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(Versión en English)
La deuda aceita las ruedas de la economía. Permite que las personas hagan
inversiones importantes hoy, como comprar una casa o asistir a la universidad,
ofreciendo como garantía parte de sus ingresos futuros.
Eso está muy bien en teoría. Pero como demostró la crisis financiera, el
crecimiento rápido de la deuda de los hogares, en especial de las hipotecas,
puede ser peligroso.
Dado el gran sufrimiento causado por la crisis, cabría esperar que las personas
se hubieran vuelto temerosas de endeudarse más. Asombrosamente, eso no
ha sucedido. Desde 2008, la deuda de los hogares como proporción del
producto interno bruto aumentó considerablemente en una muestra de 80
países. En las economías avanzadas, el coeficiente de endeudamiento
promedio subió del 52% en 2008 al 63% el año pasado. Entre las economías
de mercados emergentes, el aumento fue del 15% al 21%.
Un cambio de suerte
Nuestro estudio concluye que, en el corto plazo, un aumento del coeficiente de
endeudamiento de los hogares probablemente incentive el crecimiento
económico y el empleo. Pero en un plazo de tres a cinco años, estos efectos se
revierten; el crecimiento es más lento de lo que habría sido en caso contrario y
las posibilidades de una crisis financiera aumentan. Estos efectos son más
intensos en las economías avanzadas, que habitualmente tienen niveles más
altos de endeudamiento, y más tenues en los mercados emergentes, donde
predominan niveles más bajos.
Tomado de https://blog-dialogoafondo.imf.org/?p=8401
Dialogo a Fondo. El blog del FMI sobre temas de economía de America Latina