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involución del libro hacia el diálogo: este ha sido mi propósito.”i Vislumbra la importancia de la
comunicación cuando habla de la importancia de la retóricaii. Hay un esfuerzo en el último Ortega
de defender una teoría de la comunicación que de hecho viene a ocupar el lugar que clásicamente
se asignaría a una teoría del conocimiento: Y los limites y condiciones del conocimiento deben
entenderse de hecho dentro de la actividad comunicativa que como intelectual seguía
desarrollando Ortega.
cuestión a colación en mi tiempo aquí. Ortega tiene en su haber su teoría del lenguaje.
Traduce una sensibilidad muy distinta tanto a la de Lévi-Strauss o a la de Derrida. Le
encuentro más cercano al segundo Wittgenstein practicando una forma de nominalismo
derivado de su experiencia como historiador. Pero en última instancia lo que más me
preocupa es la imagen de Ortega como comunicador que es una imagen interdisciplinar.
A continuación voy a pasar a exponer la posición de Ortega sobre la escolástica, la
relación que esta puede tener con la creencia y la comunicación. La limitación de la
comunicación en la obra tardía de Ortega se supera en su práctica comunicativa. Ello no obsta
para que sea motivo de crítica y de intento de rectificación sobre todo en lo que aparece más
negativo.
que los filósofos han escrito explícitamente también tendría que ajustar a la situación de las
creencias sobre las que se sostienen las ideas. ¿Cabe realmente transmitir ese contexto
creencial? Como hemos visto en el apartado anterior la respuesta de Ortega es taxativamente
negativa: “Este fondo latente de las “ideas” que las sostiene, llena y nutre, no se puede
transferir”xi
Desde este punto de vista la filosofía es entendida como el resultado de una actividad
intelectual que responde a una crisis que se experimenta en la propia circunstancia. La
filosofía escolástica “no podía plantearse por sí los problemas y como eso –ser planteamiento
de problemas- es formalmente lo primero”, incluso no puede llegar a ser considerada como
filosofíaxii. Esta dificultad se puede extender a la historia de las ideas en general: “Una
“historia de la filosofía” como exposición cronológica de las doctrinas filosóficas ni es
historia ni lo es de la filosofía. Es precisa y formalmente la abstracción de una efectiva
historia de la filosofía. Una “historia de las ideas” –filosóficas, matemáticas, políticas,
religiosas, económicas- , según suele entenderse ese titulo, es imposible. Esas “ideas”… que
sólo abstractos de ideas, no tienen historia”xiii
Así la creencia es fundamental para articular los puntos de vista de los individuos de
una sociedad en un momento determinado. Puede no ser explícita, es decir consciente pero
obra sobre dicho punto de vista y la misma conciencia. Para comprender el acto de
comunicación hay que tener en cuenta que en este no sólo se comunica un contenido sino que
sobreentiende el conjunto de creencias que forman el topos, es decir el lugar en el que se
encuentran los individuos de una determinada comunidad. “La escritura al fijar un decir sólo
pueden conservar las palabras pero no las intuiciones vivientes que integran su sentido…. El
libro, pues, al conservar sólo las palabras, conserva sólo la ceniza del pensamiento. Para que
éste reviva y perviva no basta con el libro. Es preciso que otro hombre reproduzca en su
persona la situación vital a la que aquel pensamiento respondía”xiv.
práctica de Ortega en este punto implica una defensa de una comprensión del otro que aún
siendo relativa, no deja de ser efectiva. “Actos externos, fisonomía, gesticulación me permiten
presenciar el vivir del otro hombre en proceso de hacérseme un Tu y mucho más cuando me
es ya plenamente un Tú cotidiano y habitual, es decir, un pariente, un amigo, un compañero
de oficina o profesión. Este presenciarnos es ver patente ante mi esa vida, es entreverla,
hacérmela copresente, sospecharla.”xxiii
Es importante añadir que Ortega también atribuye esta dificultad de
comprensión, aunque en menor grado –pues acepta la unicidad y patencia de la vida-, al
conocimiento de uno mismo. “Nuestro fondo es más abismático de lo que suponíamos. Por
eso no hay medio de capturar nuestro “yo mismo” en la intimidad… Goethe nos propone otro
método que es el verdadero. En vez contemplar nuestro interior, salgamos fuera. … La vida
humana es precisamente la lucha, el esfuerzo, siempre más o menos fallido, de ser sí mismo…
En este sentido, la vida es constitutivamente acción y quehacer”.xxiv A nuestros efectos, la
capacidad de conocer del hombre es limitada. Es necesario descubrir la propia vocación en los
propios actos.
Por todo ello, las dificultades del decir tienen un alcance relativo. Se puede pensar y
comunicarse a pesar de que dicho pensamiento sea limitado. En parte, esto llama a la
introducción de unos criterios pragmáticos que permitieran evaluar la calidad de la
comunicación. Hay muchos actos en los que los individuos se comunican efectivamente
aunque ello no signifique conocimiento pleno el uno del otro.
pensamiento de Ortega pero al explicitarlo resulta clara la dificultad que tiene el tratar de
llevarlo a un extremo. No cabe en realidad una elucidación plena de nuestra circunstancia y de
nosotros mismos y el análisis del principio de contextualización puede enseñar por qué. En
cambio el principio del nivel semántico de una sociedad implica una crítica a las tesis de
Ortega en la medida en que intenta mostrar que nuestro decir y no sólo nuestra habla depende
de la complejidad y precisión de las palabras utilizadas en una sociedad en un momento
determinado.
Paremos en primer lugar en el principio de contextualización. Dice así: El verdadero
significado de una frase se encuentra en el conjunto de la perspectiva de quien la hace,
entendiendo por perspectiva todo el contexto histórico y cultural en el que dicho agente se
produce a si mismo. Este principio esta operando detrás de la apelación a la distinción entre
ideas y creencias que hemos visto. La cuestión esta en si dicho principio a la hora de entender
la comunicación es reconciliable con la precedencia del punto de vista del interprete y sobre
todo si es posible operar con un principio de tal naturaleza.
La contextualización desemboca en la tesis por la que el lugar natural de las ideas
consiste en su aplicación a una situación que por otra parte es irreductible a ellas. Estas en su
inicio serían para el filosofo madrileño acciones que el sujeto realiza para orientarse en un
determinado contexto social. “Todo lo que el hombre hace, lo hace en vista de las
circunstancias. Muy especialmente cuando lo que hace es decir.”xxvi “La idea es una acción
que el hombre realiza en vista de una determinada circunstancia y con una precisa finalidad” y
“la realidad, quiero decir, la integridad de una idea, la idea precisa y completa aparece sólo
cuando esta funcionando”xxvii. Por ello, “el contorno forma parte de la palabra esencialmente
y, la palabra es actividad, dinamismo, presión del contorno sobre ella, y de ella sobre su
contorno”xxviii. Se daría una forma de nominalismo de la situación a la que el sujeto tendría
que hacer frente. “El idioma o lengua es, pues, un texto que para ser entendido, necesita
siempre de ilustraciones. Estas ilustraciones consisten en la realidad viviente y vivida desde la
que el hombre habla: realidad por esencia inestable, fugitiva, que llega y se para no volver”xxix
El texto más revelador es el siguiente: “La situación se encarga de decir lo que nuestra habla
silencia. Pero la situación no es el lenguaje, la situación es la realidad misma de la vida, es la
circunstancia que varia con el instante y con el lugar. Y, sin embargo, es ella quien pone todo
lo que se supone, quien dice sin hablar todo lo que nuestro decir calla. …. ¡Abajo el lenguaje
y viva la circunstancia!”xxx
¿Qué consecuencias tiene esta doctrina para la historia de las ideas: “En la expresión
“filosofía de Kant”, Kant no representa el papel del sujeto agente en aquel pensar , sino que
…. Es sólo un nombre extrínseco, que se prende sobre una doctrina. Mas la real y efectiva
doctrina de Kant es inseparable de éste, es Kant pensándola y diciéndola y escribiéndola o, si
se prefiere, es ella tal y como fue pensada efectivamente por Kant.”xxxi
Pero este ideal de conocimiento no esta exento de dificultades.
a.- Parece impreciso en la medida en que el presente tiene fronteras imprecisas. Una
cosa es el momento físico y otra el presente como momento de vigencias, y estas pueden a su
vez de una actualidad relativa sobre todo en una sociedad donde reina el pluralismo. Mantener
unívocamente el concepto de presente es difícil.
b.- Parece que la historia se alimenta de malentendidos y tergiversaciones que
encuentran en un contexto concreto una función importante.
c.- En última instancia nos encontraríamos con el hecho de que sólo podemos tener
conocimiento en lo que respecta a nuestra propia realidad vivida.
Por tanto la ley de la contextualización tiene un alcance limitado. Orienta la
investigación en dos sentidos: enseñándonos lo que debemos buscar en las comunicaciones
que nos llegan también nuestra propia orientación.
Finalmente quiero detenerme en el principio del nivel semántico de una sociedad.
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Efectivamente entiendo que una manera de valorar el nivel de cultura de una sociedad se
encuentra en el vocabulario que esta emplea. Una sociedad más culta empleará más palabras
para comunicarse. La idea de nivel lo tomo de La rebelión de las masas y significa que
estamos operando con un criterio cuantitativo que permite comparar sociedades entre si y
cada una de ellas en su evolución por su nivel de desarrollo. Pero, lo más importante del nivel
semántico sería la idea que Rorty utiliza de vocabulariosxxxii. Y efectivamente el nivel
semántico de una sociedad se refiere la riqueza de los vocabularios que los miembros de esa
sociedad emplean. El presupuesto es que sin el conocimiento y dominio de palabras no hay
propiamente pensamiento. Ante la realidad tenemos que partir de un conocimiento de palabras
para poderla pensar. El vocabulario previo es necesario tanto para el pensamiento como para
la imaginación. Así el vocabulario establece un espacio lógico. En ese sentido no se trata de la
gramática como quería Wittgenstein sino de algo previo sobre el cual operan tanto la razón
cuando piensa correctamente como la imaginación cuando innova. Es algo inerte pero su
propia envergadura exige e insta a tratar el mundo y las personas que la componen con cierto
grado de sofisticación.
Creo que se puede utilizar este principio para justificar el aprendizaje de teorías que
aparecen definitivamente superadas. Pertenecen al acervo de nuestra cultura y aunque unas
pueden resultar menos pertinentes que otras, tienen todas la función subsidiaria pero
importante de contar como un acervo de conocimientos que por analogía pueden dar pie a
nuevas conceptualizaciones.
de unos determinados valores con los que quiere realizar su vida. Relevante sería aquello que
estaría de acuerdo con esos valores y principios. Implica una restricción de las posibilidades
que una sociedad ofrece y a la vez una definición. Es una categoría apropiada para el mundo
moderno donde el individuo tiene que hacerse de acuerdo con innumerables decisiones a nivel
particular. Sigue caminos marcados por sus idiosincrasias, lances de la fortuna, oportunidades
que le llevan a adquirir una identidad propia y distinta de la de otras personas. A ello responde
la ética de la vocación que desarrolla Ortega en Pidiendo un Goethe desde dentro y en otros
trabajos de corte autobiográfico como El prologo a una edición de sus obras.
La voluntad de Ortega era la de hacer una obra comunicativa que fuera pertinente y a
la vez relevante, es decir que tuviera en cuenta tanto la coyuntura en la que se encontraban el
y sus lectores, a la vez de seguir su propia trayectoria y los valores que la habían orientado.
El error sería pensar que porque la comunicación se da en un ámbito intelectual, como
categoría que se restringe a este ámbito o que implique una representación del otro o de lo
otro. Hay comunicaciones puramente funcionales donde el habla es puramente transaccional.
Por ello las observaciones de Ortega sobre la ausencia de representación racional en muchas
transacciones sociales siendo ciertas, no evitan la efectividad de la comunicación a nivel
social. Cabe que se de una representación pero generalmente su sentido es mucho más
pragmático. En cambio, muchas veces la comunicación es una forma de estar en presencia de
alguien. Desde luego relevancia y pertinencia que se refieren sobre todo a los efectos
prácticos de la comunicación no exigen siempre una evidencia racional. Dan un marco para
superar algunas de las distancias que se dan en el acto de comunicación.