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Descripción del Pacífico Ecuatoriano

Sofía Arbeláez Hoyos


Geografía Histórica
Facultad de Historia
Pontificia Universidad Javeriana
Profesor Arístides Ramos

INTRODUCCIÓN
En términos general, el Ecuador se ubica al noroeste de Sudamérica, limitando al oeste con
el Pacífico, al Norte con Colombia, y al sur y este con Perú. Su territorio total comprende
alrededor de 252, 000 km2, que se despliegan entre las latitudes 1º30´y 5º y las longitudes
75º20’ W y 92ºW, lo que significa que esta atravesado por la línea ecuatorial, que da origen
a su nombre. El ecuador se divide en 4 zonas geográficas principales, como lo ilustra el
texto de Deler: la Amazonía, la sierra o cordillera andina, las islas galápagos y por último,
la costa pacífica que nos ocupa ahora. Esta región comprende la zona entre la cordillera de
los Andes (hasta unos 1000 m de elevación) y el océano pacífico, a lo largo de una costa de
2860 kilómetros de largo, y aproximadamente 150 kilómetros de ancho.

TOPOGRAFÍA
Esta zona se constituye por llanuras bajas, cuencas sedimentarias, zonas de piedemonte y
cordilleras costaneras de baja altura, que no sobrepasan los 700 metros de altitud, entre
ellas: la Mache Chindul, Jama, Chongón Colonche, Blazar, Convento Y Cojimíes.
HIGROGRAFÍA
Debido a la región que objeto de análisis, la región pacífica, solo se hablará de la cuenca
hidrográfica pacífica y no de la Amazónica, la otra cuenca hidrográfica principal de este
país. En la mencionada, los ríos corren desde los Andes hasta desembocar en le Océano
Pacífico. La red fluvial más extensa e importante de este territorio se conoce como la
Cuenca del Río de Guayas que fluye hasta el Golfo de Guayaquil, es el principal drenaje al
océano. Este relevante rio (Guayas), corre 60 kilómetros desde su nacimiento en Guayaquil
por la confluencia de Daule y el Babahoyo. En segundo lugar, está la red de la Costa de
Esmeraldas que fluye hacia el oeste para desembocar en el océano. A pesar de que es
mucho más extenso que el Rio de Guayas, al recorrer 320 kilómetros, el último cobró más
importancia por su navegabilidad. Adicionalmente a las ya mencionadas, la cuenca del
pacífico comprende las cuencas de los ríos Mira, Cayapas, Jubones, Puyango y Catamayo
Chira.

CLIMA
A parte de la porción de cordillera que recoge, las diferencias en altitudes no son extremas,
por lo cual, hay cierta uniformidad en climas y paisajes. No obstante, si hay una clara
variación entre el bosque tropical (transición del pacífico colombiano), las tierras
monsónicas del Norte y las más desérticas llanuras del Sur. Por ende, hay un clima tropical
árido al suroeste, intermedio en el centro-sur y muy húmedo al norte, donde linda con el
Chocó. Además, se caracteriza por ser un clima estacional, donde se sucede una temporada
seca y una temporada de lluvia, un típico clima ecuatorial. La estación húmeda de altas
temperaturas y lluvia cuantiosa, se da entre diciembre y abril-mayo, como consecuencia de
la corriente cálida de El Niño y la Zona de convergencia Intertropical. La temporada seca,
que al contrario registra bajas temperaturas y lluvia escasa, se da de junio a noviembre e
incluso hasta diciembre. Esto lleva a una temperatura promedio entre los 24 y 25 grados
centígrados, descendiendo a 22 en la cordillera. El índice de precipitación por año oscila
entre los 60 mm (península de Santa Elena) y llega hasta los 2000 mm, debido a la corriente
de Humboldt. Esta diferencia en las precipitaciones da lugar a la característica que se
resaltó anteriormente: la creación de hábitats muy variados, desde desiertos hasta bosques
tropicales. Otro factor determinante en cuanto a las lluvias son los mismos Andes, ya que
estos hacen que el aire proveniente del océano se vuelva húmedo y libere esta humedad
mediante lluvia. En lo que concierne a los vientos, los que dominan zonalmente son los
alisios del este, pero tienen mucha relevancia los vientos locales, que en el caso de la costa
pacífica serian las brisas marinas, que son especialmente fuertes al amanecer y al
anochecer. Además, durante el verano existe un viento del sudoeste procedente de mar, frio
y seco al que se le conoce como “viento de Chanduy”.

Ahora bien, teniendo en cuenta lo anterior se puede analizar el paisaje cultural de la costa
pacífica ecuatoriana. Es decir, la transición del paisaje natural al paisaje cultural por la
acción de los grupos humanos en el tiempo. Todo esto teniendo en cuenta las claras
diferencias frente al proceso del pacífico colombiano, en gran parte determinado por la
distinciones geográficas de ambas naciones. En primer lugar, no se debe olvidar el contexto
colonial de la Audiencia de Quito, en el cual el pacífico ecuatoriano no fue casi tocado.
Esto debido a varios puntos: primeramente, no había una población importante que pudiera
brindar fuerza humana para los trabajos que implica la colonización y la producción de
riqueza. Había tan solo una minúscula población indígena y africana. Por más tierra que
hubiera, esta no tenía valor sin mano de obra, por lo cual, durante esta época el poder venia
de la fuerza humana. En segundo lugar, los Habsburgo fomentaron esta política de dejar
intacta la zona pacífica por que constituía una muralla natural frente a invasores
extranjeros. Si llegaban por esa costa la selva no les permitiría proseguir tierra adentro.

Pero con la llegada del siglo XIX este territorio se convierte en zona estratégica para el
proyecto de estado nacional ecuatoriano, con gran influencia de los factores geográficos
anteriormente analizados. Todos estos elementos confluyeron para crear circunstancias
propicias para el desarrollo de la agricultura comercial, y otros punto de modernización que
permitieron la formación de paisaje cultural del Ecuador casi como lo conocemos hoy.

Empezando por el clima ecuatorial estacional altamente favorable para la agricultura


comercial y adicionado a ello su hidrografía, sobre todo el Rio de Guayas, que como se
mencionó, es totalmente navegable y desemboca en el puerto de Guayaquil, lo que permitió
que los costos de transporte hicieron los productos altamente competitivos. Los costos de
transporte terrestre en el siglo XIX eran extremadamente altos en comparación con el
transporte fluvial. Por eso cuando se comenzó a cultivar cacao en las vegas dejadas por esos
ríos, estos cultivos se podían cosechar, embarcar y llevar a puerto de una vez, consiguiendo
una relación tiempo-distancia espectacularmente benévola. El texto, Ecuador: del espacio
al Estado Nacional, destaca este aspecto y establece que la organización del espacio en esta
región estuvo profundamente marcada por las limitaciones hidrográficas: determinó la
distribución lineal del hábitat a lo largo de las riberas y cerca de las corrientes de aguas, el
desarrollo de los centros urbanos en función de la lógica del transporte fluvial, y el
predominio de las conexiones meridianas (pg. 315). Por el contrario en Colombia, poner los
productos en puerto era una travesía impresionante, larga y en exceso costosa, por lo que no
se ven los mismos efectos. Por esta razón, por la centralidad del transporte fluvial, la
máquina de vapor trajo al Ecuador una gran revolución en las condiciones técnicas y
contribuyó a la consolidación de la economía.

Dentro de estos productos hay que destacar el éxito del cacao, que llevó a un desarrollo
muy acelerado, convirtiendo al Ecuador en uno de los más grandes exportadores de cacao
del momento, lo cual, obviamente tuvo incidencia en la organización especial del país. En
primer lugar, esto llevo a un proceso de ocupación del pacífico que se conoce en términos
demográficos como: vaciamiento poblacional, en el cual las poblaciones descienden de las
zonas altas andinas hacia las vertientes. Las cifras citadas por Deler los demuestran
claramente, mientras que en el siglo XVI la población de la zona litoral no pasaba del 7%
del conjunto total. Cien años más tarde representaría un cuarto de toda la población y un
tercio en 1929. En Colombia se puede ver un proceso similar en el desplazamiento, de las
tierras altas hacia el Catatumbo y el bajo y medio magdalena. Sin embargo, debido al clima
y a los insectos portadores de paludismo, la gente no acudió tan aceleradamente y el
proceso fue mucho más lento. Además del clima amable ya enunciado, se dieron otros
factores que determinaron este vaciamiento poblacional, entre ellos, la titulación de tierras
baldías por parte del Estado, las expectativas comerciales del cacao y el consecuente
proceso de acumulación de capital. No obstante la gran redistribución poblacional, como lo
ilustra Jean Paul Deler, la producción cacaotera tuvo especial relevancia en la apropiación
del espacio y su valorización. Esta apropiación se dio por medio de la implantación de
haciendas en los recodos de los río, que llevó a una tendencia de “monopolización del
espacio productivo en manos de un pequeño numero de grandes familias” (pg. 311).

En este punto hay que destacar otro producto de la transición al paisaje cultura: la ciudad de
Guayaquil. El proceso de acumulación de capital constituye un centro de gravitación de
hombres, bienes y servicios que llevan a nacimiento de ciudades. Por esto, durante este
época Guayaquil se convierte en la segunda ciudad de Ecuador y se forma un nuevo eje
entre Quito y Guayaquil. Lo anterior erigió una transformación espacial radical porque
hasta el siglo XIX Ecuador tenía una estructura longitudinal que seguía el eje andino. Con
el empoderamiento de Guayaquil se forma este nuevo eje perpendicular construyendo el
espacio nacional. Deler habla de este fenómeno como un cambio de jerarquía de los centros
urbanos, que en la zona litoral se concentraba en Guayaquil, mientras que en la sierra se
habla de un sistema urbano más complejo que comprendía 3 niveles, un primer nivel
constituido por Quito, un segundo nivel de ciudades con cierto dinamismo económico
como, Ambato, Riobamba y Cuenca, y un tercer nivel formado por las capitales de
provincia (pg. 303). En el caso colombiano ni siquiera se puede decir propiamente que este
proceso de conexión haya concluido hoy en día; después de 200 años no se ha logrado
conectar la zona andina con las costas, como lo demuestran, por ejemplo, las vías entre Cali
y Buenaventura. En Ecuador el florecimiento de estos centros urbanos llevo a una nueva
estructura administrativa, también determinada por la herencia del sistema colonial y la
colonización agrícola que llevaba a la creación de nuevos cantones (pg. 305). Asimismo, la
centralidad de la metrópoli costera determinó la función de las otras poblaciones del litoral,
y las a la gestión a nivel provincial o regional. Había una gran distancia entre la ciudad más
importante y las parroquias de las zonas productoras donde solo se desarrollaron pequeñas
ciudades (pg. 316). En fin, el espacio traducía el modo de producción capitalista ligado al
desarrollo de una economía agroexportadora.

Esta forma de economía también dio origen a una “estructura social dominante
caracterizada por la interpretación de intereses agrícolas, comerciales y financieros”. El
crecimiento de los cacaotales se dio paralelamente al desarrollo de los sistemas bancarios
que dominaron la vida económica y política del país. Sobre todo cuando la baja del
consumo del cacao a nivel internacional, llevo a un reemplazo de estos ingresos mediante la
especulación. Por eso en el siglo XX, el poder del Banco comercial y agrícola fue tal que se
llegó a hablar de una plutocracia y de una oligarquía agroexportadora y financiera. Aquello
no podía culminar de otra forma, más que en una revolución, como la de 1925 que puso fin
a tal hegemonía.

Pero estos fenómenos que se dieron en la costa no limitaron sus consecuencia a esta, pues
afectó en gran medida otra de las zonas anteriormente enunciadas: la sierra. El primer
efecto, ya estudiado, fue la transferencia demográfica. En segundo lugar, se pudo
evidenciar como la costa jalonó el desarrollo de la agricultura comercial en la sierra, ya que
esta tenía que abastecer los alimentos de la población del pacífico. Esto último solo se
podía lograr mediante un cambio en la productividad que implica transformaciones sociales
y técnicas. Basado en estos hechos, Deler, busca desmentir la común creencia de que detrás
de la agro-exportación no existía una economía nacional en Ecuador, cuando en realidad
había un verdadero consumo interno, no se podía vivir solamente del cacao. Esta economía
nacional esta íntimamente ligada a la historia del ferrocarril, que pretendía lograr el
acercamiento de los mercados internos y elevar el peso de la economía interna. Toda la
historia del ferrocarril también estuvo influenciado por la geografía, en este caso por los
Andes, que determinó la existencia de un conjunto ecológico específico que combinaba
matices etnoculturales demográficos y económicos, entre las sociedades históricamente
constituidas en las tierras altas y en las regiones bajas (pg. 324). Lo anterior produjo fuertes
tensiones regionalistas, que oscilaban entre la rivalidad y la complementariedad. Hasta
comienzos del siglo XIX la región costera y la sierra a través de la cordillera se comunicaba
mediante las caravanas de mulas, luego se dio un avance con la máquina de vapor. Pero la
llegada de ferrocarril implicó un verdadero desafío. En el fondo lo que se buscaba con el
era “neutralizar el obstáculo andino con un eje permanente de transporte masivo, que
revistió una evidente importancia nacional”. Por lo tanto, el proyecto ferroviario se presentó
como un problema nacional que terminó, no solo de unir el espacio si no de configurar la
nación. Aunque con este plan vinieron los problema del financiamiento externo, debido a
que tal empresa era una carga demasiado grande para una pequeña nación en crecimiento
como el Ecuador, sí se logró cambiar las circulación y el intercambio entre estas regiones
en el lapso de medio siglo. Empero, el siglo XX va culminar con la inauguración de la
conexión aérea comercial y el cambio del vapor a los hidrocarburos, transiciones que
constituirían una nueva y verdadera revolución. Esa reducción del espacio hizo más clara la
posición periférica de muchas regiones mientras que destacó la importancia de otras como
Guayaquil, unión de las comunicaciones internacionales y nacionales. Finalmente, en el
primer tercio del siglo XX, este desarrollo de las economías rurales y del transporte llevó a
una “política de inversiones en las industrias”, sobre en todo en las alimenticias, textiles
(esta industria se concentró en un 90% en la sierra), y la banca local (pg. 343). Todo eso,
sobre todo con la culminación del ferrocarril conllevo la modernización e industrialización
de la ciudad que volvió a extender la atracción urbana a la capital, y saco ventajas de si
ubicación en el corazón de los andes.

BIBLIOGRAFÍA
1. Varela, Andrea L., y Santiago R. Ron. “Anfibios Del Ecuador.” Bioweb. Acceso
octubre 21, 2019. https://bioweb.bio/faunaweb/amphibiaweb/GeografiaClima/.
2. Embajada de Ecuador en Washington DC. “Datos y geografía de Ecuador.”
Archivado desde el original el 27 de marzo de 2009. Acceso octubre 21, 2019.
https://web.archive.org/web/20090327140334/http://www.ecuador.org/esp/datos_ec
uador.htm
3. “Ecuador: Ubicación, Geografía y Clima.” Ecuador Explorer. Accessed October 21,
2019. http://www.ecuadorexplorer.com/es/html/ubicacion-geografia-y-clima.html.
4. Deler, Jean-Paul. “Ecuador: de espacio al Estado nacional”. Quito, Ecuador.
Universidad Andina Simón bolívar. 2007.
DECRIPCIÓN GEOGRÁFICA DE LAS PAMPAS ARGENTINAS

GEOGRAFIA
Se procederá a detallar los factores geográficos más importantes del corazón de la zona
triguera argentina, para determinar su importancia en la consolidación de la nación.

Las pampas argentinas se extienden al oeste del Atlántico y el Paraná hasta el meridiano 64.
Los límites septentrionales llegan hasta Santa Fe y Córdoba, y por el sur tocan el río
Colorado y el Atlántico. El basamento de estas llanuras, es una formación de la erosión del
viento y las aguas que se da sobre una de las masas terrestres más antiguas del mundo,
Brasilia, (la cual es granítica y cristalina pero esta cubierta por decenas de metros de
sedimentos, arcilla fina, arena y polvo). Solo en una pocas parte se logra ver los restos
graníticos en la superficie, sobre todo en los relieves de esta zona. Entre estos: Las Sierras
del Tandil (500 metros sobre el nivel del mar), Las Sierras de la Ventana (1.200 metros
sobre el nivel del marco), Las Sierras de Córdoba (1.500 metros) y las sierras bajas de la
zona árida occidental de las pampas. Como ya se dijo, estas llanuras están compuestas a
gran profundidad, sobre todo de depósitos poco solidos de arena y arcilla, mientras que la
capa superior es de mezcla reciente de loess y tierras aluviales, también con arena y arcilla.
La zona triguera comprende una amplia franja de las pampas, entre 300 kilómetros de
ancho desde Santa Fe en el Norte, hasta Bahía Blanca en el sur. Esta zona tiene alrededor
de 6.000.000 hectáreas sembradas de trigo.

En general se ha dicho que hay tres tipos de suelo en la costa de Argentina. En primer
lugar, el suelo gris oscuro que se encuentra al oeste de Buenos Aires, al este de la pampa, y
al sureste de Córdoba, cuya características lo definen como semiárido, alcalino, arenoso,
rico en calcio, pero con poca materia orgánica. En segundo lugar, están los suelos negros,
hallados en gran parte de Buenos Aires, al sur de Santa Fe y Entre Ríos, son un poco
alcalinos, deficientes en calcio y fosforo, pero abundantes en arcilla y materia orgánica. Por
último, en el centro de Santa Fe y Entre Ríos están los suelos rojizos, con un contenido
menor de materia orgánica, y más arcilla que los suelos negros, pero igualmente fértiles. La
fecundidad de estos suelos, fue determinante para los cultivos de trigo.

Aunque en general las pampas se consideran como una zona llana, y comúnmente se cree
que es un vasto mar, en realidad es una zona ondulada y por ende, el relieve de la zona
permite delimitarla en 3 regiones diferentes, ya que, durante algunas eras geológicas
algunos partes se alzaron sobre las otras. Estas ondulaciones creadas son a su vez
intensificadas por valles de fondo llano, cortados por corrientes pequeñas que fluyen hacia
el Paraná. La pampa ondulada, de 150 kilómetros de ancho va de desde Buenos Aires hasta
Rosario, que tiene como punto máximo los 90 metros sobre el nivel del mar. Una segunda
región se conoce como la pampa tosca, alrededor de Tandil y la Ventana, con un terreno
muy parecido al anterior, pero que alcanza a llegar a los 200 metros sobre el nivel del mar.
Entre las dos regiones anteriores, se halla la pamba baja, que debido a su precipitación se
vuelve a menudo una línea de pantanos. Como efecto de esta características del terreno, en
general llano, se dio un fácil desarrollo del ferrocarril, vital para la conexión del país, el
desarrollo de la agricultura comercial y la exportación de carne y trigo que llevo a la
argentina moderna.

En cuanto a a hidrografía, el relieve de esta zona es determinante para el sistema de drenaje.


Como lo estipula, Scobie (pg. 30), es raro que en una llanura tan inmensa se de una
ausencia relativa de ríos importantes. En general, las pampas son drenadas por pequeñas
quebradas que desembocan en el Paraná y el Atlántico. En el norte las corrientes nacen en
la Sierra de Córdoba, y el Rio Tercero y el Cuarto, forman el Carcarañá y logran llegar al
Paraná. Por la leve caída, estos pequeños riachuelos forman hay veces pequeños lagos
salados, también, debido al suelo arcillo de poca absorción, se forman extensas lagunas. En
la pampa baja es donde menos drenaje hay, y la única corriente importante que tiene el
Salado, debido a esto y las características acabadas de mencionar, esa zona es fuente de
inundaciones antes que de drenaje. A diferencia de todo lo anterior, Entre Ríos tiene un
relieve particular, de pequeñas elevaciones de no más de 100 metros, y por ende un mejor
drenaje, constituido por los ríos Nogoyá, Gualeguaychú y Gualeguay, y obviamente los
grandes Paraná y Uruguay. El rio Paraná es de gran importancia para estas consideraciones,
pues, como ya se dijo la existencia de un rio navegable para esta época podía ser el punto
determinante para el éxito de un país, teniendo en cuenta los costos del transporte y su
consiguiente efecto en la agricultura comercial. Hay tres características fundamentales que
hacen del Paraná un gran río: su caudal de 16.000 metros cúbicos por segundo, el tamaño
de su sedimento del orden de los 300 micrones y su poca pendiente de 3 a 4 centímetros por
kilómetro, aproximadamente. Por ende, es un rio navegable que además colabora con la
fertilidad de la tierra.

En lo concerniente al clima, según Scobie (pg. 31), las lluvias, la temperatura y los vientos
desempeñan un papel fundamental éxito del cultivo de trigo y el desarrollo de la revolución
agrícola y social argentina. Las orillas del paraná tiene una precipitación media anual de
entre 900 y 1.000 milimetros. Si se va hacia el oeste las lluvias declinan, encotrando un
límite 800 milímetros en Santa Fe y la pampa baja. En la porción oriental de las pampas las
lluvias estan repartidas proporcionalmente a lo largo del año, encontrando la preciptación
maá baja en los meses de junio y julio y fuertes lluvias en primavera que se da en
septiembre, y en marzo, que es otoño. Esto es vital para el agricultor, poque este depende
de las lluvias, por lo tanto si hay sequias o excesivas inundaciones puede ser desatrozo para
la cosecha y la economía en general. Por otro lado, la pampa tosca tiene una precipitación
que desde los 600 hasta los 750 milímetros, y un promedio de 500 milímetros en la curva
que va desde Bahía Blanca hasta Santiago del Estero, promedio que es el mínimo para
poder cosechar trigo. Al contrario de la zona anterior, en este no se puede decir que haya
peridiocidad en las precipitaciones, y por ende, la posibilidad de predecir las lluvias es
menos confiable. Por otro lado, esta región de las pampas esta expuesta a sequias, mientras
el bajo Salado sufre inundaciones.

Ahora para entender la importancia de estos factores en la Nación argentina hay que hacer
una comparación entre esta zona antes y después de la década de 1850, en la que ocurrieron
4 gigantescos cambios determinados por la geografía. El primer factor a considerar son las
llanuras de la zona, que antes de 1850 eran usadas para la cría de caballos, vacas y ovejas
salvajes, para convertirse luego en el centro del cultivo de trigo.

En segunda instancia, hay que tener en cuenta que este era territorio de frontera, por lo
tanto las partidas de indios incursores azotaba toda la superficie de la pampa, la vida era
peligrosa y los lujos escasos. Estas condiciones llevaron a la campaña de exterminio del
gobierno en 1879. A todos estos ataques indígenas contribuía la economía pastoril y su
característica población rural dispersa.

En tercer lugar, hay un gran cambio en los medios de transporte, que para esta época
estimulaban a la costa argentina a continuar siendo pastoril. El principal medio de
transporte era la carreta de bueyes, y aunque el primer ferrocarril entró a funcionar en 1857,
este medio no desarrolló si no hasta la década siguiente. Por lo tanto, el viaje de Rosario a
Córdoba podía llevar un mes, y el de Buenos Aires a Salta, incluso, 3 o 4 meses, lo cual
implicaba un gran incremento de costos en los productos, costaba más hacer este último
viaje, que el viaje de Buenos Aires a Liverpool. Con la llegada de los ferrocarriles en la
década de 1860 estos costos se redujeron a 1/12 parte. El valor del transporte terrestre
frente a fluvial o ferroviario no desincentivaba la economía pastoril, mientras que si lo
hacia con los cultivos. Por lo tanto, los cultivos solo se hallaban en lo que se conoció como
las tierras de pan llevar, las zonas inmediatamente cercanas de la ciudades, fenómeno que
llevo a la autosuficiencia local que no afectaba la industria pastoril. Uno de los cambios que
se dio en aquella industria, fue que se pasó de la caza de animales salvajes a un método más
sistematizado y racional: los rodeos y la marcación, y así se formaron las estancas
coloniales, aún sin cercas ni límites. He aquí la gran importancia y el origen de los gauchos,
determinados por estos factores geográficos y de movilidad, ya que fueron los encargados
de llevar estos animales a las ciudades ubicadas a los largo de los ríos Paraná y Uruguay,
donde eran sacrificados. No solo la distancia influía, si no que estos medios de transporte
también hicieron prevalecer unos productos sobre otros, se prefirieran los ligeros vellones
sobre artículos más voluminosos o perecederos como el trigo, malos prospectos para ser
productos de exportación mientras la carreta de bueyes predominara.

El cuarto y último factor fue la mentalidad y usos de los argentinos del litoral en contra de
la agricultura. Durante los anteriores 3 siglos las pampas fueron explotadas pero no
conquistadas, por lo tanto, las personas que habitaban allí desarrollaron una forma
independiente de vida. La economía pastoril predominante, era el único imán de región y
no implicaba una presencia fuerte, ni necesitaban colonización, por consiguiente, durante
esta época no hubo acomodación de la naturaleza. Las razas argentinas tanto de pastos
como de animales eran adecuadas para el comercio del momento, se obtenían animales
flacos, resistentes de carne magra y fibrosa, perfecta para sus preferencia de alimentos y
para la utilización de sus cueros, no tenían aún incentivo para mejorarlos. Por otro lado, la
forma de vida de la población de la zona, ya fuera del gaucho, de un habitante de la ciudad,
de un comerciante, estaba acostumbrada a esa riqueza natural fácil de obtener sin mayor
atención. Esto llevó a constituir una paleta de valores peculiar. No es que no trabajaran, si
no que nunca desarrollaron la idea de las labores que implica un cultivo, esto fue en gran
medida determinante para el fenómeno migratorio de esta zona, pues, los trabajadores de
los futuros cultivos serían en su mayoría inmigrantes europeos, atraídos por los fabulosos
jornales y por un producto tan conocidos para ellos como el trigo. En conclusión, antes de
todos estos cambios, la que fue la dispensa triguera del mundo en 1910, era la zona menos
agrícola tan solo en 1850. No obstante, lo más importante de lo anterior es que, ese cambio
se dio sobre todo por el paso del paisaje natural al paisaje cultural, ya que, el factor
determinante del éxito triguero siempre estuvo: la tierra; de ahí la importancia de la
geografía para el desarrollo de la agricultura comercial en argentina y su consiguiente
consolidación nacional.

La revolución agrícola quedó establecida finalmente en la década de 1870, en parte debido


a que los propietarios de tierras, y las compañías privadas recurrieron al sistema de colonial
para explotar tierras naturales marginales (pg. 50). Todo acelerado por el ferrocarril, sobre
todo el Ferrocarril Central argentino en concesión a la una compañía inglesa. Por lo tanto,
la zona de Santa Fe, antes aislada, se integró, y como hasta allí no había llegado la cría de
ganado los colonos pudieron dedicar la tierra al trigo. No obstante, la importancia de la
colonias, la revolución económica en Argentina se dio mayoritariamente como
consecuencia de las necesidades de la actividad pastoril. La conquista del desierto (para
eliminar los ataques de los indios), la construcción de ferrocarriles, y el reemplazo de la
lana, cueros y carne salada por la producción de animales (de carne selecta). Para 1880,
Argentina se convirtió en la proveedora de pan para el mundo y la abastecedora de carne de
Europa.

Al estudiar esta época no se puede dejar de lado un factor importantísimo: la inmigración.


Los intereses ganaderos nunca se preocuparon por la migración, hasta que su economía
cambio radicalmente. En estos nuevos marcos el inmigrante encontró su lugar. Debido al
desmesurado valor de la tierra en Buenos Aires, muchos no encontraron espacio allí, si no
en Santa Fe donde los propietarios estaban estimulados a vender para a su vez subir el valor
de sus tierras circundantes. Por lo tanto, en la zona pastoril lo inmigrantes de limitaron a ser
arrendatarios, se les aceptaba como una herramienta útil para llevar a cabo los cambios
económicos, roturar la tierra, reemplazar el pasto por el forraje para animales refinados, etc.
Los inmigrantes fueron especialmente atraídos a esta zonas por los altos jornales que les
pagaban que le permitía cubrir el viaje en poco tiempo, y, volver con dinero a Europa o
bien adquirir el pedazo de tierra que trabajaban o ir a ciudad a realizar otra actividades
económicas. Trabajaron en la construcción de ferrocarriles y de ciudades, como aparceros,
arrendatarios o peones en los cultivos, levantando alambradas, o cuidado ganado. No
obstante, en una economía agrícola y pastoril los que más prosperaron fueron los que se
quedaron en las ciudades encargándose de la industria y el comercio. Otro factor de
atracción era la posibilidad de adquirir su propia tierra, lo cual en Europa ya no era posible.
Y por ultimo, era cautivados por la similitud con su tierra de origen en muchos sentidos,
empezando por el trigo y el clima estacional. Tan influyente fue la inmigración que en el
siglo XX que tres cuartas partes de la población adulta de la ciudad era de ascendencia
europea. Según Scobie, fue el inmigrante quien creó la Buenos Aires moderna, no tanto en
lo político pero, si en lo material (pg. 17). Pero no solo Buenos Aires, como ya se dijo los
inmigrantes constituyeron una gran base de mano de obra en las pampas. Sobre todo hacia
1890 hubo una época de gran migración, española e italiana, que fue llamada de las
golondrinas.

En el siglo XX, las vastas fincas y tierras no colonizadas de la economía pastoril recorridas
por los gauchos, (descendiente de conquistador y madre indígena) desaparecieron y fueron
reemplazadas por los cultivos de trigo (trabajadas por peones), las vías del ferrocarril y
poblados casi 15 o 30 kilómetros. El trigo, la lana y el novillo refinado fueron los productos
en los que se basó la nueva Argentina. Hacia 1910 la riqueza de la pampa había creado una
nación de extremos (pg. 15), un gran contraste en la ciudad, sobre todo Buenos Aires, y el
campo. A construcción se convirtió en la gran industria y orgullo de los porteños. En
cuanto al campo, el bien más preciado continuo siendo la tierra, y todo el capital se volcaba
hacia ella, lo cual dio lugar a que su valor se inflara a lo largo del tiempo, y esto sumado a
la evolución de la industria pastoril arraigó el sistema de agricultura de arrendatarios.

BIBLIOGRAFÍA

LABORATORIO DE SEDIMENTOLOGÍA, FACULTAD DE INGENIERÍA Y


CIENCIAS HÍDRICAS (FICH), UNIVERSIDAD NACIONAL DEL LITORAL (UNL),
http://www.unl.edu.ar/recorriendosantafe/wp-content/uploads/2009/11/ficha_25.pdf

DESCRIPCIÓN GEOGRÁFICA DE CHILE

En términos geográficos el dominio español efectivo fue mucho más reducido de lo que
realmente parece, por eso, la palabra conquista no sirve muchas veces para describir esta
situación. Este es el caso particular del territorio Mapuche o Charrua en Chile: el territorio
de los araucanos fue un territorio al margen del dominio español. Por lo anterior se puede
decir que esta zona fue una zona de frontera, en varias de sus nociones. Una frontera militar
porque constituyó un territorio de defensa, una frontera comercial y cultural. Frente a lo
último los araucanos presentaron un caso peculiar, pues, adoptaron tempranamente muchos
aspectos culturales europeos, sobre todo de la cultura materia española, como el caballo, las
armas, el alcohol, el hierro y textiles, pero esta aculturización sirvió para autoafirmarse en
su propia cultura. El sistema de relaciones fronterizas produjo la compenetración de dos
pueblos. Esto frente a lo que se conoció como la primera conquista, por otro lado, la
segunda conquista que se dio en el siglo XIX por los liberales fue profundamente des-
estructurante, la cual los indígenas de este territorio no pudieron sortear. Esta mayor
intervención tiene un origen geográfico, pues se dio del traspaso de unos territorios que
eran considerados frontera, o territorios adyacentes, a ser territorios vitales debido a la
importancia que adquiere el cultivo del trigo y la entrada de la agricultura comercial y la
construcción nacional. Por estas razones se comienza una ofensiva militar contra la
población mapuche, basado en la dicotomía de los liberales entre civilización y barbarie,
pues había que procurar la dominación de los indígenas para completar la unidad territorial
en una república orgullosa (pg. 202).

Esto a su vez viene de circunstancias internacionales como la Revolución Industrial en


Inglaterra en el siglo XVIII, el desarrollo de Estados Unidos, cuyo impulso económico y
avances tecnológicos incrementaron notablemente la población. Sobre todo en Europa con
sus campos agotado y sin posibilidad de extender sus tierras agrícolas, tuvieron que buscar
otras zonas para sustentarse. Así comenzó esta etapa colonizadora de tierras periféricas. No
solo fueron los ingleses en Australia y nueva Zelanda, o la expansión norteamericana hacia
el oeste, también se vio en Argentina con su desplazamiento hacia la pampas, y en Chile
con la colonización alemana de la región de Lagos y la ocupación de la Araucanía, con el
posterior desarrollo ganadero en Magallanes (pg. 198). Una particularidad de estas guerras
indias que se dieron en Chile, fue que fueron pensadas como verdaderas guerras
internacionales, entre naciones, no como una misión o empresa interna de pacificación o
civilización. Puede vislumbrarse el desarrollo del territorio araucano paralelamente con el
incremento de la exportación, coincidente con el alza del trigo y del ganado, que funcionó
como un imán económico para el establecimiento en tierras indígenas y el respaldo del
estado con las armas.

Pero todo esto no solo se debió a impactos internacionales, si no que también el aumento de
la población y la demanda de alimentos al norte del país, debido a la minería de cobre y
plata repercutieron en la ocupación de la Araucanía. Pero por todos estos diferentes factores
no se puede considerar esta época solo desde el punto de vista bélico, por todos los factores
de intercambio cultural y económico, así como por ser una guerra de larga duración, hay
que tener en cuenta que hay muchos más puntos de paz que de guerra que llevaron a
integración de la nación. Se puede decir que esta consolidación nacional, con la integración
de la Araucanía, culminó con el último gran levantamiento mapuche en 1879, que terminó
con la intervención del Cornelio Saavedra Rodríguez en 1881.

Ahora hay que determinar, porque el territorio araucano, sus climas, laderas y demás
factores geográficos contribuyeron al desarrollo de la agricultura comercial. Entre los
factores más influyentes cabe destacar la amplia costa pacífica y sus ríos navegables. Hoy
en día la región de la Araucanía es una de la 16 regiones en las que se divide Chila. Limita
al norte con la región del Biobío, al este con Argentina, al sur con la Región de Los Ríos y
al oeste con el Océano Pacífico, cubre aproximadamente 31, 868 kilómetros cuadrados.

En cuanto a la influencia marítima, es imprescindible para todo este desarrollo la posición


estratégica de Chile, en general, frente a el Pacífico, pues le permite controlar dos
importantes pasos de comunicación con el Atlántico, el estrecho de Magallanes y el paso de
Drake, y es una vía de comunicación natural con los países americanos del flanco
occidental y con Oceanía y Asia. Por lo anterior contaron con dos grandes mercados:
Australia y california, y mas tarde Europa gracias a los adelantos en la navegación a vapor.
Por otro lado, tiene una gran influencia fluvial, compuesta sobre todo por 3 grandes ríos, a
saber: el Imperial, el Tólten y el Biobío. Este último corre de norte a oeste y desemboca en
la región de Biobío. Frente al la cuenca hidrográfica del Tólten hay que decir que tiene
carácter andino y que pese a su pequeña magnitud, cobra gran importancia al desaguar en el
lago Villarrica, además de ser navegable y cargar importantes sedimentos. Además hay
otros afluentes que se deben mencionar como: El Rio Traiguén, El Rio Lebú y El Rio
cautín, El Malleco, El Rahué, El Quino, y El Allipén. Debido a la presencia, curso y
características de estos ríos, los lugares de producción están especialmente cerca de los
puertos, prácticamente integrados, por ende, el precio final del producto no era afectado por
los costos del transporte, aspecto de los más costosos para esta época, punto concluyente
para la configuración de la agricultura comercial.

En cuanto al relieve se caracteriza por las planicies costeras, la cordillera de la Costa (en
especial, el tramo que se denomina la Cordillera de Nahuelbuta, que se extiende entre los
ríos del Biobío e Imperial, y sirve como frontera natural entre la región del Biobío y la
Araucanía), y lo que alcanza a retomar de la cordillera de los Andes (solo hasta unos 2000
metros). Entre las planicies del litoral y la Cordillera de la Costa hay una depresión
intermedia. Los puntos más altos de esta región están constituidos por volcanes que
alcanzan los 3.000 m, como el LLaima (3.128 metros), el Lonquimay (2.890 metros), el
Villarrica (2.840) y el Tolhuaca (2.806 metros). No se puede olvidar que estos suelos de
origen volcánico contienen grandes nutrientes, también esenciales para el auge triguero. Por
esta diferenciación del relieve el autor hace una distinción entre el Sector costero de Arauco
o baja frontera (donde se vio una colonización espontanea hasta que se estabilizó debido a
la minería de carbón) y los Llanos o alta frontera, vía de penetración exclusivamente
agrícola debida la disponibilidad de excelentes tierras para la crianza de animales y el
cultivo de trigo y legumbres.

Por lo que concierne al clima, esta región se caracteriza por un clima de transición, de norte
a sur que permite un cambio del clima mediterráneo al oceánico lluvioso. Hay un
predominio de los climas templados lluviosos, por lo cual una de sus características
principales es que no presenta como tal una estación seca, no obstante las precipitaciones
disminuyen en las época estival, y se dan heladas en el periodo invernal. No obstante, no se
puede olvidar que, en general, Chile se encuentra dentro de las latitudes templadas del
hemisferio sur, por lo cual, constituye un país en el que se presenta con claridad las
estaciones. Este factor repercute grandemente en el desarrollo de la agricultura comercial,
pues se pudo ajustar a los patrones de consumo de Europa, con el añadido de que las
estaciones son alternas a las del continente europeo, porque lo que cuando un producto no
se daba en el viejo continente debido a la estación, al Chile estar en la estación contraria, el
producto sí se daba y se podía vender en los mercados europeos. Además, no se debe
olvidar la característica general de estos climas, que debido al ciclo de cosechas tienen
muchas ventajas.

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