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Solamente quien obra con buena voluntad, dirigida por la razón práctica, y
no por las emociones, podrá ser para Kant, feliz, que es sinónimo de poseer
una vida digna.
Según Kant
Para Kant la buena voluntad es buena, no por lo que efectúe, no por conseguir algún fin,
sino que es bueno en sí misma.
Kant quiere analizar la naturaleza de una voluntad buena en sí misma, es decir, una
voluntad que actué al margen de inclinaciones y tendencias.
Una voluntad de este tipo es aquella que actúa por deber y no conforme al deber.
Niveles
Kant tiene en cuenta 2 niveles:
Máximas
La Máxima es un principio subjetivo según el cual una determinada persona actúa.
Empíricas: se refiere a las actuaciones que se rigen por deseo, inclinaciones o fines.
Tales máximas deberían estar excluidas de un auténtico comportamiento moral.
A priori: se refieren únicamente a actuaciones que obedecen, sin más, a la ley moral
universal.
Según el imperativo categórico
A) Obra sólo según la máxima que te permita al mismo tiempo querer que tal máxima
se convierta en una ley universal.
Kant nos dice, que el valor del carácter moral es hacer el bien, no por inclinación sino
por el deber, esto implica que el hombre deba procurar cada ser pensante su felicidad no
por inclinación sino por deber y solo así estará cumpliendo con el verdaderovalor moral.
Para explicar el concepto que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos e
incluso al enemigo, estaremos hablando del amor por inclinación por ser este un
mandato supremo, pero el amor no debiera ser un mandato sino uno bien por el deber,
por lo que siendo un deber practico, este es manifestado por nuestra voluntad.
La segunda preposición radica en uno acción hecha por debertiene su valor moral no en
un propósito que se quiere alcanzar, sino este radica en el querer hacerlo.
Y una tercera proposición radica en el deber es la necesidad misma de una acción por el
respeto a la ley.
Para cualquier acción determinada por la voluntad esta puede ser buena y no teniendo
restricción, existe una ley universal que dice:
“Yo no debo obrar nunca más que de modo que pueda quererque mi máxima deba
convertirse en ley universal”
Aquí Kant nos expresa los deberes humanos con nosotros mismos y con todos los
demás que nos rodean, esta expresión nos conduce por medio de la costumbre de no
prometer nada sino solo con el propósito de cumplirlo con el uso de nuestra razón, si
esta no implica una máxima reprochable la cual no perjudique a mi o a las demás
personas entonces y soloasí estará cumpliendo con una ley universal.
Para hacer que mi querer sea absolutamente bueno, no es necesario ir en busca de algo
nuevo, o no tener el conocimiento de lo que se encuentra en el mundo o desconocer los
sucesos que pasan en el creación, ya que nos debemos a la razón misma, ya que me
impone el respeto por la universal legislación que nos rige o si la queremos llamar ley
universal.Ya que lo primordial nos lleva a entender como el valor que esta encima de
todo, que es aquella condición de tener una voluntad buena en sí misma.
Con lo anterior nos dice Kant, el define al principio del conocimiento moral de la razón
vulgar no lo precisa como principio universal pero lo utiliza como enjuiciamiento, en el
que percibe un bien y un mal o en tal caso conforme al deber o en contrarioal deber el
cual todo ser humano tiene conocimiento, incluso el más vulgar.
Cuando la facultad practica de juzgar. Cuando esta razón vulgar se atreve a salirse de las
leyes de la experiencia y de las percepciones sensibles y contradictorias, se estará
tomando un camino de error por lo que se recurre a lo practico, en lo que comienza con
la facultad de juzgar, para por ello se necesita delconocimiento de las ciencias no para
aprender de ellas sino para procurar su duración, en donde la razón ordena sin aquella
promesa alguna y sin ninguna inclinación, solo el de discutir esas leyes del deber o en
poner en duda su veracidad y su validez.
Esta razón humana vulgar se ve empujada a motivos prácticos, para abordar una
filosofía practica.
Y no es buena por lo que busque o consiga, sino por la intención. Y esta debe ser que la
acción pueda convertirse en ley universal, es decir, la validez o la racionalidad de la acción
(recordamos que sólo la razón obtiene auténticos conocimientos: universales y necesarios.)
La acción de una buena voluntad es hecha conforme al deber y por deber Por ejemplo, se
debe conservar la vida pero no por inclinación o interés, sino porque es nuestro deber.
Así pues, el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley. Es decir, haremos lo
que veamos que es una ley y porque lo es, no por otra cosa.
Hay, por tanto, leyes objetivas que nos describe nuestra razón y subjetivamente se nos
presentan como nuestras obligaciones morales.
En definitiva, la acción debe ser universalizable. La razón nos dicta, pues, su imperativo
categórico: actúa de tal manera que tu acción pueda ser ley universal.