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PorMinerva Isa
LAS CLAVES
1. Cultura del ahorro
La creación de una cultura del ahorro versus una cultura del consumo a nivel
personal, familiar y nacional es decisiva en RD, donde la falta de planificación
del gasto y disciplina para el ahorro, se conjugan para elevar el endeudamiento.
El acceso al consumo se promovió sin desarrollar una campaña que fomente el
ahorro, el uso racional y productivo del dinero.
2. Crédito de consumo
La deuda del hogar, constituida en un 60.9% por préstamos de consumo frente a
39.1% hipotecarios, creció con la apertura del crédito tras la ralentización de la
economía en el primer semestre del 2017. En julio de ese año, el Banco Central
redujo la tasa de política monetaria de 5.75% a 5.25%, lo que impulsó el crédito
privado y motorizó la demanda interna.
3. Ingreso real
El Fondo Monetario Internacional expresó confianza en que esa flexibilización
respaldara la recuperación económica. Previó que tasas de interés más bajas y la
expansión del crédito apoyarían la demanda interna junto a mayores salarios
reales y empleo. Sus expectativas se cumplieron, el PIB creció ese año al 4.6%,
pero no acertó en cuanto al empleo ni al salario, que perdió valor de compra en
2017 y 2018 con el alza del petróleo, aumentos de precio de bienes básicos y
transporte, mantenidos tras bajar el carburante.
4. Déficit presupuestario
Para solventar el déficit entre ingresos y gastos, que se traduce en privaciones y
descenso de la calidad de vida, 70% de los hogares se endeudan, lo que denota
ausencia de ahorro. Solo tres de diez hogares se desempeñan sin deudas.
5. Fuentes de crédito
El acentuado endeudamiento de los dominicanos con familiares, amigos,
cooperativas y bancos fue consignado en un estudio del Banco Mundial antes de
la expansión del crédito en 2017. Esa investigación, orientada a la inclusión
financiera, situó en 2014 a la población dominicana como la tercera de la región
con mayor recurrencia a préstamos con terceros, predominando la usura.