Profesor José Pavolink

Algunas consideraciones sobre la psicosis

El orden del mundo

En algún momento de la existencia el infante capta el mundo como si estuviera sujeto a la voluntad de alguien. Hay
alguien que puede dar satisfacción o ser responsable de algún malestar . Si todo lo que le sucede al infante (Satisfactorio o
insatisfactorio) es el resultado de la voluntad de otro, entonces, podemos decir que en algún aspecto ese ser viviente (el infante) se
encuentra en posición de objeto. Ubicado en la posición de objeto se vuelve también la causa de los estados anímicos del otro, por
tanto, todo lo que le suceda al otro va a estar en relación con él.
Si el ser viviente no sabe que quiere ese otro, es decir que no sabe sus intenciones, entonces hay angustia y terror. ¿Qué
intenciones tiene el otro respecto a mí? ¿Por qué hay un auto rojo afuera? Si está ahí es por algo, pero ¿Quién lo ha puesto allí?
¿Con que motivo? Un mundo dominado por una voluntad omnipotente es terrorífico porque es un mundo sin ley. Pero si se instala
un orden, es decir una ley a la cual todos debemos adecuarnos eso es liberador para el niño.
El orden del mundo es lo pensable sobre el mundo y nosotros mismos, es parte de ese orden los pensamientos propios
que pueden experimentarse como ajenos. El orden del mundo hace que creamos que una mesa es solo una mesa, pero también
puede hacernos creer en papá Noel, el orden del mundo es el del sentido es compartido, cuando la ley que anuda el sentido no
opera el sujeto se ve forzado a construir su propio orden del mundo. Es por esta razón que a veces se denomina “locos”
excepcionales en las artes y las ciencias a ciertos sujetos. Para ir más allá de lo establecido hay que estar un poco “loco”.

La función del Edipo

Cuando el Edipo opera en el adulto que provee los cuidados entra en función una ley que establece que ese adulto no
puede tomar como objeto de su propiedad a ese ser en formación. Si la cosa anda bien el deseo del adulto va a tratar de que ese
niño o niña pueda convertirse en un adulto que haga su vida de modo independiente y pueda insertarse en el mundo de los adultos.
Lo fundamental es que con ese hijo no se puede hacer lo que uno quiera, a ese hijo hay que cuidarlo, hay que tenerlo en cuenta,
además de hacer lo que corresponde y si los padres hacen lo que corresponde esto supone que se someten a una ley que esta por
encima de sus voluntades, lo contrario a esto es la experiencia de lo unilateral y el autoritarismo desenfrenado.
En síntesis, si el Edipo opera:
1° la voluntad del otro tiene un sentido porque responde a un orden al cual también se somete. Pero lo fundamental de
ese orden, es que la ley está por encima de las voluntades, es algo a lo se someten todos y por eso deja de ser un capricho individual.
Si las cosas son así es porque el mundo es así. Esto significa que opera una ley que está más allá de las voluntades.
2° Desaloja al ser viviente del lugar central, ya no es la causa única de los estados de ánimo del otro. El niño puede pensar
que mamá quiere a otros, al papá, al trabajo, al amigo etc.
3° Ese desengaño que resulta del Edipo empuja la libido del niño a lo exogámico.
4° La ley produce el punto de capitoné entre significante y significado.

El desencadenamiento de la psicosis

Lo fenómenos de la psicosis se hacen presente cuando el sujeto habitado por el lenguaje no logra otorgar sentidos por sí
solo. Hasta el momento previo al desencadenamiento había alguien o algo en quien el sujeto se apoyaba, imitaba y quizás daba las
respuestas a sus preguntas. Eso en que el sujeto se apoya puede ser algún mecanismo compensatorio que da sentido y organiza el
mundo simbólico. Al perder ese soporte el mundo se vuelve enigmático, las ideas que lo habitan se vuelven enigmáticas y reclaman
un sentido ¿Qué significa esas ideas que hay en mi cabeza? ¿Por qué están allí? La alucinación verbal es el significante vaciado de
significado, es el significante sin ley, es el significante caprichoso que aparece sin sentido a nivel del lenguaje interior. Diremos que
el significante le “habla” al sujeto, en el sentido de que las palabras los sentidos quieren decir algo, pero no se sabe qué. Cuando no
hay significado todo se vuelve enigmático, ¿Porque hay un vaso sobre la mesa? ¿porque me miro una persona? ¿Por qué dijo lo que
dijo?
Cuando el niño se ha inscripto en un mundo sin ley, las cosas no son porque son, las cosas no son porque el mundo es así
o porque es lo que corresponde, todo responde a voluntades caprichosas y enigmáticas ya que no hay ley que organice el sentido.
Mientras el mundo quede sin sentido el estado anímico que va a gobernar al sujeto será muy perturbador, esto se ira estabilizando
en la medida que el sujeto construya un sentido esto es el delirio.

El delirio

El delirio en psicosis supone un movimiento de transito de la posición de objeto al lugar de agente, supone un intento de
curación. Si el auto esta allí y esto es un enigma que angustia, todo se transforma cuando por ejemplo llega a la conclusión de que
el auto lo puso un agente de la policía. Ahora sabe de quien tiene que escaparse, el peligro está localizado, puede esconderse, pedir
ayuda, hacer una denuncia etc. El delirio lo desplaza del estado de perplejidad. Antes no sabía cuál era su lugar en el mundo ahora
lo sabe y como ese lugar es su propia creación no es raro que se haya vuelto un ser excepcional: Él es el hijo de dios, él es el
descubridor de una conspiración ultra secreta, un profeta, alguien que puede ver espíritus etc.

Bibliografía
Lacan, J. (1958) “Cuestión preliminar para todo tratamiento posible de la psicosis.” Escritos II.

Freud, S., (1911), "Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente" en: Obras completas, t. XII,
Amorrortu, Buenos Aires, Argentina.