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1. INTRODUCCIÓN

' E1 propósito de toda instalación de suministro de energía eléctrica es proveer la


energía en condiciones óptimas de seguridad, continuidad y economía. El peso que deba
tener cada uno de estos factores estará determinado por el uso a que esté destinada la
energía. E1 proyecto de las instalaciones es, entonces, un compromiso entre estos factores y
su diseño, construcción y, explotación posterior deben realizarse teniéndolos presente..

Sin embargo, por razones económicas y prácticas siemp re habrá un límite en la


seguridad que puede incorporarse en el diseño de las instalaciones. Esto hace que durante
su operación se puedan presentar algunas condiciones de funcionamiento anormales que
pueden clasificarse en fallas y perturbaciones.

Las fallas que pueden presentarse son los cortocircuitos y las fases abiertas. En
general ellas pueden caracterizarse por provocar la circulación de corrientes anormalmente
altas que producen caídas de tensión importantes y calentamiento. En el punto de falla se
produce daño provocado por la gran cantidad de energía que se disipa en ese punto, la cual
puede considerarse proporcional al cuadrado de la corriente de falla multiplicada por el
tiempo.

Además del daño en el punto de falla, la estabilidad del Sistema se puede ver
comprometida si la falla no es detectada y aislada con suficiente rapidez. Para fijar un orden
de magnitud, cuando se habla de rapidez se está pensando en tiempos del orden de unas
pocas décimas de segundo o en algunos casos, en fracciones de una décima de segundo.

Estos valores no permiten pensar en la acción de las personas sino que implican que
el Sistema debe tener incorporado los automatismos necesarios para detectar la ocurrencia
de una falla, determinar su ubicación y aislar el equipo fallado en los tiempos más
reducidos posibles. Estos automatismos constituyen lo que se llama un sistema de
protección.

Las perturbaciones son fenómenos tales como las sobrecargas, cargas


desequilibradas, contactos a tierra en sistemas aislados de tierra, etc. Estos fenómenos no
ponen en peligro inmediato el sistema pero pueden evolucionar más o menos lentamente
hacia una falla en caso que se permita que subsistan durante un tiempo largo. Por otra parte,
algunas perturbaciones son de difícil detección por el personal encargado de la operación.
Por lo tanto se requieren también equipos automáticos que detecten, ubiquen y avisen la
existencia de este tipo de anormalidades. Ellos están incluidos en los sistemas protección.

De acuerdo con 1o expuesto, es evidente que 1a existencia de un sistema de


protección adecuado para cada equipo es una materia que debe ser considerada desde las
primeras etapas del proyecto de las instalaciones. Las consideraciones que se deben hacer
para una protección adecuada pueden inclinar las decisiones en favor del uso de
determinados esquemas en desmedro de otros más difíciles de proteger y por lo tanto
menos seguros.
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En resumen, los sistemas de protección aumentan la continuidad de servicio al sacar


fuera solamente el equipo fallado, permitiendo la operación ininterrumpida del resto. A1
operar en tiempos muy cortos, disminuyen al máximo los daños en el punto de falla con la
disminución consiguiente de los tiempos de reparación y pérdidas de producción. .

Finalmente, es necesario hacer algunas consideraciones sobre el costo de los


equipos de protección. En general, es difícil dar una cifra típica, ya que depende del equipo
protegido y de sí se consideran los transformadores de corriente y circuitos de control
dentro del costo. Además, es probable que el valor de los equipos de protección para un
transformador de, por ejemplo, 40 MVA, sea sensiblemente igual al de un transformador de
80 MVA. Sin embargo, en % habría una variación del orden de 2 a 1.

Generalmente sobre este punto se citan cifras que van desde el 0,5 al 2% del valor
del equipo protegido. Sin embargo, ellas adolecen de las incertidumbres anotadas. Para una
instalación reducida es probable que los valores porcentuales sean algo superiores a los
anotados.

En materia de equipos de protección, tal vez lo más razonable sería pensar en la


importancia relativa del equipo que se quiere proteger con respecto al resto de. 1as
instalaciones y al servicio que presta y sobre esa base determinar el grado de protección que
se le debe incorporar.

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