El texto se centra en la transformación de la subjetividad de la comunidad indígena de
Chiapas debido a un nuevo e incompetente uso del lenguaje por los jóvenes (Neila Boyer, 2015). Este “nuevo vivir” es causado por la llegada de la modernidad y el hecho de que las nuevas generaciones empiecen a utilizar dentro de sus procesos sociales nuevas palabras que pongan en cuestión su identidad como indígenas. En esta investigación se explica que de esta situación se desprende un fenómeno de conflicto intergeneracional, y de la inteligibilidad de las nuevas generaciones debido a que la producción de un lenguaje deslegitimado por la comunidad crea una barrera de reconocer a esos sujetos como “verdaderos” humanos y produce un impacto negativo en la expansión de la cultura chapianense. Para llegar a esta crítica, en este estudio etnográfico se realiza un recorrido por unos ejes centrales de argumentación. Neila Boyer (2015) empieza explicando las lógicas de por qué, para esa comunidad, la nueva generación hace un uso inadecuado del lenguaje. Después, menciona cómo esa distinción entre lo de antaño y lo moderno, reflejado en las expresiones comunicactivas, establece unas categorizaciones de lo que es “verdaderamente humano” en perspectiva de los adultos mayores de la comunidad. Posteriormente, se enfoca en explicar que las malas palabras usadas por los jóvenes incitaban a la violencia para luego hacer énfasis en el surgimiento de los discursos amorosos. Con el fin de resumir, Neila Boyer (2015) presenta en el artículo un gráfico que permite entender la mirada indígena de la concepción de términos como el respeto y la desobedencia, los cuales dependen de lo que es recibido por los jóvenes de los consejos dados por las antiguas generaciones y configuran qué tanto sufrimiento emocional tendrán en sus vidas. De esta manera, las palabras configuran la manera de habitar en y de acuerdo a un escenario de una cultura determinada, son formas para designar una práctica en un contexto, son un vehículo de expresión y de demarcación de la identidad y una forma particular de humanidad. Entonces, la discusión del artículo se centra en el uso indecuado de las palabras por parte de los jóvenes y cómo eso irrumpe con la cultura establecida de su comunidad y dejan de ser reconocibles como indígenas. Además, como también lo menciona Neila Boyer (2015) las nuevas palabras conllevan una percepción de una humanidad diferente y un nuevo tiempo. Así pues, la cultura se pierde cuando no se usan las palabras que designan la relación entre lo real y lo imaginario. El conocimiento emic expuesto por Neila (2015) estudia una población particular y cómo el lenguaje es escencial para la comprensión de esta cultura. En este caso los mensajes que salen del cuerpo de los integrantes no es lo que lo define como indígena, sino los consejors que entran y son utilizados en la práctica. `Por ende, se entiende que la palabra se convierte en una clase de sustancia que entra y configura lo cultural, por lo que la erosión de la lingüística trae consigo el deterioramiento de su sociedad. Este contexto da pie a la dificultad que es reconocida en esta investigación: los adultos han perdido la capacidad de dar consejos a sus descendientes. Por otro lado, anteriormente se tenía como idea clave que todo palabra que saliera de la boca debía recorrer el cuerpo, sobre todo por la cabeza, para realizar un proceso de racionalización y evitar la emocionalidad dentro del discurso indígena. Sin embargo, las nuevas generaciones se le da un papel primordial a la “voluntad del corazón” (Neila,2015, p. 82). Así las cosas, esta investigación se relaciona con el campo de la Comunicación porque tuvo como objetivo centrarse en estudiar los procesos de interacción y la configuración de sentido enmarcado en un fin socialmente relevante. Así pues, en el contexto latinoamericano, una región caracterizada por la diversidad, se hace necesario el estudio de esas diferencias en los modos de vida de las poblaciones para generar procesos más ajustados a las necesidades de las personas. Análisis 3- Laura Catalina Meza
La madre construye a su bebé no solo biológicamente
Los tres textos estudiados en clase de Comunicación, Cultura y Sociedad tienen
estrecha relación con el diálogo que se estableció con Ana María Hernández, una madre primeriza de 20 años y estudiante de Psicología. Hacer claridad en su carrera universitaria es importante, pues sus conocimientos sobre las etapas de desarrollo fueron predominantes en el discurso que sobre la visión y las expectativas que tiene sobre su hijo. En primer lugar, se identifica que el distanciamiento de la naturaleza de su hijo se establece desde el momento en que la madre habla sobre él. Esto se explica desde lo mencionado por Freud (Citado en Sampson,2000) cuya idea principal es que el hombre se separa de la naturaleza porque no posee los instintos necesarios para sobrevivir y debe crear la cultura para convivir y unir fuerzas con otros. Cuando Ana María usa el lenguaje para hablar de su hijo, está creando una construcción de él dentro del contexto de la sociedad colombiana y su identidad; como menciona Neila Boyer (2015), la palabra empieza a construir realidades. Aun cuando ella menciona que su personalidad es impredecible y que no tiene expectativas, sí hace referencia a que quiere incularle valores como el respeto por los demás. Cabe mencionar que esas transformaciones de su nueva vida de madre dentro de su discurso no solo se inclinan por hablar de su hijo sino también de su concepto como mamá primeriza. Para ella, sus formas de pensar, madurar, considerando su supuesta corta edad, y de actuar han mutado desde el momento de la ecografía: “ Y desde ese momento tus prioridades camabian, yo dejé de hacer muchas cosas que me hacían disfrutar por el bienestar del bebé, son cosas que yo no son importantes y que pasan a un segundo plano. Es algo muy bonito por que las mamas hacen ese tipo de cosas porque le nacen, entonces sí es un amor verdadero” (Ana María Hernández, comunicación personal, 2 de septiembre, 2020). De esta manera, se materializa la idea de Levi-Strauss (1976) que menciona que la familia es una institución social en la que se incluye al niño una cultura. Esta situación es materializada cuando la madre menciona que una de las formas en que cree que su hijo aprenderá a comportarse es viendo a los que los rodean, debido a que ellos actúan imitando los gestos y expresiones utilizadas por su entorno. Entonces, es claro que la familia va a ser el primer encuentro para que el niño pueda, en el futuro, actuar en sociedad. En este sentido, el acompañamiento de la madre es fundamental para su hijo, para evitar lo que es definido por Sampson (año) como la perplejidad y el pavor. Estos dos conceptos se relacionan con el miedo que puede provocar para un sujeto no tener claridad en las pautas de comportamiento de su contexto. Por eso, Ana María contestó que quiere estar acompañando el proceso de aprendizaje de su hijo cuando nazca cuando le preguntamos sobre sobre sus estrategias de crianza. En cuanto a las relaciones de parentesco y el matrimonio, Ana María no le da mucha importancia a lo que expone Levi-Strauss (1976) sobre la herencia de los derechos políticos por la presencia de un apellido y el carácter de intercambio de mujeres y niños, sino que lo toma en cuenta desde una visión moderna. Los sentidos de estos lazos en esta familia estudiada se concentran en la formación personal y emocional del bebé. Para ella lo más importante está en esa dimensión, en que la relación entre los niños y adultos de su núcleo familiar se incluya un ambiente de amor y que sea amigable, lo que se enlaza con la definición de parentesco que presenta Sampson (2000) como “los modos de establecer la alianza matrimonial y familiar” (p.3) En conclusión, en esta entrevista logramos entender que la mamá tiene un papel fundamental en la inclusión del niño a la cultura pues todo empieza y se centra del lenguaje. Cuando ella empieza a expresar sus deseos, está realizando un alejamiento de la naturaleza y empieza a utilizar códigos para comportarse en la sociedad. Además, la familia y el parentesco construyen al sujeto que está en desarrollo. Referencias
Neila Boyer, I. (2015). Gente de palabras. Subjetividades indígenas en
transformación en el Chiapas contemporáneo. Disparidades. Revista de Antropología, 70(1), 77-100. doi: http://dx.doi.org/10.3989/rdtp.2015.01.004
Levi-Strauss, Claude (1976). La familia, en: Polémica sobre el origen y
universalidad de la familia. Levi-Strauss, Claude; Spiro, Melford & Gouth, Kathlenn. Cuadernos Anagrama, Barcelona.
Sampson, A. (2000). Funciones y sentidos de la cultura. En Tenorio, M (ed).
“Pautas y Prácticas de crianza en Familias Colombianas”. Bogotá: Serie Documentos de Investigación del Ministerio de Educación y la OEA. pág. 259-268.