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El documento resume cómo las criptomonedas como Bitcoin están ganando terreno como forma de pago al desconfiarse de las instituciones tradicionales como los gobiernos y bancos. Las empresas también pueden crear sus propias monedas para usar en sus ecosistemas, similar a como emitían billetes bancarios en el siglo XIX. Esto desvincula el dinero del gobierno y permite a las empresas llenar espacios que los gobiernos pierden.
El documento resume cómo las criptomonedas como Bitcoin están ganando terreno como forma de pago al desconfiarse de las instituciones tradicionales como los gobiernos y bancos. Las empresas también pueden crear sus propias monedas para usar en sus ecosistemas, similar a como emitían billetes bancarios en el siglo XIX. Esto desvincula el dinero del gobierno y permite a las empresas llenar espacios que los gobiernos pierden.
El documento resume cómo las criptomonedas como Bitcoin están ganando terreno como forma de pago al desconfiarse de las instituciones tradicionales como los gobiernos y bancos. Las empresas también pueden crear sus propias monedas para usar en sus ecosistemas, similar a como emitían billetes bancarios en el siglo XIX. Esto desvincula el dinero del gobierno y permite a las empresas llenar espacios que los gobiernos pierden.
Maestría de administración de empresas Curso: Análisis económico global Docente: Mgrt. Luis Asturias Discente: Sindy Rodríguez de Bobadilla Carnet: 2080120
Bitcoin. Sweat. Tide. Meet the future of branded currency
La economía global hiperconectada y basada en información actual hace surgir nuevas formas de moneda y, entre ellas, la que mejor desempeño tiene en la actualidad es Bitcoin, una moneda digital fundada en 2008 por un programador anónimo, cuya característica más atractiva y alarmante, para muchos, es el hecho que no es manejada por gobierno alguno sino por una red, y que constituye una forma de pago privada, anónima, rápida y barata. Aun cuando estas criptomonedas sufren muchas fluctuaciones, están ganando mucho terreno y son varios los negocios importantes que las aceptan ya como forma de pago, siendo causa subyacente de esto, que la gente no cree ya en las instituciones tradicionales, y utiliza la tecnología para sortear principalmente a los gobiernos y los bancos, que se encuentran en su punto de credibilidad históricamente más bajo. Todo se resume a una expresión de valor: hoy puede cuantificarse el valor de muchas maneras y ello rompe la relación tradicional con el dinero y, especialmente, la idea que el Gobierno es quien debe estar a cargo del dinero; muchos estudios muestran consistentemente que las personas confían más en quienes se parecen a ellos y que la reputación es sumamente importante, al punto de ser una forma de moneda que, por su parte, se basa en la confianza, la consistencia y la transparencia. De todo ello, vemos que la lealtad es una microeconomía con esquemas de recompensas, y que las empresas pueden y empieza a crear monedas propias utilizables en sus propios ecosistemas— cuestión que, repentinamente las pone a la par de los gobiernos en cuanto a la capacidad de definir qué es dinero y cómo se puede usar. El hecho que la tecnología permita verificar cuándo y en qué medida se cumple con los valores de cualquier ecosistema, permite que muchas empresas empiecen a ver sus activos de formas diferentes y a mercadearlos de formas diferentes para grupos específicos de personas: esto no es tan raro como parece, dado que en el siglo XIX (1860), las empresas emitían notas bancarias y llegaron a existir tantas que ello se convirtió en una característica básica de la economía que sólo cambio cuando el Gobierno poseyó un porcentaje importante de ellas y, paró sólo con la guerra civil, cuando el Gobierno aprovechó para tomar el control del dinero, corroborando con ello, la conocida relación entre dinero y conflicto. La Historia se repite y la tecnología hoy, como entonces, hace obsoleto al dinero vigente, 2
desvincula el Dinero del Gobierno y es herramienta clave para que las empresas llenen espacios que los gobiernos no pueden permitirse perder.
Opinión. Aunque la parte introductoria y mucho del discurso y ejemplos
presentados en la presentación me parecen una forma muy entretenida de describir la evolución de la vieja idea de utilizar monedas digitales apoyadas en plataformas criptográficas en reemplazo del papel moneda (en los 90’s, Bill Gates hablaba de la “necesidad de acabar con el mito del papel”, v.g.), el verdadero aporte de la misma es, a mi parecer, que el Disertante pone el dedo, sin amague, sobre la llaga más grande de la sociedad global actual, i.e., la pérdida total de confianza social en las instituciones vistas como responsables de la gran inequidad social visible hoy en todo el Orbe derivado de políticas neoliberales impuestas por ellos durante los últimos treinta años (Gobierno, bancos)—que han sido causa, entre otras muchas consecuencias nefastas, de las denominadas Protestas latinoamericanas 2019-2020 (Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Honduras, Haití, Nicaragua, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Venezuela) que se han visto interrumpidas “convenientemente” sólo por la actual crisis sanitaria generada por el COVID-19— y de cómo, mediante estas formas de pago, los ciudadanos buscan “dejar de lado” a tales actores que, si lo dicho no fuese poco, todavía utilizan hoy las monedas nacionales como arma geopolítica contra “regímenes que no les agradan”. Tales actores están plenamente conscientes de dicho intento de desempoderarlos y, para contrarrestarlo, no sólo recurren a medidas legales para prohibir el uso de las criptomonedas en manos privadas como medio de pago (Rusia, agosto 2020, v.g.) sino, más aún, para tomar control de dicha categoría, emitiendo la propia (Yuan digital, v.g.) que, que otros, les permite protegerse de “sanciones de poderes rivales”, reafirmar la posición geopolítica respectiva y, en general, controlar mejor a la propia población (y a la población de otros estados, en su caso). Creo que la mejor parte de la exposición (me parece hasta profética, dado que se dio en 2013) es la comparación de lo que acontece actualmente, con el momento en que se da una lucha por el control sobre el dinero por parte del Gobierno estadounidense en la segunda mitad del siglo XIX (que eventualmente obtiene, en la Guerra Civil de ese país): ahora, al igual que entonces, una crisis constitucional permite un gran “reseteo” por el cual la élite bancaria-financista aprovecha el agotamiento del sistema vigente (petrodollar, en nuestro caso) para proteger intereses oligárquicos (los bancos están hoy en quiebra y tienen tasas negativas) mediante el abandono de la moneda vigente—en nuestro caso, el papel moneda que es sustituido a la fuerza mediante la imposición de la acreditación en cuenta, que permite a dichos actores, entre otros: [a] impedir la libre disponibilidad del dinero (evitando retiros masivos que puedan generar quiebra, v.g.); y 3
[b] impedir la capacidad de abstracción del control biopolítico, es decir, de
la situación de vigilancia a- /coacción permanente de- individuos mediante monitoreo permanente de sus ingresos/gastos y/o cese de acceso a fondos a individuos considerados en algún momento “indeseables”.