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Dentro del callejón del buque

Por Pao Ugaz

Siempre estuvieron ahí. Al acecho. Como lobos rapaces, a la espera de


que nos olvidemos de lo que nos hicieron en la década del noventa:
poner una maquinaria informativa disfrazada de periodismo al servicio
de Vladimiro Montesinos (detenido en la Base Naval) con el fin de
destruir reputaciones de todo aquel que se opusiera al gobierno de su
jefe y compinche, Alberto Fujimori Fujimori, hoy también detenido en la
Diroes.

Como parte de esa lobotomía nacional, ese sí, el sello indiscutible del
bicentenario que se viene en el 2021, no hicimos nada para que los
condenados por el uso criminal del periodismo a través de la llamada
prensa chicha, regresen con sus usos y costumbres. Normal, nomás.

Esta vez me tocó a mí. Pero pudo ser cualquiera que se enfrente a su
ecosistema de la difamación formado por diarios impresos y digitales
como “Expreso”; “La razón”, “La abeja”, Willax TV, entre otros; quienes
tienen como objetivo destruir reputaciones de todo aquel que no le diga
amén, a la verdad, un bien suntuario en el Perú.

Ese buque de la desinformación es surtido de gasolina, en parte, por el


empresario y líder -en la práctica- de Solidaridad Nacional, Rafael López
Aliaga; quien junto a otros empresarios más, acarician la orgásmica idea
de que sea elegido en Perú, un émulo más radical que el presidente de
Brasil, Jair Bolsonaro. Total, se autoconvencerán entre ellos, quedan
seis meses y todo es posible.

López Aliaga, el empresario, el político y uno de los líderes de este


ecosistema desinformativo tiene un comportamiento esquizofrénico en
redes sociales; por un lado, se presenta como un prohombre que
salvará a este país de desconcertadas gentes, y por el otro, ha
normalizado el insulto, la difamación, la homofobia y la misoginia de
todo aquel o aquella que no piense como él. Son famosos sus retweets
a través de su cuenta @rlopezaliaga1 donde insulta a mujeres sin darse
el mínimo trabajo de comprobar nada, se regodea en el insulto, la
difamación de honras y la burla de sus cuerpos.
Su huella se hizo patente en “La razón” en la pasada elección al
Congreso de enero pasado, donde a diario las portadas anunciaban la
ola amarilla de Solidaridad Nacional que nunca llegó, pero si uno afina
el ojo lo verá a él y a sus empresas, en todas partes, de este buque de
la desinformación.

López Aliaga propone soluciones al estilo de “tradición, familia y


propiedad” y busca aplastar a todo aquel que sea identificado como un
enemigo. Lo considero un personaje imprescindible al denunciar la
operación de desinformación al estilo de Hector Faisal que vengo
sufriendo desde el 2018 junto a mi colega Pedro Salinas Chacaltana.

Sin mencionar al empresario Rafael López Aliaga, esta historia estaría


incompleta. Además de socio ideológico y religioso del Sodalicio,
organización de ultraderecha que investigó hace 10 años, López Aliaga
es su socio comercial en una empresa dedicada a la energía.

Al grano

El 31 de agosto pasado, aparecí en la portada del diario “Expreso” al


lado de la ex alcaldesa Susana Villarán, quien está con arresto
domiciliario e investigada por financiar sus campañas del NO y la
reelección con dinero de OAS y Odebrecht; bajo el título: Paola Ugaz al
descubierto.

Al estilo de una portada de la década del noventa, donde no se tomaron


el trabajo de escribir un artículo legible en su interior, figuró como jefa de
una presunta red de lavado donde lo único verdadero era mi nombre y
mi foto, porque ni siquiera pusieron bien el cargo en la bajada: fui jefa de
“Social media”, es decir me encargué del manejo de las redes sociales
de la municipalidad de Lima y dirigí un equipo de entre 4 y 5 personas
hasta enero del 2014.

Dentro de la nota llena de nombres y hechos no figuraba ni el “cuándo”,


ni el “cómo”. Esa misma mañana, pude escuchar un audio hecho por
Phillip Butters para enviar por whatsapp y una entrevista a Mariella Balbi
en Politico.pe; donde gracias a sus explicaciones pude entender “el
mecanismo” del que se me acusaba: Paola Ugaz mueve 2 millones de
soles a través de 20 personas donde les depositaba 100 mil soles y les
dejaba 15 mil soles como pago. Todo ello era investigado por la Fiscalía
y en el camino, hubo problemas, que causó que alguien me denunciara.
En ese audio enviado por whats app, Butters señala: “parece que uno
de estos cojudos le tiró dedo a la fiscalía, y la fiscalía lo está
aguantando, hubo un chongo, porque eso es una mafia…Es plata negra
de Odebrecht, con eso ella mermeleaba a la prensa, por eso nadie la
toca, esto es un chongazo, no me jodas que no …ella se jacta de
controlar a la fiscalía porque Gorriti es el rey de la Fiscalía”.

Ese mismo día lunes, en el programa, “Conversando con Ricardo


Vásquez Kunze”, que se transmite por Facebook en Politico.pe; Balbi
dice: “ha aparecido en el diario Expreso una denuncia bastante seria de
la periodista Paola Ugaz que trabajó en la administración Villarán,
vinculada al club de las chalinas verdes, en fin, ahora que está de moda
etiquetar con nombres descriptivos”.

“Hay una denuncia que es bastante seria lo que aparece en Expreso, de


un manejo de dinero de 2 millones de soles…lo que describe Expreso
es bien claro, ella contactó (con) 20 tarjetas de crédito o débito, le
depositaba dinero con un 15 por ciento de interés, le depositaba 100 y
le dejaba 15 al que le prestaba la tarjeta, ese era su “fee”, su pago,
después ella ruleteaba los 85 mil soles, y hay otras modalidades que
están ahí probadas, luego incumplió con el trato, ahora ellos están
asados, se complicó la cosa, las denuncias son fuertes, no es una que
hablo con Barata, le dijo hola…”, se regodeaba Balbi, al mejor estilo de
una Ña Catita de esta comarca virreinal del 2020.

Además, Balbi agregó: “no hay un solo medio independiente que va a


investigar el tema. Lo cierto es que solo ha salido en un medio
independiente como Expreso, que no es un medio que se deba al
gobierno, pero al final cuando está en la Fiscalía, están los papeles, hay
una señora que dice tal y cual. Hay dos personas. Están las
transferencias, eso es lo que dice la denuncia de Expreso. Se manejaba
con el BCP y con el banco Pichincha”.

“Y hay un registro innumerable de viajes. Ya salió la información, tiene


que tener una aclaración. Ahora que hagan cuerpo común los medios
afectos al gobierno. Los hechos están ahí”, dice Balbi, sin mostrar
ninguno, ni una cuenta de banco que me vincule, ni nada de nada con
las personas ahí nombradas, cuyas fotos salieron en su mayoría de la
red social, Facebook.
“Chatear” por word

El jueves 3 de setiembre, aparecí en la segunda portada de “Expreso”


bajo el título “Los chats de Paola” y la bajada: el pez por el whatsapp
muere…donde mostraron en la letra más chiquita posible en
documentos de word, presuntos chats de Paola Ugaz con la red con
quienes señalan falsamente que lavé el dinero.

Todas las personas que aparecen allí son víctimas colaterales del
ataque contra mí: Vasco Romero Gallardo, Jhosy Lisbeth Mogollón
Villarreyes, Vicente Campos, Marco Antonio Rios Luna, Raquel
Gozalvez Donayre, Henry Edwin Arana Fernandez, Juan Escate Lira,
Fiorella Pinedo, Marco Antonio Paz Mansilla, Pedro Flores Vargas,
Augusto Lopez, Brenda Castillo, Feliz Augusto Lopez Rojas, Pedro
Damian Vargas Flores, Jimmy Rios y Luis Vega Bermudez.

Los chats escritos en Word y con subrayados de resaltador amarillo y


verde los pude bajar de la cuenta de twitter: @pulmon_de_susan
porque en lo publicado por el diario Expreso me fue imposible leerlos
con claridad. Todos los chats son falsos. Lo digo y ratifico por si aún no
queda claro para alguien: todo es falso..

Hasta hoy que estoy en cierre de este reportaje, he ubicado y podido


conversar con gente de la falsa red que denuncio Expreso y si bien no
estoy autorizada a publicar lo que me dijeron: ¿cómo se establece una
conversación normal con una persona que te dice hola, dicen que tú y
yo, que no nos conocemos, somos parte de una red de pitufeo?.
Pero eso sí, queda claro que se hace todo menos periodismo en
“Expreso”, uno de los miembros más insignes del buque de la
desinformación.

Lo que me pasa y sigue pasando en verbo transitivo es una operación


de desinformación: no conozco a ninguna de esas personas, jamás
escribí chats como esos, jamás ha pasado un centavo por mis manos,
jamás he tenido alguna reunión con ellos, jamás de los jamases.

Todo lo que se ha publicado en Expreso es inventado, es parte de una


campaña hedionda de difamación, donde no han vacilado en hundirse
en la más repugnante y profunda miseria moral y traicionar lo más
elemental del periodismo.
Estoy dispuesta a que se levante mi secreto bancario, telefónico y
someterme a la auditoría que sea necesaria para que se establezca que
lo publicado en Expreso es una mentira de palmo a palmo.

Todo es falso de la A a la Z, salvo mi nombre y que trabaje como jefa de


redes sociales dirigiendo un equipo con la alcaldesa de Lima, Susana
Villarán, personaje político que me ha decepcionado profundamente y
que ha hecho un daño inconmensurable a todo aquel que trabajo con
ella. Estoy decepcionada y a la espera de que Susana Villarán cuente
toda la verdad de lo que pasó durante su gestión y en la campaña del
No, porque tú no puedes pelear contra una mafia ligándote a otra mafia.
Pero, en mi caso, la persecución que sufro no es por haber pasado 12
meses en la municipalidad de Lima sino por mi trabajo como periodista
de investigación.

El buque de la desinformación y el amedrentamiento

Mientras escribo, me entero que hoy en la tarde que han ido a donde
vive mi colega Pedro Salinas en Mala a preguntar por mí y por él, con
fotos mías de DNI bajados a la mala, si cabe la redundancia, a
preguntar por mí y a que me dedico; hecho que coincide con lo que han
publicado hoy en su edición impresa en Expreso: “Y, por supuesto,
como no están acostumbrados al periodismo serio que busca la
verdad sin ningún afán propagandístico ni destructivo, se
desubican cuando se dan cuenta de que no hay “operación” de
desinformación y que no hay ninguna práctica “del SIN de
Montesinos”.

Seguramente ya se reunieron. El clima en Mala, de hecho, está


mejor que el de la gris Lima. Y no dudamos de que ya se rearmaron
y ya han visto cómo hacer para negar, negar y negar lo que a la
vista de cualquiera ya es algo que, al menos, exige una
investigación fiscal.”

Es decir, como se les ha caído la gran denuncia contra mí como la jefa


del lavado de 2 millones de soles, ahora buscan y buscan y seguirán
buscando algo para descubrir algo, algo, lo que sea a Paola Ugaz, con
el fin de que lo publique como periodista a futuro sobre cualquier
carezca de valor.

No me detendré hasta desmentir todo lo publicado por Expreso porque


es falso. Espero a todos y cada uno en tribunales, así como demandare
a todo aquel que repita esta infamia ya sea en los medios del
ecosistema de desinformación en redes y en medios impresos.

El periodismo de investigación tiene entre uno de sus mejores


representantes a Emile Zola quien un 13 de enero de 1898 publicó en
periódico L’Aurore el célebre artículo "Yo acuso" donde le expone al
presidente de la República de Francia todas las irregularidades que
acabaron con la detención del capitán Dreyfus en la isla del diablo y
defendió la necesidad de que se conozca la verdad por encima del
honor del Ejército. Para mí, Zola es una inspiración para todo aquel que
se dedique a este bello y duro oficio y es por esa razón, que iré hasta el
final, ¿y en que consiste ese final?: demostrar que todo lo que rodea al
buque de la desinformación es una práctica criminal disfrazada de
periodismo.

Se me ha agredido con vileza y por ello, considero que es mi deber, no


solamente por mí, que ya debería ser suficiente, sino por el periodismo,
que lo que hay que hacer es liberar al periodismo de esta organización
purulenta. Iré hasta donde tenga que llegar. Me tome lo que me tenga
que tomar. Creo que se confundieron de persona y con mis actos ante
los tribunales nacionales e internacionales se los voy a demostrar.

Publicado en “Hildebrandt en sus trece”, el 11 de setiembre del


2020.

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