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Aversión por las salidas revolucionarias y violentas.

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En contra o Aversión por las salidas revolucionarias y violentas de una dictadura.
¿Independencia, autonomía o anexionismo?
(Excelente recopilación no dejes de leerlo)
Argumentos esgrimidos por "Rafael Montoro, el hombre de los imposibles"

"La intolerancia, la intransigencia, el fanatismo, el desenfreno que caracterizan


la lucha violenta y revolucionaria contra un régimen, llevará a los triunfadores a
considerarse con derecho de vida o muerte sobre sus adversarios y le cerrarán el
paso a todos los que no estén provistos de la patente de corso.”

“El que pueda probar que puso una bomba, que estuvo en la cárcel, que tomó
parte en tal o cual atentado personal, podrá hacer cuanto le venga en gana y
tendrá todos los privilegios, por incapacitado, anormal o incompetente que sea.”

“Llamarán justicia revolucionaria a la venganza y cubrirán de sangre de hermanos


a la patria. Se convertirán en asesinos creyendo que siguen siendo héroes, y una
vez perdido todo freno y todo respeto a la autoridad, llegarán a los peores excesos
revolucionariamente."

(Citado por Roberto Méndez Martínez, "Rafael Montoro, el hombre de los imposibles",
Revista Palabra Nueva, no. 261, julio-agosto de 2016).
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El 13 de agosto de 1933 fallecía en La Habana el ilustre abogado y orador


Rafael Montoro, una de las figuras más importantes del Partido Liberal
Autonomista durante la Colonia, y que ocupara después altos cargos en la
República. (La Habana, 24 de octubre de 1852 - 13 de agosto de 1933)
El Partido Liberal Autonomista se fundó en 1878, tras la firma del Pacto del
Zanjón que puso fin a la Guerra de los Diez Años. Los miembros de esa
organización propugnaban una evolución de Cuba hacia un gobierno autonómico
que mantuviera a la Isla atada a España. Se contraponían a una revolución
independentista debido al alto costo en recursos materiales y vidas humanas que
esta opción implicaría.

No obstante haberse opuesto a la independencia de la Isla, la honradez, el amor


a Cuba y la capacidad intelectual de Rafael Montoro propiciaron que este
habanero nacido en 1852 continuara sirviendo a su patria después del 20 de
mayo de 1902. Integró el servicio diplomático en el gobierno de Tomás Estrada
Palma, y fue secretario de la Presidencia y de Estado, respectivamente en los
gabinetes de Mario García Menocal y Alfredo Zayas.
Quizás como consecuencia de su “aversión” por las salidas revolucionarias y
violentas, Montoro no apoyó las conspiraciones que se fraguaron contra la
dictadura de Gerardo Machado. Sin embargo, los argumentos esgrimidos por él
para tomar semejante decisión lograron trascender su tiempo.

Es cierto que a la caída de Machado se produjeron varios hechos de venganza,


algunos de ellos sangrientos, contra los personeros del régimen derrocado, tal y
como los previó Montoro.
Pero quiso el azar que el mismo día de la muerte de Montoro cumpliera siete
años un niño nacido en la localidad holguinera de Birán que, con el paso del
tiempo, sería el protagonista de la más fidedigna interpretación del guion trazado
por el antiguo militante autonomista.
Porque con el advenimiento de Fidel Castro al poder en enero de 1959 la
"justicia revolucionaria" cubrió de sangre el suelo de la patria. Aquellos
fusilamientos masivos y sin garantías para los acusados -los enjuiciaban en la
mañana, y ya en la tarde eran cadáveres- provocaron la repulsa internacional.
Asimismo, muchos de los participantes en la lucha contra Fulgencio Batista
fueron premiados con cargos en ministerios y entidades estatales, aun sin poseer
los conocimientos indispensables para ocuparlos. Recordemos, por ejemplo, los
desaciertos de los comandantes Guillermo García Frías y Antonio Enrique
Lussón en el Ministerio de Transporte.
O la curiosa respuesta que Enrique Oltuski, combatiente de la clandestinidad
antibatistiana y después ministro de Comunicaciones del Gobierno fidelista, le
respondiera a Jean-Paul Sartre cuando el filósofo le preguntó el porqué de su
nombramiento, tomando en cuenta que nada sabía de comunicaciones…

"Comoquiera que yo puse muchas bombas que destruyeron puentes, antenas y


otros medios de comunicación", le dijo…
"ahora Fidel me encomendaba que los arreglara"
(Sartre visita a Cuba, Ediciones Revolución, La Habana, 1960, pg. 176)

 Como pocas veces en la historia de Cuba, una sentencia se iba a cumplir al pie
de la letra. Por eso, además de ser recordado como intelectual, político y
orador, Rafael Montoro debía clasificar como un excelente visionario.

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