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Duque: Entre las fuerzas de la naturaleza

Desde la posesión de Iván Duque, como presidente de Colombia para el periodo 2018-2022, se ha
visto en envuelto en ráfagas de vientos huracanados,( y no precisamente a los fuertes vientos que
en verdad se dieron el día de su posesión) vientos que vienen de todos los puntos cardinales.

Duque siempre se ha mostrado como el presidente que llevaría a Colombia a un futuro mejor,( por
algo su lema: el futuro es de todos) de modernizar la política y el modo de implementarla, y de
alejarse de las viejas prácticas, la mal llamada mermelada; y muchos colombianos lo vieron así, al
elegirlo como el presidente más joven en la historia de Colombia.

Pero su gobierno sintió tambalearse, cuándo empezó a atacar el proceso de paz que el gobierno
Santos firmó con las guerrillas de las Farc, y que en campaña aseguró no torpedear y acabar.

Al poco tiempo después un acto terrorista del ELN, donde fallecen 22 militares. Golpe anímico al
país que venía de tener unos años de relativa paz, por este hecho el gobierno Duque tomó fuerzas
y endureció su trato a los grupos subversivos, pero sin tanta contundencia como en gobiernos
anteriores(Uribe y Santos).

Luego miles de estudiantes que como hormiguitas salieron a las calles a defender su derecho a la
Educación Superior y de mejores inversiones para ésta, y trás dos meses con cese de actividades,
se sienta en la mesa y acuerda unos recursos extras a la educación, que hasta la fecha no ha
cumplido.

Otro vendaval de críticas a su gobierno se dió desde el frente de la política exterior, cuando lanzó
su ofensiva sobre el régimen de Maduro(orquestado por el gobierno de Trump), haciendo un
cerco diplomático y abanderando a un Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela, y
acabando con el de Maduro con esta frase: El Régimen de Maduro, tiene las horas contadas...
Desde entonces han pasado más de 13364 horas y la cuenta sigue.

En materia económica, su mal llamada ley de financiamiento( otra reforma tributaria) fue
congelada por un amplio número de congresistas, por atentar y apretar más el bolsillo del
colombiano del común, para que después de mover unos hilos y de dar mermelada de la buena,
ésta fuera aprobada pero con muchas modificaciones.

Las tormentas no cesan para Duque.


Muestra de ello fue el laboratorio de clorhidrato de cocaína que se encontró en una finca del
embajador de Colombia en Uruguay, Fernando Sanclemente (muy amigo del Presidente).

Días después estalló el escándalo de la “ñeñe política”. Que en el marco de una investigación por
homicidio, se interceptó el teléfono de José Guillermo Hernández Aponte, conocido como el
Ñeñe. En un diálogo con la exasesora del senador Álvaro Uribe y quien era del círculo cercano de la
campaña electoral del ahora presidente Duque, para algunos, esa conversación sugería compra de
votos.
También el escándalo que involucra a la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez: por un lado, el
escándalo de Memo Fantasma y los negocios inmobiliarios que sostuvo con el este narco. Además,
se conoció de la condena de un hermano de la vicepresidenta por narcotráfico en Estados Unidos
hace más de 20 años. (Negocios de familia)

Hace una semana su mentor político, amigo, y jefe del partido Centro Democrático, Álvaro Uribe
Vélez, que lo llevó a la presidencia, como el abanderado de las políticas fuertes contra la
corrupción y su fuerte oposición a la izquierda, fue puesto con medida domiciliaria por
manipulación de testigos, soborno y fraude procesal.

Y en las últimas horas el Consejo Nacional Electoral (CNE) le acerta un tsunami a la legitimidad de
su elección presidencial, al abrir indagación preliminar por presuntas irregularidades en la
financiación de su campaña política para el periodo constitucional 2018 – 2022. Según la
información oficial de la autoridad electoral, en dicho proceso liderado por los magistrados Jaime
Luis Lacouture, Virgilio Almanza y César Abreo Méndez, se anuncia que también llamarán a rendir
testimonio al entonces gerente de la campaña “Duque Presidente”, Luis Guillermo Eheverry y la
directora del Centro Democrático, Nubia Stella Martínez.

En otras palabras y con todos estos embates de la naturaleza, de la naturaleza política y


gubernamental, tenemos una conclusión: Duque preside sin gobernar.

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