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DISTANCIA
09 DE SEPTIEMBRE DE 2020.
Explique cómo funcionan las células del sistema inmunológico.
Las células efectoras son las que median en las respuestas finales de los procedimientos del
sistema inmunológico y están distribuidas a través de los órganos y tejidos del cuerpo.
Muchas de ellas se hallan encerradas dentro de tejidos linfoides como: timo, nódulos,
linfáticos, bazo y áreas del tapizado del tracto gastrointestinal.
A diferencia de los eritrocitos, los leucocitos sólo utilizan la sangre como medio de
transporte para llegar al área dañada, una vez ahí dejan los vasos sanguíneos para entrar al
tejido y hacer su trabajo. Las funciones de los leucocitos son principalmente en el líquido
intersticial.
b) Los monocitos son células producidas por la médula ósea, son mayores que los
granulocitos. Tienen un núcleo en forma oval y al entrar en un área que ha sido invadida, se
transforman en macrófagos. Su función es la de suministrar a los tejidos una fuente de
nuevos macrófagos.
Una vez que entra el microbio y existe un daño o lesión, de manera inmediata se realiza una
vasodilatación en la cual se mandan proteínas al área dañada. Ahí hay un cambio de líquido
capilar e intersticial lo que provoca una inflamación.
Posteriormente la salida de los neutrófilos y los monocitos de los vasos sanguíneos a los
tejidos con sustancias químicas ayudan a la fagocitosis y la destrucción de los microbios
para después reparar el tejido. La secuencia sería la siguiente:
4. Filtración del líquido hacia el interior del tejido, lo cual origina la hinchazón;
5. Salida de los neutrófilos (y más tarde, de los monocitos) de los vasos a los tejidos;
7. reparación tisular.
b) Linfocitos T, es otra respuesta llamada inmunidad mediada por células. Aquellos atacan
directamente a diversos antígenos actuando como células asesinas y constituyen una
importante defensa corporal ante sustancias que pueden ocasionar tumores.
Los órganos donde se forman las células del sistema inmunitario son: el bazo, los ganglios
linfáticos, el timo y la médula ósea. La actividad neural en estos órganos puede afectar
directamente la responsividad y del sistema inmunitario aumentando o deprimiendo
diversas funciones de las células.
Otros productos reguladores del sistema inmunitario como el interferón o las interleucinas,
afectan también la actividad neural. Las últimas actúan junto con los linfocitos T en la
eliminación de agentes extraños. El papel de las interleucinas es eficientar el complemento
antígeno.
¿En qué consisten las etapas del estrés?
La respuesta de estrés pasa por diferentes fases desde su inicio hasta el momento de mayor
intensidad. Cada una de estas etapas se caracteriza por una serie de cambios y reacciones
fisiológicas en el organismo que nos permiten detectar las señales que indican amenaza o
peligro.
A Hans Selye se le considera uno de los padres del estudio del estrés, y en especial de la
influencia del estrés en la adaptación a las consecuencias de las enfermedades. El autor
propuso un modelo de respuesta del organismo ante el estrés que consta de tres fases.
Fase 1. Alarma. Nuestro organismo interpreta que se encuentra ante una situación que le
provoca estrés y comienzan los primeros cambios fisiológicos, emocionales y cognitivos
que nos preparan para actuar y afrontar la situación, bien sea a través de una reacción de
“lucha” o de “huida”. En esta primera etapa las glándulas endocrinas liberan hormonas,
especialmente adrenalina y cortisol. La primera, aumenta los latidos del corazón y el ritmo
respiratorio, incrementa la tensión muscular, se dilatan las pupilas, hacen más lenta la
digestión e incrementa la alerta sobre la atención a diferentes estímulos. La función de la
adrenalina es prepararnos rápidamente para la acción de combatir una situación que
percibimos como amenazante y escapar del peligro. El cortisol eleva el nivel de azúcar en
la sangre y disminuye la respuesta inmunológica para ahorrar energía.
Estrés e inmunidad
Los estudios sobre los efectos del estrés sugieren que éste puede alterar el sistema
inmunitario, dando lugar a la aparición de procesos infecciosos, oncológicos o auto
inmunitarios, procesos que son debidos a una inhibición de la respuesta inmunitaria. La
capacidad de adaptación del organismo frente al estímulo afecta a la respuesta inmunitaria,
condicionando de este modo la respuesta individual frente a la infección, el cáncer, etc.
Conviene recordar que en determinadas etapas de la vida (fetal, perinatal y senescencia), la
interacción estrés-inmunidad adquiere una mayor importancia.
Por otra parte, durante el estrés se liberan neurotransmisores y hormonas que en su mayoría
tienen receptores y actividad sobre las células inmunitarias. Así por ejemplo, los corticoides
inhiben a un gran número de citoquinas proinflamatorias.
En general puede decirse que un hecho estresante afecta al sistema inmunitario de dos
formas:
En relación con la piel y las mucosas, sobre todo en lo que respecta a la mucosa
gastrointestinal, la inmunidad se ve afectada por la reducción en el número de linfocitos B y
en la producción de inmunoglobulina A (IgA), lo que se traduce en un retraso en la
cicatrización de heridas quirúrgicas y traumáticas.
Enfermedades psiquiátricas
Estos tres sistemas no son aislados sino que forman un sistema neuro-inmuno-endocrino
cuya función es mantener la homeostasis o equilibrio de nuestro cuerpo regulando la
capacidad adaptativa, defensiva y de supervivencia de la persona en relación consigo
mismo y con el ambiente. De hecho, los sistemas neuroendocrino e inmune juegan un
importante papel en nuestra adaptación al medio. Así cualquier factor estresante amenaza al
estado de homeostasis, es contrarrestado por una respuesta adaptativa (Chrousos y Elenkov,
2001).
Referencias: