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Referente a lo anterior, el duelo es un proceso que abarca una gran cantidad de aspectos,
uno en particular es la cultura dentro de la cual se desencadenan rituales con el fin de llevar a la
persona a un estado de aprendizaje y aceptación de la perdida. En culturas como el islam que
asumen la concepción de la muerte con alegría. Los islámicos explica los pasos a seguir antes,
durante y después de la muerte de un familiar, desde antes de la llegada de la muerte hasta el
entierro, se conforma toda una ceremonia del adiós para esta importante etapa de la vida.
Dentro de tiendas multicolores llamadas shader situadas frente a la casa del fallecido, se
lleva a cabo una oración por el difunto en la que, generalmente, sólo los hombres pueden
participar, puesto que en estas oportunidades las mujeres suelen quedarse dentro de la casa. El
rezo, llamado salat-l- janazah, está dirigido por un Imam. Tras el salat, solo los hombres acuden
al cementerio en un cortejo fúnebre para proceder al entierro, no se práctica la cremación y la
costumbre de visitar las tumbas de fallecidos no es muy difundida (Scalici, E., 2013).
Por otro lado, en el Tibet la existencia de la muerte llega a ser un estimulante para el
desarrollo del hombre ya que es utilizada como un elemento psicológico indispensable para la
consciencia del carácter transitorio de la vida, del cambio de todas las cosas y del valor precioso
de la vida. En este sentido, la muerte no es vista como un enemigo que se debe combatir y evitar
a toda costa, sino como un aspecto indispensable de la vida. Luego de la muerte física, esta
filosofía ancestral enseña que el arte de morir es tan importante como el arte de vivir, y que el
futuro del alma depende de una muerte correctamente aceptada por él mismo, y controlada por
un familiar u otra persona, quién lo acompañará en este proceso (Scalici, E., 2013).
De igual forma, en la cultura mexicana se combina los símbolos nativos con los católicos,
es donde se lleva a cabo el Día de los muertos, con la concepción de que el fallecido no se fuera
solo sino con alimentos, armas y riquezas, por lo que practican las ofrendas y los altares en un
ambiente festivo. Sin embargo, en África, en el Lumbalú se canta, se llora, se baila y se alaba al
fallecido, que está presente. La vela dura 9 días, y si se honra bien al fallecido con este rito, se
considera que logrará traspasar al mundo de los muertos. El Lumbalú mantiene como idea
principal la solidaridad e identidad comunitaria ya que refuerza los vínculos de grupo (Scalici,
E., 2013).
En las culturas orientales que practican el budismo, la vida no acaba con la muerte. La
persona se reencarna en otra vida y debe aprender en cada vida, lecciones para ir mejorando
hasta llegar a ser un ser puro espiritual, que se ha ido perfeccionando a través de esas diferentes
vidas. Según la visión budista, la vida es eterna ya que atraviesa sucesivas encarnaciones, la
muerte no se considera tanto el cese de una existencia como el principio de una nueva. Para los
budistas el fenómeno de la trasmigración es obvio, así que la muerte es necesaria y garantiza que
quienes practiquen con sinceridad, se acercarán a la muerte en un estado de plena satisfacción
(Scalici, E., 2013).
También se tiene cuenta la cultura judía como ejemplo, dentro de la cual se establecen
unas etapas que orientan a la persona y guían la pena, se inicia con tres días de pésame, se
prosigue con siete días de luto, luego se dan tres días de reajuste y finalmente once días de
recuerdo y restablecimiento No obstante, cuando no se cumple con estos parámetros y el duelo
persiste se puede considerar un duelo patológico según las características que presente, la
duración del mismo, inicia a las pocas horas del evento y por lo general tiende a desaparecer al
cabo de seis meses a un año del evento. (Vargas, R. 2003). Cuando se presenta esta situación se
prosigue a trabajar con rituales terapéuticos diferenciando en primera medida si el duelo ocurrió
inesperado o de manera conflictiva.
Por lo contrario, para Worden, quien toma ideas de Freud acerca de los duelos, citado
por Yoffe, L. (s.f) expone que “el duelo es un proceso y no un estado” Esta concepción permite
reflexionar sobre el uso de la palabra estado como referencia para conceptualizar el duelo, ¿Qué
es un estado? ¿porque no usarlo como termino de referencia en el duelo? si bien el estado es el
modo de estar de una persona o cosa donde varía según el entorno. Y un proceso se establece
como la secuencia de actos que se van transformando a medida que avanzan, en efecto al revisar
los dos significados cuando el autor se inclina por la connotación “proceso” es porque si el duelo
se trabaja de dicha manera implica tareas de elaboración de la pérdida que “requieren esfuerzo”.
Aun se debe indagar mas sobre este tema, y mas tratar de mostrar a las personas como
se va la muerte en estas culturas ennptro lugares del mundo ya que esta percepcion mas global ,
permite a las personas asinilar que es algo natural, que aunque suele ser duronde asimilar es algo
que ha ocurrido desde la existencia misma del hombre y lo acompañara hasta el fin de sus dias.
Referencias
Vargas, R. (2003). Duelo y pérdida. Rev. Med. leg. Vol. 20 (2). Recuperado de:
https://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1409-00152003000200005
Yoffe, L. (s.f). El duelo por la muerte de un ser querido: creencias culturales y espirituales. Rev.
Psicología, Cultura y Sociedad. Recuperado de: file:///D:/Downloads/Dialnet-
ElDueloPorLaMuerteDeUnSerQuerido-5645411.pdf