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BACCHETTA
el asesinato de
ARBELIO
RAMÍREZ
la república a la deriva
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foto: Sebastián Bacchetta Pereda
el asesinato de
la república a la deriva
d o b l e c l i c e d i t o r a s
© 2010, Víctor L. Bacchetta
E-mail: vbacchet@yahoo.com.ar
Ilustraciones de la escena:
Pablo Bacchetta Pereda
ISBN 978-9974-670-67-9
1ª Edición, agosto 2010.
Contenido
Presentación
por Roberto García Ferreira 11
Introducción 15
Capítulo 1
Una vida intensa 19
El difícil traslado a la capital 23
La vida estudiantil universitaria 26
Investigador, docente y comunicador 31
El espíritu y el temple 34
Una amistad muy especial 37
Capítulo 2
Guerra Fría, Cuba y crisis nacional 41
Guerra Fría y zonas de influencia 42
Desafío de la Revolución Cubana 44
El KGB en América Latina 47
Uruguay, la crisis y el cambio 50
Más cerca de Estados Unidos 53
Nardone, el operador político 54
La republiqueta oriental 57
Vigilando a don Eduardo Víctor 58
Las dos caras de la Embajada 61
Stevenson de gira exploratoria 63
Reunión de Goodwin con el Che 64
El neofascismo uruguayo 67
Los sucesos de enero del 61 70
Capítulo 3
Crónica del asesinato 73
La reunión del Poder Ejecutivo 75
Guevara en la prensa uruguaya 77
Palabras del Che en la Universidad 78
Versión de los acontecimientos 80
Testimonios y comentarios 82
Capítulo 4
Investigaciones oficiales 103
¿Quién era y qué hacía Ramírez? 104
Indagación de testigos presenciales 107
Informes de las pericias técnicas 111
Los sospechosos del MEDL 114
Indagación de Raúl Maglione 115
¿Un choque entre dos grupos? 123
Los muchachos de Sayago 127
Un final por demás deplorable 128
Los ejecutores de la investigación 131
Capítulo 5
El papel de la prensa 137
El manejo de la información policial 138
La polémica por la figura de Ramírez 145
Relativizar y encubrir lo esencial 156
Capítulo 6
Otras repercusiones 157
La inhabilitación del Parlamento 158
Las reacciones de Estados Unidos 165
Lidiando con un gobierno cocoliche 171
La táctica debió ser suspendida 175
Capítulo 7
Autores y circunstancias 179
Las versiones cambiantes de Vallarino 179
El oficio de plantar información 187
Entrevista al ex-comisario Alejandro Otero:
Nunca pensé que hubieran atentado contra el Che 189
Agencia EFE, mentidos y desmentidos 198
Capítulo 8
Testimonios y reflexiones finales 203
Arbelio José (El Cabeza) Ramírez Dosil:
El KGB pudo tener razones para matar a mi padre 203
Luis Fernando Ramírez Dosil:
La confiabilidad de mi padre no la discute nadie 212
Reflexiones finales 220
Anexos
I. Trabajos publicados de Arbelio Ramírez 233
II. Sobre la personalidad de Arbelio Ramírez 236
III. Peripecias en los archivos nacionales 241
1
Citado en Tim Weiner, Legado de cenizas. La historia de la CIA (Buenos Aires:
Debate, 2009), pp. 147-148.
2
Nuestra propia investigación en archivos de esa dependencia así lo ha corrobora-
do. Por un análisis detallado de un ejemplo véase Roberto García Ferreira y Mer-
cedes Terra, Comunismo y sabotaje en la represa de Baygorria, en A Contraco-
rriente, Vol. 7, Nº 3, Spring 2010, pp. 249-276.
13
Por todo lo señalado y como historiador dedicado a la temática de la
Guerra Fría en nuestro país y América Latina no puedo sino congraciarme
con la edición de esta original y comprometida investigación.
15
grupos cuya finalidad no era otra que generar temor y retraimiento en
las crecientes protestas sociales.
La presencia de Ernesto Guevara encabezando la delegación cubana a
la Conferencia del CIES tuvo los efectos de un huracán político. El presidente
uruguayo Eduado Víctor Haedo lo recibió, mientras el consejero Nardone
apelaba a los militares y exigía en el gobierno su expulsión. Tras los sucesos
del jueves 17, en donde mataron a Arbelio Ramírez, el Che viajó a Buenos
Aires el viernes y su encuentro con el presidente Arturo Frondizi dio pie a
una insubordinación militar que ya se venía gestando. Condecorado el sába-
do en Brasilia por el presidente Janio Quadros, éste renunció al cargo seis
días después y, para que asumiera su vice João Goulart, el pueblo en las
calles y militares legalistas impidieron que se consumara un intento golpista.
Resulta difícil si no ingenuo pensar, en este contexto, que los inciden-
tes que rodearon la estancia fugaz del Che en Montevideo no formaron
parte de una o varias conspiraciones para deteriorar aún más el clima po-
lítico nacional y avanzar en la dirección golpista a la que apuntaban Esta-
dos Unidos y las derechas en los países vecinos. Al observar quiénes ocu-
paban los cargos clave del gobierno, la Policía y la Justicia vinculados
directamente con los incidentes y con la investigación de la muerte de
Ramírez, no puede haber dudas al respecto. En dos semanas las noticias en
la prensa decayeron y nunca se reveló hasta hoy el resultado de esas ac-
tuaciones. Esclarecer esos hechos es un deber moral por encima de cual-
quier consideración circunstancial.
La política de creciente violencia y vulneración de la institucionalidad
democrática de la cual las actuaciones oficiales a raíz del asesinato de Arbelio
Ramírez son un ejemplo extraordinario iba dirigida estratégicamente contra
el movimiento popular. Cuando surgieron expresiones armadas de la izquier-
da en el país, se aplicaron los principios de la guerra de contrainsurgencia.
Pero el objetivo estratégico no cambió y, aun cuando la guerrilla tupamara
había sido derrotada, sobrevino el golpe de Estado del 27 de junio de 1973 y,
durante 12 años, prosiguió la labor de destrucción de las organizaciones so-
ciales y la conciencia política que éstas habían alcanzado.
Este era el fin en última instancia definido por la Doctrina de Seguri-
dad Nacional elaborada por Estados Unidos en el marco de la Guerra Fría
y puesta en práctica a través del entrenamiento sistemático de los ejércitos
latinoamericanos desde 1945 en adelante. Por esta doctrina, los ejércitos
extienden su papel de defensores de las fronteras nacionales a la seguridad
interna en donde el enemigo es el propio pueblo. No solo se consideran
insurgentes o terroristas a las organizaciones armadas que luchan contra
un gobierno determinado, sino también a las personas y movimientos que
propagan un concepto de sociedad distinto del dominante.
16
La desmoralización acarreada por las derrotas de la izquierda ha dado
espacio a una interpretación del pasado según la cual el Uruguay sufrió la
última dictadura por la existencia de dos facciones igualmente intolerantes
y violentas enfrentadas, la izquierda armada y los militares golpistas. La
ausencia de un análisis autocrítico serio de las derrotas ha permitido tam-
bién el despliegue de operaciones de propaganda que buscan desalentar y
confundir, tanto a las viejas como a las nuevas generaciones. Si los golpistas
fueron tan antidemocráticos, asesinos y corruptos como la izquierda, si
todos son iguales no tiene sentido proponerse ningún camino mejor.
En este mismo contexto, la deformación de la memoria sobre el asesina-
to de Arbelio Ramírez ha posibilitado el surgimiento de versiones que cues-
tionan frontalmente ese acontecimiento. Sin una investigación que revele
elementos más consistentes y documentados que los vistos hasta hoy se co-
rre el riesgo de que esta historia se vuelva cada vez más confusa y, como
lógica consecuencia, olvidable. El objetivo de esta investigación fue justa-
mente contribuir a rescatar una memoria más fiel de este suceso y, aunque
no se la puede dar por concluída mientras subsistan incógnitas y documen-
tos inaccesibles, nos permite evaluar los hechos sobre nuevas bases.
Si, contra la versión dada hasta el presente, el Che no estaba en la línea
de fuego y esa bala iba para Ramírez, cobraba mayor gravedad aún el crimen.
Es decir, si al que le dispararon fue solo a Arbelio. ¿Porqué podían quererlo
matar? ¿Quién era Arbelio Ramírez? ¿Quiénes podían ser sus asesinos? ¿Cómo
se llevó a cabo el atentado? ¿Cuáles fueron las investigaciones de la Policía y
la Justicia? ¿Cómo reaccionaron la prensa y las autoridades de entonces?
Por primera vez en casi 50 años accedimos a los registros de las inves-
tigaciones del Servicio de Inteligencia y Enlace de la Policía de Montevi-
deo, al expediente del Juez que intervino de oficio, a decenas de testimo-
nios de personas que conocieron a Ramírez y de otros que estaban esa
noche en el lugar del crimen e incluso a documentos de la Embajada de
Estados Unidos y de la CIA relacionados con este suceso, que nos permiten
analizarlo con mayor precisión.
Nos propusimos una investigación que no sólo reubicara determina-
dos hechos y conceptos, sino que aportara elementos para posibilitar tam-
bién una interpretación más acabada de ese momento que atravesaba el
país y de las tendencias que se desarrollaban hacia adelante.
Víctor L. Bacchetta
agosto de 2010.
17
Capítulo 1
1
Esta parte se basa mayormente en testimonios escritos y grabados por su esposa,
Esther Dosil de Ramírez.
2
El asesinato del padre de Arbelio, Washington Lockhart, diario Acción, Merce-
des, 2 de julio de 1990.
Mazzeo, como era llamado por sus co-
terráneos, protagonizaba ardorosas po-
lémicas que derivaron a veces en cho-
ques violentos, con saldo de muerte y
prisión, hasta que decidió no usar nunca
más armas. Aquella madrugada, caído
en el suelo, defendiéndose con una si- El periodista
lla, recibió doce puñaladas de dos agre- y escritor
sores, uno identificado como Carlos Alberto
Celesia, con dos muertes en su haber. Mazzeo,
En Dolores siempre se dijo que eran padre de
sicarios enviados por sus rivales políti- Arbelio.
cos, pero el crimen nunca se esclareció.
Por parte de madre venimos de inmigrantes garibaldinos, y un her-
mano de ella, Alberto Mazzeo, discípulo dilecto de Vaz Ferreira, poeta,
escritor y sobre todo periodista al servicio de las libertades, fue asesinado a
puñaladas en 1918 por un mercenario impune. Dejó herencia: su hijo,
Arbelio Ramírez, mi primo hermano, investigador de la historia patria, pro-
fesor querido
, escribió el maestro Selmar Balbi Mazzeo, en una carta
dirigida al presidente de facto Bordaberry a raíz de la detención y asesina-
to de su hijo, Álvaro Balbi, en el Cuartel de Coraceros3.
Albertito cursó normal-
mente la escuela pública a
cargo de la maestra
Bertullo. Al ser necesario un
documento de identidad
para inscribirlo en la ense-
ñanza secundaria, sus tíos
descubrieron que figuraba
en el Registro Civil como
Arbelio, hijo de Catalina
Ramírez y de padre desco-
nocido. A pesar de que Al-
Albertito Mazzeo,
luego Arbelio
berto Mazzeo había asumi-
Ramírez do la paternidad, la familia
(sentado), y su no se puso de acuerdo en
primo Selmar darle el nombre, presunta-
Balbi (de pie). mente por disputarse bienes
3
Carta del 6 de agosto de 1975, ver en http://memoriaviva5.blogspot.com/2008/
05/alvaro-balbi.html.
4
Combate de Paso Morlán. Urdimbre histórica de la épica gesta, Roberto Sari To-
rres, Dolores, enero de 2010.
5
Basilio Muñoz: Caudillo blanco entre dos siglos, Fernando Aparicio, Ed. Arca,
1984, p. 192.
6
Proclama del Comando Revolucionario, del 4 de febrero de 1935, a todos los
integrantes de la guerrilla armada que en ese momento cesa en su movilización,
en La revolución de 1935, Adolfo Aguirre González, Librosur, 1985.
7
Sari Torres, ob .cit.
8
Aguirre González, op.cit.
9
La vida del Profesor Arbelio Ramírez, Semanario El Sol, 24 de agosto de 1961.
10
Macho, Machungo y Machito eran sobrenombres usuales en Dolores en
esa época.
11
El movimiento de las universidades populares cesó en 1942 por falta de recursos
para sustentarse.
12
Ernesto Che Guevara en Uruguay, Miguel Aguirre Bayley, Cauce Editorial S.A.,
Montevideo, 2002, p. 175.
13
Durante esos años aparecieron casi 300 comités de apoyo a la República en
barrios de Montevideo y localidades del interior del país, dice Rodolfo Porrini en
Una retaguardia caliente, Brecha, 28 de julio de 2006.
14
Eugenio Petit Muñoz (1896-1977), abogado, docente, investigador y ensayista, pro-
fesor de Historia en Enseñanza Secundaria, los Institutos Normales, la Universidad
de la República y el Instituto de Profesores Artigas, investigador del Archivo Artigas y
autor de más de 50 títulos publicados. Fue miembro del Comité Nacional Pro Defen-
sa de la República Española y uno de los fundadores del Frente Amplio en 1970.
15
Juan José López Silveira (1914-1965), renunció al ejército uruguayo para servir a
la República Española y enfrentar luego al franquismo en la Guerra Civil (1936-
1939). A su retorno al país, se le negó el reingreso al ejército, pero la Justicia le
reconoció el grado de coronel. Resumió sus experiencias en España en el libro
Guerra de guerrillas, se graduó de Economista y ejerció el periodismo en diver-
sos medios de la prensa uruguaya.
16
Los primeros cursos de Bibliotecnia tuvieron lugar en la Asociación de Ingenieros
por iniciativa del ingeniero Federico Capurro. Estuvieron a cargo de tres bibliote-
carios estadounidenses, coordinados por Arthur Gropp, organizador y primer di-
rector de la recién creada Biblioteca Artigas-Washington.
17
Legajo funcional del Sr. Arbelio Ramírez, Archivo General de la Nación (AGN),
mayo de 2010.
18
Libro de Actas Electorales, fojas 1 a 3, 22 y 24 de noviembre de 1949, Archivo
histórico de la FHCE.
19
Libro de Actas Nº V, Tomo II, 1949, FHCE.
20
Eduardo García de Zúñiga (1867-1951), ingeniero y matemático brillante, Doctor
honoris-causa de la Universidad, Profesor ad-honorem, consejero y Decano de la
Facultad de Ingeniería, consejero de la Facultad de Humanidades y Ciencias,
presidente del Instituto de Estudios Superiores, ocupó diversos cargos en la admi-
nistración pública y fue el autor de numeras publicaciones en su especialidad.
21
Libro de Actas Nº VI, Tomo I, 1950, FHCE.
22
Carta de renuncia de Arbelio Ramírez, Legajo Nº 665, FHCE.
23
Legajo Nº 714, 20 de noviembre de 1951, FHCE.
24
Entrevista mantenida el 13 de agosto de 2009.
25
Luis José de la Peña (1796-1871), nacido en Buenos Aires, fue doctor en Teología
y Filosofía. Ordenado sacerdote en 1818, al poco tiempo dejó los hábitos y más
tarde se hizo masón, alternando en funciones académicas y de gobierno en Ar-
gentina y Uruguay. Como primer profesor de Filosofía de la Universidad de Mon-
tevideo, llamada luego Universidad de la República, sus enseñanzas basadas en
la escuela francesa del espiritualismo ecléctico condujeron a la Universidad a un
rápido proceso de secularización e independencia de la Iglesia Católica.
26
Entrevista mantenida el 19 de abril de 2009.
27
La vida del Profesor Arbelio Ramírez, Semanario El Sol, 24 de agosto de 1961.
28
El asesinato de Arbelio Ramírez, Eduardo Galeano, folleto del Comité de Inte-
lectuales y Artistas de Apoyo a Cuba, Montevideo, octubre de 1961, p. 6.
29
Ver una lista de los trabajos publicados por Arbelio Ramírez en el Anexo I de este
libro, p. 233.
30
Ver El amigo que desaparece, Revista Histórica de Soriano Nº 5, 1961, en el
Anexo II, p. 237.
31
Ver Declaración de la Revista ESTUARIO del 21 de agosto de 1961, ibídem.
32
Números 7 y 8 de la Colección de Clásicos Uruguayos, Biblioteca Artigas, Mon-
tevideo, 1960 2v.
33
Carta del Director Juan Carlos Gómez Alzola al Ministro de Instrucción Pública y
Previsión Social, Dr. Eduardo Pons Echeverry, Of. 59/961, Montevideo, agosto 30
de 1061. AGN.
El espíritu y el temple
34
Archivos modernos: Principios y técnicas, considerada la obra maestra de
Schellenberg, fue publicada en 1956 en Estados Unidos y Australia en forma si-
multánea y traducida más tarde al alemán, hebreo, portugués y español.
35
De una carta de Esther Dosil dirigida al senador socialista Pedro Cardoso, leída al
efectuarse la interpelación parlamentaria al ministro del Interior Storace Arrosa
por el asesinato de Arbelio Ramírez.
36
Informe del UNTMRA, El Popular, 5 de setiembre de 1961.
37
La vida del Profesor Arbelio Ramírez, Semanario El Sol, 24 de agosto de 1961.
38
Eduardo Galeano, op.cit., p. 5.
39
Entrevista mantenida el 22 de mayo de 2009.
40
El Día, 18 de mayo de 1962.
41
Su muerte como testimonio, Gonzalo de Freitas, Marcha, 24 de agosto de 1961.
42
El Día, 20 de agosto de 1961.
43
Historia de una pasión política, Ariel Collazo, Montevideo, 2004, p. 52.
44
Entrevista mantenida el 16 de abril de 2010.
45
La noticia llegó al Uruguay por el artículo Al servicio del KGB, de Germán
Sánchez, el primer periodista que mencionó a África de las Heras en la revista
Cambio 16, de Madrid, el 6 de noviembre de 1995.
46
La Coronela. Historia de una espía de la KGB en Montevideo, Fernando Barreiro,
Revista Tres, 28 de agosto de 1998, pp. 35-47.
1
Se denominó Guerra Fría a la competencia ideológica, política y militar que, sin
mediar un estado de guerra formal, se desató entre las dos superpotencias emer-
gentes de la Segunda Guerra Mundial.
41
bal contra el comunismo y la Revolución Cubana, en particular, que fue-
ron señalados como los enemigos a ser conjurados.
A comienzos del Siglo XX, Estados Unidos afirmó la Doctrina del Des-
tino Manifiesto, según la cual si un país americano amenazaba o ponía en
peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas estadouni-
denses, su gobierno estaba obligado a intervenir en ese país. Esta doctrina
sirvió de pretexto para agresiones armadas, golpes de estado y toda clase
de ingerencias de Estados Unidos en la región, que justificaron a la vez las
luchas de los pueblos latinoamericanos por la liberación del imperialismo
yanki, por su segunda y definitiva independencia.
En 1945, en la Conferencia de Yalta, donde las potencias triunfantes,
Estados Unidos, Inglaterra y la Unión Soviética (URSS), firmaron los acuer-
dos que pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial, llegaron al compromi-
so de que Europa Oriental pertenecía a la zona de influencia soviética y la
Europa Occidental y el Mediterráneo quedaban en la esfera de influencia
anglo-norteamericana. Lejos del escenario principal, en América Latina
sólo ocurrieron incidentes menores en términos bélicos convencionales y
nunca estuvo en duda la hegemonía de Estados Unidos.
La Revolución Rusa de 1917 y los comienzos de la construcción del
socialismo, la solidaridad con la República Española, la lucha contra el
fascismo y el nazismo hicieron surgir en América Latina corrientes que
unieron la lucha antiimperialista con una visión socialista que, hasta ese
momento, se expresaba solo en la URSS. Los regímenes de la Europa Orien-
tal eran más bien el resultado de la ocupación por el Ejército Rojo y del
reparto de las zonas de influencia en Yalta. En América, los partidos socia-
listas y comunistas eran pequeños y no constituían una amenaza.
La Revolución China de 1949 fue también un proceso distante y la
descolonización en África no era una opción novedosa para los países
latinoamericanos. Nada parecía alterar el statu quo en la región si no fuera
porque el sistema económico y social vigente dio señales de agotamiento.
Esto trajo un aumento de las protestas populares y una gravitación crecien-
te de la izquierda que, con la Guerra Fría en curso, hizo que Estados Uni-
dos se pusiera en alerta. La señal de alarma la dio la revolución boliviana
de 1952 y la primera víctima fue Guatemala en 1954.
Estados Unidos no intervino en última instancia en Guatemala para
proteger a la United Fruit. Intervino para detener lo que creyó que era la
expansión de una conspiración del comunismo internacional, afirma Ri-
2
The CIA in Guatemala. The Foreign Policy of Intervention, Richard H. Immerman,
University of Texas Press, Austin, 1982, p. 82.
3
Ibídem, p. 93.
4
La inteligencia soviética en América Latina durante la Guerra Fría, conferencia
de Nikolai Leonov, Centro de Estudios Públicos de Chile (http://www.cepchile.cl),
G u e r ra Fr í a , C u b a y c r i s i s n a c i o n a l 43
momento de mayor tensión vivido en este sentido en América Latina. Leonov
consideró esta crisis consecuencia de una medida un poco aventurera
del entonces presidente Nikita Jruschov y, en apoyo a su afirmación, dijo
que éste fue uno de los factores determinantes de la destitución del diri-
gente soviético dos años después5.
Esto no quiere decir, sin embargo, que ambas superpotencias no se
vinieran preparando y no lo siguieran haciendo después para una eventual
Tercera Guerra Mundial. Leonov reveló que en el momento de la crisis,
llegaron a estar en Cuba alrededor de 40.000 soldados soviéticos y unas
150 ojivas nucleares, pero agregó que su evacuación de la isla no cuestio-
nó la doctrina militar estratégica de la URSS, que no se basaba en la dise-
minación por el mundo de bases militares, como Estados Unidos, sino en
el desarrollo de cohetes pesados y armas nucleares6.
1998. El general (R) Nikolai Leonov fue un alto oficial del KGB de la URSS entre
1968 y 1991. Doctor en Historia de América Latina de la Academia de Ciencias
de la URSS y profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú, ac-
tualmente integra la Duma Estatal por el partido gobernante Rodina.
5
Ibídem.
6
Ibídem.
7
Con Cuba o contra Cuba, Ricardo Saxlund, Revista Estudios Año VII Nº 23-24,
Montevideo, junio 1962, p. 86.
8
Conferencia de la politóloga estadounidense Patrice McSherry en las jornadas
académicas del Ministerio de Educación y Cultura de Uruguay, publicado en La
República, Montevideo, 30/8/05.
G u e r ra Fr í a , C u b a y c r i s i s n a c i o n a l 45
Los cubanos
festejando la
victoria de
Playa Girón.
9
The Invisible Government, David Wise y Thomas B. Ross, Random House, New
York, 1964, p. 3. (Libro clásico de las primeras investigaciones publicadas en
Estados Unidos sobre el papel de los servicios de inteligencia.)
10
Ibídem, p. 190.
11
El secreto encanto de la KGB. Las cinco vidas de Iósif Griguliévich, Marjorie Ross,
Ed. Norma, San José de Costa Rica, 2006.
G u e r ra Fr í a , C u b a y c r i s i s n a c i o n a l 47
tros como un campo de cacería de oportunidades para el trabajo que de-
bíamos realizar contra Estados Unidos12 , cuyo ápice fue la obtención de
los secretos de fabricación de la bomba atómica.
El ex general y desertor de la URSS Alexander Orlov explicó que el
KGB trabajaba activamente en al menos siete grandes líneas. La más im-
portante era la denominada inteligencia diplomática, cuyo propósito es
mantener informado al gobierno soviético de los acuerdos secretos entre
los gobiernos de los países capitalistas y de las verdaderas intenciones y
movimientos previstos de cada uno de estos gobiernos hacia la Unión
Soviética13 . Las otras líneas incluían información de aspectos militares,
comercio exterior, infiltración en los servicios enemigos, influencia en la
política internacional, espionaje industrial y desinformación sobre sus pro-
pias intenciones.
El KGB, al igual que los
servicios de inteligencia de las
otras potencias, recurrió al se-
cuestro y al asesinato para
combatir amenazas reales o
potenciales a su sistema políti-
co. La CIA elaboró en 1964
para la Comisión Warren un in-
forme sobre acciones de este
tipo conocidas o sospechosas
de haber sido ejecutadas por
los soviéticos desde la Segun-
El embajador da Guerra Mundial en adelan-
Teodoro B. Castro te, con base en informaciones
(Iosif Grigulevich). de la Agencia y otras atribui-
das a desertores de la URSS.14 .
Según este informe, a comienzos de los años 60, el KGB producía
armas y explosivos especiales, así como venenos y drogas altamente
sofisticados que le permitían matar a una persona sin dejar rastros, pudien-
12
Leonov, ob. cit.
13
The Theory and Practice of Soviet Intelligence, Alexander Orlov, Studies in
Intelligence, CIA. vol.7 Nº 2 Spring 1963, p. 50. El general Orlov era considerado
el más alto oficial del KGB que desertó hacia Estados Unidos en 1938, tras haber
sido jefe de la inteligencia soviética en España durante la Guerra Civil.
14
A 1964 view of KGB methods. Soviet Use of Assassination and Kidnaping, Studies
in Intelligence, CIA, Editors: Fall 1975. (Se denominó Comisión Warren a la comi-
sión investigadora del asesinato del presidente John F. Kennedy).
15
Ibídem, p. 5.
16
Ibídem, p. 9.
17
Patria. Una española en el KGB, Ed. Debate, Barcelona, 2008, p. 273. Juárez
también publicó Juan Pujol, el espía que derrotó a Hitler, Ed. Temas de Hoy,
2004, sobre otro agente secreto español.
G u e r ra Fr í a , C u b a y c r i s i s n a c i o n a l 49
ciones, confesiones de detenidos y, sobre todo, el material obtenido a tra-
vés del proyecto Venona, el programa norteamericano de descodificación
del cifrado soviético
A partir de 1957 la infiltración soviética en Estados
Unidos quedó seriamente dañada, y como medida de precaución el Centro
(Moscú) congeló las conexiones de la red Fischer con sus agentes en Latino-
américa. África de las Heras, sin embargo, continuó en Uruguay una déca-
da más, siendo la única agente de la red Fischer que prolongó tanto tiempo
su actividad18.
Tras la muerte de Stalin, en 1953, y las denuncias de Jruschov en el
XX Congreso del Partido Comunista de la URSS, en 1956, se empezaron
a conocer más abiertamente los crímenes bajo los cuales se había soste-
nido internamente el poder soviético. La llamada desestalinización pre-
tendió concentrar en el jefe máximo todas las lacras del período anterior,
pero sus sucesores también estaban involucrados en ese proceso. Al obs-
taculizar la revelación plena de los hechos y eludir sus responsabilidades
terminaron reproduciendo el sistema sin cambiarlo sustancialmente. De
esta manera, el régimen se siguió desgastando hasta llegar a la disolu-
ción final en 1989.
En este proceso, los apoyos que había tenido la Revolución de Octu-
bre y que llevaron, no solo a los comunistas, sino a luchadores de distintas
corrientes ideológicas, a ver en la Unión Soviética un bastión del socialis-
mo y de la derrota del nazismo y el fascismo se debilitaron progresivamen-
te. A lo anterior se sumó el cisma político entre la URSS y la República
Popular China, iniciado a fines de la década del 50. En América Latina, en
esos mismos años la Revolución Cubana tuvo algunas posturas propias, si
bien siempre se mantuvo más cercana a la URSS.
18
Ibídem, pp. 252-253.
19
Entre 1950 y 1956 tuvo lugar en Estados Unidos, liderado por el senador Joseph
McCarthy, un período de delaciones, denuncias, procesos irregulares y listas ne-
gras contra personas acusadas de ser comunistas. El macartismo o la caza de
brujas aluden a ese proceso y esas denominaciones se aplican a procesos simila-
res en otros lugares.
20
Memorias de la esperanza, José DElía, Ed. Trilce, Montevideo, 1996.
G u e r ra Fr í a , C u b a y c r i s i s n a c i o n a l 51
objeto de un hostigamiento sistemático con denuncias fraguadas, presio-
nes y agresiones apoyadas por la prensa grande21 y la policía local.
Nada quedó librado al azar y una parte importante de esa operación
recayó en la cuidadosa vigilancia que la CIA llevó a cabo a través del
Servicio de Inteligencia y Enlace de la Policía de Montevideo, explica
Roberto García Ferreira22. El jefe de la estación de la CIA local era Howard
E. Hunt, que había sido uno de los artífices del golpe en Guatemala. Y en
1958 Washington designó como embajador en Uruguay a Robert F.
Woodward, un experto en América Latina del Departamento de Estado
que jugó un papel destacado después en el lanzamiento de la Alianza para
el Progreso, en 1961, y en la expulsión de Cuba de la OEA, en 196223.
Desgastado por la crisis, al cabo de 93 años en el gobierno, el Partido
Colorado fue derrotado en las elecciones de 1958 por una alianza del
Partido Nacional y la Liga Federal de Acción Ruralista liderada por Benito
Nardone. Desde 1951, Nardone había ganado un creciente prestigio entre
los sectores del campo atacando los impuestos aplicados al productor ru-
ral por el gobierno colorado. Bajo el seudónimo de Chico Tazo, Nardone
dirigía su prédica a través de Radio Rural, propiedad del estanciero y polí-
tico colorado antibatllista Domingo Bordaberry Elizondo24.
El nuevo Consejo Nacional de Gobierno quedó integrado por una
mayoría de seis consejeros pertenecientes al herrero-ruralismo: Martín
Recaredo Echegoyen, Benito Nardone, Eduardo Víctor Haedo, Faustino
Harrison, Justo Alonso y Pedro Zabalza Arrospide; y tres por la minoría
colorada, dos de ellos pertenecientes a la Lista 15: Manuel Rodríguez Co-
rrea (quien falleció en 1961, siendo sustituido por Héctor Grauert) y Ledo
Arroyo Torres, y uno por la Lista 14: César Batlle Pacheco. Los cuatro pri-
meros presidieron sucesivamente el cuerpo.
En poco tiempo, Luis Alberto de Herrera, el líder histórico del Partido
Nacional y un consecuente antiimperialista, se dio cuenta de la clase de
aliado que era Nardone. A escasos días de logrado el triunfo electoral, en
21
La prensa grande aludía a los diarios de mayor circulación de ese momento: El
País, El Día, Acción, La Mañana, El Plata y El Diario, propiedad de sectores mayo-
ritarios de los partidos blanco y colorado.
22
La CIA y los medios en Uruguay. El caso Arbenz, Roberto García Ferreira, profe-
sor del Departamento de Historia Americana de la FHCE, Ed. Amuleto, Montevi-
deo, 2007.
23
Nota necrológica de The New York Times, Washington, 21 de mayo de 2001.
24
Al morir Nardone, en 1964, el ruralismo decayó, pero uno de sus seguidores, Juan
María Bordaberry, hijo del dueño de Radio Rural, fue autor más tarde, siendo
presidente de la República, del golpe de Estado de 1973.
25
La asunción del colegiado herrero-ruralista, Lincoln R. Maiztegui Casas, Recor-
tes de historia, Diario El Observador (http://rigofa.blogdiario.com/tag/casas/)
26
U.S. Relations with Uruguay, 350. Editorial Note, U.S. Department of State, Foreign
Relations of the United States (FRUS), 1958-1960, American Republics, Volume
V, pp. 915-16.
G u e r ra Fr í a , C u b a y c r i s i s n a c i o n a l 53
nes comenzaron a mejorar al llegar al gobierno un sector del Partido Na-
cional que favorecía los intereses del campo.
A principios de 1960, la URSS hizo una proposición para la compra
de lana por un valor de 75 millones de dólares a lo largo de tres años si el
gobierno uruguayo aceptaba a cambio comprarle 50 millones de dólares
de petróleo. Esto representaba un 30·% de las ventas anuales de lana de
Uruguay y cerca del 50% del consumo anual de petróleo por el país.
El gobierno uruguayo que asumió hace 13 meses ha dado fuertes
señales de que le gustaría revertir la tendencia de los últimos años hacia
una creciente dependencia de los mercados soviéticos, pero no ha tenido
otra alternativa, comentó en ese momento un análisis de la inteligencia
estadounidense27 . El gobierno blanco-ruralista esperaba que las empresas
petroleras occidentales le dieran créditos y creyó también que la reforma
cambiaria aprobada en diciembre de 1959 le facilitaría el acceso a la asis-
tencia financiera, pero esto no era suficiente.
Montevideo necesitando con urgencia una ayuda económica y Was-
hington más preocupado por la amenaza cubana finalmente llegaron al
acuerdo, pero bajo las condiciones del Fondo Monetario Internacional:
Uruguay era comprensivo pero no aceptaba que Cuba representara un
problema para el hemisferio tanto como había sido la República Domini-
cana. De todas maneras, EEUU sentía que podía contar con el apoyo de
Uruguay en el terreno internacional y esto le resultaba tranquilizador dada
la reputación del país democrático, culto y progresista. Al final del perío-
do, el FMI aceptó asistir a la economía uruguaya con un préstamo de 30
millones de dólares28 .
Uniendo a los sectores más conservadores de ambos partidos tradiciona-
les, el gobierno comenzó a desmontar así el estado benefactor batllista y apli-
car medidas de liberalización económica que provocaron inflación y
agudizaron los conflictos sociales. Al mismo tiempo, atravesando también las
fronteras partidarias, Uruguay se alineó cada vez más con Estados Unidos.
27
Central Intelligence Bulletin, TOP SECRET, Central Intelligence Agency, Daily Brief,
17 May 1960, p. 5. Desclasificado por la CIA: 9/4/2002.
28
FRUS, ob. cit.
29
Roberto García Ferreira, ob. cit.
30
Hunt publicó sus memorias en el libro American spy: My secret history in the CIA.
Watergate and beyond (Espía americano: Mi historia secreta en la CIA, Watergate
y más allá), Ed. John Wyley & Sons, New Jersey, 2007.
G u e r ra Fr í a , C u b a y c r i s i s n a c i o n a l 55
de 1959 comenzaron a aparecer sueltos periodísticos que en volumen cre-
ciente se dedicaban a denunciar la infiltración comunista en la docencia,
relatan Alonso y Demasi31 . La campaña anticomunista abandonó rápida-
mente el respeto por las libertades y la convivencia política que habían
caracterizado a las décadas precedentes32 .
Más de una década después, el diario de Philip Agee permitió obser-
var en perspectiva la realidad uruguaya y los movimientos de la CIA con la
colaboración de personalidades políticas, militares y policiales que años
más tarde tendrían un singular protagonismo en el país. Hasta hace alre-
dedor de un año, la estación de Montevideo mantenía las típicas operacio-
nes políticas anticomunistas, como las que se realizan en otras estaciones
del hemisferio, y de éstas las más importantes eran efectuadas a través de
Benito Nardone, dirigente de la Liga Federal de Acción Ruralista y presi-
dente de Uruguay en 1960-61, escribió Agee en marzo de 196433 .
Otras operaciones estaban dirigidas a controlar las calles y limpiarlas
de comunistas y de otros izquierdistas, y nuestros comandos, con la eventual
participación de policías fuera de servicio, podían desbaratar sus reuniones
y generalmente los aterrorizaban. La tortura de comunistas y otros izquier-
distas extremistas era usada en los interrogatorios por nuestros agentes de
enlace en la policía. Un hecho sobresaliente fue la expulsión, en enero de
1961, justo antes del término de la presidencia de Nardone, del embajador
de Cuba, Mario García Incháustegui, junto con el primer secretario de la
embajada soviética, por supuesta intervención en los asuntos uruguayos34 .
En una investigación sobre las actividades de la CIA en América Latina
a comienzos de los años 60, el periodista estadounidense Jack Languuth
comentó que La agencia ya tenía instalados muchos de sus aparatos habi-
tuales en Uruguay, incluyendo a una activa sección del Instituto America-
no para el Desarrollo del Sindicalismo Libre (IADSL), el frente laboral.
Además, se había instalado en Montevideo una sección especial para el
trabajo policial de inteligencia, dirigida secretamente por la CIA. Languuth
aludía al Servicio de Inteligencia y Enlace de entonces35 .
31
Uruguay 1958-1968. Crisis y estancamiento, Rosa Alonso Eloy y Carlos Demasi,
Ed. de la Banda Oriental, 1986.
32
La caza del fantasma. Benito Nardone y el anticomunismo en Uruguay (1960-
1962), Mauricio Bruno, Departamento de Historia del Uruguay, FHCE, Nº 28,
noviembre de 2007.
33
Inside the Company. CIA Diary, Philip Agee, Penguin Books, Londres, 1975, p. 337.
34
Ibídem.
35
Hidden Terrors. The truth about U.S. police operations in Latin America, A.J.
Langguth, Pantheon Books, 1978, p. 232.
G u e r ra Fr í a , C u b a y c r i s i s n a c i o n a l 57
y al Primer Secretario de la Embajada de la URSS, Mikhail K. Samoilov, per-
sonas non gratas. La decisión fue por mayoría de 6 a 9, sin el voto de los
quincistas y de Haedo, que se fue para Punta del Este. Como la sesión fue
secreta, no se dieron a conocer sus fundamentos. La Embajada informó a
Washington que Nardone, Alonso y Batlle Pacheco estaban a favor de la
ruptura de relaciones pero, al no tener apoyo de la mayoría, aceptaron como
solución de compromiso la declaración de persona non grata36 .
En un balance de la gestión de Nardone, tras el traspaso a Haedo de la
Presidencia del Consejo Nacional de Gobierno, el 1º de marzo siguiente,
la Embajada en Montevideo consideró lo más positivo su firme, coheren-
te y enérgica posición anticomunista (sic) y su mayor éxito la expulsión
del país del embajador cubano y del primer secretario de la legación so-
viética. Debería decirse que, a pesar de su comienzo poco propicio, de
sus toscos modales en sus alocuciones radiales, los muchos problemas que
acosan al Uruguay y su inexperiencia política, el Sr. Nardone ha cumplido
un año admirable como Presidente del CNG, concluyó el informe37 .
36
Cuban Ambassador and Soviet Legation First Secretary Declared Personas non
gratas. From: Amembassy Montevideo, To: Department of State, Desp. Nº 598,
January 16, 1961. Desclasificado por NARA: 10/1/86.
37
Review of Benito Nardones Year as President of CNG, FROM: AMembassy
Montevideo, TO: Department of State, OFFICIAL USE ONLY, Desp. No.800, April
3, 1961, Herbert T. Mitchell Jr. NARA: 10/1/86.
38
Fuente: El humorismo oriental, una historia por escribirse, César Di Candia,
enero de 2007. (http://candombeando.mundo foro.com/el-humorismo-oriental-
vt192/html)
Portada de la revista
Lunes con la visita
del consejero
Haedo.
39
LUNES, Año IIII, Montevideo, lunes 1º de agosto de 1960, Nº 81. Biblioteca del
Palacio Legislativo.
G u e r ra Fr í a , C u b a y c r i s i s n a c i o n a l 59
Todo podía haber sido solo una irreverencia más de aquella divertida
revista, si no fuera porque alguien presente en la reunión prestó gran aten-
ción a lo dicho por Haedo y decidió llevarlo a la Embajada de Estados
Unidos que, a su vez, lo trasladó a Washington. Veamos:
En una atmósfera cordial y etílica, el Consejero Haedo se expresó con muy
buen humor en la respuesta a las preguntas. Los siguientes comentarios, in-
formados por uno de los asistentes, son presentados por su interés. Están en
su versión original en español para preservar plenamente el sabor de sus
palabras. El oyente opinó que Haedo, si bien respondiendo de manera joco-
sa, pensaba lo que dijo. El Consejero Haedo es uno de los líderes herreristas
y el año próximo será Presidente del Consejo Nacional de Gobierno de Uru-
guay, a continuación del Sr. Nardone.
COMENTARIOS:
Fidel Castro: Lo conocí en Montevideo. Es un puro. Creo que es un hombre
honesto y muy bien intencionado. La historia recogerá su nombre. Está ro-
deado de una serie de pillos. Lo malo con él es que quiere ejecutar en dos
meses, un programa social que requerirá por lo menos 200 años
Kennedy: Me gusta Kennedy, ojalá gane. Es católico y es demócrata. A este
gobierno le es muy difícil entenderse con republicanos. O no los entendemos
o no nos entienden. El resultado es el mismo, no nos dan plata.
Fondo Monetario Internacional: Daniel (Rodríguez Larreta) estuvo allí
El
otro día en el Consejo de Gobierno nos dio una explicación sumamente com-
plicada de las demandas del Fondo. Nadie entendió nada, pero igual lo feli-
citamos. El Fondo exige una nueva devaluación, lo cual es un disparate, pero
nosotros precisamos dinero, y el Fondo lo tiene, y exige condiciones. ¿Discu-
ten Uds. con los prestamistas cuando están muy urgidos de plata? Ésa es la
situación de nosotros. No vamos a discutir.
Virtud: Yo no aprecio la virtud, quizás porque no soy virtuoso. Aprecio la
inteligencia. La inteligencia se ve y da dividendos. Yo puedo conocer si al-
guien es inteligente o si alguien es útil, pero no puedo conocer a los virtuo-
sos. Se dice que este señor es virtuoso
y qué se yo. De pronto es un canalli-
ta muy disimulado
40 .
Di Candia aclaró especialmente para esta investigación que él no pudo
ser el informante de la embajada norteamericana porque en ese momento
se encontraba en La Habana, invitado para asistir a los actos del 26 de julio
conmemorativos del asalto dirigido por Fidel Castro contra el Cuartel
Moncada, en compañía de su colega de Acción Julio María Sanguinetti.
40
Remarks of Councilor Haedo, FROM: Amembassy Montevideo, TO: Department
of State, Classification: OFFICIAL USE ONLY, Ralph S. Collins. Desp. No.50, July
22,1960. NARA: 10/1/86.
41
Carta de los Lectores, Marcha, 19 de mayo de 1961.
42
Ex-grantees Sign Open Letter to President Kennedy, FROM: Amembassy Montevi-
deo, TO: Department of State, CONFIDENTIAL, Desp. No.938, May 23, 1961,
Daniel García. NARA.
43
Ambassador Stevensons Visit to Uruguay, June 9-10, 1961, CONFIDENTIAL, From:
Amembassy Montevideo, TO: Departmente of State, Desp. No.991, June 15, 1961.
NARA: 1/25/10.
44
Letter from National Councilor Harrison to Ambassador Stevenson,
CONFIDENTIAL, From: Amembassy Montevideo, TO: Department of State, Desp.
No.1000, June 21, 1961. NARA: 1/25/10.
45
Report to The President on South American Mission, June 4-22, 1961, SECRET,
United States Representative to the United Nations, June 27, 1961. NARA: 1/26/10.
46
Central Intelligence Bulletin, TO SECRET, Central Intelligence Agency, Daily Brief,
21 August 1961, pp. 3-4. CIA: 17/4/2003.
El Che hablando
en el CIES; a su
derecha, la
delegación
estadounidense
(Goodwin con el
dedo cruzado
frente a la boca).
47
Current Intelligence Weekly Summary, Nº 0293/61, Central Itelligence Agency,
17 August 1961, SECRET, p.12. CIA: 23/10/2007.
48
Ibídem.
49
Cable de la Agencia UPI, Miami, 24 de agosto de 1961.
50
Memorandum From the Presidents Assistant Special Counsel (Goodwin) to
President Kennedy, Washington, August 22, 1961. Foreign Relations of the United
States 1961-1963, Volume X, Cuba, 1961-1962, Department of State.
El neofascismo uruguayo
51
Ibídem.
52
Organización político-militar es una organización política que se estructura para
librar un enfrentamiento armado o militar contra otra organización similar o un
ejército para acceder al gobierno o al poder político por esa vía. Han sido organi-
zaciones de este tipo en la izquierda uruguaya la guerrilla de los Tupamaros, el
aparato armado o militar del Partido Comunista y otras formaciones parecidas
que surgieron de 1962 en adelante. Los guardaespaldas y grupos de autodefensa,
a veces armados, que algunas organizaciones tenían para defenderse de ataques
o agresiones a sus actos, locales y dirigentes, no entran en esa categoría por que
actuaban con fines de protección o de seguridad, no con el propósito de enfren-
tarse o tomar la iniciativa en una acción político-militar de mayor alcance.
53
La estación montevideana de la CIA, Clara Aldrighi, Semanario Brecha, 25/11/05.
54
Philip Agee, ob. cit., p. 599.
Policías y
bomberos
intentan sacar
un cartel
desplegado en
la Facultad de
Arquitectura
contra la visita
de Eisenhower.
55
Congreso en Dolores. Declaración en San Carlos, Jornada Nº 121, FEUU, Mon-
tevideo, 26 de octubre de 1960, FHCE-UPPU.
56
Retrato de un desconocido Crosas Cuevas en Dolores, de Clara Aldrighi y María
Luisa Mendoza, citado en El gatillo paraguayo del Escuadrón de la Muerte vivió
varios años en Soriano, Roger Rodríguez, La República del 20/4/09.
57
SIE, Carpeta Nº 674. Informe sobre organizaciones anticomunistas, no oficiales, 6
de abril de 1962, Informe sobre organizaciones extremistas. De derecha, 24 de
julio de 1962, DNII.
58
Entrevista mantenida en febrero de 2010.
59
de avería: de cuidado, peligroso. Diccionario de la Lengua Española, RAE, Ma-
drid, 1992, p. 238.
60
Rastreando los orígenes de la violencia política en el Uruguay de los 60. Los
inicios, Gabriel Bucheli, Cuadernos de la historia reciente Nº 4, Ed. de la Banda
Oriental, Montevideo, 2008, p. 70
61
Ibídem citas, p. 78.
62
Ibídem, p. 80.
73
Salvador Allende en un
acto de solidaridad con
Cuba. Foto: Aurelio
González.
1
El cocoliche es una jerga del español hablada por los inmigrantes italianos que
vinieron a Buenos Aires y Montevideo entre 1880 y 1930. Antonio Cucoliccio fue
un personaje humorístico, que habría trabajado en el circo de los hermanos Podestá
caricaturizando la forma confusa de hablar de aquellos inmigrantes. El cocoliche
dio origen a palabras del lunfardo rioplatense tales como laburo, fiaca, gambeta,
yeta, yira, atenti, salute, etcétera.
2
Consejo Nacional de Gobierno, Acta Nº 302, 17 de agosto de 1961, fs. 169530-
43, Archivo General de la Nación.
3
Fuente: Voces del Frente, 17 de agosto de 2006.
Guevara
hablando en el
Paraninfo.
Este fragmento de las palabras del Che fue el más recordado y el que
suscitó mayor polémica, a la vez, entre sectores de la izquierda que deba-
tían la situación del país y los caminos de la lucha popular. Algunos se
sintieron identificados al pensar que en Uruguay había todavía un amplio
margen para el ejercicio de las libertades. Lo más perdurable, lo que hizo
que este discurso se conociera y reprodujera en todo el mundo, fueron sus
consideraciones sobre las vías de la revolución y la posibilidad de utilizar
la vía no armada, escribió Niko Schvarz4 .
Para otros, la institucionalidad democrática venía deteriorándose rá-
pidamente y se cuestionaban la validez de mantener expectativas en ese
camino. Esta valoración determinará el surgimiento en los años siguientes
del MLN Tupamaros y otras tentativas de lucha armada. La polémica en la
izquierda sobre la vía de la revolución uruguaya se mantuvo casi incambiada
durante todo el proceso posterior.
El propio acto en la Universidad y los incidentes que le siguieron mos-
traron que esas dos visiones tenían, cada una, un apoyo en la realidad y
que se estaba en una encrucijada donde se definía el camino a seguir. Por
un lado, la realización del acto, su normalidad y la conducta pacífica de
los asistentes eran un ejemplo del país liberal y civilizado. Por el otro, los
balazos que provocaron la muerte de Arbelio Ramírez y la violenta repre-
sión posterior contra el público asistente, mostraron que había otros pro-
yectos en curso, dirigidos a quebrar la democracia uruguaya.
4
La República, 8 de octubre de 2003.
Testimonios y comentarios
5
Universidad de la República, Oficio Nº 558/61, 21 de agosto de 1961.
6
Entrevista mantenida en junio de 2009.
7
Expediente Nº 468, Juzgado Ldo. de Instrucción y Correccional de 3er. Turno,
fs. 195-96.
8
Declaraciones de Esther Dosil de Ramírez en una audición de CX36 Radio Cente-
nario, en agosto de 2002.
9
Entrevista mantenida el 8 de junio de 2010.
10
Fue la derecha quien mató a Arbelio y la bala era para el Che, Raúl Legnani, La
República, 28/1/09.
11
Exp. Nº 468, fs. 118.
12
Exp. Nº 468, fs. 133.
Guevara intentando
pasar a través del
público que lo rodea.
13
Exp. Nº 468, fs. 60.
14
Entrevista mantenida en abril de 2009.
15
Entrevista mantenida en abril de 2009.
Cuando logró salir del Paraninfo, Arbelio vio que la puerta de Eduardo
Acevedo estaba abierta y se encaminó por allí. Apurando el paso, tomó
por la acera oeste en dirección a Constituyente. Estaba todo tranquilo,
las personas que se alejaban de la Universidad iban por las aceras a
algunos metros de distancia entre sí y la calzada estaba libre. Los au-
tos que llevaban a Guevara y sus acompañantes alcanzaron Lavalleja
y doblaron a la derecha en dirección al Centro.
16
Acción, 18 de agosto de 1961.
17
El Plata, 18 de agosto de 1961.
18
Carpeta Nº 959, La Jefatura de Policía informa, 18 de agosto de 1961, Servicio de
Inteligencia y Enlace (SIE), Archivo de la Dirección Nacional de Información e
Inteligencia (DNII).
19
Exp. Nº 468, fs. 71-73.
20
El día que mataron a Arbelio Ramírez. El atentado contra el Che, contado por
Salvador Allende, Luciano Weinberger, La República, 8 de octubre 2003.
El relato del comisario Luz sobre cómo vio caer a Arbelio fue el si-
guiente: Se apercibió que una persona del sexo masculino, que transitaba
por la acera oeste, cuando llegó donde comienza el edificio del Instituto
Vázquez Acevedo, hacia la acera este, y cuando se encontraba a poca
distancia del cordón de la vereda, que había descendido desde la acera
opuesta pero sin poder precisar si desde la vereda o la calzada, ya que
gran cantidad de automóviles estacionados junto a los cordones de la calle
impedían la visual, una persona que no pudo precisar efectuó cuatro o
cinco disparos al parecer con una pistola de corto calibre (dado el estam-
pido y la rápida sucesión de las detonaciones) cayendo el desconocido
bañado en sangre22.
El estudiante Luis Alberto Comas, luego de ver la partida de Guevara
de la Universidad y la manifestación espontánea detrás de los autos, se
dirigió por Eduardo Acevedo hacia el sur y quedó inesperadamente en
medio de los disparos. Relató así a la Policía lo que observó:
cuando se
encontraba a unos veinte metros de la esquina del Gimnasio Universitario,
y al costado de un coche que estaba estacionado hacia el sur, por Eduardo
Acevedo, junto a la acera oeste, vio que desde la acera este de Eduardo
Acevedo, unos metros antes del café La Peña Estudiantil, partían unos
fogonazos, dándole la sensación de que eran de un arma de corto calibre,
21
Entrevista en La República, 17 de agosto de 2006.
22
La Jefatura de Policía informa, Carpeta Nº 959, DNII.
23
Exp. Nº 468, fs. 54-55.
24
Testimonio ante el Comisario Pírez Castagnet. Exp. Nº 468, fs. 60-61.
25
Exp. Nº 468, fs. 87.
26
Exp. Nº 468, fs. 114-15.
27
Exp. Nº 468, fs. 116-17.
28
Exp. Nº 468, fs. 133-34.
29
Cuando los gobernantes cargan los revólveres, Guillermo Chifflet, El Sol, 24 de
agosto de 1961.
30
El Diario, 18 de agosto de 1961.
31
Entrevista mantenida en abril de 2009.
32
La Jefatura de Policía informa, Carpeta Nº 959, DNII.
33
Ibídem.
34
Los asesinos están del otro lado de la trinchera, Eduardo Galeano, Marcha, 24
de agosto de 1961.
35
Exp. Nº 468, fs. 75-76.
36
Ibídem.
37
Entrevista mantenida en agosto de 2009.
38
Exp. Nº 468, fs. 56.
39
Audición de CX 36 Radio Centenario, 17 de agosto de 2002.
40
El Sol, 24 de agosto de 1961.
41
Memorándum del Juez al SIE, Exp. Nº 468, fs.71.
42
Exp. Nº 468, fs. 36-38.
43
Certificado de Defunción Nº 560, 20 de agosto de 1961, 2da. Sección Judicial,
Registro Civil.
44
Informe del Dr. Alfredo Navarro, Médico Forense, 19 de agosto de 1961, Exp. Nº
468, fs. 138-39.
45
Entrevistas mantenidas con Lille Caruso en 2009.
46
Ver entrevista a Arbelio José en p. 203.
47
Exp. Nº 468, fs. 60.
48
Carpeta Nº 959, Servicios dispuestos con motivo del sepelio del Prof. Ramírez, 18
de agosto de 1961, SIE, DNII.
49
Carpeta Nº 959,Oficio de la Dirección de Seguridad, 29 de agosto de 1961, SIE,
DNII.
Investigaciones oficiales
103
¿Quién era y qué hacía Ramírez?
1
Expediente Nº 468, Juzgado Ldo. de Instrucción y Correccional de 3er. Turno,
fs. 217-18.
2
Exp. Nº 468, fs. 219.
3
Diario El Popular, 19 de agosto de 1961.
4
Diario Acción, 18 de agosto de 1961.
5
Carpeta Nº 959, Memorándum, 22 de agosto de 1961. Servicio de Inteligencia y
Enlace (SIE), Archivo de la Dirección Nacional de Información e Inteligencia (DNII).
6
Ibídem.
7
Ver el telegrama del embajador Sparks en p. 165.
8
Exp. Nº 468, fs. 172-74.
9
Ibídem, fs. 211.
10
Diario Rural, 4 de setiembre de 1961.
11
Exp. Nº 468, fs. 124.
12
Carpeta Nº 959, Testimonios comprobados o posibles, 24 de agosto de 1961. DNII.
Advertencia
de Siemens
Amaro a la
Policía y
respuesta de
Píriz
Castagnet.
13
Exp. Nº 468, fs. 125.
14
Cámara de Representantes, 24 de agosto de 1961, Biblioteca del Poder Legislati-
vo, Tomo 546, p. 297.
15
Declaraciones de Julio Teodoro Viera y Albérico Francisco Cornes, Exp. Nº 468,
fs. 49-53.
16
Informe del Dr. Alfredo Navarro, Médico Forense, 19 de agosto de 1961, Exp. Nº
468, fs. 138-39.
17
Que giran de izquierda a derecha, en el sentido de las agujas del reloj.
18
Informe de Miguel Ángel Marazzi Tami, Jefe Químico, 19 de agosto de 1961, Exp.
Nº 468, fs. 1.
19
Informe de Haroldo Brum Ferreira, Perito, 23 de agosto de 1961. Exp. Nº 468,
fs. 90-91.
20
Informe de Haroldo Brum Ferreira, Perito, 30 de agosto de 1961. Exp. Nº 468,
fs. 93-95.
21
Exp. Nº 468, fs. 221-23.
22
Varias armas usaron las bandas fascistas, Acción, 28 de agosto de 1961.
23
Al abrigo del Codicen. Docentes march, Guillermo González, Brecha, 22 de
octubre de 1992.
24
Denuncia de Raúl Maglione contra Hugo Alfaro y Guillermo González, 23 de
diciembre de 1992. Exp. Nº 88/93, Juzgado Ldo. de Primera Instancia en lo Penal
de 11º Turno.
25
Confirmado en consultas con personas del P. Nacional.
26
Exp. Nº 88/93, ob .cit.
27
Memorándum del Comisario Emilio Máximo Guerra, 22 de agosto de 1961, Exp.
Nº 468, fs. 83-84.
28
El Popular, 19 de agosto de 1961.
29
Declaraciones de Alonso Chopitea ante Pírez Castagnet, 24 de agosto de 1961,
Exp. Nº 468, fs. 104-06.
30
El Popular, 24 de agosto de 1961.
31
Declaraciones de Edison Tornoni ante Pírez Castagnet, 25 de agosto de 1961,
Exp. Nº 468, fs. 64-65.
32
El Popular, 31 de agosto de 1961.
33
Declaraciones de Juan Carlos Binardel Morosoli ante Pírez Castagnet, Exp. Nº
468, fs. 60-61.
34
Entrevistas mantenidas en mayo de 2010.
Versión del
supuesto choque
entre dos grupos
dada por la CIA.
35
CONFIDENTIAL, Current Intelligence Weekly Summary Nº 0294/61, Central
Intelligence Agency, 24 August 1961, p.12, CIA: 23/10/2007.
36
Declaraciones de José María Cazenave Pérez ante Pírez Castagnet, Exp. Nº 468,
fs. 179-80.
37
Declaraciones de Mario Fernández Espósito ante Siemens Amaro, Exp. Nº 468,
fs. 243-45.
38
Entrevista mantenida en mayo de 2010.
39
En http://blogs.montevideo.com.uy/blognoticia_16745_1.html
40
El Fiscal del Crimen, Carlos Durán Rubio, al Juez de Instrucción, 21 de febrero de
1962, Exp. Nº 468, fs. 246.
41
Oficios del Fiscal y del Juez, 24 y 27 de julio de 1962, Exp. Nº 468, fs. 257-58.
42
Informe del Departamento de Hurtos y Rapiñas al Juez, 9 de agosto de 1962, Exp.
Nº 468, s/n.
43
Informe del Departamento de Hurtos y Rapiñas al Juez, Of. No.5276, 21 de se-
tiembre de 1962, Exp. Nº 468, s/n.
Inve s t i g a c i o n e s o f i c i a l e s 131
El ex comisario Alejandro Otero, sucesor de Pírez al frente de Inteli-
gencia y Enlace, dijo que si bien en 1961 la CIA no había instalado todavía
su oficina en la sede de la Jefatura en San José y Yi, le consta que el
comisario Pírez realizaba un montón de informes que eran entregados a
los oficiales de la agencia estadounidense44 . El ex agente Philip Agee, que
se desempeñó en la estación de la CIA en Montevideo entre 1964 y 1966,
reveló que Pírez Castagnet denominado Avalanche-6 dentro de la CIA
recibía un salario como agente de penetración en la Jefatura y, por su alto
grado de colaboración, los estadounidenses le encomendaban las tareas
que no querían que fueran conocidas por sus superiores uruguayos. Pírez
ya había sido ascendido a Inspector y era considerado el cuarto o quinto
en la jerarquía de Investigaciones.45.
En 1967, el jefe de la CIA en Uruguay, William Cantrell, eligió a los
oficiales Pírez Castagnet, Aldo Conserva, Lemos Silveira, Juan María Lucas,
José Pedro Macchi y Carlos Legnani para recibir instrucción en Estados
Unidos. En 1968, el primer Director de la Dirección Nacional de Infor-
mación e Inteligencia (DNII), un proyecto largamente alentado por la
CIA, fue el Inspector General Pírez Castagnet, quien se mantuvo en ese
cargo hasta 197146.
El jerarca y apadrinador de Pírez Castagnet en la Policía fue el coronel
Mario Aguerrondo, un ultranacionalista y acérrimo anticomunista de ex-
tracción blanca y católica, que estuvo al frente de la Jefatura de Montevi-
deo entre 1959 y 1963. Según Philip Agee, Aguerrondo mantuvo una co-
nexión estrecha con la CIA durante su permanencia en la jerarquía poli-
cial47 . Ascendido a general en 1964, a pesar del voto contrario del Presi-
dente del Consejo Nacional de Gobierno, el blanco ubedista Washington
Beltrán, ese mismo año se conoció un plan golpista liderado por Aguerrondo,
que fracasó por la oposición de los sectores militares legalistas. En 1965
fundó, junto con los generales Ballestrino, Queirolo, Raimundez y Cirillo,
la logia Tenientes de Artigas, que siguió conspirando hasta lograr su obje-
tivo el 27 de junio de 1973.
Presidente del Centro Militar entre 1972 y 1977, Aguerrondo y la logia
participaron activamente en el golpe de Estado y en el proceso posterior de
la dictadura cívico-militar.
44
Ver entrevista al ex comisario Alejandro Otero en p. 189.
45
Inside the Company. CIA Diary, Philip Agee, Penguin Books, Londres, 1975, p.
355.
46
La estación montevideana de la CIA, Clara Aldrighi, Brecha, 25 de noviembre
de 2005.
47
Close station liaison collaborator, Agee, ob .cit., p. 599.
48
Changes in Instituto de Trabajo, FROM: Amembassy Montevideo, TO:
Department of State, CONFIDENTIAL, Desp. No.781, February 9, 1960. NARA:
27/1/2010.
49
Close collaborator of Montevideo station, Agee, ob .cit., p. 621.
50
Pasaporte 11333. Ocho años con la CIA, M. H. Cosculluela, Ed. Ciencias Socia-
les, La Habana, 1978, p. 128.
Inve s t i g a c i o n e s o f i c i a l e s 133
ba, junto al MEDL, entre las organizaciones anticomunistas, no oficiales
e inclusive como una organización extremista51.
En mayo de 1961, ALERTA presentó al Poder Ejecutivo un proyecto de
Ley de Defensa de las bases fundamentales de la Nacionalidad y de los
Derechos Individuales. Daba cumplimiento así a un ofrecimiento hecho
por esta organización el año anterior al entonces Presidente del Consejo
Nacional de Gobierno, Benito Nardone. En la carta que acompañó la pro-
puesta, los firmantes decían: También hemos contado con el autorizado
asesoramiento del señor Juez Letrado de Instrucción y Correccional de 3er.
Turno Doctor Emilio Siemens Amaro, que ha brindado generosamente su
experiencia de magistrado, su profunda fe democrática y el fino espíritu de
jurista, en el estudio del Ante-proyecto52.
A raíz de esta iniciativa, un informe interno de la Embajada de Estados
Unidos en Montevideo al Departamento de Estado comentó que ALERTA
es una de las organizaciones anticomunistas más activas y los cambios
propuestos en el Código Penal reflejan la seriedad de propósitos con que
opera. Entre estos cambios, la Embajada destacaba las modificaciones y
ampliaciones relacionadas con el Artículo 149 del Código Penal (Ley 9155
del 4 de diciembre de 1933), que trataba de la Instigación a desobedecer
las leyes o incitación al odio de clases, que buscaban hacer más severas
las disposiciones legales relacionadas con las manifestaciones antiguber-
namentales y abarcar lo que definía como propaganda de tipo comunista
y tentativas de subversión53.
Sin conocer estas vinculaciones del Juez, el 20 de agosto de 1961, la
esposa e hijos de Arbelio afirmaron en una declaración pública que
Ramírez no hubiera podido nunca lo aseguramos pertenecer a or-
ganizaciones como el MEDL, ALERTA, LOA, etcétera y expresaron su
repudio a la prédica cínica de tales organizaciones, responsables de su
muerte, por pretender hacerlo aparecer como partidario de las mismas
fuerzas que siempre combatió54. El 28 de agosto, un volante de ALERTA,
luego de enumerar tres asesinatos atribuidos a los comunistas, expresó:
51
SIE, Carpeta Nº 674. Informe sobre organizaciones anticomunistas, no oficiales, 6
de abril de 1962, Informe sobre organizaciones extremistas. De derecha, 24 de
julio de 1962, DNII.
52
Ibídem, Asunto A.L.E.R.T.A., Carta al Presidente del CNG, Eduardo V. Haedo, 25
de mayo de 1961. DNII.
53
Anti-Communist Legislation Proposed, From: Amembassy Montevideo, To:
Department of State. Classificaton: OFFICIAL USE ONLY, Desp. Nº 1018, June
27, 1961. NARA: 1/27/10.
54
Ver la declaración completa en la p. 150.
Inve s t i g a c i o n e s o f i c i a l e s 135
Administradora de los bienes de la colectividad nacionalista presidida por
Siemens Amaro55.
Aunque estuviera oculto, el tercer pilar del cual dependió esta investi-
gación, probablemente con un peso decisivo, estuvo constituido por la
Embajada de Estados Unidos y la CIA. Como hemos visto y es revelado por
varias investigaciones y una amplia documentación, la representación es-
tadounidense en Uruguay mantenía estrechas relaciones con las máximas
figuras del poder político, incluyendo a miembros del Consejo Nacional
de Gobierno, pasando por integrantes del gabinete ministerial y llegando
hasta jerarcas del más alto nivel de la policía. A la vez, dentro de sus
actividades encubiertas, financiaban y organizaban a los grupos ejecuto-
res de las acciones violentas contra el movimiento popular y los partidos
de izquierda uruguayos56. En sus informes internos, la CIA y la Embajada se
ajustaron a la versión de una muerte accidental provocada en un presunto
enfrentamiento armado entre grupos anticastristas y castristas57.
Realizada con rigor, esa investigación podría conducir al procesamiento
de varios integrantes de uno de los grupos anticomunistas más notorios de
la época. Esta circunstancia, por sí sola, habría representado un importante
traspié para la Embajada de Estados Unidos, la CIA y los sectores naciona-
les aliados en esa política. Los jerarcas de la Policía y el Juez, ellos mismos
parte de la trama y conscientes del riesgo que corrían al no lograr elemen-
tos que justificaran otras hipótesis, silenciaron primero y enterraron des-
pués las investigaciones.
55
Investigación histórica sobre la dictadura y el terrorismo de Estado en el Uruguay
(1973-1985), Tomo III, Álvaro Rico (coordinador), UDELAR-CSIC-FHCE-CEIU,
Montevideo, 2008, p. 157.
56
Clara Aldrighi, ob .cit.
57
Ver Las reacciones de Estados Unidos, p. 165.
El papel de la prensa
1
Calculado en base a estimaciones del Sindicato de Artes Gráficas en abril de 2010.
2
La prensa de Montevideo, Roque Faraone, Biblioteca de Publicaciones Oficiales
de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de la República,
Sección III - CX, Montevideo, 1960.
137
diario oficial del Partido Comunista, El Popular, con un tiraje de unos 3.500
ejemplares, y los semanarios El Sol, del Partido Socialista, y Marcha, inde-
pendiente, con alcance en pequeños ámbitos.
Fragmento de
El Popular.
3
Eduardo Rodríguez Larreta, Leonel Aguirre y Wáshington Beltrán fundaron el
14 de setiembre de 1918 El País, un diario estrechamente vinculado al Partido
Nacional (blanco). Decidido impulsor de la causa aliada contra el nazismo
durante la reciente (2da.) guerra mundial y, luego, acusador implacable del
comunismo y sus falacias; así definió el propio matutino la personalidad de
Rodríguez Larreta.
4
El País, 21 de agosto de 1961.
5
Ver La caza del fantasma. Benito Nardone y el anticomunismo en Uruguay (1960-
1962), de Mauricio Bruno, Universidad de la República, FHCE, Colección Estu-
diantes Nº 28, noviembre 2007.
6
Las pipas de madera de guindo o cerezo son muy apreciadas por dar al tabaco un
sabor especial, pero la imagen de la pipa es asociada al legendario detective
(sabueso) Sherlock Holmes. Algunos periodistas suelen recurrir a este personaje
como seudónimo para sus columnas, cuando quieren lanzar chismes, confiden-
cias o especulaciones sin responsabilizarse por las mismas ni por su origen.
7
La Tribuna, 22 de agosto de 1961.
8
En la prensa se mezclaron repetidamente los apellidos Fontana y Santana al refe-
rirse al integrante del grupo de Sayago del MEDL apodado El Chino. En la docu-
mentación oficial figura con el nombre de Osvaldo Santana.
Acción identifica
a Arbelio como
Batllista y
vinculado a la
Lista 15.
9
Acción, 18 de agosto de 1961.
10
Ibídem.
11
Ibídem.
12
Ibídem.
13
El Día, 18 de agosto de 1961.
14
El País, 19 de agosto de 1961.
15
El Día, 19 de agosto de 1961.
16
El Popular, 19 de agosto de 1961.
17
El País, 20 de agosto de 1961.
18
Revista Comentario, marzo-abril de 1961.
19
El Día, 20 de agosto de 1961.
20
El Día, 21 de agosto de 1961.
21
El Popular, 21 de agosto de 1961.
22
Diario Rural, 21 de agosto de 1961, p. 12.
23
El País, 22 de agosto de 1961.
24
La Escoba, 23 de agosto de 1961.
25
Marcha, 24 de agosto de 1961.
26
Su muerte como testimonio, Gonzalo de Freitas, ibídem.
27
Cuando los gobernantes cargan los revólveres, Guillermo Chifflet, El Sol, 24 de
agosto de 1961.
28
Diario Rural, 28 de agosto de 1961, p. 12.
29
El Plata, 29 de agosto de 1961.
30
Acción, 30 de agosto de 1961.
31
El Popular, 1º de setiembre de 1961.
32
Emilio Frugoni (1880-1969), abogado, escritor y poeta, Decano de la Facultad de
Derecho, fue fundador del Partido Socialista (PS) en 1910 y el primer diputado
socialista del país.
33
Entrevista mantenida el 22 de abril de 2009.
34
Ver cita de El País del 20 de agosto de 1961.
35
El Debate, 21 de agosto de 1961.
Otras repercusiones
1
El Popular, 2 de setiembre de 1961.
157
barbarie intentaran seguir obstaculizando el libre juego de la democracia, la
vigencia y el logro de justicieras conquistas sociales2.
2
Ver declaración completa en el Anexo II, p. 238.
3
Versiones extraídas del Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores, Tomo
235, julio-octubre de 1961, Biblioteca del Poder Legislativo.
O t ra s r e p e r c u s i o n e s 159
dano. Se utilizan para disolver los grupos y mantener el orden, que es lo que
tenemos que salvaguardar.
Cardoso pidió entonces la palabra para precisar que también el Presi-
dente del Consejo Nacional de Gobierno, Eduardo V. Haedo, había dado
su consentimiento a la conferencia de Guevara y para adelantar, sin des-
medro de la interpelación a fijarse, que tenía profundas discrepancias por
lo que ha expuesto el señor Ministro acerca de la justificación de la con-
ducta policial. El senador agregó que, de acuerdo a sus versiones, la
conducta del público fue absolutamente correcta y, en consecuencia, la
conducta de la policía no tiene justificación.
Roballo intervino para decir que la confianza personal que le merecía
el ministro no la tenía en la Policía de Montevideo. Él lo sabe bien
agregó. Son muchas las circunstancias para no creer que la actuación
policial ha sido así, tan preventiva y tan inocua. La senadora colorada se
refirió al caso de una joven de 22 años a quien desfiguraron la cara con
una bomba de gases, las arbitrariedades sufridas por ciudadanos cuando
se retiraban de un acto de la Lista 15 y su conocimiento de la existencia de
persecuciones políticas dentro de la Policía.
Ante éstos y otros comentarios, Storace afirmó que había sido un he-
cho aislado:
SEÑOR ABDALA
lo elemental del Ministerio del Interior es prevenir.
Cuando suceden estos hechos en que muere una persona o hay una refriega
de la policía con el público, es cuando la función policial ha fracasado. Es la
esencia misma de la policía.
SEÑOR MINISTRO DEL INTERIOR No comparto ese criterio. La función pre-
ventiva la cumplimos perfectamente
Ese fue un hecho aislado que se produjo
a una cuadra de la Universidad, podía haber sucedido sin haberlo previsto.
Nadie se proponía tratar la cuestión en ese momento y la discusión
quedó postergada hasta la interpelación, en la cual Storace dijo que ten-
dría gusto en responder los cuestionamientos.
Sin embargo, pocos días después, se informó que la sesión extraordi-
naria había sido fijada por el ministro y la Mesa de la Cámara para el 29 de
setiembre, casi un mes y medio después de los sucesos. Cardoso calificó
de inadmisible la demora y solicitó, sin éxito, un adelanto de la fecha. Es
evidente que durante este período gubernativo, legislativo, el instrumento,
el instituto, de la interpelación, ha caído en desprestigio, se ha desvirtuado
mucho, comentó el legislador.
*****
4
Versiones extraídas del Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, Tomo
546, agosto de 1961, Biblioteca del Poder Legislativo.
O t ra s r e p e r c u s i o n e s 161
adelante e impide que el público tome contacto con ellos, prácticamente
cubre su retirada. Entonces ¿con qué nos encontramos? Con que la Policía,
naturalmente en apariencia, cumple con la ley y habla de democracia [
] y
por una vía colateral, en los hechos vivos, en la vida pública nacional, esta-
mos en presencia de la prepotencia, de la perturbación, de la provocación y
la acción criminal directa y candente.
El ministro siguió sin responder y, cuando llegaron las 12 de la no-
che, la sesión se levantó. La Cámara de Diputados discutió largamente
también en esos mismos días otros temas que fueron calificados como
cuestión de fueros las declaraciones de Nardone a través de Radio
Rural incitando a las Fuerzas Armadas a intervenir y de coacción al
Poder Legislativo y violación de la Constitución una declaración con-
junta de los jefes de Policía comprometiéndose a renunciar si el ministro
era censurado por el Parlamento pero no se adoptó ninguna resolución
al respecto. El retiro sistemático de la bancada blanco-ruralista dejaba
las sesiones sin quorum.
*****
El 29 de setiembre se reunió el Senado presidido por el nacionalista
Juan C. Raffo Frávega y con la asistencia de: Juan J. Fraga, Mauro Saravia,
Silvio Silva, Guillermo Stewart Vargas y Julio Trías Du Pré, por el Partido
Nacional (PN); Alberto Abdala, José Acquistapace, Francisco Antúnez, Luis
Batlle Berres, Luis A. Brause, Carlos Fischer, Efraín González Conzi (su-
plente), Alba Roballo y Fermín Sorhueta, por el Partido Colorado (PC), para
tratar finalmente la interpelación solicitada por el senador Cardoso. Ingre-
saron a sala luego de iniciada la sesión: Eduardo Bottinelli y Héctor Del
Campo, ambos del PN; y Luis Tróccoli (suplente), del PC.
Faltaron sin aviso los senadores Washington Beltrán, Pedro Besozzi,
José Bove Arteaga, Fernando Gaffrée, Washington Guadalupe, Carlos Ma-
ría Penadés, Eduardo Rodríguez Larreta y José A. Varela, del PN, Alfredo
Lepro y César Piffaretti, del PC, y Tomás Brena, de la Unión Cívica (UC).
Estaban con licencia José Bruno, del PN, Zoilo Chelle y Antonio Fusco, del
PC. La Cámara Alta surgida de las elecciones de 1958 estaba compuesta
por 17 miembros del Partido Nacional, 12 del Partido Colorado, uno del
Partido Socialista y uno de la Unión Cívica.
Cardoso comenzó la interpelación expresando que se ratificaba en la
convicción adquirida desde los primeros momentos de ocurridos los he-
chos en cuanto a que:
n
los disparos que ocasionaron la muerte del profesor Ramírez constituye-
ron una agresión criminal, es decir, no se produjeron en medio de una lucha,
en medio de un choque entre grupos adversarios. Fue un asesinato. Tengo
5
Artículo 45 del Reglamento de la Cámara de Senadores.
6
Incoming Telegram, CONFIDENTIAL, Control: 14382, Recd: August 19, 1961,
10:26 a.m. FROM: Montevideo, TO: Secretary of State, Nº: 203, August 18, 7
p.m. PRIORITY. Desclasificado por NARA: 1/27/10.
7
Outgoing Telegram, Department of State, OFFICIAL USE ONLY, 12123, SENT TO:
Amembassy Montevideo, PRIORITY, 1961 AUG 22 PM 6:22. NARA: 1/27/10.
8
Current Intelligence Weekly Summary, Nº 0294/61, CONFIDENTIAL, Central
Intelligence Agency, 24 August 1961, p.12, Desclasificado por la CIA: 23/10/
2007.
9
Leftist Groups Hold Anti-Fascist Demostration, From: Amembassy Montevideo,
To: Department of State, Desp. Nº 143, September 6, 1961. NARA: 10/1/86.
10
Leftist Group of Colorado List 15 Holds Rally, From: Amembassy Montevideo, To:
Department of State, Desp. Nº 163, September 14, 1961. NARA: 10/1/86.
11
433. Castros Cuba Socialist or Communist?, Bi-Weekly PROPAGANDA
GUIDANCE, SECRET, Central Intelligence Agency, 25 September 1961. CIA: 11/
16/2001.
12
Report on: U.S. Visit of Fiscal Year 1961, Foreign Leader: Señora Olga Clérici de Nardone,
By: Helen L. Wheelock, American Embassy, March 12, 1962. NARA: 1/26/10.
13
Nota al Embajador Edward Sparks por S. Morey Bell, del Departamento de Estado,
30/11/61. NARA.
14
Memorandum of Conversation, Participants: Fred Decker, Donovan Q. Zook,
September 28, 1961. NARA.
15
Report on Leader Grant of OCE/LS, U.S. Department of State, Name of
Leader(s):Benito Nardone, Mrs. Olga Clérici de Nardone, Country: Uruguay, Period
of Visit: September 19-24, 1961, PL: 402, Fiscal Yr: 1961, Professional Interests:
High political contacts and rural life. NARA.
16
El País, 12 de diciembre de 1961.
17
Memorandum for Mr. McGeorge Bundy, The White House, CONFIDENTIAL,
Subject: Recommendation for a letter from the President to the Incoming Presiding
Officer of Uruguays Executive Power. February 19, 1962, #2791. L.D. Batlle,
Executive Secretary. NARA: 1/27/10.
18
Judío, una experiencia uruguaya, Nahum Bergstein, Ed. Fin de Siglo, Montevideo,
1993, pp. 106-107.
19
New York NY 7, THE PRESIDENT, THE WHITE HOUSE, Aug 7, 1962, Department
of State, Office of the Director, Aug 13, 1962. File 835.411/8-762. NARA: 1/27/10.
20
Telegramas enviados por el embajador Wymberly Coerr al Departamento de Esta-
do: Nº 207, September 12 1962, PRIORITY, y Nº 218, September 14 1962, EMBTEL
207. NARA: 1/27/10.
21
Bombing of a Communist Club, OFFICIAL USE ONLY, Airgram Nº A-169, From:
Amembassy Montevideo, To: Department of State, September 17, 1962, Ralph S.
Collins. NARA: 1/27/10.
O t ra s r e p e r c u s i o n e s 177
Capítulo 7
Autores y circunstancias
1
Nombre clave: PATRIA. Una espía del KGB en Uruguay, Raúl Vallarino, Ed. Sud-
americana, Montevideo, junio de 2007, p. 144.
179
En el libro Expediente Nardone. La CIA en Uruguay, publicado apenas
tres meses más tarde, Vallarino comienza a modificar su versión y plantea la
hipótesis de un homicidio a partir de unas declaraciones de Alejandro Ote-
ro, a pesar de que el ex comisario de Inteligencia y Enlace dice pienso, y lo
reitera, para destacar que es su opinión y no una conclusión probada.
La visión que tiene el Comisario Inspector retirado, Alejandro Otero, sobre el
crimen de Ramírez abre otra interrogante.
Si la bala que mató al profesor Arbelio Ramírez iba dirigida al Che, quien
disparó era un pésimo tirador. Además entre la posición de uno y otro había
considerable distancia en el instante del atentado y, físicamente no podía
confundirse nadie sobre quien era quien.
Pienso, reitero, pienso, que la bala iba destinada al profesor Ramírez y logró
su efecto
Si la CIA quería matar al Che en Uruguay, lo podría haber hecho con mayor
facilidad, en otros lugares donde estuvo expuesto durante su permanencia de
varios días en el país2.
No obstante, en un artículo publicado en Internet un año más tarde,
en julio de 2008, Vallarino afirma directamente que Otero demostró la
hipótesis del asesinato.
Otero investigó la extraña muerte de Arbelio Ramírez. Les cuento: en 1961,
fue el Che Guevara a Uruguay y pronunció una conferencia en la Universi-
dad. A la salida hubo un atentado que se saldó con la muerte de un hombre,
un desconocido. Todo el mundo dijo que había sido un atentado contra el
Che y que habían asesinado por error a un profesor. Pero la investigación de
Otero demuestra que los tiros que mataron a Ramírez nunca pudieron ir diri-
gidos contra Guevara3.
En su siguiente libro, una biografía del Comisario Otero , publicada en
setiembre de 2008, Vallarino vuelve a interrogar al respecto al ex policía,
pero éste no se aparta de sus palabras iniciales:
Otero
Personalmente, y luego de estudiar las posiciones de uno y otro en
el momento del ataque, todo queda muy claro; el argentino estaba lejos del
lugar donde se encontraba el profesor Ramírez. Pienso que quien disparó no
se equivocó de persona y que la intención era eliminar a quien finalmente
eliminaron4.
2
Expediente Nardone. La CIA en Uruguay, Raúl Vallarino, Ed. Planeta, Montevi-
deo, setiembre de 2007 (1ª edición), pp. 73-74.
3
Su nombre era Patria, Raúl Vallarino, 8 de julio de 2008, en Divertinajes.com
(http://www.divertinajes.com/nueva/modules/notices/notice.php?idnotice=426).
4
¡Llamen al Comisario Otero! Memorias de un policía, Raúl Vallarino, Ed. Planeta,
Montevideo, setiembre de 2008 (Primera edición), pp. 29-30.
5
Expediente Nardone. La CIA en Uruguay, ob. cit., pp. 74-75.
6
Historia de una espía de la KGB en Montevideo. La Coronela, Fernando Barreiro,
Revista Tres, Montevideo, 28 de agosto de 1998, pp.35-47.
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 181
cias de la estrecha relación establecida desde entonces entre María Luisa,
Esther y Arbelio, sin que el elemento demostrativo fuera el haberla elegido
como madrina de Luis Fernando. La relación de Luis Fernando con María
Luisa y Valentino tiene orígenes y características propias.
De la mano del escritor uruguayo y sus amistades, María Luisa se pre-
sentó como una española refugiada y modista de alta costura. Su siguiente
marido, el italiano Valentino Marchetti, también un espía del KGB ingresa-
do al país en 1956, abrió una casa de antigüedades en la Capital. De esta
manera, ambos desarrollaron sus tareas secretas en medio de una intensa
vida social en contacto con distintos grupos y personajes de la cultura y la
política nacionales.
Al regreso de María Luisa, los dos agentes (del KGB) visitaron a Esther y a los
hijos de la pareja. Incluso se ocuparon mucho de ayudar a uno de los joven-
citos, llevándolo a su casa durante largas temporadas y apoyándolo en sus
estudios.
Algunas veces salían a comer juntos en algún restaurante montevideano. En
una ocasión, almorzando en El Águila, los jóvenes hijos de Arbelio y Esther
vieron como el general Oscar D. Gestido, quien todavía no había asumido la
primera magistratura del Uruguay, se acercó a la mesa de la espía y la saludó
cortésmente7.
Esta versión del escritor uruguayo incluye nuevas falsedades, desmen-
tidas por los hijos de Arbelio Ramírez. Patria no estaba fuera del Uruguay
cuando mataron al profesor y estuvo presente en su velorio en el aparta-
mento de Cerrito y Maciel, como lo registra Arbelio José8 . La española no
salía a almorzar con Esther y los hijos; la vez que Gestido se acercó a
saludar a María Luisa en el restaurante El Águila estaba solo el hijo menor,
como testimonia Luis Fernando9.
Para Vallarino, María Luisa fue: Una mujer que entregó su vida a una
ideología, para ella no hubo afecto ni sentimientos. Hubo nada más que la
obligación de cumplir un deber y de servir a la Unión Soviética y así dedi-
có su vida10. Con estas expresiones, reiteradas en sus libros y artículos, el
escritor parece desconocer las características de los agentes secretos o, si
no es así, apela a esa imagen vulgar que retrata a los espías como personas
carentes totalmente de valores.
7
Nombre clave: PATRIA. Una espía del KGB en Uruguay, ob. cit., p. 144.
8
Ver entrevista con Arbelio José, p. 203.
9
Ver entrevista con Luis Fernando, p. 212.
10
Entrevista a Raúl Vallarino en el blog Alejandra desde el más allá
, publicada
el 22 de junio de 2008. (http://blogs.que.es/3043/2008/6/22/la-honestidad-del-
escritor-es-con-sus-lectores-y-dejar-que)
11
Expediente Nardone. La CIA en Uruguay, ob. cit., p. 75.
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 183
En una entrevista publicada en junio de 2008, el escritor insiste en que
la española era la madrina de uno de los hijos de Ramírez y lanza la
suposición de que intentó ser captado por la agente soviética y no acep-
tó. Esta vez, Vallarino atribuye a la familia la versión de que Patria tuvo
que ver con el asesinato, pero los dos hijos de Ramírez, tanto Arbelio José
como Luis Fernando, afirman que nunca hablaron a este respecto con el
escritor uruguayo12.
En 1961 va a Uruguay el Che Guevara, se produce un atentado y que todo
el mundo suponía que era para Che Guevara, pero en realidad no fue para él.
¿A quién iba dirigido el atentado?
Para un amigo de África de las Heras. Esto da para pensar muchas cosas,
entre miles de personas solo muere el amigo. Ella era la madrina de uno de
los hijos. Se supone que ese hombre intentó ser captado por ella, y ella le dijo
que era un agente de la KGB y él no quiso aceptar ni trabajar para ella. La
familia del fallecido Arbelio Ramírez sostiene que ella tuvo que ver con la
muerte del profesor Arbelio Ramírez13.
Un mes más tarde, en julio de 2008, Vallarino dice en un artículo que
fue la esposa quien le dio a entender que Ramírez no quiso ser captado
por Patria.
Entrevisté a la esposa de Arbelio, y me contó que había sido íntima amiga
de María Luisa de las Heras, quien además era la madrina de su hijo. Y me
dio a entender que Arbelio Ramírez no quiso ser captado por María Luisa
Ahora es el lector quien debe sacar las conclusiones14.
Y en el libro que sale dos meses después, el escritor uruguayo agrega
que la esposa de Arbelio manifestó en varias oportunidades que Patria
estuvo involucrada en el asesinato.
La esposa de Arbelio Ramírez manifestó en varias oportunidades que la agen-
te española estuvo involucrada en la muerte de su marido, ya que éste no
habría aceptado realizar algún tipo de trabajo para los soviéticos. El profesor
era docente de la Facultad de Humanidades y estaba vinculado profesional-
mente a la Biblioteca Artigas-Washington en Montevideo, una institución
dependiente del gobierno de los Estados Unidos15.
12
Sendas entrevistas mantenidas a lo largo de 2009 y 2010.
13
Entrevista a Raúl Vallarino en el blog Alejandra desde el más allá
, 22 de junio
de 2008. (http://blogs.que.es/3043/2008/6/22/la-honestidad-del-escritor-es-con-
sus-lectores-y-dejar-que)
14
Su nombre era Patria, Raúl Vallarino, 8 de julio de 2008, en Divertinajes.com,
ob. cit.
15
¡Llamen al Comisario Otero! Memorias de un policía, ob. cit., p. 30.
16
Conversación mantenida el 12 de julio de 2009.
17
Expediente Nardone. La CIA en Uruguay, ob. cit., p. 75.
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 185
Hasta 2007 Vallarino reconocía, al menos en la forma, la existencia
de dos hipótesis, que pudo haber sido la CIA o el KGB, pero en el siguiente
libro, publicado un año más tarde, procura que Otero confirme su versión
sobre el KGB. Ante la interpelación directa, el ex comisario dice que exis-
ten varias hipótesis y afirma que ésta es la que podría acercarse más a
la realidad.
Vallarino El profesor Arbelio Ramírez era amigo de dos importantes miem-
bros del KGB, que vivían en la década de los sesenta en Montevideo, incluso
la espía soviética de origen español, María Luisa de las Heras*, era la madrina
del hijo menor de Ramírez. ¿Usted piensa que allí podría estar la clave de su
muerte?
Otero Existen varias hipótesis, pero esa de la agente soviética, es la que más
podría acercarse a la realidad18.
El ex comisario sabe perfectamente, y cualquier lector atento también,
cuál es la diferencia existente entre pensar y demostrar o entre una hipóte-
sis y una conclusión.
Las ligerezas e inexactitudes de Vallarino descalifican por sí solas unas
conclusiones que pretende presentar como el resultado de su investiga-
ción. ¿Qué llevará a Vallarino a reformular simples conjeturas sobre he-
chos históricos relevantes como el asesinato de Arbelio Ramírez?
En el libro Expediente Nardone. La CIA en Uruguay, Vallarino intro-
duce asimismo una versión fantasiosa sobre la muerte de Allende que
atribuye a dos ex agentes cubanos. Según esta versión, Allende no se
habría suicidado, sino que podría haber sido ejecutado por el oficial cu-
bano Patricio de la Guardia, al entender que el presidente chileno tenía
pensado solicitar asilo político desde el Palacio de La Moneda19.
¿Será apenas un caso de irresponsabilidad investigativa, como demues-
tra el profesor Roberto García Ferreira20? ¿Será solo un buen olfato para
vender libros con una dosis de histrionismo y una conveniente levedad
intelectual? ¿O será una misión de mayor alcance?
18
¡Llamen al Comisario Otero! Memorias de un policía, ob. cit., p. 30.
19
Expediente Nardone. La CIA en Uruguay, ob. cit. pp. 178-179.
20
Exhibir como novedad copias de documentos que se obtienen en breves minu-
tos (por Internet) nada aporta [
] Más allá de su cuestionable manera de entender
la ética intelectual, el ensayo es bienvenido en tanto constituye un excelente ejem-
plo de cómo no debe trabajar jamás un investigador, concluye Roberto García
Ferreira sobre el trabajo de Vallarino en A propósito de un libro irresponsable,
Brecha, 18/1/08.
21
URUGUAY ESCRIBE (http://uruguayescribe.com/2008/01/29/), Moderador: Car-
los Cáceres Durán.
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 187
Diez meses más tarde apareció un despacho de la agencia EFE22 co-
mentando el libro de Raúl Vallarino sobre la vida del Comisario Otero.
El cable de la agencia española pone declaraciones literales atribuidas
al autor y al ex policía. En una parte (las negritas son nuestras) dice:
Tanto África de las Heras como la CIA aparecen en el nuevo libro de
Vallarino, quien gracias a sus investigaciones con Alejandro Otero pudo
confirmar tesis adelantadas en esos textos anteriores.
Uno de esos episodios fue el asesinato del profesor Arbelio Ramírez du-
rante la visita del Che Guevara a Uruguay en agosto de 1961, atribuido
a un intento de matar al guerrillero argentino, pero que, según constata-
ron Otero y Vallarino, se trató de un ajuste de cuentas del espionaje
soviético.
El atentado no había sido preconcebido contra el Che, sino que había
sido directamente realizado contra Ramírez, a quien África de las Heras
había pedido una implicación en tareas de inteligencia y, al negarse,
quedó abierta la posibilidad de que se revelara la trama del KGB en
Uruguay, afirma Otero en una entrevista con EFE.
Al ver que no podían dominarlo, explica el ex policía, es cuando se
toma la decisión de que a Arbelio Ramírez hay que matarlo, y ningún
escenario mejor que en el acto en el que participaba el Che Guevara en
la Universidad.
Entrevistado para esta investigación, Otero negó haber realizado tal
declaración y negó también haber sido entrevistado por alguien que
se presentara como periodista de EFE. El ex-comisario reitera que su
única afirmación, y coincidencia con Vallarino, es que no se quiso
matar al Che sino que esa bala iba dirigida a Ramírez23. Por su parte,
el ex delegado de EFE en Montevideo, Juan Antonio Sanz reconoció
ser el autor de ese despacho y ratificó su contenido en forma airada,
pero no aportó pruebas que permitan comprobar la autenticidad de
sus declaraciones24.
Las informaciones expuestas por Vallarino sobre las actividades de la
CIA y el KGB en Uruguay no agregan nada nuevo a lo dado a conocer
por otros autores y la información pública disponible. Por esta razón,
sus especulaciones sobre el asesinato de Arbelio Ramírez solo pare-
cen dirigidas a reflotar las realizadas en la época por personeros de la
derecha sobre un supuesto ajuste de cuentas entre comunistas, tanto
da si eran del Partido Comunista o del KGB.
22
Llamen al comisario Otero, el hombre que venció a los tupamaros, Agencia
EFE, Montevideo 28/11/08.
23
Ver a continuación la entrevista con Alejandro Otero.
24
Ver Agencia EFE, mentidos y desmentidos, p. 198 de este libro.
25
Entrevista realizada el 9 de noviembre de 2009.
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 189
La nueva policía bajo el gobierno blanco
A esa altura ya habían sido las elecciones de 1958 en que, por pri-
mera vez en 93 años, cambió el gobierno.
Ahí ocurre un hecho que es fundamental en la vida de los oficiales
jóvenes que egresábamos de la Escuela de Policía, que entonces se lla-
maba de otra manera. Nuevas autoridades, nuevas ideas, el pensamiento
de que la policía debía ser actualizada, de que era una policía colorada.
Cosa que de determinada manera era cierta, porque todos los que ingre-
saban y progresaban en la policía era porque sostenían la idea de la po-
licía colorada o eran colorados. Justo es decir que, en ese momento, los
policías blancos éramos unos poquitos, apenas llegábamos a cinco. Esta-
ba el inspector (Antonio) Píriz Castagnet, en ese momento comisario, la
señora Consuelo Bremen de Antía, madre del que fue Intendente de
Maldonado, Yamandú Castro, que después adquirió un verdadero presti-
gio como investigador en delitos comunes, Pablo Lorente y Alejandro
Otero. Era muy incipiente, incluso lo mío
era ser blanco por ser blan-
co, pero no conocía absolutamente nada. Más que nada, éramos oficia-
les jóvenes. Y no había ninguna preocupación por el hecho de que fuéra-
mos blancos. En realidad, la rivalidad predominante era entre oficiales
de la Lista 14 y la Lista 15 del Partido Colorado, porque eran los que se
disputaban el poder en todos los ámbitos, políticos, sociales, comercia-
les. Para el Partido Colorado, el Partido Blanco no existía, pero éste tenía
la aspiración de ser gobierno.
¿Cómo se desarrolló esta situación cuando cambió el gobierno?
Cambia el gobierno, entonces cambian las ideas. Viene a la Policía de
Montevideo el coronel (Mario) Aguerrondo, que había participado mucho en
las elecciones y que pensaba que la policía tenía que dejar de ser colorada.
Incluso algunos comisarios famosos, como Vieites Fierro, tenían sus clubes
políticos que los apoyaban. Consecuentemente, se abren los cursos y los
concursos dentro de la Policía, se estimula la presencia del oficial joven. Los
oficiales jóvenes teníamos la desventaja de que la antigüedad se calificaba de
forma muy alta. La fórmula para acceder era estar en los primeros puestos, el
puntaje obtenido en la Escuela de Policía se integraba a la calificación y el
puntaje final era muy importante. Si bien el oficial de policía tenía muchos
años de actividad, también tenía muchos años de partes de enfermo, muchas
sanciones, sumarios, y todo eso le restaba puntaje. En cambio, el oficial jo-
ven, si bien no tenía el puntaje de la cantidad de años de antigüedad, sí tenía
su foja casi libre en comparación con personas de 25, 30 años de servicio.
Bueno, yo tuve la suerte de estar casi siempre primero en los cursos, que eran
muy numerosos y donde se calificaba tanto lo intelectual como lo físico. Yo
terminaba casi siempre con un 10 de calificación y eso que teníamos profeso-
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 191
al comunismo no se le daba importancia porque tampoco constituía nada
especial desde el ángulo político en esos momentos.
En realidad, había un poco de inquietud personal en esas cosas, como
lo hubo cuando vino Fidel Castro acá, el Che Guevara, cuando vinieron
varias figuras que estuvieron en el Victoria Plaza. Uno no era condiciona-
do o puesto al servicio de ellos como custodia, se hacía algo preventivo en
las afueras del hotel. Yo era el oficial designado y por eso estuve vinculado
a la presencia de esas figuras políticas.
Cuando había actos políticos del Partido Comunista se controlaba la
reunión, tomándose en cuenta la cantidad de personas, que normalmente
no superaban las 80 a 100 personas. Para llegar a esto tenía que ser algo
muy importante en el Cerro aquí estaban los frigoríficos, que tenían una
importancia descomunal, en La Teja o donde estaban las fábricas texti-
les, o sea lugares donde predominaba la acción gremial. Se controlaba la
asistencia de público, lo que decían los oradores, que generalmente repe-
tían lo mismo. Si de repente se hacía algún atentado contra algún club
comunista, se investigaba, pero nada más.
No era una acción directa para ir al control de la situación, sino como
servicio de información. Ni como custodia general de situaciones que se
pudieran presentar, a favor o en contra, ni como contralor del acto en sí ni
de lo que se dijera en ese acto. En ese momento, figuras como Fidel, el
Che, eran figuras bien vistas por el pueblo, que los recibía con el aplauso.
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 193
esa simpleza de análisis me quedara con la idea de que se había querido
matar al Che Guevara. Nunca lo pude admitir. O eran muy incapaces los
que participaban o lo que querían en realidad era sugerir un temor, un
miedo, o establecer situaciones de beneficio personal. Esa fue la idea con
la que me manejé.
Entonces, ¿cuál era la otra hipótesis?
Déjeme terminar esta idea. Si vinieron de allá, si fue consecuencia
de lo de allá, el objetivo estaba perfectamente identificado, no se podían
confundir. Si en el momento Arbelio estuviera al lado del Che y, como
ocurrió con el Papa, que lo haya empujado y la bala haya ido para el que
lo empujó, está claro. Pero que el primero esté en un cuarto y el segundo
en otro, que la bala para el primero le pegue al segundo
esto no. Es mi
interpretación, siempre definí que ahí no se quiso ni se intentó matar al
Che, que se quiso matar a Arbelio Ramírez. Entonces aquella incoherencia
de capacidad que podría haber surgido, ahora se aplica en el otro concep-
to, que hubo capacidad para hacer lo que se quiso hacer, matar a Arbelio
Ramírez.
Es claro, por las distintas descripciones del momento, que los autos
con el Che ya habían pasado. El comisario Luz, que estaba apostado en
Eduardo Acevedo y Lavalleja, hace una descripción minuciosa y es clarísi-
mo que el Che no estaba allí. Pero antes de avanzar en su respuesta, le
pregunto: ¿puede haber sido que lo querían matar a Arbelio o fue otra
cosa? Porque en aquel momento había unos grupos de derecha, de ultra
derecha, que estaban haciendo ataques a locales, incluso a sinagogas. Es-
taba el MEDL con un local a la vuelta, había una situación de tensión en el
medio estudiantil y con la Universidad. Habían ocurrido refriegas impor-
tantes, como en enero de ese año frente al local del Partido Comunista
donde murió Bilotto y otros salieron muy mal heridos. Entonces pregunto:
¿querían matarlo a Arbelio, porque lo identificaron a él o fueron unos tiros
para armar una situación en ese contexto?
La pregunta creo que ya se la contesté con ese juego de palabras.
Así como estaba la imperfección de querer matar al Che y matar a Arbelio,
el que quería matar a Arbelio fue perfecto y consiguió lo que se había
propuesto. Posteriormente, hay una investigación muy interesante de Raúl
Vallarino, en donde él toma contacto con la familia de Arbelio, toma co-
nocimiento de una serie de ideas, actitudes y situaciones. Fundamental-
mente, de quienes querían constituir un servicio de espionaje extranjero
en el país y habían enviado a una mujer como espía, una mujer que desa-
rrolló actividades acá en un amplio sentido. Una mujer que para llegar al
país tomó contacto correspondiente con Arbelio, lo confundió en determi-
nadas cosas y logró un apoyo muy importante de Arbelio Ramírez.
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 195
entrevistan a usted y a Vallarino. Y, entonces, fíjese lo que dice el cable:
El atentado no había sido preconcebido contra el Che, sino que había
sido directamente realizado contra Ramírez, a quien África de las Heras
había pedido una implicación en tareas de inteligencia y, al negarse, que-
dó abierta la posibilidad de que se revelara la trama del KGB en Uruguay,
afirma Otero en una entrevista con EFE. Pero agrega más: Al ver que no
podían dominarlo, explica el ex policía, es cuando se toma la decisión
de que a Arbelio Ramírez hay que matarlo, y ningún escenario mejor que
en el acto en el que participaba el Che Guevara en la Universidad.
¡Ah, no!, pare, pare, pare
Esto es lo que dice el cable. (Otero realiza una larga explicación
sobre un filme canadiense en preparación que incluye su participación en
el caso Cukurs y acota lo siguiente).
Espere un poquitito
, yo viví esa realidad, a mí no me la cuenta
nadie. Que existan miles de ideas al respecto, existen, pero yo fui el que
encontré el cuerpo
A mí en eso no me confunde nadie
¿Entonces usted no suscribe esto que está dicho acá? (Olga Senatore,
presente en la entrevista, le recuerda a Otero la fecha del cable: 28 de
noviembre de 2008).
Mire, honestamente, a mí no me entrevistó nadie.
A mí me sorprendió, yo había leído sus declaraciones en los libros
de Vallarino y aparece usted aquí haciendo otras declaraciones.¿ Varió de
opinión?
Yo creo que de una declaración así yo no me puedo olvidar. Podría
decirle no es cierto y ser un mentiroso, pero yo le estoy diciendo algo que
coincide con todas las cosas que usted, que está bien informado, ya ha
leído. Eso yo no lo pude haber dicho así y lo que sí le digo es que yo, en
ningún instante, recuerdo haber hablado con un periodista que se presen-
tara como periodista de EFE.
Bueno, esto no da para más.
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 197
No, pero usted mismo ha relatado los problemas que tenía en la
Jefatura.
Hablamos de ese momento, no hablamos del momento posterior,
en que incluso yo tengo disidencias con varios de ellos, con Cantrell y
otros. Pero en el 61, no. Con seguridad que debía existir algo, pero a mi
nivel no. Que en Inteligencia me consta que el Comisario Pírez realizaba
un montón de informes, que se le entregaban a todos ellos, que no sé por
qué vía llegaban a ellos. Eso sí, fenómeno, lo admito y lo firmo. Pero lo
demás, con esa realidad que se muestra mucho tiempo después, eso no.
Esa hipótesis que tuvo usted, de que esa bala no era para el Che,
que era para Ramírez, ¿en la investigación policial esa hipótesis no se tuvo
en cuenta?
En lo que era el aspecto de Inteligencia no se tuvo en cuenta. Y le
digo más, como argumento fundamental, consideraban que eran todas
mentiras mías. Se acuerda cuando aparecen las primera películas de James
Bond, entonces me decían: ¿Quién te creés vos, James Bond?
En la prensa del momento, en el Diario Rural, en El Día y en El País,
se llegó a decir que esto había sido un ajuste de cuentas entre comunistas.
Ahí surge la historia de que Arbelio había sido comunista y quiso alejarse,
que como en los últimos tiempos estaba colaborando con El Día, El País y
la revista Comentario de la embajada de Estados Unidos lo habían declara-
do traidor y que su muerte había sido responsabilidad de los comunistas.
Pero lo que yo he visto en los archivos es que esta hipótesis tampoco es
manejada en la investigación policial. No hay ninguna actuación en la
investigación relacionada con esa hipótesis.
No puede ser manejada en la investigación en esa época porque en
esa época era como absurdo tener ese tipo de ideas. No sé si me explico.
No correspondía que nadie tuviera ese tipo de ideas y se lo afirmo porque
cuando yo expongo el tipo de ideas que tengo, yo era el mentiroso, el
fantasioso, el que me quería constituir en una figura dentro de la Policía.
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 199
> > en Uruguay, afirma Otero en una entrevista con EFE.
>>
> > Al ver que no podían dominarlo, explica el ex policía,
> > es cuando se toma la decisión de que a Arbelio Ramírez
> > hay que matarlo, y ningún escenario mejor que en el acto
> > en el que participaba el Che Guevara en la Universidad.
>>
> > (fin de la cita del cable de la Agencia EFE)
>>
> > Estimado Sr. Sanz,
>>
> > El motivo de esta consulta es que en una entrevista con
> > Alejandro Otero, mantenida el 9/11/2009, en el marco de la
> > referida investigación, el ex comisario negó que hubiera
> > hecho tales declaraciones a EFE. Incluso negó que hubiera
> > sido entrevistado por un periodista de esta agencia.
>>
> > Tal afirmación pone en cuestión la credibilidad de EFE y,
> > antes de darlo a conocer públicamente, quisiera que usted,
> > en nombre de la Agencia, ratifique o desmienta las
> > afirmaciones de Otero. En este último caso, por cierto que
> > sería sustancial contar con un elemento probatorio, como
> > sería un registro de la entrevista realizada por EFE.
>>
> > Agradezco desde ya su atención a esta consulta.
>>
> > Lo saluda cordialmente,
>>
> > Víctor L. Bacchetta
> > periodista uruguayo
Lo saluda cordialmente,
Víctor L. Bacchetta
Au t o r e s y c i r c u n s t a n c i a s 201
Capítulo 8
203
fue a Cuba, pero allí llegó a la conclusión de que, en lugar de haber sido
invitado por el Che, lo habían sacado del país para no perjudicar otros
intereses. Hasta la muerte de Esther Dosil, en enero de 2008, Arbelio José
mantuvo con su madre un acuerdo por el cual decidieron no revelar antes
de ese momento ciertos hechos del pasado.
El hijo mayor afirma que su padre, además de ser una persona de
izquierda, era colaborador de la red del KGB organizada por Patria en
Uruguay. Tratando de interpretar lo sucedido, Arbelio José considera que
la postura latinoamericanista y al apoyo a la Revolución Cubana de su
padre le hicieron entrar en crisis con el liderazgo revolucionario que había
atribuido a la URSS. Sería una crisis como la que vivieron otros militantes
que renunciaron el Partido Comunista en esos años y como la suya propia,
que también se separó del comunismo uruguayo.
De esas circunstancias, Arbelio José y su madre dedujeron que a
Ramírez lo pudo asesinar el KGB, si bien admite que esto es una hipótesis
y que otra posibilidad es que lo hubiera matado accidentalmente un inte-
grante de los grupos fascistas que actuaban entonces1.
1
Entrevista realizada el 28 de noviembre de 2009.
2
La revolución nacionalista húngara de octubre de 1956 reivindicaba la libertad
para elegir su propia vía al socialismo, disolvió la policía política y anunció que
abandonaría el Pacto de Varsovia que la unía militarmente a la URSS. Al mes
siguiente, resultó aplastada por los tanques del Ejército Rojo (soviético) con un
saldo de miles de muertos, arrestos en masa y la salida del país de unos 20.000
húngaros en calidad de refugiados.
Te s t i m o n i o s y r e f l ex i o n e s f i n a l e s 205
En ese momento, lo ayudó mucho el escultor uruguayo Gonzalito (Ar-
mando Germinal González). Mi padre le sirvió de ayudante para hacer
una estatua y él lo retribuyó económicamente. Y le ayudaron también otros
compañeros del Partido que trabajaban en el Diario Popular en los años
43, 44, por ahí
Yo nací en octubre del 45, fui concebido en enero, cuan-
do calculo que mi padre ya se habría curado. Mis padres militaron mucho
contra el fascismo. Estando embarazada, mi madre salió a celebrar en 18
de Julio la liberación de París. Los coraceros cagaron a palos a todo el
mundo, algo que no entiendo, ¿por qué los coraceros apaleaban a los estu-
diantes cuando la liberación de París? Ella contaba que ayudó a unos estu-
diantes porque con su barriga los coraceros no le pegaban.
El Partido Comunista estaba dirigido por Eugenio Gómez, que era un
estalinista feroz. Con su sectarismo, Gómez hizo que el Partido se apartara
de la gente cuando más precisaba estar en la sociedad, que fue en la época
del macartismo que viene luego de la guerra. Después entró Arismendi,
pero siempre muy fiel a la Unión Soviética, sin identidad política propia.
Arismendi trató de entender al uruguayo, pero a partir de una visión muy
prosoviética.
El KGB tenía una relación distante y como de desprecio con los parti-
dos comunistas. Pero los comunistas eran totalmente obsecuentes con cual-
quier ruso que estuviera en Montevideo, con el embajador, los secretarios,
etcétera. Una vez, unos comunistas que conocían a mi padre lo vieron
hablando con Kirzanov, el Agregado Cultural de la Embajada Soviética.
Les llamó mucho la atención porque ellos habían invitado varias veces a
mi padre para ingresar al Partido, sin éxito, pero si estaba hablando con
Kirzanov quería decir que estaba en algo.
¿Tu padre sufrió algún tipo de persecución por sus ideas políticas?
Mi viejo fue perseguido en el Archivo Artigas en pleno auge del
macartismo desatado luego de la derrota del nazismo. Ariosto Fernández
lo denunció como comunista y le hizo perder promociones, lo trasladaron,
lo persiguieron y perjudicaron de distintas maneras.
3
Arbelio José se refiere familiarmente así a María Luisa de las Heras.
4
Valentino Marchetti, agente del KGB y esposo legal de María Luisa.
Te s t i m o n i o s y r e f l ex i o n e s f i n a l e s 207
eso en aquella época era una temeridad, pero él sonrió. Me dijo: No, no
pasa nada. Nuestra familia es indestructible y me dio un beso. Fue la
última vez que lo vi.
¿Qué hiciste cuando sentiste los disparos luego del acto?
Llegué adonde estaba la mancha de sangre, no me acuerdo si dejé o
no la bandera cubana y no marqué con tiza la mancha de sangre5. Sí estoy
seguro de que la quise tocar y no lo hice.
¿Cómo te enteraste de que la víctima era tu padre?
Un rato después. Fui a hablar con no sé quién al local del Partido
Comunista en la calle Sierra (hoy Fernández Crespo) y vino alguien que
dijo: El que mataron es Arbelio Ramírez. ¡Pará! le dije, Arbelio
Ramírez sólo puede ser mi padre. ¡No jodas, Cabeza!, me respondió.
Le mostré la cédula, pedí para hablar con Arismendi y subí a hablar con él.
Al día siguiente, en el entierro en la Universidad, unos compañeros de
la Juventud agarraron a dos fascistas y, sabiendo que yo estaba en el Spor-
tman, los llevaron para que yo los cagara a trompadas dentro del bar. Era
así también, había mucho de patoterismo.
A la vez, empecé a incomodar al Partido Comunista. Yo quería saber
quién había matado a mi viejo. Se lo dije a Arismendi, pero me respondió
que él se hacía cargo.
5
Varios testigos afirman haber visto a Arbelio José dejando una banderita cubana
sobre la mancha de sangre y otros dicen que lo vieron marcando con tiza su
entorno. Según algunas crónicas, el propio Arbelio Ramírez llevaba una bandera
cubana en la mano, algo poco probable en ese momento.
6
Arturo Soferman, escritor uruguayo con obras de poesía, teatro infantil y adapta-
ciones teatrales, integraba el equipo editor de Comentario.
Te s t i m o n i o s y r e f l ex i o n e s f i n a l e s 209
ir para allá, no iba a estudiar en Estados Unidos. Le dije que no, que yo era
comunista y que yo odiaba a los Estados Unidos. Pero no me dice,
sos muy chico, para odiar tenés que conocer, es una sociedad diferente.
Le repetí que no y me fui. No veo para qué le podía servir mi padre a los
americanos, no tenía ningún conocimiento tecnológico específico.
Ramírez estaba desarrollando relaciones con personas e institucio-
nes estadounidenses. ¿No puede ser que lo estuvieran investigando, que
descubrieran sus relaciones con los rusos y que les molestara por eso? En
Estados Unidos, el KGB había sufrido bajas importantes7.
Si los norteamericanos percibían que Arbelio estaba buscando víncu-
los en su país lo seguirían pero, en ese caso, el interés se trasladaría rápida-
mente hacia Patria. María Luisa iba a mi casa todos los domingos, fuera de
los días en que se vería con mi padre en la semana. Cualquier seguimiento
sobre mi padre iba a dar como consecuencia sobre María Luisa.
7
En 1957 fue detenido William Fisher (el coronel Rudolf I. Abel, en el KGB) en
Estados Unidos. Considerado por el FBI como el espía de mayor graduación cap-
turado hasta entonces, había dirigido desde 1948 una de las mayores redes del
espionaje soviético en ese país. Fisher fue canjeado en Berlín en 1962 por el
piloto Gary G. Powers, que había sido derribado en territorio soviético en 1960
cuando conducía un avión espía estadounidense U-2.
Te s t i m o n i o s y r e f l e x i o n e s f i n a l e s 211
Es verdad, ¿por qué?, para boletearlo, porque Patria no podía arries-
garse. Pienso que mi padre quería abrirse, que pensaría que los rusos eran
tan imperialistas como los norteamericanos. Los chinos se lo estaban di-
ciendo, Tito y Albania también, ya se lo habían dicho los húngaros. Mi
hipótesis es que mi viejo se dio cuenta de eso siete u ocho años antes que
nosotros y se volvió incontrolable y peligroso para la estabilidad de la
Gallega. No podían arriesgar esto.
Parece que Patria y Marko no era lo único que había en Uruguay.
Una novela de Abella8 habla de un grupo del espionaje soviético que ope-
raba aquí, aparentemente desligado de Patria. Dice que Estados Unidos
buscaba lugares en América del Sur para esconder misiles y que el KGB
andaba atrás para saber qué y dónde lo hacían.
Ese sería el servicio de información del ejército, que tiene otro nom-
bre, no sería el KGB. Con seguridad que habría otros, de la misma forma
que la CIA, el FBI y el Pentágono tienen su representante en la embajada y
su grupo operativo en la calle.
A mí me cuadra que el KGB tuviera motivos para hacerlo, que serían
capaces de hacerlo y que la Gallega haría lo que tuviera que hacer para
cubrirse, pero lo único que no me cuadra es la forma operativa en que lo
hacen. Es lo único que deja espacio a que hayan sido unos guachos de mier-
da dando tiros al pedo, que era lo que los fachos hacían en aquel momento,
porque tiraban pero no mataban con premeditación a nadie. A los comunis-
tas nos disparaban, sí, con frecuencia en las pegatinas, en los locales y las
manifestaciones, pero no tenían el coraje para matar. En medio de aquellos
enfrentamientos podía pasar que mataras a alguien. Realmente, no sé cómo
no murió más gente. Pero de alguna forma, en aquella época, había un cierto
respeto por la vida. No se mataba gente así nomás, ni la Policía mataba.
8
Desde otros ojos. Vasili Vasilievich en Tacuarembó, Gonzalo Abella, BetumSan
Ediciones, Montevideo, 2008.
Te s t i m o n i o s y r e f l e x i o n e s f i n a l e s 213
años, dos años de diferencia era mucho. Después mi hermano se metió en
la Juventud Comunista y la atención iba para el lado de él. A mí no me
importaba, andaba en otra, yo quería correr bicicleta, quería hacer una
cosa independiente, quería hacer lo mío. Cuando uno es chico las diferen-
cias de años son muy grandes, después las cosas se emparejan.
¿Sabías en qué actividades políticas podía estar interesado tu padre?
Yo lo acompañé algunas veces. Me acuerdo de mi viejo haberme
llevado cuando la lucha del 58 (por la Ley Orgánica de la Universidad),
recuerdo las barricadas, a los milicos atropellando. Creo que mi viejo ni se
esperaba que hubiera esa represión, ese tipo de cosas, y por eso me lleva-
ba. Estaba todo el romanticismo de la época, que uno lo ve después para
atrás, que se creía en el pensamiento
que la pluma iba a poder con la
espada ¿no? Recuerdo, sí, en el 59, la alegría en mi casa cuando el triunfo
de la Revolución Cubana. Yo tenía 11 años, andaba en los vaivenes de lo
que opinaba la gente, no tenía posición ni formación. Por suerte, en mi
casa al principio no nos influyeron. Pero mi viejo, sí, estaba a favor de la
Revolución Cubana.
Te s t i m o n i o s y r e f l e x i o n e s f i n a l e s 215
Estuve afiliado como un año. Estaba bueno, iba a los bailes, pero no
era mi lugar.
¿Aflojó la tensión?
No aflojó la tensión. Mi hermano se fue para el MRO (Movimiento
Revolucionario Oriental) y me acuerdo de haber intervenido en una pelea
en el Nocturno, en el Zorrilla, entre gente de izquierda. Mi hermano me
dijo: Vení, dame una mano. Era una pelea con comunistas. Como me fui
de la UJC, decían que trabajaba para los milicos. Entonces, nos miraban
torcido los milicos por un lado y los comunistas por el otro. Fue una de las
razones por las cuales, más allá de que me gustaba mucho el campo, en el
año 64 me fui para la Escuela Agraria. En Montevideo no era vida, era un
nivel de paranoia real y justificada imposible. Entraba a cualquier lugar y
me ponía de espalda a una pared para ver la puerta de entrada porque
tenía miedo. No sabía qué podía pasar, como habían matado a mi viejo de
un balazo, había pasado esto y lo otro, todo se sumaba. ¡Vivía con un
terror
!
Te s t i m o n i o s y r e f l e x i o n e s f i n a l e s 217
perros venían tirando, tropezó y se fracturó esa pierna. Yo estaba en la
Escuela Agraria en ese momento. Lo enyesaron y le dejaron una ventanita,
para poder seguir la curación. Le daba los antibióticos y lo curaba María
Luisa. Un día me avisaron que había muerto Valentino, me vine ensegui-
da de allá. Para mí era otro padre que se me moría. Yo la vi afectada a
María Luisa y la versión fue que, a raíz de la fractura y ese hueso, hizo
una embolia pulmonar. Para quien haya estudiado Veterinaria es sabido
que un coágulo puede haberse ido para el pulmón, que haya hecho una
embolia y un paro cardíaco. Creo que un informe médico dictaminó que
esa fue la causa de la muerte. Ahí quedó la historia, después se dice
mucha cosa.
En todos esos años, hasta que María Luisa se va, ¿cómo viste la
relación de tu madre con ella?
Hasta que María Luisa se fue, nunca dijo una palabra. Inclusive, yo
me enojé bastante con María Luisa porque estuve el domingo con ella,
cuando estaba aprontando todo para irse. Me dijo que se iba para Europa,
que iba a juntarse con su familia, algo así, y agregó: Vení el miércoles así
nos despedimos. Se fue el lunes o el martes, no me quiso ver. Fue algo
que me molestó bastante. Mi madre no dijo nunca nada hasta ese momen-
to y por muchos años después tampoco. Mi vieja no era ninguna tonta,
sabía el afecto que me unía con María Luisa.
María Luisa se va en 1967, pero vuelve, dos veces por lo menos.
Yo la vi una vez, en una venida que no he visto registrada en
ningún lado, en junio o julio de 1970. La encontré en la Galería Yaguarón,
un lugar adonde había ido muchas veces con ella a tomar el té. Y era
una fijación que tenía yo, cuando venía a Montevideo, en pasar por la
Galería Yaguarón. Nos fuimos para el Green Park (un bar que estaba en
18 de Julio y Bulevar Artigas) y estuvimos varias horas conversando.
Hablamos de muchas cosas y, por primera vez, hablamos de política.
Me dijo que me alejara de los Tupamaros, que eran unos románticos,
que no iban a tener el apoyo del pueblo y que se avecinaban tiempos
muy duros para el país.
¿Ella te dijo por qué había vuelto al Uruguay?
No y yo no pregunté tampoco. Yo me dediqué a nuestra relación. Le
pedí que fuera por mi casa a conocer a Santiago, mi hijo de cuatro meses.
Me pidió la dirección, no fue y nunca más la vi.
Te s t i m o n i o s y r e f l e x i o n e s f i n a l e s 219
La tentativa de robo a la casa de Wílliman que cuenta Vallarino es
falsa. Salieron en la Commer a pasear a los perros. Entraron ladrones a la
casa de al lado, porque el vecino había dicho que se iba toda la semana.
Cuando Valentino y María Luisa vuelven, los ladrones habían saltado por
el fondo y estaban intentando abrir una ventana, pero al sentir el ruido de
la camioneta se retiraron. Los perros percibieron el movimiento y fueron
corriendo hacia el fondo a buscarlos.
La casa de la calle Wílliman fue vendida a una mujer de apellido
Montero, que se quedó con el perro Abreck. No se lo dejaron a Alberto
Methol Ferré, como cuenta Vallarino. También es falsa la versión de que
cuando el general Gestido se acercó en el restaurante El Águila a saludar-
la a María Luisa, estuvieran los hijos y la esposa de Arbelio. María Luisa
nunca salía con los tres, a esa altura salía conmigo, era yo solo el que
estaba.
¿Por qué te parece que surgen estas versiones como las de Vallarino?
Yo no sé. La CIA sigue pagando por hacer cosas, ¿no? En Estados
Unidos hay por lo menos cuatro poderes, el Departamento de Estado, el
Pentágono, la CIA y el FBI que funcionan como poderes independientes,
cada uno haciendo su juego. Vaya uno a saber
Lo gracioso es que Vallarino quiso hacer un libro para mostrar la per-
sonalidad tenebrosa de María Luisa y en España, en Ceuta especialmente,
lo felicitaron por haber divulgado la historia de una heroína de su pueblo.
Reflexiones finales
9
De 638 intentos de asesinato contra Fidel Castro contabilizados hasta 2007 por la
inteligencia cubana, 38 son adjudicados a la administración Dwight D. Eisenhower,
en la presidencia entre el 20/1/1953 y 20/1/1961.
10
En la Embajada de Brasil, el mismo 17 de agosto de 1961, a las 14 hs.
Te s t i m o n i o s y r e f l e x i o n e s f i n a l e s 221
volucionario cubano o de ultraderecha no quisiera hacerlo o que estaban
bajo control. Cubanos contrarrevolucionarios alardearon en Miami de
haberlo intentado y de haber asesinado a Ramírez en su lugar. Era razona-
ble, por lo tanto, que se tomaran medidas para prevenir esa posibilidad.
Mientras que la FEUU se responsabilizó por la seguridad del edificio
de la Universidad durante la realización del acto, la seguridad personal de
Guevara y de Allende estaba en manos del Partido Comunista Uruguayo,
además de los escoltas cubanos. Recuérdese que la sede universitaria ya
había sido invadida ese día por tres individuos armados que tiraron poten-
tes bombas de olor en el Paraninfo. La FEUU organizó una vigilancia es-
tricta en los accesos del edificio y, en especial, del lugar donde estarían los
oradores. Se revisaron las pertenencias de los asistentes y los que eran
reconocidos por sus relaciones con los grupos fascistas fueron expulsados.
La ida del Che y su comitiva de la Universidad era otro momento clave.
Una medida diversionista fue correr la versión de que se irían por la puerta
que da a la calle Tristán Narvaja; otra fue hacer aparecer unos sosias de
Guevara y sus guardaespaldas por una puerta lateral a la escalinata de la
entrada principal de la Universidad, por la avenida 18 de Julio, que concitó
cierta atención hasta que se verificó el engaño. Estas acciones tuvieron una
relativa eficacia en desorientar a los que esperaban ver salir al líder cubano.
Pero cuando se abrió la puerta de la calle Eduardo Acevedo, por donde
saldría realmente, enseguida se aproximaron decenas de personas.
En este momento, una medida de seguridad clave consistió en la lle-
gada de un taxi que se detuvo en el centro de la calzada y, sin parar el
motor, cargó a Guevara y sus acompañantes partiendo rápidamente hacia
el Sur. Aquí se produjeron algunos incidentes de entidad menor. Un joven
se abalanzó sobre el Che, aparentemente con la intención de saludarlo
pero, previniendo lo peor, la escolta dominó al individuo y lo apartó. Va-
rios testigos dicen haber visto unas pedradas dirigidas hacia ese punto y
algunos incluso creen haber escuchado disparos, pero no hubo ningún
herido. La aparición del taxi fue la mayor sorpresa, al no usarse los mismos
remises que habían traído al visitante a la Universidad, por la rapidez que
proporcionó a toda la operación.
Como decíamos, no es posible asegurar que no hubo intención de
atentar contra el Che pero, si existió el propósito de eliminarlo, es evi-
dente que fracasó y esto debe ser atribuido a la eficacia de las medidas
preventivas y/o a la ineficacia de los presumibles asesinos. Una vez acla-
rado este punto, la reconstrucción de los hechos permite establecer con
claridad que, cuando se produce el disparo que impacta en Ramírez, los
automóviles que conducían a Guevara y sus acompañantes ya habían
llegado a la calle Lavalleja y doblado en dirección al Centro. O sea, que
Te s t i m o n i o s y r e f l e x i o n e s f i n a l e s 223
Si bien fuertes evidencias abonan este curso de los acontecimientos,
también existen indicios de que sus mentores no esperarían que una vícti-
ma fuese alguien de la talla de Arbelio Ramírez. Y esto, tanto por la valora-
ción positiva que tenían de Ramírez determinados círculos de Estados
Unidos, reflejada en el despacho del embajador en Uruguay y la respuesta
del Departamento de Estado, como por el enorme aprecio que Arbelio se
había granjeado en todos los ámbitos que frecuentó en nuestro país. Esto
se tradujo en una inmensa ola de dolor y de indignación hacia los presumi-
bles instigadores del hecho dirigida directamente contra Washington.
Parte de la prensa grande de derecha de Montevideo lanzó la teoría
de que Ramírez habría sido asesinado por miembros del Partido Comunis-
ta, por haberse alejado de esta organización y ser considerado un traidor.
Esta versión era fácilmente desmentible por cualquiera que lo hubiera co-
nocido a Arbelio e incluso por la actitud de El Popular frente a su muerte,
que lo calificó de amigo y fue criticado por la intención de apropiarse de
su figura política. También, a partir del conocimiento de algunas circuns-
tancias de la intimidad de Arbelio, se consideró la posibilidad de que hu-
biera sido un crimen pasional, pero la investigación policial lo descartó.
Si se tiene presente que la Policía de la época respondía a un gobierno
dominado por los sectores más conservadores del Partido Nacional, el Par-
tido Colorado y el Ruralismo, y que junto con el Juez actuante se habían
sumado a la campaña anticomunista y anticastrista desatada en el país por
la Embajada de Estados Unidos, es razonable pensar que, de haber tenido
algún indicio de que el asesino de Arbelio podía pertenecer a la izquierda o
a su círculo íntimo, los investigadores se habrían esmerado por confirmar
esa posibilidad. Pero no fue detenido ningún izquierdista en condición de
sospechoso, ni hubo mayores indagaciones en esta dirección.
Que María Luisa de las Heras había sido Patria, una oficial de alto
rango y con las más altas condecoraciones del espionaje soviético, se supo
en Uruguay siete años después de su muerte en Moscú en 198811. Entre
1948 y 1967: Fueron 19 años de impenetrable secreto. Ni sus amigos más
entrañables, ni los servicios de inteligencia, ni la estación de la CIA que
operaba en Uruguay, llegaron jamás a sospechar que África de las Heras
dirigía desde Montevideo la red más importante del espionaje soviético en
América del Sur, afirmó Barreiro12.
11
La noticia llegó por el artículo Al servicio del KGB, en la Revista Cambio 16, de
Madrid, el 6 de noviembre de 1995, escrito por Germán Sánchez, el primer perio-
dista español que reveló las actividades de África de las Heras.
12
Fernando Barreiro, ob. cit.
13
Información ampliada en Capítulo 4, p. 133.
Te s t i m o n i o s y r e f l ex i o n e s f i n a l e s 225
La especulación de Esther Dosil de Ramírez y de Arbelio José en el
sentido de que Patria pudo tener alguna intervención en el asesinato de
Arbelio se desenvuelve muchos años después del suceso y no parece dis-
poner de evidencias suficientes para demostrarlo. La coincidencia de esta
nueva interpretación con la divulgación de las actividades de la agente del
KGB en el Uruguay, podría responder a dos motivos: la desazón provoca-
da por la sorpresa ante algo no esperado, lo que no parece plausible en
este caso, o la necesidad de marcar distancias y deslindar cualquier vincu-
lación personal con actividades políticas y de seguridad delicadas.
Para considerar la posibilidad de que el KGB asesinara a Arbelio por-
que éste hubiera pasado a cuestionar el liderazgo revolucionario de la
URSS y quisiera dejar de colaborar con sus tareas en Uruguay, hay que
tener presente las reglas propias de estas organizaciones. Para decidir eli-
minar a un colaborador, el KGB tendría que haberlo considerado un trai-
dor o un doble espía capaz de poner en riesgo aspectos clave, algo que no
parece factible en el caso de Ramírez. En la historia del KGB existen casos
de desertores de muy alta graduación que, en la medida que no revelaron
secretos clave de su actividad anterior, fueron dejados en paz por Moscú14.
Por otra parte, el derrumbe de la URSS ha dado lugar a una vasta
literatura dedicada a deformar los hechos y, usando como ejemplo las
atrocidades del estalinismo, condenar al barrer las ideas y las experiencias
del socialismo. Paralelamente, son muy escasos los estudios al respecto
como consecuencia del persistente silencio de los partidos comunistas, la
desmoralización de muchos militantes ante las derrotas y los errores co-
metidos, así como por las trabas que se mantienen hasta hoy en el acceso
a los archivos documentales. Muy pocos testimonios permiten conocer
facetas de esos procesos sin el apremio de la condena o la justificación.
En este marco, la versión de Raúl Vallarino en el sentido de que el KGB
asesinó a Arbelio luego de haber fracasado Patria en el intento de reclutarlo
no resiste el menor análisis. Vallarino invocó en apoyo a su enfoque pala-
bras de la esposa que va alterando cada vez que habla y escribe más sobre
el asunto. Llegó a invocar también la opinión de la familia, sin haber habla-
do con los hijos, y generó un entredicho con el ex comisario Otero, a quien
le atribuyeron opiniones que han sido desmentidas en esta investigación. El
oportunismo literario y la irresponsabilidad intelectual se combinan aquí
para reflotar con algún nuevo matiz una vieja especulación.
14
Tal es, por ejemplo, el caso del ex general Alexander Orlov, considerado el más
alto oficial del KGB que desertó hacia Estados Unidos en 1938, tras haber sido
jefe de la inteligencia soviética en España durante la Guerra Civil.
15
Aporte de la investigadora Clara Aldrighi, entrevista realizada en febrero de 2008.
Te s t i m o n i o s y r e f l ex i o n e s f i n a l e s 227
tampoco tiene sentido la especulación que llegó a decir que Ramírez po-
día estar grabando el discurso de Guevara para llevárselo a la Embajada de
Estados Unidos, cuando era un acto público y las palabras del ministro
cubano fueron trasmitidas por la radio.
Por último, la hipótesis del asesinato de Arbelio por algún servicio de
inteligencia permite hacer consideraciones similares a las realizadas para
el caso del Che en cuanto a que existían más y mejores posibilidades en
otro momento y en otro lugar. Tanto el KGB como la CIA disponían de
métodos más eficientes para eliminar a Ramírez, si ese era su objetivo
principal, y mucho más seguros y controlables que en esas circunstancias.
Debe tenerse presente la coincidencia de varios esquemas de seguridad
por motivos distintos y contrapuestos.
En esa ocasión estaban desplegados los servicios de vigilancia ostensi-
bles y no ostensibles de la Policía de Montevideo, los grupos provocadores
de la ultraderecha, como ellos mismos reconocen después en las investi-
gaciones oficiales, incluyendo tal vez a uno o más contrarrevolucionarios
de origen cubano, que también fueron mencionados por la prensa, los
esquemas de seguridad de los visitantes extranjeros y, por último, de los
organizadores del acto en el edificio de la Universidad. Eliminar a Arbelio
esa noche, en ese lugar, tenía dificultades adicionales.
Ramírez andaba solo y a pie. No se sabía por dónde saldría de la
Universidad, razón por la cual había que seguirlo con anticipación. Para
seguir a una persona dentro de una apretada multitud había que mantener-
se muy cerca y sin llevar armas, porque habría sido detectado al ingresar al
Paraninfo. Tendría que haber una persona más, como mínimo, para recibir
la comunicación de la primera indicándole dónde estaba y hacia dónde se
dirigía Arbelio. El agresor disparó varios tiros, solo uno dio en el blanco y
Arbelio falleció en el hospital. Los asesinos profesionales no suelen termi-
nan su misión sin rematar a la víctima o verificar que esté muerta.
Pretender asesinar a Arbelio en tales condiciones tendría que justifi-
carse entonces por un objetivo político adicional. Que lo buscara la iz-
quierda para forjarse una víctima, como insinuó la derecha, no concuerda
con que esa noche en especial, con Guevara y Allende presentes en la
Universidad, la izquierda hizo esfuerzos reconocidos por todos para que
el acto se desarrollara y culminara en total normalidad. Tampoco coincide
con la conducta de ningún sector de la izquierda uruguaya de aquel mo-
mento y con el hecho de que no precisaba mártires para justificarse.
Esta violencia partió de los grupos de ultra derecha organizados con
ese fin y las víctimas eran una consecuencia inevitable de su accionar.
Arbelio no fue la única víctima, accidental o no, de esa táctica. La propia
16
Operaciones Especiales. Memorias de un maestro de espías soviético, Pável
Sudoplátov y Anatoli Sudoplátov, con la colaboración de Jerrold L. y Leona P.
Schecter, Plaza & Janes Editores, Barcelona, 1994, p. 17.
Te s t i m o n i o s y r e f l ex i o n e s f i n a l e s 229
Mientras lanzar hipótesis no es ningún delito y puede ser motivo para
muchas ruedas de café, los documentos de la Policía y de la Justicia cono-
cidos muestran que hubo evidencias de personas presuntamente involu-
cradas en hechos delictivos de distinta naturaleza agresión, porte ilegal
de armas, etcétera-, relevantes para esclarecer los sucesos y el crimen de
esa noche, que no fueron investigados de la forma que correspondía. To-
dos esos elementos apuntaban hacia personas y grupos que actuaban en
connivencia con las autoridades políticas de turno.
Desde el ángulo de los hechos, si los instigadores de la violencia como
Nardone y algunos de los presentes en el lugar del atentado, como el MEDL,
respondían a la CIA, más tarde, cuando hubo que investigar para encontrar
responsables, los que dirigieron las indagaciones desde el ministro del
Interior, pasando por el Jefe de Policía y el de Inteligencia, hasta el Juez de
oficio resultaron ser también colaboradores de la CIA o de los grupos de
derecha alentados por la Agencia. Todo conduce entonces a pensar que lo
ocurrido estuvo desde el principio hasta el final controlado por la gente
de Tom. Un dato fundamental a la hora de extraer conclusiones.
Que esas investigaciones hayan sido archivadas sin dilucidar tales
evidencias no es una prueba de que no estuvieran allí el o los asesinos,
sino que fue a todas luces resultado de una decisión política de los respon-
sables de esas actuaciones con el fin de eludir sus implicaciones con los
autores materiales del crimen. Una actitud acompañada por la prensa
grande y por los sectores que formaban la mayoría en el Poder Ejecutivo
y en el Parlamento de la época, que no tuvieron voluntad política para
esclarecer un hecho cuya gravedad nadie pudo negar.
Las investigaciones oficiales debieron y deberían aún hoy ir más allá.
*****
En 1961 parecía que el Uruguay seguía siendo la Suiza de América,
una denominación que lo hacía sentirse orgulloso, y que sus instituciones
democráticas eran lo suficientemente sólidas como para encauzar las con-
tradicciones de la sociedad y los cambios que ésta podía requerir para
adecuarse a una nueva realidad. A tal punto lo parecía que se justificó la
moderación y el consejo dado por el Che Guevara al hablar en la Univer-
sidad aquel 17 de agosto.
Sin embargo, Uruguay ya era un país tomado por la metástasis del
anticomunismo y el recurso de la violencia para dirimir a favor de las viejas
clases dominantes y del imperio que las tutelaba la crisis de un modelo de
desarrollo agotado. Dos lugares clave para la defensa de los derechos ciuda-
danos y de la ley, la Policía y la Justicia, habían sido o estaban siendo tomados.
Te s t i m o n i o s y r e f l ex i o n e s f i n a l e s 231
Anexo I
n
Aportes para la historia del periodismo en Soriano, 1857-1940. Monte-
video, 1946 (trabajo de graduación como bibliotecario, publicado en
Impresora L.I.G.U. en 1951).
n
Un aspecto de la función docente del bibliotecario en un centro de
enseñanza media (versión en mimeógrafo). Montevideo, 1946.
n
El libro en el Uruguay. Diario El Plata, Montevideo, 31 de junio de
1947.
n
Una Biblioteca Privada de mediados del S. XIX. Montevideo, 1949.
n
Tres libros norteamericanos en la Banda Oriental. Boletín de la Biblio-
teca Artigas-Washington, v. V, Nº 2, Montevideo, diciembre de 1949.
n
Un documento histórico desconocido en nuestro medio. Desde Dolo-
res, en 1815, se aclamaba al Protector de los Pueblos Libres. Periódico
Imparcial, Dolores, 16 de octubre de 1950.
n
Descripción de las fiestas cívicas celebradas en Montevideo, mayo de
1816. Oración inaugural pronunciada por Larrañaga en la apertura de
la Biblioteca Pública de Montevideo, 1816. Introducción de Edmundo
M. Narancio. Reconstrucción bibliográfica por Arbelio Ramírez. Uni-
versidad de la República, Instituto de Investigaciones Históricas, 1951.
n
Reconstrucción bibliográfica de las obras citadas en la Oración Inaugu-
ral pronunciada por D. A. Larrañaga en la Apertura de la Biblioteca
Pública de Montevideo, 1816. Comisión Universitaria de Homenaje a
D. A. Larrañaga, Montevideo, 1951.
n
Una Librería de la Época Colonial (versión en mimeógrafo) Montevi-
deo, 1952.
n
Historia del periodismo mercedario: 95 años se cumplen de la funda-
ción del primer periódico. Periódico El Radical, Mercedes, 8 de marzo
de 1952.
233
n
Treinta y Tres, Centenario de su fundación. Arbelio Ramírez - Carlos
Rincón (1er Premio. Concurso por el Centenario de Treinta y Tres), Club
Social Treinta y Tres, 5 de marzo de 1953.
n
Fuentes para la historia de Treinta y Tres. Boletín del Banco Hipotecario
del Uruguay, II época, Nº 57, 1953.
n
La Dominación Brasileña y la Cruzada de los Treinta y Tres. Diario El
País (serie de artículos conmemorativos del centenario de la muerte del
Gral. Juan A. Lavalleja), Montevideo, 1953.
n
Ambiente para un héroe: Juan Antonio Lavalleja, 1820-1825. Boletín
del Banco Hipotecario del Uruguay, II época, Nº 60, 1953.
n
Relaciones de Artigas con el Pueblo de Soriano. Boletín del Círculo
Policial de Soriano, Número extraordinario, 1953.
n
Una acción de gobierno del General Fructuoso Rivera. Boletín del Ban-
co Hipotecario del Uruguay, II época, Nº 62, 1954.
n
Corporaciones coloniales. Aporte al estudio de Grupos Sociales en Mon-
tevideo Colonial. Boletín del Banco Hipotecario del Uruguay, II época,
Nº 63, 1954.
n
Una Librería del Montevideo Colonial. Diario El País, Montevideo, 17
de abril de 1955.
n
Algunos elementos esenciales de la nacionalidad en la Revolución
Artiguista. Diario Acción, Montevideo, 24 de agosto de 1956.
n
Aportes para el estudio de la libertad de prensa en Uruguay. Diario
Acción, Montevideo, 7 y 8 de junio de 1957.
n
Dispersión de los últimos indios misioneros (La Colonia de San Borjas
en Durazno). Boletín del Banco Hipotecario del Uruguay, II época, Nº
82, 1958.
n
Intento de creación de un Cabildo en Mercedes en 1812. Periódico
Acción, Mercedes,1958.
n
José Prego de Oliver, un poeta en la Junta de 1806. Diario Acción,
Montevideo, 31 de julio de 1958.
n
Dos etapas de la bibliografía científica de la Banda Oriental. Apartado
de la Revista de Geografía e Historia Estuario, Nos. 2-3, noviembre de
1958. (Reproducido en La Voz de Dolores, 1963)
n
Las Provincias Unidas del Río de la Plata en el año 1825. Diario Ac-
ción, Montevideo, 24 de agosto de 1959.
n
Integración del Departamento de Soriano en torno a la ciudad de Mer-
cedes. Almanaque del Banco de Seguros del Estado, 1960.
234
n
Ley de Olvido; cumplimiento de las disposiciones contenidas en la De-
claratoria de la Independencia. Revista Comentario, Montevideo, agos-
to de 1960.
n
Relaciones universitarias entre Uruguay e Italia. Suplemento de El Bien
Público, Montevideo, 27 de agosto de 1960.
n
El Derecho a la Educación (sobre J. P. Varela). Sección escolar de El
Día, Montevideo, 18 de marzo de 1961.
n
Cronología del año 1811 (compilada por A.R.). Revista Comentario,
Montevideo, marzo-abril de 1961.
n
Los Derechos del Pueblo. Sección escolar de El Día, Montevideo, 1º de
abril de 1961.
n
La Cruzada Libertadora. Sección escolar de El Día, Montevideo, 15 de
abril de 1961.
n
Vencer o Morir Libres. La Batalla de Las Piedras. Sección escolar de
El Día, Montevideo, 18 de mayo de 1961. (Vuelto a publicar el 18 de
mayo de 1962)
n
Camino hacia la Libertad (Sesquicentenario de la Batalla de Las Pie-
dras). Diario El País (Suplemento Histórico), Montevideo, 18 de mayo
de 1961.
n
Mil Ochocientos Treinta. Sección escolar de El Día, Montevideo, 17 de
julio de 1961.
n
Libertad de prensa y actividad de la imprenta durante el Artiguismo.
Estado Mayor General del Ejército, Sección Historia y Archivo, Boletín
Histórico Nº 98-99, julio-diciembre de 1963.
n
El libro de América en tiempos de Felipe II, s/d.
235
Anexo II
236
2. De la Revista ESTUARIO, sobre la muerte
del profesor Arbelio Ramírez
(Publicada en El Popular, 22 de agosto de 1961)
En un desgraciado episodio de la vida del país le ha tocado caer a
nuestro co-director, compañero Arbelio Ramírez.
La Revista ESTUARIO y la cultura nacional pierden así a un hombre
que había dedicado sus mejores energías a la investigación histórica, con
la finalidad de encontrar en el pasado las bases de un proceso nacional y
americano de redención material y espiritual.
Sentía con pasión el despertar de la América Nueva; por eso la muerte
lo encontró en ese terreno el 17 de agosto. Pero la madurez de su espíritu,
templado en una vida de sacrificios, a veces amarga, excluía el sectarismo
y el odio por ideas.
Predicó y cultivó la tolerancia.
Su muerte es brutal e injusta porque se inscribe en un clima de tensio-
nes que vive el país y que lo lleva rectamente al despeñadero. Un pacífico
ciudadano cae ante el plomo homicida en momentos de cumplir con un
elemental derecho cívico. Bandas de irresponsables armados, están susti-
tuyendo el diálogo democrático por el cañón de sus pistolas, con el objeto
de imponer el terrorismo político.
La Revista ESTUARIO denuncia con indignación este crimen exi-
giendo una investigación a fondo de los sucesos que devuelva la confianza
en las instituciones públicas.
Si este horroroso asesinato no se esclarece, le habremos asestado una
herida mortal a nuestra democracia, entregándola en manos del gangste-
rismo político.
Por la Revista ESTUARIO:
Ruiz D. Pereyra Faget; Ariel Vidal; Luis Marmouget
237
neral de la Nación, Ramírez unía a su condición de investigador una sensi-
bilidad moral que lo convertía en un amigo de trato inapreciable. En nues-
tra ciudad dictó hace tres años una documentada conferencia sobre los
conflictos que se promovieron en un principio entre Mercedes y Soriano. Es
autor de varios trabajos impresos, entre ellos una Historia del Periodismo
en Soriano que nos ha servido de base para estudios ulteriores. Fue desde
un principio un entusiasta colaborador de nuestra Revista, y así es como
hemos logrado obtener por su intermedio datos valiosos relativos a algunos
temas que nos interesaban. En el momento de su deceso, terminaba de
recibir nuestra última solicitud. Esta vez no habremos de recibir su respues-
ta; pero Arbelio Ramírez nos ha comunicado ya lo mejor que podía trasmi-
tirnos, es decir, el ejemplo de su delicadeza personal, así como la expresión
de un afecto que no podremos olvidar y que constituye parte de ese acervo
inalienable, incentivo esencial para la continuación de nuestro esfuerzo.
Para terminar: no nos interesa especialmente el hecho, en sí mismo
inexplicable, de que el crimen cometido con Ramírez pueda quedar impu-
ne. Los culpables, y quienes puedan tener interés en protegerlos, o justifi-
carlos, no habrán de llevar una carga muy liviana en sus conciencias. Aje-
nos a toda lucha ideológica, actitud que dada la índole de esta Revista
habremos de mantener hasta tanto los hechos del presente no sean pasibles
de una consideración histórica completa, no podemos sin embargo despe-
dirnos de Arbelio Ramírez sin señalar la tremenda injusticia que su muerte
significa. Toda otra injusticia (la de la pena no aplicada) no es sino un
capítulo más de la lamentable debilidad moral de ciertos hombres. Que
cada uno recoja en este caso el lote que le corresponde. Y ojalá esta muer-
te atroz llegue a despertar la sensibilidad de algunos adormecidos y cierre
un período penoso de incomprensión e intolerancia.
4. De ciudadanos de Dolores
A UN MES DEL ATENTADO
Manifiesto a la Ciudadanía
Injusta, infamemente, un hijo de Dolores, el prestigioso profesor Arbelio
Ramírez, cayó alevosamente asesinado frente al Liceo "Vázquez Acevedo"
de Montevideo.
Como es de notoriedad, una vez finalizado el día 17 de agosto un acto
público en el Paraninfo de la Universidad, que se había desarrollado y
terminado con toda normalidad -hecho unánimemente reconocido en las
crónicas del suceso- y mientras el público se retiraba del lugar, hordas
criminales atacaron a mansalva, cayendo asesinado a balazos frente al
Liceo donde cumplía su labor docente nuestro querido coterráneo.
238
Del propósito y finalidades perseguidos por quienes no han vacilado
en llegar al crimen para avasallar la libre expresión de las ideas, hablan
claramente la serie de atentados que se han venido llevando a cabo contra
la misma Universidad (y otros centros y personas en todo el ámbito de la
República), donde ya en la tarde del crimen habían irrumpido a mano
armada elementos disolventes con repudiables fines intimidatorios.
Hombre joven, estudioso e investigador de singulares dotes en el cam-
po de la Historia, formado exclusivamente a costa de su propio esfuerzo,
Arbelio Ramírez era un educador ejemplar, destacándose asimismo como
conferenciante, ensayista y publicista.
Ante la criminal y alevosa agresión que costara la vida de este dilecto
hijo de Dolores, los firmantes, por encima de ideologías políticas, filosófi-
cas o religiosas, condenan tan brutal atentado, más repudiable por haberse
perpetrado en circunstancias imprevistas, en momentos en que el profesor
Ramírez se dirigía indefenso hacia el mencionado liceo.
Frente a este crimen inaudito, agravado por la incalificable pretensión
de desconocer y coartar los derechos de reunión y de libre expresión de las
ideas, reclamamos a los Poderes públicos la mayor preocupación para
lograr el total esclarecimiento del suceso, la detención y el castigo de los
culpables directos o indirectos del mismo. Señalamos también, de especial
manera, la urgente e imprescindible necesidad de proteger y asegurar la
plena vigencia de los derechos esenciales de la persona humana.
Consideramos asimismo deber ineludible, alertar a la opinión pública
del país respecto a estos continuos brotes reaccionarios, caracterizados
por insólitos métodos de violencia y formulamos un llamado a todas las
fuerzas auténticamente democráticas para propiciar, con serenidad y ele-
vación de miras, acciones conjuntas tendientes a impedir que nuevas for-
mas de barbarie y oscurantismo intenten seguir obstaculizando en nuestro
país el libre juego de la democracia, la vigencia y el logro de justicieras
conquistas sociales.
Arbelio Ramírez no es, desgraciadamente, la única víctima inocente
de la reacción.
La dolorosa lección que acabamos de recibir no puede caer en el vacío.
Nos sentimos dignos herederos de las tradiciones de libertad que des-
de los días de la gesta emancipadora se afirmaron y defendieron una y otra
vez, con valentía, dolor y sacrificio en este solar, por parte de nuestros
predecesores. Tenemos fe en las fuerzas morales de nuestro pueblo.
En esa convicción y fieles a tan caras y puras tradiciones y a las del
respeto a las libertades públicas y a los derechos individuales de ciudada-
nos de un país libre, hacemos este fervoroso llamado a todos los doloreños
239
y a los conciudadanos en general, para que junto al dolor y al repudio por
el crimen que enluta nuestros corazones se mantengan firmes, sin dudas ni
temores en la indeclinable defensa de tan fundamentales postulados, hoy
seriamente en peligro.
La alta y limpia trayectoria democrática de Dolores nos lo impone.
240
Anexo III
241
opción es el Libro de Conocimiento, que se llevaba hasta el año 19661 , o
las fichas que se instauraron desde este año en adelante, en donde se
registran los datos asignados al expediente por el juzgado y por el Archivo
Judicial. Si no se encuentran esos libros y sin el número de archivo no es
posible encontrar el expediente en el Archivo Judicial. La única alternati-
va que queda en este caso para encontrar un expediente es revisar paque-
te por paquete en el total de expedientes archivados. Es como buscar una
aguja en un pajar.
TRES Por lo general, los funcionarios del archivo muestran buena
disposición para atender los requerimientos del público, pero se percibe la
falta de un contexto adecuado para la preservación del material, tanto por
las instalaciones como por las condiciones de trabajo del personal y de
consulta de los usuarios. En el Archivo Judicial el material sufre un fuerte
deterioro por el polvo, el hollín y la humedad del depósito, además de ser
una operación insalubre el propio manejo del mismo por los funcionaros y
los usuarios. Agrupados en paquetes atados con un hilo de plástico, en-
vueltos o no en papel de embalar, el desatado y atado del paquete, el
traslado a pulso de un lugar para otro, aun en cortas distancias, acelera su
destrucción. En las condiciones en que se encuentra este material, requie-
re ser manejado como mínimo con guantes y barbijo.
CUATRO Tras varios intentos infructuosos de búsqueda de un expe-
diente, un funcionario judicial comentó que en los años de dictadura hubo
un traslado de grupos de expedientes a las unidades militares y que, aunque
posteriormente hubo un rescate de esa documentación, nunca se logró una
devolución integral. De ser esto cierto, estaríamos ante la existencia de un
agujero negro en los archivos de la justicia uruguaya, lo cual quiere decir
sencillamente que algunos expedientes pueden estar, pero otros no y nadie
se hace responsable de su desaparición. Es algo así como una situación de
impunidad en la destrucción del patrimonio documental del país.
CINCO Al entrar en un archivo o en una biblioteca, los funcionarios
informan que una sección no es accesible porque no hay quien la atienda
en ese horario. En otro caso, sobre un estante, un cartel informa que los
periódicos desde cierto año para atrás no están disponibles para el públi-
co. En muchas oficinas del Estado, el público se entera al entrar en ese
lugar que allí rigen horarios y normas que no coinciden con los horarios y
normas previstos y anunciados por la Administración. ¿Quién determina
esas disposiciones especiales? ¿Son decisiones de los funcionarios, del jefe
de esa dependencia o de jerarquías superiores? Constituyen limitaciones
1
Acordada Nº 43/72, 30 de marzo de 1966, Suprema Corte de Justicia.
242
objetivas a la prestación de un servicio de las cuales la Administración
debería ser responsable. Insumen un tiempo precioso a las personas que, si
no tienen la suerte de coincidir la primera vez con el horario y las normas
de ese lugar, deben volver en otro momento para poder ser atendidas.
SEIS Más allá de la buena disposición personal del funcionario, a
veces se percibe una falta de conocimiento o de preparación para la tarea
específica que desempeña. Por ejemplo, al preguntar si se podía o no utilizar
el flash para fotografiar un documento, el funcionario no supo responder
cuál era la conducta apropiada. Y a propósito del uso de cámaras fotográfi-
cas, recientemente se ha establecido un pago por lo que se denomina como
"una sesión" de fotografías, sean el número que sean. Obviamente, esto no
insume ningún costo para el servicio público e incluso para el documento es
menos dañino que lo que significa sacar una fotocopia. Por lo tanto, no
resulta comprensible la finalidad de esta tarifa. ¿Es un precio por el uso del
archivo? ¿Es una manera de financiar el servicio? Puede ser, pero de serlo
realmente debería ser formulado de esta manera, porque las fotos no le ge-
neran gastos al archivo (los archivos de otros países no lo cobran).
SIETE El acceso a los archivos uruguayos y al Archivo Nacional de
Estados Unidos (NARA) ha sido de importancia fundamental para que esta
investigación pudiera aportar evidencias sólidas, tanto para la descripción
como para la valoración de los hechos. Es necesario destacar la enorme
distancia que separa la organización y el cuidado de los registros en aquel
país y en el nuestro. Antes que un problema de recursos, consideramos
que este es un problema de orgullo nacional, inherente a la política cultu-
ral de cualquier país que se precie. Los archivos documentales de las insti-
tuciones públicas forman parte de la identidad y el patrimonio cultural de
la nación. Sin duda, este aspecto es uno de los indicadores del desarrollo o
el subdesarrollo de un país.
A propósito de lo dicho anteriormente, he aquí la resolución de la reunión
interamericana sobre archivos realizada en Estados Unidos, en octubre de
1961, a la cual había sido invitado Arbelio Ramírez en representación de
Uruguay, sobre los principios a tener en cuenta al respecto:
243
LOS DOCUMENTOS PÚBLICOS son propiedad del pueblo y por de-
legación del pueblo los administra el gobierno. No pueden ser extraídos de
la custodia archivística por nadie, y cuando se hacen superfluos sólo po-
drán ser eliminados con aprobación de las autoridades archivísticas.
LOS ARCHIVOS son las instituciones específicamente previstas para
la conservación, organización y servicio eficaz y económico de los docu-
mentos, una vez que estos han cumplido su función activa.
LOS ARCHIVOS, en consecuencia, cumplen una misión indispensa-
ble en toda sociedad y ninguna otra institución puede subrogarlos en esa
misión.
LOS ARCHIVEROS son los profesionales directamente encargados de
hacer posible el cumplimiento de los propósitos de conservación, organi-
zación y servicio de los documentos públicos y privados en los archivos.
LOS ARCHIVEROS tienen el deber de cumplir este encargo en forma
responsable, no atenidos a preferencias personales sino de acuerdo con las
definiciones y técnicas objetivas de la profesión archivística.
LOS GOBIERNOS tienen, para con los archivos, el deber de dotarlos
de todos los medios necesarios para el lleno de su función específica.
LOS GOBIERNOS tienen, para con los archiveros, el deber de proveer
a su formación y dignificación profesional, acordándoles un tratamiento
conforme con la misión que desempeñan en la sociedad.
LOS PUEBLOS tienen el deber de exigir a los gobiernos, a los archivos
y a los archiveros el cumplimiento de sus funciones conducentes a la con-
servación, organización y servicio del patrimonio documental, y a prestar-
les todo apoyo para que esas funciones se cumplan eficazmente.
244
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246
Fuentes documentales
247
Exiliado desde 1974, trabajó en
diarios y periódicos de Buenos Ai-
res, La Habana, México, Río de
Janeiro y Santiago de Chile. En Bra-
sil fue corresponsal para medios de
prensa de México, Perú, España,
Estados Unidos, Suecia, Suiza y
Uruguay, así como de las agencias
ALASEI, EFE e IPS.
De vuelta en Uruguay, de 1992 en
adelante fue editor de la Guía del
Mundo, de la Revista del Sur, del bo-
letín Tercer Mundo Económico y de la
Guía de las Mujeres 2000 (América
Latina y el Caribe). Desde entonces
trabaja como free-lance en temas de
medio ambiente y desarrollo.
En 1974 publicó en Argentina el li-
bro URUGUAY. Las enseñanzas de
la huelga general, con la firma de
Hugo Lustemberg, y en 1993
retomó el anterior en Las historias
que cuentan. Testimonios para una
reflexión inconclusa, con testimo-
nios de la resistencia al golpe cívi-
co-militar de 1973.
En 2000 publicó el libro Ciudadanía
Planetaria. Temas y desafíos del pe-
riodismo ambiental y en 2008 El frau-
de de la celulosa, sobre los impactos
de la forestación en Uruguay y otros
países de la región, así como del
traslado hacia el sur de la industria
mundial de producción de celulosa.
En América Latina y España ha he-
cho presentaciones sobre el Perfil
del periodista ambiental y sobre
Periodismo ambiental y periodismo
de investigación. En seminarios,
cursos breves y talleres se ha de-
sempeñado como docente en te-
mas de periodismo ambiental y de
periodismo en general.
El asesinato de Arbelio Ramírez, el 17 de agosto de 1961, al térmi-
no de un acto donde habló el Che Guevara en la Universidad, se
ha conservado en la memoria de los uruguayos como un hito del
ascenso de la violencia política en esos años en el país. Pero nunca
se pudo establecer con claridad lo que pasó y las recordaciones a
veces lindan con el absurdo, por lo que se vuelven fácilmente cues-
tionables o, simplemente, para muchos son incomprensibles.
Este crimen constituyó para la izquierda un argumento político
muy fuerte en la polémica para demostrar que la violencia había
sido iniciada por la derecha, pero esa versión tenía lagunas y con-
tradicciones que la fueron haciendo cada vez más vulnerable. Con
el paso del tiempo, la deformación de la memoria sobre cómo se
produjo el asesinato de Arbelio Ramírez ha dado espacio a versio-
nes que cuestionan frontalmente ese acontecimiento.
Si, contra la versión dada hasta el presente, el Che no estaba en la
línea de fuego y esa bala iba para Ramírez, aún cobra mayor gra-
vedad el crimen. Si el disparo era para Arbelio, ¿porqué podían
quererlo matar? ¿Quién era Arbelio Ramírez? ¿Quiénes podían
ser sus asesinos? ¿Cómo se llevó a cabo el atentado? ¿Cuáles fue-
ron las investigaciones de la Policía y la Justicia? ¿Cómo reaccio-
naron la prensa y las autoridades de entonces?
Por primera vez en casi 50 años, Bacchetta accedió a los registros
de las investigaciones del Servicio de Inteligencia y Enlace de la Po-
licía de Montevideo, al expediente del Juez que intervino de oficio, a
decenas de testimonios de personas que conocieron a Ramírez y de
otros que estaban esa noche en el lugar del crimen, e incluso a do-
cumentos de la Embajada de Estados Unidos y de la CIA relaciona-
dos con este suceso, que permiten analizarlo con mayor precisión.
El libro presenta una investigación que no sólo reubica determi-
nados hechos y conceptos, sino que aporta elementos para posibi-
litar también una interpretación más acabada de ese momento
del país y de las tendencias que se desarrollaban hacia adelante.
ISBN 9974-670-67-9