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UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA - FACULTAD DE HUMANIDADES - ESCUELA DE HISTORIA.

¿Qué es el conocimiento científico?


No hay una concepción única sobre el conocimiento científico. En ocasiones se
habla de manera indistinta de conocimiento científico y ciencia.
Para autores como Gregorio Klimovsky (1994) desde una concepción clásica de la
ciencia el conocimiento científico es esencialmente una metodología cognoscitiva y una
peculiar manera de pensar la realidad. Se caracteriza por ser un conocimiento metódico,
y en éste sentido la idea de ciencia va asociada a la idea de método científico, concebido
como un conjunto de procedimientos que permiten obtener y a la vez justificar la
producción del conocimiento científico. Entre los métodos que utiliza el científico se
pueden señalar métodos definitorios, clasificatorios, inductivos, hipotéticos deductivos,
dialécticos, y muchos otros, por lo cual hablar del método científico es referirse a un vasto
conjunto de procedimientos empleados para construir el conocimiento. Ahora bien, este
conjunto de procedimientos, pueden modificarse ya que con el surgimiento de nuevas
teorías e instrumentos materiales y conceptuales que se incorporan con el correr del
tiempo se alteran, por lo que también se modifica la concepción misma de ciencia.
Según Klimovsky la ciencia está compuesta por teorías. Una teoría científica, en
principio, es un conjunto de conjeturas simples o complejas acerca del modo en que se
comporta algún sector de la realidad. Las teorías se construyen para explicar aquello que
nos intriga, para resolver algún problema o para responder preguntas acerca de la
naturaleza o la sociedad. En ciencia, problemas y teorías van de la mano. Por todo ello, la
teoría es la unidad de análisis fundamental del pensamiento científico contemporáneo.
La ciencia por su estructura, pudo dar explicaciones y procedimientos que
contribuyeron a provocar los grandes cambios vividos desde la modernidad. Las
explicaciones científicas dan cuenta de la realidad de tal manera que posibilitan saber
cómo es la realidad. Con ello se sabe también qué condiciones y relaciones hay que
creer o modificar para producir o evitar cierto fenómeno.
Otros autores como Héctor Palma y Rubén Pardo 1, la concepción tradicional de
ciencia es criticable. Entre las críticas se destacan; la búsqueda de la eficacia, el culto de
la productibilidad, la preocupación excesiva por la racionalidad, la prevalencia de los
medios sobre los fines que sirvieron de cobertura a las empresas dominantes. Además,
se cuestiona la neutralidad de la ciencia que en realidad sería cómplice de una sociedad
opresora e injusta.
Desde esta perspectiva, se sostiene la necesidad de una racionalidad ampliada para
reflexionar sobre la crisis actual de la ciencia. El conocimiento científico es una forma
peculiar de captar la realidad. Tal forma responde a principios, métodos y procedimientos
propios que definen la denominada racionalidad científica. Bajo el influjo de su eficacia y
de la concepción positivista se tiende a pensar que la racionalidad científica se identifica
con la racionalidad en general, es racional solo aquello que cumple con las características
de la ciencia o con su metodología. Atribuir el calificativo de científico a una teoría, un
procedimiento, una tarea o un objeto es prestigiarlo. Así como negar el calificativo
desvaloriza.
Por otro lado, Esther Díaz y Mario Heller (1989) sostienen que ha llegado a un
momento crítico de su evolución, las preguntas que surgen en este contexto son; ¿La
1
Héctor Palma y Rubén Pardo (2012) Epistemología de las ciencias sociales. Buenos Aires. Biblos.
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ciencia dará solución a esta crisis como pretende el positivismo? ¿La ciencia sólo es una
alternativa de solución entre otras posibles? Intentar dar una respuesta a éstos y otros
interrogantes supone poder reflexionar sobre la racionalidad científica, su naturaleza y sus
límites.

¿Hay una historia del conocimiento científico?


La noción de ciencia se encuentra vinculada en sus orígenes a los griegos,
claramente los supuestos teóricos sobre los que se basa la idea de ciencia en la
actualidad no son los mismos de los que se concibieron en la antigüedad clásica. Esta
diferencia tiene su explicación: cada época histórica posee una concepción del saber
basada en los criterios sobre el conocimiento que en ella circulan. Hoy consideramos que
lo científico es el modelo casi excluyente de todo saber que se precie de tal, pero no
siempre fue de ese modo, ya que lo que nosotros entendemos por conocimiento científico
tiene su origen en la modernidad (Rubén Pardo; 2000).
Así, las ideas antiguas como las que componen la Física de Aristóteles medidas desde
los parámetros actuales podrían ser consideradas más como productos de la fantasía y
de la dogmática que como resultado de una actividad plenamente científica. De éste
modo, ¿qué es la ciencia? es una pregunta cuya respuesta varía históricamente, porque
la comunidad científica de cada época forja un sentido determinado de ciencia.
La antigüedad y la edad media, si bien son dos períodos diferentes, comparten una
concepción de ciencia. El mundo griego da inicio al proyecto racionalista, en donde el
concepto clave es el de logos. El significado que los griegos daban a logos era
básicamente el de discurso explicativo y demostrativo que se contraponía y se
completaba con otro tipo particular de discurso que se narraba sin ninguna necesidad de
demostración. Se trata del mito cuya verdad no residía en la verificación ni a la
verosimilitud. Tanto el término logos como mito aludían a la palabra, al lenguaje, solo que
mientras el segundo aludía a una palabra que se esparce sin que sea necesario
determinar su origen ni confirmarla, el logos al igual que la ciencia descansa en la
fundamentación.
En la contraposición entre mito y logos, propio de la antigüedad, podemos encontrar la
primera manifestación del concepto ciencia: el saber científico pertenece al logos, en tanto
es esencialmente discurso demostrativo, racionalidad fundada en principios lógicos sobre
la base de la creencia en la plena racionalidad de la realidad.
Los griegos distinguían entre el saber cotidiano o de la doxa y el saber de la episteme
o ciencia. El saber vulgar, es un saber no fundamentado y acrítico. El saber de la ciencia
en cambio es fundamentado y crítico. El término episteme- de acuerdo con el concepto
antiguo del saber- refiere a la pura racionalidad y es por eso que en ella se incluye
también la filosofía.
Frente a este modo de comprender la realidad y el conocimiento centrado en los
conceptos de logos y episteme, el mundo de la Edad Media aporta todo lo derivado de la
concepción cristiana de la vida. Por ejemplo, la subordinación de la razón a la fe, es decir
la comprensión del mundo en términos de un orden divino. De éste modo, la prioridad
dada al sentimiento religioso y a la fe por sobre las evidencias de la racionalidad lógica y
epistémica se funda en el orden a partir del cual es leída o interpretada la realidad que es
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esencialmente divina y no racional. Es decir, si se parte del supuesto o del a priori de una
naturaleza cuyo sentido eminente es el de ser huella o signo de Dios y de la idea de un
universo ordenado jerárquicamente en clave teológica es absolutamente entendible que
se antepongan las exigencias de la fe a los reclamos de la razón.
Sin embargo, en base de todas estas diferencias entre la concepción griega y la
cristiana medieval existen algunas características compartidas, entre ellas:
 Geocentrismo, se considera la tierra como centro del universo.
 Orden jerárquico, se concibe el universo como una gran escala o jerarquía de
elementos que van desde la suma perfección (el Dios cristiano o el primer motor
inmóvil de Aristóteles) a lo más imperfecto (los cuatro elementos clásicos: tierra,
agua, aire y fuego).
 Orden teleológico, se piensa que todo en el universo tiende hacia un fin, llámese
Dios, idea de bien o primer motor.
 Finitud del espacio, se cree en un universo cerrado y finito, vale decir, con límites.

En contraposición, el modelo moderno implica un proceso de desacralización, se


comienza a producir una constante y cada vez más compleja separación de esferas o
ámbitos dentro de la cultura y la sociedad. La más importante será la separación entre
el orden de lo religioso- eclesiástico y lo profano- mundano. El núcleo del pensamiento
ya no será lo divino, sino la resolución de aquellos problemas prácticos-teóricos que
originaron cambios sociales, en particular el surgimiento de la burguesía. En cuanto al
conocimiento científico, la esencia de la modernidad está dada por el ideal de una
racionalidad plena, lo que conlleva las siguientes consecuencias:
 El mundo posee un orden racional matemático. Galileo dice “la naturaleza está
escrita con caracteres matemáticos” y esa ha de ser su clave interpretativa acerca
de la realidad.
 Lo moderno se caracteriza por el surgimiento de una confianza absoluta en el
poder de la razón tanto en la dimensión cognoscitiva como práctica. Esta razón
moderna puede caracterizarse como una determinación de los primeros principios
que rigen el mundo(dicta fines y valores) luego deviene en cálculo de medios para
alcanzar un fin dado y en su última transformación se reduce a un control práctico
o manipulación vale decir técnica
 El proyecto de racionalización plena de la realidad conlleva otros dos ideales: el de
alcanzar un conocimiento universal y necesario del mundo y a la vez lograr la
formulación de una ética de validez universal.
 La creencia en el progreso social como consecuencia inexorable del desarrollo de
la ciencia. Esto supone el progresivo despliegue y avance del conocimiento
científico se traslada a toda la sociedad, dando lugar a un orden social mejor y
más justo.
 El supuesto de la objetividad sostiene este proyecto de racionalidad plena. La
posibilidad de determinar racionalmente la estructura de la realidad en leyes
descansa en la suposición de esa capacidad del científico de separase del objeto
a conocer. Dicho distanciamiento sujeto- objeto fue el anhelo de la ilustración y
constituye la condición de posibilidad de su objetivo principal, la determinación de
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verdades universales y necesarias. Solo puede pensarse en la viabilidad de un


saber absoluto acerca de la realidad a condición de que supongamos un sujeto de
conocimiento que a modo de un observador neutral y externo sea capaz de
determinar lo observado sin estar implicado en la observación. De éste modo, la
relación hombre- mundo u hombre naturaleza pasa a ser pensada como la de un
sujeto (hombre) que desde su distancia observadora, se enfrenta a un objeto
(naturaleza) para su conocimiento y control.
Estas ideas están presentes en lo que hoy entendemos por ciencia, que refiere a un
tipo de conocimiento que debe cumplir ciertos requisitos: capacidad descriptiva,
explicativa y predictiva mediante leyes, carácter crítico, fundamentación lógica y empírica,
carácter metódico, sistematicidad, comunicabilidad mediante un lenguaje preciso y
pretensión de objetividad.
Capacidad descriptiva, explicativa y predictiva mediante leyes. La ciencia describe,
pero la descripción no es una mera recolección de datos o hechos, la ciencia es un saber
que busca leyes mediante las cuales poder describir y explicar la realidad, se debe
encontrar y formular relaciones constante entre los fenómenos y son justamente las leyes,
las proposiciones universales que expresan esas regularidades que permiten explicar y
predecir hechos particulares. La ciencia es principalmente explicativa, lo que significa que
explicar es subsumir lo particular en lo general, a los efectos de lograr mediante ese saber
un control sobre el fenómeno, que nos permita predecirlo, vale decir dominarlo.
Por otro lado, decimos que otra característica de la ciencia es su carácter crítico.
¿Qué significado tiene aquí la crítica? Decir que la ciencia es un saber critico alude a un
carácter problemático y cuestionador, a un pensar interrogante, su tarea propia es la
pregunta. Por lo tanto, nada más lejos de la ciencia que el dogma, dado que éste significa
despojar a la creencia de toda posibilidad de cuestionamiento.
Decir que la ciencia es un saber fundamentado es una característica que se relaciona
directamente con lo anterior. En la actualidad justificar o fundamentar en ciencia supone
una referencia a dos dimensiones: una lógica y otra empírica. La primera se encuentra
relacionada con la coherencia entre las proposiciones que conforman la teoría, de
acuerdo con las reglas de la lógica, mientras que la segunda se agrega a la anterior. Para
las ciencias que estudian los hechos (ciencias fácticas) implica la necesidad de justificar
sus enunciados mediante contrastación empírica, esto es, a través de una confrontación
con la experiencia.
En cuanto al carácter metódico, esta característica tiene una centralidad que hace a
nuestra actual comprensión de la ciencia. Métodos es una palabra griega cuyo significado
alude a un camino por medio del cual aproximarse a lo que debe conocerse y en su
sentido moderno (sobre todo a partir de Descartes) adquiere el sentido de un concepto
unitario que, más allá, de las peculiaridades del ámbito estudiado, implica la exclusión del
error mediante verificación y comprobación. Así, la tendencia fundamental del
pensamiento científico moderno es la identificar el saber científico con lo comprobable
empíricamente y por lo tanto la verdad con la certeza. Esto es lo que posibilita a partir del
avance de las ciencias naturales la reducción de la verdad al método. Así, un cuerpo de
conocimientos para que hoy sea considerado como científico, debe seguir cierto
procedimiento, ciertos pasos. Si una investigación omite o elude algunos de ellos (los
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cuales son establecidos por la comunidad científica) pierde inmediatamente su pretensión


de cientificidad.
Con respecto a la sistematicidad, está referida a que el conocimiento científico es un
cuerpo de procedimientos relacionados lógicamente entre sí. Se denomina sistema a un
conjunto ordenado de elementos, y por consiguiente la sistematicidad de la ciencia alude
a una unidad armónica, consistente, no contradictoria de un saber, en virtud de la cual los
nuevos conocimientos se integran a los ya establecidos.
Que sea comunicable en un lenguaje preciso, refiere a que la ciencia formula
constantemente enunciados que deben responder a la demanda de hipótesis que deben
cumplir con requisitos lógicos y empíricos metodológicos. La precisión de los enunciados
hace referencia por ejemplo a que no alcanza con decir “la desocupación en los 90 ha
aumentado “, es necesario completar ese enunciado con precisiones como por ejemplo
“la desocupación aumentó en un 40%”. Si bien, la ciencia siempre apuntó a la precisión,
en la actualidad este rasgo se ha convertido en un requisito indispensable la medida, la
exactitud en la formulación de los fenómenos estudiados y la posibilidad de expresar el
saber en un lenguaje preciso es un componente ineludible de todo conocimiento que se
precie de científico.
Finalmente la pretensión de objetividad se entiende como la capacidad del sujeto de
elevarse por sobre toda condicionamiento histórico y subjetivo y de tomar la distancia
suficiente respecto del objeto a conocer, como para adoptar el punto de vista de un
observador neutral. Ser objetivo significará evitar toda influencia derivada del que conoce
y por lo tanto implica la prescindibilidad del sujeto en el proceso cognitivo mismo.
En torno al concepto de objetividad se producen las discusiones más profundas en
cuanto a su posibilidad y sentido. Por lo pronto podemos decir que el conocimiento
científico es un saber que aspira a la objetividad.
En la época contemporánea surgen una serie de críticas a éste ideal de ciencia, entre
ellas:
 Se cuestiona el ideal de verdad sostenido en la modernidad. No hay verdades
universales, necesarias y definitivas sino más bien verdades provisorias y
contingentes.
 Hay un cuestionamiento a la posibilidad de un lenguaje unívoco. El sentido
lingüístico no es totalmente univoco sino que conlleva inexorablemente cierta
equivocidad, de lo cual se deduce que toda comprensión de la realidad
comporta cierta dimensión de interpretación en perspectiva.
 Critica a la ciencia como un fin en sí misma. El desarrollo de la investigación
científica no debería ser considerado un fin en sí misma sino un bien cuyo
valor principal ha de ser medido sobre la base de criterios de impacto social.
 Se critica la idea de que toda racionalidad debe ser reducida a la racionalidad
científica. Se plantea la necesidad de ampliar la idea de razón y verdad.
 Crítica al cientificismo que refiere a restringir la idea de ciencia a un solo tipo
de teoría y de práctica de la ciencia basada en el modelo de la física moderna:
establecimiento de leyes universales, formalización de los fenómenos,
experimentación y predicción.
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Critica a la distinción entre ciencia pura y ciencia aplicada. Es decir, a la
distinción tajante entre la búsqueda del conocimiento científico y el ámbito de
sus aplicaciones, lo que lleva a la distinción entre ciencia pura y ciencia
aplicada (Bunge). Las primeras sólo buscan el conocimiento de un
determinado sector de la realidad sin otro interés que el de enriquecer el
bagaje del saber y las segundas aplican el conocimiento de las ciencias puras
a problemas prácticos.
Estos y otros problemas forman parte de la problemática de la filosofía de la ciencia
contemporánea que ha tenido en éste siglo tres grandes momentos:

CONCEPCION EL RACIONALISMO NUEVA FILOSOFIA


HEREDADA CRITICO DE POPPER DEL LA CIENCIA

La concepción heredada de ciencia2.


La concepción tradicional de ciencia se sustenta en el lema que “la ciencia se deriva de
los hechos”. Se supone que los hechos son afirmaciones acerca del mundo que pueden
ser verificadas directamente por un uso cuidadoso y desprejuiciado de los sentidos, que
nos permitirán constituir una base segura y objetiva de la ciencia.
Empiristas y positivistas son dos escuelas que han formalizado esta visión común de
la ciencia, ambas comparten el punto de vista de que el conocimiento debe de algún
modo derivarse de los hechos alcanzados por la observación. Según Chalmers (1982:3)
se pueden distinguir tres componentes en ésta postura:
• Los hechos se dan directamente a observadores cuidadosos y
desprejuiciados de los sentidos.
• Los hechos son anteriores a la teoría e independientes de ella.
• Los hechos constituyen un fundamento firme y confiable para el
conocimiento científico
En su expresión más fuerte la opinión común considera que los hechos del mundo
exterior son dados directamente a través de los sentidos, en particular la vista. Basta con
pararnos rente a las cosas del mundo para ver que hay en él. Se supone que cualquier
observador vería lo mismo respecto a las cosas ya que lo que se ve está determinado por
la naturaleza de lo que se mira. No obstante, hay muchas pruebas que indican lo
contrario.”… Dos observadores normales que vean el mismo objeto desde el mismo lugar
en las mismas circunstancias físicas no tienen necesariamente idénticas experiencias

2
Chalmers, Alam (1984)
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visuales, aunque las imágenes que se produzcan en sus retinas sean prácticamente
idénticas…”3 Por otro lado, frente al mismo hecho, un observador instruido en lo que está
observando no tiene la misma experiencia perceptual a las de un novato.
Por otro lado, la afirmación de que la ciencia deriva de los hechos, presenta varias
dificultades. La primera es que la percepción recibe la influencia de la preparación y las
expectativas del observador, la segunda es que hay una dependencia de los juicios
acerca de la verdad de los enunciados observacionales en el ya conocido o el supuesto,
lo que implica que los hechos sean tan falibles como los supuestos que están a la base.
Entonces, la base observable de la ciencia no es tan falible ni tan directa y segura como
se ha supuesto tradicionalmente.
Además cabe la pregunta ¿pueden derivarse las leyes científicas a partir de los
hechos? Desde un análisis lógico el conocimiento científico no puede derivarse de los
hechos, si por derivar se interpreta deducir lógicamente.
Veamos que sucede con los enunciados observaciones que constituyen los hechos
que sirven de prueba a las leyes científicas generales. Estos hechos observables o
resultados experimentales son afirmaciones específicas acerca de un estado de cosa en
un tiempo particular. Supongamos que tenemos a nuestra disposición un gran número de
hechos de este tipo como base desde la que esperamos derivar algún conocimiento
científico. ¿Qué tipo de razonamiento puede conducirnos desde estos hechos como
premisas a las leyes científicas que intentamos derivar como conclusiones? Por ejemplo:

1. El metal X1 se dilató al calentarlo en la ocasión t 1


2. El metal X2 se dilató al calentarlo en la ocasión t 2
n. El metal X n se dilató al calentarlo en la ocasión t n

Luego, todos los metales se dilatan al ser calentados

Este no es un razonamiento lógicamente válido. No se puede derivar de la verdad de


los enunciados que constituyen las premisas, la verdad de la conclusión. El ejemplo dado,
constituye un razonamiento de tipo inductivo, cuya característica es que el enunciado de
la conclusión, todos los casos, va más allá de lo enunciados que contiene sus premisas,
que enuncian casos particulares. Entonces, si el conocimiento científico se deriva de los
hechos, ese derivarse se entiende en sentido inductivo. Ahora bien, ¿Cuáles son las
características de un buen razonamiento inductivo? Una primera respuesta es que la
inferencia debe estar justificada. Y para que ello suceda se deben satisfacer las siguientes
condiciones:
• El número de enunciados observacionales que constituyen la base de una
generalización debe ser grande.
• Las observaciones se deben repetir en una amplia variedad de condiciones
• Ningún resultado observacional aceptado debe entrar en contradicción con
la ley universal derivada.
3
Chalmers, Alan(1996) ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?. Buenos Aires. Siglo XXI. Pág. 4
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A partir de allí, podemos afirmar dentro de esta concepción que las leyes y teorías que
constituyen el conocimiento científico se derivan por inducción a partir de una base de
hechos suministrados por la observación y la experimentación. Una vez que se cuenta
con este conocimiento general se puede recurrir a él para hacer predicciones y ofrecer
explicaciones. El esquema sería;

LEYES Y TEORIAS
DEDUCCION
INDUCCION

HECHOS ADQUIRIDOS POR MEDIO DE LA


PREDICCIONES Y EXPLICACIONES
OBSERVACIÓN

Para un inductivista la fuente de la verdad no es la lógica sino la experiencia. Si


consideramos el siguiente argumento4;

1. El agua completamente pura se congela a unos 0° C (si se da tiempo suficiente)


2. El radiador de mi coche contiene agua completamente pura
3. Luego, si la temperatura baja a 0°C el agua del radiador de mi coche se congelará (si
se le da tiempo suficiente)

Este es un ejemplo de deducción lógica válida para deducir la predicción 3 del


conocimiento científico contenido en la premisa. Si 1 y 2 son verdaderas, 3 debe ser
verdadera. Sin embargo la verdad de 1,2, y 3 no se establece gracias a ésta deducción
sino por la experiencia.
Se puede resumir del siguiente modo la forma general de todas las explicaciones y
predicciones científicas:
1. Leyes generales
2. Condiciones iniciales
_____________________________
3. Predicciones y explicaciones

Por último, para la concepción tradicional de ciencia, las teorías son un conjunto de
afirmaciones sobre un determinado ámbito de la realidad. Así por ejemplo la mecánica
clásica consiste en una serie de afirmaciones sobre el movimiento de los cuerpos, la
genética mendeliana en la transmisión de rasgos en la generación de seres vivos. etc. Su
estudio es sincrónico, las teorías son entidades que se extienden o perduran a través del
4
Extraído de Alam Clamers (1999:51)
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tiempo, que permanecen a través del cambio, se las considera como entidades estáticas
congeladas.

La transición: El racionalismo crítico de Karl Popper


Popper, se interesó en crear una norma de demarcación que pudiera distinguir la
ciencia de la metafísica o pseudociencia. Parte de una crítica al psicoanálisis y el
marxismo, que para él son de naturaleza metafísica, pero no científica. Ambas fundan sus
teorías interpretando un amplio rango de ejemplos de la conducta humana o el cambio
histórico, suponiendo que de éste modo lo soportan todo. Estas teorías nunca se
equivocaban, porque son lo suficientemente flexibles como para acomodar y hacer
compatibles con ellas cualquier ejemplo. No pueden de hecho explicar nada porque no
son capaces de excluir nada, a pesar de que aparentan ser teorías poderosas
confirmadas por un amplio conjunto de hechos.
La norma de demarcación que ofrece Popper es la refutabilidad. Ninguna cantidad de
observaciones podría confirmar una generalización de la forma “Siempre que A, entonces
B”. Peor, no hay certidumbre de que lo que ha ocurrido siempre hasta ahora, tendrá que
seguir ocurriendo la próxima vez. Existe una simetría entre la confirmación y la refutación.
Un contraejemplo, de A que no va seguida de B, refutaría concluyentemente la
generalización universal y esto sostuvo Popper. El verdadero método de la ciencia es
buscar la refutación de las predicciones de una teoría.
Popper revisó la concepción positivista lógica de la ciencia, sosteniendo que el objeto
de la ciencia no es hacer inferencias de instancias específicas a generalizaciones, sino
buscar modos de rechazar lo que él llamó hipótesis conjeturales. La ciencia no es un
cuerpo de teorías acumuladas sino una colección o sistema de conjeturas que aún están
por ser refutadas.
Este sistema de conjeturas o predicciones, en principio no se pueden justificar, solo
pueden afirmar ser válidas. La validez se da en el sentido, que hasta hoy, han resistido las
pruebas más difíciles que los científicos han podido ponerles. Las mejores teorías son las
que hacen predicciones precisas y por consiguiente las que más probablemente fallarán
con un experimento o prueba crucial. La capacidad de las teorías para resistir pruebas, su
corroboración, está relacionada con la improbabilidad de sus predicciones.
Un caso ejemplar, es Eddington, que en 1917 siguiendo la teoría de la relatividad de
Einstein puso a prueba lo siguiente: la teoría de la relatividad implicaba que los rayos de
luz debían curvarse al pasar cerca de objetos de gran masa, como el Sol. Por
consiguiente, una estrella situada detrás del sol tendía que aparecer desplazada respecto
de la dirección según la cual sería observada de no existir la curvatura. Eddington buscó
ese desplazamiento mirando la estrella en un tiempo en que la luz del Sol quedara
bloqueada por un eclipse. Resultó que el desplazamiento pudo ser observado y la teoría
de Einstein recibió su confirmación.
La noción de confirmación del inductivista 5 es distinta a la del falsacionista. Para los
inductivistas, la confirmación de una teoría está determinada exclusivamente por la
relación lógica existente entre los enunciados observacionales que son confirmados y la

5
Los inductivistas se asocian al nombre de positivismo lógico o empirismo lógico en relación a los
procedimientos lógicos mediante los cuales se construye el conocimiento científico.
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teoría que éstos apoyan. Los casos confirmados, lo son, si proporcionan apoyo inductivo
a una teoría, cuanto mayor es el número de casos confirmados mayor es el apoyo a una
teoría y más probable será de que sea verdadera, con independencia del contexto
histórico. En contraposición, para los fasacionistas, la importancia de las confirmaciones
depende del contexto histórico. Una confirmación confiere un alto grado de valor a una
teoría si esta confirmación fue el resultado de la comprobación de una predicción nueva.
Esto es, una confirmación será importante si se estima que es improbable que suceda a la
luz del conocimiento básico de la época. Las confirmaciones que son conclusiones de
antemano conocidas, son insignificantes.
Por consiguiente, la ciencia es ante todo una búsqueda crítica, implacablemente
competitiva, que siempre intenta destruir o refutar sus conjeturas. Por prueba y error
críticos procede la ciencia, descartando aquellas teorías que no pasan las pruebas e
intentando intensificar las pruebas de aquellas que, al menos de momento, han pasado a
ser las mejores pruebas que se puedan inventar en ellas. Debido a que la situación lógica
hace imposible la derivación de leyes y teorías universales a partir de enunciados
observacionales, pero posible la deducción lógica de su falsedad, las falsaciones se
convierten en importantes hitos del desarrollo de la ciencia.
Una modificación en una teoría, como la adición de un postulado o un cambio en él,
que no tenga consecuencias comprobables de la teoría, se denominan hipótesis ad hoc.
La epistemología evolucionista de Popper no es diferente del modo en que todas las
formas de vida se adaptan y en realidad solo es una extensión del modo de aprender por
prueba y error. La única preocupación defendible de la epistemología como teoría del
conocimiento científico es con respecto a los verdaderos procedimientos y productos de la
ciencia. La ciencia busca la verdad en el sentido de correspondencia con la realidad, y sin
embargo nunca podemos demostrar de manera concluyente que nuestras conjeturas son
verdaderas. Antes bien, la verdad se pone a prueba eliminando la falsedad.
Las teorías deben ser predictivas, esta condición es las que las expone a la refutación.
A Popper no le importa cómo se llega a la formulación de teorías, sino tan solo que las
mismas deben conducir a conjeturas audaces y estar expuestas a refutación.
El conocimiento científico no puede proceder a la verificación de teorías por medio de
pruebas empíricas sino que tiene que depender de un método crítico de conjeturas
audaces e intentos de refutación. Hay una condición fundamental que toda teoría debe
tener, si se le ha de dar el status de científica: ha de ser falsable. Ejemplos de
enunciados falsables son: “Todas las sustancias se dilatan a ser calentadas”. ” Los
objetos pesados caen directamente hacia abajo al ser arrojados cerca de la superficie de
la Tierra, si no hay nada que lo impida”.
Una hipótesis es falsable, si existe un enunciado observacional o un conjunto de
enunciados observacionales lógicamente posibles que sean incompatibles con ella, que
en el caso de ser establecidos como verdaderos, falsarían la hipótesis. Ejemplos de
enunciados no falsables son: “Todos los puntos de un círculo euclideo equidistan del
centro”. “Es posible tener suerte en la especulación deportiva”.
Las hipótesis científicas son falsables, si excluyen un conjunto de enunciados
observacionales lógicamente posibles. Las hipótesis deben contener información acerca
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del mundo, excluyendo las maneras en que lógicamente pudieran comportarse las cosas
en él, aunque de hecho no se comportan.
Una buena ley científica o teoría es falsable justamente porque hace afirmaciones
definidas acerca del mundo. Cuanto más afirme una teoría más oportunidades potenciales
habrá de demostrar que el mundo no se comporta de hecho como establece la teoría.
Una teoría muy buena será aquella que haga afirmaciones de muy amplio alcance acerca
del mundo y que, en consecuencia, sea sumamente falsable y resista la falsación todas
las veces que se la someta a prueba.
Las teorías sumamente falsables se deben preferir, siempre que no hayan sido
falsadas de hecho. Las teorías que han sido falsadas tienen que ser rechazadas de forma
tajante. La empresa científica consiste en proponer hipótesis sumamente falsables,
seguidas de intentos deliberados y tenaces de falsarlas.
Según Klimovsky (1994) el modelo hipotético deductivo representa a la teoría científica
como conjunto de declaraciones conectadas por reglas lógicas. La ley científica se
expresa como declaración universal de la forma “Siempre que A, entonces B”. A partir de
éstas y otras declaraciones de las condiciones iniciales se podría deducir una hipótesis
acerca de lo que debería ocurrir, la cual pudiera se puesta a prueba frente a la
observación empírica. Se considera que un acontecimiento está explicado si puede
mostrarse que es consecuencia lógica de las declaraciones teóricas.
En otras palabras, la verdad del explanandum queda garantizada por la lógica,
mientras que el explanandum sea lógicamente deducible de las declaraciones
empíricamente ciertas acerca de las condiciones iniciales y las leyes generales: el
explanans .Si el esquema se utiliza en retrospectiva, produce explicaciones, utilizada
prospectivamente nos da predicciones. Si es cierta la ley universal, se confirmará la
predicción, si no lo es, la predicción fallará y la ley universal debe quedar refutada.
La concepción hipotética de la ciencia supone admitir que la mayoría de los
enunciados científicos, en un momento de la historia, son aceptados por los hombres de
ciencia a título de hipótesis. Trabajar con hipótesis o conjeturas es admitir que estamos
concibiendo visiones provisorias de la realidad, susceptibles de ser mejoradas, corregidas
o drásticamente cambiadas, su formulación es la siguiente:
 Una hipótesis científica es un enunciado afirmado o formulado por un hombre de
ciencia o una comunidad científica, en cierto momento de la historia.
 En el momento en que se propone la hipótesis, para quien la formula se halla en
“estado de problema”: se ignora su valor de verdad, no está verificada ni refutada.
 Quien formula la hipótesis, supone que ella es verdadera.
Ahora bien: ¿Cómo se opera con las hipótesis? Supongamos que dado determinado
problema, se formula una hipótesis que trata de resolverlo. Por ser una hipótesis, no
puede ser sometida a un proceso directo de verificación o refutación. En primer lugar, hay
que analizar que se deduce lógicamente de la misma La ventaja de hacerlo es que puede
dar lugar a nuevas hipótesis hasta llevarnos a obtener cierto tipo de enunciados
observacionales que nos permita controlar la hipótesis por medio de la experiencia. El
esquema sería el siguiente6:

6
Extraído de Klimovsky (1994: 135)
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DEDUCCIONES HIPOTESIS
HIPOTESIS HIPOTESIS HIPOTESIS
HIPOTESIS DE PARTIDA
DERIVADAS

C.O. C.O. C.O


C.O.CONSECUENCIAS OBSERVACIONALES C.O

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OBSERVACIONES PERTINENTES

La operación descripta, que implica poner a prueba una hipótesis examinando sus
consecuencias es denominada por Popper “contrastación de hipótesis”. Como resultado
de esta operación se obtiene o bien la refutación y abandono de la misma o bien la
conservación y supervivencia. Lo que la contrastación no puede garantizar es la
verificación de la hipótesis, sino algo más débil que Popper denomina corroboración. La
corroboración significa, que si bien seguimos sin saber nada acerca de la verdad de la
hipótesis, esta ha resistido un intento de refutarla y ha probado, hasta el momento no ser
falsa. La operación de contrastación pone bajo examen la hipótesis inicial. Si la hipótesis
es errónea, muy bien puede suceder que de ella se desprenda una consecuencia
observacional falsa y de esta manera queda desenmascarada la falsedad de la hipótesis.
Esto es lo que Klimovsky denomina “versión simple del método hipotético deductivo”.

Esquema lógico del método hipotético deductivo en Popper en su versión simple7

Hipótesis y teorías presupuestas

Teoría específica: Hipótesis de partida y derivadas

Hipótesis subsidiarias

Hipótesis auxiliares Hipótesis colaterales

Datos observacionales (Condiciones iniciales y de contorno)

Consecuencias Observacionales
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Esquema extraído con modificaciones de Klimovski (1994:214-215)
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Esquema lógico del método hipotético deductivo en Popper en su versión compleja


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HIPÓTESIS
FUNDAMENTAL
HIPOTESIS
HIPOTESIS
SUBSIDIARIA ESPECIFICAS
HIPOTESIS
PRESUPUESTA HIPOTESIS
AUXILIARES

DATOS DE DATOS DE
DATOS DE OBSERVACION 3
OBSERVACION 1 OBSERVACION 2

El progreso de la ciencia tal como lo entiende el falsacionismo, podría sintetizarse


de la siguiente manera. La ciencia comienza con problemas que van asociados con la
explicación del comportamiento de algunos aspectos del mundo. Los científicos proponen
hipótesis falsables como soluciones al problema. Las hipótesis conjeturadas son entonces
criticadas y comprobadas. Algunas serán eliminadas rápidamente. Otras pueden tener
más éxito. Estas deben someterse a críticas y pruebas más rigurosas. Cuando finalmente
se falsa una hipótesis que ha superado con éxito una gran variedad de pruebas rigurosas,
surge un nuevo problema. Este nuevo problema exige la invención de nuevas hipótesis
seguidas de nuevas críticas y pruebas. Y así el proceso continúa indefinidamente.
Nunca se puede decir que una teoría es verdadera, solo se puede afirmar que es
superior a sus predecesoras en el sentido de que es capaz de superar pruebas que
falsaron a sus predecesoras. Aprendemos de nuestros errores. La ciencia progresa
mediante el ensayo y el error. Debido a que la situación lógica hace imposible la
derivación de leyes y teorías universales a partir de enunciados observacionales, pero
posible la deducción de su falsedad, las falsaciones se convierten en importantes hitos del
desarrollo de la ciencia.
En términos de Chalmers ((1982) el falsacionismo se ve seriamente contradicho, la
afirmación “los enunciados observacionales dependen de la teoría y son falibles” nos
conduce a considerar que si se dan enunciados observacionales verdaderos, entonces es
posible deducir de ellos lógicamente la falsedad de algunos enunciados universales,
mientras que no es posible deducir de ellos la verdad de ningún enunciado universal.
Popper era consciente del problema, por ello realiza una distinción entre los
enunciados observacionales públicos y las experiencias perceptivas privadas de los

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Esquema extraído con modificaciones de Klimovski (1994:214-215)
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observadores. Estas últimas vienen dadas de algún modo a los individuos en el acto de
observar, pero no hay un paso simple que lleve de esas experiencias privadas a un
enunciado observacional que pretenda describir la situación observada. Un enunciado
observacional formulado en un lenguaje público, será comprobable y estará sujeto a
modificaciones o rechazos. Los observadores pueden aceptar o no un determinado
enunciado observacional .Su decisión sobre esa cuestión estará motivada en parte por las
experiencias perceptivas pertinentes, pero ninguna experiencia perceptiva de un individuo
será suficiente para establecer la validez de un enunciado observacional.
La esencia de la postura de Popper sobre los enunciados observacionales es que su
aceptabilidad se mide por su capacidad para sobrevivir a las pruebas. Los que no superan
las pruebas subsiguientes son rechazados, mientras que los que pasan las pruebas son
conservados de modo provisional.
Las generalizaciones que constituyen las leyes científicas no pueden deducirse
lógicamente de un conjunto finito de hechos observables, mientras que la falsación de una
ley puede deducirse lógicamente a partir de un solo hecho observable con el cual choca.
Si se da la verdad de un cierto enunciado de la observación O, entonces se puede
deducir la falsación de una teoría T que implique lógicamente que O no puede ocurrir. Sin
embargo, los enunciados observacionales que constituyen la base de la ciencia son
falibles y dependientes de la teoría.
Por consiguiente, de una colisión entre O y T no se sigue que T sea falsa, lo único que
se sigue lógicamente del hecho que T implique una predicción inconsistente con O. Es
que o bien, O o T es falsa, pero la lógica por sí sola no puede decirnos cual.
Cuando la observación o la experimentación proporciona evidencia que entra en
conflicto con la teoría puede ser que la teoría sea errónea o que la evidencia sea errónea
y no la ley o teoría. Las falsaciones claras y concluyentes de las teorías no son
alcanzables por la observación.
Una teoría científica consta de una gran cantidad de enunciados universales, y no de
uno solo, para comprobar experimentalmente una teoría habrá que recurrir a algo más
que los enunciados que constituyen la teoría sometida a prueba. Habrá que aumentar la
teoría mediante supuestos auxiliares, tales como las leyes y teorías que rigen el uso de
cualquiera de los instrumentos utilizados. Además para deducir una predicción cuya
validez se haya de comprobar experimentalmente, será necesario añadir condiciones
iniciales tales como la descripción del marco experimental.
Ahora bien, si la predicción que se sigue de este montón de premisas resulta falsa,
entonces todo lo que la lógica de la situación nos permite concluir es que al menos una de
las premisas debe ser falsa. No nos permite identificar la premisa que falla. Puede ser que
lo que falle sea la teoría sometida a prueba, pero también puede ser que el responsable
de predicción incorrecta sea algún supuesto auxiliar o alguna parte de la descripción de
las condiciones iniciales. No se puede falsar concluyentemente una teoría porque no se
puede excluir la posibilidad de que lo responsable de la predicción errónea sea alguna
parte de la compleja situación de comprobación y no la teoría sometida a prueba.
En síntesis, como sostiene Schuster (2002) en estas dos primeras etapas de la
filosofía de la ciencia anglosajona, el problema central puede resumirse en dos grandes
cuestiones: el problema de los criterios de demarcación entre enunciados científicos y no
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científicos. El problema del método científico que nos permita establece mediante que
criterios consideramos verdaderos o falsos los enunciados de la ciencia. El problema del
método se encentra asociado al problema de la verificación.
En el caso de las ciencias sociales, el problema se planteaba en términos pendulares,
es decir las ciencias oscilaban entre dos extremos, o bien la pura especulación filosófica
o una pura recopilación de datos. El gran desafío que se planteaba a los cientístas
sociales era construir lo que Bernstein denominó la teoría empírica, que consiste en las
cristalizaciones de construcciones conceptuales de cierto nivel de generalidad y
abstracción, pero al mismo tiempo referidas a un campo empírico de aplicación.

La “nueva filosofía de la ciencia” 9


En la actualidad constituye una de las principales corrientes de la reflexión filosófica
con respecto a la ciencia, que pone en cuestión a partir de los años 60 y 70 algunos
postulados del positivismo lógico, entre ellos:
 La idea que la ciencia es un conjunto de enunciados de distintos niveles de
generalidad y abstracción, constatable empíricamente.
 La confianza en la capacidad de la lógica para explicar y comprender los
procesos científicos.
 La creencia en el progreso científico.
 La confianza en la experiencia como última razón objetiva de la verdad
científica.
 La creencia que la ciencia es la única forma legítima de conocimiento humano.

Se puede decir que uno de los mojones que dan inicio a dicha corriente es la aparición
del libro de Thomas Kuhn en 1962 “La estructura de las revoluciones científicas”. El libro
de Kuhn plantea un cambio en los problemas de los que se ocupa la filosofía de las
ciencias que ya no se encuentra centrado en la comparación entre lenguaje y realidad,
entre enunciados y control observacional de esos enunciados, en la verificabilidad de los
enunciados.
Como es sabido, la originalidad de la epistemología de Thomas Kuhn, consiste en
realizar un estudio de la ciencia incorporando en él la historia de la ciencia. Recordemos
sintéticamente algunos de sus postulados.
Uno de los principales problemas en relación a la práctica científica es el cambio en las
teorías científicas. Al explicar cómo se producen los cambios científicos, rechaza la
explicación inductivista en el sentido de acumulación de conocimientos puesto que
conlleva la idea de un progreso indefinido.
Para este epistemólogo el cambio científico no puede sustentarse en un progreso
indefinido, puesto que dicho cambio no se presenta por pura acumulación de
conocimiento. El esquema a partir del cual Kuhn explica el cambio científico tiene como
punto de partida la noción de pre-ciencia. Su característica principal es que en ella, o bien
las teorías científicas existentes no pueden solucionar los problemas planteados o bien

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Harold Brauw(1984)
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existen distintas explicaciones de los mismos, sin que ninguna logre imponerse a las
otras.
Cuando se atribuye a una teoría, una solución aceptada por la toda la comunidad
científica comienza la etapa de la ciencia normal. Esto sucede en tanto una teoría
explicativa logra vencer a las restantes, se convierte entonces en un paradigma.
Un paradigma está compuesto por las realizaciones científicas universalmente
reconocidas y se constituye en un modelo de conocimiento y procedimiento para una
comunidad científica en un tiempo determinado. Ahora bien, dentro de un paradigma
existen anomalías, los científicos se esfuerzan por sostener la solidez de los paradigmas,
pero cuando las anomalías aparecen con fuerza, el paradigma reinante en la ciencia
normal se debilita y se produce una crisis de paradigma.
El paradigma entra en crisis, cuando la cantidad de contra-ejemplos a una teoría
resulta abrumadora. Durante esta crisis se intentan nuevas soluciones, y en función de
ello se producen choques entre teorías rivales, produciéndose una revolución científica.
Cuando una de las teorías logra imponerse sobre las demás, se establece un nuevo
orden. La teoría que vence, impone su propio paradigma instituyéndose así un período de
nueva ciencia normal. A partir de estos enunciados, y a los fines de nuestro análisis, nos
parece pertinente realizar dos observaciones. La primera es que para Kuhn, los
paradigmas son inconmensurables entre sí, son diferentes en cuanto a concepciones del
mundo, del conocimiento, de métodos que usan. Por lo tanto no se pueden establecer
comparaciones entre ellos, ni decir que uno es mejor que otro.
La segunda, adquiere la forma de un condicional: Si no se puede decir que un
paradigma es mejor que otro ¿por qué una teoría vence a otra?. La respuesta de Kuhn
es: porque tiene más fuerza, porque es una decisión de la comunidad científica.
Este enfoque sobre el desarrollo de la ciencia de hecho ha seducido a numerosos
teóricos sociales, de este modo se puede comprobar que ¨...hoy resulta común que se
hable de paradigmas en ciencias sociales, en el sentido de Kuhn…” (Díaz 1997:125)
Sin embargo, consideramos que la utilización del concepto de paradigma en las
Ciencias Sociales, requiere algunas aclaraciones y precisiones.
En las ciencias sociales sería poco pertinente utilizar el concepto de paradigma en un
sentido estrictamente Kuhniano. Dentro del universo de disciplinas sociales no existe una
sola teoría que haya sido aceptada universalmente como la más válida dentro de la
comunidad científica, y que por lo tanto pueda ser considerada paradigmática. Lo que
existe es, o bien una rivalidad entre teorías diversas o bien la supervivencia de distintos
teorías explicativas que coexisten unas con otras.
Si queremos abordar los estudios de la sociedad bajo el concepto de paradigma
Kuhniano, debemos pensar en teorías lo suficientemente estructuradas para que sea
adecuado utilizar éste término. Así mismo, sería importante que no olvidemos que el
mismo Kuhn consideraba que las ciencias sociales se encontraban en una etapa de pre-
ciencia.
Ahora bien, para Kuhn las teorías ya no son conjuntos sino estructuras enunciativas.
La idea de estructura refiere a un bloque enunciativo único. La nueva concepción de
teoría admite el estudio no sólo del producto las teorías científicas, sino también de la
construcción de comunidades científicas, los procedimientos a través de los cuales se
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construyen las teorías y las formas de acción humana a través de las cuales se controlan
dichas teorías. Entonces, ya no se piensa la teoría en términos que su verdad o falsedad
está delimitada a partir de su correspondencia con los datos, que cada enunciado es la
descripción perfecta de un hecho.
Otra posición importante en la denominada nueva filosofía de la ciencia es la del
húngaro Irme Lakatos, quien buscó un modo de modificar el falsacionismo de Popper
recurriendo a algunos de los conceptos de Kuhn a la vez que rechaza los aspectos
relativistas de éste último.
Para Lakatos hay algunas leyes o principios que son más fundamentales que otros
dentro de una determinada teoría científica. Los científicos pueden tratar de resolver los
problemas que se presentan modificando los supuestos más periféricos, y en la medida
que tenga éxito contribuyen al desarrollo de programa de investigación.
Los principios fundamentales son denominados por Lakatos núcleo central del
programa de investigación. Toma la forma de hipótesis muy generales que son la base a
partir de la cual se desarrolla el programa.
Todo desajuste en la correspondencia entre un programa articulado y la observación
debe ser atribuido a los supuestos suplementarios y no al núcleo central. Lakatos
denominó cinturón protector a la suma de las hipótesis adicionales que complementan el
núcleo central, con el fin de subrayar que su papel consiste en proteger el núcleo central
de las falsaciones.
Dentro del programa habría dos líneas de trabajo; la heurística negativa y la heurística
positiva. La heurística negativa especifica lo que se aconseja no hacer al científico,
pretender falsar el núcleo central del programa en el que trabaja. Cualquier científico que
modifique ese núcleo es porque decidió salirse del programa. La heurística positiva indica
a los científicos lo que deben hacer dentro del programa, sirve de guía de cómo se debe
complementar el núcleo central y de cómo debe modificarse el cinturón protector
resultante para que un programa sea capaz de explicar y predecir los fenómenos
observables.
El desarrollo de un programa no solo supone la adición de oportunas hipótesis
auxiliares, sino también el desarrollo de nuevas técnicas matemáticas y experimentales
idóneas. La heurística positiva implica la idea de que se deba empezar por casos
sencillos, ideales para que una vez dominados, se pueda pro ceder al estudio de casos
más complicados y realistas. Cuando un programa se ha desarrollado a tal punto que es
conveniente someterlo a pruebas observacionales son las confirmaciones y no las
falsaciones las que tienen capital importancia. El valor de un programa de investigación
viene indicado por la medida en que conduce predicciones nuevas que son confirmadas.
Por otro lado, Lakatos distingue entre programas progresivos y programas
degenerativos. Denomina progresivo a los programas que mantienen coherencia y
conducen a nuevas predicciones que resultan confirmadas, y programas regresivos a
aquellos que pierden su coherencia y fracasan en nuevas predicciones. La sustitución de
un programa degenerativo por otro progresivo constituye la versión de Lakatos de
revolución científica.
Otro de los filósofos que se encuentran dentro de la denominada Nueva filosofía de la
ciencia es el austríaco Paul Feyerabend. Este autor sostiene que no existe un método y
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que en realidad, la ciencia no posee ninguna característica que la haga superior a otras
formas de conocimiento.
Su principal línea argumental intenta minar las ideas de método y progreso
presentadas por los filósofos como características de la ciencia. Para ello, toma los
ejemplos de cambio científico que presentan distintos filósofos de la ciencia y que los
mismos consideran como instancias clásicas del progreso científico y muestra que en
cuanto hechos históricos estos cambios no se ajustan a las teorías de las ciencias
propuestas por dichos filósofos.
Para Feyerabend la ciencia se sitúa en un entramado ético que concede un alto valor a
la libertad individual e implica una actitud que Feyerabend describe como actitud
humanitaria. La institucionalización de ciencia es contraria a esa actitud humanitaria por
cuanto el Estado impone la ciencia como el único conocimiento verdadero. Para él, en
una sociedad libre, la ciencia no tiene preferencia sobre otras formas de conocimiento o
sobre las tradiciones.
Parte de una teoría anarquista del conocimiento y realiza un alegato en Contra el
método donde sostiene que los métodos que Carnap, Hempel, Nagel, Popper o Lakatos
desean utilizar a los fines de racionalizar los cambios científicos fracasan, ya que no
existe un método científico. Los científicos siguen sus deseos subjetivos, en la ciencia
todo vale.
Ahora bien, su alegato en relación a que no existe un método universal y ahistórico
en las ciencias que contenga las normas que todas las ciencias deben respetar si quieren
merecer el título de tal y los ejemplos que ofrece para probar tal afirmación son bastantes
razonables.
Del mismo modo es sólida su crítica a la idea que la ciencia deba conducirse según
reglas fijas y universales. Como contrapartida, Feyerabend sostiene que dicha noción va
en detrimento de la propia ciencia por cuanto desprecia las complejas condiciones físicas
e históricas que influyen en el cambio científico y hace a la ciencia menos adaptable y
más dogmática. Si ha de haber un método capaz de juzgar las ciencias de todo tipo,
pasadas, presentes y futuras se podría muy bien preguntar con qué recursos cuentan los
filósofos para llegar a herramientas tan potentes, tanto que puede decirnos por
adelantado cuales son las normas apropiadas para juzgar una ciencia futura. Puesto que
concebimos la ciencia como una búsqueda abierta con el fin de mejorar el conocimiento,
Feyerabend se pregunta ¿Por qué no podría haber un lugar para mejorar los métodos y
adoptar y refinar las normas a la luz de lo que aprendemos?
Ciertamente si nos referimos a un método universal, ahistórico, inmutable, normativo,
prescriptivo Feyerabend tiene buenos argumentos para criticarlos. No obstante, de allí a
sostener que no existe ningún método y que los científicos persiguen sus propios deseos
subjetivos y que todo vale nos parece otra posición tan extrema como la que critica
Feyerabend.
En este sentido, coincidimos con Chalmers (1999) que una posición intermedia es
posible. La misma consiste en pensar que hay métodos y normas en la construcción del
conocimiento científico, pero que las mismas varían de una ciencia a otra y que pueden
modificarse ya que son históricamente contingentes.
BIBLIOGRAFÍA
UNIVERSIDAD NACIONAL DE SALTA - FACULTAD DE HUMANIDADES - ESCUELA DE HISTORIA.

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 BROWN, Harol (1984) La nueva filosofía de la ciencia. Tecnos. Madrid
 BUNGE, M (1973) La ciencia, su método y su filosofía, Buenos Aires: Paidos,
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y el imaginario social. Buenos Aires. Biblos.
 PALMA Héctor, PARDO Rubén –editores- (2012) Epistemología de las Ciencias
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