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LA IMPORTANCIA DE LA BIBLIA EN LA

FAMILIA
Versículos bíblicos sobre la familia
Se dice que "la familia es la base de la sociedad" y hay verdad en esto. Una
sociedad compuesta por familias sin valores y sin amor será una sociedad
enferma sin un fundamento sólido. Las familias saludables en las que sus
miembros se aman, se respetan y se cuidan contribuirán al crecimiento y la
estabilidad del lugar donde viven.
La familia es muy importante para Dios, de hecho, la idea surgió de él. Dios podía
habernos creado para vivir aislados, sin necesitarnos los unos a los otros. Pero no
fue así. Nos necesitamos no solo para la continuación de la raza humana sino
para apoyarnos, construir y bendecir el lugar donde Dios nos ha puesto.
Veamos algunos versículos bíblicos que hablan sobre la familia y cómo debemos
relacionarnos dentro del entorno familiar.

1. El origen de la familia
Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer
los creó, y los bendijo con estas palabras: «Sean fructíferos y multiplíquense; llenen
la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos
los reptiles que se arrastran por el suelo».
(Génesis 1:27-28)
Dios creó al hombre y a la mujer y los bendijo, dándoles una misión compuesta
por dos partes. Primero, multiplicarse, ser fructíferos y llenar la tierra con hijos.
Vemos que sin la unidad sexual del hombre y la mujer no habría continuidad. La
segunda parte de la misión consistía en someter la tierra, cuidarla, cultivarla, y
dominar a los animales.
Los seres humanos fuimos creados a la imagen de Dios y tenemos un propósito
asignado por él. Somos llamados a contribuir en el lugar donde estamos. No solo
eso, a diferencia de los animales, los humanos poseemos cuerpo, alma y espíritu
lo cual nos da la capacidad de tener una relación de amistad con Dios, fuente de
amor y sabiduría.

2. La vida espiritual de la familia


Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas
continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas
por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. (Deuteronomio 6:6-7)
Los padres deben llenar sus corazones y sus mentes con la palabra de Dios para
luego enseñarla a sus hijos. Su ejemplo amoroso y constante viviendo de acuerdo
con los mandatos de Dios los inspirará y bendecirá. La familia que ama a Dios
comparte de forma natural lo que Dios hace en su diario vivir y cómo él interviene
en los problemas del día a día.

3. Alabar a Dios juntos


Tributen al Señor, familias de los pueblos, tributen al Señor la gloria y el poder;
tributen al Señor la gloria que corresponde a su nombre; preséntense ante él con
ofrendas, adoren al Señor en su hermoso santuario. (1 Crónicas 16:28-29)
La familia que está unida no solo por lazos de sangre sino también en el área
espiritual disfrutará de una relación más profunda y real. Sus miembros estarán
unidos en espíritu recibiendo la bendición que Dios concede a todos los que le
sirven.

4. La obediencia a los padres


Hijo mío, obedece el mandamiento de tu padre y no abandones la enseñanza de tu
madre. (Proverbios 6:20)
Los hijos deben obedecer a sus padres. Aquí se refiere a padres y madres que
enseñan a sus hijos los mandamientos de Dios. Los padres que aman a Dios no
harán exigencias sin sentido a sus hijos. Según los hijos crecen y estudian la
Palabra de Dios por sí mismos, comienzan a reconocer la sabiduría detrás de los
mandatos de sus padres y la bendición que resulta cuando vivimos una vida de
obediencia ante Dios.

5. Bendecir a las otras generaciones


La corana del anciano son sus nietos, el orgullo de los hijos son sus padres.
(Proverbios 17, 6)
La familia debe valorar la aportación de todos sus miembros. Una familia fuerte
aprecia a todos los que la componen sean hijos, nietos, abuelos, primos o tíos.
Celebran juntos sus éxitos, se cuidan, se animan y se ayudan en los momentos de
enfermedad o necesidad.
Los abuelos se alegran al ver a sus hijos criar y educar a los nietos con el mismo
amor y la misma dedicación que ellos lo hicieron. Los hijos también aprenden con
el tiempo a valorar el esfuerzo y el sacrificio que hicieron sus padres para criarlos
en un ambiente lleno de amor y de estabilidad.

6. Luchar por la unidad


Y, si una familia está dividida contra sí misma, esa familia no puede mantenerse en
pie. (Marcos 3:25)
Es muy triste ver familias que solo se hablan para pelear o ni siquiera se hablan.
Debemos trabajar activamente en la unidad familiar, pasar tiempo juntos no solo
en casa sino dar paseos, hacer deporte o disfrutar de tiempos de relax juntos. La
familia debe tener metas y sueños comunes y celebrar cuando estos se
consiguen. Glorificamos a Dios cuando nos esforzamos en mantener la paz y la
armonía en nuestra familia.

7. Actuar con sabiduría


El hijo sabio alegra a su padre; el hijo necio menosprecia a su madre. (Proverbios
15, 20)
Un hijo sabio traerá gozo al corazón de sus padres. No entrará en conflictos
innecesarios con ellos, los honrará y los bendecirá con sus palabras y acciones.
Se aferrará a Dios, la fuente de sabiduría, y tomará decisiones que le agradan a él
y que bendigan a sus padres.
El hijo necio echa de lado las enseñanzas de sus padres y les causa tristeza y
dolor, especialmente a la madre. Necio es quien rechaza la sabiduría que viene de
Dios y vive en rebeldía contra él y contra sus padres.

8. Transmitir el buen camino


Escuchen, hijos, la corrección de un padre; dispónganse a adquirir inteligencia. Yo
les brindo buenas enseñanzas, así que no abandonen mi instrucción.
(Proverbios 4:1-2)
Los padres deben tomar tiempo para hablar con sus hijos, enseñarles a tomar
buenas decisiones y a andar por el buen camino. A veces esperamos que los hijos
se comporten de una manera, pero no nos sentamos a explicarles lo que
esperamos de ellos y por qué les conviene obedecer.
Los hijos por su parte deben escuchar cuando sus padres los corrigen y aprender
a tomar decisiones que les ayuden a crecer como seres humanos. Con el paso de
los años recordarán los consejos de sus padres y estarán agradecidos.

9. El temor al Señor trae bendiciones


Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos. Lo que ganes
con tus manos, eso comerás; gozarás de dicha y prosperidad. En el seno de tu
hogar, tu esposa será como vid llena de uvas; alrededor de tu mesa, tus hijos serán
como vástagos de olivo. Tales son las bendiciones de los que temen al Señor.
(Salmo 128:1-4)

10. Sobre todo, amor


Una familia sin amor no logrará superar
los retos que traerá la vida. Los
miembros de la familia deben estar
dispuestos a pedir perdón y perdonar, a
creer en la bondad y el amor de los otros
y a dejar pasar esas pequeñas manías o
rarezas de los demás que a veces nos
agobian.
El único amor perfecto es el de Dios.
Llenemos nuestras vidas de él dejando
que su amor fluya a través de nosotros y
bendiga a toda la familia.
Y nosotros hemos llegado a saber y creer que Dios nos ama. Dios es amor. El que
permanece en el amor, permanece en Dios, y Dios en él.
(1 Juan 4,16).

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