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El embarazo supone una situación normal en la vida de la mujer, pero requiere cierto control
médico-sanitario para evitar la aparición de complicaciones en la futura madre y su recién nacido.
La consulta prenatal tiene por finalidad cuidar del estado de salud tanto de la madre como de su
futuro hijo. No existe ninguna duda de que la frecuencia y calidad de los exámenes médicos son
decisivos para que el niño nazca sano y la madre se mantenga saludable.
Objetivos de la asistencia prenatal
En primer lugar, programar una serie de exámenes regulares a los que se someterá la embarazada
(análisis de sangre y orina, ecografías, etc.) para prevenir la aparición de complicaciones a lo largo
de su embarazo.
En segundo lugar, reconocer aquellas mujeres que presentan mayor probabilidad o riesgo de
presentar complicaciones (por ejemplo, mujeres diabéticas, que hayan presentado varios abortos,
etc,), para así poderles prestar la asistencia más adecuada.
Y, por último, realizar acciones educativas que preparen a la pareja frente al embarazo, nacimiento
y cuidados del recién nacido. También requiere atención especial la preparación, tanto física como
psíquica, de la mujer ante el parto.
Programa de consultas
La primera consulta es la más importante. Se debe realizar lo más precozmente posible, en cuanto
la mujer sepa que está embarazada. A ser posible, esta primera consulta debería realizarse antes
de las primeras doce semanas de embarazo. Su objetivo es valorar el estado de salud de la mujer
para poder establecer el “grado de riesgo” que supone su embarazo. Para ello el médico realizará
la historia clínica y una exploración clínica.
Programa de análisis
Durante la gestación es aconsejable llevar a cabo una serie de controles analíticos que orientan
sobre el estado de salud de la embarazada: en principio, se llevarán a cabo tres análisis completos
de la sangre y de la orina, uno en cada trimestre.
Ecografía del primer trimestre Se debe realizar entre la 8ª y 12ª semanas de embarazo. Se
determinará el número de embriones, su vitalidad y su tamaño, para así poder establecer las
semanas exactas de embarazo. En esta ecografía es interesante también la detección de los
llamados “marcadores ecográficos” de alteraciones de los cromosomas; de ellos, el más
reconocido es la “medida de la translucencia nucal” (medida del grosor del pliegue de la nuca).
Cuando esta medida está alterada expresa mayor riesgo de que el feto pueda presentar
mongolismo o Síndrome de Down.
Ecografía del segundo trimestre Se realizará entre las 18ª y 20ª semanas de embarazo. Su objetivo
es diagnosticar si existen anomalías o malformaciones en los órganos fetales. Se tomarán también
las medidas fetales, para comprobar si su crecimiento es correcto y se valorará la placenta, el
cordón umbilical y el líquido amniótico.
Ecografía del tercer trimestre Se realizará entre la 34ª y 36ª semanas de embarazo. El objetivo de
esta ecografía es comprobar si el crecimiento del feto es el adecuado. También se valorará la
inserción de la placenta y la cantidad de líquido amniótico.
LACTANCIA MATERNA: