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Herrera, V. (2008). Manual de Estrés. México. pp. 1-27.

Alumno: José Enrique Piña Santana.

Formación de promotores del desarrollo humano.

Estrés

El termino estrés se refiere a la fuerza aplicada a cierto objeto, dicha fuerza puede deformar o
romper el objeto. En psicología el estrés puede ser definido como el proceso que se inicia ante un
conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las cuales debe dar una respuesta
adecuada, poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento; el estrés se produce como
consecuencia de un desequilibrio entre las demandas del ambiente y los recursos de la persona.

Existen diversos enfoques en el estudio del estrés, los cuales prestan atención a diversas
características del mismo.

Iniciando por la visión del estrés como un estimulo: atiende a situaciones de origen externo a la
persona, situaciones extraordinarias y traumáticas, sucesos vitales que producirán cambios
fundamentales en la vida de una persona o exigirán un reajuste. Como vertiente de esta visión, se
pueden encontrar dos tipos de estímulos, los acontecimientos menores, que tienen que ver
pequeñas situaciones que se presentan día a día; y también están los estímulos permanentes,
aquellos que permanecen estables en el medio ambiente, como el ruido, por ejemplo.

Estrés como respuesta: al estrés en también se le conoce bajo el nombre de Síndrome de


Adaptación General nombrado por Hans Selye, después de sus estudios de laboratorio, esto
debido a las respuestas fisiológicas que se ven relacionadas con la presencia del estrés en los
organismos, hay tres fases de respuestas: Alarma, Resistencia y Agotamiento.

Primero hay una “señal de alarma”, a partir de la cual el cuerpo se prepara para “la defensa o la
huída”, por medio de la estimulación del hipotálamo que concluye en malestares corporales, el
tiempo de exposición al agente nocivo es corto; no obstante, ningún organismo puede mantener
esta condición de excitación, por ello existe la segunda etapa, la resistencia, que permite al mismo,
sobrevivir a la primera, en ésta se construye una resistencia a través de cambios en el organismo;
finalmente, si la duración del estrés es suficientemente prolongada, el cuerpo entra a una tercera
etapa que es de agotamiento, una forma de envejecimiento debida al deterioro del organismo por
mantener constante el desgaste durante la resistencia.

El estrés como interacción: las características de la situación y los recursos de la persona,


interactúan de manera que el factor importante aquí es la valoración que hace la persona ante la
situación estresante. Lazarus antes esto, propone un modelo de valoraciones, el cual se centra en
una serie de procesos cognitivos de valoración de las situaciones, además de la valoración de los
recursos del individuo para hacer frente a las consecuencias negativas de la situación, por ende, si
las consecuencias son muy amenazantes y los recursos escasos, surgirá una reacción de estrés.
No todo el estrés tiene consecuencias negativas, hay estrés que nos activa psicofisiológicamente y
nos apoya en la realización exitosa en pruebas o situaciones complicadas, se le llama estrés bueno
o Eustrés; el estrés que genera consecuencias negativas y nos dificulta la realización de varias
actividades, se le llama Distrés.

El estrés tiene efectos en la persona a diferentes niveles, como pueden ser los subjetivos
(ansiedad, por ejemplo), los conductuales (inquietud o impulsividad, por ejemplo), los cognitivos
(bloqueo mental o indecisión, por ejemplo), los fisiológicos (elevación de glucosa sanguínea, por
ejemplo) y los organizacionales (ausentismos o baja productividad, por ejemplo). En general
cualquier estimulo puede ser estresor, existen estímulos ambientales (temblores, por ejemplo) y
fisiológicos (enfermedad, por ejemplo).

El estrés es un proceso de adaptación al medio y la ansiedad es una reacción emocional de alerta


ante amenazas, la ansiedad es la reacción emocional más frecuente ante el estrés. Los síntomas
ante la ansiedad pueden ser los siguientes:

1.- A nivel cognitivo-subjetivo: preocupación, temor, inseguridad, miedo, autovaloración negativa,


dificultad para decidir, para pensar, estudiar, concentrarse, etc.

2.- A nivel fisiológico: sudoración, tensión muscular, palpitaciones, taquicardia, malestares


estomacales, dificultad para respirar, boca seca, dolores de cabeza, mareos, nauseas, etc.

3.- A nivel motor: evitación de situaciones, adicciones, intranquilidad motora, tartamudeo, llorar,
quedarse paralizado, etc.

Ante el manejo del estrés, es de suma importancia aprender la administración de nuestras


emociones, inhabilitando la alteración de nuestras facultades de razonamiento y empatía; a esto
se le llama inteligencia emocional y abarca las cualidades de comprensión e identificación de las
emociones propias, así como la empatía, incluye nuestra capacidad de conducir nuestras
emociones de manera que apoyen a mejorar nuestra calidad de vida, la inteligencia emocional
siempre busca mantener entrelazadas la mente y el corazón, entendemos, sentimos, controlamos
y modificamos nuestros sentimientos y emociones, así como también hay un efecto en las
emociones de los demás. Primeramente se requiere reconocer lo que nosotros sentimos en el
preciso momento en el que está ocurriendo, después los manejamos de tal manera que sean
adecuados para la situación, incluye la capacidad de tranquilizarnos, de evitar que salgan la
irritabilidad, la ansiedad y la melancolía, es aceptar lo que sentimos pero manejarlo para que no
empeore la situación; después de esto, también es importante reconocer los sentimientos en los
demás, para ello se pone en práctica la empatía, una vez que logramos ver en los demás las
emociones que se presentan, es posible intervenir en ellas.

Para lo anterior es necesario el papel de la conciencia, de forma que la neutralidad permite


conservarnos en la autorreflexión, sin importar las situaciones turbulentas. Significa conocerte,
estar consciente de ti mismo y así conocer el mundo que nos rodea. Implica reconocer las cargas
emocionales de objetos o situaciones sociales, saber lo que se expresa verbalmente y
corporalmente. la forma de evaluar nuestra conciencia emocional, está unida con nuestras
capacidades para: describir nuestras emociones; expresarlas con palabras; colocarles etiquetas
verbales; y la revelación del acontecimiento causante. A nivel interpersonal se relaciona con
nuestras habilidades en resolución de conflictos, es saber leer las emociones de los demás, leer
entre líneas, interpretar los indicadores emocionales no verbales. Dominar nuestras emociones y
hacerlas participes de nuestros pensamientos, favorece una adaptación apropiada al ambiente.
Nuestras emociones se funden con nuestra manera de pensar, guiamos la atención a los
problemas realmente importantes, esto facilita el recuerdo de eventos emotivos, permite un juicio
pertinente con lo que sentimos.

Cuando tenemos conciencia de nuestras emociones y sentimientos, somos capaces también de


cambiar nuestros estados de ánimo, encarándola al estrés de una manera activa, centrándonos en
cómo superar nuestras problemáticas, podemos escoger entre varios cursos de acción,
conjuntamente a los métodos más convenientes según la situación, implica una autodisciplina.

Mayer describe que la gente adopta estilos y características para responder y enfrentar nuestras
emociones: primeramente están los conscientes de sí mismos; están los que se sumergen en sus
emociones, disminuyendo su conciencia; y también están los que aceptan lo que sienten, sus
humores y no tratan de cambiarlos.

Para la regulación emocional se requiere valorar nuestras propiedades, dirigir nuestra energía
hacia un objetivo y sobre todo cambiar nuestra manera de pensar hacia el problema. Para cambiar
nuestro pensamiento debemos de saber bien nuestras necesidades de afecto y comprensión,
respetar las necesidades de los demás y buscar inteligentemente soluciones al problema.

Estrategias cognitivas para el manejo del estrés.

Para la aplicación de una estrategia primeramente se requiere tener una percepción sobre la
gravedad del problema y las implicaciones con el bienestar, ya que hay una relación entre el
estrés, la salud y la enfermedad. Se deben tener claros los recursos disponibles en ese momento
para manejar la situación, con una reevaluación ante los posible cambios en la situación, tomando
en cuenta los factores personales, como los son las creencias y los factores situacionales, como la
novedad. Las estrategias nos son aplicables en todos los casos y lo que hoy me funcionó, puede
que mañana no, es por ello que no se debe de anticipar la funcionalidad de una estrategia, ya que
la situación puede demandar un cambio necesario, las situaciones estresantes no son predecibles,
la estrategia puede variar en el curso. Hay dos grandes tipos de estrategias, las que se focalizan en
el problema y las que se enfocan en las emociones, las enfocadas hacia el problema, alteran o
manipulan las situaciones de amenaza y los orientados a la emoción, regulan las respuestas
emocionales desencadenadas por el problema. Ejemplo de las estrategias dirigidas a la emoción se
encuentran: la minimización, la atencion selectiva, el distancioamoento, la evitación comparación
positiva o la extracción de valores positivos de las vivencias negativas. En las estrategias dirigidas al
problema se encuentran las orientadas al individuo y las orientadas al entorno, las dirigidas al
individuo intentan cambiar la motivación o la cognición de la persona, mientras que las dirigidas al
entorno intentan modificar las tensiones que se producen en el ambiente, los recursos y los
obstáculos con los que se tropieza la persona. Las estrategias de superación del estrés se clasifican
en :

A) Estrategias de aproximación o activas, las cuales tienen relación con los esfuerzos
conductuales que hace el sujeto para enfrentar el suceso estresante.
B) Estrategias de evitación o pasivas, consisten en no enfrentar al problema, si no, más bien,
en reducir la tensión emocional a través de conductas de escape-evitación.

Éstas a su vez se dividen en tres dimensiones:

Aproximación afectiva: incluye la confrontación, ventilación de las emociones, auto-control o


regulación y búsqueda de soporte emocional.

Evitación afectiva: incluye supresión de sentimientos, encubrimiento de sentimientos,


insinuación de sentimientos, distanciamiento y aparentar sentimientos opuestos.

Aproximación cognitiva: incluye reinterpretación positiva, reevaluación positiva, aceptación de


la propia responsabilidad y búsqueda de significado.

Evitación cognitiva: incluye la degeneración, el descompromiso mental y escapismo.

Aproximación instrumental: incluye la supresión de actividades competitivas, búsqueda de


apoyo social, confrontación y denegación.

Evitación instrumental: incluye la aceptación, el descompromiso conductual y uso de alcohol o


drogas.

Finalmente las estrategias tendrían dos funciones básicas: regular la respuesta emocional que
se produce como consecuencia de la situación amenazante (dirigida a la emoción) y manejar o
cambiar el inconveniente que causa la amenaza para el organismo (dirigida al problema).

Otro factor muy importante en el manejo de estrés, es la respiración y a su vez se convierte en


la técnica más sencilla para hacer frente al estrés. La respiración aporta el suficiente oxigeno
para nuestro cerebro, para una respiración completa, hay que pasar por varios pasos,
primeramente requiere haber una respiración abdominal, después una respiración abdominal
y ventral, seguida por una respiración abdominal, ventral y pulmonar, consiguientemente se
suma al exhalar el cierre de labios, y finalmente se busca que este tipo de respiración se
generaliza a todos los demás contextos de la persona. Siguiendo el camino de la respiración,
hay una técnica oriental que se centra mucha de las veces, en la respiración, esta técnica se
conoce como meditación y sus efectos principales son: entrena la atención, aumenta el
control sobre los procesos de pensamiento, incrementa la capacidad para manejar las
emociones y ayuda al relajamiento físico. Al ver el impacto que tiene esta técnica en el ser
humano, toma un gran calor en el manejo del estrés. La meditación tiene un impacto en la
conciencia, nos ordena permanecer en calma centrados en un objeto, experiencia o en la
respiración, al comenzar esto, habrá pensamientos que lleguen a nuestra mente, pero nos
rehusaremos a prestarle atención, permitiendo su entrada a la conciencia, e inmediatamente
su salida, no se trata de luchar con el pensamiento, si no de no permitir que se quede
resonando en la conciencia.

Habrá otros factores importantes para el manejo del estrés, pueden ser complementarios ante
estrategias, la dieta sana, el descanso óptimo, la organización de actividades, la solución de
problemas y toma de decisiones, las interpretaciones ante las situaciones y problemas, el
autoestima, nuestras relaciones interpersonales y el entrenamiento en el control de la
ansiedad.

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