vender, hizo arreglos para afuera, vendió co -
mida o cualquier otro producto o hizo alguna changa? Si la respuesta es positiva, el encues-
tado es considerado ocup ado. Si responde "no'~ el encuestador pasa a la tercera pregunta.
- ¿Ayudó a una familiar o amigo en cualquier actividad ya sea en su casa, en su taller, ne-
gocio, quinta, chacra, etc? Si responde si, es ocupado y si responde no, el encuestador pa-
sa a una cuarta pregunta.
· ¿No trabajó por licencia, vacaciones, suspensión, causas momentá neas? Si el encuesta-
do responde afirmativamente es considerado ocupado. Si responde no, recién entonces se
Je pregunta si busca o no trabajo, con qué intensidad, etc. y entra en la categoria de deso-
cupado o inactivo.
Los dos cuestionarios -el viejo y el nuevo- constituyen las reglas de correspondencia o indi-
cadores que nos dicen wándo una persona es un desocupado. Es decir, a la gente concreta nada
ha cambiado sus vidas. Son o no desocupados según la regla con que se los mida.9
Vimos hasta aquf dos ejemplos a partir de los cuales podemos pensar la cuestión que nos o cu-
pa, a saber: si al cambiar la regla cambi a también el resultado de la medición, ¿cómo saber cuáJ
de las dos reglas será mejor para estableo:r la fidelided del consumidor a una marca?. ¿cuál de
las dos reglas será mejor para medir la desocupación? La respuesta a esta pregunta es muy im-
portante y por eso vamos a considerarla con detenimiento.
a Nos referimos a esta encuesta y a una modalidad previa en ~I capitulo 6. Ahora veremos un nuevo cambio de
encuesta.
9 En el capítulo 6 D11r>1os co11 DATOS SECUNDARIOS podemos ver otras definiciones opercdonales de la variable de-
socupación que se utilizaron para los censos de 1981 y 199 1.
~16 Metcdo!ogra dt la Investigación tn organizaciones, mercado y sociedad
:1
12.7 !-a calidad de las reglas J
Supongamos que pretendemos medir el Rendimiento Académico de las estudiantes de pri- d.'i:
mer año de la universidad "U". Bien podríamos, para esto, proponer la siguiente regla: siempre ,. ·,
,.
que una est11diante tiene el pelo castafio, esto i11dicn que su rendi111ie11!0 académico es superior; si
es rubia, su rendimiento académico es intermedio; si Sil color es pelirrojo, su re11dimie11to a~adé-
mico es bajo.
El universo a medir que hemos definido es: todas las estitdianres de primer año de la univer-
sidad U. La propiedad o aspecto de los objetos del universo que nos interesa observar como in-
dicador del rendimiento académico es: el color del pelo. Tenemos aquí una regla para determi-
nar qué objetos del universo deben quedar dentro de qué subconjuntos. Observo el color del
pelo de la estudiante "a"r la ubico en el subgrupo." pelo castaño': correspondiente a un alto ren-
dimiento; miro a la estudiante "b" y la ubico en el subgrupo "pelo rubio", lo que indica que tie-
ne un rendimiento medio, etc. Clasificado asi todo el curso, podemos contar cuántas personas
hay en cada subconjunto y saber en consecuencia cuántas estudiantes tienen rendimiento su-
perior, cuántas medio y cuántas bajo. Luego, podríamos sacar porcentajes y calcular la media,
la mediana y la moda. 10 Serían mediciones exactas del rendimiento académico de las estudian-
tes de este curso.
Ahora bien, ¿podemos decir que con la regla asignar grados ,le rendimiento académico en fw1-
ci611 de mirar el color del pelo de las estudiantes hemos hecho una medición del rendimiento aca-
démico? Sin dudas si, ya que todos los requisitos q~e establece la definición de medición se han
cumplido. Sin embargo, por alguna razón esta regla no nos resulta muy buena. ¿Sería mejor que
se asignaran niveles de rendimiento académico a las estudiantes según el puntaje de una prue-
ba? ¿o según e.l número de materias aprobadas por afio? ¡o una combinación de materias apro-
badas con las notas obtenidas? ¿Cuál de todas estas reglas seria la mejor?.
Sí se tiene la impresión de que nos estamos deteniendo a pensar acerca de un ejemplo banal -
pues nadie asignaría valores de rendiTI1iento académico a una estudiante por el color de pelo-,
bien podrían reformularse estas mismas preguntas revisando investigaciones de mercado. Vere-
mos que en general se definen las distintas categorías de la variable dase social en base a la pose-
sión de un auto o de determinados electrodomésticos como por ejemplo el freezer independien-
te de la heladera. Sin embargo, esta regla de medición es bastante inútil en la práctica: hay mucha
gente que se quedó sin trabajo hace un largo tiempo y, a pesar de que posee todos esos bier1cs, ya
no pertenece a la clase medía sino que entra en el subgrupo denominado "nuevos pobres".
Si la regla del color de pelo y la regla del auto y el fruzer no parecen buenas, eso se debe a que
no "interpretan" la definición nominal de rendimiento académico o de clase social que nosotros
tenemos en mente. Pero independientemente de que la regla sea buena o mala, aún así sigue
sie ndo una medición. "La definición de medici611 no i11cluye una explicnción acerca de la calidad
del procedimiento de medición. Solamente afirma q11c, de alg111ia manua, los valores son asignndos
a objetos o e,,entos. Por supuesto que el "de alguna manern" es importante, pero 110 para la def,ui-
ción''.11 La mas importante cuestión que debemos comprender acerca del proceso de medición y
de su producto, el dato cie11tífico, es que el investigador es quien determina la regla según la cual
10 En el capitulo correspondiente al análisis de los datos se explican con detenimiento cada una de estas medidas.
11 Kerlinger, F. op. cit . p. 301·31 1.
Capitulo XII El proceso d~ mt diciOn 417
asignar símbolos a· distintos observables. Y es el investigador entonce~ el que debe lograr cohe-
rencia entre los objetivos de su estudio, la definición de la variable que ha propuesto en el mar-
co teórico y la correspondencia de esta última con la regla de medición. Sus mediciones depen-
derán de manera directa de las reglas que él mismo haya establecido. En cuanto a la calidad de
la medición, es un axioma: ni11gií11 procedimiento de medició11 e.s ·mejor que sus reglas. Y el único
secreto de una buena regla es la correspondencia entre la definición nominal y los indicadores.
El primer criterio de la medición no es la correspondencia de las reglas de medición o de las de-
finiciones operacionales con la realidad, sino la correspondencia de la s definiciones operacionales
con las definiciones nominales. 12
Luego, si lo que no nos satisface es la d efin ición nominal, entonces será ésta la que habrá
que cambiar. Si la correspondencia es adecuada y aun así no nos gusta la medición, nuestro
problema es teórico: hay que volver al "Paso 1•; y hacer una nueva y mas satisfactoria concep-
tualización.
Vamos ahora a cambiar la regla que establece que el color de pelo indica el nivel de rendimien-
to académico d e una estudiante por una más acorde a nuestra idea del rendimiento académico:
Regla: El rendimiento académico se expresa en la relación entre el número de materias aproba-
das sobre el nómcru Je 111alc<ias Cll las que la c.,tudiaotc se inscribió.
De acuerdo con esta nueva definición, si un estudiante inscribe una materia y la aprueba, su
rendimiento académico es igual a 1 (valor máximo); y si otro estudiante se inscribe en cinco ma-
terias y aprueba cuatro, su rendimiento académico es igual a 0.80. (como vemos, según la regla,
su rendimiento es menor). Bien, ahora supongamos que del valor logrado en esta variable (ren-
dimiento académico) se derivan algunos premios, como por ejemplo tener una beca; entonces,
un estudiante que se inscribe y cursa una materia por cuatrimestre (y aprueba siempre) recibi-
rá todos los años la beca, superando a los que, habiéndose inscripto en muchas materias, cursan
(y aprueban) tod as menos una, que prefieren hacer otro cuatrimestre. <Nos parece bien eso? Si
la respuesta es afümativa, no tenemos ningún otro problema, pero si es negativa y nuestra idea
(defi nición nominal) acerca del rendimiento académi~o es otra, el indicador (o regla) mpcerias
aprobadas sobre materia inscritas no es útil para medir el rendimiento académico.
También podríamos considerar qu e lo que está mal definido (n ominalmente) es el concep to
rendimiento académico, y que éste debería incluir -en función de la utilidad que se espera de la
aplicación del conc.e pto - algún indicador que diera mejor cuenta de lo que se ha conceptualiza-
do. Quizás revisando la conceptualización, los distintos aspectos y atributos, determin antes y
~fectos del rendimiento académico, tomemos la decisión de cambiar la definición nominal in-
cluyendo, por ejemplo, la dimensión temporal, que si b ien fue conccp tualizada en el marco teó-
rico no 5e h~bia incluido en la definición nominal.
La definición nominal podda enton ces modificarse·dd siguiente modo; FI rendimiento aca-
démico es el grado en q11e la actividad del estudiante resulta prod11ctiva acotada s,1 evaluación
l
¡
dentro de 1111 cierto periodo de tiempo. Ahora, con esta defin ición nominal tomaríamos (mediría-
mos) el tiempo que a una estudiante le in.sumirá terminar la carrera de seguir en el ritmo de i,1s-
1 cripci611 actual como un indicador de rendimiento académico. Ya no se trata de ser productivo a
i. cualquier plazo sino de serlo en cierto período de tiempo.
Esa medida será entonces más útil que la anterior pero, al igual que el de aquella, su valor no pue-
de ser juzgado de acuerdo a lo que el rendimiento académico es "en realidad''. El rendimiento aca-
démico es un concepto, como la desocupación, la amistad o el metro. En palabras de W. Wallace,
El aserto de que los procedimientos de medición y por lo tanto las definiciones operacionales
deben corresponder de uno u otro modo a la realidad es a la vez flltil y erróneo. Es fútil porque es-
ta "realidad" no puede ser aprehendida directamente, y es erróneo porque impof!e esa imposible
aprehensión directa como criterio de la medición apropiada. No existe una aprehensión de la rea-
lidad más directa o sistemática que la que se obtiene de la medición científica. La medición misma
es el criterio de realidad. De nlda siIVc, cuan¿o se juzga una medida, suponer una entidad que to-
do lo percibe y que es capaz de juzgar d isomorfismo con la •realidad" de las medidas que utiliza-
mos. Algunas medidas son útiles y otras no lo son, pero su valor relativo no es ni puede ser juiga·
do de acuerdo con un hipottrico e inalcanzable"criterio de realidad ... º
nlbid.
" ta Se<cióo III est.! compuesta por cinco cap/lulos en los que se explica cómo construir distintos instrumentos.
tales como guias de observación, cuPStion;irios. escalas etc. ·
Capítul o XII El proceso de medición 419
1. Conccptualizar la variable de interés: implica comprender el concepto n medir en todos sus as-
pectos, co ndiciones y atributos (trabajo que comienza ya durante las primeras elaboraciones del
marco teórico).
2. Dar una definición nominal del concepto: es dccír, establecer con precisión cómo será entendi-
do el concepto para la investigación en curso. Diferenciar la acepción del investigador de otras po-
sibles interpretaciones del concepto. Esta y solo esta acepción es la que será tenida en cuenta a los
fines de la medición, que no alcanzará a otras interpreuciones del concepto.
3. Específkar las dimensiones ·Y sub-dimensiones, si las hay- que forman el concepto para la in-
vestigación en curso: es decir, cada uno de los distintos aspectos de la variable a medir, los cuales
son asimismo variables de menor nivel de abstracción.
4. Especificar los indicadores para cada dimensión (definición operaciona.l): especificar cómo se
observará un concepto determinado en una situación concreta.
5. Seleccionar o desarrollar los ftcms -de escala, cuestionario, plantilla de observación, etc.- para
cada indicador (para un mismo indicador puede haber uno o varios !tcms}.
6. Establecer el nivel de medición de cada ítem (y. por lo tanto, de la variable): los niveles de me-
dición son: nominal/ ordinal/ de intervalo/ de cociente o razón.
7. Codificár: cada !tem y variable deberá tener una codificación -códigos numéricos- para sus ca -
tegorías (se especifican las alternativas de respuesta en cada ítem, asignándole a cad a una de ellas
una cifra convencional; por ejemplo: para la variable sexo hay dos ca tegorías: femenino/ masculi-
no; a cada categoría Je asignamos un valor, que podtia ser Oy 1).
8. Evaluar la confiabilidad y la validez: hacer una prueba piloto, poner el instrumento en conside-
ración de expertos, etc.; calcular confiabilidad y evaluar la validez.
9. Establecer cómo se configura el índice: el índice es un indicador complejo que se obtiene a par-
tir de los valores provenientes de las dimensiones. El índice contiene e integra las dimensiones de
la variable medida, reú ne la información de todos los indicadores y sus respectivos ltems, sintetiza
en una medida común los datos obtenidos en las etapas anteriores. Generalmente asignamos a los
indicadores d iferente impo rtan cia con respecto a la variable estudiada, de modo que tenemos in·
dicado res con más "peso" que otros. Los indkes agrupan todos los indicadores ponderándolos de
acuerdo con Sil importancia.
10. Obtener o recolectar lo, dato~: administrar un cuestionario, una escala de actitud, una planti-
lla de observación, etc. a cada unidad de análisis y resu mirlos en d indice que representa los d atos
obtenidos luego de suministrar los cuestionarios o las escalas.
r-
1
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.<
420 Metodologla de la Investigación en o rganizacio nes. mercado y sodedad
Figura 12.3 Paso l. Conceptualizacion. Ej emplo: desarrollo lrnmano. Exploración general del
concepto a m edir
El término de.sarro/lo, tiene varias acepciones: deshacer un rollo, transcurrir, procesar, evolucionar, crecer,
(Morales 1995). Para efectos de este trabajo, interesa la definición que hace alusión a crecer, aumentar, me-
jorar y progr=r. En el mundo contemporáneo cuando se alude a desarrollo, generalmente se hace para
establecer comparaciones entre regiones y países que han alcanzado altos niveles económicos, traducidos
en términos de producción, industria, tecnología, frente a otros que carecen de estas caracterlsticas. En
otras palabras, la idea de desarrollo ha estado estrechamente asociada a la idea de progreso o de crecimien·
to económico. Con la Revolución Industrial, a mediados del siglo XVIU, aparecen algunos conceptos bá·
sicos: evolución económica, progreso económico, crecimiento económico, desarrollo ecunómico. Pero no
es sino para \03 ailos posteriores a la TI Guerra Mundial que aparece el concepto ortodoxo de •desarrollo
económico' cl cual está vinculado a Keynes. Con la introducción de este modelo se plantea, entonces, la
necesidad de desarrollo para países del tercer mundo, en el entendido que el desarrollo para estos pafses
significa "... una acelerada irid11strializaci6n y modemizaci611 que tienen como meta alcanzar la opulencia y
el nivel de vida de los países indusrrializa,los ·, siendo Rostow ( 1979) uno de sus principales exponentes.
Los investigadores critican y objetan la perspectiva dásica del concepto, según se aprecia en
la figura 12 .4
Frente al desacuerdo con la visión clásica del concepto, el equipo investigador busca alterna-
tivas mas acordes con su punto de vista. Esas alternativas se presentan en t!l fragmento de. mar-
co teórico de la figura 12.5.
Ante esta visión de desarrollo como un modelo estrechamente asociado al del crecimiento económi-
co, surgieron varias posiciones alternativas, dentro de las cuales vale la pena mencionar, a nivel mun- /
dial, enfoques como los de Shumacher (1982), en uno de cuyos trabajos, "Lo pequeño es hermoso" / /
{The Small is Beatiful), plantea que el desarrollo no puede seguir basándose en d derroche desean·
trolado de la energía y donde defiende la idea de producción en pequeña escala. Asf mismo, las dis-
cusiones que han llevado a cabo el Club de Roma o los trabajos encargados por el Programa de Na-
ciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), cristalizan los esfuerzos que se vienen realizando con el
fin de hallar un modelo alternativo a los modelos económicos. Es así como se propone el concepto
de Desarrollo Humano Sostenible.
En esta primera etapa, el marco teórico es la herramienta por excelencia. Alli estarán pues-
tas de manifiesto las distintas interpretaciones que se han dado acerca del concepto y una
multiplicidad de aspectos en éste involucrados. Si los insumos del mar co teórico son insufi-
cientes para elaborar el instrumento, será necesario rever lo hecho y ampliarlo cuanto sea ne-
cesario.
Medir, sin embargo, nos obliga no sólo a explorar el significado del concepto, sus derivacio-
nes, aspectos parciales e interpretaciones posibles sino también a precisarlo y diferenciarlo de
otros conceptos con los que podria confundirse. La claridad en este punto dará Jugar a la defini-
ci611 nominal.
l
\I'
.!
. ¡'1
l
. ·,¡,,
r
!-
422 Metodolo9ra de la Investigación en o,~.mizaciones, mercado y socie dad
·:1 lo flexible o in- La valo ración éti- La flexibilidad o ri- La actitud rí-
La rigidez o
flexible que pue- cg que el indivi- gidez en la ac1i1ud gida o flexible flexibilidad de
f >..
,.
Dimensiones
de ser la actitud
del sujeto con las
personas de su
entorno afectivo
próximo corno la
familia, los ami-
duo tiene acerca del individuo
de lo bueno o
S(r un cambio
tanto de sí mis-
orientado a un
majo que pudiera particular estilo
económico.
del actor ante las posibilida-,
las posibilida- des de cambiar
des de cambio en el interior
de la ciudad, del campo la-
región o pals boral.
ff
mo como de los en el que se
gos, la pareja, ele. demás. vive.
Fuente: http://www.up-business.com/18
,No necesariamente una investigación concreta se ocuparía de todas las dimensiones. Podría,
por ejemplo, realizarse un estudio sobre la actitud frente al cambio en el campo laboral y el eco -
nómico, o en el campo familiar y el campo social, etc.
Ahora bien, así como no existe "la amistad", "la flexibilidad frente al cambio" o "la satisfac.
¡ · ción del cliente" en sf, tampoco hay dimensiones en sí. El investigador es quien piensa en térmi-
nos de dimensiones. ·
Veamos cuáles son las dimensiones que decide privilegiar el estudio sobre desarrollo huma-
no que venimos siguiendo en cada paso: ··
En la medida en que d desarrollo humano es un proceso que busca ampliar las opciones que disponen
fas personas: esras opciones son, por una parte infinitas y por otra, relativas: pueden cambiar en el
tiempo y con las culturas. Sin embargo, basándose en la idea de la universalidad, se asume que por su
carácter esencial, básico para cualquier ser humano, las opciones son: en primer lugar, poseer una lar-
ga vida en excelentes condiciones físicas, mentales y espirituales¡ en segundo término, tener acceso al
conocimiento¡ y, por último, poder tener acceso a los recursos.
Vista así, la variable desarrollo humano se mide sólo en tres aspectos: salud, educación y nivel
socioeconómico. Como es evidente, tal como se conceptua!izó la variable en el "Paso l" involu-
cra muchos otros aspectos, además de estos tres, pero en el momento de establecer las dimen·
siones el inve.s tigador está concentrado en su definición nominal (Paso 2). Es decir, distintos
problemas y objetivos dan lugar a distintas maneras de concebir las dimensiones y de establecer
cuáles dimensiones serán tenidas en cuenta. Continuemos analizando esta relación entre dimen·
siones y problema. .
Ejemplo: .
Un grupo de investi,gadorcs estudia los factores que determinan la satisfacción de lós
distribuidores en su relación con los fabricantes {teniendo en cuen ta que los primeros
son clientes de los segundos, es éste un clásico estudio sobre satisfacción del cliente)
Objetivo de investigación: Establecer el impacto del programa de calidad implementado
por el fabricante el último semestre, en la satisfacción de los distribuidores.
Variable: Satisfacción del distribuidor
Dimensiones:
• Satisfacción por los productos
• Satisfacción por los precios
• Satisfacción por el servicio de post venta
Las dimensiones son relevantes al objetivo en la medida en que éste se propone conocer el im-
pacto de un programa de capacitación sobre la satisfacción del cliente (el distribuidor) en dis-
tintos ámbitos que serán, entonces, dimensiones de análisis.
''
424 M•todologl• dt I• lnvestig>ciOn en org¡nluclones . merc,do y socitd•d
Objetivo: Evaluar la relación entre el cumplii;niento de los plazos de entrega por parte del
fabricante., y la satisfacción del distrinuidor. .
Hipótesis: El cumplimiento de los plazos de tntrega por parte del fabricante afianzn la sa-
tisfacción económica del distribuidor y hace más gratificn11te y complaciente su rtlación con
el fabricante.
Variable: Satisracción del distribuidor
Dimensiones:
- Satisfacción económica
- Satisfacción no económica o social
En este caso, la satisfacción económicn podría definirse como "la ev.iluación realizada por un miem-
bro del canal de los resultados económicos fruto de su relación con su socio': y la sarisfacción no eco-
nómica o social como "la evaluación realizada por un miembro del canal de los aspectos psicológicos
.,• de su relación, en la que la interacción con el socio es satisfactoria, gratificante y complaciente~
Un último ejemplo, continuando con la misma variable, pero atend iendo a distintas dimen-
t.· siones en función de los objetivos del estudio podrla ser el siguiente:
't
' ··~ Objetivo: Conocer el grado en que la comu nicación del fabricante con los empleados del
1 distribuidor mejora la satisfacción del distribuidor.
Hipótesis:
¡... - La comunicación del fabricante con ti distribuidor mejora la satisfacción ele los emplea-
,·1 dos del distribuidor
- La satisfacción ele los empleados del canal distrib11idor rep,ercute positivamente en los \
resultados económicos del mismo y por lo tanto en su satisfacción.
Variable: Satisfacción del distribuidor
Dimensiones:
J·:, • Satisfacción de los directivos de la empresa distribuidora en su relación con el fabricante.
¡ • Satisfacción de los empleados administrativos de la empresa distribuidora en su re·
l ]ación con el fabricante.
• Satisfacción del personal de planta de la empresa distribuidora en su relación con el
fabricante.
1'
r
As( como una misma variable puede estudiarse en sus múltiples dimensiones un aspecto o
atributo de un concepto puede considerarse como una variable o como una dimensión de una
; variable de mayor nivel de abstracción, siempre en función de los objetivos e hipótesis de la in· .
11
vestigación. Por ejemplo, en un estud io cuyo objetivo fuera "evaluar la salud de los trabajadores .'
de las empresas ferroqulmicas de la Argentina': la variable salud podrla tener dos dimensiones, '
1 tal como se muestra en la figura 12.9.
1
'I Figura 12.9 Paso 3, Dimensiones. Ejemplo. Dos dim ensiones de la variable salud: salud física
:1 y salud mental
1
l Variable Salud
Dimensiones Salud fuica Salud mental
1
Capitulo XII Ei proceso de mtdi ciOn 425
Pero tam~ién puede ella misma ser una dimen~ión d~ otra variable mayor, como en el ejem-
plo de la vanable ,lesarrollo humano, con la que e¡emplificamos en los pasos anteriores (ver fi-
gura 12.10).
figura 12.1 O La variable que se pretende medir en un estudio puede ser dimensión en otro.
Ejemplo. Salud como dimensión de la variable Desarrollo humarto
Las dimensiones de las variables son tributarias d el momento epistémico. Problema, marco
teórico e hipótesis guían la definición de dimensiones. Y si el trabajo no está hecho, o es defi-
ciente, habrá que revisar marco teórico, objetivos e hipótesis p ara resolverlo.
12.9.4 Paso 4: establecer los indicadores para cada dimensión (definición operacional)
Dar la definición operacional de una variable significa, antes que nada, contextualizar/a, decir
cómo podrlan ser constatadas sus variaciones en cierta situación concreta. En efecto, los indicado-
res se conciben como manifestaciones observables del concepto a medir. La palabra concebir es
adecuada porque nos recuerda que son observables en tanto una teoría los suscita como tales. 19
Precisamente por eso se llaman "indicadores': porque indicnn que un sujeto, situación o evento
debe considerarse como expresión del concepto en la realidad, y en qué medida. El investigador
contextualiza de este modo sus definiciones nominales y en ellas, la teoría del objeto que ha ela-
borado en el. momento epistémico.
Ejemplo 1:
Variable: compromiso social.
Dimensión: compromiso con la universidad.
Indicadores:
O Asiste regularmente.
O Participa en una cátedra.
O Participa en un proyecto institucional.
O Forma parte del gobierno de la universidad.
Ejemplo 2:
Variable: Satisfacción del distribuidor en su relación con el fabricante.
Dimensión: no económica o social.
19 Recordemos el ejemplo que vimos en el capitulo 5 I.A5 fnPOres,s IY: IWESTIGACIÓN, en el que un médico diagnosti-
ca ·anemia": el indicador de anemia -cierta número de glóbulos rojos- está implicado en la definición misma del
concepto de anemia (en tanto éste establece cuántos glóbulos rojos hacen de una persona que esté anémica).
426 Merodologfa de la Investigación en organizaciones. me,cado y sociedad
Indicadores.:
Grado en que el distribuidor aprecia el contacto personal con el fabricante.
Grado en que al distribuidor se siente confiado de trabajar con él
Grado en que el distribuidor considera que el fabricante está dispuestO a intercambiar ideas.
Ejemplo:
Objetivo: describir el patrimonio de competencias (capacidades) distintivas de una orga-
nización.
Para hacerlo se considera un conjunto de competencias distintivas que puede tener una em-
presa. Entre ellas podrían elegirse las siguientes:
,.....,
! '
-~ ~
.... - competencias de gestión de los directivos
fl - capacidad de aprendizaje.
Cada una de las competencias representa una dimensión de las "competencias o capacidades
de la organización". Lo importante aquí, como siempre, es que la operacionalización del concep-
!l1
h
to -en este caso, comperenc:ias- debe ser acorde a la definición nominal, por ejemplo:
ti..,
.,
1, '
empresa en el despliegue d e sus recursos, los cuales se dirigen hacia la realización de ac-
tividades que permitan la consecución d e ciertos objetivos.
Dado que por sí mismas estas capacidades son muy abstractas, será necesario contar con in-
l. 1
'! .: dicadores, que podría n ser definiciones que expliciten las consecuencias que su dominio (la ca-
~
pacidad de ... ) representa para la empresa. As!, si existe una determinada competencia, ésta se
materiafü.ará en la realización de ciertas actividades y en la consecución de ciertos resultados. La
medición se realizará, por ejemplo, buscando indicadores que reflejen las consecuencias o pro-
ductos de cada competencia (cuál es el "producto" o consecuencia concreta de la competencia de
gestión de un directivo especifico en una empresa específica).
Para concluir, retomemos la variable que veníamos siguiendo en cada paso: desarrollo h11rru1110 y
veamos sus indicadom. Para el caso de dicha variable, hablamos visto en las figuras 12.8 y 12.10
tres dimensiones: la posibilidad de q11e el individuo pueda di.sfmtar 1111a vida prolongada y saludable;
la posibilidad de adquirir conocimientos; y la posibilidad de disponer de los recursos materiales nece-
sarios para llevar un nivel de vida aceptable.20 Los indicadores concebidos para cada dimensión son:
Para cuantificar el primer componente, el indicador es lo "cspera01.a de vida al nacer".
20 Barbeito, A. y Lo Vuolo, R. Informe sobre desarrollo humano en la Argentina. Bs. As.: CIEPP - Documentos de
Trabajo, 1993.
p,r
t:,.•
Hipótesis operacionales
Como es natural, al ser operacionalizadas a través de los indicadores las va ri ables van confi-
gurando hipótesis operacionales susceptibles de contrastación emplrica, como lo es la del si-
guiente ejemplo:
Ejemplo:2 t
Un mayor desarrollo en el sistema de administración por calidad permite obtener un mejor de-
sempeño d;I remrso humano y, asimismo, mejores resultados de calidad.
La validación de esta hipótesis exige med ir tres variables:
lt Cabral de la Cruz, G. Análisis de la relación entre el desarrolló del Sistema Administrativo, el desempeño del
Recurso Humano y los resultados de Calidad en empresas maqui/adoras de Monterrey: Casos de Estudio. Mon-
terrey: N. L. (en línea] 1998 http;//vvwW.Kaos.mty.ltesm.mx/casos. (Acceso 12 de octubre 2002].
...
Figura 12.14 Paso 5. Cada indicador puede dar lugar a uno o mas ltem
Una regla muy práctica para construir los ítem es la de tener en cuenta a la vez no sólo el in-
dicador sino también otras dimensiones del indicador mismo (recordemos que éste es también
una variable). Por ejemplo, la variable educaciótt informal, podrá tener como indicador los cur-
sos o estudios realizados diferentes de la primaria o secimdaria y traducirse en una pregunta como
la siguiente: -Ademds de la educación formal, ¿qué otro tipo ele cursos o estudios ha realizado usted?
Sin embargo, existen varios aspectos asociados a la realización de cursos o estudios no forma-
les que pueden traducirse en nuevas preguntas, que enriquecerán el cuestionario brindando ma-
yor información pertinente al indicador. Por ejemplo como vernos en la figura 12.15.
Un ítem puede ser también una listn de chequeo.22 por ejemplo, si se pretende medir la varia-
ble recordación en un comercial, los (tcms serán una lista de elementos del comercial potencial-
mente recordables, como se muestra en la figura 12. l6.
22 Aprendemos a elaborar listas de chequeo en el capitulo l S GulAs o¡ oesERVACION SISTEMÁTICA.
Capitulo XII El p roceso de medición
43
El ítem puede también remitir a una percepción u opinión del sujeto, como en un cuestiona-
rio o en una escala de actitud 23 (ver figura 12.17).
l. -¿Qué piensa Ud. de la polírica agraria del Gobierno de la provincia de Buenos Aires?
O Favorece a los pequefios productores
O No los favorece ni los perjudica
O Perjudica a los pequellos p roductores
2.-Marque con una cruz la posición que considere apropiada
-Desde m punto de vista, las 1111evas medidas impositii•as del gobierno de la provincia pnra el agro...
favorecen In recesi6n-----l------l------l------1- --X---l···-- -1·-·-·---favorecen la reactivación.
Veamos en el próximo ejemplo la elaboración de varios item de escala para evaluar la inten-
sidad con que se manifiesta una variable con;ipuesta_.
Figura 12.18 Paso S. En algunos casos cada indicador es un elemento constitutivo de una va-
riable compuesta
ltem
Para cada pregunta, marcar el número que mejor describa ti grado de importancia que tiene para Ud.
¿Cud11 importante serla para Ud. desarrollar una serie con las siguientes características?
(para nada importante 1 - 2 - 3 - 4 - 5 muy importante)
2 3 4 5
2 3 4 s
c. debería tener tantos elementos de tragedia como de comedia:
2 3 4 s
Los reactivos de datos secundarios 25 contienen items a ser completados con datos recolec-
tados en inve.s tigaciones ya djsponibles, tales como índices de desempleo, esperanza de vida,
producción nacional de soja o número de habitantes de una ciudad, tal como se muestra en
12.20.
O menos de 20.000
O 20.000 a 50.000
O 50001 a 100.000
O 100.001 a 500.000
O más de 500.000
Una vez que se tiene en claro la función del ítem en el instrumento, lo demás depende de ir
incorporando los recursos técnicos y la experiencia necesaria para elaborar dispositivos válidos
y confiables, los cuales generalmente combinan rigor y creatividad.
Nosotros trabajaremos en los correspondientes cap!tulos con items de escalas, de cuestiona-
rio, de plantilla de observación, de pruebas estandarizadas y de análisis de contenido, pero el
ítem que el investigador sea capaz de imaginar en cada caso estará regido siempre por la corres-
pondencia entre éste y el indicador que se pretende evaluar.
"la varilla de cobre, de 0,5 cm de diámetro, se dilató 1 micrón por cada 50 grados de in-
cremento en In temperatura''.
Si el ingeniero que diseña un avión espera que ur,a parte vital del motor que es de cobre se
dilate, sin dudas prefie.re obtener una medida en micrones y no una medida del tipo "un poco"
o "mucho".
434 M,todologl• dr la Investigación on organizaciones, morcado y sociedad
No tiene mucho sentido, es cierto, dar una cifra exacta del estatus social de un grupo de su-
jetos, aunque se haya llegado a ella sumando los puntajes de los distintos indicadores que con-
forman la variable estatus social. Por ello, generalmente cuando un a escala ofrece d[gitos de és-
te tipo se traduce a otra mas acorde con la variable medida. Por ejemplo:
O status alto
O status m edio alto
O status medio
O status medio bajo
O status bajo
Aunque sí puede ser interesante, en cambio, saber que en una muestra de sujetos el 3,56 o/o
tiene un status alto, el 15,5 un estatus medio alto, el 40,9 un status medio, etc. O que el 47,8 de
la población de la Argentina vive debajo de la línea de pobreza, es decir, poder dar un dato pre-
ciso acerca de 17,7. millones de personas, a saber: que no cubren con sus ingresos la canasta bá-
sica para consumo en el hogar.
Además de establecer los indicadores de la variable a medir, las reglas de medición ofrecen es-
te tipo de preci•iuues: las reglas nos dicen en qué medida se presenta 1~ v~riahle. Por ejemplo: si
quisiéramos obtener información sobre la relación con la alimentación que tiene una muestra
de sujetos, podríamos armar una encuesta con preguntas del siguiente tenor:
1. ¿Cuántas frutas come Ud. por día? ____________ _______ _______ ______ __ _
2. ¿Cuál diría que es el porcentaje de carne, en relación a otras comidas, que Ud. ingiere
semanalmente? ____________________ ___ _____ _____ _____ ____ _____ _______ ___ _
Como respuesta, obtendríamos en ambos casos un número: las frutas diarias consumidas o
el porcentaje semanal de ingest:1 de carnes. En cambio si,,¡uisiéramos obtener información so-
bre la forma en que esas personas se perciben a si mismas en su relación con la comida, podría-
mos pedirles a los mismos sujetos que se definan (clasifiquen) en su relación con 1~ comida:
Razón O Absoluto
Interva lo Distancia
Ordinal Relación de orden
Nomin al Relación de identidad
De acuerdo con el nivel de medición en que esté m edida una variable, podrán realizarse dife-
rentes tipos de operaciones en el momento del análisis. Como se verá más adelante,26 no son las
mismas pruebas es tadísticas las que se pueden apl.icar a una variable nominal q ue a una de co-
ciente o razón, etc.
1. Escalas nominales
Son aquellas en que sólo se manifiesta una equivalencia de categorías entre los diferentes pun-
tos que asume la variable. Es como una l.ista simple de las diferentes posiciones que puede adop-
tar la variable, sin que en ella se defina algún tipo de orden o relación. Si en una investigación
sobre producción agrícola queremos determinar los cereales que se cultivan en una cierta región,
tendremos una variable qtie se designará "cereal cultivado". Los distintos valores que esa varia-
ble reconoce serán: trigo, maiz, centeno, etc. Entre estos valores, no cabe. -obviame nte- ninguna
jerarquía, no se puede trazar ningún ordenamiento. Sin embargo, a la enunciación explícita de
todas esas posibilidades la consideramos como una escala, pues establece una comparación en
función se algún criterio que permite hacer una clasificación.
Utilizamos escalas nominales cuando pretendemos clasificar la los individuos según el sexo,
la ocupación, el estado civil, los productos que co nsumen d e la canasta familiar o la Teligión.
2. facalas ordinales
En las escalas ordinales, además de la bomogeneidad y la diferenciabilidad entre categorias
que señalamos para las nominales, importa el orden en que se disponen. Los diferentes valores
de la variable se distinguen jerarquizándolos simplemente d e acuerdo con un rango. Se es table-
ce que existe una gradación entre uno y otro valor de la escala, de tal modo que cualquiera de
ellos es mayor que el precedente y menor que el que le sigue a continuación. Sin embargo, la dis-
tancia entre un valor y otro no queda definida sino indeterminada. Por ejemplo, estamos utili-
zando una escala de tipo ordinal cuando ordenamos a los sujetos por su nivel educat ivo, en per-
sonas con nivel alto, medio y bajo.
Una expresión típica para este tipo d e variables es A es mayor que B (en este caso, nivel edu-
cativo medio es mayor que nivel educativo bajo). El problema es que no contamos con una uni-
dad de medida que nos permita precisar cuántas unidades de más tiene 'A' con respecto a 'B', de
tal forma que si le agrego a 'B' esta diferencia obtenga·~ Es decir, la distancia entre un valor y
otro no queda definida sino que es indeterminada; tales escalas esclarecen solamente el rango
que las distintas posiciones guardan entre sí.
Podriamos preguntamos por el grado de exactitud que se espera de estas mediciones ordina-
les; es nuestro criterio que lo más importante es la claridad en cuanto a la ubicación de las cate-
gorías. Si el problema es ordenar un conjunto de necesidades de una población, wu la finalidad
de atender antes la primera y luego a las demás, nos bastará simplemente con saber el orden de
prioridades, sin importarnos la equidistancia entre una categoria y otra. Para tomar una deci- "°·
sión asl, probablemente no nos interese buscar los "grados de necesidades''.
Si en una encuesta realizada por una compañia de transporte público se pregunta a los pasa- ·;_
jeros -¿Cómo calificarla Ud. al chofer de esta 1111idad?, podría asignarse al ltcm un nivel de medi- , ..
ción ordinal que establezca las opciones de respuesta como se ve en la figura 12.23. ~~
és tos deben ser iguales entre sí. Toda escala que tenga intervalos iguales se llama escala métTica. i;'
Los intervalos de la escala se deben e~tableccr de ocuerdo a un critt:rio lógico. Un intervalo es sig- ~
nificativo y debe ocurrir cuando, al producirse un cambio cuantitativo, se produce simultánea- 1
mente un cambio cualitativo. ;r
.i
Capítulo XII El p t OC'!$O dt medición 437
Un ejemplo típico de las escalas de intervalos iguales son las escalas termométr icas. Entre 20•
y 25° C, por ejemplo, existe la misma diferencia que entre 35° y SO• C. Mucbas otras escalas, co-
mo las que se utilizan en los tests psicológicos y de rendimiento, pertenecen a este tipo. La limi-
tación que poseen es que no definen un cero absoluto, un valor limite que exprese realmente la
ausencia completa de la cualidad medida. Por ello no se pueden establecer equivalencias mate-
máticas como las de proporcionalidad: no podr ía decirse que 30° Ces el doble de tem pern tura
que 15° C, porque el cero de la escala es un valor arbitrario y no se corresponde con la ausencia
absoluta de la variable que se mide (0° C no significa que no haya temperatura).
Es dificil encontrar en las ciencias sociales objetos de estudio cien tífico a los cuales podamos
aportarles explicaciones en términos de escalas de intervalos. Entre otras razones, por la dificul -
tad de definir unidades b ásicas, y porque de las variables no resultan siempre u na correlación li-
neal. Muchas veces, mediciones utilizadas en el estudio del comportamiento (como las escalas de
actitud u opinión) son tratadas como si fueran intervalares, para así poder utiliza r las operacio-
nes aritméticas básicas que este tipo de escala permite realizar. Sin embargo, algunos investiga -
dores no concuerdan con este procedimiento y optan por considerarlas simplemente ord inales.
4. Escalas de cocientes.
Llamadas también de razones, en ellas se conservan todas las propiedades requeridas para los ca-
sos anteriores pero se añade la e.xistencia de un valor cero absoluto. En las escalas interva)ares, el ce-
ro (arbitrario) no corresponde a la ausencia de la magnitud; en las escalas de cociente, en cambio,
el cero (absoluto) es real: cero hijos no es un valor relativo sino que sign ifica ausencia de hijos.
Esto hace posible la realización d e ciertas operaciones matemáticas con los valores que ad-
quiere la variable tales como la obtención de proporciones y cocien tes. Es d ecir, un valor de 20
en una escala de este tipo es el doble d e un valor de 10, o d e las dos terceras panes de 30. Son es-
calas de cocientes las que miden la longitud, la masa, la intensidad de la corriente eléctrica y otras
variables del mundo físico. Difícilmente las escalas que intervienen en las ciencias sociales son
medidas con escalas d e razones, ya que son contados los casos e n que dicbas variables pueden
ser definidas con la exactitud y la precisión necesarias, y difícilmente podría identificarse su au-
sencia real -asigna rles un cero ab soluto- p ues en general sus valores se consigue n establecer por
comparación con otros valores. La economla y la demografía son, entre estas disciplinas, las que
más utilizan escalas de razones. En los estudios de mercado también se utilizan para medir va-
riables como cuota de mercado, ventas, ingresos, productividad, número d e vendedores, etc.
Si, por ejemplo, queremos medir el grado d e exposicion a la televisió n, podríamos preg~ntar
-¿Cuántas horas mira televisión a In semana? El nivel de medición de este !tem podría ser de ra-
zón y determinar las ca tegorías como en la figura 10. En este caso, el O n o es relativo sino abso-
luto: significa "ninguna h ora".
El cuadro de la figura 12.25 resume las características de cada uno de los cuatro niveles de me-
dición y aporta algunos ejemplo generales y de investigación de mercado
-Relación de igualdad.
s:-
$ .,
i
Oc intervalos iguales -Diferencia de los objetos -Temperatura -Actitudes
,1( ¡
en cantidad (Fahrenheit, Cclsius) -Opiniones
-Relación de distancia. -El rendimiento -Números en un índice ~; i
-Relación de orden académico {medido ,.;:r t
-Relación de igualdad en el rango de O a 10) ·t._\
-El punto cero es arbitrario :.-1i ·~
-Existencia de un cero real -Longitud -Ingreso
De cocientes o -El punto cero es fijo -Peso -Costos
rnoncs -Pueden calcularse las -Ventas
relaciones de los valores -Participación en
de la escala. el mercado
Para establecer correctamente la escala de medición de una variable, las distintas categorías >::':
.;i;
que !a componen deben cumplir con dos requisitos fundamentales: .,
Variable: Edad
0 35--40
0 40-45
0 45-50
En la figura 12.27, se muestra un caso de error debido a la imprecisión de las categorías. Aquí
no se cumple el requisito de exclusividad dado que un sujeto argentino es a la vez sudamerica-
no y, por lo tanto, debería contarse en ambas categorfas.
Variable: Origen
O Italiano
O Argentino
O Español
O Ruso
O Sudamericano
b. Ser exhaustivas.
En las categorías deben poder ubicarse todos los valores posibles de la variable que se va a
medir. En el caso en que resulte dificil construir una e.sc;.la con tod as las posibilidades, será pre-
ciso agregar el código "otros" para resumir allí toda la información que no sea correcto ubicar
en las restantes posiciones, como se ve en la figura 12.28.
La respués ta que otorgue el informante debe p oder ser siempre encasillada en alguna d e las
categorías pr~puestas.
habrá que codificar el instrumento, de modo tal que, tra11sformad11 cada respuesta en nrímeros, pue-
da realiznrsc luego una matriz de datos que contenga toda la i11formaci611 recopilada. En este paso,
el investigador habrá de decidir cuáles s::rán las claves que podrá usar como códigos para la cap-
tura de los datos y deberá acometer el tedioso trabajo de crear el catálogo de claves o libro de có-
digos para, posteriormente asignar a cada respuesta la clave que corresponda.
Los valores y catcgorias de las variables pueden ser codificados antes o d espués de que
el instrumento sea aplicado, según sean las preguntas cerradas o abiertas respectivamen-
te. Cuando !ns preguntas son nbiertas, no es posible codificar a priori las categorlas por-
que las respuestas son impredecibles. En estos casos, la codificación debe realizarse en fun -
c ión de lo respondido, como se explica más adelante en el capitulo 14. Por ejemplo, en una
pregunta abierta que indague sobre la opinión de los consumidores con respecto a un nue-
vo producto, los distintos entrevistados formularán sus respuestas con sus propias pala-
bras y luego habrá que clasificarlas de modo tal que quede establecido un numero fijo de
categorlas con opiniones más salientes para, recién entonces, codificarlas. En este aparta-
do nos dedicaremos al proceso de cod ificación previa, que se realiza sobre el instrumento
de medición.
La codificación consiste en otorgarle a cada una de las categorías de los ltems o variables un
valor numérico que los represente. En la figura 12.29 vemos un ejemplo en el que cada una de
las opciones de respuesta a la pregunta -¿Está de acuerdo co11 el nuevo plan económico presentado
por el gobierno? es codificada mediante la asignación de un número del 1 al S.
Se codifica
5= Totnlmcntc de acuerdo
4 = De acuerdo
3= Ni de acuerdo, ni en desJcucrdo
2= En des2cucrdo
1= Totalmente en desacuerdo
Es posible que alguna persona no desee contestar una pregunta, conteste incorrectamente o
por alguna razón no pueda registrarse la información. ¿Cómo codificamos esto? Lo que habi-
tualmente se hace en estos casos es c1ear categorías de "valores perdidos" y otorgarles valores. A
estas categorlas deben asignarse números que no representen ninguna otra categoria de respues-
ta para que no se preste a confusión, como se ve en la figura 12.30.
Ca pllulo XII El p rocuo d e medición 441
1= Siempre
2=A veces
3= Casi nunca
4: Nunca
9= No sabe/no contesta
Una vez codificados los datos, es preciso elaborar un libro de códigos que servirá de guia para
la interpretación de los datos durante el análisis. En el libro de códigos deben incluirse las varia-
bles con sus respectivas categorlas y subcategorlas, los códigos otorgados a cada una de ellas y las
columnas en que se v.in a ubicar en la matriz de datos.
La figura 12.3 l es un ejemplo de libro de códigos para una encuesta realizada a 50 personas.
Género varón 1 3
mujer 2
Utilización de Internet si 1 5
no 2
Una vez codificados, los datos que hayamos recolectado con nuestro instrumento de medición
deben volcarse en una matriz ele datos para poder ser anali7..ados. Para esto es que nos servirá el ¡¡.
bro de códigos, que indica a qué columna corresponde cada variable y qué valor corresponde a ca-
da categoría. Sin este "decodificador': la matriz de datos carece de sentido. Cada fila de la matriz d e
datos representa un caso o sujeto diferente, y en cada columna se ubica una variable distinta.
Una vez confeccionada la matri1, los datos obtenidos tras la recolección se "vuelcan" en ella, has·
ta completar todos los casilleros de l:i hoja de tabulación. Esta tarea debe ser rea!i1.ada con mucho
cuidado, porque no es dificil confundir~ y alterar así los resultados. El procedimiento que a par·
Lir de aqul se abre será desarrollado m'.15 adelante, en el capitulo 18 PROCESAMIENTO, ANAUslS E I N-
TERPRETAOÓN DE LOS DAiOS. ./
442 Metodologia de la tnvestigaclón en organizaciones. rne,cad o y sociedad
21 Jeréz Gómez, P.; e t al. lil capacidad de aprendizaje organizativo. Universidad de Almería.- Opto. de Dirección
y Gestión de Empresas. Espal'la, 2003. Investigación adaptada con fines didácticos.
28 "Aprendizaje organizacional": variable con la que trabajamos en los capítulos 3, 4 y 5. Se trata siempre de la
variable.aprendizaje organizacional, pero tomada de diferentes investigaciones.
29 Jeréz Gómez, P. et al. op. cit.
Capítulo XII El proceso d e medición 443
Las dimensiones del concepto aprendizaje organizacional tal como aparecen en el Dimensiones
marco teórico de la investigación
La revisión de la literatu.ra nos lleva a establecer que el desarrollo efectivo de esta ca- Compromiso
pacidad de aprendizaje requiere, por un lado, un fuerte respaldo por parte de la direc- directivo
ción de la empresa {Sta ta, 1989; Garvin, 1993). La dirección debe liderar el proceso, ha-
ciendo evidente su apoyo e involucrando a todo el personal {Williams, 2001).
Por otro lado, requiere la e.'Cistencia de una conciencia colectiva, que permita ver a la Visión de sistema
empresa como un sistema en el que cada elemento debe hacer su aporte para obte-
ner un resultado satisfactorio {De Geus, 1988; Senge, 1990}. Sin una visión campar-
tida, los individuos no persiguen objetivos comunes y las acciones individuales no
contribuyen al aprendizaje de la organización (Kim, 1993).
También es necesario tener en cuenta que la clave del aprendizaje organizativo está en Transferencia e
el desarrollo de conocimiento ºJianiiativo, en base a la transferencia e integración de integración de
los conocimientos adquiridos in ividualmente {Non::ika y Takeuchi, 1995). La creación conocimienm
de un cuerpo de conocimiento organizativo, inmerso en las rutinas y procesos de tra-
bajo, resulta fundamental para garant izar el aprendizaje continuo de la organización,
independientemente de los individuos que la integran (Daft y Weick, 1984).
Por último, para que la capacidad de aprendi7.aje pueda ser fuente de heterogeneidad entre Apertura y expe-
empresas, no basta con la mera adaptación a los cambios dentro del marco establecido, rimentación
pues la adaptación es una respuesta inadecuada en el actual entorno competitivo (Hedberg,
r
1981; McGiJI Slocum, 1993). La empresa debe ir más allá de un aprendizaje adaptativo y
centrarse en e nivel de aprendizaje necesario para cuestionar el sistema organizativo vigen-
te y, en su caso, hacer cambios en busca de sistemas alternativos más innovadores y flexi-
bles, es decir en el aprendizaje generativo (Senge, 1990). Aprendizaje que requiere una
mentalidad abierta a nuevas ideas y una alta dosis de elCp<'rimentadón {1.eonard 1992).
Fuente: Jerez Gómez, P, José Céspedes Lorente, Ramón Valle Cabrera. Adaptación a,
30 lbid.
)1 lbid .
44·1 Me todologia d e la lnvts<tga<i6n en org anizaciones, mercado y $Ocied;;td
Dimensión Los indicadores tal como están desarrollados en el marco teórico Indicadores
Compromiso La dirección debe reconocer la relevancia del aprendizaje y apoyar· Grado en que:
Directivo lo. El compromiso supone, a un nivel más detallado, que la direc- 1. La Dirección in-
ción debe articular uoa visión estratégica del aprendizaje, haciendo volucra aJ personal
del mismo un elemento central y visible y una herramienta valiosa en las decisiones.
que influye sobre la obtención de beneficios a largo plazo. Asimis- 2. La Dirección es
mo, la dirección debe conseguir q ue el personal de la empresa com- partidaria de hacer
prenda la importancia dd aprendizaje y se involucre en su cense- cambios.
cuci6n, al considerarse parte activ:i del éxito de la empresa (Slater y 3. El aprendizaje es
Narver, 1995). Desde este punto de vista, se habla de liderazgo com- considerado como
partido o comunidades de Uderes (Senge, 1997) Finalmente, la di- factor clave para la
recci6n debe liderar el proceso de cambio, asumiendo la responsa- dirección.
bilídad de crear una organización capaz de regenerarse y enfrentar- 4. La Dirección re-
se a nuevos retos (Lei et al., 1999). Para ello deberá valorar las ideas compensa las ideas
innovadoras y eliminar viejas creencias y modelos mentales. innovadoras.
Visión de sistc- La visión de sistema supone unir a los miembros de la organiza- Grado en que:
ma ción en torno a una identidad y una aspiración comu nes ( Sin- 1. Existe un conocí-
kula, 1994). Desde este punto de vista, los diferentes individuos, miento generaliza-
departamentos y áreas que in tegran la empresa deben tener una do de los objetivos
visión clara de los objetivos organizativos y comprender cómo organizativos.
pueden contribuir a su desarrollo (Hult y Ferrcll, 1997; Lei et al., 2. Hay un aporte
1999). El aprendizaje organizativo, al implicar conocimientos, genera I al logro de
percepciones y creencias compartidas (Senge, 1990), vendrá Ji- los objetivos.
mitado por la existencia de una acción conjunta de todos los in -
dividuos involucrados en el proceso.
Apertura y El aprendizaje organizacional tal como lo hemos definido re- Grado en q11e:
experimenta - quiere la existencia de un dima de apertura que permita la en- 1. Se fomenta la in·
ción trad~ de nuevas ideas y puntos de vista, tanto internos como ex- novación y la cxpe·
ternos, posibilitando la constante renovación, ampliación y me- rimentación.
jo ra de los conocimientos individuales (Leonard-Barton,1992; 2. Se hace un seguí-
Slocum et al., 1994). La aper tura a nuevas ideas, gcnera_¡las den- miento de otras
tro o fuera de la organizac.ión, favorece la experimentación, as- empresas del sector.
pecto fundamental para el aprendizaje generativo, pues implica 3. Se utilizan fucn-
la búsqueda de soluciones innovadoras y flexibles a los proble- tes externas de in·
mas actu ales y futuros, basadas en el posible uso de d istintos mé• formación .
todos y procedimientos (Leo nard-Ba rton, 1992¡ Garvin, 1993). 4. La cultura es
La experimentación requiere la existencia de una cultura que fo. abierta a sugeren·
mente la creatividad, la capacidad emprendedOr'J y la disposi - cias )' opiniones.
ción para asumir riesgos controlados.
;',:.
Capl tu lo XII El p1oceso d e tnedíci ón 445
fuen te: Jerez Gómez, P, José Céspedes L-Orente, Ramón Valle Cabrera. Adaptación 3 2
12.9.8.1 Confiabilidad
Cabe confiar en un instrumento cuando produce constantemente los mismos resultados al
apl icarlo a u na m isma muestra, es decir, cuando siempre los mismos objetos aparecen valorados
eu la misma forma. En términos generales, algo confiable tendrá en el futuro u n comportamien -
to similar al que tuvo en el pasado : el subterráneo que tomo a la 7:20 es confiable en la medida
32lbid.
446 M<1odolog ra dt la lnvestí91ción ,n organiuclones. m,rcado y socltdad
en que todas las marianas pasa a la misma hora. De igual modo, si la misma balanza hoy infor-
ma que un sujeto pesa 55 kg., mañana 58 kg. y pasado 51 kg., es un instrumento poco couliable.
Confiabilidad significa, entonces, estabilidad, consistencia o predictibilidad de los resultados.
Figura 12.36 Ejemplo integrado. Pasos 5, 6 y 7. Indicodores e ítems codificados
Dimensión
Indicadores
APERTURA Y EXPERIMENTACIÓN
ltems:
.
'•'.
Grado en que ... Por favor, marque con 1111n cruz el mimtro que considere adecuado n la siruaci6n en
m trabajo
(1) Muy de acuerdo (2) De acuerdo (3) Ni de acuerdo ni en desacuerdo
(4) En des3cuerdo (5) Muy en des3cuerdo
1. Hay transfc- 1.1 -Contamos con mecanismos para transferir a 01ra.1 áreas la información que
rencia e integra- manejamos.
ción de ( 1) (2) (3) ( 4) ( 5)
conocimiento 1.2 -En nuestro sector hay recursos para integrar la información que producimos.
( 1) (2) (3) ( 4) ( 5)
1.3 -En nuestro sector integramos información que nos llega de otras ~reas.
(1) (2) ( 3) (4) ( 5)
1.4 -Recibimos capacitación adecuada para manejar información.
(1) ( 2) ( 3) ( 4) {5)
2. Se discuten y 2. 1 -Discutir positiva mente los errores cometidos forma parte de nuestra rutina.
anali~n los (1) ( 2 l (3 l ( 4) ( 5)
errores
3. Hay comuoi- 3. 1 -La comunicación con otros sectores de la comp211la es fluida.
eación in tema ( 1) (2) (3) ( 4) ( 5 )
3 .2 -En esta compa nla disponemos de mecanismos para elevar inqu ietudes hacia
los niveles superiores.
( 1) ( 2) ( 3) (4) es>
3.3 -Generalmente, recibimos respuesta de la gerencia a nuestras inquietudes.
(1) ( 2) ( 3) (4) ( 5)
3.4 -En mi sector nos reunimos con la frecuencia necesaria para resolver los pro-
blcmas.
(1) ( 2) {3) { 4) ( 5)
3.5 Marque con una cruz. los dispositivos para comunicarse dentro de la compa ñía
a los que Ud. tiene acceso:
(1) carteleras {2) memos (3) teléfono (4) Intranet (5) revista interna
(6) buzón de sugerencias
Fuente: Jera Gómez., P. José aspedes Lorente, Ramón Valle Cabrera. Adaptación.33
33 lbid.
Capítu lo XII El pr oceso d• m edición 447
Pero esta constancia no es nunca perfecta. El hecho de que puedan existir ligeras variaciones
debidas al azar no compromete la confiabilidad d el instrumento de medida, siempre que esas va-
: !,
riaciones sean poco significativas. En la confiabilidad, la constancia o la var iabilidad en los resul-
·tados depende de la fiabilidad del instrnmento mismo, no del sujeto. Por ejemplo si el instrumen-
to tiene una consigna de aplicación ambigua, podrá ser aplicado de m anera distinta y los resulta-
dos podrán ser diferentes. La confiabilidad es la exactitud o precisión del instrumento de medición.
Si decimos, entonces, que confiabilidad es igual a fiabilidad, consistencia, fidelidad, etc., no es
difícil arriba r a la conclusión de que para aumentar la confiabilidad de una medición hay que
reducir su error. Y para reducir el error de una medición y a umentar la confiabilidad, podemos
seguir las siguientes recomendaciones de Salkind:34
•Eliminarlos reactivos poco claros, ya que no resulr-an confiables dado que algunas personas lo in-
·terpretarán de una manera y otras de modo diferente.
• Incrementar el número de reactivos u observaciones, dado que cuanto más amplia sea la muestra
del universo de conductas que se está invest igando, mayor probabilidad habrá de que la muest ra
sea representativa y confiable.
• Estandarizar las condiciones en las que se administra la pru eba. Es decir, garantizar que todos los
sujetos se expongan a la prueba bajo el mismo clima, nivel de ruidos y ambientación, para que es-
tos factores no sean motivo de reacciones diferentes.
· Moderar el grado de dificultad de las pruebas, dado que si resultara demasiado fácil o demasiado
dificil no reflejará con exactitud el desempeño del sujeto.
· Estandari.i ar los formularios o instrucciones, para que todos tengan exactamente las mismas con-
signas.
· Generar procedimientos coherentes de evaluación, para que la corrección de todos los exámenes
b'Uarde criterios consistentes.
• Minimizar los efectos de sucesos externos. Esto es, si ocurriera un suceso extraordinariam ente im-
portante en fecha cercana al momento en que se administra la prueba, como por ejemplo las elec-
ciones nacionales, la renuncia de un funcionario muy importante o la proximidad de vacaciones
de invierno, debe posponerse la evaluación. Estos sucesos pueden muy probablemente acaparar la
atención en desmedro del real desempeño.
12.9.8 .2 Validez
La validez indica la capacidad de un instrumento par~ medir las cualidades para las cuales ha
sido construido. Un instrumento confuso no puede tener validez; como así tampoco uno que es-
té midiendo, a la vez e indiscriminadamente, distintas variables superpuestas. Un instrumento
tiene validez cuando verdaderamente mide lo que afirma m edir.
Siguien do a Kerlinger,35 podemos afirmar que el tema de la validez es complejo, sujeto a coo-
troversü:. s y en extremo importante para la investigación social. Es posible estudiar la confiabili-
dad sin inquirir el significado de las variables; sin embargo no se puede estudiar la validez sin
examinar tarde o tempra no la naturale1.a y el significado de las variables.
Cuando lo que se está midiendo son ciertas p ropiedades físicas )' atributos de relativa senci -
llez en las personas, la validez no es un gran problema. De hecho, suele existir una congruencia
,:. ,
448 Metodologfa de la Investigación en o rganizaclone~. mercado y sociedad
Tipos de validez
Existen diferentes tipos de validez, para una prueba o una herramienta de evaluación. En la
figura 12.37 vemos una clasificación con los distintos tipos de validez, su sign ificado y el mo do
en que se establece.
2. Validez. de criterio
La validez de crittrio es una medida que establece la validez de un instrumento comparándo-
la con un criterio externo. Es decir, mide hasta qué punto una prueba estima el desempeño ac-
tual (validez cor1curre11te) as! como qué tan bien predice el desempeflo futuro (validez predictÍ·
va) utilizando un criterio determinado como medida de confirmación.
Por ejemplo, si quisiéramos investigar el uso de las calificaciones en los cursos de posgrado pa-
ra predecir cuáles de los integrantes del programa de antropología social van a tener mucho éxi-
to como investigadores, ubicaríamos una mue$tra de "buenos investigadores" (tomando como
criterio de "buenos" a la cantidad de artículos publicados en revistas científicas en los últimos 1O
años) y luego averiguaríamos las calificaciones que estos científicos obtuvieron en el posgrado y
podríamos verificar qué grado de predicción de su condición de "bueno" han tenido sus califica-
ciones en el posgrado. Claro que d eberíamos también ubicar una muestra de "investigadores ma-
los'; con el criterio de los que han publicado muy pocos'o ningún artículo, y d eterm inar qu! tan
bien las calificaciones en sus estudios de posgrado predijeron su pertenencia al grupo de los "ma-
los'~ En este ejemplo, las calificaciones tendrían validez predictiva si dichas calificaciones (la
prueba) tienen una buena cor relación con el desempeño como investigador (el criterio).
El gran problema que se pla.ntca aquí es cómo definir el criterio. Siguiendo con el caso, un in-
vestigador puede haber escrito muchísimos articulos para publicaciones irrelevantes y ser tenido
como "bueno" frente a otro "malo" que ha escrito solamente dos o tres papers aceptados, no obs-
tante, por la publicación más prestigiosa y que generaron una corriente original de pensa miento.
En otras palabras, la validez de constructo es el grado en que los resultados de una prueba se
relacionan con constructos subyacentes, lo cual implica la deconstrucción o camino inverso al
realizado para elaborar el instrumento.
Iden tifiquemos entonces algunas maneras de establecer esta clase de validez.
En primer lugar, podemos buscar la correlación entre la prueba que estamos creando y algu-
na otra, ya establecida, para la que haya sido demostrada la validez de constructo.
En segundo lugar, podemos demostrar que los puntajes de la prueba que se está disefiando
serán diferentes entre grupos de personas que poseen y/o carecen de ciertas características o ras-
gos. Por ejemplo, si estamos desarrollando una prueba de inteligentia abstracta, tal vez desearía-
mos comparar los resultados de esas pruebas para estudiantes de matemática y estudiantes de
educación física esperando que exista una correlación más positiva con los primeros que con los
segundos. En tercer lugar, podemos verificar la congruen,cia entre los requisitos de tarea de los
reactivos y la teorfa en base a la cual se diseñó la prueba. En cada alternativa te nemos mayor con-
fianza en la validez de constructo cuanto más resultados se correlacionan positivamente en con-
cordancia con las relaciones teóricas establecidas en el marco teórico y en estudios previos. ·
IDH
En el ejemplo de desarrollo humano el indice no sólo resume mucha información en una so-
la cifra, sino que además es utilizado para compensar estadísticamente la inestabilidad de las res-
puestas. Por ejemplo si durante alguna prueba el suje,o se desconcentra por alguna razón, )os re-
sultados pueden verse afectados; en el indice se compensan esos resultados con otras pruebas
donde el sujeto logró mayor concentracíón y los resultados fueron buenos.
1. Buscar una equivalencia numérica dentro de la escala que hemos construido para ca-
da indicador.
2. Evaluar las escalas y de ser necesario iguala.las entre sl
3. Ponderar los indicadores
4. Calcular el índice
Veamos cada una de ellas construyendo, como ejemplo, un índice de condiciones de trabajo.
1. Buscar una equivalencia numérica dentro de la escala que hemos construido para cada in-
dicador.
Consideremos primero la escala construida para cada ítem.
A cada una de las categorías le habremos asignado un concepto que permita ordenarlas. Por
ejemplo, si pretendemos medir el nivel de control bajo el cual trabaja una organización, bien po-
dríamos haber diferenciado tres dimensiones: control de personas, control de procesos y control
de materiales. Para esta última dimensión, un indicador podría ser "frecuencia de auditoria de
stock"; el (tem correspondiente. -¿Cuán a menudo se lleva a cabo una auditoria sobre el stock?, y
finalmente sus categorías:
Frecuencia baja
Frecuencia media
Frecuencia alta
Estas denominaciones son claramente arbitrarias: dependen del criterio del in vestigador y del
marco teórico de la investigación lo cual significa que pueden variar en función de cómo se
aborde el tema.
Tenemos ahora las escalas, una para cada indicador, que son capaces de discriminar las con-
ductas de acuerdo con si tuaciones típicas, señaladas por los conceptos teóricos que establecen
cuándo la frecuencia para controlar el stock de una empresa debe ser considerada alta, media o
baja. Hasta aquí nada nuevo.
Ya podemos buscar una equ.ivalencia numérica para nuestra escala; para esto, otorgamos un
'1.52 Mttodologfa de I• lnvestig•ción en or9aniucionu, me,udo y socltded
Figura 12.39 Paso 9. {ndices. Ejemplo d e escala única para todos los indicadores
Pero, ¿qué sucede si las escalas son diferentes? En ese caso, habrá que igualarlas cambiando el
valor numérico de los puntajes originales por unos equivalen tes que varíen dentro de un mismo
rango, igual para todos los indicadores (de O a 10 o de O a 100, por ejemplo).
Para igualar las esenias, conviene tomar un valor único, con el que haremos coincidir e.1má-
ximo de cada una de ellas. Entonces, una escala que tenla un máximo de 7 puntos, tendrá aho-
ra un máximo de 10 o de 100; mientras que su mlnimo seguirá siendo el valor O. El punto inter-
medio hallado será, proporcionalmen te, de 5 ó SO en la escala.
Consideremos ahora un ejemplo en el cual se pone en práctica este procedimiento y que nos
resultará, además, útil para comprender todos los pasos anteriores.
Ejemplo:
El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales de Espaf\a publica cada año una encuesta de Ca-
lidad de Vida en el Trabajo (ECVT), cuyo objetivo es describir la situación de los trabajadores en
el mercado laboral espaf1ol, asl como sus actitudes y sus valores ante el empleo. La investigación
estudia una serie de variables que integran en un Indice general, los indices parciales que se ob·
tienen para cada dimensión.
Consideremos con fines ilustrativos el indice correspondiente a la dimensión condiciones tle
tmbajo. Cada indicador tiene un o o más items que permiten recolectar los datos y luego clabo·
rar el indice para cada trabajador. El ltem para el indicador ritmo de tmbajo seda como se ve en
la figura 12.40.
,
Ca pi tulo XII El proceso de medición 4S]
figura 12.40 Paso 10. fndice. Ejemplo: índice de calidad de vida e11 el trabajo [
Los ítems que se le presentan al trabajador para la dimensión condiciones de trabajo recogen
datos para los siguientes indicadores: ritmo de trabajo, apoyo de sus pares, trabajo diurno, esta-
bilidad del horario, tiempo de desplaza miento casa- trabajo, abun-imiento, cansancio al fi nalizar
la jornada, esfuerzo físico, estrés y condiciones peligrosas.
Observem os que en nuestro ejemplo hay 5 o pciones de resp uesta. El trabajador obtendrá un
punto en este item solamente si responde ªnunca''.
La regla para construir el índ ice cuando el trabajador respo nda el ítem del cuestionario, es la
siguiente:
, ocupados que responden que nunca trabajan al ritmo de una máquina: se les otor-
ga un punto. (v: ritmo de trabajo)
• ocupados que contestan trabajar en grupo: se les otorga un punto. (v: apoyo de pares)
· ocupados que declaran no realizar trabajos nocturnos: se les otorga un punto. (v:
trabajo diurno)
• ocupados que responden no trabajar por turnos: se les otorga un punto. (v: estabi-
lidad del horario)
· ocupados que ma ni fiestan tardar menos de 45 minutos en el desplazamiento casa-
trabajo: se les otorga un punto. (v: tiempo de despla2anien to casa-trabajo)
• ocupados que contestan que no se aburren haciendo su trabajo: se les otorga un
punto. (v: aburrimiento)
• ocupados que declaran q ue no vuelven a casa demasiado cansados: se les otorga un
punto. (v: cansancio al finalizar la jornada)
, ocupados que responden que no tienen que hacer grandes esfuerzos fisicos en su tra-
bajo: se les otorga un punto.(v: esfuerzo físico)
· ocupados que manifiestan que el trabajo que realizan no es estresante: se les otorga
un punto. (v: estrés) · .
, Ocupados q ue contestan que no trabajan en co ndicio nes peligrosas: se les otorga un
punto.(v: condiciones peligrosas)
El índice así elaborado puede varia r entre O y 10 pu ntos que se distribuyen de este modo:
Puntos Niveles
o Muv malas condiciones de trabaio
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10 Muy buenas condicio nes de trabajo
'\1
4S4 Metodología de la ln veslig ación en organizaciones, mercado y sociedad
~
·r:
·,"
.:~
•'
Si la cantidad de ítems fuera diferente en cada dimensión, entonces habría que buscar un i'no- .:\:
·:•
do de normalizarlos a todos. Si, además de nuestro ejemplo de diez items numerados del 1 al 10, ,,
hubiera otros numerados, por ejemplo, del I al 7, entonces el índice así elaborado variaría entre :<'
O y 7 puntos. En tal caso, el índice se normaliza para que varíe de O a 10: se divide por el valor
más alto (en este caso, 7) y se multiplica por 10. En el ejemplo de la figura 12.41 vemos un item
para la d imensión "orgullo en e,\, trabajo" siempre dentro del índice general "calidad de vida en
el trabajo''. Los puntos que suma la dimensión son S y no 10 como en la anterior, por lo tanto
habrá que normalizarlos.
Figura 12.41 Paso 9. lo dices. Normalización. Ejemplo: indice de calidad de vida en el trabajo
Puntos Niveles
o Muv baio orn:ullo en el trabaio
1
2
3
4
5 Muv nito orimllo en el trabaio
Este indice se normaliza para que varíe de Oa 10, al igual que el índke de condiciones de traba-
jo. Para ~accr esto, el índice se divide por el valor más alto (en este caso, S) y se multiplica por 10.
importantes un valor (o coeficiente de ponderaci6n) mayor que a los menos importa ntes. Esta va-
' .= loración debe corresponderse con el m arco teórico elaborado para la investigación. Por ejemplo,
si estuviéramos elabonindo un índice de competitividad para los hoteles, podríamos otorgar dis-
tinto "peso" a cada indicador, según sea más o menos representa tivo de la variable a medir. Pa-
ra esto, podríamos asociar una puntuación a los indicadores (ponderarlos) que varíe, por ejem-
plo, de uno a tres puntos; y donde "uno" signifique baja o ligera representatividad del indicador;
"dos': moderada representatividad; y "tres", alta representatividad. En la figura 12.42 se presen-
tan los indicadores ponderados.
4. Calcular el índice
Analizada la manera en que se elabora un índice, es hora de ver cómo se realiza el cálculo fi.
nal del Indice que va a medir la variable com o un todo.
Supongamos entonces que contamos con los datos de un cuestionario aplicado y queremos sa-
~r el valor del Indice que esas respuestas representan. En primer lugar, tendremos que convertir los
valores originales en sus equivalentes valores escalares. Luego, habrá que multiplicar es tos valores
escalares por sus correspondientes coeficientes de ponderación y sumar todos los resultados obte-
nidos. El producto de esta operación deberá dividirse por la suma de los coeficien tes de pondera-
ción. fute es el resultado final que nos interesa: el valor ponderado total del índice que corresponde
,·
,.
'
456 Metodología dt la lnve~t,gaclón en organi tac;ones. mercado y sociedad
a la persona interrogada. Si el cociente de esta ólt.i ma división diera, por ejemplo, 8 para el indice de
calidad de vida de trabajo que mencionamos arriba, esto significaría -dado que la escala va de Oa
10· que la calidad de 11ida de tmbajo de esta persona es igual a un 80% del máximo posible.
Indicadores
Definición n ominal
"Status social es la posición que a un individuo se le reconoce dentro de la sociedad, de acue
do a sus cualidades personales -innatas o estables tales como linaje, Lll\1los o capacidad ardsti
o deportiva-, la importancia del rol que desempeña y los bienes que posee''.
16 Ejemplo tomado y adaptado del curso-taller de elaboración de la tesis y el proyeeto de investigación para g
duados de maestrla y doctorado coordinado por el profesor Alexis Gonzáles, Profesor Titular de la U.C.V.
tedras de Métodos I y 11, en la E:scu~•a de Administración y Contaduría de la Universidad Central de Venezue
Capitu lo XII El procesa d o medlclOn 457
'i' Dimension es
• Posició n económica
• Cualidades personales
• Rol social
• Reconocim iento
Definició n operacional
"Status social es la posició n reconocida que ocupa un individuo en u na escala social, depen-
diendo de los bienes o recursos de que ruspone e n el orden económico, su nivel educativo, el tra-
bajo o actividad que desempef1a y el reconocimiento qu e le brinda la comunidad·donde se de-
sempeña''.
Indicadores
1. Posición económi ca---------------- Ingresos mensuales.
2. Cualidades personales ------------- Nivel alcanzado en la educación formal
3. Rol social--------- -------------------Tipo de trabajo que realiza
4. Recon oci miento---------------------G rado de reconocimiento
El índ ice, en tan to indicador complejo que se obtiene a partir d e los valores de cada d imen -
sión [;is contiene e integra a todas, de modo tal que, reún~ la informació n de todos los indica-
dores y sus respectivos items y sin tetiza en una medida común los datos obtenidos en las eta-
pas an teriores. Al asigna r a los indicadores diferen te importancia con respecto a la variable es-
tudiada -cuand o lo creemos pertinente- o torgamos más "peso" a unos que a otros. Podemo s
'· (
cerrar en ton ces los pasos previos dados para medir la variable status social dand o valores es -
calares correspondientes a cada categoría. En la figura 12.44 se indica n los p untajes de Juan
García.
Au nque ya vimos cómo dar d istinto "peso" a cada indicado r, sup ongamos ahora para sim-
plificar q ue en función del marco teórico todos los indicado res tienen igual importancia. Si hu-
biésemos considerado que alguno de esos indicadores influye más que los ot ros, por ejemplo el
triple, entonces los valores obtenidos en ese ind icador deberían ponderarse por tres, y así trans-
mitirle al índice la consideración de la importancia que compor ta el indicador. De ese modo
solo h abrá que sumar el valor de cada uno y dividirlo por el número de ind icadores para que
quede integrado el índ ice, que seria la síntesis del valo r obtenido por u n sujeto para los distin-
tos indicadores.
El resultado (64,72 %) nos indica que en una escala de 100 pu ntos, Juan García ocupa una
posición superior al términ o medio. Como ya tuvimos oportunidad de d iscutir, no tiene sen-
tido h ablar en térm inos tan precisos de u na variable como status social. Es más per ti nente
·a asignar a la escala valores mas acordes con la naturaleza del concep to. Así tendremos qi.1 e pa-
ra todo aquel que obtenga una puntuación inferior a 30 puntos porcentuales, le corresponde-
!1 rá un a categorla d e status BAJO. Entre 3 1 y 45, MEDIO. Entre 46 y 76, ALTO y 76 y más, MllY
ALTO.
Las cpnsultoras prefieren s imbolizar estas posicion es con letras tales como A - B - C - D • E.
!· Como no es una escala de intervalo, tampoco se requiere que sean iguales las distancias entre
l· uno y otro valor de la escala .
.'j·
458 Metodotoryía de la lnvestlg.clón en or9ani:aciones , mercado y sociedad
• La teoría y la técnica del instrumento que utilicen: deben saber qué es lo que están mi-
diendo, para qué se formula cada pregunta y cuál es su significado, cómo actuar frente a
posibles inconvenientes, etc.
• Las rutas diarias que deben realizar: antes de comem..ar el trabajo de campo, tienen que
conocer las distancias que deberán a recorrer, los medios de comunicación que unen los
distintos puntos a visitar, la cantidad de mediciones que deberán realizar por dJa, etc.
• La elección de los casos en los que deben aplicar el instrumento: segán estén utilizando
un método probabilístico o no probabilístico, deberán seguir distintas reglas en la selec-
ción de los sujetos o eventos. ,
• El modo de supervisión bajo el cual están trabajando: al ser conscientes de que están
siendo controlados, evitarán hacer fraude en las mediciones.
• La captación del trabajo: deben saber que cada cuestionario/ entrevista/ observación
que entregan es controlado, tanto en cuanto a la fecha en que se entrega como a la forma
en que fue realizado.
Una vez conformado el equipo de trabajadores de campo que aplicarán los instru mentos que
construimos, estamos listos ·para emprender la tarea de recolección de los datos.
Para concluir con el desarrollo del p roceso de medición presentamos en la figura l 2.45 los
diez pasos en un esquema sencillo.
37 Encada capítulo de la se<cíón 3 detallamos las necesidades de capacitación que requiere la aplicación del ins-
trumente del cual se trate el capítulo. Especialmente en el capitulo 9 D1sEFiO DE tNCUESTAS, nos consideramos con
mayor detenimiento el trabajo de campo .
~·
..
460 Mttodolo9ra de la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
Con este capitulo se cierra la sección 2; el contenido de los dos capítulos que la conforman re- =":.·
sulta indispensable para trabajar con los próximos cinco capítulos, que constituyen la sección 3; ;:
En cada uno nos adentraremos en la construcción de un instrumento específico, pero la técnica .;~
implicada en la elaboración material éle tales dispositivos no podrá llevarse a cabo sin conocer ·:
previamente la lógica de la medición y los procesos que implica. ,.
·.:· .
Parte III Momento t écnico-metodológico y
momento teórico
Una escala de va/oración es un conjunto de ltems, frases, o preguntas que permite medir el ni-
vel que alcanza un atributo determinado (etnocentrismo, orientación al mercado, actitud hacia
cambio, etcétera). En este sentido, las escalas son instrumentos de medición que aprovechan, si-
multáneamente, las propiedades semánticas de las palabras y las características de los números.
El proceso de construcción de escalas se denomina esca/ación y las escalas de calificación son,
seguramente, los instrumentos de medición más utilizados en la investigación social.
Antes de conocer las diferentes escalas que existen y el modo en que éstas pueden construir-
se, enfatizamos la recomendación que reiteramos al enfrentamos a cada nuevo instrumento de
...
~ medición. Este capitulo supone la lectura y comprensión del capítulo 12, pues es allí donde se
presenta la lógica general implicada en el proceso de medición, incluida la operacionalización de
conceptos y el procedimiento general que exige la elaboración de cualquier instrumento de me-
dida. Sintet~os esa secuencia en la figura 13.1.
Cada indicador da lugar a uno o mas items del instrumento. En éste caso, los items son
reactivos de la escala.
Definición Nominal del concepto
(Marco teórico)
Dimensiones
Indicadores
Itcms
(Reactivos de escala)
Sabemos que contamos con distintos tipos de escalas - nominal, ordinal, de intervalo y d e ra-
zón- que representan distintos niveles de medida. Estas escalas son comunes a todas las ciencias,
pero existen otras que especialmente se utilizan en las ciencias sociales, d enominadas escalas so-
ciométricas, cuyo objetivo es lograr instrumentos de medición que representen con mayor vali-
dez las complejiJades inheren~es al comportamiento humano.
464 Metodolog la de la lnvesti9ac16n e11 organizaciones. me rcado y socitdad
j~
·~té
_,"ir":
Conceptos tales como poder, equidad, autonomía, inteligencia o posicionamie11to son extrema- ;.H
<lamente difíciles de evaluar debido a su complejidad. Las escalas, al igual que los índices, de los . :)
que hablamos en el capítulo 12, son medios para medir estos fenómenos complejos. Las escalas :;-',
se utili.zan para aumentar la confiabilidad de la medición y para obtener una mayor precisión. A :-:;.~
diferencia de los indices, suponen el principio de tmidimensionalidad. Este principio implica que )i.
los ltems comprendidos en la escala deberían reflejar una única dimensión y pertenecer a un co11- .:)
tinuum del cual se presume que refleja sólo un concepto. ,)
Las escalas y los indices son de gran utilidad para las Ciencias Sociales porque proveen medí- t{
das cuantitativas de los conceptos q ue pueden ser manipuladas con una mayor precisión estadís- ', ~
tica. Además aumentan la confianza de la medición. Un puntaje en una escala o en un índice es [.:i
un indicador más confiable -de la propiedad bajo medición- que una medida basada en una res- f
puesta a una única pregunta o ítem, en cuyo caso la probabilidad de cubrir el universo total de ~"'~:
contenido del concepto es muy baja. Un error en la interpretación en cualquiera de las pregun- _ 4
tas podría llevar a una conclusión distorsionada acerca de la variable evaluada. ,; ·
ti..
.....•
13.3 Las escalas de actitud •,::
.,,
I·
\ I' Aunque as escalas pueden utilizarse para valorar distintos atributos, quizás el uso mas difun-}~,
dido es la medición de actitudes. Pero, ¿a qué nos referimos exactamente con este término? Ade- ';~,t,:
'l
lanternos que las actitudes pueden afectar el comportamiento, pero no son sinónimo de éste. Más'.,~
bien, reflejan una evaluación favorable o desfavorable sobre un objeto. Las actitudes, no $011 con- ~~
ductas, sino predisposiciones a conducirse de determinada manera, adquiridas socialmente. Y en i
tanto no son observables sino a través de sus manifestaciones, es necesario utilizar un instrumen-~~~
to capaz de obtener información interna del sujeto, considerando las características básicas de~ ~;
predisposición.'Para su medición, es preciso tener en cuenta que las actitudes son: "f~
:'tl!!
a. Or-ientadas: ello significa que se caracterizan por "orientarse, dirigirse activamente ha/ }
cia el objeto de la actitud': por eso son diferentes de la personalidad o la costumbre. ,:.5
b. Adquiridas socialmente: no son innatas, y tampoco "creaciones" del sujeto, sino que se .í..i
aprenden en el curso de la interacción con los demás. Por ejemplo, las actitudes relevan-."";
tes en cuanto al comportamiento de compra se forman como resultado de la experiencia ;{
directa con el producto, la información adquirida de otros y la exposición a los medios de.~~'
comunicación. ;..,,'.·
c. Estables: aunque no perennes, ya que pueden modificarse por influencia externa. {,:
d. Cargadas de afecto: las actitudes están teñidas de afectos de aceptación, rechazo, ambi-h~
valencia. "!,;:
§
Dimensiones de la actitud
Las actitudes están constituidas por tres componentes:
1. Cognoscitivo: se basa en conocimientos o creencias acerca del objeto de la actitud que ··:;,:
el sujeto adquiere en el medio social.
2. Afectivo: comprende las emociones o sentimientos asociados a esa cognición. Por :;
ejemplo, el componente afectivo de la actitud hacia un objeto de consumo o una determi· :¡;.
nada marca. Estas emociones y sentimientos se tratan en los estudios de comportamjento ~-
Capítulo XIII Escalas de aciitud y valoración 46S
del consumidor como un factor evalíiativo, que representa la valoración global o directa
de un individuo respecto del objeto de la actitud, es decir, el grado en que el individuo
califica dicho objeto de actitud como favorable, desfavorable, bueno o malo.
3. Conativo: este componente tiene que ver con la tendencia o probabilidad de que un in-
dividuo emprenda una acción especifica, o se comporte de un m odo particular respecto
del objeto de actitud. Como predisposición a la acción, las actitudes impulsan a un suje-
to para acercarlo a un comportamiento particular, o alejarlo de dicho comportamiento.
En marketing e investigación del consumidor, es frecuente que se trate el componente co-
,, nativo como expresión de la intención de compra del consumidor. Las escalas de intención
de compra se emplean para evaluar la probabilidad de que un consumidor compre un
producto o se comporte de cierta manera.
Recapitulando sobre los componentes de la actitud en un ejemplo, podemos decir que la ac-
titud hacia una marca de autos incluirá el conocimiento acerca de la marca (es de cierta nacio-
nalidad, fabrica cierto tipo de automóviles, tienen diseños clásicos, confiables, seguros; etc); los
, I sentimientos que hacia ella se albergan (confianza, seguridad) y las conductas a las que produce
, inclinación (comprar autos de esa marca).
• ..
Todos tenemos actitudes hacia el trabajo, los políticos, la familia, los jefes, los universitarios,
la comida congelada, que pueden evaluarse con una escala.
.,•, Las escalas más usuales para medir actitudes son la escala de Likert, la de Guttman y la ele Di-
ferencial Semdntico y aunque nacieron para medir actitudes, en la medida en que constituyen
instrumentos que representan con mayor validez las complejidades inherentes al comporta-
miento humano, nos permiten valernos de ellas cuando necesitemos evaluar el nivel que alcan-
za cualquier atributo en un objeto de investigación social.
La construcción de una escala es un proceso laborioso que debe ser .realizado con rigor, pues
la validez y confiabilidad pueden verse amenazadas por detalles muy pequeños, como veremos
a continuación al detenernos en cada una de las tres escalas, luego de las cuales conoceremos al-
gunas variantes sencillas.
f Este tipo de escalas ha sido desarrollado a principios de los años treinta para medir la com-
plejidad de las actitudes. Se basa en la elección de un conjunto de proposiciones, tanto positivas
.¡' como negativas, que se le presentan al sujeto para que defina su grado de acuerdo o desacuerdo,
-- relativo a cada una de ellas. El supuesto subyacente a esta forma de construcción de escalas es ·
que la actitud de un sujeto o grupo se expresa por medio de sus opiniones valorativas respecto
a las proposiciones presentadas. La ventaja fundamental que aporta el uso de la escala Likert es
su facilidad de construcción, administración y cálculo. Su construcción comprende cuatro eta-
pas sintetizadas en la figura 13.2.
Figura 13.2 Pasos para la construcción de una Escala de l.ikert
• Eliminación de los ltems coJJ un menor grado de acuerdo entre los expertos que los evaluaron;' :·
• Eliminación de los que dan lugar a una interpretación confusa por parte dcl panel de expertoi; . ·
• Inclusión de nuevos ítem;, si los sugiere el grupo de expertos; ·.
: Agrupación de aquellos considerados por los expertos como similares o no suficiente;-, /
mente excluyentes; .J
Capitulo XIII Escalas dt actitud y valoración 467
• Cambio de dimensi6n de los que, a juicio de los expertos, debian ser incluidos en otras
• dimensiones.
;~: Este proceso permitirá reducir el nú.me.ro de ítems inicialmente definidos a una cantidad ma-
;: .' ¡¡ejable en el estudio empírico.
:, . Es importante resaltar que la decisión final de aceptar o rechazar las opiniones de los exper-
:, tos es responsabilidad del investigador que utilizará la escala. De modo que en última instancia
prestará especial atención a las opiniones y consejos de los expertos y decidirá cómo utilizarlos
en función de los objetivos del estudio y sus posibilidades.
• totalmente de acuerdo
• de acuerdo
• ni de acuerdo ni en desacuerdo
• en desacuerdo
• totalmente en desacuerdo
t:.. En muchos casos, la alternativa intermedia no se presenta al encuestado para evitar el sesgo
~: de tendencia a la comodidad de las respuestas, pero hay que saber a su vez que esa decisión obli-
~:: ga al encuestado a asumir una actitud aunque no la tenga. No todas las personas desarrollan ac-
¡;'. titudes hacia todos los objetos. De hecho infinidad de éstos son lisamente desconocidos para la
,~·; gente, por lo cual es imposible tener actitudes hacia personas, situaciones, marcas, o productos
t' que no se conocen. La decisión de incluir o no la categoría intermedia debe ser meditada por el
(,~ investigadora la luz de los objetivos del estudio.
¡¡;i Una vez definidas las alternativas de respuesta se le asigna a cada una un número entero <
~J acuerdo al sentido que tenga la proposición. La dirección es muy importante para saber cómo se
/ ~.deben coqificar. Si la afirmación es positiva significa que califica favorablemente al objeto de la ac-
~-; titud, y cuando los sujetos estén más de acuerdo con la afirmación, su actitud será más favorable.
~.: .
.~.
,;.. .: Ejemplo
:;,: "Obtengo el asesoramiento que necesito del servicio de posventa"
..
~
t"· · Si estamos ''muy de acuerdo" implica una actitud más favorable hacia este servicio que si estamos
~;:·, "de acuerdo". En cambio, si estamos "muy en desacuerdo" implica una actitud muy desfavorable. Por
~'. ~ lo tanto, cuando las afirmaciones so11 positivas, se califican comúnmente de la siguiente manera:
~!',
~ ..
(5) Muy de acuerdo
~ t- {4} De acuerdo
,f,...f....
~:
(3} Ni de acuerdo, ni en desacuerdo
(2) En desacuerdo
·t;::;· (1) Muy en desacuerdo
,.~,
,.! Es decir, una puntuación mayor significa un mayor grado de acuerdo con el concepto que se
~- está midiendo.
468 Metodolog la de I• Investiga ción en organizaciones, mercado y sociedad
' .
5~~
Si la afirmación es negativa significa que califica desfavorablemente al objeto de la actitud,.( [ ·
Los sujetos que estén más de acuerdo con la afirmación tendrán una actitud más desfavorable. ;i:w..
.1i~
·>:,~i
l
Ejemplo
,____ _ __
"El servicio de repa.raciones es lento" ____,
1 ,;:,--~
·~,~
-~·.
•,'
Si estamos "muy de acuerdo" implica una actitud más desfavorable que si estamos "de acuer- .:'..t
do" y asl sucesivamente. En contraste, si estamos "muy en desacuerdo" implica una actitud fav0 • :•.:•
rable hacia el servicio. Rechazamos la frase porque califica negativamente el objeto de actitud. ,.i
Ejemplo
(1) Totalmente de acuerdo
(2) De acuerdo
(3) Ni de acuerdo, ni en desacuerdo
(4) En desacuerdo
. r.
(5) Totalmente en desacuerdo
En síntesis, cuando las afirmaciones son negativas se califican en sentido contrario a las positivas. .:.
Supongamos que se quiere conocer la actitud de un segmento de consumidores hacia el su- ·
permercado X. En la figura 13.3 se presenta la escala construida para medir una variable en la ,
que podemos observar enve paréntesis las puntuaciones que correspondeñ a cada respuesta, se-~;-;;
gún la dirección de las ..afümaciones sea desfavorable o favorable al objeto de la actitud. _§;t
Figura 13:3· Escala <!e Likcrt. Ejemplo de asignación del puntaje de acuerdo a la dirección d/ -i
las afirmaciones . i'l,;
- - - -- - -- - - - -- - -- - - - - -- - - -- - - - - - - - - - -...;.;~{
Por favor, indique su grado de acuerdo o desacuerdo respecto de las siguientes afirmaciones con ·a-
re/ación al s11permercado X: ~
ltem Muy de acuerdo De acuerdo Ni de acuerdo En dcsacuc·rdo Muy en ;,\
ni en desacuerdo desacuerdo ft,
1--~ - - - -1 - - - - --1---- - -+------+-- - - -- + - - - -- -l·'I.·
l. Se e·ncuentran (5) (4) (3) (2) (1) J,
las últimas nove·
dades ,--
1--- - - - ---1-- - - ---11---- - - .-- - - - --1-- -- - - 4 - - - ----1 .....
2. Tambíén es un (S) (4) (3) (2) (1)
lugar para ír a
pasear
'.;.
3. Cambiar un (1) (2) (3) (4) (5)
'"
producto es una
odísea
.
4. Tíencn en (5) (4) (3) (2) (1) •.
:'
. '
j
f
,· .
Í~:· ·
Capitulo XIII Escalas de actitud y val oración
Una vez asignados los valores a las distintas declaraciones, habrá que sumar las puntuaciones
Gt.. ,que se han dado al total de todas las declaraciones. En nuestro ejemplo. dado que la escala po-
~ .-, see 5 declaraciones, el puntaje total otorgado a un entrevistado variará entre 5 (l+l+l+l+l) y
469
.:...,. 25 (5+5+5+5+5). Dicho puntaje nos indicará la actitud general que posee el individuo hacia el
i~~· supermercado, siendo 5 una opinión muy desfavorable y 25 una opinión muy favorable.
J3.4,3 Paso 3: aplicación a una muestra representativa y cálculo de puntajes de los encuestados
Llegados aquí, es necesario aplicar esta escala provisoria a una pequeña muestra d e la pobla-
ción que pretendemos estudiar, con el fin de evaluar las proposiciones por separado, para poder
eliminar aquellas que no se ajustan a la actitud que se pretende medir.
Una vez que las respuestas fueron computadas, se calcula el puntaje final de cada encuesta-
do y se procede al análisis de validez de cada ítem, como veremos en la cuarta etapa.
Por favot, indique su grado de acuerdo o desacuer-do con las siguientes afir111,1cíone:s t,:..)p~ctu ele! resrauranre
"El bum comer":
I'
J) El rmaurat1te logra un ambiente acogedor.
181 S Muy de acuerdo O 3 Ni ~n acuerdo, ni en éesacuerdo O I Muy en desacuerdo
O 4 De acuerdo O 2 En desacuerdo
:O··
~
',,-.:
Cuando una proposición tiene un alto poder discriminante, se considera que mide bien el
concepto analizado. Las proposiciones con muy bajo poder discriminante deben ser descartadas
en la construcción de la escala definitiva, de ali! la importancia de seleccionar una gran cantidad
de proposiciones al comienzo.
Una vez finalizado el análisis de las proposiciones, se procede a confeccionar la escala, orde-
nándola de modo tal que los ftems con connotación positiva y los de connotación negativa es-
tén 'intercalados. Así, se evitarán las respuestas sesgadas. Vemos en el ejemplo de la figura 13.4
cómo se ha calculado el puntaje del entrevistado.
El puntaje obtenido por el entrevistado es de 26, sobre un total de 30. Esto significa una acti-
tud favorable hacia el restaurante "El buen comer''.
Marca con una X la cara que mejor refleje tu forma de pensar acerca de nuestro nuevo software
simulador de vuelo•Alas 2010"
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Otra modalidad utilizada en los diseños experimentales y también en las investigaciones cua-
litativas con fines exploratorios -por ejemplo en entrevistas o grupos de enfoque-, es mostrar a
los participantes cartones o transparencias en las que se presentan las alternativas de elección,
con el fin de recoger las respuestas orales 1c los sujetos.
En las ocasiones en que podemos prever que la escala será aplicada por el propio encuestado,
· y cuando éste cuenta con un nivel de educación/información/e:>.1Jericnda adecuado, ambos fac-
tores -tiempo y capacidad para responder- permiten al investigador elaborar ítems más comple-
jos, como los que se observan en la escala de la figura 13.5.
En el ejemplo de la figura 13.6 se pretende medir la percepción de los directivos de una mues-
tra de empresas, sobre el desempeño de su organización. La escala se presenta para la modalidad
Capitulo XIII Escalas de actitud y valo ració n 471
autoadministrada con una amplitud de cinco puntos, donde los ejecutivos deben responder en-
tre las siguientes opciones: ·
• doncle, I= muy malo, so mos los peores del mercado; 2 = malo, por debajo de la co mpetencia; 3 = nor-
mal, en el promedio de la co mpetencia; 4 = notable, po r encima de la com¡.,etenda; 5 "' sobresaliente,
mucho mejor que la competencia.
472 Metodología dt la Investigación en or9¡nlzadones, mercado y sociedad
Los ítems comprendidos en una escala de Guttman aluden a la misma dimensión actitudi- .
nal y son acumulativos. Esta técnica se conoce como "escalograma", es decir, es una escala que
tiene la característica de presentar los resultados en un orden jerárquico. Todas las proposicio-
nes del escalograma están ordenadas de tal modo que la aceptación de una proposición impli-
ca la acep_tación de los enunciados ubicados en un nivel inferior a ella. Si se consigue ordenar
en forma apropiada a los individuos a lo largo de sólo una dimensión, según la cual, por ejem.
plo, en términos de actitudes, si un sujeto A es más prejuicioso que otro individuo B, esto sig-
nificará que el sujeto A suscribirá todos los items que ha suscripto B, y uno más por lo menos
de la escala. Este principio puede ejemplificarse con referencia a una prueba aritmética cuyos
items exhiban dificultades crecientes. Las personas que hubiesen obtenido un puntaje de 3, ha-
brán resuelto correctamente las tres más fáciles y dejado las dos más difíciles. Si esta pauta se
cumple a la perfección, será posible afirmar con exactitud, conociendo el puntaje total de un
sujeto, en qué pregunta ha fallado, aunque este criterio no toma en cuenta las equivocaciones
por descuido o "errores". La escala de Guttman se construye en cuatro pasos, como se detalla en
la figura 13.7.
Figura 13.9 Escala de Guttman. Ejemplo de puntuaciones que se sitúan por fuera del patrón
2 Confeccionado sobre la base de Dowse, R. y Huges. J. Sociologla Polltica. Madrid: Alianza, 1975, p. 360 y 361.
,.
,.
i.
~-
Capitulo XIII Escalas de actitud y valoración 475
14: Ocugar un 14: Ocu.r.ar un 13: Contribuir ll: Ir a votar. Puntaje Grado de
Persona cargo p blico c3rgo publico y monetariamente total particiP3ción
y de partido. de partido. con un partido. política
Si No Sí No Si !\o Si No
1 X X X X 4 Muvalto
2 X X X X 4
3 X X X X 3 Alto
4 X X X X 3 Intermedio
5 X X X X 2
6 X X X X 2
7 X X X X 1 Baio
8 X X X X 1
9 X X X X o Nulo
10 X X X X o
Para el ejemplo, se define a la variable participación polftica como todas aquellas acciones que
un sujeto realiza por su propia voluntad y que inciden directa o indirectamente en la elección de sus
gobernantes y en la implantación o modificación de políticas de gobierno}
Como vemos, se han formulado un número de preguntas o proposiciones dicotómicas para ser
contestadas por"sf / no''.• Estas preguntas -los íterns que corresponden a cada indicador- se refie-
ren a diferentes intensidades de la variable participación política, pero pertenecen siempre a una
misma dimensión, lo cual implica que puede esperarse, por ejemplo, que los sujetos que partici-
pan en el nivel muy alto, también Jo harán en el alto y en el bajo. Luego, es necesario aplicar la es-
cala a una muestra representativa de individuos de modo que pueda obtenerse el puntaje total de
cada uno de ellos. Estas puntuaciones se ordenan de la más alta a la más baja y con las respuestas
se h ace un escalograma, en el que se colocan en las columnas los ítems y en las filas los sujetos.
Solo resta analizar los errores y establecer la reproductividad o grado en que el conjunto de
afirmaciones o (ten.1s escalan perfectamente según su i?tensidad. ·
Con este instrumento los entrevistados cuyas actitudes se inte ntan medir, deben evaluar el
objeto o elemento en cuestión, en un conjunto de escalas b ipolares expresadas en términos de ad-
jetivos opuestos. Estos adjetivos son aplicables al objeto de actitud y se presentan como situados en
una misma dimensión, aunque en las posiciones extremas de la misma . .El espacio semántico que
3 Tener en cuenta que hay países donde votar es voluntario y ctros como la Argentina, donde dicha actividad es
obligatoria, de tal modo el item debería atender éste aspecto considerando preguntar al sujeto, por ejemplo: de
no ser obligatorio ¿Hubiera votado Ud. en las últimas elecciones?
• Aunque la opción "sí. no· da lugar a un nivel de medición nominal, hay que tener en cuenta que las respues-
tas se ordenan en un continuo q ue va del nivel nulo de participación política a uno muy alto de la misma varia-
ble, por lo que el valor de medición resulta o rdinal.
:.:
separa a estos adjetivos aparece como una continuidad que se subdivide en espacios iguales, per-
mitiendo la graduación de las respuestas.
Como se ve, entre ambos extremos hay siete opciones de respuesta, aunque este número pue-
de variar según sea conveniente. El entrevistado debe marcar aquella posición de entre las 7 que
refleje mejor su postura respecto al tema de análisis. Por ejemplo, si considera que el supervisor
es rígido, marcará su respuesta así:
,e X
;.i: rígido 1 - - 1 - -- - 1 - -- l - - - - l -- ~ - - 1 -- - 1 flexible
,;::
2 3 4 5 6 7
!t
r~
¡¡
,. Pasos de la escala de Diferencial Semántico
h, 1 Los pasos para la i;onstrucción de w,a escala dt: difrrc:ndal semántico son los que se mues -
,.., tran en la figura 13. 11.
1
i~
J·, Figura 13.11 Pasos para la construcció~ de una escala de Diferencial Semántico
Figura 13.12 Ejemplo de diferencial semántico para medir actitudes hacia distintas marcas de
lencería
A continuación le pedimos que evalríe la.s siguientes mMcas de lencería de acuerdo con las caracteristicas
listadas. En cada fila marque can una cruz m opinión seg1l11 corresponda.
agresiva delicada
1
2 3 4 5 6 7
:;· tradicional moderna
2 3 4 5 6 7
sensual
3
·I 5
inocente
2 4 6 7
transgresora conservadora
2 3 4 5 6 7
sofisticada 1 sencilla
2 3 4 5 6 7
....
Otros ejemplos de adjetivos bipolares son: caliente, frio; bueno, malo; activo, pasivo; agrada-
ble, desagradable; joven, viejo; duro, blando; lento, rápido; audaz conservador¡ autocrático, de-
mocrático; optimista, pesimista; dócil rebelde; cooperativo egoísta; dulce, amargo
Consideremos a continuación otro ejemplo que muestra la utilización del diferencial sem.\n-
tico. En este caso, representado en el esquema de la figura 13.14, se presentan los resultados de
una investigación sobre las opiniones que generan dos comerciales diferentes.
l 2 3 4 5 6 7
bueno
a11:rad able ' > <'. -- Malo
desacrradable
imoresionante
¿
/ --.LJ intrascendente
entretenido aburrido
claro I> < Confuso
simoático ( ........... Antioático
crracioso l I"', amar"º
audaz
recordable -- í"> _...... J Conservador
Olvidable
Comercial A - - - Comercial B - - -
En este ejemplo, los polos positivos y los negativos de cada atributo están ubicados en la es-
cala del mismo lado, los positivos a la izquierda y los negativos a la derecha. Sin embargo, hay
autores que tratan de evitar esto, mezclando adjetivos positivos y negativos en ambos extremos.
<:;on ello se pretende no favorecer el efecto halo, debido al cual la posición de los juicios o res-
puestas previas afecta e las respuestas siguientes.
Variar la dirección de los conceptos positivos y negativos es de gran utilidad, pero no debe-
mos olvidar que, a la hora de calcular la actitud general del individuo hacia el objeto, se asigna-
rán las puntuaciones siempre en función de si se expresa una actitud positiva o negativa, tal co-
mo ocurre en las escalas LikerL
Entre b s ventajas de la escala de diferencial semántico podemos destacar su facilidad de con·
fección y cumplimentación. El inconveniente, derivado de su uso, es que algunos investigadores
tratan a los intervalos del diferencial semántico como si tuviesen las características propias de las
escalas de intervalos, aunque en rigor este tipo de escala da lugar a niveles de medición ordinal.
~ un tipo de escala muy utilizado en investigaciones de mercado pues es muy fácil de clabo·
ra.T y de aplica.T. Para construirla se siguen los siguientes pasos (ver figura 13.15).
Por favor, elija para cada ítem, entre el diario de la tz,¡uierda y el de la dere-
cha, marcando con una cruz el que le merece a Ud. mayor credibilidad.
Como desventajas de este tipo de escalas mencionaremos dos: la primera es que si el total de
objetos a evaluar es elevado, la multiplicación de alternativas puede fatigar al entrevistado. Por
otro lado, el nivel de medición ordinal al que da lugar representa una limitación en cuanto al
análisis de los datos. ·
En las escalas de clasificación por orden de rangos se pide al entrevistado que ordene o clasi-
fique una serie de elementos u objetos, en base a algún atributo o variable. El nómero máximo
de elementos que se considera acertado para que se lleve a cabo la tarea de clasificación de for-
ma adecuada se sitúa en 5 ó 6.
Esta escala es como la anterior, ordinal, con las limitaciones en términos de tratamien-
to de daLos que: ello implica. Además, cuando se están midiendo actitudes, se pueden presentar
problemas. Por ejemplo, si el investigador no conoce la actitud del individuo respecto del con-
junto de elementos a clasificar, la escala de rango puede inducir a errores, pues si un sujeto tie-
ne una actitud negativa hacia todos los elementos a clasificar, las primeras posiciones en la cla-
sificación las ocuparán aquellos elementos que, a pesar de no gustarle, son los que menos le dis-
gustan.
480 Metodologla de la Investigación en o rga nizaciones. mercado y socied ad
Frente a estas limitaciones, hay que destacar su facilidad de administración, puesto que, en
general, las personas están acostumbrados a realizar este tipo de clasificaciones.
En el ejemplo que presentamos en la figura 13.17 se observa una escala de rango con la que
se espera averiguar la importancia que los entrevistados otorgan a distintos factores, en cuanto
al grado en que éstos afectan su calidad de vida.
Ordene los siguienies facrores por la importancia que Ud. les otorga en su calidad de
vida, puntuando C(ln el número 1 el más importante y siguiendo con los demás has-
ta concluir.
Hemos conocido diferentes tipos de escalas para la valoración de actitudes , atributos e ideas.
¿Cuál d e las que hemos mencionado es la mejor? La respuesta a esta pregunta es relativa; y la se·
lección del tipo de escala dependerá de la naturaleza de la variable que se pretende medir, de la
definición del problema que haya hecho el investigador, de los objetivos y del tipo de análisis es·
tadístico que se desee aplicar a los datos obtenidos.
Capítulo 14 Cuestionarios y e ntrevist as
En general, una entrevista se organiza en torno a las preguntas que el entrevistador le formula al
en trevistado, o alrededor de los temas que le propone para que comente. Las entrevistas, en
cuanto al grado de estructur ación pueden ser de distinto tipo, según se ubican en los extremos
de una recta: desde la entrevista totalmente inestructurada hasta la ent revista totalmente estruc-
turada. (Ver figura 14.1) El grado en que las pregontas ae la entrevista acotan el rango de lqs res-
puestas del entrevistado y la l ibertad del entrevistador para cambiar las preguntas -quitar algunas
o agregar otras y/o repreguntar so ndeando o pidiendo aclaraciones y p recisiones- define los dis-
tintos tipos.
En rigor, una entrevista totalmente estructurada es un cuestionario, como enseguida vere-
mos. Las preguntas y posibles-iespÜestasestáñ fo~alizadas y estanoarizadas, es decir que siem-
pre se seguirá el mismo ordenamiento de las preguntas y el entrevistado deberá responder entre
una serie de opciones previamente establecidas por el investigador. En este caso, el grado de li-
bertad del que dispone el respondiente es muy reducido, pues debe atenerse a las alternativas que
le son planteadas pues el orden de presentación de las preguntas tiene efectos en la forma y con-
tenido de las respuestas. Por ello que con esta modalidad se espera controlar la variabilidad de
respuestas entre sujetos, debida a la éstructura del cuestionario.
Un cuestionario con menor estructuración puede combinar, por ejemplo preguntas con las
alternativas de respuesta predefinidas ju.oto a otras abiertas en las que el entrevistado contesta
484 Metodolo9f1 de la lnvutig.ci6n en organlucionu. mercado y i ociedad
Al formular preguntas abiertas, la resp uesta que se obtiene proviene del mismo entrevistado.
De este modo, el entrevistado es libre- de responder a su modo y el investigador obtiene respues-
tas que, en un primer momento, podían resultarle impredecibles.
Las funciones básicas del cuestionario, cualquiera sea el diseño en que se utilice, son las siguientes:
• Establece un orden sistemático y estandarizado a la entrevista; la secuencia en que se
formulan las preguntas tiene importancia crucial en la calidad de las respuestas, puesto
C.apflulo XIV Cutstíonarios y entrevistas 485
que el orden establecido ha sido planeado con el fin de evitar los efectos negativos de la ·
influencia de unas preguntas sobre otras
• Asegura que todas las preguntas se planteen de la misma manera, independiente-
mente de quién sea el entrevistador y quién el entrevistado: tanto el modo' en que se
construyen las preguntas como el lenguaje que utilizan son cuidadosa y laboriosamen-
te pensados por el investigador y no pueden quedar sujetos a las interpretaciones li-
bres de entrevistados y entrevistadores.
• Constituye el soporte material en el cual se recogen y anotan los datos que han de ser
analizados: de esta forma, se constituye en un documento uniforme y completo que op-
timiza el posterio1 procesamiento de los datos.
2. ¿Por qué cree usted que existe desconterrto entr~ los empleados de esta compañia?
La redacción de las preguntas abiertas puede adoptar distintas formas. En la figura 14.2 se
presentan las má.s frecuentes:
Asociación de p3labras Se presentan palabras; de una -¿Cudl es la primera palabra que le viene
en una, y el encuestado contesta a la mente cuando escucha ...
con la primera palabra que le ...empresa de ómnibus? ...La PoruRa?
viene a la mente ...viaje?
Terminar el relato Se presenta un relato inconcluso -Hace algunos dlas viaji en un ómnibus
y los encuestados tienen que de 1A Porttfla. Noti que el a,eri,;, y el
terminado. interior estaban pintados con colores muy
lm1lanm. Esto me /1izo sentir y pensar
....
que... (urmine el relato a partir de este : '
punto.)
t-vr=~~-·="'=--~
¿·
mejor de cm Un-;-d~
Terminar el dibujo Se presenta un dibujo con dos
personajes, uno de ellos hace mnibus es la comodidád
de los osicntos
una afirmación. Se pide a los
encuestados que se identifiquen
con el otro y llenen el globo con 1.) ' ~ ..................
~
- -- ~ .....)1
las palabras que fah.an. ~ \•o
Llene ti ~lobo de didlogo que
esrd vacío.
li!J(
11
Las preguntas cerradas pueden también incluir alguna de las escalas que ya hemos visto, como
la escala de Likert, Guttman, diferencial semántico o cualquiera de las variantes utilizadas en in-
vestigación social. ( figura 14.4)
Figura 14.4 Cuestionario. Ejemplo de preguntas cerradas con escalas
Diferencial semántico Se anota una escala entre dos térmi· ¡Cómo calificarla a la e!npresa La Porte-
nos opuestos, el enruestado selecciona ña?
d punto que representa la dirección Grande _ ; _; _ ; _ ; Pequefla
Experta _ ; _ ; _ ; _ ; Inexperta
y la intensidad de sus sentimientos Moderna _ ;_;_¡ _ ;Anticuada
Escala de calificación Una escala que califica la impor- En su opinión, la proyección de pellculas
Guttman tancia de algún atributo, desde en los óm11ibus es:
1 0 Sumamente importante
"sin importancia" hasta ''suma· 2 O Muy importante
mente importante" o desde "ma- 3 O Medianamente importante
lo" hasta "excelente" 4 O No muy importante
5 O Nada importante
..
488 Metodologla d e la Investigación en organizaciones. mercado y sociedad
Finalmente, y cuando se bu'sca obtener una respuesta precisa puede recurrirse al cuestionario
cog11itivo. Con ésta modalidad las preguntas se desagregan de forma que conduzcan al entrevis-
tado hacia la situación específica que se pretende conocer, favoreciendo su concentración en los
puntos que son críticos para el investigador. (figura 14.S)
Pregunta cerrada -¿Utilizó el cinturón de seguridad la u/rima vez que viajó en auto co-
mo acompañante?
! / - Sí 111viem que hacer u,,a colaboración para fos damnificados por las
inundaciones ¿A través de qué entidad k, haría?
1 O Casa de la Provincia
2 O Caritas
3 O Un programa de TV
,! I• 4 O Otro
;..1
- ¿Por qué!
!í .
Este tipo de preguntas se incluyen en el cuestionario cuando se considera que con la parte ce-
rrada de la pregunta no basta para obtener la información que el indicador requiere. Se presen-
ta primero la opción cerrada de respuesta múltiple y luego la abierta.
Capitulo XIV Cuestionados y en trevistas 489
b. Ofrecen ideas e imágenes propias del sujeto: de la respuesta a una pregunta abierta,
asimismo,.es posible obtener in1ágenes e ideas que son propias del sujeto entrevistado y
que el investigador puede no conocer.
c. Se tiene acceso al lenguaje que utiliza el encuestado: se pueden conocer las palaoras que
utiliza un determinado grupo de interés (por ejemplo, palabras típicamente juveniles, fe-
meninas, etc.), conocimiento que permite redactar catálogos, gráficas, campañas de difu-
sión o de prevención utilizando un lenguaje comprensible y cercano a los destinatarios.
Del encuestado: desde la perspectiva del encuestado, la .mayor fuente de sesgo es la dife-
rente relación que los distintos sujetos tienen con el lenguaje. Sea porque tienen distinto
nivel de educación, porque están motivados en diferente grado o porque su personalidad
es más o menos introvertida o extrovertida, no todas las personas hablan de igual mane-
ra. Ante una pregunta abierta, hay quienes se expresan más y mejor porque pueden ha-
cerlo o porque prefieren hacerlo¡ en cambio, otros sujetos menos motivados, educados o
extrovertidos pueden ofrecer respuestas muy limitadas.
c. Difícil codificación: la codificación y el análisis de las preguntas abiertas insume mucho
mas tiempo que el de las preguntas cerradas, es necesario dejarla para después de aplicado
el cuestionario y puede ser muy engorrosa como luego veremos en éste mismo capitulo.
entrevistado a admitir que no sabe o que no tiene una actitud determinada hacia ciertos
temas. Otra forma de resolver el problema de la ausencia de actitud es incluyendo una
491
., pregunta filtro para el "no sabe" delante de la pregunta. Se trata de colocar una pregunta
~
r-; de conocimiento. (Ver los ejemplos de la figura 14.8).
§ ~o
Los diarios no han. informado con claridad al respecto
B Sf
No
Si la respuesta es "no", se le evita al encuestado la obligación de responder
sobre un tema que ignora.
En este caso, es probable que el jefe contemple en algunos casos y en o¡:ros .no las pro-
puestas de mejora de los empleados del sector, por lo que opciones múltiples ofrece.rían
una respuesta más acorde a lo que ocurre, con el agregado de informar sobre jefes con di-
ferentes estilo de. conducción.
f. Excesiva sensibilidad de las alternativas: otra dificultad que puede presentarse es qué
el número d e opciones de respuesta sea demasiado extenso. Si se presenta una escala con
nueve opciones, bien puede ocurrir que cueste mucho determinar la diferencia entre el 4
y el 6, por ejemplo. Esta dificultad suele presentarse tanto para el encuestado, quien en
ocasiones tiene dificultades en establecer tal grado de sensibilidad, como pa.ra el investi-
gador mismo, porque la diferencia puede resultar confusa. Por ejemplo, seguramente se
podrla ordenar jerárquicamente los factores que influyen en nuestra calidad de vida de 1
a 9, pero será sin dudas muy difícil establecer 9 grados de diferencia en nuestra valora-
ción del sabor de un yogurt pe vainilla.
g. Cansancio para el encuestado en opciones múltiples: el problema de poner opciones
múltiples para superar esta limitación es que puede generar cansancio en el entrevistado.
Un cuestionario de cierta extensión, que contenga varias preguntas de opción múltiple o
respuesta múltiple -sobre todo si incluye escalas- puede resultar agotadQr y atentar con-
tra la concentración y la memoria.
h. Sesgo de orden: las preguntas cerradas de opción múltiple pueden suscitar el denomi-
nado "sesgo de orden''. Se trata de la tendencia del encuestado a elegir de manera prefe-
rencial la primera o la última opción, dado que son las que con más facilidad recuerda.
492 Metodologla de la ln•estlg,clOn en organiza<lonu. mercado y socltdad
En muchos casos las personas no están ni a favor ni en contra sino que se sitúan en una
posición neutra o intermedia, es decir, todo lo que antes dijimos en relación al no sabe o
a la falta de actitud expresada se aplica a esta nueva situación. Al forzar a los sujetos a
abandonar el punto medio en el que ellos se ubicarían, estamos introduciendo una dis-
torsión fuerte en los resultados. Esta apreciación, claro, no significa que debamos incluir
la alternativa del punto medio en todos los cuestionarios pero sf que es necesario estar
alertas cuanto es justamente la posición intermedia la que parece representar a un seg-
mento significativo de los sujetos que planeamos entrevistar.
-¿ Piensa Ud. q11e si algunas personas le diemn 1111a paliza a tiempo a s11s hijos podrían evi-
tarles males mayores en el futuro?
El cuestionario busca identificar cualquier posición favorable al trato violento h acia los hijos,
elaborando una pregunta que en cierto modo da por sentado las "virtudes del méwdo de lapa-
liza''. Las alternativas de respu esta apuntan a identificu solo dos tipos de sujetos: los que acep-
tan los procedimientos violentos y los que no los aceptan, pero ofrece alternativas que animen a
responder a quienes consideran que el trato violento no es socialmente aceptable, aunque lo uti-
licen. Además, la pregunta está formulada de modo que el sujeto no d eba responder por lo que
él mismo haría (-¿Le daría usted una paliza a sus hijos?), sino que refiere la pregunta a otras per-
sonas, lo cual le permite al entrevistado no sentirse tan involucrado con la respuesta.
La modalidad impersonal permite preguntas a las que el entrevistado responde lo que pien -
sa sobre algún comportamiento sin por ello tener que hacer afirmaciones sobre su propia con-
ducta. Por ejemplo: "-¿Qué piensa Ud. de los hombres que se tiricn las canas?"
Otra modalidad p ermite realizar preguntas difiáles con apoyo estadístico. Mencionaremos la téc-
nica de las respuestas aleatorizadas. Esta técnica se puede aplicar cuando es suficiente obtener datos
estadísticos de u na muestra y no es necesario conocer las respuestas individuales.
Para aplicarla, el entrevistador formula dos preguntas: una, la pregunta dificil y la otra, sólo
prevista con fines estadísticos. Por ejemplo 2
a.-¿Termina su DN1 en 4?
b.-¿Ha consumido drogas e11 alguna ocasión?
Luego por un procedimiento estadístico puede in ferirse el porcentaje de la muestra que ha
consumido drogas.
La construcción de u n cuestion ario supo ne, como todos los instrumentos que vemos en la de
la Sección 3, la lectura y comp rensión previa del capítulo 12, pues en és te se explica la lógica ge-
neral del proceso de medición. Allí liemos apre11dido 1111a secuencia de trabajo parn la rea lización
de cualquier dispositivo de recolección de datos. Vimos que la construcción de un instrumento im-
plica la operacionalización d e las variables -transformar en observables los conceptos teóricos-
y luego, con ese insumo, la confección del dispositivo material (tra nsform ando los indicadores
empiricos en preguntas o items de un instrumento concreto). En suma, antes de iniciar la cons-
trucción d e un cues tionario debernos aseguramos de conocer todos los aspectos relativos al proceso
de medic/611 que hemos explicado oportunamente.
2 Para un desarrollo de la t~cnica ver: Grande, l. y Abascal, E. Fundamentos y Técnicas de Investigación Comer-
cial. Madrid: ESIC, 1994, p. 241 .
494 Metodología de la lnvestigacl6n en organízacíones, mercado y sociedad
Cada indicador da lugar a uno o mas items del instrumento. En éste caso, los items son
preguntas de cuestionario.
Dimensiones
Indicadores
Itcms
Preguntas de cuestionario
• j
explicito y breve posible, pues no hay n adie presente para aclarar las dudas que pudieran surgir
a quien lo responda.
En cuanto al cuestionario telefónico, no tolera fácilmente la longitud y es necesario p or ello pre-
ver uno o mas puntos en los que poder interrumpir el diálogo cuanto el encuestado ya no está d is-
puesto a continuar. Por ello habrá que armarlo de tal modo que garantice la obtención de las res-
puestas mas relevantes en las primeras preguntas. Las entrevistas telefónicas duran entre 10 minu-
tos (sise hacen 4 6 5 preguntas) y pueden extenderse a media hora e incluso más, si el en trevista-
do no pierde la paciencia hay que tener en cuenta que la lectura de la pregunta por parte del en-
cuestador resulta una operación más larga y tediosa que la lectura directa de las preguntas de una
encuesta postal, y exige más atención. Una limitación obvia del cuestionario telefónico es que no
ofrece la p osibilidad de mostrar fotos e imágen es al entrevistado para que compren da mejor la
idea, por lo que si se quiere transmitir un concepto visual deberán realizarse descripciones vlvidas.3
b. Redacción de preguntas
Por lo general, las preguntas deben ser planteadas de tal modo que cumplan con las siguien-
tes caracteristicas:
• Deben hacer referencia a un solo aspecto o relación lógica. Las preguntas deben ser cla-
ras; si expresan dos aspectos pueden confundir a quien responde. Por ejemplo, la pregun-
ta: "-¿Cree usted que la nueva linea de detergentes es más económ ica y tiene mejor fra.
gancia?", debería ser d ividida en dos preguntas que refieran, cada Úna, a una diferente ca-
racterística del producto, pues de lo contrario n o se estaría considerando la posibilidad
de que el consumidor esté de acuerdo sólo con una de las afirmaciones.
• El orden de las alternativas debe ir rotándose de manera proporcional. Es posible que
el orden de las opciones afecte las respuestas de los sujetos, de m odo que tiendan, por
ejemplo, a favorecer siempre a la primera o a la ú ltima alternativa.
- Deben adaptarse a las características de quien vaya a responder. Para esto es importan-
te considerar el nivel socioec-0nómico, cultural, el grupo al que pertenece, la edad, etc.
- H an de ser formuladas d e manera breve y sencilla. El entrevistado debe ser capaz de
comprenderlas rápidamente y de recordarlas mientras piensa las respuestas .
• No deben ejercer una influencia sobre las respuestas. Es preciso evitar el sesgo que pue-
da introduc.irse en la forma de redactar una pregunta, de modo tal que las respuestas no
sean inducidas. Formulaciones basadas en sugerencias o estereotipos (como por ejemplo:
"-¿No cree usted que es una b arbaridad pegarle a los niños?" condicionan las respuestas
en una dirección determinada .
• No deben incomodar al entrevistado. Las preguntas no deben resultar agresivas, desca-
lificadoras, prejuiciosas u ofensivas a la sensibilidad.
...... alternativas de respuesta e incluir esta precodificación en el cuestionario; pero cuando se trata
t~ de preguntas abiertas, la codificación se vuelve más compleja y dificultosa. Veamos con deteni-
miento cada caso:
Las preguntas cerradas se codifican fácilmente, adjudicando a cada respuesta un valor numé-
rico (ver figura 14.13). Esto puede hacerse antes de aplicar el cuestionario, pues los valores son
independientes de las respuestas que se obtengan.
s Rojas Soriano, R. Gula para realizar investigadones sociales. México : Plaza y Valdéz, 2000. p . 150 y 151 .
498 Mc todolo gra de la Investigación en o rganlza(ione ,, mo r(ado y sociedad
Veamos el ejemplo de la figura 14.14. Allí se presenta una muestra de las respuestas recogidas
a la pregunta«-¿Por qué.consume Ud. pseosas diet?":
,~.
1
Podr!amos agrupar todas estas variantes eo las siguientes opciones:
- ( 1)Por razones de salud
~- - (2) Porque no engorda
• (3) Porque me gwta
• (4) Porque otros la toman
1'1
Vemos que se pueden seguir ciertos patrones generales entre respuestas que, en un primer mo-
mento, aparentan ser infinitas. Al "cerrar" p reguntas abiertas y ser codificadas, debe tenerse en
cuenta que diferentes palabras pueden expresar un mismo patrón de respuest.a. Una vez estable-
·!¡
cidas las respuestas, sólo resta asignar a cada una un valor numérico para finalizar la codificación.
l
1 d. Secuencializaci ón de las preguntas
,¡ la estructura del cuestionario en cuanto al orden b secuencia de formulación de las preguntas es
un tema clave en el diseño del instrumento de recolección de los datos. Tal como venirnos viendo en
., los distintos pasos del disel'lo del cuestionario, es imposible pau tar reglas inalterables para su realiza·
ción. A continuación, se presentan diez aspectos a tener en cuenta a la hora de organizar la secuencia:
1. La entrevista debe comenzar con una breve introducción que indique al entrevistado
q uién está efectuando la investigación, cuáles son sus objetivos y qué colaboración se pi-
de. En un tema delicado, habrá que asegurarse que se respetara el anonimato de los par-
ticipantes y también el uso confidencial de la información. Este primer mo mento es de
gran importancia para logra1 una buena predisposición por parte del entrevistado, par lo
¡, cual es un requisito acercarse de la forma m ás agradable posible.
2. Cuando el universo de estudio se limita a unidades con determinadas características
(por ejemplo, estudiantes de entre 18 y 26 años), deberán formularse en primer lugar las
Capítulo XIV Cuestionarios y entrevistas 499
' 14.7.5 Paso 5: revisión final y redacción de las instrucciones para el entrevistador
Antes de aplicar el cuestionario, los investigadores deben realizar una última revisión para
.1 que no queden dudas de que cada elemento ha sido profundamente analizado. Se presta espe-
1: cial atención al contenido y forma de las preguntas, a los espacios disponibles, a la organización
1 del material, y a la explicación sobre el procedimiento para usar el cuestionario.
1i El producto de nuestro trabajo debe ser un cuestionario con preguntas e instrucciones
1
que resulten, tanto al entrevistador como al entrevistado, tan claras y sencillas como sea
posible.
14.8 Entrevistas
Una e11trevistn es una conversación que se sostiene entre dos o más personas -de las cuáles una
o varias cumplen el rol de cntrevistaáor y otra u otras el rol de entrevistado-, y cuyo objetivo es
lograr alguna información importante para la investigación que se está desarrollando.
La entrevista es un acto de interacción personal en el cual se efectúa un intercambio verbal.
El entrevistador transmite interés y confianza, y el entrevistado ofrece una descripción, interpre-
tación o evaluación de los hechos que interesan al entrevistador. En función de estos objetivos,
y muy lejos de la imagen mas intuitiva que despierta la idea de entrevista, fsta exige, cualquiera
sea su modalidad, una cuidada planificación pues aunque la entrevista es una conversación, es
Capitulo XIV Cuestionarios y entre.istas 501
muy diferente de las conversaciones de la vida cotidiana. Con respecto a éstas, el intercambio que
se da en la entrevista tiene las siguientes características especificas:
· Conocimiento mutuo de los propósitos de la entrevista: El entrevistado está informa-
do de que sus palabras serán utilizadas en una investigación
• Intercambio' intencional: El intercambio entre entrevistado-entrevistador está inten-
cionalmente dirigido a '.ograr un objetivo de información.
• Control del entrevislJ!dor: El control que ejerce el investigador sobre la situación toda es un
ingrediente central en la definición de la situación. Este ingrediente, claro está, tendrá mayor
o menor presencia de acuerdo con el grado de estructuración de la entrevista pero, en cual-
quier caso, existe cierto pacto implícito de que es el investigador quien conduce la entrevista.
·• Acuerdo d e honestiqad: Ambos acuerdan que lo que allí se diga será genuino, (esto, mas
allá de lo que pueda en definitiva ocurrir).
Dijimos al comenzar. el capitulo que en la entrevista estructurada -en rigor un cuestionario,
una vez elaboradas las preguntas el investigador debe remitirse a éstas: no puede cambiar su for-
mulación ni su orden; no hay repregunta, ampliación o nuevos interrogantes que se agreguen en
función de inquietudes originadas en la sesión misma.
La entrevista tal como se emplea en la investigación cualitativa y en la investigación explora-
toria , en cambio, se distingue por completo de las entrevistas estructuradas por su flexibilidad
y dinamismo. Para la investigación cualitativa, distintos grados de estru_cturación del encuentro
pueden resultar adecuados para explorar aspectos espedficos o ajustar las categorías y proposi-
ciones que el investigador está tratando de construir desde lo~ claros. Rec.ordemos que la inves-
tigación cualitativa rechaz_a la_definición de conceptos muy desarrollados al comienzo del traba-
jó, pues ;;e la imposición de un esquema teórico pre-ordenado como limitan te a la hora de com-
pren4er la P~F.WÚtiya de los iny~~gados. Muchos investigadores cualitativos argumentan así ª
favor de formular conceptos en combinación con la recolección de datos y no antes. Blumer,'
por ejemplo, combate el uso de conceptos como referentes fijos aplicados al mundo social ( es-
quema variable-dimensión-indicador). En cambio, propone usar los conceptos de las ciencias
sociales como conceptos sensibilizadores que proveen un sentido general de referencia y guía al
aproximarse a instancias empíricas. Desde esta perspectiva, un concepto provee un conjunto de se-
ñales generales para el investigador en s11 contacto con su campo de investigación, y sobre esa orga-
nización general intenta dar sentidc a los datos.
Desde ésta perspectiva la entrevista permite obtener Úna respuesta de gran riqueza informa-
U
tiva, contextualizada y holística, elaborada por los propios entrevistados, en sus palabras y des-
de sus propias perspectivas. La entrevista en profundidad se emplea para detectar motivos laten-
tes o pr~uic~o~ an.99_se desea indagar sobre un tema confidencial, em~o· ¿füicil.'°Ti"iii~
biénse recurre este dispositivo cuando un comportamiento respecto del cual hay normas que
establecen las conductas a adoptar impide que el sujeto manifieste grupalmente comportamien-
tos que no se avengan a esas normas. Además, se utilizan para entrevistar profesiónales o espe-
cialistas, para estudiar comportamientos rutinarios o intimos y, últimamente, para reemplazar
en muchos casos a las entrevistas grupales, pues mucha gente se ha transformado en "especialis-
ta" en entrevistas grupales (focus group) en algunos ámbitos donde la participación en esta téc-
nica es rentada, (por ejemplo, en la investigación de mercadó). Alli se está retomando en algunn
7 Blumer. H. "What is wrong with social lheO<Y? º. American Soóological ReVÍew. Vol 19, N°l ( 1954) p. 3-10.
502 Metodologfa de 11 tnvtstig¡¡clon en org1nlzadonu, mercado y so<h dad
Entrevistador: -Usted indicó que preferla beber un vino fr(o en las fiestas de fin de semana con s11s
amigos. ¡Por qut?
Encuestado: -Porque tiene menos ala,hol que un combinado y porque llena tanto que tiendo
a beber más despacio
Entrevistador: -¡Qué ventajas tiene !,eber menos cuando está con sus amigos?
Encuestado: -Nunca pcrué en ello. No lo sé.
Entrevistador: -Trate de pensarlo relacionándolo con la fiwa. ¡Cudndo fu e (a última vez q11e bebió
vino fria en una fiesta a,n sus amigos?
Encuestado: -El llltimo fin de semana.
Entrevistador: -Bien. ¡Y par q11l lo bwi6?
Encuestado: -Lo cierto es que sabia que iba a estar mucho tiempo bebiendo y no quería em-
borracharme
Entrevistador: -¡Por qué era tan importante no emborracharse en la fiestn del pasado fin de sema-
na?
Encuestado: -Cuando voy a una fiesta, trato de relacionarme, de hablar con mis amigos y, con
suerte, de hacer otros nuevos. Si me emborracho, temo hacer el ridiculo y que
no vuelvan a invitarme. Para mi es importante formar parte del grupo.
Fuente: Reynolds y Gutman: "Laddering theory, mcthod, analysis and interprctation", Journal of Adveni-
sing Research. Febrero/ mano 1988: 16.8
La entrevista escalonada no es una t~c nica que usarla un inves tigador cualitativo en un esta-
dio interpretativo pues resulta demasiado intrusiva. El investigador es muy activo en la búsque-
da de significados relativos a los conceptos que procura conocer. Observemos en cl texto cómo
se busca establecer relaciones entre:
(A) Atributos del producto: es el atributo del producto buscado (expresado) por el en·
trevistado. En el ejemplo, que la bebida contenga poco alcohol, que "llene" sin embriagar.
Ejemplo 1
Objetivo General:
"Establecer el conocimiento que los mponsabla de medios de las universidades públicas y privad:i.s con
sede en Capital Federal tienen sobre la existencia, conservación, posibilidades, etc. de los medios au-
diovisuales y las nuevas tecnologlas en los centros educativos donde desarrollan su labor, desde la mlÍl-
tiplc pcrsp«tiva de educador, coordinador y dinamizador de los medios técnicos a la cnseñ1mza''.
Ejemplo 2
': Objetivo general:
"Evaluar la gestión del 4rea de RRHH en la implementación del Programa de Calidad"
Objetivos específicos:
- Descn'bir el camino critico de los cmple:idos para incorporarse al programa de calidad.
- Conocer los servicios que ofrece el dcpanamcnto de RRHH para integrar a la gente al programa de calidad.
- Resefíar los mecanismos de comunicación interna y externa que proporciona el depanamento de
RRHH en relación al programa de calidad
..
-: ·
r
Capltulo XIV Cuestionarios y en1revistas 505
En los dos ejemplos de la figura 14.17. se formulan los objetivos que se pretende alcanzar con
la aplicación del dispositivo. Veamos a continuación cómo elaborar los temas guía congruentes
con esos objetivos.
Figura 14.18 Ternas y subtemas guía de la entrevista. Surgen del marco teórico y los objetivos
de investigación
Una vez que los temas guía son definidos, se los analiza -poniendo la lista en consideración
de especialistas - y con ese material revisado se elabora el protocolo definitivo.
Generalmente, una entrevista insumirá un tiempo cónsiderable del que no siempre cst<Jmos
seguros de contar nosotros o los entrevistados. Cuando éste punto sea particularmente critico
por la naturaleza de la situación o las caracteristicas del entrevistado (persona con poco tiempo,
muchas obligaciones, en la vía pública etc), es conveniente organizar las preguntas de modo que
si el entrevistado debe irse por alguna razón o d ecide no seguir respondiendo, habremos obte-
nido igual los elementos más necesarios para lograr los objetivos del estudio. En estos casos es
conveniente preparar la entrevista utilizando la técnica de embudo. Esta técnica consiste en or-
denar los temas guía segú n la lógica siguiente:
• De lo general a lo particular
• De lo ainplio a lo concreto
· De superficial a profundo
De lo impersonal a lo personal
De lo informativo a lo interpretativo
506 Metodologl• de la lnvestlg1ción en organiuclonos, mercado y socl•d•d
Observemos con detenimiento el ejemplo de la figura 14.19. Es parte del p rotocolo de entrevista que
corresponde al objetivo 1 que vimos en la figura 14.17. El instrumento será u tilizado para entrevistar
sujetos responsables del C.entro de Medios de universidades públicas y privadas (personas responsa-
bles de informática y d e medios técnicos audiovisuales en general en las instituciones mencionadas).
Siguiendo los objetivos d el "Paso l " el documento define las dimensiones de interés y los in-
dicadores para cada una de ellas. Corno es característico de la técnica de e n trevista semieslruc-
t urada, los indicadores se expresan como g ulas para la exploración y el sondeo. Lo importante
en este ejemplo es valorar el conocimiento pormenorizado de las áreas de interés en el desarro-
llo del pro tocolo, conocimiento que surge del marco teórico de la investigación. El hecho de no
ofrecer alternativas predeterminadas de respuesta no implica, como vemos, que los temas guía
se redu zcan a un conjunto de generalid ades. Cuanto más conoce el investigador las condiciones
y contexto de su objeto, mayor riqueza y precisión puede obtener d e la entrevista.
Entrevista a miembros de universidades publicas y privadas que cumplan funciones de coordinador del
Centro de Medios T~cnkos, asesor d e informftica, e tc.
Tema "Dimensión" Aspectos parciales -subtemas- de cada tema a explorar/sondear " lndicadores"
1. Demográfica a . Tltulos, especialidad, edad, sexo, etc.
b. Experiencia docente-profesional: anterior a la llegada a la universidad
c. Acceso al ouesto. Canto aue ocuoa
2. Valoración de los d. Opinión acerca del papel que d=¡>d\•n / pueden dcoempel\ar los medios
medios en la universidad respecto al proceso ensell.aOZ3·aprendizajc, formación de profesores, etc.
e. Expresar la visión de los responsables de medios sobre la enseñanza con
medios y sobre medios (lectura de imágenes, publicidad, visión crflica de
televisión o lilms, etc.)
3. Formación de los f. Primer contacto con medios. Historia profesional
profesionales del Centro g . Descripción-Valoración de conocimientos y formación propia y de otros
colegas
h. Necesidad de desarrollo profesional en este campo
4. Formación y l. Descripción de la intervención en el perfeccionamiento y/o asesoramiento
asesoramiento a profesores de los profesores de la universidad (de qué niveles, en qué tiempos, en qué
lugares [propio centro, otras instancias), qué métodos, procedimientos,
técnicas ..., qué materiales, qué espacios, qué formadores, etc.)
j. Valoración de la reacción de los profesores ante la labor formativa y/o de ,.
asesoramiento procedente del Centro (en cuanto a procedimientos, tiem·
pos, lugares, persona del formador-asesor, etc.)
k. Demandas de formación-asesoramiento de los profesores de la universi·
dad (procedimientos u tilizados para conocer las demandas, descripción
de las mismas, métodos utilizados en su valoración, selección y prioriza-
c.i ón, procedimientos y modos de atención de las mismas)
S. Aspectos organizativos l. Percepción acerca del nivel y calidad del equipamiento de la universidad
m. Descripción de la organización y funcionamiento del Centro en relación a su
función de préstamo, asesoramiento y formación de los profesores en medios
n. Opinión sobre L, organi1.ación ideal de los medios en los centros escolares (en
relación a tiempos, espacios, funciones, áreas en que se emplean, agrupamiento
de alumnos, actuación de los profesores, presencia en el diseño curricular, cte.)
o. Percepción acerca de los princip;iJcs obstácu los , problemas, dificullades
que suelen plantearse co los centros en relación al uso de medias
Capitulo XIV Cue;ti onarlos y e ntrevistas 507
Si observamos el protocolo de la figura para el primer tema propuesto, que se refiere al ingre-
so de los empleados al programa de calidad desde el reclutamiento hasta la indusi6n, vemos que se
formulan las preguntas al entrevistado de manera relativamente general, dando la posibilidad de
que el sujeto relate su experiencia, pero a la vez se ayuda al entrevistador a enfocar la lista de te-
mas pautados si estos no se presentan espontáneamente. De tal forma se puede obtener infor-
mación tanto de cuestiones desconocidas para el investigador como d e las que espedficamente
se quiere constatar.
• -¿Qut significado rient para Ud.(... ]i ¿/\ Ud. qut le partee[. .. ]? ¿Qué cm Ud. sobre[... ]!
l' • • Ud. dijo que[... ], ¡podrla ser 11111s preciso en Cl/anro a [... ]?
Obic.n:
i' • -¿C6mo describirlas/ definirlas/ explicarlas(... ]?
• -¡Podrlas valorar, desde tu visión. [... ]!
• -¿Qui harlas si(... }!
• -¡Qué sugerencias o iniciativas te parecen más vtllidas acerca de... ?
,\
,-
~
\' ;
~~.
,:.•.
Capitulo XIV Cuestionarios y entrevistas 509
Respecto a la formación práctica, siempre que se disponga de los recursos de tiempo y perso-
nal idóneo para hacerlo, es muy conveniente la experiencia de un role-playing o símulación de
la situación d e entrevista. Puede implementarse el trabajo en parejas entre los miembros del gru-
po, con el fin de controlar cíertos aspectos técn icos requeridos. Lo usual es que cada miembro
de la pareja represente ambos papeles -entrevistador y entrevistado- para de ese modo poder
ambos practicar el papel de entrevistador. Para un mayor aprovechamiento de la experiencia, la.~
entrevistas pueden ser grabadas y posteriormente analizadas en sesiones conjuntas con el fin d e
corregir, en lo posible, los defectos de forma que pudieran aparecer ( "muletillas", voz poco cla-
ra, etc.), así como para proporcionar muestras prácticas de ocasiones en las que aparece una ré-
plica sin dejar tiempo de reflexión al entrevistado, o bien situaciones en las que era necesario rei-
terar la pregunta de otro modo, etc. En u na segunda etapa, es conveniente realizar algunas en-
trevistas con el guión defin itivo a una pequeña muestra de la población que será luego entrevis-
tada y hacer un análisis minucioso de las grabacíones con el objetivo de proporcionar feed-back
sobre los aspectos que resultén más difíciles, tanto sobre el contenido de la entrevista, como de
sus aspectos contextuales o situacionales, así como d e fonna. De esta discusión se puede obte-
ner una serie de aspectos -a revisar a. la hora de realizar la entrevista- en cuanto a formulación
de preguntas, profundización sobre los temas, así como en lo que hace a la explicación a los en-
trevistados sobre el aspecto concreto en el que deben centrarse, etc.
(por ejemplo, por el aporte social, práctico, teórico o comercial que éste podrla represen-
tar) y valorando especialmente el conocimiento en particular con que se espera que el en-
trevistado contribuya a esos fines. Por último, el desarrollo es también el lugar adecuado
par:i explicitar las condiciones de confidencialidad que se prevén para la entrevista.
• Final: La carta finaliza con el anuncio concreto del p róximo contacto, que puede ser te-
lefónico, por correo normal o electrónico. Se ofrece también al candidato la posibilidad
de establecer él mismo el contacto se as[ lo desea.
Atentamente,
''
Jerry Glenn
http://www.acunu.org/. Proyecto Milenio. Consejo Americano de la Universidad de las Naciones Unidas
Pd: Adjunto Cinco preguntas generales para la entrevista sobre las implicaciones para l;i gestión de las
cuestiones futuru de ciencia y la tecnologla
Un último elemento que es condicional -puede o no estar según el interés de las par tes- es un
resumen orientativo de las preguntas que habrán de formularse al entrevistado.
f
!~
Capitulo XIV Cuestionados y entrevistas S11
a . Personales
L'ls entrevistas, como ya sabemos, pueden realizarse personalmente o a través del teléfono u otro
medio de comunicación interactivo. El protocolo es aplicado por un entrevistador (en el marco de
Plan de entrevistas suelen ser varios), quien irá haciendo las preguntas y tomando nota de sus res-
puestas. A estos fines, es muy importante que el entrevistador conozca con profundidad el cuestio-
nario / guía y las instrucciones que en él se incluyen, así como los propósitos del mismo, tal como
lo habrá aprendido durante el curso de capacitación. Si han sido adecuadamente entrenados como
explicamos en el paso correspondiente, un equipo de personas sin mayor experiencia, utilizando el
protocolo, puede obtener la ¡nformación requerida. Ser un buen entrevistador para el caso de la
entrevista semiestructurada éonsistc básicamente en formular las preguntas de la forma aprendida
y registrar las respuesta de manera clara y precisa. Idealmente, la entrevista debe ser registrada, ya
sea por medio de grabaciones o filmaciones. Ello no significa, sin embargo, que estemos relevados
de tomar notas antes, durante y luego ~e la sesión ya que las grabaciones no siempre son buenas y
fundamentalmente, resultan confusas a la hora de la desgrabación si no hemos hecho aclaraciones
en un papel. Por otro lado, cuando sólo contamos con una grabación d e audio es conveniente ano-
tar cuestiones de contexto, la actitud co rporal del entrevistado y manifestaciones de estados afecti-
vos que a veces se exponen a la observación visual pero qúe no se manifiestan en el audio.
El comienzo de la entrevista
La entrevista comienza con las presentaciones y la explicitación de las pautas del encuentro.
Se brinda al entrevistado información sobre objetivos y propósitos d e manera general, evitando
abundar en detalles que predispongan las respuestas del entrevistado. Se acuerdan los aspectos
formales, tale~ coó10 el tiempo que se espera insuma el encuentro, las J10rmas de confidenciali-
dad y la autorización para grabar la entrevista. La entrevista se inicia con alguna pregunta sim-
ple de contestar, que no genere tensión en el entrevistado pues lo que buscamos es lograr un am -
biente agradable para el diálogo. Veamos a continuación los momentos de la entrevista.
Desarrollo de la entrevista
La calidad del desarrollo de la entrevista se basa en gran medida en la calidad de la preparación.
Aún los entrevistadores muy expertos -sobretodo ellos- planifican cuidadosamente la entrevista
512 Mctodol~la de la lnvtstigadón en or9aniuciontS. mercado y sociedad
para poder obtener el tipo de infor mación que necesitan. Quizás lo mas dificil para quien no tiene
experiencia sea mantenerse atento mientras anota, graba, mira al entrevistado y tolera la tensión
que toda situación de inte.r acción con un desconocido genera. Esta dificultad puede dejar mal pa-
rado al en trevistado en algunos tramos del diálogo en que su interlocutor no se siente atendido, pe-
ro lo más grave de esta situación es perder información importante u olvida.r sondear temas que
luego resulten import~tes para el estudio.
Final de la entrevista
Es importante poder prever la finalización de la entrevista y que no que sea el entrevistado
quien se ponga de pie para despedirn os. Cuando veamos que el ti empo pactado al inicio está ex-
p ira ndo, puede inten tarse establecer un nuevo acuerdo, si es que aún quedan temas que valdr!a
la pen a ampliar, pero hay que contar con la posibilidad que tal tiempo suplem entario escape a
las posibilidades del entrevistado y sea necesario in terrumpir la conversación. El haber sido pre-
visores respecto d el horario n os permitirá concluir sin mayores ampliaciones pero habiendo to-
cado todos los temas pautados en el protocolo.
b. Autoadmirustradas
Dijimos que cuando no es posible la situación ideal de la entrevista cara a cara puede optar-
se por la entrevista por correo, que será autoadministrada por el entrevistado. En la figura 14.23
h emos seleccionado la primera de 5 preguntas-guía adjuntadas al protocolo de entrevistas cuya
carta de solicitud está en la figura 14.22. Como allí se lee, los investigadores prevén que la entre·
vista se realice ya en persona, ya por correo. La ventaja de llevar a cabo las entrevistas personal-
m ente es que habrá retroalimentación inmediata, aclaraciones, precisiones, posibilidad de repre- •
gunta y de exploración en temas que el entrevistado olvide tocar o no interprete en el mismo J·.; ·
sentido que el entrevistador. Adem ás, si los entrevistados tienen alguna duda es posible aclarar- ·· ··.;
la en el momento. La ventaja de la auloaministración es que se gana en serenidad del entrevis-. , ;, '.
tado tan to p orque elige el momento adecuado para responder, como por la falta de presión di- ~ •.::
recta que implica la presencia del entrevistador. Finalmente, como en el caso del ejemplo, las en- :{:
trevistas autoadministradas son el mejor recurso para un programa de 100 entrevistas a cientí- · .;
licos distribuidos en todo el mundo.
Por ejemplo, ¿ne~sitaremos un pronóstico y evaluación de la tecoologla global de acuerdo con nor-
mas internacionales para establecer el riesgo aceptable? ¿O hay allí mejores mecanismos para mane-
jar el riesgo? ¿Qué tipo de aproximaciones puede ser usado para crear controles dentro del catre los
campos científicos para prevenir acontecimíentos negativos?
¿Bajo qué circunstancia se deberla permitir la intervención en la investigación científica? ¿Serán nece-
sarios tratados nuevos, protocolos, y/o leyes?
Tal como lo hemos expresado, el investigador intenta mantener el esplritu del encuentro, por
ejemplo ofreciendo en cada pregunta una buena introducción, la inclusión de interrogante.s am- ·
plios y ayudas más precisas qut contribuyan a centrar las respuestas del entrevistado-y a alentar-
lo a continuar, siempre manteniendo el nivel de estandarización relativa que la entrevista se-
miestructurada a \a vez posibilita y exige.
Hemos presentado en este capítulo las dos técnicas m ás utilizadas en la investigación social:
los cuestionarios y las entrevistas. Estas últimas volveremos todavía a repensarlas en el capitulo
23 cuando las abordemos según el enfoque de la investigación cualitativa.
..
'-
.,,,
Capítulo 15 Guías de observación sistemática
instrucción para el censista: Anote por ltem 2: ¿Cuál es el material predominante en los pisos?
observación
O Cerámica, baldosa, mosaico, mármol, madera o alfombra
!nclicador: Tipo de vivienda O Cemento o laatillo fijo
O Tierra o ladrillo suelto
ltcm 1: Este hogar vive en... O Otros
O Casa ltem 3 : ¿Cudl es d material predominante en las paredes ex-
O Rancho teriores?
O Casilla
O Departamento O Ladrillo, pie¡l.ra, bloque u hormigón
O Pieza en inquilinato O Adobe
O Pieza/s en hotel o pensión O Madera
O Local no constru ido para habitación O Chapa de metal o fibrocemento
O Vivienda móvil O Chorizo, cartón, palma, paja sola o material de desecho
O En la calle O Otros
Fuente: Censo nacional de población hogares y viviendas 2001. Repóblica Argentina. Instituto Nac,ional
de Estadlsticas y Censos.
516 Mttodologra dt la Investigación en org•nizacionu. me,cado y sociedad
1. no sistemáticos
2. sistemáticos
t tentan describir la conducta en su contexto. Constituyen una forma narrativo- descriptiva de re-
latar observaciones, reflexiones y acciones. Son muy importan tes en la investigación cualitativa y
exploratoria y útiles o la investigación cuantitativa como paso previo para construir un sistema
I;\:, de observación sistemático, porque facilitan la identificación de categorías.
Antes de comenzar a construi.r un instrumento de observación es siempre recomendable acu-
dir al escenario y realizar un registro narrativo, pues es habitual que el investigador, en la prueba
r
;l-i
previa realizada sobre una pequeña muestra (que siempre es necesario realizar antes de la apli-
cación definitiva del instrumento) encuentre que en la plantilla faltan o sobran categorías. El re-
gistro narrativo previo al esfuerzo de elaboración del dispositivo contribuye a prever estas inade-
cuaciones en las categorias.
a. Listas de control
b. Escalas de estimación o apreciació n
a. Listas de control.
Son listas de conductas o eventos cuyo objetivo es señalar qué se debe observar (Ver figura 15.2)
Sólo se observa la presencia - ausencia de los comportamientos previstos. Para que estas listas sean
efectiv-.is es importante que el n úmero de eventos a observar sea restringido y es deseable que la se-
cuencia en que se presenten los items sea cronológicamente coincidente con las conductas a registrar.
• Escalas de calificación numérica: las escalas de calificación num érica son más fáciles de . ) /
construir y utilizar y ofrecen números que se pueden usar directamente en el análisis és- fr,:
tadístico, pero es posible que sean objeto de errores típicos de calificación, como luego ~t;c;·
veremos. Todos los instrumentos que presentamos pueden convertirse en escala de cali- t '
ficación numérica agregando números en cada una de las categorías que indiquen canti- ·;· ~
dad, intensidad, mayor o menor frecuencia, etc., como se muestra en la figura 15.4 · /t.,
Figura 15.4 Escala de calificación numérica. Ejemplo
2 3 4 5
"""
•,.,·?,•:,
.,'(.·
,,..,,
• Escala de descripciones condensadas: mencionemos finalmente las escalas descriptiv~.~1-
que expresan de forma clara y del modo más exacto posible la conducta a observar. Un
-:.;'i
reactivo de este tipo podrfa ser el de la figu ra 15.6, que se presenta a continuación: .•2t
Construir una gwa de obs rvación, cualquiera. sea el lipa elegido, es una tarea ardua y por ello
7
. alentamos al lector a buscar sistemas de observación ya desarrollados y probados sobre los que se
• ;: pueda -si es necesario- hacer adaptaciones cuidadosas con el fin de adecuar el instrumento a las
. necesidades del estudio que se quiere llevar a cabo, pero si.n tener que trabajar sobre todos los de-
talles del dispositivo.
Si no se encuentra un instrumento disponible, quien emprenda la elaboración de un sistema de
observación debe prever una serie de tareas que exigen mucho cuidado para su elaboración.
·'-··
··
'.,; 1 Ver capítulo 12 Et PROCESO DE MEOlCIÓN.
::l.,! Ver capítulo 8 D,soos OE 08SERVAC1Órol.
,1~Ver capitulo 4 El MARCO TEÓRJCO.
!,¡
-i
520 Metodologfa de la Investigación en organizaciones, mercado 'i sociedad \ ,.
{
. ,:
Concientes los investigadores de los puntos que terminamos de enumerar, han imaginado dis-
positivos que con mayor o menor énfasis se proponen reducir las variaciones que pueden surgir '.,,1~.
:1
en los datos como consecuencia de las diferencias en la percepción e interpretación individual de ·l:
los fenómenos. ·.i.·
El objetivo de observar interponiendo el instrumento entre el observador y el evento es pro-
porcionar una lente estandarizada que todos los observadores puedan compartir. En esa dirección, ;
los instrumentos de observación permiten al investigador:
- Remitirse a los mismos aspectos del fenómeno a observar: esos aspectos estarán defini-
dos en el instrumento y serán relevantes en relación a las definiciones teóricas del estudio.
- Registrar los datos exhaustivamente: todos los eventos indicados tendrán que ubicarse en
la plantilla a medida que ocurran, lo cual se espera que reduzca drásticamente la selección
subjetiva de cada observador.
- Producir datos consistentes entre observadores: consecuentemente con lo anterior, si to-
dos los observadores e~tán prestando atención a los mismos eventos y cueñtan con la mis- .:·
roa guía para ordenarlos, no debería haber d iferencias significativas entre sus observaciones.
Aunque son solo tres actividades habrá que descomponerlas en otras, pues elaborar una guia
: · vá.\ida y confiable no es tan simple como podría pensarse. Desplegaremos ]as tres actividades con ·"'
~ mayo.r d~t~lle en los pasos señalados en l:i figura 15.7.
il
l' 15.3.l Paso 1: obtener la definición conceptual y operacional de las/s variable/s a medir
No es necesario abundar en éste punto sobre el cual hemos pensado lo suficiente en el capí-
12:
' tulo. Baste ahora decir que en el momento de definir qué referentes empíricos darán cuenta
de las variables de interés, esos referentes deben ser definidos en términos de conductas o even -
tos observables. Si pretendemos medir la calidad de atención al cliente intento, habremos de esta-
blecer qué conductas se subsumen al concepto calidad de atención al cliente intemo, dicho en
otras palabras, qué conductas señalarán la presencia de esa variable. De alguna forma los obser-
vadores a cargo de la recolección de datos deben saber cómo distinguir los comportamientos
que expresan los distintos tipos y grados de calidad de atención al cliente. Esto exige proporcio-
narle alguna forma de definición operacional -en términos de conducta, fenómeno Ó evento- del
concepto a medir.
El aspecto critico del dispositivo está en que de la observación de la conducta se extraerán in-
ferencias acerca de variables tan complejas como motivación, actitudes o percepciones, que se su-
ponen expresadas en dicha conducta. En cualquier caso, el investigador habrá partido de alguna
teoría -implicita o explicita- acerca de la forma en que dichas variables afectan la conducta y
habrá elegido observar las reacciones que le parezcan adecuadas a su propósito.
Capítulo XVI Gulas de o bservación sls tem~tica 521
\' ~:
Dimensiones
..:.-
Indicadores
Items de observación
El desafío para el investigador, en suma, es especificar con toda claridad qué eventos, ob-
jetos, pautas de conducta o interacción han de tenerse en cuenta para evaluar el o los concep-
tos involucrados en su problema de investigación. En el ejemplo de la figura 15.9 se presenta
un instrumento de observación para la variable seguridad en la industria ferroquimica en el
cual integramos algunas de las guias que vimos hasta aquí para poder tener una visión de conjunto
de variables, dimensiones, indicadores e items. Como es evidente, se trata de conceptos relativos,
522 Metodología de la Investigación en organiza ciones, mercado y sociedad
ya que en última instancia son siempre variables diferenciadas solo por el nivel de complejidad /
y abstracción, cuestiones ambas que dependen del lugar en el que se sitúe el investigador en fun- {.
ción de los objetivos del estudio.
\
Empresa: Fecha:
Dirección: Observador:
Superficie:
Especialidad:
Variable: Seguridad en la industria ferroquímica
Unidad de observación : las empresas
..
Categorías Subcate5ortas ltems
(Dimensiones) (Indica ores)
Ejemplo:
En un estudio inspirado en los trabajos de Kurt Lewin se pretende observar los roles que
cumplen los miembros de un.grupo de trabajo. La hipótesis es:
' .A mayor frustración, mayor agresión~
Es decir que el sistema contará con dos categorías:
-frustración
-agresión
El observador habrá primero de aislar del magma continuo de interacción entre los sujetos
del grupo las conductas que puedan subsumirse bajo el concepto de frustración y de agresión.
Hay dos cajones para ir guardando esas conductas.
Evento:
El observador presencia el ingreso dedos colaboradores·A"y"B'; ambos conversan. Momentos des-
pués ingresa el coordinador. "A" le entrega un informe. Entra a la sala un tercer empleado y un mozo.
El coordinador pide café par-J los cuatro, los invita a sentarse. Todos conversan, el coordinador recha-
za el informe. Sigue el dialogo, bromas sobre el resultado del partido de fútbo l del último domingo. El
coordinador se retira."/\" comenta a "13" su informe. "B", coincide en lineas generales con el coordina-
dor en cuanto a las modificaciones que deberla hacer "A" en el informe. ''/>:' y "B" parten conversando
amigablemente''. Fin del encuentro.
Hacer un inventario implica aislar de ese evento aquellas porciones que puedan subsumirse ba-
jo la categoría de frustración o de agresión. Supongamos qu e el observador selecciona las siguien-
tes como indicador de frustración para "K:
• El coordinador rechaza el informe.
-"n·: coincide en lineas generales con el coordinador en cuanto a las modificaciones que debería
hacer "A" en el informe.
Este inventario de eventos categorizados como frustración puede todavía clasificarse en función de
algún otro criterio, siempre coherente con los objetivos del estudio, como se muestra en la figura J 5. 10.
524 Metodología dt fa 1nves1igación en organizaciones, mercado y sociedad
t
:;.
Figura 15.1 O Ubicación de la unidad de observación en la categoría. Ejemplo 1:i
~f:f.:~
.--Ca-te_g_o_rla
_ _ _...-_ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _S_u_b_c_a_te_g_o_rí_as_ _ _ _ _ _ _ _ _ __ _ _ it~
1. Frustración 1.1. Frustración relacionada con 1.2 Frustración relacionada con '""-. ,
superiores pares t'
1----=------ -- - - - --1---'-- - - - - - ------.J
El coordinador rechaza el informe "B~ coincide en lfneas generales con el
coordinador en cuanto a las modificacio-
t1es que deberfll hacer "A" en el it1forme.
Así quedan definidas dos subcategorías para la categoría frustración, de modo que el obser-
vador podrá en adelante subsumir conductas bajo el nuevo criterio clasificador "frustración re- .;/
lacionada con superiores" o "frustración relacionada con pares"
En éste caso, el segmento de comportamiento "el coordi11ador rechaza el informe" del siste·
ma de la figura 15.10 se ubicó en la categoría "1.1. Frustración relacionada con superiores';
en la figura 15.1 J, en cambio se ubicó al mismo segmento de condueta en la categoria "Ha-
bla el coordi.nador". Es el mismo segmento en dos categorías diferentes, pero ambos corres-
ponden a distintos sistemas de observación. Dentro del mismo sistema las categorias siem·
pre deben ser excluyentes.
Capítulo XVI Guras de obse rvacion sistem~tica 525
Universo
El universo estará compuesto por el total de los eventos o conductas acerca de los cuales se e.xtrae-
rán las conclusiones y debe estar claramente defmido. De acuerdo con su tamaño, naturaleza y recursos
,', disponibles, la observación se realizará sobre todo el universo o sólo sobre una muestra que lo represente.
"r>: Son ejemplos de universos de conductas observables:
.1~ Muestra
•'
Ahora, ¿cuáles, de ese unjyerso de conductas que nos interesa estudiar, serán las que efectivamen-
te observaremos? En otras palabras, ¡cuál será la muestra de eventos, conductas o aspectos a obser-
var y ubicar en las categoóas?
Si se trata de observar las interacciones de un grupo de trabajo, ¡observaremos durante tres me-
ses o haremos un registro de todas las interacciones de 10:00 a 12:00 y de 14:00 a 16:00?; ¿preferire-
mos, quizás, una muestra al azar de disúntos periodos a lo largo del día?; ¡seleccionaremos sólo las
intema:iones relacionadas con la consewdón de objetivos de rmbajo, o tal vez sólo las interacciorn:s informales?
¡conviene observar a todos los sujetos del grupo o solamente a algunos? En suma. es necesario definir -y exis-
ten distintos criterios para hacerlo- las muestras de las oonductas a observar.
Disponemos de diversos tipos de muestreo y la elección de alguno de ellos dependerá de los objetivos
del etudio, de la naturaleza de las variables a medir y de oonsideraciones relativas a rostt> y tiempo db-ponible.
..
. ,.
,, Ejemplo:
Se quiere evaluar la variable "Satisfacción del consumidor del supermercado PLUS" . Las di-
mensiones de la variable poddan ser: Satisfacción por el servicio, Satisfacción por la calidad de
los productos, Satisfacción por la variedad, Satisfacción por los preci.os. Tomemos un indica-
.: .,
dor de satisfacción por el servicio. Por ejemplo: tiempo de espera en las cajas. Vamos a pensar
una guía sencilla.
Las filas de dientes frente a las cajas del supermercado "Plus" es el universo de conductas para
la cual se diseñará la guia de observación. Se pretende medir el tiempo promedio que irnume
a los dientes llegar al puesto del cajero. El propósito es ver si es necesario aumentar el número
de cajeros. En la figura 15.12 vemos el instrumento.
Figura 15.12 Guía de observación. Universo y muestra. Ejemplo
En éste caso la medida tomada es la durnci6n del evento, es decir el tiempo que el cliente pa. !:
sa en la fila. Pero también se hubiera podido registrar el número de clientes que salla de la caja 1;:
cada 10 minutos o haber registrado en intervalos de 5 minutos cuántos clientes hay en cada ca- :
ja haciendo fila. Si se quisiera identificar los momentos críticos de espera, hacer todas las obser:
vaciones un jueves a las 14 horas, como en la plantilla de nuestro ejemplo no serla adecuado.
Lo correcto en ese caso serla un muestreo de tiempo observando en días y horarios diversos. ·.
Si existe la prcsuncíón de que a distintos cajeros puede insumirle mayor o menor tiempo aten-
der a cada cliente, corresponderá hacer también un muestreo de cajeros para prevenir sesgos, y si
la cantidad de mercadería que cada cliente lleva en el carro incide en el tiempo de espera, habrá :
es
que establecer un muestreo adecuado de clientes y evaluar si el universo "fila de clientes" co- ·
rrecto o habrla que introducir precisiones para discriminar las cajas rápidas de las normales.
En suma, podemos recurrir a tres tres tipos de muestreo:
a. Muestreo de sujetos
b. Muestreo de tiempo
c. Muestreo de situacíones
Categoría Subcstcgorias
Eficiencia de la enfermera Subcatcgorfas
la medida en que hay mayor libertad también hay mayor ambigüedad. ¿estaríamos todos de
acuerdo a la hora de poner una cruz que indique supervisor autoritario?. Muy probablemente lo
que para unos es autoritarismo para otros es autoridad, rectitud o responsabilidad e inversa-
mente cuando un observador estuviera listo para marcar "efectividad" otro <liria "autoritarismo".
Para realizar una observación molar, es necesario definir la variable de manera general y contar
con observadores capacitados para registrar una variedad de comportamientos bajo una misma
categoría, lo cual no siempre se logra. Una alternativa es elaborar una lista de conductas autori-
tarias posibles y transformar as! el código en molecular. Por ejemplo "El supervisor grita''. De ese
modo es mucho mas fácil lograr un acuerdo entre observadores: generalmente la gente acuerda
poner una cruz en una categoria como "El supervisor grita". Justamente tal es el propósito del
código molecular que antes vimos en la figura 15.13. El problema es que pueden aparecer con-
ductas autoritarias que no figuren en el listado y entonces el estudio dirá que el supervisor no es
autoritario, pues esos comportamientos no se habrán previsto en la plantilla de observación, as(
como la enfermera podría ser muy cuidadosa del vínculo con el paciente conversando con él o
haciendo bromas afectuosas aún sin saludar, despedirse ni explicar el procedimiento.
Guía A. Procedimientos de toma de decisiones del grupo: manera de lograr los objetivos.
1. Modo de fijar el grupo sus tareas o agenda
2. Quiáles toman las decisiones
3. Estilo de toma de decisiones: votación, asentimiento tácito, consenso.
4. Se discuten pros y contras
5. Se resume la situación
6. Se unen ideas aunque surjan separadamente
7. Se solicitan opiniones dentro y fuera del grupo
8. Se busca información sobre lo que se discute
Guia B. Liderazgo: Quiénes y cómo se ejerce el poder en el grupo.
1. Tipo de liderngo: compartido, monopolizado, autocrático, democrático, ¡nsivo.
2. Toma en consideración de las necesidades de los miembros
3. Personas a quienes se presta más atención
4. Influencia del Hder en las decisiones del grupo
S. El Hder se implica emocionalmente en las deliberaciones
6. Permite a otros miembros ejercer funciones de líderazgo
Guía C. Patrones de comunicación.
1. Claridad de las ideas, valores y sentimientos.
2. Quiénes hablan, a quiénes se dirigen.
3. Tono de las intervenciones (amistoso, agresivo, neutro)
4. Comunicación no verbal (postura, gestos, miradas, etc.)
S. Modo de comunicar del Hder.
6. Acepta el grupo la expresión de emociones como el miedo, rabia, frustración.
7. Se aportan sólo ideas.
8. Se expresa a veces lo que se siente.
9. Libertad para pedir explicaciones.
1O. Reutilización de aportaciones ya hechas por otros núembros.
S30 Melodologla de la lnvtst igad6n en organizaciones. me,cado y sodtdad
Veamos primero el ítem número 3 de la g4ía A y también los ltcms 7 y 8 de la guia C. No pa-
rece muy complicado anotar cuándo en un grupo de personas los objetivos son decididos por vo-
tación, aseritimiento tácito o consenso, sl es que el observador sabe qué significan tales términos.
Tampoco es difícil definir qué se entiende por hablar sobre ideas o hablar sobre los propios senti-
mientos. Un observador entrenado podrla colocar una cruz en uno u otro casillero sin dudar.
Evaluando en cambio el ftem 9 de la guia C, veremos que la decisión se complica. Si mera-
mente el frem d ijera "pedir explicaciones" no serla problemático ubicar la cruz, pero ¿qué debe-
mos entender por" libertad para pedir explicaciones"1 Aqul las definiciones empiezan a hacerse
más exigentes y requieren que el observador realice mayores inferencias, es decir interprete lo
que observa y decida si debe considerar la conducta que ve como un indicador de "libertad pa-
ra pedir explicaciones·: ¿Significa libertad que alguien pide una explicación y nadie lo cenmra
por ello? Y ¿qué clase de conducta debe entenderse por censura? Una alternativa molecular serla
más clara: definirla conductas especificas que para el investigador expresaran el concepto censu-
ra y que para el observador simplemente significaran h acer una cruz ante un comportamiento
simple, por ejemplo: "alguna persona del grupo mira fijo a quien pide explicaciones y frunce el
ceño" o "alguien del grupo utiliza una clase determinada de palabras» ( que el observador tendrá
listada). Estas alternativas de código molecular reducirían la inferencia que debe hacer el obser-
vador respecto del utilizado en la gula molar del ejemplo.
Pero continuemos con nuestra apreciación de las gulas. ¿Qué decir del ítem 6 de la guia B, Per-
mite a otros miembros ejercer funcionf!S de liderazgo?, ¿cómo observar funciones de liderazgo?, ¿qué
funciones son ésas? Y en cuanto a las expresiones de emociones como el miedo, la rabia, y la frus-
tración del (tem 6 de la guia C, ¿qué observables las señalan? Es evidente que, a medida que au-
menta la exigencia interpretativa, va resultando más y más dificil establecer pro~edimientos me-
todológicos que permitan el consenso entre jueces expertos y la posibilidad de replicar una ob-
servación, que es en definitiva lo que da sentido de la observación sistemática.
15.3.4.2 Relación entre el grado de inferencia del observador y la confiabilidad y validez del
instrumento
En esta instancia es necesario enfatizar la relación cntn la decisión que tomemos en torno a
la cuestión molar-molecular y la confiabilidad y validez del instrumento de observación. Recor-
demos que la confiabilidad se refiere a la capacidad del instrumento para obtener los mismos re-
,, sultados cada vez que lo aplicamos y la validez, a si el dispositivo mide lo que se propone medir.
,,. Como pauta de orientación -aunque no necesariamente siempre deba ser asi- cu~nto más
11
,., simples sean las unidades de observación más fácil será obtener mediciones confiables, puesto
,•.
que la con fiabilidad se calcula en función del grado de acuerdo entre observadores expertos (es de-
cir, el grado de acuerdo entre observadores acerca de cómo categorizar).
Vayamos a los ejemplos 15.15 y 15.16, destinados a registrar comportamientos que expresan
¡:, distintos modos de decisión de compra. El primero mide la frecuencia con que la gente consul-
ta la información nutricíonal en los envases y establece niveles de correlación entre la lectura de
la información en el punto de venta y las decisiones de aceptación o rechazo del producto. No
1'
es difícil lograr que muchos observadores coincidan (alta confiabilidad) en que una personn "to-
mó el producto de la góndola y lo puso directamente en el carro" o "tomó un producto, leyó la
Lnforrnación del envase y lo dejó en la góndola".
Aquí las categorías elección directa o rechazo directo están definidas en forma operacional lis-
tando un tipo de comportamiento simple, como es tomar un producto y ponerlo en el carro o
Capítulo XVI Gu ras d e ob s,rvación sl st emattc a S31
devolverlo a la góndola. De esta forma logramos reducir lo suficiente el grado de inferencia que
. ,- debe realizar el observador para marcar una cruz en la plantilla. Sin embargo, es necesario notar
que aun en este ejemplo sencillo el observador está infiriendo que una persona que detiene la
nµrada sobre el paquete por un momento está leyendo la información escrita en el envase. Es
.: posible reducir aún más el grado de inferencia que se solicita al observador definiendo unidades
de observación más pequeñas aun, tales como "levantó el paquete a la altura de los ojos''. Sin em-
bargo, este tipo de u nidades de comportamiento excesivamente moleculares pueden -y general-
mente así ocurre- desvirtuar la naturaleza de la categoría, pues hay personas que leen el envase
sin colocarlo a la altura de )os ojos, e incluso lo leen sin tomar el producto de la góndola.
En ese caso, un observador no limitado por un código tan molecular podría incluir en la ca-
tegoria rechazo con lectura de envase la conducta del sujeto que lee sin tomar en sus manos el pro-
ducto. Como vemos, el afán de lograr confiabilidad puede comprometer la validez.
t ~·
3. Elección d análisis compa- 4. Tomó dos o más productos, leyó los en-
rativo por lectuia de envase vases. Optó por uno y lo puso en el carro.
En el ejemplo 15.16, que es también un código molecular, se presentan algunas probables si-
tuaciones del proceso de compra que involucran a un adulto y a un niño. Se pretende medfr el
poder persuasivo del niño en la decisión de compra del adulto.
} , Figura 15.16 Código molecular. Variable: influencia del niño en la decisión de comprn del
,t. adulto. Ejemplo
Analicemos ahora el ejemplo 15.17. Se trata de un caso de código molar para la variable Nor-
1nas del equipo favorables a la parti.cipa.ción. En este caso en que el código es más amplio, sega. ·/'.
na validez respecto de un código molecular aunque la confiabilidad se toma crítica en la medi-
da en que se exige un alto grado de inferencia al observador para marcar una cruz en la planti-·
lla. Las categorías son más ambiguas y las conductas que deban ser clasificadas corno pertene- ·
cientes a cada una de esas categorías pueden no coincidir en distintos observadores. Para obser-
var las conductas de un grupo y ubicar algunas en la categoría tolerancin a las diferencias en Ju.
gar de en la categoría libertad de. expresión, evidentemente el observador debe tener un grado de
especialización alto para inferir cuándo en un equipo se permite expresar las opiniones -liber-
tad d e expresión- pero no se tiene en cuenta las opiniones de desacuerdo, lo cual es una mane-
ra de no tolerar las diferencias.
Figura 15.17 Escala de observación. Código molar. Variable: Normas del eq11ipo favorables a la
participación. Ejemplo
1• Or2anización flexible X
2- Sentido de la rcsoonsabilidad X
~- Cortesla X
'•.
4- Tolerancia a las diferencias X
5- Libertad de ~resión X
' ...f~ ~
Es evidente ahora la diferencia que hay entre los grados de inferencia y especialización del ob- ·: ·/'.
servador para categorizar a una persona que toma el producto de la góndola y lo pone en el ca- ~ <
rro {figuras 15.15 y 15.16) y los que hacen falta para darse cuenta, por ejemplo, que una persona -~~~-
cuando abre la venta,ia, descorre las cortinas y apaga la luz está realizando un comportamiento ,::-,~
categorizable como sentido de responsabilidad, en ta nto expresa la preocupación del sujeto por i:},
los gastos de energía eléctrica que genera el grupo (figura 15.17 ftem 2: Existe el sentido de la res· ; ~ _:
ponsabilidad) ·· -
15.3.5 Paso 5: establecer las medidas que serán obtenidas por el código
Las medidas que pueden obtenerse con un código de observación son cinco:
•I,
·1 a. Ocurrencia ,¡
'1 b. Frecuencia
c. Latencia
d. Duración .~·¡t
·,ti e. Intensidad
·'~¡
Cada una de estas medidas se refiere al fenómeno, evento o conducta que estamos registran· ,;;
do den tro de cada categoría (si ocurre o no, con qué frecuencia, cuán intensamente, ~te.) y la · '
elección de alguna o varias d e ellas depende de los objetivos de la investigación y de la naturale·
za del comportamiento a observar.
La i11tensidad, la latencia y la dumcióu requieren más capacidad por parte del observador o ...
instrumentos más precisos para ser registradas. ~
... ...
a. Ocurrencia
La ocurrencia nos informa si det.enninado fenómeno aparece o no durante el periodo de ob-
servación. Este tipo de medida es el más simple, ya que sólo nos habla de presencia/ ausencia del
fenómeno. Códigos que miden ocurrencia del fenómeno son los de las figuras 15.15, 15.16 y el
de la gufa de la figura 15.18 que vemos a continuación.
Lee X X X
No lec X ·x X X X X X
b. Frecuencia
La frecuencia nos informa sobre cuántas veces un determinado comportamiento aparece
durante el perfodo de observación. Por ejemplo, cuántos personas por hora ingresan al su-
permercado, cada cuánto tiempo se produce la intervención de un estudiante durante una
clase de Economía o cuántas veces durante la misma clase el profesor resume o recapitllla lo
dicho.
c. Latencia
La latencia de respuesta se refiere al tiempo que transcurre entre la aparición de un estímulo
y la aparición de la reacción ante el mismo. En el ejemplo de la figura 15.19, en el que se presen-
ta. una plantilla de observación para mozos de restaurante, puede medirse el tiempo que trans-
curre desde que el cliente expresa con lenguaje analógico o digital el pedido de acercamiento de
un mozo y el inicio de la respuesta del mismo ante dicho estimulo.
d. Intensidad
En cuanto a la intensidad, puede definirse como la fuerza con la que e.l fenómeno que estamos
observando aparece en un momento dado. Si retornamos al ejemplo de la figura 15.17, veremos
que hay una gradación para el registro de las conductas observadas (escala). El observador res-
ponde a la pregunta: "De J a 5, ¿cómo calificaría la libertad de expresión que hay en el grupo?
534 Metodología de la lnvestigacíón en organizaciones. mercado y sociedad
1'
¿Y la cortes/a?''. Así mismo en la figura 15.19 además de latencia también se identifica intensidad
en tanto se establece qué tan rápidamente el mozo responde al pedido del cliente.
e . Duración
Finalmente, la duración se define como el tiempo durante el que se manifiesta el fenómeno
bajo observación. Por ejemplo, cuánto tiempo insume a un obrero metalúrgico de línea de pro-
ducción el movimiento de llevar una tuerca hasta el tornillo o cuánto tiempo consume la ins-
pección total de una pieza al operario a cargo del control de calidad, o bien cuánto tiempo du-
ra en una clase la exposición del profesor y cuánto dura la actividad grupal.
do concurren masivamente a un lugar público, entonces, una vez determinado qué vamos a enten-
der por agresión y cómo suponemos que se manifiesta el comportamiento agresivo, tendremos
que determinar cuál puede ser el lugar de concurrencia masiva de personas -un partido de fút-
bol, un recital de música- en el que esperamos observar dicho comportamiento (pues no se ma-
nifiesta de igual modo la agresión en un recital que en un partido de fútbol y si la observación se-
rá realizada en los dos ámbitos, el instrumento deberá asumir el suficiente grado de generalidad).
Se tratará, esencialmente, de seleccionar lugares y eventos públicos y relativa o altamente es-
tables donde se desarrollan conductas también públicas y estables que puedan ser objeto de ob-
servación sistemática, es decir, que puedan ser previstas por el investigador y accesibles a los ob-
servadores.
Construir un instrumento de observación para el registro de los hábitos de higiene privados
de un segmento de la población resultará inadecuado, pues la aplicación de tal instrumento se-
rá luego inviable: si deseamos saber la marca de desodorante que utiliza una persona, lo mejor
será utilizar un cuestionario. Debido a esta manifiesta dificultad de aplicación del instrumento
de observación sobre las conductas privadas, los investigadores han desarrollado una serie de
dispositivos para la observación indirecta, como lo son por ejemplo la observación de residuos
o los medidores electrónicos de audiencia televisiva.6
,..
; '
.:
Capitulo XVI Gu las de observa ciOn sl stem~lica 537
i
l 15.3.12 Paso 12: completar la plantilla por observación
1·-~ ~
Es la actividad de recolección de datos por parte de los observadores. Se indica en el instru-
.·.
, · mento la presencia -ausencia, grado, intensidad, duración o latencia de los fenómenos, eventos
0 conductas observadas- según se establece en la plantilla.
Ejemplo:
Se desea estudiar la forma en que los equipos resuelven sus confüctos. Se han categoriza-
do tres tipos de conductas en relación a al problema: las conductas que tienden a obsta-
culizar cualquier intento de solucionar un conflicto, las conductas que llevan a no resol-
ver los conflictos evadiéndolos y aquellas otras conductas que co ntribuyen de uno u otro
' modo a la resolución de los conflictos. En la figura 15.19 se presenta la guía de observa-
;,, ción completada por el observador.
.,' Figura 15.20 Ejemplo de escala de conductas de resolución de conflictos. De peor a mejor ma-
;
nera de resolver los coollictos, de acuerdo con el marco teórico.
f.·. Periodo de observación: marzo-junio
' Reunión d.e los martes y jueves de 14 a 16:30
. Observador: Julián Laiño
..• Variable: Tratamiento del co11jlicto en los equipos de venta
1-;·
- Categorlas Frecuencia
}
~:
A. Conductas de 1. Asumir rápidamente que todo el equipo está de acuecdo I
obstaculización 2. Hacer demasiados chistes, tomar oroouestas en broma, etc. n
~) 3. Ofenderse n
~·:--- 4. Alzar la voz o gritar mm
..
~
B. Conductas
5. No aceptar ninguna alternativa de resolución
6. Cambiar de tema cuando es conflictivo
I
i
IJ,. deevasión 7. Deiar el tema sobre la mesa archivarlo 1
~-~· 8. Ouedarse callado o retirarse cuando sume un conflicto
,-,e 9. Deiar de atcndc.r a·la discusión· hacer otra cosa I
1O. Hablar de otras cosas cuando hay temas importantes m
·; pendientes
,,;
C. Conductas de 11. Votar lll
• ,, resolución 12. Buscac un mediador externo I
13. Nombrar un comité oara oue se encar,me del asunto
?
.-:. 14. Buscar el consenso
~~
l/e En general, todas las guías de observación se acompañan de una ficha con anotaciones de
,:· contexto que pueden ser importantes en el momento de analizar y, sobre todo de inter pretar los
~5 datos recogidos en las grillas.
~~
En adelante, el trat11.micnto de los datos será el mismo que para los obtenidos con cm1lquier
ti- instrumento.
..,.,
.,-~..
'..
'
capítulo 16 Instrumentos para el análisis de contenido
- Comparar las estrategias desarrolladas por ciertos partidos políticos ea sus campañas
electorales
- Analiza r los supuestos ideológicos de los distintos grupos de multimedios
- Rastrear las representaciones sobre el rol de la muj er presentes en las publicidades deja-
bón en polvo
- Definir cuál es la imagen del nuevo presidente que aparece a través de la prensa porteña.
- Analizar las estrategias compeútivas de empresas pioneras y compararlas con las de em-
presas seguidoras a partir de las propuestas de la publicidad gráfica en diarios publicada
por cada empresa.
- Establecer las temáticas principales en los dibujos animados que se emiten en el cable e
identificar el tipo de estructura familiar de los personajes.
- Analizar la idea de "progreso" puesta de manifiesto en los discursos presidenciales desde
1870 hasta 1970.
Vamos a trabajar a continuación en la elaboración del instrumento para AC. Como todos los
dispositivos que estamos viendo en la Sección 3 supone también la lectura del capitulo 12, pues
alli hemos conocido la lógica de la medición, operación para la cual comenza mos a construir
ahora este instrumento.
16.2 Operaciones que comprende la t écníca de análisis de contenido
Si hem os decidido ya que esta técn ica será la adecuada para contrib uir al logro de alguno de los
objetivos de nuestro estudio, es oonvenientc 'saber que el AC exige tomar decisiones tempranas sobre
el tipo de material a conseguir, en función de los objetivos del estudio y del destinatario del informe,
quien estará interesado en distintos aspectos de la forma y el contenido del mensaje. Por lo tanto, an-
tes de com enzar la recolección de datos hay que prever qué características tendrá el reporte y qué ele-
mentos será necesario incluir, pues una vez terminada la lenta revisión de los textos es muy dificil
volver atrás. Las operaciones que comprende la técnica de AC se presentan en la figura 16.1.
,.
Figura 16. 1 Pasos para realizar un AC
,-!
.
1
2. Fo rmular conjeturas
3. Definir el universo y la muestra .
4. Defmir las unidades de registro y de contexto.
5. Determinar el sistema de codificación
6. Determinar las categorfas que representen a las variables del estudio.
1 7. Elaborar el d ispositivo material (Libro de códigos y fichas de codificación). ...
l. 8. Instruir a los codificadores y verificar su confiabilidad.
9. Recolectar los datos.
, En el capitulo 7 se presentan objeti110s que potenóalmente puede proponerse un investigador con un AC. Ade-
rros se resellan las ventajas y limitaciones del dísel'\o y se compara con otras estrategias de an~lisis textual.
Capitulo XVI Instrumentos para el anAl isls de con1enido 541
Objetivo de investigación
Analizar la valoración social de los roles femeninos tradicionales en la
Argentina.
Objetivo del AC
Evaluar cómo se presentan en los medios los roles femeninos tradicio-
nales analizando cómo se habla de la mujer en los programas A, B. C,
D y E a partir del registro del análisis de los ndjetfros.
Este paso incluye además la determinación y explicitación precisa de ct1ál es el resultado visi-
ble que pretende obtenerse como fruto de la aplicación de la técnica. Ello implica brindar preci-
. siones sobre:
- Producto final: el tipo de producto final que se va a producir, por ejemplo un informe,
una publicación, etc.
- Tema: el tema preciso que será objeto del análisis de contenido, que bien podría ser una
definición operacional elaborada en términos del material textual que se planea analizar,
por ejemplo, "Violencia en el sistema educativo: todo titulo, bajada o volanta de los diarios
seleccio11ados referidos a hec/ios de violencia flsica o psicológica que involucren a personas en
tanto cumplen roles en el sistema educativo tales como estudiantes, maestros, profesores, di-
~.·.
,. rectivos, funcionarios, padres de alumnos etc''.
·,, - Categorías: las principales categorías (variables) de análisis, ya que de ese modo se defi-
~: ne con precisión el objeto de estudio. Por ejemplo, algunas categorías podrían ser violen-
;
1 cia q11e ejerce el estudiante; violencia que padece el estudiante; violencia que ejercen los do-
centes, violencia que padecen los docentes. Algunas subcategorías de la categoría violencia
que ejerce el estudiante podrían ser: violencia del estudiante hacia sus pares, violencia d_el es-
tudiante hacia los docentes, violencia del estudiante hacia objetos. Las categorías, al igt1al que
el tema deben estar definidas con claridad. Por ejemplo, en el caso de las subcategorias vio-
lencia que padece y que ejerce el estudiante, como es evidente, si en un título un estudian-
te arremete violentamente a otro, la misma unidad de registro se ubicaría en violencia
ejercida y en violencia padecida. Para evitar la duplicación pero siempre en función de los
objetivos del estudio dichas categorías podrían definirse del siguiente modo: "una unidad
de registro st ubica en la categoría violencia padecida wando el sujeto de la oración es quien
padece la agresión»; en cambio "una unidad de registro se ubica en la categoría violencia ejer-
cida cuando el sujeto de la oración es quien ejerce la agresión''.
- Esquemas conceptuales: las teorias o esquemas conceptuales que serán considerados en
el análisis.
Universo
El universo estará compuesto por el total de los contenidos acerca de los cuales se extraerán
las conclusiones y es necesario definirlo con claridad. De acuerdo con su extensión el estudio se
realizará sobre todo el universo o sólo sobre una muestra que lo represente.
Muestra
, Si se recurre a muestras la selección debe respetar una serie de priocipios: 3
/'
j
a. Exhaustividad: una vez establecido por parte del investigador el CJ itcrio de selección,
el material recolectado será analizado completo.
b. Representatividad: la muestra seleccionada debe ser representativa de la población o·
universo del cual ha sido extraída, con el objeto de que permita una correcta interpreta-
ción del objeto a estudiar.
,, c. Homogeneidad: los documentos escogidos deben responder a criterios precisos y no
,· ser demasiado singulares respecto al universo del cual han sido extraídos.
,·. d. Pertinencia: deben tener sentido respecto a los objetivos que se persiguen con el
análisis.
Unidades de muestreo
Las unidades de muesLrco son las unidades materiales que, en su conjunto, conforman la rea·
lidad investigada o corpus y q ue deben en algún _momento ser recogidas para poder realizar el es-
tudio. Ejemplo de corpus pueden ser los discursos presidenciales publicados en el di ario ÚI Na- · ·;
ción desde octubre de 2001 hasta mayo de 2003, Las Obras Completas de Sigmund Freud, las le- ·
tras de las "cortinas musicales" de seis programas para adolescentes, la desgrabación de un fo·
cus group, una muestra de las entrevistas de se.lección de personal realizadas por la consultora M
1 & S durante los meses de junio, julio y agosto de los años 1980; 1990 y 2000.
Para el análisis de los diarios, las unidades de muestreo podrán ser los artfculos de prensa o
secuencias de fotografias que contengan cierta palabra o referencia a un tema o personaje. Por
ejemplo, las notas que contengan referencias sobre violencia en el sistema educativo publicadas ' ·
en los diarios Clar!n y La Nación el segundo semestre de 1996.
1..
'
3 Bardln, L Análisis de contenido. Madrid: Alca!, 1986, p. 72-73.
·.·
Capltulo XVI Instrumentos para el an ~llsi, de contenido 543
Si b ien la unidad de muestreo es generalmente fisica - papel, video, grabación de audio- tam -
bién se utilizan otros criterios tales como el sintáctico -aludir a cierto término; el referencial -re-
ferirse a cierta persona o evento- o el temático que se rige por definiciones conceptuales.
En cuanto al método de selección, en el AC el muestreo que se aplica no se distingue sustan-
cialmente del que se utiliza en otras técnicas de investigación. As! para la selección de la mues-
tra se pueden utilizar, muestreos probabiHsticos, no probabilísticos o combinaciones de ambos.4
a. Unidad de registro
b. Unidad de contexto
a. Unidad es de registro
Las unidades de registro, son los segmentos del contenido de los mensajes que son definidos
eón el fin de ser ubicados en las categorías. Para Berelson 5 las cinco unidades de registro más
importantes son:
b, Unidad de contexto
La unidad de contexto es la porción de la unidad de muestreo que tiene que ser examinada
para poder caracterizar una unidad de registro. Así, si se trata de una comunicación escrita, es el
pasaje donde se encuentra la unidad de registro. Puede consid erarse también el diario comple-
to del que se extraen los textos para ser categorizados. Se considera importante conocer en qu'é
diario se publicó la noticia pues el enfoque general del mismo puede ser relevante en el momen.
to de la interpretación de los resultados. La sección del diario como unidad de contexto también
es adecuada pues la sección en que un título se enmarca modifica su sentido. No es lo mismo
una nota de violencia en la escuela cuando se publica en la sección educación, información ge-
neral, politica o policiales. La unidad de contexto es normalmente una porción d e la comunica-
ción más extensa que la unidad de registro, aunque no siempre es así: a veces, la unidad de con-
texto y la de registro pueden coincidir. Lo que no ocurre nunca es que la unidad de contexto sea
una porción de material más corta que la unidad de registro.
a. presencia
b. frecuencia
c. frecuencia ponderada
d. intensidad
e. dirección
f. orden
g. contingencia. .. ::
,.
a. Presencia ,. :··,;
La presencia o ausencia d e los elementos de un texto pueden ser importantes. Por ejemplo, '
en una entrevista en profundidad o en un grupo de discusión que se hable o no de un tema pue-
de ser significativo. En un estudio sobre notas de prensa es digna de ser tenida en cuenta la au- .-
sencia de determinadas noticias en algunos de los medios de comunicación analizados. Se po-
drían ir codificando, por ejemplo, las noticias sobre escándalos políticos según estén presentes o
ausentes en los distintos medios, según la afinidad de uno u otro medio con las partes involu-
cradas en dichos escándalos.
b. Frecuencia
La frecuencia es la medida más utilizada debido a la facilidad que áportan los medios informá·
ticos para el recuento y -especialmente- debido al supuesto de que la importancia de una unidad
de registro crece con su frecuencia de aparición. En una investigación podria contabilizarse la
6 Cartwright, D. • Análisis del material cualitativo• en Festinger, L. y Katz, D. los métodos de investigación en las
ciencias sociales. Barcelona: Paidós, 1992, p. 429.
, Bardin, L op. cit. .
.. ....
).•.
Capítulo XVI Instrumentos para t i ani lisls de con,e nido 545
frecuencia con que se publican titulares de prensa en la sección "política nacional" relativos a
distintos temas y elaborar as( un ranking de la relevancia que los medios dan a cada tema temas.
Por ejemplo:
c. Frecuencia ponderada
Es un código adecuado cuando se supone que la aparición de uno o varios elementos tiene
más importancia que los demás. Podríamos pensar, en el ejemplo anterior, que los titulares so-
bre "corrupción" y "deuda externa" por su repercusión social tienen más peso que los otros, se
haría una ponderación que refleje ese supuesto. Por ejemplo:
d. Intensidad
La intensidad de una noticia también podrla determinar un sistema de enumeración. Imagi-
nemos que nos encontramos analizando los siguientes titulares en los cuales los sindicatos
muestran su opinión sobre la política económica del gobierno: "muy pronto vamos a empezar a
demmciar la poUtica económica del gobierno"; "podríamos considerar necesario desaprobar la polí-
tica económica del gobierno"; "temm1os que denunciar la poUtica económica del gobierno"; y tam-
bién "deberíamos considerar necesario desaprobar la política económica del gobierno''. Para enjui-
ciar el grado de intensidad de la codificación se pueden seguir los criterios establecidos por Os-
good • teniendo en cuenta el tiempo del verbo (condicional, futuro, imperativos.... ), adverbios
de modo, adjetivos calificativos y atributos, etc.... y así según su grado de intensidad (" 1" menos
intensa y "4" más intensa) obtendrlarnos la codificación que se ve en la figura 16.3.
Luego, podrían categorizarse todas las notas del corpus dando lugar a una medición de la in-
tensidad del enfrentamiento de los sindicatos al gobierno .
. • Osgood, C. E. "The representation model and relevan! research methods". En: Sola Pool, l. de {Comp). Trends
in content analysis. llíinois: University of lllinois Press, 1959, p. 33-88.
546 Metodología de la lnvestigaéiOn en organizaciones. mercado y sociedad
e. Dirección
A veces es necesario establecer un sistema de codificación donde se vea reflejado el sentido bi-
direccional del texto. Así en un análisis de contenido de titulares de prensa una noticia podría
ser positiva o negativa. Veamos un ejemplo para el tema "deuda externa" en la figura 16.4. .
- código+ l: "Se aC11trda un nuevo plaw con ti FMI que da oxígeno a la economíaª
- código -1: "El FMl advierte al gobierno que no reducirá los intereses de la deuda"
f . Orden
El orden viene establecido según la aparición temporal, importancia, o función de las unida-
des de registro. Por ejemplo, investigando la aparición de "ciclos de noticias en los diarios" la se-
, 1 cuencia viene dada de la siguiente manera: primero, por alguna razón es publicado un episodio
resonante, podríamos llamarlo episodio O: "Mueren cuatro albañiles al caer un andamio"; seguido
¡· de una serie d e noticias de muy similar tenor pero con gravedad diversa. "Un obrero perdió la vi-
da al caer una pared recién terminada'; "Buscan salvar la mano del albañil accidentado en Quilmes~
"Dos albañiles fueron atendidos con quemaduras graves en el Instituto del quemado''. A continua- .
ción se evidencian efectos sociales: comienzan a publicarse notas de funcionarios, especialistas, fi- ~·~::
gw·as del arte o la pollúca que hacen <leclaracioues, formulan opiniones, dan discursos o propo· • ¡: ~-
nen leyes relacionadas con el tema del ciclo de noticias. Por ejemplo "Es necesario revisar los acuera '., ::
dos con las ART dijo el representante gremial~ "La sociedad central de arquitectos emitió un comu- ·.:: \.
nicado sobre las condiciones de las .obras menores'; "El ministro de trabajo prometió a los familiares ,¡~
del albañil Pedro Ordó1iez intervenir en el conflicto ", Finalmente la nota "tipo"disminuye la fre- · ·, · ·
f¡ cuenda de aparición y se extingue por completo. Cada uno de los momentos de esa secuencia que
':f. hemos identificado puede ser el indicio pertinente para un sistema de codificación. De ese modo,
el seguimiento de un nuevo "ciclo de noticias" se codificaría de la siguiente manera:
/,
:1 - Código 1: episodio O
(:' • Código 2: noticias similares de diferente gravedad, codificadas a su vez en una escala de
intensidad. Esa escala permitirla comparar el rango de gravedad de las noticias sobre ''el :'·:.· ·
tema" del ciclo publicadas durante el transcurso del mismo, con la gravedad de las noti- · ·t.'.
cías sobre el mismo tema publicadas fuera del ciclo. Una comparación de este tipo se jus- :·t.
tífica bajo el supuesto de que dentro de cierto ciclo de noticias, acontecimientos conside- ':'};
rados habitualmente de muy baja relevancia son publicados. ·.-·/•
• Código 3: efectos sociales a partir de las noticias, tales como evaluaciones de expertos, funcio-
narios, políticos, organizaciones sociales. Propuestas de leyes, protestas sociales, pedidos, etc.
. • Código 4: recuento de frecuencias de aparición del tema hasta la extinción
' 1 g. Contingencia
',' La contingencia es la presencia simultánea en un momento dado de dos o más unidades de
análisis en diferentes niveles de códigos o de contextos. Asi podrían relacionarse noticias sobre
política con noticias sobre economía. Las medidas de contingencia nos darían la asociación en·
tre los diferentes niveles de código, es deci.r, entre los códigos utilizados en política y econom!a.
Capítulo XVI Instrumentos par~ el anjfüi.s de contenid o 547
Para contar con un buen sistema categorial, debe tenerse en cuenta que éste cumpla. con las
condiciones que se detallan a continuación.
a. Ser productivo: en el sentido de que el sistema categoría sea efectivo y proporcione re-
sultados aclaratorios del fenómeno estudiado, suministre nuevas hipótesis, favórezca
nuevos problemas de estudio.
b. Cada serie de categorías ha de construirse de acuerdo con un criterio único: por ejem-
plo una serie podría construirse con títulos de diÜios uti.lizando el criterio "violencia que
padece el estudiante''. Luego se definirán las subcategorías: violencia que proviené del
maestro o profesor, violencia que proviene de las autoridades, violencia que proviene de
otro estudiante, violencia que proviene de padres de estudiantes.
c. Cada serie de categorías ha de ser exhaustiva. Por ejemplo los titulares podrían catego-
rizarse en "violencia que se ejerce" y ''violencia que se padece'~ La violencia que se padece
en el colegio, se divide a su vez en: "violencia flsica" y "violencia psicológica o social''. La
violencia fisica se agrupa en las siguientes categorlas: "violencia con el cuerpo del agresor':
"violencia con objetos contundentes inespedficos~ "agresión con presencia de armas". Por
último las noticias podrian clasificarse según la gravedad de la lesión recibida en ''poco
graves·: "medianamente graves'; "muy graves" y "gravísimas". Veamos en el ejemplo de la
figura 16.5 algunas unidades de registro ubicadas en la subcategoría correspondiente.
-~..
"' Córdoba (De nuestra agencia).· Un profesor de educación fisi-
::1 o
-o ca fue suspendido 10 días por haberle arrojado un taco de ma-
E .!2 ]
.!!
..8. -"'
-o 1%., dera a un alumno de tercer grado de la escuela primaria.
-~
B Oarín sábado 31 de agosto de 1996.
::1 B
e:
..
.,,
-~ m
u
E
,u
Salta.
LE PECO CON UN LAZO A UN ALUMNO
Un docente de una escuela de Orán que le pegó con un lazo a un
....""
"'O
"":
-"' alumno delante de sus compal\eros fue suspendido por las au-
toridades educativas de Salta.
·oe
., 2.1.1.1.c. presen-
Clarln miércoles 11 de septiembre de 1996.
o Fue en un secundario de la plata
> da de armas
E.scANDALO EN UNA ESCUELA PORQUE UNA l'ROFESORA FUE A CLASE
A veces, no obstante es muy difícil lograr que una misma unidad de registro solo se ubique en
una categoría. En el ejemplo de la figura 16.6, la unidad de registro se ubica en dos subcategorias
Capitulo XVI Instrumentos para el ani11isls de contenido 549
según el destinatario de la agresión, pues el estudiante ejerció "violencia contra pares"y "violen-
cia contra objetos". En rigor, para que este sistema de categorías no se enfrentara a tal proble-
ma la unidad de registro debería ser la palabra y no el título completo. Asi se ubicarían las pa-
labras "rompió" y "agredió" en la categoría "violencia que se ejerce"; la palabra "vidrios" iría a
la subcategoría "violencia hacia objetos" y la palabra "compañeras" a la subcategorfa "violen-
cia hacia pares". La desventaja de esta decisión es que incrementa las unidades de registro sin
aportar información, pues con categorizar el título en ambas subcategorías (violencia contra
objetos y violencia contra pares), se contabiliza cada aspecto del título en la correspondiente
subcategoría.
En cuanto a si deberla tratarse la unidad de registro como "violencia que se ejerce" (la del jo-
ven) o violencia que se padece (la de las compañeras), recordemos que en el punto 16.2.l defi-
nimos operacionalmente a cada una como aquella en que el sujeto de la oración es el agresor o
el agredido. En este caso se categoriza "violencia que se ejerce''.
Lo importante en todos los casos es centrar nuestra atención en los objetivos del estudio pues
es a éstos, como sabemos, que la categoriazacion ha de ser relevante.
a. Nominal: cuando su única función es clasificar, por ejemplo, si se diferencian entre no-
ticias políticas, económicas y sociales. ·
b . Ordinal: cuando se clasifican y además se ordenan siguiendo una secuencia pre-esta-
blecida. Por ejemplo según el número de columnas del titular, los titulares podrían te-
ner el siguiente orden: titular primero (los que tengan igual o más de cuatro columnas)
titular segundo (los que tengan tres columnas), titular tercero (los que tengan igual o me-
nos de dos columnas).
c. de intervalos: en este caso, clasificamos, ordenamos y distribuirnos en categorías igua-
les. Por ejemplo; titulares entre 50 - 41 palabras, 40 - 31; 30 - 21; 20 - 11 y por último, en-
tre 10 y 1 palabra.
Definido el corpus, las unidades de registro, el tipo de medidas que habrá de tomarse y las ca-
tegorías ya podemos elaborar el instrumento o dispositivo material para llevar a cabo la tarea de
recolección de los datos.
SSO Metodología de la Investigación en organiuciones . meteado y sociedad
Fig ura 16.6 Unidad de registro ¿Oración o palabra? . Depende de los objetivos del estudio
UN ALUMNO MARPLATENSE
Rompió vidrios y amenazó a sus compañeras
a. Libro de códigos
,, b. Ficha de codificación
',,
11
a. Libro de códigos
!
1 El libro de códigos es un manual de instrucciones en el que se establece:
!' • Cuál es la naturaleza del corpus, qué contiene, para qué sirve, cómo interpretarlo
• Desde qué perspectiva abordar su lectura, escucha o visualización. Ello supone que el
analista cuente con la suficiente competencia comunicativa para interprcta.r el texto en
1,' ' relación a esos supuestos. -~
¡
• Cuáles son sCls unidades de registro, es decir, cómo segmentar el corpus de forma que a .j
medida que se lee, escucha o visualiza, el analista sepa cuándo abrir una ficha de registro
y proceder a ir registrando datos releyendo, reescuchando, rcvisualizando los segmentos
'l.J
establecidos de ese corpus. J
]
• Cómo completar las ficl1as de registro, sabiendo a qué código alfanumérico correspon- l
den cada una de las apreciaciones de la interpretación del segmento analizado. J
j
• Cómo dar por concluida cada ficha de registro, y cómo ordenarlas y archivarlas para su
uso posterior en el tratamiento de los datos registrados;
.
.
·;
'"
Capitulo XVI Instrumentos para el ana lisis de conteni do 551
• Cómo construir o usar una base de datos que permita elaborar y procesar datos de se-
gundo y tercer orden, es decir, cómo producir nuevos datos sobre los inicialmente regis-
trados en las fichas y en la base a la que se han trasladado;
• Eventualmente, aunque esto no forma ya parte del libro de códigos, cómo obtener usan -
do la base, datos de segundo y tercer orden mediante un plan de explotación: re~uento
de frecuencias, por ejemplo, establecimiento de medidas estadísticas, correlaciones, plan
de cruces para tablas de contingencia, etc.
Por último, el libro de códigos es siempre un IJlanual de instrucciones que se confecciona a la
medida de la metodología de investigación concreta, nunca puede utilizarse un libro ya prepa-
rado para otro estudio.
b. Ficha de codificación
Es la guía para el registro de datos. Similar al.cuestionario de una encuesta, las fichas de codifi-
cación contienen las categorías. Los codificadores deben anotar en ellas cada vez que una unidad
entra en una categoría o subcategoría. Si concluida la aplicación de una encuesta hay tantos cues-
tionarios completos como encuestados hayan respondido a las preguntas que contiene, al concluir
el registro de datos en un
análisis de contenido habrá tantas fichas de codificación completas como
unidades se hayan encontrado en la segmentación del corpus. La diferencia está en que antes de
aplicar una encuesta, ya se sabe cuántos cuestionarios se necesitan: tantos como individuos, grupos
familiares, etc., se hayan seleccionado como muestra representativa del universo a estudiar. Pero en
el análisis de contenido la muestra es el corpus: un número de ejemplares de diarios que represen -
tan al universo de ejemplares difundidos en un tiempo dado, cubriendo un cierto territorio de au-
diencias; o un número de películas, programas de TV, obras teatrales, etc., que representan al uni·
verso de obras o productos comunicativos relevantes para conocer un objeto de estudio. Se sabe
por consiguiente con cuántos ejemplares (periódicos, películas, programas de TV) se cuenta, y se
sabe de antemano cómo segmentar el corpus, por ejemplo, en unidades de redacción en cada dia·
rio (editoriales, o, por secciones, noticias, artículos de opinión, crónicas, reportajes, etc.), o por se-
cucncías en el flujo audiovisual de las grabaciones de programas de TV, de los spots de publicidad,
o de las series de televisión; pero no se sabe con certeza cuántas unidades de registro aparecerán.
16.2.8 Paso 8: instruir a las personas que codificarán las unidades de registro y verificar su
confiabilidad
Hasta aquí nos ocupamos de la preparación de la in~estigación. Ahora hay que instruir: a los
codificadores. Tanto la selección de codificadores idóneos para la tarea, como la calidad del en-
trenamiento y una buena supervisión, son requisitos necesarios para que se cumplan los proce-
dimientos adecuados de codificación. El entrenamiento incluye que los codificadores se familia-
ricen con las variables, comprendan las categortas y subcategoáas con sus respectivas definicio-
nes y sepan claramente en qué consiste la unidad de registro.
La formación de los codificadores es un tema critico en el AC y es quizás uno de los aspectos
..
?- que hacen más dificil su implementación. Y hay que admitirlo: ninguna capacitación resolverá
¡ definitivamente el hecho de que todo lo que dijimos a lo largo de éste libro acerca de la obser-
, •' .. vación sea cierto también para la observación de datos textuales como es el AC. En palabras de
·'
··' Krippendorff. 10
El análisis de contenido, en el sentido más estricto, toma lugar ahora, cuando frente a cada uni- _
dad de muestreo (o fragmento de discurso) se decide qué dato anotar en el instrumento. Estas de- :,
cisiones estarán guiadas por el mismo instrumento (con su instructivo y eventual código de cla-
sificación anexo) y por la adecuada aplicación de la técnica especifica de registro que se habrá ele-
gido. Sin embargo, es imposible obviar el hecho de que pueden smgir variaciones de interpreta-
ción, ya qué escasos son los mensajes absolutamente monosémicos y se trabaja aqui -esencialmen-
te- con significados, los cuales son siempre significados "para alguieo". F..s por lo tanto inevitable
que el analista se proyecte de algún modo en los datos que registra. Para asegurarse de que esta
distorsión no perjudique la confiabilidad del resultado, se recurre normalmente a dos o más ana.
listas que trabajan en forma paralela, sin contactos entre s(, después de un período de entrena-
miento conjunto. También se considera conveniente que estos anafütas no sean quienes han dise-
fiado la investigación.
- Adjetivos·positivos
- Adjetivos negativos
- Adjetivos neutros
- Otros
Por adjetivos positivos se consideró a aquellos que califican cualidades femeninas de manera
positiva para quien habla, independientemente de las apreciaciones de otras personas. Los adje-
tivos t1egativos se definieron como aquellos que califican cualidades femeninas de forma negati-
va para quien habla, independientemente de las apreciaciones de otras personas. Por adjetivos
neutros se entendió a aquellos que se refieren a aspectos descriptivos, que no pretenden valorar a
la mujer. Finalmente, en la categoría otros se incluyeron adjetivos que no se podían clasificar si-
guiendo los criterios de las anteriores categorías. Cada cat.,,enrfa fue matizada por una serie de
,, ; subcategorías. En el cuadro siguiente exponemos la clasificación definitiva.
.•
Categorías Subcategorías
Adjetivos positivos
Dimensión personal Aspecto externo
Estados de án.i mo
Dimensión social Valores
Relaciones interpersonales
Dimensión cultural Formación
Religión
Etrua
Ide3J1 pollticas
Adjetivos negativos
Di~ensión personal ~ecto externo
Estados de ánimo
Dimensión social Valores
Relaciones interpersonales
Dimensión cultural Formación
Re.lí_gión
Etn.ta
Ideas pollticas
Adjetivos neutros
Lugar de procedencia
Puesto de trabajo
Estado civil
Otro.s
554 Metodologla ile I• Investigación en org¡nliaclonos. mrrcado y sociedad
3.- Resultados
Luego de un análisis global de los adjetivos, se observa que la tonalidad general empleada en
todos los programas analizados es ligeramente positiva (Ver figura 16.7 y 16.8) . .
Neg~tivos
(35,53 ¾)
Respecto a los adjetivos negativos, es de destacar que las subcategorias con mayor porcentaje
fueron: por un lado la dimensión social, con un 45.36%, y por otro, con un 35.05 o/o, se incluye-
ron adjetivos referentes a estados de ánimo. Como ejemplo entre los más repetidos se hallaron:
sola, deprimida, asustada, nerviosa, desamparada. De la dimensión social, los adjetivos referentes
a relaciones interpersonales tuvieron una mayor proporción (31.95 %); entre los más frecuentes
se encontraron: desconocida, salvaje, tímida.
Con~usiones
2. Se apreció que en esa valoración, se reflejaban los estereotipos de género más bá.ricos
y mejor consolidados en la sociedad. ···~· .
-.:2·
Sugerencias o recomendaciones de investigación
Para futuras investigaciones podría ser interesante realizar un análisis de los adjetivos que se
utilizan en reportajes que traten temas relacionados con los hombres y hacer un estudio compa.
rativo sobre la imagen social que proyectan los medios sobre el género.
Como es evidente, el ejemplo es muy sencillo y no refleja el grado de complejidad que puede
akanzar un AC, especialmente en los últimos años en los que el desarrollo de software muy so-
fisticado para el análisis de datos textuales anima a los investigadores a ser cada vez más auda-
ces en la formulación de objetivos. No obstante, puede motivar al investigador que se inicia a re-
currir a la técnica en versiones que aunque muy simples permiten reconstruir hipótesis o aspec-
tos de teorías sociales en el campo de batalla de los textos escritos, de habla, imágenes o sonido
a partir de los que se edifica la realidad social.
Capítulo 17 Pruebas estandarizadas
• Instrumento o prueba
• Procedimientos de aplicación y codificación
• Mecanismos de análisis e interpretación de los resultados obtenidos.
En este capitulo sólo explicaremos en qué consisten, a partir de algunos ejemplos, las pruebas
estandarizadas. No parece mucho, hasta que se piensa en lo arduo que es construir instrumen-
tos y en el ahorro de recursos de todo tipo que un dispositivo terminado, probado y listo para
usar comporta.
Dimensiones
Indicadores
Items
(Evaluados y contextualizados de la prueba
estandarizada)
Analicemos a continuación un breve ejemplo que puede aclarar las consideraciones que hici-
mos mas arriba.
1 1
---. --...----•
.. -
1
j,'
1
Capltulo XVII Pru,b¡s tst•nO,ri,adas 559
Hasta aquí, en forma sintética, los conceptos de Erikson que toma la escala de identidad de Gro-
ninger. Ahora bien, supongamos que la teoría nos parece muy acertada y adecuada a los objetivos
de la investigación que estamos realizando. Subrayemos que esto ya implica que hemos aceptado
conceptualizar ciertos fenómenos de la realidad adopta.n do la perspectiva de Erikson, incluidos sus
supuestos. Por ejemplo: Erikson trabaja con construct~ tales como identidad y adoli:scencia, crisis,
compromiso. Como investigadores, al adoptar la teoría de Erikson a traves del instrumento de Gro-
ninger estamos aceptando que existe algo tal en el ser humano al que se denomina identidad y que
existe asimismo otro fenómeno al que se llama adoli:swtcia. Si coincidimos en que hay identidad
y hay adolescencia, no habrá problema en lo que a estos puntos se refiere en adoptar l::i escala. Si
además, pensarnos que tales atributos pueden ser conocidos (y conocidos espedficamente con una
escala), entonces la prueba se aviene a nuestros supuestos ontológicos •que existe la identidad-;
epistemológicos -cómo puede conocerse-; teóricos -qut se entenderá por identidad-; metodológi-
cos y técnicos -con qué estrategias y recursos puede observarse, conocerse, medirse, etc.
En síntesis, si coincidimos en que existe la adolescencia y la identidad en el sentido que la teo -
ría sustantiva de Erikson lo conceptualiza (la identidad puede ser estudiada a partir del análisis
de los periodos de crisis y compromisos que el sujeto asume en su desarrollo vital) y que ambos
constructos pueden ser medidos con una escala), entonces el siguiente paso que debemos dar es
eminentemente técnico: ¿utilizan los ítcms construidos para la prueba de Groninger indicado-
res de crisis y de compromiso adecuados al contexto al que pretendemos aplicar el dispositivo? Si
queremos asegurarnos de la validez de la prueba será necesario aún evaluar la adecuación de la
misma al contexto en el que pretendemos aplicarla. Veamos la escala:
El momento en que un adolescente pasa por periodos de crisis, la naturaleza de las crisis mis-
mas y el tipo de compromiso que cada sujeto puede asumir varía en el contenido, en la forma y
en la intensidad según el medio social en el que se desenvuelven los adolescentes que queremos
investigar. La prueba establece áreas en las cuales se expresan las allegarlas y, en función de esas
áreas, desarrolla las preguntas que luego serán codificadas y analizadas según las pautas que la
misma prueba estandarizada ofrece. No es dificil comprender que tanto la áreas como las pre·
guntas responden a un tipo (de adolescente, de familia y de temas en los que pueden surgir las
crisis), propio de cierto modelo de sociedad, de. i.alores y de intereses. Debemos pensar si el
...
adolescente (y su entorno) que nos proponemos estudiar se ajusta a )a población para laque ori-
ginalmente se elaboró la prueba. Si evaluáramos que no todos esos elementos se adecuan a nues.
tro contexto de investigacíón, pero aún así coincidimos en todos sus supuestos, entonces habrá
que adaptar el cuestionario, modificando las preguntas originales para que se ajusten a nuestros
objetivos (ver figura 17.2). Evidentemente esta modificación nos obligara a revisar la confiabili-
dad y la validez del instrumento. Y es entonces que.la ecuación costo beneficio debe ser resuel-
ta: ¿Es conveniente adaptar esta prueba estandarizada -se justifica - o es mejor elaborar una
prueba completamente nueva para nuestro objeto de investigación? Ambas opciones pueden re-
sultar igualmente aceptables. El camino que no deberlamos tomar en ningún caso es el de adop-
tar una prueba estandarizada sin un riguroso análisis previo.
La prueba es un cuesti~nario con alternativas de respuesta cerradas y abiertas sobre cada una de las 6
áreas en las que el autor de la prueba establece -basado en la teoría de Erikson- que se presentarán la
crisis y el compromiso.
Veamos una breve selección de las preguntas adaptadas en éste caso al contexto argentino (por ejem-
plo, se eliminan preguntas relativas a "tu equipo de la escuela", modificaciones superficiales en la cons-
trucción de las frases, se reemplaza el "tu" por el "vos•, etc,):
1. Filosofta de la vida: ¿Sos religioso o no? ¿vas a la Iglesia o no? ¿qué pensás de la política? ¡por qué
partido político votarlas?
2. Padres: ¡Qué es lo que esperás de tus padres! ¡qué creés que esperan ellos de vos? ¡cómo se tratan
unos a otros? Existen muchas ideas sobre esto ¿qué pensás!
3. Amigos: ¿Qué es un verdadero amigo? ¡qué podés esperar de ellos! ¿qué pueden ellos esperar de vos?
¿cómo se trata entre ustedes.? Cada amistad es un mundo, ¿qué pensás?
4. Colegio, ocupación futura y del tiempo libre: ¿qué es lo que pensás sobre tu colegio! ¿qué te gusta-
rla hacer cuando termines! ¡qué podés esperar de una ocupación en el futuro? ¿qué har!as con tu tiem-
po libre?
S. Características personales: ¿cómo te gustará verte a vos mismo? ¿cómo tratarlas a tu cuerpo? ¿qué
pcnsás de tu personalidad! ¡qué pueden esperar de vos los demás? ¿qué es ser un hombre hoy en ésta
sociedad! ¿qué es ser una mujer! ¿qué es lo que pensás de esto?
6. Relaciones íntimas: ¡qué es una relación íntima? ¿cómo se tratarían en una relación Intima? ¡qué
pueden esperar de vos? Existen muchas ideas sobre esto, ¡que pensás?
:.
2 Marcia J. E. • Development and vafidation of Ego ldentity status.· Journal of PersonaUty and Social Psychology, N"3.
(1966) p. 551-558.
...
t ·,. Aunque podemos encontrar pruebas estandarizadas en todas las áreas de la investigación so-
. cial, destacaremos algunas de las de uso mas extendido en la investigación aplicada que realizan
las organizaciones e instituciones. En ese campo, los lectores de este libró habrán de encontrar_
ya como profesionales- que frecuentemente se recurre a pruebas estandarizadas -"enlatados"-
sin hacer la correspondiente evaluación crítica. Esto puede ser razonado de diferentes maneras:
a veces, quienes los implementan carecen de los conocimientos básicos necesarios para el análi-
sis cuidadoso del material; otras, las compañías transfieren las pruebas de un país a otro sin ocu-
parse de la incidencia de esa operación en la confiabilidad y la validez del instrumento.
A modo de ejemplo del tipo de prueba estandarizada que se utiliza en la investigación aplica-
da al contexto de las organizaciones y la investigación de mercado, señalemos:
1. Pruebas organizacionales: evalúan las relaciones con los empleados, los distribuidores,
los clientes, pruebas de clima organizacional, etc.
2. Pruebas de aptitud para la industria: selección de recursos humanos, investigaciones
sobre productividad, satisfacción en el trabajo, resistencia a la monotonía, etc.
3, Pruebas estandarizadas para investigación de mercado y publicidad: pruebas de pro-
ductos, para la medición de la eficacia publicitaria, pruebas de marca, etc.
4. Test Mentales paraniétricos y proyectivos: evaluación diagnóstica en educación, en se-
lección de recursos humanos, en investigación de mercado y publicidad.
el compromiso del trabajador en relación con las políticas y la organización. No evalúa hasta
qué punto es buena la organización, sino que está enfocada a averiguar "hasta qué punto la or-
ganización es buena para mi como empleado''. El instrumento recoge datos sobre las comuni-
caciones de la empresa con el trabajador, la relación entre los recursos y las demandas del tra-
bajo, el nivel de confianza de las relaciones y la percepción de la ética dentro de la organización.
• Prueba Estandarizada de Evaluación de las Relaciones con los Clientes (Customer Re-
lationship Assessment): un factor critico que prometen estudiar estas pruebas es la pér-
dida de clientes por parte de las empresas. Un negocio puede fácilmente pe.r der en el año
el 20% de sus clientes, 98% de los cuales no d ice la razón de su partida. La pr ueba reco.
ge información de esos dientes y se propone encontrar las razones de partida y d isc(imi-
narlas según sean o no manejables por la firma. El modelo consiste en una medición
transversal de la situación de las relaciones de la compañia con sus clientes, identifica los
procesos más importantes en una relación específica empresa-cliente y establece el de-
sempeño de la empre.sa y de la competencia en cada uno de esos procesos.
• Prueba estandarizada de Evaluación de las Relaciones con los Proveedores (Suplier Re-
lationship Assessment): en las relaciones con los proveedores, las compañías dependen en
gran medida de su compromiso. Además, las fallas éticas más frecuentes en las empresas se
dan en estas relaciones. El modelo de medición evalúa factores de buen y mal funciona-
,, miento de las relaciones empresa -proveedor y se propone como un instrumento adecua-
do para identificar grados de compromiso de los proveedores y desempeño de la empresa
en cada uno de los factores relevantes a la relación. Las pruebas miden cuestiones tales co-
mo: "¿Es fácil hacer negocios con la empresa?~ "¡Son competitivos los precios?", "¿Cuál es
la reputación de la empresa y cómo afecta la relación con los proveedores?'; "¿Sienten los
:¡ proveedores que la empresa los apoya para ofrecer un mejor producto o servicio?': etc_
,,
1
17.2.2 Pruebas de aptitud para la industria
¡, La gestión de los recu rsos humanos se ha enfocado, en los últimos años, hacia la valoración in-
·1 dividual de la competencia profesional del trabajador La evaluación hace foco en los resultados,
,,1 pero también en los procedimientos o las habilidades de los sujetos. A continuación se reseñan al-
1,1
1 gunas de las pruebas de aptitud que se utilizan en la industria tanto para evaluar el potencial de
¡Í obreros y técnicos en el momento de ingreso al puesto, como para establecer los efectos de la ca-
pacitación, la calidad de sus métodos, la adecuación de sus materiales y contenidos. Estas pruebas
son asimismo utilizadas por los investigadores interesados en los sistemas productivos, sistemas de
aprendizaje en entornos laborales o investigación sobre motivación y satisfacción en el trabajo.
', ¡.
I"'.) • ~OE .- Comp.rensión d~ órdene~ escritas: ':valuación de la aptitud para comprender y
aplicar mstrucc1ones escritas. Evalua la capacidad para comprender e interpretar órdenes
escritas. La prueba ofrece tres modalidades: COE-1, apropiada para seleccionar operarios
subalternos y mandos medios de taller; COE-2, para seleccionar programadores y adminis~
trativos; y COE-3, comprensión de textos complejos, adecuada pa.ra niveles superiores.
• Crawford - Test de destreza con pequeños objetos: evaluación de la coordinación óculo-
manual fina. Test manipulativo formado por piezas pequeñas y herramientas de precisión.
• MTP -Toulouse-Píeron: evaluación de aptitudes perceptivas y atencionales. Prueba que
exige una gran concentración y resistencia a la monotonía. Está formada por una cierta
cantidad de cuadrados muy pequeños, dife.rentes entre si, donde el sujeto debe buscar ·y
marcar los que sean idénticos a m odelos propuestos.
a. Test psicométricos
b. Test proyectivos
•Ver en Beerli, A. y Martín, J. O. Técnicas de medición dela eficaciapub/idtaria. Esparta: Ariel. 1999. p. 106-109.
,,
"una situación experimwtal estandarizada que sirve de estímulo a un comportamiento. Tal com. ""''.
porta miento se evalúa por tina comparación estadística respecto de otros individuos colocados en la ·.,~:
misma situación, lo que permite clasificar al sujeto examinado, ya sea cuantitativamente, ya sea ti- .';•
pológicamente."5 ."'~'.'
Figura 17.3 Prueba estandarizada. Escalas de Wells y de Lcavitt para medir el componente
afectivo o emocional de la actitud hacia un anuncio gráfico
Test de Tipos de Medios de Autores que
Autor/es Medida Items validación productos comunicación han utilizado
de 13 escala csta'escala
Wells Una escala -Es un anuncio atractivo. Ninguno Múltiples, Prensa Martín
(1964) d e 12 ítem, -Yo ahrobablcmente p asarla pero no se Santana
tipo Likert y por to este anuncio si lo vie- Valídez especifico Prensa (1996)
dedos pun- ra en un ~riódico, convtr- cuáles en
tos. Se le CO· • Es un anuncio agradable. gente el trabajo.
nocc como • Este anuncio me hace desear
d Cociente comprar la ma.rca anunciada, Validez
En
Emocional - Este anuncio tiene poco intc• concur-
• Cerveza
rés para ml.
dcWclls rente • Whisky
· Este anuncio me hace sentir
bien.
• Es un anuncio manvilloso.
• t&ta es la clase de anuncio •;.
.. -
:
que uno olvida fácilmente.
• Es un anuncio fascinante.
- estoy cansado de esta clase de
anuncios.
. Este anuncio me deja
indifcrentc.
- - - -- - l -- - -- l - -- - - 1 -- - -- 1 -- - - -l .•..,
Leavitt Una escala -Vivo - Serio Análisis Múltiples, Televisión Wclls,Lea-
(1 970) de 45 ltems, • Emoctonad • Encantado factorial pero no se vitt y Mc-
tipo Likert y • Vigoroso - Maravillado especifica Conville
de cinco - Entusiasta -Amable Análisis cuáles en (1971)
puntos, per- • Enc!rgico • Tranquilo factorial el trabajo (VR)
tenecientes a • Estimulado • Tierno
ocho di- • Alegre • Stnsiblc
-Animado Cocficicnt En Tabaco Z inkhan y
• Familiar
mensiones e de con- fomeU
- Divertido - Bien conocid<
de respuesta grucncia= (1985)
• Jubiloso • Visto
emocional: - Feliz anleriormente 0,58 (VR)
energía, di- · De humor • Original
versión, re- • lmportante • C nico Análisis
lcva.ncia, au- • Útil · Imagin ativo factorial
toritarismo, - Valioso - Novedoso
sensualidad, • Siinifiativo - Ingenioso
familiaridad, - Digno de • Creativo
novedad y recordar • fraude
aversión • Convincenlc • Terrible
• Seguro • Estúpido
• Como en el • lrrit:mtc
trabojo • No important
- Va conmigo · Rid!culo
• Responsa le
- Franco
Los tests psicométricos son objeto de distintas críticas. Una de las criticas el lector podrá re-
lacionarla con algunas de las consideraciones realizadas en el capitulo 2 cuando nos referimos a
Ja explicación estadística. Entonces, dijimos que la explicación estadística permite explicar por
qué ocurrió un hecho y también permite predecir el comportamiento de una variable en una
población determinada; lo que no permite es predecir una situación individual concreta. Los
tests psicométricos adolecen de la misma dificultad predictiva para los casos individuales, en la
medida en que la estandarización de las pruebas y la valoración de los resultados siguen patro-
nes estadísticos y, en general, no indican más que relaciones entre individuos. Una persona es
más o menos inteligente en un test según se ubique su puntaje con relación a una población que
sirve de referencia. Cuando se trata de muestras poblacionales nadie discute la efectividad po-
tencial de los tests, puesto que las muestras poblacionales reflejan aproximaciones estadísticas.
El problema surge en el significado de un test en la evaluación de casos individuales.
Además de esta crítica, otras perspectivas descalifican a los test psicométricos por las mismas
razones que rechazan en general la medición cuantitativa de aspectos relativos a la especificidad
de lo simbólico y social humano: se acusa a los tests de ser reduccionistas y de no captar el sen-
tido de la acción bolísticamente y en contexto.
Test proyectivos
Las pruebas proyectivas se basan generalmente en presentar algún estímulo inestructurado a
los sujetos para que ellos expresen libremente, a partir de estos estímulos, lo que piensan, sien-
ten o ven. Los estímulos pueden tomar la forma de díbujos, manchas, fotografias u otros ele-
mentos sim ilares, aunque también se recurre a estímulos verbales o auditivos. La recolección de
datos se hace por medio de entrevistas poco formalizadas pero que exigen que el entrevistador
sea una persona idónea y capacitada, un profesional con considerable experiencia para analizar
las respuestas
En 1939, LK Frank publicó un artículo en el Journal of Psychology de los Estados Unidos de
América titulado Los métodos para el est11dio de la personalidad. Habla creado la expresión 'méto-
dos proyectivos' para destacar el parentesco existente entre tres pruebas psicológicas: el test de aso-
ciación de palabras de Jung (1904), el test de manchas de tinta de Roschach (1920) y el T.A.T (Test
de Apercepción Temática de Murray: 1935). Frank demostró que estas técnicas constituyen el pro-
totipo de una investigación dinámica y holística (global) de la personalidad, es decir, de una inves-
tigación encarada como una totalidad en evolución cuyos elementos constitutivos están en interac-
ción: modo de investigación característico de la ciencia moderna para el estudio de la naturaleza
humana. Comparó el T.A.T con el análisis espectral en fisica y con la radiografia por medio de ra·
yos x en anatomopatologia. Segón él, las nuevas formas de determinismo científico (determinismo
dialéctico, redes causales), conquistarían asl la psicología. En efecto, los tests proyectivos deberán
probar si son los instrumentos más efectivos del método clinico en psicolog!a, y en su aplicación
práctica se pondrán de manifiesto las concepciones teóricas de la psicologla dinámica. Se puede
discutir con razón si el término test, tomado en sentido rigurosameule psicométrico, t.stá bi~n apli-
cado a aquellas pruebas cuya estandarización y muestreo dejan a menudo que desear y cuya sensi-
bilidad, confiabilidad, y validez son diflciles de estimar. Pero es innegable que estas pruebas tienen
566 Metodologla d• la tnvulig•cl6n tn organlucíones, mercado y sociedad
en común un método propio distinto de aquel en que se fundamentan los tests psicométricos y que
aportan en la práctica efectiva del conocimiento del otro una agudeza cllnica que compensa en su
menor rigor estadlstico.• D. Aniieu (1~61:13).6
Con estas palabras, el psicoanalista francés Didier Am:ieu presenta los métodos proyectivos.
En ellas destacan primero las virtudes que éstos comportan: son el prototipo de 1ma inves-
tigación dindmica y hollstica (global) de la personalidad, es decir, de 11na invtstigación encarada
como una totalidad en evolución cuyos elementos constitutivos estdn en interacción, y segundo las
dos caracterlsticas que hacen controversia! su aplicación como métodos de recolección d e datos
para la investigación cientifica: son "pruebas cuya estandarización y muestreo dejan a menudo que
desear y cuya sensibilidad, confiabilidad y validez son diflciles de estimar~ Aún así, Anz.ieu conclu-
ye que "es innegable que estas pruebas tienen en comiín un método propio distinto de aquel e11 que
se fundamentan los test psicomltricos y que aportan en la práctica efectiva del co11ocimiento del otro
una agudeza clínica que compensa en su menor rigor estadístico.
Su equilibrada evaluación contrasta con las innumerables criticas que sufren, desde las perspec-
tivas más clásicas, las técnicas proyectivas. Entre ellas, podemos mencionar la referida falta de es-
tandarización de los diversos métodos, !a dificultad para evaluar la incidencia de las relaciones in-
terpersonales entre el examinador y el sujeto, la critica a los modelos que vinculan datos recogidos
con teorlas de la personalidad sin fundamentación empirica y la falta de un lenguaje técnico apro-
piado que permita la interpretación rigurosa y la comparación de los resultados.
En cualquier caso, y más allá de las adhesiones m!s o menos entusiastas que los métodos pro-
yectivos puedan generar, su uso extendido es un hecho en la investigación social tanto académica
como en los estudios de mercados y en la evaluación de los recursos humanos en las organizacio-
nes. En el área de recursos humanos de las empresas especialmente (y dado el nivel de profesiona-
lización que han adquirido los procesos de selección de personal, evaluación del desempeño, eva-
luación de potencial, etc.) las técnicas proyectivas son ampliamente utilizadas ya que permiten
identificar desde patologías graves o disfuncionales para el trabajo, hasta perfiles mas adecuados a
la naturaleza de la tarea y responsabilidad que requiere cada puesto. En cuanto a las técnicas pro-
yectivas más utilizadas en investigación de mercado, podemos mencionar las siguientes:
· Asociación de palabras: se presenta a los entTevistados una lista de palabras y se solici-
ta una asociación rápida de la que se toma nota junto con el tiempo que se demora en
emitirla. Luego, se hace un análisis de la frecuencia con que se da una determinada res-
puesta, el tiempo total transcurrido y la cantidad d e entrevistados que no pudieron res-
ponder dentro del tiempo establecido. Se espera conocer con esta técnica las representa-
ciones que surgen a partir de determinados conceptos.
• Finalización de frases: se pide a los entrevistados que completen una frase con la pri- .·:.,,,
·mera palabra que se les ocurra, para analizar luego las respuestas. El comienzo propues-
to por el investigador ofrece una base estructurada para iniciar una asociación que se es-
pera continúe libremente.
• Finalización de una historia: se solicita a los entrevistados que terminen un cuento, o
que imaginen por qué tal o cual protagonista se comportó de esa manera.
r
r,
.
.
r,'.: Cap itulo XVII Pruebas estandarizadas 567
• Tercera persona: esta técnica presenta a los entrevistados una situación verbal o visual
inestructurada y les pide que la relacionen con los sentimientos o ideas de un tercero
(puede ser un vecino, un amigo, un personaje, etc.).
• Completar historietas: se les presenta a los entrevistados una historieta relacionada con
cierta situación concreta, solicitándoles que sugieran lo que podría decir uno de los per-
sonajes, como respuesta al comentario del otro.
Recapitulando, todas las ciencias y tecnologías sociales cuentan hoy con un amplio y variado
repertorio de pruebas estandarizadas realizadas para los más diversos fines. Se presentan en dis-
tintos soportes y configuran un tipo particular de instrumentos, técnicas y dispositivos que se
comercializan o están libremente disponibles en bases de datos secundarios. Tal cantidad, como
es fácil imaginar, no deviene necesariamente en calidad y por lo tanto el estado de alerta con el
que nos acerquemos a estas pruebas no debe decaer ante la practicidad de utilizar un instrumen-
to que ya existe para medir las variables de interés. No pretendemos decir que esa facilidad deba
ser desdeñada de plano: siempre que sea posible y adecuado, baremos bien en capitalizar los es-
fuerzos realizados por quienes investigaron antes que nosotros, pues es de ese modo q ue el co-
nocimiento se acumula y dinamiza. Simplemente, estamos subrayando la necesidad de analizar
crlticamente cualquier instrumento disponible, antes de tomar la decisión de utilizarlo.
...
Una vez que los instrumentos de recolección de datos han sido aplicados a la población ob-
jeto de la investigación, nos encontramos frente a una masa amorfa de informaciones particu-
lares que -en ese estado- nada dicen sobre el colectivo que pretendemos estudiar. Cuando rea-
lizamos una encuesta, obtenemos una torre de formularios repletos de datos personales sobre
cada individuo entrevistado, pero inútiles a los fines de responder las preguntas de investiga-
ción social que formula el problema. Es imperativo, entonces, hacer que esos daros satisfagan
los objetivos planteados: habrá que sintetizarlos, ordenarlos y relacionarlos para volverlos, así,
significativos.
Antes de emprender el análisis en sí mismo, deberán procesarse los datos obtenidos en el
campo, para lo cual habrá que agotar tres instancias: codificación, tabulación y graficaci611. Esta
última es de carácter opcional pero también, como veremos, altamente conveniente.
18.2 Co dificación
Para que los datos obtenidos en la medición puedan ser luego analizados, y fundamentalmente
porque la mayor parte del análisis se realiza mediante computadoras, es necesario codificarlos.
Las respuestas deben ser transformadas en símbolos o números, para poder realizar luego una
matriz de datos que contenga toda la información recopilada.
Sabemos ya que las categorlas pueden codificarse antes o después de la aplicación del instrn·
mento (según éste contenga preguntas cerradas o abi_ertas, respectivamente). En el capitulo 12
hemos visto cómo, para llevar a cabo la codificación; se le asigna un símbolo o número. a cada
una de las categorías (predeterminadas antes de la recolección de los datos) de las preguntas o la
observación, que luego se registra en el libro de códigos.
En el caso de que las preguntas sean abiertas, no es posible proceder de la misma forma porque
las respuestas son impredecibles y, por lo tanto, la codificación deberá realizarse en función de lo
respondido. Es por esto que la primera labor que debe ponerse en práctica tras la recolección de
los datos es la codificación de las preguntas abiertas. Por ejemplo, si se pregunta a los entrevistados
-¿Qué obstáculos encuentra Ud. en el desempeño de sus tareas dentro de la empresa?, los distintos res-
ponden tes se expresarán con sus propias palabras. Luego, tendremos que agrupar las respuestas de
modo que queden reducidas a las opiniones más salientes y, recién entonces, codificarlas. Este pro-
ceso se encuentra claramente desarrollado en el capl~ulo 14 CUESTIONARIOS Y ENTREVISTAS.
Ahora bien, una vez que disponemos de todos los datos recopilados y codificado~. tendre-
mos que asignarle a cada respuesta dada u observación hecha, el puntaje que le corresponda,
de acuerdo con lo establecido en el libro de códigos (ver figura 18.2) previamente elaborado.
... ...
De tal manera, los datos así cuantificados podrán volcarse a la matriz de datos completando to-
dos los casilleros de la hoja de tabulación (figura 18.1).
A primera vista, esta labor es meramente instrumental y no despierta grandes preocupacio-
nes. Sin embargo, es de vital importancia realizarla de manera correcta para que en la tabulación
no haya errores que reaparezcan en las operaciones posteriores y deformen o invaliden los resul-
tados d e la investigación. Equivocarse en este proceder no es dificil; por lo tanto, no debe subes-
timarse la atención que este p~so requiere.
Supongamos que la muestra con la que trabajamos está conformada por 113 personas. Nece-
sitamos resumir toda esta información de forma tal que en lugar de tener 113 tests tengamos so-
bre nuestro escritorio solamente una matriz donde hemos volcado todos los datos obtenidos, co-
mo vemos a continuación (la matriz de datos puede llegar a tener varias páginas, por eso sólo
transcribimos un fragmento):
o l 1 l l
o 2 l l l
o 3 2 2 2
o 4 l 3 3
o 5 2 2 2
o 6 2 3 5
o 7 2 2 1
o 8 l l 4
o 9 1 3 1
1 o ?. l 3
1 1 1 2 ?
1 2 2 "., ,.1
1 'I ?
l 4 1
I
" 1
5 1 1 5
18.3 Tabulación
Todos los datos que se obtuvieron con la aplicación del instrumento de medición se encuen-
tran agrupados y resumidos. Ahora es posible sintetizarlos aún más en una tabla o cuadro, para
presentarlos en un formato claramente comprensible. Con este paso, finaliza la etapa de proce-
samiento de los datos de la investigación, dejando como producto del proceso una visión numé-
rica, sintética y global del fenómeno estudiado y de las relaciones entre sus distintos aspectos.
Figura 18.3 Opinión de los consumidores sobre la modificación del sabor de la gaseosa X
f {frecuencia)
MD 7
D 12
NA/ND 3
A 58
MA 33
Total 113
Figura 18.4 Opinión de los consumidores sobre la modificación del sabor de la gaseosa X
En la figura 18.4 se han ido acumulando (sumando) en la segunda columna (fac) las frecuen-
cias anteriores, y así la frecuencia acumulada 22 corresponde matemáticamente a la suma de las
anteriores frecuencias (7+12+3). Pero el número 22, como toda frecuencia, además de tener un
significado matemático tiene también un significado empírico, importante a la hora de tener
que analizar la tabla. Empíricamente,el número 22 me dice que hay 22 sujetos de un total de 113
que tienen una opinión entre neutral y muy negativa hacia el cambio de sabor de la bebida. Por
,1 otro lado, observemos que si los cálculos están bien hechos, la última frecuencia acumulada de-
1 berá coincidir con el tamaño de la muestra (J 13).
Para obtener las frecuencias porcentuales (P'/4) d e la tercera columna consideramos primera-
mente el total de casos (113) como si fuera el 100%. A partir de aquí, y por regla de tres simple,
obtenemos por porcentajes parciales:
Si 113 - -- - -- - 100 %
Entonces7 _ _ __ __ X= 7 X 100 = G,Z %
13
Observemos que en la tabla se coloca entre paréntesis el total de los casos que representa el 100%.
Esto es fundamental para poder volver hacia atrás; es decir, a partir de una tabla de porcentajes po-
der calcular los valores relativos. El valor total en función del cual se hace el cálculo de los porcen-
tajes (en el ejemplo anterior, 113), se denomina base del pora!ntaje. Es posible que en un mismo
cuadro aparezcan diferentes bases; esto no afecta a la lectura del mismo porque las cifras presenta-
das seguirán siendo proporcionalmente comparables. Lo que nunca -en ningún caso- debe suceder
es que se entremezclen en un mismo cuadro cifras en porcentajes y en absolutas simultáneamente.
O se presentan todas en absolutas o todas en porcentajes; y si ello no es posible se confeccionan dos
cuadros diferentes, porque de otro modo se induce directamente a una confusión al lector.
Calcular las frecuencias porcentuales, nos permite, con un rápido vistazo, percibir diferencias
y similitudes, apreciar variaciones y tendencias. A ello se debe su uso constante en prácticamen-
te todos los cuadros estadísticos.
Luego, si as! lo deseamos, podemos obtener las frecuencias porcentuales acumuladas (faco/o)
siguiendo el mismo procedimiento que aplicamos para obtener las frecuencias acumuladas.
¡\'' I,;
Capitulo XV111 P1oc esa mlento , anMisis e interpretación de los d atos S75
A excepción de algunos casos muy poco frecuentes, nunca se utilizan cuadros de más de tres en-
tradas, pues su análisis y comprensión se hacen realmente diflciles, incluso para gente especializada.
a . Numeración y título
Numerar los cuadros es necesario para poder aludir a ellos en el texto y para que la presenta-
ción del informe resulte clara y ordenada. En el título de la tabla se encuentran resumidas las va-
riables relacionadas, las coordenadas espacio-temporales (dónde y cuándo fueron tomados los
datos) y otras circunstancias que puedan determinar el sentido de la tabla. También se especifi-
ca cuál es la variable independiente y la dependiente, de acuerdo con el orden en que estén enun-
ciadas (en primer lugar, la dependiente y Juego la independiente). Por ejemplo: "Cuadro 1.1: Ra-
zones de insatisfacción con el trabajo, según sexo'~ Si se trata de un cuadro con tres variables, se
respeta la misma regla: "Cuadro 1.2: Razones de insatisfacción con el trabajo, según sexo y edad"
g. Fuente
Es un requisito ineludible que al pie de todo cuadro figure su fuente de procedencia: aquel
que lea los datos debe contar con la posibilidad de juzgar su veracidad y confiabilidad de acuer-
do con las fuentes originales. En el caso de que la información haya sido recopilada de manera
directa por el investigador, deberá aclararlo (usualmente, se especifica "elaboración propia").
18.4. Graficación
Teniendo la información tabulada, es sencillo e inmensamente útil construir gráficos que ex-
presen visualmente los valores numéricos que aparecen ·e n los cuadros. El objetivo es permitir
una comprensión global, rápida y directa de la información que aparece en cifras. Esta presen-
. ,¡ táción no sólo simplifica la lectura de los datos, sino que además los vuelve impactantes y atrac-
\¡
,,
,•_I
tivos para el lector.
Raramente se grafica toda la información obtenida en el estudio, pues ello implicaría una
i:
·,;¡ gran cantidad de tiempo invertido en algo que no lo justi fica en extremo; lo más conveniente es
1 graíicar sólo las informaciones más importantes y generales, q ue tengan un valor lo suficiente-
1
mente significativo para la investigación.
E:ciste una infinidad de formas posibles que incluyen, entre las más conocidas, los gráficos
de barras (ver figura 18.7), los histogramas, los gráficos de pastel (ver figura 18.6), las escalas
gráficas, etc. El criterio del investigador, sus conocimientos matemáticos y el público al que se
van a presentar los resultados determinarán cuál es el gráfico que mejor se ajuste para cada con·
junto de datos.
Capítulo XVIII Procesamiento, anAlisis e lnterpruacíOn d e los datos 577
Nunca
4,2%
Siempre
78,9%
so"
40%
30%
20%
10%
0%
Siempre Frecuentemente Algunas veces Casi nunca Nunca Ns/Ne
Contamos con los datos obtenidos en la recolección y ya los hemos codificado, ordenado y sin-
tetizado; pero para obtener de ellos la utilidad que pretendemos, deben aún ser analizados e in-
terpretados. La operación de análisis es aquella por la cual el silencio, la no-significación de los
datos es transformada en respuesta al problema de inves'tigación. En otras palabras, los datos son
aqul estimados desde una determinada perspectiva de lectura, son descifrados con una clavé par-
ticular, y por ello cobran sentido, se ordenan entre sí y adquieren calidad de respuesta al proble-
m a origen. Pero dar voz a los datos, que entreguen lo que tienen para decirnos, no significa ha-
cerles decir lo que queramos oír (forzar la verificación o falsación de la hipótesis), ni hacerlos ha-
blar en una lengua que no es la suya (aplicarles una herramienta de análisis inapropiada).
La operación de análisis de datos puede dividirse en dos fases:
1. El análisis propiamente dicho, esto es, un primer ejercicio de elaboración de los datos
por el que extraernos de ellos algunas de las respuestas a las preguntas planteadas al co-
mienzo de la investigación.
2. La sfrltesis,su contrapartida integradora, en la que esas respuestas aisladas se conectan en-
tre sí (y con otros conocimientos que a la hora del análisis pueden resultar importantes).
En esta instancia se realiza una composición -esto es Jo que significa síntesis- de todos los
580 Metodologla de la Investigación tn o rga nizaciones, mercado y sociedad
En el cuadro de la figura 18.10, la asociación percibida entre "estado civil" y "corriente po-
lítica" desaparece; en cambio, se hace evidente q ue la influencia ejercida sobre la "corriente po-
lítica" tiene que ver con la edad. En este caso la relación originalmente establecida resultó es-
,. puria.z
18.6.2 Tasas
Es la relación entre el número de casos de una categoria y el número total de casos. Se calcu-
1:
la colocando en el numerador la cantidad de veces que un suceso se presenta en un periodo y
~ea determinados y en el denominador la cantidad de veces que podr(a presentarse el suceso en
el m ismo período y área. El cociente de esta división se multiplica luego por un múltiplo de 10
( usualmente 100 o 1000) para facilitar la lectura.
Por ejemplo, la tasa de mortalidad general de un país para el año 2003 se calcularía:
18.6.3 Razones
Es la relación existente entre dos categorías. Si, por ejemplo, estamos analizando el tipo de
universidad a la que asiste un grupo de jóvenes encuestados, podríamos obtener un cuadro co-
mo el dela figura 18.11.
Esto equivaldría a decir qne por cada dos estudiantes de la universidad pública hay uno de Ja
universidad privada.
a. Media
Es el ¡M'Omedio aritmético de una distribución, es decir, la sumatoria de todos los valores ob-
tenidos dividido el número de casos. Es la medida más utilizada.
Se simboliza: X
Se calcula: X = rNX
Donde: :E= signo de sumatoria; X= puntajes individuales; N = tamaño de la muestra
... ....
lf1
!. j
IH.) s
(,J¡ 580 Metodologfa de fa Investigación en organizaciones. mercado y soci t dad
4!i
PI
Figura 18.10 Corriente política según estado civil y edad(%)
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·:J En el cuadro de la figura 18.1 O, la asociación percibida entre "estado civil" y "corrien te po-
lltica" desaparece; en cambio, se hace evidente que la influencia ejercida sobre la "corriente po-
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lítica" tiene que ver con la edad. En este caso la relación originalmente establecida resultó es-
puria.2
¡ 1
l ~¡
18.6.2 Tasas
r
Es la relación entre el número de casos de una categoría y el número total de casos. Se calcu-
la colocando en el numerador la cantidad de veces que un suceso se presenta en un periodo y
¡1 área determinados y en el denominador la cantidad de veces que podría presentarse el suceso en
¡l
¡'
;:! el mismo período y área. El cociente de esta división se multiplica luego por un múltiplo de 10
(usualmente 100 o 1000) para facilitar la lectura.
" Por ejemplo, la tasa de mortalidad general de un país para el año 2003 se calcularía:
~i
T,
t H Tasa de mortalidad = mlmero de defunciones en el pals durante el allo 2004
= X 1000
población total del país en el allo 2004
J~
,.
J~
i)t
\. :J!
Son comúnmente utilizadas en demografia (tasas de natalidad, mortalidad infantil, fccundi-
dad, etc).
r1111
¡ 18.6.3 Razones
Es la relación existente entre dos categorías. Si, por ejemplo, estamos analizando el tipo de
r
¡Í universidad a la que asiste un grupo de jóvenes encuestados, podríamos obtener un cuadro co-
fij roo el dela figura 18.11.
r•
·1·
, ·j { Figura 18.11 Tipo de Universidad que asisten los alumnos
1¡ ~'
Tioo de universidad a la oue asiste Frecuencias absolutas
'1··1rl l. Pública 120
, 1 .
.J.1: 2. Privada 60
Total 180
:JI.
fr·
!· 2 Para ampliar ver en el capítulo 2 el punto Investigación correlacional.
!1
la
.~ ·· - -:..
.·.
• •4
Para calcular la razón de alumnos de universidades públicas a alumnos de universidades pri-
¡ , ·, vadas, deberlamos realizar una sencilla operación:
-·
cantidad de alumnos de universidades públicas (120) =
Relación entre alumnos = 2
cantidad de alumnos de universidades privadas (60)
Esto equivaldría a decir que por cada dos estudiantes de la universidad pública hay uno de la
universidad privada.
a. Media
Es el promedio aritmético de una distribución, es decir, la sumatoria de todos los valores ob-
·, tenidos dividido el número de casos. Es la medida más utilizada.
·:i
Se simboliza: X
Se calcula: X e ¡ X
N
Por ejemplo, para una muestra cuyos resultados de la variable edad sean: 15¡ 24; 32; 35; 63;
17; 20; 25¡ 3 1; 18; 24; 23; 30; 25; 19,
deberíamos calcular:
x= 15 + 24 + 32 + 35 + 63 + 11 + 30 + 25 + 31 + 18 + 24 + 23 + 30 + 25 + 19
15
x= 27,4
b. Mediana
Es el valor ubícado en el centro de la distribución de frecuencias, por encima y por debajo del
cual se encuentra la mitad exacta d e los casos. El procedimiento para calcularla difiere según el
número de casos sea par o impar. Sí es impar, hay que ordenar los puntajes (de menor a mayor
o viceversa), contar la cantidad de casos y tomar el que está en el medio como la mediana. Por
ejemplo, veamos cómo se obtcndrla la medíana de la distribución anterior:
En primer lugar, ordenamos las edades:
15; 17; 18; 19; 20; 23; 24;.ll; 25¡ 25; 30; 31; 32; 35; 63
Luego, contamos l.os casos. En este caso, el valor que ocupa la octava posición en la dístribu.
ción es la mcdfana, posición que corresponde a la edad de 24 afios. Como vemos, este valor di-
4I vide la distn'bución justo a la mitad, quedando la misma cantidad de casos hacia arriba y hacia
abajo de la medíana.
~ Si es par, también habrá que ordenar los puntajes y contarlos; pero como no habrá uno que
~ se encuentre justo en el medio, la medíana 5Crá el promedio de los dos puntajes que están en el
~ medio de la distn'bución.
f, Por ejemplo, si en lugar de 15 personas se hubieran encuestado a 16, el cálculo se baria su-
I• mando las d os edades que se ubican en el centro.de la distribución ya ordenada y luego dividien-
do el resultado por dos.
17; 18; 19; 20; 23; 24; 24; 26; 27; 29; 31; 32; 35¡ 36¡ 63
En este caso, las posiciones intermedías son las que ocupan el octavo y noveno Jugar, es decir,
24 y 26 años. Sacando un promedío entre ellas, la mediana en este nuevo grupo sería 25.
e. Moda
Es la categorla o puntuación que más se repite, es decir, que ocurre con mayor frecuencia. La
moda tambíén puede utilízarse en casos de d atos nominales, como el sexo o el origen.
Flgura 18.12
i~ Nacionalidad r
.l
¡l'1
Areentino 34
Boliviano 15
Brasilello 87
-1'1 Chileno 37
1,I Para1n1avo 12
¡: Uruguayo 29
,, Si tenemos una distribución de frecuencias como la de la figura 18.12, diremos que la moda
es la categoría MBrasileño': es decir, que ésa es la nacionalidad que más se repite entre las perso-
,, nas de la muestra a quien se aplicó la encuesta.
'·
------, -.-.~
Capítulo XVIII Prccesamle nto. anjlisis e lnttrpretación de los datos 583
Para decidir cuál es la medida de tendencia central que conviene utilizar para cada variable, ha
ponderar su nivel de medición y los objetivos del estudio. Por ejemplo, para desqibir datos en e/nt1ei
de intervalo o de razón lo más adecuado es la media. En general, si los datos son apropiados y·es po-
sible hacerlo, debe usarse la media. Para variables ordinales, resulta más apropiada la media'na; tam-
bién es particularmente útil cuando hay valores extremos en la distnbución, pues no se verá distorsio-
nada por éstos (como si sucede con la media). La moda se usa cuando los datos son de naturaleza cua-
litativa (nominales o categóricos), como la ideología politica, la marca de preferencia o la nacionalidad.
Curso A: 7; 4; 10; 9; S; 6; 8; 7; 4; 9; 5; 10
Media= 7
Curso B: 7; 7; 8; 7; 6; 6; 8; 7; 6; 6; 8; 8
Media= 7
Claramente, el Curso A tiene un mayor grado de variabilidad que el Curso B, aunque la me-
dia para ambos sea igualmente 7. Es importante conocer estas propiedades de la muestra que es-
tamos analizando, ya que las medidas de tendencia central sintetizan demasiado los datos y mu-
chas veces se pierde información valiosa. Existen diferentes medidas de variabilidad:
a. Rango
Posibilita una estimación rápida de la variabilidad en una distribución. Es la diferencia entre
el valor máximo y el valor mmimo que toma una variable estadística. Asf, recorridos grandes in-
dica.o una gran dispersión (es decir, valores muy alejados de la tendencia central) mientras q ue
recorridos pequefios representan valores cercanos a los parámetros de centralización. Observan-
do los ejemplos de arriba, vemos que la distribución de los puntajes obtenidos en el curso A tie-
ne un rango de 6 mientras que la del curso B tiene un rango de 2.
b. Desviación standard
Se trata de un promedio de las distancias o desvíos de todos los valores respecto de la media
e indica cuán lejos o cerca de ella están todos los sujetos. Si el desvío es muy pequefio, esto nos
dirá que los valores obtenidos no difieren mucho entre sí y se encuentran todos cercanos a la
media. Cuanto mayor es la d esviación estándar, más variable es el conjunto de puntajes. Se uti-
liza sólo con variables cuantitativas.
c. Varianza
Es igual al cuadrado de la desviación estándar y su raíz cuadráda es, obviamente, la desvia-
ción estándar. Muchas pruebas cuantitativas se fundamentan en ella, aunque con fines descrip-
tivos se utifüa sobre t.odo la desviación estándar. ·
estadística inferencia\, que sigue la lógica de la inferencia: las proposiciones eirtraldas del estudio
de una muestra pequeña se extienden a la totalidad de la población de donde fue tomada. Debi-
do a que los parámetros (e.s decir, los valores de la población) son desconocidos, deberán esti-
marse o inferirse a partir de los estadísticos (resultados que arroja el análisis de la muestra).
Estas técnicas nos pueden ayudar a decidir si las hipótesis que planteamos pueden ser o no
corroboradas por los datos obtenidos en la muestra. Determinando las probabilidades de q ue la
media de la muestra se acerque a la media de la población, podremos evaluar la probabilidad de
que lo descubierto en aquélla sea extensible a ésta'.
Las medidas estadlsticas inferenciales se dividen en paramétricns y no paramétricas.
18.6.4.2.l Paramétricas
Se utilizan sólo si es posible suponer que la distribución poblacional de la variable dependien-
te es normal y si ésta está medida ea escalas de intervalo o razón. La figura 18.13 presenta los
análisis o pruebas estadísticas paramétricas más utilizadas.
Figu ra 18.15 Grados de asociación entre variables según el valor del coeficiente
1 1 1 1 1 1
No existe
correlación
1 1 1 1 , 1
1. A es la causa de B.
2. B es la causa de A.
3. Tanto A como B son causadas por C.
4. La asociación entre A y B es consecuencia de una pura coincidencia.
18.6.6.2 Regresión
Los coeficientes también pueden utilizarse como instrumentos de predicción: si se ha descubier-
to que existe una alta correlación entre dos variables se podrá prever, dado un nuevo valor de la va-
¡, riable, qué valor de la otra variable le corresponderá. Por ejemplo: si los datos analizados indican
que a mayor tiempo dedicado al estudio, mds altas son las notas obtenidas en los exámenes {análisis de
!'
1 correlación), puedo entonces predecir que un rruevo.sujero al que no conoda y que dedica largas ho-
1 ras a estudiar para sus txdmenes probablemente obtendrá buenas calificaciones (análisis de regresión).
,'
1 18.6.7 Análisis multivariado
Las operaciones estadlsticas mencionadas b asta el momento nos sirven para realizar un aná-
lisis univariado (de una sola variable) o bivariado {dos variables relacionadas entre si). Sin em-
bargo, sabemos que la realidad social es compleja y que, por lo tanto, es común que en los fenó·
menos que les son propios intervengan una multiplicidad de variables.
'1
Capflv1o XVIII Procesamitnto, an~lisis e in terpretación de los datos 587
Por ello existen, además de las que presentamos anteriormente, una amplia serie de técnicas
para analizar esta realidad de manera más completa y adecuada a su complejidad. Los análisis
de este tipo son de una gran dificultad matemática, tanto más cuanto mayor sea el número de
variables relacionadas. Desarrollar siquiera brevemente cada una de las alternativas e.xcederia de
por si los objetivos de esta publicación, por lo que nos limitaremos a clasificar las opciones más
utilizadas.
Debemos, finalmente, enfatizar que la estadística es un instrumento, una herrami~nta de aná-
lisis, pero no es el análisis mismo, ni mucho menos lo reemplaza. Es tarea del investigador inter-
pretar, sobre bases teóricas y conceptuales sólidas, los resultados obtenidos a través de las técni-
cas estadísticas empleadas.
18.7 La lnterpretac.i 6n
Dijimos más arriba que la interpretación es la última fase del proceso de análisis de los datos,
donde las respuestas aisladas se conectan entre si y se realiza una composición -es decir, una sin-
tesis- de todos estos elementos parciales.
Los resultados del estudio deben ser interpretados tomando en consideración los objetivos
planteados en el proyecto, las hipótesis que fueron sometidas a la comprobación, el cúmulo de
conocimiei;itos afines y las limitaciones del método adoptado. Se trata de determinar la signifi-
cación y el alcance de los resultados obtenidos en el análisis. Es imprescindible explicitar hasta
qué punto las hipótesis son la respuesta al problema de investigación y de qué forma ampllan,
rectifican o confirman los conocimientos hasta el momento considerados válidos acerca del ob-
jeto. Es el momento teórico de la investigación. Para ello, la interpretación de los resultados de-
be articular los nuevos conocimientos obtenidos en la investigación que se ha desarrollado, al
cuerpo general de conocimientos en el campo determinado en el que ésta se inscribe. En suma,
, la interpretación sirve para que los autores expliciten sus descubrimientos, asl como para la con-
firmación o no de sus hipótesis, si las hubiere. Si los datos que se interpretan no son expresión
del modelo teórico que se ha construido en el marco teórico, si los resultados no lo confirman o
rectifican en alguno o en todos los aspectos, la investigación realizada no tendrá valídez alguna.
De la relación de nuestros resultados con la teorla existente, de su ámbito de aplicación espe-
cífico, y de las posibles generalizaciones que podrían aceptarse, trata básicamente la conclusión
teórica que a la luz de nuestros resultados podemos ofrécer. De esta forma se completa - para és-
ta ocasión- el ciclo de la investigación: una teorla que interrogó a lo real y que de lo real vuelve
para corroborar aciertos y rectificar errores.
_...
.... ..~--·,,,
,.¡.:..
.
~, -
Gastón Bachelard
El epígrafe de este capítulo dice: "Ha de observarse que toda doctrina de la objetividad termi-
na siempre por someter el conocimiento del objeto al control ajeno." Una de las formas en la que
ese control se concreta es regresando sobre los propios pasos para exponer públicamente los co-
nocimientos obtenidos en nuestra investigación y dar lugar, de ese modo, a la crítica fundamen-
tada que penniti!'á la rectificación del error. La investigación que no es sometida a la critica he-
cha somb ra sobre sus resultados y, en consecuencia, sobre la validez de su aplicación.
A la par, la publicación de los resultados de una investigación los transforma en literatura dis-
ponible para otros investigadores que realicen sus propios estudios y, eventualmente, p uedan re-
plicar el que hemos hecho en otros contextos; m ás aún: promueve la circulación del saber que,
como bien social, debe estar disponible para que la comunidad lo acoja.
Pero los documentos d e la investigación, el ant!proyecto, el proyecto de investigación (o plan de
trabajo, cuando se trata de una tesis) y el informe de investigación (reporte que se elabora al con-
cluir una investigación), no sólo deben rendir cuentas al formalismo institucional¡ además -y en
tanto la ciencia se construye a partir de un intenso diálogo entre la teoría y la observación, guia-
do por esa estructura de principios que es el método cic,ntífico-, los informes d eben tener tam-
bién como soporte tales principios, y por ello la investigación y su documentación deben ser,
ambas, coherentes con los supuestos del método científico que la guiaron.
Lo anterior pone de manifiesto que en tanto la investigación se construye sobre el método
científico -atendiendo las variada.s consideraciones que definen la cientificidad- los documentos
deben seguir, al igual que el estudio, la lógica del método del cual son tributarios. Es decir, de-
ben ser coherentes con ese conjunto de principios epistemológicos y metodológicos que consi-
deremos apropiados para obtener conocimientos válidos.
Finalmente, es necesario considerar el significado y las implicaciones del informe en tanto men-
saje que se expone a la consideración de los demás. AquI, son pertinentes todas las recomendaéio-
nes relativas a cualquier mensaje: definir quién es, qué espera y qué necesita su destinatario para
decidir adecuadamente el soporte, la modalidad, la profundidad y el lenguaje de la comunicación.
El informe de investigación no sólo teHimonia la actividad del investigador sino que es, ante to-
do, un documento de gestión. "En tal sentido, la eficacia de la gestión dependerá en mucho del di;-
curso de exposición, es decir de cómo eml escrito, una pregunta que comienza II contestarse a partir
de /11 demanda de ínvestigaci6n: para qué y para quién se escribe." 2
En síntesis, tres son las exigencias que se le imponen al informe: cumplimiento de los for-
malismos institucionales, coherencia metodológica y adecuación al destinatario. El texto de-
be atender a la continuidad en la exposición de las ideas, a la secuencia lógica de los argumen-
tos, a la cohesión entre sus diferentes fases y a la coherencia con los supuestos teóricos y epis-
temológicos que guiaron el estudio; todo ello para que, al final, el autor responda al proble-
ma de la investigación y alcance sus objetivos mediante un empleo adecuado de los métodos
y técnicas.
Cuando la investigación sale del á.rnbito académico, es decir, cuando es requerida por una em-
presa, organización o institución, la presentación de proyectos y de informes permite al investi-
gador poner en consideración de quienes requieren el estudio los objetivos o los productos que
la actividad investigativa se propone alcanzar. Frecuentemente, los documentos que se exigen
en estos ámbitos tienen un formato estándar cuyo propósito es asegura.r que todas las áreas
identificadas como relevantes sean tenidas en cuenta. Ese documento, de ser aprobado, in-
troduce un nivel de compromiso asociado con las cosas que se estipulan por escrito, y es-
tablece una garanlia reciproca entre ambas partes. Desde la perspectiva del investjgador, la
formulación de objetivos as[ expresada pone a disposición de la organización o empresa,
antes de iniciar su labor, cuáles serán los productos de la investigación, previniendo los
'
,.l conflictos que pudieran surgir a partir de la utilidad que efectivamente tengan o no esos
productos en la toma de decisiones para la cual fueron solicitados. Por su parte, para quien
solicita la investigación, el proyecto y el informe son documentos de seguimiento tanto del
proceso como del producto y representan la posibilidad de inserción de los resultados de la
investigación en los diferentes contextos institucionales, organizacionales o empresariales
en donde la tarea realizada cobra significado.
Habiendo considerado los distintos destinatarios de un informe., huelga aclarar que incluire-
mos tecnicismos y expresiones lingüísticas diferentes si quien pidió la investigación es una insti-
tución que exige una tesis para la graduación, un organismo gubernamental que necesita un es-
tudio, una gerencia que solicita una investigación de mercado para la toma de decisiones o un
medio de comunicación masiva que difundirá los resultados televisión.
Es necesario, en suma, no perder de vista el carácter administrativo que siempre tienen los do-
cumentos de investigación, aunque ello no debe implicar un divorcio o distorsión de los funda-
mentos epistemológicos y metodológicos en los que ésta se concibe y realiza.
En los párrafos que siguen presentaremos los formatos clásicos que toman el anteproyecto, el
proyecto y el reporte o informe final de la investigación. En cuanto a los informes í:le estudios
cualitatiYos, los hemos incluido directamente en la parte IV (capitulo 25) de esta obra, atendien-
do a su especificidad.
El proyecto (al igual que el anteproyecto) se presenta como una secuencia lineal, aunque ya
sabemos que, en la práctica, los caminos de la investigación se recorren en paralelo, se mezclan,
superponen, modifican e intercambian al ritmo del movimiento dialéctico que su misma lógica
impone. La linealidad inevitable del informe se corresponde con la exigencia de lograr claridad
expositiva y con la necesidad de no perder la perspectiva del vector temporal: el informe ordena
una cronología y ésta contribuye al cumplimiento de las actividades en los plazos de que se dis-
pone para hacerlo.
Veremos a continuación un formato de Proyecto de Investigación, también llamado Plan de
Trabajo. Los proyectos pueden tener mayor o menor grado de desarrollo y precisión, según las
exigencias de la institución que acogerá la investigación que se planea realizar y según, claro,
el nivel de desarrollo y precisión que el investigador haya logrado en el momento de su elabo-
ración. En nuestro curso introductorio, el proyecto sintetiza las operaciones que el estudiante
habrá realizado en su proceso de aprendizaje: construcción de su objeto de investigación y
propuesta de contrastación empírica. En general, cada uno de los productos que el proyecto
expone fue desarrollado en los cap!tulos correspondientes de este libro. Sugerimos volver a
ellos cada vez que sean necesarias mayores ampliaciones. Los puntos o ltems del documento
de.l Proyecto de Investigación se muestran en la figúra 19.1, a contimrnción de la cual se hacen
algunas aclaraciones y señalamientos espedficos que contribuirán a la eficiencia en el proce-
so <le documentación.
592 Metodolo gla de la lnvestigaclOn en organizaciones, mercado y sociedad
l. Portada
Titulo y subtitulo informativo
Nombre del investigador o investigadores
Institución/ organización
Fecha de presentación
2. Índice o Esquema
4. Objetivos
4.1. Objetivo general
4.2. Objetivos espcclficos
5. Marco teórico
6. Hipótesis
.i,,. 7. Metodología
1 7.1. Tipo de estudio
8. Plan de análisis
9. Cronograma
1O. Bibliografla
11. Anexos
1'.
1 l. Portada
La portada debe incluir:
a. Datos de identificación
·:1
,, Se incluye el apellido y nombre del investigador o investigadores, la institución u organi1,a-
ción que promueve o solicita el estudio y la fecha de presentación.
' l1
b . Título del proyecto.
El título de la investigación debé ser claro, preciso y completo. En forma simple y sucinta, in-
dicará el lugar, el fenómeno que se presenta, de qué o quiénes hablarán los datos, las variables que
se interrelacionan y, preferentemente, la fecha o época a la que se refiere el estudio. Si la extensión
Capítulo XIX EL In forme del proyecto y el repolle de investigación 593
del título perjudica su claridad, entonces es conveniente dividirlo en dos partes: el titulo y el sub-
título. Un buen título se puede resumir, aproximadamente, en unas 17 a 25 palabras. Conside-
·remos el siguiente ejemplo:
Hasta aqul, el titulo proporciona una idea general del contenido de la obra para los conoce-
dores del tema publicitario, pero es impreciso. Esto se resuelve agregándole un subtitulo:
Efectos modificatorios de la variación del orden de presentación del argumento persuasivo sobre
la captación de la atención en audiencias con diferentes grados de interés
Este subtítulo seguramenie podrá resultar complejo para quienes se encuentran fuera del área
de conocimiento, pero no para el especialista. Lo importante es que se logre comprensión en el
destinatario adecuado.
Los títulos deben ser informativos. Esto significa que hay que desechar las metáforas, imáge-
nes poéticas, humorísticas y los títulos interrogativos. Vale la pena enfatizar esta característica
esencial del titulo en todos los documentos de investigación, y en general, del lenguaje todo con
que el investigador se expresa. La recomendación es especialmente pertinente para estudiantes
de letras, comunicación o publicidad, especialmente los orientados a las ramas creativas, que
suelen recurrir a los títulos del tipo mencionado, incluso en los capítulos y parágrafos del mar-
co teórico. Una pregunta que aquellos creativos pueden hacerse es ''¿cómo hubiera yo recogido in-
formación para mi investigación si sólo hubiera encontrado títulos metafóricos o enigmáticos?" De-
bemos pensar que la oferta informativa es enorme, y la única manera de tomar accesible nues-
tra producción a los inve.stigadores que vendrán detrás de nosotros es ofreciendo claridad y pre-
cisión en el producto de la investigación. Un título poético o ambiguo sólo alejará a los poten-
ciales lectores, faltos de tiempo para ave.r iguar con qué se encontrarán al hojear el estudio. La
exigencia de claridad remite a una triple cuestión. La primera es \ie género: del mismo modo que
un comercial tiene su lenguaje, diferente al de un boleto de coinpra-venta, una denuncia por
hurto, o una nota periodística; una investigación tiene también el suyo propio. La segunda es
práctica: se necesitan palabras claras e informativas para que los buscadores electrónicos releven
nuestras investigaciones. La tercera es normativa: no nos _aceptarán otra cosa.
2. 1ndice o Esquema
El índice o esquema del trabajo proviene en gran medida del que hemos elaborado para el marco
teórico.3 Lo esencial aquf es el desarrollo y coherencia lógica con que estructuramos los contenidos.
l Como contríbudón a la elección de la modalidad mas adecuada a cada trabajo presentamos en el capítulo 4 y en
Apéndice díferentes modelos de esquemas comentados.
4 Para ampliar, ver el Capitulo 3.
594 Metodologla dt la Investigación en organiuclones, mercado y socit dad
4. Objetivos s
Objetivo General:
Establecer la influencia del tipo de materiales de adiestramiento informático en el
aprendizaje de programas por parte de usuarios inexpertos.
Objetivos especlficos
• Comparar la efectividad del uso de una documentación clcctTónica en for-
ma de programa hipermedia con la efectividad de una documentación im-
presa en el aprendizaje de programas para usuarios inexpertos.
• Establecer si existen diferencias en la frecuencia de acceso a los dos tipos de ·
documentación.6
• Conocer las percepciones de los usuarios acerca de los materiales de adies-
tramiento que utilizaron, y averiguar si cxist~n diferencias en la percepción de
la facilidad de uso, la utilidad y el grado de satisfacción delos usuarios con ca-
da documentación.
5. Marco Teórico 7
El marco teórico tiene como objetivo integrar el problema especifico en un conte.-cto cienrífi -
• co más amplio y ofrecer una explicación acotada para las relaciones y regularidades identifica-
das en el problema. Incluye los antecedentes teóricos que fundamenten el problema, extraídos
5 Tener en cuenta que los disefladores de soft siempre lamentan que los usuarios no accedan a los manuales y en
cambio prefiecan aprender por ensayo y error. El acceso del usuario a la consulta del manual de programa es una
conducta /wscada por quien disena y es por eso que se quiere saber con cu~I de ambos métodos el usuaño acce-
de más frecuentemente, y en tal sentido el método que legra mayor acceso es mejor.
1 Para ampliar, ver capítulo 4.
596 Metodolo9ra de la Investigación en organizaciones. mercado y sociedad
de la literatura existente. Recordemos que la revisión bibliográfica y documental tiene por fina- .
lidad identificar, elegir, analizar, criticar e informar sobre datos ya existentes acerca del tema ~n
estudio. Sin embargo, la revisión de la literatura nos ayudó desde el inicio a formular el proble:
ma de investigación, ampliar los conocimientos sobre el asunto, delimitar el campo de la inve~- ·
tigación, demostrar la necesidad de efectuar la investigación en un área definida y conocer los
estudios previos para sugerir aspectos del problema que no se conocen totalf!Jente. No todo lo
leído para elaborar cada una de las instancias señaladas debe ser atestiguado en el marco teóri-
co, sino que con el material seleccionado y fichado, hay que redactar el entramado, con formato
de prosa argumentativa respaldada en las fuentes, que da merita de nuestro objeto de inve.srigación 1
y no un glosario ni una yuxtaposición de teorías y antecedentes.
Frecuentemente la revisión de la literatu.r a induce a la redacción d e una serie de resúmenes
de los aportes encontrados o a la presentación de un mero recorrido por el estado de la cuestión.
El marco teórico no es una recopilación histórica del objeto de investigación. La bibliografía dis-
ponible es la base para establecer un fundamento sistemático para el estudio, señalando las con-
gruencias y contradicciones que de ésta surgen en relación al tema elegido. Sobre la base de esa
revisión y las ideas que nos habrán surgido durante la lectura y procesamiento, habremos cons-
truido una explicación acotada del problema que será nuestra, explicación, una entre otras posi-
bles maneras de dar respuesta al problema de investigación.
En sintesis, en este punto se desarrollan los elementos del marco teórico que hemos tratado
detenidamente en el capítulo 4': los antecedentes teóricos, los frutos seleccionados de la investi-
gaciones emplrica disponible, la respuesta teórica que se da al problema (modelo teórico) y la
definición de los conceptos centrales del estudio. Cuando corresponda, el investigador podrá in-
cluir una representación gráfica del modelo teórico que ha elaborado, tal como se muestra en la
figura 19.3. Subrayemos en este punto que hemos llamado modelo teórico a cualquier sistema
de relaciones entre propiedades seleccionadas, abstractas y simplificadas, construido conscien-
temente con fines de descripción, de explicación o previsión y, por ello, plenamente manejable,
teorías en miniatura 9 que no pretenden reflejar el funcionamiento de lo real sino la lógica que
el investigador trata de construir para explicar teóricamente al objeto.
Acc.eso
Tipo de materiales de
adiestramiento Resultados de aprendizaje
informático
Percepciones
o Para contribuir en la mdacción del di$q¡rso ~ientlfico, induimos en el Apéndice un fragmento de a~rato critico
que ilustra la manera de lnduir las notas en el momento de la redacción del marco teórico.
9 Bourdíeu, P. et al. op. cit
Capltulo XIX EL Informe del proyecto y el repone de Investigación 597
6. Hip6tesis to
Si es que existen, se formulan las hipótesis o supuestos fundamentales planteados para desa-
rrollar el trabajo de investigación. Si no las hay, se explicita con claridad cuáles serán las varia-
.bles o categorias de interés. La figura 19.4 ilustra la formulación de hipótesis en la investigación
que estamos utilizando como ejemplo.
Hipótesis general
El tipo de materiales de adiestramiento informático influye en los resultados de aprendizaje, en el
acceso y en las percepciones de usuarios inexpertos.
Hipótesis específicas
Hipótesis 1: Hay diferencias en el estudio y la realización de tareas entre los sujetos que utilizan
documentación electróoiCll y los que utilizan documentación impresa.
Hipótesis 2: Hay diferencias en el acceso de los usuarios a la documentación impresa y electrónica.
Hipótesis 3 : Hay diferencias entre sujetos que utilizan documentación impresa o documentación
electrónica en cuanto a sus percepciones sobre la documentación.
Fuente: Tejada, J. Sobre papd o hipermedia. Efecto de dos tip~ de materiales de adiestramiento informático
en ti acceso, resultados de aprendiuje y percepciones de u=ríos inexpertos.11
7. Metodología
Comprende las pautas generales del diseño. En esta instancia, se clasifican el tipo de estudio,
el diseño y los procedimientos que se siguen para responder a las preguntas de investigación.
Puede tratarse de una investigaci6~ de datos primarios o secundarios, exploratoria; descriptiva
o explicativa; proponerse una validación experimental o no experimental de las hipótesis y ade-
lantar si se tratará de un estudio transversal o longitudinal. Los puntos donde incluir la infor-
mación sobre metodologia son:
7. 3. Diseño muestral:16
En esta instancia, se definen la población -el grupo al cual podemos aplicar los resultados del
estudio- y la muestra como una pequeña parcela de población que puede, a través de determi-
nados requisitos, representarla de forma genérica más amplia.
8. Plan de análisis
Algunas instituciones solicitan también el plan de análisis. Au.nque tal no sea el caso, insisti-
mos enfáticamente en la necesidad de prepararlo. Para poder definir las técnicas de análisis, se
debe elaborar, con base en las hipótesis generales y especificas, un plan o proyecto tentativo de
análisis especificando el sistema de codificación y tabulación. Las técnicas estadísticas son vita- ,.
les para evaluar los datos y determinar la calidad de los mismos, comprobar las hipótesis y ob-
tener conclusiones. Aunque gencralménte el análisis estadístico es una tarea de especialistas, el
investigador es el que tiene que tener élaro qué tipo de análisis pretende y puede realizar.
9. Cronograma
Comprende la cantidad de pasos en que se discrimina el proyecto y varia en función de Ja.s
exigencias institucionales u organizacionales, la naturaleza de la investigación y la modalidad de
trabajo d e cada investigador. Para el investigador inexperto p uede ser dificil prever los tiempos
que insumirán las tareas a realizar. En la fase de la revisión previa de la bibliografía, se requiere
cierto tiempo para detección del material, la selección de las fuentes, lectura, fichaje, resúmenes
y escritos que serán utilizados en el marco teórico. Éste, a su vez, suma al proceso de análisis y
síntesis que exige el tiempo necesario para la elaboración de los esquemas. Además, hay una can-
tidad de elementos complementarios que deben ser previstos, como por ejemplo la redacción de
la introducción, conclusión, títulos, bibliografía, índice, apéndices, citas y notas, anexos, etc. Esas
tareas consume n, en general, bastante más días de los que se piensa; por ello, es necesario plani-
ficar el tiempo que se destinará a completarlas.
Luego de haber hecho estas previsiones, aún resta planificar los tiempos de post redacción
(revisión del texto escrito, presentación formal, aspectos ortográficos, etc.). Una vez más: no··
siempre se planifican los aspectos finales y, en verdad, consumen mucho tiempo, por lo que sue· ·
len ser fuente de dilaciones impensada en las últimas etapas, cuando no de errores y descuidos
de último momento que pueden comprometer seriamente la formalización del estudio.
16 ldem anteñor.
11 Para ampliar, ver capitulo 12.
1a Para ampliar, ver Sección 3.
Capítulo XtX EL informe del proyecto y el reporte de Investigación 599
10. Bibliografía .
En la bibliografía, deben incluirse sólo los autores citados en el texto. Se presentan al final, or-
denados alfabéticamente en una columna a doble espacio seglin normativa internacional.
En el caso d e que se tenga la intención de leer bibliografía adicional en el curso de la investi-
gación, se deben explicitar y encolumnar aparte las fuentes bibliográficas consultadas de las
fuentes bibliográficas para consultar.
En el apéndice de este libro hay información detallada y precisa acerca de cómo citar fuentes
bibliográJicas y documentales en diferentes soportes según las pautas establecidas para docu-
mentos cienúficos como papers o tesis. Incluimos, además, una guía sintética para resolver con
rapidez las referencias del proyecto, utilizando la modalidad anglosajona, que es la más habitual
en los informes de investigación empirica.
l l. Anexos
Si hubiera alguna documentación que acompañar, como planos, fotografias, planillas de da-
tos, etc., ha de hacerse en este apartado.
l. Portada
Institución
Titulo
Subtítulo
Autor: Nombre y Apellido
Lugar y Fecha
2. lndic.e
3. Resumen (&bstract)
4. Introducción
4.1 Problcmitica
-4.2 Procedimiento General de la Investigación:
-4.3. Guía de Lcctur2
6.M~todo
6 .1. Hipótesis
. 6.2. Diseno
6.3. Población y Muestra
<i.4. Iiutrumcontos de Medición
7. Resultados
8. Interpretación de los Resultados
9. Condmiones
10. Sugerencias y recomendaciones de investigación
11. Glosario
12. Anexo(s)
13. Bibliografia
14. CIUdros
1S. Grificos
l. Portada
1
Se completan los datos que exige la institución ante la cual el proyecto será presentado. Por
1¡ ejemplo:
• Institución
• Titulo Informativo
• Subtítulo
• Autor: Nombre y Apellido
• Lugar y Fecha
r
3. Resumen (abstract)
El resumen -de 75 a 175 palabras- debe contener el propósito, el objetivo, el método, los re-
sultados y conclusiones de la investigación:
19 Ver en el Apéndice distintas modalidades de elaboración para el esquema o índice del trabajo.
602 Metodología de la Investigación e n orga niuciones. mercado y socieddd
4. Introducción
En todo informe publicable, la identificación del problema y los objetivos se lleva a cabo en
la introducción del trabajo, ya que el fin de ésta es volverlos familiares a los lectores. Por lo tan-
to debe contener datos suficientes de estudios previos que ayuden a definir las razones por las
cuales el investigador considera necesaria la clarificación del problema, as! como la importancia
del mismo. Es en la introducción donde deben plantearse las preguntas que guiaron la investi-
gación y las hipótesis de trabajo, si las hubiera. En la introducción del informe final, a diferen-
cia de la del proyecto, no se incluye un apartado llamado problema donde se plantean los obje-
tivos, pues habrán de estar cumplidos desde el momento en que el trabajo ya está terminado.
La introducción debe contener tres elementos: problemática, procedimiento general de la in-
vestigación y gula de lectura. Estos elementos no llegan a constituirse en subtítulos que los iden-
tifiquen sino que se integran uno a continuación del otro:
4.1 Problemática: En este ltem se plantea el problema, )a o las preguntas que han guiado la in-
vestigación y la hipótesis.
Ejemplo:
En este estudio se ha intentado averiguar a través de un diseño experimental comparativo si el uso de
una documentación electrónica en forma de programa hiperrned.ia es más efectiva que una documenta-
ción impresa en el aprendizaje de un programa de edición de partituras por parte de usuarios inexpertos.
4.2 Procedimiento de la investigación: Aqul debe explicarse, primero, cómo y dónde se llevó a ca-
bo, con qué dificultades o limitaciones. También deben mencionarse y describirse las herramien-
tas utilizadas para la recolección de datos y para el tratamiento de la información.
Ejemplo:
Con este fin, se desarrollaron un manual impreso, un manual hipermedia y dos cuestionarios
(materiales todos incluidos en el Anexo 1). La diferencia más destacable entre ambos tipos de do-
cumenlación la constituyó la inclusión en el manual biperrnedia de información procedimental
en formato de video. El resto de información, texto e imágenes estáticas, fue la misma en los dos
manuales, así como la estrategia de adiestramiento, basada en una exploración guiada del soft.
6. Método
Aqul se describen el diseño, las muestras y los instrumentos -incluida la confiabilidad y vali-
dez de los mismos- de manera detallada (no sintética, como en la introducción).
7. Resultados
Es importante resaltar que resultados no son conclusiones. Se presentan en general los resul-
tados obtenidos y a continuación se analizan en detalle Lodos y coda uno de ellos. Es una instancia
Capítulo XIX EL i nforme del proyecto y el reporte de ínvesti gación 603
Ejemplo:
De acuerdo con los resultados, el grupo MH {manual hipennedia) invirtió en el adiestra-
miento un 33% menos de tiempo que el grupo MI (manual impreso) y puntuó mejor tanto en
las tareas de transferencia cercana, como la en tarea de transferencia lejana. En la tabla 4.1 se
muestran los resultados y su significación. {ver gráfico 4.1.A)
Ejemplo:
Al invertir menos tiempo en el estudio de las unidades, el sujeto MH dispondría de un tiem-
po acumulado de repaso al final d e cada sesión mayor que el del sujeto MI. Este tiempo de re-
paso adicional favorecerla el aprendizaje, es decir, la automatización de procedimientos. No obs-
tante, no se midió el periodo de repaso para los sujetos que acabaron el estudio de las unidades
antes de que finalizaran las sesiones de adiestramiento y no se puede efectuar una correlación.
Esto podrla dar una explicación a la mayor exactitud en los test de tareas de transferencia cerca-
na y lejana del grupo MH, aunque no totalmente. Cabria aqul preguntarse si la codificación de
información procedimental de video requiere el mismo montante de traducción mental que la
información textual en orden a explicar los resultados
Respecto al acceso a la documentación, la informacióq procedimental d e video disminuyó el
número de accesos a la documen tación. Un factor que hubiera provocado un mayor número de
accesos del grupo MI sería bajas destrezas de comprensión lectora, aunque n o podemos asegu-
rarlo d ado que no se realizó un test previo que midiera esta variable en todos los sujetos.
9. Conclusiones
Con relación a las conclu siones del estudio, éstas ocupan una posición destacada, pues un es-
tudio que no las presenta puede decirse que no fue terminado. Las conclusiones desempeñan •
una función semejante al sumario, es decir, presentan de m anera sucinta los logros del estudio.
Considerando su importancia para el informe, éstas deben ser claras, descriptivas y concisas. Co-
mo dice Richardson: "Una conclilsi6n puede ser contestada en si, conte11ido, más no en stt forma.
No puede dar lugar a la ambigüedad, y sugerir lo que no fue descubierto ni evidenciado.''2o
20 Ríchardson. R. J. et al. Pesquisa soda/: método e técniv3s. Sao Paulo: Atlas, 1989.
,, 604 M<todologla de la lnvutigacion en organizaciones, mercad o y sociedad
¡,
1
La conclusión de un estudio cierra siempre sobre la introducción y, en tal sentido, las con-
clusiones deben ser la respuesta claramente expresada a las preguntas que se formularon en la
introducción en función de la capacidad o no de la teorla propuesta para responder a ellas bajo
la forma de hipótesis confirmadas o refutadas por el trabajo realizado.
Nada nuevo puede agregarse en la conclusión: no se abren nuevas discusiones ni se introdu-
cen problemáticas a tratar. Además, por más que s11giera o recomiende algo de interés para el cam-
po del estudio en cuestión, el sitio exacto y el lenguaje propio para sugerir o recomendar no es el de
las conclusiones''. De modo que, "cuando el autor pretenda ofrecer sugerencias o recomendaciones,
debe abrir espacios para hacerlo.»z 1
1 1. Glosario
Incluye la definición de los principales conceptos sobre los cuales se sostiene la estructura del
trabajo. Si bien éste punto no es imprescindible, es muy importante para su localización por bus-
cadores electrónicos.
12. Anexo/s
En los anexos se coloca toda información complementaria. Es el material que se ha usado en
el estudio y que permite a quienes recurren al informe evaluar la naturaleza y calidad de los dis-
positivos empleados. Además el material crudo -como la desgrabación de entrevistas o las res-
puestas a cuestionariso de preguntas abiertas- es un aporte interesante para su reutili.z.ación en
futuras investigaciones y para la evaluación de los procedimientos realizados. Son materiales
adecuados para colocar en el ancxo/s:
• Los instrumentos utilizados: cuestionarios, escalas, plantillas de observación, guías de
entrevista, grupo de discusión, etc.
• Las planillas de bases de datos estadísticos.
• Las desgtábaciones completas de entrevistas importantes.
21 lbid.
...
13. Bibliografía
Los siguientes aspectos deben ser tenidos en cuenta:
• Toda investigación debe dar un tratamiento riguroso a sus fuentes de información. Dicho tra-
tamiento redunda no sólo en la calidad del informe sino en la credibilidad de los resultados.
• El texto del informe debe identificar la página de la cual provienen las citas, literales 0
no, que se realicen. Esta exigencia requiere que seamos precavidos al fichar los textos que
Icemos y utilizamos para elaborar el marco teórico, para evitar la tarea de volver a buscar
los datos en los textos originales.
• Cuando la bibliografla es muy amplia, hay que separarla de algún modo. Por ejemplo:
por tema, por capítulo o por tipo de publicación. Si la bibliografia es corta, se hace una
lista al final del trabajo bajo el título Bibliografía citada ordenando alfabéticamente los
apellidos de los autores.22 Como ha quedado dicho, sólo se incluye la bibliografia que se
ha citado en la investigación, y no toda la que se ha leído.
¡.
" Parte IV Investigación cualitativa
1 En el capítulo 2, se presentan los antecedentes históricos y la 16glca general de trabajo de los enfoques cuan-
titativos y cualitativos de invertigación,
2 Capítulos 21, 22. 23. 24 y 25 respectivamente.
-~'
..
612 Metodologl• de I¡ 1n,u1i9aciOn tn organiucionu. m"cado y socitdad
cualitativo, sin renunciar a trabajar sobre el problema de investigación. tal como oportunamcn.
te lo hemos entendido.
La necesidad de los comentarios que nos disponemos a introducir se vincula mas bien con d
hecho de que al situarse el investigador en un enfoque específico, es conveniente que se reposi-
cione y ubique con mayor claridad en relación a los alcances y objetivos de los conocimientos que
puede generar en un proyecto determinado.
En cuanto al marco teórico, también nos hemos referido a la teorla y al lugar que ésta ocupa,
tanto para la investigación cuantitativa como para la cualitativa en el capítulo 4. Otra vez, pero
aqul en relación al marco teórico, el propósito de este capitulo es el de complementar y no reem-
plazar cuanto dijimos en aquel acerca del papel de la teorla en la investigación.
Ahora bien, si compartimos aquello que ambos enfoques tienen en com ún, podremos concen-
trarnos, en adelante, en sus especificidades. Sin duda, son lógicas diferentes y el investigador pue-
de establecer una u otra estrategia o bien considerar la posibilidad de combinarlas, pero no in-
terpretar los resultados del enfoque cualitativo con la lógica del enfoque cuantitativo o viceversa.
No es cuesti6n de "batir" para i11tegrarlos, si110 de war estrategias apropiadas con la finalidad dt
mantener la validez de cada método.
No es suficiente la adición de datos liogüfsticos y narrativos en un diseño experimental, la in-
troducción de cuatro o cinco entrevistas en un estudio cuantitativo o el uso de datos cuantitati-
vos en un estudio cualitativo (por ejemplo, datos de frecuencia en una descripción o la inclusión
de Indices de desempleo), para "superar la antinomia"cuantitativo-cualitativo. La combinación.
o triangulación, para precisar técnicamen te el término- supone el conocimiento de los métodos
y las técnicas, de los supuestos implicados en cada enfoque, de sus posibilidades y limitaciones,
para luego utilizarlos e integrarlos con rigor y creatividad.
f~.
''
Capítulo XX Comentarios acerca del planteo dt investigaciones cualitativas 613
fenómenos estudiados, intentando hacer sentido o interpretando los fenómenos de acuerdo a los
sentidos atribuidos por los mismos actores. Este tipo de estudios involucra el uso de técnicas cm·
.,'
piricas de obtención de datos que describen la rutina, los problemas y los significados en la vida de
los individuos. Se usan técnicas tales como los casos de estudios, experiencias personales, intros·
pcctiva, h.istorias de vida, entrevistas profundas, registros de observaciones, narrativas, análisis do·
cumental, interacciones, y documentos visuales.3
3 Denzin, N.; lincoln, Y. The /¡¡ndSGJpe of qualitative research: theories and issues. London: Sage, 1998.
• Estamos remitiendo al lector con éstos comentarios, al capítulo 2 TIPOS DE INV(STIGAC10N SOCIAL, (lnvestigaóón cua-
litativa e investigación cuantitativa) donde se explica con mayOf detenimiento la perspectiva de Max Webe1.
614 M,todologla de la Investigación en organizaciones, mercado y soci,dad
d. El muestreo es intencional
La selección de la muestra no pretende representar a una población con el objeto de generalizar
los resultados, sino que se propone ampliar el abanico y rango de los datos tanto como sea posible,
a fufde; obtener la máxima información de las múltiples realidades que pueden ser descubiertas.
f. Disefio emergente
El diseño de la investigación es emergente y en cascada ya que se va elaborando a medida que
avanza la investigación. La situación generadora del problema da lugar a un cuestionamiento
continuado y una reformulación constante, en función de la incorporación de nuevos datos. Es-
te tipo de diseños permite una adecuación a las múltiples realidades, a los contextos específicos
ya las interacciones entre investigador y contexto.
Cuando trabajamos en las tácticas para problematizar 5 sugerimos entre otras la siguiente:
"buscar las razones, el sentido subjetivo y los significados sociales para los modos de actuar indivi-
duales o grupales." Nos referíamos a interrogantes que se dirigen a comprender y cuyo alcance va-
ria y tiene énfasis diferente según los distintos autores que lo proponen. Pero en cualquier caso,
se trata de interrogantes que para ser respondidos oríentan al investigador hacia la comprensión
interpretativa del mundo que se abre a través de la visión de los propios actores involucrados en
él. Plantear el problema desde una perspectiva cualitativa nos remite a los supuestos epistemo-
lógicos que conocemos como característicos de éste enfoque.
Pese a los obstáculos y dificultades que implica siempre la definición del problema, enfatiza-
mos que de todos modos hay que centrarse en arribar a una definición tan pronto como sea po-
sible, pues en el marco de la flexibilidad que caracteriza ·a los estudios cualitativos, el problema
es la única amarra que puede ayudar al investigador a seleccionar los mejores procedimientos y
a reducir la cantidad de material que ha de ser recolectado y procesado.
Aún teniendo en cuenta que el diseño se irá e.l aborando a medida que avanza la investigación,
es importante definir el problema en el inicio, pues una cosa es modificar los supuestos en ra-
zón de los datos que van surgiendo, y otra es no tener ninguna idea sensíbilizadora consciente
acerca de lo que se va a observar. Por ejemplo, si queremos investigar una organización, ¿nos in-
teresan las relaciones de poder o las de cooperación? ¿los obstáculos a la innovación o las inte-
racciones entre empleados d e distinto rango? ¿nos importa todo eso o dónde se cortan el pelo
los trabajadores del sector control de calidad? Sin conceptos sensibilizadores las notas a tou1aJ
podrían ser infinitas.
Algunas investigaciones cualitativas van mas allá del planteo del problema y continúan con
la formulación de uno o varios supuestos sobre posibles respuestas o soluciones a los proble~
mas que se van a tratar. En la investigación cualitativa se trata de supuestos basados en hechos ·
conocidos, que sirven como puntos de referencia para iniciar la investigación, pero que no son
- como ocurre en la investigación cuantitativa - conjeturas destinadas a la cor~oboración o a 1~
refutación.
Es importante, por otro lado, realizar un cruce o confrontación permanente de los hallazgos
obtenidos mediante la observación o el diálogo, y a partir de la lectura de la literatura sistemá-
tica. El proceso anterior permitirá realizar cambios y refinamientos en la formulación, el diseño
y la gestión de la investigación y por supuesto, tendrá incidencia en la focalización y demarca-
ción del problema de investigación inicialmente planteado.
20.7 Releva ncia de las preg untas iniciales y form ulación de o bjetivos
El aserto si no hubo pregunta no puede haber conocimiento científico es válido para los estudios
cualitativos como ya hemos enfatizado ca general ¿Cuál es el tema central del estudio? ¿qué ti-
po de información queremos obtener? ¿qué pretendemos describir? ¿cuáles son nuestros interro-
gantes? ¿qué esperamos comprender? Dar respuesta a estas preguntas nos ayudará a establecer
enunciados sobre los objetivos del estudio.
Resolver el enigma, no obstante, no siempre habrá de significar contestar exactamente a
aquellas preguntas que fueron formuladas en el comienzo del proyecto. A veces, las preguntas
más interesantes se encuentran al final de la investigación, cuando el investigador es un exper-
to en el tema. Los investigadores cualitativos dicen que. los datos enseñan al investigador. ~n
efecto, en los estudios cualitativos no siempre es fácil definir a priori lo que es pertinente, ya
que esto sólo llega a conocerse a través de la investigación. Muchas veces hace falta reunir gran
cantidad de material, mucho del cual nunca llegará a utilizarse, antes de lograr definir el obje-
tivo final de un proyecto.
7 Ver capitulo 2 Tiros DE 1NVESTIGAC10N SOCIAL. Onvestigación cualitativa e investigación cuantitativa) y·capttulo 4 EL
MARCO TEORICO.
618 Metodologl• d, la lnvosli91clón en organiuclonu, mercado y soci,dad
Dicho sintéticamente, son tres los elementos que configuran una investigación cualitativa:
a. Los datos
b. Los procedimientos de análisis de los datos
c. El informe de investigación
c. El informe de investigación
El informe en la investigación cualitativa, como veremos en el capitulo 25, no es un documen·
to neutro en el cual las voces de los protagonistas -investigador e investigado- aparecen silencia·
das, ni tampoco una mera trascripción de datos; consiste en haber dado sentido a los datos y re-
presentado el significado en el contexto en que tuvo Jugar, quizás en una tarea más bien próxi-
ma al buen reportaje periodístico o a la novela histórica. Como ha dicho Gee.rtz' de la antropo-
logla: "es evidente que, asl las cosas, la antropología está más al lado de los discursos 'literarios'
que de los 'cient1ficos' ·~
lii
:!¡.
.. , a Ver capitulo 7 Drsdlos DE Allhr.;is TOO\JAL•
!1 9 Geertz, C. Conocimiento local. Ensayos sobre la Interpretación de las culturas. Barcelona: Pélidós, 1994,
11 p.19.
11
' ( Capítulo XX Comentarios acerca del planteo dt Investigaciones cualitativas 619
- Fase de planteamiento
- Identificación del tema de estudio
- Definición del problema
- Identificación de perspectivas teóricas y antecedentes
- Formulación de objetivos
- Fase de diseño
- Selección del contexto y estrategia
- Selección de informantes y casos
- Fase de entrada
- Realización de entrevistas y observaciones
- Fase de escritura
- Redacción del informe
Antes de conocer los diseños de investigación cualitativa que se describen en el próximo ca-
pitulo, caracterizados por su flexibilidad, es bueno adelantar que quizás por la libertad misma
que supone, el desafio de la investigación cualitativa radica en asegurarse de que cada uno de los
elementos que hemos mencionado se reconozca y se tome en cuenta en la preparación, y en el
compromiso y responsabilidad que se adquiere con la investigación.
Capítulo 21 Diseños de investigación cualitativa
El resultado final de una investigación depende crucialmente del buen diseño del proyecto. Es
en el momento del diseño cuando el investigador debe tomar el conjunto de decisiones meto·
dológicas que van a dirigir su estudio: qué métodos, qué estrategias, e instrumentos va a utilizar
para dar respuesta a las preguntas de investigación. Son estas decisiones las que con.figuran el
"plano" en base al cual comenzará a "edificarse" la investigación.
Ahora bien, cuando se trata de una investigación cualitativa, la con fección del diseño no fi.
naliza en un momento determinado para luego pasar a la instancia siguiente, sino que, insepa-
rable de su lógica siempre recursiva exige una revisión constante en el transcurso de todo el tra-
bajo. Como lo mencion amos en el capítulo 4 -al hablar del marco teórico y de las distintas es-
trategiM de teorización que se plantean los investigadores según su enfoque-, el movimiento que
aquí se sugiere va de los datos a la generación de teorla y de la teoría otra vez a los datos, con la
finalidad de superar, en el interjuego con el objeto, los planteos iniciales. Hay una relación diná-
mica entre las preguntas de investigación y el diseño escogido que va modificándose a medida
que el estudio avanza.
Esto es coherente con los supuestos cualitativos para la comprensión del comportamien-
to y la cultura: ya que el objeto no puede ser bien entendido desde el comienzo, tampoco es
posible, por adelantado, encontrar las formas óptimas para estudiarlo. Inicialmente, por
ejemplo, podría pensarse que unfocus group es el camino adecuado para profundizar en un
determinado problema de investigación y sin embargo, realizados los encuentros con los
primeros grupos, se manifiestan dificultades u obstáculos en el método elegido que hacen
necesaria la búsqueda de otras alternativas; como por·ejemplo, la utilización del método et-
nográfico. ·
Esta forma "interactiva" que define a la relación entre el diseño y la recolección de los datos,
también afecta a cada una de las relaciones que contraen entre si el resto de los componentes de
la investigación: conceptos, muestras, técnicas e instrumentos se van modificando a medida que
se plantean nuevos interrogantes todo lo cual, en conjunto, genera una estructura elástica y fle-
xible. Pero esa elasticidad, claro, no es ilimitada: las conexiones entre los componentes pueden
pensarse como cintas de goma, que se estiran y doblan en cierta medida pero que, a su vez, ejer-
cen una tensión más allá de la cual se cortan. 1 Es decir, la posibilidad ·Y la necesidad- que carac-
teriza al diseño cualitativo de ir modificándose a medida que la investigación avanza no signifi-
ca que no deba existir una esquematización previa del estudio.
• Elegir un método
• Decidir sobre el muestreo que va a emplearse
• Pensar en las relaciones que se van a establecer con los investigados
• Seleccionar o elaborar los instrumentos
• Planificar el análisis y la interpretación de los datos
Destinaremos este capitulo a trabajar sobre los métodos y los cap!tulos que sigu en al resto de
los componentes aqu! planteados.2
El método es una forma especifica de proceder, una estrategia que se sustenta en determi-
nados supuestos epistemológicos y metodológicos. En el caso de la investigación cualitativa, es
una construcción emergente que cambia y toma nuevas formas en la práctica, de acuerdo con
las necesidades que el problema plantee. Denzin y Lincoln ven al investigador cualitativo como
una suerte de bricoleur que va elaborando su propio método en forma pragmática, estratégica
y autorreflexiva, y que toma distintas herramientas y técnicas para interpretar los fenómenos
en términos del significado que.la gente les otorga. 3 Como lo recomiendan también Taylor y
Bogdan:
Debemos crear constantemente nuevos métodos y enfoques. En investigación, sea Ún bum
artesano. Evite un conjunto rígido de procedimientos. Sobre todo, trate de desarrollar y aplicar
13 imaginación. Eluda el fetichismo del método y la tlcnica. Que cada uno sea su propio meto-
dólogo.4
El investigador debe tener en cuenta, al adoptar un método, cuáles son sus intereses, las teo-
rlas y conceptos seleccionados para abordar el tema propuesto y las limitaciones prácticas a las
que se enfrenta. Conocer algunos de los métodos más utilizados en la investigación cualitativa·
siempre sujetos a las variaciones que cada investigador intTOduce- proporcionará al estudiante
que se inicia un abanico de posibilidades para empezar a trabajar.
En este capitulo nos ocuparemos de los siguientes m~todos:
- Estudio de caso
- Método biográfico
• M~todo ctnográ.fico
• Focus group
2 En el capítulo 22 se tratan las decisiones de muestreo y la ~trada al campo, el 23 está destinado a las tknicas
cuafitativas de recolección de datos, el 24 al an.11isis de los datos yel 25 ar informe de investigadón.
3 Denzin, N. y Lincoln, Y. Handbook of cuafirive research. Thousand Oaks, CA.: Sage, 2000.
• Wright Milis, C. citado por Tayfo,, S. J. y Bogdan. R. op. át. p. 134.
¡
j
C apftulo XXI Di senos de investigación c.ualitativa 623
1:. -~
1, ',• 21.3 Estudio de caso
¡: .;;
s Yin, R. K. Case study research: design and methods. Beverly Hills, CA: Sage, 1984. p. 23.
624 Metodología de la Jnvestigaci On ,n or9ani2a cion es, mtrcad o y sociedad
En la primera fase de este trabajo se estudió una empresa grande, con la finalidad de identificar las
prindpales barreras al proceso de implementación de una estrategia de cambio. El método de inve.<ti.
gación escogido para afrontar d problema es el "estudio de caso". Fue estudiada la empresa Cope! -
Compañia Paranaense de Energía del Estado de Paraná, en Brasil.
Se realizaron 9 entrevistas: 1 direclivo del nivel estratégico y 8 directivos del nivel táctico. También se
aplicaron 15 cuestionarios a los gerentes del nivel operativo.
El tratamiento de los datos se realizó por medía de un análisis descriptivo-cualitativo. Los documen-
tos fueron estudiados para conocer los aspectos históricos de la empresa relativos al proceso estratégi-
co, su situación actual, las fases de su planificación estratégica, los mecanismos de comunicación, las
concepciones de estrategia presentes en la empresa, y dificultades y resultados del proceso estratégico
relatadas en los documentos. Estos análisis han servido de orientación para la elaboración de los cues-
tionarios y del guión de las entrevistas.
, Da Silva, E. "Barreras a la Implementación Estratégica: el Caso Copel", PUC-PR / PPAGEI Programa de Maestra-
do em Adrninistra~~o. Universídade Federal do Río Grande, Brasil, 2001.
Capítulo XXI Diseno, de Investigación cualitativa 625
El objetivo del estudio era comprender las barreras y procesos de obstaculización y resisten-
cia que surgen frente a los intentos de implementación de cambios estratégicos. En total, se es-
tudiaron tres empresas como casos emblemáticos; siguiendo siempre la lógica intensiva y espe-
dfica del método elegido, se ve en el ejemplo la utilización conjunta de diversas técnicas de re-
colección de datos.
Los estudios sobre migración, en su mayoria, presentan un enfoque demográfico que sigue un aná-
lisis de flujos y trayectorias segón una óptica de tipo fisica, es decir: ver a los inmígrantes como par-
tJculas y no como un fenómeno social. Los demógrafos han realizado numerosos estudios sobre los
factores que "empujan" y "atraen" a las personas, forzándolas a emigrar, y han analiiado los resul-
tados de sus movimientos, tanto para ellos mismos como para la población "receptora" (McDowell,
2000); los desplazamientos han sido muy poco estudiados desde una perspectiva cualitativa y, ade-
más, que considere la acción de desplazarse bajo el punto de vista del inmigrante y su relación con
el entorno. (...) En este artículo tenemos como objetivo general mostrar que los desplazamientos
estudiados a través de una metodología cualitativa pueden contribuir con nuevas aportaciones
pues permiten un avance teórico sobre la temática. Por lo tanto, planteamos el uso de la entrevista
en profundidad desde un enfoque biográfico y analizamos un caso considerando las relaciones en-
tre desplazamientos y lugares.
En nuestra investigación, de acuerdo con esta metodologla, dejamos que el entrevistado hable libre-
mente sobre su vida y los lugares en los que ha estado. Aunque la entrevista no tenla un guión estruc-
turad.o, d objetivo era analizar los factores que inciden en la relación con los lugares, es decir, los fac-
tores que crean y rompen los vfnculos con los lugares, considerando la movilidad y la no movilidad.
Existen dos modalidades para llevar a cabo la recopilación de datos en el método biográfico:
una directa y la otra indirecta.
1 Da Silva, E. "Desplazamientos y relación con los lugares: un estudio cualitativo• Migración y cambio social. N(i.
mero extraordinario dedicado al lll Coloquio Internacional de Geocrltica (Actas del Coloquio). Universidade Fede-
ral do Río Grande, Brasil (2003).
. ,, Capitulo XXI Diseños de lnvestiga ciOn cuali tativa 627
Generalmente una investigación que recurre al método biográfico utiliza tanto la modalidad
directa como la indirecta para llevar a cabo la recopilación de datos. Estas opciones son más
complementarias que alternativas, pues ambas se enriquecen mutuamente, produciendo en con-
.junto resultados amplios, en profundidad y con alto grado de elaboración. En sí mismo, todo el
material resulta relevante, pero combinando ambas prácticas de recolección puede obtenerse u na
fuente fructífera para el análisis.
En la figura 21.3 se reproduce un fragmento de entrevista realizada para un estudio con mé -
. todo biográfico. La entrevista en este caso es a un antiguo comerciante del barrio, que tiene 74
años en el momento del encuentro. Es hijo de inmigrantes europeos y abuelo de cinco nietos ar-
gentinos. En el dialogo el entrevistado relata su biografía, inseparablemente ligada a los avatares
políticos, económicos y sociales del país. Sus recuerdos y anécdotas permiten un acercamiento a
los acontecimientos muy diferente del que podría obtenerse investigando en notas periodísticas
o documentos históricos. Su testimonio, cargado de protagonismo, proporciona una visión des-
de los propios actores que permite ampliar y comprender con mayor profundidad los fenóme-
nos sociales en estudio.
Por fuera, el negocio parece haber quedado estático en el tiempo. I.a pintura que cubre los marcos y
la puerta es vieja, y sobre los vidrios llega a leerse un "Kelscn" que ha conocido tiempos mejores. La
vidriera está repleta: productos de limpieza, bolsos, cart.eras, vajilla, escobillones, r~poseras ...me da la
impresión de que no cabría ya siquiera un alfiler. Los precios de algunas cosas están escritos con mar-
cador, sobre papelitos pegados con cinta Scotch. Adentro, las luces están apagadas...dcbe estar cerra-
do. Pero la entrevista ha sido concertada con anticipación. Me acerco y veo que detrás del mostrador
está " Don Kelsen" acomodando la mercaderla. Apenas me ve, sale a mi encuentro. Se disculpa por el
desorden: recién vino un proveedor y cerró para poder acomodar las cosas "sin molestar al cliente". El
interior del negocio no es muy diferente a la vidriera; tengo que ser muy cuidadosa al moverme si no
quie.r o llevarme nada por delante .
. Para empezar, cuenteme algunas cosas de ,wed, qué edad titne, sí está casado, con hijos...
• Tengo 74 anos (lo dice orgulloso) Estoy casado ...con dos hijos. Y 5 nietos, todos altísimos ...
deportistas. ·
• Para el bdsquer...
• SI, acá en la familia somos todos deportistas .
• Y Usted?...antes de tener acá el negodo a que se dedicaba?
• Tenia Fábrica. Hada escobillones, plumeros, cepillos, pinceles... acá en Varela, por adonde pa·
sa ahora la autopista. ( ...)
. Y qué pas6 ron esa fábrica?
• Y, después vino la apropiación. Todo eso era mio, todo, todo. Atrás depósito y fabricación y
el negocio adela.nte. Era un terreno grande... después me indemnizaron,.-y muy bien. ( ... )
• Y COI'/ 111 fabrica cuánto tiempo e.st11vo?
• Y...desde que yo tenla 17 años, 18. Hasta el año 77, que la tuve que d ejar por la expropiación.
Ah! vivíamos nosotros, ahl nacieron mis hijas. Yo toda la vida viví acá en la cuadra, 74 años.
Soy el más viejo del barrio.
628 Metodolo9 la de la Investigación en organizaciones. mercado y sociedad
21 .5 Método etnográfico
Desde el momento en que se opta por el método etnográfico para la puesta en marcha de la
investigación, se define ya un derrotero particular en el que se coloca el acento sobre la dimen-
sión cu/tura/ de la realidad 'Social sometida a análisis. Para tal perspectiva, el encuadre metodo-
lógico parte de la necesidad de una inmersión en esa realidad en estudio, contando con las dos
herramientas básicas de la investigación cualitativa: la observación participante y las entrevistas.
· Como en toda investigación cualitativa, con el método etnográfico se procura describir siste-
máticamente las características de los fenómenos, descubrir asociaciones entre ellos, generar y
refinar categorlas conceptuales; todo lo cual hace necesario comparar constructos y postulados
generados desde el m.ismo fenómeno, en el área concreta en la que fue estudiado. La meta es-
pecifica es reconstruir las categoríns que los participantes usan para conceptualizar sus pro-
pias experiencias y su visión del mundo. ·
Serla muy dificil resumir en un solo párrafo todas las definiciones que el término cultura ha
&uscitado, pero a grandes rasgos podríamos decir que la cultura es aquel acervo de conocimientos
adquiridos que se pone en práctica cotidianamente para interpretar experiencias y generar com-
portamientos. Constituye una totalidad compleja que abarca el sinfín de creencias, costumbres,
conocimientos, normas, capacidades y hábitos que el hombre adquiere por -y para- ser miem-
bro de la sociedad. Todos los miembros de un grupo determinado comparten un conocimiento
común, un "saber cultural" que les es propio. Con esa teorla tácita acerca del mundo socio-cul-
tural en que nacen y viven, las personas pueden tener éxito en organizar su conducta, anticipar
el comportamiento de otros y establecer un orden para la comprensión de dicho mundo. Todos
sabemos cómo debemos comportarnos cuando nos dirigimos a una autoridad, cómo parar un
colectivo y sacar boleto, cuándo vestirnos formalmente y cuándo de modo inforn,al, cómo lla-
mar a un ascensor, a qué distancia del otro debemos conversar, etc.9 Si bien una parte de este sa-
ber compartido se comunica entre las personas con relativa facilidad, explícitamente, una por-
ción itnportante de nuestro conocimiento cultural permanece tácita, fuera de nuestra atención.
Por ello, la cultura no puede ser observada directamente sino por medio de inferencias hechas a
partir de tres tipos de información:
Al hacer trabajo de campo, continuamente se harán inferencias sobre estos tres aspectos. A
primera vista, cada inferencia cultural es sólo una hipótesis. Estas hipótesis deben ser revisadas ·
y probadas una y otra vez hasta que el investigador tenga una certeza relativa de los sistemas de
significados culturales que la gente comparte. Un estudio etnográfico requiere por ello de un lar-
go período de permanencia en el campo, el investigador que siga este método debe estar ahf, bus-
cando el sentido dla a día, mes a mes. Aquello que resulta significativo en una ocasión puede en
otras no serlo o resultar, en cambio, un aspecto crucial. Para tomar decisiones con respecto al
sentido y significatividad que los sucesos tienen para un determinado grupo el investigador ne-
cesita sumergirse en su cotidianeidad con el máximo de atención.
Un factor que sólo logra sortearse en alguna medida con un tiempo prolongado en el campo
es aquel relativo a los prejuicios y ªprenociones" que porta ·el investigador cuando aborda su ob-
jeto de estudio. Si el etnógrafo va al v1cuen1To del otro, también es cierto que al buscarlo ya tiene
una idea de él. Esa idea es un prejuicio que debe tramformarse, llenarse del mundo y del sentido del
sujetCJ investigado.10
Tradicionalmente, los etnógrafos eleglan para su trabajo de campo comunidades pequeñas
y aisladas, lo que les permitía el contacto directo personal y el acces<;> a la sencillez de su estruc-
tura cultural y social. De hecho, este método se originó en 1914 con los estudios de Bronislaw
Malinowski (1884 -1942), quien se estableció en Nueva Guinea durante varios años para estu·
<liar las sociedades nativas a través del contacto directo con ellas. El objeto de estudio de la et-
nografía del siglo XIX y los comienzos del XX -fundamentalmente europea- era cualquier for-
ma socio-cultural que apareciera como salvaje o no moderna. África y Asía se convirtieron en
9 RecordefTl9S aqul nuestras reflexiones acerca de la construcc.ión e lnternalizaóón de la realidad social a las que
destinamos buena parte del capltulo 2 TiFOS DE ltM5TIGAC!ON socv..,
10 Galindo Cáceres, J. "Etnografía, el oficio de la mirada y el sentido" en Galindo Cáceres, J. (coord.) TécnícM de
Investigación en sociedad, cultura ycomunkación. México: Pearson, 1998, p. 353.
Capitulo XXI Dise~os de lnvostl9aci6n cualitativa 63 1
11 lbid. p. 349.
12 lbíd. p. 350.
13 Garda Candíni, N. Consumidores y <:iudadanos. Conflictos multiculturales de la g/obdlización. México: Gríjal-
bo, 1995, p. 42-43.
6.32 Mttodologfa de la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
diversos segmentos poblacionales. Y es justamente la profundad con la que cada vez más se co-
noce la cultura de los micromundos de significado que conforman el tejido social lo que torria
certeramente efectiva a la publicidad. Los perfiles elaborados de los personajes y de las situacio-
nes dan muestra del acercamiento y el estudio detallado de las culturas hacia las que el mensaje
se dirige,
En la figura 21.4 presentamos un ejemplo de la aplicación del método etnográfico a la inves-
tigación de mercado.
Sé lo que compra
Escenario: la cocina de E/izabet/1 Makkay, consumidora y madre de tres hijos, de Nueva York. Durante
casi dos horas, Alison C-Ohen, estudiosa del conmmidor, ha sondeado en los más profundo de la psiquis
consumista de Makkay, al tiempo q11e revisaba el contenido de su despensa, heladera y botiquín. Su mi-
sión consiste en clasificar los estilos de compra de los consumidores y determinar su respttesta a una nue-
va lista de productos denominada President's Choice. Mientras graba en video, observa que abundan
los productos genéricos y comprados en oferta. Pero ¡oh, qut es esto!. Un.a bolsa de galletaJ "Decadent"
de President's Choice, un frasco de manteca de man{ President's Choice y una botella de salsa para car-
ne asada de la misma marca. No es la primera va que C-Ohen tropieza ron alguien dd tipo de Makkay.
"categóricamente dedicada a la compra'; declara "una gran candidata p~ra El precio justo.
Son las Margare! Meads de Madison Avenue. Cohen forma parte de un nuevo grupo de profesiona-
les de la publicidad a los que conoce en su gremio como "etnógrafos". Adaptada de la práctica an-
tropológica de .registro de la culrura humana, la etnogralla se centra en la observación de los consu-
midores en su hábitat natural y en la aplicación de las conclusión de ~as observaciones en la publi-
ci<iad. Ally & Garano, empresa de la que Cohen es vicepresidente, empleó esta técnica para discflar
una estrategia publicitaria pa.ra Tampax y otra para unos chocolates suizos. Grey Adversiting la uti-
lizó para estudiar las reacciones de los consumidores ante las rebajas. l}na empresa de desarrollo de
nuevos productos se valió en las técnicas etnográficas para establecer bs correlaciones entre las pre-
ferencias adquisitivas de los compradores y su nivel ele autoestima. Pese a su populari~ad, ciertos
profesionales de la publicidad contemplan con considerable disgusto la idea del sondeo antropoló-
gico. Andy Berlín, director ejecutivo de Goodby, Berlin & Silverstein, de San Francisco, afuma "Me
preocupa que los publicitarios vayan a las casas de la gente a ver lo que tienen debajo del fregadero.
Se trata de espionaje comerciar.
No diremos del estudio de Alison Cohe11 que es el má.s sutil de investigación etnográfica que
se ha hecho, pero si que ilustra el protagonismo que ha alcanzando internacionalmente la etno-
grafla en la investigación de mercado.
14 Oillon, W. op. dt
...
i.
21.6 Focus group
21.6.l El moderador
El moderador es normalmente miembro del equipo de investigación, aunque ocasionalmen-
te algunos equipos contratan personas especializadas en el manejo de grupos, principalment~
cuando el tipo de participantes es desconocido por los investigadores o cuando, por alguna cir-
cunstancia, se considera que puede haber conflictos o disminución de la validez de la dinámica
como proceso de investigación si alguno de ellos participa. Como regla general, es P!eferible que
el moderador no sea conocido por los participantes o, en todo caso, que le sea reconocida una
función suficientemente legítima y neutral entre todos los participantes.
El rol del moder¡¡dor consiste básicamente en asegurarse ae que todos los miembros del gru-
po intervengan libremente en el debate, intentando que individuos de personalidad fuerte no aca-
paren todas las intervenciones. No es su función dirigir la discusión, sino garantizar que se man-
tenga centrada en el tema de interés, interviniendo lo menos posible. La intención es estimular
634 Metodología de la rnvestigación en organi zaciones, mercado y sociedad
debates entre los participantes y promover as! su autoapertura. Para esto, se evitan las preguntas
directas y se las reemplaza por indirectas.
El equipo de investigación debe especificar los parámetros o criterios para identificar la in-
formación pertinente y relevante, y el moderador será el encargado de obtenerla. Para esto cuen-
ta con recursos importantes: ser máxima autoridad en la dinámica, la guía, la distribución del
tiempo y la capacidad para cambiar de pregunta o participante. En cuanto a los representantes
de la institución o empresa para la cual se realiza la investigación (si ese es el caso) pueden ob-
servar la reunión a través de un sistema de video o de un vidrio espejado, pero no participar de
la dinámica. Existe un solo moderador y nadie puede interferir en su labor.
Es inherente a la lógica de la técnica un alto grado de involucramiento por parte del modera-
dor, no sólo en el transcurso de la actividad -en rigor, allí n o podrla ser de otro modo- sino tam-
bién en la construcción de la gula. Es necesario conocer la razón de cada una de las preguntas y
tener criterio (y libertad) para añadir, eliminar o cambiar alguna de las preguntas que se estable-
cen, siempre y cuando ello contribuya más eficien temente con el propósito de la técnica. El mo-
derador debe resolver artísticamente la terzsión entre mantener el foco de investigación bien estruc-
turado, por una parte, y mantener un flujo de conversación interesante y dindmico, por la otra.
Existen proyectos de evaluación con tres o cuatro entrevistas de focus group y otros con decenas
de ellas; lo único que podemos decir de antemano es que no se recomienda realizar una única
experiencia de este tipo.
La gula de entrevista del focus group debe someterse al mismo tipo de clarificación y depura-
ción que es común aplicar en las gulas para entrevistas abiertas. Especial cuidado se debe poner
al lenguaje utilizado, sobre todo cuando existen diferencias significativas en la escolaridad y cul-
tura del entrevistador y los participantes, o entre los participantes.
Para diseñar la guia puede segu irse el proceso que se muestra en la figura 21.5.
...
1. Clarificar el problema.
2. Elaborar las preguntas. Deben ser preguntas simples, abiertas y no directivas.
3. Elaborar un primer borrador de la gula. .
4. Presentar este borrador a otros investigadores, especialistas o colaboradores para recibir co-
mentarios y criticas.
5. Revisar y redactar la versión final
En caso de que se realicen varias entrevistas de focus groups se debe utilizar la misma guia,
aunque manteniendo los criterios de flexibilidad ya mencionados. Se recomienda que los parti-
cipantes tengan información general acerca del objetivo de la investigación pero no deben cono-
cer de antemano la gula, ya que esto disminuirla la posibilidad de que sean espontáneos en sus
expresiones.
Por otra parte, la dinámica del focus group no se reduce a las preguntas sino que puede enrique-
cerse con actividades o presentaciones. Por ejemplo, se puede prcse11tar un lema, una foto, un dibu- ..
jo o un objeto e indagar en las reacciones que generan entre los miembros. También se puede pedir
que los participantes realicen actividades, como dibujar, jugar o resolver problemas lógicos, entre
muy diversas modalidades de interacción que hacen a este procedimiento mucho más completo y
dinámico. De cualquier ~anera, tales actividades son complementarias de la guJa y no la sustituyen.
En la figura 21.6 podemos ver en detalle una guía de discusión elaborada para una investiga-
ción de mercado. ·
Figura 21.5 Guía de discusión para grupos sobr e el concepto tarjeta de crédito para universitarios.
11. Hi$toria de las tarjetas de crédito. Antes que nada, estoy interesado en sus actividades hacia lastar-
jetas de crédito y su uso (1S minutos)
A. ¿Cuántos de ustedes tienen UJU tarjeta de crédito importante? ¿Qué tarjetas han usado? ¿Dónde las
adquirieron?
B. ¿Cómo y por qué las obtuvieron?
C. ¿Cuál ta.rjeta de crédito emplean más? ¿Por quél ¿Para qué fin o fines emplean sus tarjetas con ma-
yor frecuencia?
D. ¿Es dificil que los universitarios obtengan una tarjeta de crédito? ¿Es más fácii obtener ciertas tarje-
tas que otras? ¿Podrían mencionarlas? ¿Es dificil que los estudiantes obtengan una tarjeta. de crédito
"buena- o kdeseable"? ·
E. ¿Cuál es su actitud hacia las tarjetas de crédito y su uso? ¿Ha modificado alguna de sus actitudes ha-
cia las tarjetas de crédito des~e que tiene una? ¿Cómo se han modificado?
1. ¿Cuál de estos conceptos atraerla eón mayor probabilidad su aten ción?¡ ¿se detendri.a para leer la in-
formación?; ¿por qu~1 ·
. 2. ¿Cuá.l de estos conceptos tendria menos probabilidades de atraer su atención?; ¿se detendría para ob-
tener mis información!; ¿por qué?
2. DISCUSIÓN.
a. ¿Cuál fue su pcímera reacción ante la oferta?
b. Indique si hay algo que Je guste particularmente de esta oferta. Indique si hay algo que le disguste
en particular de la oferta.
c. ¿Comprende la oferta?
d. ¡Considera que se trata de un beneficio importante?
e. ¿Se inscribirla para aprovechar esta oferta? ¿Por qué?
f. ¿Seria posible que esta tarjeta desplazara a otra ya existente?
g. ¿Elegirla esta tarjeta?
h. ¿Continuaría empleando este producto después de terminar sus estudios universitarios?
i. ¡Cómo se compara la tarjeta descrita en esta oferta con la tarjeta que usa con más frecuencia?
j. ¿Qué probabilidades hay de que llene una solicitud para esta tarjeta? Indique por qué no lo haría.
¡Planea usar esta tarjeta o sólo tenerla? ¿Planea conservarla después de terminar sus estudios universi-
tarios?
Más allá de estas desventajas, inherentes al método, es común que se presenten una serie de
obstáculos a la realización de las sesiones de focus group. En la figura 21.6 se muestran los pro-
blemas más frecuentes y posibles soluciones a ellos.
Figura 21.6 Recomendaciones para salvar los obstáculos que puedan presentarse
PROBLEMA SOLUOÓN
El grupo habla poco • Aclarar las dudas que puedan tener los participan-
tes acerca de la finalidad de la reunión
• Recordar a los participantes que lo que se espera de
ellos es que hablen, que opinen sobre el tema que se
está tratando.
• Cambiar de tema
• Probar .con otros estlmulos, preguntas, desafios, etc.
Uno de los participantes habla poco • Dirigir la1 preguntas a esa persona, pedirle su opi-
nión o comentarios, o bien otro tipo de colaboración.
Un participante se muestra dominante frente • Animu a otros para que hablen como él, o en lu -
a los otros gar de ti.
• Agradecerle y pedir la opinión a los demás
El grupo se ha desviado del tema • Cambiar de tema y hacer que el grupo vuelva a tra-
tar el tema deseado.
¡~
21.7 Confiabilidad de la información en los diseños cualitativos
A diferencia de lo que sucede con los datos estadísticos, los criterios para la confiabilidad de
los datos cualitativos no son un conjunto de pruebas que ~e aplican a la información después de
haber sido recogida, sino verificaciones inherentes el proceso mismo que se diseñan antes de ini-
ciar la recolección d e la información y se monitorean durante todo su transcurso. Por esto, los
criterios para establecer la confiabilidad de los datos cualitativos son componentes esenciales del
diseño y la realización del estudio. ·
Es dificil, sin embargo, determinar un conjunto de criterios a seguir, pues su número puede
variar d~ un estudio a otro de acuerdo a los recursos humanos, materiales, y de tiempo y otras
limitaciones que pudiera tener. Algunos criterios claves que constituyen los requisitos mínimos
a cumplirse para establecer la confiabilidad y validez de la información cualitativa son:
~-~¡j¡ o más estrategias en el desarroUo de un proceso investigativo. De esta forma se busca al-
canzar la riqueza y complejidad de la conducta humana estudiándola desde diferentes
puntos de vista. Una de las posibilidades que provee el acercarse a los protagonistas me-
i!: diante diferentes estrategias es la de confrontar los testimonios relatados por ellos; de es-
:1¡. ta forma, en el cruce de diferentes versiones, se obtiene información que resulta funda-
·'¡'
mental en el momento de interpretar los resultados. En el momento de ordenar la infor-
.¡', mación obtenida, y gracias a la utilización de las diferentes estrategias, se tienen en
q¡enta las características sociales y culturales de los protagonistas y de los mismos inves-
,¡¡!, tigadores .
.l • Retroalimentación y discusión con la población
En ocasiones resulta de gran utilidad compartir los hallazgos que van surgiendo en el
transcurso de la investigación con los sujetos que forman parte de ella. Esto puede ayu-
dar a encontrar diversas interpretaciones de los resultados que al investigador no se le hu-
bieran ocurrido y constituye una fuente más de confiabilidad a los datos. ·
• Revisión por expertos
Cuando los exper~os o revisores independientes (incluidos colegas no vinculados direc-
tamente con la investigación) verifiquen sus resultados, pueden identificar áreas que
requieran mayor información o justificación para sustentar las conclusiones. Esto signi-
fica que en el informe del estudio deberán incluirse una descripción, u.n análisis riguro-
so y un diario de actividqd<!S con detalles sobre cuándo y cómo se realizó el estud.i o. Las
revisiones por expertos son sumamente productivas cuando se hacen criticas clar,is y
constructivas al equipo de estudio.
... ...
Hemos presentado de maJ}era acotada cuatro tipos de diseños cualitativos aunque ya adel _
:=. ~. tamos que son mu~hos más _los q~e usan los investigadores_q~~ trabajan con este enfoque. T::_
tos, podríamos decU", como mvesugadores hay, pues su flCXIbilidad característica da lugar a que
cada uno proponga formas creativas de acercamiento a lo soda!. No obstante, esa creatividad de-
i. be también respetar los criterios de confiabilidad que se exige a una investigación para no con-
fundirse con el saber cotidiano.
~·
Ha llegado el momento de entrar en contacto con uno de los temas más criticados y riienos com-
prendidos por investigadores no formados en la tradición cualitativa: el de las estrategias de selección
de la muestra. Cuando nos movemos en el marco de la investigación cualitativa, el propio concepto de
muestreo y la finalidad que con éste se persigue debe ser entendido de un modo muy diferente al que
se concibe en la investigación cuantitativa. Es preciso, entonces, exponer con claridad estas diferencias,
ya que es en tomo a ellas que se generan cuestionamientos inadecuados y errores de interpretación.
De hecho, la objeción más seria que se hace al muestreo cualitativo, a saber, que el conocimien-
to logrado a partir de sus muestras no puede legítimamente extenderse a la población, no es mas -
que un malentendido: el objetivo del muestreo en la investigación cualitativa no es extender al
universo los conocimientos obtenidos a partir del estudio de la muestra. El objetivo de un estu:
dio cualitativo es aprehender en toda su riqueza la perspectiva de los actores¡ por lo tanto, lo que 1
se busca es captar en profundidad -y no en extensión- sus viven9as, sentimientos y razones. A es-_
te objetivo responde, con mayor propiedad que un muestreo aleatorio, un muestreo de carácter
intencional; es decir, un pro~eso de selección en el cual los sujetos no sean elegidos al azar, ni si-
guiendo cálculos o leyes de probabilidades, sino intencionalmente y de acuerdo con los propósi-
tos y objetivos de la investigación. La noción d e representatividad implicada en el muestreo cua-
litativo es de naturaleza emblemática, busca la ejemplaridad y no la representación estadística.
El muestreo inténcional
El muestreo intencional no obedece a reglas fijas, ni especifica de antemano el número de
unidades a seleccionar. Por el contrario, este número puede -y debe- ser convenido a lo largo de
la investigación, ya que muchas veces surge la necesidad, de tomar unidades de muestreo no pre-
vistas inicialmente para mejorar la calidad y riqueza de la información. Este proceso de selección
se extiende en paralelo al transcurso de la investigación, d ebido a que -como sabemos- la pers-
pectiva cualitativa elige una forma dinámica de relacionar la recolección de los datos y la teori-
zación: a cada momento de recolección le sigue una etapa de reflexión y elaboración de la teo-
ría, y tras ella deviene una nueva visita al campo; el investigador recoge al mismo tiempo que
analiza la información. De tal modo, la elección de la muestra es parte de la recursividad perma-
nente en que trabaja el investigador cualitativo.
Según Maxwell 1 el muestreo intencional permite alcanzar, por los menos, cuatro metas:
El hecho de que el muestreo en la investigación cualitativa sea de carácter intencional, nos en-
frenta a la necesidad de conocer la población de estudio antes de comenzar el proceso de selec-
ción. En un primer acercamiento, el investigador debe familiarizarse con la realidad social o cul-
tural que constituye su objeto de estudio; identificar claramente los actores o participantes que
intervienen, los eventos y situaciones en los que ellos interactúan, las variaciones de tiempo y lu-
gar de las acciones que desarrollan. En resumen, la tarea consiste en armar el boceto de un cua-
dro completo con los rasgos mas relevantes de la situación o fenómeno objeto de análisis. Este
proceso es usualmente denominado mapping o mapeo, partiendo de una analogía simple: cuan-
do uno quiere orientarse en un Jugar desconocido, Jo primero que hace es conseguir un mapa o,
en caso de que éste no exista o no está disponible, elaborarlo. Debido a que no es común hallar
uu mapa ya elaborado que nos indique claramente como actuar en la situación social que se pre-
tende-abordar, será _generalmente el investigador quien deba lograr esta información. Por ejem-
plo, si se pretende analizar un determinado grupo social, será importante descubrir -a través de
este mapeo- qµiénes son los líderes, cuáles son los distintos actores que ~e interrelacionan, en qué
contextos y situaciones se reúne el grupo, cuáles son los temas y problemas que en la actualidad
preocupan al grupo, entre muchas otras cosas.
Una vez obtenido este "mapa" de la situación que se quiere abordar, habrá que pensar qué in-
dividuos, tiempos, contextos o fuentes pueden aportar la información buscada; qué tipo de suje-
tos permitirán tanto la clarificación de la cuestión a estudiar como la captación de la diversidad
de perspectivas. De modo tal, cuando hablamos de muestreo no nos referimos sólo a la selección
de personas, también puede ser necesario realizar un muestreo sobre situaciones, eventos, esce-
narios, lugares, momentos y tem_as.
Los criterios que contribuyen a tomar decisiones adecuadas de muestreo cuando se trata de
elegir informantes, son los de adecuación y pertinencia. Si, en cambio, la muestra consistiera en lu-
gares, situaciones o eventos para la observación, ésta deberá regirse además por los criterios de
conveniencia, oportunidad y disponibilidad.
Veamos en qué consiste cada uno de ellos:
• Pertinencia: la pertinencía tiene que ver con conseguir 11 identificar.ión y logro del con-
curso de los participantes que pueden aportaJ la mayor y mejor información a la investi-
gación, de acuerdo con los requerimientos teóricos que esta última presenta.
Capitulo XXII la muestra en la Investigación cu alitativa 645
• Adecuación: la adecuación significa que los datos dispo nibles sean los necesarios y su-
ficientes para desarrollar una completa y rica descripción del fenómeno, preferiblemen-
te, cuando pese a realizar más entrevistas o revisar todos los casos negativos identifica-
dos, no aparecen datos nuevos o djstintos a los ya disponibles.
• C-0nveniencia: la conveniencia se refiere fundamentalmente a dos aspectos. Por un lado,
a que el lugar, la situación o el evento elegidos sean aquellos que más faciliten la labor de
registro, sin crear interferencias. Por el otro, a que la alternativa seleccionada le permita
al investigador posicionarse socialmente dentro del grupo que busca analizar, mediante
una oportuna y bien definida ubicación cultural, a través de la cual obtenga una com-
prensión clara de la realidad que está estudiando.
• Oportunidad: la oportunidad, por su parte, hace referencia a la posibilidad de encon-
trarse en el lugar preciso y en el momen to justo para recolectar con la mayor riqueza po-
sible la información necesaria.
• Disponibilidad: la disponibilidad, finalmente, significa que los Jugares, situaciones o
eventos que demanda la investigación tengan acceso libre y permanente.
Como es evidente, no todos los criterios pueden cumplirse siempre, con la misma intensidad,
ni en el primer intento, pero su seguimiento es deseable para obtener un acercamiento mas ajus-
tado y pertinen te a aquello que estamos estudiando, con el menor gasto recursos humanos, de
tiempo y materiales.
Siempre dentro de la lógica del muestreo intencional se utilizan diversas modalidades, (algu-
nas d e las cuales hemos mencionado al referirnos al muestreo no probabilístico en el capitulo
11 }. A continuación veremos b revemente de qué se trata cada una de ellas.
1. Opinático
2. Teórico
3. Caso típico
4. Caso extremo
5. Bola de nieve
6. Por cuotas
7. Accidental
22.4.1 Opinático
En el muestreo opinático el investigador selecciona a los informantes siguiendo criterios es-
tratégicos personales en función de los objetivos del estudio y su conocimiento de la situación.
Por ejemplo: si recordamos ahora un estudio sobre la percepción del dinero en personas ahorra-
doras y endeudadas del que nos hemos valido en otros cap!tulos a modo de ejemplo,2 resultará
2 Descouvieres. C. et. al. • Percepción del dinero y comportamiento económico. Un estudio comparativo de la
percepción del dinero en personas endeudadas y personas ahorradoras.· Revista de psicologla de la Universidad
de Chile, Vol Vl (1997). (en linea) http://www.rehue.csociales.uchile.cl/rehuehome/facultad/publicaciones/psi-
cologia/voVpsicolo3.htm (Fecha de acceso 9 de abril de 2000).
646 Metodología de la Investiga ción en organizaciones . mercado y sociedad
muy comprensible que dicho estudio optase por un muestreo opinático: obviamente el equipo ·
investigador, en función de sus objetivos ha debido seleccionar intencionalmente personas aho-
rradoras y endeudadas pues de otro modo ¿cómo hubieran accedido a la perspectiva de quienes .
se pretendia estudiar?
Ejemplo:
Investigación: Percepción del dinero y comportamiento económico. Un estudio comparativo
de la percepción del dinero en personas endeudadas y personas ahorradoras.
Muestra: Hombres y mujeres, entre 25 y 40 años, de los niveles socioeconómicos medio
alto y medio bajo, que ahorraran sistemáticamente o que estuvieran endeudados. El cri-
terio de edad correspondió a considerar un segmen to de personas que probablemente
tiene mayores exigencias en términos de gastos, debido a que hacen una vida indepen-
diente de los padres o han formado una familia, mantienen y cuidan d e los hijos, etc. Des-
de la perspectiva del equipo investigador ésta situación torna más crítica Ja opción de
ahorro versus endeudamiento, más aún porque es el segmento al cual todas las ofertas de
manejo del dinero (préstamos, inversión, etc.) están orientadas. Así, po r personas que
ahorran se consideraron personas que todos los meses destinan parte de su sueldo a
cuentas de ahorro, ahorro para la vivienda, fondos mutuos, entre otros. Por personas que
se endeudan se consideraron personas que han contraído deu:las por la adquisición de
bienes durables y de consumo, a través de casas comerciales, préstamos de bancos o fi.
nancieras, y que se han atrasado por lo menos dos veces en el pago de cuotas desde la fe-
cha de la entrevista hasta un año atrás. No se consideraron en este estudio personas que
han contraído d eudas por situaciones circunstanciales de accidente, enfermedad o cesan-
tía. Se realizaron un total de tres grupos d e discusión que sirvieron corno u na primera
aproximación al desarrollo del tema sobre la percepción del dinero y como una base pa-
ra la realización de entrevistas en p rofundidad. Los grupos estU\'Íeron compuestos por un
promedio de 6 personas entre hombres y mujeres, tanto endeudados como no endeuda-
dos, de 25 a 40 años, que se combinaron según su adscripción más cercana a la clasifica-
ción de nivel socioeconómico en uso.
Las decisiones de muestreo que se tomaron involucran a una tipología especifica de sujetos
muy bien conocida y definida por ei' investigador en sus caracterfsticas, según los objetivos del
estudio.
22.4.2 Teórico
El muestreo teórico es aquél que se utiliza para generar o ajustar teorias. El analista coleccio-
na, codifica y analiza sus datos y decide qué datos recolectar en adelante y dónde encontrarlos
para desarrolla.r una teoría cada vez mejor, a medida que la va perfeccionando.
Este tipo de muestreo permite la generación de teoria a través d e sucesivos estadios, determi-
nados por los cambios en los criterios para seleccionar los entrevistados de acuerdo con los
aprendizajes que se hubiesen podido derivar de los hallazgos más que con base en un diseño pre-
vio. Asi como en el muestreo probabilístico el investigador emplea una lógica de tipo estadísti-
co para seleccionar los fenómenos particulares que serán estudiados, en el muestreo teórico se
acude a una lógica comprensiva que depende de los avances que se van alcanzando en el enten-
dimiento del problema est~diado, durante el progreso mismo de la investigación. ·
r
~apltulo XXII ta muestr.i ,n 1a inve stigación cvatit.1tiv.1 647
Eje,mplo:
/ Un ~quipo de investigadores lleva a cabo .en u~a empresa de gran tamaño un estudio en
conJunto con una consultora. Uno de los uwesllgadores está siguiendo la pista de un co _
cepto que ha denominado "ambivalencia organizacional"..Ha podido coleccionar una se~e
de situaciones en las que se enuncian determinados objetivos y se actúa luego obstaculi.L'in-
dolos. El m~estre?, en esta caso, está orientado a ir ajustando ese concepto, que es aún ·muy
general, y a 1r articulándolo con otros de modo de llegar a establecer proposiciones y teo-
rías. El investigador elige para observar una situación que supone propicia para que se ex-
prese el concepto que está siguiendo. Tiene un plan: pretende hilvanar la idea de ambivalerr-
cia organizacional con personas o contextos determinados que le permitan desarrollar una
teoría al respecto: ¿cuándo se produce? ¿en qué n iveles? ¿con qué tipo de objetivos? ¿cuán-
do involucra a qué sectores? ¿a qué personas?. Por el momento el investigador decide obser-
var a un ingeniero que fue recientemente designado jefe de proyecto. Es un .buen camino
para poner a prueba algunas proposiciones sobre la ambivalencia organizacional. El inves-
tigador se entrevista con el ingeniero y conoce así la conformación del nuevo equipo de pro-
yecto del que ha sido nombrado director: una secretaria de )a gerencia de producción, un
asistente del departamento de sistemas, un cadete del depósito y otro de expedición.
¿Reciben ellos mensajes ambivalentes?, si es así ¿dónde se generan? ¿quiénes se benefician
con la confusión? la secretaria, por ejemplo, dice que ella está dispuesta a cooperar con
el proyecto del ingeniero al cual la han asignado, pero que por otro lado no la han rele-
vado de ninguna de sus obligaciones para que pueda cumplir con sus requerimientos. El
investigador agrega un nuevo caso a su colección de mensajes ambivalentes, y aunque no
logra establecer conexiones completamente claras la entrevista con la secretaria le dio in-
dicios para creer que la ambivalencia es propia del sector industrial, y no de toda la or-
ganización, como él pensaba. Con el objetivo de reducir el contexto de aplicación del
concepto, si ello se justifica, decide dar un salto: se alejará de todas las personas relacio-
nadas directamente con el área industrial, quiere saber si en otros sectores, como el finan-
ciero o el comercial la gente relata también experiencias de ambivalencia organizaciona\
tan sistemáticas o es solo un concepto aplicable al sector industrial.
En este caso, la m u estra se va configurando en función de las necesidades del investigador pa-
ra desarrolJar, precisar o "hacer pruebas cruciales" que le permitan seguir afinando su teoria , po-
ner a prueba sus conceptos o reforrnularlos.
Cuando tratamos el diseño de focus group en el capítulo anterior, decíamos que en la elec-
ción de los casos de estudio se mantiene una tensión: el investigador debe convocar a un grupo
homogéneo, que pueda conversar, pero con suficiente heterogeneidad interna como para cono-
cer ~l más amplio rango posible de perspectivas. Tanto para establecer la cantidad de grupos a
convocar como para definir cuántas y cuáles personas habrán de participar, las decisiones se re-
suelven con la misma te.nsión: se invita a quienes puedan mostrar tolerancia a las opiniones de
otros, (en cuanto a esta característica los grupos serán homogéneos) y se convoca también de
manera en que se pueda contar con por lo menos dos posiciones encontradas dentro de cada
grupo con el fin de conocer la riqueza de los significados de un atributo (y en éste sentido la
muestra busca la heterogeneidad).
A veces, incluso, se puede selecc.i onar de manera intencional a ciertas personas cuya posición
se conoce de antemano, con el fin de motivar reacciones a esa posición en el resto del grupo. De
manera que si el grupo se va a componer de diez personas, se invita a cinco que, por a.lguna ra-
zón," el investigador crea que van a tener una posición diferente en cuanto al tema a tratar que el
de los otros cinco.
Capitulo XXII la muestra en la fnvesti 9ación c~alitativa 649
Una técnica sencilla que permite desarrollar criterios muestrales polarizados, en el sentido de
incorporar la diversidad, son las matrices. Las matrices nos indicarían una solución a la tensión
entre conformar muestras homogéneas pero con diversidad interna. Pueden utilizarse para esta-
blecer planes de entrevistas en profundidad, determinar qué informantes clave ser~n entrevista-
dos, cuáles eventos serán observados, cuántos grupos y con quienes como participantes será la
muestra de un programa de varios forns group.
Un ejemplo de aplicación de matrices lo constituye la selección de la muestra para una inves-
tigación cuyo objetivo es la evaluación del posicionamiento de una marca de pintura. Se quiere
conocer el repertorio de perspectivas que tienen los consumidores acerca de una serie de atribu-
tos del producto que fueron introducidos recientemente. Si observamos la figura 22.2 veremos
reflejados los supuestos del investigador en las distintas combinaciones de características que se
buscarán en los sujetos seleccionados para la muestra.
El investigador considera que existen razones fundadas para esperar distintos patrones recu-
rrentes en las opiniones de diferentes actores. Por ejemplo, piensa que los consumidores que son
pintores profesionales y los que no -los particulares- deben tener experiencias, conocimientos,
opiniones divergentes acerca del producto, as! como entre quienes son usuarios de primeras
marcas y quienes no. Con este supuesto decide en principio llevar a cabo 8 grupos. La informa-
ción obtenida en los encuentros va a ser analizada buscando la existencia (o no) de patrones re-
currentes en los grupos que están dentro de los casilleros (y entre el posicionamiento de la pin-
tura para quienes pintaron recientemente y un público mas amplio en contraste mutuo).
Pintores Particuláres
Usuarios primeras Usuarioo segundas Usuarios primeras Usuarios segundas
marcas marcas marcas marcas
Usuarios que pinta·
ron rcáentemente l l 1 1
con "la marca"
Usuarios amplio 1 1 1 1
El cuadro se leería del siguiente modo: realizar un primer grupo de discusión con pintores
usuarios de primeras marcas que pintaron recientemente con "la marca"; realizar un segundo
grupo con pintores usuarios habituales de segunda marcas que pintaron recientemente co n "la
marca"; hacer un terc;er grupo con pintores usuarios de primeras·marcas que no pintaron últi-
mamente con "la marca" (usuarios amplio); y asi hasta completar los ocho grupos de discusión
los cuales, así previstos, permitirían explorar grupos hoinogéneos en ciertos aspectos, siempre en
función de los objetivos de la investigación.
Con este mismo criterio se puede invitar a la mitad de usuarios de cierto nivel socioeconómi-
co, cultural o generacional para verificar algunos supuestos sobre diferencias en las perspectivas
relacionadas con esos aspectos.
650 Metodologla de la lnves1l9ación en organizaciones, mercado y soci edad
Usuarios amplio 5 10 6 2
La pregunta que se impoñe en éste punto es cómo saber si se ha alcanzado el número de ca-
sos adecuados. Dijimos al comienzo del capítulo que el tamafio de la muestra no puede ser fija-
do de antemano. Si la investigación cualitativa nos lleva de los casos a la teoría, de ésta a nuevos
casos y de allí nuevamente a la teoría, buscando alcanzar una mejor comprensión, ¿cómo saber
cuándo lá hemos alcanzado?
El investigador cualitativo llama saturación a este punto en el que siente que ha conseguido lo
suficiente y ya no podrá obtener más información aunque haga nuevas entrevistas u observacio-
nes. Corno puede inferirse, establecer que ha llegado el punto de saturación, es una decisión di-
ficil. Para R. Barthes,3
· El investigador no puede estar seguro de haber alcanzado la saturación mas que en la
medida en que concientemente ha intentado diversificar al máximo sus informantes. La
1
saturación es un proceso que se opera no en el plano de la observación sino en el de la
¡· representación que el investigador construye poco a poco de su objeto de indagación: la
cultura de un grupo en el sentido antropológico, el subconjunto de relaciones estructu-
rales, relaciones sociosimbólicas, etc. Asi pues no nos podemos contentar con una prime-
ra elaboración de esta represtación. Esta descansa efectivamente en representaciones par-
ciales de la primera serie de sujetos encontrados; por ello es susceptible de ser destruida
por otros sujetos situados en el mismo subconjunto de relaciones socioestruecturales, pe-
ro en lugares diferentes.
Alcanzar el punto de saturación es poder decir que la muestra ha adquirido un tamaño correc-
to, que a partir de aqui, ~eguir seleccionando informantes no tiene sentido, a no ser, claro está,
que alguna reflexión nos llevara a requerir nueva información. La prueba que nunca esteremos
seguros de haber pasado sin embargo, es la de una adecuada diversificación. El investigador cua-
litativo está siempre expuesto -como en realidad todo investigador cualquiera sea su enfoque •
a la amenaza de que las representaciones parciales que obtuvo de la primera serie de sujetos en-
contrados; sea susceptible de ser destruida por otros sujetos aun no conocidos.
Por ejemplo, en una investigación cuyo tema era la vida política de los estudiantes, uno de los
objetivos consistía en Identificar los elementos caracterlsticos a través de los cuales se expresan di-
ferentes posiciones sobre la democracia. En el marco de una serie de veinte entrevistas a estudian-
tes universitarios de cierta facultad concreta· "sujetos situados en el mümo subconjunto de re-
laciones socioestruecturales" • se elaboró a partir del material recolectado un conjunto de tipo-
logias relativas a diferentes posiciones sobre la democracia expresadas por los estudiantes. Lue-
go, en función de éste y otros objetivos se realizaron veinte nuevas entrevistas. Las tipolog[as se
ampliaron en algunos casos y fusionaron en otros, pero hacia las últimas cinco entrevistas ya no
se lograban mejorar, cambiar ni introducir variaciones, aunque se habla intentado lograr un gra-
do máximo de diversidad convocando a estudiantes de diferentes años de la carrera, sexo, edad,
religión, profesión de los padres, edad de los padres, experien cias politicas e ideologías diversas
identificadas en las primeras veinte entrevistas. Las categorías de estudiantes que se llegaron a
elaborar en relación a este punto foeron las suiguientes:
Ejemplo: Categorías de estudiantes según las posiciones que expresan sobre la democracia.
- "escépticos/as'': caracterizados por la negación y/o la duda de la existencia de la demo-
cracia y la desconfianza hacia el sistema. Se manifiesta a través de un d iscurso cdtico con
el sistema donde se ponen el cuestión los principios, procedimientos y mecanismos que
se definen como más característicos de la democracia, distinguiendo entre lo que la de-
mocracia es en la teoría y en la práctica.
- "esencialistas": se definen por la utilización de un discurso anclado en los principios y
valores que se definen como fundamentalmente constitutivos del sistema democrático
(soberanía, participación, derechos, construcción común, etc.) .
• "prácticos/as": este grupo se conduce a través de un discurso donde el elemento que
aparece más enfatizado es el relativo a los mecanismos de expresión y participación
que regula el sistema y al principio de mayoría como dimensión que corrobora esos
principios.
- "enciclopédicos/as": caracterizado por un discurso en el que sobresalen los tópicos· con
los que habitualmente se define el sistema democrático y que constituyen casi "definicio-
nes de manual" (gobierno del pueblo, participación del pueblo en el gobierno, etc.).
Finalmente, para poner a prueba éstas y otras categor[as y proposiciones que se elaboraron
durante la investigación, se realizaron cuatro entrevistas adicionales. En cuanto a las categorlas
de sujetos según las diferentes posiciones que expresan sobre la democracia, los investigadores con -
sideraron haber llegado al punto de saturación en la medida en que de las n uevas entrevistas no
surgla la posibilidad dP- hacer ampliaciones ni introducir modificaciones en éstas categorías. Co-
mo dijimos, no obstante, queda abierta la posibilidad de que otros estudiantes, otros sujetos si-
tuados en el mismo subconjunto de relaciones socioestruecturales, pero en lugares diferentes,
puedan dar lugar a modificaciones de esas tipolog[as.
... ...
Los informantes de una investigación cualitativa, es decir, aquellas person.as que se entrevis-
tan en virtud del interés que su perspectiva representa para comprender al objeto de estudio,
pueden clasificarse en tres grupos:
Como es evidente, responder estas preguntas implica tomar decisiones de muestreo, las cua-
les -como ya hemos tenido oportunidad de comentar al comienzo del capítulo- se definen en
función de los objetivos de la investigación y de la lógica misma del enfoque cualitativo.
Una decisión importante que debe tomar el investigador antes de comenzar es si la investiga-
ción va a ser manifiesta o encubierta, es decir, si las personas estudiadas van a saber que están
siendo estudiadas o no. Sólo en contados casos la última opción se justifica y es éticamente acep-
table, por Jo que µna reflexión previa sobre los objetivos y la aplicación de nuestra investigación
es imprescindible.
Generalmente, se procura mantener el anonimato de los informantes, empleando seudóni-
mos para designar a personas y lugares, pues casi ninguna investigación necesita publicar los
nombres reales y los riesgos de hacerlo son casi siempre sustanciales.
654 Metodologla de la Investigación ,n organizacionu~ mercado y soci ! dad
Aunque todo parece claro cuando se habla de los supuestos de la investigación cualitativa -y·
dentro del marco de incomprensión a la lógica del muestreo cualitativo que mencionamos al ini-
ciar éste capítulo- muchas veces encontramos en el discurso del informe c;uantificaciones que no
se corresponden con la lógica del estudio realizado: dadas las caracterlsticas del muestreo, no
pueden -ni es relevante a los fines de la investigac.i ón- presentarse los resultados de un estudio
cualitativo en términos de porcentajes. Si estamos analizando un focus group formulado por diez
estudiantes de la Universidad de Buenos Aires sobre las formas de participación que el estudian-
te tiene en ese ámbito y n ueve de ellos tiene una opinión similar mientras que sólo uno difiere
de ésta, no tiene valor alguno decir que el 90% de los estudiantes del focus está de acuerdo con
esa opinión y que el 10% está en contra ya que ese guarismo no tiene significado. Desde ya, na-
da dice sobre la población de la cual la muestra fue extraída. Bien podría suceder que.esos nue-
ve alumnos sean los únicos en toda la Universidad que piensen de cierta manera, mientras que
el "disidente" podría representar la opinión generalizada de la población.
Una cuantificación de frecuencias puede hacerse solo con fines metodológicos, para ir eva-
luando las sucesivas muestras que habrán de elegirse en función de la diversidad que se-espera
encontrar en los participantes de un focus, pero dejando bien en claro que no se pretende con
ello hacer inferencias relativas a poblaciones en el marco dé una lógica que busca esencialmen-·
te captar en profundidad las diferentes perspectivas que se presentan, y no la generalización de
las conclusiones.
Capítulo 23 La recolección de los datos en la investigación cualitativa
• Observación
• Entrevista
Ambas son extremadamente flexibles y tienen la capacidad de modificarse y ajustarse a las ne-
cesidades de la investigación. Por ejemplo, la entrevista puede ser grupal o individual; la obser-
vación puede ser participante o no participante. A continuación, para conocerlos en profundi·
dad y poder seleccionarlos apropiadamente, desarrollaremos cad.a uno de estos instrumentos,
sus características, los momentos de su implemetación"y su bondades y dificultades.
1 El tema es tan controversia! como crucial, y nuestros supuestos acerca de la observación atraviesan todo el pro-
ceso de la investigación. Nos referimos al problema de la observación en los capitulas 8 y1s. destinados a los di-
sel'los de observación y a la construcción de instrumentos para la observación slstemática que utiliza la investiga-
ción cuantitativa. En el capítulo 4, se discute el tema desde una perspectiva epistemológica.
656 Metodolog ía dt la Investigación en organizaciones, mercado y sociedad
Nuestra cultura nos dice qué ver y nuestro sistema de valores nos dlce cómo interpretar lo que
pasa ante nuestros ojos. Salir -aunque sea un poco- del propio punto de vista requiere entre-
namiento.
Responder a la pregunta ¿qué está sucediendo aquí? no es simple. El supuesto básico que plan-
tea la investigación cualitativa ante la observación es que -cualquiera que sea la esfera donde los
datos sean recolectados- sólo podemos entender los acontecimientos si son situados en un con-
texto social e históricamente amplio. Según su perspectiva holistica, el énfasis descansa en la ne-
cesidad de interpretar qué está pasando en términos de un entendimiento de la sociedad como un
todo y del significado que ésta tiene para sus participantes; hay que considerar a los acontecimien-
tos y conductas sociales como globalidades a ser explicadas y entendidas en su integridad. Por lo
tanto, los significados que la gente le da a su propia conducta y a la de los demás tienen que ser
puestos en el contexto de los valores, prácticas y subsecuentes estructuras de quien los atribuye.
A diferencia de la observación sistemática, que hemos analizado en el capítulo 15, la observa-
ción cualitativa pone mayor énfasis en la profundidad del dato que en su extensión. En la inves-
tigación cualitativa, el observador se sumerge en la vida cotidiana de las personas bajo estudio
durante un determinado tiempo, presenciando las cosas que suceden, escuchando lo que dicen
los actores y conversando con ellos. Hay determinados temas de estudio que no pueden ser ana-
lizados en profundidad sólo a partir de interrogar a la gente, sino que hace falta introducirse en
el ámbito y ver allí su comportamiento. La prioridad es, por lo tanto, preservar el curso natural
de los acontecimientos, procurando reducir al mínimo la interferencia que pudiera ocasionar la
investigación. Se busca captar toda la riqueza del fenómeno sin alterar su acontecer cotidiano.
En síntesis, el investigador se ocupa de reflejar detalles, sutilezas, de captar la complejidad yla
interconexión del mundo social que investiga, tanto en lo rutinario como en lo extraordinario;
poniendo el énfasis en una comprensión holística, en la cual las cosas individuales son examina-
das en términos de sus relaciones con otras partes y con el evento o cultura en su totalidad, al
tiempo que se considera su relación con el contexto más cercano.
a. Encubierta. Lo que se busca de este modo es captar toda aquel!~ información que se-
ría ocultada o deformada frente a una investigación evidente, ya sea porque las perso-
nas observadas así lo desean o porque la técnica utilizada no le permite al investigador
captar correctamente estos aspectos. En alguno·s casos, la investigación se involucra en
temáticas críticas y el investigador podría estar exponiéndose a circunstancias riesgo sas
si quienes están siendo es tudiados se enteran de ello (serian ejemplos de esto sucesos d e
corrupción, mafias, delincuencia, etc.). Si bien esta modalidad resuelve en gran medida
el problema del acceso, el investigador encubierto debe convivi r con las dudas morales,
las angustias y las dificultades prácticas para llevar a buen término su estrategia. Como
el consentimiento no le es otorgado, esta forma pre.s enta polémicos inconvenientes éti-
co$. En estos casos, el investigador puede tomar como parámetro dos criterios: debe po-
der demostrar que ninguna d e aquellas personas estudiadas sufrieron como resultado
de ser observadas y que las identidades de los involucrados nunca fueron develados.
b. Parcialmente encubierta. El observador actúa encubiertamente sólo frente a la mayor
parte de las personas, pero comun ica sus intenciones a un pequeño número de personas
"claves" (los denominados "porteros") para facilitar el acceso al campo y el desarrollo de
la investigación.
658 Metodologla de l,1 Investigación en o,ganizaciones, mercado y sociedad
En suma, el investigador puede bien operar de una manera totalmente encubierta, manteniendo
en secreto su propósito y cumpliendo con un rol de miembro dentro del medio específico observa.
do; o comunicar abiertamente su rol como investigador y limitarse a seguir a los actores en sus acti·
vidades, sin participar de ellas como "miembro" sino tan sólo como espectador. Entre estas dos op-
ciones extremas, puede optarse por una diversidad de matices.
2 Hammersley, M. y Atkinson, P. Etnografla. Métodos de Investigación. Buenos Aires: Paidós, 1994, p. 87.
Capítulo XXIII La recolección de los datos en la investigación cualitativa .659
'-> :
Pero la negociación del acceso no debe ser considerada, por su dificultad, un problema pa-
ra la investigación. Por el contrario, descubrir los obstáculos y las estrategias necesarias para
sortearlos, puede brindar valiosa información sobre la organización social d el lugar. Se puede
aprender mucho de los inconvenientes suscitados por el contacto con la gente, asl como de la
forma en que ésta responde a las aproximaciones del investigador.
Después de las primeras semanas, fuimos construyendo y consensuando dentro del grupo una guía de
observación que recogiera los temas y awectos más importantes de un canal de chat, partiendo de los
objetivos de la investigación e incorporando las experiencias que íbamos teniendo en los canales. EJ
propósito de este guión de observación era el de facilitar la sistematización y análisis posterior de {os
datos, pues también lo utilizaríamos para el vaciado de los registros.
La guía se componía de dos bloques: cl primero de ellos consistía en una ficha t~ca. que recogía los datos bá-
sicos de cada canal, y en un apartado que inclula la variabilidad de la participación temporal y por espacios.
El segundo bloque se componía de doce apartados diferentes, aunque el tema central del estudio, el géne-
ro, tenía varios apartados dedicados exclusivamente a él y además era el eje articulador al resto de temas:
1.- Organización interna: reglas y normas (reglas oficiales del canal y del servidor, normas que emer-
gen en la conversación, valores, rituales y estilo general de la participación)
2.- Categorfas de participación, prestigio y relaciones de poder: dinámicas grupales. (estructura de Ji.
dcrazgo, categorías explícitas de chatcros/as, popularidad, posicionamientos: tipos de acción, interac-
ciones, relaciones que se mantienen entfc los/as participantes)
3, 4 y 5.- Relaciones y participación entre géneros, entre mujeres y entre hombres. (Reconocimiento
del género, motivos de participación, usos del canal, redes de relación online y offiine)
6.- Género (como tema de conversación expHcico)
7.- Puesta en pantalla (nicks, información que dan para auto-describirse, rituales de pregunta, formas
impUcitas de conocimiento del otro/a, ... )
8.- Estilo comunicativo (Recursos expresivos, rituales de saludo y bienvenida, creación ae nuevas pala-
bras, estilo comunicativo propio del canal... )
9.- Acceso simbólico de las mujeres a la tccnologla (Percepción del chat previamente a ser usuarias, ex-
perticia con la tecnología, barreras y facilidades simbólicas en el uso de lñternct ... )
10.- Local/ Global (Importancia de la distancia fisica con interlocutora, sentido de la ubicación terri,
torial y lengua de interlocutora y propia...)
11. - Sentido del espacio para las participantes {Percepcíón del canal, metáforas y comparacíones con
otros espacios ofiline)
12.- Relaciones vida real/ vida virtual (kedadas, continuidad de las relaciones onlíne en el ámbito offli-
ne y viceversa, aspectos de la vida cotidiana que han variado después de la experiencia chatera)
Muchas veces tomar notas en el momento se torna una tarea de imposible realización. Si el
observador está involucrado en el escenario como miembro, anotar permanentemente interferi-
ría en el curso natural de la situación y develaría su rol de investigador. En estos casos, se necesi-
ta prever momentos durante el trabajo de campo, o inmediatamente d espués del mismo, para
realizar notas en privado y sin que lo noten aquellos que están siendo observados.
Para adquirir conocimientos sobre la vida social, los cientjficos sociales muchas veces recu-
rren a relatos verbales, generalmente obtenidos mediante entrevistas. Cuando se oye la palabra
entrevista, la mayor parte de las personas piensan en un instrumento de investigación estructu-
rado como las encuestas de opin.ión o de actitud y, básicamente, en cuestionarios. Como vimos
en la sección 3 de este libro, lo característico del cuestionario es que tiene una forma estandari-
zada: el investigador administra las preguntas con alternativas fijas, y el s ujeto selecciona las res-
puestas; y para asegurar la comparabilidad de los resultados, las preguntas se formulan de ma-
nera idéntica. ·
En completo contraste con las entrevistas estructuradas, las entrevistas cualitativas 4 son fle-
xibles y dinámicas; constituyen una narración conversacional creada conjuntamente por el en-
trevistador ye! entrevistado, que contiene un conjunto interrelacionado de estructuras queja de-
finen como objeto de estudio.
Las entrevistas constituyen un recurso p rivilegiado para acceder a la información desde la
perspectiva del actor. El objetivo central es captar lo que es importante en la mente de los infor-
mantes: sus significados, perspectivas y definiciones; en suma, el modo en que ellos ven, clasifi-
can y experimentan el mundo. La utilización de esta témica de recolección permite obtener un a
información contextualizada y hoUstica, en palabras de los propios entrevistados.
Asl también, la existencia d e un contexto de interacción más directo, personalizado, flexible y
espontáneo, favorece la transmisión de información n o superficial y d a al investigador la posibi-
lidad de esclarecimiento y seguimiento de preguntas y respuestas para evitar cometer errores.
4Grele, R. J. ·ta historia y sus lenguajes en la entrevista de historia oral: quién contesta a las preguntas de quién
y por qué". Historia y fuente Oral, N°S (1990). p. 106-127.
662 Metodología de la Investigación en organhaciones, mercado y sociedad
De esta manera, se van generando puntos de vista, enfoques e hipótesis que complementan los
intereses de la investigación y la demanda de los entrevistados.
El formato se asemeja más al de una conversación cotidiana entre pares que a un intercam-
bio preguntas-respuestas entre investigador e informante; pero, y a pesar de esta~ similit1.1des su-
perficiales, la entrevista toma distancia de la conversación cotidiana debido especialmente a que
se trata de un intercambio intencional; es decir que, generalmente, el entrevistado está informa-
do y presta su consentimiento para realizar la entrevista abiertamente. Además, existe común
acuerdo en que las palabras del entrevistado podrán ser tomadas con seriedad para su uso pos-
terior, como reflejo de los pensamientos de esa persona. Si bien es posible que el entrevistado
mienta o "deforme" su testimonio, el entrevistador debe aceptar lo dicho como genuino. Por úl-
timo, en la entrevista es el entrevistador quien llevará el control de la interacción, guiará la di-
rección del encuentr9.y,.los temas que en él se toquen. Esto, claro está, será diferente de acuerdo
con el grado de estmcturación de la entrevista, pero existe cierto acuerdo impHcito en que es el
investigador quien llevará la agenda de la entrevista.
En cuanto a sus inconvenientes, las entrevistas -como todos los relatos verbales- resultan de
gran utilidad para comprender el modo en que las personas estudiadas piensan y actúan, pero
son susceptibles de generar las mismas distorsiones características de cualquier intercambio ver-
bal. Así, puede darse que lo que dice el entrevistado no se corresponda con lo que realmente ha-
ce; por ejemplo, un ejecutivo que en una entrevista dice otorgar amplia participación a los su-
bordinados en la toma de decisiones puede, en la práctica, ser completamente autoritario.
Por otro lado. lo que las personas·dicen y hacen puede variar de acuerdo a la circunstancia en
que se encuentren y, por lo tanto, no debe darse por sentado que lo que una persona manifiesta
en la entrevista es lo que esa persona cree o dice en otras situaciones. Por ejemplo, una persona
puede decir en determinada situación q ue el luj o y la ostentación le resultan desagradables y de
mal gusto y sin embargo comprarse un auto de alta gama o frecuentar hoteles de cinco estrellas
cuando sale de vacaciones.
También existe una serie de desventajas relacionadas con el hecho de que los entrevistadores,
en tanto tales, no observan directamente a las personas en su vida cotidiana y, por lo tanto, no
cuentan con las posibilidades de comprender en su contexto muchas de las perspectivas en las
que están interesados. Así, por ejemplo, es posible que el entrevistador no comprenda correcta-
mente las variedades lingüísticas que utilizan los entrevistados porque no tiene la posibilidad de
estudiarlo en su uso común.
A la hora de seleccionar a la entrevista como instrumento para la recolección de los datos de
una investigación, no deben perderse de vista estos factores contraproducentes. Hay que actuar
con cautela y leer los resultados obtenidos a la luz de estas falencias del instrumento.
a. Entrevistas individuales.
Los encuentros entre un investigador y µn informante tienen v~ias ventajas que los hacen la
modalidad más popular. En primer lugar, es bastante sencillo establecer una cita para realizarlos
(ya que sólo deben combinarse las agendas de dos personas), asl como también encontrar un lu -
gar para llevarlos a cabo. En cuanto al rol del entrevistador, su tarea se ve facilitada en gran medida,
Capítulo XXIII La recolección de los datos en l.l investigación cualitativa 663
pues só!o tiene que guiar a una persona en el transcurso de! encuentro. Interrogar y compren-
der las ideas de un grupo muchas veces se torna bastante dificultoso. Otra ventaja es que en la
transcripción y el análisis de las entrevistas, el investigador sólo debe prestar atención a ta voz y
las ideas de un único entrevistado.
b. Entrevistas grupales.
Se realizan generalmente a grupos de entre cuatro y seis personas, quienes interactúan entre
sl y con el entrevistador. Este tipo de técnica es de gran utilidad para obtener una visión con-
sensuada de grupo. Como la influencia del entrevistador es mucho menor que en la entrevista
individual, se generan en la discusión respuestas mucho más ricas que las que podría11 surgir en
un encuentro uno a uno. La intención es promover la autoapertura entre los participantes. Pa-
ra esto, se evitan las preguntas directas y se las reemplaza por indirectas, estimulando debates li-
bres y espontáneos. La dinámica de grupos en que se basan estos estudios es una técnica mucho
más interactiva que la simple entrevista, pues la respuesta de cada uno de sus miembros cons-
tituye un estímulo para los otros, generando un rango de respuestas mucho más amplio que si
esas mismas personas hubieran sido entrevistadas aisladamente. Un método que utiliza este ti-
po de entrevistas es el focus group, en donde participan entre ocho y doce personas coordinadas
por un moderador.
Las desventajas de las entrevistas grupales son bastantes, desde lo difícil que es reunir a todas
las personas en un lugar y horario fijos en adelante. Uno de los principales problemas es que los
puntos de vista de algunas personas tienden a verse ahogados por los de aquellas que acaparan
toda la atención (generalmente, son las mujeres quienes se encuentran en desventaja en este sen-
tido). Otra de.sventaja es que el grupo influye en gran medida sobre las respuestas de sus miem·
bros, expresándose casi siempre una visión homogénea o con opiniones moderadas.
23.3.2 El entrevistador
El entrevistador debe ser una persona capacitada para llevar a cabo su tarea. Si bien el forma-
to de la entrevista es muy diferente al de un cuestionario estructurado, tampoco puede decirse
que se percibe como una situación normal de interacción entre dos personas. Los entrevistado-
res generalmente deben contenerse y no expresar sus opiniones; dar a entender que la conversa-
ción es privada y confidencial; mantener el flujo de la información en gran medida (aunque no
exclusivamente) de forma unilateral¡ comunicar un interés genuino en las opiniones y experien-
cias de la gente y estar dispuestos a escucharla durante horas hasta el final. A pesar de ésto. el
único modo de captar lo que es más importante para las personas es seguir los lineamientos de
una conversación natural.
Es muy importante que el investigador realice, antes de llevar a cabo la entrevista, un ejerci-
cio autorreflexivo en el que se plantee el efecto que puede causar sobre el desarrollo de la mis-
ma. Los datos pueden muchas veces verse afectados por el modo en que el investigador se pre-
senta, por su identidad personal o por el grado de acercamiento que muestre frente al entrevis-
tado.s Cada uno de estos aspectos tiene que ser evaluado desde un comienzo.
s Denscombe. M. The good research guide for sma/1 Kale social research proje<rs. Buckingham: Open Uníversity
Press. 1999.
664 Metodofogfa de la Investigación en organizaciones. me1Cado y sociedad
a . La presentación,
Para minimizar el impacto al comienzo de la investigación, el entrevistador debe procurar ser
pasivo y neutral de manera que no incomode o confronte al entrevistado. Debe ajustar su apa-
riencia para no contrastar con el contexto y mantener un acercamiento cordial y receptivo a las
palabras del entrevistado. Se busca as[ que quien está siendo interrogado se abra y no despliegue
una actitud hostil ni defensiva frente a esta situación.
b. La identidad personal.
La cantidad y calidad de la información que los entrevistados se disponen a ófrecer está mu-
chas veces marcada por la edad, el staws, el sexo o el origen étnico del entrevistador, principal-
mente cuando se trata de temas considerados personales o sensibles. La relación de superioridad
o inferioridad de estatus pueden conllevar ciertas actitudes de temor, sospecha o superioridad
hacia el sujeto entrevistado, y distorsionar así la entrevista. Es por ello que en la selección de los
entrevistadores debiera considerar un equipo heterogcneo, con el fin de maximizar el flujo de ti-
pos específicos de información que se persigan en un estuclio concreto.
c. Fl acercamiento al entrevistado.
Las entrevistas pueden darse de diferentes formas de acuerdo con el grado de involucramien-
to que decida tener el entrevistador con su informa.nte. Puede optarse por una aproximación fria
e impersonal o bien mostrar las propias emociones, sentimientos y experiencias al entrevistado,
lo que dependerá, en última instancia, de los objetivos de la investigación y las caracteristicas de
las personas a las que se busca entrevistar. Pero en uno u otro caso, siempre se requiere mante·
ner la empalia y apertura ante los sentimientos de los informantes y suspender los valores per-
sonales tanto como sea posible, adoptando una postura no enjuiciadora en relación a los temas
de la entrevista.
Es importante dejar hablar al entrevistado sin intervenir demasiado, aunque ésta no es una
práctica fácil de adquirir. Durante la entrevista hay que tomar la iniciativa de tranquilizar al in-
terlocutor: en cuanto a él, todo está bien a nuestros ojos, aún después de que nos haya revelado
algo perturbador, personal o desacreditante. Debemos comunicar nuestra comprensión y sim-
patia: "Sé lo que quiere decir~ -"Lo mismo me pasó a mi una vez" -"Yo he pensado en hacerlo';
"Tengo 1m amigo que también hizo eso", etc. Mostrarse sensible, amable, comprensivo y atento
son comportamientos que favorecen el buen desarrollo de la entrevista. En este sentido, el en-
trevistador tiene muchas figuras paralelas en la vida cotidiana: el sacerdote, el perioclista, el psi-
coanalista, el amigo.
Los grados de estructutación de la entrevista cualitativa pueden diferir de acuerdo con la pla-
nificación del encuentro y con la libertad que se otorgue al entrevistado. Los casos más estruc-
turados son aquellos en que se cuenta con un listado claro de temas a seguir y preguntas que van
a ser formuladas, aunque el entrevistado puede de todos modos extenderse en sus respuestas y
el entrevistador, cambiar el orden planificado de los ternas e incluso suprimir o agregar nuevos
temas de interés.6
En cambio, cuando la entrevista tiene un grado muy bajo de estructuración, la idea central es
que el entrevistador cumpla con un rol mínimamente intrusivo, permitiendo que el entrevista-
do se explaye con libertad y siga su propia línea de pensamiento en torno al tema propuesto.
Las condiciones de tiempo, lugar y registro de la entrevista, son elementos que pueden afec-
tar la obtención de información. El desarrollo de fa entrevista debe darse, preferentemente, en
un espacio de tranquilidad y -para evitar la pérdida de detalles, la desaceleración del ritmo de
conversación y el efecto sobre la espontaneidad y fluidez del entrevistado- es ideal que sea regis-
trada, ya sea por medio de grabaciones o filmaciones. Sin embargo, puede suceder que el entre-
vistado no acepte ninguno de estos medios, por lo que al entrevistador sólo le restará recurrir a
las anotaciones.
No obstante la eventual grabación, la toma de notas antes, durante y luego de la entrevista es
de irremplazable utilidad. Aspectos referentes al contexto en que se llevó a cabo la entrevista, la
disposición del entrevistado, el clima de la conversación, la comunicación gestual y aún las per-
cepciones, sentimientos y pensamientos que el entrevistado genera en el entrevistador pueden
ser objeto de breves notas durante la entrevista que resultar:rn luego de gran utilidad para cap-
tar con toda su riqueza los múltiples aspectos del encuentro.
6 De todas formas, y aunque la entrevista cualitativa llegue a tener considerable grado de estructuración, no se
compara nunca con la investigación cuantitativa pues los supuestos y propósitos del investigador son muy dife-
rentes en uno y otro caso. Ello signa todo: la justificación, el desarrollo y el análisis de la entrevista.
666 Metodolog ía de fa lnvestigacion rn o,9anizaciones. mercado y sociedad
7 Spradley, J. The Ethnographic lnterview. U.S.A: Holt, Rinehart and Winston, 1979.
8 Halperín, J. la entrevista periodístka. Buenos Aires: Paidós, 1995, p. 20.
Capitulo XXIII La recole<ción de los datos en la investigacion c-ua lit,Hiva 667
Mantenerse siempre atento es una habilidad imprescindible que todo entrevistador debe de-
sarrollar, pero esto -que resulta tan sencillo de decir- es en la práctica realmente dificultoso, pues
se debe tener en mente cada aspecto que hace a la entrevista: tomar notas, controlar el grabador,
atender a los gestos y la apariencia del entrevistado, repreguntar cuando la respuesta no es satis-
factoria, etc. Si se pierde el hilo de la conversación, pueden quedar temas sin abordar o dejarse
pasar cuestiones que no se hablan tenido en cuenta y que podrían ser de gran importancia para
la investigación.
1. Proponerle al entrevistado que introduzca algún tema que considere relevante y que
no haya sido tratado, o que profundice en algún aspecto que crea que no ha recibido su-
ficiente atención.
2. Agradecerle por su tiempo y su colaboración en la entrevista.
M . Huberman
.Algunos investigadores que trabajan con enfoques cuantitativos ven con d esconfianza -y has-
ta con cierto escepticismo- el análisis cualitativo de los datos. la idea de analizar palabras ambi-
guas y significados en lugar de números exactos, no conforma a quienes identifican lo científico
con lo cuantificable. Sin embargo, llegado este punto hemos trabajado lo suficiente sobre el
complejo proceso de construcción de un dato como para saber que, por muy refinado que sea el
instrumento de medición, subsisten insalvables ambigüedades ocultas tras la codificación. Los
números exactos que encontramos en los resultados de una encuesta, no representan más que la
opción que eligieron los encuestados en una escala que el mismo encuestador les presentó. Pero
el investigador puede no saber si la pregunta fue correctamente comprendida o si las alternati-
vas de respuestas ofrecidas eran relevantes y apropiadas para esa persona; si tenia ganas de res-
ponder, qué pensaba al hace.rlo, e innumerables fuentes más de error e inadecuación que tuvi-
mos ya oportunidad de mencionar. En suma, una discusión acerca de cuál de los dos moqos d e
analizar los datos es mas confiable, seguro, exacto o cien~Uico, no sólo carece de sentido sino que
nos ubica por fuera de la comprensión de la naturaleza misma de la investigación cualitativa.
Desde que comenzamos nuestro recorTido en el capitulo l, hemos insistido en que cada direc-
ción tornada por el investigador ante un cruce de caminos, implica supuestos de diferente orden.
De ningún modo podríamos ahora situamos al margen de estos supuestos, que acompañaron a
cada una de las d ecisiones lomadas hasta llegar a este avanzado punto en la investigación, y mirar
al análisis cualitativo corno una mera técnica, tan buena como cualquier otra. El análisis cualita-
tivo es, por el contrario, un proceso que se pone en juego en todas las etapas de la investigación.
Quien se proponga sosten er la investigación cualitativa en el nivel ontológico, asltmirá que la
realidad es múltiple, dinámica y global, y que se construye a través de procesos de interacción.
Ello, a su vez, tendrá como correlato epistemológico la preferencia por la vía inductiva frente a
Como sabemos, aún d entro de la investigación cualitativa hay corrien tes muy diversas. No-
sotros, siempre manteniéndonos en un nivel de ambición limitada en cuanto al panorama de
la investigación cualitativa que estamos presentando, nos ocuparemos del análisis de los datos
recurriendo a un enfoque consolidado como lo es el de la teoria fundada de Glaser y Strauss,
integrando a la vez algunos puntos de vista de otros autores importantes dentro de la tradición
cualitativa, como son Taylor y Bogdan y Miles y Huberman. El propósito es contribuir a que el
estudiante q ue se inicia en la investigación cualitativa cuente con elementos para poder anali-
zar los datos que va obteniendo a partir de las técnicas d e recolección vistas en los capítulos
preced entes.
2 Miles. M. y Huberman, M. Qualitative data analysís: A source book of new methods. Beverly Hills: Sage. 1984.
3Taytor, S. J. y Bogdan, R. op. cit.
Capltulo XXIV El an~lisis de los da1os en la inves tigació n cualitativa 671
Para desarrollar esta ttcnica, Glaser y Strauss proponen q_o_~.e~trategias principales: el método
c_<!_7!1parativo constante y el m11estreo teórico. Con el método comparativo constante, el investigador
realiza simultáneamente la codificación y el análisis de los datos, buscando desarrollar concep-
tos. Luego, mediante la comparación continua de incidentes especlficos, va refinando estos con-
ceptos, identificando sus propiedades, explorando sus interrelaciones, para integrarlos final-
mente en una teoría coherente. En cuanto al muestreo teórico, la recolección de los datos y su
consecuente análisis se realizan casi simultáneamente. Los participantes se eligen de acuerdo a
los hallazgos más que con base en un diseño previo. El investigador va seleccionando los casos
de estudio, según su potencial, para ayudar a refinar o expandir los conceptos y teorias ya desa-
rrollados. Glaser y Strauss plantean al respecto que
el propósito d el método de comparación constante de unir codificación y análisis, es generar
teo ría más sistemáticamente [... ) debe usarse ligado al muestreo teórico ya sea para tomar o reco-
ger nuevos datos o para trabajar sobre datos previamente recogidos o compilados.•
De esta forma, la investigación va operando sobre la base de una lógica inductiva. Las teorfos son
generadas a partir del contacto con el campo, pennitiendo el crecimiento del acervo teó rico sin
aplicar categorías exteriores o previas a la observación, sino construyendo los conceptos teoréticos a
partir de las categorías emergentes. Bajo este esquema de teoría fundada, los planteamientos teóri-
cos son derivados del trabajo de campo, decantados y controlados durante el trabajo de campo y
gradualmente elaborados en niveles más altos de abstracción, hasta alcanzar la fase final de la reco-
lección. Una consecuencia importante de lo expuesto, y que ya se ha mencionado al hablar del di-
seño, es que las preguntas de investigación pueden ir cambiando en la medida que el estudio avan-
za, ellas van siendo influidas por los procesos de recolección y análisis de datos en progreso.
Esta perspectiva permite a la teoría emerger desde los daros, por lo que no pierde en ning(m
momento su referente empírico, y permite a la metodología cualitativa el desarrollo de teorías y
categorlas significativas a los sujetos en la investigación.
An1es de concentramos en las actividades puntuales que el investigador desarrolla para ;,na-
lizar sus datos, daremos un vistazo general al proceso de investigación para señalar los momen-
tos en que el análisis tiene lugar. Aunque ello pueda llevarnos a veces a reiterar algunas ide:is, lo
importante es tener una breve perspectiva general para poder ubicar en tsta los detalles que se
desarrollarán más adelante.
Veremos que cada vez que el investigador se enfrenta a los datos, tanto al concluir su prime-
ra entrevista, como al sentarse ante decenas de páginas de transcripciones fruto de todas sus ob-
servaciones y entrevistas; en cada momento, el análisis es recursivo: hay una primera mirnda, se
ordenan los datos, se reelaboran los datos; una segunda mirada, nuevo ordenamiento, nueva rec-
laboración; etc. En otras palabras, el análisis de los datos comienza con la primera reco/ecci611 y
progresa continuamente en el transmrso de toda la irivestigaci6n, et1 una i11teracció11 permarre11te
entre observación e interpretación, datos recogidos y andlisis.
¿De qué habla este párrafo? Podría pensarse primero que habla del pasado:
"Cuando yo ingresé a la compañía..:·.
Método comparativo constante: ¿porqué habla del pasado? ¿es distinto del presente? ¿Hay aÍgo que
ocurría antes y ya no ocurre ahora?. Tentativamente pensamos una categoría y dos subcategorias:
Categorla: "la compa!lla~
Subcategorfas. "pasado': "presente"
Son categorías muy generales, las primeras que surgen. Seguimos: ¿dé que más habla éste pá-
rrafo? Podríamos por ejemplo decir que el tema es "la planificación'~
Categoría: "planificación"
La tarea consiste en ir identificando las categorías emergentes (equivalentes grosso modo a los
temas) y sus propiedades (que son en rigc>1Jas
subcategorlas de los temas encontrados). Para fa-
cilitar esta primera etapa, en la que se piensan los primeros conceptos y proposiciones con los
cuales ir haciendo avanzar la investigación, presentaremos luego con mas detenimiento algunas
tácticas que pueden ser de gran utilidad para generar significado desde los datos, tales como co-
nocer el material en profundidad, identificar patrones y temas emergentes, elaborar tipologías,
establecer y e.xplorar metáforas, desarrollar conceptos y proposiciones y revisar la bibliografia.
Los resultados de la comparación constante se van escribiendo al inargen de las anotaciones
que se fueron haciendo durante la observación o la entrevista como codificaciones. A medida que
el material se codifica, normalmente aparecen temas que insisten, recurrentes, algunos de los
cuales van tomando la forma d e categorlas centrales (categorías que parecen ser fundamentales
en este estudio) las que, relacionadas entre si o con otras categorías o subcategorlas, van dando
Jugar al surgimiento de las primeras pro.p.c,siciones teóricas (hipótesis). Cuando al investigador se
le oc1;1rren esas proposiciones las anota en memos.
En algún momento, la categoría que se está "siguiendo': la categoría central y sus categorlas
vinculadas, se saturan.7 Es d ecir, no se puede sumar a ellas o a sus propiedades nada nuevo. fu.
te es una señal de que hay que moverse hacia la clasificación.
24.3.4 aasificación
La clasificación ocurre cuando todas las categorías están saturadas y consiste en la articula-
ción de los memos d e manera tal que tengan sentido dentro de la situación que se estudia. Es el
principio del fin del andlisis.
Esos intentos clasificatorios contribuyen a clarificar la teorla que se está elaborando. Asimis-
mo, a medida que el investigador entiende que necesita ampliar su visión teórica sobre alguna
cuestión puntual, acude a la bibliografia y otra ve:z. introduce el método comparativo constante
entre sus datos y teorías y las teo rías encontradas en la bibliografía. No se trata de que las cate-
gorías teóricas se impongan a sus datos. Simplemente son sometidas a la comparación de igual
modo que cualquier dato; no hay diferencia en el status entre la categoría que surge de los datos
y la categoría teó rica. Ambas se someten por igual al método comparativo constante.
En el momento en que finalmente el investigador encuentra un orden aceptable para sus me-
mos, ya tiene la estructura base de la teoría y está en condiciones de comenzar a redactarla.
Recapitulando: recolección de datos, anotaciones, codificación y memos ocurren en forma si-
multánea desde el comienzo. El investigador cualitativo se va moviendo de manera cíclica entre
los distintos n iveles de profundidad del análisis. Su trabajo no se realiza linealmente, yendo de
los datos a las interpretaciones, sino que una y otra vez regresa a los datos (realiza nuevas entre-
vistas u observaciones, revisa las desgrabaciones y los memos, etc.) para confirmar o descartar
los conceptos y las proposiciones teóricas que va elaborando mientras avanza.
Sigtúendo el procedimiento de la teoría fundada, la teoría va emergiendo de los datos, de los
informantes. En estados tempranos, consiste en la identificación d e temas. Estos temas se hacen
más elaborados a medida que el estudio se desarrolla. Las explicaciones emergen luego, gradual-
mente, de los mismos datos.
7 Hablamos del concepto de saturación con mayor profundidad en el capitulo 22 LA MUESTRA EN LA INVESTIGACIOO
CUAUTATIVA.
Capitulo XXIV El aniFsis de los datos en la Investigación cualitativa 675
Subrayamos que son momentos analíticos y no cronológicos pues, como dijimos, tras lu cul-
minación de una sesión de recolección de datos sobreviene un proceso de análisis, y co mo resul-
tado de éste se plantea una nueva recolección; y así sucesivamente hasta al<=<1m:ar la "saturación
de categorías'~•
Algunas de las ideas surgidas en el momento de la recolección, pueden servir como hipótesis
emergent~s que permitan conectar los hallazgos de la investigación en curso con la teoría formal
ya existente.
Por ejemplo, en la investigación de mercado para una marca de pintura sobre la que trabaja-
mos en el capitulo capítulo 22, extraemos de una entrevista realizada a un usuario de pintura el
siguiente relato:
"Pasamos momentos dificiles, pero decidimos seguir juntos, pintamos el departamento... las pa-
redes cstabw manchadas ... quedó todo nuevo»
El investigador podría contar, por caso, con una teoría formal que, sintetizada en pocas líneas
se expresarla as!:
"Los productos tienen una dimensión concreta y una dimensión simbólica. La primera se refie-
re al producto en tanto es utilizado para su función específica, la segunda apunta a las representa-
ciones que el producto evoat
En ."el contexto de ésta entrevista el investigador elabora, como hipótesis emergentes las si-
guientes:
Dimensión concreta: "Los usuarios consideran qu e la pintura cubre las manchas"
Dimensión simbólica: "Para los usuarios, pintar representa un nuevo comien1.0, la renovación de
un contrato afectivo"
Así, el investigador podría poner a prueba la hipótesis del "nuevo principio""de la renovación
de;! contrato afectivo" en otras entrevistas, ver si la categoría "nuevo comienzo'; puede aplicarse
a la relación que otros consumidores establecen con el acto de pintar.
Hay que admitir que la articulación entre los conceptos sensibilizadores de la teoría so-
cial y la generación de categorías y proposiciones, representa para quien no tiene experien-
cia en el análisis una verdadera dificultad, pues ciertamente, generar significado donde a
primera vista no se encuentra requiere entrenamiento, formación teórica y una cuota de
perspicacia.
Pero, por la misma lógica del enfoque, no existen pautas estandarizadas para llevar a·cabo es-
tos procedimientos, lo cual brinda muchas posibilidades en la medida en que otorga al investi-
gador una amplia libertad para elegir por sí mismo los mejores caminos; aunque introduce tam-
bién una indeterminación que representa muchas veces un obstáculo en el aprendizaje. La me-
jor forma de v_encer este obstáculo es, sin lugar a dudas, el transitar el "camino del aprendiz'; en
el sentido que el artesano da a éste término: acompañar a un investigador mas experimentado e
ir conociendo la técnica en el hacer.
Para contribuir en ésta primera etapa en la que se piensan las primeras categorías (concep-
tos) y proposiciones con los cuales ir haciendo avanzar la investigación, presentarnos algunas
tácticas para generar significado:
Habrá de tomarse nota de todas las ideas que vayan surgiendo a medida que se identifican los
temas emergentes. A esta altura de la investigación hay que conservar todas las ocurrencias, pues
no se sabe aún qué podrá resultar relevante hasta que se avance más en el análisis. Como Miles
y Huberman 10 nos advierten, la mente humana tiene una tendencia a hallar patrones más rápi-
da y fácilmente, que a desconfirmarlos, por lo que se vuelve necesario ser cautelosos a la hora de
validar dichos patrones. Conviene recurrir a un examen muy detenido de las evidencias dispo-
nibles, entre las cuales el examen de los casos negativos -es decir de aquellos que no se ajustan al
patrón identificado inicialmente- es ineludible. Por ejemplo, en la investigación "los jóvenes y
los medios" un participante del grupo dice las comedias para jóvenes son insoportables. Muchos
participantes del grupo apoyan activamente al adjetivo. El camino aqui es buscar más y más si-
tuaciones que sean ejemplos de "insoportabilidad de las comedias para jóvenes': Hay que maxi-
mizar el concepto "insoportabilidad de las comedias": ¿cómo se expresa? ¿cuándo? ¿con qué ar-
gumentos, personajes? ¿para qué personas? ¿porqué?, etc. El investigador busca anécdotas en el
ambiente natural del televidente: cuando él mira un programa de éste tipo, ¿que siente, qué pien-
sa, qué hace?. Pero si ocurre que una persona, una sola entre muchas considera que "las come-
dias para jóvenes" no sólo son soportables sino que además le gustan, entonces ese caso negati-
vo no es despreciado por ser insignificante en número, como ocurriría en un estudio probabi-
listico; sino que, muy por el contrario, hay que explorar ese caso excepcional, tratar de entender
el por qué de las discrepancias, el porqué de éste sujeto que no se adapta al patrón en cuanto a
considerar insoportables las comedias para jóvenes, pues esti¡diando esa diversidad es que se lo-
gra una mayor comprensión de aqueUo que se quiere estudiar.
Paniendo de este fragmento, podríamos anotar tentativamente que los alumnos clasifican a
los profesores según el grado en que éstos promueven la interacción con los estudiantes en -por
ejemplo- "accesibles" e "inaccesibles': y a su propia relación con ellos como "distante" o "perso-
nal''. Subrayemos que el investigador en su pregunta no categoriz.a ni a los profesores ni a las
relaciones que los estudiantes establecen con ellos. Es el propio entrevistado el que elabora la
tipolog(a de profesores, incluido el tipo de vínculos que cada estilo promueve, desde su punto
de vista.
de propiedad, Si se usan metáforas muy generales se pueden perder detalles importantes. Nd hay
que olvidar que las metáforas diluyen las diferencias y detalles.
D~_e[!<;hufe = Evasión
Otras categorías resultan aún muy difusas, aún en esta etapa exploratoria. Ante sus qudas el
investigador señala dos categorías posibles entre signos de interrogación pues espera que a me-
dida que el trabajo avance se vayan clarificando los conceptos
Si bien hay un alto componente intuitivo en este proceso -en el sentido que exige experien-
cia, saberes diversos, conocimiento sobre el contexto- y no puede negarse la importancia inclu-
so de la imaginación creativa, no por ello diremos que la receta más efectiva sea sentarse a espe-
rar )a llegada de la musa teórica. Por el contrario, hay que trabajar arriesgando categorias y pro-
posiciones y probándolas en nuevos encuentros con los sujetos y situaciones estudiadas. En
suma, a cada paso: comparación constante y muestreo teórico.
14 Berger, P. y Luckmann, T. op. cit. Ver capítulo 2 Tiros OE INVESTIGACIÓN SOCIAi.. "Investigación cualitativa e Investi-
gación cuantitativa·.
....
2 "Todas las mañanas lo primero que ha- Son un elemento más en Medios como parte de la realí-
go cuando pr€paro el desayuno es prtm· el paisaje, las prácticas co- dad de la vida cotidiana
der la radio»; tidianas comidas, el tra- (Bergcr y Luckmann)
"Mi hermano esrudia, come, se duerme bajo, etc., aparecen siem-
y·se despierra con la TV''. pre asociadas a los medios
3 "El diario es información y iambién co- Contacto con la realidad, Medios como Fuentes de in-
municación ..; Conocimiento de la reali- formación y comunicación
"Los medios permiten mantenerte en dad
contacto con el mundo";
"También te dan la posibilidad de cono-
cer otras cosas, otros lugares~
4 "Cuando llego a mi casa veo la TV o es- Recreación y esparci· Medios como fuentes de re·
cucho la radio para distraerme"; miento, diversión, "deseo- creación y evasión
"A veus leer ti diario te desenchufa dtl chufe".
trabajo~
5 "Si,mpre se tapa algo, uno casi nunca se Intereses "otros'; candi- ¡Credibilidad?
entera efe lo que realmente pasa" cionamientos ¡Legitimidad?
':,\ los medios no les creo nada" Sospechas sobre los medios
6 "As( formo mi propia idea sobre una no- Ante la sospecha, se resca- -Actividad del receptor
ricia"; "Yo no le creo cien por cien II nin- ta la propia reflexión -Afirmación dd yo
gún diario ni noticiero, veo en cacfn uno
el aspecto que a mí me interesa~
7 "En la TV siempre pasa lo mismo, dt re· Perciben la existencia de ¡Sospechas sobre los medios?
ptmte una no1icia es el único tema y a las una especie de !'ciclo en la
pocas semanas ya nadie se acuerda"; noticia" ¿Ciclo de la noticia?
"Siempre parece que se está a punlo de
destapar algo, pero despuls desaparea y
te lo rapan con una noticia nueva~
Llegados a este p unto los investigadores del estudio "Los jóvenes y los medios': revisaron las
categorías desarrolladas y pensaron en explorar la correspondiente al párrafo S.
5 "Siempre se tapa algo, uno casi nunca Intereses "otros•, condicio- ¿Credibilidad?
se entera de lo que realmente pasa• namientos ¿Legitimidad?
j\ los medios no lts creo nada" Sospe<:has sobre los medios
La pregunta de los investigadores es la misma de siempre ¿qué está pasando aqui? ¿es sólo un
problema de crediúi/idad o es un problema más amplio, quizás de legitimidad? Por otro lado -
método comparativo constante- ¿todos los medios son iguales en cuanto a lo que la categor!a se
refiere?
Se decide hacer un nuevo grupo de discusión para, entre otras cosas, clarificar esta catego-
ría. En la figura 24.2 pueden observarse las nuevas categorías a que la ampliación de la mues-
tra dio lugar.
"La TV te permite vtr qui estd pasando en "En vivo y en directo" Propiedades de la prensa tele-
el momento en que está pasa11do"; .. Ver para creer,. visiva:
•5¡ ves por la iv a 11n poi/rico te vas a dar -Tiempo real
cuenta~ miente o rro•; -Acceso a la imagen
·s;
lo dicen por 1V después les cuesta md.s Credibilidad: basada en la
desmentirlo~ imagen
"Yo miro poco de TV; escucho a alguien que La radio: vínculo "perso- Propiedades de la radio:
le tengo confianza en la radio"; "no tenis nal" -Compañía
q11e dejar de hacer tu rrabajo como con la
rv· Credibilid.ad;
Identidad del emisor
Capitulo X:XIV El analisis d ie los datos en la investigiciOn cualitatlva 683
• uno atd muy trm,q11ilo viendo "" progra- 2. Discusiones en la TV A:J.. Violencia
psicológica A. Violencia
ma y de pronto los invirados se ponen a gri-
tar y sin darte cumta eso te cambia el d11imo» de los conteni-
dos tdcvisivos
"Te enfocan a 11n hombre tirado en ti piso y 1. Noticias policiales A 1. Violencia
dos qu,: le estdn pegando con todo... ~
fisica
Las categorías unificadoras contribuyen a hacer mas simple la teoría emergente, aunque hay
que ser cuidadoso en no avanzar demasiado rápido porque podrían homogeneizarse cuestiones
que ant/!S justifican maximizar las diferencias que una integración que las suprima.
Este tipo de proposiciones son las que se escriben en los memos. Luego·, en el análisis final ha-
brá que recuperar los memos y junto con el resto del material categorizado, comenzar a traba-
jar en la versión última de la teoría. Pero para llegar a ese punto, mucho camino resta aún por
recorrer.
24.5.8 Validación
La validación de los hallazgos derivados de los análisis preliminares e intermedios se realiza
mediante el permanente contacto y retroalimentación con los actores o participantes¡ "ponien-
do a prueba" las categorlas y proposiciones incipientes que se está elaborando.
Para comenzar veamos cuáles son las diferencias principales entre el nivel intermedio y el preli-
minar de análisis:
• El nivel preliminar es un análisis que se desarrolla durante la recolección de datos, mien-
tras que el intermedio se hace con todo el material ya acopiado (aunque puede darse la
necesidad de volver al campo para clarificar algún aspecto).
• Las categorías y proposiciones del nivel preliminar son más intuitivas, provisorias y di-
versas que las que se desarrollan en el n¡vel intermedio! cuando el investigador llaga a ela-
borar reglas para codificar.
• En el nivel preliminar el investigador crea categorias a partir de fragmentos escogidos
de transcripciones; en el nivel intermedio todo el material es codificado, y en lo posible,
todo es asignado a alguna o eventualmente varias categorlas.
Avanzado ya el trabajo de campo, cuando el investigador ha desarrollado categorías intuiti-
vas a las que ha codificado de manera más o menos vaga y general, acopiado memos y renova-
do el muestreo, se encuentra con una gran cantidad de material trabajado en cierto grado, pero
que exige ahora una codificación mucho más sistemática, que no deje fragmentos sin analizar.
El peligro de quedarse en el nivel de la primer fase es el de "acomodar" los datos a las categorías
que el investigador tiene en mente, dejando afuera aquello que no se ajusta a éstas. Para intentar
mantenerse siempre lo mas cercano posible a los datos, hay una nueva instancia en la cual todos los
segmentos de todos los textos producidos durante la investigación deben ser codificados.
En concordancia con el tipo de estrategia de recolección de información que se hubiese adop-
tado -observación participante, observación no participante, entrevista, entrevista de grupo, una
combinación de las mismas, etc-, se habrá previsto el sistema de almacenamiento de datos. Para
el caso de las entrevistas individuales o grupales, el investigador cuenta con las grabaciones y las
transcripciones de manera que es sobre esa base que se hará la codificación.
Una recomendación de procedimiento muy importante en éste punto: si se decide hacer des-
grabaciones de entrevistas deben realizarse en la misma tipografia, no se debe usar ninguna con-
vención especial, del estilo negritas, subrayados o letras diversas pues la inclusión de caracteres
especiales como los señalados puede interferir con la hbor de codificación o marcado de los seg-
mentos de i nformación que integran los textos transcritos objeto del análisis a realizar, como en-
seguida veremos.
palabras o abreviaturas con las que se van etiquetando las categorías. El establecimiento de ca-
tegorias puede resultar de un procedimiento inductivo, es decir, a medida que se examinan los
datos, o deductivo, habiendo establecido en la etapa anterior la categoría y utilizándola en esta
nueva ªvuelta de tuerca'~
En el análisis intermedio, el investigador ya cuenta con algunas reglas provisionales para ubicar'
incidentes en categorías y puede utilizarlas. A su vez, a las reglas provisionales se les da nueva forma
a medida que los nuevos incidentes se colocan en las categorlas, de modo que las propiedades de las
categorías se hacen mas explicitas y las reglas menos provisionales. Lo que inicialmente eran ideas e
intuiciones se refinan, expanden, descartan o d esarrollan para profundizar y ajustar el análisis.
Como vemos, la codificación difiere en gran medida de la codificación en la investigación
cuantitativa.18 Para la lógica cualitativa, la meta de la codificación no es contar sino reorganizar
los datos en categorías, temas, proposiciones y teorías conectadas dentro de un contexto.
El proceso de codificación de los datos se desarrolla en tres grandes fases o etapas:
1. Descriptiva
2. Relacional
3. Selectiva
(Ubicar en este campo los datos demográficos, o roles que ocupan las personas entrevistadas u obser-
vadas, que sean relevantes en función de los objetivos)
Trasc.ripción o anotaciones de la entrevista (individual o grupal), Codificación
de las observaciones, etc
Así pues, el investigador tiene ante sí, un conjunto de notas de entrevistas y observaciones.
Ellas están escritas en el lado izquierdo de la página, digamos en 2/3 de la página, como estuvi-
mos haciendo en los ejemplos precedentes. En la parte superior se especifican los datos demo-
grá~cos o cu~quier dato im~or~ante de 1.a~s persona/s entrevis~adas u obs_ervadas ya que luego
esa mformaaón puede contnbwr al aná11s1s..Además, no lo olvidemos, et mvestigador tiene los
memos, que también deben ser codificados.
Ya está todo listo para la codificación. Los códigos, que representan a las categorías, consisten
en marcas que se añaden a segmentos del texto para indicar la categor[a a la que pertenecen.
Para comenzar a codificar hay que tomar una frase, palabra, o segmento que habla sobre un mis-
mo tema y examinarla detenidamente. Comienza una nueva ronda de comparación constante. Por
ejemplo, de un focus group con consumidores de barras de cereal, extraemos el siguiente fragmento:
"Ln verdad es que las compro porque me enc,,ntan y tienen el tamaño justo como para sacarse las
ganas de comer algo rico. Aparte te alimentan y son prácticas para llevar a cualquier lado.»
En este caso, el fragmento podría categorizarse "motivos de consumo". Luego , siguiendo con
la lectura del texto podrían aparecer nuevos fragmentos a codificar dentro de esa misma catego-
ría y de ese modo la categoría se iría desarrollando y ajustando. Por ejemplo:
Yo siempre compro barritas rnando estoy en In calle o en la facultad, porque me resultan muy prác-
ticas y como hay muchos sabores diferentes nunca me canso... pero le pido a mi mamá q11e no com-
pre en el supermercado porque si hay un paquete de seis barritas en casa me lo como todo y en mi ca-
sa prefiero comer comido.
Cuando vimos los sistemas de categorías propios de los estudios cuantitativos dijimos que
deben cumplir una serie de requisitos tales como exhaustividad, y exclusión mutua, con el pro-
pósito de hacer susceptibles a las categorías de tratamiento cuantitativo y medición. Sin embar-
go, en el análisis cu.alitativo puede:
Una vez establecidas las categorías cada uno de los textos debe ser releído y fragmentado de
acuerdo con esas categorías desa.rrolladas. Cada fragmento tiene que agruparse clentro de algún
"título''. Para que la asignación de categorlas al texto no resulte confusa y pueda organizarse lue-
go con mayor facilidad, debe asignársele un código {número o letra) a cada una de ellas. Así,
cuando se decida la categoría que represente a cada fragmento, se anotará en el margen del tex-
to el código que le corresponda. Con más de un simbolo se pueden indicar relaciones lógicas,
como luego veremos.
Por ejemplo:
En el caso de que algún fragmento corresponda a dos o más categorías, se le deben asignar
los códigos de todas ellas. En la figura 24.5 se presenta codifica do y categorizado un fragmen-
to de en trevista, realizado en el marco de una investigación que estudia un proceso de cambio
organizacional. Si observamos el primer y el último párrafo codificado, veremos que ambos
llevan el código" 1". En efecto, se trata de la misma categoría "Sistemas de planificación'; con
tres s ubcategorías : "l. 1: planes según los vendedores"; " 1.2: planes según el propio estilo";
(consignadas en el primer párrafo) y "1.3: planes estandarizados" (en el ú ltimo párrafo). Así
mismo, se han codificado con letras algunas categorías de modo de poder establecer relacio-
nes lógicas sin que se genere confusión. Por ejemplo, en el último párrafo la categoria "A. Efec-
tos de la planificación" se cruza con las subcatego rías 1.1 y 1.2 a las que se codifica Al y A2 en
tanto son además subcategorlas de "A. efectos de la planificación". Ambas categorías podrían
leerse así:
1. Sistemas d e planificación
1.1 . Planes según los vendedores
1.2. Planes según el pro pio estilo
1.3. Planes estandarizados
A. Efectos d e los distintos sistemas de planificación
A 1. Efectos de la planificación estandarizada
A2. Efectos de la planificación según los vendedores
A3. Efectos de la planificación según el propio estilo
De este modo se van comparando unas entrevistas con otras (o con datos de otras fuentes),
con los memos y con la teoria emergente de la primera etapa, para afianzarla y afinarla, o modi-
ficarla. Eso es comparación constan te: inicialmente, comparar grupos de datos con grupos de
datos; m ás tard e, comparar grupos de datos con la teoría. Mientras el investigador avanza, pres -
ta atención a cualquier idea teórica que le venga a la mente e inicia un nuevo memo que tam-
bién será codificado.
En este derrotero, la codificación se irá refinando a medida que se anali7.a el material. Pueden
agregarse o suprimirse categorías, así como también expandirse y redefinirsc. "La regla principal
de la codificación en el análisis cualitativo es que los cód igos deben ajusta rse a los datos y n o a
la inversa:•20
En la figura 24.6 hay una expansión de las categorias descriptivas d e la figura 24.5. Sobre la
misma trascripción, se codificaron los datos elaborando categorías relevantes a los actores que
participan del proceso de cambio organizacional. No se trata de q ue esta categorización reem-
place a aquella, sino de ampliar el marco de comprensión de la situación estudiada: el primer pá-
rrafo analizado se refiere a la pJa11íficació11, pero también representa un modo de planificación
percibido por el entrevistado como parte del pasado, del "parafao perdido" anterior al proceso
de cambio que se está dando en esa organización.
Cuando yo ingresé a /11 compallía cada uno de noso- t. t. Planes segón los ven- 1. Sistemas de
Iros tenia asignada 1111a zona y dentro de su zona ha- dedores Planificación
cfa los planes que le paredan mejores seg1ín los ven- (A2 efectos )
dedores con los que trabajaba,
y tam/,ién ...el propio estilo, algunas personas son mas 1.2 Planes según el propio
planificadoras que otras... cada uno liada las cosas estilo (A3 efectos)
como mejor sabía y el trabjo salía bien.
Un día nos mandaron dos señoritas desconocidas que 2.1 Por consultoría externa. 2. Sistema de
pregu11taban todo tipo de cosas ... qué necesitábamos 2.2.Relevamiento de nece- análisis de nece,
de la dirección en a1anro a formación, también en sidades: sidades
cuanto a personas ... materiales. a. capacitación
b. personas
c. materiales
Después esto creció y se fue haciendo mas dificil de 3. 1 Competencia práctica 3.Competcncias
manejar, algunos jefes de zona no tenían mucha tx· 3.2 Competencia teórica de los jefes de
perirncia equipo
Yo armé una reunión con mis vendedores... una vez 4.1 Una reunión semanal 4. Periodicidad
por semana nos reunimos para intercambiar ideas y 4.2 Reunión para casos ex- en la coordina-
problemas cepcionales ción grupal
(... ) por eso armé el equipo ccn dos coordinadores 4.1 Con microcquipos 4. Estructura de
que trabaja11 ju11tos y me pueden reemplazar si yo es- Formados por funcionamiei:tto
toy en el imerior o ccn alglln rema nuevo, y además • coordinador del equipo
cada uno tiene tres vendedores y 11n asistente. As/ ca- • tres vendedores
da a1al es responsable de su microequipo. • un asístente
Hasta ahora funcionamos muy bien, pero nos estdn 1.3 Planes estandarízados 1. Sistemas de
alcanzando "los nuevos aires': ..nos mandaron una (A 1 Efectos del sistema de planificación
proforma y ahora todas las unidades vamos a tener planificación estanda riza. A. Efectos de los
que hacer la misma planificación y no se sabe qué do) distintos sistemas
p1ude salir de eso... Según dicen es para aunar aire- de planificación
ríos, pero el esquema que proponen para mi no va a (Al)
funciona r porqut le rompe a cada jtfe 4e equipo la (A2)
organización que tiene armada ... (A3)
690 M,todologla d• la lnves1i9,clc)n tn organiucionu, morcado y socl,d•d
Cuando yo ingrtsé a la compallla cada uno de nosotros tenla asignada una El pasado como"paralso
zona y dentro de su zona hada los planes que le paredan mejores según los perdidon
vendedores con los que trabajaba. y también...el propio estilo, algunas perso-
nas son m4s planificadoras que otras...cada uno hacia las cosas como mejor
sabfa y t1 rrabajo salla bien
Un d(a nos mandaron dos sdioritas desconocidas que preguntaban todo tipo Irrupción de gente "ex·
de cosas, cuales eran nuestros problemas, qut necesitdbamos de la dirucitln en traña"
manto a formaci6n, tambim en manto a gmte, materiales...
Despub esto creci6 y se fue haciendo mas diflcil de manejar, algunos jefes de Exigencia de nuevas com-
zona no tenfan mucha experiencia y la verdad es que algunos no ten(an ni si- petcnci.u prácticas y teó-
quiera estudios... ricas
Yo arml una reuni6n con mis vendedoru. .. una va por semana nos reunimos Esquemas defensivos
para inurcambiar irkas y problemas y ii su,¡e algo nos reunimos especial-
mmte
pero le insi>tu, no wdos los jefe, de eqi,ipo ,e mueven igual Yo /a, rwnionu Defensa de l•s estructuras
las hago incluso aunque no esté por eso arml el equipo con dos coordinadores establecidas
que trabajan junttx y me puedm rumplamr si yo estoy en el interior o con
algún tema nuel'I>, y ademds cada rmo tiene tres vendedora y un asistmre. Así
cada cual es responsable de m microequipo.
Hasta ahora funcionamos muy bim, pero nos están alcanzando "los nuevos Percepción del cambio
aires". ..nos mandaron una proforma y ahora todas las unidades vamos a lt· como amenaza
ner que hacer la misma planifrcaci6n.
Según dicen es para aunar criterios, pero el esquema que proponen a para mi Visión negativa dd futuro
no va a funcionar porque le rompe a cada jefe de equipo la organizaci6rr que
tiene armada ...
21 lbid.
...
residentes, comentó en una ocasión: "Sí. Sqn tontos como un zorro", dando a entender que eran
más listo,; de lo que paredan. El investigador exploró el significado de esos enunciados. Descubrió
que e1 personal describía a los internados como "más listos de lo que parecen" cuando iba a rega-
ñarlos ó·castigarlos. Estaban diciendo que los internados sabían cómo no causar problemas y que
debían responder por su conducta. Estos enunciados pretendían explicar o justificar el tratamien-
to que se daba a los residentes. Lo que al principio pareció u na contradicción quedó resuelto me-
diante la distinción analítica entre las perspectivas (el modo en que la gente ve a s11 mundo) y las
explicaciones (el modo en que la gente justifica sus acciones antes( misma y ante otros). Aunque
el personal viera auténticamente a los residentes como individuos con severas limitaciones intelec-
tuales, expresaba una opinión opuesta cuando le convenia hacerlo.
El investigador será capaz de obtener o crear una sintesis expresada en declaraciones genera-
lizables acerca de los actores sociales involucrados, sólo tras alcanzar, primero, un nivel de com-
prensión suficiente sobre la realidad humana objeto de estudio. Del mismo modo, para que el
investigador pueda acceder a algún nivel de teorización previamente dej)e hallarse en capacidad
de sintetizar. Finalmente, el investigador estará en condiciones de recontextualizar únicamente
cuando los conceptos o modelos en la investigación se hubiesen desarrollado completamente.
De esta manera, se va generando una cadena en la cual el proceso anterior siempre es condición
de posibilidad del inmediatamente siguiente.
En la investigación cualitativa el desarrollo teórico e, asumido como un referente o guia pa-
ra realizar la comprensión y síntesis de los datos, y no como una estructura o marco dentro del
cual se ordenan los datos. La teorfa, en este sentido, le brinda a los datos la posibilidad de conec-
tarse a un cuerpo mayor de conocimientos, pero sin imponerle por ello una forma o una lógica
distintas a las derivadas de la naturaleza propia de los datos obtenidos.
En este contexto, podemos decir que la teorización es el proceso por medio del cual se cons-
truyen y asumen explicaciones alternativas, apoyándose, para ello, en la lectura e interpretación
sostenida de los datos generados por la investigación; siempre buscando una mejor, más conve-
niente y más sencilla explicación de dichos datos. Llevar a cabo este proceso implica plantearse
y responder un conjunto de preguntas que permitan establecer nexos entre los datos arrojados
por la investigación y la teoría ya establecida o existente.
En cuanto a la recontextualización, se trata del proceso en el cual el investigador prueba ex-
tender o extrapolar la aplicación de la teoría emergente a poblaciones o escenarios diferentes a
aquellos en los cuales tuvo su origen. En este proceso, el trabajo de otros investigadores y la teo-
ría existente, desempeñan un papel crítico. La teoría disponible provee el contexto en el cual el
investigador podrá ligar sus hallazgos con el conocimiento ya establecido. La teoría ya elabora-
da dentro de cualquier disciplina relacionada con la temática abordada recontextualiza los nue-
vos hallazgos proporcionándoles un referente de comprensión más amplio y general.
;
Ha llegado, finalmente, el momento de presentar los resultados alcanzados por n uestra inves-
tigación. Como sabemos, elaborar un informe nos permitirá conservar la investigación, de ma-
nera tal que pueda ser recuperada, difundida o comunicada en cualquier momento y ante dis-
tintas audiencias interesadas. Por eso, es importante tener en cuenta los contextos en que se va
a presentar el informe antes de confeccionarlo. La presentación no será igual si el destinatario es
de tipo académico (tesis, artículos para revistas especializadas, disertaciones, ponencias, repor-
tes técnicos y textos), que si la investigación debe presentarse con fines de difusión al público en
general, o a una organización o empresa que ha solicitado el estudio.
El estilo de la escritura estará condicionado por el tipo de lectores a quienes se destinará el in-
forme. Cuando los potenciales lectores son otros investigadores, el estilo de redacción puede
mantener un ruvel cientifico alto, apoyándose en conceptos yteorías con los que, presuponemos,
está familiarizado el lector. En cambio, si nos dirigimos a personas no especiali~das o a los pro-
pios participantes, el estilo se adaptará a la divulgación del informe. En este caso, será preciso re-
ducir la importancia de las teorias y centrarse más en la situación estudiada, aclarando cada con-
cepto o procedimiento que se introduce. En cuanto al vocabulario, deberá ser en estos casos más
bien informal; se aconseja utilizar un lenguaje coloquial, voces activas por sobre las construccio-
nes pasivas y, sobre todo, evitar la jerga técnica. También es recomendable usar citas, ilustracio-
nes y ejemplos de los conceptos utilizados para reducir la complejidad. El esfuerzo invertido en
la elaboración de un informe debe emplearse inicialmente en reflexionar acerca de sus futuros
lectores, aquellos a los que será sometido y que lo utilizarán. El informe es una parte fundamen-
tal de toda investigación; podrá estar escrito en diversos estilos, pero como norma general debe
intentar captar y mantener la atención de los lectores. ·
La diversidad de enfoques dentro de la investigación cualitativa genera, paralelamente, una va-
riedad de estilos a la hora de redactar el informe de investigación. El hecho mismo de concebir a la
investigación.como un proceso abierto y flexible, propicia esta variedad, y ha ocasioI!ado que algu-
nos autores. se inclinen decididamente por informes que posean un valor artístico; reforzando la
idea de que el principal instrumento para la investigjlCÍÓn cualitativa es el propio investigador.
Independientemente de cómo se presenten los resultados, éstos deben ser claros y creíbles; co-
herentes y cohesionados. Ahora bien, la comprensión de los resultados, su valoración y relativi-
zación, sólo es posible si conocemos la actividad desarrollada por el investigador para llegar has-
ta ellos. De ahí, que el informe de investigación deba incluir, necesa.riamente, los pasos seguidos
696 Metodología de la lnvtstigáci6n en organizaciones, mercado y sociedad
desde el planteamiento inicial de.1problema hasta la obtención de las conclusiones finales. El in-
vestigador tiene que comunicar a los lectores de qué manera fueron recolectados los datos del
modo más detallado posible, para permitir que éstos sean comprendidos en su contexto. Se de-
ben contar las decision~ metodológicas y aclarar los enfoques o perspectivas con las que se iden-
tifica el investigador. Cada uno de los elementos del estudio (extensión, diseño, informantes, es-
cenarios, rol del investigador, etc.) deben ser puestos en evidencia.
El siguiente es un listado de los elementos que deben constar en un buen informe, si bien se
trata de un esquema flexible que permite modificaciones:
1. Portada
2. fndice
3. Resumen
4 . Introducción
S. Diseno y metodologla
6. Análisis descriptivo
7. Interpretación y juicio de los resultados
8. Evaluación de las limitaciones
9. Conclusiones y recomendaciones
10. Referencias bibliográficas
11. Apéndices o anexos
25.2.1 Portada
En la primera página deben figurar el título y el subtitulo del informe, los nombres de los au-
tores, el lugar y la fecha de presentación. Otros datos pueden ser requeridos de acuerdo al tipo de
solicitud a que responda e1 informe. Toda esta información debe incluirse en la portada, ya que
es la presentación de la investigación y la "primera plana" para los lectores.
25.2.2 lndice
La tabla de contenidos se presenta al comienzo del informe, ya que resultará de gran ayuda al
lector mostrar la estructura lógica de la investigación. No hay que olvidar -vale la pena. la aclara-
ción- que todas las páginas deben estar numeradas, empezando a contar desde la portada, aun-
que ésta no lleve el número escrito.
25.2.2 Resumen
El resumen -o abstraer- consiste en un pequeño párrafo de referencia sobre los aspectos funda-
mentales de la investigación. Si bien se trata de un desarrollo breve, no deben faltar el propósito,
los objetivos, el método y las principales conclusiones de la misma. También se incorporan, sobre
el final, algunas "palabras clave'' para facilitar la identificación y la comprensión del trabajo. ·
25.2.4 Introducción
La introducción incluye, fundamentalmente, cuatro aspectos: la justificación del estudio, el
planteamiento del problema, los objetivos que guiaron la investigación y los procedimientos desa-
rrollados (qué métodos, instrumentos, recursos o herramientas se usaron y por qué). Este último
Cap!tulo XXV El Informe en la Investigación cualitariva 697
aspecto, se presenta aquí de forma sintética, pues será luego desarrollado en un apartado espe-
cialmente dedicado a ello. Los distintos componentes de la introducción no se separan con sub-
títulos si.no que se redactan uno a continuación del otro. En el siguiente ejemplo, sin embargo,
se han distinguido los diferentes elementos que la componen para hacer más sencilla su identi-
ficación
1. Introducción
1. 1. Justificación
En los últimos diez afias las telecomunicaciones han tenido gran impacto en áreas como
la educación, los negocios, la investigación, el entretenimiento y la cultura en general. In-
ternet se ha convertido, rápidamente, en un medio único de comunicación entre otras
cosas, por el poco control que se establece sobre los contenidos, es decir, que la informa-
ción circula sin gobierno y sin censura ni regulación. Además, a diferencia de los otros
medios masivos de comunicación, la interacción directa e interactiva del usuario en la red
permite establecer interacciones persona a persona de características particulares que las
hacen diferentes de una interacción cara a cara.
En este contexto, desde la Psicologia, se pueden abordar procesos de construcción de sen-
tido y significación, mediados por las máquinas y las interfaces de tipo "amigable", tal y
como afirma Turkle "(... ) artículos que alteran la mente, entre ellos gafas, auriculares y
cascos que prometen de todo, desde la relajación hasta un mejor aprendizaje. Su mensa-
je es que somos muy parecidos a las máquinas y que simplemente podemos prolongar-
nos a ellas como sus acoplamientos cyborg".
Esta relación cotidiana con las máquinas, nos plantea una pregunta en la cual las fronte-
ras psicológicas entre el hombre y la tecnologia parecen disolverse, entonces, ¿cómo se
comprende al hombre en relación con una máquina inteligente?
En esta investigación queremos combinar lo que Bruner llamó el impulso original de la
revolución cognitiva, es decir, privilegiar el debate en tomo a la mente humana desde la
cultura, teniendo como eje la construcción y comprensión de los significados, a partir de
una pe rspectiva cualitativa, en el ámbito de la informática. No pretendemos, con ésto,
equiparar las capacidades de la mente con las de la computadora, lo que pretendemos es
comprender al hombre en su ejercicio de "dialogar" con la máquina, con él mismo y con
otros, y asi, comprender los movimientos culturales a partir del impacto de Interne~
1.4. Metodologia
En esta investigación hemos trabajado a partir del enfoque cualitativo porque nos brin-
da la posibilidad de abordar la investigación como un proceso comprensivo en tres nive-
les, nosotros como investigadores, la realidad del grupo humano que participó en la in-
vestigación y el espacio to-construido entre nosotros y ellos. De esta forma podremos re-
descubrir e interpretar su vida· individual,.social y cultural, a la vez que vamos constru-
yendo nuestro objeto de estudio; de m_odo que nuestro interés se dirige hacia la interpre-
tación de la vida social y cultural de qúienes participan en la realidad investigada, hacien-
do énfasis en los significados que construyen en su cotidianidad, dentro de la práctica
cultural del chateo.
Con el fin de dar cuenta de esta e¡cperiencia compartida al hacer uso del IRC, empleamos
diarios de campo, entrevistas semiestructuradas y grupos de discusión que permitieron
aproximarnos a las vivencias de los actores frente al fenómeno; así también como el di-
seño de una página Web, que funcionó como instrumento apropiado a las características
del fenómeno a abordar. De esta forma, el empleo de diferentes estrategias, nos dio lapo-
sibilidad de configurar lecturas alternativas, de manera que el fenómeno se exploró des-
de su complejidad y su multidimeosionalidad.
1
25.2.5.2 Diseño escogido
El investigador ha seleccionado -o elaborado- en el transcurso de su trabajo, un diseño que le
sirvió de guía para el desarrollo de la investigación. Todas las referencias que puedan caracteri-
zar al tipo de diseño utilizado tienen que estar expresadas en el informe.
25.2.S'Valoración
El análisis descriptivo y la interpretación de los resultados, en último término, permiten eva-
luar los resultados como positivos, negativos o de ambas formas y determinar sus razones. L-0s
valores de los investigadores y de las partes interesadas influyen en los resultados del estudio.
Ante esta situación debe pensarse: ¿Cuál es la importancia de los resultados para los diverso~.
Capítulo XXV El informe en la Investigación cualitativa 701
interesados en este entorno especlfico? ¿para la población estudiada? ¿para los investigadores
interesados en los vinculos entre determinadas prácticas y un tema de orden más general? Es
importante lograr un equilibrio justo entre los aspectos positivos y negativos. Los resultados po·
sitivos deben recalcarse sin dejar de lado los negativos. La discusiones al respecto, deben prece-
der a las conclusiones, las que pueden presentarse en la misma sección o por separado.
25.2.9 Conclusiones
En las conclusiones se presentan sintéticamente los principales logros de la investigación; de
manera ordenada, clara y concisa. Deben responderse con precisión las preguntas planteadas en
la introducción, pero no es aconsejable utilizar este apartado para abrir nuevas discusiones 0
problemas a tratar: nada nuevo puede agregarse en la conclusión.
25.2.10 Recomendaciones
En esta última etapa pueden formularse algunas recomendaciones para la acción, basadas en
el análisis, la interpretación y el juicio de los resultados del estudio. La sección de Recomendacio-
nes de un informe, generalmente, debe seguir a la discusión y a las conclusiones y puede abor-
dar las siguiente preguntas:
• ¿Cuále.s son las implicaciones de los resultados, basados en su análisis, interpretación y va-
loración?
• ¿Cuáles son las deducciones
• para su proyecto especifico,
• para otros proyectos que puedan estar interesados en aprender de sus resultados,
• para otras partes interesadas, como los investigadores? ·
Mientras más partes interesadas participen en la interpretación y juicio d e los resultados del
estudio, más fácil será reflejar sus intereses en las recomendaciones. Las sugerencias prácticas y
factibles deben incluirse claramente en las mismas.
Es común que en la redacción del informe de una investigación cualitativa, se incluyen gene-
ralmente citas o fragmentos extra!dos de las entrevistas, de las notas de campo del investigador
o de cualquier otra fuente primaria de datos. Generalmente se extraen aquellos fragmentos que
resultan más ilustrativos de cara a apoyar la descripción de algún fenómeno o a justificar las in-
terpretaciones que hacemos de los mismos. Este tipo de citas son las que dan vida al relato y
cumplen el papel de funcionar como pruebas aportadas por el investigador para demostrar la
veracidad de sus afirmaciones. En el caso de las entrevistas, permiten además acceder no sólo a
lo q ue expresaron los participantes sino al modo en que lo hicieron.
Al presentar citas textuales conviene identificarlas, o bien separándolas en un párrafo aparte,
generalmente con espacios a·ambos lados, y destacándolas mediante comillas o cursivas (ver fi-
gura 25.2) O bien, especialmente cuando son breves, incorporadas al discurso del investigador
flanqueadas por comillas (ver figura 25.3). Es habitual que ambas formas de presentar las citas
se utilicen en un mismo informe de investigación.
Al no ser "identificado en un patrón fijo• como es el cuerpo (más o menos fijo en tanto que
la representación que yo construyo del otro puede ·variar en relación al tiempo y a los vincu-
les que se establecen), puedo mostrarme como quiera, sin necesidad de justificarlo, pues la
nnid•d se romp" "n la medida en que la referencia que identifica es un Nickname, que e, tan
variable como lo desee qui~ lo usa; nuevamente las palabras de Lokko nos í.lustran sobre lo
anterior:
ese anonimato que brinda el Nickname hace que uno a vtces termine desenvolviéndose de otras
maneras que uno en una situación fuica real no hubiera sido capaz de hacer.
En cuanto a Andre:i.18, para referirse a su experiencia en el Chal, hace uso de una metáfora: "es
como estar en una fic.sta o reunión en la que se conoce a mucha gente", afirma. Scgón esta metá-
fora, en una conversación, en un proceso dialógico como el del Chateo, se danz.a con el otro, se
encuentra un ritmo y una melodía para seguir una relación, para construir un contexto relac.io-
nal de confian1.a, de compromiso... que puede ser cambiado en los acuerdos impllcitos o explkí-
tos de la interacción, como en una fiesta "que se respete", hay personas ebrias, solitarios, bailado-
res, conversadores, espectadores.
Las citas de entrevistados suelen ir acompañadas por alguna referencia sobre su localización
en el corpus general de los datos. En estos casos, se debe indicar la entrevista de la que procede
y, en caso de que las líneas de los registros textuales generados por las mismas hayan sido nume-
rados, también los números de Hneas que abarcan. Esto facilitará la localización de las citas en
los contextos donde fueron producidas, en caso de que el lector desee tener una perspectiva más
amplia sobre lo que se afirma en ellas. En cualquier caso, conviene evitar du nombres de h1for-
mantes o lugares cuando es necesario salvar la confidencialidad de las fuentes de información.
Capitulo XXV El Informe en l a i nvest19aci6n cual itati vo 703
La utilidad de las citas textuales no debe, sin embargo, llevarnos a abusar de ellas en los infor-
mes, pues hay que tener en cuenta que nunca los datos originales pueden sustituir a su análisis.
Un informe excesivamente cargado de extensas citas se convierte en una mera presentación de los
datos brutos, 'y traslada la tarea de análisis al lector del informe, que tendrá que interpretar los da-
tos obtenidos. La lectura de una o varias páginas con declaraciones extraídas directamente de una
entrevista o con notas de campo transcritas, rompen el ritmo del discurso y generan tedio en el
lector. En determinados tipos de investigación cualitativa, centradas en el estudio del discurso ge-
nerado a través de las entrevistas grupales, a veces se ha señalado la importancia de las citas en el
informe proponiendo, no obstante, que éstas no representen más de un tercio del texto.
Por último, los informes de investigación suelen incluir cuadros, esquemas, figuras y fotografías
que facilitan la comprensión y el seguimiento de su contenido. Estas figuras pueden ser elaboradas
p ara esquematizar conceptos, describir espacios, presentar la estructura del propio informe, o pue··
den derivarse del análisis de datos, cuando en éste se llevó a cabo alguna forma de disposición de
los datos que implicaba su traducción a diagramas u otro tipo de gráficos. De cara a la redacción,
una regla a seguir es la de aludir en el texto a todas y cada una de las figuras o cuadros que se inclu-
yen, para cuyo fin éstas habrán de ser convenientemente numeradas. Es recomendable no presen-
tar ninguna figura antes que en el texto se haya insertado la alusión o los comentarios a la misma.
Hasta ahora hemos comen tado los aspectos que generalmente se incluyen en un informe de
investigación. Existen también aspectos que son omitidos. Es raro encontrar informes en los que
se relaten fracasos en las estrategias para la obtención de datos, entrevist~ que no pudieron ce-
lebrarse, observaciones que fueron interrumpidas, informantes que r~ultaron no ser adecuados,
accesos fallidos al campo, permisos denegados o vías infructuosas de avance que obligaron a rec-
tificar el camino emprendido. En parte por razones de economía, de espacio y en parte por el
deseo de presentar como exitoso el trabajo llevado a cabo, este tipo de puntos negros en una in-
vestigación no suelen aparecer en los informes.
Sin embargo, tales detalles deberían incluirse cuando el investigador relata el proceso de in-
vestigación seguido, sin que ello tenga que interpretarse como una merma en la calidad del tra-
bajo desarrollado. Hablar de lo que no pudo ser en una investigación refleja honestidad y realis-
mo por parte del investigador. En la figura 25.4 presentamos un ejemplo sobre cómo incluir es-
tos comentarios dentro del informe. ·
Una vez definido el tema y el problema de investigación, trabajamos con un gmpo de 4 perso-
nas, cuyo criterio inicial de selección fue el que chatearan con frecuencia, sin embargo el hablar
de frecuencia implicaba determinar una cantidad especifica que podía no corresponder con las
expectitivas y el tiempo de permanencia en el chat de los navegantes al momento de establecer
relaciones interpersonales, es deci1, que lo frecu encia. finalmente, no fue un indicador relevante
para dar cuenta de la importancia o del sentido que tuviera el chatear para una persona, por lo
tanto, quedó descartado.
704 Metodologla de la lnvestígación en organiucione,, mercado y sociedad
En cuanto al estilo de redacción, los errores posibles son los habituales en cualquier tipo de com-
posición escrita. El uso de muletillas, el empleo de términos o construcciones extrafias a la pro-
pia lengua, el mal uso de la sintaxis, la ambigüedad en la expresión, la utilización de palabras di-
sonantes, la repetición de palabras o la proximidad entre vocablos con sonido similar (cacofo.
nla), crean efectos negativos durante la lectura. La mayoría de estos errores pueden ser evitados
por el investigador si somete su informe a va.rías revisiones. Lo normal es que el informe de in-
vestigación evolucione a través de sucesivos borradores en los que se añaden, suprimen o subdi-
viden apartados, se van completando aspectos que no han sido suficientemente tratados o que
podrían ser mal interpretados por los lectores, se eliminan ambigüedades o incluso se corrigen
errores de expresión u ortografia. El uso de herramientas informáticas como los procesadores de
texto, facilitan la tarea de modificar y reeditar nuevas versiones de un informe. Gracias a las fun-
ciones que permiten almacenar textos, sustituir fragmentos, cambiarlos de ubicación dentro de
la narración e imprimir parcial o totalmente el documento, la mejora y corrección de informes
es una tarea que no requiere esfuerzo considerable.
Una práctica seguida por algunos investigadores consiste en dejar transcurrir un período de
tiempo de algunos días antes de llevar a cabo la última revisión. De este modo se consigue un
distanciamiento que permite analizar con mayor perspectiva el trabajo realizado.
La revisión del contenido por parte de los participantes constituye además, una estrategia pa-
ra la validación de los resultados. El investigador recoge en el informe su interpretación acerca
de las prácticas de los participantes. Estos pueden brindar valiosas apreciaciones acerca de la
adecuación de tales interpretacione.~.
También, con la finalidad de evitar errores comunes, se encuentra muy extendida la práctica
de someter los informes a revisión por parte de algún compañero u otros investigadores que for-
mulen sugerencias y aporten sus opiniones sobre el contenido de los mismos y sobre el estilo
empleado. En la medida en que la investigación sea desarrollada por grupos de investigadores y
no por investigadores aislados, este tipo de tareas de revisión resultan obligadas. Los puntos de
vista de los distintos investigadores acerca de aspectos de contenido y forma deben ser aunados
a la hora de presentar el informe final del estudio.
Introducción
l. Técnicas de redacción
11. Técnicas de fichado
111. Técnicas de citación
IV. Técnicas de elaboración de la Bibliografia o Listado de referendas
Es necesario aclarar que no hay una norma única para redactar documentos de investigación.
O en rigor si la hay, y es que siempre debe adoptarse una norma y seguirla consistentemente a lo
largo de todo el documento, sea éste un libro, una tesis, una investigación empírica, un artículo
científico, etc. Mas allá de esta condición, no habría por qué, después de todo, encontrarse un
acuerdo generalizado acerca del estilo de escritura y referencia de fuentes, pues tal fenómeno
implicaría someter a un único e inflexible lenguaje de comunicación trabajos de distintos alcan-
ces y donde intervienen emisores, receptores, contextos, mensajes, canales y códigos muy h_etero-
géneos.
Por otro lado, es cierto que quien debe enfrentar la redacción de un documento de investiga-
ción puede sentirse confundido ante la diversidad de estilos que existen; por eso lo importante
no es tanto explicar en qué consiste un determinado estilo sino comprender los principios en que
descansa el trabajo de redacción de documentos de investigación y de elaboración de la biblio-
grafía. Éstos son: la claridad, y coherencia interna en la redacción del reporte y principios de ac-
ceso y de colocación de los diversos elementos ordenados de distintas maneras o separados ·por
d iferentes puntuaciones que pueden componer una referencia bibliográfica. Luego, la forma de
la referencia bibliográfica, la organización de los datos descript ivos, la fisonomía o presentación
final, constituyen en conjunto los problemas relativos al tipo·de normas que se adopte.
A veces la elección del estilo depende de la voluntad del autor, y muchas otras es una imposi-
ción institucional: universidades, entidades científicas y técnicas, editoriales, empresas, organiza-
dores de congresos establecen su propio estilo o remiten a alguno de los distintos estilos interna-
cionalmente utilizados tales como el MLA Style, APA Style, Universidad de Chicago, Harvard, y
muchos más. Existe una gran diversidad de estilos estandarizados a los que se recurre en todo el
mundo para elaborar las referencias bibliográficas· o bibliografía de una investigación. En la lista
de la figura 1 se ven algunas de esas modalidades:
En este libro, dada su extensión y enfoque pedagógico hemos utilizado la modalldad autor-
t~tu/o con cita en nota al p~e que caracteriza el estilo tradicional de las ciencias sociales y huma-
nidades representado principalmente por los manuales de la Universidad de Chicago y la Modern
Language Association of America, 1 porque como dice Ario Garza Mercado:
(...) me parece que generalmente es más claro para los lectores. Incluso la redundanci~
en que incurre, en comparación con la referencia integrada al texto, me parece útil para
facilitar la identificación de un mayor número de fuentes dada la frecuencia de los erro-
res de tipeo, captura-e imprenta.2
En cambio, en los reportes de Investigación existe una tendencia muy generalizada a utilizar
el estilo APA 3 y otros estilos que proponen la modalidad autor-fecha con citas integradas al tex-
to debido a la ·simplificación que implica, justamente, la posibilidad de integrar las referencias
sintéticamente al texto, dejando la elaboración completa de la referencia para el listado a l final
del reporte.
Teniendo en cuenta que el presente apéndice se propone como un recurso de apoyo para la
realización de investigaciones empíricas, en él nos remitiremos unicamente al estilo APA, a par-
t ir del cual el investigador que se inicia podrá elaborar sus informes de manera estandarizada.
No obstante, cualquiera sea el estilo que en definitiva se deba enfrentar, lo significativo es com-
prender la lógica general implicada en la exposición formal de los documentos de investigación,
conociendo los principios básicos de las técnicas de redacción, fichado, citación y elaboración de
la Biblíograffa.
l. Técnicas de redacción 4
Para redactar el texto del informe es necesario partir siempre de un guión, esquema o estruc·
tura previamente diseñada . Debe existir continuidad en palabras, conceptos y desarrollo temáti·
co desdé el principio al final del estudio. A su vez, la continuidad se favorece mediante el uso
adecuado de los signos de puntuación y las transiciones.
1 Para consultar el estilo MlA puede verse Gibaldi, Joseph. MLA Handbook for Writers of Research Papers. New
York: MLA, 1995 o A Guide far Writing Research Papers Based on Modern Language Association (MLA) Docu-
mentation [en línea) http:/,webster.commnet.edu/mla/index.shtml [Fecha de acceso 2 de setiembre 2003).
2 Garza Mercado, A. Cómo citar sitios. [en línea) http://biblio.colmex.mx/bib_dig/ComoCitarSitios/como_cito_si-
tios.htm. [Fecha de acceso 22 de abril 1999).
3 Electronlc sources:· APA sty1e of citation. [en línea) http://www.uvm.edu/ncrane/styles/apa.html. {Fecha de acce-
so 2 mayo 2000).
4 Arias, B. Manual APA 1994. Adaptación. [En linea) http:/A.vww3.uva.es/psicologia/arias1 .htm [Fecha de acceso
4 de abril 2003) y Chavez, M. et al. Manual de Estilos de Publicaciones de la American Psychology Association.
México: Manual Moderno, 2002.
708 Metodología de la Investigación en organizaciones, mercado y so ciedad
Signos de puntuación
Usar todo el rango de signos de puntuación sin utilizar en exceso un signo determinado LJ [.] (;), etc.
Transiciones
Se denomina transíciones a las palabras de transición, nexos y modificadores:
Adecuación de la expresión
Un reporte de investigación no es una novela ni un cuento. Más al lá de los estilos personales,
estamos ante una cuestión de género que es necesario respetar. Hay que evitar estrategias utili-
zadas en la escritura ficcional (ambigüedad, omisión de lo esperado, cambios bruscos en el dis-
curso... ). Los aditamentos y adornos que atraen la atención del lector hacia las palabras, sonidos
u otros •embellecedores• en lugar de hacerlo hacia las ideas son de todo punto inapropiados en
la escritura científica. Deben evitarse, en consecuencia, las aliteraciones, rimas, expresiones poé -
ticas, clichés, y similares. Siempre que sea posible, evitar el uso de metáforas: si bien en ocasio-
nes pueden servir para ilustrar o clarificar una idea, son en general distractores.
Calidad de la redacción
Evitar posibles contradicciones, irrelevancias, omisiones y cambios abruptos. Una buena estra-
tegia es someter el original a la critica de otros; dejarlo unos dias y releerlo más tarde.
Tiempos verbales
Ser consistente en el uso de tiempos verbales: el pasado es apropiado para revisiones de lite-
ratura y para la discusión del procedimiento si la discusión se refiere a eventos pasados. El pre-
sente es apropiado para discutir resu ltados y presentar conclusiones.
Como norma, es preferible usar la voz activa a la pasiva.
Peor:
El experimento fue diseñ ado por Gould (1988)
Mejor:
Gould (1988) diseñó el experimento
Utilizar el pasado 'para expresar acciones y condiciones que ocurrieron en un momento con·
creto del pasado, así como e~ la sección de Resultados.
Peor:
Ramíre:t (1988) presenta los mismos resultados ...
Mejor:
Ramírez (1988) presentó los mismos resultados ...
Ap~Rdlce El discurso dtl inform e 709
Peor:
En el experimento 2, la respuesta varía ... [Sección de RESULTADOS)
Mejor:
En el experimento 2, la respuesta varió ...
Usar el pretérito perfe¡:to para expresar una acción pasada o condición que no ocurrió en un
momento concreto y definido, o una acción que comenzó en el pasado y continúa en el presente.
Peor.
Desde ese momento los lnve~igadores usaron este método ...
Mejor:
Desde ese momento los investigadores han usado este método ...
Usar el subjuntivo para describir _condiciones que son improbables o contrarias a los hechos
(no para describir condiciones o contingencias).
Economía en la expresión
En la comunicación científica se dice únicamente lo que es necesario decir. Algunas estrate-
gias son: eliminar redundancias, Jerga, palabrería, frases evasivas, voz pasiva, circunloquios, pe-
rífrasis, expresiones recargadas, adornos, observaciones irrelevantes o tangenciales. No abusar
de la terminología técnica.
Precisión
El lenguaje científico es preciso: cada palabra debe significar exactamente fo que se pretende
y no otra cosa. Por ejemplo, en el lenguaje coloquial, •pensar•, "sentir·, "creer" ... pueden ser
sinónimos, pero no lo son desde luego en un artículo científico sobre funciones cognitivas. Hay
que evitar expresiones coloquiales y de significado difuso como por ejemplo: "Prácticamente to-
dos ... ·, • muy pocos ...·, "una gran parte de los alumnos ...·, ·escrito· (el lugar de "informe").
• Evitar las etiquetas siempre que sea posible, y nunca utilizarlas si son peyorativas.
• Siempre es preferible el uso de la expresión "persona con... • a la etiqueta sustitutiva.
• Utilizar términos y expresiones lo más precisas posibles para identificar a los sujetos, pe-
ro que en ningún modo puedan resultar ofensivas.
Edad
Siempre que sea posible, ser espedficos· (utilizando rangos de edad) en lugar de utilizar adje-
tivos imprecisos ("víeJo·, •mayor•, "joven•, etc.).
texto, pues a veces existe el riesgo de volcar en él la información mas interesante y des-
pojar al texto de toda utilidad."5 .
El aparato crítico se ~scribe simulttmeamente con el texto, y, aunque puede dejarse alguna
nota pendiente, en líneas generales se concluyen ambos niveles a la vez.
Cualquier programa de edición de texto cuenta con la opción de insertar notas, por l.o cual,
desde el punto de vista de la mecánica de la tarea. la elaboración del aparato critico no obsta-
culiza la redacción del trabajo.
Notas explicativas
Se hacen para enfatizar o reiterar una explicación, aportar más pruebas, discutir algo dicho
por otro autor.
Notas aclaratorias
Como su nombre lo indica. estas notas se hacen para ac!arar algo que en el discurso resultaría
una distracción de la linea expositiva. Por ejemplo, hacer referencia al significado de un término
en latín, la ubicación geográfica de una región, el cor.itexto histórico de un autor citado, etc.
Voces latinas
• Op. Cit.: del latín opere cita to •en la obra citada" se usa para una fuente ya citada pero no
inmediatamente y siempre y cuando no se haya citado más de una obra del mismo autor. No pue-
de emplearse para obras o publicaciones periódicas.
5 Torre Villar, Ernesto de la. Navarro de Anda, Ramiro. Metodología de la investigación: bibliográfica, archivlstica
y documental. México: McGraw Hill, 1981, p. 152.
712 Metodologla de la lnvutlgaclOn en organizacionu, mercad o y sociedad
• Ibídem: significa • en el mismo lugar• se abrevia /bid. o Id. Con idéntica significación. Se uti-
liza cuando se hacen citas seguidas de la misma fuente pero en diferente página.
• Loe. Cit. Del latln locus citato · en el lugar citado" se emplea para referirse a una cita inme-
diatamente anterior que se refiere también a la misma página. Puede referirse también publica-
ciones periódica.s.
Todas estas voces se evitan en los documentos que recurren al sistema autor-fecha con cita in-
tegrada al texto.
Si bien el destinatario del informe determina en muchos casos las especificaciones del mate-
rial. proponemos a continuación algunas condiciones generalmente aceptadas pa ra la presenta-
ción de documentos de investigación (estilo APA).
Presentación general
Se presentará impreso sobre papel blanco, todas tas páginas del mismo tamaño (22 x 28 cm) o A4.
La estética del t exto debe ser sobria, por lo que habrá de evitarse el empleo de diferentes ti-
pos de letras. Lo conveniente es emplear un solo tipo (por ejemplo, Times New Roman), de cuer-
po 12 para et texto ·normal· y un cuerpo menor (por ejemplo, 11) para los formatos "nota al
pie". El titulo del trabajo puede ir en MAYÚSCULAS y/o en neg ritas, asf como también tos títulos
de parágrafos o seccio nes, que podrán tener un cuerpo menor qu e el título principal del traba·
jo. En el cuerpo del texto no deben emplearse ni subrayados ni negritas; en caso que sea nece-
sarjo enfatizar una palabra, pueden emplearse las it.ilicas o bastardillas (que deben usarse cuan·
do se emplea un término extranjero).
Se utilizará siempre dobl e espacio (en procesadores de textos: si utilizamos un tamal\o de le·
tra de 12 puntos, et doble espacio equivale al tamal'lo de la letra más 2 multiplicado por 2, esto
es, 28 puntos).
Deberá evitarse asimismo la inclusión de cualquier "decoración" o "adorno•, como dibujos,
fotografías, carátulas, etc. Sólo se incluirán ilustraciones si son necesarias para la comprensión o
expltcación del tema desarrollado en el tra bajo.
...
Pági na 1: Título, con nombre del autor, filiación institucional y cabecera ("running head").
Página 2: Abstract.
Página 3 y ss.: Texto
• Referencias (comienza en una nueva p.lgina)
• Apéndices (comienza en una nueva página)
• Nota de Autor (comienza en una nueva página)
• Pies de página (comienza en una nueva página)
• Tablas (comienza en una nueva página)
• Títulos de las figura.s (comienza en una nueva página)
· Figuras (comienza en una nueva página)
Cuando _un estudiante adquiere la rutina del fichado, muy pronto comienza a visualizar los rédi-
tos de la organización: no será necesario comenzar cada vez que del¡a iniciar una investigación
como si fuera la primera, sino que una rápida lectura de las fichas actualizará conocimientos ya
procesados que podrán reorganizarse en nuevas relaciones, que fomentarán nuevas imágenes y
suscitarán nuevas búsquedas.
Para ser realistas, no obstante, explicar con detenimiento los procedimientos de las técnicas
de fichado exigiría la lectura de un volumen completo y además, una intensa práctica. Nosotros
nos contentaremos con presentar los modelos de fichas mas utilizados en la investigación social,
acompañado de algunos comentarios, ampliando el repertorio de las fichas que ya vimos en el
capitulo 4 (Marco teórico). ·
Existen diferentes tamaños de fichas para elegir de acuerdo con las propias necesidades, es-
tas fichas son hojas de cartulina de los siguientes tamaños:
Idealmente:
Aunque como es evidente hoy cada vez más se utiliza la computadora para hacer trabajos de
edición, los investigadores experimentados prefieren las fichas de cartulina. Son más livianas y
proporcionan mas autonomía que una computadora portátil, no requieren enchufes ni recarga,
se pueden llevar a lugares "difíciles" sin riesgo y pasan desapercibidas. Estas ventajas, que son
importantes para el investigador social, siempre movi lizado en bibliotecas y en campos tan difí-
ciles como manifestacione.s públ icas, conflictos, hospitales, barrios marginales o empresas, pue-
den no serlo para quien siempre trabaja en su escritorio. Si es ese el caso entonces, sobre papel
o hipermedia, lo importante es ser sistemático en la elaboración de las fichas.
O bien la siguiente modalidad que, como veremos, se aviene al estilo utilizado actualmente
para los reportes de investigación:
También llamada ficha erudita. Como su nombre lo indica, se toma literalmente la fuente, y
siempre se escribe entre comillas. Es una ficha muy importante porque recoge la idea o tesis cen·
tral de cada autor, lo mas •jugoso· y representativo, aquello que el autor en cuestión dice de
una manera única, como nadie es capaz de decir. No se trata de extraer grandes fragmentos -pa-
ra ello es mejor hacer una síntesis o una fotocopia-, el objetivo es encontrar esas "perla·s · que
proporcionan una postura paradigmática, una palabra justa, una definición precisa, una hipóte-
sis a la que se quiere adherir o rebatir.
Por ejemplo:
Nada se opone más a las evidencias del sentido común que la diferencia entre "objeto
real" y objeto cientlfico, como sistema de relaciones expresamente construido. (Bourdieu
1998p.52)
Toda cita textual debe ser breve, tener unidad y representar una sola idesi. Si una parte d e l
texto es eliminada, en su lugar se escriben tres puntos para Indicar que algo ha sido suprimi-
do(...)
716 Metodología de la 1,wescig.ación en o,ganiuciones. mercado y soci edad
Es la que se utiliza para sintetizar el texto consultado. Se escribe el nombre del autor y se con-
signa el número de página del extracto. Una alternativa útil es ir mezclando la síntesis con co-
mentarios propios (éstos se escriben entre corchetes}. Las ideas de otro, aunque estén dichas con
palabras propias deben tener atribución de fuente. En la ficha debe figurar el autor y de qué pá-
ginas se hizo el resumen.
Se refieren al acoplo de notas metodológicas como por ejemplo qué unidades de análisis o
muestras se utilizaron en determinada investigación, qué indicadores se propusieron y qué resul-
tado dio esa elección, cómo se analizaron los datos, qué instrumento se utilizó, ideas sobre di-
mensiones o Indices, etc.
1. Autor/es
2 . Titulo del artículo
3. Tema central
4. Palabras clave
5. Problemática central (relacionada con un punto del programa}
6. Hipótesis centrales (relacionadas con puntos del programa)
7. Marco referencial del autor (relacionado con un punto del programa)
En muchas ocasiones las tesis o trabajos finales de grado no pueden ser fotocopiadas, y, como
en general tampoco han sido publicadas, la ficha constituye el elemento privilegiado para aco-
piar y ordenar la información.
1. Autor
2. Título
3. Tesis (g rado al que se aspira}
4. Lugar (institución donde se presenta)
5.Fecha
6. Número de páginas
1. País
2.Dependencia
3. Año
4. Título {época que comprende el trabajo, ensayo, memoria, etc.)
5. Editorial {o los talferes donde se imprimió)
6. Número de páginas
1. Tema
2. Autor
3. Fuente (lugar, video, publicación}
4. Descripción material (medidas, material, peso, color, etc)
5. Contenido detallado de la imagen
Cuando el investigador elabora sus fichas de trabajo está generando la materia prima con la
que habrá de producir el andamiaje demostrativo de su investigación. La ficha de trabajo puede
Integrar material de todas los demás tipos que se presentaron hasta aqui e incluir cometarios que
expliciten las relaciones que las fichas guardan entre si, así como la opinión del investigador ha-
cia la fuente.
a . Regesto: es el asunto, tema o tltulo del contenido de la ficha de trabajo. Debe ser bre-
ve y e informativo del contenido, para agilizar su identificación.
b . Contenido: una ficha de trabajo puede contener desde una información muy puntual
como un nombre, una fecha, un dato; o incluir información ;implia como tablas, resúme-
nes de un capitulo o de un libro entero, distintas perspectivas acerca de un concepto, his-
toria de un acontecimiento, etc.
c. Comentarlo: finalmente se agrega la razón o motivo por el que se recabó la informa-
ción, una opinión o idea conexa
En esa ficha irán distintas definiciones del ciclo de vida del producto para diferentes autores
o podrá elegirse una definición con la que se acuerde y adoptarla para transcribir a la ficha. Del
mismo modo podrían preverse tos siguientes regestos:
• Texto de la ley 1988 de importaciones para la industria alimenticia (en este caso, por
ejemplo, se combina con la ficha de textos jurídicos).
• La ley 1988. Repercusiones en los medios. A favor. (en este caso, por ejemplo, se com-
bina con la ficha de diario) ·
• La ley 1988. Repercusiones en los medios. En contra. ((dem anterjor)
• Ley 1988 e innovación tecnológica
Lo importante e.s comprender que la ficha de trabajo no es un simple resumen de todo lo que
se encuentra «relacionado· de algún modo con el objeto de estudio, sino que expresa los obje-
tivos y las hipótesis de trabajo que va tejiendo el investigador a medida que avanza en la bús-
queda documental.
La información o teoria que se elige para incluir en la ficha puede registrarse textualmente o
resumirse, indicando siempre los datos del libro, revista, documento web, etc. de donde se obtu·
vo (si se cuenta con la ficha bibliográfica de ese autor solo hace falta registrar el apellido y año
de la publicación, por si hay mas de un libro del mismo autor), y el número de página.
Por ejemplo:
(Kotler, 1992, p. 242)
O bien:
(Kotlcr, 1992: 242)
720 Met odologla de l a Investig ación en organizaciones, mercado y sociedad
Esta modalidad proporciona la información necesaria para cualquier estilo de citación y de ela-
boración de la bibliografía que se adopte. Veamos a continuación algunas técnicas de citación.
Una cita es la presentación del material extra ído del trabajo de otros autores que se ha toma-
do para apoyar y sustentar el trabajo propio. La manera especifica en que se redactan y refieren
las citas depende del estilo que se haya adoptado y del objetivo del investigador. En las páginas
de éste libro pueden verse las citas refe ridas en un estilo que impone las notas al pie - MLA Sty-
le-; además, en los ejemplos de investigaciones que se incluyen en los distintos capítulos, las ci-
tas ilustrativas están elaboradas como propone el APA Style, con la modalidad autor-fecha inte-
grado al texto. En cuanto al objetivo, éste definirá si la cita será textual o contextual, si se cen-
trará en el autor o en el contenido, si será larga o corta, etc.
El sistema más difundido de referencia integrada al texto es el de autor y fecha. En ésta mo-
dalidad no se incluyen Iniciales de los nombres, excepto que haya dos o más autores del mismo
apellido citados en el trabajo.
Por ejemplo,
Martínez ( 1974)
Excepción: Si dos referendas con el mismo año contienen grupos de autores parecidos, citar-
las de modo que no dén lugar a confusiones. Por ejemplo, si las citas son: Bradley, Ramirez y soo
(1994) y Bradley, Soo, Ramírez y Brown (1994):
Si el trabajo es de seis o más autores, citar sólo al primero seguido de "et al.• en todas las oca-
siones. En la lista de referencias se citarán a todos ellos.
En las citas de varios autores en el texto se emplea la conjunción y. Cuando van entre parén·
tesis, puede utilizarse el signo &:
NIMH (1991)
Tratar las referencias legales del mismo modo que los trabajos sin autor; esto es, en el texto,
citar materiales tales como sentencias, estatutos o legislación por las primeras palabras de la Lis-
ta de Referencias y el año.
Cuando el autor de un trabajo es anónimo, citar en el texto la palabra Anónimo seguido de
coma y el a/lo:
(Anónimo, 1992)
Identificar los trabajos del mismo autor (o autores en el mismo orden) con la misma ·fecha de
publicación por los sufijos a, b, c, etc. después del año; repetir el año. Los sufijos se asignan en la
Lista de Referencias, donde se ordenarán alfabéticamente por el título (del articulo, capítulo o
trabajo completo) que sigue Inmediatamente a la fecha. ·
Listar dos o más trabajos de autores diferentes que son citados dentro del mísltlo paréntesis
en orden alfabético; Separar cada cita con punto y coma.
Algunos estudios (Balda, 1980; Kamil, 1976; Pepperberg y Funk, 1991) ...
Aplndlc, El discurso del Informe 723
Excepción: Se puede separar una cita principal de otras secundarias con la expresión •ve; tam-
bién", de esta forma:
Algunos estudios (Ovennier, 1993; ver también Abeles, 1992; Storandt, 1990) ...
Según los objetivos que persiga el Investigador, hay distintas maneras de citar, entre ellas:
1. cita textual
2. cita contextual
3 . cita de cita
4. Otras citas de referencia
"Deseaba morirse para alejarse de sí mismo, para no ser él, para encontrar la tranquili-
d ad en el corazón vacío, para p ermanecer abierto al milagro a través del pensamiento p u-
ro" (Hesse, 1990, p.12).
"En todos los niveles, la familia es la instituáón más importante por medio de la cual el
sistema de clases se reproduce" (Worsley et al., 1979, p. 147).
724 Metodología de la Investigación en organizaciones. mercado y sociedad
Rivas (1985) dijo: "Cuando el hombre razona sobre el principio de libertad y ve que su
persona está sujeta a normas de conducta no tolerables es cuando empieza a rebelarse"
(p. 175).
Una vez redactado el esquema, es una buena idea volver sobre el m ismo, para ver si se ha
omitido algo importante y si las ideas que han sido agrupadas verdaderamente pertene-
cen a ese grupo. Será una idea útil tener a alguna persona que lo lea y lo comente. Enton-
ces, si parecen necesarios cambios en la estructura básica del informe, pueden ser intro-
ducidos antes de que comience la redacción definitiva. (Selltiz et al., 1965, p. 503).
"El objetivo principal de la investigación causal es obtener evidencias respecto a las rela-
ciones de causa y efecto''. (Malhotra, 1996/1997, p. 97).
Contextual especifica
Eco (1982) explicó qué es una tesis y para qué sirve (18-22).
Sobre los problemas básicos a los que debe enfrentarse toda economía Samuelson (1984) ex-
pone tres: qué se va a producir de la gran variedad de bienes y servicios posibles, cómo va a com-
binar la sociedad sus factores productivos para producir cada bien, y para quién se van a produ-
cir los bienes (16-57).
Apt nd ice El discurs o dtl Informe 725
Kolman (1981) _Y Ferry (1990) explicaron la importancia de introducir las ideas abstrac-
tas del álgebra lineal en forma gradual.
Contextual general
Con el libro de Samuelson (1984), titulado ECONOMÍA, muchos lectores han aprendi-
do los elementos básicos de la moderna ciencia de la economla poütica.
• Con énfasis en el autor: apellido del autor, el año entre paréntesis, el texto citado y la
página entre paréntesis.
• Con énfasis en el contenido del texto: el texto citado y, entre paréntesis, el apellido del
autor, el año y la página.
• Con énfasis en la fecha de publicación: es una narración que comienza con el año, lue-
go el apellido del autor, el texto citado y la página entre paréntesis.
y su clasificación en cierto número de categorías. No está por demás expresar que estos
procedimientos no son adecuados, n.i aun desde el punto de vista cuantitativo, para el es-
tudio de las clases sociales, como es frecuente en los llamados estudios de estratificación
social. (p. 159)
En 1975, Korionov, citado por Rivas ( 1985), sobre la crisis de un sistema dijo:
Para abril de 1971, según cálculos estimados, había en los Estados Unidos 65.000 cientí-
ficos e ingenieros desocupados. Decenas e incluso c;entenas de ingenieros formaban filas
ofreciendo sus servicios en cuanto se enteraban de que en alguna parte habla trabajo.
Otros miles abandonan la búsqueda y se dedican a vender zapatos, parcelas en el cemen-
terio o conducen taxis. Uno de cada cuatro quimicos del pais está desocupado o hace de
barman en una cervecería. (p. 78) ·
Cita interrumpi~a
"... no existe una sola forma correcta de presentar un trabajo .... Resulta dificil, al respec-
to, tratar de formular procedimientos o técnicas que resuelvan esta tarea, pues no se tra-
ta de una actividad mecánica sino esencialmente creadora" (Sabino, 1986, 179-180).
Cita dentro de una cita o cualquier texto entrecomillado (se encierra entre comillas simples}
Explicacíón de otra persona difere~te del autor (se encierra entre corchetes)
demasiadas relaciones, variables, para hacer posible una representación matemática "ade-
cuada" [o puede suceder que se dificulte la identificación de las variables y las restriccio -
nes dominantes que sean indispensables para la toma de decisión]. En otro sentido, aun
cuando se pueda formular un modelo matemático, éste puede ser demasiado complejo
para resolverse a través de métodos de solución disponibles. (p. 9)
Altavista.com es un sitio que facilita el acceso al tema o información que usted necesite
en intemet (http:www.altavista.com).
IV. 1 Sistema American Psichological Association (APA) para elaborar referencias bibliográficas
Kim, L. s. (1991 )
Kim, L. S. {1994)
• Las entradas de un autor que preceden a entradas de varios autores comenzando por
el mismo apellido:
Kaufman , J. R. {1991).
Kaufman, J. R. y Cochrnn, D. F. {1987).
• Las entradas del m ismo primer autor y diferentes segundos o te rceros autores se orde-
nan por el apellido del segundo autor y así sucesivamente:
· Las entradas con los mismos autores en el mismo orden se ordenan por año de pu-
blicación:
Excepción: Si las referencias con los mismos autores publicadas el mismo ai\o son artícu-
los de una serle (Parte 1 y Parte 2). ordenar las referencias siguiendo el orden de la serle,
no alfabéticamente por el títul o.
• las letras minúsrulas se colocan inmediatamente después del año, sin espacio:
IV.1.2 .1 Libros
Un autor
Dos autores
¡!'
1'
730 Metodología de la 1nvestl9aci6n en organizaciones, mercad o y sociedad
SelJtiz, C., Jaboda, M., Deutsch, M. y Cook, S. W. (1976). Métodos de inv1!$tigacióo en las
relacion<:$ sociales (8a. ed.). Madrid: Rialp.
Sin autor
Thc bluebook: a uniform system ofcitation ( 15a. ed.) ( 1991). Cambridge: Harvard Law Re-
view Association.
Capítulo en un libro
Traducción
Autor corporativo
Schwartzman, S. (Comp.) (1977). Técnicas avanzadas e11 ciencias sociales. Buenos Aires:
Nueva Visión,
Marsh, S. (1994). Optimism and pesimism in trust. En Iberamia 94. IV Congreso de Inte-
ligencia Artificial (Comp.)(pp. 286-297). Caracas: McGraw-Hill.
Kim, J. O. y Mueller, Ch. (1978 a). /ntroductio11 to factor analysis. Sage University Paper.
Serie: Quantitative Applications in the Social Scicnces, no. 13. Beverly HiUs y Londres: Sa-
ge Publications.
Kim, J. O. y Mueller, Ch. (1978 b). Factor analysis: statistica/ metlrods and practica/ issues.
Sage Univcmty Paper. Serie: Quantitative Applications in the Social Scicnccs, no. 14. Bc-
verly Hills y Londres: Sage Publications.
Colección
Roth, l. (1972). Guía para la redacci6n de trabajos científicos. Caracas: Universidad Cen-
tral de Venezuela. (Colección Avance 42. Ediciones de la Biblioteca).
Guerra, R. (1985). Matemtlticas modernas. Barcelona: Latina. (Colección Omega No. 3).
Diccionario
Autor (aí'lo de publicación). Título del artlrulo. Título de la revista, volumen (número de la
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732 Metodologla de la lnvest19ación en organizaciones, mercado y sociedad
Autor (fecha mostrada en la publicación}. Titulo del artículo. Nombre del periódico, pp.
números de páginas.
Peralta, E. (2004, 20 de marzo). Más de 2000 "buscas" trabajan en trenes, subtes y colec-
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El lunes d ifundirán la recaudación: serla récord con 72.000 millones (2004, 3 de enero).
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Bekerian, D. A. (1992, Mayo). In search of the typical eyewitness (Carta al Editorl. APA
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Aptnd,ct El discur10 d•I Informe 733
Producción televisiva
Serie televisiva
Restak, K. D. (1989). Dcpression and mood (D. Sage, Director). En D. A. Bekerian (Pro-
ductor), The mind. New York: WNET.
, Urbano, C. y EstMII, A. Cómo ótar recursos electrónic~ [en línea). Disponibilidad: http:/.www.ub.es/div5lbiblio-
/ótae-e.htm (Fecha de acceso 2 jur.o de 1998).
7 La propuesta ISO puede consultarse en lnternational Standard Organiz.ation (1997). EJ(cerpts de ISO drah lnter-
national standard 690-2 [en línea]. http:/!wNw.nlc-bnc.ca/isol\c465<9/690·2e.htm [Fecha de acceso 13 de octu-
bre 1997).
••• J
Entre los manuales y hojas de estilo sobre referencias bibliográficas de recursos Internet,
Impresos o publicados como páginas web, se destacan los siguientes {estilo APA y estilo
MLA):
land, T. Web extension to American P!ychological Association style (WEAPAS) [en linea].
Rev. 1.4. http://www.beadsland.com/weapas [Fecha de acceso:14 marzo 1997J.
Harnack, Andrew; Kleppinger, Eugene. "Citing the sites [en línea}: MLA·style guidelines
and models for documenting Inte rnet sources•. Ver. 1.3. En: Harnack, A.; Kleppinger, G.
Beyond the MLA handbook: documentlng electronic sources on the Internet 25 Nov.
1996. http://falcon.eku.edu/honors/beyond·mla/#citing_.sites [Fecha de acceso: 16 mayo
1997).
U, Xia; Crane, Nancy B. Electronic sources [en linea]: MLA style citation. 24 Febr. 1997.
http://www.uvm.edu/-ncrane/estyles/mla.htm [Consulta: 24 abr. 1997).
Actualmente existe un~ versfón en borrador de la norma ISO 690-2 que incluye esquemas
y directrices para elaborar referencias a documentos electrónicos. Sin embargo, su publi·
cación definitfva se está retrasando más de lo debido posiblemente por la dificultad de
superar los obstáculos que presentan la selección de los elementos bibliográficos necesa-
rios para identificarlos y la adopción del mismo modelo que rige la identificación de los
documentos no electrónicos.
Teniendo en cuenta esta diversidad, aquí prestaremos atención a ciertas convenciones gene-
rales y luego dejaremos señalada la norma APA con algunos ejemplos, de modo de mantener la
coherencia de la norma que estamos conociendo para poder utilizarla en el reporte de investí·
gación.
IV.2. 1 Conve nciones generales del estilo American Psichological Association (APA) para ci-
tar recursos electrónicos
Algunas convenciones generales necesarias para la fdentificación de los elementos bibliográ-
ficos se refieren a los elementos de la referencia que presentamos a continuación.
la fuente de información
La fuente principal de información para obtener los elementos bibliográficos que se anotan
en la referencia es el documento mismo y. especialmente, la pantalla inicial cu ando se visualiza
el recurso. Si en la pantalla fnlclal de un recurso web no figura ningún título, se anota el título
que figura en el head (cabeza) del documento en formato html.
lengua de la referencia
Todos los elementos textuales de la referencia van en la lengua del documento excepto el ti·
po de soporte, la descripción física, las notas y el texto que en ocasiones acompalla al elemento
"disponibilidad y acceso•.
Mayúsculas y minúsculas
En el uso de mayúsculas y minúsculas se respetará el criterio de la lengua en la cual se anota
la información bibliográfica.
Ap éndice El discurso d el info1m, 735
Elementos bibliográficos
• Responsabilidad principal
La persona o las personas autoras del contenido intelectual o artístico de un recurso se
consideran sus responsables principales. Las entidades t ambién pueden considerarse res-
ponsables principales cuando el contenido del recurso refleja su actividad colectiva o su
pensamiento o cuando los recursos son de naturaleza administrativa. Cuando no hay un
responsable principal o cuando el recurso incluye documentos de diversa procedencia, el
primer elemento de la referencia es el título.
• Título
El titulo da nombre a l recurso electrónico, debe obtenerse de la pantalla inicial. En su de-
fecto, o cuando el título de la pantalla inicial es poco significativo, el título se obtiene del
soporte físico, de la documentación escrita o del envoltorio. En los recursos web, cuando
en la pantalla inicialño hay un título significátivo destacado, se anota el título que figu-
ra en el head del recurso en formato html. en los mensajes electrónicos el titulo lo cons-
tituye el texto de la línea • Subject· del mensaje. Cuando el recurso no tiene título, se ano-
ta, entre corchetes, un título breve y descriptivo de su contenido. En el elemento título se
puede incluir un subtítulo precedido de dos puntos.
• Tlpo de soporte o de medio
Se recomiendan cuatro designaciones generales que son: en línea, cd-rom, cinta magné-
tica y disco; también se permite concretar estas designaciones con el tipo de material en
los términos siguientes: texto en cd-rom, base de datos en linea, publicación seriada en lí-
nea, programa informático en disquete, base de datos en cinta magnética, etc.
• Fecha de publicadón y/o de actualización
Siempre que sea posible se anota la fecha de publicación ta l y como figura en el recurso,
por ejemplo 19 Ene. 1997.
Si se sabe la fecha de publícación y el recurso se actualiza con frecuencia, la fecha se pue-
de dejar abierta. por ejemplo: 1995-, a no ser que se cite una versión concreta del recur-
so. Si la única fecha que consta en el recurso es la de la última revisión/actualización se
anota esta fecha en lugar de la publicación, por ejemplo: 25 Abr. 1996. En e l caso de los
recursos en línea, si no consta la fecha de publicación ni la de actualización, se anota úni-
camente la fecha de consulta a continuación del URL.
· Disponibilidad y acceso de los documentos e n línea
Este elemento tiene la función de Identificar y localizar el recurso citado. la localización
se puede limitar, en la mayoría de los casos, al url del recurso. La recomendada consiste
en anotar la dirección electrónica completa.
El URL se debe anotar respetando las mayúsculas y minúsculas que figuren en la dirección
(puesto que algunas direcciones son sensíbles a las mismas), así como los signos no alfa-
béticos o no numéricos. Si hay que partir alguna dirección se recomienda hacerlo después
de una barra indinada, no se usa el guión para señalar la división.
• Fecha de consulta de los documentos en línea
Debido a la facilidad con que los recursos electrónicos en línea modifican, revisan o ac-
tuali1.an su contenic;lo y la frecuente ausencia de fechas de publicación, revisión o actua-
lización, la única fórmula precisa para hacer referencia a su contenido, que quizás ya no
existe, es mediante la fecha en que se ha efectuado la consulta, la cual se anota en for-
ma abreviada entre corchetes y precedida de la expresión "fecha de consulta•.
736 Mttodolo9fa dt I• lnvutigación tn 019,nlzacionts, mttcodo y soci•d•d
IV.2.2 Estilo American Psichologícal Assoclation (APA) para citar recursos e lectrónicos
Ejemplo:
Prit:zker, T.J. (No hay fecha). An early fragment de central nepal (En línea). Disponi-
ble:http://www.ingi;,css.com/astanart/pritzker/pritzker.html [ 1995,Junio 8]
Partes de obras
Autor/ed itor. (Allo). Título. En fuente (edición), [Tipo de medio). Productor (opcional). Dispo-
nible:****(Fecha de acceso)
Ejemplo :
Bosnia and Hercegovina. (1995). En Acadcmic American Encyclopedia (En linea]. Dis-
ponible: Dow Jones News Recuperación Servicc/ENCYC (1995, Junio 5).
Artlculos de periódico
Autor. (Afio). Título. Título de periódico [Tipo de medio), volumen (número), pé\gina o Indica-
dor de idioma. Disponible: Suministro/Database name (Identificador de base de d atos o nú-
mero, si es Disponible) número de acceso del ítem [Fecha de acceso ].
Ejemplo:
Clark, J. K ( 1993). Complications in academia. Sexual harassment and the law. Siecus Re-
port [ CD-ROM]. 21 (6), 6-1 O. Disponible: 1994 SffiS/SlRS 1993 School/Volumen 4/ Artí-
culo 93A [1995, Junio 13].
Artículos de revistas
Autor. (Allo, mes día). Titulo. Titulo de la revista [Tipo de medio), volumen (si es dado), p¡\gi-
na o indicador of Idioma Disponible • *"' [Fecha de acceso).
Ejemplos:
Goodstein, C. (1991, Septiembre). Hcalcrs de the dcep. American Health [CD-ROM), 60-
64. Disponible: 1994 SIRS/SIRS 1992 Life Science/Articulo OSA [1995, Junio 13).
Viviano, F. ( 1995, Mayo/Junio). Tbe new Mafia order. Mother Jones Revista (En linea]. 72
paragraphs. Disponible: http://www.mojones.com/MOTHER.JONES/MJ95/vivia-
no.html ( 1995, July 17].
Apéndice El discurso del Informe 737
Artículos de diarios
Autor. (Ano, mes dla). Título. Titulo del diario [Tipo de medio]. página o indicador de idioma.
Disponible: *** • [Fecha de acceso].
Ejemplo:
Howell, V., & Carlton, B. (1993,Agosto 29). Growing up tough: New generation fifhts for
its life: lnner-city youths live by rule of vengeance. Birmingham News [CD-ROM], p.
lA( lO p.). Disponible: 1994 sirs/sirs 1993 [1995, July 16].
Listas de Discusión
Autor. (Año, Mes día). Tema del mensaje. Lista de discusión [Tipo de medio). Disponible
E-mail: DISCUSSION LIST@e-mail address [Fecha de acceso).
Ejemplo:
RRECOME (1995, Abril 1). Diez reglas para la crítica de óne. Discusiones sobre todas las
formas del óen [En linea]. Disponible E-mail: CINEMA-L@american.edu [ 1995, Abril 1).
Correo electrónico
Remitente (Dirección de correo electrónico) (Afio, mes, día) Tema del mensaje. Destinatario
(Dirección de correo electrónico).
Ejemplo:
Día, Martha (MDAY@sage.uvm.edu). (1995, Julio 30). Review of film - Bad Lieutenant.
E-mail to Xia Li8.
Para concluir este apéndice vale la pena enfatizar ql!e no es Importante conocer un estilo en
especial. ya que muchos diferentes pueden ser exigidos por distintas audiencias. El saber signifi-
cativo que deberíamos rescatar de la lectura de la guía de citación aqul presentada ·O de cualquier
otra que el investigador consulte- es que la credibilidad, aceptación y circulación de los documen-
tos de investigación depe nde en gran medida del rigor formal con que éstos se presenten.
El verdadero rédito de acercarse a los manuales de estilo para el investigador que se inicia es:
• comprender que existen normativas internacionales que pautan las comunicaciones
científicas, profesionales y empresariales;
• que esas convenciones deben cumplirse si se pretende lograr un espacio para la emisión
de los productos del proceso de investigación; y
• que es imprescindible llevar adelante una rutina consistente a lo largo de todas las f¡i-
ses y tareas de la investigación para poder escribir el reporte final.
Después de todo en el terreno de la ciencia, como en todos los demás, un hecho es aquello sus-
ceptible de ser intersubjetivamente consensuado.
,..
740
BLUMER, H. "What is wrong with social theory?" American Sociological Review. Vol. 19, No 1,
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BOLTVINfl<, J. y HERNÁNDEZ LAOS, E. Pobreza y distribución del ingreso en México. México:
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