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Planteamiento Ético de Friedrich Nietzsche

Nietzsche (1844-1900) propone una ética basada en la autorrealización. Desde este punto de vista
su ética es material pragmática. Nietzsche asume la ética como vía para lograr la felicidad con la
transformación del individuo, la cual engendra un nuevo ser; dentro del marco de las relaciones. En
este sentido su ética es parecida aceptada mayormente dentro del mundo griego, en el sentido de
los actos en el mundo público; sin embargo, difiere de la misma en el método a seguir.
En el desarrollo de su ética destacan dos momentos, a saber:
- La Crítica de La Moral..
- El Nihilismo.
Para el autor el concepto asumido hasta el momento de moral no es más que una mentira
engendrado en el corazón de la sociedad. En su obra “Genealogía de La Moral” (1887) Nietzsche
pretende desenmascarar la moral; critica las posturas moralistas de la mayoría de los filósofos que
lo precedieron, haciendo especial énfasis en Sócrates (470-399 antes J.C.), Platón (428-347 antes
de J.C.) e Immanuel Kant (1724-1804). En esta obra enfoca la moral desde un punto de vista
etimológico, desde este enfoque busca las raíces de las palabra “bueno” y “malo” y señala la
tergiversación que los términos han tenido en la sociedad. Para él bueno significa noble, dominador,
aristócrata; malo es ser débil, simple, vulgar, plebeyo, sometido; por lo tanto todo lo inferior.
En tal sentido, critica al judaísmo y al cristianismo, religión derivada de la primera; pensamientos
diseñados por los judíos que a su entender a preñado la cultura occidental, tergiversando los
valores; haciendo creer que la inferioridad es premiada por Dios. El reino de los cielos es la
recompensa para los incapaces que se esconden tras conceptos como bondad, igualdad, humildad,
piedad, perdón y caridad. Ya que estos son valores de los esclavos. Moral de los oprimidos que al
despreciar la vida inventan un reino ultraterrestre, que en él se les regalará lo que son incapaces de
alcanzar en el mundo. De esta forma, el reino de los cielos es la recompensa al conformismo y la
bestialidad vestida de hipocresía.
En este punto, es menester destacar que la moral del rebaño es hipócrita, pues el rebaño sabe que
es incapaz de encarnar los valores cristianos; ser bondadoso, humilde, casto; por lo tanto, pretender
ser puro, es un absurdo.
Nietzsche en su obra “El Anticristo” (1888) afirma: “El cristianismo ha tomado, partido por todo lo
débil, bajo malogrado, ha hecho un ideal de la contradicción a los instintos de conservación de la
vida fuerte; ha corrompido la razón incluso de las naturalezas dotadas de máxima fortaleza espiritual
al enseñar a sentir como pecaminosos, como descargadores, como tentación, los valores supremos
de la espiritualidad”.
El pensador afirma que los únicos valores cónsonos con la evolución de los pueblos están
contenidos en la moral de los señores; esta moral esgrime la fuerza, el poder creativo, la
dominancia. El dominador ama a la vida, es duro para si y para los demás; desprecia los valores del
rebaño: la debilidad, la cobardía, el miedo, la humildad y la mentira.
Es deber del hombre fuerte romper los valores de la jauría, las antiguas tablas, y hacer que surjan
los nuevos valores, que indudablemente traerán la felicidad y bienestar para los aptos, los
dominantes. Estas ideas son mostradas en una de sus obras capitales, “Así Hablo Zaratustra”
(1883).
En esta nueva tabla de valores, la:
Objetividad es sustituida por Personalidad creadora,
Bondad es sustituida por Virtud
Humildad es sustituida por Orgullo
Satisfacción es sustituida por Riesgo
Piedad es sustituida por Crueldad
Amor al Prójimo es sustituido por Amor a lo Lejano.
En lugar de los valores morales aparecen los valores naturales. En lugar de la metafísica y la
religión se impone la idea del eterno retorno.
Independientemente de lo que se piense, de la concepción de la vida tras las experiencias, es
indudable que el viejo precepto el cual afirma que “nuestro derecho termina donde inicia el del otro”
es real. Por lo tanto, si alguien asume los valores y concepciones de Nietzsche y su época como
ciertos, es irrefutable que en para lograr el bienestar individual y común la crueldad es una
adversidad, el orgullo puede degenerar en arrogancia, la falta de amor al prójimo degenera en
insensibilidad social; sin embargo, el deseo de superación, la crítica a sí mismo y al extraño, la
personalidad creadora, son valores, a nuestro entender, positivas para el individuo y el colectivo. En
este sentido, Nietzsche se granjea la crítica de no pocos pensadores, quienes rescatan lo loable de
su pensamiento y señalan aquello que puede llevar a la despersonalización.
En realidad, todo extremismo, todo fanatismo degenera en mal social. Pues, el cristianismo, simiente
de la valoración máxima del espíritu (insistimos, a nuestro entender), al ser llevado su pensamiento
a la praxis extremista ha engendrado persecución y muertes injustificadas. Recordemos La Santa
Inquisición.
Para Nietzsche la sociedad domestica al hombre haciéndolo parte del rebaño, la sociedad está
compuesta de seres alienados que alienan. Solo el hombre libre es propietario de una voluntad larga
e inquebrantable, solo a él le es licito prometer; siendo esta una medida de valor apropiada para
medir la voluntad del hombre.
Es importante destacar que en la época vivida por Nietzsche, el cristianismo, encarnado en el
catolicismo había sufrido un gran número de críticas surgidas desde puntos de vistas adversos a
posturas rígidas de la Iglesia. Además, habían surgido el evolucionismo como explicación al
surgimiento y evolución de la vida en el planeta, concepción que justificadamente se opone a la
concepción bíblica aceptada sin refutación hasta el momento. Desde finales de del siglo XIX el
creacionismo había experimentado cuestionamientos a raíz de diversas publicaciones de diversos
naturalistas; sin embargo, tras la publicación del “Origen de las Especies” (1859) por Chales Darwin
(1809-1882), las criticas al creacionismo se habían acentuado. Por otro lado, el pueblo alemán
mostraba cada vez mayor inconformidad por las restricciones hechas a la comercialización de sus
productos a nivel internacional, logrando comprimir su economía. Dentro de este marco Nietzsche
piensa y escribe; su concepción indudablemente es reflejo de su época.
A lo ya señalado, hemos de sumar una creciente presencia de lo democrático, la que se muestra
como la afirmación de una individualidad independiente de Dios y acreedora de la igualdad, de la
medianía. La democracia, aparece a los ojos de Nietzsche como un momento del despliegue del
nihilismo igualmente negador de la vida que los que la antecedieron. Ambas manifestaciones del
nihilismo se muestran a Nietzsche como negaciones de la vida en la medida en que niegan u olvidan
dimensiones de ella que a su vista aparecen como constitutivas de ella, como inalienables a lo que a
él se le aparece como vida. Estas dimensiones negadas de la vida se muestran en ámbitos tan
determinantes como el constante darse del devenir y las diferencias entre los hombres.
Nietzsche escribe en forma de aforismo, por lo tanto su obra se presta a diversas interpretaciones.
En la obra “Mi Lucha” (1925) de Adolf Hitler (1889-1945) se reconocen ciertas ideas nietzscheanas
como la supremacía del pueblo alemán, la oposición franca al judaísmo y la concepción de
desigualdad entre los seres. No se trata de que Hitler sea o no nietzscheano, se trata del
pensamiento del pueblo alemán; pues como hemos mencionado Nietzsche retrata fielmente su
época. Tras la lectura de Hitler a sabiendas de los resultados del Holocausto, las lecturas de
Nietzsche pueden resultar odiosas, mas el pensador queda absuelto de estas atrocidades pues
murió casi cuatro décadas antes del genocidio contra los judíos. En la misma línea de pensamiento
Nietzsche comparte ideas con el músico y amigo Wagner (1835-1917) –amistad distanciada por
Nietzsche-, siendo también un sinsentido relacionar a Wagner con el Holocausto. Sin embargo, es
pertinente destacar que la radicalidad sin razonamiento llevada a la práctica puede engendrar la
barbarie.
Para Nietzsche los seres humanos no son iguales, cada individuo es diferente a otro; por lo tanto,
muchos necesitan ser esclavos, quienes jamás llegaran a comprender el pensamiento de los seres
superiores, de los aristocráticos. Solo algunos pueden llegar a ser seres superiores; quienes son los
aptos, los fuertes, llamados a dominar, desdeñar y burlarse de los inferiores. Nietzsche, al igual que
Hegel (1770-1831), es eurocéntrico, está convencido que los seres llamados a dominar el mundo
viven al norte de Europa, especialmente el pueblo alemán, descendiente del pueblo ario, del
verdadero hombre; pues para esta concepción el origen del alemán no esta en África, como es el
caso del resto del mundo. El pueblo alemán es victima de la envidia de los otros pueblos. Esta
concepción refleja el pensar de su pueblo, simiente de odios capitales que engendraron las
ideologías con las cuales los alemanes justificaron su participación en las dos guerras mundiales.
Luego de la critica hecha por Nietzsche a la moral hasta ese momento esgrimida, propone el
nihilismo como alternativa. Aquí el pensador se refiere al proceso histórico que emerge tras el
reconocimiento del máximo valor y termina en la asunción y reconocimiento de múltiples cosas
valoradas al volverse inoperante lo que antes era asumido como cierto. El nihilismo surge al
reconocer la ausencia de una única medida; y, la toma en cuenta que múltiples medidas pueden
aparecer como validas.
Es desde el nihilismo que Nietzsche afirma que Dios a muerto. Tras esta afirmación se acepta la
vida y la nada, el modo de vivir mas allá del bien y del mal. Nietzsche es meramente existencialista,
tras la muerte de Dios queda el hombre sobre la tierra, su sacrificio, su vida y lucha. Este
pensamiento indudablemente tendrá una influencia notoria en la filosofía existencialista del siglo XX
Influyó en las corrientes existencialistas, fenomenológicos,postestructuralistas y postmodernos. Es
considerado uno de los tres «Maestros de la sospecha» (según la conocida expresión de Paul
Ricoeur (1913-2005), junto a Karl Marx (1818-1883) ySigmund Freud (1856-1939). Influyendo a
pensadores como Camus (1913-1960), Sartre (1905-1980), Heidegger (1889-1976), Simone de
Beauvoir (1908-1986), entre otros.
Las nuevas tablas de valores propuestas, no son un sinsentido, en lugar de estar condenadas al
fracaso o limitadas por el evento biológico de la muerte, es la salvación dentro del mecanismo del
universo. Pues, para Nietzsche en el mundo opera la ley del Eterno Retorno, según la misma
estamos repitiendo las mismas circunstancias una y otra vez; las cosas, las situaciones, las
relaciones, se repiten sin cesar. El rebaño repite su estupidez, su enclenques, su incapacidad una y
otra vez; rumiando, destruyendo, nada mas. En caso contrario, el dominante llamado el
superhombre, es un ser conciente que vive completamente libre, al margen de las cadenas de la
moral y la religión.
Es clave en el pensamiento de Nietzsche la ley del Eterno Retorno, teoría esgrimida por el autor tras
encontrar el esbozo de la idea en los trabajos de Heinrich Heine(1797-1856), quien especulaba que
llegaría el día en el que la persona volvería a nacer con el mismo proceso de él mismo, y con él
mismo en todas las demás personas. También, el autor fue influenciado porSchopenhauer (1788-
1860) quien sentenciaba que una persona que firmara en la vida incondicionalmente lo haría incluso
si todo lo que le había pasado le ocurriera de nuevo de forma repetida. Nietzsche propuso por
primera vez esta ley en “La Gaya Ciencia” (1882) y desarrolló en “Así habló Zaratustra”. Con esta ley
se pretende eliminar a la muerte como caducidad irreducible a la lucha del hombre en la vida. Ya no
se nos promete un reino en los cielos, una inmortalidad en un supramundo, se nos otorga la
inmortalidad en este mundo. Pues caso contrario, todo el esfuerzo hecho estaría de limitado por el
hecho de dejar de vivir. Nietzsche se niega a la muerte, es capaz de renunciar a la mayoría de los
preceptos religiosos, pero es incapaz de aceptar la muerte como hecho natural, como la última
barrera; como el límite que el superhombre no puede superar.
En el constante devenir, la voluntad de poder es el requisito necesario para transmutar la sumisión a
la voluntad divina, a la fuerza, el dinamismo natural en el cuerpo. La vida es escenario para
desarrollar La Voluntad de Poder. Esta voluntad, que ofrece, carácter ahistóricos, negación de toda
la cultura alemana hasta la época y sobre todo, junto con la idea hegeliana que lo real esta en lo
racional.
De esta forma el superhombre se impone y doblega al mundo, al universo. Superhombre dotado de
la virtud que tiene simiente en la pasión, de los instintos que nos hace humanos. El superhombre se
ha creado a través del flujo de su fuerza e impulso. Este hombre superior no sufre la pena de negar
lo que es, no reprime sus pasiones e instintos; es la encarnación del ideal, lo que le da sentido al
mundo, ser superior en la escala evolutiva. No sufre de la impotencia e hipocresía del cristiano.
La vida es progreso que acontece y repite. El superhombre acepta, asume su dolor, su fragilidad, el
llanto; se fortalece superando las dificultades. El superhombre, al igual que los niños, juega con la
vida, haciendo de ella un jardín para crear; haciéndose útil, redimiéndose, justificándose ante la
naturaleza. En este punto, recordemos los que Sartre afirmara años después: “No es lo que el
mundo nos ha dado, es lo que hacemos con lo que nos da”.
Otro aspecto importante en el pensamiento de Nietzsche es la concepción sobre las mujeres, la cual
provocado una gran polémica. El hecho de que Nietzsche también ridiculizara a los hombres y a la
masculinidad no le salva de la carga del sexismo. Sin embargo, las mujeres con las que tuvo
contacto dijeron que era admirable y que trataba sus ideas y consideraciones con más respeto del
esperado en un hombre educado en ese período. Muchos comentarios de Nietzsche sobre las
mujeres y los hombres deberían ser leídos a la luz de su reevaluación de la moral y de su deseo de
evolución del individualismo. Además, algunas de sus afirmaciones sobre las mujeres parecían
prefigurar la crítica del post-feminismo contra las versiones primerizas del feminismo,
particularmente aquellas que afirman que el feminismo ortodoxo discrimina a las propias mujeres en
función de su posición social privilegiada. La visión de Nietzsche de la mujer se centra en su papel
de madre en potencia, y no se extiende mucho más allá. Nietzsche emplazaba a la creación de
cosas más grandes que uno mismo como la principal tarea de la vida del ser humano, esta visión
debía simpatizar consecuentemente con el embarazo femenino.
Nietzsche resalta el valor de la mujer, no siendo ésta tan débil como aparenta y generalmente el
hombre supone. De hecho, Nietzsche creía en las diferencias radicales en la esencia de los géneros
como algo positivo. Ambos serían capaces de contribuir, cada uno a su modo, a las grandes tareas
humanas, en función de sus respectivas condiciones sexuales, físicas y psicológicas.
La ética de Nietzsche supedita la ética tradicional a la estética. Entendiéndose la estética como
valoración para transformar la vida en hechos bellos y útiles; por lo tanto, es menester afirmar que la
ética de Nietzsche es pragmática. Afirma la virtud en un sentido ético del renacimiento italiano. Su
ética, en clara oposición a la socrática y platónica, libera.
NIETZSCHE. LA MUERTE DE DIOS. 

        Nietzsche (1844 -1900) es uno de los autores de mayor influencia en actualidad.
Con él se puede afirmar que concluye el optimismo en el que había incurrido la
Modernidad filosófica. El camino de confianza en la razón como motor del progreso,
iniciado con Descartes, y continuado por Kant y Hegel, puede considerarse
completamente fracasado con la crítica del filósofo alemán. El futuro de la sociedad y
los hombres que la componen sería el nihilismo[1]. Es cierto que la crítica de Nietzsche
va más lejos todavía pues llega hasta Sócrates, Platón y Aristóteles y desde luego hasta
el cristianismo, el marxismo, el socialismo y la música de Wagner. Su filosofía puede
considerarse como un vitalismo e irracionalismo extrañamente unidos. De ahí se
puede derivar la paradoja de que si quieres "vivir", no deberás pensar; y por el
contrario, si decides pensar entonces no vivirás.

La crítica de Nietzsche alcanza, como es lógico, también a la ética. Se


comprende que rechazando la filosofía racional, también niegue la ética que de ella
se deriva. Si, como afirma Nietzsche, la razón no puede alcanzar la verdad del
conocimiento tampoco podrá saber nada respecto del bien. 

“Dios ha muerto” es quizá la frase más conocida de Nietzsche, pero esa


expresión requiere un esclarecimiento. Que Dios haya muerto significa para el autor
alemán, que toda una cultura basada en la preeminencia de Dios ha dejado de
existir y ya se anuncia una nueva humanidad que tendrá que fundarse sobre otros
presupuestos. Nietzsche no tiene dudas al respecto. Para él Dios no ha existido
nunca, pero la humanidad creyó necesitar de un Ser superior para colocarse bajo Él
e imponer un orden social igualitario que de otro modo se veía muy difícil. Los
poderosos señores (en lenguaje nietzscheano) fueron sometidos por los inventores
de la religión, los esclavos, que de ese modo trastocaron el orden natural de las
cosas según el cual los fuertes necesariamente han de someter a los débiles. En la
interpretación de la historia que hace Nietzsche, se puede ver a los judíos que
inventaron la religión como modo de imponerse a los poderosos romanos, y
asimismo, también el cristianismo (la religión de los débiles en terminología del
autor) continuó ese camino. Las consecuencias de dicha inversión de valores está
clara para el pensador alemán: los valores de los débiles se han impuesto en una
sociedad que se ha hecho decadente. Y añade que todo en la naturaleza es
desigual; no hay dos hombres iguales ni dos hojas idénticas. Y de ahí que, la
igualdad, solidaridad, humildad, socialismo, democracia son para Nietzsche, valores
falsos derivados de la religión de los débiles judeocristianos que quieren impedir el
resurgir del superhombre, el más desigual de todos. 

El Superhombre. Rechazado el viejo logos, reaparece nuevamente el mito


sugeridor[2]. El superhombre es probablemente una metáfora porque a veces
parece que el Superhombre que anuncia Nietzsche está por llegar y ya se advierte
su presencia. Otras veces parece que hay que forzar las cosas preparando su
llegada. Lo más interesante es sin duda, que el Superhombre tendrá que ser aquél
que supere los límites de esa moral decadente judeocristiana. Superhombre será el
que se imponga con su fuerza sobre los demás, “naturalmente” sin trabas éticas de
ningún tipo. Pero para ello no usará la inteligencia sino su misma fuerza vital. Una
vitalidad irracional que no conoce límites fuera de la misma vida. Parece que nos
propone pues una transmutación de todos los valores contrarios al cristianismo: la
desigualdad, la originalidad, la individualidad, la soberbia, serán los valores propios
del superhombre pero pueden ser asimismo los valores de la nueva sociedad que
ya amanece. 

La crítica a la crítica de Nietzsche ha de ser contundente pues las


consecuencias de su pensamiento son excesivamente peligrosas, si se le toma en
serio. No se puede mantener ninguna ética si Nietzsche tuviera razón por lo que
deberemos concluir que se equivoca en todo su planteamiento. La ley de la selva, la
ley del más fuerte que se deduce de su filosofía ya está superada por la historia.
Por otro lado, es cierto que en la naturaleza existen las diferencias pero también
encontramos similitudes y por ellas avanzamos, si no hacia la igualdad plena, al
menos hacia la disminución de las injusticias. 

La humanidad ha realizado avances importantes y, pese a todo, se puede


afirmar que camina paso a paso hacia la paz. La propuesta nietzscheana tomada en
serio termina en la barbarie. Algunos autores posteriores comentan que a Nietzsche
no se le puede tomar en serio[3]. Y nos da pie para pensar así cuando Nietzsche
afirma de sí mismo: “Yo no soy un hombre, soy dinamita”. 

The boys are playing volleyball in the yard

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