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CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LAMBAYEQUE

SEGUNDA SALA DE APELACIONES


______________________________________________________________________
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Expediente : 02498-2013-75-1706-JR-PE-03
Procedente : Segundo Juzgado Unipersonal de Juzgamiento
Acusado : Porfirio Díaz Benavides
Agraviada : Menor de iniciales E.P.A.H.
Delito : Exhibiciones y publicaciones obscenas

SENTENCIA N° 120 - 2016


Resolución Número: Siete
Chiclayo, cinco de agosto de dos mil dieciséis
VISTA Y OIDA:
En la audiencia de apelación de sentencia por la Segunda Sala Penal de Apelaciones de
Lambayeque, presidida por el magistrado César Bravo Llaque, integrada por los jueces
superiores Raúl Humberto Solano Chambergo y Erwin Guzmán Quispe Díaz, en la que
intervino como parte recurrente la representante del Ministerio Público, si la
concurrencia de la parte recurrida.
CONSIDERANDOS DE LA SENTENCIA:
1. Premisa normativa
1.1.- El artículo 183, primer párrafo, del Código Penal, sanciona con pena
privativa de libertad no menor de dos ni mayor de cuatro años, al que en lugar
público, realiza exhibiciones, gestos, tocamientos u otra conducta de índole
obscena.
1.2.- El artículo 419º del Código Procesal Penal que establece las facultades de la
Sala Penal Superior, precisando en el numeral 1) que la apelación atribuye a la
Sala Superior, dentro de los límites de la pretensión impugnatoria, examinar la
resolución recurrida tanto en la declaración de hechos cuanto en la aplicación del
derecho; mientras que el numeral 2) prevé que el examen de la Sala Penal
Superior, tiene como propósito que la resolución impugnada sea anulada o
revocada, total o parcialmente.
1.3.-Que, el principio de congruencia informa que el órgano revisor está vinculado
con los agravios que expresen las partes procesales en sus recursos de apelación,
estableciéndose en la jurisprudencia nacional que “También cabe recordar que el
ejercicio de la competencia del órgano jurisdiccional se encuentra sujeto a
determinados límites, siendo que cada uno de ellos, el principio dispositivo de los
medios impugnatorios: TANTUM APELLATUN TANTUM DEVOLUTUM, es
decir, sólo pueden pronunciarse acerca de los hechos alegados por las partes,
siempre que estos hayan sido invocados. Para resolver una apelación, el tribunal
de mérito no puede fundamentar el fallo en temas que no han sido materia de
contradicción oportuna ni alegadas por los sujetos procesales, más aún si el
Ministerio Público en lo atinente a la responsabilidad penal consintió tal
extremo; pues caso contrario, se estaría violando el deber de congruencia, con
repercusiones en el derecho de defensa de las partes”1. Asimismo, la casación N°
2015-2011- Arequipa del 12 de junio del 2012, se refiere, entre otros principios, al
de congruencia recursal por el cual la autoridad jurisdiccional que conoce un
medio impugnatorio debe circunscribirse a los agravio aducidos por las partes en
1
Sentencia de Casación N° 413-2014-Lambayeque del 07 de abril de 2015, de la Sala Penal Permanente de
la Corte Suprema de la República, Fundamento Trigésimo Tercero.
su recurso presentado, de conformidad con lo establecido en el numeral 1 del
artículo 409° de Código Procesal Penal.
2. Premisa factica:
2.1.- Objeto de apelación.
Es objeto de apelación la sentencia del veintitrés de mayo de dos mil dieciséis que
absuelve al acusado Porfirio Díaz Benavides de la acusación fiscal por el delito de
exhibiciones y publicaciones obscenas, previsto en el artículo 183°, primer párrafo
del Código Penal, en agravio de la menor de iniciales E.P.A.H.
2.2.- Acerca del juicio de hecho
El Ministerio Público atribuye al acusado Porfirio Díaz Benavides la comisión del
delito de exhibiciones obscenas en agravio de la menor de iniciales E.P.A.H. de
nueve años de edad, en atención a los siguientes términos de imputación:
El diecisiete de diciembre de dos mil doce, en horas de la mañana, en
circunstancias que la menor había salido de su domicilio con la finalidad
de cortar leña, vio que el acusado se baja el cierre de su pantalón
mostrándole su miembro viril, ante ello ingresa al domicilio y le comunica
a su abuela lo sucedido. Entonces la abuela, un poco incrédula opta por
comprobar si efectivamente esto había ocurrido, escondiéndose en un
cuarto donde tenía una ventana y observa, y cuando la menor continua
cortando leña, la abuela observa que efectivamente el acusado se
encontraba con su órgano afuera enseñándole a la menor, optando luego
por increparle su conducta, contestándole “que estaba mal de la cabeza, se
había tupido y que el diablo lo había tentado y que por favor no lo
denuncie”.
La abuela de la menor acudió donde su hija Luz Marina Herrera Cieza,
madre de la menor, a comunicarle lo sucedido y entonces juntas van a la
comisaría a denunciar los hechos, resultando que tal situación venía
presentándose desde hacía un año, pues inclusive una madre de familia
Violeta Fernández Bustamante y la profesora Marilu Díaz Yovera, habían
concurrido en una oportunidad con la menor agraviada a la vivienda de la
menor agraviada para conversar con su madre Luz Marina Herrera Cieza,
pero fueron atendidos por el esposo quien les manifestó que su esposa se
encontraba en Pucala, dejándose el recado de que acuda al colegio a
conversar con ella.
2.3.- De la resolución recurrida
La juez a quo se ha decantado por la absolución respecto de los cargos imputados
porque: i) si bien se ha acreditado que el acusado miccionaba en el interior de su
chacra cuando la menor cortaba leña, sin embargo estos hechos por sí solos no
pueden configurar el delito de exhibiciones obscenas pues para tal fin el tipo penal
exige que se haga en público, como una plaza, una calle o en un sitio abierto al
público, como un estadio deportivo, teatro o cine o en lugares expuestos al público
a los cuales sin mayor esfuerzo, las personas pueden realizar actos de observación,
que es justamente lo que no se ha acreditado, ii) no se ha logrado acreditar con
claridad que el haber orinado en su terreno haya tenido un objetivo concreto como
el que exhiba su miembro viril con fines de ofender el pudor de la menor, que si
bien la agraviada sostuvo que el acusado le mostraba sus genitales y le mandaba
besos volados, en otras se bajaba el cierre del pantalón, estos hechos no han sido
precisados en ningún momento a la abuela ni a su madre y profesora; iii) el primer
párrafo del tipo penal lleva un sesgo moralizante y a nivel del tipo subjetivo se
requiere un dolo específico que es el ánimo lascivo de provocación sexual que guía
al ejecutar el acto, lo que no se ha logrado acreditar en el presente proceso.
2.4. Fundamentos de la apelación
La representante del Ministerio Público en la audiencia de apelación de sentencia
solicita que la sentencia absolutoria sea declarada nula, remitiéndose los actuados a
otro órgano jurisdiccional para que realice un nuevo juzgamiento, por cuanto los
hechos y la prueba actuada no han sido debidamente valorados de conformidad con
el artículo 158.1 del Código Procesal Penal, sustancialmente por lo siguiente:
 Se sostiene que no se han acreditado los hechos que constituye la
imputación, sin embargo no se ha evaluado apropiadamente la sindicación
directa de la menor agraviada y de su abuela Olga Cieza Tapia durante el
juzgamiento, en que esta último declaró como es que observó que el
acusado enseñaba su pene a la menor.
 Igualmente la profesora Marilu Díaz Yovera indicó cómo es que tomó
conocimiento de los hechos, en el sentido de que cada vez que la menor
pasaba sacaba su pene, incluso para orinar hacía bulla para que le menor le
mire.
 Sostenerse que una chacra no es lugar público implica un argumento
errado, por cuanto no ha estado circulado y además personas transitan por
el lugar, incluso se sabe a sí una persona está dentro de un inmueble
cerrado pero hace la exhibición obscena por un ventanal, igual se configura
el delito.
 El protocolo de pericia psicológica habla sobre el perjuicio sufrido por la
menor agravada, al verificarse una reacción ansiosa, extremo que no ha
sido evaluado apropiadamente por la juez a quo.

3. Razonamiento del Colegiado Superior:

3.1.- El artículo 159° de la Constitución Política establece que el Ministerio Público


es el titular del ejercicio de la acción penal pública y tiene el deber de la carga de la
prueba, bajo el principio de la imputación necesaria como manifestación del
principio de legalidad y del principio de la defensa procesal, los que se encuentran
regulados en los artículos 2° numeral 24) literal “d”, y 139° inciso 14) de la Carta
Fundamental del Estado. De esta forma, la persona a quien se le imputa la comisión
de un delito debe conocer con exactitud los cargos formulados en su contra,
reconociéndose como de “(…) ineludible exigencia que la acusación ha de ser
cierta, no implícita, sino precisa, clara y expresa con una descripción suficiente
detallada de los hechos considerados punibles que se imputan y del material
probatorio en que se fundamenta (…)2 . De ahí que la imputación necesaria
“supone la atribución de un hecho punible, fundado en el factum correspondiente,
así como en la legis atinente y sostenido en la prueba, presupuestos que deben ser
inescrupulosamente verificados por el órgano jurisdiccional que, ejerciendo la
facultad de control, debe exigir que la labor fiscal sea cabal, que la presentación
de los cargos, sea puntual y exhaustiva, que permita desarrollar juicios
razonables”3

3.2.- En cuanto a lo expuesto en el punto anterior, el órgano persecutor estableció


en el factum de la imputación que i) el diecisiete de diciembre de dos mil doce, en
2
STC N° 4989-2006-PHC/TC
3
R.N. N° 956-2011-Ucayali, Jurisprudencia Vinculante de la Corte Suprema de la República, Fundamento
Tercero: Sustento Normativo: Cuarta Consideración Previa
horas de la mañana, en circunstancias que la menor había salido de su domicilio
con la finalidad de cortar leña, vio que el acusado se baja el cierre de su pantalón
mostrándole su miembro viril, ante ello ingresa al domicilio y le comunica a su
abuela lo sucedido, entonces la abuela, un poco incrédula opta por comprobar si
efectivamente esto había ocurrido, escondiéndose en un cuarto donde tenía una
ventana y observa, cuando la menor continua cortando leña, la abuela observa que
efectivamente el acusado se encontraba con su órgano afuera enseñándole a la
menor, optando por increparle su conducta, contestándole “que estaba mal de la
cabeza, se había tupido y que el diablo lo había tentado y que por favor no lo
denuncie”; ii) esta situación ya venía presentándose desde hacía un año, pues
inclusive una madre de familia, Violeta Fernández Bustamante y la profesora
Marilu Díaz Yovera, habían concurrido en una oportunidad con la menor agraviada
a la vivienda de la menor agraviada, para conversar con su madre Luz Marina
Herrera Cieza, pero fueron atendidos por el esposo quien les manifestó que su
esposa se encontraba en Pucala, dejándose el recado de que acuda al colegio a
conversar con ella.

3.3.- Se advierte un grave incoherencia en el razonamiento de la juez a quo porque


niega la sindicación de la agraviada en el sentido de que el acusado le mostró sus
genitales el diecisiete de diciembre de dos mil doce, por cuanto éste únicamente
orinaba en el terreno de su propiedad; sin embargo acoge el testimonio de la
profesora Marilu Díaz Yovera de que anteriormente, cada vez que pasaba hacia su
casa, el sujeto miccionaba. Es decir, no es que en la fecha indicada casualmente la
menor observó al acusado que orinaba, sino que han sido varias las oportunidades
en que se presentaba esta situación. Tal extremo no ha merecido ninguna
apreciación de la juez en la sentencia apelada, pues sería una exagerada
coincidencia que cada vez que la menor se ubicaba cerca del imputado, éste tenga
la necesidad de orinar, con el agregado que durante su declaración en el juicio, en
ningún momento la menor indicó que en la fecha indicada al momento que el sujeto
le mostraba sus genitales, éste hacía sus necesidades fisiológicas.

3.4.- Asimismo, pese a que al juicio concurrió la testigo presencial, esto es, la
abuela de la agraviada Olga Tapia de Herrera ratificando haber visto cuando el
acusado le mostraba el pene a su nieta, la juez a quo no ha dado una respuesta
apropiada para desestimarlo como medio de prueba idóneo, limitándose únicamente
a señalar la coincidencia de haberse visto al acusado orinar dentro de su chacra;
pero resulta que la abuela sostuvo en juicio haber visto cuando el imputado se
levantaba con su pene afuera, bajado el cierre del pantalón, que incluso ella se
escondió para comprobar lo que su nieta le dijo previamente, esto es, que el sujeto
le enseñaba sus genitales. De ahí que esta falta de respuesta al bagaje probatorio
incorporado al plenario determina una indebida actuación respecto a la valoración
probatoria que exige una apreciación razonada acerca de los términos de
imputación, presentando el discurso argumentativo graves omisiones y
contradicciones que no se condice con los cánones de una correcta justificación
exigible en toda decisión judicial, soslayándose lo que el Código Procesal Penal
establece imperativamente en el artículo 394° numerales 2 y 3, que la sentencia
contendrá: "La enunciación de los hechos y circunstancias objeto de la acusación,
las pretensiones penales y civiles introducidas en el juicio, y la pretensión de la
defensa y del acusado"; "La motivación clara, lógica y completa de cada uno de
los hechos y circunstancias que se dan por probadas o improbadas, y la
valoración de la prueba que la sustente, con indicación del razonamiento que la
justifique"

3.5.- Asimismo, negarle condición de espacio público a una chacra o predio


agrícola, llevaría al absurdo de permitirse exhibiciones obscenas en el ámbito rural
donde existen pueblos con viviendas distanciadas y discontinuas, con sus
respectivos predios agrícolas que sin estar amuralladas, permiten el tránsito y
despliegue de los propios moradores. Es cierto que la doctrina, como el caso de
Ramiro Salinas Siccha4, sostiene que el hecho debe efectuarse en lugar público
estrictamente como una plaza, la calle, etc, o sitio abierto al público como un
estadio deportivo, sala de teatro, etc, o lugares expuestos al público a los cuales
sin mayor esfuerzo las personas puedan realizar actos de observación; pero en
ningún momento se está negando que la exhibición obscena pueda realizarse en un
campo agrícola, por más que se ostente la propiedad de ese predio, por lo que la
apreciación de la juez a quo al respecto, es totalmente errónea

. 4.- Conclusión.-

En virtud a estas consideraciones, corresponde anular la sentencia de grado a


efectos de que se realice un nuevo juzgamiento por otro juzgado, por afectación al
debido proceso, no solamente por la indebida apreciación del bagaje probatorio
incorporado al plenario, sino con la exigencia de la debida motivación.

Por las consideraciones expuestas, analizando los hechos y las pruebas conforme a las
reglas de la sana crítica, de conformidad con las normas contenidas en los
considerandos citados precedentemente, la SEGUNDA SALA DE APELACIONES
DE LA CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LAMBAYEQUE, HA
RESUELTO POR UNANIMIDAD:
ANULAR la sentencia del veintitrés de mayo de dos mil dieciséis que absuelve al
acusado Porfirio Díaz Benavides de la acusación fiscal por el delito de exhibiciones y
publicaciones obscenas, previsto en el artículo 183°, primer párrafo del Código Penal,
en agravio de la menor de iniciales E.P.A.H. DISPUSIERON que de forma inmediata
se realice un nuevo juicio oral por otro Juzgado de juzgamiento, devolviéndose
perentoriamente el expediente judicial. Sin costas procesales.
Srs.
Bravo LLaque.
Solano Chambergo
Quispe Díaz

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SALINAS SICCHA, Ramiro. Derecho Penal Parte Especial. Volumen 2. Editorial Iustitia 6ta.
Edición. 2015, p. 924.

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