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Ensayo sobre el dibujo y su aplicación artística

En las artes, cada género posee un sistema de producción que se define por sus

cambios históricos y en ellos, los procesos que ha pasado para llegar a su

teorización y por ende, la reflexión de su práctica para la creación artística.

Durante el curso de esta asignatura se nos presenta la disciplina del dibujo y su

cercanía a los procesos de pensamiento, donde las nociones de concepto y objeto

entrañan en el entendimiento y teorización del dibujo. Se determina al objeto

artístico como objeto material, objeto intencional y objeto estético, así también se

tratan una serie de factores que dan a comprender la relación del objeto con el

individuo: factores estéticos, material, psicosocial, histórico y contextual (Aceves,

2008) que hacen de un hecho artístico cada objeto artístico. Este autor desarrolla la

relación entre el objeto, los diversos tipos de experiencia desde y ante el objeto,

esto delimitado en la cita del autor Jorge Borges: uno es el territorio y lo que emana

de él es un mapa: siendo uno realidad y el otro un concepto; sin uno no existiría el

otro, marcado por Aceves (1999) “Sin objeto artístico no hay experiencia y sin

experiencia artística no se podría explicar objeto.” Veo relevante la importancia que

pone sobre las operaciones del pensamiento (como las asociaciones con el lenguaje

y la imaginación) así como el fenómeno sensorial como la vista o el tacto que

ayudan a fragmentar y comprender el objeto artístico.

En otro momento se entendió el dibujo como una herramienta en la estética

cotidiana. Primeramente al aterrizar la idea del arte unido a la realidad social,

desvanece la idea sacralizada impuesta por la “institución” artística en el objeto de

arte. Es así como asocia de lo artístico su resultado estético a lo cotidiano. Definida

por la autora Katya Mandoki como una forma de enfocar la estética desde la
comunicación de sentidos, surgidos del hábito cotidiano en la manera que se

realizan y posibilitan la generación de efectos sensibles con y en el entorno durante

el proceso, más que repetir un conjunto de acciones para crear “objetos artísticos”.

El dibujo se abre a la posibilidad de extenderse y comprenderse como una práctica

estética desde la vida diaria a la vez que medita sobre ella y los efectos sociales que

devengan sobre ella.

Se le define en un proceso artístico cuando se piensa en el modelo que sistematiza

artísticamente la disciplina en varias orientaciones que conforman el trabajo. Juan

Acha puntualiza en el proceso evolutivo del sistema, que describe es un derivado

estético de un lenguaje o tecnología y a partir de ello sus fines prácticos se precisan.

En su inicio el dibujo funcionó con un fin técnico para la pintura, pero comienza a

perfilarse como un sistema de producción hasta nuestros días que todavía están

en camino de “decantar sus propios principios, medios y fines” (Acha, 1999). Es

entonces que su función como canal, como medio de producción y como producto

es explorado va girando entorno a lo gráfico, en mensajes esquemáticos/visuales de

lectura rápida, y lo esquemático en la síntesis y la información visual.

Es desde estas tres perspectivas que podemos ubicarnos para profundizar y

enriquecer nuestra práctica dibujística en nociones que, en la actualidad están

siendo frecuentemente examinadas y reinterpretadas. Es un tiempo que nos permite

retornar décadas atrás al trabajo de artistas que comenzaron con estas

exploraciones, desentrañando los componentes visuales y funciones del dibujo e

influyendo no solo en la disciplina del dibujo si no en otras del campo artístico visual.

Bibliografía

Referencias
- Acha, J. (1999) Teoría del dibujo: su sociología y estética. México: Fontamara

S.A.

- Aceves Navarro, G. (2008). Método de dibujo de Gilberto Aceves Navarro:

fundamentos interdisciplinarios. México: UAM, Unidad Xochilco.

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