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CICLO: XII
SEMESTRE:2020- I
1. Introducción
Así, cuando una entidad resuelve y ejecuta un acto, lo hace bajo su potestad de
autotutela, igual al momento de sancionar a un administrado utiliza su potestad
sancionadora. Ello permite a la administración cumplir con los distintos objetivos
por los cuales se le ha trasladado ese poder de gobierno.
Sin embargo, este poder de la administración, debe ser ejercido, como todo, bajo
ciertos parámetros y límites impuestos por nuestro propio ordenamiento,
observándose principios como razonabilidad, legalidad, debido procedimiento.
En este punto, debemos precisar que el acceso a la justicia no sólo puede ser
enmarcado dentro de un proceso judicial, sino que se extiende también al ámbito
de los procedimientos administrativos. Así, con relación al debido proceso en
sede administrativa, el Tribunal Constitucional en la STC 4289-2004-AA/TC, ha
expresado en los fundamentos 2 y 3, respectivamente:
Ya que, debido a sus muchas veces inadecuada regulación –lo que ocurre en
materia de plazos de los recursos y en la exigencia de recurrir grado a grado en
algunas provincias–, pero más que nada a su irrazonable aplicación, ha convertido
–en un número muy significativo de casos– el tránsito previo por la vía
administrativa en una trampa o carrera de obstáculos para el litigante y demora
injustificadamente el acceso a la jurisdicción.
4. Reflexiones finales
Todos estos factores ocasionan que no exista una efectiva tutela de derechos,
resultando así la vía administrativa un gasto adicional de dinero y tiempo al
ciudadano, obligándolo a recurrir a la sede judicial.
La solución en este tipo de casos pasa por resolver una pregunta que contiene
muchas aristas. ¿Quién controla al fiscalizador? Si bien, una respuesta inmediata
nos llevará a decir que es el Poder Judicial quien revisa la legalidad de aquellos
actos administrativos, esto se da luego de que el administrado ya ha pasado por
una serie de etapas y visto su derecho de acceso y tutela mermado, frente a las
posibles arbitrariedades cometidas por la administración.
Sin embargo, con el objeto de brindar ciertas luces ante todos los problemas
planteados, considero que debe reforzarse el tema de la responsabilidad de las
autoridades y el personal de la Administración, haciendo efectivas las sanciones
ya contempladas en el TUO de la Ley 27444, la cual contiene una serie de
mecanismos y medidas para atribuir responsabilidad a quienes no resuelvan con
arreglo a nuestro ordenamiento, como bien lo establece el Título V de dicha Ley.
Así, el artículo 259.1° del TUO, establece que las autoridades y personal al
servicio de las entidades son pasibles de ser sancionados administrativamente
con suspensión y hasta destitución, cuando incurran en una serie de supuestos
señalados por la norma. Entre ellos: resolver sin motivación alguna, incurrir en una
ilegalidad manifiesta, no resolver dentro del plazo establecido, negarse a recibir
los escritos, entre otros.
5. Bibliografía