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Trabajo Práctico Nº3

“Berger y Luckmann + Construcción social de los géneros (UBA)”

Clara Regina Oppizzi

CePEAC N°1

Centro de Producción y Educación Artístico-Cultural de Almirante Brown

Profesorado en Arte, Lenguaje Teatro, 1er año

Psicología y Cultura en la Educación 1

M. Victoria Bonino

26 de Agosto de 2020
En el siguiente trabajo de articulación se relacionarán aquellos conceptos esenciales incorporados en el
estudio del capítulo II: “​La sociedad como realidad objetiva​” de Berger, P. y Luckmann, T. perteneciente al
​ 968) con los aportes de los estudios de género y feminismos
libro “​La construcción social de la realidad” (1
presentados en las clases del seminario virtual: “​Curso sobre Temática de Género en la UBA​”, unidad
abordada: “​La construcción social del género​”.

En el curso virtual previamente nombrado, la Dr. en Ciencias Sociales y feminista, Diana Maffía, se encarga
de exponer la clase correspondiente al eje: “​De la Antiguedad a la Modernidad, el lugar reservado para las
mujeres”​ .
Diana Maffía nos cuenta acerca del gran cambio en la sociedad occidental donde se produce un relativo
pasaje de un ​orden social​ fundado en un orden natural a un orden social fundado en un contrato social.
En su clase, Maffía, nos introduce a un breve recorrido histórico. Inicia explicando como en la Antigüedad y
el Medioevo se pensaba a la sociedad humana desde una mirada aristotélica donde el orden social se
construía “natural” e indiscutiblemente en base a tres vínculos jerárquicos que establecían relaciones
asimétricas de poder: “Amo superior a Esclavo”, “Adulto superior a Niño”, “Masculino superior a Femenino”.
Dichos vínculos dependían inexorablemente de cómo era interpretado un cuerpo.
Cuando Diana Maffía habla acerca de un orden social que se presuponía natural está hablando acerca del
concepto de ​reificación​ planteado por Berger y Luckmann. Es decir, cuando lxs seres humanos olvidamos
el carácter de ​artificialidad ​propio de la construcción de un orden social. Se naturalizaron aquellas
relaciones jerárquicas que establecían los modos de actuar, se​ clausuró al mundo ​construyendo un orden
social direccionado por dichas relaciones asimétricas fundadas desde una perspectiva antropológica que,
erróneamente, consideraba al ​capital biofisiológico​ humano como predeterminante de los roles a
desempeñar socialmente. Perspectiva errónea ya que, según Berger y Luckmann, la única constante
antropológica desde lo biológico en lx ser humano es que ese capital sea ​plástico​, flexible a múltiples
posibilidades y, por ende, ​carente​ de la posibilidad de otorgar dirección a las formas de actuar en el mundo.
Lxs seres humanos nos relacionamos con el mundo desde la ​apertura​ y las características biológicas son
incapaces de predeterminar el modo en que nos relacionaremos con el ambiente (tanto físico como
simbólico y social).

Continuando el trayecto histórico, Maffía analiza el pasaje hacia la Modernidad, momento en el cual la
sociedad comienza a pensar al orden social, es decir, el modo en el que se organiza, no ya dependiente de
la naturaleza sino basado en un contrato social. Acuerdo en el cual, a través del consenso, se establecía
una idea en la que sujetos reconocen a otros como iguales y como sujetos de derecho. Según Berger y
Luckmann esto daría paso a dejar de pensar al mundo humano como un mundo animal dando lugar a la
noción de que lx ser humano, por medio de una ​empresa social​, de forma colectiva y no individualmente,
se produce a sí mismx​. Haciendo hincapié a que el orden social, que da dirección y estabilidad
clausurando relativamente al mundo, es producto de una construcción humana, por tanto, artificial.
Maffía presenta la crítica por parte de la primera ola del feminismo (Siglos XVIII/XIX) hacia ese contrato
social que hablaba de una ciudadanía en apariencia universal cuando, en realidad, era restringida.
En la Revolución Francesa la declaración de los derechos del hombre y del ciudadano deja excluidas a las
mujeres, pobres, afrodescendientes e indígenas. Se creía que dichos colectivos no tenían la capacidad de
razonamiento abstracto por tanto, no comprendían los términos del contrato.
Ahora bien, Maffía realiza una importante observación acerca de este momento histórico. Establece que
este nuevo orden de ciudadanía moderna esconde una trampa singular para las mujeres donde el ámbito
público y el ámbito privado quedan divididos entre dos lógicas e institucionalidades diferentes.
En el ámbito público la institucionalidad se encuentra a cargo del Estado, el cual pasa a organizar con sus
autoridades y sus relaciones de poder a la sociedad. Responsabilizándose de garantizar que el contrato
social se cumpla.
Pero, por otro lado, el ámbito privado va a permanecer en el orden “natural” antecesor. La institucionalidad
está en manos de la familia. Institución que, según Berger y Luckmann, pasa a ​objetivarse​. Es decir, lxs

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sujetos a lo largo de la historia han instituido y naturalizado​ hábitos, ​reproduciendo la perspectiva de la
antigüedad donde la creencia de que dentro de la familia tanto mujeres como niñes son propiedad de los
agentes masculinos. De esta forma, la institución familiar se ​cristaliza​, adquiere rigidez, y perpetúa el
modelo donde los roles desiguales que anteceden a la modernidad quedan objetivados, internalizados.
Pareciera que dicho modelo de relaciones de poder asimétricas excede a lxs sujetos partícipes y que cada
integrante de la familia no es capaz de transformarlo.
Dentro del ámbito privado, explica Maffía, la Modernidad les reserva a las mujeres la función reproductiva
encerrandolas al ámbito doméstico. Desde el sentido biológico, la mujer tenía que reproducir biológicamente
hijxs legítimxs y herederxs.
Desde el sentido eco/político cultural, la mujer era responsable de la ​reproducción del orden social​.
Enseñando a sus hijxs cómo ser niña, como ser niño, qué roles desempeñarían en un futuro según el
género. Reproduciendo la fuerza de trabajo del capitalismo: el varón encuentra en el ámbito privado la
restauración de su autoridad donde la mujer lo alimenta, cuida y le es inferior.
De este modo las mujeres, como Berger y Luckmann denominan, quedamos ​esteriotipadas​, ​tipificadas​,
determinadas a un lugar donde el encierro en el hogar y la obligacion de hacer las tareas domésticas se
encuentran ligados a una cuestion de género y se naturalizan como un mandato propio al sexo femenino.
Desde aquí podemos vislumbrar cómo, tanto la génesis como la existencia de determinado orden social,
dependen de la actividad humana. Las mujeres omitiendo la transformación e interiorizando aquel mandato
azaroso reproducen el sistema de orden patriarcal establecido.
Por último, Maffía presenta el concepto de doble entronque patriarcal. A partir de investigaciones a cargo de
feministas comunitarias se ha descubierto que el orden social patriarcal es anterior e independiente del
orden social capitalista moderno. Si bien, el colonialismo trajo con él la explotación, el adoctrinamiento y el
orden social de género estereotipado, previamente las culturas originarias en Latinoamérica ya respodian a
un orden social patriarcal. La llegada del capitalismo colonial lo que hizo fue intensificarlo.

El segundo video/clase: ​“Construccion social de los géneros: Feminismos y colectivos LGBTQ, larga historia
de luchas y conquistas”​ está a cargo de Dora Barrancos (socióloga e historiadora feminista, directora del
CONICET del 2014 al 2018) con participación de M. Alicia Gutierrez (docente e investigadora FSoc UBA,
integrante de la campaña por el derecho al aborto legal seguro y gratuito).

En su clase, Barrancos, habla sobre el nacimiento de los movimientos feministas y su evolución histórica.
Como el colectivo de diversidades sexogénericas LGBTQ hacen espejo en los feminismos. Y cómo gracias
a ambos colectivos se han logrado transformaciones dentro del orden social patriarcal capitalista.
Barrancos ubica el origen del primer feminismo a mediados del siglo XIX. En aquella época se debatía
acerca de la abolición de la esclavitud, las mujeres se encontraron restringidas a participar del debate. A
partir de aquí se profundiza la contestación contra un orden que había clausurado los derechos de las
mujeres quienes se vieron reflejadas en el espejo de la esclavitud.
El siglo XIX con la aparición de la nueva clase social burguesa refuerza la opresión de las mujeres con
motivo de sostener la organización social que necesitaba la nueva clase. Es decir, lo que Berger y
Luckmann llamarían, ​la reproducción del orden social establecido ​que permite que continúe existiendo.
La primer ola del movimiento feminista tenía como objetivos principales: conseguir derechos civiles iguales
que los varones, acceder a igualdad de oportunidades en materia educación y obtener derechos políticos,
como el voto.
Barrancos analiza cómo el patriarcado funde sus sentidos con la sub alternancia femenina y el no
reconocimiento de las alteridades de la sexualidad. Alteridades que el orden patriarcal distingue como
“extrañas”, “corridas de regla”. Generando una ​reificación ​del orden social y marginando la diversidad, ya
que esta estaría por fuera de lo “naturalmente” admitido.
Barrancos afirma que ambos movimientos y sus luchas marcan los significados profundos de las
transformaciones posibles a darse en un orden social de construcción humana, por tanto ​artificial ​y en
consecuencia potencialmente variable. ​Transformación​, según lo estudiado con Berger y Luckmann, que

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puede darse dejando de reproducir el orden establecido y/o generando movimientos sociales como los
realizados por tales agencias.
Se han y se seguirán conquistando leyes gracias a la lucha de los colectivos específicos por conseguir
acceso a derechos. Como por ejemplo, la Ley de Identidad de género argentina la cual establece que tan
solo basta la mera situación subjetiva enunciada por la persona para registrar su posición sexo-genérica.
Esta ley me recuerda lo nombrado en el texto de Berger y Luckmann acerca de que el ​homo sapiens es
siempre y en la misma medida homo socius​. Somos producto tanto de la evolución biológica como de la
sociedad. La construcción del sujeto necesariamente precisa de otres y no sólo somos nuestro cuerpo, no
estamos determinados por él sino que, a su vez, lo tenemos. Es decir, el Yo es independiente al capital
biofisiológico.
El reconocimiento a las amplias otredades de identidad sexogenérico, el colectivo homosexual y los
feminismos constituyeron, según Barrancos, “un mapa formidable de movilización social que de alguna
manera repercute de forma extraordinaria contra todas las formas de violencias”.

La última video/clase:​ “Los estudios de género y los procesos educativos. Una mirada crítica” l​ a presenta
Graciela Morgade (decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, 2014 a 2019).
Graciela Morgade crítica a los procesos educativos dentro del “currículum oculto” de la institución escolar.
Las escuelas deberían ser espacios de igualdad, pero al mirar con detenimiento, en los procesos educativos
hay una transmisión de ​estereotipos ​tradicionales, hegemónicos, sobre lo femenino y lo masculino.
Los saberes del currículo fueron construidos en un marco patriarcal, de fuerte invisibilización femenina en la
sociedad.
La escuela, en todos sus niveles, muchas veces censura o silencia a los cuerpos sexuados y a los intereses
diversos de las amplias identidades sexogénericas.
Morgade señala que las prácticas docentes no son neutrales en términos de género. Al transmitir los hábitos
históricamente construidos en relación a las estereotipaciones lo que se produce es lo que Berger y
Luckmann denominan la ​reproducción del orden social​, en este caso, patriarcal.
La decana cuenta cómo a partir de investigaciones realizadas, se ha desvelado el prejuicio acerca de la
capacidad intelectual de las mujeres en el ámbito de las ciencias exactas. Mirada totalmente arbitraria que
debido a su permanencia a lo largo de la historia se ha interiorizado y naturalizado, ​cristalizandóse ​en
variedad de sujetos, ante todo masculinos.
Morgade, al afirmar que ningún área, nivel y práctica se encuentra ajena a la reproducción de estereotipos y
prejuicios, comenta acerca del “rincón de la casita”. Rincón del nivel inicial destinado como propio del sexo
femenino.
Presenta al proyecto político ESI que articula tanto a los movimientos sociales, a la educación y a las
investigaciones. Proyecto que intenta sacar a la sexualidad de la mirada tradicional que nos antecede y que
la reduce a una dimensión biofisiológica.
La ESI establece que la construcción social sexual de los cuerpos debe ser abordado en complejidad.
Los cuerpos no son meramente una materialidad, son producto de una relación dialéctica entre una
construcción biológica y social. Dependen de un marco de relaciones sociales y culturales.
Lxs sujetos que residimos en ese cuerpo somos producto cultural e histórico y en esa dimensión tiene que
ser estudiada. Por tanto, la ESI se encuentra estrechamente vinculada al concepto de​ homo socius
nombrado por Berger y Luckmann: lxs seres humanos somos producto de la evolución y de la sociedad. ​“Lx
ser humano, en sociedad, se construye a sí mismx”.
Morgade finaliza su charla haciendo hincapié en que si queremos y adherimos a un proyecto pedagógico de
democratización, emancipación y justicia que incluya una mirada crítica y transformadora, lograremos dar
lugar a la diversidad que forma parte de nuestras vidas cotidianas, la cual durante mucho tiempo la escuela
se encargó de silenciar.

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Bibliografía

Berger, P y Luckmann, T. (1968). Capítulo II, “La sociedad como realidad objetiva”, ​La construcción social de
la realidad.
https://zoonpolitikonmx.files.wordpress.com/2014/09/la-construccic3b3n-social-de-la-realidad-berger-l
uckmann.pdf

Barrancos, D y Gutierrez, M.A. (2019) ​“​Construcción social de los géneros: Feminismos y colectivos LGBTQ,
larga historia de luchas y conquistas​”​, ​Curso sobre Temática de Género en la UBA.
https://drive.google.com/file/d/1r2s9bqe6wCW3DCpdkzhZbwgQm6QhLHVv/view?usp=sharing

Maffía, D. (2019) “Construcción social de los géneros: De la Antigüedad a la Modernidad, el lugar reservado
para las mujeres”, ​Curso sobre Temática de Género en la UBA.
https://drive.google.com/file/d/1U07R077W-qs9AS9wb7eeVjoGqnEuuULX/view?usp=sharing

​ onstrucción social de los géneros: Los estudios de género y los procesos educativos.
Morgade, G. (2019)​ “C
Una mirada crítica”, ​Curso sobre Temática de Género en la UBA.
https://drive.google.com/file/d/1GYSYG_jmfe1itST57nmYNEJkvIIQcq8s/view?usp=sharing

Santoro, S. (2017), “Un curso de género en la UBA”, Página 12.


https://www.pagina12.com.ar/65010-un-curso-de-genero-en-la-uba

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