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Universidad Autónoma del Estado de

México
Unidad Académica Profesional
Tianguistenco
Hules
Historia del caucho: traducción y
resumen
Profesor: Hugo Manuel Morales
Arellano
Alumno: Erick Emanuel Camacho
Gutiérrez
Grupo: PQ
09/09/2020

Contenido

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Los orígenes de la industria del caucho:................................................................................3
El descubrimiento del caucho................................................................................................3
El nacimiento de una industria:.............................................................................................4
La invención de la llanta neumática.....................................................................................6
Desarrollo de la composición química:...............................................................................7
Resumen:........................................................................................................................................9
Referencias:..................................................................................................................................13

Los orígenes de la industria del caucho:


El descubrimiento del caucho
El caucho estuvo entre muchos de los primeros descubrimientos que impresionaron a los
primeros exploradores Europeos del nuevo mundo. Colón, durante su segundo viaje de

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descubrimientos (1493-1496) notó que los nativos de La Española jugaban juegos con
pelotas sólidas. Estas pelotas eran increíblemente resilientes y elásticas, que tenían la
capacidad de rebotar mucho más alto que aquellas pelotas infladas vacías hechas de
cuero que se usaban en Europa en esos entonces. Estas pelotas estaban hechas de un
líquido lechoso seco que podía ser obtenido cortando en la corteza de ciertos árboles.
Los indios sudamericanos llamaban a estos árboles “haeve” o “cauchuc” lo cual
significaba “madera llorona” y es de estos dos nombres donde las dos palabras indias que
el nombre “Hevea” para el árbol de caucho y el término en inglés y francés para el caucho
“caoutchouc” fue originado.

Las excavaciones han mostrado que el caucho era usado en ceremonias religiosas por
los aztecas tan pronto como en el sexto siglo D.C. Copias de un antiguo “fresco”
encontradas en Teotihuacán en México describen a un sacerdote hincado haciendo
ofrendas que incluyen dos pelotas de caucho. Los primeros escritores también destacan
que el caucho era sustancia “mágica” de gran significado para rituales tanto para los
Mayas como para los Aztecas y a veces se pensaba que se asociaba con el sacrificio
humano. Efigies de caucho con mas de 500 años de antigüedad han sido descubiertas en
el pozo de sacrificio en las ruinas de la ciudad Maya de Chichen Itzá en México- Tales
figuras eran usadas en las ofrendas para los dioses de la lluvia con aquellos que también
eran adorados en el pozo de sacrificio.

En un dibujo contemporáneo fechado en 1529, los jugadores Aztecas traídos de vuelta a


España por Cortes son mostrados lanzado una pelota sólida de caucho entre ellos usando
solo sus glúteos en el juego mientras sus manos permanecen tocando el suelo. Ellos
usaban baúles de cuero y guantes para así disminuir el impacto de la pelota dura en su
piel. También es interesante que en ese entonces el rey de España mandó a un físico
llamado Francisco Hernández donde en su libro “Rerum Medicarum Novae Hispanuae
Thesaurus” que publicó en roma en 1649, describió la goma que fluía de los árboles
cuando la corteza era cortada. Esta goma era modelada en pelotas por los nativos, pero
el también hizo una referencia especial a los numerosos usos médicos en los cuales el
“holli” (nombre indio para la goma) era usado, para curar todos tipo de padecimientos en
aplicaciones internas o externas.

Los antiguos Mexicas usaban estas pelotas sólidas de caucho para juegos y una popular
variación popular descrita en 1535 llamada Tlachtli, la cual era una mezcla de basketball,
futbol y hockey. Requería un grado considerable de habilidad ya que la pelota tenía un
diámetro de alrededor 9-12 centímetros la cual tenía que ser propulsada a través de un
aro de piedra no tan grande en comparación al diámetro de la pelota. Una pelota de juego
con esta descripción ha sido encontrada en la tumba de un niño Peruviano, se estima que
tiene alrededor de 350 años de antigüedad.

Los primeros intentos del hombre para utilizar en algo útil el caucho fue probablemente
originado entre los nativos de la Amazona, los cuales sumergían sus pies en un
contenedor de látex de goma, por lo que por su cuenta se hacían a sí mismos un par de
zapatos de caucho. El siguiente paso para los zapateros del Amazonas era usar un
formador con la forma de su pie los cuales elaboraban de arcilla. Para mejorar sus

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técnicas de manufactura, pronto aprendieron a secar los sumergimientos de látex
sucesivos con el calor del fuego. Esto llevó a la observación de que un fuego humeante
preservaba al par de zapatos más tiempo ofreciéndole también fuerza y por ende,
durabilidad, la cual no era aparente en el producto coagulado naturalmente. Los métodos
actuales aún dependen en la función antiséptica de aplicar calor o fumar para preservar el
caucho natural de su tendencia natural de fermentarse y hacerse mohoso.

Los nativos de Haití hacían zapatos, botellas, ropas a prueba de agua, jeringas y otros
objetos útiles de la goma elástica, pero aunque los primeros explorados Españoles y
Portugueses tomaron muestras de la goma, su descubrimiento tuvo poco impacto en el
tiempo de su civilización

El nacimiento de una industria:


Pasaron varios siglos antes de que el nuevo material fuera traído para un uso comercial
en Europa. Las expediciones del siglo 18 del francés, Charles de la Condamine, in las
regiones ecuatoriales de Sudamérica y sus subsecuentes escritos no hicieron mucho para
estimular un interés en el caucho en los laboratorios de Europa. Fue La Condamine y su
compañero de ingeniería Fresneau los primeros que describieron el árbol Hevea de
caucho, así como los métodos usados por los nativos para extraer el látex (Palabra en
latín para leche) y como hacían artículos útiles de este mismo.

Otro francés, Foucroy, descubrió en 1791 que el látex podía ser preservado en pequeñas
cantidades de amoniaco, pero este importante descubrimiento permaneció inactivo por
unos 125 años, hasta que fue introducido de nuevo para su uso en estabilizar el látex
natural durante su transportación.

A finales del siglo 18 , las propiedades generales del caucho empezaban a ser
reconocidas, aunque en primera instancia no era comercializado por sus propiedades
elásticas, si no para borrar manchas de lápiz, por lo tanto se estableció el nombre inglés
de caucho sugerido por Joseph Priestley en 1770.

A inicios del siglo 19, el uso de iluminación de gas de carbón llevó al establecimiento de
compañías de gases a lo largo de las islas británicas y en 1819 Charles Macintosh, un
manufacturero de tintes compró los subproductos de Glasgow Gas Works. El descubrió
que uno de esos subproductos, nafta de alquitrán de hulla, era un excelente solvente para
el caucho, por lo que hasta ahora ningún solvente satisfactorio había sido encontrado.
Macintosh usó el caucho y el solvente para hacer una solución que extendió en un lado de
la tela. Dos pliegues de la tela eran comprimidas juntas (lados de caucho adyacentes)
para formar la primera prenda “Macintosh” a prueba de agua. En 1823 Macintosh patentó
su descubrimiento, por lo tanto añadiendo una nueva palabra al inglés. Tan exitoso fue su
negocio para su tela a prueba de agua que una nueva obra fue construida como la
primera fábrica en Manchester. Desafortunadamente, el caucho que recubría a estas
vestimentas “Macintosh” estaba sujeta a cambios de temperatura, haciéndose pegajosa
cuando se calentaba y dura y frágil al punto de quiebre cuando esta era enfriada y sufría
envejecimiento.

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Se dice que la demanda pública para el calzado en Estados Unidos empezó en 1823
cuando un mercader de Boston, T.C Wales, empezó a comercializar calzado de caucho
importado de Brasil, la primera fábrica de calzado llamada “Roxbury India Rubber
Company” la cual inició en Boston en 1833, pero los productos estaban sujetos a los
mismos problemas que se podían encontrar en las prendas “Macintosh”. Fueron esos
problemas los cuales estimularon a Charles Goodyear en el trabajo que finalmente lo llevó
a su descubrimiento de la vulcanización en 1839, Proclamando el inicio de una industria
importante (Goodyear, 1855).

Charles Goodyear vivió y trabajó en Naugatuck, Connecticut. Su planta, también


localizada en Naugatuck después se convirtió en una parte importante de la industria del
caucho estadounidense, ahora Uniroyal Inc. Goodyear encontró que el caucho mezclado
son azufre y después calentado resultaba en un producto similar a una masa que no era
afectado por condiciones climáticas calientes o frías. El no patentó su descubrimiento
hasta 1844, aun así, Thomas Hancock, un carrocero de Londres, obtuvo una patente para
el proceso de vulcanización en 1843, admitiendo abiertamente que el había visto
muestras de caucho con azufre vulcanizado probablemente hechos por el mismo
Goodyear. Goodyear le dio el término de “Goma metálica elástica” a su caucho “curado”
pero el proceso pronto recibiría el nombre de “vulcanización” el cual deriva de la mitología:
Vulcan, del mítico dios del fuego que tenía sus talleres en montañas volcánicas, una
fuente abundante de calor como también de azufre los cuales son los componentes
esenciales para la vulcanización. Por lo tanto entre 1835 y 1845, el trabajo de Goodyear,
Hancock y otros llevaron a cabo el desarrollo exitoso en una escala industrial del proceso
de vulcanización, en el cual un material insatisfactorio era convertido en uno con
propiedades elástica sorprendentemente valiosas adecuadas para una gran variedad de
usos industriales. Alrededor del mismo tiempo, se descubrió que la adición de óxidos
básicos inorgánicos o hidróxidos tales como el óxido de plomo, óxido de zinc y el óxido de
calcio, incrementaban la tasa de vulcanización y mejoraban las propiedades del producto.

Una técnica alternativa de vulcanización (descubierta por Alexander Parkes en el Reino


Unido) en el mismo periodo fue el llamado proceso de “curación fría” y fue usado
extensivamente por más de 100 años. Involucraba exponer las láminas o películas de
caucho a la acción del cloruro de azufre en un solvente a temperatura ambiente. Algún
tiempo después, se introdujeron modificaciones donde el cloruro de sulfuro en vapor o en
disulfuro de carbono era usado. Con el desarrollo futuro de aceleradores inorgánicos el
proceso de curado frío se volvió obsoleto.

El caucho crudo puede ser moldeado más rápidamente caliente que frio, con una menor
demanda de consumo energético. Thomas Hancock en 1820 desarrolló una maquina
llamada “Pickle” que se traduce directamente a “pepinillo”, la cual le permitía tanto
ablandar y después unir las pequeñas piezas de caucho en una pieza larga. Esto fue el
precursor al moderno mezclador interno. Como él escribió “El descubrimiento de este
proceso fue incuestionablemente el origen y comienzo de la manufactura de caucho India.
Nada que haya sido hecho antes ascendió a una manufactura de esta sustancia, pero
consistió principalmente en intentos experimentales para disolverlo”. Después, Hancock

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desarrolló máquinas más poderosas de masticado que fueron los precursores a los
molinos de dos rollos moderno.

Después del descubrimiento de la vulcanización por Goodyear, la demanda por el caucho


crudo incrementó considerablemente y pronto se hizo aparente que la industria
manufacturera no podía depender directamente en el suministro de caucho obtenido de
árboles que crecían en selvas tropicales inaccesibles. En 1876, Henry Wickman actuando
como un agente de la Oficina India Británica fue comisionado para obtener semillas del
árbol de caucho, Hevea Brasiliensis. Con la ayuda de nativos locales, Wickman recolectó
más de 70 mil semillas del árbol de Hevea en las orillas del río Tapajos en Brasil y
entonces después de una carrera emocionante contra el tiempo y las autoridades trajo las
altamente perecederas semillas de vuelta a los jardines Kew en Londres.
Aproximadamente 2500 semillas del total original eventualmente germinaron. De estas
comparativamente pocas semillas distribuidas a Ceylon, India y Malaya y de ahí a lo largo
del este, toda la industria de la plantación fue desarrollada. Este logró la consiguió el título
del “Padre de la plantación de caucho” a Henry Wickman. La plantación de caucho fue
comercializada primero en 1900 y la producción desde entonces ha incrementado
continuamente. El “caucho salvaje” u obtenido de su fuente original ahora no tiene tanta
importancia comercial. El árbol de caucho floreció en Malasia, donde grandes áreas de
jungla fueron cortadas y plantadas. Henry Nicholas Ridley, el cual era el director asignado
de los jardines botánicos de Singapur en 1888, hizo probablemente más que nadie para
motivar la plantación de esta nueva planta. A finales del siglo 19 había alrededor de 5000
acres de caucho en Asia. Hoy en día los mayores países productores incluyen a Malasia,
Indonesia, Tailandia, India y Sri Lanka; Liberia y Nigeria y la república de la gente en
China.

En 1910, estimulado por el desarrollo del famoso motor de automóvil de Henry Ford y la
floreciente demanda del caucho, las plantas de caucho en Asia lograron tener 1 millón de
acres de plantación. Con la propagación del automovilismo en cada parte del mundo y el
desarrollo de artículos de caucho en secciones de la industria, incluso las vastas
superficies de acres (alrededor de 15 millones) y rendimientos provocados por el Fito
mejoramiento y la fertilización son insuficientes para satisfacer la demanda mundial
actual. Las aplicaciones industriales del caucho también se multiplicaron.

La invención de la llanta neumática


Las primeras llantas de caucho fueron usadas en vehículos empujados por caballos y
bicicletas; eran sólidos y crecieron rápidamente en popularidad. En 1845 R.W Thomson
se le otorgó una patente de una llanta encarnando un tubo inflado de aire y una cubierta
exterior que no se estiraba. Aunque estas “ruedas Ariel” fueron usadas con éxito para
carruajes empujados por caballos, la velocidad comparativamente baja no estableció la
ventaja para el principio neumático y el trabajo de Thomson fue ignorado por muchos
años.

En 1888, J.B Dunlop el cual no tenía idea de la patente anterior, desarrolló un tipo similar
de neumático que fue probada en una bicicleta. La superioridad de la llanta comparándola
con su contraparte sólida fue destacada rápidamente y la oportunidad de desarrollar un

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negocio sustancial de neumáticos de ciclo neumático llevó al establecimiento de la
compañía de llantas Dunlop en Dublín en 1889. Casi al mismo tiempo que la existencia de
la patente de Thomson fue redescubierta ya había expirado, pero gracias a eso, la
patente de Dunlop fue invalidada. El campo de estudio, por lo tanto fue abierto a todos los
competidores y el desarrollo para nuevas invenciones fuer perseguido de una forma muy
activa. La lógica de manejar en un amortiguamiento de aire en lugar de un bloque sólido
circular es simple, pero los efectos del cambio tendrían un impacto enorme en la
transportación. Un problema mayor era como arreglar la llanta en el rin de la llanta. La
idea de aplicar una cama rígida que contuviera un cable fue patentada por Charles K.
Welch en 1890 y en el mismo año W.E Bartlett inventó el método “clincher” (agarradera)
para unir el neumático a la llanta. En 1891 la firma francesa de Michelin desarrollo el
primer neumático removible de tipo circular. La llanta era capaz de ser cambiada en
cuestión de minutos y su uso por el vencedor en la carrera de ciclismo de París
aseguraría su triunfo.

Unos años después en 1895, la primera llanta neumática para vehículos motorizados fue
desarrollada por la misma firma. L’Eclair, el primer carro en ser equipado con las llantas
neumáticas Michelin completó el circuito en 1200km en una carrera de París. A pesar de
esta inclusión, los manufactureros automovilísticos aun dudaban de la aceptación
automática de las llantas neumáticas, pero el auto motorizado estaba en un estado de
desarrollo rápido y muy pronto nuevos modelos más rápidos y ligeros usarían las nuevas
llantas rompiendo la marca de los 100 km/h donde para 1899 la duración de vida de
dichas llantas incrementó de 100 millas a 3000 millas.

Por lo tanto, a principios del siglo 20, cuando la llegada del auto motorizado requería un
incremento considerable en la cantidad de caucho crudo, la producción de la plantación
de caucho fue también estimulada. El mismo estímulo incitó el desarrollo de la industria
del caucho sintético en el este después del brote de la segunda guerra mundial en 1939.
La expansión futura de la industria del automóvil motorizado en ese entonces no habría
sido posible sin una adecuada fuente tanto de caucho natural como de caucho sintético,
acompañado por los correspondientes desarrollos y crecimiento en la producción de
productos de petróleo. Los últimos, aparte de ser fuentes de combustible ahora también
tenían un rol importante en las operaciones de manufacturación del caucho y son los más
importantes materiales crudos requeridos para la manufactura de cauchos sintéticos
modernos.

Desarrollo de la composición química:


El proceso de vulcanización o curado que está basada en la reacción de moléculas de
hidrocarburos de caucho insaturados con azufre en la presencia de óxido de Zinc y otras
bases inorgánicas, continuó siendo usada durante la última mitad del siglo 19 y años
tempranos del siglo 20 con mejoras constantes pero limitadas. El proceso sufría de
severas desventajas, incluido el requerimiento de altas temperaturas y un largo tiempo de
reacción de varias horas, la dificultad de control y la aplicación del proceso solo en
material sólido crudo y no al látex. Sin embargo, en 1906, Oenslager en E.U descubrió
que la incorporación de la base orgánica anilina aceleraba y mejoraba el proceso; y
aunque la anilina por si misma es demasiado tóxica para aplicaciones comerciales fue

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remplazada por la variante no tóxica tiocarbanilida, con incluso mejores resultados. Este
descubrimiento marcó el comienzo de una intensiva actividad de investigación para
identificar químicos orgánicos sintéticos que mejoraran tanto al producto como el proceso;
este acercamiento científico formó las bases de la industria de la composición química del
caucho.

Después de la primera guerra mundial, los laboratorios de investigación fueron solicitados


por varias compañías de caucho para mejorar este mismo. A primera instancia, el énfasis
fue simplemente mejorar el desempeño y/o bajar el costo de producción. A medida que
pasó el tiempo, se pensó más como superar problemas obvios de olor y salud así también
como reducir riesgos de incendios.

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Resumen:
El caucho fue uno de los descubrimientos que impresionó a los primeros exploradores
europeos del nuevo mundo ya que Colón durante su segundo viaje de descubrimientos
notó un curioso uso para el entonces desconocido material, este vio que los nativos de La
Española jugaban con pelotas sólidas, las cuales eran increíblemente resilientes y
elásticas con la capacidad de rebotar muy alto a comparación de aquellas vacías usadas
en su país natal, el descubrimiento del caucho toma lugar cuando se enteran de dónde
proviene este objeto, siendo su origen el árbol “haeve” o “cauchuc” que significa “madera
llorona” donde si este es cortado en su corteza, un líquido lechoso seco sale de él. Tal
descubrimiento tenía varios significados para las civilizaciones antiguas como ceremonias
religiosas en el caso de los Aztecas donde mediante excavaciones se descubrió una
representación visual de un sacerdote hincado haciendo ofrendas a los dioses dándoles
pelotas de caucho, rituales tanto para los Mayas como para los Aztecas con pensadas
aplicaciones para sacrificios humanos, efigies de caucho con más de 50 años de
antigüedad descubiertos en el pozo de sacrificios de la ciudad Maya de Chichen Itzá
usadas como ofrendas, aplicaciones como pelotas en un juego Azteca donde lanzaban la
pelota usando solo sus glúteos con un caso similar siendo el de los antiguos Mexicas para
la variación popular llamada Tlachtli y hasta incluso en aplicaciones médicas donde el
físico Francisco Hernández hizo mención de cómo tal líquido era usado para curar todo
tipo de padecimientos en aplicaciones internas o externas.

Los primeros usos a los cuales se intentó aplicar este material en algo útil fue para
calzado, donde en sus inicios los nativos de la Amazona sumergían sus pies en un
contenedor de látex de goma dando originen a los zapatos de caucho y estos nativos
posteriormente mejoraron dicho proceso usando formadores para darles la forma de sus
pies estando elaborada de arcilla, descubriendo también los efectos de la temperatura en
el material donde un fuego humeante preservaba de una mejor forma a los zapatos,
otorgándole fuerza y por ende también durabilidad a diferencia de la coagulación natural.
Otro uso útil vino de parte de los nativos de Haití que hacían zapatos, botellas, prendas a
prueba de agua, jeringas, etc. y aun así con tantos avances, este descubrimiento tuvo
poco impacto en el tiempo de su civilización.

Continuando con los usos que eventualmente se le darían a este material, tuvieron que
pasar varios siglos para que este fuera traído de vuelta a Europa para su uso comercial
donde Charles de la Condamine (del cual sus escritos y expediciones en el siglo 18 no
estimularon mucho el interés en el caucho en los laboratorios de Europa) y su compañero
de ingeniería Fresneau fueron los primeros que descubrieron el árbol Hevea describiendo
los métodos usados por los nativos para extraer látex así como los artículos que hacían
con este, por otra parte, Foucroy en 1791 descubrió que este material podía ser
preservado en pequeñas cantidades de amoníaco, aun así, su descubrimiento
permaneció inactivo alrededor de 125 años hasta que fue introducido de nuevo para los
usos de estabilizar el látex natural durante su transportación.

A finales del siglo 18 las aplicaciones del caucho empezaban a ser reconocidas, pero no
fue comercializado por sus propiedades elásticas, si no como un borrador para quitar

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manchas de lápiz, junto a eso recibió su nombre de pila “caucho” sugerido por Joseph
Priestly en 1770. Dos siglos después, a inicios del siglo 19, a causa del uso de iluminación
a base de gas metano de carbón se establecieron compañías de gases a lo largo de las
islas británicas, con Charles Macintosh en 1819, un manufacturero de tintes comprando
los subproductos de Glasgow Gas Works donde descubrió que uno de esos
subproductos, la nafta de alquitrán de Hulla era un excelente solvente para el caucho,
gracias a este descubrimiento, Macintosh usó este solvente para elaborar una solución
extendiéndola en un lado de tela para posteriormente comprimir dos pliegues dándole
nacimiento a la primera prenda a prueba de agua bautizada prenda “Macintosh”
patentando su descubrimiento aunque este a largo plazo mostró debilidades ya que el
caucho estaba sometido a cambios de temperatura haciendo la prenda pegajosa en
presencia de calor y dura y frágil al enfriarse, gracias a esto, su invento aunque fuera
innovador, no permaneció durante mucho tiempo por esta desventaja del material.

Un nuevo paso en la evolución de las aplicaciones del caucho fue nuevamente en la


industria del calzado en el año 1823 a raíz del mercader de Boston T.C Wales donde el al
comercializar calzado de caucho importado de Brasil comenzó con la demanda pública
para este tipo de artículos estableciendo la primer fábrica de calzado “Roxbury India
Rubber” con su sede en Boston durante el año 1833, este calzado presentaban el mismo
problema que las prendas de Macintosh.

Inspirado por la debilidad del caucho de Roxbury India Rubber, Charles Goodyear
descubrió el proceso de vulcanización en 1839, en este proceso el encontró
accidentalmente que al mezclar caucho con azufre a altas temperaturas se obtenía de
resultado un producto similar a una masa, el cual no era afectado por los cambios
térmicos, siendo este un paso muy importante que daría inicio a la industria del caucho
estadounidense llamando a este material en primera instancia “goma metálica elástica”
sin patentar su descubrimiento hasta 1844, con Thomas Hancock patentándolo en 1843
donde entre 1835 y 1845 ambos junto a otros llevaron a cabo el desarrollo exitoso a una
escala industrial del proceso de vulcanización convirtiendo un material insatisfactorio en
uno altamente satisfactorio con propiedades elásticas increíblemente valiosas para
múltiples aplicaciones industriales junto con la aportación de los óxidos básicos
inorgánicos o hidróxidos tales como el óxido de plomo, óxido de zinc y el óxido de calcio
que al ser adicionados incrementaban la tasa de vulcanización y mejoraban las
propiedades del producto, una técnica alternativa de vulcanización (descubierta por
Alexander Parkes) llamada “curación fría” fue usada extensivamente por más de 100
años, este proceso involucraba exponer las láminas o películas de caucho a la acción del
cloruro de azufre en un solvente a temperatura ambiente, subsecuentemente se
introdujeron modificaciones donde el cloruro de sulfuro en vapor o en disulfuro de carbono
eran usados, aun así, con el desarrollo futuro de aceleradores inorgánicos el proceso de
curado frío se volvió obsoleto.

Comenzando con la comercialización del caucho, uno de los puntos principales fue el
desarrollo de la máquina “Pickle” de Thomas Hancock, la cual era una máquina que
permitía tanto ablandar como unir las pequeñas piezas de caucho en una pieza larga,
siendo la precursora al mezclador interno moderno con Hancock después desarrollando

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máquinas más poderosas de masticado que fueron las precursoras a los molinos de dos
rollos modernos también incorporando caucho en varios artículos de propósitos
mecánicos.

Tras el descubrimiento del proceso de vulcanización, la demanda por el caucho crudo


tuvo un incremento considerable, lo que causó que la industria de manufactura se diera
cuenta que no podrían seguir dependiendo de la fuente original del árbol Hevea, gracias a
esto, en 1876, Henry Wickman, actuando como un agente de la Oficina India Británica fue
comisionado para obtener semillas del árbol de caucho, este con la ayuda de nativos
locales recolectó más de 70 mil semillas del árbol de Hevea robadas en las orillas del río
Tapajos en Brasil, tras robar las semillas, trajo estas de vuelta a los jardines Kew en
Londres, donde aproximadamente 2500 semillas eventualmente germinaron, dichas
semillas germinadas fueron distribuidas a Ceylon, India y Malaya y de ahí a lo largo del
este desarrollando toda la industria de la plantación fue con Wickman recibiendo el título
del “Padre de la plantación de caucho”. Esta industria fue comercializada primero en 1900
con una producción en incremento desde entonces y aunque el árbol de caucho original
haya florecido en Malasia, se cortaron grandes áreas de jungla para plantar más de estos
con Henry Nicholas Ridley, el director asignado de los jardines botánicos de Singapur en
1888 motivando la plantación de esta nueva planta, con esto, a finales del siglo 19 había
alrededor de 5000 acres de caucho en Asia, con los mayores países productores
incluyendo a Malasia, Indonesia, Tailandia, India y Sri Lanka; Liberia y Nigeria y la
república de la gente en China. Esta demanda tuvo un incremento aún mayor en 1910
catapultada por el desarrollo del famoso motor de automóvil de Henry Ford junto con la
floreciente demanda del caucho, donde las plantas de caucho en Asia lograron tener 1
millón de acres de plantación, esta propagación del automovilismo causo el incremento de
las aplicaciones industriales del caucho junto con un incremento gigantesco de plantación
de acres.

Con el avance de la industria automovilística, vino la invención de un componente vital


para dichos vehículos motorizados, la llanta neumática, siendo su primer uso para
vehículos empujados por caballos y bicicletas donde estas aplicaciones causaron un
incremento en popularidad para esta aplicación, después de esto, en 1845 R.W Thomson
hizo la innovación con su patente donde encarnaba un tubo inflado de aire con una
cubierta exterior que no se estiraba dando como resultado las ruedas “Ariel” que fueron
usadas para carruajes sin causar mucho impacto debido a su relativamente baja
velocidad causando que su trabajo fuera ignorado por años.

Tras los primeros intentos fallidos para poder comercializar esta nueva invención de la
llanta neumática, no fue hasta 1888 que J.B Dunlop que no tenía idea de la patente
anterior de las ruedas Ariel, por lo que desarrolló un neumático similar para bicicletas
mucho más superior que las llantas sólidas desarrollando el negocio de llantas Dunlop
orientado a llantas de ciclo neumático donde a causa de una serie de eventos, la
redescubierta patente de Thomson ya había expirado invalidando la patente de Dunlop, lo
que dio apertura a el campo de estudio para los competidores y desarrolladores para
generar nuevas invenciones donde se optó por la lógica de manejar en un
amortiguamiento de aire, dando como resultado un enorme impacto en la transportación.

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Uno de los problemas en el desarrollo de los neumáticos fue como arreglar la llanta en el
rin, con tres aportaciones importantes ocurriendo en un lapso de tiempo cercano entre
ellos, siendo la idea de aplicar una cama rígida que contuviera un cable con la idea
patentada por Charles K. Welch en 1890 y en el mismo año la invención de W.E Bartlett
del método “clincher” (agarradera) para unir el neumático a la llanta y en 1891 el
desarrollo del primer neumático removible de tipo circular por parte de la firma francesa de
Michelin, esta llanta era capaz de ser cambiada en cuestión de minutos. Siguiendo el
desarrollo de los neumáticos, en 1895, la primera llanta neumática para vehículos
motorizados fue por la misma firma (Michelin) siendo el primer carro con estos neumáticos
el L’Eclair completando el circuito de 1200km en una carrera de París y a pesar de tantas
innovaciones no se incluyeron inmediatamente en la manufactura de automóviles aunque
gracias al desarrollo rápido no tardaron en aparecer nuevos modelos más rápidos y
ligeros equipados con estos neumáticos rompiendo la marca de los 100km/h para que en
1899 la duración de vida de estas llantas incrementó de 100 millas a 3000 millas.

A causa del incremento de la demanda por la llegada del auto motorizado a principios del
siglo 20 se incrementó considerablemente la cantidad de caucho crudo usado para la
manufactura de neumáticos, lo que causó un estímulo en la plantación de acres pero
también estimuló el desarrollo de la industria del caucho sintético en el este después del
brote de la segunda guerra mundial en 1939, donde esta industria no pudo avanzar de la
misma forma si no fuera por la adecuada fuente tanto del caucho natural como del
sintético con el petróleo teniendo un rol muy importante en la manufactura del caucho
siendo uno de los materiales crudos más importantes requeridos para la manufactura de
los cauchos sintéticos.

Con el desarrollo del caucho sintético se buscó el desarrollo de la composición química


del caucho donde el proceso de vulcanización (basada en la reacción de moléculas de
hidrocarburos de caucho insaturados con azufre en la presencia de óxido de Zinc y otras
bases inorgánicas) continuó siendo usado durante la última mitad del siglo 19 y años
tempranos del siglo 20 con mejoras constantes pero algo limitada, este proceso no era
perfecto, ya que sufría de severas desventajas, incluido el requerimiento de altas
temperaturas para llevarse a cabo y un largo tiempo de reacción de varias horas, la
dificultad de control y la aplicación del proceso solo en un material sólido crudo y no al
látex.

Aun así con dichas desventajas, Oenslager en 1906 innovó el proceso de vulcanización
cuando hizo el descubrimiento de que la incorporación de la base orgánica anilina
aceleraba y mejoraba el proceso pero ya que esta era demasiado tóxica para un uso
comercial, tuvo que sustituirla por una variante no tóxica llamada tiocarbanilida, la cual
daba incluso mejores resultados marcando así el comienzo para identificar nuevos
químicos orgánicos sintéticos que mejoraran tanto al producto como el proceso, formando
las bases de la industria de la composición química del caucho, cabe destacar que
después de la primera guerra mundial, los laboratorios de investigación fueron solicitados
por varias compañías de caucho para mejorar este mismo cambiando el énfasis de
simplemente mejorar el desempeño y/o bajar el costo de producción a cómo superar
problemas obvios de olor y salud así también como reducir riesgos de incendios.

12
Referencias:
1982. IARC Monographs On The Evaluation Of The Carcinogenic Risk Of Chemicals To
Humans. Lyon [France] : IARC, pp.31-39.

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