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Kant inicia este primer capítulo sosteniendo que no podemos pensar nada en este mundo

(ni fuera de este) irrestrictamente bueno, salvo una buena voluntad. 

1. Tránsito del conocimiento


moral común de la razón al
conocimiento filosófico
Kant en esta obra parte del concepto de buena
voluntad como algo bueno sin restricciones. Es buena
en sí misma y no sólo por lo por medio de ella
pudiéramos realizar. La buena voluntad es la condición
que nos hace dignos de ser felices. Se pregunta sobre el
propósito de la naturaleza de haber dado a nuestra
voluntad la razón como línea directriz.
Hace una comparación entre la razón y el instinto para
encontrar la justificación de la existencia en nosotros
de este valor, es decir, la razón. Nos dice que el destino
verdadero de la razón tiene que ser el de producir una
buena voluntad y como segundo fin, la felicidad. No
encuentra otro destino pues la naturaleza nos habría
dado sólo el instinto, si hubiese querido nuestra
felicidad o un estado de felicidad semejante a los demás
seres.
Para continuar con su desarrollo de la buena voluntad,
el autor nos introduce el concepto del deber. Nos dice
que cuando una acción se realiza no debe ser por
inclinación o por ser benéfica, sino por deber. Sólo así
la acción logra poseer su verdadero valor moral.
Asimismo nos dice que asegurar la propia felicidad es
un deber (399, 1-5), esto lo acepta como ley.
Trabaja después con el concepto de valor moral.
Escribe, como segunda proposición, que el valor moral
de una acción no reside en el efecto que de ella se
espera. Y como tercera nos dice que el deber es la
necesidad de una acción por respeto a la ley (ver
arriba). Por lo tanto, la representación de la ley
(práctica) en sí misma es el fundamento determinante
de la voluntad.
De todo esto propone una legalidad universal de las
acciones en general como único principio de la
voluntad: obrar de tal manera que se quiera que la
máxima se convierta en ley universal. En palabras de
Kant: "Surge entonces una dialéctica natural para
discutir las leyes del deber y poner en duda su validez".
Esto da paso a una filosofía práctica que analizará el
principio y determinación de dicha ley. Por tanto se va
elaborando en la razón práctica una dialéctica que pide
ayuda a la filosofía para recibir enseñanza acerca del
origen de su principio.

Para el filósofo Immanuel Kant la buena voluntad está determinada por la


intención de quien realiza los actos, independientemente de si
el resultado es positivo o perjudicial.

Nuestra conciencia moral según Kant nos indica cuales son nuestros


deberes, y si orientamos hacia ellos nuestras conductas, nuestra voluntad
será buena. Si un acto bueno lo hacemos inclinados por la pasión o los
intereses de cada uno, será una voluntad neutra. Será buena voluntad
cuando responda categóricamente al cumplimiento de un deber. Lo
categórico significa no estar sujeto a condiciones, Por ejemplo es buena
voluntad imponerme: “Tengo que proteger al desvalido”, pero no los es la
siguiente intención: “Tengo que proteger al desvalido, si quiero llegar al
paraíso”, pues en este caso si bien la acción es buena, está condicionada por
el fin personal y egoísta. Esto último no es ni mala ni buena voluntad.

Solamente quien obra con buena voluntad, dirigida por la razón práctica, y
no por las emociones, podrá ser para Kant, feliz, que es sinónimo de poseer
una vida digna.

Según Kant
Para Kant la buena voluntad es buena, no por lo que efectúe, no por conseguir algún fin,
sino que es bueno en sí misma.

Kant quiere analizar la naturaleza de una voluntad buena en sí misma, es decir, una
voluntad que actué al margen de inclinaciones y tendencias.

Una voluntad de este tipo es aquella que actúa por deber y no conforme al deber.
Niveles
Kant tiene en cuenta 2 niveles:

1) Si hablamos de la voluntad que obra como algo absolutamente incondicional


(voluntad santa), entonces estaríamos ante algo que es algo absolutamente bueno en sí y
que, por tanto, no tendría que actuar por deber para ser buena en sí.

2)En este contexto, la voluntad es buena cuando actúa por deber.

Máximas 
La Máxima es un principio subjetivo según el cual una determinada persona actúa.

Kant diferencia entre Máximas Empíricas o Material y Máximas a priori o Formal:

Empíricas: se refiere a las actuaciones que se rigen por deseo, inclinaciones o fines.
Tales máximas deberían estar excluidas de un auténtico comportamiento moral.

A priori: se refieren únicamente a actuaciones que obedecen, sin más, a la ley moral
universal.
Según el imperativo categórico 
A) Obra sólo según la máxima que te permita al mismo tiempo querer que tal máxima
se convierta en una ley universal.

B) Obra como si la máxima de tu acción hubiera de convertirse por tu voluntad en ley


universal de la naturaleza.
TRANSITO DEL CONOCIMIENTO MORAL VULGAR DE LA RAZÓN AL CONOCIMIENTO
FILOSOFICO
Este capitulo del transito del conocimiento moral vulgar de la razón nos dice que es
imposible pensar aquello que llamamos como bueno sin que tenga alguna prohibición.
No existe el bien sino una buena voluntad, según Kant la buena voluntad no es buena
por lo que efectúa o realice, o por el hecho de alcanzar un fin,sino es buena por sí
misma. Para alcanzar la felicidad tenemos que tener una buena voluntad que constituye
un valor por ser valiosa en sí misma.

Kant nos dice, que el valor del carácter moral es hacer el bien, no por inclinación sino
por el deber, esto implica que el hombre deba procurar cada ser pensante su felicidad no
por inclinación sino por deber y solo así estará cumpliendo con el verdaderovalor moral.
Para explicar el concepto que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos e
incluso al enemigo, estaremos hablando del amor por inclinación por ser este un
mandato supremo, pero el amor no debiera ser un mandato sino uno bien por el deber,
por lo que siendo un deber practico, este es manifestado por nuestra voluntad.
La segunda preposición radica en uno acción hecha por debertiene su valor moral no en
un propósito que se quiere alcanzar, sino este radica en el querer hacerlo.
Y una tercera proposición radica en el deber es la necesidad misma de una acción por el
respeto a la ley.
Para cualquier acción determinada por la voluntad esta puede ser buena y no teniendo
restricción, existe una ley universal que dice:
“Yo no debo obrar nunca más que de modo que pueda quererque mi máxima deba
convertirse en ley universal”

Aquí Kant nos expresa los deberes humanos con nosotros mismos y con todos los
demás que nos rodean, esta expresión nos conduce por medio de la costumbre de no
prometer nada sino solo con el propósito de cumplirlo con el uso de nuestra razón, si
esta no implica una máxima reprochable la cual no perjudique a mi o a las demás
personas entonces y soloasí estará cumpliendo con una ley universal.

Para hacer que mi querer sea absolutamente bueno, no es necesario ir en busca de algo
nuevo, o no tener el conocimiento de lo que se encuentra en el mundo o desconocer los
sucesos que pasan en el creación, ya que nos debemos a la razón misma, ya que me
impone el respeto por la universal legislación que nos rige o si la queremos llamar ley
universal.Ya que lo primordial nos lleva a entender como el valor que esta encima de
todo, que es aquella condición de tener una voluntad buena en sí misma.
Con lo anterior nos dice Kant, el define al principio del conocimiento moral de la razón
vulgar no lo precisa como principio universal pero lo utiliza como enjuiciamiento, en el
que percibe un bien y un mal o en tal caso conforme al deber o en contrarioal deber el
cual todo ser humano tiene conocimiento, incluso el más vulgar.
Cuando la facultad practica de juzgar. Cuando esta razón vulgar se atreve a salirse de las
leyes de la experiencia y de las percepciones sensibles y contradictorias, se estará
tomando un camino de error por lo que se recurre a lo practico, en lo que comienza con
la facultad de juzgar, para por ello se necesita delconocimiento de las ciencias no para
aprender de ellas sino para procurar su duración, en donde la razón ordena sin aquella
promesa alguna y sin ninguna inclinación, solo el de discutir esas leyes del deber o en
poner en duda su veracidad y su validez.
Esta razón humana vulgar se ve empujada a motivos prácticos, para abordar una
filosofía practica.

Resumen del fragmento de Fundamentación de la metafísica de las costumbres


CAPÍTULO 1: Tránsito del conocimiento moral vulgar de la razón al conocimiento
filosófico.

Lo único bueno en sí mismo y sin restricción es una buena voluntad.

Y no es buena por lo que busque o consiga, sino por la intención. Y esta debe ser que la
acción pueda convertirse en ley universal, es decir, la validez o la racionalidad de la acción
(recordamos que sólo la razón obtiene auténticos conocimientos: universales y necesarios.)

La acción de una buena voluntad es hecha conforme al deber y por deber Por ejemplo, se
debe conservar la vida pero no por inclinación o interés, sino porque es nuestro deber.

Y el valor moral de la acción no está en logros ni en propósitos, sino en su máxima o regla


que seguimos al actuar.

Así pues, el deber es la necesidad de una acción por respeto a la ley. Es decir, haremos lo
que veamos que es una ley y porque lo es, no por otra cosa.

Hay, por tanto, leyes objetivas que nos describe nuestra razón y subjetivamente se nos
presentan como nuestras obligaciones morales.

En definitiva, la acción debe ser universalizable. La razón nos dicta, pues, su imperativo
categórico: actúa de tal manera que tu acción pueda ser ley universal.

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