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tiempo se desarrollan dos presupuestos propios de su simultaneidad:
emos dicho que procede un cambio, se impone un cambio, un Identificar nuestra propia razón vital, y un líder, un líder que nos guíe,
cambio obligado, urgente, real: Poner en orden las prioridades, leyendo y entendiendo tal razón vital, porque, y esto es histórico, sin
poner en orden los valores, poner en orden los planos estructurales líder no hay camino. Todos los grandes procesos históricos han sido
del hombre, corregir la perversidad en que se mueve nuestra sociedad producto de líderes que guíen, abran los caminos y transformen las
cuando se hunde en el cosismo desenfrenado, arma del neoliberalismo sociedades. Argumentos superficiales, románticos, vacíos, mediocres,
y su política de mercado absoluto que ahonda con esa brecha dolorosa harán la crítica a esto que digo, pero prefiero decir como Wittgenstein,
entre los diferentes estratos sociales, haciendo que haya hombres de y también como Nietzsche de alguna manera, que “de lo que no se debe
primera, hombres de segunda, y hombres hasta sin número, hombres hablar, es mejor callar”. Estos no son tiempos para las mediocridades,
estos últimos que, como ya denunciaba Claudia Lars, eran “¡Los que y repito con Rahaim, “Estamos para un diálogo trascendental, y no
no tenían nombre y casi no tienen rostro…! ¡A los que mudos cayeron para escarceos de mero lujo”. Quisiera argumentar un poco esto que
y ni siquiera conozco!”. Prioricemos las necesidades naturales, aque- ahora digo.
llas cíclicas, recurrentes, básicamente salud, alimentación, educación,
cultura, vestido, vivienda, recreación, sobre el cosismo inducido por El desarrollo y el éxito de las políticas del mercado absoluto, expre-
la publicidad y la propaganda; pongamos en orden los valores; recu- sado filosóficamente en un liberalismo desbocado, políticas que ahora
peremos nuestra identidad, lo cual lleva a poner en primer orden a la rigen nuestras sociedades, ¿Qué ha producido? Una sociedad desigual,
sociedad, a la familia y a los roles como planos de los fines del hombre, groseramente desigual, sangrantemente desigual, desigualdad íntima-
supeditando a ellos lo económico y lo político. Hemos, para ello, de mente ligada a un modelo en el que todas las esferas de la vida colec-
escuchar, antes que a esto último, a los filósofos, a los sociólogos, a tiva aparecen regidas por una sola lógica, la lógica de la rentabilidad,
los psicólogos, a los ambientalistas, esto es, al pensamiento esencial. el beneficio y la competitividad. Estos son los valores reales de nues-
Si estos callan, pecan por omisión, y dejan el espacio a quienes lo han tras sociedades, la rentabilidad económica, el beneficio económico, y
ocupado por décadas, los políticos y los economistas econométricos la competitividad en el mercado, valores a los que Fromm designaría
economicistas. como los “no oficiales”, aquellos que no se enseñan en la escuela pero
sí se practican en la calle. Si este beneficio económico, si esta renta-
Pero ello exige, decía, como primer elemento de acción, orden y bilidad económica, y si esta posibilidad de competir, fueran universa-
libertad. Cualquier discurso o propuesta que se haga, si la sociedad les, iguales para todos, tales políticas serían justas y convenientes y el
no se mueve en el marco del orden y de la libertad, será estéril, in- mundo no necesitaría que la naturaleza le recuerde que dentro de él hay
útil, y se prestará para que surja la demagogia sustituyendo a la de- una creatura ínfima, pequeña, minúscula, limitada, que se llama hom-
mocracia, porque si dos elementos le son esenciales e indispensables bre, y que este debe obrar en acuerdo con el camino y el rumbo que
a esta para que pueda ser real, es desarrollarse en orden y en liber- aquella le señale. No es necesario insistir en que esto es así porque ello
tad. No es posible la democracia en una sociedad en la que impera se demuestra por sí mismo. El accionar del hombre ha provocado un
el desorden y la opresión. Esto ya lo hemos puntualizado, y necesa- mundo desigual, injusto, y este, al ignorar el mensaje de la naturaleza,
rio es insistir en que ambos elementos, orden y libertad, no son con- y esto más, pretender bobamente ser él quien la dirija, sufre entonces
tradictorios como pudiera parecer sino más bien complementarios. las respuestas naturales como estas que ahora estamos lamentando.
Si se logra una sociedad dentro de la que imperen el orden y la libertad, Lo que necesitamos, urgentemente, y ahora me suscribo a nuestro país,
en la que lo legítimo prive sobre lo legal, en la que la autonomía do- es una nueva visión que dé cuenta del mundo, de nuestro mundo, de
mine sobre todo intento de heteronomía, en la que haya un imperativo este mundo que de manera creciente se nos presenta como absurdo, sin
categórico que permita aspirar a un estado de fines universales, es posi- sentido, o peor aún, insoportable, este mundo que le da hegemonía ab-
ble que el país retome el camino. La pandemia actual, la guerra civil, la soluta a lo económico sobre la vida misma. Se necesitan otras formas
tormenta, la plaga, y toda nuestra historia de calamidades y sufrimien- de ver y representar lo existente, cuestionar el régimen de sociedad
tos, nos están enviando un mensaje, largo, continuo, de siglos, un men- actual. Se exige, pues, un “dar cuenta”, pero un “dar cuenta de otro
saje que ya es hora que leamos con pulcritud y sin sesgos de ningún modo”, y este “dar cuenta de otro modo” no es cosa de políticos, ni de
tipo. Pero orden y libertad deben conseguirse y sostenerse si al mismo leyes, ni de economicismos, es cosa de ir al encuentro de una clave que
interprete lo que sucede, volcando en ello aquellos “tres únicamen- Es necesario que los salvadoreños vivamos la vida que nos toca
te” del hombre, esto es, inteligencia, sentimiento y voluntad, el vivir, la vida que merecemos vivir. Esto es cosa de la historia, de la
hombre que intelige sentientemente, logifica, razona, siente y tien- cultura, de la fe, de nuestra cosmovisión, que no puede ser resuelta
de-a. acudiendo a recetas de Rabí. Ese paso no es otro que la búsqueda
de nuestra propia razón vital. Hay una pregunta fundamental, que
Veamos esto de la “razón vital”, y del líder que abra el camino debemos hacernos en primariedad: ¿Somos realmente parte de una
de acuerdo con esta. Este concepto de la razón vital aparece ya aldea global, o somos realmente una aldea local?
en Ortega y Gasset. Es oportuno retroalimentarnos de él adecuán-
dolo a nuestra propia “circunstancia”, otro concepto orteguiano. Establecer un estado de orden y libertad, bajo el presupuesto de
Recordemos un poco: Ortega no estaba contento con su sociedad, nuestra propia razón vital, encontrada escarbando en ese sedimento
con la civilización moderna, que, decía, no había podido sintetizar de siglos del que hemos hablado, del que hablaba Unamuno, sedi-
dos momentos que ha mantenido separados siendo partes de un mento que encierra en un atanor que es y debe ser sólo nuestro ata-
mismo conjunto, la razón y la vida. Ello había provocado el des- nor, el lenguaje, la cultura, las costumbres, nuestros mitos, nuestra
garramiento de la cultura moderna, constituyéndose en “el tema fe, el cómo vemos el mundo, y con el cual, una vez encontrado,
de nuestro tiempo”. “Perdida también la fe en la razón se ve el podamos ver el futuro en prospectiva, reinventar el futuro, porque,
hombre forzado a hacer pie en lo único que le queda, y que es su como ya he dicho, siempre hay tiempo para repensar la vida y el
‘desilusionado vivir’ ”, dice el gran filósofo español. ¿No acaso lápiz siempre se acompaña de un borrador.
no nos vemos nosotros como ese hombre en su desilusionado vivir
porque hemos perdido la fe en la razón y en la vida, insistiendo Esto, ¿Quién puede hacerlo?, ¿Quién puede facilitarlo?, ¿Quién
en “vivir la vida de cada cual”, como nos indica la civilización puede ser el guía que abra el camino? Un líder. El país necesita
esta del post-modernismo neoliberal apoyado en la política, en la un líder, un líder que haga el camino, pero un líder de verdad, que
economía econométrica mecanicista, y en el mercado, quienes “se sepa retomar la nueva visión que le dictan los que piensan, y ha-
lavan las manos en la suciedad del contrincante bajo el común cerla realidad. No se trata de retórica, de discurso, de formalidad.
denominador del cinismo”, como lo ha definido Zubirats. ¡Razón Es el momento de la acción. Estamos ante la insoslayable prueba
y vida! Ese es el punto focal de la idea, de nuestra visión, y para que nos envía la naturaleza, con sus mensajes inequívocos, claros y
ello, debemos vernos a nosotros mismos, escudriñar ese sedimento certeros. Leámoslos bien, adecuadamente, y una vez leídos y com-
de siglos que se guarda en nuestro interior profundo para saber qué prendidos, pongamos en práctica esa “nueva normalidad” sobre las
somos y qué no somos. El cuento mal intencionado ese de la “aldea bases que se han expuesto, no una “nueva normalidad” producto de
global” nos ha enredado en un pantano en el que, por ser nuestra un nuevo ropaje pero con el mismo cuerpo y el mismo pensamiento
aldea realmente local, no nos ha permitido sobrevivir. Hemos bus- caduco y equivocado encerrado en él, sino una “nueva normalidad”
cado ser en los otros, emular a los grandes y a los poderosos, sin que, en orden y libertad, y bajo la guía de un fuerte liderazgo, nos
tener las condiciones ni la vocación para serlo. Ese es el engaño lleve hasta nuestra razón vital.
fundamental, del cual debemos salir.
En una palabra, ¡prioricemos al hombre sobre las cosas!
84 CHARING CROSS ROAD tangibles. Helene ha llegado –por fin- al puerto largamente soñado.
Más allá de toda realidad, para muchos de nosotros, sólo existen las palabras y
los libros. Y como en las infinitas galerías borgeanas, nuestras vidas transcurren
ahí, en la impresión inmemorial. No hay remedio posible. Es una dulce condena.
L a primera vez que disfruté la cinta “84 Charing Cross Road”, sin ningún
reparo, lo confieso, lloré. Lloré, no sólo porque soy de fácil llanto,
susceptible desde niño, y quizás, algo melodramático. Sino porque en
Ya lo decía el gran poeta español Luis Cernuda, en aquellos portentosos
versos: “Pero él con sus labios, /con sus labios no sabe sino decir palabras; /
palabras hacia el techo, / palabras hacia el suelo, /y sus brazos son nubes que
esta ocasión -advierto- la historia era insoportablemente, conmovedora. transforman la vida/en aire navegable”. (Fragmento del poema: “Desdicha”).
El argumento es sencillo: la escritora Helene Hanff, norteamericana, residente La película aludida se inspiró en el libro que lleva el mismo nombre:
en Manhattan, establece comunicación, con una librería londinense, Marks & “84 Charing Cross Road”, una estupendo relato epistolar que da
Co., especializada en ediciones antiguas, ubicada en el 84 de Charing Cross. cuenta de lo descrito con anterioridad. Todo fue cierto. Doblemente
Intercambia correspondencia con un agente de ventas, Frank Doel. Cientos de cierto. En lo aparentemente objetivo, y en lo más profundo, en la
cartas cruzan el Atlántico durante dos décadas. Pero nunca se conocen. Por más inmortal ficción, que supera, sin ninguna duda, la ilusoria realidad.
que Helene planifica su visita a Londres, ésta siempre termina frustrándose. Al final, todo queda ahí, nuevamente, en los tomos, en el desgarrado poema,
Elvínculoseextiendealrestodeempleadosdelaempresa.Detalforma,queHelen en la novela interminable del recuerdo, de la vida. Probablemente ese el quid
envía regalos y comida a una Inglaterra que sufría la parvedad de la posguerra. del religioso culto a ese artefacto, a ese objeto maravilloso, llamado libro.
Para todos los devotos de los hijos de Gutenberg, y sobre todo, para los Para nuestro infortunio, no tenemos establecimientos equivalentes, en su
auténticos bibliófilos, esta es una producción cinematográfica inolvidable. categoría, a la mítica Marks & Co., pero siempre existen esas cajas, esas valijas,
Helene es feliz recibiendo valiosísimos ejemplares en precios asequibles a esaspilas,porlascallesdenuestrasciudades,dondeseexhibenauténticostesoros.
su exiguo presupuesto de mujer de letras. Aunque en ocasiones, reclama, Ya nos referiremos, próximamente, a una historia de buquinistas, donde hace
fastidiada, por volúmenes que no satisfacen sus exigentes requerimientos. Pero su incursión el elegante Hugo Wast. La emoción del descubrimiento, es digna
al final, es siempre la amiga amorosa del personal de Marks & Co. Personal de una radiante Helen Haff, ante los paquetes que recibía de Marks & Co.
que con el tiempo, se convierte, en parte de su familia. En la trama se adivina un
POESÍA Aquí no tengo que ser La supervivencia está a la orden del día
gente de papel reciclado frente a los postes de la esquina
TERESA DEL BOSQUE rutinario las antenas en los balcones
los resentidos de antes
Aquí me quedo hoy jueces de tu vida
PARVEDAD hasta que se descalcifican de mundo
mis harapos Afuera tienes que sacar la reserva
A media noche siempre vengo para llegar a contar
al cementerio de las lluvias Mañana volveré a cargarme los cuentos de la abuela
y me abandono de bocas hambrientas la sonrisa
en el confesionario de mis culpas a venderla al mismo precio Porque afuera
al mismo público exiguo te metes entre las patas de las bestias
Me desnudo hasta que me den de baja donde tienes que ser roca
cual niña decidida los buitres del gobierno. o ser uno de ellos
a lanzarse por la borda de los miedos
mientras voy descalzando las palabras Cuesta lo fácil
que le vendo por catálogo en esta tierra de leones:
al esmirriado salón de esos niños CUESTA SER VOS ser bueno que malo
que se le escaparon a la delincuencia ser verdadero que falso
ser mujer que feminista
Aquí Con el párpado entreabierto del sol
me siento más liviana te lanza la madriguera Cuesta ser claro que oscuro
que el vacío germinado al ruedo de la vida amado que temido
en el hueco del pecho donde te hacen la radiografía gente que animal
los zopilotes que saben tu destino
Aquí, donde solo existe tu hora de regreso En estas circunstancias
la eterna audición de atoradas langostas listos para devorarte en el camino donde el producto del patriarcado
en el caracol encerado si te duermes heredado inconsciente
del tímpano mirando las estrellas me aplasta más que a ellos
cuesta ser mujer… buena.
Por: Nathaly Campos mitido establecer un lenguaje universal, porque se rigen bajo
códigos lingüísticos y estructuras de significados propios de
S i juntáramos todos los sueños o planes que teníamos para este año
y que quedaron suspendidos en el tiempo, seguramente nadie nos
pudiera salvar, ese sabor a libertad nos fue arrebatado de las manos
cada comunidad. Lo magnifico de este fenómeno, es que trans-
ciende el plano digital y se instala en todo acto de habla.
Los memes, son macrouniversos, comunidades de habla que tie-
y nos hizo eco la voz de Darwin, cuando entendimos que acá no so- nen la facultad de cuestionar la realidad con un lenguaje irónico
brevive el más fuerte, sobrevive el que mejor se adapta al cambio. y burlesco; ocupan y necesitan de un ecosistema mediático para
La especie humana necesita satisfacer sus necesidades bioló- poder fluir y son en sí mismos unidades culturales, porque surgen
gicas, pero también satisfacer esa hambre de estímulos, de per- de nuestros contextos sociales, se viralizan, mutan y mueren. No
tenecer a algo, de compartir los mismos referentes que el otro. son solo elementos catárticos, no solo nos dan risa, sino también
Con Vini, la vida pareciera que es un juego entre risas y char- son la ventana de los problemas estructurales de una sociedad, por-
las en el carro de camino a un lugar o simplemente mientras ve que hablan de como percibimos nuestra realidad y son estados de
una serie random que en la vida se me hubiera ocurrido ver- opinión que apropiamos para adaptarlos a nuestras necesidades.
la, pero que me hizo cuestionar que todo tiene una respues- Somos la generación del meme, leí una vez en Twitter. Pen-
ta antropológica y desde entonces, me interesó un fenómeno samos y hablamos memes, los producimos y los consumi-
que parece ser irrelevante para las ciencias sociales en el país y mos; nos permiten hacer match con el otro que siente lo
que ahora se volvió objeto de estudio de mi tan anhelada tesis. mismo que nosotros. Por lo tanto, lo social del meme es
Todo parece ser gracioso o cobra sentido cuando consumi- ser el referente de nuestra anomia, esa piedra en el zapato.
mos memes, estos elementos extralingüísticos nos han per-