LA ORGANIZACIÓN VISUAL Percepción Visual. 1er. año T.

La percepción

El problema de la percepción visual tiene una larga historia. Durante cientos de años los hombres han senti-
do la necesidad de dar una explicación de por qué se ven las cosas. El problema más antiguo y general de
todos es el siguiente: ¿Cómo es posible explicar la riqueza de la visión si se considera la pobreza de la ima-
gen dentro del ojo?
Otros planteos eran: la escena visible tiene profundidad, distancia y solidez; la imagen es plana. ¿Cómo es
posible que la visión dependa de las imágenes de los ojos y produzca empero una escena que se extiende
al horizonte?
El medio ambiente físico tiene tres dimensiones; a través de la luz es proyectado sobre una superficie sen-
sible de dos dimensiones, pero es percibido en cambio, en tres dimensiones. ¿Cómo es posible que la ter-
cera dimensión perdida se restablezca en la percepción?
El problema de cómo percibimos el espacio implica muchos otros problemas, por ejemplo: ¿Cómo vemos
la “forma” de una cosa?

Sensaciones y percepciones. Diferencia

La explicación tradicional de la visión es que percibir cosas depende primeramente de tener sensaciones.
Se supone que las sensaciones constituyen la materia prima de la experiencia humana y que las percep-
ciones son el producto elaborado.
Las sensaciones son únicamente colores, sonidos, sensaciones táctiles, olores y gustos, es decir se rela-
cionan directamente con los sentidos.
Los objetos y el espacio, en cambio, dependen de la percepción. Los ojos nos proporcionan una serie de
colores. Los oídos, un fluir de sonidos. Eso es todo lo que pueden hacer, el resto de la experiencia consiste
en combinar, ordenar y unir las sensaciones en cosas y acontecimientos. El ojo puede darnos colores pero
no cosas. Las cosas surgen del producto de un proceso mental que se llama percepción.

Teorías de la percepción
Para indagar qué clases de procesos hay tras nuestras percepciones, es preciso que tengamos en cuenta
las tres principales tradiciones de pensamiento que se ocuparon de esta problemática.

1- Teoría de la inferencia: Los primeros empiristas británicos de los siglos XVII-XVIII (Hobbes, Locke y
Hume) sostuvieron que el conocimiento se adquiere sólo por la experiencia sensible y la asociación de
ideas. La mente, al nacer, es una hoja en blanco, en la que la experiencia “escribe” con las sensaciones reci-
bidas.
2- Teoría de la Gestalt (término alemán que significa “forma”): Contrariamente al planteo empirista, Des-
cartes (XVII) sostenía que la mente humana poseía ideas innatas acerca de la forma, el tamaño y otras pro-
piedades de los objetos. Kant (XVIII) sostenía que la mente imponía su propia concepción interna del espa-
cio y del tiempo a la información sensible que recibía.
Los principales herederos de esta tradición de pensamiento fueron los psicólogos de la “Gestalt” durante
las primeras décadas del siglo XX. El concepto céntrico de esta escuela era el de la organización percep-
tual. Mientras que las sensaciones se dan separadas y sin relación entre sí, nuestras percepciones captan
todos globales, es decir, cosas unitarias. Creían que el mundo perceptual está organizado de entrada

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según leyes dadas de manera innata que rigen la formación de la unidad y la emergencia de una figura
sobre un fondo
Las unidades enteras que percibimos –por ejemplo, una melodía o la forma de un objeto- no son sólo el
resultado de un proceso de organización que unifica unos elementos del mundo mejor que otros. Los ele-
mentos de estas unidades están relacionados entre sí hasta el punto de crear una configuración cuyas pro-
piedades no residen en las partes. Una melodía, pongamos por caso, no es mera suma de sonidos discre-
tos, sino que es una cualidad basada en la interrelación de todos los sonidos. De ahí el famoso lema de la
“Gestalt” el todo es cualitativamente diferente de la suma de sus partes”. Por eso es por lo que pueden alte-
rarse todos los tonos, transportando la melodía a otra octava o a otra clave, y la melodía permanece porque
las relaciones tonales y los ritmos siguen siendo los mismos.
De esta teoría se desprende que una forma visualmente percibida es una forma cerebral. Esto significa que
la mecánica de la visión hace que la imagen captada por los ojos se forme en la retina invertida y plana, y de
allí, se transmita al cerebro. La información que le llega a éste es doble, ya que cada ojo, como una máquina
fotográfica, capta una parte de la imagen y envía su señal a través de un cable que es el nervio óptico. La
imagen captada y transmitida por cada ojo es diferente del otro, sin embargo el resultado final es una única
imagen que el cerebro, en complejo y aún desconocido proceso, recompone y agrega la sensación de pro-
fundidad propia de la tridimensión espacial.
3- Teoría del estímulo: Contrariamente a las teorías empirista y gestálticas, que suponen que el estímulo
que el ojo recibe es inadecuado ambiguo o pobre, los investigadores del siglo XIX que trabajan dentro de la
tradición psicofísica sostienen que toda la información necesaria para explicar nuestra percepción está pre-
sente en el entorno, aguardando a ser captada por el ojo del observador. Para cada tipo de percepción, sea
de color, forma, tamaño, movimiento, o cualquier otra, hay un único estímulo o tipo de información incitado-
ra. La percepción del color está basada en las diferentes longitudes de onda de la luz, la percepción de la
intensidad luminosa en la amplitud de esas ondas, la percepción de la altura tonal se basa en la frecuencia
de la vibración del sonido y así sucesivamente. El programa de estos investigadores consistió precisamen-
te en tratar de correlacionar las sensaciones subjetivas con los estímulos físicos de entrada de información
(imput). La percepción es entonces, esencialmente, una respuesta.

Planteados los principales enfoques teóricos, concluimos que ninguno constituye una teoría abarcativa de
todos los fenómenos de la percepción. Por esta razón desarrollaremos aspectos generales de las distintas
variables de entender el mundo visual que nos rodea.

Teoría de la gestalt y sus leyes

Las leyes gestálticas formulan, a través de la experiencia con diversos individuos, una enumeración de prin-
cipios básicos de percepción considerados universales y objetivos en individuos de psique normal.
1- Leyes de relación figura – fondo
Irvin Rock, en su libro “La percepción”, expone en el capítulo Forma y organización, que en nuestra cultura
occidental se acostumbra a colorear o dibujar las cosas en negro sobre fondo blanco. Por esta razón tende-
mos a ver las zonas negras como “objetos” y las zonas blancas como “fondo”.
En primer lugar, la mente organiza la muestra. Entenderemos como muestra la configuración visual ante-
rior a cualquier proceso de interpretación psicológica. Esa organización se realiza de un modo particular,
introduciendo luego cierta diferenciación entre figura y fondo. Este proceso mental, descripto en 1921 por el
psicólogo Edgar Rubin, es fundamental en toda percepción. Los términos figura y fondo han entrado en el
léxico corriente, pero a menudo se los emplea sólo para distinguir el objeto que sobresale (figura) del o los
objetos que quedan detrás (fondo). Mas no se agota aquí toda su significación.

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1a. Ley de figura bien definida sobre el fondo: la figura se destaca claramente del fondo. Esta ley la perci-
bimos de distintas maneras: figura que se distingue por ser simple sobre fondo complejo (Fig. 1) o vicever-
sa, oscura sobre claro o viceversa, brillante sobre opaco o viceversa, cromática sobre acromático, etc.
1b. Ley de figura indefinida o mimética sobre el fondo: La figura se confunde con el fondo. Esto es posi-
ble por razones contrarias al principio anterior. La mimetización puede darse por semejanzas de texturas
(Fig. 2), de color, de valor, etc. entre la figura y el fondo.
1c. Ley de relación figura - fondo reversible o ambigua: En la relación figura-fondo no se mencionan en
ningún momento los bordes, la asignación de los cuales es decisiva para la percepción de la forma. En
cada momento, el borde o límite común entre las zonas se lo atribuimos a una zona u otra (Fig. 3), con la con-
secuencia de que la zona a la que se le asigna el borde adquiere una particular forma perceptual.
La ambigüedad de una forma, como fenómeno de la percepción no es exclusiva de la composición bidi-
mensional, sino que es también aplicable al espacio tridimensional. En la Fig. 4 podemos percibir un pris-
ma en perspectiva con la cara inferior sombreada o bien un espacio arquitectónico limitado por un piso gris
y dos paredes, según sea el punto de vista.
En esta ley se perciben alternativamente las zonas correspondientes a figura y fondo, intercambiando sus
atributos respectivos, de manera espontánea. Así, en la Fig. 5 podemos percibir flechas blancas de izquier-
da a derecha o flechas grises de derecha a izquierda. El ojo no puede leer en forma simultánea la figura
como fondo y el fondo como figura. Sólo reconocerá uno por vez.

Figura 1 Figura 2 Figura 4

Cuando el contorno curvo

central se organiza como
perteneciente a la zona de la
izquierda, percibimos una forma
convexa.
Cuando se organiza como
perteneciente a la zona de la
derecha, percibimos una forma
cóncava.
Figura 3 Figura 5

2. Leyes de agrupamiento:
La diferenciación figura-fondo constituye uno más de los distintos tipos de organización que la mente impo-
ne a las muestras estimuladoras (imágenes elegidas especialmente para experiencias perceptuales en

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laboratorio), aunque bien pudiera ser el predominante y fundamental en la vida diaria. Los psicólogos ges-
taltistas descubrieron otros principios que nuestras mentes ponen en juego para lograr grupos espontá-
neos de elementos. Basta imaginar en un campo plástico dos figuras geométricas iguales. Según su posi-
ción, distancia que los separa, tamaño relativo, color, etc. las sensaciones de relación entre ellas serán dife-
rentes. Si están próximas se produce una sensación de atracción, y a medida que la distancia entre ellas
aumenta, esa atracción se hace más débil. Una comparación con un campo magnético ayudará a la com-
prensión de lo expuesto: Las líneas de fuerza pueden ser asociadas a limaduras de hierro sobre un papel,
agrupadas alrededor de los polos de un imán. Si se aumenta la distancia entre los polos, la tensión se
rompe en un determinado punto y las limaduras irradian simétricamente alrededor de cada uno de ellos. Si
por el contrario, se acercan las dos figuras hasta tocarse entre sí, se las leerá como una nueva figura com-
puesta por dos elementos iguales. El efecto de atracción producido por los elementos de la fig. 6 se llama
tensión espacial. Ahora bien, la tensión espacial se ve reforzada por otra característica psicológica de la per-
cepción: la mente tiende siempre a agrupar elementos en unidades más grandes. Un ejemplo de esto son
las constelaciones que los hombres ven en el agrupamiento de estrellas a las cuales se las denomina
según la forma que sugiere su disposición en el cielo. Cuando el esquema mayor es un buen esquema se
refuerza la tensión espacial.

Figura 6

Existen dos grandes grupos en la ley de agrupamiento: agrupamiento por semejanza, se refieren a que el
ojo agrupa, dentro de una imagen, los elementos que tienen en común la semejanza de forma, o su textura,
tono o su color, aunque éstos no se encuentren próximos entre sí; y agrupamiento por proximidad, donde
el ojo tiende a agrupar elementos que se encuentran próximos entre sí. Es Importante tener en cuenta que
los principios de proximidad superan a los principios de similitud o semejanza
2 a. Ley de agrupamiento por semejanza: el ojo tiende a agrupar elementos de características iguales o
similares. Si una imagen está conformada por elementos activos de diferente clase hay una tendencia reu-
nir en grupos los elementos de iguales (Por ej.: en la fig. 7 es el ojo quien reconocerá el grupo de los triángu-
los como distinto del grupo de cuadrados y de círculos).

Figura 7 - de forma Figura 8 - de tamaño Figura 9 - de tono

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Figura 10 - de dirección Figura 11 - de textura Figura 12 - de dirección de texturas

2 b. Ley de agrupamiento por proximidad: el ojo tiende a agrupar elementos que no tienen semejanza de
cualidades formales, direccionales, tonales ni de tamaño, pero que sí cumplen con la condición de estar pró-
ximos entre sí.

Fig. 13.
El ojo percibe cuatro grupos
de figuras heterogéneas
cuya única cualidad distintiva
es el estar próximas entre sí.

3. Ley de cerramiento:
El ojo tiende a completar las partes faltantes de una forma.
En la fig. 14 leemos la palabra “imagen” entre los espacio irregulares negros.

Fig. 14
Fig. 15. Fig. 15.
Aquí el ojo recompone Aquí reconocemos un
el cuadro triángulo aunque no exista

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4. Leyes de pregnancia:

Esta ley formulada por el psicólogo gestaltista Kurt Koffka dice que un elemento es percibido como preg-
nante cuando:
1) Es fácil su enunciación estructural o figurativa (por ej: un círculo).
2) Es inmediato su reconocimiento luego de una descripción verbal (por ej: un círculo rojo).
3) Si se experimenta de inmediato una desviación del estímulo prototípico (Por ej: si los elementos que com-
ponen una imagen son de características curvas y entre ellos aparece un elemento angular, este último se
convertirá en pregnante).
4) Si en la imagen sucesiva o post imagen retiniana se presenta desviación.
Por su parte, Dondis define a la post imagen o imagen persistente como el fenómeno visual fisiológico que
ocurre cuando el ojo humano se ha fijado durante cierto tiempo sobre una información visual cualquiera. Al
sustituir ese objeto o esa información por un campo blanco o vacío, vemos en él la imagen negativa.
Analizaremos ejemplos de figuras pregnantes por su forma (Fig. 17), por su tamaño (Fig. 18), por su color
(Fig. 19), por su dirección (Fig. 20) también pueden darse por su textura, por su posición, por su significado
y por movimiento o intermitencia temporal (relacionado éste último por lo menos con uno de los conceptos
anteriores),

Fig. 17 Fig. 18 Fig. 19 Fig. 20

5. Ley de la continuidad:
Se percibe un ordenamiento dinámico de elementos (no necesariamente iguales) tendientes a prolongar-
se en el plano produciendo un obligando recorrido visual. (Fig. 21)

Fig. 21