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Magistrado Ponente:
Dr. HUMBERTO ANTONIO SIERRA
PORTO
ANTECEDENTES
Por las razones anteriores el ciudadano solicita que la Corte decrete las
nulidades respectivas y acepte su intervención dentro del proceso de la
referencia.
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Inciso final del artículo 1º del Acuerdo de Cartagena y los artículos 1, 3, 5, 19 y 54 de la decisión 436
de la Comisión de Plenipotenciarios de la Comunidad Andina.
3
Ver página 4 de la solicitud de nulidad.
4
Ídem.
5.- Mediante Auto del 04 de mayo de 2004 (A-054-04), la Corte resolvió
denegar la solicitud de nulidad mencionada y argumentó que:
8.- Por otro lado, el incidentalista cita la sentencia de esta Corte C-227 de
1999, mediante la que se revisó la constitucionalidad del articulado del
Protocolo modificatorio del Tratado de Creación del Tribunal de Justicia
del Acuerdo de Cartagena, en donde se dijo que se encontraba ajustado a la
Constitución “...[l]a aplicación directa y preferente del ordenamiento
comunitario en los países miembros...” con el fin de estructurar un sistema
de interpretación unificado. Luego resultaba constitucional que la
interpretación prejudicial contemplada en la sección tercera del
mencionado protocolo debiera ser adoptada por el juez interno de manera
obligatoria.
9.- En atención a lo anterior, el ciudadano concluye que ante la
obligatoriedad de la adopción de la interpretación prejudicial del Tribunal
de Justicia de la Comunidad Andina por parte de la Corte Constitucional y
ante el hecho de que el sentido de dicha interpretación fuese contraria a la
que en la C-988 de 2004, se ha vulnerado el debido proceso pues lo
decidido en la C-988/04 evidencia que esta Corte no adoptó la sentencia
137–IP-2003 del mencionado Tribunal Andino. Pues dicha adopción, según
su opinión, forma parte del procedimiento en estos casos.
Competencia
1.- Según lo previsto en el artículo 49 del Decreto 2067, “la nulidad de los
procesos ante la Corte Constitucional sólo podrá ser alegada antes de
proferido el fallo. Sólo las irregularidades que impliquen violación del
debido proceso podrán servir de base para que el Pleno de la Corte anule
el Proceso”.
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Ver entre otros A-008-93.
refiere al plazo de tres (3) días para impugnar el fallo del juez de tutela,
contados a partir de la notificación del mismo.
Problema jurídico
4.- El artículo 49 del Decreto 2067 de 1991 dispone que sólo las
irregularidades que impliquen violación del debido proceso podrán servir
de base para que la Sala Plena de la Corte anule una decisión. De acuerdo
con ello se trata de nulidades circunscritas de manera expresa a las
violaciones ostensibles y probadas del artículo 29 de la Constitución. Estas
situaciones son especialísimas y excepcionales, y sólo tendrán lugar cuando
los fundamentos expuestos por quien la alega muestran, de manera
indudable y cierta, que las reglas procesales aplicables a los procesos
constitucionales, que no son otras que las previstas en los decretos 2067 y
2591 de 1991, han sido quebrantadas, con notoria y flagrante vulneración
del derecho al debido proceso. Pero ello no es suficiente demostrar la
vulneración alegada, sino que ésta tiene que ser significativa y
trascendental respecto de la decisión adoptada, es decir, debe tener
repercusiones sustanciales, de lo contrario la petición de nulidad está
llamada a fracasar.
El caso concreto
6.- Tal como se expresó más arriba, si bien es cierto que la nulidad debe ser
alegada durante el procedimiento y antes de proferirse la sentencia, también
lo es que cuando ella se origina en la misma sentencia, su alegación de
manera excepcional puede aducirse en incidente posterior (cuando no hay
recurso especial al respecto), tal como lo ha admitido nuestro ordenamiento
(artículo 142, inciso primero y final, del Código de Procedimiento Civil)
que para el efecto resulta aplicable, de acuerdo con lo indicado en el auto
008 de 1993 citado.
7.- Como quiera que el incidentalista aduce que el vicio en el presente caso
consistió en no haber tenido en cuenta la interpretación prejudicial, este
Tribunal encuentra, por el contrario, que en efecto en el proceso que
condujo a la sentencia recurrida sí se tuvo en cuenta la decisión del
Tribunal Andino, tal como consta en el auto del 28 de enero de 2004 (fl
453) y en punto IV de texto de la mencionada sentencia. Por otro lado, no
encuentra la Sala que el recurrente haya explicado o demostrado
razonablemente en los argumentos de su solicitud de nulidad, un hecho
violatorio del debido proceso en la sentencia C- 988 de 2004 de esta
Corporación.
9.- Por otro lado, resulta pertinente aclarar, de conformidad con lo expuesto
hasta ahora, que si la interpretación prejudicial es de carácter sustancial
porque se refiere al contenido de la decisión en atención al derecho
comunitario y no respecto de la jurisdicción de esta Corporación, es errado
concluir que una eventual separación de ella constituye un vicio procesal,
cuando ni siquiera se tuvo en cuenta desde el punto de vista sustancial.
RESUELVE
COMUNÍQUESE Y CÚMPLASE
HACE CONSTAR: