A continuación, me permito socializar con ustedes la Actividad
Individual 2: Desarrollo del paso 3 y el ABP, del problema desde la perspectiva psicosocial escogido en la etapa 2 y la realidad de su contexto y los contenidos de la Unidad 2.
Paso 3: Lo que se conoce del problema. Indagar referentes teóricos,
metodológicos y conceptuales que permitan comprender el problema identificado en la Unidad 2. Adicionalmente, indagar en el contexto del problema los aspectos más relevantes que impactan el problema. Finalmente, indagar en los medios de comunicación la situación actual y coyuntural del problema abordado.
Problema elegido por el grupo para el desarrollo de esta
actividad Para el desarrollo de este trabajo el grupo colaborativo escogió “La violencia contra la mujer” problemática incluida en el Plan Distrital de Desarrollo “Bogotá Mejor para Todos 2016-2019”
Para abordar el tema de violencia contra la mujer, es necesario
establecer una serie de conceptos clave o puntos de partida comunes. Entender qué es la violencia, cuáles son sus causas, consecuencias y categorías, son aspectos indispensables para constituir una mirada general de partida para abordar esta problemática. Para comenzar, me parece conveniente hablar de la raíz etimológica del término violencia; este remite al concepto de “fuerza”. Este sustantivo se relaciona con verbos tales como “violentar”, “violar” y “forzar”. A partir de esta primera aproximación semántica, podemos decir que la violencia implica siempre el uso de la fuerza para producir un daño. Es por lo anterior, que, en sus múltiples manifestaciones, la violencia siempre es una forma de ejercicio del poder, mediante el empleo de la fuerza, ya sea física, psicológica, económica, política, etc.; e implica la existencia de un “arriba” y un “abajo”, reales o simbólicos, que adoptan habitualmente la forma de roles complementarios: padre-hijo, hombre- mujer, maestro-alumno, patrón-empleado, joven viejo, en fin. “El empleo de la fuerza se constituye, así, en un método posible para la resolución de conflictos interpersonales, como un intento de doblegar la voluntad del otro, de anularlo, precisamente, en su calidad de ‘otro’. La violencia implica una búsqueda de eliminar los obstáculos que se oponen al propio ejercicio del poder, mediante el control de la relación obteniendo a través del uso de la fuerza” (Corsi, 1994, pp.22-25).
Si analizamos la violencia desde el significado que le da el
Observatorio de Violencia y Delincuencia de la Secretaría Distrital de Gobierno de Bogotá. Allí la violencia ha sido definida como un comportamiento, bien sea un acto o una omisión, cuyo propósito es ocasionar un daño o lesión y en el que la acción trasgreda el derecho de otro individuo. “La violencia es una manera de actuar, una conducta, una opción desarrollada, aprendida y ejercida en las relaciones entre los seres humanos y en las instituciones y organizaciones que ellos han ido construyendo” (Franco, S. 1999 p. 18). Esta apreciación supone varios postulados: primero, sobre el origen cultural de la violencia en cuanto aprendida y ejercida en las relaciones entre las personas y las instituciones que éstas forman. Segundo, que al ser exclusiva de la especie humana, la violencia se asocia con una intención y una finalidad, es decir con una racionalidad instrumental. Necesariamente es un acto intencional; si el acto o la omisión fueran accidentales o involuntarios de ninguna manera podría hablarse de violencia. El móvil de quien ejerce la violencia es someter y controlar a otra persona como forma de resolver un conflicto. Según Cubero (2005) en su artículo Psicología Cultural: Una Aproximación Conceptual E Histórica Al Encuentro Entre Mente Y Cultura hace mención a Lazarus y Steinthal, quienes analizan la mente humana a través del estudio de sus lenguajes, ya que considera que el lenguaje cumple funciones primordiales tanto en el plano individual como en el social (Cubero, 1999). La psicología desarrollada por Lazarus y Steinthal se caracteriza, fundamentalmente, por poner en el centro de interés los aspectos sociales y culturales de la vida de los individuos, en cuanto que responsables de la constitución psicológica de éstos. Para concluir pienso que según lo expuesto por Lazarus y Steinthal, debemos centrar toda nuestra atención en el problema de “Violencia contra la Mujer” ya que es un flagelo que está en crecimiento dentro de nuestra sociedad y según lo indagado en algunas partes es un fenómeno que se puede escudar en las tradiciones culturales. Según Vizcarra en su artículo Ciberculturas: el estado actual de la investigación y el análisis, los dispositivos tecnológicos han dejado de ser meros instrumentos para convertirse en componentes fundamentales del sistema social. Desde mi punto de vista podría decir que en relación a “La violencia contra la mujer” el ciberespacio juega un papel determinante, ya que por la gran demanda que tiene este problema se ha hecho más visible. En el ciberespacio podemos ver dos contextos, el primero hace referencia a las noticias que se publican a diario en relación a este flagelo y, en segundo lugar, vemos como las mujeres son violentadas mediante el ciberacoso, el cual se manifiesta mediante mensajes de texto, textos y aplicaciones, o bien por Internet en las redes sociales, foros o juegos donde las personas pueden ver, participar o compartir contenido negativo, perjudicial, falso, o cruel sobre otra persona.
Cordialmente
Luis Carlos Cantor Pineda
lucascan78@hotmail.com Celular 3219298697
Para más información del artículo este se puede ver en
https://www.elespectador.com/entrevista-de-cecilia-orozco/colombia- mujer-victima-doble-articulo-242962 Paso 4: Aspectos para profundizar del problema psicosocial. A partir de las referencias del paso 3 del ABP, que son: 1) académicas (teóricas, metodológicas y conceptuales); 2) medios de comunicación y; 3) Análisis contextual; deben identificar las variables que NO fueron contempladas y son importantes para comprender el problema psicosocial. Conclusiones
Según las características de las mujeres y sus historias de vida, han
estado más expuestas a la violencia por parte de sus esposos o compañeros las mujeres que pertenecen a hogares incompletos, las mujeres que actualmente son jefas de hogar, que no cuentan con recursos económicos suficientes y que no han tenido educación o solo han cursado la primaria.