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ANOMIA Y TRAGEDIA EN EL MUNDO lilSPANO
Prefacio a la pn;sent.e edición

Y era el demonio de mi sueño, el ángel


más hermoso. Brillaban
como aceros los ojos victoriosos,
y las sangrientas llamas
de m antorcha alumbraron
la honda cripta del alma.
ANTONIO MACHADO

Desde mis ojos insomnes


mi muerte me está acechando,
me acecha, sí, me enamora
con su ojo lánguido.
¡Anda, pu tilla del rubor helado,
anda, vámonos al diablo!
JOSÉ GOROSTIZA

IMAGINARIO, DANZAS Y DIABWS

En la Costa Chica, en el municipio montañoso de Chichihualco,


Guerrero, en México, los diablos no caminan ni se desplazan coJÚor•
me a los modos establecidos, ellos brincan, corren y caminan en
forma particular, balanceando el cuerpo para ambos lados dejando
que sus brazos se muevan con cierto ritmo señorial. Durante la céle­
bre danza son adornados con crines de caballo, colmillos de cerdo,
ojos de espejo y ,puntiagudos cuernos de toro, transformándolos así
en figuras imponentes y respetables. En Oa,i:aca, en la zona chilene•
ra, en la región de Maria Chicometepec, municipio de Santa Maria
Huazoloritlán, conformada por un 85% de raza negra, los jóvenes y
niños también bailan la llamada Danza de los Diablos. En Jalisco,
durante las ferias de máscaras, las más representativas de la zona son
las de los Diablos de Cajititlán, utilizadas antaño en las danzas de la
Conquista o en la de los Marqueses por Hemán Cortés, mismas que
ahora son evocadas durante la danza del Águila Real en las peregri•

[9]
ANOMIA YTilAGlDIA. EN EL MUNDO HISPANO ANOMl/1. Y TRAGEDIA EN fJ.. MUNDO HJSPANO 11
naciones de Zapopan, así como en las de la danza .de los Mecos o Fran cisco de Yare, estado de Miranda, representando la lucha del
Apaches en los Altos de Jalisco, la de los Tataehines (danza prehispá­ bie_n y del mal; el bien por el pájaro llamado cucamba y el mal por el
nica bélica y ritual del norte deJalisco) y las más conocidas utilizadas diablo. Todos estos diablos -danzantes conforman una hermandad,
en la danza de los Tastoanes (Santa Crnz de las Huertas, donde se cimentada en el sentimiento de pertenencia a una imagen común y
representa a Santiago apóstol defendiendo a Tonalá).t_Estas danzas en una comunalización ·social. 1La manifestación de los Diablos
��trágicas anti�as de cult� aún e_racticadas en l3_ �<c� Danzantes de Corpus Christi es uniTiiiiao-cte-railltW-ción hi_stóti�-ª­
dad no son más que indicios de la resistencia del imagina.ria arcajf_Q_ qne siempre ha exisodo en ��!ica_ Latina a ttavé!..9-�!�_qi_nfigm:a:
(en -el sentid� de primero y fund am�)-���tido a lo largo Cíones culturales, pues en eilas los difer�n,.½:�_g-Ql..EQ.�_c;pntribµy_:e_11_aJ.a
de la historia moderna• de MéxicQ/ El carnaval de los nahuas de Const1tuc1onclf: \lil--ñúcleo cultural qll:�,z�neralm�nte__vin_c:i.!la_Jo.
Cb.íCOntepec, cuya figura centtal es Tlacatecólotl, "el hombre-búho", popuiartra""dicicfñil.TiiriillagiñariÓ. históricoj ndígenas, morenos
pervive en la actualidad como parte de este imaginario colectivo que libres y. esclavos, los bárbaros, como se solía decir, han podido preci­
a pesar de los avara.res históricos no deja de transmitirse. Más aún, no samente conformar un estar-juntos antropológico en las fiestas, en
falta cada sábado de gloria la celebración de la fiesta de san Jud as, los rituales, en el ritmo de la vida que representan las danzas religio­
quemando diablitos por doquier a lo largo de las regiones rurales y sas. Asimismo, por lo general las fiestas de diablos conllevan un sím­
urban as. Se trata de festividades rituales qne se identifican con el dia­ bolo original y auténtico de la ttadición oral en América Latina. Una
blo del catolicismo y con asociaciones y reinterpretaciones de anti­ vez más-encontramos formas de transmisión alternas a las estableci­
guas deidades autóctonas.(!'��º ello no muestra más�e la peren:oe das y solamente pe�itidas duran te la conquista o reservadas.a una
existencia del conflicto..:y�_tensión que yacen de manera perm� élite, como era la cultura escrita. las danzas precisamente han per­
·te éñla conformación de las culturas.J mitido hacer el enlace entte comunicación y símbolos colectivos de
Esta díñf°I"ci;;-ñO--;;-p�t:iva de una sola región, pues en todo el representación social. Son el reflejo de la realidad histórica de cada
sur del continente -americano la existencia de imágenes relacionadas una de las comunidades donde se manifiestan.ll!rente a la- cultuia
con el diablo y la festividad son frecuentes. En Perú el Son ·de los escrita, concreta y absttacta del judeocristianisf!:!Q la,s daQ.zas_r_eivinrlh
Diablos reivindica y difunde cada año la ancestral cultura popular 1:.._..an la cultura oral, la expresión ideográfic � :_l_formis��-�giral de
negra del país. Se u-ara de una danza que e:tiste desde la antigüedad, 1� anti� fo:rmas de sociiJ:üiQ._Q.W
tanto en el teatto litúrgico medieval, en las celebraciones del Corpus -Efi PariaJllá y Bolivia, por ejemplo, entre las principales danzas que
Christi en Europa, como en antiquísimos ritos africanos. El Son de los se practican tenemos la del Gran Diablo, que manifiesta la -lucha de
Diablos tiene su equivalente en los lambayecanos diabólicos de ultratumba entte el bien y el mal, r'epresentados en las figutas -del
Tú cume, en los liberteños diablos de Huamachuco, en los diablos arcángel san Miguel y el Diablo. Diablos sucios y Diablos de espejos,
cusqueños, en los "saqra" de Paucartambo, en la diablada de Puno y entte otros, conforman la variedad de danzas,en este país que sur­
en ottas danzas tanto en Perú como ·en casi toda Latinoamérica; gieron como una forma de burla de los esdavos negros hacia sus
todas ellas presentan fi guras deformes engendrando genios del mal. amos los blancos españolest!,I diablo simboliza por .!2--ta'nto__a_s.lLII:�
!la sido paradójico que preci�e�--��de...imagineri��alé­ <:2g;o occidental.¡En Bolivia la Dia6la�a refleja el sincretismo reli? o­
�q}is cran�guratlas los colonízadores .españoles enconttaron inspi"­ so a través de lOnnas suntuosas, colondas y exuberantes que han ido
ración p_�-�a�q�izar·a J_a"s-poblaciones negras e maias de Amérlí:a; ganando popularidad a lo largo del tiempo y hasta hoy la bailan en
----------.....
hOy�Síffi!iOl<?s�_�VOO:éÍicación' c� muchas ciudades bolivian as, como en el barrio de Chijini .de la ciu­
En el centto-norte de Venezuela y en diversas comunidades de la dad de La.Paz.
región central se celebra,la festividad del Corpus Christi con danzas
en -las que participan personajes enmascarados-conocidos· como los
Diablos Danzantes: Esta celebración popular es conocida a través del
ritual mágico-religioso .que ·se ·celebra desde el siglo xvrn en S3.n 1 Diablos /W7W'111tes de Vmauela, Caracas, INAF, Fundación La Salle, CON/\.C, 1982.
J2 ANOMI,\ '/ TilA ll MUNDO HISPANO
ANOMIA V TilAGEDlA EN Fl.. MUNDO HISPANO 13
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La existencia d e estos diablos es una reminisceÍl.cia de los sacra­ {1-os rituales danágicos...tienen-.la_�Ja..Y.ictual.idad de hacer
mentos y otras antiguas representaciones alegóricas de los misterios '-'.!_sible lo invisible o lo que_�':_ �anera instituida está prohibi!ioJD,OSe.
de la religión católica. Estos diablos también tienen presencia en . trar.fn ellos se percibe por lo tanto la diversidad de aportes cultura­
Chile y acompañan a grupos de danzantes en los sanruarios del extre­ les que se van integrando a lo largo de nn proceso histórico y que
mo norte d�l país. A decir de Oreste Plath, la existencia del diablo muestran la capacidad de transfiguración y creación de las comuni­
está en el leyendario chileno en forma copiosa y sus fechorías son dades que van reinterpretando, reacrualizando y adaptando su entor­
bien conocidas, pues se sabe que es un caballero que viste siempre de no a la existencia presente en las condiciones actuales de sus pobla­
negro y que se destaca por su chistera y sn diente de oro. Cuando ciones.2 é9amnesis se ha dicho, pero de igual manera ca�-):_
monta a caballo, no calza más qu� una espuela, por lo que se cree terapia colectiva para los momentos ���.c!�a historia, EUe�
que es él quien conforma los remolinos de viento, a los que suele lla­ todo fest�.2-�1!.º'en��� dinámica s�,�gct;s,_§1:,!-�.§�!!P�=�uJ:;_imp.kt­
márseles diablitos. Así, en Chile, el pneblo está identificado con el dia­ !ione�Se trata pues de una dinámica de consumo, pero no en el sen­
blo, es un amigo cordial con quien departe y que hace diabluras, pero tido economicista del término, sino en el sentido químico de consu­
de quien hay que cuidarse para no dejarse engañar con sus asfuoas. mación-combustión. Es por consiguiente el motor y desgaste del
Todo este panorama de ejemplos culturales no pretende sola­ proceso histórico de las identidades.colectivas. Este proceso de con­
mente realizar una estatografia de las manifestaciones culturales en sumación esta ligado a la bú.squeda de fuerzas mágicas, a la realiza­
América Latina vinculadas a la imagen del diablo, sino también acen­ ción de sueños grupales o individuales, a la comunicación con fuer­
tuar el hecho de que si bien dicha imagen no existía en tiempos pre­ zas ocultas (propiciar lluvia, la buena caza, el aiunfo en la guerra, la
colombinos ha sido reapropiada en su mayoría por la población local fertilidad, dar la bienvenida a los recién nacidos y despedir a los
imprimiéndole características duales, haciendo ambivalente la ima• muertos), así como a la elaboración de una interpretación de la
gen del bien y del mal y presentándola como parte integral de la vida. memoria colectiva vinculada con lógicas premonitorias; todo ello se
El diablo ha sido efectivamente el refugio en las danzas tradicionales encuentra de manera importante en la efervescencia colectiva pro­
f)ar�_;.�p_�e�e��a perCepció�--iiigica de la yida.¡A través de dichas - vocada por la danza. Lo anterior no es anodino en :absoluto si se
manifestacIOnes han convivido y pel>'Mdo dos percepciones antagó­ recuerda la deslegitim:ación de las lógicas mágicas autóctonas impul­
nicas de la existencia que en la actualidad. conforman la complejidad sadas por la.s instituciones cristianas durante la colonia y en ocros
,.. sitios de la modenridad, es decir, no se trata más que de un desdén
posmodema de la dinámica social en Latinoamérica.
No es coincidencia que en toda la región se practiquen aún bailes de otros saberes y formas de socialización y producción de sociedad.
que de manera clandestina se llevaban a cabo en la época de la con­ De esca manera observar los bailes y danzas rituales, principalmente
quista, pues ellos fungen en cierto sentido como anamnesis de una los asociados con el diablo, nos ayuda a entender las lógicas de resis­
historia colectiva vivida, de un enraizamiento con lo arcaico que se tencia informales que se han llevado a cabo a lo largo del imperialis­
empecina en no desaparecer. Precisamente en estas danzas es donde mo, sea éste colonial, indu.saial o neoliberal.
se puede observar la 01ra parte identitaria de América Latina, y que El diablo en el mundo hispano tiene tantas acepciones como
como doble no es más que complemento de lo que es y está. En las herencias culturales: Luzbel, Chamnco, Catrino, Satán, Diábolon,
danzas, principalmente en la de los Diablos es perceptible precisa­ Abra,xas, Belcebú ... En los pueblos de América, el diablo es conoci­
mente la parte oscura, la parte prohibida que de una manera rítmi­ do con diversos nombres: en Venezuela es el Sucio, en Puerto Rico lo
ca, estética o festiva homeopatiza la dualidad de la vida. Ellas nos llaman Juan Calulú y la gente de color Cachica. En Perú, Cachano,
muestran que �esde siempre ha barndn formas de pxpresión :aot:ag& Carrampempe, Cornudo, Malditb, Maligno, Patón, Rabudo, Uñas
nicas a las esca lecidas, y. que cons�w_te ha habido una mau�­
raa.e arr� ara hacer resur ·r otras formas de· ercibir e
futqpretar el mundo, alterno al que de manera orza a o...l!m;ilir.ita 2 Bárbara Brandli y Guillermo D:ivila, ... Ad con /a.s man(>$, Caracas, Fun dación

se ha instaurado. Neumann, 1979.

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14 J,MJI/UA Yl'SI.II.Cl:DIA U! JU,., MUl'iOO HISPANO 1,NOM'.ll\ YTMGUIIA EN EL MUNDO Hl.'WANO 15
Largas, Tunante-. En Bolivia entre 'los muchos nombres que üe11e en ����-���r:_�:;!1ª de vi__"!-1"�<1_!l.amente el
español úgora el de Hombte.de Fuego, y en aymará y quechua, e[ <le .rrnmdo_S?ciai, Todo ello C�!!.._el fin de��un,i,l1.!!!o dS
Supay o Supaya. Eo Uruguay es Mandínga. {diablo negro) deseen� �ien ¡ t¡:a-..�e ta vwlen��1E.,;tc proceso ha sido recurren�
diente de africanos. En Argentina es conocido por el Malo. Sachoyoj ,
te, desde la satamzadón de las deidades mesoamericana.si hasta la
y Pe·queó.o Supay. - Los indios del Chaco lo llaman Ayacuá; en condenación de formas alternativas, de supervivencia. En este sentí�
Paraguay es Afta o A.ñanga, Mbá é Pochy (ser furioso, maligno). En do,��,?l lasdaozas de d . i:mlo�tab,m antañp
Brasil, Bicho Preto, Bode, Cafeta, Cáo, Capa Verde, Capi.nha, una rituali�ou.nal4e..cesistencfo,..wJ:u:.e.vivencia y modos de vi:vir
Capirote, Cóxo, Débo, Droga. Ele, �ígura, Fute, Futrko, Gato P:reto, hÓyexi�n también bajo la misma imposi�_1Ó�-sécuiareiin�
Maioral, Moleque, Pé-de Pato, Prero, Porco Sujo., Rapaz, Sapucaio, tñfóññafés OC Slipe� en la cotidí�c!'!�de lavícta'sOcial, Tal
Tinhoso. Pereirn da Costa, ha registndo los nombres de An:enegado, como las OW.iison Ja piel de donde M: extl",)e la muestra de las pro­
Cafure, Cafutinho, Capataz:, Demo, Excomulgado, Ferrabrts, Furia, teinas o inmundicias que contrae e1 animal, las estrategias informales
lnimigo, Maldito, Molino, Na�-que diga, T1snado, Sujo y Diách;-!.- denotan el diagnóstico de la organicidad social.
-
����_?)teíl acepciones,. tanto _como la �daQ � las
damas y cerem-onial! de'dicadas a1dÍablo, dem.uestran que la collSlde­
·raaoú flagrante'al: ma1·en �riC'atitma no es una coincidencia, y
�á5-i¡lie �resaria•�� ���FíiaY-9�sUJ);€�•1ejos �e"m ANOMlA YSOCrEDADES TRÁGJC\S EN AMÉRICA t.ATINA
·wterpretaoon culto �;" ? o �on �
.
�L� � ifiestalamte:
gración de éste en las roo�s latinoameri f �� -
como una forma Desde un punto de vista 'sociológico·,tla existe.oda del diablo en los
�Qmeo(lática d·e_,�e�<:l.,on-atséroii·er: nna no es es una dica­ ritos, las e,xpresiones c���..1. p��!.,_ar� . .I�ª1��Un...Am!!,;;::_
ción sino un com mento de la · A este respecto, en el esn¡pen­ pi'tlña nos remiten espe��.el1.��- ll d.f!S px:oc� siem_p_fe:_ �
o o de J. Galinier3 ob.sérvamos cómo los grupos otomies de tes y a los que lioyéSñece!!ario prestar suma atenci{m: la r�tencia
México representan la vida a través de un cuerpo dk:ocon:üzaclo_entre ��resélltan lÓS �fOS ·h�OSfre_nt_ e ,<:}�}�Eº�(4.��
W, parte alta, la de Dios, y la. parte b$,. ta del-diablo. F.s 1a mitad del de la forma y la homeopat:izaoón del mal-en la dinámica cotidiana
mundo donde se privilegia et as�to inférior de éste, ummo que es t.a
�O�:e.. �.?�vi���,_? -���s._�duo!:})Íého en palabras
perceptible en un pensamiento cosmológico que ha sido forja-do en metafóricas. el corri.porta.miento anómico yla sensibilidad trágica que
el díáJogo tenebroso entre d sexo y la muerte. ¿Podríamos acaso encontramos de manera constante en los grupos humanos,
pensar que esta cosmología, considerada como barbarie durante El uso de la metáfora como herramienta heuristica nos permite
mucho tiempo, hoy roma fuerza en tas rribw. posmodernas ejercien­ comprender d espíritu de nuestro tiempo, de manera que se podría
do una au:acción inusitada? Y no se trata únicamente de una atrac­ decir que lo qu�_el diablo representa para f'.l_ eflsti.•MXimm lo es 1a ano­
ción a lo t:rnico-indígena, sino a formas arcai<:aS (.en el sentido pri­ f
�ara!�·.���S 6len el díahlo se puedé ana­
mero y fundamental) de socialización existentes- en todas las culturas Ilia:r-eUe-l cristianismo como la parte oscura, rebelde, fuera de 1a
y sociedades. forma, provocador, seductor, movible, multiforme, variable, del
...-,7ra desde la época de la Colonia, la céJ dominio de lo esotérico, de lo mágico, de la brujería y 1a hechicería,.
Agustill rcgí�_..F'.'J�?.__�'?,���ª- e!1 el Nuevo Mundg,s.senii! de en suma, de �o P�:J�..!!.":,wmia es}a dinámica societal, la �
patánii-:'ú'ó � condenar, aniquilary� a las cultu!W pag:;11;1a�
-�·-----
dClfümi:zadas �Uña&Cr y: hacer, tpm W3QCta d,e,�re.inte:c::
1 Cf . lo;; siempre erudito,¡ y estupendCt.'I trabajos sobre l3- conct:ptualizaci.6n del día,.
blo en las oocie� indigcnai; de Fi!lix Báez. Vtase tainbitn <.kl mlnno autor, "La
sat:anir.lcióu de W deidades rne,o.amencana<1 (pe:rver:dones y ti.mtasfas el' el imagroa•
'Jacques G-alinier, Lo mitad del 111,=d.,, � y (;OSfflC$ tfl. lm � � presen­ rio coloni.tl)�. en 1üPx y rovnda; dd nue.io l'lllikni,;,, Una� ttan,a,ll1,u•ul .Rroúta
tacióu .fe l./2pa Auuin, Mbico. L'NAM, UMCA, INJ, 199(1. Au.uti:m,k:a j;am fil emuJi,, ,U /oJ � LID, M6rico, iULR, .2000.
16 ANOMlA 'iTil',QfDL\ EN lL MWIOOHI5PANO Af<OMl,\ YTRA.,:",IDIA :tN U, MlAfl)O HISPA.>ro 17
infonn;�J, el imponde:a�l� que se es°:1ctura en la maña, el arreglo, (Estrt.u::tuu. de 14 acciúl'l social} ----qu e planteaban�
� a,;�a, en !ª negocrnnon que empuja al cambio social en los espa� desa�.t9.�aj.t;!2.,19.CiaJ.y�nóff!,k!;u resultado de una
<:tos de mcertidumbre al producir una diseminación en la estructura señiactón de confu5)Ón y pérdida de orientación respecto de los
formal, en lo i:istituido. Como el diablo, el aspecto informal del medios y fines-, tienen una fume relación, desde el punto de vista
comportamiento anómko se localiza de modo general. al margen sociológlco, con la conce ción moderna del bien y del eL.
de una estructura formal y en el intercambio constante entre acto­ mejor componamiento para llevar al mundo �JJ-<ieLprogn:tq,
res en una diver:idad de factores�.nóme�O$ r¡epre� en a'rnCTda • r lo tanto acusan de com ormmiento maligno a
��� �rpónmayoi;: d�tfunciQ,;i._amjJ;¡nto de ia riqueza social y t os ª9UeU9¡¡ gue están fuera de ht.IM>llll..2.>-f)Ut: ��____. _· .
._e�a, sten.1��!! -�e}�--E!"�S�-squk 1n�_gión individual Rll:>­ Cádos :e9r el bien.A.e.Ja...h;um.aniad\ Sin duda esta conCepción ;mó,.
yacente��� JYegm.!as r!l�i'::�!-�-�� ��;( mica de los desajustes en los grupos o individuos ha sido la conce:p­
.f.�er;,:_�_l_�J?�Y::11C:�!:.<?"tra í�.L��-J..-0s fenómenos informales., sus­ ción o intetpretadón negativ-,;i_ de la anomia, que ha justific,1,do los
�to del comportamiento a.nómico, no son más que la imagen espe---­ más impa<:t:a:ntes colonialismos modernos, sean económicos, políti­
JO de las esuucrnras formales que permite a Jos actores acdonar los cos o rulturales. Más aún, no ha f.Utado quien haya calificado estas foy..
amortiguadores o los mecanismos de comptnsación intrinsecos: en mas de comportamiento de "primitivas", bárbaras, análogas a las de
cada sociedad o grupo humano, los pueblos originarios y las poblaciones llamadas "autóctonas", y
· P�-�s.ta m�era�o�etrl?S d :,�,:_9-��-�í como el �hk► es el sostén, finalmente al mal que la modernidad debe erradi.;:ar.
_
Jl_��!=!.�-� �onn a es el feno@n..�_que perrait� En América Latina, el advenimiento del pensamiento de la moder•
���Ieo�ento de-reglas 1._no��staura fa presenda de las nidad junto con ta interpretación de la sociología clásica Uewron a
fue �_as del_bien: ll�ese�es �l EstadQ y����� que se 9�0-- desaprobar los comportamientos a.nómicos, más aún, el ideal del
.
ner <:_ traves de las msntuCJorres;- sea11" es�COriólTI«i's hombre univen.al ha llevado a desdeñar la potencia de fonnas de
(soci�istas o liberales), de"j(iitl�.2-ª-'fre�ecfü; 9 de la democracia actuar diferentes del orden establecido prove:rrlentes de una tradi­
<:.l:.t'.:1?em.al, en suma, tod-9 aque_ll,o� \-1n;;;I�clü a1o lnstifuidJ,l ción cultural autóctona, del terruño _, de lo popular, al punto de adje•
���,.J� mode :nt4� Por lo tanto, vale la peñ¡Tri$istir en que lo anó­ ti\'ar la torpeza, la falta de "finurJ."', con el vocablo de indio.
nuco se respira en el aire del tiempo, aunque no siempre se conoz­ Sin embargo es evidente queJa a:__�dad __y la hi_storia d� !a,.vída
1 • can las raíces de su aroma. cotidiana_ �e..ha!!-. e.no;.�l1!L!!�S•Ji��� J!'.�rcep<:�_óJ:l._}_ � .ª con•.
En la sociología dásíca modero a, de Durkheim a Parsons y los con­ C'ijidóO:.de..urH:::omportami.t;:p.!!J anówico no siempre están ligadas al
_
temporaneos, con el concepto de anoxrria se ha pretendido abar.;:ar l��¡��J del _P!..__�p;;:a-aaruna i
i1naget ilústáítiv:i hib;{a
todas las de�-via�iones cm�portamenta.le� de los individuos y engté'l't­ que mencionar l:fsituadon mi.da desde mediados de los años noven­
dradas en fa ooctedad por grupos y colecti\i.dades; es el nombre dado ta. por tos países llamados desarrollados (Suecia, Francia,Japón, -por
a todo aquello que tiende a ir a contrm::orrlente con lo conforme• nombrar algunos) con sus elevados índices de suicidios y comparar­
mente estahlecido,5 los desvíos de ta notma, de la regla, de Jas supues• la con la de los países en vía;; de desarrollo, incluidos los de América
tas "hue_nas" bases de la sociedad para los seres humanos que son Latina. Si comparamos estos altos índices con los altos niveles de
conconulal'.!tes con las llamadas "crisis" s-odetale-s. modernlzacióo (electrificación, agua potable, grado de a!fabetiz.a­
En este sentido los estudios dá.sicos de Durkheim {lA dwi.riiín del ción, .autopistas, cte.) encontramos sin duda que existe un lazo esrre­
trabajo social y El suicidio), o. más aún los postulados pan;onianos cho entre los dos fenómenos. Esta concomílal'.!cía -corre los modos
modernos de vida productiva y los índices de suicidio es fuertemen•
ie dependiente de lo que podria.rnos denominar el "indice de socia­
� a. hu :iaren:n.ntes 1eflexion1:11 en torno a rn ano= en A.rnéric.a Latina de Lldfa
G�Dla, A� e l11dividuahsmo. Dd dwgn.Wt:iw di- I& tMdhnidad dt � aJ fH!rua­ lidad", definido como el grado de a.�ociacióu, complicidad, solidari­
� �,uo, resis ifo doctorado, L'NAM:, Méxko, Fai::ulr.a,;I. de Ciencia.; Politicas dad colectiva, compromisos acordados en un grupo o Colectividad
y Social.es, 2001. (simbólicos, virtuales o concretos) de manera ínfurmal. Para decirlo
18 ANOMlA YTRACEDlA DI" EL MUNDO HlSPANO ANOMlA YTRAG[J)lA EN EL MUNDO HlsPANO
19

con términos entrañabl e s a la sociología de lo cotidiano, estamos tes para hacerlo, endeble s medidas de s eguridad_ e� las con�truccio­
hablando de medir e l grado del estar-juntes y del sentido de pertenencia nes, hasta pocas m edidas sanitarias en la venta pub_hca de ahment�s,
cotidianos que pueda existir. Observamos así que este índice es pre­ en suma se trata de una actitud que se resume bien con el adag10
cisamente más elevado en los países latinoamerican os o e n los países popular de e star siempre al filo de la navaj�- Situac�oi:ies y dinámicas
en ví� d e desarrollo que en los países que están completamente per­ que por cierto n o dejan de sazonar l?s :ap1tulos tragicos de l� �
meados por una lógica d��tizacióE,�)os_sentimientos.¡En otras vela$ mexicanas, venezolanas o brastlenas, desplegando subhmmal­
palabras, a mayor índice de suicidio menor el índice de sociali dad. mente el principio de que la vida y la muerte están intrínsecamente
En este sentido podríamos decir qu e se trata de una socialidad del Sur ligadas, todo tillo perceptible en la cotidian_idad de las ciuda d�s de
que parece precisamente fragmentat los s entimientos de aislamien­ los países de América Latina. Se trata _de nesgos y no �� peli,ros,
to, el racionalismo a ultranza, el confinamiento pasio nal o la indivi­ pues se pre supone que existen mecanismos de prevencmn Y con-
duación -que en ciertas teorías sociológicas se mencionaban para trol" para evitarlos. _ . _ .
explicar los comportamientos anómicos (como el suicidio) de los Este comportamiento temerano cont.J.ene efectos sun_ �l�es a aque­
europeos---- generados por los procesos de modernización y raciofiá:,. llos ·an teriormente enunciados con resp ecto a los su.1cid10s, pue sto
lización exacerbados. En palabras de Weber, s e trata del desencanta­ que@_mu�:cte.s por ..'.'neg:ligencia.o_d,escui�_�" �on_ tal!.�'?-�!l"?es �.nffi
miento del mundo tan característico en las sociedades modernas sociedades latinoamericanas c�os _suic1dtQS e_!LlOs....::paises_des¡t
europeas de inicios del siglo XX, y del cual la socialidad d el Sur no se rrollados". D e esta manera, "i� muertes por la caída de edificios en
ha preflado del todo. ¡-�tos en razón de una mala construcción o por corrupción
Esta socialidad que siempre ha pervivido, a veces de·manera infor­ en la utilización de los materiales (no siempre adecuados o confor­
mal, subterránea, otras de manera e xplícita, va siempre a contraco­ mes con las normas de seguridad establecid as), o aun el otorgar auto­
rriente con las normas establecidas qu e pretend en de cir y mandar lo rizacio nes de construcción en un suelo poco ade cuado, son conco­
que es universalmente correcto para el conjunto de la sociedad.6 Es mitantes a los -suicidios desde las alturas d e los edificios. Los
UJ,13. forma de convivencia que en la medida de lo posible rod!'=a las incendios de discote cas por no respe tar las consiguas de seguridad
reglas oficiales -impuestas o acordadas-- del buen comportamiento y en los edificios públicos o privados, son tan comune s como el consu­
de-las formas de vida. A este respecto siempre serán elocuentes los mo mortal de psicotrópicos en las sociedade s "a�ad�"· - �n otras
comentarios de un Norbert Elias, quien mostró, en su ya clásico libro palabras, en una cotidianidad moderna, por no �ecrr dramatica, hay
sobre las costumbres,• la man era en que los estratos aristocráticos de una búsqueda obsesiva de preve r y controlar los �e�gos, dando como
la sociedad francesa impusieron formas cada vez más complejas en contraparte una sociedad aséptica, plena de fast:1.d10, que re sulta �n
las buenas man eras d e comportarse en sociedad y en la civilización, algunos casos en una elevada tasa de suicidios. Por otro lad�•- en socte­
esto con el fin de difere nciarse no del pueblo sino de los burgueses. dades arcaicas, posmodemas o trágicas, !a despreoc�pacto"? de los
en boga riesgos de la •vida provoca muertes absurdas, repennnas, sm cohe­
Ahora bien, junto con los aspectos "'potenciales'.' de la socialidad re·uda. En todo caso, una y otra dinámicas encuentran urta homeos-
del Sur en los denominados comportamientos anómicos, existe una tasis entre la vi da y la muerte. , _
acritud temeraria frente a los riesgos - de la vida común y corriente, Se illejante"s actitudes trágicas no dejan de r ecordarnos la logica
como la no utilización de cinturones de seguridad, atravesar en que prevalece entre las "mafias" de toda calaña, que durante mucho
medio de la autopista o la calle, mientras que a cien metros hay puen- tiempo han sido la imagen embi(:mática d e los llamados compprta­
re pe las leyes Y 1�
r:rtíe¡°to� � icos, eS decir, el hechd- de Iio � � . �
reg as e base de un mun o qu se PTe ten � lVlhzado, d�mocrán­
.
d e de

6 A este respecto véa5e mi libro La l:ra.ru_figumcimr. de ú, politiw, la l:ríbolw.J.ci6n de fa co y moderno" l..a. lógica de la mafia VI.Sta a ut � n su sen �d� m
srrieaad., �nrión de Daniel Gutiérrez Martine:I:, 'México, Herder editores, 2005. fórico da cu enta de· qu e ajo e stos compona m1entos- � �.fil!

• La sodea.ad lD11Qo.'lifl, Mbóco, Fa:, 1982. - er a p
'1..2':..d��-��xis�-�- ull �i:i�<le> __d_e__ _p �-��_ct , �c���-��h!=!_��� .L�
20 ANOMIA Yll!J\.CEDlAEN EL� HL'lPANO ANOMIA Yll!J\CEDlAEN EL MUNDO HJSP/\NO 21
�n_o�Q..IJ,l_f1romises-seo_ time.nt,i.k_§_,_'7:��ategi-as grupaj.es._y__ lealr,a.9,_e,s_ la sociología latinoamericana continuar marchando e n ténnin?s
� a����� zadas�ando la :acionalidad su_E_u_e�l:aJ!lente.... dualistas, cuyo conc epto de anomia fu� su punta de lanza par� desi�­
n e _
���a}-� _\����-�� decir que, tal nar el bi en y el mal, el deber s er y los contrastes de la existenaa
y como en las danzas sectarias, rituales o de los diablos, la sociedad se misma? ¿Qué decir aun de la asociación anomia-socie dad-trágica Y
ha ':ll elto "un asunto de familias". Yla "mafia en tanto qu e forma d e sociedades latinoamericanas?
organización social" puede ser considerada como el paradigma de tal
Efectivamente, el término de anomia se puede analizar desd e otro
apropiación. Paradigma qu e por s er tan poderoso no se r econoc e su
punto de vista, incluso d entro de la misma sociología eu.ro� e a. Una
impacto en la vida de todos los días. Todo esto constituye lo que se
r eferencia precisa de ello e s la propuesta deJ.-M. Guyau, qme� v e en
ha denominado las "fu erzas imagillales " de la vida en sociedad, . e s
la anomia, más allá de la des estrucruración d ef cuerpo soci�l, ��Q
decir, las fuerzas o realidades inmateriales que obran en lo más pro­ �
me dio para reafirmarlo, eñt enéffell�-� !J_t-�� _q��-� ste: ��erp.o:.��j���
fundo de la vida social y que s e e mplean de diversas man eras para
es una entidad abscracta, � - !.1.!..'-'..�!!.al., -��.? lo �?."cr�o..!.��- _:_!_E�-9�
modelar los contornos establecidos alre dedor de lo instituido. 7
·cuerpo particulai que·se-crea y S':_��1:- �e-� ere��� c e sar� �e
En suma, en los ejemplos esbozados podemos identificar dos
ünaOupliaOOOé:óin��este secreto el que cr�a, de man�ra
esquemas de comportamientos soc.ietales bastante evid entes q�e
rñás c ercana, la sociedad. Sociedad q:mcreta que difunde o bien
cabe calificar metafóricamente como la anomia de las sociedade s
de tiene (de una manera mucho más eficaz qu e las fuentes oficiales
dramáticas, para el primer caso, y la anomia d e las sociedades trági­
de información) las man eras de ser, los modos y costumbres d e con­
cas para el segundo. De esta man era nos confrontamos con una ecua­
sumo, sin olvidar, por supu esto, las diversas visiones d.e l mu� d?,
ción esqu e máticamente interesante, a saber:
caract erísticas todas ellas d e una época dada.1En e ste sentido s e ms1s­
a] alto índice de suicidios+modemización elevada+bajo -nivel d e te e ri que para comprender bien una ép_Q.(;_ a...n,o_e.L� de más_�nfoc;i.c
socialidad=anomia dramática _ _@.;.J ean­
1a mirada sobrelo ill.f<;>®-aj_y_el _ i!l,negable:é{�ue_��� �(:!"i;
b] alto índice de accid entes por n egligencia y falta de previsión+ na fortuna de
�aÍi.e Guyau fué-u� sociólogo que tuvo larfí"ala o bu e
11ivel bajo o medio de modernización+al.to niv el de socialidad= ano­ en r co­
morir muy joven, pero incluso Durkheim no tuvo problemas �
mia trágica.
nocer qu e de él tomó prestado el término en cuesó.ón. Ahora bien,
... Estos dos caminos pueden alcanzar un grado importante d e com­
dentro de la perspectiva de Guyau, la anomia nunca contuvo un
plejidad sin que forzosamente se tengan qu e polarizar de man era
punto de vista peyorativo y es dentro de esta perspectiva dentro de 1�
radical entre países latinoamericanos por un lado y países europeos
que hay qu e situar la reflexión, es d ecir, ,-nirar___!o�to_a.qu.d.io....q}Je esta
por el airo. Lo que es importante señalar aquí es que se trata de for­
del otro lado de la l.9-, la norma_.9..l<L!!!-�Anomia, �esd� la �rs­
mas de asociación que se encuentran de manera más pronunciada
pectiva d e su etimología, contiene la a privativa, es �ec1� , mas alla o a
en un lugar que en ocro, es decir, sin que sea menos recurrente
un p esar de la ley. Por lo tanto, es innegable qu e el termmo esbo�a el
tipo de lógica en una re gión que e n otra .. Todo ello no deja por lo
hecho de que e n todas las sociedad e s existe siempre una nec esidad
tanto de conten er formas de sociabilidad efimeras, móviles y transi­
d e desorden fecundo; es ésta la idea de la viole ncia fundadora.
torias contrarias a las predominantes. Otro sociólogo francés que ha hecho un interesant e texto al r es­
Para el caso de América Latina,(Se crata de una fonp.ª_ de reb elión pecto (1972) esJ ean Duvignaud, quien mu estra que el orden funda­
�ns.e�a qu e sie�se.o.t.e en Ios_país!;;s_d,rl� _ cional de las diferentes épocas históricas, por ej e mplo el Re na­
�� a de contrarrestar los efectos de la violencia totaljrai:ia, cimi ento, descansa en primer a instancia e n un d esorde n. Y es
f!!Y�-­
--- --· -··- ··- - . - _______.
E�nc1pal estandarte fue la colonización del ·contin ente� ¿Acaso de be pre cisamente esta lógica y dinámica la que es impo�te subi:a,yar, en
la medida en que muestra claram ente, en los difer entes eJemplos
esbozados, qu e la sociedad europ e a y occidental es una sociedad obs­
7 Cf. M. Maffesoli, �1..a mafia commc méi.aphore de la socialicé", C-ahítmi tinada en la búsqueda de la secu.rización, sea ésta social, política, cul­
lnlemalwnau:.: de Socioiogú, París, PUF; vol. LXXUI, 1982. tural, e conómica o existe ncial. En Francia , esta.obstinación se ha
22 ANOMIA YTIIACEDIA EN EL MUNDO HLSPANO ANOMIA YTl!AGEDlAU.: EL MUNDO HLSPANO 23
denominado la búsqueda del riesgo cero, y precisamente lo que .nos cas, verdaderas y universales ciertas mar1eras de pensar, de vivir y de
muestra la imagen de los diablos en todas sus modalidades es que la .e_1:_:rcibir el mundo;.)
securización a ultranza, el control exacerbado van sie�pre a encontrar, Nunca será suficiente hablar al respecto, sobre todo cuando
su contrario; cuando se quiere securizar en demasía se llega exacta� durante los años ochenta, en la llamada década perdida, en las socie­
mente a lo opuesto. Se trata, pues, de una perspectiva occidentalista dades latinoamericanas escuchábamos argumentos juzgando el mal
de la existencia humana, es decir, emocentrista. Nos referimos una comportamiento económico de los países latinoamericanos respecto
vez más al gran universalismo de la Europa sanagustinian_a, que cree a las indicaciones y consejos de las instituciones económicas interna­
que sus valores pueden ser exportables a todos lados -incluyendo la cionales (BM, BID, rMI, etc.}. Dichas instituciones tiempo después vol­
dinámica de Estados Unidos---:, que en cierto sentido no son más que vían a pregonar para el continente un modelo de desarrollo que iba
la agregación regresiva de los viejos valores europeos. precisamente a resolver la crisis, la pobreza y el mal del mundo. Los
.Se puede hablar a,;í de dos tipos de anomia,_sin una connotación modelos han cambiado de técnicas pero no de sustancia ni de prin­
moralista: la trágica y la dramática. Nuestro asunto en este ensayo es cipios. En la actualidad la crisis económica, el mal de la actualidad,
poner énfasis en la primera y en la fuerza que representa en las socie­ continúa siI:viendo para atemorizar poblaciones y crear incertidum­
dades latinoamericanas. Así, el término social.id.ad del Sur-Puede refle­ bres, justificar una violencia totalitaria muy apegada a la estnlctura
jar ,precisamente lo que llamamos la revancha de los valores del Sur, unificadora basada en una sola forma de comerciar e intercambiar.
que no son más_ que valores, principios y gustos que no están forzo­ La distancia entre los llamados países ricos y pobres (en términos del
samente e;onformados o formateados a los valores de un Norte indus­ producto interno bruto, es decir, en términos de ''plusvalía prome­
trioso, progresisra, iluminado por las fuerzas dicratoriales de la razón. teica agregada") es más grande aún, tanto como la distancia que
La anomi� desde esta perspectiva sociológica seña una de estas mar­ separa la vida cotidiana de los actores sociales que encuenrran sus
cas de la socialidad del Sur, algo gwsso modo difícilmente perceptible riquezas más allá de la producción a ulrranza. Y tal como en milenios
en el modelo anglosajón imperante, y que no deja en cada oportuni­ anteriores se pregonaba el alcance del bien y el paraíso al tiempo que
d,ad de justificar y legitimar la imposición de la forma arguyendo el se anunciaban los pecados malditos, en la actualidad se siguen pre­
bien para los demás. gonando las mismas receras de las teoóas de la emancipación y del
universalismo moderno proveniente de la economía de mercado;
todo ello no es más que el reflejo del bien prometido por el mesia­
nismo judeocristiano.
ANOMIA, POBREZA Y MODOS DE SUPERVIVENCIA Uno de estos discursos mesiánicos es el de -la pobreza, que no
ALTERNATIVA
J
representa solamente el mal que hay que erradicar en los tiempos
modernos, sino que constituye uno de los primeros discursos de legi­
E!ectivament�, � hay�d.a..peor�uellos que quieren h�cer �• timación de las políticas monoteístas, de las teodiceas judeocristia­
�n, en particular·eíbien para los demas.J,e rrata de una sab1duna nas, de la imperfección del mundo que encuentra desde antaño su
tan trivial como verdadera, tan común como conocida, pero sin duda salvación en el paraíso, y que en la actualidad se confiere a la buena
no menos real para designar lo que ha sido a lo largo del imperialis­ aplicación de las formas de producción y desarrollo reivindicadas por
mo unitario el fundamento de la violencia tot.alitari.a, denotando.cla­ el.Occidente modernista. Todo esto es más que evidente en América
ramente no _nada más una lógic_a común a todo_s en la historia .y el La.tina , que desde la llegada dt: los pobladores del llamado Viejo
mundo, sobre todo a partir del advenimiento del monoteísmo judeo­ Mundo ha visto la imposición de modos de desarrollo provenientes
cristiano, sino también.la lógica que ha preñado todo el proceso de de otros lados: primero la economía colonial se impuso en nombre
colonización desde el Puerto de Palos, de, donde salió Colón, hasta de, la gracia de Dios, después el sistema industrialista se estableció
nuestros días con el llamado colonialismo económic_o.� para la gloria de la república y del estado-nación; finalmente, en
cursos que n le · · el a:ser para impon.er como úni- nombre de la emancipación de la economía de empresa y del siste-

�-'------------------
24 ANOMIA Y'IRAGEDIA. U/ ll. MUNDO Hl'lPANO ANOM1A Y'IRACOJIA EN EL MUNDO HISPANO 25

ma democrático se instituyó la economía especulativa del neolibera­ por medio de la "mordida", obtener los permisos de salubridad y
lismo. En la actualidad se habla de desarrollo sustentable, endógeno otros tejemanejes. Es claro que frente a estas estructuras económicas
y otras modalidades del mismo género, haciendo el llamado a formas impuescas de desarrollo los actores sociales en la vida cotidiana tra­
antiguas Y, originarias de organización económica, pero continuando ten de ejercer su propia lógica económica, su propio intercambio;
bajo el yugo de la unificación y la concepción de un individuo calcu­ dinámicas sin duda consideradas malignas para la salud de la econo­
lador, racional, que busca a todo precio el más alto beneficio, ya no mía progresista.
desde la perspectiva de la economía del placer de intercambio, del Como se· ha mencionado en otro trabajo,8 los historiadores del
codeo cotidiano (potlach) y del d_esgaste, sino desde la acumulación y siglo XJX mostraron que desde "el establecimiento del trabajo" en la
la inversión. Con frecuencia se escucha decir que aquellos que son población por parte del producrivismo burgués se dio de manera
pobres representan la parte maldita del proyecto produccionista y correlativa la elaboración de un verdadero "código" obrero de prác­
prometeico de Occidente, pues ante todo no tienen el espíriru del ticas alternativas. Mucho antes de la organización del movimiento sin­
trabajo y vocación (beruj) que se necesita para progresar. Se les res­ dical o político, existió de manera endémica una multiplicidad de
triega su preferencia p�r �l � do más que por el trabajo ar�'uo, por la asrucias, que permitieron simple y sencillamente sobrevivir a una
_
fiesta mas que por la disaplina laboral, por el gasto más que por el explotación un poco más brutal. De esta manera encontramos actitu­
ahorro e inversión. ¡Se es pobre porque se gasta en bebida, comida y des como el "sublimismo", que se burlaba de la seriedad del trabajo,
fiesta, y no se tiene una acritud ahorrativa y previsora! la práctica del "san lunes" y otras formas de ausenrismo, así como el
En el extremo opuesto de esta lógica prometeica, donde se habla derroche, el pago en abonos, las tandas y otras formas de ahorro alter­
en nombre de la perfección y el paraíso, existen teorías económicas nativo. En fin, a lo largo de la historia del capitalismo modero_���-�½!:?_
que han empezado a tomar más en serio la llamada dinámica de la de actitudes conside��� las glorias del mundo obre�o y�oletario es
economía informal, es decir, esta dinámica que hace el llamado al larga, cons utuy':_1!,��--l�p-�_!�_!.c:_g endaria de ��oe1?.�.��
"arreglárselas como sea", a la economía familiar, a la solidaridad eco­ l:radiCioiloraLén particular l<!_S canciones,.�_dejaj_o_cj.e CJ:lebrar.1

--
_<!irecto a las�
nómica, a todos esos sistemas de intercambio que rompen y rodean flay que ver en esto,l¡(!!ás que un enfrentamie�to
las leyes económicas. Nos encontramos así con la acentuadÓn,de una económicas establecidas, que cada__ una de es�. ac�ansa
" infinidad de "trabajillos" que hacen que "el gasto vaya saliendo": lim­ sobre la astucia, sobre la manera de eludir las- ·--·-
----··--···----·-·- órdenes o de sabote_ar
piaparabrisas, limpiador de autos y lava.coches, lanzafuegos y mala­ e!_�b�Yesto, no tanto por la acción misma -que la mayoría de
baristas, cuidadores de autos que se apoderan de las calles obtenien­ íasVCCes sólo fue teorizada- sino más bien como resultado de la
do altas percepciones económicas, así como otros nuevos trabaji/J.os expresión, casi instintiva, de conservación de uno mismo llevada a
extras inventados y creados, sin olvidar la venta de productos de imi­ cabo a través del cuerpo social y la solidaridad de la colectividad. Al
tación de toda índole, que por supuesto no entran en la lógica y el respecto, en el continente americano la celebre frase "brazos caídos"
esquema de la cámara de comercio y en aquellos empleos llamados representa las estrategias utilizadas por los indígenas como protesta al
de alto valor agregado. exceso de trabajo en las haciendas. Al hacer lo menos posible duran­
Esta racionalidad económica ha llegado al punto de que los acto­ te lo_s días de trabajo y prolongando las tareas encomendadas logra­
res económicos prefieran, incluso en los momentos de pleno em­ ban soportar las largas jornadas. Dicha actitud no ha dejado de tener
pleo, trabajar en la economía informal, más que establecerse en un su influencia en formas contemporáneas de trabajo.
empleo permanente, remunerado a medias, y estar sujetos a un pa­ Encontramos la misma situación en las monografias contemporá­
trón. Los grupos o individuos prefieren sentirse su propio patrón, o neas que acentúan lo que se ha llamado el "no-trabajo" en el trabajo.
ser servidores momentáneos del cliente que llega. Aunado a esto, en Una vez más, se trata del rol importante que juega la astucia tan
Améri ca Latina es conocida la manera en la cual la pequeña econo­ característica en las sociedades del hemisferio americano: desde las
mía se implica en la dinámica :social juzgada corrupta, como dar una
suma de dinero al policía para burlar la multa, sacar papeles oficiales s M. Malf�soli, La 1:m.rufiguro.ciém... , up. cit.
26 ANOMIA '111!,\(;El)ll>. EN EL MUNDO HlS.l'ANó A.-.UM!/1. YTRActt>iA ¡;;;; U.. i,llJNOO tll!ll'A.� 27
prácticas lúdicas {:rayuela., barajas, dados etc.) -hasta las conocidas del otjo se sitúa precisamente en el centro mismo de las "sociedades
"pausa<.are�. pasando por las celebraciones de compañerismo, oca­ avanzadas�. Esto nos impide hablar por lo tanto únicamente en tér­
swnes para bebe ro comer juntos el pastel llevado por uno O por minos de sociedad de consumo, y iomar en cuenta la sociedad de
.
otro, todo esto sm que se enteren los marcos: de vigilanci a, y que consumación en el. sentido que expresamos anteriormente.
.
(:onstmren _01:ros tanto$ momentos de "respiración" necesarios p ara En fin, es importante ver cómo en función de un imperialismo
un �mltbno global. Todas las oca,;io 1 )!des ués econOrñ1�i;> P9lítlco, la rspecti,va 9ccideñW.,
. nes son buenas para escapar . !_ntclectual, p y ¡:m
prensamente a la vigilancia de loo JefeciUos y responsables que, más ,.miversali�ta guiso imPoner una �§Í.Ón aet mundo y UH modelo dJ:.
que, refunfuñar por estar convencidos de la necesidad de rentabilizar cfemollo.1 Induso la ide<1: �isma de desarrqllQ.._0-d.esaa:9:ll!sm e st,¡i
:1 tiempo, evocan implícitamen'te sus deseo.s frustrados de acompa­ bien l!lscrit:a eiiesta"tradiciQ!Lju.d,eocristiana, occidental y modernay
nar al resto deJ grupo en dichas actividades. Incluso, tal como lo Mieñ'tras tanto, en América Latina -y es ahí donde la Te:flexión
hacen resaltar las encuestas recientes, se puede llegar a prácticas pudiera ser útii para . nuestro planteamiento- se añade a todo esto la
sexuale� que encuentran, en el marco del escrfo:nio o de la fabrica pequeña economía, la eoonomia informal de la astucia y el arreglo.
un. terreno de e!ecciOn, ya no digamos las relaciones ex:i;ra:-parej� Efectivamente, y vale la pena insistir.e! in �esante observar SIH:e.Jli
que encuentran su <'.a.ldo de cultivo en las.oficinas y despachos. En la lado del desarroU� p��[l�'!.!.!=ºIJQlilÍa al1,,�va en cons-­
actua.lklad se sabe la importancia del "trabajo por abajo del agua", 0 tañteienacir:iiíeñto:E;S-futeresante observar cómo los pensadores latt­
de la economía i.nfuTTTial, con respecto a la economía establecida. Se ,ll;fñ;;;¡canos en el ámbito de l.a economía siguen reflexionando a
sabe �_ue para ciertos países (se pueden citar a Italia o a Brasil, pero partir de otro modelo, siguen obstinados en adaptar un modelo pro­
tamb1en a tantos otros. países del Sur), esta economfa inforrnal es "Yeniente de otra culrura, de una infraestructura. meo tal --que tiene
�a�sa y e:fecto de un dinamismo irmeg""dble, que seria ínexpfü;able como dominante el cristianismo protesta.me, que es pasible rastrear
umcamente con los parimer.ros de.una contabilidad racional" A lo desde la llamada mano invisible de Adam Smith- diferente de la
me.i.°r de igual manera habría que hablar. de una �socialidad por existente en la cotidianidad de �us propios países. Encentramos una
violer1da que se eje,r<:e de manera extensa, fundadora y totalitaria a
n
abaJo del agua en el seno del trabajo oficial, que juega el.mismo rol
que la economía infonnal para fa economía oficial es decii a través la vez pero que no puede penetrar de manera incisiva en la centrali­
• de un ricmo específico permite htunanizar el tiem� inhu�ano de dad cotidiana. de la dinámica popular. Es importante- ver en estos
cadencias impuestas y del hastío programado,,reapropia.r$e, sin que modelos de desarrollo la mirada progresista que Ueg.a desde arriba, y
se entere la mirada vertical en vigía, de los momentos de su existen� no progresiva desde abajo, de manera más vertical y patriarcal que
cia Y con ello salvaguardar un e quilibrio füíco y psicológico, que sín horizontal y matricial. Existe sin duda una_tensión en 1a atmósfera
todo esto estaría gravemente amenazado. Nos limitamos a señal ar q ue confronta constantemente modos alternativos con maneras ins­
esto como una pista"de ffivestigación i1ue mere<ería ser déSarrollada tituid�, formas de re:d.srenday estrategia subterráneas con esqucm3.'i
por propio derecho, particularmente en fa-región que nos compete. predomfoantes y t.acticas para uniformar.
Lo que es necesario tener presente es que estas actitudes son colecti­ Vemos en esre sentido, de manera un poco irónica, o sensata, que
vas la mayoría de las veces, no pueden, desarrollarse más que en el es lo mismo, que la llamada cultura "'-retardataria rercermundísta" es
momento y conciernen a las personas. y .grupos presentes. también una especie de concepción ambivalente de oolidaridad que
En es� sentido, se puede decir que el doble juego que existe entre se manifiesta dia can día y que es necesario potenciar y presentar
la anonua y lo instituido encuentra fonnas de .expresión en d marco desde otr3S mirnd.i.s analíticas, µue.s no hay una. $Ola .solidaridad, tal
de �o Júdico � del goce. Se trata de una categoría general que cubre como se pretende conceprualizar ahora a l3S lla.m;;tdas sociedades
los Ju�gos stncto sen.su, cuyo desarrollo contemporáneo es conocido, dvile1.>, sino que existen solidaridades en todos los ámbitos de la vida
pero, igualmente las diversas fies� púbfkas o pri-..a.das, que dan común y corriente, que pueden llegar a tribabzarse, oponerse y
pauta espedfica. a la vida social, el "nempo líbre.., y el ocio. Todo esto entrar en conflii::to, pero que no dejan de tefler un impacto ¡mpor­
se conviene en un.i, realidad :innegable, y la importancia acrecentada tante en fa vida social de los grupos hmna.nos.
28 ANOMIA YiRAG[J)JA EN U MUNDO IDSPANO ANOMIA YiRAG[J)lA.DJ El.. MUNDO HISPANO 29
Para verlo de manera más contemporánea, la lógica de hacer el duda de que es .en estos espacios donde la legitimidad del comercio
bien por los demás a partir de un modelo establecido desde arriba, o informal, al ajustarse a las fuerzas presentes, al presentar diversas cen­
desde los propietarios del "deber ser", se asemeja al mismo discurso tralidades de negociación y heterogeneidad de beneficiarios,
de una política al estilo Bush, que no sólo impone formas políticas en encuentra un lugar de predilección. No se trata más que de formas
otras entid�des del planeta (con los resultados perceptibles para arcaicas y siempre existentes del intercambio societal.
todos), sino que establece formas de hacer la democracia del bien. Por lo tanto no solamente hay que analizar una economía informal
Sin duda la historia nos ha mostrado, sea a través del discurso de la juzgada por unos potenciadora, y por otros destructora, sino observar
pobreza y la promesa del paraíso terrestre, sea a partir de otros pro­ cómo se ha encajonado esta forma de comercio al ámbito de lo ilíci­
cesos utilitarios del discurso, que querer luch ar contra el mal es tam­ to y lo clandestino. Sin duda no se niegan los perjuicios a la estructu­
bién una manera de monopolizar una realidad de la vida. Esto no es ra formal económica que pudiesen surgir, pero ante todo es impor­
más que la estrategia que la postura hegemónica ha llevado a cabo tante no desdeñar la capacidad de proposición y astucia con que se
desde hace varios miles de años, pero que no ha dejado de encontrar realizan -en todos los campos los falsos-portarretratos, los "hechizos",
de nuevo y constantemente lógicas de respuesta y de resistencia, que como les llaman en Tepito en la ciudad de México. En el ámbito de
se viven de manera trágica o lúdica, en la vida y el presente \:te todos la música, las empresas reclaman la pérdida de beneficios extraordi­
nosotros. narios y el perjuicio a los derechos de. autor. Las empresas multina­
cionales de renta de videos denuncian cómo las cintas y DVD cinema­
tográficas son transfiguradas en cvn-provenientes muchos sin duda
de España- visibles en cualquier reproductor de discos compactos y
ANOMIA Y PIRATERÍA vendidos al por mayor en todos los espacios públicos, incl uyendo los
sistemas de transporte colectivos "subterráneos". Asimismo, son cono­
Precisamente junto con esta pobreza encontramos en América cidas desde hace tiempo las imitaciones en la perfumería, no nada
Latina, como en tantos otros lugares en el pl aneta, formas de econo­ más de manera local, sino provenientes de países asiáticos, que do­
mía calificadas de demoniacas, por el hecho de no respetar las reglas nan el seudoprestigio de marcas frances as y europeas y comercian en
de intercambio establecidas a lo largo de.varias centuri as y milenios, trasatlántico entre Asia, Europa y América, al punto de pensar meta­
Íormas de intercambio que contrarrestan los principios de lealtad fóricamente en ténninos posmodernos de comercio transa-atlántico,
establecidos en la economía de mercado. Se les adjudica el apelativ o sin desdeñar por supuesto las m arcas de calzado deportivo que cons­
de piratas, hecho que no deja de ilustrar la sabiduría del sentido tituyen el cenit de la moda juvenil.
común, pues en su sentido primero un pirata es aquel que roba y Y qué decir de los electrodomésticos y ap aratos de sonido, pro­
saquea a los demás para sí mismo. En el extremo 'opuesto tenemos a ductos informáticos (programas, computadoras, ordenadores), etc.,
los llamados bucaneros, que en sentido estricto fueron los que, que además de ser tecnología copiada sin ningún esc rúpulo, siendo
durante los siglos xvn y XVIII, al servicio de la corona inglesa, saquea­ la China de todo esto un gran proveedor, se ven alimentados (para el
ron los barcos españoles. Así, se podría extrapolar la metáfo ra pre­ caso de México) por electricidad robada y que el sentido del humor
guntándonos: ¿acaso no nos encoritramos en la actualidad en una popular no dudó en rebaurizar como "diablitos". Los libros y best
tensión entre economía pirata y economía bucanero? sellers no escapan a semejante dinámica y todo· ello no deja de tener
En otro espacio ya hemos hablado de la importancia del mercadeo desde un punto de vista sociológico la misma lógica que las famosas
Y la plaza pública como medios de intercambio y socialidad;9 no hay maquilador� y armadoras de autopartes, quienes por su lado juegan
mañosamente c_on los empleos bien remunerados, pero sin dtjar de
9 Mich¡,,l Maffe501i y Daniel Gutiérre:i M., "Prefacio a la edición castellana" de El estar al servicio de la corona economista. ¿Serán pues bucaneros pos­
tiempo de las tribus, d ow.so dd indillid.ua.li.,'RU! en las sociolad,;s poS1Mtkma.,_ México, Siglo modernos del trabajo? En esta larga lista cabe no olvidar los produc­
XXI, 2004. tos farmacéuticos similares e incluso las bebida!i gaseosas, cuyas imi-
'"
''

30 ANOM!A YTJW':ilnA u; l'J.MIDIDO HISl'A."«:! ANOMlA Y'Til,ACtOIA EN El. MVN00 HlSPA.'iO 31

taciones se vuelven b. punta de lanza para protest.u alternativas en encuentran ancladas precisamente en estos suelos del hemísferio
cierras regiones del mundo. Se trata, en realidad, de formas de récu­ norte, industrioso y progresista?
peradón lógicas y consecuentes, que no éstán fur:wsamente en el Las estadísticas en materia de comercio exterior no dejan de mos-s
registro del robo o ta piratería, sino de la supervivencia y la astucia. rramoo que dichos beneficios provienen la mayor parte del tiempo
Estas lógicas no escaparon a un tal La Fontaine en sus elocÚentes de los inrercambios comerciales realiza.dos con los países en "vías de
fabul�, quién a través de la moraleja bien conocida dd Pastor y 111 desarrollo", cuya compra y adquisición de tecnología <x:ddentales
cabra llustró que a$Í como el primero pretendió engañar a la segun­ inversamente proporcional a los beneficios obtenidos con sus expor­
da para atraparla lo mismo haría la cabra con el pastor en cuanto taciones a las mi5mas regiones de materia prima, mano de obra y
tuviera la oportunidad. De esta· manera. se podría extrapolar esta manufactura. Así. es notable observar que la plusvalía presupuestal
fábula al decir que, así como se ha querido imponer un modo de pro­ obtenida de estos intercambios desiguales pennite que se mantengan
ducción, sobreproducción, consumo, sobreconsumo a 1a humanidad (principalmente en los paÍSt'-S europeos} los sistemas de seguridad
entera en 11n momento preciso_, las personas que se sintiesen enga­ social, de jubilaciones tempranas, de seguros para el desempleo, de
�adas responderán frente a este modelo con rodeos y regodeos. Lo remuneración monetaria para la inserción de losjóvenes sin oficio ni
mteresante en todo esro es seguir indagando en este camino para beneficio al mundo laboral, eocétera.
descubrir las Sítuacione.11 de lo cot:idfa.no que realmente están cam­ En este .sentido, no hay de qué sorprendemos cuando observamos
biando las historias eeonómkas de los grupos e individuos.. las múltiples condenas y críticas que ¡¡c le hacen a 'China, que, al no
Todo e!to, no hay que negarlo, transgrede evidentemente las leyes respetar gran parte de las normas establecidas bajo una lógica más
"internacionales" del comercio, de las patentes, de los derechos de bien occidental, y por lo contrario utilizar fonnas '.lparentemente
autor y del fisco, creando pérdidas asombrosas y, por qué no decirlo, desleales de comercio, ha logrado penetrar en todos los mercados y
perjuicios a,Jas economías nacionales. Sin embargo, esto no Mgnifica copiar todas las tecnologías y fomlas de trabajo, sin respetar derechos
q u� sea necesario ejercer el imperio de la ley, arguyendo que dichas de producción de patentes y semejantes.. Pero ¿acaso esto ha servido
_ para sacarlos de la jugada económica y política? Los economistas más
logicas ron la C3.l.JSá del malestar de la sociedad o de ia dviliza.cíón, y
q.Ue se deba ser implacable contra la plaga que irn:nn pe en los nego- advertidos saben que dicho modelo económico -inscrito más bien
,., cms y las economías del Bien. Se trata sin duda de discur:½S que bus­ en la lógica de lo lnfonnal-fonnal- es y será necesario para el man­
can pasar el mal por el bien, pues las políticas -e.:onónúcas adaptadas tenimiento, en lQlli decenios por venir, del sistema moderno capitalis­
con bajoo p-recins a las economías más débiles no existen, y Jos már• ta mundial. De ahí que China. en vez de ser descartada de la econo­
genes de beneficios no dejan de aumentar para tas, grandes empre­ mía planetaria, tienda a atraer cada vez más alianzas y concesiones,
sas, que por el conttario no dejan de monopolizar cada vez más el principalmente con 105 países desarrollados, que están en primera
mercado, las producciones ártisticas, textiles y sus modos de fubrica­ fila al momento de condenar Tas pnú::ticas de comercio informal, Ua­
dón. ¿No s.e tratará por lo tanto, más que de caus.as, de consecUen­ madas peyorativamente a.nómicas.
cias ineluctables en razón de laJ asfixias vaticinadas a la.\ economías Lna vez más encontramos que existe una iazo metafórico entre
internas y a las forma., de intercambio solidarias? sociedad trágica e incremento del comercio ilícito. La tarea consiste
Encontramos aquí una vez más el Oóble lenguaje tanto político a.ho-ra eh saber cómo se debe presentar esta dinámica en el mundo
como económico, el lenguaje dé doble cara de los organismos in ter• contemporáneo: ¿es- acaso una forma de rebelión de los diablos del
na:1onal�s financi�ro.s y económicos que no dfijan de elogiar los desarrollo, o tilla moralina proveniente del "sistema de emáncipa­
b�1os índices- de 'p1ntcrfa en lo$ países europeos occídenta1es y en ción" que promete el paraíso terrestre? ¿No se está tratruido de hacer
América del Norte, en rnzórr de la cfkada de su elevado grado de pasar el mal-por -bien? Vale la pena insistir, por lo tanto, en que la
reglamentacíón ·para detener' dichas lógicas infomiales. Pero ;a.caso socíalidad del Sur, con wdo y su revancha de valores, ·se confronta
advierten que la máyor parte de las casa5 matrices de la, emPresas constantemente al progresismo prometeico anglosajón y unittrsali.,_
que denuncian la piratería '(junto con sus· grandes beneñcíós}- se ta, dando como resultado en la actualidad -tul y como sucede cOn
32 ANOMIA YTIIACWIA L"I EL MUNDO fi!SPANO ANO�IA VTIIAGEDIAEN EL MUNDO lllSPAJ\1O 33

la cabra en la moraleja de La Fontaine- el resurgimiento del paga­ que nueva y constantemente impregna la vida en su conjunto, tal y
nismo, aun en sociedades tan aseptizadas como las escandinavas. La como sucede con ese infante eterno que dentro de la crueldad que
costra, aunque aparentemente sólida, tiende a resquebrajarse y a vol� le caracteriza tiene sus espasmos de creatividad.
verse más maleable. Como lo mencionó Octavio Paz en diversas refle- Ahora bien, dichos movimientos virulentos o virtuales son el ne­
. xiones, to que causa un impacto no desdeñable en estas sociedades gocio de los medios de comunicación masivos (� excluir � pro­
.
aseptizadas es que esta especie de estructura pagana-tal como suce­ ducciones ciuematográficas recientes), cuya publicidad naoonal e
día con los sacrificios en tiempos precolombinos- sirve rambié!1 internacional no deja de difundir imágenes siempre exacerbadas que
para homeopatizar el sufrimiento; la crueldad y la muerte, sin que ponen en duda la seguridad en estas regiones del mundo para el
forzosamente se busque su eITad.icación. occidental que las visita. Todo esto va acompañado de manera para­
dójica de la promoción de bellas playas y lugares paradisiacos e� s­
tentes en los países latinoamericanos, en revistas femeninas de la vida
cotidiana, en publicaciones en tomo al cuidado del cuerpo, cómo
ANOMIA YRESISTENCIA \ sentirse mejor consigo mismo y con el entorno y todas aquellas que
tienen como eje de vanguai- dia el hedonismo andante. De esta mane­
Sin duda, la lógica informal no escapa a las leyes de imitación (men­ ra, se nos presentan, junto con la crítica malhumorada de artículos
cionadas por G. Tarde),junto con las cuales se encuentran formas de incisivos sobre la extrema violencia que se vive en todas escas regio­
resistencia que pueden ir desde las guerrillas y los movimientos arma­ nes del Sur, la amabilidad, el buen recibimiento, la· gentileza de sus
dos hasta las lógicas vinculadas al narcotráfico, todo ello teniendo un pobladores. Los fenómenos de secuestros, de vi?lencia armada, �e
amplio sustrato en la historia de América Latina. Diversos observa­ agresión contra el turista dibujándolo como el s.imbolo del podeno
dores sociales no han dejado de destacar la participación en estos moderno, el salvajismo, la barbarie siguen siendo el arma de fuego
procesos de resistencia a lo largo de la historia por parte de la pobla­ de los medios de comunicación, siempre acompañados de bellas ar­
ción civil que, de manera implícita o no, a partir de derreli:riquir, abs­ tesanías y rústicas formas de producción, exóticos alimentos y plus­
tenerse, encubrir, transfigurar o apoyar los actores y sus movimientos, valía étnicamente agregada.
• logran que lo instituyente tenga efectós importantes en lo instituido, La doble cara del continente: criminalidad y belleza turística, ama­
en orras palabras, cambien la historia. Desde las luchas de indepen­ bilidad y violencia individual, parece ser la paradoja que siempre ha
dencia en el siglo XIX, hasta los llamados últimos movimientos de rei­ acompañado la relación con el otro mundo, que estableció desde sus
vindicación étnica, pasando por las revoluciones civiles, muchos han inicios la· imagen moderna de la bondad. Hay por lo tanto una con­
sido los casos en que la población, en su vida cotidiana (los persona­ tradicción que no deja de tener su corolario en el proceso de seduc­
jes de las historias anónimas), ha contribuido al éxito de semejantes ción tanto en el turismo como en otros aspectos de América Latina:
empresas . hay construcción del miedo al tiempo gue._s_1;.duc.c;ión por sus paraíws
Sin desdeñar las consecuencias sociales y los costos de vida que �tres.1Se trata entonces de una lógica dramática que busca sepa­
todo esto pueda acarrear, es interesante destacar que, junto con la rar los d�s aspectos de la vida, por un lado el gozo y el entreteni­
parte mortífera de escas circunstancias históricas, no deja de existir miento, por el otro la parte mortífera que debería ser eliminada, con­
una redinamiwción de la cultura y de· sus valores, pues siempre se con­ denada y aislada.
juntan en todo esto modos de expresión musical, novelística, teleno­ Del otro lado del análisis, tenemos una dinámica trágica que ve la
velesca, etc. Así, los narcocorridos, tanto como antes los corridos de violencia presente en todos lados, algo con lo que se debe lidiar, pero
la Revolución mexicana y otras formas de musicalización de la trage­ que no impide que los momentos de fiesta sean objetos de predilec­
dia en tiempos de violencia, esbozan que la muerte y la tragedia son ción . De tal manera qu't la viol0cia �_!��l":�:1-��':1 los__�-e�����--� »
a an
también formas de inspiración creativa. A la par de dichas lógicas ��i.�.4� s_u encan_to_ �n --�- !:.��?- d C.9E� -� .,,
encontramos la.siempre existente parte lúdica de la dinámica social, Ciertamente no deja de haber consecuencias de envergadura, pero
1 34 ANOM:IA 'r � l'.N EL Ml.lM:>O KISPANú

�bién no deja de c�xi.stir una homeopaúzadón de la muerte y el


ANOMiA Y'� EN EL MUl'.'DO ffiSf'ANO

forma de -veneración al riesgo, que por lejanas que parezcan unas


35

1
1

peligro, del mal y del nesgo, que hace que frente a la tensión previa­ prácticas de otras compacten d común denominador del goce dei
mente creada por los medios de comunicaci6n siga existiendo una riesgo de manera igualit,u:ia, pues no importa la clase social a la que
' enorme se�uc.ción. se pertenezca, la profesión que se tjerza, el lugar de procedencia, en

1
· Al re:;pec� es i�teresante observar cómo estas. dos formas paradó­ palabras populares la muerte a todos complace y se neva. Así, buenos
.. . y malos lK>fl encomendados por la misma patrona y ajusticiados por
Jtcas de ronVJvencia se ven entrelazadas en las procesmnes, las maní•
fesrad.ones populares y las creencias. esotérica'l. LJ)s días de muertos el mismo mercenario: el r:i�o, aprestan 1a dinámica imcrita en la
en México son sin duda momeutos de inmensa atracción turística vida en su conjunto. Por un lado lo masculino que sojuzga, por eJ
-sobre todo del norte occidental-, el festejo de la relación de los otro lo femenino que acoge.
muertos con los vivos. Un ejemplo emblemático -más reciente es el En efecto, tel aspecto femenino de la mu�o deja de tener
que �ncontramos en M�co, donde de manera cada vez más pro­ reminiscencias de una cotidi®idad del vientre, una socialidad matri­
nunciada crece 1a adoracmn a la conocida Santa Muerte. Se trata en cial, tan predominante en nuestras sociedades latinoamericana,
derta medida de una santidad que lo mismo íncluye a los �cotrafi­ como en la pos.modernidad. Se trata sin duda de una metáfora que
cantes que a los policías, a los bomberos que a lt:;i, criminales., en vale la pena recalcar, frente al progresismo y verticalismo del mundo
suma, a todos aquellos cuya labor esrá vinculada al riesgo y al peligro. d.esarrnllisra, en una palabra, frente a la lógica de Ja patriayd patriar­
Estamos hablando por lo ratito de una figura posmoderua de tradi­ cado un.iversalisra. --que no carece de ti.mesjurleocristlanos--, la lógi­
ción milenaria de homeopatiz:aóón del mal en la vi.da. cotidiana, Una ca cotidiana de la Matria roma su revancha ·Frente a la lógica rnachis.
hermandad auspiciada por una cripta santa que no distingue enrre ta estereotipada de la cultura latina se erige como mandato una
los buenos y los malos categorizados en una lógica dramátic-,:1, sino lógica miis flexible, más acogedora, más tolerante, pero a la vez. más
que a todos los relaciona con los ;n-atares innegu.bles de los peligros violenta: Ja lógica del vientre. No por nada las imágenes rituales y
de la vida, espirituales: más solidtadas tiene.n caracteñsticas femeninas y deno­
Ahora bien, este tipo de simbolismo ya se ha presentado de mane- tan la identidad de los hispanos: Guadalupe de Ex.tremadura y su
"' ra importante en otros mornent0$ de la historia, pues en su ya clási­ heredernGuarlalupe del Tepeyae, la fo.maculada Concepción y tatuas
co libro V� y C<Utigat Foucault había mostrado que una de las marias que anre<:eden la santidad, así como tantos segundos nombres
�des revol11dones en tos sistemas de castigo fue pasar del sufri­ vinculados con los héroes revolucionarios que forjaron las identida,
mtento yel dolor públicos a la intimación y eufem@ción de los mi$,, des nacionales (Guadalupe Victoria, José Maria Morelos y Pavón,
mos. �� otras pal:abras, se pasó de una forma de castigo trágico a uno etc.). Sin duda en nuestra época posmodema el reto de ios pen_<i.a,do­
dr..unatu:�, con tod 3:3 las repercusiones para la modernidad que no res latinoamericanos es pensar en la manera de encontr.tr un medie
hemos dt;¡ado de nombrar a lo largo de nuestras diferentes reflexio­ para vohter a annoniz.ar estos dos aspectos que no han dejado de
nes. En el caso que nos compete, más que tratarse de adoración al estar en tensión a lo largo de la historia. & esta lógica, en realidad,
dolor se trataría, desde u.na perspectiva posmodenrn, de una adora• la que define la posmü?cmidad, y tanto más la posmodernidad vivi­
ción al riesgo, da ,en Latinoamérica. Este será sin duda el desafio por venír en el
Así, es interesante ver que junto con la perspectn,a aséptica lnscri- pensamiento social latinoamericano.
� las políticas públ icas, aquella de la sud.edad de riesgo cero, ante­
en Esta forma de comporLamiento que se puede calificar de anómi­
nonnente señalada, se ha ido acrecentando el culto al riesgo, sea en c:a. ha sirlo t.ambién mencionada en el ámbito de la literatura, Tras 1a
la fo� d � la 1!"�ª Santa :Mu�r� (como en las sociedades de pre­ lectura de Octavio Paz y su conoCido ensayo sobre SorJuana lnés de
dommancra tragica), o en la practica de depones y activídades de la Cruz, encontramos que si bien la palabra anomia, tal y como aquí
alto riesgo agregado, como 1a escalada en roca, el mftir;g, el ciclismo es preconizada, no es enunciada por el pensador, la lógica que con•
de a.Ita montaña, jumpin¡¡, motocicletas, automovilismo, patinetas y tiene dentro del análisis sociológico está bien ilustrada con el adagio
toda clase de sinf. Todo ello no reria, entre otras cübaS, más que una mencionado por Sor Juana de que "detras de cada cruz se encuen-
36 ANOMIA Y TRAGEDIA EN EL MUNDO HI5PANO
ANOMlA YTRAGEDlA U: f.L MUNDO tu5PANO 37
tra el diablo". Esto muestra claramente que en el fondo de la refle­
xión los aspectos de la vida también se conforman de riesgos, y qu e de esta subsiste ncia. Se trata d e una dinámica del mestizaje q ue
encuentra formas de expresión en todos los ámbitos, sea artística,
más que negarlos hay que torearlos. Lo que nos lleva sin duda a
económica o política. Así, siguiendo el hilo de Ariadn� , podri� os
plantear que toda forma de veneración del riesgo es una manera
inconsciente d e hacer funcionar la socialidad que mueve al mundo citar el aspecto danástico, donde el tango, el son cu��º• el pencan,
e"n muchos aspectos. los tríos, el vallenato, la música ranchera, pero cambien otras formas
El libro que pr esentamos mues tra que hay siempr e necesidad de de popularidad como la lucha libre (otra forma de danza) son
.
una forma de homeopatización d el riesgo, del desorden, de la ano­ baluartes posmodernos de esta mszcla entre lo arcaJco y lo contem;
mia: en suma, un comportamiento trágico. Al re spe cto, América �'Sm olvidar el rescate y la restauración, que h� resw-gido en
Latina constituye uno de los laboratorios de obs_ervación más promi• la actualidad de los barrios popular es en las grande s audades, como
nentes. Bien dice el dicho: "más sabe el diablo por viejo que por dia­ el Zócalo en México, Le Panier en Marsella, el Abasto en Buenos
blo", lo cual no deja de mostrar la importancia que tiene, en los Aires Val Paraíso en Santiago de Chile, el Perlourihno en Salvador
momentos clave d e la conformación social, la comraparte cristiana de :&ihía, etc. Todos reapropiados por los nuevos empresarios Y las
del bien, aunque éste sea primero por l a experiencia de vida y des­ institucion es culturales oficiales, así como por los me dios de comu­
pués por la astucia del momento. nicación masivos. Lo que es más, podemos mencionar cómo las for­
Tod as estas ilustraciones, metáforas, parábolas, descripcion es musi­ mas de lenguaje y de vestir prov eni entes de culturas populare s antes
cales, esbozos culturale s y experi encias rirnales nos muestran que denigradas (por sus maneras de habl�, sus aretes en to�o el ��rp o,
finalmente lo que está a la orden del día es un regreso legítimo del sus tatuajes, etc.), conside radas en su bempo fo�'.15 de expres�on de
policulturalismo de valores, es decir, una manera difere nte de com­ la canallada, de los de abajo, incluso de los cnmmales, son bempo
prender la vida que si bien no es nueva, no corresponde únicamente después no solam ente reapropiadas por los me��os de comunica­
a la man era universalista jud eocristiana de percibir el mundo, aque­ ción, por l as clases pudientes, sino por la poblacion en general (al
lla de negar la muerte, sino a la diversidad de formas culturales loca­ m enos en su perce pción y tolerancia), y sobre todo por las n�evas
les de convivir con el mundo y su entorno, integrando el dolor y la gen eraciones (que como niños tei:1'1bles escapan de la Jª� de hierro
.., mu�rte en la vida, al tiempo que se elogia el goce en el presente y el de juicios y prejuicios de la moralina). Todo e llo es anunciado como
momento. maneras de ser cooly estar en onda e n la actualidad. Sin duda se Trata
d e un efecto de seducción, pero también de imitación. De la mime­
sis como la llamaría Girard, de aquella contrapart e de lo establecido,
q�e termina por contaminar el conjunto social. Huelga deCU: que no
_
ANOMIA YMESTIZAJE siempr e la contaminación es maléfica para el organismo �oa��
Sin duda se podria clasificar estas formas co�o de domma�10n de
.' _
Contra esta especie de monocultura, de ámbito monovalente, hay sometimiento, de reapropiación y reproduccmn de la dommaaon,
algo que subsiste de manera evidente y que en el fondo tiende a pre­ p ero lejos de estos análisis que de scriben poco la parte creadora Y
dominar e n nuestras sociedad es contemporáneas en diversos países seductora de lo instituyente, es interesante observar que el m� q:U�
de América Latina, formas de expresión rerurr entes cada vez más p erinea innegablemente a las sociedades, ª los grupos, a los m��­
.
ligadas a un e nraizamiento bastante lejano, profundo y perenne; es duos , es generador de cultura, d e renova�ones sociales y de sooali­
lo que hemos nombrado el enraizamiento dinámico. dad, pu es de lo que habria que e�tar consaente p�a e� tend er la c':n­
La reapropiación que sue le hac e rse de la rulrura popular, de la temporan eidad en que se vive, es de que existe siempre algun
"canallada", de la parte maldita de la sociedad progresista y moderna fenóme no de recuperación, de reciclaje cultural, que bien puede lle­
por par te de la cultura oficialista, nacionalista, estatal, y después redi­ gar hasta la hibridez, pero no 1? hace menos ori��• a�nque se tra�e
fundida a la misma pob4ción de donde proviene, es un vivo ejemplo de una reruperación mercanbl, de una mercanblizaaon d� la exts­
tencia, pues no son las consecuencias las qu e se deben exphcar para
38 ANOMJA YTAAC.Wli\. Di il l\,flJM!)O HISh\NO J,Nól>UI\ VnAGUllA Slll EL Ml.it•'OO f6Sl>MIO 39
p�<"Sentar la ontogénesi.s de la tensión y la manufacturación condenables, primero por la inquisición, luego por la medicina ofi­
societal
Ciertamente estas reapropiaciones son más perceptibles en la cial republicana) representan en la actualidad una de las arracdones
cultu­
ra, pero lo �sencial (:.tte )a pena insistir al respecto) es que hay aquí más emblemáticas del mundo posmodemo, no nada más para los
.
m.13- expre.s1on de la vida en constante realizaó.ón en el fondo del sus­ turistas, sino para 1ru empresas de 1a fannacéutica. de la alimentación
trato social en el crisol mismo de la canallada, de fo popular, y la bioquímica, Sin mendonar la voluminosa publicación de revistas,
.' de la
parre mald1ta de Ja sociedad progresista. Ya no se rrata de una simple los programas de cable, los productos y ventas por televisión de tipo
�inacíón de la cultura burguesa por lo popuJar, sino ck la existen• homeopático, producto$ con una plusvalía émica que no dejan de ser
��� vez má.,; le óma de c:ukuras locales, ecularirmo� una rnue1>tra palpable de que en la ootidianeidad siempre se llega a
les que se expresan, ��con día, siem,e�J de OUCYQ..iTendemos superar, a rodear, a contornear, a evadir y a esquivar fas reglas for­
. poi
10ITUfttrairdeüña füonopofü.ación de la produrD.ón simbólica males que pretenden sentar las bases del deber ser y del deber hacer,
c�tura a "::1ª
politeh:ación de la producción cultural, que cada dfa
de la
Es notaria -igualmente, para el caso concreto del tutism-0 en
difunde mas, de manera lenta pero segura, el poder vinculado con lo América Latina, la enorme frecuencia con que los turistas europea&
sirnbólico)i.l "---
tienen como destino estos países con plusvalía étnicamente agregada
Así, podemos decir que lo que se calificaba anteriormente de cul­ (Perü, Bolivia, Ecuador, Guatemala, México, y en este último el sur�
tura inferior, producto de la raza del infierno, en la actualidad repre­ te; Chiapas, Oaxaca, la península de 't'ucatán), todos ellos sin duda en
senta los coforcs de la seducción, no solamente para el maravi bu._<:ea de lo étnico, lo exótico, digámoslo en palabras llanas; en busca
lloso
mundo de Benetton y la moda, sino también para fa :re."lvificación de lo bárbaro y lo salvaje que revista de encanto la saturación de un
cultural 'f S()cial. La mez:da entre razas (producto de la migración racionalismo poco prometedor. En esre sentido, las múltiples mono­
y
otr� fenómenos por el estilo) que se da en las sodedades del grafias referentes a Dionisos (al extranjero) en la culrura de la Grecia
norte
ocndental i_mrre blancos y negros, morenos y pálidos es nota.ble, pues clásica es un dato que no hay que desdeñar. Sin duda seria anodino
no nada mas nos hace recordar las tantas me:rdas que existen y y ocioso parn. algunos sociólogos integrantes de la ínteli.guenuia inte­
cxis­
ueron en los continentes del Sur durante el cofonfa1ismo cbino for- res.irse por estos :aspectos y preguntarse acerca de la proveniencia de
,... mas grotescas de procrear, sino que nos ,evocan las consecuencias dicha atracción por la mezcla. Cabe decir que, en todo caso, todo
cul­
turales-de semejante mezcolanza en la contemporaneidad. esto no nada mas tiene que ver con una etnografía de los destinos
. Más aún, la atracción actual por el rolor de píel oscuro (antes aso­ turísticos de moda, sino ron una visión posmoder na del mundo que
ctado a la par� del di ahlo) es un hecho evidente, al punto que una va pennea.udo sistemátic,amente las sociedades y las poblaciones en la
de las graud es mdustn_ as en el mercado del cuidado del cuerpo es actualidad. ¿No vernos aquí algo que se relaciona con el paso del :anti­
_ la
q ue se relaciona con todo aquello que tiene que ver con el bron<:e guo colonialismo territorial al colonialismo turístico posmodemo dé
o,
las cr:m�, todo lo que nos permita transfi arnos de color, en las imágenes exóticas, que va a 1a par asimismo con la superadón del
gur la
.asepsta mas puntual y tecnolo�da. Extendiendo el tema, eabe agTe­ miedo al Otro y et arribo de la atracción por los Otros?
g� que lo qUé antes se consideraba kis ritos provenientes del mal, Esta dinámica procedente de la saturación del mundo Jlustrado y
e.Kistentt:'s en tantos lugares del mundo y en las culturas llamadas racionalista ha logrado dar una nueva slgnifiraci6n a las culturas étni­
, . on·�
grnanas, como son las emulaciones, las marcas de la piel y del cuer­ cas y a sus reivindicaciones, incluso en eJ seno mismo de las culturas,
po, t:as perforaciones, los ritos que lovocan a la Madre Tierra. 1.os pues si bien dichas reivindicaciones siempre han existido pocos han
ritos
de i�ciacióu, las damas esotéricas" la medicina étnica practi�ada sido los inomemos de gloria en un mundo industrioso y proyectista.
por
btuJos, chamancs y herbolarios {todos ellos anteriormente entidades ¿No será acaso que esta saturación racionalista en el mundo occi­
dental, bien conocida por todos, permite ahora que ,exista un auge y
una legitimación de dichas rdvindkaciones originarias? Qertarnente
'º Cf para el caso de Méxi(Q <'!latinado hbr,:, de Lourdes Ampe, I..,w ml<l$ � esto no significa que el racismo desaparezca, pues se-trata más bien
dii Mb:.iro, Mé>:k,:,. CIUM /M:lnll<'!I f'onüa/Cimara de Oipm:ad de una constanteantropol6gica que la intención moraüstá de la poli-
os, 2004.
41
11.."0WIA \'Til,\(,Wl/1, EN U MVNOO Hl'll'A.'<0 ANOMJA y111,u:;U1t.\eN E.Llitt.'NDO HlSJ'.'-N◊

el espíriru posmodcrno que


rica quiere tomar romo punta de lanza. Sin duda en América Latina ue está re sando a nuestrO parecer, en
cionamos y q ue no
todavía existen los fenómenos de clases (descritos tan acucíosamen• ,e puede vmcuuu
q !!"' .,__ a la sodalidad del Sur que men. uJn homeo -
a"
te por los servidores de1 marxismo), provenientes de un mundo rol�

es mas que la mregract. -"-- vu de esta muerte. Es la mtegrru:: • -,.,n.ca,
inserta en la }�ca trBfi
nial y modernista, y una fuerte impregnación imaginaria de un ¡y.t� Pática' propia de la rodalidad.udel Sur
aspectos de lauda.
núso blanco (particularmente en las poblaciones mestb:as del donde se pueden modu¡a. 1os utversos .
dos acti md es dife�s_..;una..en..donde-l- ª
· continente), pero eso no ha borrado, sin <:mbargo, la intensa creati• por 1 tanto se trata de te,
vidad que va má5 allá de todas estas muletillas históricas. El imagina­ moderni�dad ha''-.� siclo la represer---- �lle e- a negaci6n de_,_Ui.muer n-
.-1" ...i .,.;,.«r
uan
:�.1 ...
rio también tiene w campo de fuena que se expresa sin duda con q- � en secumación E�':}��-
.--�---- ·
-e°"'-otros---� e...e.st.a
cero y otra existente egtJ�,:rgeyente
-�]...._,.
ue
mayor claridad en las instand¡ts de la creatividad; sean éstas econó­ e . J!? �1 nL lf&
llamada pos mod ernidad , re p!,. ���
micas, políticas, visuales, estéticas, eoc, He aqu:í el meollo del asunto �� .--��---�n --··�···---·- -- úe lo conti-ariO de la negación de la
tura ""'ºana. Esto no es mas q
!��.:......
que queremos invitar a tomar en cuenta.
mue tte�� y el::Icorolano . de la ..ntecrr-o.dóo del mal con el resto que 1 e
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acompaña; ta
He aqw pues una espc--'� u_uct, dad "'Ue es necesario tomar• en cuen ,
Pocas han sido las veces que se ha desarrollado wia presentación de énc a La una .
particular en Am
"1

la historia moderna de América Latina desde el punto de vista de su y observar en nuestras sociedades, en
un,ión orgánica entre el bien y el mal. Porque es claramente de esto
de lo que s e tram, de una mirada que despliegue el cotidiano para�
MICHF.L MAFFESOU

dójko de la sociedad latinoamericana que dfa con día vivimos


DANIEL GlTilÉRREZ M.
Qudad de México-París
Ciertamente habrá quienes invoquen el peligro de 1a rcemergencia abril de 2004
del mal en la;¡; manifestaciones políticas, culturales, sociales y econó­
micas que evocan más bien el ri esgo de no condnir con el proceso
de estandarización y homQgeneización de un rolo tipo de-bien, Pero
corno hemos visto en las manifestaciones: de la dan:ia y su· evocación
del mal en América Latina, inás que preocuparse por el riesgo
"
hahrfa que ocuparse de lo que el peligro en su vastedad genera de
creatividad en nuestras sociedades. Sin duda,�
menos que �o se ven pero que_existen.� que tener visión n�
�úa; el desafio pafa'1�€�.P%� de América Latina se,rá pred§f!:..
· ·
mente el encontrar la viaión n�tw'l)a., e nuestra
-
técnica de o�rvad.J[l}:;J .. -- �
Lo que es importante ver en las páginas que a continuación se pre­
sentan a los .lectores hispanos es el hecho de que siempre han existi•
do dos lógicas de acción complementarias: en primera instancia
tenemóS el espíritu de la modernidad característica de una actitud de
negación de la muerte con todos los símbolos que ésta conlleva, Una
negación que es primeramente judeocristiana, después moderna, y
finalmente anglosajona. A partir de este enfoque se puede dedr que
la negación de la muerte puede llevarnos II efectos perversos de
manera incontrolada. que provoquen lo contrario de Jo que se que-­
ría evitar. Por el otro lado, existe otra actitud, un poco más pagana y

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