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Resumen
La comunidad oyente
Sin embargo las personas sordas son discapacitadas más a causa de las
transacciones con el mundo oyente, que a causa de la patología de su
trastorno auditivo. Desgraciadamente, la imagen social de la sordera sigue
marcada en nuestros días en demasiados países no sólo por un estigma
patológico profundamente enraizado, 10,11 sino también por estereotipos
negativos12 y actitudes llenas de prejuicios 13,14 hacia los sordos - atribuibles
fundamentalmente a un profundo desconocimiento por parte de la sociedad, de
los mecanismos de comunicación y de cómo funcionan estos conjuntamente
con la cultura -, que han influido desfavorablemente en las políticas médicas,
legales y educativas con respecto a los sordos.
Hasta tal punto ha influido la visión mundial de la sordera sobre tantos aspectos
que conciernen a las personas sordas, que resulta esencial realizar una
revisión del tema en estos momentos.
La comunidad sorda
Pese a que ser sordo tiene muchas implicaciones, poco se sabe acerca de
ellas; probablemente la sordera congénita ha sido la más estudiada - y durante
más tiempo estudiada -, a causa de las serias consecuencias que la privación
temprana de audición tiene sobre el desarrollo intelectual, conductual,
cognitivo, psicológico y social del niño. Dentro de este grupo, hay que
establecer una distinción entre: a) niños sordos, nacidos de padres sordos, que
adquieren la lengua de signos como primera lengua; b) niños sordos nacidos
de padres oyentes que ignoran la existencia de la lengua de signos o la
rechazan;15 y c) niños sordos pertenecientes a familias donde hay otro miembro
sordo.
Por otra parte, la sordera adquirida en la edad adulta crea problemas que
difieren de los que tienen aquellos que han nacido sordos o han perdido su
audición en la primera infancia o en una etapa más tardía; de nuevo aquí
debemos distinguir entre sordera profesional y presbiacusia.
Por último, aun cuando cada vez más el número de personas con pérdida
auditiva en la edad adulta es mayor que el de aquellas con pérdida auditiva
temprana, las personas del segundo grupo tienden a estar mejor organizadas y
a ser más activas. El uso sistemático de una clasificación similar a la descrita
unas líneas más arriba, contribuiría en gran medida no sólo a obtener cifras
exactas sobre tal diferencia, sino también a llevar a cabo y evaluar cualquier
tipo de actuación.
IDEAS CLAVE
Tanto para proteger los derechos de las personas sordas como para tomar
medidas legales cuando se infringen las leyes. 29
11. Van den Brink RH, Wit HP, Kempen GI, van Heuvelen MJ. Attitude and
help-seeking for hearing impaired. Br J Audiol 1996 Oct;30(5):313-24.
17. Zwolan TA, Kileny PR, Telian SA. Self-report of cochlear implant use and
satisfaction by prelingually deafened adults. Ear Hear 1996 Jun;17(3):198-210.
30. Carotta CC, Moeller MP. New directions in early intervention P.L. 99-
457. Ear Nose Throat J 1992 Nov;71(11):561,564-7.
42. Zazove P, Doukas DJ. The silent health care crisis: ethical reflections of
health care for deaf and hard-of-hearing persons. Fam Med 1994
Jun;26(6):387-90.