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2004,Vol
.13,Nº2,159-171 ISSN 0717-0297
Youngsters’Social Integration
Clàudia Turró
Pont
ificia Univers
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ólica deChile
Javier Cort
és
Univers
idad M iguel deCervant
es
por objetivo f
avorecer la integración en la sociedad catalana de j
óvenes españoles e inmigrantes extutelados por la
la selección de j
óvenes extutelados susceptibles de participar en aquella y la segunda, la selección, f
ormación y apoyo a
voluntarios, mediante el grupo experiencial, en habilidades de relación de ayuda. Los resultados de esta intervención
f
ueron vínculos concretos entre voluntarios y j
óvenes extutelados, la conformación de un grupo de voluntarios que se
This report explains the pilot psycho-social intervention carried out in Barcelona (
Spain)in 1999 and 2000, whose aim
was to encourage the integration into the Catalan society ofyoung Spaniards and immigrants under tutelage f
rom the
Public Administration, by means ofa volunteer. The intervention involved two action lines. Firstly, the selection of
youngsters under tutelage susceptible oftaking part in it. Secondly, and by means ofthe experiential group, the selection
ofvolunteers, their support and training in assistance abilities. The results ofthis intervention were the development
ofspecif
ic bonds between the volunteers and the youngsters under tutelage, the structure ofa group ofvolunteers who
Introducción máximogradodedivulgacióndelosderechosreco-
nocidosa niñosyadolescent
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enciónyprotección rest
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Adolescència [
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Clàudia Turró, Escuela de Psicología. Javier Cortés, Es-
Catalunya esuna comunidad aut
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cuela de Psicología.
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La correspondencia relativa a este artículo deberáser dirigida
j
cortesalti@ yahoo.com. Fono celular:09-2307140. t
rañas(
c omoel cas
odelosmenoresinmigrant
es)y
tección y guarda de los menores por parte del entor- Otra posibilidad que ofrecen las entidades cola-
no social, tanto familiar como comunitario, quedan- boradoras de la DGAI, son los p s, de
1
is
o sas
istido
do privados de la adecuada asistencia ética y mate- carácter asistencial y educativo y destinados a jó-
rial y haciendo necesaria, por tanto, la adopción de venes de 16 a 18 años. Su función es preparar el
medidas de protección del menor. La alternativa que desinternamiento de los menores de una manera gra-
tiene el niño que no puede vivir en su casa temporal dual y progresiva mediante un trabajo individual,
o permanentemente, con el riesgo que (en caso ex- que permita desarrollar sus potencialidades hacia la
tremo) permanezca en la calle, puede ser, entre otras, plena autonomía al llegar a la mayoría de edad.
una familia de acogida, un centro residencial de ac- Ahora bien, en el momento que la Administra-
ción educativa o una familia adoptiva. Con todo, el ción deja de cubrir las necesidades económicas y
artículo se centra en aquellos menores que son psicosociales de los menores, la única alternativa a
tutelados por la Generalitat de Catalunya, a través la cual pueden acogerse es el Pla per a maj
orsde 18
de centros residenciales propios dependientes de la anys (J. Bach, director del Pla p
2
er a maj
orsde 18
DireccióGeneral d’
Atencióa la I
nfància (DGAI) o anys, comunicación personal, febrero, 1999;
bien en servicios colaboradores de ésta. Una breve FEDAIA, s. f.). Éste, se trata de un plan interdepar-
reseña del funcionamiento de la atención y educa- tamental que contempla diferentes medidas de la
ción del menor en riesgo, en las instituciones y ser- Administración:posibilidad de vivienda gratuita,
vicios de iniciativa social catalana, servirá para aporte económico mensual continuo hasta encon-
contextualizar el marco de la intervención psicosocial trar empleo o inserción laboral. Sólo una de estas
Los centros de acogida son los primeros en dar tutelados por ésta y no tienen ningún apoyo familiar
respuesta de acogimiento inmediato y transitorio a ni una madurezsuficiente para ser totalmente autó-
cualquier situación de alto riesgo del menor, en que nomos cuando dejan el centro residencial, o bien les
tenga que separarse de su núcleo familiar. Estos cen- fracasa el acogimiento familiar al llegar a la mayoría
familia, tiempo durante el cual se realizará la obser- Mientras que en la sociedad occidental, en ge-
vación y el diagnóstico de la situación de los meno- neral la adolescencia se ha alargado, los menores
res atendidos y sus familias, con tal de elaborar la tutelados se ven obligados a independizarse cuan-
propuesta de medida correspondiente. do llegan a los 18 años sin que, en algunos casos,
Los centros residenciales de acción educativa, son estén preparados o tengan los recursos suficientes.
aquellos donde residen los menores temporalmente, Cabe señalar que son pocos los tutelados que acce-
una vezes aplicada la medida de acogimiento simple den al Pla, por ser insuficientes los recursos desti-
en alguna institución (FEDAIA, s. f.). Los centros nados a atender las necesidades que surgen
residenciales, dependientes de la DGAI, surgieron a (Federació d’Entitats amb Pisos Assistits, 2001).
finales de los años 70 con el proceso de desinsti- Estos jóvenes, entonces, se convierten en extute-
tucionalización que sufrieron los centros para meno- ladosde la Administración, quedando desprovistos
res (Casas, 1998;Fernándezdel Valle & Fuertes, 2000). del apoyo que debería acompañarlos en su integra-
Estos centros son viviendas en que se acoge un nú- ción a la sociedad, pudiendo derivar esta situación
mero escaso de menores (máximo 15) y su objetivo es en una posible marginación social. Ello significa que
la guarda y la educación de los niños atendidos. Sus los jóvenes extutelados posiblemente carecerán de
funciones son las de acogimiento y convivencia, alo- los recursos psicológicos, sociales y económicos
jamiento y comedor, descanso y ocio, higiene, aten- necesarios para el desarrollo integral de su persona
ción psicológica, social y educativa. Los profesiona- y que permitan, además, su autonomía plena en el
les que asumen un rol de protección y socialización ámbito laboral, así como en el de participación y de-
de los menores son psicólogos, pedagogos, educa- cisión de la sociedad (Bueno, 1990;Mondragón &
dores sociales y trabajadores sociales (Fernándezdel Trigueros, 2002). Del mismo modo, no se respeta el
Valle & Fuertes, 2000). La tutela del menor es provi- derecho del menor a participar en el diseño de políti-
mento.
ción al núcleo familiar no sea posible, el menor deberá
2
Con el f
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acilitar la lectura,se utilizaráPl
a en el resto
permanecer bajo la guarda de los mencionados cen-
del artí
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orma sintética al Pl
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cas sociales dirigidas a la infancia y a la juventud ni vención, serían los referentes los que se vincularían
se habilitan medios para tener en cuenta la opinión con jóvenes extutelados en un momento de su his-
de los niños en la definición de sus planes de futuro toria vital donde se encontrarían más frágiles. De
(FEDAIA, s. f.; Gandarias, 2001). Asimismo, como este modo, se pretendió generar redes de apoyo
FEDAIA (s. f.) declara, por una parte, se prioriza la social entre dos grupos bien definidos, uno de ma-
atención asistencial, es decir, se cubren las necesi- nera artificial, esto es, los referentes y el otro ya
dades básicas de alimentación, higiene y vivienda, existente en la sociedad, los jóvenes extutelados. El
pero hay poca preocupación por la atención educa- proyecto que presenta el artículo, pues, estaría in-
tiva y emocional de los menores atendidos. Por otra tercediendo en un proceso de interacción que supo-
parte, la futura autonomía de los jóvenes en el medio ne un entorno social capaz de satisfacer las necesi-
social se verá muy dañada por la institucionalización dades psicosociales de ambos grupos. En el caso
que por años han sobrellevado, sintiéndose posi- expuesto, se estaría trabajando en interacciones en-
blemente desprotegidos al carecer del medio seguro tre referentes y extutelados, introducidas desde el
con el cual contaban (Decio, s. f.; Duce, 1987). exterior (los profesionales que llevarían a la práctica
Con el fin de suplir este vacío “post-Administra- la intervención) y que se convertirían temporal o
psicosocial desarrollado por la asociación catalana (Gottlieb, 1992). En dichas interacciones, se preten-
Punt de Referència, puesto en práctica por un equi- de generar una relación de ayuda entre ambos gru-
po de cuatro psicólogos durante dos períodos, uno pos que contemple ciertas dimensiones del apoyo
en el año 1999 y el otro en el año 2000. La interven- social, como el afectivo y emocional (componente
ción psicosocial tuvo como destinatarios a los y las básico de la psicoterapia tradicional y las relaciones
vinculación de éstos con una persona que, de forma y consejo (Kessler, Price & W ortman, 1985). Es en
voluntaria, se interesara por su situación psicosocial esta misma línea que surge el objetivo general de la
y pudiera acompañarlos durante su proceso perso- intervención planteada: crear un puente entre los
nal de inserción a la sociedad, posterior al distancia- jóvenes extutelados por la Administración y la so-
miento institucional. Referente fue el nombre que ciedad, mediante la figura de un referente, que facili-
recibió esa persona voluntaria, la cual debía tener te su plena integración social. Los objetivos especí-
ciertas características personales y habilidades in- ficos que contempló la intervención fueron los si-
durante su estancia en cualquiera de los centros de 2. Seleccionar un grupo de voluntarios que quisie-
forma, el referente debería posibilitar la autonomía 3. Capacitar al grupo de futuros referentes, en tér-
del joven en aras a su integración social y/o cultural minos de sensibilización e información sobre las
este artículo, parte de la premisa que los miembros ca de habilidades interpersonales necesarias en
especiales que configuren un sistema ecológico de 4. Generar un grupo de apoyo, promoviendo el in-
apoyo hacia personas de la misma comunidad que tercambio de experiencias y recursos entre ellos.
Kimboko, 1981). En este sentido, la intervención tie- a dos líneas de acción. La primera consistió en
ne su arraigo en el apoyo social como alternativa al contactarse con profesionales vinculados a centros
acercamiento convencional de los servicios socia- de la Administración catalana, con el fin de seleccio-
les y de salud (Garbarino, 1983; Gracia, 1997), vale nar posibles extutelados interesados en vincularse
decir, los servicios profesionales constituyen sólo con un referente. Este trabajo se realizó durante todo
una fracción de los recursos disponibles, pudiendo el período de la intervención. La segunda línea tuvo
utilizar el potencial de los vínculos sociales para res- como foco a los referentes. En primer lugar, se reali-
ponder a condiciones vitales cambiantes (FEDAIA, zó la selección de adultos que quisieran asumir vo-
s. f.; Gottlieb, 1983). En el caso concreto de la inter- luntariamente el rol de referente y, en segundo lugar,
162 TURRÓ Y CORTÉS
participativa de intervención con los referentes, que 5. Expresar los propios sentimientos e ideas: con-
mejor manera posible (Rogers, 1996). La relación de La utilización de este tipo de grupo se justifica
ayuda se caracteriza por ser cara a cara, donde el en el aporte que supone para el aprendizaje: a) movi-
joven tiene la posibilidad de establecer una relación liza y facilita un cambio más perdurable en las actitu-
personalizada, sin la necesidad de ser percibida como des y en los comportamientos, por la implicación
“profesionalizante, distante y fría”, sino como un emocional que supone; b) facilita un aprendizaje
vínculo entre dos personas, una de las cuales tiene vivencial que integra la parte emocional y cognitiva,
la voluntad de ayudar a la otra, a la vez que la otra hecho que favorece la eficacia y la satisfacción y c)
acepta la ayuda. Además, en ésta, se estará posibili- sirve como instrumento eficaz de cambio y desarro-
tando que ambos sean reconocidos como individuos llo personal (González & Cornejo, 1993; Roca, 1993).
únicos y diferentes (Rogers, 1996). Tal y como seña- A efectos de la intervención, se utilizó el enfoque
la Marroquín (1991), la relación de ayuda se estable- teórico humanista-rogeriano y lewiniano de los grupos
ce entre una persona más conocedora y otra menos experienciales. Según el primero, el énfasis está puesto
conocedora, en orden a permitir a esta última, un en el potencial humano, es decir, favorece el desplie-
mayor nivel de funcionamiento en aquellas áreas en gue de recursos o habilidades interpersonales que cada
las que la primera es experta, posibilitando modos persona posee, sin necesidad de ser “experto”, lo cual
más constructivos de conducta, aumento de la permite desarrollar una relación de ayuda. El segundo
sensitividad emocional y un mayor control sobre la enfoque, permite que el accionar de la intervención
Rogers (1996) enumeró las condiciones que debe necesidades internas del grupo y los cambios que se
tener cualquier persona que establezca con otra una van produciendo a nivel externo (en el caso de la inter-
relación de ayuda, sea profesional o no: vención, el desempeño del rol como referentes). Un
1. Respetar el ritmo del otro. aspecto común de los dos enfoques, es considerar el
3. Actuar según los propios sentimientos: autenti- fenómenos de aprendizaje (González & Cornejo, 1993;
que es un tipo de grupo experiencial caracterizado Selección de jóvenes extutelados. Durante el primer
perí
odode la intervención (
año1999),ésta f
ue realizada por
por su conformación en torno a un profesional de la
dos profesionales vinculadoscon la DGAIy,en concreto,
relación de ayuda (Egan, 1981) y su centramiento en
con el Pla. Previamente a la selección,el equipo mantuvo
una temática concreta, que en este caso fue la rela- reiteradasconversacionescon ellosen que se expusieron los
ción de ayuda orientada a jóvenes en riesgo de objetivos y la metodología del proyecto y se consensuaron
ciertoscriteriosmí
nimosque debían tener losj
ó venes:edad
marginación social. En el grupo psicoeducativo, se
mí
nima de 18 a ños y m áxi m a de 25,de a m bos se xos,
utilizan técnicas grupales que enfatizan, generalmen-
autóctonose inmigrantes(
en casode ser inmigrantesse les
(
J. Bach,director del Pla pera major
s de 18 anys,comuni-
recíproca. Tienden a ser limitados en el tiempo, te-
cación personal,f
ebrero,1999;I
. Carbonell,director del
niendo una duración alrededor de tres meses (Casas,
Centro de Justicia para menoresde la provincia de Barcelo-
2001; Castell, 1988) y el grupo tiene que estar consti- na,comunicación personal,f
ebrero,1999). Es importante
tuido por un número reducido de personas para faci- señalar que losj
ó venesseleccionadosdebían tener un buen
rrió al llamado grupo de apoyo que, al igual que el tipo de droga o encontrarse en tratamiento de rehabilita-
ción. Finalmente,aquelloscas
o sde j
óvenesque habían s
ufri-
anterior, es un tipo de grupo experiencial. Se carac-
doviolencia intraf
amiliar y/
ohabían sidovíctimasde abuso
teriza por ser iniciado por profesionales y los objeti-
sexual debían haber terminadosu proceso psicoterapéutico
vos giran en torno a desarrollar las habilidades de para poder participar del proyecto. Estoscriterios mí
nimos
(Rogers, 1987). Esta modalidad grupal requiere de en contrapartida a una situación de excesiva inestabilidad.
Durante el s
egundoperí
odode la intervención (
año2000),
un marco acogedor y seguro que permita la gestión
la selección f
ue realizada a travésde losresponsablesde 8
de las capacidades mutuas de los miembros para
pis
o sacogidosal Pla y,al igual que con losprofes
ionalesde
en base a la labor como referentes de los jóvenes. proyecto. La decisión de recurrir a estospisospara seleccio-
nar a j
óvenes
,fue tomada con el f
in de ampliar el abanicode
También tienen una duración limitada en el tiempo,
posibilidadesde acceder a ellos.
dependiendo de los objetivos del grupo. Lo que se
Una vez que losj
ó venesextuteladoseran seleccionados,
buscaba al final del grupo de apoyo es que los miem- una de lasps
icólogasdel equipo mantení
a una convers
ación o
rí
sticaspers
o nalesy vitales
. Se es
peraba,entonces
,que s
e diera
Vargas, 1999). Asimismo, estas técnicas parten de
un procesode interacción que optimizara el aj
uste entre las
los conocimientos de los participantes, de lo que
neces
idadesps
icosocialesdel j
oven y la provis
ión s
o cial y emo-
Resultados de la selección de jóvenes extutelados. Cua- los rasgos de personalidad, para la presente intervención fue
tro jóvenes con edades comprendidas entre los 19 y los 23 utilizada únicamente para descartar cualquier trastorno de
años y con las siguientes características: dos chicas catala- personalidad. Además, fue escogido por dos motivos, el pri-
nas, una de ellas proveniente de una familia monoparental, mero por ser la estrategia de análisis factorial más empleada
constituida por una madre con problemas mentales y la otra y más productiva en la obtención, descripción y evaluación
joven perteneciente a un entorno familiar desestructurado. de rasgos (Sandín & Chorot, 1990). El segundo motivo por
En el momento de entrar a formar parte del proyecto, las ser, actualmente, un cuestionario ya tipificado en la pobla-
dos estaban trabajando, una de ella estaba acogida al Pla, con ción española con varios miles de casos, e incorpora una
posibilidad de vivienda y la otra estaba viviendo con su pare- escala de “deseabilidad social” (IM ) y otra de “aquiescencia”
ja. Los otros dos jóvenes eran inmigrantes, procedentes de (AQ) para controlar los sesgos en las respuestas (Torras,
encontrar un futuro económico mejor. De estos, uno era El tiempo de aplicación osciló entre los 45 minutos y
varón y la otra mujer, el primero tenía trabajo mientras que una hora. La calificación se realizó a través de plantillas,
la segunda no y ambos vivían en un piso acogido al Pla. elaboradas para cada escala, en las cuales se asignó un valor
una comunicación fluida entre participantes y facilitadores. que iban teniendo los dos referentes que tenían jóvenes y las
De esta manera, los participantes podían evaluar tanto la dificultades surgidas. En este sentido, se trabajaron sobre todo
metodología como los contenidos trabajados en el grupo, la capacidad de poner límites en la relación y la importancia
generándose una evaluación de proceso complementaria al de ser uno mismo (genuinidad). En las últimas sesiones, debido
análisis realizado por las observadoras. a la incorporación de dos nuevos jóvenes extutelados al pro-
Durante las tres primeras sesiones se abordaron los si- yecto, se priorizó la relación de ayuda que se iniciaba entre
guientes aspectos: contrato psicológico (normas de funciona- éstos y dos nuevos referentes. Cabe decir, al respecto, que los
miento grupal, objetivos, expectativas y metodología del gru- vínculos que ya se habían iniciado entre referentes y jóvenes
po), conocimiento interpersonal y autorrevelación, impor- en el grupo psicoeducativo sirvieron para aportar y ayudar en
tancia de la asistencia al grupo, características psicosociales de las relaciones de ayuda que se estaban gestando.
los jóvenes extutelados y afrontamiento de su rol como refe- Seguimiento de la relación de ayuda. Paralelamente al
rentes –qué dudas, temores, ansiedades y expectativas les sur- desarrollo del grupo de apoyo, se realizaron entrevistas
gían–. En esta etapa inicial del grupo, la conversación que los semiestructuradas individuales a los referentes para realizar
y las participantes tuvieron con dos profesionales dedicados al un seguimiento de las relaciones de ayuda entre éstos y los
trabajo con menores, marcó el punto de partida para trabajar jóvenes. A partir de los resultados de estas entrevistas y de lo
las habilidades necesarias en la relación de ayuda con jóvenes expresado por los referentes sobre la relación en el grupo de
extutelados, pues cimentó en los referentes una realidad que apoyo, se analizaron las principales dificultades y se aborda-
hasta el momento era desconocida para ellos. ron utilizando como recurso al mismo grupo.
En la cuarta y quinta sesión se trabajaron los siguientes La entrevista semiestructurada utilizada con los referen-
puntos: cohesión grupal, impacto que produce la evaluación tes contenía las siguientes preguntas:
externa (aspecto surgido a partir de la observación de las 1 . Cuándo se dio el primer contacto y a través de qué canal
referente como el joven en el momento de conocerse y 2 . Cómo describirías el primer encuentro con el joven o la
ayuda como son atención y escucha, concreción, respeto, 3 . Cuál es la dinámica de relación que se ha dado hasta el
Las siguientes cuatro sesiones estuvieron influidas por la con el otro; b) frecuencia de encuentro; c) lugares de
que estimuló un trabajo centrado en el análisis de las dificul- 4 . Cómo definirías la relación.
tades que la relación de ayuda suscitaba en los referentes. A su 5 . Qué cambios percibes tanto en el joven como en ti desde
vez, esto involucró a todo el grupo, implicando a los partici- que se inició la relación.
pantes que aún no iniciaban una relación de ese tipo. De la 6 . Dificultades y conflictos de la relación en términos de:
misma forma, se trabajó la empatía y la importancia de a) cómo se han presentado, b) cómo se han abordado y
Por último, mencionar que una de las sesiones tuvo como 7 . Demandas explícitas por parte del joven.
objetivo aportar información sobre el funcionamiento de 8 . De dónde se han extraído los recursos cuando han surgido
una institución relacionada con la atención a menores en dificultades en la relación o demandas por parte del joven.
riesgo social (Síndic de Greuges) y para ello asistió al grupo 9 . Dónde crees que deberías acudir para tener más recursos
la figura denominada el defensor del menor. que te facilitaran la relación con el joven.
La última sesión tuvo como objetivo explicar el estado 1 0 . Expectativas de futuro respecto a la relación.
empeñar todavía su rol como referentes. Por otro lado, se Los resultados de esta intervención piloto fueron
comunicó el inicio de una nueva etapa en que el grupo empe- obtenidos, por una parte, a partir de las observacio-
zaría a funcionar como grupo de apoyo.
nes sistemáticas realizadas durante el grupo psico-
Grupo de apoyo. Éste se realizó en la segunda parte de la
educativo y la evaluación que los mismos participan-
intervención grupal, el cual se planeó inicialmente de 9 sesio-
final de 7, a razón de una al mes y de dos horas de duración. grupo como en el de apoyo . Por otra parte, las rela-
4
dos de ellos estaban desempeñando el rol para el cual se habían sas, N., Cortés, J., Turró, C. & De Diego, R. (1999). Memòria
preparado). A lo largo de las sesiones, se mantuvo un flujo de del projecte Punt de Referència. Manuscrito no publicado; y
información acerca del proceso de contacto con los responsa- Casas, N., Cortés, J. & Turró, C. (2000). Memòria d’
activitats
bles de los pisos asistidos y viviendas acogidas al Pla, y la any 2000.Equip tècnic. Manuscrito no publicado.
grupo de apoyo, además, se abordó entre todos la experiencia una entrevista semiestructurada, el guión del cual está con-
3
Véase resultados para mayor detalle. psicosocial.
166 TURRÓ Y CORTÉS
citas y se intentaban revelar a lo largo de la relación tir que habían formado una “amistad”, proporcionar
con el joven, para llevarlas después al grupo). El apoyo informacional e instrumental, comunicarse
segundo aspecto, fueron las dudas y los temores experiencias personales, brindarse ayuda mutuamen-
que fueron surgiendo en los referentes a medida que te y compartir distintos espacios (desde quedar en
se desarrollaba la relación con los jóvenes, particu- el centro de Barcelona para pasear a ir a la casa del
larmente al inicio de la misma, esto es, si serían acep- referente a cenar o realizar con él actividades lúdicas).
tados por los jóvenes. Un temor que surgió y que El hecho que algunas de las relaciones no tuvie-
favoreció el trabajo de apoyo grupal, fueron los lími- ran éxito, posibilitó que el grupo de apoyo se con-
tes que debía tener la implicación del referente. Al virtiera en una instancia donde el referente no sólo
respecto, algunos cuestionamientos que surgieron podía recibir apoyo durante el inicio de la relación,
fueron si convidarlo a casa, si debían explicar sus sino también a su término, con el fin de entender
asuntos personales y su propia historia e incluso si mejor qué había ocurrido en ella y poder superar un
debían ayudarlos económicamente. A partir de este cierto “duelo” que eventualmente podía darse.
cional. Asimismo, los mismos referentes señalaron Los resultados de la presente intervención
que los límites debían ir regulándose en función del psicosocial llevaron a reflexionar en torno al trabajo
proceso de la relación y que debían preocuparse del realizado con los referentes en el grupo experiencial,
ritmo del joven para autorrevelarse o mostrarse; así, al acercamiento por parte del equipo técnico del fun-
cada relación tendría una regulación diferente, que cionamiento de los centros de la Administración,
determinaría el grado de implicación del referente en encargados de la tutela de menores en riesgo social,
cada momento. El tercer y último aspecto abordado, y a las relaciones que se establecieron entre referen-
fue la manera de concluir una relación y/o cuándo tes y jóvenes extutelados.
ésta se daba por terminada, ya fuera por falta de En el grupo experiencial realizado con los refe-
interés del joven o por dificultades del referente. Se rentes, la apertura de los facilitadores hacia los pro-
concluyó por parte de los facilitadores, que la finali- cesos grupales (González & Vendrell, 1996) y la eva-
zación de la relación siempre fuera explícita, en el luación que hacían aquellos del grupo, permitió afi-
sentido de señalar lo que estaba pasando (utilizan- nar las líneas del trabajo grupal, en función de las
de poder restablecerla, en caso de que perdiera inte- mejoró el flujo de información entre el equipo técni-
rés. En el supuesto que fuera el joven quien no se co y el grupo de referentes, en cuanto a los cambios
sintiera cómodo, también poder tener la posibilidad y evolución del contacto con los centros de la Ad-
de cambiar de referente e iniciar una nueva relación. ministración y la selección de los jóvenes, y el fun-
De las cuatro relaciones que se gestaron con los cionamiento de la asociación. También se enfatizó el
referentes, tres perduraron y dos se mantuvieron trabajo en relación a las dificultades que aparecían
que perduró, terminó antes de tener un año de dura- referentes y jóvenes, particularmente en la etapa fi-
ción. Al respecto, la referente comentó que al co- nal de la formación y durante toda la etapa del grupo
mienzo había buena sintonía con la joven, pero que de apoyo. En este sentido, se reforzaron algunas
ella en una situación afectiva de mayor estabilidad. psicoeducativo, pero que los referentes sintieron
La relación que no tuvo éxito, se debió a dificultades todavía débiles al enfrentar su relación con los jóve-
desde el inicio, fruto de la desmotivación por parte nes (la confianza en el otro, la honestidad y la
de la joven extutelada, a pesar de haber expresado autorrevelación). Relacionado con lo anterior, la va-
su interés de vincularse con un referente. En aque- loración que hicieron los referentes del grupo expe-
llas relaciones en que los referentes tuvieron una riencial fue positiva, por considerarlo un espacio
mayor duración, expresaron su satisfacción por: sen- donde poder abordar de forma realista las expectati-
observar el crecimiento personal de los referentes, presentaban una implicación real del voluntario: a)
en el sentido que fueron capaces de ir expresando una apertura de la realidad, en el sentido de ver de
sus carencias y límites, haciéndose más conscien- una forma diferente las necesidades sociales; b) una
tes de sí mismos. Esto implicó que los referentes se identificación y compromiso con las personas, or-
mostraran progresivamente de un modo más autén- ganizaciones y sociedad en general con la que va a
tico e íntimo, revelando algunas carencias afectivas compartir su tiempo y c) un proceso de redes-
propias de su historia vital; fueron conscientes, en- cubrimiento de los valores e incluso de sí mismo, de
tonces, que algunas de estas carencias podían in- sus capacidades y limitaciones (Llopis & Agost,
fluir en su futura relación con el joven, manifestán- 2000). En relación a lo dicho, en el grupo se pudo
dose en un intento de proteger a un joven “desvali- apreciar diferentes grados de implicación de los re-
do” que había carecido de afecto y protección, a lo ferentes, que oscilaron entre aquellos que manifes-
cual ellos responderían con los recursos necesarios taban una actitud “crecedora”, en el sentido de co-
para que pudieran ser más autónomos. En el grupo nocerse mejor, y otros que no apreciaban la necesi-
resultó patente que los voluntarios iniciaban su par- dad de la formación para desempeñar el rol de refe-
ticipación en este proyecto con dos tipos de moti- rentes, ya que, en sus propias palabras “los necesi-
vaciones, una explícita, relacionada con dar al joven tados no eran ellos”, sino los jóvenes extutelados.
una ayuda psicosocial que posiblemente no tenía, y La captación y selección de jóvenes extutelados,
otra implícita, que se correspondía con la posibili- fue uno de los aspectos difíciles del proyecto, prin-
dad de algunos referentes, de mejorar a través de los cipalmente durante el año 1999, ya que se contó con
jóvenes extutelados su propia experiencia vital, pu- pocos jóvenes derivados del Pl
a. Esto se debió prin-
diendo satisfacer sus propias carencias afectivas, cipalmente a tres motivos: el primero de ellos fue un
pasadas o presentes. Si bien estas dos motivacio- insuficiente número de jóvenes que quisieran inte-
nes se detectaron en un primer momento en las en- grarse voluntariamente al proyecto, el segundo mo-
trevistas de selección con los referentes, las de tipo tivo fue la dificultad de legitimar la intervención pi-
implícito fueron más evidentes durante el grupo de loto frente a la Administración y los profesionales
formación, lo cual determinó que los facilitadores con los cuales el equipo técnico se contactó. Por
trabajaran más emocionalmente con ellos. Esto era último, el tercer motivo se relacionó con un entendi-
crucial, si se pensaba que el vínculo se establecía miento poco claro del rol como referente por parte
con jóvenes que se encontraban en un período críti- de esos profesionales y, por tanto, la duda de si se
ción social; por consiguiente, si no se producía una sables de los pisos acogidos al Pl
areparaban en la
separación consciente e integrada de sus carencias importancia y la necesidad de contar con recursos
como referentes, podían interferir en la relación con externos a las instituciones (en este caso volunta-
el joven al proyectar en él sus propias necesidades, rios), había una cierta desconfianza por el transcur-
sin establecer un contacto real con el joven, sino un so y éxito del proyecto, actitud que denotaba una
“pseudo contacto” basado en un ideal y por tanto responsabilidad con los jóvenes como coto privado
debilitar la posibilidad de ayudar al otro (Rogers, (Gandarias, 2001), sin compartirla con personas que
El equipo técnico constató que para desarrollar A pesar de estos aspectos que dificultaron la inser-
en los voluntarios habilidades y actitudes en rela- ción al proyecto de jóvenes durante el primer año, se
ción de ayuda, no bastaba con una formación prác- debe destacar como aspecto favorable la voluntarie-
tico-técnica, sino que también requería de una for- dad para participar en él, ya que significó seleccionar a
mación personal, que considerara los aspectos que los jóvenes verdaderamente interesados. Ampliar du-
debiera tener un voluntario, esto es, motivaciones, rante el segundo período de la intervención (año 2000)
actitudes, habilidades, sentido de la responsabili- el abanico de centros que pudieran estar interesados
dad y sentido de gratuidad (Alfaro, 1990). La impor- en el proyecto, trascendió en un mayor conocimiento
tancia del compromiso que el referente asumía du- de los jóvenes extutelados y sus necesidades
rante el proceso formativo también era esencial, pues- psicosociales, formar a los referentes de una manera
to que no bastaba con el hecho de querer ser volun- más adecuada en función de estas necesidades y di-
tario y disponer de tiempo para ello, sino que ade- vulgar el tipo de voluntariado que se estaba constitu-
más era necesario pasar por tres procesos que re- yendo desde la asociación Puntde Ref
erènci
a.
RELACIÓN DE AYUDA CON JÓVENES EXTUTELADOS 169
Los vínculos entre referentes y jóvenes aporta- la cual sólo importaban las necesidades y carencias
ron elementos importantes a tener en cuenta. Uno del joven. Esto último se planteaba desde el equipo
de ellos fue la singularidad de la relación, es decir, técnico como perjudicial para la relación, pues al pen-
cada una de las relaciones establecidas tuvo una sar en el joven como “víctima” lo convertían en suje-
evolución distinta, en función de las características to pasivo, incapaz de actuar sobre su condición so-
psicológicas tanto del referente como del joven, la cial (Gandarias, 2001). Los temores que tenían inicial-
historia de ambos, los aspectos socioculturales (pro- mente los referentes fueron disminuyendo a medida
cedencia, idioma, modos de vida y tradiciones, entre que cada uno de ellos fue estableciendo sus víncu-
otros) y el momento actual en que se encontraban los. Es decir, cuando confrontaron la realidad de los
tanto referente como joven. Ahora bien, a pesar de jóvenes extutelados. Opuestamente, una vez que ha-
esta singularidad, también fue posible señalar as- bía pasado la angustia inicial y la relación iba toman-
pectos comunes entre los distintos vínculos entre do forma, surgía la duda de si realmente eran una
referente y joven. Uno de ellos fue la necesidad ex- ayuda para los jóvenes. Esto, por una parte, se res-
presada por los jóvenes de poder ampliar sus redes pondía en el grupo de apoyo explicando que el poder
sociales y así poder integrarse mejor a la sociedad escuchar a otros ya suponía una ayuda y, por otra
catalana. En el caso de los extutelados inmigrantes parte, que la autonomía del joven, así como asumir la
magrebies, destacaron que era muy importante para responsabilidad de su propia vida y su mayor partici-
ellos tener como “amigo” una persona que fuera pación activa a nivel sociocultural, suponía un proce-
catalana, ya que era uno de los aspectos más débi- so lento de alcanzar.
les que sentían en su integración en Catalunya, ya A luz de lo expuesto, sería importante considerar
que tendían a relacionarse sólo con inmigrantes. En algunos aspectos para mejorar futuras intervencio-
cambio, las dos jóvenes catalanas sentían la necesi- nes de carácter similar. En primer lugar, lo que res-
dad de tener vínculos más allá del círculo de pecta a formación del voluntariado. Ésta debiera in-
extutelados, para que les permitiera salir de éste y corporar un trabajo a nivel personal, un conocimien-
Otro aspecto que surgió, esta vez por parte de que el voluntario desempeñará su rol, un análisis de
los referentes, fue poder aceptar el ritmo del joven, la realidad social en que se insertará y facilitar el
así como su actitud hacia la relación (sobre todo en desarrollo de habilidades concretas en función del
las etapas iniciales), como la desconfianza, el temor tipo de voluntariado. Además, sería esencial previo
a sentirse rechazado y el sentimiento de abandono a la formación, realizar una indagación de las autén-
propio de su historia. Es por esto, que en el grupo de ticas necesidades de los voluntarios, máxime si se
apoyo se planteó la importancia de explicitar los sen- considera el tipo de rol que desarrollará. En segun-
timientos y las necesidades que aparecían durante do lugar, considerar la lógica institucional de la Ad-
la relación con el joven, siendo sinceros y respetuo- ministración y los centros encargados de la protec-
sos con el otro, es decir, como señalaría Rogers ción de jóvenes en riesgo social. Esta lógica implica
(1996), no ser impulsivos. El referente adulto, enton- un funcionamiento que tiende a relegar la sensibili-
ces, estaría acompañando pero no imponiendo. Del dad de asociaciones o iniciativas que planteen el
mismo modo, los referentes también aprendieron a voluntario como un recurso útil para estos jóvenes,
respetar sus límites personales en la relación y no a no consultar las opiniones de los jóvenes o
hacerlo o bien habían pedidos realizados por el jo- acción que satisfagan sus diversas necesidades y,
ven, a los cuales no estaban seguros de acceder. como ya se ha mencionado anteriormente, a asumir
Los prejuicios y expectativas que los referentes sus responsabilidades como coto privado. En tercer
tenían respecto a los jóvenes en riesgo social cambia- y último lugar, tener muy presente que los jóvenes
ron, no solamente por las pláticas de profesionales extutelados están acostumbrados a relaciones ba-
(vinculados a ellos) dadas durante algunas sesiones sadas en un cierto asistencialismo, dentro de un
del grupo psicoeducativo, sino también por la rela- contexto institucional que pone énfasis en lo instru-
ción establecida con los jóvenes. La imagen inicial mental, dificultando posteriormente las relaciones
que esgrimían de ellos estaba basada en las caren- basadas en el apoyo socioemocional inherente a una
cias, más que en las fortalezas, por lo que llegaban a autonomía integral de estos jóvenes.
establecer las relaciones con temor, angustia y cierto En síntesis, destacar que el presente artículo tuvo
paternalismo, planteando una relación asimétrica en la intención de revelar una intervención psicosocial
170 TURRÓ Y CORTÉS
de la infància i l’
adolescència en risc a Catalunya [
En
acompañar a los referentes en este diálogo constan-
red]
. Disponible en:http:
//www.fut.es/
~fedaia/
recursos.htm
te con la realidad. El equipo técnico tuvo presente,
Fernández del Valle, J. & Fuertes, J. (2000). El acogimiento
sonal que podrían retirar su participación. Es por (1981). Linking formal and informal support systems.
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