No cabe duda que el dinero se ha convertido en un elemento esencial para cubrir las
necesidades básicas de la vida en las sociedades industrializadas y en la vida
cosmopolita. El dinero es el medio aceptado en la economía para la realización de las transacciones De compra-venta de bienes y servicios, así como para el pago o la cancelación de las Deudas; es decir, es un medio de intercambio y un medio de pago. También es un activo Financiero porque permite mantener o reservar el valor de la riqueza pero, a diferencia De otros, es un activo financiero líquido porque su poder de compra puede realizarse En cualquier momento. Si bien es cierto que algunas formas de subsistencia permiten un modo de vida austero donde los bienes se traducen en tierras fértiles y ganado, para el acceso de cualquier otra necesidad primaria serán necesarias formas de intercambio de bienes como el trueque o la moneda. La vivienda, el acceso a la alimentación, a la medicina, a los servicios, al transporte colectivo y a otras diversas comodidades que facilitan el bienestar y la cobertura de las necesidades básicas, precisan del intercambio económico y, por tanto, del poder adquisitivo de los miembros de la comunidad. No obstante existen aun grupos sociales o tribus que viven al margen del llamado desarrollo cuya cobertura de nutrición e hidratación es lograda por sus propios medios al estar en contacto directo con la naturaleza, viviendo ajenos a la necesidad del dinero. “Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero”. El dinero facilita el acceso a tantos complementos como necesidades de consumo se tengan, así mismo permite que las sociedades puedan ajustarse a los modelos del bienestar donde pueden ofrecerse servicios a los miembros de la comunidad por el hecho de pertenecer a ella y por contribuir a su mantenimiento a través de los impuestos establecidos. El dinero sin duda permite el acceso a un modo de vida cómodo y cercano al buscado buen vivir donde poder gozar de la calidad que para muchos se traduce en el consumismo.
El dinero no tiene la capacidad de dar la felicidad ni tampoco de arrebatarla. El dinero es
simplemente un medio, no un fin. El uso que se haga de él condiciona los sabores y sinsabores del logro de obtenerlo. La pregunta es entonces… ¿Sabes disfrutarlo? ¿Puedes gestionarlo? ¿Cambia en algo tu existencia una vez cubiertas las necesidades básicas? ¿Puedes vivir sin depender de él para alcanzar la felicidad? El dinero en su buen uso permite un estilo de vida afortunado, sin embargo, cuando se le otorga un valor superior al estimado por los agentes económicos, se convierte en un deseo difícil de agotar, pudiendo llevar al que lo ansía a perseguirlo como modo de vida sin darle un auténtico valor en sí mismo, es ahí cuando lejos de encontrar la felicidad se topa con la condena de la dependencia y el drama de vivir con miedo a perderlo, a perderlo todo como dicen algunos, sin estimar que la vida es mucho más que unos sacos de oro, plata o bronce.