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Redacción: ¿Cuál es su naturaleza?

En la clase anterior, estuvimos detallando la importancia de manejar una apropiada redacción,

ortografía y comunicación. Ahora, durante las siguientes temáticas, estaremos analizando todo lo
relacionado con la redacción mediante sus definiciones formales, características esenciales,
fases de desarrollo y los procesos que subyace su estructuración. Todo esto, con la finalidad que
usted obtenga ideas previas que lo ayuden a entender la esencia compleja de la redacción.

Este documento hace parte de la obra Redacción licencia Attribution-NonCommercial- ShareAlike 4.0
International (CC BY-NC-SA 4.0) modificado y adaptado por Edutin University.
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Redacción: ¿Cuál es su complejidad?

Antes de iniciar, sería interesante preguntarnos ¿para qué sirve la redacción? Frente a esto, la
redacción se ha asociado con la capacidad de aprender de forma autónoma, pues al momento
de escribir, debemos hacer el ejercicio de organizar las ideas y consecuentemente el
pensamiento. Sin la redacción, no sería posible leer, ni mucho menos comprender la realidad
porque gracias a la escritura, el ser humano ha podido describir la realidad donde se
desenvuelve, ya sea a nivel imaginario o concreto. Por esto, la esencia de la redacción radica en
su bondad de describir, explicar y comprender los fenómenos que vivencia el ser humano.

Es por esta razón, que Edutin Academy tiene la intención de explicar los aspectos básicos de la
redacción y sus respectivos componentes para que los estudiantes puedan entender la esencia
de un texto, y por supuesto, “el arte de escribir”.

¿Qué es la redacción?

El concepto de redacción es un término que proviene de la palabra “redactio” y se refiere

básicamente a colocar por vía escrita algo que sucedió, acordó o pensó con anterioridad. Su
finalidad es fusionar una serie de palabras, frases, párrafos y textos, para que en su
combinación, se puedan generar ideas articuladas que permitan la comprensión armoniosa de
un pensamiento.

Entonces, ¿Qué vendría siendo un escritor? De manera analógica, es un “albañil” de ideas, en el

cual, se caracteriza por ser un constructor de textos gracias al complejo vocabulario que posee.
Gracias a su riqueza léxica, el escritor puede tener la oportunidad de ejercer el arte de aplicar la
escritura. Por lo tanto, un escritor es un artista de textos y palabras.

Teniendo en cuenta lo anterior, ¿Qué caracteriza una apropiada redacción? A continuación, lo

explicaremos.

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Características de una apropiada redacción.

- “Claridad”: Se refiere a aquella dimensión de la redacción que se caracteriza por la

capacidad de ofrecer visiones claras acerca de los hechos o ideas que se desean
exponer. Al momento de escribir, se requiere utilizar de manera balanceada los términos
técnicos y la sencillez. También, se requiere establecer una secuencia lógica de las ideas
expuestas y atendiendo los intereses psicológicos del público al que se le escribe.

- “Concisión”: Se refiere a aquella dimensión de la redacción que se caracteriza por la

capacidad de decir las ideas centrales con lo menos, ahorrando palabras y evitando decir
cosas innecesarias. Por lo general, esta característica exige combatir el exceso de texto
o de ideas inconclusas y finalizar con las imprecisiones.

- “Sencillez”: Se refiere a aquella dimensión de la redacción que se caracteriza por la

capacidad de usar un lenguaje común y entendible para el público que se le escribe.
Cuando se habla de sencillez, nos estamos refiriendo a huir de lo enredado, de lo
complejo o complicado y sumergirnos en la naturalidad. Un buen escritor, siempre hará
uso de palabras naturales para que sus textos sean analizados como una conversación.

Frente a lo anterior, cabría preguntarse ¿Cómo ofrecerles claridad, concisión y sencillez a

nuestros escritos? Frente a este interrogante, para diseñar un texto de manera exitosa, se
requiere reflexionar las siguientes fases:

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Fases y periodos de la redacción.

- “Planeación o pre-escritura”: Para iniciar un texto de forma exitosa, se necesita de

manera previa recurrir a una variedad de textos, escritos, fuentes bibliográficas o libros
que ayuden a brindarnos ideas claves de la temática que vamos a escribir. En palabras
técnicas, esto se refiere al proceso hacer “lluvia de ideas”, las cuales, nos ayudarán a
determinar los temas que debemos hablar en nuestro texto.

- “Escritura”: Se refiere al proceso de colocar en práctica la redacción, es decir, delimitar

al texto definiendo la introducción (¿Qué vamos hablar?, ¿Cómo lo vamos hacer? y
¿Para qué se va hacer?), el desarrollo (¿Qué ideas y temas soportarán nuestras
intenciones?) y las conclusiones (¿Qué se halló en el escrito con base a las ideas y los
temas expuestos?).

- “Revisión o pos-escritura”: Se refiere al proceso de examinar y revisar el escrito que

realizamos. Es un proceso que se sugiere aplicar después de 24 horas, cuando se haya
finalizado con el escrito.

Ahora bien, hasta el momento hemos estado analizando los procesos y las particularidades de la
redacción, pero es necesario cuestionarse ¿Cómo debemos estructurar los textos? Frente a este
interrogante, se ha considerado a nivel global que la redacción de un escrito requiere determinar
tres elementos fundamentales:

- “Introducción”: Se refiere a aquel apartado que tiene como intención ilustrar el

problema o tema a tratar. De igual modo, busca expresar lo que se desea comunicar, es
decir, especifica los objetivos, las intenciones, las finalidades y la tesis acerca de lo que
se desea defender a lo largo del escrito. También, tiene como función anticipar el
desarrollo del texto mediante la especificación de los temas que se van a tratar y para
qué se van abordar. Para iniciar de forma exitosa este apartado, es aconsejable ofrecer
una breve contextualización acerca de la temática, por ejemplo, describir las últimas
tendencias, la relevancia que ha tenido, la funcionalidad práctica, etc.. acerca del tema
que estamos escribiendo.

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- “Desarrollo”: Este apartado tiene el propósito de defender la tesis y los objetivos

expuestos mediante el desarrollo de los temas seleccionados en la introducción. Es decir,
se ofrecen definiciones, descripciones de los procesos y las explicaciones subyacentes
acerca del tema que estamos abordando. Por lo general, este apartado se desarrolla por
medio del uso de los subtítulos, los cuales permiten estructurar con mayor facilidad el
texto, facilita sintetizar las ideas, sirven para separar las pautas de la lectura, en especial,
en textos que son de gran extensión y para anticiparse al contenido parcial que los
siguen.

- “Conclusión”: Este apartado se refiere al cierre final del texto. Tiene como propósito
reafirmar la tesis expuesta, ilustrar la información relevante o aquello que se propone
como “innovador” en el escrito. También, involucra especificar los descubrimientos y las
reflexiones que dejo el diseño del escrito para considerar los puntos que se deben
atender. Se espera, que la conclusión se encuentre articulada con los fines expuesto en
la introducción, pues al final de cuentas, se busca verificar si los objetivos o las
intenciones del escrito se cumplieron.

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