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ASTRO LOGIA,

KARMA Y
TRANSFORMACION

KIER
OBRAS DEL MISMO AUTOR
Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos
Cosmos: La Conexión Perdida
En colaboración con Liz Greene
Astrología Moderna. Nuevos Enfoques
ASTROLOGIA,
KARMA
Y TRANSFORMACION
ASTROLOGIA,
KARMA
y

16 ILUSTRACIONES
STEPHEN ARROYO

TRANSFORMACION

LAS DIMENSIONES INTERIORES


DEL MAPA NATAL

Versión castellana de:


HECTOR V. MOREL

QUINTA EDICION

EDITORIAL KIER S.A.


Av. Santa Fe 1260
( 1059) Buenos Aires - Argentina
Se hallan reservados todos los derechos. Sin autorización escrita del editor,
queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio -mecánico, electrónico y/u otro- y su distribución mediante alquiler o
préstamo públicos.

Título original inglés:


Astrology, Karma and Transformation
The /nner Dimensions of the Birth Chart
1 ª edición en inglés, © 1978 by Stephen Arroyo
Ilustraciones del Mandala, © 1978 by Pacía Ryneal
Published simultaneously in the United States
and Ganada by CRCS Publications; P.O. Box 1460
Sebastopol, CA 95472, U.S.A.
I.S.B.N.: 0-916630-03-2 (Paperback)
I.S.B.N.: 0-916630-04-0 (Hardcover)
Ediciones en castellano:
Editorial KIER S.A.; Buenos Aires, Argentina
años: 1986 - 1988 - 1992 - 1994 - 1997
Diseño de tapa:
Horacio Cardo
Mandala de:
Pacia Ryneal
LIBRO DE EDICION ARGENTINA
I..S.B.N.: 950-17-0432-7
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
© 1997 by Editorial Kier S.A.; Buenos Aires
Impreso en la Argentina
Printed in Argentina
RECONOCIMIENTOS

Aunque los libros, en su mayoría, no agradecen los aportes


con que editores, correctores de pruebas y otros ayudaron a
dar forma a una obra en particular, creo que los esfuerzos de
estas personas son subestimados y, en consecuencia, merecen
gratitud y reconocimiento. Un libro como el presente nace
mediante el esfuerzo conjunto del autor y de todas las otras
personas que ayudan a pulir y definir las intenciones de
aquél. Y todos ellos juntos, más que tan sólo el autor, consti­
tuyen el canal a través del cual se da vida a un libro.
Por tanto, quiero dar mis especiales gracias a Joanie Case y
Barbara McEnerney por sus tareas de composición y lectura
de pruebas, y estoy en deuda con ambas por muchísimas ex­
celentes sugerencias tanto acerca de la forma como del conte­
nido de este libro. Es a través de sus profundos conocimien­
tos no sólo de las exigencias editoriales sino también de la as­
trología misma que cuanto pueda ser de valor en este tomo
ha sido esclarecido y vuelto accesible para el lector.
Quiero agradecer también a Pacia Ryneal por la confección
de la artística tapa y de los mandalas que considero que mu­
cho aftaden a este libro, a Dierdre Engstrom por el dibujo de
los gráficos de los capítulos VI y X, y a Diane Simon por la
corrección de pruebas y positivos aportes.
Finalmente, quiero expresar mi reconocimiento a Jim May­
nard y a Sharon Saltzman por su versatilidad artesanal, su co­
nocimiento práctico y su estímulo en relación con el disef'lo y
la producción de este libro.
Una pequefla parte del material incorporado en este libro

7
ya fue publicada en forma de artículos en la revista HOROS­
COPE de Dell, en AQUARIAN ASTROLOGY, de Popular Li­
brary y en ASTROLOGY NOW de Llewellyn. Apreciamos,
en consecuencia, el permiso de los editores para darlo a publi­
cidad en esta presentación enteramente revisada y ampliada.

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A Kathy, mi esposa, socia y consejera,
como agradecimiento por su estímulo,
su ayuda práctica y espiritual,
y su modo de ser.
INTRODUCCION

Sin moverse al exterior, se puede


conocer al mundo entero;
Sin mirar por la ventana, se puede
ver el camino del cielo.
Cuando más lejos se va, menos se
conoce
Lao Tse

Desde que empecé a estudiar astrología, interés que se ini­


ció en mí durante un período de grandes cambios personales
y que siguió a un profundo enfrascamiento en los escritos de
C.G. Jung, supe que hay en ella más de lo que menciona la
mayoría de los libros de texto sobre astrología. En otras pa­
labras, intuitivamente conocí el hecho de que, detrás de los
símbolos y del lenguaje arcaico de la astrología tradicional,
yace un vasto reino de sabiduría potencial, de conocimiento
más hondo de las leyes mismas de la vida, y de intuiciones,
que al estudiante aplicado podrá llevarlo a entender inás
claramente las dimensiones espirituales de la experiencia.
De allí en más, a medida que comencé a devorar un libro
astrológico tras otro, me encontré de inmediato investigan­
do los significados más profundos de los símbolos, la impor­
tancia interior de este lenguaje cósmico que me parecía po­
seer tales grandes posibilidades de crecimiento espiritual y co­
nocimiento elevado.
Al continuar mis estudios, me resultó cada vez más claro
que la astrología trabaja con niveles de conciencia y dimen­
siones de experiencia que están mucho más allá de la com­
prensión que posee la mente lógica condicionada por la tie­
rra. Y fue para mí patente que sólo la mente intuitiva supe­
rior (que podría llamarse el "ojo del alma") podría entender
verdaderamente a la astrología en todas sus ramificaciones y
significación más profundas; y, año tras año, descubrí que
ciertamente se podía agudizar la intuición mediante medita-

11
ción práctica constante y clarificación hasta un punto tal en
que se pudiera experimentar inmediatamente la realidad esen­
cial que los autores trataran de explicar verbalmente en tan­
tos libros.
Sin embargo, en mis primeros estudios, aunque enfoqué a
la astrología con muy poco de ese escepticismo que muchas
personas de la cultura occidental tienen que vencer en tal em­
pefio, rápida y profundamente me contrariaron la calidad de
pensamiento, discriminación, objetividad y conocimiento es­
piritual de la que se daba ejemplo en los escritos de la mayo­
ría de los astrólogos antiguos y modernos. Esta desilusión se
extendió no sólo a las obras que enfocaban principalmente
acontecimientos, predicción y análisis superficial del carácter,
sino también a aquellos textos de "astrología esotérica" que,
aunque ocasionalmente precisos para algunas personas, habi­
tualmente son más bien ridículos en sus generalizaciones
y prédicas, desviando de esta manera toda discusión del
significado esencial de los diversos factores astrológicos.
De allí que yo me sienta afortunado de que pronto me
encaminara hacia las obras de Dane Rudhyar y hacia los estu­
dios en profundidad en los campos del yoga, las curaciones,
la� religiones orientales y los discursos y escritos de muchos
maestros espirituales, además de las incomparables investiga­
ciones científicas de Jung que continué estudiando durante
muchos afios. Todas estas ocupaciones, junto con mis per­
cepciones cada vez más claras dentro de los campos de la
energía, más un prolongado estudio de centenares de sueños
muy instructivos, y una síntesis intuitiva de estas múltiples
dimensiones de la vida en tomo de un ideal espiritual central,
me condujeron a su tiempo hacia un método de comprensión
y aplicación de la astrología con el que ahora me siento
muy cómodo.
Con esto no pretendo inferir que desarrollé un "sistema ce­
rrado" de "interpretación" astrológica. Por el contrario, tales
enfoques fijos pronto se toman rígidos e inadecuados, y es
precisamente esa clase de sistema al que ahora encontré tan
intolerablemente limitativo. Sencillamente, quiero decir que
en la actualidad confío en que la dirección que estoy siguien­
do en mi comprensión y en mi labor consultiva es la correcta
para mi crecimiento y, de hecho, mucho más constructiva-
12
mente útil para mis clientes y estudiantes que el surtido de
teorías y suposiciones no comprobadas que abarcan tan gran
parte de la astrología tradicional orientada hacia los aconteci­
mientos y "esotérica". Las falsedades y generalizaciones in­
fundadas que se encuentran en tantos libros sobre astrología
son profundamente destructivas si se las aplica a situaciones
individuales sin el pulido o el ajuste puntilloso al nivel de
consciencia de la persona. Y son por demás ridículas cuando
se descubre que hasta una comprobación a la ligera de tales
afirmaciones, con plena integridad y ausencia de autoengaño,
puede demostrar experimentalmente su total inadecuación
a la experiencia real de la vida en la mayoría de los casos.
Tal vez interese al lector saber que, cuando inicié mis estu­
dios astrológicos, estaban efectivizándose los siguientes trán­
sitos: Saturno en conjunción con el ascendente natal, Neptu­
no aspectando a Venus, y tanto Plutón como Urano en Vir­
go aspectando estrechamente a Urano natal, todos mediante
los denominados aspectos "difíciles" o "tensionados". Men­
ciono esto para indicar el hecho de que, para mí, la astrolo­
gía abarca no sólo una carrera "full time" y un modo de pen­
sar y perseguir la verdad, sino también que ha sido y es toda­
vía una herramienta para pulir mi naturaleza e inspirarme ha­
cia mayores alturas de la experiencia inmediata. Este libro es
el resultado de las ideas que reuní mientras investigaba los
principios unificadores de la vida y los significados más pro­
fundos de la astrología. Incluye una gran variedad de tópi­
cos que, o bien fueron para mí difíciles de entender por los
libros de texto tradicionales durante el curso de mis estudios,
o no se consiguen fácilmente en los libros. No he intentado
escribir un texto al estilo de un "recetario de cocina", lleno
de centenares de "interpretaciones" fijas, y aquí supongo
al menos que el lector ya conoce los significados y rasgos tra­
dicionales básicos de los signos, planetas, casas y aspectos.
En esta obra, quiero, en primer lugar, esclarecer ciertas di­
mensiones de la astrología. Hay muchos niveles de interpre­
tación astrológica. Lo que en la literatura astrológica se des­
cuidó son los significados más profundos, las dimensiones
más profundas, y el nivel experiencial interpretativo orienta­
do hacia el crecimiento. Este libro será inadecuado para quie­
nes se contentan con fórmulas predictivas, conceptos arcai-

13
cos y análisis simplista del carácter. Lo encontrarán útil e in­
formativo quienes todavía formulan preguntas como estas:
¿Por qué funciona la astrología? ¿Por qué cierta persona na­
ció con ciertos aspectos en el mapa natal? ¿Cuál es la finali­
dad de este período aparentemente difícil? ¿Por qué cierta
persona no pudo ocuparse eficazmente de cierto problema?
Este libro se basa primordialmente en la experiencia personal
y clínica, y traté de hacerlo tan práctico como me fue posi­
ble. Sin embargo, debido a la sutileza y al inmenso alcance de­
algunos tópicos discutidos, es también muy especulativo en
algunas partes; pues no pretendo poseer todas las respuestas a
las preguntas últimas y, en verdad, no afirmo haber alcanzado
el elevado conocimiento espiritual exigido para el claro cono­
cimiento de las dimensiones superiores de la vida. Este libro,
decididamente, no es un conjunto de reglas por las que se
puedan interpretar los mapas de modo mecánico, sino más
bien una guía a utilizar al unísono con nuestra intuición y
nuestra experiencia personal. Las reglas específicas pueden
guiarnos en las primeras etapas de nuestros estudios astrológi­
cos, pero a su tiempo se las deberá dejar de lado a medida que
la Unidad y el Amor que trasciende todas nuestras reglas y
leyes esmeradamente ideadas se convierte cada vez más en
una realidad viva que ilumina cada momento individual y ca­
da encuentro con el misterio de otro ser humano.
Un gran peligro en cualquier género de estudio "oculto" es
que el estudiante puede perderse en las interminables mani­
festaciones periféricas del Uno, en vez de verlo todo como
simplemente un reflejo o un aspecto de la realidad central y
unificadora. La cita de Lao Tse, del comienzo de esta intro­
ducción, expresa bellamente el valor y la verdad esenciales
de la simplicidad, conocimiento que deberá patentizarse de
inmediato a todo el que practique la astrología si ha de co­
menzar siempre a sintetizar la multitud de factores de todo
mapa astrológico en una totalidad coherente y significativa.
La Unidad que aparece en los niveles elevados de la conscien­
cia se convierte en la multiplicidad cuando se refleja en los
niveles inferiores del ser. Cuando más nos apartamos de la rea­
lidad central, más diversa y contradictoria parece la vida. Sin
embargo, percibimos con claridad creciente que el mapa na­
tal es un símbolo vivo, entero y unificado; que la persona in-

14
dividua! no es meramente un compuesto de muchos factores
diversos, sino que es una unidad viva de posibilidades divinas.
Y los procesos de crecimiento de los que se ocupa la astrolo­
gía (por ejemplo, tránsitos y progresiones) no son ciclos ais­
lados que ocurren ocasionalmente cruzándose; más bien son
todos aspectos de una consciencia unificada y en desarrollo
que opera simultáneamente en muchos niveles y dimensiones
diferentes. De allí que creo que un estudiante o un astrólogo
profesional, si se preocupa primordialmente de utilizar tal co­
nocimiento como un arte incisivo, útil e individualizado, no
es menester que se preocupe por todas las diferentes "técni­
cas" de predicción o interpretación que inundan ahora casi
todas las publicaciones astrológicas. Como les digo a mis es­
tudiantes cuando me preguntan: "¿Dónde empiezo cuando
confecciono el mapa de alguien?", si usted entiende cabal­
mente un factor del mapa, ése le conducirá hacia el centro
del que emana todo. En otras palabras, limítese a empezar
a hablar de algo que usted ciertamente entiende, y luego de­
je que eso corra solo. Como lo observó Albert Einstein, si
usted penetra en el meollo de algo, a su tiempo encontrará
la realidad y la verdad profundísimas.
La simplicidad hacia la que estuve apuntando no es tan
sólo un ideal inalcanzable; no es algo que suene bonito pero
que, en la práctica, sea inaplicable e inadecuado. Es una cuali­
dad que nace del conocimiento que el individuo tiene sobre la
Unidad y del conocimiento de las posibilidades infinitas de
nuestra vida interior. La mente puede ser la "asesina de lo
real", como lo expresara el sabio oriental, y en ese caso es la
enemiga de la claridad y la luz. En verdad, nuestra mente pue­
de enfrascarse tanto en los intrincados pormenores de un ma­
pa particular que perdemos de vista la totalidad y los valores
personales del cliente. En ese caso, la mente es la enemiga de
la verdad y sólo sirve para glosar el problema corriente con
una masa de pormenores confusos. Tal vez el cliente se sienta
mejor un tiempo, puesto que la mente se distrajo al pensar en
toda clase de cosas nuevas. Pero, ¿cuánto durará este alivio
antes de que esa persona sienta de nuevo la necesidad de
afrontar la situación corriente y concentrarse en ella de mane­
ra concentrada y en profundidad?
Sin embargo, la mente podrá también servir de instrumen-

15
to del yo superior, en cuyo caso ayuda a iluminar la im;onda­
ble realidad de la vida y del destino individual. La calidad de
cualquier diálogo astrológico depende más que nada de la pu­
reza de la mente, de la profundidad de la concentración, y de
los específicos ideales de vida del consejero. Y quienes tratan
de desechar la importancia de los valores filosóficos o espiri­
tuales del astrólogo, afirmando que tal orientación es "místi­
ca", incientífica o inadecuada para un conocimiento de "sa­
nos principios astrológicos fundamentales", me parece que
entienden muy poco el impacto de su trabajo y la responsabi­
lidad que asumen al aconsejar a los demás. El caos aparente
que existe en la actualidad en algunos círculos astrológicos, y
la confusión que en ocasiones se torna abrumadora en las
mentes de los nuevos estudiantes de astrología, sólo podrán
ser clarificados mediante nuestro reconocimiento de la supre­
macía de las actitudes filosóficas y espirituales que subyacen
en nuestra labor. Como escribió el doctor Kenneth Negus en
un excelente artículo:

La astrología, en el mejor de los casos, no se preocupa me­


ramente de lo material y de la energía, que son las preocu­
paciones primordiales de las ciencias. Sólo un enfoque filo­
sófico superior puede ocuparse adecuadamente de las fuer­
zas formativas supremas que convierten a nuestro mundo y
sus medios ambientes en un cosmos: esta es una de las ver­
dades astrológicas más elevadas, y una verdad no científica.
Necesitamos reconocer una jerarquía del conocimiento
dentro de la astrología misma. Esto significa que los niveles
filosóficos y humanísticos del conocimiento astrológico no
deben ser sólo ingredientes esenciales de los estudios astro­
lógicos, sino que también debe ciertamente concedérseles
una superioridad transcendente. (De Astrology Now, To­
mo 1, N º 11, pág. 18).

Al intentar sefialar al lector la dirección de esta totalidad y


esta simplicidad, no creo que me corresponda efectuar mucha
prédica sobre lo que es verdad y lo que no lo es. La naturale­
za misma de este libro, sin embargo, exige que yo use mi co­
nocimiento y mis valores para sugerir significados posibles o
para discriminar entre varios factores. En este tomo, en pri-

16
mer término traté de revelar la simplicidad global de la astro­
logía hablando muy a menudo de lo que yo llamo los "te­
mas" de un mapa. Este enfoque de la astrología lo han ex­
puesto muchos astrólogos: la doctora Zipporah Dobyns habla
repetidamente de las doce letras del alfabeto astrológico a las
que pueden reducirse todos los factores de los mapas; Ri­
chard ldeman habla de los diversos "diálogos" entre estos fac­
tores esenciales, combinando así planetas, signos y casas en
una totalidad coherente. A menudo he usado el término "in­
tercambio" para describir algunas interacciones posibles entre
los doce principios astrológicos esenciales 1• Creo que todo
estudiante de astrología podría beneficiarse con este enfo­
que: un modo de ver los factores del mapa que, si se los lleva
a su conclusión lógica, trasciende por completo el nivel de in­
terpretación que clasifica todo como bueno/malo o favorable/
desfavorable.
La totalidad de la que he estado hablando es bellamente
ejemplificada en este libro mediante los mandalas de cada
uno de los doce signos del zodíaco, dibujados por Pacía
Ryneal. Un mandala es un símbolo perfecto de unidad y for­
ma concentrada, y, por supuesto, muchos astrólogos hablan
de enfocar el mapa natal como el mandala individual de la

1 Algunos ejemplos de tales "intercambios" deberían explicarse a los

lectores no familiarizados con este enfoque de la astrología. Un ejemplo


sería los diversos intercambios entre lo que podría llamarse las letras
(o principios) séptimo y décimo del alfabeto astrológico, todos los cua­
les son generalmente similares, aunque cada uno manifiéstase un poco
diferente en lo específico: Saturno en libra; Saturno en la séptima casa;
Venus en Capricornio; Venus en la décima casa; todos los aspectos de
Venus-Saturno; y, hasta cierto punto, todas las cuadraturas entre las ca­
sas séptima y décima y entre libra y Capricornio.
Otro ejemplo serían todos los intercambios entre los principios cuar­
to y décimo; Luna en Capricornio; Saturno en Cáncer; Luna en la déci­
ma casa; Saturno en la cuarta casa; todos los aspectos de Luna-Saturno;
y, hasta cierto punto, todas las oposiciones entre las casas cuarta y
décima, y entre Cáncer y Capricornio.
Si algún mapa individual contiene dos o más ejemplos de un tipo
específico de intercambio, esa dinámica particular constituiría al menos
un "tema" menor en la vida de esa persona. Si el mapa contiene tres o
más, es probable que así se indicaría un tema mayor de la vida.

17
persona. Existen antiguos mandalas zodiacales de las cultu­
ras árabe, hebrea, india, babilónica, griega, romana, tibetana,
sumeria y europea cristiana; y creo que estos mandalas mo­
dernos incorporan tanto el simbolismo antiguo como la inten­
sidad moderna de un modo que revela gráficamente las di­
mensiones más profundas de los símbolos astrológicos. Ha
llegado el tiempo de modernizar la astrología, tanto en la teo­
ría como en la interpretación práctica, y el arte de Pacía
Ryneal es un reflejo de esta tendencia hacia la moderniza­
ción apropiada.
Finalmente, debe expresarse que un libro como éste (que
se ocupa de cuestiones como el karma, la reencarnación y la
autotransformación) se basa necesariamente en suposiciones
que contradicen por completo muchas suposiciones tácitas
que subyacen tanto en el "sentido común" como en la ma­
yoría de los tipos de interpretación astrológica. Esto se debe
a que, una vez que vemos a la reencarnación y al karma como
hechos de la vida, y una vez que nos consagramos a una auto­
transformación basada en un ideal espiritual, se dan vuelta del
revés todos los rótulos, significados e interpretaciones tradi­
cionales de la astrología orientada hacia los acontecimientos.
Una vez que tomamos este enfoque más vasto, basado en la
aceptación de una realidad superior a lo que nuestros sentidos
físicos perciben, se patentiza que las soluciones más impor­
tantes no provienen del mundo externo sino desde el interior.
En vez de enfocamos en cuánta tranquilidad o comodidad ex­
perimentamos en cierta situación o en cierto periodo, capta­
mos las lecciones y las posibilidades de crecimiento inheren­
tes a todas las experiencias "difíciles" y salvamos de una
zancada las experiencias "fáciles" sin perder el equilibrio, sin
que nos infatuemos de ello. En tal enfoque, la conveniencia y
la comodidad de la vida en el plano material no son factores
de mayor importancia; más bien son el estado interior del ser
y el proceso de autodesarrollo los que tienen prioridad.
Por ejemplo, si nacimos con Venus en aspecto de cuadratu­
ra a la Luna, Neptuno, Urano o Saturno, no es particularmen­
te importante que tengamos algún grado de problemas en
amoríos o relaciones. Lo importante es saber qué significa esa
experiencia en el alcance más vasto de nuestro crecimiento
consciente, qué podría enseñamos, y cuál es su finalidad. Por

18
tanto, en este libro he tratado de señalar al lector la dirección
del conocimiento del mapa natal, los tránsitos, las progresio­
nes y los factores de comparación de mapas, en un nivel de
profundidad que es de esperar que produzca un despertar in­
terior a las necesidades, posibilidades y propósitos personales.
No es esta una tarea fácil, pues la vida es un proceso en mu­
chos niveles. Aunque, por ejemplo, podemos saber con algu­
na confianza que un tránsito particular se manifestará en la
superficie de cierto modo que la mayoría lo reconocerá y res­
ponderá a él; a menudo hay simultáneamente un significado
más profundo en ese período, un desarrollo vital o un cambio
en el conocimiento que tal vez tenga ramificaciones de muy lar­
go término. Es deber del astrólogo, y un desafío dificilísimo,
aclarar ese significado al cliente y ayudar a reenfocar la aten­
ción del cliente sobre el proceso esencial que está ocurrien­
do, en vez de hacerlo meramente sobre los cambios superfi­
ciales. Como lo señalara Jung muchas veces en sus escritos,
aquello con lo cual usted no está conscientemente en con­
tacto le ocurre a usted como "destino" Parece sucederle
a usted, y entonces usted no asume responsabilidad alguna
por eso ni reconoce su parte al hacerlo manifestar. Cuanto
más conscientemente estamos en contacto con nuestra vida
interior, la astrología más nos ofrece -no se trata de sorpre­
sas sensacionales ni de un modo de manejar el destino- pero
es más bien un medio de aclarar las etapas del autodesarro­
llo a las que deberíamos dar la bienvenida y usarlas como
oportunidades para la transformación personal.

19
Aries
Capítulo 1

KARMA

Lo que a una persona. le ocu"e es


caracter(stico de ella. Ella represen­
ta un molde y todas las piezas enca­
jan A medida que la vida avanza,
una tras otra caen en su sitio según
algún designio predestinado.
C.G. Jung

La palabra "karma" la usan de tan distintas maneras los


ocultistas, astrólogos y los que se interesan por las leyes uni­
versales que guían nuestras vidas que, al considerar la relación
de la astrología con el karma, primero de todo debemos acla­
rar el significado del término. Básicamente, se refiere a la ley
universal de causa y efecto, idéntica a la idea bíblica de que
"Cuanto el hombre siembre, eso también cosechará". Esta
ley es meramente la aplicación más amplia de nuestras ideas
terrenas de causa y ·efecto; es evidente que nadie que plante
hortigas podrá esperar que cosechará rosas. La ley de karma
es similar a la ley de la mecánica newtoniana que declara:
"Por cada acción hay una reacción igual y contraria". La úni­
ca diferencia entre la ley universal de karma y la ley física
mundana de causa y efecto es el alcance de la existencia que
cada una abarca. La ley de karma da por sentado que la vida
es una experiencia continua, de ningún modo limitada a una
sola encarnación en el mundo material. La ley universal de
karma, pues, podrá verse como un modo de lograr y mante­
ner la justicia y el equilibrio universales. De hecho, es una de
las leyes de la vida más sencillas y que lo abarcan todo. Es
inseparable de lo que algunos llamaron la "ley de la oportu­
nidad" -o sea, una ley universal que a cada uno de nosotros
nos pone en las circunstancias que nos proporcionan las lec­
ciones espirituales exactas que necesitamos a fin de llegar a
ser de apariencia más divina.

21
El concepto de karma se basa en el fenómeno de polari­
dad por el cual el universo mantiene un estado de equilibrio.
Esto no equivale a decir un estado de inercia, sino más bien
un equilibrio dinámico, en cambio constante. Inherente a
este concepto es la premisa de que un "alma" individual (o
un "ente", según algunas escuelas de pensamiento) tiene den­
tro de sí el poder causal que a su tiempo da fruto, da los
"efectos". La facultad que inicia este proceso es la "vo-
luntad", y a toda la estructura del fenómeno causal se la Ha­
llama "deseo". Al "deseo" puede vérselo como la aplicación
de la voluntad de modo tal que dirija la energía de esa perso­
na hacia la manifestación de un impulso o una idea.
Toda la idea de karma es, por supuesto, inseparable de la
teoría (o la ley) de la reencarnación. Aunque algunos autores
consideraron que k�rma y reencarnación son metáforas o
símbolos de un proceso cósmico mucho más sutil que lo que
patentiza el concepto popular de estos términos, la mayoría
que aceptó las enseñan�as de la reencarnación y del karma co­
mo una realidad viva se contenta con el significado tradicio­
nal e incluso evidente de esas palabras. Para la mayoría, el
proceso de reencarnación se refiere sencillamente a la mani­
festación periódica de seres, almas o espíritus inmortales a
través del mundo físico a fin de aprender ciertas lecciones y
desarrollar modos específicos de ser como preparación para
un estado superior del ser (o de la consciencia). Según la teo­
ría de la reencarnación planteada en las lecturas psíquicas del
gran clarividente Edgar Cayce (a quien a menudo se lo llama
actualmente "El Profeta Durmiente", según el título del éxi­
to de librería de Jess Stern), "en el principio" fueron creados
todos los "entes" y periódicamente encarnan a fin de apren­
der las lecciones espirituales fundamentales: amor, paciencia,
modetación, equilibrio, fe, devoción, etc. Según Cayce, a me­
nudo es una ayuda para el desarrollo espiritual el tener un co­
nocimiento de las leyes universales básicas, como la reencar­
nación, el karma, la gracia, "lo semejante engendra lo seme­
jante", y "la mente es la constructora". La "ley de la gracia"
es la más importante de las lecturas psíquicas de Cayce.
A semejanza de la mecánica newtoniana comparada con
la física nuclear moderna, la ley de karma parece funcionar
en un nivel más bien burdo en comparación con la ley de la
22
gracia, que, según Cayce, reemplaza a la ley de karma cuando
nos comparamos con la ''Consciencia del Cristo" en nuestro
interior. Esta "Consciencia Crística" es la experiencia huma­
na de la unidad que no tiene reacción porque no tiene lugar
en el nivel en el que funciona la ley de polaridad (o de los
opuestos). De allí que, si aceptamos el concepto de Cayce so­
bre la ley de la gracia, descubrimos que la ley de karma no es
la fuerza última que subyace en nuestras vidas. Empero, po­
drá ser útil para que entendamos el karma, qué es, y cómo
funciona. El mismo Cayce declaró que "cada vida es la suma
total de todos los yo anteriores encarnados" y que "todo lo
que anteriormente se construyó, bueno y malo, está conteni­
do en esa oportunidad" (o sea, la encarnación presente). A
través de sus miles de lecturas psíquicas grabadas, Cayce sub­
rayó repetidamente que, cuando una persona experimentaba
un género específico de problema o una fase tensa de la vida,
sencillamente "se estaba encontrando consigo misma" -en
otras palabras, que ese individuo tenía ahora que enfrentar la
experiencia misma que él había creado en el pasado-.
La ley del karma en su nivel más burdo se expresa en el
axioma bíblico de "ojo por ojo y diente por diente" 1 . No po­
demos sobreestimar el poder del deseo como la fuerza más
profunda iniciadora de karma. Sólo el ego separado puede
desear, pues el yo (o el alma) esencial ya es uno con todo y,
por tanto, nada desea. En esencia, la ley de karma nos dice:
"Consigues lo que quieres... a su tiempo". Pero, por supuesto,
tal vez no entendamos las ramificaciones de nuestros deseos
hasta que los experimentamos. Por ejemplo, un hombre pue­
de desear riqueza material. De modo que, en un futuro, nace
en una familia de riqueza y lujo asombrosos. Ahora tiene lo
que quería, pero, ¿está satisfecho? No. Surgen de inmediato
otros deseos, pues la naturaleza de la mente inquieta ha de
producir deseos. De hecho, el hombre puede llegar a com­
prender que la riqueza que acabó de encontrar es no sólo in-

1
Quienes se preocupan por investigar cuán vastamente aparecen en la
Biblia referencias al karma y a la reencarnación, pueden ver: Job 14: 14;
Eclesiastés 1:11; Jeremías 1:15; Mateo 17:9-13; y 16:13-14; Marcos
6:15; Lucas 9:8; Juan 3:7 y 1:21; Colosenses 3:3; Judas 1:4; Apoca­
lipsis 3:12.

23
satisfactoria, sino ¡incluso una carga horrible! Al menos,
cuando era pobre, nada tenía que perder; de modo que era
libre. Ahora, rico, se preocupa continuamente por la pérdida
de lo que, de hecho, ya no quiere pero a lo que aún está ape­
gado. Entonces se suscita esta pregunta: ¿Cómo podemos li­
berarnos (o ser liberados) de nuestros apegos forjados por el
deseo a fin de que podamos ser libres nuevamente? (A estos
apegos, el gran poeta inglés William Blake los llamó "esposas
forjadas por la mente"). Esta libertad es la anhelada meta de
todos los senderos de liberación y de todas las técnicas de au­
to-realización.
La máxima riqueza intuitiva acerca de la naturaleza y fun­
cionamiento de la ley kármica se halla en los escritos y ense­
ñanzas de varios maestros espirituales, que en su mayoría son
de Oriente y cuyas doctrinas están, por tanto, arraigadas en
las tradiciones budista o hindú. Paramahansa Yogananda, uno
de los primeros maestros espirituales del Oriente que difundió
vastamente sus doctrinas en el mundo occidental, escribió un
libro bello e inspirador titulado Autobiografía de un Yogi, en
el que encontramos la siguiente cita:

Hado, karma, destino, -llamadlo como queráis-, hay una


ley de justicia que, de algún modo, pero no por azar, deter­
mina nuestra raza, nuestra estructura física y algunos de
nuestros rasgos mentales y emocionales. Lo importante
que hay que comprender es que, si bien no podemos elu­
dir nuestro modelo básico, podemos trabajar de conformi­
dad con éste. Es allí donde entra el libre albedrío. Somos
libres para escoger y discriminar hasta el linde de nuestra
comprensión, y, cuando ejercemos correctamente nuestro
poder de elección, nuestro entendimiento crece. Luego,
una vez que escogió, el hombre tiene que aceptar las con­
secuencias de su elección y seguir a partir de allí.

Yogonanda continúa explicando cómo tratar eficazmente


el propio karma y cuál debe ser la actitud apropiada respecto
a nuestro destino:

Las semillas del karma pasado no podrán germinar si se cal­


cinan en los fuegos divinos de la sabiduría... Cuanto más

24
profunda sea la auto-realización de un hombre, más influye
éste sobre el universo entero mediante sus vibraciones espi­
rituales sutiles, y menos es afectado por la corriente feno­
ménica (el karma).

Yogananda estaba también íntimamente familiarizado con


la astrología, puesto que su gurú era un maestro de todas las
artes y ciencias antiguas. Sus comentarios sobre la astrología
y el alcance de su importancia son, por tanto, dignos de con­
sideración:

Un niño nace el día y la hora en que los rayos celestiales


están en matemática armonía con su karma individual. Su
horóscopo es un retrato desafiante, que revela su pasado
inalterable y sus resultados futuros probables. Pero el ma­
pa natal sólo podrán interpretar/o correctamente los hom­
bres de sabiduría intuitiva; éstos son pocos .

Ocasionalmente, yo les dect'a a los astrólogos que eligieran


mis períodos peores, según las indicaciones planetarias, y
que, sin embargo, yo realizaría cualquier tarea que me fija­
se. Es cierto que mi buen éxito en tal ocasión babia estado
acompañado por extraordinarias dificultades. Pero siempre
se habt'a justificado mi convicción; la fe en la protección
divina, y el uso correcto de la voluntad que Dios le dio al
hombre, son fuerzas formidables más allá de cualquier otra.

En la tradición budista, la meta de las técnicas de libera-


ción y de las prácticas espirituales se llama "nirvana", térmi­
no que muchos occidentales que buscan penetrar en las hon­
duras de la sabiduría budista no interpretaron correctamente.
El significado literal de "nirvana" es "donde no sopla el vien­
to del karma". En otras palabras, el único modo de lograr el
avance espiritual es despertar ("Buddha" significa sencilla­
mente "quien está despierto") a un nivel de consciencia más
allá del dominio del karma y más allá de los planos de la ilu­
sión. Podemos inferir de estas enseñanzas que el único modo
de tratar el karma, en última instancia, es elevarse por encima
de él. Sin embargo, mientras estemos encarnados en la forma
física, la ley de karma nos afecta de un modo u otro; de ma-

25
nera que sería extremadamente útil si pudiéramos lograr en­
tender las pautas kármicas con las que tendremos que habér­
noslas en esta vida, si por ninguna otra razón que ésta nos
permitiera enfrentar nuestro destino con gracia, aceptación
y fortaleza.
Una antigua tradición de la India se interna profundamente
en su análisis de la ley kármica, dividiendo los tipos de karma
en tres grupos. Al Pralabd karma se lo considera el hado, o el
destino, el karma que deberá encontrarse en la vida presente.
Este modelo básico de destino es considerado fundamental­
mente inalterable, simplemente un modelo y una secuencia
de experiencias que el individuo ha de tratar en esta encama­
ción. Sin embargo, se dice que un enfoque espiritual de la vi­
da, el auxilio de un maestro espiritual, o sencillamente la gra­
cia del Sefior puede intervenir ocasionalmente para reducir el
impacto del karma particularmente pesado, convirtiendo de
esa manera un "mandoble" en un "pinchazo". El Kriyaman
karma es el karma que estamos fabricando ahora en esta mis­
ma vida, cuyos efectos tendremos que enfrentarlos en una
época posterior. La primera razón de las disciplinas a veces
severas de varios senderos espirituales es que tal control de la
conducta puede ayudar, a quien viaja por el sendero, a abste­
nerse de fabricar más karma que inhiba su progreso espiritual
en el futuro. En vez de practicar tales disciplinas, el primer
modo de evitar la creación de karma en el presente es abste­
nerse de deseos y apegos intensos, mientras simultáneamente
se cultiva el espíritu apropiado y la actitud desapegada en el
cumplimiento de nuestros deberes diarios. Naturalmente, el
mantenimiento del espíritu apropiado y del desapego es muy
difícil, y en la mayoría de las enseñanzas espirituales se con­
sidera que es absolutamente imposible sin la ayuda de la me­
ditación. Por último, Sinchit karma es el término que se da a
la reserva de karma que acumulamos durante muchas vidas
pero que no está específicamente activo en esta encamación.
Según estas enseñanzas, en miles de encarnaciones, acumúla­
mos tan vastas marafias kármicas que sería imposible encon­
trar todos los resultados de pensamientos y acciones pasados
en una sola vida. Sencillamente, estaríamos agobiados física,
psíquica y emocionalmente. De allí que se mantenga en reser­
va la porción de nuestro karma no asignado al hado de nues-

26
tra vida actual, o pralabd karma. Según estas enseñanzas, tam­
bién tendremos que enfrentar todo ese karma alguna vez en el
futuro, a menos que un Maestro Espiritual Perfecto nos alivie
de esa carga.
Un maestro espiritual con muchos adeptos en los Estados
Unidos, Meher Baba, aclara de modo parecido el funciona­
miento del karma:

Como cuerpo burdo, naces una y otra vez basta que com­
prendes tu Yo Real. Como mente, naces sólo una vez; y
mueres sólo una vez; en este sentido, no reencarnas. El
cuerpo burdo sigue cambiando, pero la mente (el cuerpo
mental) sigue siendo la misma siempre. Todas las impre­
siones (sanskaras) se almacenan en la mente. Las im­
presiones han de gastarse o contrarrestarse mediante nue­
vo karma en encarnaciones sucesivas. Naces varón, mujer;
rico, pobre; brillante, opaco... para tener la rica experien­
cia que ayuda a trascender todas las formas de la dualidad.

Dudo que quien esté familiarizado con la exactitud y la


profunda utilidad de la astrología niegue que el mapa natal
revela en forma simbólica el modelo primario de vida del in­
dividuo: las posibilidades, el talento, las aficiones, los proble­
mas y las características mentales dominantes. Si esto es así,
entonces el mapa natal revela evidentemente un croquis o una
radiografía del presente pralabd, hado o karma del alma. Co­
mo lo mostré muy pormenorizadamente en mi libro Astrolo­
gía, Psicología y los Cuatro Elementos, al mapa natal se lo
puede considerar como si revelase el modelo de energía del
individuo que se manifiesta simultáneamente en todos los ni­
veles: físico, mental, emocional e inspiracional, correspon­
dientes a los cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. El
sincbit karma, o karma de reserva, no se indica en el mapa na­
tal, puesto que no es asignado a esta vida. De modo parecido,
tampoco se indica el kriyama karma, puesto que nos parece
tener algún grado de libertad, por limitada que sea, en la de­
terminación de qué karma crearemos en el presente. De allí
que yo no quiera dar la impresión, hablando de "hado", "des­
tino" y términos similares, de que nada hay que podamos ha­
cer o ser en respuesta a nuestro karma que cambie nuestras

27
vidas de modo positivo. Por el contrario, aunque el mapa na­
tal muestra al karma y por ende las restricciones que nos atan
y nos impiden sentirnos libres, el mapa es también una herra­
mienta que nos permite ver con claridad en qué ámbitos de la
vida necesitamos trabajar para que transmutemos nuestro mo­
do corriente de expresarnos. Como lo dice reiteradas veces
Edgar Cayce en sus lecturas: "La mente es la constructora".
Llegamos a ser aquello en lo que la mente mora. En conse­
cuencia, si podemos alterar sutilmente nuestras actitudes y
modos de pensar, no sólo t.eniendo sino también viviendo un
ideal, entonces podremos empezar a liberarnos de la esclavi­
tud y a respirar libremente con el ritmo de la vida.
En verdad, como lo recalcara uno de los más grandes astró­
logos del siglo XX, Dane Rudhyar, en sus extensos escritos,
los acontecimientos no les suceden a las personas de modo ca­
si tan importante como las personas les suceden a los aconte­
cimientos. Estas siete palabras sintetizan las posibilidades de
nuestro desarrollo espiritual-psicológico cuando nos encontra­
mos con nuestro karma, ya sea agradable o doloroso. En otras
palabras, nuestra actitud hacia la experiencia es el factor cru­
cial. Nuestra actitud sola determinará si, al encontrarnos con
experiencias difíciles, sufriremos (y maldeciremos a nuestro
"hado") o creceremos aprendiendo las lecciones que la vida
nos está enseriando.
Por tanto, el mapa muestra nuestras pautas mentales, nues­
tros condicionamientos pasados, las impresiones y pautas
mentales a los que Meher Baba hace referencia como sanska­
ras. El mapa muestra lo que ahora somos debido a lo que he­
mos pensado y hecho en el pasado. Estas pautas vetustas y
profundamente arraigadas no se cambian con facilidad. ¡ Sea
lícito decir esto sin calificarlo! No es asunto sencillo cambiar
poderosas pautas consuetudinarias a través de la mera aplica­
ción de un poco del anticuado "poder de voluntad". Estas
pautas tampoco cambian en esencia glosándolas con la chifla­
da jerga de algunas psicoterapias o filosofías de la "Nueva
Era" que infatúan a la gente animándola a que afirme: "Me
hago cargo de mi vida; yo hago que todo suceda; ahora sé que
me estoy haciendo sufrir; etc." La evolución espiritual huma­
na es mucho más sutil que eso. El viejo enfoque de tratar
nuestros problemas diciéndonos "donde hay voluntad, hay

28
un camino" se derrumba cuando la exigencia es demasiado
intensa. Y el intento de racionalizar nuestros conflictos
y crisis espirituales de la existencia sólo cerrará el paso de la
corriente de energías vitales por poco tiempo, seguido por
una liberación torrencial de energía que pone al descubierto
totalmente la superficialidad del escapismo pseudo-espiritual.
Las pautas kármicas son reales y potentes. Los hábitos no van
a desaparecer de la noche a la mañana luego de una breve in­
centivación verbal para pensar positivamente. A estas fuerzas
vitales se las debe aceptar y reconocer, y prestar la atención
debida.
Conocimiento personal y realización personal son prelu­
dio necesario de la realización de Dios; pero, en las primeras
etapas, quien estudia las verdades espirituales o las formas su­
periores de la astrología se desanima con frecuencia cuando
las nuevas intuiciones respecto de su personalidad le revelan
tantos consuetudinarios rasgos, emociones y pautas de orden
negativo. Es a esta altura del desarrollo del individuo que gran
cuidado deberá ejercitar tanto esa persona o cualquiera -as­
trólogo u otro- que intente aconsejar o guiar al estudiante.
Debe explicarse que tal como, al abrir una puerta, una peque­
ña hendidura y el dejar que un rayo de luz entre en una pie­
za oscura revelan toda clase de polvillo en el aire y tal vez
otra suciedad que antes no se manifestaba en esa habitación,
de igual modo cuando se dan los primeros pasos hacia el co­
nocimiento personal, ya sea utilizando el rayo de luz conoci­
do como astrología u otro método iluminador, el estudiante
muy a menudo desarrolla rápidamente una actitud negativa
hacia su personalidad, su destino, su mapa natal, etc. Debe
explicarse además que, a medida que aumenta la intensidad
de la luz, el estudiante tomará conciencia más inmediata aún
de sus defectos, debilidades y cualidades negativas, pero a tal
conocimiento se le ha de dar la bienvenida como índice de
un mayor conocimiento personal y un claro avance evolutivo.
Al estudiante se lo debe animar para que use tal intuición co­
mo un acicate para que asuma una clara acción constructiva
en la transformación positiva de la vida individual, más que
como una razón o una excusa por el temor o la ansiedad.
Además, podrá señalársele al estudiante que, a medida que
aumenta el nivel de conocimiento personal, a menudo el kar-

29
ma de esa persona empieza a manifestarse en un nivel más su­
til, puesto que ahora se ha franqueado para aprender lo que
se debe aprender sobre la personalidad, y por ende, ya no hay
necesidad de sacudidas o acontecimientos dramáticos para
despertar al individuo del sueño de la letargia espiritual. Co­
mo lo señala Jung:

La norma psicológica dice que cuando no se toma cons­


ciencia de una situación interna, sucede fuera, como desti­
no. Es decir, cuando el individuo ... no toma consciencia de
sus contradicciones interiores, el mundo forzosamente de­
berá representar el conflicto y partirse en mitades opues­
tas. (Aion, pág. 71).

Por tanto, parece seguro decir que un compromiso de desa­


rrollo y conocimiento perspnales no sólo ofrece la promesa
de ayudar al individuo a que en el futuro sea un alma más ín­
tegra, feliz e iluminada, sino también que tal paso empieza a
menudo a aliviar mucho sufrimiento en el presente, una vez
que la confusión y el desánimo iniciales fueron vencidos.
Así, podemos ver que todos tenemos ciertas influencias
kármicas que debemos encontrar: todos deberemos cosechar
los frutos de lo que hemos sembrado. La astrología, prove­
yéndonos un mapa de nuestros apegos, problemas, talentos y
tendencias mentales, nos ofrece un modo -un paso inicial­
no sólo de comprensión de lo que es exactamente nuestro
karma en un sentido específico, y de ayuda para que trabaje­
mos con estas confrontaciones dentro y fuera, sino también
un modo de empezar a elevarnos por encima y obtener una
perspectivá de este karma. La idea de que el mapa natal indi­
vidual refleja lo que hemos hecho en el pasado se confirma
en la lectura psíquica de Edgar Cayce # 5124-L-1:

Pues como se dio desde el principio: los planetas, los as­


tros se dan por signos, estaciones y años; para que en ver­
dad muchos hallen su relación más estrecha en la contem­
plación del universo. Pues el hombre ha sido hecho un ca­
creador con la Deidad. No es que el hombre sea bueno o
malo según la posición de los astros; sino que la posición
de los astros indica lo que esa entidad individual ha hecho

30
acerca del plan de Dios en las actividades terrenas, durante
los períodos en los que el hombre tuvo la oportunidad de
entrar en manifestaciones materiales.

En consecuencia, el mapa natal muestra el pasado uso crea­


tivo o el mal uso de nuestros poderes. Si aceptamos la idea
del poder de la mente y la voluntad del individuo, entonces
deberemos aceptar también que somos responsables de nues­
tro hado, nuestro destino y nuestros problemas como apare­
cen en el mapa natal. En un sentido importante, podríamos
entonces decir incluso que el mapa natal no muestra sino el
karma. En el mapa puede, pues, suponerse que todo brota di­
rectamente de nuestras acciones, logros y deseos pasados.
Aunque a Saturno solo se lo llamó el "planeta del karma" en
muchos escritos, esta es una simplificación excesiva. Real­
mente, a la astrología se la podría llamar legítimamente
"ciencia del karma" -o sea, un modo de comprender y acep­
tar nuestras responsabilidades de modo preciso-.

Factores específicos del mapa

En la interpretación de los mapas, casi todos los factores


pueden considerarse como kármicos o como poseedores de
implicancias kármicas . Sin embargo, hay algunos factores as­
trológicos específicos a los que se debería prestar especial
atención en esta clase de investigación. Muchos de éstos se
tratan después, en este libro, con muchos más pormenores,
pero aquí debe mencionarse un breve bosquejo de cosas es­
pecíficas a enfocar.

Saturno

Saturno, que a menudo se llama el "Señor del Karma", di­


cen muchos astrólogos que representa el mayor problema kár­
mico en la vida de todo individuo. Al planeta Saturno se lo
llegó a llamar el "Señor del Karma" no porque sea el único
elemento del mapa que simbolice un aspecto del karma per­
sonal, sino porque la posición y los aspectos de Saturno reve-

31
lan dónde nos encontramos con nuestras pruebas más especí­
ficas y concentradas, lo mismo que dónde experimentamos
con frecuencia dolor y frustración. Y, puesto que el concepto
popular de karma es que todo karma es negativo y perturba­
dor, muchos ven las pruebas de Saturno como idénticas a la
acción del "karma". Por supuesto, esta es una burda simplifi­
cación excesiva, lo mismo que una mala interpretación de lo
que el karma es realmente. Tal vez sea más exacto decir que
Saturno en el mapa natal (especialmente según su posición
de casa y conjunción, cuadratura y aspectos de oposición)
muestra dónde nuestro karma "difícil" entra en su foco más
específico. Estos desafiantes aspectos de Saturno muestran
cristalizadas pautas consuetudinarias de pensamiento y acción
que inhiben la corriente de nuestra energía creativa. Tal as­
pecto podrá revelar el mal uso pasado de un talento o una
facultad que ahora deberemos disciplinar y volver a dirigir ha­
cia cauces constructivos. Es en este ámbito que es necesario
un ajuste radical en nuestro enfoque y actitud. Tal aspecto
(y esto podría aplicarse en menor medida al quincuncio, a la
semicuadratura y a los aspectos de semisextil) genera gran
energía desde su tensión interior; y podremos usar esta ener­
gía para desarrollar conocimiento y creatividad mayores. Sa­
turno es el planeta de la forma y la estructura, y a menudo
descubrimos que el planeta en estrecho aspecto con Saturno
necesita recibir una hueva fornía de expresión. (Véase Capí­
tulo V en cuanto a más datos sobre Saturno.)
Sin embargo, Saturno, en el mapa natal, es no sólo índice
de obstáculos de los que hemos de ocuparnos. Casi todo énfa­
sis excesivo, casi toda falta vital o configuración particular­
mente tensionada -no importa qué planetas estén implíci­
tos- puede señalar una necesidad importante de crecimiento
y desarrollo. Lo primero que hay que comprender es que la
vida tiene una finalidad, para que, por una razón positiva,
tengamos que encontrarnos con estas diversas dificultades.
Como lo dice el médium Arthur Ford:

Cuanto mayores sean los obstáculos en el cuerpo físico,


mayor será la oportunidad de un alma para saldar sus deu­
das kármicas y lograr un crecimiento espiritual más rápi­
do. Los obstáculos son tropiezos si se los supera positiva-

32
mente, y el alma que, en el cuerpo de carne, afronta jovial­
mente y vence los impedimentos físicos,crece con más ra­
pidez que otro que, según normas físicas, tiene todo por
lo cual vivir. La recompensa no es en la forma física sino
en el desarrollo espiritual, y cuanto más sean los obstácu­
los a vencer en una vida física, menos necesitará el alma de
allí en más retornar a la forma física para pulir las tosque­
dades de su carácter. (de A World Beyond, de Ruth Mont­
gomery, pág. 46.)

Aspectos y elementos

El tópico de los aspectos se tratará minuciosamente en el


Capítulo VI, pero aquí podemos mencionar brevemente algu­
nas cuestiones importantes. Al interpretar kármicamente el
mapa natal, todos los aspectos de cuadratura (90º) y de opo­
sición (1800) muestran la necesidad de ponernos de acuerdo
con nuestra complejidad, con desarrollar de algún modo el
conocimiento necesario para abarcar enfoques de la vida mar­
cadamente diferentes. 2 Las fuerzas indicadas en el aspecto
en cuadratura están contradiciéndose e interfiriéndose en su
expresión. Por tanto, estas fuerzas necesitan armonizarse den­
tro del individuo, proceso que habitualmente insume años,
a medida que la persona desarrolla lentamente nuevas pautas
de conducta y una mayor comprensión de sí misma. Las fuer­
zas implícitas en el aspecto de oposición revelan tracciones
opuestas, aunque complementarias, para que el individuo se
exprese según su sentimiento más inmediato en relación con

2 Me parece una hipótesis razonable que, por lo menos en muchos ca­


sos, estos "enfoques de la vida marcadamente diferentes" surgen de que
el individuo tuvo clases de experiencias marcadamente diferentes en
varias vidas pasadas. Por ejemplo, si durante toda una vida tuvimos
instrucción de guerrero, y luego, en otra vida, instrucción de ama de
casa tradicional y de madre, tal vez esa alma nazca en esta vida, por
ejemplo, con un aspecto de cuadratura entre los planetas de Aries y
Cáncer, indicando la tensión interior que esa persona siente incluso
ahora por orientaciones de vida y modos de expresión personal tan
marcadamente diferentes.

33
los demás. Por tanto, una necesidad de armonizar estas pola­
ridades es indicada también en estos aspectos, pero la oposi­
ción recalca específicamente la necesidad de desarrollar un
mayor conocimiento no sólo de uno mismo sino también de
los deseos, expectativas y puntos de vista de los demás. La ar­
monización antes mencionada sólo podrá ocurrir a través del
desarrollo de un conocimiento superior de las fuerzas y anhe­
los implícitos. El eminente psicólogo C.G. Jung, en sus estu­
dios de alquimia, cita a menudo el antiguo adagio alquímico:
tertium non datur, que significa que el tercer factor (que pue­
da resolver sólo el problema de los opuestos y los conflictos
personales) no se da. Jung sigue explicando que un conflicto
nunca se resuelve sólo en un nivel superior, basado en una
perspectiva y un nivel de consciencia superiores. Por ende,
los aspectos de cuadratura y oposición muestran las áreas de
máxima tensión dentro de nosotros pero también --un hecho
al que hay que darle fervorosa bienvenida- los ámbitos de
máximo crecimiento potencial.
Otro factor que se relaciona con los aspectos tensionados a
los que hemos de prestar gran atención es el elemento, o los
elementos, en los que hallamos los planetas más altamente
tensionados. Puesto que puede considerarse que los aspectos
tensionados indican ámbitos en los que deberemos aprender
a pulir nuestra naturaleza, a efectuar ajustes, y a construir
nuevos enfoques, se desprende que todo planeta (especial­
mente todo planeta "personal") implícito en tales aspectos
debería ser considerado no sólo según su propia naturaleza y
principio fundamental sino también según el elemento del
signo en el que está situado. Puesto que, como lo mostré muy
pormenorizadamente en Astrología, Psicología y los Cuatro
Elementos, los cuatro elementos revelan los niveles reales de
energía y dimensiones de la vida que el individuo podrá expe­
rimentar inmediatamente, entonces el elemento de todo sig­
no que contenga uno o más de estos planetas muy cargados,
poderosamente tensionados, es inevitablemente una dimen­
sión de la vida en la que hay necesidad de ajuste y pulido. El
elemento en el que hallamos a tales planetas muestra qué cla­
ses de apegos y deseos son más fuertes para nosotros, cuál es
la mayor finalidad de esta vida, y qué ámbitos de la vida si­
guen causándonos problemas y necesitan, pues, ser transfor-

34
mados. Si una persona tiene una íntima conjunción o stellium
en un signo particular, y todas las partes de esa configuración
están en un aspecto agobiado respecto de otro planeta o pla­
netas, entonces el elemento de ese signo es invariablemente
indicativo de la dimensión de la vida que esa persona ha de
trabajar de algún modo, para expresar esa energía más armo­
niosa y positivamente, o sencillamente para pulir la intensi­
dad y lo burdo del apego en ese ámbito.
Algunos ejemplos tal vez ayuden a aclarar esta última cues­
tión. Si el planeta o los planetas tensionados están en un sig­
no de agua, hay necesidad de que pulamos nuestras emocio­
nes y nuestra modalidad de expresión emocional. Una perso­
na con semejante posición planetaria puede estar expresando
en esta vida sus emociones de manera demasiado burda o de­
masiado compulsiva. Tal vez se necesite algún género de disci­
plina emocional ( ¡esto no equivale a decir represión!) para
proporcionar la presión interior necesaria a fin de efectuar
una transmutación que pula esta energía. Las reacciones ins­
tintivas de esta persona pueden ser demasiado reprimidas o
demasiado incontrolablemente dominantes; de allí que deba
aprender a encauzar constructivamente su poder emocional y
protegerse de las influencias negativas externas sin cerrarse a
toda el agua de la vida. Esa persona podrá también estar de­
masiado apegada a la satisfacción emocional, poniendo esto
antes que todo lo demás.
Si el planeta o la configuración tensionados están en un sig­
no de fuego, tal vez sea necesario que controlemos nuestra
impulsividad y nuestra conducta egocéntrica, y que desarro­
llemos amor, sensibilidad y paciencia. Un uso pulido y disci­
plinado de la abundante energía ígnea es mucho más eficaz
y creador que los meros gestos frustrados de desafío y auto­
engrandecimiento. Tal vez esa persona aprenda cómo vivir en
el presente y desarrollar la humildad que surge de someterse
a una voluntad superior o a un poder divino. Otras lecciones
que tal vez una tensión indique en los signos de fuego son:
cómo ser receptivo, cómo admitir nuestras debilidades y ne­
cesidades más profundas, y cómo pedir ayuda cuando esta­
mos sufriendo. Las personas de fuego son a menudo demasia­
do orgullosas para admitir que ellas también tienen necesida­
des; y esta tendencia, junto con el apego excesivo a la acción

35
burda como el único modo de tratar la vida, inhibe a menudo
que desarrollen un conocimiento inmediato de su vida
interior.
Si el planeta o la configuración tensionados están en un signo
de aire, el individuo tal vez necesite disciplinar los procesos
de pensamiento, no sólo cómo piensa, sino también la mane­
ra en que los pensamientos se expresan a los demás. Por aho­
ra, las fantasías, el escapismo intelectual, las proyecciones in­
necesarias en el futuro, los planes irrealistas y el hábito de la
racionalización tal vez hayan servido a su propósito; y así esa
persona quizá enfrente la necesidad de reestructurar todo este
ámbito de la vida y de aprender que el intelecto es un sirvien­
te bueno si se lo disciplina convenientemente, pero un amo
muy pobre. Puede haber demasiado apego al conocimiento
intelectual, a las ideas inteligentes, a las pruebas "científicas"
y a los conceptos ordenados. Este individuo debe tomar en
serio el hecho de que una persona instruida que no actúa en
base a su conocimiento y no lo vuelve real a través de la expe­
riencia inmediata no es mejor que una mula con su lomo car­
gado de libros. El denominado conocimiento podrá convertir­
se en una mera carga, y el intelecto de esa persona podrá lle­
gar a ser un monstruo devorador cuya codicia de cada vez
más "conocimiento" no conoce límites.
Si el planeta o los planetas tensionados están en un signo
de tierra, también puede haber demasiado apego a los senti­
dos físicos, a los valores mundanos, a la comodidad física, a la
reputación, los bienes y la "sabiduría" mundana. Indudable­
mente, esa persona tendrá que ocuparse de la cuestión de qué
le proveerá real y permanentemente la profunda seguridad
que anhela. El conocimiento de las necesidades inmediatas de
sobrevivencia (dinero, comida, techo, etc.) puede ocupar una
precedencia tal sobre actividades más profundas e inspirado­
ras que la persona trate de compensar la falta de alegría y en­
tusiasmo en la vida con el hecho de trabajar más arduamente
aún en la interminable tarea de construir seguridad, una segu­
ridad que -no es necesario decirlo- podrá destruirse en cual­
quier momento. Una persona con este énfasis de tierra puede
enamorarse tanto de vivir y pensar de un modo "práctico"
que jamás permita que tenga cabida alguna, en el estilo de vi­
da personal, un pensamiento o una actividad más trascenden-

36
tes o inspiradores.
Como dice un maestro espiritual: "el karma es apego". En
consecuencia, el mapa natal, y especialmente los muy acen­
tuados componentes del mapa, muestran nuestras armoniza­
ciones -y por ende, nuestros apegos, y por tanto, nuestro
karma. El hecho de ver el mapa y nuestra vida de este mo­
do pone todo bajo una nueva luz. Empiezan a disolverse las
distinciones arbitrarias, sentenciosas y falsas entre rasgos "po­
sitivos" y "negativos" de un mapa natal. Ya no hay mapas,
aspectos o seres humanos "buenos" o "malos". Todos somos
parte del vasto drama cósmico, y -en este plano material­
estamos todos enredados en nuestras marañas kármicas. Una
vez que se percibe esto, la cuestión es: ¿qué hacemos para
desapegarnos de estas involucraciones kármicas y de estas }i­
mitadoras pautas del ser? El consenso que pude discernir de
las enseñanzas de muchos maestros espirituales es que,
por más que queramos, deseemos o esperemos desapegamos
o "iluminarnos", no es muchísimo lo que logramos. Sólo po­
dremos desapegamos de nuestras viejas pautas consuetudina­
rias apegándonos a algo mejor. Por ejemplo, si uh mendigo só­
lo tiene tres moneditas y de pronto se le caen, se lanzará de
prisa tras ellas para proteger lo poco que tiene. Sin embargo,
si, en el momento en que ese mendigo dejó caer sus mone­
ditas, vio que el viento llevaba por la calle un billete de cinco
dólares, ignoraría de inmediato sus moneditas y saldría en
persecución del billete. Por tantp, podemos apreciar que no
basta meramente que nuestra vieja personalidad, nuestros vie­
jos modos de ser y nuestros prolongados conflictos nos har­
ten. Puesto que las pautas habituales del pasado ejercen sobre
nosotros una tracción fuerte y constante, y puesto que nos
sentimos inseguros si nos apartamos demasiado lejos de esas
pautas habituales, deberemos encontrar algo potentísimo a
lo cual apegarnos si ha de apartarnos de las tendencias kármi­
cas. Lo único que es suficientemente potente e ilimitado para
efectivizar este desapego es una fuerza espiritual de algún ti­
po. Dejo librado al lector que encuentre el método de armo­
nizarse con este poder superior que es apropiado para su esta­
do de desarrollo. Pero, cualquiera sea el sendero elegido, el
axioma bíblico nos proporciona una fe sustentadora: "Bus­
cad y hallaréis; golpead y se os abrirá".

37
Los signos "kármicos"

No es necesario que aquí discutamos las diversas caracterís­


ticas de los doce signos que pueden relacionarse con el karma
y la transformación. Hay muchos libros muy calificados que
aclaran qué lecciones han de aprenderse y qué nuevas actitu­
des desarrollarse para cada uno de los signos. 3 Pero quiero
mencionar aquí algunos aspectos de tres signos: Virgo, Pis­
cis y Escorpio. De los doce signos, estos tres se interesan muy
evidentemente con las crisis. que pueden relacionarse clara­
mente con el karma. A menudo, parece que los de Virgo y
Piscis (o sea, los que tienen en sus mapas muy recalcados es­
tos signos) han de soportar cargas mayores de las que les co­
rresponde, tanto penurias y obligaciones físicas (Virgo) como
agitación y confusión .emocionales (Piscis). Esto se debe a que
estos signos representan etapas cruciales del desarrollo perso­
nal, fases de evolución y crecimiento en las que la persona de­
berá afrontar los frutos de sus acciones y actitudes. (Nótese
que Piscis, el duodécimo signo, señala el final de todo un ci­
clo de vida, y que Virgo ¡es el signo de la cosecha!) Ambos
signos simbolizan un proceso de purificación como prepara­
ción para un desarrollo ulterior. Virgo se ocupa de la purifica­
ción del ego y de los motivos personales detrás de una con­
ducta franca, y Piscis se relaciona con la purificación de las
emociones y las imágenes mentales que se acumularon duran­
te los siglos. El signo de Escorpio puede relacionarse especí­
ficamente con el karma, porque es durante esta fase de desa­
rrollo que deberemos enfrentar honradamente nuestros de­
seos y llegar a comprender el poder inherente a ellos. He aquí
porqué tantas personas con fuerte énfasis de Escorpio tienen
semejante atracción fuerte hacia los misterios, lo oculto, los
ámbitos "prohibidos" de la experiencia, y las revelaciones
acerca del más allá. Estas personas están en contacto con los
aspectos más poderosamente negativos de su ser, y su célebre
recelo y falta de confianza en los demás proviene del hecho

3 Cf. especiahnente The Pulse of Life & Triptych, de Dane Rudhyar;


From Pioneer to Poet, de Isabel Pagan; y Wisdom in the Stars, de Joan
Hodgson, todos los cuales son análisis excelentes y penetrantes de los
significados más profundos de los signos.

38
de que, puesto que saben cuán inconfiables pueden ser sus
emociones y cuán crueles sus motivaciones, suponen natural­
mente que los demás tienen motivaciones similares. Escorpio
es el signo de la' muerte y del renacimiento, y cualquiera que
tenga un énfasis mayor sobre Escorpio en el mapa natal se
desgarra entre aferrarse a viejos deseos compulsivos puramen­
te por hábito y el deseo más profundo de renacer pertene­
ciente al yo más recóndito.

Las casas de "agua"

Las denominadas casas de "agua" (Casas IV, VIII y XII)


fueron llamadas la "trinidad del alma" o la "trinidad psíqui­
ca", y juntas constituyen otro factor importante que se rela­
ciona con el karma personal. 4 Aunque, en astrología tradicio­
nal, sólo a la duodécima casa se la llamó la de los "riesgos kár­
micos", todo karma es un riesgo que nos ata al plano material
y a un nivel limitado de consciencia. Y todas las casas de agua
se ocupan del pasado, de respuestas condicionadas que ahora
son instintivas y que funcionan a través de las emociones, y
por tanto: con el karma. En un nivel, estas casas se ocupan
de los anhelos más profundos del alma, anhelos que, por su
naturaleza misma, son inconscientes, al menos parcialmente.
El ciclo de las casas de agua muestra el proceso de ganar cons­
ciencia mediante la asimilación de la esencia del pasado y me­
diante el dejar correr el residuo que sobrevivió a su utilidad.
El derroche emocional y las agotadas pautas emocionales de
conducta deberán purgarse antes de que el alma se pueda ex­
presar claramente. Los que tienen casas de agua muy marca­
das viven dentro de ellos mismos y son extremadamente difí­
ciles de conocer (especialmente , si el Sol, el símbolo del yo
individual, está en una de estas casas). Una parte de su ener­
gía vital funciona en un nivel subliminal; otra parte de su mo­
tivación es influida por matices irracionales, inexplicables y, a
menudo, desconcertantes. Sus sensibilidades son impredeci-

4 Cf. Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos, del autor, Ed.


Kier, S.A., Capítulo XVI, "Los elementos y las casas" en cuanto a
más información específica sobre cada una de las casas de agua.

39
bles, puesto que nunca sabemos qué activará un viejo recuer­
do, irritará una vieja herida, o excitará un molesto complejo.
Por tanto, todas estas casas se correlacionan con la necesidad de
alcanzar paz emocional y libertad respecto del pasado, y el
que tenga más marcadas estas casas en el mapa natal tiene
necesidad de llevar a la superficie las obsesiones y los temo­
res generados por experiencias pasadas y dejar que estos sen­
timientos se iluminen en la consciencia plena.
Richard Ideman, astrólogo precursor de la reformulación
de conceptos astrológicos en relación con la terminología psi­
cológica, declara que las casas de agua pueden ser índice de
varios tipos de temor: temor de volver al desvalido estado de
la infancia (IV), temor a los tabúes sociales (VIII), y temor al
caos (XII). ¿De dónde provienen estos temores? Evidente­
mente, del pasado, ya sea del condicionamiento e instrucción
pasados de un tipo específico o de géneros específicos de ex­
periencias o shocks ,traumáticos. Los planetas que caen en las
casas de agua representan, por tanto, deseos de expresión ma­
tizados por pautas kármicas, prejuicios emocionales, o moti­
vaciones y temores inconscientes. A menudo muestran los
fantasmas del pasado que todavía obsesionan a una persona,
y el hecho de que, por lo menos hasta cierto punto, sean in­
conscientes, explica porqué estas sumas de energía con tanta
frecuencia minan la orientación consciente hacia la vida. Es­
tas fuerzas, estos deseos y energías, por así decirlo, aguardan
renacer a t{avés de nuestro esfuerzo consciente; y no nos de­
jarán en paz hasta que los enfrentemos con honradez y libere­
mos esa energía mediante acción valerosa.
Los planetas en casas de agua muestran lo que está ocu­
rriendo en los niveles sutiles o subconscientes; muestran fuen­
tes de experiencias profundas en la vida presente que -aun­
que brotando del pasado distante- están todavía vivas y
constituyen una concentración mayor de la energía vital.
Mientras permanezcamos inconscientes de estos aspectos de
nuestra naturaleza, no disponemos de la energía y las funcio­
nes psíquicas representadas por los planetas de casas de agua
para dirigirlas conscientemente y utilizarlas creativamente.
Sin embargo, cuando tomamos consciencia de estas partes de
nosotros, pueden tomar vida con gran fuerza. El hecho de
que los planetas de casas de agua revelen a menudo en nues-

40
tras vidas factores que trascienden, abruman o minan nuestra
orientación consciente ha de aceptarse de buen grado, pues
con frecuencia la consciencia del ego se aferra a pautas limita­
das de expresión y, por tanto, necesita una confrontación pe­
riódica con las fuentes más profundas de vida dentro de no­
sotros. Tal experiencia puede ser renovadora; pues la "auto­
anulación", el caos, la pérdida personal, o la cabal disolución
de la personalidad egoica consciente experimentados por una
persona con mayor énfasis sobre las casas de agua podrá fran­
quear a esa persona hacia la intuición espiritual y la ilumina­
ción. Un fuerte énfasis sobre las casas de agua puede mostrar
que estos factores en la vida del individuo luchan para que se
los reconozca, o sea para que se los acepte bajo la luz de la
consciencia. (Nótese que el vocablo "reconocimiento" signifi­
ca conocer de nuevo, con referencia a un conocimiento pasa­
do del factor indicado, que actualmente está "olvidado" o
inconsciente.) Los efectos emocionales negativos de planetas
tensionadamente aspectados en estas casas podrán a menudo
mejorarse mediante el reconocimiento y la atención cons­
ciente de las fuerzas de vida así simbolizadas, tal como los·an­
tiguos adoraban a cada uno de los planetas como una deidad
(o sea, como un poder o una ley), sabedores de que lo que
con seguridad sobrevendría sería la némesis de los dioses si
una persona ignoraba arrogantemente las exigencias de las
fuerzas más poderosas.
Para esbozar los significados específicos de las casas de
agua, podríamos dar el siguiente resumen: La cuarta casa re­
vela el condicionamiento que nos vincula con la familia, el
el hogar, el sentido de privacidad y la tranquilidad doméstica
de esta vida, y otros factores de seguridad conexos. Se asocia
con la asimilación de nuestra experiencia en la juventud y con
la comprensión de las ataduras kármicas específicas con los
padres o con otros individuos que tuvieron fuerte impacto en
nuestra crianza. La cuarta casa representa, además, un anhe­
lo de un medio ambiente pacífico en el que ese individuo se
sienta protegido y fomentado; y quienes tienen recalcada es­
ta casa tienden no sólo a sentir la necesidad de tal medio am­
biente, sino que también tienden hacia una conducta de pro­
tección y fomento hacia los demás. (Nótese, sin embargo, que
ciertos planetas de la cuarta casa -especialmente Urano y

41
Marte- ¡disminuyen las ocasiones para que esa persona ex­
prese tranquilidad en este ámbito de vida!) La paz que estas
personas anhelan se busca, a menudo, en un estilo de vida
muy privado y/o a través de su desapego de la turbulencia
emocional de las relaciones paternas mediante distancia físi­
ca o mediante una concordancia más sutil con sus sentimien­
tos acerca de sus padres en un nivel interior.
De modo parecido, la octava casa revela fuerte necesidad
de privacidad, y la persona habitualmente es más bien difí­
cil de familiarizarse en un nivel íntimo. Sin embargo, en con­
traste con el tipo de persona de la cuarta casa, este individuo
no se contenta meramente con tener privacidad porque tam­
bién quiere poder. Esta clase de persona está fuertemente mo­
tivada para ejercer alguna clase de influencia poderosa en el
mundo, mientras, simultáneamente, mantiene considerable
secreto; y esta motivación es habitualmente de índole com­
pulsiva, induciendo a esa persona a que se esfuerce en procu­
ra de varias metas por las que está aficionada kármicamente.
La octava casa muestra el condicionamiento pasado de cu­
yas vidas anteriores, a veces, tenemos conciencia, pero que
todavía funciona instintivamente y extrae gran energía emo­
cional de fuentes más profundas que conscientes. Los plane­
tas de la octava casa muestran tendencias emocionales-com­
pulsivas que tratamos de controlar y habitualmente mante­
nemos en secreto, pero que, no obstante, ejercen formidable
poder sobre nuestras vidas. Es difícil eliminar estos deseos só­
lo a través del poder de la voluntad, como tratan de hacerlo
muchas personas con énfasis de Plutón, Escorpio o la octava
casa; pero estos deseos pueden transformarse o regenerarse y
pulirse a través de un compromiso de reforma personal unido
a una intensa exp�riencia inmediata. La represión o el control
personal solos jamás son suficientes para tratar estos factores
de vida que los planetas de la octava casa muestran. Debemos
brindamos para participar con los demás y debemos aprender
a asumir riesgos cada tanto, a fin de permitir que la energía
corra libremente y los sentimientos e impulsos más profundos
lleguen a la superficie. En consecuencia, la octava casa puede
relacionarse con la asimilación de experiencias de muchas vi­
das con la sexualidad, los valores ligados a las relaciones hu­
manas íntimas, y las responsabilidades implícitas en el uso de

42
toda clase de energía que cause impacto en los demás. La oc­
tava casa representa un anhelo de profunda paz emocional
que ayudará a esa persona a aliviar algo la presión que las
emociones y los instintos compulsivos ejercieron durante tan
largo tiempo. Naturalmente, esta paz y este contento están
conectados con el anhelo del alma en procura de seguridad y
tranquilidad últimas ( ¡en procura de salvación!), que sólo
podrá lograrse liberándose de deseos y capricho compulsivo.
Pero, relativamente pocas personas con énfasis en la octava
casa comprenden la naturaleza verdadera de sus anhelos más
profundos. En lugar de ello, buscan modos de establecer la
paz emocional tratando de satisfacer las emociones (con di­
nero, sexo, poder mundano, "conocimiento oculto", etc.),
en vez de trabajar para superar las potentes garras que sus
emociones tienen sobre ellas y de experimentar así la paz
emocional como un derivado natural de un compromiso de
reforma personal encauzado hacia la evolución espiritual.
La duodécima casa, por contraste, revela influencias que
están total y evidentemente más allá de nuestro control. A
menudo, para esa persona es claro que no podrá satisfacer
sus anhelos interiores mediante actividades corrientes, aunque
esta claridad insuma afios de sufrimiento para que se desarro­
lle. El anhelo de paz emocional que se halla en la octava casa
está aún presente, pero aquí se entremezcla con un conoci­
miento de la necesidad de paz última para el alma. Los pla­
netas de la duodécima casa natal simbolizan fuerzas que, a
menudo, nos abruman y que sólo podrán tratarse eficazmen­
te redirigiendo esa energía hacia un ideal que nos inspire inte­
riormente hacia un conocimiento personal y una devoción
mayores respecto de la Unidad de todas las cosas, y exterior­
mente hacia una mayor generosidad de espíritu y servicio.
Esta casa se ocupa del proceso de asimilar un vasto cúmulo
de experiencia en todas las dimensiones de la vida, particular­
mente en nuestro manejo de las responsabilidades para con
todos los demás seres vivos. A través de alguna clase de devo­
ción, práctica espiritual o servicio desinteresado, empezamos
a obtener la libertad respecto de los resultados de las accio­
nes pasadas y sus impresiones mentales conexas. El contacto
con un vasto panorama de la experiencia de la vida pasada
también podrá permitir a esa persona que exprese imagina-

43
ción ilimitada en las artes creativas, al igual que, sencillamen­
te, comprensión y empatía con los dolores y las alegrías de
todas las criaturas vivas. Tanto la casa octava como la duodé­
cima se relacionan con estudios y prácticas ocultos y meta­
físicos, sufrimiento en un nivel profundo como preludio de
algún género de renacimiento, y consciencia inmediata sobre
las realidades de las dimensiones psíquicas y espirituales de la
vida. La diferencia primordial entre las casas octava y duodé­
cima es que, mientras los planetas de la octava casa tienen
que confrontarse inmediatamente y trabajarse del principio
al fin, los planetas de la duodécima casa pueden a menudo
trascenderse. En el primer caso, llevamos a la superficie las
viejas tendencias a fin de transformarlas a través de una par­
ticipación inmediata e intensa, mientras que, en el último
caso, nos elevamos enteramente sobre los problemas.
Por los comentarios antedichos podemos deducir que los
planetas de las casas de agua tienen potente impacto en los
niveles sutiles del ser. Por tanto, su influencia no es siempre
evidente y fácil de interpretar. En mi experiencia, la cuarta,
la octava y la duodécima son las casas más difíciles de inter­
pretar en un mapa natal, pues nunca sabemos en qué ni­
vel se manifiestan estas energías. Por ejemplo, Saturno en
cualquiera de las. casas de agua podrá indicar rigidez en los ni­
veles profundos, resistencia subconsc,iente a la expresión emo­
cional. En algunos casos, hay marcada medrosidad, naturaleza
retraída, o fuertes sentimientos de culpa, obligación o genera­
lizado abatimiento emocional que llenan la consciencia del
individuo. Pero, a veces, estas mismas personas tienen conoci­
miento muy profundo de las fuerzas ocultas o inconscientes;
por ejemplo, Sigmund Freud, la astróloga Vivian Robson y la
teósofa Annie Bessant tienen todos a Saturno en la duodéci­
ma casa.
Otros pocos ejemplos breves de planetas en casas de agua
deben servir para dar una impresión más completa de aquello
a lo que me refiero. Con la Luna en estas casas, el sentido de
seguridad interior o apoyo emocional de esa persona puede
ser vago o inconsciente. De allí que, a menudo, se necesite
mucho un sentido de orden para apuntalar el sentido de segu­
ridad de esa persona; y he aquí, tal vez, porqué tantos astró­
logos tienen a la Luna en estas casas. Parecen encontrar el

44
apoyo y el sentido de orden que necesitan en tales estudios.
Con Mercurio en las casas de agua, la nota clave de la modali­
dad operativa de la mente es más bien la intuición que una ló­
gica estricta. La percepción y la comunicación están a menu­
do enredadas pero, en otras ocasiones, son extremadamente
sutiles e incisivas. Naturalmente, la mente tiende a pensar con
profundidad y -aunque pueden presentarse modos obsesi­
vos de pensar- también hay, a menudo, talento para los estu­
dios o escritos herméticos, psíquicos o espirituales. Con Mar­
te en estas casas, la persona es, a menudo, manejada por fuer­
zas que están más allá de su control, y sus más fuertes objeti­
vos tal vez no tengan un carácter o una meta fácilmente defi­
nibles. La persona puede ser llevada hasta el punto de la ob­
sesión, como Vincent Van Gogh, que tenía a Marte en la duo­
décima casa, o tal vez encauce sus pasiones para que luche
enérgicamente por los que están en problemas o contra sus
propias tendencias negativas. Este último enfoque puede lle­
varle a ser demasiado duro consigo mismo, pero no se niega
que Marte en las casas de agua puede ser un estímulo eficaz
para el desarrollo personal.
Venus en las casas de agua muestra generalmente que la
persona no puede hallar satisfacción emocional en ninguna
actividad o relación superficial corriente, hecho que mucho
lamentan algunos autores 'de temas astrológicos. Sin embar­
go, este mismo hecho puede inducir a esa persona a explorar
su vida interior más fructíferamente o a empezar a dirigir sus
energías hacia metas espirituales como medio para lograr sa­
tisfacción emocional. Esta persona necesita únicamente tiem­
po para explorar el mundo interior. Con Júpiter en estas ca­
sas, las necesidades religiosas sólo pueden satisfacerse arrnoni­
zándose con fuerzas de vida más profundas. A menudo, hay
una generosidad espiritual interior que sostiene a la persona a
través de épocas difíciles y proporciona inspiración cuando
en la superficie de la vida todo parece desierto. El hecho de
tener alguno de los plaentas trans-satuminos en. las casas de
agua indica, con frecuencia, una marcada sensibilidad psíqui­
ca y/o fuerzas inconscientes claramente activas.
En suma, los planetas en casas de agua revelan lo que no
puede hallarse -o experimentarse fácilmente de modo satis­
factorio- en la superficie de la vida, y que sólo podrá cum-

45
plirse en las profundidades del conocimiento interior. Todo
planeta que caiga en cualquier casa de agua puede interpre­
tarse, pues, como un aspecto de la naturaleza de la persona,
como una dimensión de la experiencia de vida, que sólo po­
drá cumplir mediante una búsqueda dentro de ella misma.
El individuo deberá convertirse en buscador, en explorador
de los reinos interiores del ser, antes de obtener un conoci­
miento suficiente de la vida interior que le permita satisfa­
cer el anhelo que siente. De allí que los planetas que caigan
en estas casas sean índices de aspectos del ser muy proble­
máticos cuando la persona es espiritualmente inmadura, cuan­
do todavía no dio claros pasos a fin de conocer y enfrentar su
naturaleza y sus motivaciones interiores. Una vez que perci­
bió la finalidad más sutil que existe detrás de estos nahelos y
la razón última de esta frustración y este anhelo temporarios,
el individuo está realmente en vías de experimentar la trans­
formación necesaria de la inconsciencia.

La Luna

En la presente vida, la personalidad se construye sobre las


bases del pasado. Tal como la cuarta casa está en el fondo
mismo del mapa natal, constituyendo, pues, la base sobre la
que construimos nuestra personalidad operacional íntegra, de
igual modo la Luna -que tradicionalmente "gobierna" a Cán­
cer y la cuarta casa que participa del principio idéntico- re­
presenta nuestros sentimientos raigales acerca de nosotros
mismos. El principio de la Luna es similar a lo que muchos
psicólogos llaman la "imagen personal", aunque el sentido
del yo representado por la Luna no es tanto una imagen
consciente y visual como subliminal, habitualmente una indi­
cación más bien vaga de lo que realmente somos. Los astró­
logos asociaron tradicionalmente a la Luna con el pasado, ya
sea meramente el pasado durante esta vida, y conectado con
condicionamientos de la infancia y relaciones con los padres
(especialmente la madre), o correlacionado con una compren­
sión más vasta del pasado en el contexto de la teoría reencar­
nacionista. En muchos escritos astrológicos se ha expresado
que, mientras la Luna muestra el pasado, el Sol muestra la

46
orientación presente, y el Ascendente señala el desarrollo
futuro. Sin duda, hay un razonamiento sensato detrás de es­
tos paralelismos, y -en un nivel abstracto- son probablemen­
te muy exactos en la mayoría de los casos. Sin embargo, en el
presente todo llega junto; lo que hemos sido continúa influ­
yendo en nuestras orientaciones, actitudes y acciones en el
ahora. El hecho de cómo nos sentimos respecto a nosotros
mismos y qué pautas de expresión sobrevienen más natural­
mente y las sentimos más cómodas (la Luna), tienen gran im­
pacto sobre nuestro modo presente de vivir.
Tal como la Luna refleja, en nuestro sistema solar, a la luz
solar hacia la tierra, y concentra así la fuerza de vida hacia
objetivos prácticos (simbolizados por la Tierra), de igual mo­
do la Luna en astrología representa un reflejo general de lo
que hemos sido en el ;:,asado. Es una imagen de experiencia
pasada y pautas de conducta asimiladas con las que ahora nos
sentimos cómodos porque son familiares y porque -de he­
cho- hemos ejemplificado esas cualidades en nuestro mismo
ser. En otras palabras, la Luna simboliza -especialmente se­
gún la posición de su signo- pautas kármicas específicas,
mentales y emocionales, que nos inhibP-n o nos ayudan en
nuestros intentos de expresarnos y ajustamos al mundo ex­
terno. Si los aspectos con la Luna son armónicos, revelan
pasados condicionamientos y pautas de reacción espontánea
que podrán ayudar a la persona a que se ajuste a la vida y a
la sociedad, y a que exprese su yo. Si los aspectos de la Luna
están tensionados, simbolizando así ineptitud para ajustarse
con facilidad a la vida y/o una imagen personal negativa, estas
predisposiciones emocionales deberán superarse. Es importan­
te notar que la Luna simboliza tal reacción espontánea y tales
pautas de conducta que estas orientaciones son primordial­
mente evidentes en la niñez, cuando nuestra conducta es más
bien pura y desinhibida. De allí que el signo lunar y los as­
pectos sean muy inmediatamente eficaces en la primera parte
de nuestra vida. A medida que envejecemos, es posible que
superemos algunas antiguas pautas emocionales, incluso a
punto tal que los bloqueos emocionales que muestre el mapa
a través de aspectos lunares ya no tenga significados im¡10r­
tantes. No estoy diciendo que el signo de la Luna cese dtl ser
importante, pues simbolizará siempre un tono dominante en

47
el modo fundamental de ser de la persona. Pero lo que recal­
co es que los problemas y conflictos asociados con los aspec­
tos de la Luna y con la expresión de las cualidades de ese mo­
do simbolizadas pueden ser superados casi totalmente, o por
lo menos ajustarse de manera saludable.
Puesto que la Luna es un símbolo tan complejo y puesto
que sus significados son tantos y diversos, el modo más apro­
piado de explicarlos más es presentar un esbozo esquemático:
a) La Luna simboliza la imagen de uno mismo que una perso­
na ve reflejada en sus tratos con el público. De allí que una
Luna tensionadamente aspectada pueda mostrar ineptitud
para proyectarse armónicamente a fin de que otras personas
respondan de manera positiva. Una Luna aspectada armónica­
mente muestra, a menudo, que podemos expresarnos armóni­
camente al tratar al público y que tenemos buen sentido res­
pecto de lo que al público le gusta. (En otras palabras, cuan­
do respondemos intuitivamente a los demás con exactitud,
ellos, a su vez, responden de modo positivo.) Por tanto, los
aspectos armónicos con la Luna muestran áreas en las que po­
demos proyectarnos con facilidad a fin de obtener una buena
retroalimentación.

b) Una Luna tensionadamente aspectada muestra, a menudo,


una imagen personal marcadamente inexacta, pues cómo la
persona sienta acerca de sí basada en pautas pasadas e identi­
dad pasada tal vez no sea una descripción exacta de la natura­
leza verdadera de esa persona en el presente. Esta inexactitud
de la imagen personal se refleja, a menudo, en conductas co­
mo éstas: tomar las cosas equivocadamente, ser extremada­
mente sensible, reaccionar en demasía ante bagatelas, vestir
de manera qúe no se adapte a la naturaleza interior y a la ver­
dadera personalidad, y estar demasiado a la defensiva.

c) La posición de la casa de la Luna natal muestra el área de


actividad de vida en que necesitamos obtener retroalimenta­
ción, donde podremos llegar a vernos más objetivamente, y
donde podremos armonizamos en un sentido del yo que pue­
da proporcionarnos tranquilidad interior.

ch) El signo de la Luna muestra cómo nos defendemos instin-

48
tivamente. Por ejemplo, la Luna en fuego reacciona con ira; la
Luna en aire, con racionalización, disputas o discusión; la Lu­
na en agua, con retiro o eclosiones emocionales; la Luna en
tierra, con aguante.

d) El signo de la Luna simboliza también un modo de expre­


sión que llega naturalmente y un modo de conducta en el que
nos sentimos seguros; pues el signo de la Luna muestra una
vieja pauta de vida que habitualmente es medianamente có­
moda (a menos que los aspectos estén demasiado tensiona­
dos). Unos pocos ejemplos: la Luna en Capricornio encuentra
seguridad en la vejez, en representar ser vieja, en cultivar una
conducta anciana. La Luna en Tauro puede hallar seguridad
en actuar como un campesino grosero. La Luna en Leo halla
seguridad en exhibiciones dramáticas o, por lo menos, en ser
reconocida.

e) Puesto que la Luna representa fuerte deseo de expresar un


modo de ser que es parte natural e íntima de uno mismo, el
signo de la Luna muestra también lo que necesitamos expre­
sar ¡a fin de sentirnos bien con nosotros mismos! Como lo
expresa Grant Lewi, la Luna muestra el "deseo del corazón".
Los aspectos con la Luna muestran sencillamente con cuánta
facilidad podremos expresar este modo de ser y con cuánta
facilidad podremos alcanzar esta sensación de bienestar.

f) El signo de la Luna simboliza la aplicación práctica de la


energía y la finalidad solares. He aquí porqué un trígono,
un sextil o -hasta cierto punto- una conjunción Sol-Luna
(lo mismo que tener sencillamente al Sol y a la Luna en ele­
mentos compatibles) es un aspecto tan estabilizador y poten­
cialmente creativo; pues en estos casos, la energía solar podrá
expresarse fácilmente de modo práctico.

Por todo lo anterior, debe quedar en claro cuán importan­


tes son el signo, la casa y los aspectos de la Luna en toda con­
sideración de las revelaciones kármicas del mapa. Probab'le­
mente, en el mapa natal no haya otro factor que pueda rela­
cionarse tan inmediatamente con las pasadas experiencias y
pautas consuetudinarias. Debemos tener cuidado de no sim-

49
plificar de más la asociación de la Luna con las vidas pasa­
das a punto tal de formular declaraciones como ésta: "Bue­
no, usted tiene la Luna en Leo, de modo que, en una vida
pasada, debió haber sido un actor". Tales interpretaciones
pueden ser ocasionalmente válidas, pero habitualmente no
tienen una finalidad constructiva y pueden dar al cliente la
impresión de que el astrólogo está tratando sencillamente de
impresionar con expresiones sensacionalistas, deducción ésta
que tal vez sea muy precisa. Lo importante en que hay que
detenerse es la necesidad que la Luna simboliza en esta vida,
y el enfoque más constructivo para interpretar mapas desde
el punto de vista kármico es aclarar las motivaciones y las pre­
siones más profundas que la persona sienta pero que no tiene
modo de identificar o poner en una perspectiva más vasta.
Al concluir este capítulo, podemos decir que cada uno de
nosotros tiene la oportunidad de armonizar dentro de sí
mismo las diversas manifestaciones del universo; y tene­
mos la oportunidad de aceptar a todos los demás seres huma­
nos, incluso aquellos con los que pulsamos una nota discor­
dante en el nivel de la personalidad. ¿Podemos vivir sin exigir
que todas las experiencias y todos los seres humanos armoni­
cen con nuestra sintonía? ¿Podemos hacer evolucionar una
consciencia madura y desapegada que nos permita observar­
nos mientras representamos el papel que nos correspondió
en el drama cósmico? ¿Podemos reírnos de nuestra compleji­
dad, de nuestros conflictos y nuestras incoherencias? Lo que
es importantísimo: ¿podemos tener fe de que el universo es
armónico y que sólo es nuestra visión estrecha la que ve dis­
cordancia? Las respuestas a estas preguntas determinarán, en
gran medida, cómo enfrentamos nuestro karma en esta vida
y qué clase de karma estamos creando ahora.

50
Tauro
Tauro
Capítulo 11

TRANSFORMACION

Ningún astrólogo -lo mismo que


ningún psicoanalista- puede inter­
pretar la vida y el destino en un ni­
vel superior a aquel en el cual fun­
ciona.
Dane Rudhyar

En la historia ha habido períodos en los que a los que estu­


diaban astrología, otras ciencias "ocultas" y varios senderos
espirituales se los perseguía, desterraba, torturaba o atormen­
taba de otros modos. Durante estos períodos, a quienes estu­
diaban eso les fue necesario desarrollar un tenguaje, un códi­
go o un conjunto de símbolos secretos con los que pudieran
comunicarse entre ellos sin que los ajenos supieran lo que es­
taban transmitiendo. Durante estas épocas históricas, el len­
guaje "oculto" -o escondido- servía al fin práctico de preser­
var la seguridad de los individuos iniciados en tales enseñan­
zas. En la América de fines del siglo XX, sin embargo, las cir­
cunstancias -al menos por un tiempo y en la mayoría de los
lugares- cambiaron dramáticamente. Todavía hay un hosti­
gamiento ocasional del individuo que practica la astrología,
la curación espiritual, o algo así, pero -en general- la liber­
tad para explorar varios métodos de crecimiento espiritual,
que los ciudadanos de una democracia se supone que disfru­
tan, se convierte más en una realidad. De hecho, son muchí­
simas las personas que han exhibido creciente interés por
todas las formas de temas ocultos, espirituales y psíquicos,
como son ejemplo de esto la venta de libros, la asistencia a
clases y conferencias, y el énfasis de los medios masivos de
comunicación sobre estos tópicos. Quizá, cuando haya pasado
la moda del interés popular, quedemos una vez más sólo con
las pequeñas cantidades de adeptos serios y estudiantes con-

53
traídos que pueden hallarse durante cualquier época. Por su­
puesto, no debemos desorientarnos sólo con los números,
confundiendo así la cantidad con la calidad del interés.
Sin tener en cuenta lo que el futuro introduzca en el cam­
po astrológico, creo que dos cosas son seguras. Primero, mu­
chos estudiantes serios de la astrología anhelan -y responden
a quienes desarrollan- un lenguaje astrológico nuevo y mo­
dernizado. Segundo, muchas personas que sienten curiosidad
por la astrología se apartan rápidamente de ella luego de leer
unos pocos libros tradicionales o asistir a unas pocas clases
sobre el tema; y muchas de ellas es probable que persistieran
en su interés si la astrología se presentara de un modo moder­
no y constructivo que la hiciera más accesible a las personas
concretas y prácticas. Puesto que, en la actualidad, a la astro­
logía se la presenta, tan a menudo, de un modo arcaico, de­
masiado basado en la creencia y no lo suficiente en el conoci­
miento o la comprensión reales, un estudiante debe ser atraí­
do con gran fuerza hacia la astrología y debe sentir una abru­
madora fascinación con ella, que le permita sostener un inte­
rés y un compromiso prolongados. Hoy ya no es necesario
mantener una astrología "esotérica" o "misteriosa", aunque
todavía podemos ocuparnos de los aspectos "esotéricos" de
la astrología de un modo directo y experimental, como estoy
tratando de hacerlo en este libro. El tema en sí tiene la capa­
cidad de instilarnos un gran sentido de temor reverencial ha­
cia los misterios del universo. No tenemós que acrecentar este
misterio. ¡Con cuánta frecuencia creo que el esfuerzo de
mantener la astrología misteriosa es sólo un juego del ego, co­
mo si la persona dijera: "Mira qué avisado e intuitivo soy,
puesto que puedo figurarme todos estos misterios cósmicos"!
En otros casos, está claro que el astrólogo o el posible astrólo­
go hace que las cosas parezcan misteriosas o confusas sencilla­
mente debido a su falta de comprensión. Cuanto más enten­
demos verdaderamente mediante experiencia inmediata (más
bien que mediante mera deducción teórica), más sencilla y
práctica podrá llegar a ser nuestra expresión de esa compren­
sión. Como dijo Einstein, si realmente entendemos algo, de­
bemos ser capaces de explicárselo a un niñito. Y, como lo ex­
presé en la Introducción, lo que corrientemente se necesita
no sólo en el campo de la astrología sino también en toda

54
nuestra visión del mundo son principios simplificadores y sin­
tetizadores. En otras palabras, ¿por qué deberíamos seguir ju­
gando con egocéntricos juegos conjeturales en astrología
cuando podemos ocuparnos directa e inmediatamente de los
principios arquetípicos y estructurales de la vida misma?
¿Con qué ideas simplificadoras y sintetizadoras acerca de
la astrología podremos empezar? Primero de todo, debería­
mos convenir en que toda la astrología -cuando se la aplica a
las vidas de los individuos- se ocupa de la transformación. En
otras palabras, es un modo de percibir claramente y conquis­
tar una perspectiva sobre los cambios, ciclos, y períodos de
crecimiento y decadencia constantes que caracterizan a toda
la naturaleza. Tambieñ deberíamos convenir en que la astro­
logía nos ofrece un lenguaje experimental, o sea, un lenguaje
que es utilísimo si se lo usa para describir la experiencia inte­
rior de la vida del individuo y sus cambios incesantes. 1 La as­
trología no simboliza necesariamente la situación o los acon­
tecimientos externos de la vida de una persona, aunque en
muchos casos lo haga. Pero mucho más a menudo, simboliza­
rá la experiencia interior y cómo esa experiencia encaja en la
pauta total de vida. Por ejemplo, supongamos que alguien "se
enamoró" cuando Saturno transitaba en un aspecto en cua­
dratura al Sol natal. Poquísimos astrólogos podrían deducir
correctamente de esa configuración sola que la persona co­
menzó de hecho una nueva relación "amorosa". Pero cual­
quier astrólogo familiarizado con el significado más profundo
de los tránsitos de Saturno sería capaz de describir, hasta cier­
to punto, el significado de esa experiencia, cómo se sentiría la
persona durante ella, y la duración aproximada de la fase más
intensa de esa relación. Este ejemplo muestra la necesidad de
retroalimentación en el trabajo astrológico con clientes y por­
qué una consulta en forma de diálogo consultivo es específi­
camente mucho más exacta y útil que una "lectura" unilateral.
En el párrafo anterior se expresa que toda la astrología

1 Cf. Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos, pág. 105, Ed.


Kier, S.A., donde definí los factores básicos astrológicos en términos
de experiencia: los planetas como dimensiones de experiencia; los sig­
nos como cualidades de experiencia; y las casas como varios campos
de experiencia.

55
-cuando se la aplica a las vidas de los individuos- se ocupa
de la transformación. Tal vez sería útil ser más preciso en
una forma esquemática. La astrología, basada en la configu­
ración planetaria que se considera, se ocupa de estas clases
de transformación personal:

SOL: Transformación de la identidad y modalidad de ex­


presión de energía creadora.
LUNA: Transformación de nuestros sentimientos acerca de
nosotros mismos y de cuán cómodos estamos con noso­
tros mismos.
MERCURIO: Transformación de nuestra modalidad de
pensamiento y percepción, y del modo en el que expre­
samos nuestra inteligencia.
VENUS: Transformación de nuestros valores emocionales
y modalidad de expresar y entender nuestras necesida­
des de intimidad.
MARTE: Transformación de la capacidad para afirmar
nuestra voluntad y saber qué queremos realmente.
JUPITER: Transformación de nuestras creencias, aspiracio­
nes y planes a largo plazo para el futuro: todo lo cual
promete algún género de mejora.
SATURNO: Transformación de nuestras ambiciones, prio­
ridades y estructura laboral.
URANO: Transformación de nuestro sentido de la liber­
tad, de nuestra finalidad individual y de nuestra singula­
ridad personal.
NEPTUNO: Transformación de nuestros ideales espiritua­
les y/o sociales.
PLUTON: Transformación del uso de nuestros poderes y
recursos interiores, particularmente la mente y el poder
de la voluntad.

En partes posteriores de este libro nos referiremos reitera­


damente a estas varias clases de transformación personal, y
esas referencias más pormenorizadas deberían aclarar el al­
cance y el significado de los cambios de ese modo indicados.
Pero aquí debe expresarse que, a fin de experimentar estas
transformaciones de un modo sano y relativamente armóni­
co, deberemos tener recta actitud hacia -y relación con- las

56
energías y los poderes diversos que los planetas representan.
Deberá haber una alineación conscientemente forjada con no•
sotros mismos entre todos los aspectos de nuestro ser a fin de
estar totalmente abiertos a las interminables transformacio­
nes que la vida nos exigirá. Y esta alineación -esta apertura­
tiene un significado directo en nuestra salud física, mental y
espiritual. Como escribió el psiquiatra jungiano Robert
M. Stein:

La investigación psicosomática se limitó exclusivamente a


investigar la relación mente-cuerpo en términos de causa y
efecto. En contraste con el modelo causal usado en la me­
dicina científica moderna, el antiguo modelo acausal de la
medicina teú rgica sostiene que la enfermedad es una conse­
cuencia de la acción divina. Una base de la medicina teú rgi­
ca es que la deidad que inflige la herida es, a un mismo
tiempo, la enfermedad y la cura. Por tanto, el objetivo no
es combatir la enfermedad como en la medicina alopática,
sino más bien establecer una conexión, o sea, una relación
correcta con el poder divino (De "Cuerpo y Psiquis: Una
visión arquetípica de los fenómenos psicosomáticos"; Pri­
mavera de 1976.)

Para emplear la terminología antigua, los planetas son los


"dioses" que debemos adorar; o sea, es necesario prestar de­
bida atención a estas fuerzas dentro y fuera de nosotros a fin
de vivir en un estado de salud e integridad. Puesto que, como
se expresa en la cita anterior, la "deidad que inflige la herida
es, a un mismo tiempo, la enfermedad y la cura", podemos
ver que todo problema de la vida indicado en el mapa indivi­
dual es para nosotros una sugerencia de que se necesita una
mejor relación con el poder o el principio universal. En otras
palabras, es en este ámbito de la vida donde es necesaria una
transformación de alguna índole. Es inútil pretender que tal
problema es sencillamete una molestia que puede fácilmente
reprimirse o ignorarse, una actitud que es demasiado paten­
te en el consejo astrológico corriente: "Bueno, no se preocu­
pe demasiado por eso. Tan pronto este planeta entre en el
signo siguiente, todo estará muy bien otra vez". Los que dan
esta clase de consejo no entienden que gran parte de un pro-

57
blema no podría existir en la actualidad si el individuo hubie­
ra logrado la perspectiva y la integración apropiadas median­
te aprendizaje y asimilación pasados de la experiencia pasada.
Cualquiera que sea el conflicto o la necesidad de tomar deci­
siones que se agite en la actualidad subirá a la superficie nue­
vamente en el futuro, aunque tal vez de forma levemente di­
ferente, si ahora no se los trata eficazmente.
En muchas antiguas culturas, a los planetas se los conside­
raba deidades celestiales reales o, por lo menos, encarnacio­
nes de fuerzas o medios espirituales. En ciertas ramas del hin­
duismo, a los planetas se los consideraba como los "Señores"
que el Señor Supremo designaba para que gobernaran las di­
versas regiones de la creación y distribuyeran nuestro karma.
En un sentido muy real, si a una "deidad" la podemos consi­
derar como una encarnación de una fuerza divina o una ley
universal, es fácil dar el paso siguiente de contemplar a los
planetas desde el mismo punto ventajoso que lo veían los an­
tiguos, o sea, como símbolos o reflejos de varias leyes, prin­
cipios y fuerzas universales que realmente -juzgándolos por
su poder en nuestras vidas- podrían llamarse divinos. Un es­
tudio ulterior de varios escritos antiguos de Oriente podrán
proporcionarnos también un cuadro más acabado y pormeno­
rizado no sólo de la estructura del universo sino también del
significado real y de la modalidad operativa de los factores as­
trológicos. Por ejemplo, las enseñanzas de la Vedanta -una
tradición popular de la India- dicen que los simples princi­
pios de un plano gobiernan las complejidades de la existencia
en los planos que están debajo de él. Lo que, en un plano
superior, es uno, se convierte en muchos en los planos infe­
riores. De allí que, al estudiar la astrología, ya sea que lo ad­
virtamos o no, en realidad estamos estudiando los principios
superiores que "gobiernan" toda la vida de los planos de
abajo. Es de esperar que, entendiendo los principios supe­
riores que funcionan en nuestras vidas, podamos acomodar­
nos más fácil y armónicamente a la finalidad cósmica que
está detrás de nuestra experiencia inmediata.

Los principios del Sol y la Luna

La tradición vedántica habla además de muchos sub-pla-

58
nos de la existencia entre el mundo físico y el plano causal
(o mental) puro. Primero se menciona a "los mundos del
Sol", luego a "los mundos de la Luna", y luego de ello,
numerosas sub-zonas. Además, a menudo se dice que el
Sol y la Luna, vistos con los ojos físicos, son meros refle­
jos de las fuentes de energía del Sol y la Luna en los pla­
nos más sutiles. Los Vedas y los Shastras, dos escrituras
indias tan antiguas que nadie sabe realmente cuál es su
antigüedad ni dónde se originaron esas ensefl.anzas, dicen
que la.s almas individuales bajaron de las regiones astrales
a este mundo material junto con los rayos del Sol y de
la Luna. Es tal vez por esta razón que el Sol y la Luna son
tan importahtes en astrología y que todo lo del mapa debe
relacionarse con los signos y aspectos del Sol y la Luna de
la persona. En realidad, si el alma es una unidad esencial del
poder divino, entonces, en si misma, es total y completa.
Pero cuando el alma encarna en los reinos de la dualidad,
como en el mundo material en el que siempre tenemos po­
laridades de bueno-malo, día-noche, masculino-femenino,
parece que el alma se polariza según las posiciones del Sol y
de la Luna. En otras palabras, se refleja en dos aspectos del
ser, manifestándose como los principios consciente e incons­
ciente activo y pasivo, masculino y femenino: Sol y Luna. Se
pierde la totalidad, se ha iniciado la división. En la mayoría
de los casos, las mujeres están más en contacto con sus cuali­
dades lunares y los hombres con sus cualidades solares, aun­
que aquí debe recordarse que estamos tratando principios
arquetípicos que no se manifiestan de forma pura en los seres
humanos. De allí que haya muchos hombres (por ejemplo los
de Cáncer, Tauro y Piscis recalcados) que están íntimamente
en contacto con· las cualidades lunares y son capaces de ex­
presarlas; y hay muchas mujeres (especialmente las de Aries,
Acuario y Escorpio recalcados) que están muy cómodas con
expresar la característica de fuerza e independencia propias
del Sol.
Aunque el criterio científico ,mundial describe al Sol como
inmensamente mayor que la Luna, me ha parecido siempre
un símbolo especialmente notable que los diámetros y dis­
tancias relativos del Sol y la Luna son tales que, cuando se
los ve desde la tierra, ambos discos subtienden casi exacta-

59
mente el mismo ángulo visual (0.5º) y parecen ser del mismo
tamaño. Esto, simbólicamente, no sólo ilustra que las fuerzas
lunares y solares de nuestras vidas son de importancia absolu­
tamente igual, sino que demuestra también con claridad cuán
grande es realmente incluso un grado completo cuando obser­
vamos al cielo desde la tierra. 2 Además, el hecho de que el
Sol y la Luna sean visualmente de semejante tamaño igual de­
bería dar a los astrólogos más razón aún para considerar que
el signo de la Luna es de igual importancia que el signo del
Sol en todo mapa y para basar sus interpretaciones en una
síntesis de las posiciones del Sol y de la Luna en relación
recíproca.
¿Cuáles son exactamente estos principios solares y lunares?
Nuevamente, podemos encontrar la más clara explicación
de su significado psicológico en los escritos de C. G. Jung.
Jung correlaciona la fuerza lunar con el principio arquetípi­
co femenino y la energía solar con el principio masculino, tal
como astrólogos y alquimistas lo han hecho durante milenios.
Además, define al principio femenino como eros, no en el
sentido moderno de atracción puramente física, sino en
el sentido más amplio de relación con otros seres humanos.
Luego, define al principio masculino como lagos.

La psicologt'a de la mujer se funda en el principio de Eros,


el gran atador y desatador, mientras que desde la antigüe­
dad el principio rector atribuido al hombre es Lagos. (de
"La Mujer en Europa"; Obras Escogidas, Tomo X; párra­
fo 254.)
Mientras la lógica y la objetividad son habitualmente los
rasgos predominantes de la actitud exterior del hombre, o
por lo menos se las considera como ideales, en el caso de la
mujer lo es el sentimiento. Pero en el alma es al revés: inte­
riormente es el hombre quien siente, y la mujer quien re-

2 Esta clase de conocimientos bien podría servir para instar a los astró­
logos a que usen "orbes" más pequeños para los aspectos interplaneta­
rios una vez que ven que hasta un grado es dos veces el diámetro del
Sol o de la Luna y que los orbes de 10 grados se usan a menudo pues
los aspectos lunares o solares son ¡veinte veces el diámetro del Sol o
la Luna!

60
flexiona. De allí que el hombre propenda mayormente a la
desesperación total, mientras que la mujer puede encontrar
siempre consuelo y esperanza; de modo parecido, es más
probable que se suicide el hombre que la mujer. Por más
víctima de las circunstancias sociales que una,mujer sea,
por ejemplo como prostituta, el hombre no es menos victi­
ma de impulsos del inconsciente, que toman la forma de alcer
holismo y otros vicios. (De "Tipos Psicológicos''; Obras Es­
cogidas, Tomo VI, párr. 805).
La consciencia de la mujer tiene un carácter más bien lunar
que solar. Su luz es la luz "apacible" de la luna, que a las
cosas más bien las funde que las separa. No revela los obje­
tos en su alienación y separatividad totales e inmisericor­
des, como la luz rigurosa y deslumbrante del día, sino que
combina en una engañosa luz trémula lo cercano y lo dis­
tante, transformando mágicamente las cosas pequeñas en
cosas grandes, las altas en bajas, mitigando el color en una
niebla azulada, y combinando el paisaje terrestre nocturno
en una unidad insospechada.
Se necesita realmente una consciencia de apariencia muy
lunar para mantener unida a una gran familia- sin tener en
cuenta todas las diferencias, y hablar y actuar de modo tal
que la relación armónica de las partes con la totalidad no
sólo no sea perturbada sino que realmente se acreciente. Y
donde la zanja es demasiado profunda, un rayo de luz lu­
nar la alisa. (De ''Mysterium Coniunctionis "; Obras Escogi­
das, Tomo XIV; párrafos 223 y 227.)

Aunque hay grandes diferencias entre culturas y entre ge­


neraciones en función de qué modalidades expresivas se esti­
mulan en los roles sexuales ( ¡factor éste que es ignorado con
demasiada frecuencia por los astrólogos!), la búsqueda de la
integridad personal es cada vez más una preocupación entre
muchas personas del mundo occidental. En un breve párrafo,
Jung describe concisamente nuestra necesidad corriente de
desarrollar ambos lados de nuestra naturaleza (el Sol y la
Luna); y este desarrollo mismo hacia la integración personal
es uno de los principales ámbitos de la vida en los que la as­
trología puede ser particularmente útil.

61
La relación humana introduce en el mundo de la psiquis,
en el reino intermedio entre el sentido y el espt'ritu, que
contiene algo de ambos y, sin embargo, nada pierde de su
carácter singular. El hombre debe aventurarse dentro de
este territorio si desea encontrarse, a mitad de camino,
con una mujer. Las circunstancias la obligaron a adquirir
una cantidad de rasgos masculinos, para que no quede
atrapada en una feminidad anticuada y puramente instin­
tiva, perdida y sola en el mundo de los hombres. De igual
modo, también el hombre será obligado a desarrollar su
lado femenino, a abrir sus ojos a la psiquis y a Eros. Esta
es una tarea que no podrá eludir, a menos que prefiera irse
arrastrando detrás de la mujer de un modo desesperada­
mente infantil, adorándola desde lejos pero siempre con el
peligro de que ella se lo ponga subrepticiamente en el bol­
sillo. ("La Mujer en Europa", párr. 258.)

El concepto de la integridad individual es, por supuesto, un


ideal hacia el cual debe avanzar el crecimiento psicológico y
espiritual. Ciertamente, no es un fenómeno común. De he­
cho, muchos problemas experimentados entre personas del
sexo opuesto puden atribuirse directamente al hecho de que,
tan a menudo, esta integridad falte. Para citar nuevamente a
Jung:

Es un suceso regular para una mujer estar del todo conteni­


da, espiritualmente, en su esposo, y para el esposo, estar
del todo contenido, emocionalmente, en su esposa. (De
"El matrimonio como una relación psicológica"; Obras Es­
cogidas; Tomo XVII; párr. 33l c.)

A medida que crece el conocimiento de nuestra integridad,


debe crecer también el género de astrología que realizamos
para reflejar esta unidad en desarrollo. Una vez que hemos lo­
grado una perspectiva en los roles sexuales de nuestra cultura
mediante nuestra experiencia, entonces podremos empezar a
ver a nuestros clientes como seres humanos individuales que,
por su potencial mismo, trascienden las limitaciones de tales
roles. Hasta que logremos ganar esta perspectiva, habrá mu­
chas situaciones de las que no podremos ocuparnos objetiva-

62
mente y que trataremos de resolver dando consejo que esté
tan condicionado por nuestras tendencias culturales y sexua­
les que sea esencialmente carente de valor para el individuo
que lucha y busca nuestra ayuda. (Hay también una tenden­
cia sexual considerable en muchas tradiciones astrológicas,
aunque no tanta como algunos extremistas gustan creer:
pues quienes dicen que la astrología es "sexista" meramente
porque habla de los principios arquetípicos masculino y fe­
menino no conocen simplemente su propia integridad po­
tencial.) Por ejemplo, tal vez sea enteramente inapropiado
emplear las rígidas correlaciones astrológicas del siglo XIX
para el matrimonio en el trabajo astrológico con una per­
sona joven y moderna. Pero sería igualmente inapropiado
emplear términos y supuestos que son importantes para mu­
chas personas más jóvenes de hoy en una consulta con una
persona mayor cuya pauta de vida es más tradicional.
Las posiciones del Sol y la Luna en el mapa natal reflejan
también nuestra experiencia de los padres y nuestra relación
con ellos. En esta vida, los padres constituyen, por así decir­
lo, las fuentes concretas y aparentes de nuestra vida, nuestro
destino y nuestro carácter. Muchos de los libros más viejos so­
bre astrología dan la impresión de que invariablemente podre­
mos deducir del mapa exactamente a qué se parece la relación
con los padres y cómo anduvieron uno con otro, si se divor­
ciaron, o uno murió prematuramente, etc. Yo hallé tan
fácil deducir estos conocimientos específicos como algunos
escritos inducirían a suponerlo. A menudo es posible aventu­
rar una conjetura, sobre la base de los datos del mapa, que re­
sulta ser exacta, pero -incluso en esos casos- realmente nada
demuestra y no brinda conocimientos útiles. Es meramente
un juego conjetural. ¿Por qué debemos usar la energía psíqui­
ca y un tiempo valioso tratando de conjeturar algo que, a me­
nudo, podremos averiguar tan sólo formulando a los clientes
una sencilla pregunta? Me parece que las posiciones del Sol y
de la Luna, y especialmente sus aspectos, simbolizan habitual­
mente nuestra experiencia interior de los padres, lo que los
padres como pareja representaron para la persona, si a esa
persona le pareció que tenían una relación mutua positiva, y
cómo la persona se sentía al relacionarse con cada uno de
ellos como individuos. Debemos ser claros acerca del hecho
63
de que el mapa natal muestra primordialmente nuestra expe­
riencia, no necesariamente los hechos "objetivos" de la situa­
ción. Por ejemplo, he visto muchos casos en los que, aunque los
padres a menudo peleaban y a su tiempo se divorciaron, el mapa
del hijo tiene un trígono de Sol-Luna y carece totalmente de las
indicaciones tradicionales de una vida familiar destruida. Apa­
rentemente, en tales casos, la persona no es afectada seria­
mente por la discordia de sus padres. He visto otros casos de
personas cuyos mapas contienen una cuadratura de Sol-Luna
y otras numerosas indicaciones de un "complejo" de sus pa­
dres, y sin embargo cuyos padres estuvieron casados muy fe­
liz y armoniosamente durante cuarenta afios. En estos casos,
podría suponerse que el individuo percibió que los padres re­
presentaban modos conflictivos de ser y modos de autoexpre­
sión (mostrados por la cuadratura de Sol-Luna muy específi­
camente) que luego generaron en el individuo ciertos proble­
mas en relación con los padres reales, lo mismo que un con­
flicto interior entre los roles activo y pasivo, dominante y re­
ceptivo. En la vasta mayoría de mapas natales, el Sol y/o la
Luna tendrán aspectos armoniosos y fluidos, y también aspeer
tos tensionados y desafiantes con otros planetas. Un atento
análisis de estos factores del mapa, combinados con una dis­
cusión íntima de los sentimientos más profundos de la perso­
na, revelarán habitualmente que, aunque la persona tuvo (o
todavía tiene) una relación armoniosa con su padre o su ma­
dre en algunos niveles, hay otros niveles en los que experi­
mentó gran frustración o conflicto. Por ejemplo, si nuestra
Luna está en trígono con Mercurio pero en cuadratura con
Venus, la persona es probable que tenga buena relación inte­
lectual con la madre, mas no un fácil intercambio de amoro­
sos sentimientos y proximidad física.
Lo más útil que podemos hacer al analizar psicológicamen­
te los primeros afios del individuo desde una perspectiva as­
trológica es comprender que nuestra armonía particular,
nuestro karma y nuestras pautas de autoexpresión produci­
rán inevitablemente ciertas reacciones de los demás, y parti­
cularmente de aquellos con los que vivimos estrechamente
día a día. En última instancia, a los padres no podemos cul­
parlos de todos nuestros problemas, y no hay una finalidad
constructiva en tal proyección de nuestras responsabilidades

64
sobre los demás. No estoy infiriendo que no haya relaciones
padres-hijos que no necesiten un atento examen y, a veces,
tratamiento psicoterapéutico. ¡Por el contrario! Me parece
que a menudo nacemos como los padres o los hijos de un en­
te con el que tenemos un karma particularmente intenso. Pe­
ro si esa relación misma, en vez de ser sólo la actitud de un
individuo hacia ella es más bien realmente un problema, en­
tonces es invariablemente necesario mirar no sólo un mapa
natal sino también una comparación pormenorizada del mapa
entre las personas involucradas. Algunas personas son de na­
turalezas y armonías tan enteramente diferentes que son pu­
ra y simplemente incompatibles, y -en estos casos- por más
que se trabaje en la relación no se hará que esas personas sean
más semejantes. Tal vez puedan aprender cómo aceptarse mu­
tuamente y de modo más pleno, y a brindarse mutuamente
espacio suficiente para que se expresen, pero, sin embargo,
tal vez no quieran frecuentarse mucho.
El hijo vive en el campo energético de los padres. En otras
palabras el hijo vive y respira en la atmósfera que los padres
crean a través de su relación mutua. , De allí que, cuando una
persona envejece y vive cada vez con mayor independencia
respecto de sus padres, tal vez descubra, a través de esta pers­
pectiva acrecentada, que su naturaleza verdadera no es com­
patible con la atmósfera de sus padres que todavía lleva alre­
dedor de sí en forma de pautas psicológicas consuetudinarias.
Si este es el caso, entonces esa persona necesita encontrar y
desarrollar su propia atmósfera, un modo de vivir y relacio­
narse que sea conducente para su naturaleza total. Muy a me­
nudo, el signo de la cúspide de la cuarta casa simboliza el ti­
po de atmósfera que un individuo necesita a fin de sentirse
cómodo consigo mismo. La comparación de un mapa, más
que sólo un análisis del mapa individual, podrá revelar habi­
tualmente si una persona estará cómoda y sana en la atmósfe­
ra de sus padres o si las pautas condicionantes asociadas con
esa atmósfera ayudarán o inhibirán la autoexpresión de la
persona. Un individuo luchará a brazo partido con todo este
asunto a fin de alcanzar la clase de desapegada perspectiva
que le permita ocuparse objetiva y eficazmente de sus propios
hijos y reconocer las necesidades de éstos en cuanto a un es­
pacio independiente. Si no se alcanza esta objetividad, enton-

65
ces el individuo repetirá de modo inconsciente los errores de
sus padres. Como escribe Jung:

La repetición desastrosa de la pauta familiar podría descri­


birse como el pecado original psicológico, o como la maldi­
ción de los atridas que corre a través de las generaciones
(de Mysterium Coniunctionis; Obras Escogidas, Tomo XIV;
párrafo 232.)

La transformación del contexto social

En la cultura norteamericana, mas que un ritual iniciático


que daría por resultado la transformación personal necesaria
para permitirnos cortar rápidamente y por completo los lazos
de la infancia con los padres y propulsar al individuo introdu­
ciéndolo en la adultez, hay un período largo y vasto de ensa­
yo para convencernos de que somos adultos, seres indepen­
dientes y autosuficientes. En vez de palabras sagradas o mitos
para protegerse durante este período de azarosa transforma­
ción, el individuo sólo tiene vagas promesas asociadas con un
permiso para conducir un auto y para beber alcohol. En los
Estados Unidos, puesto que no hay un ritualista rito de pasa­
je de un modo de vivir a otro, este proceso dura habitualmen­
te, por lo menos, mientras se es veinteañero; y con mucha fre­
cuencia, nunca se completa, y el individuo nunca logra nacer
por completo de las pautas y necesidades de la niñez. Los
ideales culturales de los Estados Unidos son tan elevados, tan
irreales que nadie podrá satisfacerlos jamás. De manera que
nos convertimos en una nación de ovejas, una nación de niños
perdidos que juegan a ser "adultos". En los Estados Unidos
no hay rey, no hay una autoridad absoluta fuera de nosotros.
De allí que tengamos que volvernos hacia nuestros propios re­
cursos. Eso es terriblemente espantoso para nosotros. Reac­
cionamos buscando, a menudo muy desesperadamente, segu­
ridad en algún rol social, profesional o familiar. En conse­
cuencia, escapamos de nuestra responsabilidad y tratamos de
complacer a otro, evitando así la carga de llegar a un acuerdo
con nosotros mismos y con nuestros ideales. Así, muchos de
nosotros empezamos a morir por dentro; y, en un período

66
posterior de la vida, entonces nos encontramos vagamente
resentidos, sin un objetivo claro de nuestro resentimiento. En
vez de comprender que nos molesta nuestra ignorancia, nues­
tra necedad y nuestra cobardía, a menudo volvemos nuestro
resentimiento hacia algún grupo, hacia algún segmento vaga­
mente definido de nuestra sociedad que ostenta abiertamente
su desprecio hacia nuestros valores opresivos o que de algún
modo representa las estructuras sociales opresivas que consi­
deramos que nos esclavizaron.
En una sociedad en la que tenemos que hallar nuestros me­
dios de iniciación y transformación, la astrología tiene que re­
presentar un rol particularmente valioso. Pero debemos recor­
dar que la astrología no es una cosa separada de la vida. No es
una religión en sí misma, no es una ciencia que abarque todos
los demás enfoques del conocimiento humano. Es sencilla­
mente una herramienta, una de las muchas herramientas posi­
bles, que pueden usarse de cualquier cantidad de modos. En
nuestras vidas individuales, la astrología puede servir a los fi­
nes de guiarnos a través de varias iniciaciones, transformacio­
nes y transiciones cruciales. Puede proporcionarnos la estruc­
tura y el significado cósmicos que instila en toda experiencia
mayor un significado profundo, algo que las religiones, en su
mayoría, tratan de hacer, pero no lo logran. Y, en la práctica
del consejo astrológico como profesión, un conocimiento de
los roles sociales, de las influencias y vínculos de los padres, y
de las necesidades individuales para atravesar las fases arque­
típicas de transformación humana, es una necesidad absoluta
para un consejo eficaz. Cuando la sociedad o la religión de
una persona no logra proporcionar un medio para entender
tales procesos y necesidades importantes, deberá encontrarse
otro modo. Y la astrología es un método cognoscitivo que
millones de personas buscan como guía.

La consciencia superior

A lo largo de este libro, usaré a menudo las frases "cons­


ciencia superior", "un nivel superior de consciencia" y térmi­
nos similares. Antes de seguir discutiendo factores astrológi­
cos específicos, sería, por tanto, útil aclarar estos términos.

67
Algunos astrólogos han escrito y dicho en disertaciones públi­
cas que podemos evaluar el nivel de consciencia por el mapa
natal, que podemos decir -según ciertos aspectos y posicio­
nes planetarias- si un individuo es un "alma evolucjonada" o
un "alma vieja", partiendo simplemente de los datos astroló­
gicos. Creo que este es un burdo error, que no sólo podrá de­
sorientar a una persona en sus esfuerzos por entenderse a sí
misma, sino que también podrá inducirla a una actitud pre­
juiciosa y farisaica hacia los demás seres humanos, especial­
mente entre estudiantes principiantes de astrología que to­
davía no desarrollaron la cultura que sólo la experiencia prác­
tica puede proporcionar. Todos nosotros somos, sencillamen­
te, almas que luchan en el sendero que conduce a un amor y
una luz mayores. Podemos estar en diferentes estaciones a lo
largo del camino, pero todos estamos en el mismo camino, ya
sea que nos demos cuenta de ello o no. El mapa natal es un
mapa simbólico de la parte particular del camino por el que
viajamos en esta vida. Como Dane Rudhyar se esforzó en ex­
plicarlo en sus voluminosos escritos, el mapa natal revela las
pautas estructurales de la vida. 3 El contenido y la conscien­
cia dentro de esa estructura no aparecen en el mapa. Aunque
un astrólogo de orientación espiritual y ps'íquicamente sensi­
ble puede intuir a menudo el nivel de consciencia de otra per­
sona (y de hecho necesitaría poder hacerlo en aplicaciones
depuradas de la astrología para el conocimiento personal),
tal percepción proviene más bien del astrólogo en sí que del
mapa solo. Idealmente, podemos sintetizar intuitivamente las
pautas del mapa con una impresión directa de la persona viva
a fin de llegar a entenderla en profundidad. Pero aunque sea­
mos bastante sensibles para poder armonizarnos en el nivel
de consciencia de una persona, debemos ser extremadamen­
te cuidadosos al basar todo juicio en esta intuición personal.
La expresión de Rudhyar, citada al comienzo mismo de este
capítulo, explica porqué es tan necesaria esta precaución;
pues cada uno de nosotros tiene limitaciones, y nuestro nivel
cognoscitivo y nuestros valores personales pueden realmente

3 Cfr. Capítulo IV de Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos,

Ed. K.ier, S.A., en cuanto a una explicación completa de los principios


estructurales y formativos.

68
limitar nuestra objetividad y la eficacia de nuestro consejo.
Dar pot sentado que el mapa muestra el nivel de conscien­
cia o el nivel de desarrollo espiritual es también un enfoque
muy limitativo de la persona individual. ¿No somos capaces
de crecer en el conocimiento durante esta vida? ¡Es de espe­
rar que sí! Tengo la buena fortuna de tener hermanas gemelas
diez años más jóvenes que yo, y pude verlas crecer, individua­
lizarse y desarrollar sus propios estilos de vida. Nacieron en
sucesión muy rápida, y sus mapas natales son casi idénticos.
Incluso los Ascendentes están dentro de 1 1 /2 grados uno del
otro. Según los astrólogos que he oído que afirman juzgar el
nivel de consciencia por el mapa natal, estas dos almas se ve­
rían como poseedoras de un nivel idéntico de desarrollo espi­
ritual. Empero, aunque sus mapas describen con exactitud a
cada una de ellas de modo general y con sus características
psicológicas, estas mujeres son tan diferentes como el día y la
noche en el nivel espiritual. Una tiene inclinaciones particu­
larmente espirituales, es vegetariana, se interesa por la astrolo­
gía, y es más bien reflexiva; la otra es mucho más extroverti­
da y -al menos en esta época- no se interesa tanto por estos
temas como su hermana.
Puesto que el empleo constructivo de la astrología exige
que no sólo sepamos lo que la astrología puede hacer sino
también cuáles son sus limitaciones, creí necesario recalcar
aquí que el nivel de consciencia del individuo no puede juz­
garse sólo sobre la base de los datos astrológicos. Además,
aunque las pautas arquetípicas kármicas están simbolizadas
claramente en un mapa natal, el modo preciso en que esas
pautas se manifestarán y los exactos encuentros kármicos que
la persona, de modo parecido experimentará, no podrán sa­
berse por el mapa solo. El mapa puede' usarse como una len­
te con la que se enfoca nuestra atención y a través de la cual
se concentran nuestras facultades psíquicas; y, por supuesto,
algunas personas tienen ciertamente la aptitud para armoni­
zarse muy pormenorizadamente en experiencias kármicas es­
pecíficas mediante el empleo de tales sentidos psíquicos. Pero
ese es otro método totalmente distinto del simple empleo del
mapa natal solo.
Por ello, ¿cómo podremos entender este término de "cons­
ciencia superior"? La mejor analogía en que puedo pensar es

69
la de la corriente eléctrica y la bombita de luz. Cuando la
energía consciente (la corriente eléctrica) fluye más intensa­
mente, el conocimiento (la cantidad de luz) crece. Un alma
muy inconsciente puede semejar una bombita de 15 watts;
una persona promedio, una bombita de 60 watts; un estu­
diante de una de las formas superiores de meditación puede
alcanzar tal vez el nivel de 200 watts. Un Maestro Espiritual
Perfecto (llamado en la India un Sant Sat Guru, o santo ver­
dadero) puede ser un canal de una energía y una luz infinitas
tales que incluso la analogía de una bombita de un trillón de
watts es insuficiente para simbolizar tal nivel de consciencia.
Cuando nuestra energía consciente corre con más concentra­
ción y pureza, nuestra luz de la consciencia puede aumentar
de un nivel de 75 watts a otro de 200 watts en una sola vida.
Lo principal que hay que comprender, a pesar de lo torpe
que es esta analogía insuficiente, es que nuestro mapa natal
muestra la estructura del potencial de vida que es vivificada,
y es de esperar que iluminada por nuestro nivel de conscien­
cia. Si a la luz de la consciencia se la cultiva, alimenta y per­
mite que se desarrolle, entonces, lo que aparece en el mapa en
forma de esbozo arquetípico puede expresarse de modo cada
vez más depurado y positivo en la vida cotidiana. Si podemos
permitir que esto ocurra, eso es crecimiento verdadero -psi­
cológico y espiritual-, y eso es transformación verdadera.

70
Géminis
Géminis
Capítulo 111

CLAVES DE TRANSFORMACION

Primera Parte

URANO Y NEPTUNO

...a/egráos, señor.
Nuestros jolgorios ahora concluye­
ron. Estos actores nuestros, como
os predije, fueron todos esp(ritus, y
se funden en el aire, en el aire sutil:
y, como la infundada tela de esta vi­
sión, las torres cubiertas de nubes,
los magníficos palacios, los solem­
nes templos, el gran mundo mismo,
sí, todo lo que éste hereda, se disol­
verá, y, como este insustancial es­
pectáculo desapareció, sin dejar
rastros detrás. Somos como la sus­
tancia con que están hechos los sue­
ños; y nuestra vida pequeña está ro­
deada de sueño...

Shakespeare, La Tempestad

El decenio pasado se escribió muchísimo acerca del signifi­


cado de los planetas trans-satuminos: Urano, Neptuno y Plu­
tón. Me sería imposible condensar todos estos significados
que se sugirieron, en el ámbito de uno o dos capítulos, y,
realmente, no es ése aquí mi propósito. En este capítulo,
procuraré aclarar el significado funcional de estos planetas,
o sea, la cualidad dinámica de los cambios vitales y de la
transformación personal simbolizados por estos planetas co­
mo el individuo experimenta inmediatamente estas energías
y dimensiones de la experiencia. En escritos o disertaciones
astrológicas nos dicen a menudo que estos planetas se refie­
ren sencilla y únicamente a cualidades grupales, diferencias

73
generacionales o "karma colectivo". Si bien estos planetas se
relacionan innegablemente con estos factores, el consejero­
astrólogo de orientación psicológica necesita conocer el signi­
ficado de los trans-saturninos en la vida individual, desde un
punto de vista práctico, experimental. Estas fuerzas, después
de todo, sólo podrán funcionar a través de un grupo particu­
lar si actúan a través de los individuos que abarcan ese grupo.
Puesto que creo que Urano y Neptuno se entienden general­
mente mejor y se explican más claramente que Plutón en los
libros astrológicos de que se dispone, consagré todo el próxi­
mo capítulo a discurrir sobre Plutón con alguna profundidad,
mientras que este capítulo trata a todos los planetas trans­
saturninos como un grupo de energías transformativas rela­
cionadas, con particular énfasis sobre Urano y Neptuno. Me­
diante la "influencia" de estas fuerzas trascendentes, un ser
humano experimenta grandes cambios en sus pautas de pensa­
miento, en su nivel de consciencia, en su estilo de vida y en
su capacidad de autoexpresión.
Creo que los planetas trans-saturninos influyen muy inme-
. diatamente en la vida psíquica más profunda del individuo.
Sin embargo, el poder de estas fuerzas es a menudo tan gran­
de que estallan desde sus confines psíquicos, por así decirlo,
e irrumpen en el mundo; por tanto, se manifiestan como
cambios en el mundo físico también. Una escuela de pensa­
miento de la astrología moderna (que se ocupa del desarrollo
humano en términos de crecimiento del alma) sostiene que
los trans-satuminos sólo influirán potentemente sobre un al­
ma que, hasta cierto punto, ha despertado a la verdad espiri­
tual. Las energías de estos planetas se dice que afectan a nues­
tros cuerpos sutiles, pero sólo cuando el alma ha alcanzado el
estadio de la evolución en el que éstos están dispuestos a des­
pertarse. Se teoriza en el sentido de que, a medida que avance
la Era de Acuario, cada vez serán más las almas influidas por
los trans-saturninos; y estos planetas tendrán el efecto de po­
ner al alma en marcha en una "espiral superior" de desarrollo.
Ciertamente, estoy de acuerdo en que los trans-satuminos se
refieren a una "vibración superior" (o, por lo menos, a fuer­
zas más pulidas y penetrantes) que la de los siete planetas de
la astrología antigua. También concuerdo con la idea de que
el nivel de consciencia del individuo afecta cómo las "in-

74
fluencias" de los trans-saturninos se experimentarán. Pero
creo que es una generalización demasiado vasta declarar que
sólo las "almas altamente evolucionadas" son sensibles a las
energías de estos planetas. Más correctamente, podríamos de­
cir que una persona más consciente es capaz de ser un canal
para la expresión de las manifestaciones más puras, más puli­
das y más constructivas de estas fuerzas, como ocurre con to­
dos los planetas. Pero, de ningún modo podemos afirmar que
los revolucionarios destructivos son insensibles a Urano, los
miembros de la mafia a Plutón, y los drogadictos a Neptuno.
Estas personas expresan con seguridad un aspecto del poder
de los trans-satuminos en sus vidas, aunque evidentemente
no el modo óptimo de expresión.
Urano, Neptuno y Plutón simbolizan las fuerzas que cons­
tantemente acucian el cambio (y, es de esperar, que el creci­
miento) en nuestra consciencia. El eminente astrólogo Dane
Rudhyar se ha referido a los trans-satuminos como "embaja­
dores de la galaxia". En un artículo publicado en la revista
"Astroview", expresa:

Todo sistema orgánico (o toda unidad cósmica) está suje­


to a dos fuerzas contrarias. Está la tracción que atrae to­
das las partes del sistema hacia el centro (por ejemplo, la
tracción de la gravedad); pero también está la tracción
ejercida por el espacio exterior, la cual en realidad signi­
fica un sistema más vasto dentro del cual funciona el pri­
mer sistema.
Todo planeta de nuestro sistema solar y todo ser vivo de la
Tierra es, basta cierto grado, afectado por las presiones y
tracciones que nos llegan desde la galaxia; también somos
afectados en dirección contraria por el poder de gravedad
del Sol, centro de nuestro sistema.
Sin embargo, Saturno representa una línea básica de de­
marcación entre estas dos fuerzas contrarias, galáctica y
solar. Los planetas dentro de la órbita de Saturno son prin­
cipalmente criaturas y vasallos del Sol; mientras que los
planetas que están más allá de Saturno son lo que yo he
llamado hace muchos años "embajadores de la galaxia".
Concentran sobre el sistema solar el poder de esta vasta
comunidad de estrellas, la galaxia. No pertenecen por

75
completo al sistema solar. Están dentro de su esfera de in­
fluencia para realizar un trabajo, para ligar nuestro peque­
ño sistema (del que el Sol es el centro y la órbita de Satur­
no la circunferencia) con el sistema más vasto, la galaxia.

De numerosos modos se revela que los planetas trans-


saturninos son los símbolos de fuerzas cósmicas (o galácti­
cas) que impulsan (y, en la experiencia real, a menudo ex­
pulsan) al individuo para que crezca e incorpore a su cons­
ciencia fuerzas de vida más grandes y más vastas. Primero, los
trans-saturninos, como se los observa desde la Tierra, se mue­
ven lentamente; en consecuencia, cada uno permanece en un
signo del zodíaco durante muchos afios. Descubrimos, pues,
generaciones enteras de hombres y mujeres que experimen­
tan cambios genéricamente similares, aunque el foco especí­
fico de los cambios difiere de una persona a otra, según las
posiciones de las casas y los aspectos con otros planetas.
Segundo, podemos ver, en comparaciones de mapas, cómo
las fuerzas evolutivas cósmicas funcionan a través de perso­
nas individuales, llegando a un foco específico en la relación
de una persona con otra. La perenne "brecha generacional"
es un buen ejemplo de cómo los planetas trans-saturninos
guardan correspondencia con la experiencia de presión hacia
el crecimiento y una consciencia más vasta. A menudo hay un
despertar más bien doloroso a nuestra necesidad de desarro­
llar un enfoque más abierto y totalizador de la vida que resul­
ta de un contacto en profundidad con personas de diferentes
generaciones. En una comparación' de mapas entre dos perso­
nas que nacieron separadas por unos pocos decenios, los tres
planetas exteriores no sólo caerán en diferentes signos en los
mapas individuales, sino también habitualmente en diferentes
casas del mapa de la otra persona cuando usamos el método
de comparación de mapas de poner los planetas natales de
una persona en el mapa natal de otra. En otras palabras, si
pongo mi Plutón natal de la segunda casa (que está, diga­
mos, en 2º Leo) en Leo 2º del mapa de mi padre, puede
caer en cualquiera de sus casas natales; pero es muy impro­
bable que caiga en la misma casa en la que está ubicado su
Plutón natal. Por otro lado, si pongo mi Plutón natal en
Leo 2 ° en el mapa de una persona cuya edad difiere pocos

76
afias de la mía, son grandes las posibilidades de que mi Plu­
tón natal caiga en la misma casa de su mapa en el que está
ubicado su Plutón natal. Así podemos ver que los tipos de
cambios mayores impulsados por estrechas relaciones entre
personas de edades muy diferentes es probable que sean de
un orden enteramente nuevo, afectando a ambas personas de
modos totalmente nuevos y presionándolas para que transfor­
men o alteren radicalmente su enfoque de ámbitos específi­
cos de la vida. Para aclarar más esta cuestión, supongamos
que Urano, Neptuno o Plutón natal de una persona 20 afias
mayor o menor que yo cae en mi novena casa; entonces, exis­
tiría la fuerte posibilidad de que la influencia de ese individuo
sobre mis ideales, creencias, orientaciones religiosas y planes
de mejoramiento personal (novena casa) fuera revolucionaria
(Urano), sublimizadora o espiritualizadora (Neptuno), o pro­
fundamente transformadora (Plutón). En consecuencia, en
una situación como ésta, las energías de Urano, Neptuno y
Plutón afectan a ambas personas de modos nuevos y desafian­
tes. Por tanto, encontrarse con personas de diferentes gene­
raciones puede ser más difícil que relacionarnos con las de
nuestra edad, puesto que tales relaciones necesariamente nos
arrancan de nuestras viejas pautas de pensamiento y conduc­
ta en alguna esfera de la vida. Tales relaciones necesitan que
crezcamos a fin de que seamos más vastos (podríamos decir
"cósmicos"). De allí que las relaciones con personas de dife­
rentes generaciones a menudo sean una amenaza para noso­
tros y con frecuencia nos exijan mucho esfuerzo. Tal vez
tengamos que enfrentar alguna clase de dolor en el ámbito
indicado o alguna forma de ansiedad cuando nos desafían pa­
ra que transformemos nuestras actitudes; pero, como escribió
Jung, "La consciencia no llega sin dolor". Algunos de noso­
tros, por supuesto, reciben de buen grado los desafíos y las
oportunidades para aprender de quienes tienen en la vida una
perspectiva diferente y un modo marcadamente distinto de
experiencia vital. Si podemos permanecer abiertos a la vida y
a un nuevo aprendizaje, basados en nuestro conocimiento del
valor de la experiencia de los demás, estos exigentes encuen­
tros con los de diferentes generaciones serán bienvenidos e in­
cluso disfrutados.
Los factores personales básicos de la vida de cualquier indi-

77
viduo son siempre los mismos. Estas fuerzas esenciales, o es­
tas dimensiones de la vida, han existido en todos los seres hu­
manos en todos los siglos. Motivan diferentes orientaciones
en la vida consciente de un individuo, aunque el grado en el
que se las admite en el conocimiento consciente depende en
gran medida no sólo de la interrelación entre estos factores
dentro del individuo (simbolizados por los "aspectos") sino
también de las influencias ambientales y las normas cultura­
les en un tiempo y un lugar particulares. Astrológicamente,
estas fuerzas (que son -lo repito- los factores personales
esenciales de la vida consciente de cualquier individuo) son
simbolizadas por el Sol, la Luna, Mercurio, Venus y Marte. 1
Júpiter y Saturno constituyen un escalón intermedio entre
los planetas personales y las fuerzas impersonales transperso­
nales de los trans-saturninos, puesto que tan a menudo tienen
relación con nuestra participación en la sociedad y con las
normas, creencias y ambiciones de matices sociales. Los sig­
nos, las casas y los aspectos en los que hallamos estos siete
planetas indican los modos particulares en que estos planetas
funcionan en un individuo. Los factores simbolizados por es­
tos siete planetas son, hasta cierto punto, modificables me­
diante la experiencia consciente y el uso concentrado de la
voluntad.
Urano, Neptuno y Plutón, por el otro lado, están totalmen­
te más allá del control consciente, tal como los planetas rea­
les están marcadamente más allá de la Tierra. Por tanto, una
persona no puede controlar para nada las energías de estos
planetas. Pero puede controlar su actitud hacia la influencia
de aquéllos en su vida. Puede modificar su orientación cons­
ciente hacia las manifestaciones de estas fuerzas mayores. En
términos de sú función, Urano, Neptuno y Plutón, como se
expresara, siempre impulsan el cambio en el ámbito afectado
de la vida. Este cambio, por lo común llegará armónicamente
y sin demasiada ruptura si estos planetas están en aspecto "fá­
cil" con los otros siete planetas. Sin embargo, si los trans­
saturninos están en aspectos tensionados con los otros plane-

1 Cf. Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos, pág. 110, Ed.


Kier, S.A., respecto de un completo esbozo esquemático de los factores
personales, colectivos y transpersonales representados por los planetas.

78
tas, el cambio será más difícil de "manejar". O sea que expe­
rimentaremos dificultad para dominar la situación; y pode­
mos ser abrumados por estas fuerzas, pues los trans-saturni­
nos simbolizan energías que son mucho más potentes que
cualquiera de los otros planetas. El poder de la voluntad y la
determinación solos nunca son suficientes para imponerse a
estas energías.
Por ejemplo, si uno de los trans-saturninos está en aspecto
de cuadratura con otro planeta, estas fuerzas están reñidas en­
tre sí. Necesariamente, algo tendrá que suceder. A veces, po­
demos resistir muy largo tiempo la creciente presión para el
cambio; pero, a su tiempo, llegamos a advertir que tal resis­
tencia es, en efecto, resistencia a lo que nos haría más totales
y, de esta manera, más humanos. En consecuencia, esta resis­
tencia es, en última instancia, una autoderrota. Un ejemplo
de semejante aspecto "tensionado" en el mapa natal aparece
en el horóscopo de Meher Baba, un maestro indio reverencia­
do por sus devotos como una encarnación de Dios. De hecho,
el mismo Meher Baba, cuando le preguntaban si él era dios,
replicaba: "¿Quién más podría ser yo?" En el mapa de Meher
Baba, encontramos al Sol en la primera casa en aspecto de
cuadratura con una conjunción de Plutón y Neptuno en la
cuarta casa. (La conjunción de Plutón-Neptuno está también
en aspecto de quincuncio con la Luna en la novena casa.) Por
tanto, el sentido de la identidad consciente (Sol, especialmen­
te fuerte en la primera casa) en Meher Baba estaba en pugna
con las poderosas fuerzas representadas por Plutón y Neptu­
no (en la cuarta casa, las raíces fundamentales de nuestro
ser). Con semejante gran energía generada en este aspecto
tenso, algo tuvo que dar. Lo que "dio" fue el sentido de ser
un ente individual y separado. En consecuencia, el factor Sol
se convirtió en un canal a través del cual podrían manifestarse
las fuerzas mayores. La Luna se convirtió (simbólicamente)
en un factor para la diseminación y la focalización de estas
fuerzas. Si comprendemos que Neptuno simboliza, en parte,
la consciencia "mística", y que Plutón representa un renaci­
miento espiritual potencial, tenemos la clave simbólica del
género de energías cósmicas que se manifestaron a través de
este gran maestro. Las posiciones de casa del Sol y de la Lu­
na (los canales a través de los cuales estas fuerzas funciona-

79
ron) revelan en qué ámbitos de la vida se manifestaron tales
influencias. El Sol en la primera casa (la casa de la identidad)
es un símbolo apto para quien se identifica tan completamen­
te con el poder creador de la vida. La Luna en la novena casa
(la casa de la religión y la búsqueda de la verdad) proporciona
un símbolo de un maestro espiritual.
Este ejemplo demuestra cómo los trans-saturninos de un
mapa natal se han de interpretar. La focalización de los cam­
bios de nuestra vida, debida a la presión de fuerzas mayores
"que desean" manifestarse, podrá sefialarse examinando los
aspectos próximos con Urano, Neptuno y Plutón. Por tanto,
los trans-saturninos actúan a través de nosotros activando,
por así decirlo, los factores psicológicos representados por Sa­
turno, Júpiter, Mercurio, Venus, Marte, Sol y Luna. Es como
si la energía fluyera desde Urano, Neptuno y Plutón a través
de los canales simbolizados por los otros siete planetas. Los
aspectos implícitos proporcionan una clave de esta corrien­
te de energía. (Véase el Capítulo VI, en cuanto a más infor­
mación sobre estos aspectos.)
Puesto que Urano, Neptuno y Plutón se desplazan a través
de la eclíptica tan lentamente con referencia a la Tierra, tie­
nen ciertamente efectos específicos sobre las generaciones
particulares de seres humanos. Estas influencias se alteran se­
gún la cultura prevaleciente en cierto sector. Por tanto, los
aspectos con los trans-saturninos del mapa natal revelan cómo
un individuo armoniza con las fuerzas de cambio que se ma­
nifiestan no sólo dentro de él sino también durante una era
particular. Con respecto al medio ambiente social, por tanto,
y en relación con las diversas corrientes del cambio social en
una época específica, podemos preguntar: ¿Esa persona será
archiconservadora, revolucionaria total o algo más moderada?
Está armonizada con las fuerzas de cambio en sus tiempos y
abierta a los mensajes procedentes de "los embajadores de
las galaxias"? ¿O es contraria o indiferente a estos dolores de
parto de una nueva consciencia?
Además de las posiciones y los aspectos de la casa natal,
los tránsitos de Urano, Neptuno y Plutón son muy significa­
tivos. Esto lo trataremos con algunos pormenores en el Capí­
tulo IX, pero podría mencionarse aquí que los tránsitos de
estos planetas sobre puntos sensibles del mapa natal son los

80
más penetrantes y de mayor alcance de todos; y sus efectos
últimos son los más vastos y duraderos. En las partes siguien­
tes de este capítulo describiré brevemente el significado de
cada µno de los planetas trans-saturninos, y mencionaré tam­
bién cómo el individuo experimenta los tránsitos de estos
planetas.

Urano

El planeta Urano simboliza una fuerza que se manifiesta


como cambios repentinos de la pauta de vida, alteraciones sú­
bitas de la consciencia, destellos de intuición, y rápidas eclo­
siones de nuevas ideas y conceptos originales. Urano puede
concebirse como un canal a través del cual fluyen fuerzas po­
derosas que penetran en la consciencia con rapidez eléctrica.
Urano se manifiesta también como impulsos hacia la indepen­
dencia, la rebelión, la excentricidad, lo inconvencional, lo ori­
ginal y lo inesperado. La "influencia" de Urano no hace que
una persona sea particularmente estable; pero la convierte
en un canal a través del cual pueden nacer nuevas ideas.
Cuando Urano es fuerte en un mapa, ese factor simbolizado
por el planeta (o por los planetas) en su aspecto con Urano
se electrifica, se magnetiza, se energetiza muchísimo, y, si to­
do marcha bien, se ilumina. Por tanto, vemos que Urano "ac­
túa" eléctricamente, en impulsos repentinos. Esta energía es
necesaria para que estalle a través de las defensas saturninas
del ego y las barreras del pensamiento de la mente conscien­
te. En contra de algunos criterios, Urano no siempre actúa
destructivamente. Se manifiesta como destrucción solamente
cuando hay resistencia a su influencia. Puesto que alguna for­
ma de resistencia está habitualmente presente, sin embargo,
(especialmente si Urano está comprometido en aspectos ten­
sionados), un tránsito de Urano se experimenta a menudo co­
mo muy destructivo.
Mediante tránsito, Urano interrumpe lo viejo y revolucio­
na nuestro modo de ser en el ámbito indicado. Trae vastos
cambios que tienen el efecto de reorganizar (a menudo, de­
sorganizando al principio) nuestra consciencia a fin de permi­
tir que se produzca un nuevo crecimiento. Psicológicamente,

81
estalla en la consciencia en forma de cualquier idea, senti­
miento y conocimiento que fuera subliminal, o sea, precisa­
mente debajo del umbral de la consciencia. Por tanto, sus
tránsitos son enemigos de represión de cualquier índole. Si
un individuo estuvo viviendo de manera reprimida, un modo
de vida en el que estuvieron bloqueados, descuidados o igno­
rados los elementos vitales de su naturaleza, es casi seguro
que un tránsito de Urano por conjunción, cuadratura u oposi­
ción a uno de los planetas personales traerá a la superficie,
con gran inmediatez, una intensa confrontación con estas par­
tes de la naturaleza de la persona. Urano acelera siempre el
ritmo de la naturaleza; y por ende, el individuo que experi­
menta uno de estos tránsitos está a menudo tenso, excitable,
inquieto e impulsado por un abrumador deseo de cambio y li­
bertad. Urano, en su mejor forma, es el gran liberador, el des­
pertador, el iluminador que levanta con tal intensidad la vida
interna y externa de la persona que, de allí en adelante, las
cosas nunca son las mismas. Este planeta puede parecerse a
la mitológica figura de Prometeo, quien robó el fuego de los
dioses y de esta manera permitió que los seres humanos ex­
tendieran el alcance de su conocimiento. Durante los tránsi­
tos de Urano, la mayoría tiene deseos de activar sus necesi­
dades de excitación, libertad y experimentación. A menudo
realizará radicales mudanzas para cambiar lo que percibe que
es una situación vital asfixiante. Sin. embargo, un pequeño
porcentaje de personas experimentará casi totalmente los
tránsitos de Urano en un nivel interior, durante el cual revo­
lucionará sutilmente su actitud, su entendimiento y su modo
de autoexpresarse en los ámbitos indicados. Su vida externa
reflejará frecuentemente este enfoque nuevo y despierto de
la vida, pero en estos casos, de ningún modo esto se patenti­
zará siempre con facilidad. Durante los tránsitos de Urano, a
menudo el individuo tiene un impulso de escapar de las situa­
ciones de la vida que se ve que son inhibitorias o frustrantes
de su autoexpresión individualista. Pero, a veces es un enfo­
que más constructivo, dando por sentado que la situación vi­
tal es fundamentalmente sana y vitalmente flexible, para que
esa persona experimente cambios radicales dentro de los con­
fines de la vieja situación, ya se trate de matrimonio, trabajo
o lo que fuere. La ampliación de la auto-comprensión que po-

82
drá resultar de tal desafío es a menudo mucho mayor que la
que se ganaría tirando lo viejo y saltando excitadamente den­
tro de lo nuevo y lo diferente. Por supuesto, esto no es negar
que a veces es necesaria una revolución total o una repolariza­
ción en algún ámbito de la vida.
En muchos casos, la influencia de Urano podrá definirse
culturalmente, pues Urano comienza donde termina Saturno.
Saturno señala la frontera de la consciencia del ego personal,
simbolizando las normas y reglas culturales y colectivas (una
clase de "super-ego" cultural en términos freudianos). Satur­
no es, pues, rígido y contraído. Urano, por el otro lado, esta­
lla a través de esta vieja estructura con impulsos revoluciona­
rios; y la rigidez de la frontera saturnina habitualmente hace
que se raje y rompa en pedazos. Las manifestaciones psicoló­
gicas de fuerzas uranianas como las que experimenta el indivi­
duo no sólo son comprensibles sino también hasta vigorizan­
tes de la mente que está abierta hacia lo nuevo. En la antigua
astrología, al planeta Mercurio se lo conocía como el mensa­
jero de los dioses, término que suena muy parecido a la des­
cripción que hace Rudhyar de los planetas trans-saturninos
como "embajadores de la galaxia". Mercurio se asociaba en­
tonces con la facultad creativa en los seres humanos. Por su­
puesto, los antiguos astrólogos, hasta donde sabemos, no co­
nocían la existencia de Urano. Empero, muchos alquimistas
estaban al tanto de una función creativa más profunda (o
más elevada) que el nivel de la mente racional, que es el signi­
ficado primordial de Mercurio en la astrología moderna. Es­
tos alquimistas asociaban esta actividad creativa con el signifi­
cado oculto de Mercurio como el unificador de los opuestos.
Desde nuestra perspectiva moderna, bien podríamos pregun­
tamos si se referían a la función de Urano pero no tenían tal
símbolo planetario para expresar lo que experimentaban. Es­
ta hipótesis parece la más probable bajo la luz del hecho de
que numerosos astrólogos modernos están ahora afirmando
que, en contraste con la antigua versión griega de la exalta­
ción y dignidad de Mercurio en Virgo, la exaltación de Mer­
curio debe considerarse que está en Acuario, el signo de
Urano.
Dane Rudhyar, en su profundo e inspirador libro titulado
Triptycb, se refiere a Urano como "el creativo poder del espí-

83
ritu universal". Rudhyar dice que Urano se refiere a la etapa
de la "transfiguración" personal y que "el individuo transfi­
gurado se convirtió en un centro focal para la liberación del
poder de la Mente Universal". Asimismo, declara que Urano
puede concebirse como "La Voz de Dios", "el creativo poder
del Sonido místico que, según la vieja tradición de la India,
llena todos los espacios... " El "poder de la mente universal"
es evidente en las percepciones extraordinariamente rápidas
que acompañan una armonía uraniana. Esta proviene de la
aptitud para ganar conocimiento e intuición de otras dimen­
siones a través de una sensibilidad psíquica elevada. Urano re­
presenta el conocimiento intuitivo y la extensión del proceso
racional más allá de las barreras del espacio y del tiempo. La
experimentación hacia la cual las energías de Urano impulsan
al individuo proviene de esta sensación interior de que para
el conocimiento humano no hay fronteras; proviene de la fe
interior de que un individuo tiene la capacidad para entender
la vida de modo más vasto y que tiene el derecho divino a
perseguir este conocimiento, no importa qué sabiduría con­
vencional pueda dictar. (Naturalmente, muchos uranianos se
enfrascan tanto en la emoción del descubrimiento y la experi­
mentación que, por lo común, en sus actitudes y opiniones se
van a los extremos, en cuyo caso se entregan al fanatismo, al
cabal desprecio de la tradición, y a la cerrada obstinación.)
Esta "intuición" de la que los uranianos son capaces no es,
sin embargo, incompatible con la lógica. Grant Lewi señaló,
hace más de treinta años, que Urano funciona de modo muy
lógico, pero que la lógica opera tan rápidamente que parece
ser intuición. También escribió que Urano representa la ex­
tensión de la percepción dentro de los reinos de la mentalidad
superconsciente, que podemos interpretar como la aptitud
para armonizamos con el nivel arquetípico de conocimiento
de la mente universal. Una vez que pasamos las fronteras de
Saturno y nos aventuramos en los reinos de Urano y Neptu­
no, empiezan a desaparecer todas las dualidades, todas las
oposiciones que se perciben debido a la "lógica" limitada, y
todas las formas separadas. Es entonces cuando empieza a ha­
ber un fusionador de dicotomías, que en la percepción ura­
niana se manifiesta viendo las cosas como ambos y en vez de
o... o. En otras palabras, a los opuestos de la mente lógica ma-

84
terialista se los ve juntos en un destello de percepción inme­
diata, como partes de una perspectiva íntegra y vasta de la
vida.
La posición de casa de Urano nos muestra dónde podemos
potencialmente experimentar y usar este poder despertador,
dónde se sienten más inmediatamente los cambios, las intui­
ciones y una sensación de necesitar una vasta libertad per­
sonal. Esta casa muestra dónde tenemos deseos de apartar­
nos de normas convencionales de expresión, y dónde a me­
nudo rechazaremos la tradición y los inútiles estorbos a fin de
hacerlo. Si tenemos a Urano en una casa angular, habrá de­
seos especialmente fuertes de representar nuestra inconven­
cionalidad de modo evidente y dinámico. Si Urano está en ca­
sas sucedentes o cadentes, por otro lado, la persona tal vez
tenga tan sólo deseos enderezados hacia impulsos revolucio­
narios o inconvencionales, pero quizá ponga a trabajar esos
sentimientos en su vida cotidiana de un modo más sutil,
mientras que puede ser que, en la superficie, parezca muy
conservadora.

Neptuno

El planeta Neptuno simboliza una fuerza que está entera­


mente más allá de nuestro control, pues está más allá de los
lindes de la razón o de algo comprensible para la mente lógi­
ca. El único modo en que Neptuno puede entenderse verda­
deramente en su esencia es someterse a él; pues, por defini­
ción y función, está más allá de las fronteras. Sólo cuando
nos fundimos con él -o sea, cuando nos volvemos sin fron­
teras- podremos conocerle. De allí que Neptuno se asocie.
con la mística, el misterio, un sentido de unidad, desarrollo
espiritual e inspiración. También se dice que representa infor­
malidad, ilusión, disolución, imaginación e idealismo. Para
mí, el modo más útil de describir el significado esencial de
Neptuno· es decir que representa el deseo de perdernos en
otro estado de consciencia (ya sea una consciencia "supe­
rior" o "inferior") y el deseo de escapar de toda limitación,
tanto de las limitaciones de la existencia material y de su te­
dio como de las limitaciones de la personalidad y del ego.

85
Naturahnente, podemos tratar de escapar a través de activi­
dades autodestructivas o personalmente constructivas. Una
persona neptuniana puede ser evasiva o escapista, o puede
ser muy perceptiva de sutilezas y extremadamente compasiva
( ¡o una mezcla de ambas!).
La experiencia de la "influencia" de Neptuno por parte de
un individuo, simbolizada por las configuraciones natales, la
posición de casas, y los tránsitos, se caracteriza a menudo por
una sensación de confusión, de inseguridad, "de estar en el
aire", y "en el espacio". Al menos es por esto que a menudo
se percibe cuando el individuo está suficientemente "apoya­
do" como para poder mantener su equilibrio psíquico. Esta
confusión resulta en parte de la actitud común que exige que
toda nueva experiencia "encaje" prolijamente en nuestras ca­
tegorías mentales preconcebidas. Sin embargo, no podremos
lograr siempre poner fronteras a Neptuno. Lo que no tiene
fronteras ni formas por su naturaleza misma, ¿cómo podrá
ser introducido en nuestros limitados conceptos y estructu­
ras vitales? En otras palabras, la confusión o el sentimiento
de "estar vagando en el espacio" que tan a menudo se experi­
menta en relación con Neptuno se desarrolla principalmente
cuando resistimos la desintegración y la disolución inevitables
de alguna pauta de nuestra vida o de algún aspecto de nuestra
personalidad. Este lado negativo de la manifestación de Nep­
tuno es también mucho más patente, como ya se mencionó,
cuando no estamos afirmados en el mundo material. Podría­
mos decir que, a no ser que nos pongamos de acuerdo con las
presiones, realidades y obligaciones de Saturno, no estamos
suficientemente apoyados como para manejar lo intenso y lo
destructivo de algún planeta trans-saturnino. En otras pala­
bras, tenemos que recibir las intuiciones y la libertad de Ura­
no y la inspiración y el idealismo de Neptuno y hacerlos rea­
les bajando ese conocimiento a la tierra, poniendo a prueba
esas lejanas inclinaciones, e incorporándolas a nuestra vida
cotidiana.2 El fracaso en trabajar en esta integración interior­
mente con gran honradez y diligencia provocará a menudo

2 Esto es especialmente necesario si nuestro mapa natal contiene un


íntimo aspecto de Saturno a Urano o Neptuno, en particular la conjun­
ción, la cuadratura o la oposición.

86
una tremenda sensación de descontento o, en algunos casos,
trastornos psicológicos que, a su tiempo, llevarán a una desin­
tegración en gran escala de la personalidad.
Un ejemplo excelente de la necesidad de que tengamos los
pies plantados seguramente en la realidad práctica como un
equilibrio complementario durante cualquier trabajo espiri­
tual o psíquico se encuentra en la autobiografía de C.G. Jung,
Recuerdos, Sueños, Reflexiones. En ese libro, Jung escribe
cómo, cuando estaba experimentando la fase más intensa de
su "confrontación con el inconsciente" -época durante la
cual él se estaba encontrando y comunicando con numerosas
figuras y seres arquetípicos- lo único que le llevó a través de
esta transformación total en su consciencia fue el hecho de
que siempre podía mirar hacia atrás y ver que tenía en el
mundo un lugar seguro, junto con específicos deberes profe­
sionales y familiares. Sin esa ancla sólida que le fijaba a la tie­
rra, creía que fácilmente podría haber sido zarandeado y devas­
tado psíquicamente como un barquito está totalmente desvali­
do en una tormenta en el océano. Podemos ver cuán posible y
destructiva podrá ser tal devastación presenciando los resulta­
dos de los experimentos de muchas personas con drogas psi­
codélicas, que artificialmente obligaban a abrir los canales
psíquicos a las intensas vibraciones que los trans-satuminos
representan. Muchas de estas personas experimentaron reali­
dades espirituales y psíquicas que cambiaron profundamente
sus vidas; pero, en su mayoría por ser tan jóvenes y, por tan­
to, sin una base sólida en el mundo de las realidades prácticas
y los deberes, tuvieron gran dificultad para integrar estas in­
tuiciones profundas a sus personalidades todavía no forma­
das. La lucha para integrar tales vislumbres de realidades su­
periores en la estructura de la personalidad en desarrollo ne­
cesitaban una marcada transformación de la consciencia y del
estilo de vida, que en muchos casos resultó ser, en última ins­
tancia, fructífera y creativa. Pero llegar a la otra orilla, luego
de ser zarandeado por las aguas del inconsciente colectivo, no
fue una tarea fácil; y casi todos los que experimentaron ex­
tensamente con estas drogas pueden hablar de otros que sa­
ben que nunca llegaron al otro lado y que, tras muchos años
de esfuerzo, todavía tratan de hallar algo estable que aferrar
para apoyarse.

87
En cualquier mapa natal, el factor simbolizado por un pla­
neta en estrecho aspecto con N�ptuno está muy sensibilizado
y depurado. Esta sensibilidad se manifiesta a menudo como
una susceptibilidad a la ilusión, al autoengaño, a la confusión,
o incluso a la desintegración en esa dimensión de la vida; pues
Neptuno inclina a la persona hacia un conocimiento irrealista
o a una fantasía acerca del ámbito particular de la vida. Pero
estos mismos problemas pueden llevar al individuo a una bús­
queda fructífera de una solución. Durante esta búsqueda de
respuestas, cuando la persona llega a saber que, de hecho, es­
tá aprendiendo acerca de una realidad superior mediante la
experiencia de la desilusión, un aspecto de Neptuno puede in­
dicar entonces una idealización práctica y positiva, y, real­
mente, una espiritualización del factor indicado. La signifi­
cación de Neptuno en nuestra búsqueda espiritual la explica­
mos más en el Capítulo VI; pero, puesto que es raro que se la
entienda adecuadamente y se la explique con claridad en los
textos astrológicos, deben mencionarse aquí un par de cosas.
Hemos dicho que Neptuno disuelve las viejas y muy ordena­
das pautas de la consciencia. Así, tomamos consciencia de las
limitaciones de nuestras percepciones habituales y del hecho
de que existe algo mayor y más vasto que lo que habíamos
presumido. Esta intervención en nuestras vidas de un "algo"
más unificado (por insustancial que sea) algunas personas la
reciben como un profundo misterio espiritual o como un ac­
to de "gracia". Personalmente, descubrí que Neptuno está en
conjunción, cuadratura u oposición (los llamados aspectos
"malos") con los planetas personales o con el Ascendente en
el mapa de todo individuo que vi que persigue activamente al­
gún género de sendero espiritual- como el trabajo principal de
su vida. Evidentemente, estos aspectos "tensionados" no son
tan "malos" para los buscadores espirituales. Podríamos su­
poner que la energía generada por tales aspectos es necesaria
para impulsar a un individuo a fin de que actúe sobre la base
de sus inclinaciones espirituales y se empeñe con mayor es­
fuerzo en ese ámbito de la vida. C.E.O. Carter descubrió, de
modo parecido, que estos aspectos con Neptuno son más in­
dicativos de creatividad artística y progreso espiritual que los
aspectos llamados "fáciles" con Neptuno. En su libro Los As­
pectos Astrológicos, donde hay un encuadre de los aspectos

88
que creo que contiene más gemas intuitivas que cualquier
otro libro sobre el tema, Carter escribe lo siguiente respecto
de los aspectos "inarmónicos" entre Venus y Neptuno:

En algunos sentidos, éstos parecen conducir a resultados


más claros que el trígono y el sextil, pues confieren un des­
contento divino, y una búsqueda constante e inquieta de
un ideal que no es fácil de concretar en la tierra. Esto es
particularmente así en asuntos de afectos. Los ideales son
realmente muy altos, y puede haber una insatisfacción per­
sistente tanto con cosas como con personas, que vart'a des­
de una actitud petulante o quisquillosa, hasta una aspira­
ción noble y un esfuerzo persistente en busca de una reali­
zación más plena de las visiones interiores.
.. . Las combinaciones inarmónicas se encuentran con fre­
cuencia en los horóscopos de grandes artistas. Aunque los
aspectos buenos de estos dos planetas son naturalmente
más favorables para la felicidad y las circunstancias fáciles,
parece que, en lo que concierne a logro, carácter moral y
aptitud artt'stica, los aspectos inarmónicos de ningún mo­
do son inferiores a ellos; de hecho, pueden ser mejores en
la medida en que pueden producir más energt'as (pág. 119).

El "descontento divino" del que habla Carter se halla, en


realidad, con frecuencia en quienes tienen casi todas las con­
junciones, cuadraturas u oposiciones de Neptuno con los pla­
netas personales o el Ascendente. Este descontento proviene
del hecho de que Neptuno nos sensibiliza o armoniza con la
realidad de las fuerzas invisibles e inmateriales de la vida.
Cuando experimentamos que, de hecho, existe un plano más
sutil y elevado del ser, que es accesible a la consciencia hu­
mana, es a menudo difícil vivir pacientemente una existen­
cia mundana en un mundo material que cada vez más aparen­
ta ser y se siente como una prisión. Me parece que la clave pa­
ra formar una relación correcta con la fuerza neptuniana de
nuestras vidas es comprender que ninguna satisfacción o libe­
ración provendrá de nuestra búsqueda constante del ideal que
anhelamos en el mundo externo, y que eso sólo llegará cuan­
do aceptemos la responsabilidad ( ¡Saturno!) para que haga­
mos el ideal de nuestras vidas mediante nuestra creatividad y

89
devoción. En otras palabras, hemos de volvernos hacia den­
tro, hemos de vivir el ideal a fin de hacerlo real. Es inútil bus­
car siempre irrealistamente la situación perfecta, ya sea ésta
el trabajo perfecto, el matrimonio ideal, o el hogar que es una
pínturita con un hermoso escenario alrededor. Neptuno nos
inclina a colgarnos de cuadros o imágenes de perfección, ha­
cia los que queremos luego correr para escapar del dolor de la
vida diaria. Naturalmente, una persona muy sensible puede
necesitar vivir en un medio ambiente o tener un tipo de traba­
jo que, por lo menos, no vacíe su energía mediante tensión
constante. Pero insistir en que todo sea perfecto antes de que
lo vivamos en plenitud, antes de que nos comprometamos a
ello por completo, es una actitud que asegura que jamás sen­
tiremos paz interior alguna.
En algunos escritos astrológicos se ha expresado que Nep­
tuno representa nuestro sentido de obligación hacia la socie­
dad y hacia los demás, manifestando, en casos extremos, sen­
timientos de culpa. Sin duda, este es el modo con que mu­
chas personas experimentan la energía de Neptuno, y hasta
podríamos decir que Neptuno, en este caso, muestra un canal
a través del cual hemos de saldar ciertas deudas kármicas a
otros. Sin embargo, esta correlación con Neptuno es sólo se­
miexacta, puesto que no se explica la motivación interior de­
trás de estos sentimientos y esta conducta. ¿No nos sentimos
obligados por razón alguna? ¿En todos los casos se trata sim­
plemente de una deuda kármica que subliminalmente cree­
mos que debemos a otros? ¿O hay un.a explicación más gené­
rica? Me parece que tal sentimiento de obligación para con la
sociedad, la humanidad o realmente todo ser humano o ani­
mal sufriente deriva del hecho de que experimentamos nues­
tra unidad con todas las demás criaturas vivas. Si creemos in­
tensamente que somos los mismos que cualquier otro ser hu­
mano (o incluso, que en esencia también somos uno con los
animales), ¿cómo podremos dejar de dar ayuda a todos los
que la necesitan? En realidad, no es generosidad dar a otro
que, en esencia, es lo mismo que yo. Es más bien una obliga­
ción inmediata; y, si no cumplo con este sentido de obliga­
ción, en verdad puedo sentirme muy culpable, aunque sin du­
da es una fina cualidad espiritual, debe relacionarse con he­
chos prácticos; o nos franqueamos para que nos manejen,

90
usen e incluso agoten las exigencias de los demás. Pues es ra­
ra la persona que, de hecho, no necesite alguna clase de ayu­
da, algún género de auxilio. Y el hecho de que creamos que
somos uno solo con la totalidad mayor de toda la vida no sig­
nifica que tengamos la energía o los recursos dentro de noso­
tros para sostener a todas las otras criaturas vivientes. Debe­
mos comprender que Dios tiene también un papel que repre­
sentar. El representará Su papel, sin importar lo que hagamos,
por lo que no es menester que asumamos Sus responsabilida­
des. Con cuánta frecuencia encontramos personas neptunia­
nas que derraman todo el contenido de su fuerza vital en el
fútil intento de satisfacer su insaciable sentido de obligación
hacia los demás. Este es un malentendido y una mala aplica­
ción de los ideales espirituales, acompañados con frecuencia
por varias formas de autoengaño acerca de nuestro elevado ni­
vel de desarrollo espiritual. Neptuno es tal vez el planeta más
sutil de todos en su modalidad operativa, y los aspectos ten­
sionados de Neptuno respecto de los planetas personales indi­
can, a menudo, que la persona tiene una forma sutil de "ego­
tismo espiritual". 3
De todo lo antedicho podemos conjeturar que la naturale­
za de la influencia neptuniana para cada uno de nosotros de­
pende de nuestra actitud hacia ella, del valor que le atribui­
mos, y de cómo encuadran en nuestra estructura vital las ex­
periencias de lo sutil. Si aceptamos de buen grado la irrupción
de energías neptunianas en una mente y un alma abiertas, po­
dremos experimentar una percepción espiritual, una imagina-

3 Este "egotismo espiritual" es especialmente común en los casos en


los que el Sol está involucrado con Neptuno en conjunción, cuadratura
u oposición; pues el Sol se relaciona simbólicamente con el ego y el sen­
tido consciente de identidad. Estos mismos aspectos de Neptuno con
cualquiera de los "planetas personales" o con el Ascendente pueden
también manifestarse como una forma definida de "ambición perso­
nal", fenómeno muy común en personas cuyos mapas incluyen cuadra­
turas de Neptuno, puesto que el aspecto en cuadratura, por naturaleza,
connota a menudo ambición de algún tipo. Naturalmente, tal ambición
podrá dirigirse a estériles intentos de ganar poder espiritual o poder
mundano en grupos orientados espiritualmente, o a formas disciplina­
das y coherentes de práctica espiritual basadas más bien en una devo­
ción a un ideal que a nuestra propia glorificación.

91
ción y una inspiración elevadas. Las imágenes arquetípicas se
pueden ver, y las realidades intemporales se pueden sentir.
Como escribe Dane Rudhyar, Neptuno es "en todos los nive­
les, el poder curativo y sustentador de la integridad del to­
do". Rudhyar declara además:

... a aquel cuya alma se convirtió en templo santo del Dios


vivo, cuya circunferencia del yo incluye potencialmente al
universo íntegro, cuya mente establece sus formulaciones
en términos de la reconciliación de todos los opuestos, sin
dejar nada fuera de su lógica multidimensional y omniin­
clusiva, a él Dios le responde como Gracia, (de Triptych ).

Mediante la posición de casa del mapa natal, Neptuno indi-


ca dónde esta posibilidad de gracia, de armonización con in­
fluencias trascendentales, toma contacto más inmediatamente
con nuestra vida. Pero sólo muestra una posibilidad de expe­
rimentar la gracia o las realidades espirituales. Por supuesto,
podemos experimentar las fuerzas inmateriales y la sensibili­
dad psíquica constructivamente (a lo cual el Dr. William Da­
vidson lo llamó la "bendición angélica", refiriéndose a una
forma de protección y guía superiores) o autodestructivamen­
te (posesión, engañ.o, o disipación de nuestras energías). Pre­
cisamente, cómo la energía sutil y la dimensión de vida nep­
tunianas se integrarán en toda nuestra estructura vital depen­
de en gran parte de cuán honrados, valientes y prácticos sea­
mos. Debemos apoyarnos en la realidad saturnina para apre­
ciar y utilizar en plenitud el elevador aspecto de la dimensión
de vida de Neptuno. Como ya lo mencionamos al hablar de la
confrontación de C.G. Jung con el inconsciente y su gratitud
por haberse apoyado en el mundo material de trabajo y debe­
res, debemos haber integrado las necesidades saturninas en
una actitud sana hacia toda la vida si vamos a poder fran­
queamos a la influencia de Neptuno sin disolvemos en el
caos. ¿Cómo podremos apreciar el valor de lo ilimitado si no
hemos establecido una pauta de vida dentro de límites que
sean claros?
Las cualidades requeridas para llegar a ser un canal de la
manifestación suprema del principio de Neptuno son muy ra­
ras, pues, después de todo, ¿alguien de nosotros podrá afir-

92
mar que está libre de autoengaños, fantasías irrealistas o de­
seos de eludir a la dura realidad? Por esa razón, la posición
de casa de Neptuno en el mapa natal indica, a la mayoría de
nosotros, un ámbito de vida y un campo de experiencia que
tendemos a idealizar o a escapar de ellos, motivados habituál­
mente por impulsos de la mente inconsciente o supercons­
ciente que poco se entienden. Es en ese campo de la expe­
riencia que buscamos un ideal, que creemos lo que queremos
creer; y el deseo de eludir enfrentar ese ámbito de vida pro­
viene, a menudo, según creo, del temor subliminal de que en­
frentarlo severa e inmediatamente revelará el vacío de nues­
tro autoengaño. De allí que a menudo prefiramos permanecer
en la oscuridad, mantener más bien nuestro sentido del mis­
terio que arriesgarnos a darnos cuenta de que lo que hemos
idealizado durante tanto tiempo no es en realidad, tan valioso
como habíamos querido creerlo. Parece que, con frecuencia,
identificamos algún ámbito de la experiencia mundana con
nuestros anhelos espirituales más profundos; y el resultado es
la confusión. Se requiere discriminación aguda ( ¡Virgo!: el
signo opuesto del signo Piscis de Neptuno) que nos permita
aclararnos qué se relaciona realmente con nuestro crecimien­
to espiritual y qué está meramente en un ámbito de vida que
esperábamos (quizá durante vidas) que satisfaría nuestro
anhelo espiritual y nuestra soledad.
A menudo me he preguntado si Urano, Neptuno y Plutón
se relacionan, en el mapa natal, con la expresión del conoci­
miento ganado en vidas anteriores o entre encarnaciones te­
rrenas. A Urano se lo conoce como el planeta de la intuición,
la originalidad y el genio. ¿De dónde llega esta intuición y es­
te conocimiento nuevo? Neptuno revela una capacidad visio­
naria e imaginativa y un sentido de unidad mística que evi­
dentemente son aspectos de experiencia distante de las reali­
dades materiales de la vida cotidiana. ¿Tal vez un contacto con
Neptuno en el mapa muestre una vaga agitación de imágenes
mentales o experiencias innatas que hemos encontrado antes,
quizás entre vidas en otras dimensiones? Quizás un contacto
con Urano muestre una armonización con el conocimiento
que se asimiló plenamente hace mucho tiempo y que sólo
ahora se lo hace expresar en esta vida. Creo que el Capítulo
XI esparcirá alguna luz sobre esta cuestión, pues las lecturas

93
psíquicas de Edgar Cayce exploran extensamente la relación
de la armonización planetaria de las experiencias del alma en­
tre vidas.
Todos los planetas trans-saturninos representan niveles de
consciencia en los que nos volvemos más bien impersonales.
Todos ellos se ocupan potencialmente de dimensiones más su­
tiles de la vida y de energías transformativas. Los tres se rela­
cionan con los tipos de poderes psíquicos, denominados in­
tuición, Percepción Extrasensorial y géneros similares de sen­
sibilidad. Pero cada uno es diferente; y ninguno de ellos po­
drá llamarse solo el planeta de la "intuición" o del poder psí­
quico. Desde un punto de vista espiritual, todos los trans­
saturninos se ocupan de los planos superiores del ser, con la
siguiente diferenciación:
Urano representa el conocimiento mental de niveles supe­
riores, niveles de consciencia en los que las dualidades están
unidas en la verdad viva.
Neptuno representa una armonización emocional con nive­
les superiores, un anhelo de planos superiores del ser y una
infatuación con ello.
Plutón representa un compromiso para actuar sobre nues­
tras necesidades de transformación, para incorporar los nive­
les superiores de consciencia dentro de nuestro mismo ser, sa­
biendo que todos los deseos y apegos tendrán que ser llevados
a la superficie y purificados, y que tendrán que enfrentarse
todas nuestras motivaciones verdaderas. En este nivel de la
consciencia, ya no nos contentamos con el mero conocimien­
to o la infatuación; queremos que todos nuestros recursos
mentales y emocionales se apliquen al proceso de trans­
formación.

94
Cáncer
Cáncer
Capítulo IV

CLAVES DE TRANSFORMACION

Segunda Parte

PLUTON

Aunque los mares amenazan,


son misericordiosos,
Los maldije sin causa.
Shakespeare, La Tempestad

Los astrólogos concuerdan, en su mayoría, en que el plane­


ta Plutón simboliza una dimensión de la vida tan compleja y
con fuentes tan profundas que una aureola de misterio rodea
el significado de este planeta en todo mapa natal individual.
Desde que lo descubrieron, se intentó muchas veces aclarar
el significado de este planeta; y, aunque los astrólogos puedan
encontrar muchos significados distintos, útiles para sus fines
particulares, y aunque se hayan escrito muchos artículos
sobre la "influencia" de Plutón sobre el "karma colectivo"
y los acontecimientos mundanos, no he podido hallar expli­
cación alguna del significado de este planeta, que yo pudiera
considerar como completa, respecto del ser humano indivi­
dual y su estructura psicológica. Parece que siempre se oculta
algo acerca de Plutón, algo sutil y difícil de conceptualizar
en términos lógicos corrientes. Todo lo relacionado con
Plutón está levemente fuera de lo corriente, es un poco ex­
céntrico, y señala un reino de inmensidad cósmica que pas­
ma a la mente. Esto es cierto no sólo astrológicamente res­
pecto de la función del planeta, sino también respecto del
movimiento del planeta mismo.
La órbita de Plutón, como las órbitas de todos los demás
planetas es una elipse, pero la órbita de Plutón es considera­
blemente más elíptica que la de cualquier otro planeta ma­
yor del sistema solar. Mientras los planos orbitales de to­
dos los demás planetas mayores están dentro de los siete

97
grados del plano de la órbita de la Tierra, o del "plano de la
eclíptica", la órbita de Plutón se inclina plenamente diecisiete
grados hacia ese plano. La distancia media de este planeta
desde el Sol es casi 40 "unidades astronómicas", siendo la
"unidad astronómica" la distancia media de la Tierra desde
el Sol, o, a grandes rasgos, noventa y tres millones de millas.
En consecuencia, una distancia de cuarenta unidades astro­
nómicas asciende, en números redondos, a 3.700.000.000
de millas. Sin embargo, la órbita del planeta es tan pronun­
ciadamente elíptica que su distancia desde el Sol varía hasta
cerca de 1.800.000.000 de millas, siendo la distancia míni­
ma igual a alrededor de 2.800.000.000 de millas, o un poco
menos de eso de Neptuno, y la distancia máxima, a aproxi­
madamente 4.600.000.000 de millas, o casi el sesenta y cinco
por ciento mayor que la de Neptuno. Sin embargo, como los
otros planetas, Plutón gira alrededor del Sol de oeste a este,
o sea, en dirección contraria a las agujas del reloj. Su período
de revolución alrededor del Sol es de alrededor de 250 de
nuestros años; es por eso que un "año" de este mundo es
igual a idos siglos y medio aquí en la Tierra! Plutón se está
acercando ahora al punto del perihelio de su órbita, o al más
cercano al Sol; pero no pasará ese punto hasta el año 1989,
cuando estará a una distancia del Sol sólo levemente menor
que la de Neptuno (2.800.000.000 de millas). Entonces,
Plutón estará más cerca tanto de la Tierra como del Sol y,
por lo general, en la posición más favorable para observarlo
desde la Tierra.
Es una circunstancia interesante que si su órbita está en el
mismo plano que el de la órbita de Neptuno, Plutón en el
perihelio estaría ligeramente dentro de la órbita de Neptuno.
Como resultado de la elevada inclinación mutua de los pla­
nos orbitales de los dos planetas, sin embargo, sus órbitas
no se intersectan en punto alguno, aunque en su más próxi­
mo acercamiento al Sol, Plutón está en realidad un poco
(aproximadamente media unidad astronómica) más cerca
del Sol de lo que lo está Neptuno. Según el Dr. Franklin,
del Planetario Haydn de la ciudad de Nueva York, Plutón se
acercará más al Sol que Neptuno en su órbita el 11 de diciem­
bre de 1978 y permanecerá allí hasta el 14 de marzo de 1999.
Muchos astrólogos han hecho comentarios sobre este perío-

98
do, vinculándolo con cambios cruciales en el desarrollo cul­
tural del mundo. Dane Rudhyar señala específicamente que
este pasaje de Plutón más cerca del Sol que Neptuno tiene un
efecto estimulante o "de siembra" en los niveles más profun­
dos de la consciencia colectiva. Escribe:
Puede decirse que Plutón, al menos en un sentido, simbo­
liza la semilla que cae en el humus constituido por los
restos disueltos y convertidos en elementos químicos,
pertenecientes al interminable ciclo de vegetación anual
(el producto de un proceso neptuniano de disolución);
también puede relacionarse con el "Descenso al Infierno"
por parte de Cristo antes de su resurrección. Por tanto,
cuando Plutón penetra en la órbita de Neptuno, puede
decirse simbólicamente que ocurre un proceso de libera­
ción respecto del pasado y de impregnación mediante
una visión nucleada del futuro. En realidad, tal pert'odo
en toda revolución de Plutón alrededor del Sol, es, histó­
ricamente hablando, insólitamente significativo.
Estos períodos son testimonio, a menudo, de una repola­
rización del inconsciente colectivo y de los ideales del gé­
nero humano en estos lineamientos, en un sentido u otro,
subrayan factores profundamente arraigados en la natura­
leza humana y comunes, pues, a una gran parte del género
humano.
Marc Edmund Jones ha escrito que esta fase histórica del
ciclo de Plutón "marca la revolución total y completa de casi
todo en el mundo". Zipporah Dobyns aclara, además, lo que
ella ve como el significado de este período:
Este período recalca la calidad escorpiana del último cuar­
to de este siglo... Plutón estará en su propio signo desde
mediados de la década del '80 basta mediados de la déca­
da del '90. A la humanidad se la notifica que es hora que
aprendamos a compartir los recursos del planeta. El sig­
nificado clave del 8 de nuestro alfabeto astrológico, ya
sea Plutón, Escorpio o la Bva. casa de un mapa, es la ne­
cesidad de aprender a conocernos a través del espejo de
nuestros pares cercanos, y aprender a dominarnos partien­
do del respeto por los derechos de los demás.

99
La idea de que la "influencia" de Plutón se fortalece en el
período antes mencionado la confirman las lecturas psíquicas
de Edgar Cayce, quien, y a principios de este siglo, expresó:
...estas (influencias) son un cambio que está ocurriendo en
el universo, o en los alrededores de la tierra: Plutón... Está
creciendo gradualmente, y es, pues, una de las influencias
que han de ser una actividad demostrativa en los asuntos o
cambios futuros del hombre, hacia la influencia mental­
mente espiritual.
Estos (individuos), en el presente, como podría decirse,
son los que toman consciencia de lo mismo. Más bien, den­
tro de los próximos cien o doscientos años puede haber
mucha influencia (de Plutón) sobre la ascendencia del
hombre; pues es la más cercana de aquéllas a las actividades
de la tierra, para estar seguros, y es una influencia en desa­
rrollo, que nadie estableció ya. (Lectura 1100-27; citado
en Margaret Gammon, Astrology & tbe Edgar Cayce
Readings, pág. 46).

Una de las cosas más notables acerca de Plutón es que su sig­


nificado abarca muchas cualidades contrarias, sobre las que
hablaremos más circunstanciadamente en breve. Pero estudiar
simplemente el planeta desde el punto de vista astronómico
nos induce inevitablemente a que enfrentemos medidas que
abarcan desde lo más menudo hasta lo incomprensiblemente
vasto. Por ejemplo, Plutón es aproximadamente de la décimo­
cuarta magnitud estelar, lo cual significa que alrededor de una
dieciséis-centésima tan brillante como la estrella más débil
visible fácilmente a simple vista en una noche clara, sin luna.
Este menudo nivel de brillantez, junto con su tamaño más
bien pequeño, son dos factores muy engañosos, pues el po­
der representado por Plutón mucho supera sus atributos
físicos. Parece patente que todo lo conectado con Plutón
(o con el signo de Escorpio o la octava casa) no puede ser
juzgado exactamente por su apariencia, ni puede ser enten­
dido por mera observación de las características superfi­
ciales. Nuestro concepto de la vastedad de nuestro sistema
planetario (también, pues, de la naturaleza de los seres
humanos) se amplió muchísimo con el descubrimiento de

100
Plutón. Los astrónomos solían pensar en nuestro sistema
solar como de sesenta unidades astronómicas de extensión.
En la actualidad, lo ven como tres veces más grande, o de
ochenta unidades astronómicas de diámetro total, y posi­
blemente más grande, pues se sabe que el campo gravitacional
del Sol se extiende más allá de Plutón. Al sistema solar se lo
considera ahora de dimensiones tales que la luz -que viaja en
el vacío a más de 186.000 millas por segundo- necesita unas
once horas para ir de un extremo del dominio planetario al
otro. Recientemente ha resultado claro para números cre­
cientes de astrólogos que la expansión potencial de la cons­
ciencia que Plutón simboliza en el mapa individual es un
paralelo perfecto con la consciencia expandida del vasto
alcance del sistema solar mismo que el descubrimiento de
Plutón impulsó.
Plutón funciona en un nivel profundo tal y con tal suti­
leza que la investigación de los mapas de personas "famosas"
no nos ayuda mucho para entender la significación de Plutón.
Después de todo, habitualmente podemos saber qué proble­
mas interiores o qué experiencias profundas moldearon las
vidas de estas personas. Por eso, la investigación más impor­
tante con Plutón ha de efectuarse en relación con nuestros
mapas natales y los de nuestros íntimos amigos. Ya sea que
se lo considere en relación con la experiencia individual o
los fenómenos colectivos, Plutón simboliza siempre una
forma de poder extremadamente concentrado. Este poder
se concentra tan intensamente que la figura o el tamaffo
físicos de los fenómenos plutonianos ( como el planeta
mismo) son irrelevantes. Por ejemplo, a la bomba atómica
se la considera habitualmente como una fuente plutoniana
de energía. La cantidad de energía liberada por una de esas
bombas es abrumadora en comparación con el tamaffo físico
de la bomba. Como se mencionara, el planeta mismo exhibe
esta característica; pues, aunque más pequeffo que la Tierra,
su "influencia" afecta a la vida sobre la Tierra en una propor­
ción mucho mayor de lo que su tamaffo indicaría. Por tanto,
la energía plutoniana deriva de una fuente que está más allá
o dentro de la forma física a través de la cual la energía
emana. La gran energía de Plutón proviene de una fuente que
no es evidente y que podríamos llamar trascendental. Esta es

101
la razón de que la energía plutoniana se manifieste siempre en
términos de opuestos, pues lo que es verdaderamente trascen­
dente sólo puede entenderlo la consciencia corriente en tér­
minos de opuestos: luz y oscuridad, alegría y sufrimiento, el
show espectacular seguido por el inevitable retroceso. Por
ejemplo, a la energía nuclear y al uso en gran escala de pesti­
cidas químicos se ha hecho referencia como a fenómenos
plutonianos. Ambos son fuentes de gran energía, y todos
hemos visto los resultados evidentes que pueden producir.
Pero a ambos también se los ha usado de tal modo para pro­
ducir los aspectos negativos y destructivos pertenecientes a
tales fuerzas: envenenamiento radiactivo y perjuicios gené­
ticos, y envenenamiento químico del suelo, de la comida y
del agua. Por tanto, Plutón simboliza una clase de energía
que puede usarse creativamente sólo cuando quien la usa
está suficientemente orientado en el orden espiritual, pues
la evolución espiritual y la curación en profundidad son los
únicos ámbitos de la experiencia en los que las fuerzas de
Plutón pueden utilizarse sin un retroceso negativo.

Los tránsitos de Plutón

La función de la energía plutoniana puede demostrarse me­


jor buscando en el significado de los tránsitos de Plutón pun­
tos tan importantes del mapa natal. Aunque en el Capítulo
IX se discutirán más circunstanciadamente estos tránsitos,
es necesario tocarlos aquí a fin de aclarar el principio esencial
que Plutón representa. Los tránsitos de Plutón se interesan
comúnmente por la muerte y la destrucción de lo viejo,
siendo esta destrucción necesaria a fin de dar cabida a lo
nuevo. e.E.O. Carter escribe que "todos los procesos elimina­
tivos son plutonianos, incluidos aquellos por los que aboga
la llamada Cura Natural". Quienes abogan por el método de
Cura Natural creen que, a fin de que la persona se cure, deben
eliminarse todos los venenos, toxinas y otros impedimentos
de la corriente de la energía de vida, permitiendo así que las
fuerzas curativas naturales reconstruyan ( o regeneren) el
cuerpo. Carter dice que un forúnculo es un buen ejemplo
de la acción de Plutón en pequeña escala, puesto que trae a

102
la superficie lo que debe eliminarse. Esta misma fuerza pluto­
niana empezó a estar activa en escala mayor al mismo tiempo
que descubrieron a Plutón, como se observa en el enfoque
freudiano de la psicología (que trae a la luz todo el material
psíquico "reprimido") y en el surgimiento del nazismo (que
trajo a la superficie los insospechados demonios que acechan
bajo la fachada de la "civilización"). Los tránsitos de Plutón
tienen una influencia similar, trayendo a la superficie lo que
está listo para ser eliminado y destruido.
Por ejemplo, uno de mis clientes acudió a mí, hace unos
afios, al borde del derrumbe psicológico. Para entonces esta­
ba paranoico e histérico, aunque habitualmente estaba muy
contenido. Me dijo que tenía toda clase de fantasías paranoi­
des acerca de su amante. Cuando miramos la efemérides para
averiguar qué tránsitos ocurrían entonces, de inmediato se
aclaró la experiencia por la que él estaba atravesando. Plutón,
por tránsito, estaba en cuadratura exacta con su Venus natal.
Por eso le expliqué que los tránsitos de Plutón tenían el efec­
to de destruir viejas pautas de pensamiento y conducta, lo
mismo que de eliminar toda clase de residuo psíquico que
impedían su crecimiento. Puesto que Plutón estaba en
cuadratura con Venus, sus experiencias estaban afectando
naturalmente su vida emocional y sus relaciones íntimas. Era
como si todos los temores, ideales, fantasías y expectativas
que él tenía acerca de las relaciones amorosas hubieran sido
traídas inmediata y forzosamente a la superficie y se purifi­
caran y eliminaran a pesar de los deseos conscientes de esta
persona. Esta explicación le ayudó a obtener alguna especie
de perspectiva de lo que ocurría profundamente dentro de
él, aunque, por supuesto, aún tuviera que atravesar la gama
completa de la experiencia emocional. Luego de la consulta,
pareció algo aliviado; y, pocos días después, me dijo que ha­
bía concertado una cita con un psiquiatra a fin de que le
ayudara a entrar en contacto con estos sentimientos profun­
dos. Luego que este tránsito pasó, las cosas se calmaron al­
go; pero cuando Plutón se volvió retrógrado y entró de
nuevo en la cuadratura con Venus natal, se puso en marcha
otra vez la misma clase de experiencias, aunque esta vez
con mucha menos fuerza. El tercer tránsito de Plutón (otra
vez directo) en cuadratura con su Venus natal marcó el tér-

103
mino de este período larguísimo y dificilísimo de transición
emocional. Para cuando el proceso íntegro había terminado,
él estaba mucho más en claro acerca de su posición respecto
de su amiga; decidió desechar el matrimonio por entonces; y
pareció mucho más contento con su vida emocional cotidia­
na. Además, todos sus valores, concernientes a amor, matri­
monio, dinero o preferencias estéticas, experimentaron una
transformación total. Juzgando ahora, desde el punto venta­
joso de unos pocos aftos después, es patente que esta expe­
riencia única, aunque a la sazón dolorosa y turbadora, abrió
las puertas a nuevas intuiciones y realmente a una nueva
perspectiva de vida que aún hoy en día afectan profunda­
mente sus actitudes diarias.
Esta es una cuestión acerca de los tránsitos de los planetas
trans-saturninos que no puede recalcarse en demasía: las ra­
mifica<;:iones de largo plazo de estos cruciales períodos de
cambios no serán patentes hasta que tengamos la clarificada
perspectiva que sólo el tiempo procurará. Los cambios que
ocurren durante estos períodos son tan intensos y concentra­
dos,. mientras que, al mismo tiempo, sus implicancias plenas
sobre la vida total son tan sutiles, que para los individuos, en
su mayoría, es simplemente imposible asimilar dentro de un
período breve el significado completo de esta transición de
una fase de la vida a otra. A menudo, a una persona le puede
insumir hasta diez aftos captar plenamente lo que estaba ocu­
rriendo en los niveles más profundos durante estas fases
transformativas. En el tiempo exacto del tránsito matemáti­
camente preciso, no tenemos la perspectiva de lo que está
ocurriendo. A menudo, simplemente creemos que nos mo­
vieron el piso, dejándonos desorientados y comprendiendo
que, si bien lo viejo quedó atrás irrecuperablemente, no hay
sitio para quedarse, ni guía firme y familiar a la cual aferrarse.
Se trata de un sentimiento muy inseguro, y con frecuencia
se acompafta de simultáneos síntomas físicos y/o psicológicos
de desintegración. A menudo, me parece que la experiencia
real de estos tránsitos ( o sea, los tránsitos de cualquiera de
los planetas trans-saturninos) casi no produce tantas tensio­
nes como el pánico, el miedo y la ansiedad resultantes que la
mayoría tiene rápidamente como secuela. Puesto que los se­
res humanos son criaturas de hábito y, por tanto, raramente

104
inclinados a renunciar a la vieja y familiar seguridad de pasa­
das pautas de vida, habitualmente se resisten a tales cambios:
lo cual sólo tiene el efecto de acrecentar la presión y la ten­
sión interiores. Lo único que puede hacemos atravesar estos
períodos con algún grado de equilibrio psíquico que quede
intacto es una fe firme e inconmovible en la sabiduría y el
orden de la vida misma. Esta fe ha de basarse en el conoci­
miento real de las leyes universales, pues una fe falsa a la
que primordialmente nos aferramos por miedo se derrumba
inevitablemente tan pronto afrontamos un desafío real. Este
es uno de los máximos valores de la astrología, pues puede
llevar al individuo a descubrir la experiencia real. Al indivi­
duo le puede dar una elevada perspectiva de su experiencia,
un desapego que, a su tiempo, podrá desarrollarse en sa­
biduría.
Por eso, aunque algunos astrólogos sostienen que los
tránsitos de Plutón producen siempre algún género de "se­
paración" respecto de personas, cosas o actividades, podemos
ver, por el ejemplo anterior, que Plutón funciona en un nivel
que es mucho más profundo que el de los meros fenómenos
transitorios. No estoy diciendo que a semejante tránsito ja­
más lo acompañen acontecimientos externos en gran escala.
Estoy recalcando que, haya o no cambios externos eviden­
tes en esta época, el significado de la experiencia nunca es
completamente evidente; pues los cambios en el nivel psí­
quico más profundo son tan duraderos y profundos que la
mente analítica no puede captar la finalidad verdadera de
aquéllos. En el ejemplo anterior, tuvo lugar una "separa­
ción", pero será en un nivel emocional profundo, me­
diante la eliminación de pautas de vida que no sirvan más
a una finalidad útil en el desarrollo interior de la persona.
Por tanto, se "separó" de las pautas psicológicas autoderro­
tistas e inhibitorias, aunque su relación con una mujer par­
ticular se desarrolló marcadamente en intimidad y en pro­
fundidad, y creció rápidamente su capacidad para entender
sus propias necesidades emocionales y, de esta manera, su
aptitud para relacionarse con los demás más significativamen­
te. Por eso, aunque los tránsitos de Plutón coinciden a menu­
do con la finalización absoluta y total de una vieja fase de
actividad exterior o una abierta modalidad de autoexpresión,

105
nos muestran inevitablemente, en lo interior, que es tiempo
de abandonar una vieja pauta psicológica o un viejo enfoque
de la vida que no nos sirven más para finalidad creativa alguna
Esta misma idea la expresa Dane Rudhyar en su libro
Triptych, en el que se refiere a la influencia de Plutón al
producir una "libertad respecto de la esclavitud a las formas
y sustancias que no son útiles ya para el espíritu individua­
lizado ..." Plutón, mediante tránsito, simboliza, por tanto,
el poder para liberar lo más duradero respecto de lo transi­
torio, ya se trate del alma respecto del cuerpo al morir, o del
yo individual respecto de la vieja caparazón de la personali­
dad y el ego. Plutón en tránsito trae a la superficie estados
ocultos o subliminales a fin de que esta energía pueda liberar­
se de la vieja caparazón y transfarmarse en nueva fuente de
energía utilizable conscientemente. La acción de Plutón en
tránsito se ocupa siempre tanto de la luz como de la oscuri­
dad, de lo nuevo como de lo viejo. Por eso, si bien a menudo
trae a la superficie los restos de lo viejo a fin de que se los
pueda eliminar, puede también traer a la luz lo que el yo
interior aprendió y hacer manifiesta la esencia del ser que
lo soporta.

Reencarnación y Karma

Vista a la luz de la reencarnación y de la ley de karma,


podría aclararse la influencia del planeta Plutón. Por ejem­
plo, Plutón en tránsito tiene el efecto de destruir y eliminar
viejas pautas psicológicas, que pueden verse como el residuo
de pensamientos y acciones de la vida pasada. Si cada persona
(o cada alma) ha vivido muchas vidas en muchos cuerpos di­
ferentes, parece razonable que el recuerdo y las impresiones
de todas las acciones y todos los pensamientos de estas vidas
estén aún en la mente subconsciente. Entonces se colige que
tales pautas subliminales de pensamiento y acción podrían
activarse fácilmente en nuestras vidas diarias e interferir nues­
tro funcionamiento como entidades libres y plenamente
conscientes. Los tránsitos de Plutón, por tanto, sirven para
acelerar nuestra evolución cortando nuestro apego a lo viejo
y haciendo lugar para lo nuevo. Según la terminología psico-

106
lógica tradicional, estos conglomerados inconscientes, que,
según el Dr. C.G.Jung, contienen una clara "energía psíqui­
ca" propia, se conocen como "complejos". Estos complejos
están vivos y todavía influyen sobre la vida consciente de los
individuos por medio de varios sentimientos sutiles -pero
insistentes-. En relación con la teoría de la reencarnación,
estas concentraciones de energía psíquica pueden verse como
los resultados (o "karma") de pensamientos, deseos y accio­
nes pasados. Por tanto, los tránsitos de Plutón parecen a
menudo barrer mucho de este residuo kármico en un sector
particular, permitiendo al individuo una posibilidad mayor
de expresarse de allí en adelante como un agente psicológi­
camente libre. Las fantasías, la paranoia y las alucinaciones
que a veces acompañan a los tránsitos de Plutón son, pues,
el resultado de este residuo psíquico que es agitado y empuja­
do por fuerza hacia la superficie.
En la mitología, Plutón fue conectado siempre con el
"mundo subterráneo". Tal como el dios Plutón mantuvo a
Perséfone en el mundo subterráneo, de igual modo la fuerza
plutoniana del horóscopo individual simboliza las viejas pau­
tas y los desechos psíquicos que nos retienen abajo y tienen
que eliminarse.1 En la mitología griega, a Plutón se lo consi­
deraba esotéricamente idéntico a Hades y Dionisos. Como lo
expresa el erudito Kerenyi, Hades y Plutón eran considerados
"seudónimos" de Dionisos (Eleusis, pág. 40). El hecho de que

1 La conexión con el "submundo" parece que la producen las expe­


riencias de las personas durante los tránsitos de Plutón; pues en algu­
nos casos, cosas o personas desaparecen de la vista como si las sacaran de
la superficie de la tierra y las introdujeran en el submundo; en otros
casos, nos reaparecen viejas cosas o personas con las que otrora tu­
vimos relación; a veces, hay una desaparición y una posterior reapari­
ción durante el largo período de tránsitos repetidos de Plutón de un
punto particular. Y la conexión con el submundo se produce también
en casos en los que una persona experimenta contacto con el elemento
criminal durante esta época. Patricia Hearst es un buen ejemplo de
ambos tipos de hechos, puesto que desapareció en el submundo cuando
Plutón estaba cerca de entrar en conjunción con su Luna natal. Los
contactos con el submundo criminal son también comunes cuando
alguien nace con fuertes aspectos natales que abarcan a Plutón y al Sol,
y a veces con otros planetas personales también.

107
al dios subterráneo del vino, Dionisos, y a Plutón, se les consi­
derara idénticos da una clave de porqué la gente se comporta
tan compulsivamente bajo la influencia del alcohol; pues el
licor estimula y agita las compulsiones viejas, habitualmente
inconscientes. Kerenyi escribe que Perséfone fue "seducida
por su padre, el subterráneo Zeus, Hades o Dionisos ... " Este
Zeus subterráneo es idéntico a Plutón, y el hecho de que a
esta deidad se la llama Zeus revela el abrumador poder que
se le atribuía.
Para los griegos, Plutón se consideraba como la antítesis
del Dios Solar Apolo, por ende como enemigo irreconciliable
de toda nueva vida. Esta interpretación corresponde a facto­
res astrológicos; pues el sol en el mapa individual muestra lo
que estamos asimilando y en qué sector de la vida se expresa
nuestro yo más recóndito, mientras que Plutón muestra qué
aspectos de la personalidad deben eliminarse antes de que el
yo pueda crecer y en qué sector de la vida expresamos modos
viejos y compulsivos de ser. Como ya se mencionó, Plutón se
correlacionaba con el poder divino que vive dentro de la tie­
rra ( el Dionisos subterráneo), quien tiene las llaves de las
grandes riquezas, lo mismo que quien da y luego quita las
fuerzas dadoras de vida dentro de todas las formas naturales.
Esta polaridad entre la vida y la muerte, la luz y la oscuridad,
lo nuevo y lo viejo, revela cuán íntimamente se conecta Plu­
tón con los procesos vitales más profundos, activos en los
niveles más hondos de la experiencia. Bajo esta luz, Plutón
puede verse como idéntico al poder abrumador e impersonal
de la tierra, que Jung llama "poder ctónico"; y la impiedad y
la crueldad asociadas a menudo con Plutón son notablemente
evidentes en la naturaleza en la que la sobrevivencia de los
más aptos es la norma, y los fuertes y astutos hacen presa de
los débiles y lentos. Por supuesto, hay una ley natural que
guía este proceso, pero no disminuye el terror y el horror que
a menudo sentimos ante la crueldad impersonal de la natura­
leza en el plano material. ¿Tal vez esta conexión de Plutón
con el poder más profundo de la tierra fue a lo que Cayce
se refería cuando dijo que Plutón está más próximo a las acti­
vidades del planeta tierra?.
Si queremos comprender mejor qué es este poder ctónico
de la tierra, sería conveniente que siguiéramos lo que nos su-

108
giere un peculiar mito griego, según el cual todo sitio en el
que crecía una higuera era considerado un punto de la super­
ficie de la tierra por el que se podía tener fácil acceso a la
energía plutoniana que está debajo. Uno podía sentarse de­
bajo de ese árbol y armonizarse con esta energía a fin de fa­
miliarizarse con su fuerza primaria. Durante milenios, a la hi­
guera se la consideró en muchas culturas como el símbolo por
excelencia de la fertilidad de la tierra y de su aptitud para
producir vida incluso en un desierto. De hecho, una de las
muchas "coincidencias" astrológicas insólitas de mi vida fue
el hecho de que yo solía escalar una alta colina, en Califor­
nia del Norte, a fin de sentarme a meditar bajo las elevadas
ramas de una higuera antigua y enorme. Siempre me impre­
sionó poderosamente la intensa energía que emanaba de ese
sector, como si yo descendiera a las nieblas prístinas de épo­
cas prehistóricas, en las que aún podían experimentarse pode­
res y energías cósmicas con gran inmediatez. Incluso un día,
en que la temperatura exterior era de 43,3 grados centígra­
dos, bajo la higuera era muchos grados más fría. El tronco de
ese árbol tenía más de 1,21 m de diámetro, y el diámetro del
árbol entero medido desde las ramas exteriores, debía haber
sido por lo menos de 15 ,24 m. Lo singular es que yo nunca
había oído hablar, en esa época, de las leyendas griegas acerca
de la correlación de la higuera con Plutón. Cuando me encon­
tré con estos mitos poco tiempo después, me pareció que la
antigua leyenda no sólo se basaba en una energía real que po­
día experimentarse sino también que era especialmente apro­
piada, puesto que mi Luna progresada estaba entonces en la
octava casa natal y aspectando a Plutón natal.
Uno de los aspectos paradójicos de la naturaleza de Plutón
es que su simbolismo incorpora las viejas formas de vida que
están listas para ser eliminadas y el poder mismo que destro­
zará esas formas y efectuará este tipo de cirugía psicológica­
emocional. Esta aparente paradoja puede entenderse cuando
vemos que la energía plutoniana está contenida dentro de las
viejas formas y que sencillamente necesita activarse (por
ejemplo, mediante un tránsito potente) para que la energía se
libere y así lleve las cosas rápida y compulsivamente a la su­
perficie. Una analogía sería el brote de una semilla; pues la
forma rígida y concentrada de la semilla se destruye real-

109
mente cuando empieza a agitarse la energía latente de la
semilla. Cuando la semilla recibe la humedad y el calor que
necesita para que se desarrolle la energía potencial, la forma
de la semilla se parte y realmente se usa como alimento a
fin de nutrir y sostener al nuevo crecimiento. Podríamos
tomar una lección de esta analogía en la que mientras las
viejas pautas y formas de vida se destruyen y eliminan de
nuestra actual modalidad de vida durante un período pluto­
niano, la energía liberada de esta transformación (aunque en
forma de dolor y profunda agonía) es la energía misma que
nos nutrirá y permitirá pujar hacia adelante en procura de
un nuevo crecimiento.

La posición de casas de Plutón

Podemos decir, en consecuencia, que la posición de Plutón


en el mapa natal individual revela al ego viejo, o a la vieja
caparazón de la personalidad que aún está activa y que toda­
vía encarna una considerable concentración de energía psí­
quica. Mientras esta energía permanece inconsciente e
inextricablemente conectada con viejas pautas de vida,
actúa como un complejo psicológico que promueve pautas
compulsivas y obsesivas de pensamiento y conducta en nues­
tra vida consciente. Sólo cuando esta energía se libera de los
confines de la vieja caparazón -la caparazón que ahora he­
mos superado- podrá ser utilizada conscientemente para que
nos ayude a manifestar la esencia de la individualidad solar,
el nuevo modo de ser que es necesario para nuestro desarro­
llo. Plutón en el mapa individual simboliza, por tanto, (me­
diante la posición de casa) las impresiones psíquicas, honda­
mente asentadas, resultantes de deseos y acciones pasados,
que ahora se manifiestan sutilmente como obsesiones y com­
pulsiones que no tienen explicación racional. En otras pala­
bras, la naturaleza verdadera del deseo original ya no está
claro para nosotros; empero, estamos aún a merced de esta
inclinación, y esto a menudo nos aflige. La posición de la
casa de Plutón, por tanto, también nos muestra dónde vivi­
mos hasta el fin de acuerdo con un viejo deseo o pauta de
conducta y dónde los resultados de ese impulso abrumador
están creando a menudo dolor y sufrimiento.

110
Otro modo de plantear esto es que estamos encontrándo­
nos más intensamente con nuestro karma en cuanto sector
de la vida esté simbolizado en la posición de casa de Plutón.
Aunque se dice con frecuencia que Saturno es el planeta del
karma, esta es una simplificación excesiva. Saturno revela
ciertamente pruebas kármicas especificas y necesidades espe­
cíficas de autodisciplina. Pero la esencia de la ley de karma,
como lo expresa el clarividente Edgar Cayce, es "encontrar
al yo". Y la posición de casa de Plutón muestra el campo de
la experiencia en el que nos encontramos con nuestro viejo
yo y nuestros deseos pasados. El sufrimiento obligado a me­
nudo por la confrontación con este viejo yo es un claro ejem­
plo de cuán difícil es vivir de conformidad con el antiguo
axioma de "Conócete a ti mismo". Plutón, en el mapa indi­
vidual, revela, pues, qué trabajo tenemos que hacer en los
niveles profundos de nuestro ser, qué pautas del ser tenemos
que dejar salir, eliminar o rechazar. La razón de que a menu­
do, se diga que Plutón representa una '"octava superior" de
Marte es no sólo que ambas son influencias extremadamente
potentes y afirmativas, sino también que ambos planetas reve­
lan, en todo mapa particular, direcciones específicas que esta
energía debe tomar. Mientras Marte representa la energía que
tenemos que hacer trabajar en el mundo, Plutón representa la
energía necesaria para hacerla trabajar en el submundo, o sea,
en los niveles más profundos de la estructura psíquica de cada
persona.
En cualquier casa en que Plutón se halle está elevadamente
energetizado, pues es aquí que estamos en contacto inmedia­
to con un profundo depósito de energía concentrada. Esta
gran energía puede usarse para asegurar voluntariosa, cruel y
nocivamente nuestros deseos; o puede aparejarse como una
energía volitiva y mental positiva y usarse para elevar nues­
tras cualidades superiores. Cualquiera sea la casa en que esté
Plutón mostrará dónde nos inclinamos a tratar de imponer la
voluntad a los demás, pero es también en este sector de la
vida que podremos dar las más dramáticas zancadas hacia el
desarrollo personal. Hay gran energía en nuestra disposición
en cualquier sector de la vida que la posición de casa de
Plutón indique, y esta energía puede prestar profundidad y
plenitud, intuición y poder de concentración en aquellos

111
campos de la experiencia, si la energía se utiliza con plena
consciencia. La posición de casa de Plutón indica también el
sector de la vida en el que el individuo puede sentirse aislado
y solitario, pues en este ámbito de la vida la persona prefiere
permanecer enterrada en sus propios intereses. Esto puede
indicar cierta cualidad antisocial debida al hecho de que esta­
mos impacientes y exigentes en este sector de la vida. Esta
impaciencia surge del profundo sentimiento de que nuestra
identidad (una identidad acarreada desde el pasado) es ame­
nazada, que todo lo relacionado con ese caso particular de
experiencia se derrumba y se está destruyendo en los cimien­
tos de nuestro ser. Aquí vemos otra vez la polaridad entre el
Sol (nuestra identidad verdadera en esta vida) y Plutón (una
vieja pauta de identidad del pasado, aún activa subliminal­
mente ). La vieja identidad está siendo destruida, un proceso
que ha de experimentarse a fin de que la persona experimente
un nuevo modo de ser.
Unos pocos ejemplos pueden explicar esta conexión entre
Plutón y una resonancia con una pauta de vida del pasado.
Plutón en la primera casa es una de las posiciones plutonia­
nas más difíciles para tener en un mapa natal. Aquí, la perso­
na experimenta habitualmente una casi continua crisis de
identidad durante sus primeros veinticinco años o incluso
más tiempo, siendo ésta una experiencia que afecta grave­
mente la imagen personal de esa persona. Pero, ¿de dónde
proviene este sentimiento? Creo que este factor es sólo ex­
plicable en términos de reencarnación y karma. Como ejem­
plo, a dos personas que conozco, clarividentes confiables les
hablaron de sus vidas pasadas, cuya influencia es muy activa
en sus vidas presentes. Ambas personas tienen a Plutón en la
primera casa, conocida a menudo como la "casa de la identi­
dad". A una persona le dijeron que era esclava del pasado, y
esta exigente experiencia con seguridad podía tenerse en
cuenta por su falta de confianza en sí misma y sus periódi­
cas crisis de identidad desde su niñez. A la otra persona le
dijeron que había estado en la Atlántida donde la habían
sometido a toda clase de crueles ,experimentos "científicos",
que tenían un efecto devastador sobre su sentido de identi­
dad. Además, esto podría explicar fácilmente sus problemas
de identidad en esta vida. A otra persona, que tiene a Plutón

112
en la quinta casa de su mapa natal, le dijeron que había sido
jefe de una gran empresa y que había tenido mucho poder
sobre otras personas. Esta tendencia acarrea en esta vida una
inclinación a "enseñorearse sobre" los demás y olvidar que
éstos tienen sus propios deseos y derechos. (Recuérdese que
la quinta casa se correlaciona con el señorial signo de Leo.).
Otro ejemplo, el clarividente Edgar Cayce, decía en su propia
lectura psíquica, que otrora había estado en una posición de
autoridad social, modelando las vidas de miles de personas
cuando era sacerdote en Egipto. Esta explicación corresponde
a que el Plutón natal de Cayce estaba en la décima casa de au­
toridad, y quienquiera que lea la biografía de Cayce no puede
dejar de notar cuán a menudo él tuvo choques con los de au­
toridad durante su vida.
De los ejemplos anteriores podemos colegir que la posición
de casa de Plutón muestra una pauta de vida del pasado que
se introduce en esta vida. La energía del pasado está todavía
allí; pero, evidentemente, ha llegado el tiempo de usar esa
energía de una nueva manera. Ha llegado el tiempo de que
muera la vieja pauta de vida y se desarrolle un nuevo modo
de ser. A esta altura, bien podríamos preguntar: ¿cómo podrá
desarrollarse este nuevo modo de ser cuando cada uno de no­
sotros está encadenado a lo viejo? Sólo puedo responder que
debemos conscientemente dejar pasar lo viejo y franqueamos
a la influencia de los demás para que podamos aprender nue­
vas actitudes respecto de ese ámbito de la vida. Este dejar
pasar es especialmente difícil para las personas plutonianas y
escorpianas, pues éstas odian dejar pasar en cualquier sentido,
puesto que temen que ese franquearse resultante las tomará
vulnerables y, de esa manera, pasarán a poder de otros la
energía que quieren conservar. ¿Cómo podremos tener la fe
para dejar pasar si no confiamos en los demás, en nuestras
motivaciones, o -realmente- en la vida o en Dios? Este es el
dilema que toda persona afronta si tiene fuerte acento sobre
Plutón, Escorpio o incluso la octava casa del mapa natal. Por
tanto, podríamos decir que el primer paso al ocupamos de
este tipo de problema es aprender a confiar, primero asumiendo
el riesgo de franqueamos cada tanto y llegando a comprender
que podremos manejar cuanto sobrevenga, aunque esto traiga
dolor consigo. Una de las cualidades contradictorias de Plu-

113
tón es que quienes tienen énfasis sobre este planeta (o su sig­
no o casa) sean a menudo tan valientes e intrépidos respecto
del sufrimiento en su enfoque de las actividades y exigencias
de la vida externa; empero, estas son las mismas personas que,
a menudo, tienen terror de encontrarse con el dolor de sus
propios sentimientos más profundos.
Este proceso de aprender un nuevo enfoque, de pulir nues­
tro modo de expresarnos y de usar nuestro poder de volun­
tad, se ha llamado a menudo ''regeneración". De allí que po­
demos decir que la posición de casa de Plutón revela el ámbi­
to de la vida en el que debe tener lugar una regeneración
completa. Esta regeneración cambia la porfía, la compulsi­
vidad y la crueldad en una energía conscientemente utiliza­
ble de gran intensidad que luego se manifiesta como pene­
trante intuición, comprensión de las fuerzas sutiles (a menu­
do resultantes en conocimiento adelantado en años respecto
de su época), y el uso de la voluntad para promover acciones
creadoras. La energía de Plutón puede dirigirse también para
que se introduzca en canales curativos. De hecho, muchas
personas que se especializan en curar meramente mediante
imposición de manos o mediante otros sistemas de curación
por contacto tienen en sus mapas un Plutón destacado. Debe
recalcarse que la energía de Plutón es tan eficaz en la cura­
ción porque es, simultáneamente, una energía saliente y vigo­
rosa y una sensibilidad receptiva.
Las partes siguientes proporcionan sugerencias y lineamien­
tos para interpretar el significado de Plutón en las diversas
casas natales. Téngase a bien mantener presente que estos son
sólo lineamientos y tienden primordialmente a producir en la
mente intuiciones relacionadas con la persona cuyo mapa se
examina. Depende de usted juzgar cuán positiva o negativa­
mente se expresan las diversas posibilidades.

Plutón en la primera casa: En la primera casa, la casa de la


identidad, Plutón indica que deberá cambiar totalmente
el sentido del yo de la persona. Aunque estas personas a
menudo tienen un conocimiento profundo y penetrante,
su inseguridad y reserva les impide expresarlo libremente.
Necesitan desesperadamente escuchar las opiniones que los
demás tienen de ellos a fin de generar un nuevo sentimien-

114
to acerca de ellas mismas; pero su defensividad acerca de
su sentido de identidad inhibe a menudo esta apertura. La
cooperación en un nivel personal profundo es tan difícil
para ellas que, a menudo, terminan aislándose y, en algu­
nos casos, incluso alienándose respecto de amigos y fami­
lia. Si aquí se usa creativamente la energía de Plutón, la
persona podrá exhibir una potente concentración, una
dedicación a ideales espirituales o sociales superiores, y una
notable profundidad en los significados más profundos de
la vida.

Plutón en la segunda casa: Aquí hay un abrumador deseo


de tener control de nuestros recursos materiales como una
ayuda para alcanzar la paz mental. La orientación misma
hacia el control o la posesión es, sin embargo, la fuente de
agitación interior. Plutón en esta casa indica que nuestras
actitudes respecto a tener o poseer cosas o personas debe
transformarse a fin de lograr una regeneración de valores.
Plutón indica también aquí que gastos compulsivos podrán
ser fuente de dificultad, en cuyo caso necesitamos discipli­
nar esa tendencia. Una persona con esta posición de Plutón
es, sin embargo, a menudo en extremo ingeniosa para cons­
truir algún género de seguridad material; y pµede haber co­
nocimiento de los géneros más profundos de energías que
el dinero representa.

Plutón en la tercera casa: Plutón en esta casa indica una


persona que es cumpulsivamente esmerada en todas las
cuestiones de comunicación. Esta persona quiere estar ab­
solutamente segura de que las ideas se transmiten clara­
mente. Esto puede manifestarse como un modo más bien
irritable de hablar con los demás, o puede transformarse en
una actitud creativa para llegar a las profundidades de la in­
teracción humana. Las personas con Plutón aquí pueden
tener también grandes energías que podrán sacar de sus
manos en la labor curativa, y a menudo tienen talento na­
tural en toda forma de investigación.

Plutón en la cuarta casa: Aquí, la compulsividad plutonia­


na funciona dentro del hogar y dentro de las profundida-

115
des emocionales de la vida psicológica de la persona. Hay
fuerte tendencia a la seguridad y a un lugar de descanso y
retiro en el que la persona pueda controlar exactamente lo
que está sucediendo en el medio ambiente. Esto puede in­
dicar una vida hogareña sujeta a toda clase de conmocio­
nes y luchas debidas a porfía y obstinación. Plutón indica
aquí que se necesita una reorientación total en nuestros
sentimientos más profundos y en nuestro sentido de segu­
ridad, paz interior y contento. También puede indicar in­
tuición profunda de las necesidades emocionales de los de­
más y aptitud para penetrar en la mente inconsciente.

Plutón en la quinta casa: Hay aquí una fuerte compulsión


para "ser alguien", para expresar nuestra individualidad de
un modo grande. A menudo, se desbaratan los deseos de
estas personas de ser las mejores y que se las reconozca co­
mo tales, llevando así a dolorosas revalorizaciones de la ne­
cesidad de ser grandes. Si la energía que motiva la compul­
sión se transforma en una energía conscientemente utiliza­
ble y prácticamente aplicable, entonces la persona podrá
ser precursora en nuevos ámbitos de la creatividad con
profundidad insólita. Su labor creadora puede estar adelan­
tada respecto de su época, pero la energía y el acabado de
la obra asegurarán su eventual aceptación. Las estrechas re­
laciones emocionales con hijos o amantes sirven también
para ayudar a estas personas a que aprendan sobre ellas
mismas de maneras esenciales, aunque deba eliminarse el
elemento compulsivo de tales relaciones. La clave de esta
posición de Plutón es que la persona deberá aprender a
contentarse con su suerte en la vida y a usar su gran ener­
gía para hacer más bien algo especial que tan sólo querer
que la conozcan como alguien especial.
Plutón en la sexta casa: Aquí, en la sexta casa, Plutón indi­
ca a alguien que quiere servir y ayudar a los demás o, por
lo menos, quiere sentirse como si fuera una persona útil.
Puede haber compulsión para servir a los demás, a menu­
do de maneras que no sean apreciadas por aquellos que son
servidos. Esta persona mejor hará en trabajar por sí y
consigo, dirigiendo sus energías reformadoras hacia su pro-

116
pia transformación personal. Esta posición de Plutón indi­
ca también que cuestiones de salud personal, o de una en­
fermedad grave particular, pueden ser instrumentales en la
producción de grandes cambios en nuestras actitudes y una
purificación de nuestros valores. En algunos casos, también
parece indicar talento en las artes curativas.

Plutón en la séptima casa: Con Plutón en la séptima casa,


el individuo descubrirá que el matrimonio y las relaciones
íntimas son el campo dominante dentro del cual podrá te­
ner lugar su propia transformación personal. A menudo,
hay problemas emocionales compulsivos y dolorosos con
relaciones íntimas. Aunque esta persona quiere dar a los
demás mucha libertad y quiere desesperadamente que gus­
ten de ella, a menudo se descubre incapaz de establecer
con los demás una verdadera relación. Resulta difícil la
cooperación, especialmente cuando la persona descubre
que está relacionada con personas que ejercen un poder
definido en su vida. Con esta posición de Plutón, un ma­
trimonio puede durar mucho, pero sólo si la persona acep­
ta los cambios personales necesarios para hacer que fun­
cione.

Plutón en la octava casa: Plutón en esta casa revela una


compulsión respecto a influir en el mundo medtante el uso
de poder, ya sea a través de canales de autoridad social­
mente aprobados o a través de profundas fuerzas psicoló­
gicas o poder profundo. Puede haber una inclinación a ma­
nejar a los demás e insistir en que los demás cambien de
acuerdo con los valores de esta persona. Como los de Plu­
tón en la sexta casa, esta persona se esforzará en dejar que
los demás sean sencillamente ellos mismos y en concentrar­
se en aprender cómo utilizar el poder para su propia trans­
formación personal. A menudo hay experiencias dolorosa­
mente compulsivas en el ámbito de la sexualidad. La clave
para resolver todo este complejo es que la persona necesita
reorientar totalmente su uso de todo poder: físico, mental,
social, emocional y espiritual.

Plutón en la novena casa: Con esta posición de Plutón hay

117
una compulsión a tener y expresar fuertes creencias e idea­
les que podrán guiar el modo de vida de la persona. Mani­
festándose negativamente, esto puede tomar la forma de
dogmatismo, justicia por propia mano, y necesidad de con­
vertir o convencer a los demás de que ellos son los únicos
que conocen la verdad. A fin de transformar esta tenden­
cia, estas personas deben comprender que, como escribiera
C.G. Jung, la salvación de una persona es la condenación
de otra; y que deben prescindir del deseo de demostrar pa­
ra ellas mismas las creencias predicándolas a los demás.
Con esta posición de Plutón, a menudo descubrimos que,
a medida que pasan los años, la persona tiene experien­
cias profundamente hondas que sirven para reorientar sus
actitudes acerca de Dios, la verdad y el valor de la vida
humana.

Plutón en la décima casa: La compulsividad de Plutón asu­


me aquí, con frecuencia, la forma de impaciencia para con
la autoridad; un resentimiento contra los que tienen auto­
ridad, o un impulso abrumador de establecerse de algún
modo destacado que los demás reconocerán. A menudo
estas personas pueden alcanzar la posición en el mundo
que buscan, pero habitualmente implica una revaloriza­
ción larga y algo dolorosa de sus verdaderos motivos y
valores. De allí que aquellos con esta posición de Plutón
necesitan transformar totalmente sus actitudes hacia el
triunfo mundano, la autoridad y la reputación. Idealmen­
te, simboliza una aptitud para ver más allá de las formas
externas de la "autoridad" y, por ende, para desarrollar
un sentido más profundo de responsailidad acerca del
ejercicio de la autoridad.

Plutón en la undécima casa: Aquí Plutón se manifiesta


como una compulsión a ser aceptado por los demás y co­
mo una necesidad a lograr ciertos objetivos que conscien­
temente no están muy claros. A menudo, han de cambiarse
ciertas ideas fijas a fin de que pueda tener lugar un renaci­
miento en los ámbitos de nuestros deseos últimos y nues­
tro sentido de finalidad. El énfasis sobre el futuro asume a
veces tal precedencia con estas personas que descuidan el

118
presente. Los que tienen esta posición de Plutón en sus
mapas natales deben aprender a confiar en ellos mismos,
más que en los demás, para realizarse, sabiendo que su más
profunda esperanza para el futuro sólo se cumplirá si abar­
ca una transformación y una clarificación íntegras de su
propia finalidad creadora dentro de la estructura de las ne­
cesidades sociales.

Plutón en la duodécima casa: Con esta posición de Plutón,


la persona debe transformar la calidad de su vida emocio­
nal, adhiriendo a alguna creencia o verdad trascendental
que tenga el efecto de liberar al yo de un pantano de con­
fusas emociones. A menudo, esta reorientación exigirá lar­
gos períodos de soledad y abstención de interacción social;
pues el trato con los demás tiene a menudo el efecto de
agitar de nuevo las viejas y perturbadoras emociones que la
persona está tratando de trascender. Deben tener cuidado
de no permitir que estrechas pautas emocionales de culpa,
y sentimientos de autopersecución no les ganen de mano.
La clave de esta orientación es establecer definidas actitu­
des espirituales hacia toda la vida. Una vez que esta trans­
formación espiritual avanzó hasta cierto punto, el indivi­
viduo puede desarrollar la capacidad para experimentar la
unidad de toda la vida que yace debajo de las formas
externas.

En todas las casas, puede abrise la energía de Plutón para


que se enderece hacia una consciencia impersonal elevada
-pero controlable, y para que el poder volitivo dirija a la
consciencia dentro de actividades creativas. En cuanto a
Saturno, el aspecto negativo de Plutón ha sido recalcado de
más; pues el poder real de Plutón sólo se vuelve negativo si
procuramos interferir en su labor.

Los aspectos de Plutón

En mi experiencia, los aspectos que involucran a Plutón se


cuentan entre los factores más difíciles de entender de cual­
quier mapa, pues nunca sabemos en qué nivel se manifiesta

119
el potencial. Aunque la naturaleza de Urano se menciona a
menudo como "impredecible", me parece que la acción de
Plutón es más impredecible todavía. En muchos casos, pare­
ce que es poca la diferencia si el aspecto se considera "armó­
nico" o "inarmónico". De hecho, cuando empezamos a inves­
tigar los aspectos de cualquiera de los planetas trans-saturni­
nos, vemos que los aspectos denominados tensionados se ha­
llan a menudo en los mapas de las personas más creativas y
espiritualmente conscientes. Por tanto, nuestra evaluación
del significado de varios aspectos depende en realidad, funda­
mentalmente de nuestra filosofía de la vida y de la particular
finalidad individual que más elevadamente valoramos. Si
nuestra finalidad primordial es llevar una vida cómoda y con
ausencia de mayores problemas (pero, en consecuencia, tam­
bién con ausencia de desafíos de crecimiento y creatividad),
podría justificarse algo el enfocar los aspectos del modo tra­
dicional de rotularlos como duros/blandos, buenos/malos,
difíciles/fáciles. Pero si tenemos la capacidad para ver las
posibilidades de la vida con más complejidad y hondura, en­
tonces resulta mucho más difícil categorizar varios tipos de
experiencia humana según tipos simplistas a priori. El hecho
más evidente para mí es que, si suponemos que en realidad
hay una inteligencia creativa de la que emanan todas las ma­
nifestaciones de vida, entonces toda experiencia de vida es
guiada por esta inteligencia superior y tiene una finalidad es­
pecífica. ¿Cómo podremos cuestionar esta finalidad? Hacerlo
es revelar nuestra arrogancia intelectual, pues es un paso au­
daz pensar que tenemos la capacidad para conocer mejor
que el Arquitecto de este universo. Subrayado en el capítulo
VI hay un enfoque más total y creo que más constructivo de
los aspectos que el que se encuentra comúnmente en los li­
bros de texto sobre astrología. Algunas de las cuestiones an­
tedichas se consideran más en ese capítulo, pues es material
más específico acerca de los aspectos de Plutón. Pero hay al­
gunas cuestiones básicas sobre estos aspectos que podremos
aclarar aquí, puesto que se relacionan con las características
de Plutón ya discutidas.
Los aspectos de Plutón con otro planeta del mapa indivi­
dual muestran cuán fácilmente podremos usa:r la energía de
Plutón y cuán fácilmente podemos experimentar una regene-

120
ración plutoniana. Por ejemplo, un tipo similar de desarrollo
y transformación pueden indicarlo tanto el trígono como la
cuadratura entre los mismos planetas, pero la persona puede
resistir vigorosamente el cambio cuando el aspecto está en
cuadratura. Cuando el aspecto es más armónico, (por ejem­
plo, trígono o sextil), parece que la persona tiene a menudo
conocimiento interior de porqué es necesario este cambio
particular, y de allí que se acomode a los cambios necesarios
con más facilidad. Específicamente, a menudo parece que los
de Plutón en trígono o sextil con su Sol o Luna (o, en ocasio­
nes, con otros planetas personales) tienen un conocimiento
innato de los procesos naturales de crecimiento y transforma­
ción. A menudo, parecen dar por sentado el hecho de que la
vida exige siempre que dejemos detrás lo viejo y nos abra­
mos a lo nuevo. Esto no significa que tales personas jamás
experimenten dolor alguno relacionado con los cambios plu­
tonianos, sino sencillamente que saben y aceptan el hecho
de que el dolor que experimentan es parte necesaria de la
vida.
El hecho de que se indique un tipo similar de transforma­
ción, ya sea que el aspecto con Plutón sea un aspecto tradi­
cionalmente "duro" o "fácil" podrá ilustrarse con el siguien­
te ejemplo. (Nótese que principalmente el enfoque de la per­
sona en su trato con los cambios requeridos es lo que la
relativa armonía o desarmonía del aspecto mismo indica
más específicamente.) Hace pocos afíos, durante una con­
sulta con un hombre de treinta afíos de edad, estábamos
conversando sobre sus reacciones emocionales y su estado
emocional general cuando formuló la siguiente declaración:
"Descubro que siempre tengo que reformar los estados de
mis sentimientos, para cambiar conscientemente mis reaccio­
nes inmediatas ante muchas situaciones diferentes". Esta per­
sona particular conocía en esa época muy poco de astrología
y ciertamente no estaba familiarizada en profundidad con los
aspectos de Plutón. Empero, un vistazo a su mapa reveló que
había nacido ¡con Plutón en un trígono cercano con la Luna!
¿Qué mejor símbolo podríamos tener sobre la experiencia
exacta que él acababa de describirme? Pero el punto clave es
aquí que él tenia conciencia de que estaba realizando conti­
nuamente un esfuerzo consciente para efectuar la reforma y

121
la transformación de esta parte de su naturaleza. No era algo
que él resistiera o que le perturbara especialmente. Se perci­
bía que era sencillamente una experiencia transformativa
regular de su vida cotidiana que él aceptaba plenamente como
necesaria, aunque no estaba al tanto del simbolismo astroló­
gico de este proceso. Otra persona con Plutón en conjunción,
cuadratura u oposición a la Luna natal podría experimentar
la misma necesidad de alterar sus reacciones emocionales es­
pontáneas a fin de imponerse y adaptarse a la vida diaria; pe­
ro una persona con estos aspectos particulares podría ver
esto como más que un problema y tendería a resistirse a ini­
ciar el esfuerzo para efectuar los cambios necesarios.
Plutón en cualquier aspecto con un planeta personal signi­
fica que hay un incremento de la consciencia debida, un re­
nacimiento de suertes, con respecto a la parte de uno mismo
simbolizada por el otro planeta. Este incremento de la cons­
ciencia puede considerarse como especialmente necesario
para nuestro crecimiento si el aspecto es una conjunción,
una cuadratura, un quincuncio o una oposición. En otras pa­
labras, la dimensión de la experiencia simbolizada por el pla­
neta en aspecto con Plutón necesita transformarse en un nivel
superior y más consciente de expresión. Entre los aspectos
más dinámicos,- la conjunción, la cuadratura y el quincuncio
indican habitualmente una tensión interior y un desafío que
podremos aceptar como algo que deberemos enfrentar con
intensidad y compromiso plenos, o que podremos tratar de
eludir o de escapar de ello. El otro aspecto "dinámico" que
involucra a Plutón, la oposición, indica habitualmente que
tendencias compulsivas, exigentes y porfiadas interfieren muy
regularmente en el desarrollo de ciertas relaciones en nuestras
vidas. El otro planeta involucrado y las casas en las que los
planetas caen dan habitualmente bastante información para
que pueda extendérselos al tipo específico de relación con el
que este problema se enfoca. Según mi experiencia, las perso­
nas con oposiciones de Plutón muy raras veces advierten el
hecho de que son sus exigencias sutiles -exigencias para que
la otra persona sea distinta de lo que realmente es- las que
crean los problemas de relación. De hecho, puesto que, por
naturaleza, Plutón indica habitualmente cierto complejo de
tendencias compulsivas inconscientes, no es de sorprenderse

122
que la mayoría de las personas con las que he tratado no pue­
den identificarse inmediatamente con las pautas compulsivas
de conducta que Plutón indica en sus mapas. Sólo cuando las
personas han dado pasos positivos hacia un autoexamen hon­
rado - ¡e incluso despiadado!- se tornan bastante conscien­
tes de sus sentimientos y motivaciones más profundos para
poder relacionarlos con el significado de Plutón en sus pro­
pios mapas. Y la tensión de los aspectos "difíciles" de Plutón
podrán entonces generar la aptitud para expresar la energía
plutoniana de un modo particularmente dinámico.
Los trígonos y los sextiles pueden significar que expresa­
mos fácilmente la energía plutoniana de modo creativo; pero
esto no es siempre necesariamente cierto. Estos aspectos
muestran efectivamente que está abierto el canal para que
esa energía se exprese; pero, si esa energía todavía no está
depurada, ni regenerada, estos aspectos podrían significar
sencillamente que expresamos más bien con facilidad el lado
negativo y compulsivo de la energía de Plutón. Por ejemplo,
en una ocasión, una mujer que me consultó tenía a Plutón
en su casa novena en trígono exacto con su Luna. Plutón en
la novena casa puede significar opiniones y creencias rígida­
mente compulsivas traídas de una encarnación pasada; y éste
es uno de los significados habituales de Plutón en la novena
casa hasta que haya tenido lugar una transformación de nues­
tras creencias últimas. Esta mujer particular derrotaba reitera­
damente sus intentos a tientas en procura de crecimiento ape­
gándose a estas creencias rígidas. Sus ideas no tenían lógica,
ni se basaban en género alguno de revelación o intuición per­
sonal. Su modelo de creencia y las opiniones resultantes pare­
cían ser simplemente un género de condicionamiento pa­
sado del que tenía dificultad en liberarse. Sin importar
cuán insatisfecha estaba con su vida actual, ni qué caminos
de alternativa en sus tratos con la vida se le presentaran, siem­
pre podía invocar alguna creencia inflexible que pudiera usar
como excusa por no asumir riesgos ni responsabilidades per­
sonales para cambiar su vida. De allí que, aunque el aspecto
con Plutón en este caso es "armónico", parece indicar mera­
mente que ella puede expresar sus actitudes y opiniones au­
toderrotistas con comparativa facilidad. Sólo cuando atrave­
só un proceso transformativo en este ámbito de su vida,

123
cuando logra dejar detrás estas compulsiones inhibitorias,
este trígono puede empezar a manifestarse creativamente.
Los aspectos de Plutón pueden también darnos una clave
acerca de cómo una persona usa su poder de voluntad y su
concentrada energía mental. Aunque debemos tener cuidado
en la aplicación de los principios generales a un individuo en
particular, tengo la seguridad de que las conjunciones, las
cuadraturas y las oposiciones tienden hacia una clase por­
fiada de conducta, en la que la persona tratará, a menudo,
de imponerse más bien con crueldad a la voluntad de otra
persona. Sin embargo, los mismos aspectos pueden también
mostrar la posibilidad de desarrollo de una fuerza interior y
un coraje extremadamente poderosos, si el individuo logra to­
mar consciencia de su tendencia a utilizar mal la energía y la
pone bajo control consciente. Si la energía plutoniana se ex­
presa creativamente, la persona podrá exhibir gran autodisci­
plina, firme consagración al desarrollo espiritual y vigorosos
recursos.
Otra intuición del significado de Plutón y sus aspectos fue
patente para mí cuando escuchaba una conferencia de Ri­
chard Ideman, célebre astrólogo y disertante. Relacionó a
Plutón con el concepto de "tabú" y los temores que las per­
sonas experimentan respecto a tales ámbitos socialmente
prohibidos. Este concepto de "tabú" es utilísimo, pues ex­
plica muchísimo no sólo respecto de Plutón sino también
de la significación de la octava casa y la naturaleza más pro­
funda del signo de Escorpio. Por ejemplo, me resultó claro
que los escorpianos y plutonianos son particularmente sus­
ceptibles a la paranoia en un grado u otro. Una de las razo­
nes de este profundo terror interior es, como ya lo mencioné,
el hecho de que tales personas no confían fácilmente en los
demás ni en sus propios sentimientos y motivaciones. Pero
otra razón de esta paranoia y de los problemas de conducta
y relación resultantes de tal temor es que la persona se siente,
a menudo, culpable de quebrantar tabúes sociales, morales o
familiares. Existe un extremadamente intenso conflicto de
atracción-repulsión que los plutonianos sienten acerca de
ámbitos de la vida que son tabú. Y, ya sea que en realidad
experimenten directamente representando su interés en
estos ámbitos de la vida que son tabú o que meramente pien-

124
sen acerca de tales cosas pero repriman el deseo de represen­
tarlas, estas personas están con frecuencia perturbadas por
sentimientos de culpa y por la convicción interior de que ten­
drán que pagar por tales transgresiones. Me parece que las
personas que rehusan confrontar sus verdaderos deseos a
través de algún género de acción directa son las que probable­
mente más sufren el estancamiento interior, la negatividad
y la paranoia que pueden florecer en un individuo severamen­
te reprimido. Por lo menos, si la persona activa sus verdaderos
deseos, los tabúes y los apegos emocionales a esas actividades
se llevan a la luz para que la persona pueda empezar a asumir
plena responsabilidad de sus sentimientos más profundos.
¿Cómo podremos tomar este concepto de "tabú" y apli­
carlo para entender los aspectos específicos de Plutón? En
todos los aspectos que incluyen a Plutón -especialmente
la conjunción, la cuadratura y la oposición- el individuo sien­
te la presión de enfrentar cierto tabú. Este ámbito vedado
puede ser sexual, religioso, ético, familiar, social, o una com­
binación de algunos o todos estos ámbitos de vida. En la ma­
yoría, el primer impulso es tratar de controlar esta tendencia
mediante la represión. Sin embargo, muchas personas descu­
bren, a su tiempo, que esta contenida energía transformativa
las impulsa a enfrentar los tabúes y quebrantar sus restric­
ciones. Me parece que alguna clase de avance sensacional es
habitualmente necesario para lograr en la vida consciente la
transformación que aparece como potencial en la configura­
ción del aspecto. A los tabúes se los debe enfrentar puesto
que toda la basura psíquica, los temores, apegos y negativi­
dad tienen que traerse a la superficie a fin de superarlos o
transmutarlos. ¿Cómo podremos escapar de una prisión si
no conocemos la estructura de ésta, cómo funcionan los di­
versos cerrojos, cuándo los guardias hacen sus relevos, etc?
Debe enfrentarse todo con gran inmediatez. Algunas personas
que tienen los aspectos "tensionados" de Plutón con los pla­
netas personales sienten el poder abrumador de esa fuerza
subterránea y tienen terror de que las venza y de perder el
control (un control que, en realidad, ¡no lo tienen en la
medida en que ellas piensan!) Con frecuencia, responden a
este temor esforzándose aún más en manejar cruelmente a los
demás, en reprimir sus emociones con férrea voluntad, y en

125
negar la existencia de esta fuerza. Esta clase de respuesta
meramente aumenta, por supuesto, la tensión que ya se sen­
tía y, en última instancia agrava el problema. Este género de
represión, de paso, se manifiesta a menudo, a su tiempo, co­
mo la persona que actúa como «poseída", o sea, que actúa de
manera compulsiva e impulsada por fuerzas que son total­
mente inconscientes. De hecho, la persona está poseída. Está
poseída por un deseo intenso que rehusa reconocer. Mientras
continúe funcionando bajo la suposición de que "donde hay
voluntad, hay un camino", esta actitud de "la fuerza crea el
derecho" le causará un sinfín de problemas. De hecho, la ra­
zón de que Plutón, Escorpio y la Octava Casa estén tan co­
nectados con la transformación es que tienen que ver con el
poder de los deseos, los deseos que forjan nuestros apegos,
los deseos que aún nos motivan compulsivamente. El hecho
de llegar al corazón de estos sentimientos, de penetrar en el
origen de estos deseos y sus implicancias podrá iluminar no
sólo nuestra experiencia cotidiana sino también las pautas
kármicas de esta vida.

126
Leo
Leo
Capítulo V

SATURNO: SU NATURALEZA V LOS CICLOS

Un momento de paciencia
puede evitar un gran desastre;
un momento de impaciencia
puede arruinar una vida entera.
Proverbio chino

Hasta años recientes, al planeta Saturno se lo mencionaba


habitualmente, en la mayoría de los libros sobre astrología,
como una influencia "maléfica", una dimensión de la expe­
riencia que la mayoría más bien no afronta sino que mera­
mente tuvo que soportar sin finalidad positiva alguna. Sin
embargo, una tendencia constructiva en el desarrollo de la
astrología moderna es que muchos autores de hace diez o
veinte años se han referido a los significados de Saturno
más positivos y promovedores del crecimiento.1 Puesto que
este enfoque más positivo se está difundiendo corrientemente
de modo más vasto, no creo que sea necesario presentar todos
los razonamientos que podrían utilizarse para convencer al
lector de que Saturno tiene realmente muchos significados
positivos. Sin embargo, creo que la función real de Saturno,
especialmente cuando transita por las diversas casas de un
mapa y aspecta a los diversos planetas natales, podrá esclare­
cerse más. Esta aclaración es especialmente necesaria al esbo-

1 Entre estos enfoques más positivos están los siguientes libros: The
Transit of Satum, de Marc Robertson; The Horoscope as ldentity, de
Noel Tyl; y uno que muestra especialmente profundo conocimiento
del significado psicológico de Saturno con gran originalidad y claridad:
Satum: A New Look at an O/d Devi/, de Llz Greene.

129
zar el impacto de Saturno sobre la transformación psicoló­
gica y espiritual. Expresemos primero, brevemente, algunos
de los más importantes significados genéricos de Saturno.
Saturno puede contemplarse como:

A.El principio de autopreservación y contracción, que puede


manifestarse puramente como actitudes defensivas y teme­
rosas o como impulso consciente hacia el logro de nuestras
ambiciones en el mundo y cumplimiento de nuestros debe­
res y responsabilidades. Puede indicar, pues, una contrac­
ción personal del ser interior en pos de una mayor con­
fianza personal y fuerza interior.
B. El principio de la forma, la estructura y la estabilidad; por
ende, se relaciona con la ley, las tradiciones culturales y
sociales, el padre, y todas las figuras de autoridad.
C. El principio del tiempo y del aprendizaje m�diante expe­
riencia inmediata que sólo llega de reiteradas lecciones de
la vida. Por ende, este principio lleva a muchos a las cuali­
dades saturninas comúnmente mencionadas: seriedad,
cautela, sabiduría mundana, paciencia, economía prác­
tica y actitud conservadora. Saturno se correlaciona
con el dios griego del Tiempo (Kronos), que distribuye
estricta justicia, imparcial e impersonalmente, pero tam­
bién con muy poca misericordia. Saturno se relaciona tam­
bién con la cristalización, o sea, con las viejas pautas de vi­
da y personalidad que se vuelven más rígidas con el tiem­
po. La instrucción que tiene lugar con el paso del tiempo
puede hacer que los saturninos se cierren a la vida y, por
ende, sean autoopresivos, escépticos, suspicaces respecto
de todo lo nuevo, y vacilantes en cuanto a revelar sus ver­
daderos sentimientos. Pero el mismo género de experien­
cia puede inducir a otras personas a desarrollar una sensi­
bilidad respecto a los valores duraderos, un aprecio y una
capacidad para la moderación, el orden y la eficiencia, y
-en algunos casos- una sabiduría desapegada y pacífica.
CH. Impulso para defender nuestra estructura de vida y m.ies­
tra integridad personal; e impulso hacia la confianza y la
seguridad a través de un logro tangible.
O.Según Dane Rudhyar, Saturno se refiere a la "naturaleza
fundamental" de una persona, a la pureza de nuestro yo

130
verdadero. Parece que Saturno llegó a tener semejantes
significados negativos en las mentes de muchos astrólogos
y estudiantes de astrología porque la mayoría no vive en
términos de su naturaleza fundamental, sino más bien en
términos de modas, pautas y tradiciones sociales, y juegos
del ego. De allí que Saturno se experimente a menudo
como un "duro reproche" o un acto desafiante del "des­
tino" a fin de que empecemos a prestar atención a las ne­
cesidades de nuestra naturaleza fundamental interior. Sa­
turno es realmente un rudo capataz, como dicen muchos
libros antiguos, pero es particularmente rudo cuando nos
desviamos de manifestar nuestra naturaleza verdadera.
E. Psicológicamente, Saturno representa una dimensión del
complejo del ego que, con la edad, puede volverse rígido
y habitualmente lo hace: en otras palabras, el grupo pro­
fundamente encajado de pautas de conducta y actitudes
que pueden atar a una persona con nudos de temor. Sa­
turno se correlaciona también, psicológicamente, con lo
que Jung llama la Sombra, o sea, las partes de nosotros
que bloqueamos, tememos, o acerca de las cuales nos sen­
timos culpables; y de allí que proyectemos esas cualidades
a los demás. Se ha dicho que Saturno simboliza el talón de
Aquiles en la armadura que usamos ante el mundo, el ins­
tinto de retirarnos de la vida. Pero, como lo señala Ru­
dhyar, también significa la profundamente arraigada am­
bición de concretar las posibilidades inherentes al naci­
miento. Esta ambición se siente como una presión inte­
rior de llegar a ser o lograr algo definido según nuestra
pauta interior de posibilidades.

De todos los significados generales de Saturno, probable­


mente el más importante es que Saturno representa la expe­
riencia y la instrucción concentradas que sólo llegan a través
de la vida en el cuerpo físico, en el plano material. Mediante
la resistencia de la materia y mediante la presión del ser en­
carnado en el cuerpo físico, tenemos la oportunidad de desa­
rrollar un mayor nivel de entendimiento concentrado y ma­
yor paciencia en nuestra actitud hacia la vida misma. Dícese
a menudo que Saturno "gobierna" el plano material denso.
Cuando encarnamos en el mundo físico, el campo energético

131
se contrae y, de esta manera, se concentra. Esta es la razón de
que una vida terrena sea semejante buena experiencia de
aprendizaje, pues aquí aprendemos mediante profundidad
de experiencia, trabajo concentrado, y visión de los resulta­
dos inmediatos de nuestras acciones. El dolor, la tensión y
la presión de la vida terrena tienen, por tanto, una finalidad
de evolución y cambio. El plano material, como escribe el
poeta T.S. Eliot, es el punto de intersección de lo intempo­
ral con el tiempo. Saturno es el planeta del tiempo; y, me­
diante la experiencia saturnina de vivir en el mundo material,
donde todo se mueve tan lentamente y donde tenemos que
trabajar tan arduamente para hacer que ocurrra algo o crecer
de algún modo, podemos realizar el máximo avance espiri­
tual. A menudo parece que marchamos demasiado lenta­
mente, y nuestra paciencia es puesta a prueba en cada punto
del camino, pero la perseverancia a través de la resistencia
inerte de la materia nos muestra claramente lo que es dura­
dero y lo que no lo es, donde satisfacemos las pruebas y
donde fracasamos. La acción de Saturno nos muestra clara­
mente el costo de nuestros deseos y apegos; revela absoluta­
mente las limitaciones de nuestro ego; y nos muestra que una
consciencia muy concentrada y una comprensión profunda
son lo principal que sacamos de este mundo cuando lo aban­
donamos. Nos muestra el valor del trabajo, pues todas las
creencias y todos los ideales maravillosos que los seres huma­
nos pensaron son de poco valor si no se aplican a la vida coti­
diana mediante esfuerzo. Por tanto, la presión de Saturno de­
be considerarse como un útil impulso para que realicemos el
trabajo que necesitamos realizar a fin de desarrollamos en un
nivel profundo, en vez de como algo a lo cual hay que temer
y de lo que hay que tratar de huir.
El calor y la presión de Saturno son necesarios a fin de
que podamos desarrollar lo que los budistas llaman el "alma
de diamante" o el "cuerpo de diamante", que es un modo de
decir nuestra naturaleza fundamental, recóndita. Sin embar­
go, Saturno solo, sin amor y ligereza, es rigidez y muerte.
Cuando fijaciones y bloqueos mentales y emocionales son el
resultado de la expresión extrema del principio de Saturno,
la negatividad en ascenso excluye la esencia del verdadero
Amor y la energía de la vida, y el alma padece hambre y se

132
marchita, pues entonces carece del agua misma de vida. Por
ello, complementando a Saturno está Júpiter (y, en algunos
casos, Neptuno). Pues no sólo necesitamos esfuerzo (Satur­
no) sino también gracia (Júpiter/Neptuno), no sólo experien­
cia inmediata y confianza en hechos probados (Saturno)
sino también fe (Júpiter/Neptuno). El esfuerzo y la gracia
funcionan simultánemaente; son dos caras de la misma mo­
neda. Mediante esfuerzo abrimos un canal a través del cual
corra la gracia. Sin realizar ese esfuerzo, la gracia no entra
fácilmente en nuestra vida. Sin embargo, debe señalarse
que un individuo raras veces realiza esfuerzo alguno en el
campo del crecimiento espiritual a menos que la gracia le
impulse a hacerlo. Por ello, hay poca gracia sin esfuerzo;
pero tampoco hay esfuerzo sin gracia. De modo que vemos
que tanto Júpiter y Saturno como Neptuno y Saturno sim­
bolizan pares complementarios que deben relacionarse entre
sí en todo trabajo con mapas natales.
No hay que enfatizar de más a Saturno, pues, de muchos
modos, la acción de los trans-saturninos es mucho más po­
tente y profundamente transformadora que Saturno. Saturno
nos muestra la naturaleza verdadera del plano material, la
influencia de la necesidad en nuestras vidas, cómo son real­
mente las cosas desde el punto de vista práctico y objetivo.
Pero los trans-saturninos nos muestran qué es posible en los
planos del ser y en los niveles de la consciencia que trascien­
den totalmente al mundo material. Saturno nos lleva a experi­
mentar la limitación que es característica inherente del mun­
do material. Por ende, cada vez que Saturno es activado en el
mapa natal, tenemos que ocuparnos del hecho de la limita­
ción en alguna dimensión de nuestra vida. En otras palabras,
aprendemos que, en este plano, no podremos tenerlo todo, ni
podremos ser todo lo que podríamos haber imaginado. Los
trans-saturninos, por otro lado, nos señalan planos del ser
y dimensiones de la experiencia que se caracterizan porque
son ilimitados. Son vastos; mantienen firme la promesa de
crecimiento ilimitado.

Desde el punto de vista del progreso espiritual, Saturno es


de máximo beneficio en dos sentidos. Primero, nos muestra
lenta pero seguramente cuál es, en verdad, la realidad del

133
mundo material, una vez que están fuera del camino todos
nuestros deseos, esperanzas, fantasías, autoengaños y deseos.
Segundo, la experiencia saturnina del mundo material nos
pone a prueba en cada paso que damos en nuestro desarrollo.
Saturno no da cabida al autoengaño, al escapismo ni a la ra­
cionalización. Saturno comprueba cuán concentrado es real­
mente nuestro crecimiento espiritual y cuán concentrada es
nuestra consciencia. Mediante experiencias saturninas tene­
mos la respuesta a esta pregunta: "Ahora que las cosas andan
mal, ¿nuestra espiritualür.id o nuestro autoconocimiento su­
puestos nos facultan para que afrontemos este karma con
gracia, aceptación y paciencia?" Me parece que muchas al­
mas son "religiosas" entre encarnaciones, cuando moran en
varias regiones sutiles de la creación que pasman a la mente
con su luz y esplendor. Pero el ego sumerge esa consciencia
de realidades superiores a medida que crecemos y nos desa­
rrollamos durante una encamación terrestre, y, de esta ma­
nera, sólo quienes lograron un enfoque verdaderamente con­
centrado de su energía vital hacia un ideal espiritual pueden
retener una clara sintonía con los niveles superiores. Sólo
quienes se consagran de verdad al aspecto espiritual de la
vida y quienes comienzan a trascender al ego y a los apegos
mundanos podrán mantener aún esa elevada orientación en
medio de las presiones del plano terreno. La mayoría tiene
algunas agitaciones subliminales de recuerdos (Neptuno) de
planos superiores o de "mundos oníricos", "cielos", o de un
estado del ser que fue mejor y más completamente satisfac­
torio de lo que sienten en la actualidad. Pero el recuerdo está
habitualmente fuera de foco y, en la mayoría de los casos,
tiene el efecto, meramente, de hacer que el individuo esté
descontento y desdichado. De acuerdo con las enseñanzas es­
pirituales de muchas épocas y lugares, sólo algún tipo de me­
ditación concentrada podrá facultamos a que retengamos la
percepción del ideal con un enfoque claro. Ese proceso debe
empezar ahora, en esta misma vida; y, mediante práctica
constante, podremos aumentar el foco de atención en los ni­
veles superiores de la consciencia un día tras otro. Por ende,
podríamos decir que Neptuno representa el impulso de huir
de las limitaciones del plano material y fundirse en una Uni­
dad mayor y más depurada. Pero ¡es Saturno el que nos mas-

134
tró la necesidad de buscar ese escape, de hallar el camino ha­
cia una Unidad y una liberación crecientes!

Saturno en el Mapa Natal

El significado de Saturno en el mapa natal individual puede


ser muy complejo, pero hay algunas cuestiones específicas
que podremos esbozar en relación con la posición de Saturno
en signos y casas. Los aspectos con Saturno se tratarán des­
pués. La posición de Saturno de acuerdo con el signo puede
analizarse con más facilidad remitiéndonos al elemento y la
calidad del signo en el que está ubicado. No repetiré aquí
las ideas que expresé en mi libro Astrología, Psicología y
los Cuatro Elementos, pero todos los interesados deben
remitirse a las páginas 169 a 1 72 de ese libro en cuanto a una
explicación pormenorizada de Saturno en los diversos ele­
mentos. El significado de Saturno en las cuadruplicidades.
puede delinearse brevemente así:
En los signo Cardinales: Saturno se relaciona aquí con la
organización y la utilización de nuestras energías. Un mo­
do primordial de expresar la energía activa (de agua, tierra,
aire o fuego) tiende a bloquearse o retraerse, indicando la
necesidad de estabilizar ese tipo de autoexpresión y de tra­
bajar en el desarrollo de esa cualidad a través del esfuerzo.

En signos Fijos: Saturno es aquí, casi siempre, índice de


vigorosa porfía y rigurosas pautas consuetudinarias que
bloquean la corriente de la amorosa energía de vida. Aquí,
la expresión de la esencia de la fuerza vital, el yo recóndi­
to, y nuestra vitalidad esencial deberán reestructurarse.
A menudo hay falta de confianza, y habitualmente falta
de verdadera entrega y amor. Esto, por supuesto, puede
compensarse, pero, no obstante, la tendencia está presente.
Esto puede sonar como una vasta generalización, pero sólo
necesitamos preguntarnos: "¿Encontré alguna vez a al­
guien con Saturno en Tauro, Leo, Escorpio o Acuario que
sea verdaderamente una persona que da, que sea espontá­
nea al expresar afecto, y que sea dúctil al satisfacer las ne­
cesidades de los demás?" ¡Tales personas son realmente
raras!

135
En signos Mutables: Aquí, Saturno se relaciona con la ne­
cesidad de reestructurar nuestras pautas mentales y la mo­
dalidad operativa de las corrientes de pensamiento. A me­
nudo, la mente tiende a pensar negativamente, a preocupar­
se, y a empecinarse, lo cual brota de la instrucción o los
condicionamientos de la vida pasada. Aquí, la persona de­
berá reorganizar su modo de pensar, lo mismo que su mo­
do de aplicar la energía mental para entender y ordenar la
experiencia cotidiana.

Además, podremos explorar la significación de Saturno


según su signo y posición de casa esbozando unos pocos prin­
cipios específicos más. Cada uno de los conceptos siguientes
puede aplicarse fácilmente al mapa personal de un individuo.
Su aplicación es especialmente valiosa al analizar la posición
de casa de Saturno, y es en ese ámbito interpretativo que se
destacan muy claramente los significados apropiados. Esto
es así porque cada casa denota un campo específico de expe­
riencia inmediata con el que la mayoría podrá identificarse
muy fácilmente. Aplicar estos principios a la ubicación del
signo de Saturno, sin embargo, exige a menudo más intuición
y conocimiento de nuestra naturaleza psicológica más pro­
funda y de nuestra corriente de energía.

A. Saturno en el mapa natal muestra dónde estamos demasia­


do apegados y somos rígidamente egocéntricos, de modo
que tratemos de controlarnos en ese ámbito de la vida de
modo demasiado extremado; por ende, a menudo reaccio­
namos a la defensiva en ese ámbito de la vida puesto que
estamos atados con un nudo de negatividad. De allí que
debamos experimentar algunas duras lecciones en ese ám­
bito de la vida a fin de acabar con las murallas de ese estar
a la defensiva y de las actitudes egocéntricas.

B. Como un maestro espiritual escribió: "El deber y la res­


ponsabilidad (Saturno) son el dique que mantiene a la
mente controlada". Por eso, ese sector del mapa en el
que encontramos a Saturno es un ámbito en el que ex­
perimentamos específicos deberes y responsabilidades
kármicos que nos sirven de ayuda para que disciplinemos

136
nuestras mentes y nuestros deseos. A su vez, esta discipli­
na nos ayuda a que empecemos a asumir la responsabilidad
de nuestras acciones, deseos y compromisos en este sector.
La disciplina puede experimentarse durante un tiempo co­
mo frustración o inhibición, pero -como todo consejero o
psicoterapeuta debe saberlo- la frustración puede ser tera­
péutica porque vuelve por fuerza a la persona sobre sí mis­
ma, y así le da la oportunidad para que desarrolle una
fuerza interior rastreando en sus recursos más profundos.

C. En el mapa natal, Saturno simboliza un punto de gran sen­


sibilidad, un sector de la vida en el que podemos esforzar­
nos en vencer la limitación mediante un enfoque serio,
cabal y eficaz. (O la persona puede reaccionar construyen­
do un muro alrededor de sí misma en ese sector de la vida
en procura de autoprotegerse, asegurando así que con los
años se desarrolle una profundizante negatividad.) Saturno
puede indicar dónde nos afligen sentimientos de inferiori­
dad, timidez u opresión, que, a su tiempo, causen resenti­
miento y amargura si no se afronta adecuadamente los de­
safíos. Sin embargo, si aceptamos el desafío de Saturno pa­
ra que trabajemos en la construcción de una nueva estruc­
tura y la fijación de las actitudes en ese ámbito de vida, en­
tonces la posición de Saturno podrá revelar dónde podre­
mos experimentar alguna satisfacción muy profunda en
todas nuestras vidas.

CH. La posición de Saturno revela cómo la gravedad se apo­


deró de nosotros, dónde hallaremos experiencia ponderada
e importante, y, en consecuencia, a menudo nos gusta tra­
bajar más arduamente a fin de establecer seguridad y esta­
bilidad. Es aquí donde deberemos ajustarnos a las necesida­
des prácticas de la vida, a pesar de todo temor o ansiedad
que sintamos, empleando un esfuerzo mayor y asumiendo
responsabilidades complementarias.

D. La posición de Saturno muestra dónde somos especialmen­


te sensibles a normas y expectativas sociales, dónde necesi­
tamos aprobación social y/o necesitamos vivir conforme a
alguna norma de "éxito" o reconocimiento. En muchos

137
casos, la persona actuará como si rechazara absolutamente
roles o normas sociales en el ámbito indicado de vida, pero
tal conducta no deberá tomarse siempre en su valor aparen­
te, puesto que la persona, a menudo, reacciona concreta­
mente ante el temor de fracasar en ese campo de actividad.
Puesto que la persona cree que ese ámbito de vida es tan
profundamente importante, el individuo tal vez quiera
evitarlo por entero o rechazarlo por completo en vez de
enfrentat los temores y asumir las serias tareas que exige.

Los aspectos de Saturno

Los aspectos de Saturno en el mapa natal nos muestran


cuán bien estamos sintonizados con el planeta Tierra y las
necesidades prácticas de la vida diaria. Estos aspectos reve­
lan si a la persona le es fácil o no adaptarse a la vida social,
a las exigencias prácticas inmediatas, y a las reglas y normas
culturales. Saturno es el gran maestro acerca de las realidades
prácticas y las leyes del planeta Tier:ra, pues Saturno enseña
invariablemente paciencia, moderación, templanza respecto
a los extremos, deber y trabajo. Estos aspectos, sin embargo,
no están limitados en su ámbito significativo a los meros
compromisos sociales, pues también muestran si nuestra
expresión personal está limitada o no por nuestro sentido
de lo apropiado y lo aceptable. En otras palabras, tal vez
sea inexacta nuestra percepción de lo que es socialmente
aceptable y de lo que tal vez no lo sea. En cierto ámbito,
podemos inhib_irnos porque creemos que aquél no es muy
correcto, adecuado o aceptable, y quizá la situación obje­
tiva no plantee una inhibición real a esa modalidad expre­
siva. Para expresarlo de otro modo, lo que tal vez sinta­
mos como una restricción que la sociedad nos impone quizá
sea de hecho una restricción autoimpuesta debido al karma
pasado. Esta sensación de restricción interior tal vez sirva, de
hecho, a una finalidad que produzca crecimiento. Es cierto
que muchos aspectos de Saturno se manifiesten con frecuen­
cia como el sentimiento de un individuo -y a veces el accio­
nar- que están reñidos con normas convencionales de lo
apropiado y lo autorizado, pero debemos indagar los más

138
profundos significados psicológicos y espirituales de estos
aspectos si realmente hemos de entender las razones de
estos sentimientos y esta conducta.
Podríamos decir con exactitud que el principio de Saturno,
cuando se manifiesta de modo negativo, es sencillamente el
temor. De allí que los aspectos tensionales de Saturno indi­
quen habitualmente que, por lo menos hasta que la persona
se haya ajustado y haya superado esta tendencia, esa perso­
na tiene la oportunidad de decidirse a un aueglo con un
género específico de temor a través de una disciplina y una
estabilización conscientes de la energía indicada por el
planeta en aspecto con Saturno. Mediante una confronta­
ción realista de esa innata tendencia al bloqueo y al temor,
podemos empezar a formular de nuevo la actitud personal y
las pautas consuetudinarias en ese ámbito de vida. De modo
que, cuando encaramos de frente un temor, con voluntad
plena de hacer lo que sea necesario para transformar esa
dimensión de nuestras vidas, la amenaza y la naturaleza os­
cura de lo que hemos temido se disipa, revelando precisa­
mente otro desafío vital y precisamente otro aspecto de
nuestro ser al que nos habíamos acostumbrado a considerar
con excesiva cautela y ansiedad. Unos pocos ejemplos de
aspectos tradicionalmente problemáticos deben servir para
aclarar estas cuestiones.

Saturno, en conjunción en cuadratura o en opostcton a


Luna o Sol: A menudo, temer expresar lo que de verdad
somos de maneras muy esenciales; temer la crítica o temer
equivocarnos o ser inadecuados, induce a menudo el temor de
intentar algo nuevo. Debemos estabilizar y estructurar nues­
tro sentido del yo y nuestra imagen personal de una manera
nueva, a la luz de nuestras aptitudes, logros y fuerzas co­
rrientes, en lugar de referirlos a errores, faltas o limitaciones
pasados (o sea, nuestra herencia kármica). Debemos asumir
nuestra propia responsabilidad con renovada valentía, y
aprender a afrontar algunos riesgos en nuestra autoexpresión
y nuestro modo de vida a fin de comprender muy profunda­
mente qué somos capaces de hacer o expresar. La proyección
de nuestros temores sobre los demás es una manifestación
común del aspecto de oposición.

139
Saturno en conjunción, en cuadratura, o en oposicwn a
Marte: Tal vez temamos la agresividad, el sexo o el asumir
riesgos en estos ámbitos, lo cual la persona quizá trate de
compensarlo subrayando en demasía el sexo o la ambición.
La aplicación y la expresión de las energías agresivas e instin­
tivas necesitan reestructurarse y disciplinarse, lo cual -en
muchos casos- la persona lo realiza consagrándose a alguna
clase muy especializada de trabajo en el que pueda ser muy
dinámica y a través del cual se sublimice gran cantidad de
energía psico-sexual.

Saturno en conjunción, en cuadratura, o en oposición a


Mercurio: Hay gran afición a ser inteligentes y a que nos
conozcan, y se acuerda gran importancia a la competencia
intelectual. Estos sentimientos pueden, a menudo, relacio­
narse causalmente con el temor de que nos consideren es­
túpidos, de pocas luces o incapaces de expresarnos. De allí
que, aunque este aspecto indica en algunos casos un grave
bloqueo mental, que se manifiesta como inhibición oral,
aprendizaje y lectura lentos, de acuerdo con mi experiencia la
manifestación más común parece ser que la persona trabaja
más arduamente (y a menudo logra) aprender definidas habi­
lidades y hechos a fin de demostrar su inteligencia y compe­
tencia. Por supuesto, este esfuerzo puede llevarse tan lejos
que la persona se vuelva rigurosamente terca y mentalmente
arrogante, lo cual evidentemente podrá conducir a más pro­
blemas de Mercurio en el claro intercambio de ideas con los
demás. Aquí, la clave es que la persona necesita reestructu­
rar y estabilizar las facultades mentales y la modalidad de ex­
presión intelectual sin desviarse en su curso de rigurosa adhe­
sión a conceptos u opiniones limitados.

Saturno en conjunción, en cuadratura o en oposición a


Venus: Aquí puede haber miedo a la intimidad, miedo a ser
vulnerable si prodigamos nuestro afecto con demasiada libe­
ralidad. En muchos casos, esto puede relacionarse con nues­
tras experiencias vitales de la infancia con un padre que
denotó frialdad, pero en otros casos parece ser únicamente
una tendencia kármica subsistente de una vida pasada. Con
frecuencia, la persona se mantendrá tan aiejada de los demás

140
que, con tal conducta, se asegura que la soledad que siente
en la actualidad será parte también de su vida en el futuro.
En otros casos, la persona parece decidirse a enfrentar todos
los aspectos de la relación humana, especialmente las relacio­
nes amorosas, con gran concentración y fuerte sentido del
deber y la confiabilidad. Pero incluso en este modo de en­
focar y tratar el problema, a menudo se evidencian cierta
frialdad y retraimiento que, en muchos casos, todavía pro­
ducen una conducta de rechazo. En todos los ejemplos de
este aspecto, la aproximación a dar, amar y recibir respeto
de los demás necesita definirse y estructurarse de nuevo, y
parece ser que, el caso habitual, la contrariedad específica
o las dolorosas experiencias amatorias son necesarias para
acuciar al individuo a que vuelva a examinar este ámbito de
la vida con más atención.

Lo que hemos dicho hasta ahora sobre los aspectos de


Saturno trató primordialmente sobre los tradicionales as­
pectos "tensionados". Habitualmente, es más necesario y
fructífero tratar estos aspectos con algunos pormenores en
vez de los más armoniosos, puesto que representan ámbitos
de la experiencia en los que la persona deberá efectuar claros
ajustes y realizar algún esfuerzo definido. Pero los aspectos
armoniosos de Saturno merecen alguna atención, aunque
sólo raras veces está presente en estos casos la rigidez y me­
drosidad que uno halla donde están presentes los más diná­
micos aspectos "tensionados". Básicamente, podría -decirse
que los aspectos armoniosos de Saturno muestran, en la ma­
yoría de los casos, que es relativamente fácil que la persona
se adapte a las realidades prácticas de la vida en el sector
indicado por el planeta en aspecto con Saturno y por las
casas implícitas. Empero, puede haber considerable cautela
y reserva, pero habitualmente es un género positivo de pru­
dencia y sentido común en vez de una inhibición invalidante.
El individuo con tales aspectos parece contar con un sentido
excelente de la oportunidad y la organización de las energías
implícitas, y esa persona cree que la disciplina indicada es un
hecho necesario de la vida, más que una dura restricción. La
energía que un planeta representa en aspecto armonioso con
Saturno corre todavía más bien suavemente, aunque es armo-

141
nizada por algún grado de precaución y experiencia práctica
y, por tanto, frena hasta un punto tal en el que la persona
pueda ser más bien concreta en su enfoque de ese ámbito
de vida.
Puesto que el principio de Saturno es, por definición, el
polo opuesto de la fe (Júpiter), casi todos los aspectos de
Saturno (ya sean armoniosos o inarmoniosos) podrán mos­
trar un ámbito de vida en el que carezcamos de confianza.
Una de las implicancias más positivas de todo aspecto de Sa­
turno (especialmente el que implica un planeta "personal"
o el Ascendente) es, por tanto, el conocimiento de que, en
ese ámbito indicado podremos desarrollar lentamente un
nuevo nivel de confianza. Podremos construir esta confian­
za sobre la base del conocimiento de cuáles son nuestras
capacid�des reales, como lo demuestra el proceso de prueba
del tiempo, del trabajo y de la experiencia. En otras palabras,
valuando realistamente los resultados de nuestros esfuerzos
desde el ventajoso punto de ver los frutos de nuestros afanes
tras años de trabajo, podremos determinar con alguna objeti­
vidad si hemos juzgado mal nuestra capacidad y si, de aquí
en adelante, debemos considerar que los que eran talentos
potenciales son ahora hechos comprobados. La prueba del
tiempo y de la experiencia podrá ayudarnos, pues, a desarro­
llar una confianza real y duradera, que no se base en esperan­
zas, autoengaño o ideas de infatuación sino más bien en he­
chos inmediatos. La presión de Saturno podrá desarrollar una
notable fuerza interior, fuerza que en parte proviene del co­
nocimiento de que hemos realizado el trabajo requerido,
hemos ganado esos resultados, y hemos asumido la plena
responsabilidad de nuestro desarrollo. De lo anteriormente
expresado podría suponerse que la interpretación de Saturno
en el mapa natal debería atemperar siempre un conocimiento
de la importancia del tiempo, pues lo que un aspecto con Sa­
turno significa precisamente ahora no es necesariamente lo
que significará dentro de unos pocos años. Tal vez sea difícil
ahora, pero ese mismo potencial energético puede ser extre­
madamente recompensador dentro de unos pocos años. De
modo parecido, aunque muchos libros dan al lector la idea de
que Saturno es invariablemente deprimente y bloquea la con­
fianza en uno mismo, el hecho es que la configuración misma

142
con Saturno que denota falta de confianza cuando somos jó­
venes es la misma configuración que podrá indicar una con­
fianza particularmente sólida e inconmovible en años poste­
riores. Todo depende de cómo tratemos el desafío que Satur­
no presenta siempre en nuestras vidas.

Los trénsitos de Saturno

En muchas tradiciones ocultistas y religiosas, se han subra­


yado mucho los ciclos de siete años, en relación con el creci­
miento físico, el desarrollo psicológico, los acontecimientos
mundiales y la evolución espiritual. Las lecturas psíquicas de
Edgar Cayce están llenas de referencias a estos ciclos de siete
affos, especialmente respecto a problemas de salud. Según
estas lecturas, los seres humanos pueden cambiar la mayo­
ría de las condiciones que verdaderamente deseen cambiar
-física, mental y espiritualmente- dentro de un ciclo de
siete años. Si las lecturas de Cayce son tan exactas en esta
idea como demostraron serlo en muchos otros ámbitos, en­
tonces, aparentemente, casi no hay límite para la renovación
y la regeneración que un individuo haya cumplido en todos
los niveles del ser. Unas pocas citas de las lecturas de Cayce
pueden servir para ilustrar su enfoque de estos ciclos:

Pues, ¿no habéis oído decir cuán constante es el cambio,


y que el cuerpo se reprodujo íntegramente en un ciclo de
siete años? Nadie, pues, necesitaría tener trastorno alguno
en ese lapso si -por sentido común- se hubiera tomado el
cuidado. Pero basta que la mente se aferre a la idea de un
tropezón, ipara que tropiece! Para seguir con un malestar
intestinal o hepático, ibasta con pensar en él!
Pero el cuerpo -el físico, el mental y el espiritual- lo eli­
minará igual, isi se lo permitís y no os aferráis al ma­
lestar!
(# 257-249)

... si se efectuara un estudio anatómico y patológico duran­


te un período de siete años (que es un ciclo de cambio en
todos los elementos corporales) de quien actúa a través del

143
tercer ojo solamente, descubriremos que quien se nutre
con cosas espirituales se convierte en lumbre capaz de bri­
llar desde y en el rincón más lóbrego. Quien se nutre con
lo puramente material se convertirá en un Frankestein sin
noción de influencia alguna que no sea material o mental.
(# 262-20)

No es preciso esperar que tales estados (tensiones muscula­


res) se curen en un día, en una semana, en un mes o en un
año... Son necesarios siete años para la resurrección, el
cambio o las eliminaciones.

(# 1710-10)

Aquí descubrimos que el cuidado, el ejercicio, el control


constante de las actividades corporales son necesarios...
el cuerpo físico cambia de expresión continuamente, y al
término de un ciclo de siete años reemplazó por completo
lo que existía al comienzo del periodo hace siete años
tY con qué lo reemplazó? ¿con las mismas tendencias vie­
jas multiplicadas, con las mismas viejas inclinaciones du­
plicadas -o erradicadas?

(# 2533-6)

Otra referencia más moderna a los ciclos de siete años,


por parte de quien no es astrólogo, se halla en la investiga­
ción del doctor Daniel J. Levinson. El doctor Levinson es
Profesor de Psicología en la Facultad de Medicina de Yale,
y presentó su tesis de los ciclos de vida en un simposio pa­
trocinado por la Fundación Meninger. En sus conclusiones,
Levinson descubre que ninguna estructura vital puede durar
más de siete u ocho años. Puesto que Levinson es un psicó­
logo, sus cálculos se basaron en el desarrollo psicológico de
centenares de personas estudiadas durante un período de
años.
Los hallazgos del doctor Levinson los empleó como
fuente primordial Gail Sheehy en su muy difundido libro
Passages: Predictable Crisis in Adult Life. En este libro, lue­
go de entrevistar a centenares de personas respecto a su es-

144
tado mental y sus valores p�rsonales en varias etapas de la
vida, esboza ciertos períodos vitales que, con más frecuencia
que nunca, parecen ser épocas de decisiones cruciales, cam­
bios y rápido desarrollo. Los astrónomos, en su mayoría, no
se asombrarán de que estas diversas épocas, descubiertas me­
diante entrevistas e investigación como épocas significativas
de la vida para la mayoría, coinciden con los períodos aproxi­
mados de vida en los que Saturno en tránsito está en conjun­
ción, en cuadratura o en oposición a su lugar natal. Si fuéra­
mos a combinar la cuadratura y la oposición de Urano en
tránsito con su lugar natal con los tránsitos de Saturno, ten­
dríamos un esbozo aún más completo y exacto de los prin­
cipales períodos de cambio en las vidas de la mayoría que el
que hallara Sheehy. Por supuesto, esto no es nada nuevo para
los astrólogos. En 1940, Grant Lewi publicó su libro Astrolo­
gy for tbe Millions, precursor de una mejor comprensión de
los ciclos de Saturno y que proporcionó a sus lectores una po­
tente herramienta astrológica que podría ser de aplicación
práctica para sus vidas en particular. En ese libro, Lewi es­
bozó con claridad las épocas de la transición misma o del
"pasaje" que los lectores del libro de Sheehy proclaman en
la actualidad como un importante "descubrimiento" psico­
lógico. Además, C.G. Jung señaló hace muchos años que las
crisis psicológicas más importantes se acompañaban de trán­
sitos de Saturno o Urano. Sin embargo, no quiero minimi­
zar la obra efectuada por Levinson y Sheehy, pues es una
tendencia positiva todo lo que introduce más el concepto de
ciclos de vida en el conocimiento del público en general. Y,
concretamente, creo que los astrólogos podrán beneficiarse
con la lectura del libro de Sheehy, puesto que éste demues­
tra con claridad cómo hombres y mujeres tienden a reaccio­
nar de un modo un poco diferente durante los diversos perío­
dos cruciales, cuyo conocimiento podría inducir al consejero
astrológico a recalcar ciertas facetas de la experiencia durante
un tránsito específico con mujeres, y otros sectores con hom­
bres. De hecho, Sheehy expresa a menudo el significado expe­
rimental de estas fases cruciales de la vida muy claramente:

No nos diferenciamos de un crustáceo particularmente du­


ro. La langosta crece desarrollando y esparciendo una serie

145
de duras caparazones protectoras. Cada vez que se expande
desde dentro, la /imitadora caparazón deberá mudarse. La
langosta queda expuesta y vulnerable hasta que, a su tiem­
po, crece una nueva cobertura para reemplazar a la vieja.
Nosotros también, con cada pasaje de una etapa del creci­
miento humano a la que sigue, deberemos esparcir una es­
tructura protectora. Quedamos menos expuestos y vulne­
rables -pero también espumosos y embrionarios nueva­
mente, capaces de estirarnos de maneras que antes no
conocimos. (pág. 20).

Sin embargo, las ilusiones veinteañeras pueden ser esencia­


les para infundir entusiasmo e intensidad a nuestros prime­
ros cometidos, y para apoyarnos en aquellos cometidos
bastante prolongados para que ganemos algu na experiencia
en la vida. (pág. 88).

Si algunos lectores no están familiarizados con el significa­


do general de las conjunciones, cuadraturas y oposiciones de
Saturno en tránsito a su lugar natal, los remito a los libros de
Lewi, Tyl y Robertson sobre el tema. Puesto que sobre este
tópico ya está impreso tanto material bueno, creo que es in­
necesario volver a repetirlo aquí. Sin embargo, me agradaría
mencionar algunas ideas y conceptos claves que descubrí que
son especialmente útiles en la asesoría y en la comprensión de
los diversos tipos de ciclos de Saturno. No es mi propósito
implicar que, al evaluar importantes períodos de cambio en
la vida individual, sólo deban considerarse los tránsitos de
Saturno, pues cualquier astrólogo que trabaje en profundidad
suele indudablemente mirar todos los tránsitos de los cinco
planetas exteriores, las importantes lunas nuevas y sus aspec­
tos, y tal vez al Sol y la Luna progresados. Sin embargo, ha­
blaremos de otros tránsitos que los de Saturno, y también de
las progresiones en capítulos posteriores. No obstante, subsis­
te el hecho de que los ciclos de Saturno nos proporcionan un
símbolo particularmente completo y útil del crecimiento, la
concreción y la maduración humanos.
Tradicionalmente, Saturno es el gran maestro, y -esto más
que con los tránsitos de todo otro planeta- los tránsitos de
Saturno, especialmente las cercanas conjunciones, cuadratu-

146
ras y oposiciones a los planetas natales, se experimentan a
menudo como períodos en los que aprendemos lecciones es­
pecíficas sobre la vida. En algunos casos, esta experiencia im­
pulsa a la gente a decir cosas como éstas: "Es como si Satur­
no me estuviera hablando, susurrándome en el oído, diciéndo­
me qué tengo que hacer ahora a fin de superar este estado ac­
tual que empiezo a sentir tan !imitador y frustrante". Todo
tránsito de los cinco planetas exteriores en cercano aspecto
con los planetas natales puede experimentarse como nuestra
recepción de "mensajes" de estos "dioses" vivos.
Las energías de los demás planetas a menudo se experi­
mentan más como impulsos o como compulsiones, mientras
que a Saturno se lo experimenta a menudo como el maestro
arquetípico cuyas lecciones tienen gran peso e importancia.
Recuerdo cuando Saturno transitaba en oposición a mi Mer­
curio natal hace unos pocos años. Fue un período de apren­
dizaje profundo, como si, muy deliberada y sistemática­
mente, me estuviera instruyendo alguna potencia superior
que sabía exactamente lo que yo necesitaba aprender y que
no aliviaría la presión mental que yo sentía hasta que yo hu­
biera prestado atención suficiente a sus lecciones. En ocasio­
nes, la presión mental fue tan intensa que tuve la sensación de
que iba a explotar por todas esas intuiciones increíblemente
profundas que había recibido. El influjo de Saturno se expe­
rimenta siempre como un impulso de hacer cosas claras y
concretas, y por eso sentí la necesidad de anotar lo que se me
mostraba. El resultado fue que, hacia la época en que este
tránsito pasó, cerca de un mes después, yo había reunido pá­
ginas y más páginas de anotaciones a las que me remití mu­
chas veces en procura de guía durante períodos de mi vida en
los que había confusión. Aunque muchos libros predicen una
época de depresión mental durante el tránsito saturnal de
Mercurio, para mí esa fue una época de revelación profunda
e inspiradora. Lo que aquí procuro mencionar es que, abrién­
donos a la objetividad y la sabiduría superiores de Saturno,
podremos armonizamos con lecciones muy exactas y espe­
cíficas acerca de cómo estamos enfocando la vida durante
los tránsitos principales de Saturno.

147
El regreso de Saturno

Ya recalqué los períodos de aproximadamente siete af'íos


que coinciden con las conjunciones, las cuadraturas y las
oposiciones de Saturno en tránsito a su lugar natal. Casi siem­
pre hay ajustes mayores necesarios en estas épocas, revisiones
de actitudes, decisiones importantes, alteración de cuánta
responsabilidad asumimos o cómo contemplamos esas respon­
sabilidades, y en ocasiones cambios radicales de estilo de vida,
profesión, estructura laboral y vida personal. De todos estos
tránsitos, el regreso de Saturno (apróximadamente, a los 29
años y a los 58) recibió la máxima atención en los escritos as­
trológicos. Por desgracia, el trato de esos períodos cruciales a
menudo fue más bien del lado negativo, recalcando cuán di­
fíciles se cree que esos períodos son. Por tanto, es convenien­
te que exploremos aquí, un poco más en profundidad, el re­
greso de Saturno. Debe advertirse que muchos conceptos que
a continuación esbozamos son también de aplicación, en algu­
na medida, a otros tránsitos de Saturno respecto de su lugar
natal.
Lo primero que hay que aclarar cuando hablamos del regre­
so de Saturno es que la calidad de la experiencia íntegra y el
alcance hasta la cual se cree que es una época "difícil" de­
pende enteramente de cómo hemos vivido durante los 29
años anteriores, cuán eficazmente hemos trabajado en pos del
logro de metas específicas, con qué profundidad se construyó
en cuanto a comprensión y ocupaciones creadoras, y hasta
dónde el individuo expresó o reprimió su "naturaleza funda­
mental". No podemos deducir la respuesta a todas estas pre­
guntas sólo del mapa natal, pues las personas son capaces de
trabajar con el mapa natal y de ajustarse a las posibilidades
mostradas en él. Sin embargo, podremos conseguir algunas
sugerencias útiles mirando la posición del Saturno natal y
sus aspectos. Si el mapa natal revela considerable tensión
asociada con Saturno y, por tanto, con las exigencias prác­
ticas de la vida, es mucho más probable que este individuo
haya tenido alguna dificultad en su trato con las necesidades
prácticas de la vida; y en consecuencia, esa persona tal vez
experimente el regreso de Saturno como una época de ten­
sión acrecentada cuando se le muestre qué otros ajustes ha

148
de realizar a fin de cumplir con la pauta y las posibilidades
de la vida. Si, por ejemplo, alguien nació con Saturno en
una cercana cuadratura, conjunción u oposición a uno de
los planetas "personales", ese individuo probablemente
hallará que cuanto conflicto o problema así se indiquen
entrarán en un enfoque aún más agudo durante el regreso
de Saturno, necesitando, pues, algún género de acción clara
al afrontar estos intereses. Mientras se posponga la acción o
se reprima la necesidad de ésta, la presión del regreso de Sa­
turno no se moderará. Pero una vez que los problemas fue­
ron enfrentados, no importa cuán dolorosa sea tal confron­
tación, a menudo hay un perceptible alivio de la presión y la
preocupación. Por otro lado, si la persona tiene a Saturno
natal en aspectos primordialmente armoniosos con otros
planetas -y especialmente si Saturno natal está en armonía
con el Sol y/o la Luna- es probable que el individuo haya in­
corporado cualidades saturninas y un conocimiento de las
necesidades y deberes prácticos de su carácter durante m·u­
chos afios; y, por ende, las lecciones de Saturno no llegarán
como sorpresa o conmoción y tal vez se las experimente
como una época de confirmación o consolidación de mu­
chas orientaciones de vida que la persona ha estado desarro­
llando lentamente durante años. Si, como es a menudo el
caso, el individuo tiene aspectos tanto armoniosos como
inarmoniosos con Saturno natal, en un ámbito de la vida
pueden producirse cambios constructivos e incremento de
la confianza durante el regreso de Saturno, al mismo tiempo
que la persona es desafiada a que afronte alguna otra proble­
mática dimensión de la vida.
El primer ciclo de Saturno a través del mapa natal, durante
los primeros veintinueve años de vida, más o menos, se basa
primordialmente en una reacción ante los condicionamientos
pasados, el karma, las influencias de los padres y las presio­
nes sociales. Durante ese período de vida, habitualmente es­
tamos más bien inconscientes de quiénes y qué somos de un
modo fundamental. Pero luego, en el primer regreso de Sa­
turno, a menudo parece como si se liquidase una vieja deu­
da y más bien de repente se eliminaran muchas viejas pautas
y obligaciones kánnícas. Para entonces, podemos experimen­
tar un estado profundamente complejo del ser; pues, simultá-

149
neamente existe un sentimiento de limitación inalterable en
nuestra estructura vital y un sentimiento de libertad interior
que, en algunos casos, es acompañado por júbilo y alegría ins­
piradora. El sentido de limitación surge del hecho de que to­
mamos consciencia, en mayor medida que nunca antes, de
cuál es nuestro destino y, en consecuencia, qué tenemos que
hacer de aquí en adelante. Ya no hay más oportunidades y
alternativas aparentemente interminables; ahora sabemos que
hemos hecho nuestros experimentos y vivido nuestras ilusio­
nes juveniles, pero que, de ahora en adelante, tenemos que
trabajar en el desempeño de nuestro papel en un vasto drama,
aunque no tengamos idea alguna de cómo llegaron a asignar­
nos el papel que ahora representamos. Nuestros deberes para
con nosotros mismos y los demás los vemos ahora con agudi­
zada claridad, y tal vez algunas de estas responsabilidades las
sintamos pesadas y !imitadoras. Pero, al mismo tiempo, po­
dremos experimentar una profunda libertad interior que re­
sulta del hecho de darnos cuenta de que las viejas obligacio­
nes, temores y restricciones interiores no nos atan más. Este
sentimiento de ilimitada libertad interior se basa también en
una comprensión más clara de nuestras reales necesidades,
capacidades y potencialidades creadoras. Si se trata de esa
clase de persona que ha estado aguardando durante la juven­
tud la época en que pudiera realmente encontrarse y empe­
zar a expresarse con seguridad y marcada influencia,· esa espe­
ra ya terminó. Ahora es época de actuar, de trabajar, y de vi­
vir en el presente con aceptación de nuestro destino y alegría
con el conocimiento de que nuestro sendero estará ahora des­
pejado. Este período de transición no ocurre de repente; con­
cretamente, puede tener lugar durante un período de dos a
dos años y medio alrededor de la fecha del regreso de Satur­
no. Pero si durante la niñez y la adolescencia siempre nos sen­
timos frustrados, creyendo tal vez que sólo cumplíamos una
condena y teníamos que soportar cosas que no eran satisfac­
torias ni controlables, en esta época podríamos movilizar
nuestras energías con gran potencia, ambición e incluso una
sensación de alivio en el sentido de que nuestra espera termi­
nó y ahora podremos empezar a moldear nuestra vida con
algún grado de conocimiento. Como Grant Lewi lo expresó
en Astrology for tbe Millions:

150
Cuando este tránsito pasó, usted queda liberado de muchas
restricciones otrora interiores: Habrá limpiado su naturale­
za de leña y habrá despejado la cubierta para la acción que
ahora prosigue menos obstaculizada por complejos interio­
res y dificultades personales. En suma, usted habra madu­
rado -"habrá arrumbado las niñert'as"-y estará listo para
ocupar su sitio en el mundo como un adulto.
El tránsito de Saturno por el lugar de usted es el punto
más importante en el que el libre albedrío actúa en la vida,
desembarazado y tan libre de circunstancias como lo será
jamás... Usted jamás estará tan libre otra vez. Sus decisio­
nes le pertenecen: tómelas sabiamente, pues es aqut' donde
su libre albedrío, en un sentido muy real, forja su destino
durante largo tiempo por venir, si es que no realmente por
el resto de su vida.

Por eso si afrontamos el primer regreso de Saturno con


gran valentía y honradez, entonces, durante el segundo ci­
clo de veintinueve años, de Saturno estamos más conscien­
tes y somos más capaces de iniciar la acción sin que nos inhi­
ba el temor y la ansiedad, y más capaces de asumir nuestra
propia responsabilidad y nuestras propias experiencias. Si
armonizamos positivamente nuestro verdadero destino como
un alma individual durante este período, de allí en adelante
podremos vivir más en el presente, con esa mayor paciencia
que ganamos tras someternos a nuestra ley interior con plena
consciencia y aceptación. Durante esta época, nuestra posibi­
lidad de triunfo mundano y autoridad se consolida a menudo
de algún modo directo, y recibimos específicas intuiciones
acerca del papel que tenemos que representar en el mundo
desde ese punto en adelante. 2 La casa natal de Saturno y la

2 Un estudio de personas famosas y sus experiencias en la época del


regreso de Saturno podrá confirmar rápidamente esta tradición astro­
lógica. Por ejemplo, Gertrude Stein, cuyo regreso de Saturno ocurrió
cuando tenía 29 años de edad, escribió lo siguiente en Femhurst:
"A menudo ocurre a los 29 años de vida que todas las fuerzas com­
prometidas en los años de infancia, la adolescencia y la juventud en un
combate confuso y feroz adoptan filas ordenadas: no estamos seguros
de ·nuestras miras, significado y poder durante estos años de crecimien-

151
casa natal que es regida por Saturno son habitualmente ám­
bitos de la vida que en esta época más bien se definen con
una comprensión profundizada. Y por lo común hay cam­
bios físicos perceptibles, como sería de esperar puesto que
Saturno tiene semejante afinidad con la existencia material.
No sólo hay, a menudo, signos físicos de la edad, que se ma­
nifiestan como problemas de salud que nos hacen compren­
der nuestras limitaciones físicas, sino también que el centro
de gravedad ( ¡Saturno!) del individuo cambia de tal modo
que empezamos a advertir que tenemos un depósito de ener­
gía más profundo, a nuestra disposición. El nivel energético
general de la persona puede ser perceptiblemente menor que
cuando frisaba entre los veinte y los veinte y pico de años,
pero la energía de que ahora dispone está más concentrada,
no tan dispersa, y es una clase más confiable y firme de co­
rriente energética. El centro de gravedad se muda de los sec-
tores de cabeza, cuello y pecho a la pelvis y el abdomen.
Lo que antes estaba en la cabeza de la persona se convier­
te en parte más integral del cuerpo entero, o sea, de su ex­
periencia real vital. De allí que la persona descubra que no
necesita usar tanta energía como cuando era joven. La
energía naturalmente se conserva y afianza, y a la persona
individual le corresponde aprender cómo vivir con esta
nueva modalidad de corriente energética y utilizarla.

to tumultuoso cuando la aspiración no tiene relación con la realización


y aquí y allá nos zambullimos con energía y dirección errónea durante
la tormenta y la tensión de fabricar una personalidad hasta que, final­
mente llegamos a los vintinueve años, y el portal derecho y angosto de
la madurez y la vida que era todo rugido y confusión se reduce a forma
y propósito y cambiamos una gran posibilidad oscura con una dura
realidad pequeña.
También en nuestra vida norteamericana en la que no hay coerción en
las costumbres y nuestro derecho consiste en cambiar de vocación tan a
menudo como tengamos deseo y oportunidad, es una experiencia co­
mún que nuestra juventud se extienda a través de todos los primeros
veintinueve años de nuestra vida y no es hasta que llegamos a los treinta
que hallamos, al fin, esa vocación para la que nos sentimos aptos y a la
que de buena gana consagramos una labor continua." (págs. 29-30).

152
Los tránsitos de otros planetas, por parte de Saturno

Puesto que la calidad de la energía que se libera es simi­


lar en todos los tránsitos de Saturno, sin importar qué pla­
neta natal esté implícito y puesto que todos los tránsitos
saturninos se experimentan como una reacción personal
en alguna dimensión de la vida del individuo (mostrada por el
planeta natal implícito) ante los principios y lecciones básicos
de Saturno, creo que aquí basta simplemente esbozar algunas
frases y conceptos claves que descubrí que son útiles para en­
tender estos tránsitos, en vez de tratar a cada tránsito por
separado. Como ya traté de aclararlo en este capítulo , las
conjunciones, cuadraturas y oposiciones de Saturno en trán­
sito (en realidad, de todo planeta en tránsito) son los aspectos
más importantes a tener en cuenta; y también puede decirse
que los tránsitos de Saturno a los "planetas personales", al
Ascendente, y a su propia posición natal el individuo los ad­
vierte siempre de alguna manera evidente, mientras que los
tránsitos de Saturno a Júpiter, Urano, Neptuno y Plutón se
correlacionan a veces fácilmente con las experiencias o senti­
mientos de los que la persona tal vez esté inmediatamente al
tanto. En qué medida la persona esté consciente del significa­
do de estos últimos tránsitos depende en gran parte de cuán
consciente esté esa persona de su vida interior y también de
la posición, poder y aspectos de estos planetas en el mapa
natal. Personalmente, he observado algunas experiencias
extremadamente importantes que tuvieron lugar cuando
Saturno estuvo transitando en aspecto exacto (o casi exac­
to: dentro de los l O') a Júpiter, Urano, Neptuno o Plutón;
pero lo habitual es también que el significado más profundo
de todo lo que puede ocurrir durante estos tránsitos no se
patentiza plenamente durante una cantidad de meses e inclu­
so de años. Los principios básicos siguientes pueden aplicarse
a cualquier tránsito de Saturno; el concepto clave tiene que
relacionarse sencillamente con la dimensión de la experiencia
vital representada por el planeta que es activado por Saturno.

A. Saturno retarda el ritmo habitual de la naturaleza en el sec­


tor indicado; pero, demorando las cosas y haciéndonos
sentir a veces como "¿Cuándo terminará esto?", caneen-

153
tra nuestra experiencia, nos hace vivir en el presente, y nos
ayuda a enfocar nuestra energía y a concentrarla y conser­
varla.
B. Los tránsitos de Saturno profundizan y enfocan nuestra
atención y nuestro conocimiento, mientras que, al mismo
tiempo, nos tornan más desapegados y objetivos. Por
ejemplo, Saturno aspectando a Venus nos muestra que
podremos ser desapegados y objetivos en .nuestra actitud
hacia el amor, pero también que durante esta época po­
dremos desarrollar una más profunda aptitud para dar y
recibir amor, porque estamos más concentrados en el aquí
y ahora y más al tanto de lo que exactamente estamos
haciendo, con quién compartimos el amor, y qué signifi­
ca ese amor para nosotros.
C. Los tránsitos de Saturno se sienten a menudo como "la
mano del destino" que se introduce en nuestra vida en el
sector indicado, haciendo que las cosas ocurran y obligán­
donos a que enfrentemos nuestros temores en ese ámbito.
Tal vez sea difícil afrontar estas cosas y en ocasiones pa­
rezca muy duro, pero es un paso necesario en la realiza­
ción si hemos de construir un enfoque más seguro y rea­
lista de la experiencia en ese ámbito.
CH. Los tránsitos de Saturno revelan a menudo al individuo
lo que se debe hacer y decidir si hemos de vivir con plena
integridad y de acuerdo con las responsabilidades que sen­
timos hacia nosotros mismos.
D. Los tránsitos de Saturno presionan a un individuo para que
tome más clara y concreta la indicada dimensión de la ex­
periencia; y este enfoque más realista a ese ámbito de la
vida es impulsado habitualmente por uno de los dos mé­
todos de comprobación de nuestras actitudes y prioridades
en ese campo de la experiencia. O la persona cree que las
circunstancias la están poniendo a prueba para ver si se
eleva a la altura de ciertas normas; o el individuo siente un
impulso interior para examinar ese ámbito de la vida y ver
si satisface sus recién hallados valores y necesidades perso­
nales. Esta prueba puede experimentarse como limitación
o frustración, dependiendo del ámbito de conocimiento
del individuo, pues esa persona aprende que no podrá te­
nerlo todo. Pero tal presión puede impulsar el incremento

154
de la confianza en uno mismo y una fuerza interior en el
sector indicado.
E. Los tránsitos de Saturno pueden ayudamos a estructurar
nuestra confianza en el sector indicado, sobre la base de
darnos cuenta de cuáles son nuestras capacidades reales y
sobre lo que hemos ganado mediante esfuerzo. Una vez
que conocemos más realistamente nuestras capacidades,
podremos proceder a asumir más responsabilidad respecto
de nuestra propia vida.
F. Los tránsitos de Saturno tienden a moderar cuanto sea
excesivo en nuestra vida, ya se trate de orgullo excesivo
en algún ámbito de la vida, actividad excesiva, apego ex­
cesivo, dependencia excesiva o incluso fe excesiva (o sea,
infundada).

Saturno a través de las casas

Los conceptos claves antes mencionados (Partes A a F)


pueden aplicarse también en la comprensión de los tránsi­
tos de Saturno a través de las diversas casas del mapa natal,
con la siguiente distinción: el tránsito de Saturno en aspecto
exacto a un planeta natal simboliza el proceso de definir una
dimensión específica de la personalidad y muestra lo que
creemos que es muy auténticamente un aspecto esencial de
nuestro yo verdadero; mientras que el tránsito de Saturno
de una casa natal representa un período de definición de
nuestro enfoque de un sector íntegro de experiencia y acti­
vidad vitales. Muy a menudo, los cambios representados
por los tránsitos saturninos de las casas natales son más pú­
blicamente perceptibles que los tránsitos saturninos de los
planetas natales, aunque hay muchas excepciones a esta
regla general. Si una persona nace con cualquier planeta
"accidentalmente dignificado", o sea, ubicado natalmente
en la casa con la que está asociado, el período en el que
Saturno transita esa casa será especialmente importante
y potente; pues entonces Saturno estará en conjunción con
el planeta particular durante el mismo período en el que esté
en la casa relacionada con ese planeta. En otras palabras, si
nacemos con Venus en la 7a. casa, entonces, cuando Saturno

155
está en conjunción con Venus estará también en la 7a. casa,
dándonos pues dos símbolos separados pertenecientes a un
proceso similar de definición y estructuración de nuestra cons­
ciencia de compafierismo y necesidades amorosas. Esto sería
lo que llamo un "tema" del mapa, pues esa persona experi­
mentaría entonces esta presión para afrontar sentimientos
y actividades de compañerismo más realistamente como su
tema principal en su vida durante muchos meses y posible­
mente incluso durante más de dos afios. Pero, en todo caso,
la posición de casa de Saturno muestra invariablemente qué
campo de la experiencia personal tratamos (o debemos tra­
tar) de estructurar y definir más claramente y en qué ámbito
de la actividad vital debemos tratar de elaborar un conoci­
miento y un enfoque sólidos y duraderos.
Considerar al ciclo de Saturno a través de la totalidad de
las doce casas como un círculo completo de experiencia vital
y maduración es necesario a fin de poner en perspectiva el sig­
nificado de Saturno en cualquier casa particular. Pero es
igualmente importante saber porqué recalcamos cierto punto
de partida o cierto foco durante este ciclo. La posición natal
de Saturno es naturalmente un punto focal en este ciclo ente­
ro y en el proceso de crecimiento que él simboliza. Aunque
el primer trabajo de Grant Lewi con el ciclo de Saturno fue
un avance sensacional en la aplicación práctica del conoci­
miento astrológico y contiene muchísimas intuiciones valio­
sas, creo que él subrayó de más un �nfoque sólo del ciclo de
Saturno; a saber: su significado en relación con logros mun­
danos y metas profesionales. Si como Lewi usamos los trán­
sitos de Saturno a través de las casas como un indicador de
sólo este ámbito de experiencia vital, e!}tonces, -como él­
debemos subrayar a la 4a. casa como un foco de nuevos co­
mienzos que podrán conducir a realizaciones cuando Saturno
cruce el sector de la 1 Oa. casa. En ese enfoque, el tránsito de
Saturno a través de las casas l a., 2a. y 3a. -llamado por Lewi
un "período de oscuridad"- no se subraya como importante
salvo en la medida en que es un período de preparación para
las ambiciones que llegan a enfocarse más claramente en una
época posterior. Si usamos la astrología como una herramien­
ta de guía vocacional solamente, o tal vez de trabajo con per­
sonal de una gran empresa o de una dependencia guberna-

156
mental, el enfoque y los concepto de Lewi deberían bastar y
ser, habitualmente, bastante exactos. Pero si nos dedicamos
a aconsejar a seres humanos en un nivel más íntimo y sutil, en
el que se toman en cuenta sus sentimientos y necesidades más
personales, será de escaso valor decirle a alguien que está en­
trando en un período de "oscuridad" durante los próximos
siete años y que todo lo que esa persona podrá hacer en este
tiempo es aguardar pacientemente algún trabajo o alguna vo­
cación futuros, indefinidos, ( ¡pero, por supuesto, absoluta­
mente maravillosos!) que, a su tiempo, darán a la vida de ese
individuo una emoción y un significado profundos.
La clase de asesoría astrológica que siempre emplea prome­
sas futuras como el ámbito primordial acerca del cual pode­
mos decir algo positivo y esperanzado es también la clase de
astrología que habitualmente demuestra estar vacía y ser útil,
principalmente, para evitar que el consejero admita una com­
prensión defectuosa o una ignorancia supina. Ofrecer seme­
jantes esperanzas ilusorias a un cliente no es realmente acon­
sejar; eso es meramente animar a esa persona a enfocar más
bien una fantasía que hechos y sentimientos inmediatos, sien­
do un tipo de práctica astrológica que tiene gran parecido con
los métodos de los adivinos con quienes los astrólogos, en su
mayoría, ¡afirman vociferantemente que no quieren aso­
ciarse! De todos los símbolos planetarios usados en astrolo­
gía, no hay ninguno que llame nuestra atención más fuerte­
mente sobre la necesidad de enfrentar la realidad aquí y aho­
ra que Saturno. Por ello, creo que podremos esbozar aquí
un modo más constructivo de explicar el ciclo de Saturno a
clientes y am.igos, o para nuestro propio uso al tratar de en­
tender nuestras experiencias.
El mejor modo de contemplar el ciclo de Saturno es enfo­
car la totalidad del círculo íntegro, el proceso íntegro e inter­
minable de desarrollo que es simbolizado por ello, con parti­
cular énfasis sobre la posibición de la primera casa de Saturno
en tránsito puesto que la primera casa representa el ámbito
más personal e individual del mapa natal. Mediante la con­
templación de la primera casa como la fase más importante
del ciclo íntegro, más bien que como simplemente el co­
mienzo de un "período de oscuridad", podremos tener en
cuenta la importancia del ciclo de Saturno como un indicador

157
no sólo de carrera y cambios vocacionales sino también del
desarrollo personal interior en los niveles psicológicos y espi­
rituales. Es de este modo que discutiremo los tránsitos satur­
ninos de las diversas casas natales; pero, antes de entrar en los
pormenores de cada casa, debemos procurar un modo alter­
nativo de mirar el tránsito saturnino de los cuadrantes del
mapa que sea más vasto y esté más psicológicamente orienta­
do que los significados que da Lewi. Explicaciones parecidas
proporcionó Marc Robertson en su libro The Transit of
Saturn y se basa en conceptos desarrollados inicialmente
por Dane Rudhyar. Estas ideas pueden esbozarse así:
En Cuadrante I (Casas I, II y III): Saturno revela nuestra
aptitud para crecer en ser esencial y auto-conocimiento.
En Cuadrante II (Casas IV, V y VI): Saturno revela nues­
tra aptitud para crecer en nuestra capacidad para enten­
der y en nuestro modo de auto-expresión.
En Cuadrante III (Casas VII, VIII y IX): Saturno revela
nuestra aptitud para crecer en nuestro método de fun­
cionar con los demás y en nuestro conocimiento de los
demás como individuos.
En Cuadrante IV (Casas X, XI y XII): Saturno revela nues­
tra aptitud para crecer en nuestra capacidad para y en la
expresión de nuestra influencia sobre los demás y sobre
la sociedad en general.

Debe notarse que los conceptos antedichos son de natura­


leza general y con la finalidad de' dar al astrólogo un sentido
total del significado del ciclo de Saturno; en la mayoría de los
casos, el enfoque más exacto es tener presente este esbozo ge­
neral como antecedente para entender las experiencias espe­
cíficas mostradas por la exacta posición de casa de Saturno
en tránsito.
Otra cuestión digna de mención es que el significado de
un tránsito de Saturno a través de una casa particular puede
cambiar perceptiblemente cuando Saturno avanza cada vez
más dentro de la casa. Cuando Saturno empieza a entrar en
una casa (lo cual el individuo a menudo lo siente cuando Sa­
turno entra en 6 ° más o menos de la cúspide de esa casa,3

3 Yo uso el Sistema de Casas de Lugar de Nacimiento de Koch en toda

158
aunque el planeta técnicamente esté todavía en la casa ante­
rior), a menudo sentimos un deseo más intenso de hacer algo
acerca del ámbito de la vida que el que se sentirá después. El
lado problemático de la posición de Saturno en una casa dada
parece habitualmente patentizarse más durante el primer año
más o menos, cuando Saturno está en esa casa. Luego de eso,
en muchos casos, parece que a la persona se la obligó a que
aprendiera bastante acerca de cómo enfrentar más realista­
mente este ámbito de la vida, y permitirle tomar las más
amplias lecciones a su paso. Naturalmente, depende del in­
dividuo cuán rápidamente aprenda las lecciones saturninas,
y esta guía no puede convertirse en dogma. Pero con fre­
cuencia ocurre que una persona sentirá muy pesadamente el
peso de un tránsito de Saturno cuando el planeta está en la
primera mitad, aproximadamente, de cierta casa. La frustra­
ción y la presión para que actúe o trabaje de algún modo es
probable que sea muy fuerte en esa época. Entonces, cuando
la persona logra más estabilidad y comprensión en ese campo
de experiencia, la presión todavía permanece, pero no se la
siente tan opresiva o tan intensa. Esta guía es especialmente
cierta respecto de casas en las que no hay planetas natales
situados, pues -cuando tenemos planetas en cierta casa­
la conjunción saturnina exacta de esos planetas es a menudo
el período de intensidad pico. Si adoptamos el enfoque con­
veniente en el trato de las presiones interna y externa que se
sienten durante la primera fase de semejante período de trán­
sito, entonces la segunda fase puede verse como tiempo para
asimilar más profundamente los importantes conocimientos
implícitos.

mi obra; tras experimentar con Plácido, Campanus y sistemas de Casas


iguales, descubrí que las cúspides de Koch dan el tiempo más exacto de
cambios importantes mostrados por un planeta en tránsito que cambia
de casas. Un orbe aproximado de 6° de la cúspide se usa no sólo en el
trabajo con tránsitos sino también en el análisis de mapas natales. En
otras palabras, en un particular mapa natal, si un planeta está técnica­
mente en la Sa. casa, por ejemplo, pero dentro de 6° de la cúspide de la
6a. casa, a menudo será más acertado interpretar ese planeta como un
planeta de la 6a. casa en vez de como un planeta de la Sa. casa. En al­
gunos casos, sin embargo, ambas interpretaciones parecen acertadas.

159
Cuando Saturno en tránsito se dirige hacia el final de una
casa y está a punto de entrar en la casa siguiente (en otras
palabras, cuando entra en el 6 °, aproximadamente, de la cús­
pide de la casa siguiente), a menudo hay alguna clase de acon­
tecimiento, experiencia o conocimiento que se relaciona cla­
ramente con todo el período que acaba de finalizar y con el
significado fundamental de la casa que Saturno está abando­
nando. Con frecuencia, ocurrirá algo que simboliza claramen­
te una consolidación de los esfuerzos de dos o tres años ante­
riores, y lo que ocurra en muchos casos -aunque a menudo
es muy importante- no coincidirá con ningún otro tránsito o
progresión mayores. En otras palabras, en muchísimos casos,
para simbolizar cuanto esté ocurriendo no podrá encontrarse
otro factor astrológico mayor que simplemente el abandono
de una casa particular por parte de Saturno. Cuanto ocurra es
acompañado a menudo por una sensación de alivio, o por una
sensación de catarsis o satisfacción, como una especie de des­
pejamiento de la cubierta antes del lanzamiento al tránsito
saturnino de la casa siguiente. Menciono este fenómeno tan
extensamente porque he visto reiteradas veces que ocurre con
gran regularidad, y con frecuencia un astrólogo buscará frené­
ticamente algún tránsito específico, o una progresión o una
dirección de igual índole "que dé razón" de semejante expe­
riencia. De hecho el mismo fenómeno ocurre también con la
Luna progresada, cuando está a punto de abandonar cierta ca­
sa y entrar en la siguiente. Podría llenarse un libro entero con
muchas anécdotas relacionadas con estos hechos comunes,
pero debemos seguir considerando los significados específicos
de Saturno en tránsito en las diversas casas.

Casa 1: Cuando Saturno transita por esta casa, se crea un nue­


vo orden luego que el orden viejo se disolvió mientras Satur­
no estaba en la Casa XII. Cuando Saturno se aproxima y lue­
go entra en conjunción con el Ascendente, a menudo experi­
mentamos algo que nos pone en contacto con la realidad, que
nos hace comprender los resultados de nuestras acciones y de
nuestras pasadas pautas de conducta, y por ende eso puede
impulsarnos a asumir una mayor responsabilidad para con no­
sotros mismos y nuestras acciones que como ocurriera en el
pasado. Habitualmente, alguna circunstancia externa nos

160
obliga a afrontar importantes hechos o situaciones inmedia­
tos tal vez descuidados o dados por hecho en el pasado. Esta
clase de experiencia es el comienzo de una larga fase en la que
se llegan a comprender algunas verdades prácticas sobre noso­
tros mismos. Puesto que, en esta época, la mayoría está al
tanto de sus defectos y necesidades para un desarrollo futuro,
a menudo este es un período en el que buscamos activamente
nutrimos de los demás a fin de lograr un cuadro más claro
acerca de qué y quiénes somos verdaderamente. Tal vez bus­
quemos nutrimos así de amigos, pero esto a menudo toma la
forma de acudir a un consejero, a un psiquiatra, a un astrólo­
go, o a otra clase de terapeuta. En suma, es un período de
llegar a ser más realistas acerca de nosotros mismos, de tratar
de lograr una perspectiva acerca de la clase de persona que
queremos crear, y de empezar a construir esta nueva persona
mediante esfuerzo concentrado y una captación honrada de
nosotros mismos. Es un período en el que hemos de prestar­
nos atención con considerable seriedad, una época en la que
podremos empezar a conocemos más profundamente que
nunca, y una época para aprender más acerca de nuestra ca­
pacidad individual. El tránsito de Saturno a través tanto de
la casa 12a. como de la 1 a. es, a menudo, un período de crisis
personal, un proceso de renacimiento que podrá durar más de
cinco años. Durante todo ese período, la estructura de la vie­
ja personalidad queda inexorablemente detrás, pero la clase
de estructura nueva y el nuevo modo con que enfocaremos la
vida y nos expresaremos depende en gran medida del nivel
de honradez con que nos confrontaremos nosotros mismos
en esta época. Creo que todo el período en el que Saturno es­
tá en las casas 12a. y 1 a. debe considerarse como abarcando
una de las mayores fases de transición en la vida de cualquier
persona, y, por tanto, es aconsejable relacionar el significado
de Saturno en la casa 1 a. con el tránsito saturnino de la casa
12a. en vez de ver cada fase como un período aislado.
La expresión "integración" es apta para describir a Saturno
en la 1 a. casa, pues -cuando Saturno abandona la 12a. casa­
el individuo se siente a menudo como un niño recién nacido,
abierto a todo, interminablemente curioso, pero también sin
mucha disciplina o una estructura clara de la personalidad.
Las nuevas posibilidades que aparecieron durante la fase de

161
la 12a. casa todavía no se integraron en una totalidad cohe­
rente y funcional. Cuando Saturno entra en la primera casa,
a menudo sentimos la necesidad de llegar a ser algo, de traba­
jar activamente en nuestro desarrollo en vez de permanecer
en el estado abierto -pero pasivo- del ser, simbolizado por
la casa 12a. Entonces, a menudo realizamos un esfuerzo con­
siderable para moldear un nuevo sentido de la identidad, un
nivel nuevo y más profundo de confianza; y con frecuencia,
cuando Saturno avanza hacia la terminación de la primera
casa, tendremos una experiencia o encontraremos a alguien
que nos conduce hacia la experiencia de comprender nuestra
totalidad con elevada claridad. Esta nueva sensación de estar
integrados e interiormente fuertes se basa en un sentido más
profundo de valores duraderos y en un sentido mayor de
nuestras responsabilidades personales y de nuestra individua­
lidad esencial.
Mientras Saturno cruza el Ascendente y permanece en la
primera casa, a menudo hay también marcados cambios físi­
cos. Es común perder peso sin esfuerzo, y en ocasiones inclu­
so al punto de parecer enflaquecido. Con frecuencia, la ener­
gía física está muy baja, manifestándose como cansancio,
digestión pobre, y, en ocasiones, sentimientos depresivos. Sin
embargo, debemos comprender que este es el período de
máxima oportunidad para construir tanto un cuerpo nuevo
como una nueva personalidad; pero esa construcción impone
disciplina, perseverancia y mucho trabajo. He visto personas
robustas y sanas desgastarse para nada durante este tránsito,
si no dan los pasos que los lleven a mejorar sus hábitos sa­
nitarios y a disciplinar sus vidas y pautas alimenticias. Pero
también he sido testigo de personas débiles y enfermizas
que, tras iniciar un régimen sanitario durante este período,
tuvieron por resultado el logro de un excelente estado de
salud y abundante energía incluso ¡antes de que Saturno
abandonara la 1 a. casa!
En otras palabras, el tránsito de Saturno por la casa 1a.
puede considerarse como la fase clave del ciclo de Saturno,
pues es durante este período de vida que, en efecto, creamos
la clase de persona que queremos ser y comprendemos qué
clase de persona nuestro karma nos exige que seamos. Por
tanto, todas nuestras actividades y compromisos en el mun-

162
do exterior durante el resto del ciclo de 29 años crecerá
directamente a partir de los valores con los que nos com­
prometemos y de la clase de carácter que construyamos
durante este período. El tránsito de Saturno por la casa l a.
podrá realmente considerarse como un "período de oscu­
ridad" en el sentido de que prestamos atención primordial­
mente a nosotros mismos durante esta época, en vez de com­
prometernos activamente en compromisos y ambiciones
mayores que serían fácilmente percibidas por el público
( ¡aunque en esto hay algunas excepciones!). Pero, por
supuesto, casi siempre es necesario que nos volvamos sobre
nosotros mismos y nos retiremos, hasta cierto punto, de
compromisos del mundo exterior durante cualquier período
de marcada transformación personal y crecimiento acelerado.
También debe señalarse que es bastante común que la perso­
na empiece a trabajar en algún estudio, interés o meta a largo
plazo en esta época, que a su tiempo llegará a ser una voca­
ción de ocupación plena o una ambición mayor, pues el pla­
neta de la ambición y la carrera (Saturno) está en la casa de
los comienzos (l a. casa). Las que fueran ambiciones mayores
y metas a largo plazo de esa persona se derrumban habitual­
mente o se las ve vacías mientras Saturno está en la casa 12a.,
mientras nuevas metas y nuevos intereses vocacionales em­
piezan a tomar forma cuando Saturno transita la casa 1 a.
A menudo, la persona no se da cuenta de que estos nuevos
intereses tendrán que desempeñar un papel tan importante
en las actividades mayores de años posteriores, pero el indi­
viduo a menudo parece guiado hacia tipos específicos de
trabajo en esta época, aun si siente una clara resistencia a
proseguir tales actividades. Después de todo, a Saturno se lo
siente a menudo como la "mano del destino" que llega a
meterse en nuestras vidas, y éste es sólo un ejemplo más de
él que representa ese papel en la definición de nuestra orien­
tación futura.

Casa 11: Cuando Saturno entra en la 2a. casa, se extingue el


período de preocuparnos por nuestra propia identidad, y a
menudo hay una marcada sensación de alivio lo mismo que
un sentimiento más vigoroso de que ahora tenemos que po­
nernos a trabajar a fin de producir. Muchas personas expresan

163
este cambio de énfasis más o menos así: "Estoy cansado de
pensar solamente en mí mismo y en todos mis problemas.
Creo que ahora sé muy bien quién soy, y demorarme más en
esa cuestión sólo será autocomplacencia. Lo que quiero ha­
cer ahora es poner en marcha algo en el mundo real, realizar
algo concreto y ganar algún dinero". Por ende, la persona con
Saturno en tránsito a través de la 2a. casa tiene a menudo un
fuerte impulso de estructurar su situación financiera, hacer
que algún trabajo arduo produzca o promover algunos medios
de ingresos, ahorros, inversión o subsistencia. Corrientemen­
te, es una época en la que una persona empezará a construir
un nuevo negocio partiendo de la nada; a dedicarse a algún
género de aprendizaje (formal o informalmente), o a adqui­
rir alguna clase de instrucción práctica que, a su tiempo, le
permitirá al individuo ganar más dinero. En otras palabras,
es un período para echar las bases de nuestra estabilidad y
seguridad en el mundo material; y, aunque nuestros ingre­
sos no sean muy grandes mientras estamos comprometidos
en semejantes esfuerzos preparatorios y aunque sintamos
fuerte ansiedad acerca del dinero y otros factores de segu­
ridad, según mi experiencia son considerablemente exagera­
das las expresiones que comúnmente se oyen acerca de esta
posición de Saturno referida a deudas, pobreza y gran tribu­
lación. La mayoría siente realmente la presión saturnina
en este ámbito de sus vidas, pero la mayoría de los clientes
que he visto trataron estas preocupaciones de modo muy
práctico y no experimentaron calamidades financieras par­
ticularmente grandes. De hecho, una cliente ganó quince
mil dólares en un pleito mientras Saturno estaba en su 2a.
casa; y una cantidad de otros clientes iniciaron negocios o
nueva instrucción durante esta época, que prosperaron a su
debido tiempo en gran escala.
Lo que ciertamente ocurre a menudo durante esta época es
que las necesidades financieras se toman más reales para esa
persona, y por presión de la necesidad se meten en la cabeza
algunas lecciones prácticas acerca de la sobrevivencia. El he­
cho de cómo estemos armonizados para encargamos de nues­
tras necesidades materiales al comienzo de esta fase producirá
un gran impacto sobre qué clases de cosas experimentemos
durante este período. Lo primero que hay que tener presente

164
es que Saturno es lento pero seguro, y que los beneficios ma­
teriales pueden, a su tiempo, resultar de efectuar un enfoque
paciente y exigente de los asuntos prácticos en esta época.
Los beneficios tal vez no sean patentes de inmediato; pero,
si se afronta la necesidad de construir una estructura finan­
ciera y segura sin ignorar los verdaderos costos personales, lo
que se construya ahota puede servirnos muy bien durante
muchos aftos. El tránsito de Saturno a través de la 2a. casa no
se limita en su significado a cosas materiales solamente, pero
-puesto que este es el ámbito de vida en el que la mayoría
lo siente muy inmediatamente- me concentré en esa dimen­
sión de este tránsito. Sin embargo, puede decirse que esta es
una época de acumulación lenta pero segura de toda clase de
recursos, tanto materiales como psicológicos, todos los cuales
podrán contribuir a la confianza en uno mismo basada en qué
apoyo y qué impulso nos favorecen y qué conocimientos y
recursos más profundos a nuestra disposición podemos
extraer a medida que avanzamos por la vida. También es épo­
ca de hacer balance de cómo hemos usado en el pasado nues­
tras habilidades e ideas (la 2a. es la 12a. desde la 3a. casa) y si
nos sirvieron bien y nos permitieron producir algo, o si mera­
mente demostraron ser inútiles y carentes de practicidad. Si
demostraron ser valiosas y nos contraemos a las tareas entre
manos, a menudo experimentamos algún género de consoli­
dación de nuestra situación financiera cuando Saturno empie­
za a abandonar esta casa.
Casa 111: Cuando Saturno empieza a transitar por la 3a. casa,
el sentimiento de que muchos asuntos prácticos que preocu­
paron largo tiempo la atención están ahora afianzados nos
permite poner nuestra energía en un nuevo aprendizaje que
acreciente la hondura de nuestros antecedentes profesionales
y el valor de nuestras ideas. Este período no se siente habi­
tualmente tan pesado como el tránsito saturnino de la prece­
dente casa de tierra, aunque la relativa importancia de la fase
de la tercera casa depende de si esa persona está intelectual­
mente orientada o comprometida en un trabajo que implica
comunicación o viaje. A menudo se tiende a una preocupa­
ción sin sentido durante este período, y habitualmente se pa­
tentiza toda inseguridad acerca de nuestras opiniones y la

165
profundidad de nuestro conocimiento. Es una época en la
que debemos concentrarnos en aprender nuevos hechos, nue­
vas ideas, y nuevas habilidades que prestarán profundidad y
practicidad para que expresemos nuestra inteligencia. Es un
período excelente para la investigación y toda clase de pen­
samiento profundo; y a menudo se pone más esfuerzo en la
estructuración de nuestros planes educativos, nuestra ense­
fianza y métodos literarios, o en el modo de expresar nuestras
ideas. Hay un acrecentado énfasis en el análisis serio, en el
pensamiento práctico, y en la capacidad de expresar las ideas
más claramente. Muchas personas descubren que se quedan
levantadas hasta tarde leyendo más durante este período, y
pocos descubren que no sólo cambia su método de comuni­
cación sino incluso el tono de su voz. Tales cambios los pro­
duce el sentimiento de la persona de que necesita construir
una estructura más sólida sobre la cual puedan fundamentar
las ideas y opiniones. De ahí que el individuo asuma a me­
nudo más actividades educativas o prosiga una investigación
particular que pueda servir a esta finalidad; pues, aunque mu­
chas ideas, muchos hechos y habilidades aprendidos durante
esta época no se hayan de usar mucho en el futuro, la familia­
rización de esa persona con semejante variedad de técnicas y
puntos de vista proporciona vastos antecedentes cognosciti­
vos que le podrán permitir comparar y juzgar teorías, concep­
tos y métodos sobre la base de su propia experiencia personal.
En esta época es también necesario aprender o investigar
con mayor amplitud a fin de ahondar nuestro sentido de se­
guridad acerca de nuestra inteligencia; pues hasta entonces
la persona tal vez haya estado expresando meramente opinio­
nes o ideas en abstracto, sin tener una experiencia inmediata
que les preste credibilidad. En muchos casos, este es también
un período de acrecentada actividad viajera que resulta de las
exigencias de la profesión, los deberes familiares u otras res­
ponsabilidades nuestras. Es también un período para "atar
cabos" no sólo en los ámbitos intelectuales de la vida sino
también en nuestras relaciones con los demás. Tendemos a
definir con exactitud cuáles son los límites de diversas rela­
ciones con amigos y conocidos durante este período.

Casa IV: El tránsito de Saturno por la 4a. casa es una época

166
para descender a los fundamentos de la seguridad y la sobre­
vivencia, una época para armonizamos con nuestras necesida­
des básicas de un sentimiento de pertenencia y tranquilidad.
Tendemos a mirar con más seriedad nuestra ubicación en la
comunidad, y a menudo tratamos de establecer un sentido de
solidez y orden en el medio ambiente hogareño. Esto puede
significar, naturalmente, muchas cosas distintas para diferen­
tes personas, pero habitualmente hay dos ámbitos de aten­
ción respecto al hogar: 1) las condiciones y las disposiciones
físicas del hogar tal vez parezcan inadecuadas para nuestras
finalidades, en cuyo caso damos a menudo pasos para cam­
biar la situación hogarefia de algún modo, con frecuencia
construyendo algo en la casa misma o en el patio, o a veces
incluso mudándonos a una residencia enteramente nueva; y
2) nuestras obligaciones para con nuestra familia se tornan
más reales y apremiantes. Podríamos sentirnos sujetos en
nuestro entorno, lo cual podría sugerir que necesitamos defi­
nir más las fronteras no sólo de nuestra casa sino también de
nuestras ambiciones vitales (1 Oa. casa -polo opuesto de la
4a. ). De hecho, el tránsito de Saturno de la 4a. casa es una
época en la que debemos echar las bases de todas las ambicio­
nes de largo plazo que tengamos y para determinar qué base
de operaciones necesitamos en nuestra carrera. Esto puede
conducir a que reubiquemos nuestro negocio o profesión, o,
por lo menos, a que reestructuremos el medio ambiente en
el que trabajamos. Una última nota acerca de la 4a. casa es
que las personas parecen experimentar, a menudo, un karma
directo durante esta época, que se relaciona con sus esfuer­
zos creadores pasados y/o amoríos. Esto puede explicarse
viendo que la 4a. casa es la 12a. casa desde la 5a.

Casa V: El tránsito de Saturno por la 5a. casa es algo pareci­


do a su tránsito de la casa anterior de fuego -Casa 1- en que
es una época de mayor seriedad acerca de nosotros mismos
y, a menudo, de reducida vitalidad y empuje. Puesto que la
5a. casa está asociada con Leo y el Sol, este tránsito afecta
marcadamente nuestro sentido de la alegría, la espontaneidad
y el bienestar. Algunas personas se quejan de que nunca se di­
virtieron mucho durante este período y que sienten que no
las aman ni las aprecian. Tales sentimientos son comprensi-

167
bles cuando nos damos cuenta de que el significado esencial
de este tránsito es ponernos al tanto de cómo estamos usando
nuestra vitalidad en todos los ámbitos de la vida: nuestra
energía física y sexual, nuestra energía amorosa emocional, y
todas las demás formas de poder creador. No se trata de que,
de repente, experimentemos toda clase de bloqueos e inhibi­
ciones que jamás sentimos antes; se trata más bien de que
podemos llegar a comprender durante este período qué blo­
queos y temores habitualmente han estado vaciando nuestras
energías o inteñlliendo con la expresión de nuestras fuer­
zas creadoras y nuestra naturaleza amorosa. En suma, es
una época para afrontar cuanto temor o hábito nos haya he­
cho sentir desvitalizados, frustrados en cuanto a la creativi­
dad, o incapaces de ser amados o de amar. Es época de pro­
fundizar más nuestro modo de expresarnos y un período en
el que deberíamos trabajar para causar una profunda impre­
sión en los demás más bien mediante una acción responsable
y disciplinada que meramente a través de demostraciones
dramáticas o un exhibicionismo vacío.
La presión de Saturno durante este período nos hace vol­
ver sobre nosotros mismos, y tiene el efecto de armonizarnos
en el desarrollo de nuestras fuentes interiores de amor y
creatividad en vez de ir en busca del mundo externo para sa­
tisfacer estas necesidades. La sensación de estar solos o faltos
de amor, sin embargo, puede impulsamos inconscientemente
a buscar más atenciones de parte del cónyuge, de los hijos,
amantes u otras personas; pero nos podemos volver demasia­
do exigentes, habitualmente sin advertirlo, y de esa manera
tal vez espantemos a muchas personas a las que queremos te­
ner cerca, induciendo de esta manera un sentimiento de re­
chazo. Sin embargo, si podemos expresar nuestro afecto y
nuestra lealtad más profundos en esta época mediante honra­
dez responsable, deber, y esfuerzo, podrá ser un período de
honda satisfacción; pues podremos comprender que en este
mundo no hay amor real que no esté acompafi.ado del sentido
de responsabilidad. Nuestra expresión del amor hacia los de­
más puede llegar a ser más paternal y protectora, y tales sen­
timientos podrán tomarse especialmente fuertes en actitudes
hacia los hijos, puesto que esta es una época de entrar en con­
tacto con las necesidades reales de nuestros hijos y con nues-

168
tros deberes más profundos para con ellos. A menudo nos
atraen las personas de tipo saturnino como amantes posibles
en este período, pues en estas personas experimentamos una
especie de estabilidad emocional que corrientemente nos fal­
ta. Esto podrá tener la forma de que nos atraiga una persona
mayor o simplemente alguien con fuerte armonización con
Saturno o Capricornio. El desapego, el aislamiento y los mo­
dos concretos de una persona saturnina pueden ser atractivos
durante esta época, pues lentamente aprendemos cómo estar
más desapegados y ser más objetivos al intentar satisfacer ne­
cesidades emocionales. En algunos casos, una persona con
Saturno transitando por la Sa. casa se sentirá inclinada a
usar a los demás (a menudo inconscientemente, con la espe­
ranza de que los demás estén "enamorados") a fin de tratar
de aliviar el sentimiento de soledad y evitar el enfrentarse con
su propia falta de capacidad de amar profunda y respon­
sablemente.
Una presión interior compulsiva para crear algo en esta
época podrá exigirnos que disciplinemos nuestros hábitos
de trabajo creador y que nos esforcemos más en abrir un
canal para que nuestra energía creadora pueda correr. Si te­
nemos ambiciones en el ámbito de las artes creadoras, por
ejemplo, esta es la época para comprometernos en un progra­
ma regular de trabajo y para empezar a apoyarnos más en un
esfuerzo y una organización coherentes que en los vuelos
transitorios de la "inspiración". Es época de comprender que
todo acto creador que podamos lograr llega realmente a tra­
vés de nosotros, en vez de emanar directamente de nosotros.
En otras palabras, podemos comprender que -si nuestro
karma consiste en crear algo- debemos meramente expresar
el esfuerzo regularmente para permitir que las fuerzas crea­
doras se expresen a través de nosotros. Esto es difícil de
lograr, sin embargo, puesto que habitualmente tenemos po­
quísima fe y poquísima confianza durante este período, y
así tendemos a encerrarnos o a volvernos temerosos del
fracaso. Tendemos a considerar a la vida, en todas sus di­
mensiones, con demasiada seriedad en esta época, porque
tendemos a considerarnos demasiado seriamente. Y de ahí
que éste sea a menudo un tiempo de bloqueo creador, cuan­
do incluso acabados escritores, artistas y otros experimentan

169
considerable desánimo en su trabajo. Pero este período puede
ser de consolidación de nuestra confianza en nosotros mismos
y de nuestros métodos de expresión creadora si comprende­
mos que la inspiración es común pero el trabajo no lo es, que
el 95 por ciento de la creatividad es sólo trabajo arduo, liso y
llano. Como lo documentara Henry Miller en su diario:
"¡Cuando no puedas crear, trabaja!" Asimismo, al autor
William Faulkner le preguntaron en una ocasión cuándo
escribía, y contestó: "Sólo escribo cuando tengo ganas ...
¡y tengo ganas todas las mañanas!".
Puesto que la Sa. casa es también la casa de juego, aficiones
y recreación, el tránsito de Saturno por esta casa tiene tam­
bién impacto sobre estos ámbitos de la vida. En esta época es
común el trabajo excesivo puesto que para la persona es difí­
cil tomarse un tiempo libre para disfrutar. Aunque esa perso­
na se tome unas "vacaciones", tal vez descubra que no podrá
descansar porque su mente se entretiene pensando cosas de­
masiado serías. En otros casos, lo que solía ser una afición
se torna más productivo y, a menudo, se convierte incluso
en un negocio regular y estructurado. Otra intuición de este
período aparece cuando consideramos a la Sa. casa como
la 12a. desde la 6a. casa; de ahí que se manifiesten los resul­
tados de nuestro trabajo anterior y de cuán eficazmente cum­
plimos con nuestro deber, como un goce en un nivel profun­
do de satisfacción y como una corriente firme de energía
creadora o como disipación y juego en un fútil intento de
compensar lo que nunca ganamos realmente mediante la apli­
cación de esfuerzo.
Casa VI: El tránsito de Saturno por la 6a. casa es un período
de ajuste personal y cambio de nuestro pensamiento, trabajo
y hábitos sanitarios. La persona es habitualmente impulsada
desde dentro o presionada por las circunstancias a ser más
organizada y disciplinada en muchos ámbitos prácticos de la
vida, pero particularmente en el trabajo y la salud. Los cam­
bios de trabajo o los cambios en la estructura del trabajo son
comunes, como lo son fastidiosos problemas crónicos de sa­
lud. He visto incluso a una persona, que era notablemente
desorganizada e ineficiente, volverse tanto más disciplinada
en sus métodos de trabajo durante esta época, que exclama-

170
ba: "No puedo creer cuánto estoy haciendo en estos tiem­
pos. ¡Me estoy volviendo tan eficiente!" Saturno nos presio­
na aquí para que determinemos por nosotros mismos qué es
lo que tratamos de hacer y para que discriminemos entre
lo importante y lo tangencial. De hecho, la facultad discri­
minativa está a veces tan activa durante este período que el
individuo sufre de depresión o malestares psicosomáticos
que brotan de una excesiva autocrítica. Esta autocrítica es
motivada, además, porque comenzamos a ver en esta época
cómo las personas con las cuales vivimos y trabajamos se
sienten realmente respecto de nosotros. Vemos si somos
realmente útiles y si nos consideran molestos. En otras pala­
bras, puesto que la 6a. casa es la 12a. desde la 7a., tomamos
más consciencia de los resultados de las diversas relaciones
en nuestras vidas.
La fase de la sexta casa del ciclo de Saturno trata esencial­
mente la purificación personal en cualquier nivel. Muchos
problemas de salud que surgen de este período pueden rela­
cionarse directamente con los hábitos dietéticos de la perso­
na y, de esta manera, con un elevado nivel de toxemia. Pare­
ce que el cuerpo trata de arrojar las impurezas durante esta
época; y, si no cooperamos con ese proceso de purificación,
a menudo se manifiestan los síntomas físicos. El tránsito de
Saturno por la 6a. casa es un período excelente para ajustar
nuestra dieta, los ejercicios rutinarios y otros hábitos de sa­
lud, o para realizar un ayuno prolongado o una dieta purifi­
cadora. Lo principal que hay que saber en este tiempo es
que todos los problemas de salud (o los problemas con
nuestra situación laboral) son lecciones específicas que nos
muestran qué cambios necesitamos en las pautas habituales
de la vida cotidiana y nos preparan para otra fase de la vida
que empieza cuando Saturno sale sobre el descendente
natal en la 7a. casa.

Casa VII: Como el tránsito de Saturno por cualquier otra


casa, esta posición puede manifestarse como una cantidad
de diferentes niveles simultáneamente. Unos pocos clientes
míos empezaron a establecer en esta época sociedades co­
merciales, que habitualmente se consolidaron financieramen­
te cuando Saturno entró en la 8a. casa. Todas las relaciones

171
se toman más seriamente en esta época, y la persona empie­
za a menudo a asumir más responsabilidad para sostener su
lado de una relación específica. Sin embargo, en la mayoría
de los casos, el foco de la atención parece estar en la relación
personal primordial o en el matrimonio del individuo. Cuan­
do Saturno cruza el descendente y comienza su semi-ciclo
sobre el horizonte, hay a menudo conocimientos acerca de
nuestras necesidades, limitaciones y deberes de relación; y
esta época también marca la entrada de la persona en una
etapa más vasta de participación pública y social. Si dimos
por sentado alguna importante relación o juzgamos que una
relación particular no satisface nuestras necesidades, esta será
la época de tratarla realistamente. (El tránsito saturnino de
Venus natal es similar.) Saturno nos hace bajar a la tierra en
cuanto ámbito de vida indique su posición de casa en tránsi­
to, y aquí debemos tratar de establecer un enfoque sólido y
bien claro de las relaciones que tienen fuerte impacto sobre
nuestro estilo de vida total y nuestra identidad. (Nótese que,
cuando Saturno transita en conjunción con el descendente,
¡está simultáneamente en oposición al ascendente!). Si es­
peramos demasiado de una relación o del matrimonio, o si
juzgamos que no es viable en el sentido de que es importan­
te para nosotros, ésta es la época de enfrentar esos hechos
con objetividad y desapego. A menudo, en esta época se de­
sarrolla cierta frialdad y reserva en las actitudes y conducta
en las relaciones íntimas, y nuestra pareja es posible que se
pregunte por qué nos hemos apartado de nuestra modalidad
habitual de tratarla. Si podemos explicar que simplemente
nos apartamos de la otra persona por un tiempo a fin de
obtener una perspectiva más clara en la relación y en el al­
cance con que queremos participar en ella, al menos la pa­
reja no tenderá a imaginar cosas que sean peores que la si­
tuación real. Sin duda, ésta puede ser una época de prueba
para los matrimonios y relaciones íntimas de muchas per­
sonas, pero la cantidad de tensión que se experimente du­
rante este período depende de la calidad y del nivel de
autenticidad que caracterizó nuestra relación durante mu­
chos afias.
Según mi experiencia, en contraste con algunas afirma­
ciones astrológicas tradicionales, el divorcio no es más común

172
en esta época que durante el período en el que Júpiter tran­
sita la 7a. casa -de hecho, parece menos común que el perío­
do de tránsito de Júpiter, pues el período de Júpiter es la
época en la que buscamos bifurcar y expandir las fronteras
de nuestras relaciones más allá de sus límites actuales. Pero
el tránsito de Saturno por la 7a. casa es una época de deci­
siones y compromisos (o nuevos compromisos) de relación,
y tal vez lo más importante hacia este período sea que nos
da la aptitud para ver a nuestra pareja objetivamente -como
persona individual totalmente distinta de nosotros, más bien
que como un apéndice o meramente como un objeto sobre
el que hay que proyectar nuestras proyecciones. En suma,
si una relación particular es suficientemente sana y dúctil
que nos permita experimentar nuestra propia personalidad
plenamente y relacionarnos con los demás y con la sociedad
con plena consciencia, entonces es probable que sea muy
viable; y eso es lo que comprendemos durante este período,
aunque ese conocimiento tal vez llegue solamente tras algu­
nas pruebas difíciles de la calidad de la relación. De lo con­
trario, sin embargo, la relación misma y nuestro enfoque de
ella necesitan redefinirse en esta época, y han de tomarse
decisiones acerca de cuánta energía vamos a poner en ella
para hacerla viable.

Casa VIII: Este período puede subrayar algunas o todas las


dimensiones siguientes de la vida: financiera, sexual-emocio­
nal, psicológica o espiritual. Puesto que la 8a. casa está aso­
ciada con Plutón y Escorpio, este período es particularmen­
te importante como una época de terminación de muchas
viejas pautas de vida y -dejando pasar algún deseo intenso
o apego- de experimentar un género de renacimiento una
vez que se haya completado esta fase. La necesidad de dis­
CÍplinar nuestros apegos emocionales habitualmente es acla­
rada por las circunstancias que nos obligan a enfrentar
ciertos hechos a través de la presión de la frustración o por­
que nos damos cuenta de que, dentro de nosotros mismos,
están las ramificaciones últimas de nuestros deseos y cómo
hemos estado usando todas las formas del poder: financiera,
sexual, emocional, oculta y espiritual. Muchas personas expe­
rimentan este período como una época de profundo sufri-

173
miento, cuya causa es difícil de señalar. Algunas personas
incluso describen esto como si sintieran que estaban atrave­
sando un infierno o un purgatorio, en el que sus deseos y
apegos se depuran y despierta su consciencia de las energías
más profundas de la vida. En suma, es una época en la que
hay que afrontar lo fundamental de la vida, las experiencias
esenciales que con tanta asiduidad se ignoran o descuidan.
Muchas personas parecen preocuparse con las realidades
esenciales de la vida del alma, del más allá, y de la muerte
misma durante este período. Es una época para afrontar el
hecho inexorable de la muerte más realistamente, y la cons­
ciencia de la inevitabilidad de la muerte acucia a menudo a
las personas a poner su energía en organizar sus haciendas,
inversiones conjuntas y testamentos. Otros tratos financieros
mayores son también frecuentes en esta época, pero el fac­
tor común es que el individuo procura protegerse y, a menu­
do, establecer algún género de "seguridad del alma" en el ni­
vel más profundo posible.
Es también un período para comprender la importancia de
nuestra vida sexual y de las implicancias de cómo hemos
estado encauzando las energías sexuales. En algunos casos, es
un período de frustración sexual que parece ocurrirle a la per­
sona, obligándola así a ser más duefla de sí misma y más dis­
ciplinada. En otros casos, la persona actuará conscientemente
para cortar ciertos desbordes o actividades sexuales que ante­
riormente fueran compromisos mayores, comprendiendo el
valor de retener la fuerza sexual dentro de sí misma a menos
que se la use con una finalidad curativa y constructiva. Es
también una época en la que muchísimas personas se dedican
muy de lleno a estudios ocultistas, prácticas espirituales o
varias clases de investigación. Me parece que una de las claves
de este período puede inferirse de comprender que la 8a. casa
es la 12a. desde la 9a.; en otras palabras, el tránsito de Satur­
no por esta casa trae a la superficie los resultados de nuestros
intentos de vivir nuestros ideales y creencias. Luego, esto se
manifiesta como nuestra experiencia de transformación
-jubilosamente o a través del sufrimiento necesario para vol-
ver a definir más nuestros ideales de vida.

Casa IX: El tránsito de Saturno por la casa 9a. es primordial-

174
mente un período de asimilación de las experiencias de mu­
chos afios y de relacionarlas con algún ideal significativo, al­
guna filosofía, o algún régimen de automejoramiento. Es co­
mún que, en esta época, la gente se embarque en un viaje
más bien estructurado en procura de ganar una mayor am­
plitud de conocimiento, ya sea a través de un viaje físico
real, de una instrucción académica, de la asistencia a confe­
rencias o servicios eclesiásticos, o solamente a través de estu­
dio individual concentrado. He visto casos en los que la per­
sona combinaba realmente más de una de estas posibilidades,
por ejemplo, yendo a la escuela en un país extranjero. Bási­
camente, ésta es época de investigar y definir nuestras cre­
encias últimas, ya sea que esas inclinaciones nos lleven a
una filosofía, a una religión, a estudios metafísicos o a teo­
rías legales o sociales. Nuestras creencias necesitan definirse
durante esta época porque, de aquí en adelante, servirán co­
mo ideales que guíen nuestra vida e iluminen nuestra direc­
ción personal.
En suma, ésta es una época en la que la mayería tiene un
fuerte impulso hacia el automejoramiento. Para algunos, esto
significa que deben alinear sus vidas con un ideal superior.
Para otros, significa que sienten la necesidad de viajar por el
mundo o estudiar diversas materias a fin de lograr una pers­
pectiva más vasta en sus vidas. Y aun para otros, particular­
mente los que tienden a aceptar nociones socialmente defi­
nidas de lo que significa mejorar personalmente, es una
época en la que empiezan o al menos se comprometen más
profundamente en un programa académico de instrucción.
Es un período excelente para la aplicación seria de nuestras
energías mentales, y es comúnmente una época en la que
nuestras ambiciones relacionadas con el influir sobre los
demás a través de la ensefianza, las conferencias o las publi­
caciones se conso'iidan de algún modo definido. Debe tam­
bién notarse que la 9a. casa es la 12a. desde la 1 Oa.; de ahí
que represente los resultados de cómo trabajamos para ganar
lo que ambicionamos, manifestándose como desasosiego e
insatisfacción, o simplemente dándonos cuenta de que nece­
sitamos trabajar ahora más arduamente en la expresión del
conocimiento que obtuvimos con logros pasados o activida­
des vocacionales. Este período de tránsito es también una

175
preparación para la prosecución de la fase de la casa 1Oa. en
el sentido de que las ambiciones que procuremos concretar
dependerán entonces mucho de los ideales con los que actual­
mente estamos comprometidos.

Casa X: El cruce de Saturno por el Medio Cielo y la entrada


en la 1Oa. casa pondrá habitualmente en primer plano un
serio interés respecto de nuestras ambiciones, nuestras es­
peranzas de lograr algo en nuestra carrera, nuestro papel en
la sociedad y la cantidad de autoridad que tenemos, y la espe­
cífica estructura laboral a través de la cual tratamos de alcan­
zar nuestras metas. En ocasiones, puede sentírselo como un
período de frustración en estos ámbitos de la vida o como
una época de ansiedad en la que estamos agobiados por debe­
res desagradables, pero esto ocurre primordialmente cuando
la carrera o la estructura vocacional la hemos construido
demasiado opresiva o no lo bastante realista como para que
se adapte a nuestra verdadera naturaleza. En contra de lo
que algunas tradiciones astrológicas nos inducirían a creer,
esta fase no indica necesariamente que éste sea el tiempo
para trabajar extraordinaria y arduamente en definir el alcan­
ce y el significado de nuestras ambiciones. De hecho, algunas
personas experimentan una culminación muy positiva de sus
metas profesionales en esta época, con reconocimiento y
satisfacción considerables. Sin embargo, según mi experien­
cia, esto no parece ocurrir con tan grande regularidad como
las teorías de Grant Lewi aparentemente lo predicen, aun­
que sea común. También es una época de ganar una perspec­
tiva desapegada sobre lo que realmente hemos logrado, a
diferencia de nuestra reputación (lo cual es a menudo inexac­
to) o de lo que nos gustaría pensar que hemos realizado. Si
vemos a la 1Oa. casa como la 12a. desde la 11a., podremos
deducir más que esta fase muestra los resultados (12a. casa)
de nuestras asociaciones, objetivos y sentido de la finalidad
individual (11a. casa). Si nuestra carrera o estructura voca­
cional parece frustrante en esta época, esto surge a menudo
del hecho de que no hemos incorporado en ella bastante
nuestras metas personales verdaderas y nuestros ideales
socialmente valiosos. Pero podemos empezar a hacerlo
cuando Saturno entre en la 11a. casa.

176
Casa XI: El significado de la 11a. casa se aclara raras veces en
la mayoría de los textos astrológicos, y las palabras claves que
se dan para la 11 a. casa son a menudo vagas y confusas. Me
parece que, más que todo lo demás, esta casa simboliza nues­
tro sentido de la finalidad individual, o sea, cómo vemos
nuestra función en la sociedad y cómo queremos desarro­
llamos en el futuro en un nivel personal. Esta casa es proba­
blemente la que está más orientada hacia el futuro de todas
las casas, y las personas con el Sol u otros planetas impor­
tantes en esta casa tienden a estar particularmente armoni­
zadas con el futuro, tanto en el sentido de lo que ellas quie­
ren llegar a ser como en el sentido de cómo la sociedad se
desarrolla y adónde eso conducirá.
De ahí que el tránsito de Saturno por esta casa indique una
época en la que comprendemos lo que hemos hecho, lo que
no hemos hecho, y lo que deberíamos hacer en el futuro, es­
pecialmente en relación con los demás y con la sociedad en
conjunto. Es época de averiguar qué debemos dar a los demás
ahora que nos hemos establecido en alguna posición dentro
de la sociedad (fase de la 1Oa. casa). Es época en la que es
importante pensar en nuestros objetivos: no tanto objetivos
de carrera como objetivos personales, lo que queremos ser y
llegar a ser y qué papel creemos conformar para representarlo
en la comunidad de nuestros congéneres los seres humanos.
Es un período en el que hemos de definir nuestras esperanzas
y deseos íntimos, y el sentido de finalidad para nosotros mis­
mos en relación con las necesidades de los semejantes. Por
tanto, es un período para asumir más responsabilidad en
cuanto al modo con que nos relacionamos con los demás, y
este interés acrecentado conduce a una actitud más sobria
respecto no sólo de las amistades individuales y las alianzas
sino también respecto de nuestros compromisos con grandes
grupos de personas. En algunos casos, tal vez necesitemos
cortar con diversas amistades o asociaciones grupales; pero
en otros casos, tal vez descubramos que tenemos el impulso
de asumir más responsabilidad en el modo de tratarlos. Por
ejemplo, una sefiora encaró el trabajo de organizar ( ¡Satur­
no!) excursiones para grandes grupos de personas solteras
cuando Saturno transitaba por su 11a. casa. Como podrá
verse en esta asociación de casa con el signo de Acuario,

177
es época de distribuir y dispensar a los demás lo que hemos
aprendido y adquirido durante el tránsito saturnino de las
diez casas anteriores.
Casa XII: Como se expresa en el comienzo de esta parte, el
tránsito de Saturno por esta casa, junto con su tránsito por
la casa 1 a. coincide con una importante fase de transición
en la vida de todos. La fase de la 12a. casa de Saturno es un
período en el que nos encontramos con los resultados de
todos los pensamientos, acciones, deseos y actividades a
los que nos dedicamos durante el último ciclo de Saturno a
través de las otras casas. El modo con que hemos estado
expresándonos en el mundo (l a. casa) durante algún tiempo
nos llevó ahora inevitablemente a confrontar este género par­
ticular de karma. Si este es el primer tránsito saturnino de la
duodécima casa durante esta vida, entonces la fase de vida
que llegue a su fin durante este período puede ser la que em­
pezó en una vida pasada. Pero, en todo caso, es el término
de un viejo ciclo; y de ahí que, a menudo, experimentemos
descontento, confusión, desorientación y un sentimiento
de confinamiento emocional-mental cuando las viejas estruc­
turas de vida empiezan a derrumbarse. En otras palabras, las
ambiciones, valores, prioridades, actividades y creencias que
otrora dieron significado y dirección a nuestra vida empiezan
a disolverse cuando Saturno entra en esta casa; y los senti­
mientos prevalecientes de estar separados o perdidos son
habitualmente más fuertes durante el primer año, aproxima­
damente, de esta fase, hasta que hemos consolidado nuevos
valores y actitudes nuevas y más depuradas hacia la vida
misma. Por tanto, es una época para definir nuestros ideales
y nuestra orientación espiritual última, y muchas personas
se pasan este período experimentando con varios nuevos
enfoques de vida después de haber dejado caer los viejos
apegos que ahora demostraron estar enteramente vacíos
y sin vida. En suma, es un período de trabajo en la clarifi­
cación de aquellas dimensiones de vida trascendentes y su­
tiles que, aunque son muy difíciles de expresar con palabras,
constituyen la fuente recóndita de fuerza que nos ayuda a
continuar nuestras luchas por crecer en medio de los com­
bates y obstáculos de la vida.

178
La casa 12a. fue llamada la casa del aislamiento, y algu­
na clase de aislamiento físico es bastante común durante
esta época. Pero lo que es mucho más común es que la per­
sona, al menos durante la primera mitad de este período, se
siente como en una prisión emocional, aislada del mundo
exterior que parece distante e irreal. Es una época en la que
debemos volvernos hacia adentro, a fin de llegar a fuentes
interiores de fuerza emocional y espiritual; y a menudo pare­
ce que, si no decidimos conscientemente, en esta época, ir
hacia el interior, surgen circunstancias que nos obligan a
experimentar alguna forma de aislamiento personal que
no nos dejará optar y únicamente nos permitirá reflexionar
sobre nuestras vidas desde una perspectiva desapegada. Pe­
ro, en la mayoría de los casos que he visto, la persona anhela
aislamiento y un medio de retirarse de las preocupaciones
del mundo exterior, ya sea que esto tome la forma de correr
a un monasterio o de meramente retirarse de muchas asocia-·
ciones y actividades mundanas que solían ser significativas.
Es una época excelente para el estudio de temas espirituales,
místicos u ocultistas, y muchas personas se sienten también
particularmente atraídas hacia la expresión musical, poética
o visionaria durante esta época, puesto que sienten que no
pueden expresarse en términos lógicos o racionalistas sino
sólo a través de imágenes, vibraciones e intuiciones. Hay
también, a menudo, una atracción hacia actividades huma­
nitarias y labores de servicio como un medio de hallar valor
en la propia vida.
Los problemas de salud no son raros en esta época, y habi­
tualmente son dolencias psicosomáticas, difíciles de diagnos­
ticar, que sólo la terapia psicológica-espiritual afectará. Nues­
tra energía física en esta época es a menudo baja, debido al
agotamiento emocional de experimentar la cabal disolución
de toda la estructura de nuestra vieja personalidad. En esta
época, lo viejo se disuelve para dar cabida al nacimiento de
la nueva orientación de vida y de la nueva estructura de vida.
Sin embargo, lo que tanto desorienta hacia este período es
que se trata de un período de espera, de ensoñación y de ex­
ploración interior durante el cual el individuo no tiene fron­
teras firmes ni anclas sólidas a las que aferrarse. Aguardamos
y nos preparamos para el nacimiento de la nueva estructura,

179
pero eso ni siquiera empezará a construirse hasta que Saturno
haya cruzado el Ascendente en la casa 1 a. Pero si podemos
ganar fuerza interior de nuestro conocimiento de que se es­
tá creando una PERSONALIDAD enteramente nueva, libe­
rada de muchos obstáculos inútiles, entonces -cuando Sa­
turno se desplaza por la 12a. casa y se acerca al Ascendente­
podremos estar cada vez más alegres, y cada vez más felices.

180
Virgo
Virgo
Capítulo VI

ASPECTOS DE LA TRANSFORMACION
EN EL MAPA NATAL

Para que las ramas de un árbol


lleguen al cielo
sus raíces deben llegar al infierno.
Lema alquímico medieval

El individuo puede empeñarse


en procura de la perfección,
pero deberá sufrir lo contrario a sus intenciones
a causa de su plenitud.
C.G.Jung

Cada una de las citas del epígrafe concierne a la misma


cuestión esencial, a lo que debemos recordar siempre en to­
do esfuerzo para entender los aspectos astrológicos: a saber,
que la vida misma nos exige que encontremos toda modali­
dad de experiencia, la alta y la baja, la luminosa y la oscura,
la buena y la mala, la fácil y la difícil, a fin de que aumente
nuestro conocimiento y seamos más totales. Muchos de
nosotros estamos familiarizados con el hecho de que una ex­
periencia que, a la sazón, parece particularmente dificil o trau­
mática es, a menudo, la experiencia misma que nos da un
acrecentado conocimiento que ilumina nuestra vida y motiva
un rápido crecimiento en años venideros. Debido al particu­
lar tipo de consciencia que prevaleció en Inglaterra y los Es­
tados Unidos durante la primera parte del siglo XX, sin em­
bargo, la gran mayoría de los escritos astrológicos descuida­
ron tomar en cuenta este hecho. En los libros de astrología
que se produjeron durante ese período, casi todos los fac­
tores del mapa de un individuo eran considerados automá­
ticamente como buenos o malos, dependiendo de cuán "fá-

183
cil" o "difícil" podría ser para esa persona expresar, satis­
facer o integrar esa parte de su naturaleza. Una visión de la
vida, particularmente estrecha y deformada, desarrollada de
esa manera en las mentes de las personas que digirieron estos
primeros escritos astrológicos, y -desgraciadamente- esta
visión estrecha, predomina todavía hoy en día entre muchas
personas activas en el campo astrológico.
En años recientes, ha tenido lugar una reacción frente a es­
ta visión negativa y deformada, pues muchos escritores y con­
ferencistas han reformulado la astrología bajo la luz de la
perspectiva más sutil y más psicológica que iniciaran Dane
Rudhyar y Marc Edmund Jones. Como ocurre con tanta fre­
cuencia en cualquier campo cuando se introduce una reacción
ante un enfoque extremo, muchos precursores de un enfoque
astrológico positivo y orientado hacia el crecimiento trataron
de compensar los defectos de la astrología tradicional yendo
al otro extremo: o sea, subrayando en demasía el lado lumi­
noso de la vida y descuidando enfrentar la oscuridad. Lo que
en un mapa se solía considerar como aspectos "difíciles' se
edulcora con toda clase de expresiones idealizadas y flori­
das, y se ignora el hecho de que algunos de estos aspectos in­
dican no sólo problemas reales de la persona sino también
defectos mayores o cualidades negativas en el carácter. Me
parece que ésta es época de ser realista con la astrología, lo
cual significa que deberemos ser más realistas con nosotros
mismos y con nuestro modo de ver la vida. La vida está
llena de dificultades y problemas. Eso es lo que la convierte
en una experiencia de aprendizaje tan profunda para el alma.
Si contemplamos el mapa natal como un símbolo vasto de las
posibilidades y pautas vitales de un individuo, entonces ese
símbolo deberá incluir índices de estos cruciales problemas
de la vida, de estos ámbitos de vida en los que podremos
aprender lecciones mayores que fomenten nuestro creci­
miento. Lo que el mapa no muestra, sin embargo, es la acti­
tud hacia nuestra herencia cósmica y nuestro karma que
podremos construir y cultivar conscientemente. Debido a
que la actitud interior no puede determinarse a partir sola­
mente del mapa natal, el astrólogo deberá tener cuidado en
cualquier evaluación de una configuración planetaria puesto
que ésta muestra, primordialmente, el potencial energético

184
dentro de esa persona, pero no la manifestación específica
de esa energía como un hecho predeterminado. Tal conoci­
miento impone un período de indagación exploratoria y de
diálogo en toda sesión de asesoramiento astrológico, a fin de
que el consejero pueda percibir las actitudes y los ideales es­
pecíficos que guíen el uso de sus energías por parte del in­
dividuo.
Puesto que algunas personas toman con tranquilidad las
dificultades y los problemas, aceptándolos como parte de la
vida, y puesto que a tales personas las sostiene un optimismo
y una fe interiores, lo que se muestra en el mapa como poten­
cialmente molesto no todas las personas lo consideran siem­
pre como un problema mayor. Tal vez pueda verse simple­
mente como un hecho de la vida, como una parte aceptada
de la naturaleza de la persona. Si el consejero trata de subrayar
en demasía el aspecto problemático de tal configuración sim­
bólica, a la persona quizá le parezca que el consejero está tan
sólo agitando toda clase de preguntas molestas sin finalidad
constructiva alguna. De hecho, esto ocurre a menudo en una
"lectura" astrológica que es meramente una actuación unila­
teral por parte del astrólogo. Por otro lado, si el consejero con­
templa y explica los aspectos "difíciles" como desafíos que la
persona encontrará en esta vida, una persona enérgica y de
pensamientos positivos se interesará por conocer tales prue­
bas de su carácter, fuerza y conocimiento. Y lo que es más
temible, la persona tímida quizás empiece a contemplar estas
cuestiones mayores de la vida bajo una nueva luz. Lo princi­
pal que debemos comprender no sólo intelectualmente sino
también espiritualmente es que tales desafíos, dificultades y
problemas ( ¡llaméselos como se quiera!) son necesarios
para la salud y se los debe recibir de buena gana como opor­
tunidades para aprender lo que necesitamos saber. Como es­
cribe Jung:

El temor al destino es un fenómeno muy comprensible,


pues es incalculable, inmedible y lleno de peligros desco­
nocidos. La vacilación perpetua del neurótico para lan­
zarse a la vida se explica fácilmente por este deseo de
mantenerse aparte para no involucrarse en la peligrosa
lucha por la existencia. Pero todo quien rehuse experi-

185
mentar la vida deberá ahogar su deseo de vivir: en otras
palabras, deberá cometer un suicidio parcial. (De Sym­
bols of Transformation, CW Volumen V, párrafo 165 ).

Con seguridad, ningún astrólogo querría creer que está


animando realmente en los clientes una conducta "neuróti­
ca"; empero, la forma de práctica astrólogica que impulsa al
cliente a que tema a su destino, a que vacile en actuar hasta
que los planetas estén en los lugares correctos, y para que
haga todo lo posible para evitar situaciones "peligrosas" o
desafiantes está animando realmente una dependencia neuró­
tica respecto del astrólogo e inhibiendo el desarrollo de la fe
y la confianza del cliente en sí mismo. En esencia, los aspec­
tos tradicionales "difíciles" tal vez indiquen sectores de
máxima presión y tensión en la vida interior de la persona, y
esta tensión también podrá recibirse de buen grado con una
actitud abierta. Para citar nuevamente a Jung:

Cuanto mayor sea la tensión, mayor es el potencial. De


una tensión correspondientemente grande entre contra­
rios surge una gran energía.

En el resto de este libro prefiero, por tanto, usar los


siguientes términos al categorizar aspectos, en vez de las
tradicionales clasificaciones de fácil y difícil, bueno y malo:

Aspectos DINAMICOS o DESAFIANTES: Este término


se refiere a los ángulos entre planetas que habitualmente
se llaman "tensionados" o "inarmónicos", incluyendo la
cuadratura, la oposición, el quincuncio (o inconjunción),
algunas conjunciones (dependiendo de los planetas implí­
citos), y algunas semicuadraturas, sesquicuadraturas y
otros aspectos menores (dependiendo de la armonía de
los elementos y signos implt'citos). Estos ángulos corres­
ponden a la experiencia de tensi6n interior y habitual­
mente promueven algu na clase de acción clara o, por lo
menos, el desarrollo de un conocimiento mayor en los
sectores indicados. Aunque el término "inarmónico" se
aplica ciertamente a muchos de estos aspectos, este térmi­
no es a menudo equívoco, puesto que es posible que el in-

186
dividuo desarrolle una modalidad relativamente armónica
de expresión de estas energías asumiendo responsabilida­
des, trabajo u otros desafíos que sean capaces de absorber
la intensidad plena de la energía que se está liberando.

Aspectos ARMONICOS o FLUIDOS: Este término se re­


fiere a los ángulos entre planetas que habitualmente se lla­
man "fáciles" o "buenos", incluyendo primordialmente
al sextil, al trígono, a algunas conjunciones (dependiendo
de los planetas implícitos), y a algunos aspectos menores
(dependiendo primordialmente de la armonía de los ele­
mentos de los signos implícitos). Estos ángulos corres­
ponden a las aptitudes espontáneas, al talento y a las mo­
dalidades de comprensión y expresión que el individuo
puede utilizar y desarrollar con facilidad y coherencia rela­
tivas. Estas aptitudes constituyen un conjunto de recursos
psicológicos firmes y confiables de los que la persona pue­
de proveerse en todo momento. Aunque el individuo pre­
fiera concentrar su energía y su atención en los aspectos
más desafiantes y dinámicos de la vida, estos aspectos flui­
dos representan ciertamente el potencial para el desarrollo
de talentos extraordinarios. Pero contrastan con los aspec­
tos dinámicos en que son más indicativos de estados del
ser y armonizaciones espontáneas con canales establecidos
de expresión; mientras que los aspectos dinámicos indican
la necesidad de ajuste mediante esfuerzo, acción clara y
el desarrollo de nuevos canales de autoexpresión.

Antes de entrar más pormenorizadamente en el tema de


los aspectos, podríamos examinar la cuestión de porqué los
ángulos dinámicos de un mapa parecen recibir más atención
en los estudios astrológicos que los aspectos fluidos. ¿Es pre­
cisamente en un caso de pensamientos negativos donde los
astrólogos encuentran un goce masoquista al entretenerse
en el lado más problemático de la vida? ¿O es que hay alguna
otra explicación de este fenómeno? Creo que C.E.O. Carter
aclara esta cuestión cuando escribe en Los Aspectos Astro­
lógicos• que los aspectos "inarmónicos" son más fáciles de

• Publicado por Editorial Kier S.A.

187
comentar debido al hecho de que éstos "tienen afinidad con
la materialidad y, por tanto, se manifiestan más clara y per­
ceptiblemente". Lo que afirma Carter es apoyado por el he­
cho de que, hasta hace poco, la escuela de astrología conoci­
da como Cosmobiología ha ignorado casi totalmente los as­
pectos armónicos, prefiriendo usar en su trabajo los aspectos
dinámicos; y todo el que esté familiarizado con los subya­
centes supuestos y orientación de la obra de la mayoría de
los cosmobiólogos sabe que éstos primordialmente se intere­
san por acontecimientos, cambios mayores, traumas eviden­
tes y, en general, más por los sucesos del mundo material que
por la actitud psicológica del individuo respecto de la expe­
riencia o el significado espiritual de ésta. Yo mismo subrayo
muchísimo los aspectos dinámicos, no porque mi orientación
sea la misma que la de los cosmobiólogos, sino porque estos
ángulos revelan dónde nos exigen que nos ajustemos marca­
damente y crezcamos mediante una experiencia concentrada.
Y, puesto que la mayor parte de mi experiencia astrológica
provino de diálogos interpersonales con clientes (más que so­
lamente de la investigación personal, del estudio y del trabajo
con mí propio mapa), me atrajo el estudio de las posibilida­
des positivas implícitas en las varías crisis vitales de mis clien­
tes, y que los aspectos desafiantes simbolizan con tanta fre­
cuencia. Por tanto, en este capítulo subrayaré primordial­
mente los aspectos dinámicos, en un esfuerzo por aclarar,
bajo una luz positiva, lo que, en la mayoría de los textos as­
trológicos, se interpreta negativamente. Y especialmente en­
focaré aquellos aspectos que incluyen a los planetas trans­
saturninos, pues éstos representan particularmente claras
formas de transformación personal.

Los aspectos en la época moderna

Durante la última parte del siglo XX, como la astrología


moderna tuvo su eclosión de nuevas técnicas, especulación
teórica y niveles de aplicación que espantan a la mente e im­
posibilitan que cualquiera asimile y entienda todos los nue­
vos cambios, es especialmente difícil tratar el tema de los
aspectos de algún modo comprensivo sin escribir un tratado

188
enorme y exhaustivo sobre el tema. La investigación moder­
na y la experiencia clínica han demostrado concluyente­
mente que factores tales como los puntos medios, los cua­
dros planetarios (configuraciones que implican numerosos
planetas y puntos medios), y armónicos pueden propor­
cionar al astrólogo profesional herramientas complementa­
rias con las que entienda a los seres humanos y que a menu­
do contribuyan con intuiciones que los métodos tradiciona­
les no procuran tan específicamente. Estamos viendo cada
vez más que la relación entre los diversos planetas (y por
ende, entre las diversas dimensiones de la estructura psico­
somática-energética de un ser humano) no se limita mera­
mente a aspectos aislados entre dos planetas o a las distan­
cias angulares específicas entre planetas que la astrología
tradicional ha recalcado durante siglos. Como se menciona
en la Introducción de este libro, ya es común oír a los astrólo­
gos hablar de diálogos o intercambios planetarios, o sea, rela­
ciones planetarias que pueden manifestarse con vigor, incluso
si no está presente ningún aspecto tradicional cercano. Tam­
bién ya es cada vez más evidente que los planetas implícitos
en cualquier configuración particular (más bien que sólo el
tipo de configuración o aspecto) determinan primordialmente
la naturaleza de los factores psicológicos en operación y el to­
no de la liberación de energía. Estos hechos dificultan esta­
blecer reglas confiables de interpretación de aspectos especí­
ficos cuando, en la experiencia empírica, encontramos tantas
manifestaciones diversas del mismo aspecto básico.
Por tanto, para quienes siguen los últimos hallazgos de la
investigación y sienten la necesidad de integrar esos nuevos
conocimientos en su práctica, y para aquéllos cuya integridad
los obliga a evaluar realistamente la validez de los preceptos
astrológicos tradicionales, la astrología se volvió más difícil y
compleja que lo que su habitual presentación simplista impli­
ca. Este conocimiento de la complejidad inherente a la astro­
logía es el que algunas personas de la especialidad lamentan,
pero la proliferación abrumadora de técnicas y conceptos
nuevos en años recientes puede tener dos efectos muy positi­
vos. Primero de todo, puede motivarnos para que busquemos
con mayor esfuerzo los principios unificadores y sintetiza­
dores, como trato de hacer en mis diversos escritos. Esos prin-

189
cipios subyacentes ya están presentes en la estructura de la
astrología; no tienen que inventarse ni descubrirse mediante
análisis de computadora. Meramente, han de reconocerse más
claramente y entenderse más profundamente si han de ser
plenamente adecuados para la aplicación práctica de la astro­
logía en las vidas humanas. Y en segundo lugar, esta explo­
sión de ideas nuevas podrá revelar más inmediatamente al es­
tudiante de astrología o al profesional la imposibilidad de ob­
tener información fácil, rígida y simplista de un mapa natal y,
de esta manera, obligarnos a fiarnos de nuestras intuiciones,
de nuestra experiencia y aptitud como asesores, y de nuestra
capacidad para desarrollar una forma totalmente individuali­
zada de práctica astrológica que específicamente se adapte
a cada uno de nosotros.
Además, al considerar cómo crece, aparentemente sin tér­
mino, la complejidad del campo astrológico, se destacan otros
hechos en particular. Es un hecho evidente que el consejero
astrológico con una práctica medianamente prolongada, y en
particular quien tiene que ganarse íntegramente la vida traba­
jando como tal, simplemente no tiene tiempo para usar si­
quiera una pequeí'ía proporción de las técnicas disponibles en
la astrología tradicional en cualquier consulta dada, por no
decir que introduzca posibles conocimientos descubiertos
mediante métodos más modernos. Para ese consejero profe­
sional, las exigencias que impone la sobrevivencia financiera
más las necesidades inmediatas del cliente tienen precedencia
sobre nuestras curiosidades intelectuales. Si principalmente
enfocamos más bien la necesidad de consejo por parte del
cliente que la multitud intenninable de datos del mapa natal,
raras veces habrá necesidad o deseo alguno de más conoci­
miento que el que puedan proporcionar ciertos procedimien­
tos astrológicos básicos: suponiendo que entendamos real­
mente los símbolos que resultan inmediatamente patentes.
Por ejemplo, he descubierto que el sistema del Ciclo Clave
que Wynn 1 desarrolló es una técnica extremadamente exac-

1 Cf The Key Cycle, de Wynn; publicado originalmente como una se­


rie de artículos en el AFA Bulletin en 1970, se puede conseguir actual­
mente en forma de folleto en la Federación Norteamericana de As­
trólogos.

190
ta y psicológicamente penetrante. A menudo he descubierto
que simboliza, con claridad, ciertos cambios u orientaciones
de un modo más específico que los tránsitos y progresiones
que se usan comúnmente. Sin embargo, raras veces tuve tiem­
po de usarlo siquiera para mí mismo, para no decir de las do­
cenas de clientes. Pero raras veces lo echo de menos, aunque
me doy cuenta que, a menudo, me daría datos complementa­
rios y confiables con los cuales podría trabajar. Pero mi orien­
tación principal es una consultoría con la persona, estable­
ciendo un diálogo en un nivel personal mientras uso primor­
dialmente la astrología como un mapa estructural y un sis­
tema guía. ¡La ignorancia de unos pocos trozos de datos
comparativamente triviales no debería inhibir a un buen con­
sejero en su ayuda a sus clientes para que éstos obtengan en
sus vidas una perspectiva más clara y más positiva!
Otra cuestión que hay que tener presente es que, si a un
mapa natal lo consideramos parecido a una pieza musical,
se destacarán diversos temas. Esos temas pueden descubrirse
a través de cualquier cantidad de métodos astrológicos, y la
mayor parte del tiempo el uso de nuevas técnicas complejas
no revelará ningún nuevo tema mayor sino que sólo subrayará
más y tal vez dará un poco más de pormenores acerca de los
temas que los métodos bastante sencillos y tradicionales
muestran claramente. En otras palabras, el empleo de mu­
chos de los métodos recientemente popularizados brinda un
conocimiento mayor de la esencia psicológica de la persona
individual de todos los modos con que pueda ser utilizada
inmediata y prácticamente. Muchas de estas ideas nuevas son
interesantes, desafiantes y mantienen firme la promesa de
que se las utilice de modo tal que los estudios estadísticos y
los intentos predictivos produzcan resultados significativa­
mente mejores. ¿Pero, qué ocurre con el individuo que tiene
problemas? ¿Cuál es la aplicación de estos métodos en la si­
tuación de dar consejos? ¿Y cómo podrán ayudar al astrólogo
que usa la astrología no para convencer a los "cientificistas"
ni para pr-edecir acontecimientos sino para ayudar a los demás
a que se entiendan ellos mismos? Me parece que este es
un ejemplo más que apunta al hecho de que la astrológía se
convirtió en un campo muy especializado y que algunos as­
trólogos son primordialmente consejeros, mientras otros son

191
primordialmente investigadores o teorizadores. Lo impor­
tante es que el profesional en particular sea consciente de su
papel singular, de su filosofía subyacente y -por sobre todo­
de la finalidad que cada cual espera realizar con la ayuda de
la astrología. Si nuestro papel es el de "consejero", ya sea
formalmente a través de una práctica profesional establecida
o informalmente a través del trato principalmente con amigos
y parientes, debemos tener cuidado de no complicar innece­
sariamente las situaciones que afrontamos día tras día. Pues
las anécdotas y los problemas humanos arquetípicos son en
realidad muy pocos, y se siguen repitiendo en todas nuestras
vidas con tanta intensidad como si jamás hubieran sucedido
antes. El aconsejar a los demás a fin de ayudarlos en estos
problemas arquetípicos es un arte muy exigente, y nuestro
propósito debe ser el de ayudar a los demá a que logren, en
sus situaciones individuales, la perspectiva que les permitirá
vivir la vida con más plenitud a través de una comprensión
mayor.

La naturaleza de los aspectos específicos

Muchos autores han hablado de los aspectos relacionándo­


los con "líneas de fuerza" entre los diversos centros energéti­
cos {planetas) en el campo energético del individuo. Algunas
de las captaciones más prácticas de las manifestaciones físi­
cas y psicológicas de estas fuerzas podrán hallarse en Lectu­
ras on Medica/ Astrology, del Dr. William Davidson, en don­
de discurre con gran originalidad sobre las diversas "enferme­
dades" y principios básicos asociados con los distintos aspec­
tos. Naturalmente, una configuración de potencial energético,
como lo simboliza un aspecto, no es buena ni mala en sí
misma. Es meramente un potencial con una tendencia inhe­
rente hacia la expresión armónica y placentera, o destructiva
y dolorosa. La experiencia del doctor Davidson con el simbo­
lismo astrológico en el campo médico deja poca duda de que
los aspectos dinámicos simbolizan ciertamente una tendencia
mayor hacia la enfermedad física que los aspectos armónicos
y fluidos; pues los aspectos dinámicos generan una tensión
interior y presionan el aspecto físico. Pero cómo el individuo

192
trata esa presión y cómo encauza esa energía y trata de aliviar
esa tensión es la clave de si una configuración particular se
manifestará, a su tiempo, como un grave problema físico o si
muestra un depósito de energía que podrá destaparse con fi­
nes creativos. No debemos subestimar el poder de la mente y
de la voluntad; pues nuestros mismos pensamientos, ideales
y deseos pueden alterar sutilmente las líneas de fuerza dentro
de nuestro campo energético total. Un ejemplo de este proce­
so en su forma más simple puede hallarse en la considerable
cantidad de investigación que ha comprobado -incluso a
los cientificistas escépticos- que técnicas de meditación co­
mo la Meditación Trascendental alteran marcadamente cier­
tos ritmos físicos y constituyen una técnica eficaz para libe­
rar la presión.
Otra cuestión digna de repetir es que cada aspecto debe
evaluarse según la naturaleza de los planetas implícitos. Hay
considerables pruebas de que algunos aspectos en trígono co­
rresponden a estados destructivos y problemáticos en muchos
más casos que lo que indicarían las ensefianzas tradicionales
acerca de los efectos "benéficos" de los trígonos. Por ejem­
plo, el trígono de Neptuno se halla a menudo en mapas de
personas que más bien exhiben tendencias neptunianas nega­
tivas: problemas de drogas, escapismo, intereses "espiritua­
les" carentes de practicidad o hipócritas, e incluso disocia­
ciones psicológicas mayores que se describen como psicosis,
alucinaciones incontrolables, delirios de grandeza, o simple­
mente incapacidad para tratar al mundo material con eficacia.
Los trígonos de Urano son casi tan comunes como los aspec­
tos más dinámicos de Urano en los mapas de personas que
son particularmente egocéntricas, incapaces de cooperar, da­
das al síndrome del sabelotodo, y tan aceleradas emocional­
mente en cuanto a sus propios intereses que son extremada­
mente impacientes con los demás. Los trígonos de Júpiter
parecen indicar, a menudo, poco más que una tendencia hacia
una perezosa autocomplacencia y una preferencia por cont:iar
más bien en cualquier otra cosa que no sea nuestro trabajo
arduo. Por contraste, los aspectos dinámicos que implican
estos planetas, como dentro de poco los examinaremos por­
menorizadamente, se descubre que a menudo simbolizan la
energía que puede expresarse con gran concentración, poder

193
y creatividad, aunque, decididamente, con frecuencia mues­
tran conflictos y problemas (a veces simultáneamente). De
manera que si podemos alcanzar el nivel de conocimiento en
en el que empezamos a ver el valor inherente del esfuerzo e
incluso del dolor, en vez de ver a la astrología como un fenó­
meno aislado de la vida misma, podremos entonces empezar a
entender los aspectos de un modo exacto, profundo y prácti­
co. Mi ley favorita para interpretar los aspectos es:
Los planetas representan, en los signos, los impulsos bási­
cos de expresión y las necesidades de satisfacción, pero los
aspectos revelan el estado real de la corriente energética y
cuánto se necesita el esfuerzo personal a fin de expresar un
impulso particular o de satisfacer una necesidad particular.

En otras palabras, un aspecto particular no nos dice; esta


persona hará o no hará tal y tal cosa; tampoco nos dice si una
persona podrá experimentar o lograr algo. Pero sí nos dice
cuánto esfuerzo será necesario, en un sentido relativo, para
lograr un resultado dado. Sin embargo, podríamos añadir que
el mapa íntegro, lo mismo que los antecedentes del individuo,
su medio ambiente y su instrucción específica deberán ser
evaluados a fin de darnos una idea de si las aptitudes reales
y la pauta kármica de esa persona le permitirán satisfacer
estos deseos o necesidades.
Teniendo presentes las limitaciones de la aplicación de
principios generales a casos individuales, ahora podemos
empezar a analizar una teoría sobre la corriente energética
de los aspectos. Pero deberemos recordar que los conceptos
siguientes son un intento de describir géneros específicos de
corriente energética en un sutilísimo nivel de actividad. Esta
energía podrá manifestarse como innumerables clases de con­
ducta y como una variedad infinita de rasgos de la persona­
lidad. Para simplificar la cosa, podremos categorizar los as­
pectos en los dos grupos antes mencionados: los aspectos
dinámicos o desafiantes, y los aspectos armónicos o fluidos.
Los aspectos armónicos muestran que las dos energías implí­
citas (y, de esta manera, las dos dimensiones del ser del indi­
viduo) vibran en armonía y se refuerzan recíprocamente
dentro del campo energético de la persona, similares a dos

194
ondas que se armonizan y combinan en una expresión uni­
ficada de energías complejas. Por ejemplo, si Mercurio y
Marte están en armonía recíproca, hay una combinación de
las dos energías que podrá producir fuerza mental, el poder
para afirmar nuestras ideas, un sistema nervioso fuerte, y la
aptitud para proyectar nuestras ideas en una acción clara.
Es como si Mercurio prestara su inteligencia para guiar la
autoafirmación marciana, mientras, simultáneamente, Marte
dinamiza la percepción mercuriana y la expresión verbal.
Tal interrelación planetaria podría expresarse visualmente de
esta manera:

...
e!_ �
\ I
I

�-
1 1

... -

En otras palabras, los aspectos armónicos indican un esta­


do del ser y una armonización que es interiormente estable y
fuerte, un modo de usar nuestra energía para que siga fluida
y relajada. (Por supuesto, esto no equivale a decir que las
energías no puedan usarse equivocadamente en una persona
o situación dada. Simplemente, muestra que la energía más
bien no corre fácilmente.)
Los aspectos desafiantes muestran que las energías implí­
citas (y, de esta manera, las dimensiones de vida del individuo
cuyo mapa tiene semejante aspecto) no vibran en armonía.
En vez de reforzarse recíprocamente, tienden a interferirse
en su expresión y a crear tensión dentro del campo energé­
tico, como si las dos ondas estuvieran en mutua relación dis­
cordante, presentando lo que podría llamarse un tono inesta­
ble o irritante. Sin embargo, esta irritación o inestabilidad
impulsa al individuo hacia alguna clase de acción clara a fin
de resolver la tensión. Para usar nuevamente el ejemplo de

195
Mercurio y Marte, un aspecto dinámico entre estos dos pla­
netas podrá manifestarse como impaciencia (Marte) para
comunicarse (Mercurio), un fuerte impulso (Marte) para
aprender (Mercurio), la tendencia a afirmar demasiado pre­
potentemente (Marte) nuestras ideas y opiniones (Mercurio),
un sistema nervioso irritable, una naturaleza abiertamente
crítica, etc. Sin embargo, si la irritabilidad y la tensión inte­
rior se controla y dirige positivamente, ese individuo tal vez
pueda enfocar el tremendo impulso en procura de aprender
a desarrollar excepcionales habilidades que exijan inteligencia
aguda. Tal relación planetaria puede expresarse así:

d'----
/

�-
/

Los anteriores diagramas de corriente energética se tornan


más instructivos todavía si comparamos esta teoría de los as­
pectos con la teoría eléctrica. En un cableado eléctrico, una
corriente de fase 3 en una continuidad de 60 º es el modo
menos tenso de conducir energía a través de cables. Esto co­
rresponde a los aspectos sextil (60º ) y trígono (2x60º) en
astrología. Un cableado de 90° y 180° es muy tenso y reca­
lienta el cable puesto que hay picos de demasiado voltaje
en ocasiones, y ninguno en otras. Este tipo de cableado co­
rresponde naturalmente a los aspectos en cuadratura y opo­
sición, en los que hallamos que las energías dentro del indi­
viduo corren irregularmente, actuando a veces al unísono, y
creando a veces interferencia mutua y estática. Esta especie
de alternancia en la corriente energética la caracterizó C.E.O.
Carter como una expresión "adecuada" de energía; pues, en
ocasiones, la persona tiene montones de energía a su disposi-

196
ción, mientras otras veces parece totalmente vacía. (Nótese
que, en el diagrama anterior, las líneas de fuerza se juntan y
se separan alternadamente.) Cuando la tensión llega a su pico,
se libera incluso más energía (calor, en el caso del cableado);
y esta energía complementaria puede dirigirse conscientemen­
te hacia alguna meta constructiva, o simplemente explotar y
causar problemas en la vida del individuo (en nuestra analo­
gía eléctrica, el exceso de calor podría iniciar un incendio).
Un resumen excelente de los aspectos, tanto su teoría co­
mo sus significados, aparece en Enciclopedia Astrológica*,
de Nicholas DeVore, libro al que considero un verdadero clási­
co en la materia y que es ejemplo de asombrosa e ilustrada
erudición combinada con sentido común. La Enciclopedia
de DeVore señala que todas las estructuras orgánicas están
constituidas por células que, en su forma más simple, son
exagonales, similares a las del panal, y sigue diciendo que
el exágono es el modelo estructural primordial de la ar­
monía. Esta idea es apoyada por el hecho "descubierto"
hace poco por ingenieros en el sentido de que el exágono
es el receptáculo más fuerte y económico, algo que las
abejas han estado construyendo durante millones de años.
La parte que trata sobre los aspectos continúa:

Cuando la luz entra en el ángulo externo de 60 °, y el


dngulo interno de 120 °, ilumina necesariamente todas
las partes de la estructura en líneas iguales de influencia.
La luz que se derrama en uno u otro de estos á ngulos im­
parte... vibraciones armónicas que estimulan el creci­
miento. Opuesto a esto está el proceso de cristalización,
reconocido en magnetismo y electricidad, en el que dos
fuerzas actúan en ángulos rectos reci'procamente: una
relación geométrica que es destructiva de la forma orgá­
nica. Como resultado, en la Naturaleza existen, juntas,
dos fuerzas mutuamente antagónicas, que, a pesar de su
antipatía recíproca, trabajan juntas en pos del ordena­
miento de la totalidad; una sobre la base de la cuadratura,
la otra sobre la base del exágono, la cuadratura y el trí­
gono.

* Publicado por Editorial Kier, S.A.

197
La astrología postula: que la relaci6n de cuadratura entre
fuentes energéticas es destructiva de la forma, mediante la
liberación de la �nergía encerrada en las diversas estructu­
ras que la Naturaleza ha construido; y que los aspectos del
trígono constituyen el lado constructivo de la Naturaleza,
por el que las formas orgánicas son creadas, nutridas y
perpetuadas, que se liberarán cuando se choca con las con­
figuraciones destructivas subsiguientes. (pág. 35/36).

De la cita antedicha podemos deducir otro modo de clasifi­


car los aspectos: liberadores de energía y mantenedores de la
forma. Los aspectos "liberadores de energía" son, por su­
puesto, primordialmente, la cuadratura y la oposición, aun­
que algunas conjunciones y aspectos menores (que dependen
de los planetas, signos y elementos implícitos) también sim­
bolizan modalidades particularmente dinámicas de liberación
de energía. Los ángulos "mantenedores de la forma" son pri­
mordialmente el sextil y el trígono, aunque, asimismo, algu­
nas conjunciones y algunos aspectos menores ocasionales
caen también dentro de esta categoría. El dinamismo relativo
o la armonía relativa de cualquier intercambio particular de­
pende no sólo del ángulo específico entre planetas sino tam­
bién de los elementos jmplícitos. El significado del término
"mantenedor de la forma" podrá ilustrarse mejor viendo es­
tos tipos de corriente energética como especialmente estable.
Ya se explicó al exágono como una estructura particularmen­
te estable y acrecentadora de vida. De modo parecido, el exá­
gono es una forma estable y perpetuadora de la personalidad;
y esto se ve con más facilidad en las pirámides que han per­
vivido a estructuras construidas miles de affos después. Las
formas indicadas por los aspectos "liberadores de energía"
(como la cuadratura) parecen a primera vista extremadamen­
te estables; pero cuando contemplamos las estructuras desde
el ventajoso punto de la corriente energética, tales formas
se ven más inestables y proclives a decaer que las estructuras
exagonales y triangulares. En un mapa natal individual, lo
ideal es encontrar un equilibrio de los aspectos mantenedores
de la forma y liberadores de energía, pues entonces podrá
haber una síntesis de estas funciones energéticas complemen­
tarias, dentro del campo energético total de la persona.

198
C6mo la energía corre realmente a través de los aspectos
"mantenedores de la forma" debe ser bastante evidente, pues­
to que esos aspectos, en su mayoría, implican combinaciones
de elementos armónicos. Pero valdría la pena mencionar có­
mo se libera realmente la energía a través de los aspectos
más dinámicos. Si los aspectos dinámicos implican planetas
en los signos cardinales, la energía liberada se manifiesta co­
mo inquietud, tremendas ganas de acción, poniendo en mar­
cha nuevas actividades y nuevos proyectos, y afrontando
crisis. La persona es habitualmente emprendedora, ya que
tiene muchos planes y marcha en una dirección muy clara.
Si están implícitos signos fijos, señálanse pa•Jtas consuetudi­
narias hondamente arraigadas que generan una potencia
extremadamente concentrada y se manifiestan como una
terca porfía. Sin embargo, una vez que esta energía fluye,
se patentizan aptitudes de vasto alcance y una inusual deci­
sión para llevar las cosas a su término. Con signos mutables
implícitos, la energía liberada parece correr primordialmente
a través de canales mentales, manifestándose como un vasto
ámbito de intereses y una necesidad intensa de una amplia
variedad de experiencia para satisfacer los nuevos conoci­
mientos que ese individuo anhela.
Algunos aspectos claves de los aspectos mayores deben es­
bozarse aquí:

Conjunción: Toda conjunción entre dos planetas (o entre un


planeta y el Ascendente) en un mapa individual debe consi­
derarse como importante, puesto que indica una fusión y una
interacción intensas de dos energías vitales. La conjunción es
el aspecto más potente en astrología, y las más importantes
y potentes de todas las conjunciones son las que implican
uno de los "planetas personales" (Sol, Luna, Mercurio, Ve­
nus y Marte) o el Ascendente. Tales conjunciones casi siem­
pre caracterizan dimensiones dominantes de la vida de la
persona, motivaciones y necesidades dominantes, y particu­
larmente fuertes modalidades de corriente energética y ex­
presión personal. La nota clave de la conjunción es acción
y autoproyección, y, de esta manera, a menudo descubrimos
que una conjunción con un planeta personal o un Ascenden­
te caracteriza una dimensión de la vida del individuo que se

199
expresa mucho más coherente y significativamente que cual­
quier otro aspecto de la naturaleza de la persona.

Sextil: El significado del aspecto sextil no fue claro para mí


durante añ.os, hasta que me señ.alaron que un sextil desde
el Ascendente en un mapa natal se conecta con una u otra de
las cúspides de la casa 3a. o la casa l l a., de las que ambas
son casas "de aire" y se relacionan con amigos, ocupaciones
intelectuales, y experimentación con nuevas variedades de
experiencia. De ahí que me parezca que el sextil es un aspec­
to de apertura hacia lo nuevo: nuevas personas, ideas nuevas,
nuevas actitudes; y simboliza la posibilidad de efectuar nue­
vas conexiones con personas o ideas que, en última instancia,
podrán conducir a nuevos conocimientos. El sextil es primor­
dialmente un aspecto de flexibilidad y comprensión poten­
cial, y tiende a ser un aspecto mental, aunque los planetas im­
plícitos en tal ángulo han de tomarse en consideración. Lo
que tal vez sea más importante, el sextil muestra un ámbito
de vida en el que podemos cultivar no sólo un nuevo nivel de
comprensión sino también un grado mayor de objetividad
que podrá inducirnos una sensación de gran libertad.

Trígono: Un aspecto trígono representa una corriente energé­


tica fácil (pero que depende de los planetas implícitos, a ve­
ces indisciplinados) dentro de los canales establecidos de ex­
presión. No necesitamos construir una nueva estructura o
efectuar marcados ajustes en nuestra vida a fin de utilizar
esta energía creadoramente. Los planetas implícitos en el
aspecto trígono revelan dimensiones de vida y energías espe­
cíficas que se integran naturalmente y que fluyen juntas
armoniosamente. Tal aspecto muestra a menudo un modo
de ser, sin embargo, más bien que un modo de hacer; pues
a menudo damos por sentado las aptitudes y el talento que
el trígono demuestra y, de esta manera, no nos sentimos de­
safiados a efectuar el esfuerzo necesario para usar la energía
constructivamente. De hecho, en muchos casos, se dan tan
por sentadas las aptitudes naturales que la persona tal vez se
quede totalmente sin saber que tiene tal talento, a menos
que se la anime a usar estas energías mediante una retroali­
mentación de apoyo de parte de los demás. Debido a que los

200
trígonos muestran ámbitos de vida en los que podemos ex­
perimentar una fácil corriente de energías complejas, a me­
nudo dan indicaciones de lo que un individuo hace a fin de
relajarse y disfrutar; y -en términos de karma- podríamos
suponer que estos aspectos muestran, con frecuencia, apti­
tudes que hemos desarrollado a través de muchas vidas, ex­
plicando de esta manera porqué se manifiestan con tanta
facilidad en la actualidad.

Quincuncio (o inconjunción): Los planetas en ángulo recípro­


co de l 50º indican a menudo una fuerte corriente de energía
entre esas dimensiones de vida simbolizadas, pero el individuo
tal vez sienta que la experiencia de esas energías es demasiado
compulsiva o consiguientemente molesta. Casi invariable­
mente, hay necesidad de aguda discriminación como un mo­
do de ganar libertad respecto de tales compulsiones y para
que alguna forma de disciplina le dé a la persona un impulso
en pos de la transformación en este ámbito. A menudo,
parece que la expresión de cada uno de los dos factores
implícitos depende mutuamente del otro y, así, la persona
encuentra difícil expresar uno de los deseos o satisfacer una
de las necesidades sin tratar también la otra energía. De ahí
que la discriminación que se necesita deba ser más en la for­
ma de ajustar sutilmente nuestro enfoque de esos ámbitos
de vida que en tratar de forzar una división interior radical
y una ruptura total respecto de las pautas pasadas.

Cuadraturas y Oposiciones: Ya se ha dicho bastante, en par­


tes anteriores de este libro, para dar . al lector una buena
percepción de las posibilidades indicadas por estos aspectos
desafiantes. De estos dos aspectos, la cuadratura es la más
problemática, puesto que, habitualmente, implica planetas
en elementos inarmónicos y así pone de manifiesto más es­
fuerzo a fin de integrar semejantes energías divergentes. Un
aspecto en cuadratura muestra dónde debe liberarse la ener­
gía, habitualmente mediante acción de clara índole, a fin de
que se construya una nueva estructura. Por otro lado, la opo­
sición, particularmente puesto que, de modo habitual impli�
ca planetas en elementos armoniosos, indica a menudo un
grado de sobre-estimulación en el campo energético de la

201
persona, que se manifiesta muy intensamente como un de­
safío vital en el ámbito de las relaciones personales. A me­
nudo hay una marcada falta de objetividad puesto que el indi­
viduo tiende a comprometerse en una "proyección" de dife­
rentes lados de su naturaleza hacia otros; y así, a menudo
hay alguna dificultad en distinguir qué es lo nuestro y qué es
de los demás. Las cuadraturas y las oposiciones son necesarias
en nuestros mapas individuales y entre dos mapas en sinastría
a fin de que podamos llegar a ser conscientes de nuestras
energías y nuestros deseos. Podríamos decir que necesitamos
las cuadraturas y las oposiciones a desafíos, pero también
necesitamos los aspectos fluidos en pro de recursos con los
que satisfagamos esos desafíos. La tensión implícita en los as­
pectos desafiantes implícitos nos obliga a actuar a fin de cam­
biar los estados insatisfactorios dentro y fuera; pues, si no ac­
tuamos y afrontamos los desafíos, entonces vivimos en un
estado de frustración y desorden interiores.

Los planetas en aspectos desafiantes son más enérgicos que


los de aspectos armoniosos; de ahí que. a menudo, nos esjor­
cemos más en esos ámbitos de vida debido al desafío C(')mple­
mentario y a fin de aliviar la tensión. Y también, una vez que
tratamos eficazmente los desafíos indicados, a menudo gana­
mos una mayor sensación de satisfacción que la que proven­
dría de usar solamente las energías armónicas. Podríamos
decir que las cuadraturas muestran lo que tenemos que tra­
tar mediante experiencia inmediata, mientras los trígonos
indican lo que probablemente fluirá naturalmente. Pero por
el mapa solo no podemos saber si preferiremos el desafío de
los aspectos dinámicos o si preferiremos la facilidad de los
ángulos fluidos. Muchos astrólogos han escrito que el aspec­
to cuadratura tiene la naturaleza de Saturno; así, lo que tene­
mos que tratar. Otra cualidad saturnina relacionada con la
cuadratura es el temor, pues a menudo tememos tratar cuan­
to en nuestros mapas sea simbolizado por las cuadraturas. Al
procurar ocuparnos de las oportunidades indicadas, debemos
recordar que iel temor es el enemigo! El temer al desafío res­
tringe la energía disponible para tratar eficazmente cuanto
problema tengamos entre manos. En ocasiones nos encontra­
mos con un mapa que carece de cuadraturas y conjunciones

202
desafiantes, y se me ocurrió que muchas de esas personas
nunca aprendieron a enfrentar los problemas o desafíos. A
menudo viven en su propio mundo (habitualmente un mundo
de delirio); y muchos de sus problemas parecen creados por
ellas mismas en esta misma vida, en vez de surgir de un karma
difícil del pasado.

Los aspectos y el karma

Los planetas implícitos en los aspectos desafiantes nos


hacen penetrar agudamente en qué clase de karma tenemos
que tratar en esta vida, especialmente en el sentido en que
los planetas con tales configuraciones muestran cuáles son
nuestros apegos más profundos y nuestras pautas mentales­
emocionales más desequilibradas. Con frecuencia, parece
que una función y una energía particulares planetarias son
bloqueadas o inhibidas, hasta cierto punto, a fin de que
-mediante experiencia inmediata- podamos comprender
las implicancias de nuestras acciones, emociones, pensa­
mientos y deseos. Si esta pauta particular de pensamiento
o acción pudiera expresarse sin dificultad (una dificultad
que nos obliga a reconsiderar lo que estamos haciendo),
¿cómo podríamos aprender algo? Sólo continuaríamos re­
presentando nuestros viejos hábitos sin reflexión o auto­
análisis. De hecho, a menudo parece que un planeta en un
aspecto desafiante refleja un anterior uso equivocado de esa
energía particular en el pasado; así, el hábito negativo se in­
troduce en el presente. Sin embargo, en esta vida podemos
resolver esos desequilibrios o bloqueos de nuestra naturaleza.
Los trígonos, los sextiles y las conjunciones armónicas pue­
den también indicar apegos, pero me parece que tales apegos
no son tan negativos o espiritualmente destructivos que nos
derriben o bloqueen nuestra energía vital de un modo mayor.
Naturalmente, lo que un aspecto particular muestra en un
mapa individual debe considerarse en relación con los facto­
res del otro mapa y en relación con el estilo de vida corriente
de la persona, sus ideales y logros; pero lo que sigue tal vez
dé a los lectores algunos lineamientos para este tipo de enfo­
que de los aspectos. Los planetas siguientes en aspectos desa-

203
fiantes debe considerarse que indican estas clases de apegos:

Sol: demasiado apego a ser alguien especial.


Luna: demasiado apego al pasado, a la familia y a los antece­
dentes raciales, y a la paz terrena (en el sentido de esperar
que el mundo externo sea perfecto).
Mercurio: demasiado apego al orgullo intelectual y mental.
Venus: demasiado apego a la comodidad física, a la satisfac­
ción emocional, y a los demás en general.
Marte: demasiado apego a la acción, a la realización, al triun­
fo sobre otra persona, y al logro de la meta de nuestros
deseos.
Júpiter: demasiado apego a hacer cosas a lo grande (y, de esta
manera, falta de humildad).
Saturno: demasiado apego a la aprobación social, el poder, la
autoridad, y la reputación.

En lo que resta de este capítulo quiero primeramente enfo­


car los aspectos que implican a Urano, Neptuno y Plutón. Los
aspectos de Saturno ya los tratamos en el capítulo V; y, salvo
los aspectos de Saturno, sólo los que implican a los planetas
trans-saturninos pueden llamarse verdaderamente "aspectos
de transformación". (Trataremos en el capítulo X los aspee�
tos importantes que implican al Ascendente.) Además, subra­
yaré los aspectos con los trans-saturninos que implican a uno
de los planetas personales, pues estos aspectos son, y con
exceso, los más importantes, puesto que indican dinámicas
interiores que son insólitamente inmediatas y compulsivas.

Los aspectos con Urano

Mientras los aspectos de Urano muestran dónde tenemos


poca libertad y dónde tenemos que disciplinar o suavizar un
canal particular de expresión, los aspectos que implican a
Urano muestran dónde tenemos que descubrir cosas, experi­
mentar con lo nuevo y lo diferente, y volvernos más recepti­
vos respecto de la verdad, con completa objetividad. Todos
los aspectos de Urano con los planetas personales indican
ámbitos de nuestras vidas en los que tenemos fuertes deseos

204
de alcanzar la libertad de expresión sin restricción y en los
que sentimos la necesidad de emoción y experimentación
constantes. Es en esos ámbitos de vida donde queremos ser
diferentes de todos los demás, donde queremos ampliar
nuestra independencia respecto de tradiciones que nos atan
y de condicionamientos pasados, y donde a menudo hay una
marcada capacidad para la originalidad, la inventiva y una
objetividad sin prejuicios. Sin embargo, aunque exista la capa­
cidad para tales modalidades positivas de expresión en cual­
quier persona que tenga la vibración uraniana tocante a algu­
na dimensión de su vida (en otras palabras, que tenga a Ura­
no en algún íntimo aspecto mayor con algún planeta personal
o con el Ascendente), debemos recordar que Urano represen­
ta una vibración muy tensa, temperamental o rápidamente
cambiable. En una fracción de segundo, puede haber un cam­
bio (o "repolarización") de un extremo al otro, y la necesi­
dad constante de emoción y cambio, a menudo sin finalidad,
puede inducir porfía, impaciencia y fanatismo. Al considerar
los aspectos con Urano, como con los aspectos de los demás
planetas trans-saturninos, es engañoso evaluar una configura­
ción particular como que sea probable que se exprese a priori
constructiva o destructivamente; pues, más que cualquier
otro planeta, Urano representa el nivel de consciencia en el
que pensamos y actuamos de un modo y de ambos modos
más bien que de una u otra manera. En otras palabras, una
persona uraniana expresa habitualmente una de ambas pola­
ridades: la positiva y la negativa; y tal vez exprese ambas
¡simultáneamente!

Para concentrarnos en la esencia de los aspectos uranianos,


podemos establecer ciertos principios:
a) Los aspectos de Urano revelan un espasmódico ritmo de
actividad y corriente energética; aquél puede cambiar en
un momento y es totalmente impredecible. Y las mani­
festaciones creativas de la energía uraniana se acompa­
ñan habitualmente de algunas de las cualidades urania­
nas menos deseables.
b) La correlación de Urano con la actividad espasmódica
explica muchas dolencias físicas cuya causa radical, se-
205
gún el doctor William Davidson, es el espasmo. 2 De ahí
que la energía uraniana sea muy dura sobre el cuerpo
físico; y quien esté particularmente armonizado con
Urano debe cultivar maneras específicas de tratar la
constante tensión que la energía uraniana impone al
sistema nervioso.
c) Urano electrifica todo lo que toca. De ahí que todo
planeta personal en cualquier íntimo aspecto con Urano
se electrifique, se acelere y se someta tanto a destellos
intuitivos de alto voltaje e impulsos y experiencias de
shock. (La correlación de Urano con la electricidad pa­
rece ser válida no sólo literal sino también metafórica­
mente; pues el descubrimiento de Urano anunció la era
de las comunicaciones globales utilizando la tecnología
electrónica, y los uranianos se conocen por su deleite en
hacer cosas que choquen a los demás, sacándolos de la
letargia de la tradición.)
ch) La objetividad y la libertad impersonal por las que Ura­
no es notorio son, en ciertas situaciones, una calidad
positiva. Sin embargo, esta orientación es acompaftada,
a menudo, por una falta de calidez personal e incluso
por un gélido desapego respecto de los sentimientos más
profundos tanto de los demás como nuestros. Esto de­
pende especialmente de los signos implícitos.
d) En última instancia, Urano es imposible de fijar o clasifi­
car rigurosamente; pues rompe con todas las normas y
está intensamente comprometido en el deleite de des­
truir todos los convencionalismos.
e) El significado transformativo de los aspectos uranianos
puede resumirse diciendo que Urano sirve a la finalidad
de repolarizar radicalmente el enfoque de un individuo
en un ámbito particular de vida y de eliminar todo ves­
tigio de pautas de la vida pasada. Nos abre hacia nuevos
runbitos de experiencia, a través de una emoción gozosa
o de crisis chocantes y traumáticas; pero, de un modo o

2 Cf. Lectures on Medica/ Astrology, del Dr. William Davidson;edita­


do por The Astrological Bureau; Monroe, Nueva York. (Puede conse­
guirse en CRCS Publications.)

206
del otro, nos guste o no, afrontamos la libertad de expe­
rimentar nuevos modos de vivir.

Al considerar los siguientes intercambios planetarios, quie­


ro primeramente enfocar la calidad de energía y experiencia
simbolizadas por cada combinación. Sin embargo, se pondrá
algún énfasis especial en cómo la energía se manifiesta cuan­
do las combinaciones forman los aspectos dinámicos. No
quiero que usted y yo perdamos el tiempo reiterando lo que
otros autores ya explicaron claramente, por ejemplo en
Los Aspectos Astrológicos, de Carter, y The Horoscope, tbe
Road and Its Travelers, de Oken, los cuales incluyen excelen­
tes enfoques de aspectos específicos. 3 Por tanto, señalaré prin­
cipalmente las cualidades de estos aspectos que me parecen
particularmente interesantes, insólitos, importantes, o que se
entienden pobremente.

Los aspectos de Sol-Urano

La individualidad es armonizada por la vibración uraniana


excitable, impredecible y egocéntrica. Este individuo es, con
frecuencia, insólitamente creativo en variadas actividades, pero
a menudo halla difícil establecerse en algún campo especializa­
do, puesto que existe semejante fuerte necesidad de un nuevo
estímulo constante y disgusto hacia la rutina. De ahí que
estas personas atraviesen a menudo muchos estilos de vida,
tipos de trabajo, relaciones e intereses durante el curso de
sus vidas. Habitualmente, sienten la necesidad de juntar fuer­
zas con alguna finalidad mayor o algún esfuerzo grupal, aun-

3 El libro de Carter deberá ser estudiado con cuidado a fin de penetrar

en sus conocimientos más profundos. Algunas evaluaciones de Carter


deben tomarse con reservas, puesto que, en ocasiones, formula asevera­
ciones rígidas o parcializadas y cae en el uso de las categorías de confi­
guraciones buenas/malas. Pero deberemos tener presente que este libro
fue escrito en 1930, cuando este tipo de lenguaje astrológico era co­
mún. La obra sigue siendo todavía una mina de intuiciones y observa­
ciones bien razonadas, y es una de las poquísimas obras astrológicas
que me brinda nuevos conocimientos con cada lectura.

207
que a menudo descubren que la cooperación necesaria en ta­
les esfuerzos pone marcadamente a prueba su paciencia. En la
naturaleza de estas personas hay casi siempre un poderoso
rasgo de independencia, y con frecuencia actúan basadas en
el supuesto de que tienen derecho a hacer cuanto quieren, sin
tener en cuenta las responsabilidades o deberes diversos que po­
drían haber asumido. Descubrimos en muchas de estas perso­
nas la actitud terca y de sabelotodos, aunque las que tienen
los aspectos desafiantes tienden a ser ejemplo de este rasgo
más que las otras.
En el mejor de los casos, estas personas son verdaderamen­
te científicas en el sentido literal de la palabra; o sea, están
dispuestas a intentarlo todo, por lo menos una vez, a fin de
poder conocer por su propia experiencia qué es cierto y qué
no lo es. Las que tienen a Urano en un aspecto íntimo con el
Sol exhiben, a menudo, cualidades y energías que se asocian
comúnmente con Sol en Acuario. Estas personas también
tienden a experimentar periódicos cambios radicales en sus
estructuras vitales y en su modalidad de expresarse personal­
mente, puesto que, cuando cualquier tránsito o progresión
importante activa al Sol, también activará a Urano.
La diferencia primordial entre los aspectos fluidos y desa­
fiantes de este tipo podrá contemplarse de este modo: los
que tienen los aspectos fluidos son habitualmente capaces
de integrar sus nuevos conocimientos, impulsos y experi­
mentos dentro de la estructura vital que ya establecieron;
mientras que los de aspectos desafiantes experimentan, a
menudo, una tensión que los impulsa a traspasar su modo
corriente de vida y a internarse en lo desconocido de un mo­
do mucho más radical. Con los aspectos fluidos, la conscien­
cia de la persona puede transformarse y el estilo de vida alte­
rarse gravemente de modo periódico, pero habitualmente
tiene aptitud para construir las nuevas actitudes y orientacio­
nes sobre los cimientos de las viejas; mientras las que tienen
los aspectos más dinámicos creen, a menudo, que tienen que
eliminar todos los restos de lo viejo a fin de liberarse total­
mente para experimentar las posibilidades inherentes de las
nuevas semillas que se están sembrando. Ambas obtienen re­
pentinos destellos intuitivos, pero -aunque estos destellos
pueden a veces ser marcadamente inexactos e inconfiables

208
en ambos casos- las personas de aspectos dinámicos tienen
una tendencia más fuerte a irse a los extremos de opinión
sin atender a la exactitud.
Con los aspectos fluidos y desafiantes, el individuo tiene la
aptitud para bucear en las nuevas fronteras del pensamiento y
de la acción; pero la diferencia parece ser que las personas de
aspectos desafiantes con frecuencia no pueden manejar el
impulso hacia el cambio y hallan difícil soportar la tensión
que se desarrolla. Por tanto, a menudo parecen impulsadas
a efectuar apartamientos radicales de la norma o de sus vie­
jos modos de vida, simplemente como si se liberaran de la
tensión. Las personas de aspectos desafiantes, por tanto, de­
jan de lado, a menudo, lo que los demás podrían retener.
Emocionadas como están con las posibilidades de horizontes
de vida nuevos y más libres, parecen juzgar que el modo más
rápido de seguir hacia lo nuevo es simplemente desechar lo
viejo sin reservas o sin rastros de sentimentalismo. Y porque
creen en lo que hacen y en su derecho a hacer casi todo, no
guardan sus planes en secreto; tienden a ser incomprometida­
mente sinceros y honrados, aunque a menudo carecen de tac­
to y son insensibles respecto de lo que los demás sienten. Co­
mo lo dice mi editor con Sol en conjunción con Urano,
cualquiera que sea el aspecto, las personas de Sol-Urano tie­
nen la tarea de expresar plenamente su individualidad como
testimonio de la singularidad y del valor de cada persona.
Yendo más allá del mero egocentrismo, estas personas pueden
ser canales para la vibración verdaderamente humanitaria
de Urano.

Los aspectos de Luna-Urano

Algunas de las mismas cualidades y principios descriptos en


la parte anterior sobre los aspectos de Sol-Urano se aplican
también a estos aspectos. Sin embargo, como lo sefíalara
Carter, a menudo hay una inflexibilidad y una dificultad en
ajustarse a cambios de vida en estos aspectos que parecen tan
comunes en los aspectos fluidos como en los desafiantes. Esto
puede explicarlo el conocimiento de que los aspectos fluidos
son, a menudo, más bien perezosos; de ahí que el individuo

209
no quiera adaptarse a ninguna influencia externa y prefiera
tan sólo mantener su impulso corriente de la acción iniciada
por él. Los aspectos desafiantes pueden manifestarse también
de parecido modo, inflexible en algunos casos, pero en otros
hay un fuerte impulso hacia el cambio y la emoción, lo cual
hace que la persona acepte de buen grado los estímulos ex­
ternos en procura de una revisión de su estilo de vida. De
modo parecido, aquellos cuyos mapas contienen los aspec­
tos dinámicos de Urano con la Luna tienen poca opción, sal­
vo la de acostumbrarse a la necesidad de cambios radicales
periódicos en sus vidas, a partir de sus primeros años. Ambos
tipos de aspectos pueden entenderse mejor relacionándolos
con el significado esencial de la Luna en Acuario, donde
encontramos una fuerte necesidad de variedad y cambio
junto con un fuerte impulso a tener el control, y, de esta
manera, una resistencia a cambiar de parecer. ( ¡Acuario
es un signo fijo!) Acuario es un mezcla compleja de apertu­
ra experimental hacia algo nuevo y diferente y una tenden­
cia hacia una adhesión inflexible, inclusive fanática, a una
idea o actitud. Tal complejidad es especialmente fuerte si
la Luna está en Acuario, y cualidades similares son evidentes
en aquellos cuyos mapas contienen aspectos de Luna-Urano.
La intuición es particularmente incisiva en quienes tienen
estos aspectos (aunque puede argumentarse que los aspectos
fluidos indican un tipo de intuición más confiable y firme),
puesto que la Luna es un planeta receptivo e intuitivo. Los
de aspectos desafiantes tienen a menudo un deseo conscien­
te o un impulso interior de cambiar su identidad de modo
radical y de liberarse de los condicionamientos pasados en
los que se basa su viejo sentido personal. Esto se refleja en
el hecho de que muchas de estas personas experimentan uno
o más cambios de nombre durante esta vida (distinto del
cambio habitual de nombre, que las mujeres aceptan tradi­
cionalmente al casarse). A veces, esto le ocurre a la persona
cuando es joven y, por ejemplo, tiene un cambio de padres;
y otras veces, parece escoger el nuevo nombre debitlo a su
simbolismo transformador.
Carl Payne Tobey, que escribió algún material particular­
mente incisivo sobre aspectos, sefiala que los que tienen los
aspectos desafiantes de Urano experimentan decisiones que

210
"llegan como la marea que hace estallar la represa". Por lo
común, hay muchos desplazamientos e inquietud, y los hom­
bres con estos aspectos (de todo tipo) descubren con frecuen­
cia que el casamiento tradicional y la monogamia son riguro­
samente restrictivos de su necesidad de experimentar muchas
modalidades de expresión emocional. Tobey señala también
que los aspectos fluidos de Urano con la Luna producen, a
menudo, cualidades extremadamente singulares y útiles, co­
mo método marcadamente eficaz en muchos ámbitos de la
actividad. Tobey escribe que "los reflejos excelentes nos per­
miten reaccionar bien ante casi toda situación dada", y expre­
sa que estas personas pueden depender de la intuición correc­
ta en el tiempo correcto; reaccionan instantáneamente con un
curso apropiado de acción. Esta idea señala el hecho de que
las personas con Urano en aspecto íntimo con planetas perso­
nales (especialmente con Sol, Luna y Mercurio) tienen apti­
tud para extraer información y conocimiento de otras di­
mensiones en una fracción de segundo para ocuparse de cual­
quier problema. Lo único necesario a fin de utilizar esta in­
formación es una aguda aptitud para discriminar entre el
conocimiento objetivo verdadero y las meras opiniones faná­
ticas, cargadas de emociones.

Los aspectos de Mercurio-Urano

Todos los aspectos de Mercurio con Urano denotan, de al­


gún modo, una armonización de la mente lógica consciente
con la Mente Universal; pero la armonía de esa sintonía debe
notarse. Todos estos aspectos indican que el sistema nervioso
y las percepciones son aceleradas hasta un punto tal en el
que la persona puede exhibir gran intuición, ingeniosidad,
originalidad y memoria; pero el funcionamiento de la mente
tiende a ser excéntrico e inconfiable, especialmente donde
los aspectos son desafiantes. Estos aspectos simbolizan una
insólita asociación de ideas, y una conexión rápida y una
intuición de ideas aparentemente inconexas. La mente fun­
ciona tan rápidamente que los demás tal vez piensen que ta­
les correlaciones son ilógicas o hasta ridículas, mientras la
persona cuyo mapa tiene tal aspecto está a menudo impa-

211
ciente con la lentitud con que los demás piensan. Sin embar­
go, si la mente de la persona está claramente armonizada con
Urano, las ideas producidas de esta manera se ven retrospecti­
vamente como muy lógicas, aunque el individuo pareciera
dar un salto sobre unos pocos pasos analíticos para llegar a
sus propias deducciones. Una persona con estos aspectos
está también habitualmente impaciente con el sistema tradi­
cional de educación formal, que da tan poca cabida al pensa­
miento creativo y original y que limita nuestro pensamiento
imponiendo rígidas fronteras en el alcance de la verdad que
nos está permitido percibir.
De ahí que, aunque la mente de tal persona parezca a me­
nudo funcionar más a través de la intuición que de la lógica,
habitualmente hay en funcionamiento un proceso lógico
cuando la armonización es aguda. Pero estas personas están
casi siempre muy tensas, son pensadores algo excéntricos,
cuyo alcance de ideas originales es amplio, aunque de calidad
para nada coherente. En casos extremos, la persona parece
rendir culto al conocimiento intelectual y ser proclive al sín­
drome del sabelotodo. Y en casi todas las personas cuyos
mapas contienen estos aspectos, la tendencia a que las abru­
men trémulos destellos de intuición o nuevas tangentes de
pensamiento las llevan a parecer incoherentes y mentalmente
indisciplinadas. Uno de los factores claves de este tipo de per­
sona es que se entusiasma tanto con sus ideas y se infatúa
tanto con su actividad mental que raras veces llega a detener­
se bastante como para escuchar a los demás o para absorber
la clase de retroalimentación que necesita a fin de pulir sus
impresiones mentales originales. Esta impaciencia, especial­
mente cuando el aspecto es uno de los desafiantes, es pues, y
con frecuencia, un detrimento de la capacidad de esa persona
para relacionarse fácilmente con los demás; pues, ¿cómo po­
dremos relacionamos si no somos capaces de sentamos bas­
tante tiempo para oír,el punto de vista de otra persona? La
oposición de Urano y Mercurio se manifiesta particularmente
como un funcionamiento mental irregular. Esta persona po­
drá ser, alternadamente, brillante -con memoria fotográfica
y comprensión rápida de nuevas ideas- y, en otras ocasiones,
distraída y fanáticamente empecinada. Aunque los impulsos
mentales sean irregulares, parece que la persona con cual-

212
quier aspecto de estos dos planetas tiene la habilidad de
penetrar en su depósito de conocimiento e intuición siempre
que sea verdaderamente importante hacerlo. Cuando las
cosas andan mal, las aptitudes mentales entran en juego con
pleno vigor. Por ejemplo, sé de un médico con Mercurio en
oposición a Urano que jamás estudió, durante sus años de
facultad de medicina, salvo inmediatamente antes de las
pruebas. Para entonces, recorría simplemente el material
necesario, "fotografiándolo" mentalmente, e inevitable­
mente solía obtener altas calificaciones. A su tiempo se
recibió tercero en su promoción. En el nivel personal, no
tiene amigos íntimos puesto que es incapaz de comunicar­
se armónicamente con los demás y puesto que es tan impa­
ciente con los demás que nadie se siente cómodo estando
alrededor de él. Es fanáticamente terco y la liberalidad habi­
tualmente asociada con estos aspectos es escasa en él. Asi­
mismo, es también un ejemplo del tipo de persona con este
aspecto de oposición cuyos principales problemas de la vida
brotan de la incapacidad para comunicarse eficazmente.

Los aspectos de Venus-Urano

La mayoría de los textos astrológicos explica pobremente


los aspectos que implican a Venus; de ahí que, antes de tratar
estos aspectos específicos, debamos aclarar una cuestión im­
portante sobre todos los aspectos de Venus. Los aspectos de
Venus en el mapa (lo mismo que su posición de signo) muestran
la capacidad para la relación consciente con otro ser humano.
Los aspectos desafiantes con Venus no significan necesaria­
mente que no nos amen o que no sintamos amor alguno dentro
de nosotros mismos; simplemente significan que podemos
tender a bloquear la expresión de los sentimientos amorosos
y que, de modo parecido, tal vez nos inhibamos de recibir
afecto de los demás.
Todos los aspectos entre Venus y Urano han sido explica­
dos pobremente en los libros tradicionales, particularmente
los aspectos desafiantes. Los aspectos dinámicos entre estos
dos planetas han sido llamados "aspectos de divorcio", co­
rrelacionándoselos con frecuencia con la promiscuidad y la

213
perversión sexuales. Por supuesto, hay alguna verdad respec­
to de tales aspectos con estos tipos de experiencia; pero, co­
mo escribe Carter, estos aspectos "no inclinan a la promis­
cuidad ni al vicio vulgar, y es probable que se haya exagerado
en extremo su conexión con la perversión sexual". Si acepta­
mos que hay casos en los que tales aspectos parecen correla­
cionarse con este tipo de conducta, la mayoría de las perso­
nas cuyos mapas tienen tales aspectos expresan estas energías
de modos más sutiles. Habitualmente, hay una fuerte necesi­
dad de excitación emocional y aventuras románticas, pero el
grado de sensualidad y sexualidad implícitos dependerá pri­
mordialmente de la ubicación del signo, junto con otros fac­
tores del mapa. Si Venus está en Escorpio o Tauro, por ejem­
plo, hay muchas más posibilidades de experimentación sexual
que si Venus está en Libra, Géminis o Leo; pues Venus en al­
gunos signos necesita más intensamente la expresión física
que Venus en otros signos a fin de lograr una sensación de
intimidad y liberación emocional. Habitualmente hay un
deseo de experimentar con muchas clases de relaciones y de
insistir sobre un grado extraordinario de libertad en nuestros
contactos íntimos; y, en algunos casos, esta necesidad se ex­
presará ciertamente como de tipo homosexual, bisexual,
orgiástico, y otros, de conducta culturalmente inconvencional
(pues Urano, después de todo, ¡nos insta a romper con las
normas culturales de manera radical!). Sin embargo, la mayo­
ría con tales aspectos, especialmente los ángulos fluidos, ex­
presará lo que Tobey llama un "amable inconvencionalismo";
se interesará vigorosamente por el sexo opuesto en la mayoría
de los casos y casi siempre por una vida social activa que in­
cluye una variedad vasta de personas no siempre conven­
cionales.
Los aspectos fluidos de Venus y Urano revelan, a menudo,
la aptitud para acompañarse armoniosamente de toda clase de
personas con mentalidad abierta. Los principales problemas
indicados incluso en estos aspectos relativamente armoniosos
son la variabilidad y la impersonalidad que pueden hacer que
la persona se canse con facilidad con cualquier relación que
deje de ser especialmente excitante. La combinación de
Urano impersonal y solitario con Venus sensible y orientado
hacia la persona, no es el más compatible de los intercambios;

214
pero los aspectos fluidos no se manifiestan, por regla general,
con la cualidad casi problemática ejemplificada en los aspec­
tos desafiantes.
La inquietud emocional de esta combinación llega a su eta­
pa más intensa en los aspectos dinámicos, en los que a menu­
do hallamos personas cuya egocentricidad, frialdad, insensibi­
lidad e insistencia en su derecho a experimentar sin considera­
ción hacia los demás crean un caos en sus relaciones más im­
portantes. La conjunción, la cuadratura, el quincuncio y la
oposición podrán manifestarse todos de maneras algo pareci­
das; pero la oposición entre Venus y Urano es especialmente
indicativa de graves problemas de relación, puesto que no só­
lo Venus mismo sino también la naturaleza del aspecto de
oposición simboliza relación. El egocentrismo que caracteriza
estos aspectos dinámicos ha sido sefialado a menudo, pero
raras veces se lo explicó en términos de la dinámica interior
en acción. Estas personas temen, a menudo, amar en un nivel
íntimo y personal; pues, con frecuencia creen que tal come­
tido restringirá su libertad emocional. Hay una cualidad irre­
gular y tensa en el campo energético emocional; que se mani­
fiesta como una muy tensa "susceptibilidad" e inseguridad,
aunque tal vez eso no sea inmediatamente evidente. Hay una
tendencia a no dejarse amar (salvo irregularmente) debido al
hábito de retraerse espasmódicamente de todo compromiso
emocional. El sentir miedo de que nos hieran nos asegura que
ciertamente nos herirán, y el miedo a que los rechacen es muy
común en quienes nacieron durante cualquiera de estos aspec­
tos dinámicos. De ahí que estas personas traten inconsciente­
mente de imponerse sobre sus sentimientos dándoles a sus
compañeros, amantes o amigos este mensaje sutil: "En reali­
dad, no te necesito". Y en consecuencia, tienden a conceder
a la otra persona muchísimo espacio en nombre de la liber­
tad. Sin embargo, a veces es demasiado espacio, y empieza a
crecer un abismo entre esas dos personas. El compafiero
puede recibir el mensaje: "Estoy aburrida de ti. No necesito
tu presencia". Y de ahí que las personas con estos aspectos
estén despertando rechazo u obligando al compafiero a que
vaya a otra parte en procura de un profundo afecto perso­
nal. En algunos casos, una persona cuyo mapa tiene uno de
estos aspectos se manifiesta muy egocéntrica, de conducta

215
insensible, mientras, simultáneamente, se queja porque
"nadie me ama". En este caso, podría suponerse que este
modo de encarar las relaciones es un sobrante kármico de
vidas pasadas, pero el hecho importante es que es una pau­
ta energética viva de esta misma vida. Y el individuo está
creando en la actualidad su aflicción representando las vie­
jas pautas. A menudo parece que una de las finalidades
transformativas del hecho de haber nacido con tal aspecto
es que debemos aprender cómo dar (Venus) libremente
(Urano), pero hacerlo con algún grado de equilibrio y sen­
sibilidad, sin desapegarse de los sentimientos humanos.

Los aspectos de Marte-Urano

Todo intercambio entre Marte y Urano es indicativo de


una corriente extremadamente dinámica de energía, que se
manifiesta habitualmente como decisión, impulso y excep­
cionales recursos de energía. Todo aspecto de esa índole
tiende a indicar fuerte inquietud y rápida excitabilidad, es­
pecialmente en el ámbito del impulso sexual, movimiento
físico y ambición. Habitualmente hay considerable valen­
tía, inventiva, temeridad, conducción e independencia per­
sonal. Como �scribe Carter, la persona tiende a "conocer
de modo excelente su propia mente"; sin embargo, nece­
sariamente no podemos deducir que esa persona entienda
siempre qué la motiva realmente, puesto que estos son as­
pectos de actividad compulsiva, aventura y excitación. Esta
persona es estimulada por nuevas fronteras de conocimiento
o actividad (nótese la posición del signo de Marte), y a me­
nudo hay habilidad en ingeniería o mecánica. (Por ejemplo,
las dos únicas ingenieras que conozco tienen oposiciones de
Marte-Urano). Es un intercambio de gran tensión -a menudo
excesiva; y, especialmente con los aspectos dinámicos, la ten­
sión brota cada tanto en muestras de ira, violencia (física,
verbal o emocional), destrucción indeterminada o actividad
sexual que linda con la violencia. Sin embargo, si bien la re­
putación que estos aspectos tienen en favor de la violencia no
carece de fundamentos, las potentes energías simbolizadas no
tienen que tomar esa forma. Por ejemplo, los intercambios

216
entre Marte y Urano son comunes en los mapas de los sana­
dores, inventores y "supervendedores" que simplemente
abruman al comprador potencial de sus productos. El sa­
nador llamado "Sefíor A" en el excelente libro de Ruth
Montgomery "Nacida para Curar" nació con Marte en cua­
dratura con Urano y su biografía revela las increíbles curas
que pudo efectuar con el uso de estas energías formidables.
Mucho depende de cómo Marte y Urano se relacionan con los
demás planetas en el mapa y de la posición del signo de Mar­
te. Si uno u otro, o ambos están en un aspecto fluido con uno
de los otros planetas personales o con Saturno disminuye la
posibilidad de expresión de violencia por parte del individuo.
Las cuestiones que deben considerarse cuando se evalúan es­
tos aspectos de cualquier mapa son: "¿Cuán bien controlada
y dirigida está esa energía, y la persona está envuelta en acti­
vidades que puedan absorber tan intensa energía?" Una de las
mejores características de esta clase de liberación de energía
es que la persona es habitualmente capaz de manejar toda
clase de desafíos y emergencias. De hecho, a menudo los sale
a buscar, a veces inconscientemente. Como lo expresa Carter:
"A menudo el carácter se muestra mejor en momentos de
peligro ... "
Los aspectos dinámicos tienden, en particular, hacia una
total falta de paciencia, y la incapacidad de la persona para
detener y atemperar su extremismo es tal vez el peor rasgo
de esta combinación. La porfía no está falta, en algunos ca­
sos, de fanatismo, y la necesidad de una excitación más bien
cruda es a menudo abrumadora. Como escribe Carter tal per­
sona "quiere salir con la suya a toda costa". Si el individuo
puede experimentar la excitación que quiere de una forma
más depurada y concentrada, estos aspectos podrán ser insó­
litamente creativos. Pero, en la mayoría, el deseo de libertad
y la total desatención respecto de cualquier género de restric­
ción es tan fuerte que forma una vibración claramente irri­
tante y perturbadora en el campo energético de esa persona.
En tales casos, la evaluación de Carter es apropiada: "el nati­
vo... frecuentemente no se adapta bien a la existencia ordina­
ria; es claramente desfavorable para la vida de casado o para
todo modo de vivir restringido u ordenado..." Asiduamente,
me he preguntado si estos aspectos no son, en muchos casos,

217
un sobrante de experiencia de guerra de vidas pasadas o de
que la persona fue instruida en formas extremas de rudeza
física o psicológica.
En resumen, podemos decir que los aspectos de Urano con
todos los planetas personales (y particularmente con los as­
pectos desafiantes) indican fases de crecimiento en los que
nuestras actitudes, armonizaciones energéticas y estructuras
básicas de vida se transforman radicalmente, permitiéndonos
de esta manera liberarnos de viejas pautas de ser que tal vez
inhiban nuestro desarrollo. Los uranianos son, pues, desafia­
dos a que aprendan cómo equilibrar su necesidad de libertad
con las responsabilidades a las que se comprometieron. Al
electrizarse y agitarse intensamente, una dimensión especí­
fica de la experiencia (simbolizada por el planeta que aspecta
a Urano) sufre una transformación, apresura así nuestro creci­
miento, y nos permite lograr una extraordinaria amplitud de
experiencia en un tiempo comparativamente breve. Mediante
la influencia de Urano, somos impulsados dentro del futuro
y lanzados rápidamente a una nueva experiencia de elevadas
probabilidades y con la posibilidad de gran apertura y ob­
jetividad.

Los aspectos de Neptuno

Como los aspectos de Urano, los de Neptuno indican tam­


bién dimensiones específicas de nuestras vidas (dependiendo
del otro planeta implícito) en las que tenemos ganas de expe­
rimentar un nuevo nivel de libertad. Sin embargo, hay una di­
ferencia sutil pero muy importante en los géneros de libertad
que Urano y Neptuno representan. Mientras Urano simboliza
un impulso individualista, egocéntrico y empecinado de liber­
tad de expresión, Neptuno representa idealmente un impulso
en procura de la libertad última y trascendente en la que per­
demos las limitaciones de la personalidad egoica y nos libe­
ramos de las fronteras tanto del intelecto como del ego. Nep­
tuno indica un anhelo de experimentar un estado de unidad
con toda la vida, una fusión con la totalidad de la existencia,
y la disolución de todas las fronteras, sentimientos de separa­
tividad y egocentrismo. Tal vez el modo más práctico de ex-

218
presar la naturaleza esencial de Neptuno sea decir que sus
aspectos representan modos en los que tratamos de escapar
de toda limitación: tradición, ego, el mundo material y la
rudeza de la vida cotidiana. Aunque muchos libros expresa­
ron exactamente que los aspectos de Neptuno se relacionan
con la imaginación y que los aspectos desafiantes a menudo
revelan decepción, confusión y disipación, habitualmente no
logran recalcar el hecho más importante sobre los aspectos
de Neptuno: a saber, que todo aspecto íntimo de Neptuno
con un planeta personal o con el Ascendente indica la posibi­
lidad de llegar a la comprensión inmediata de la dimensión
espiritual de la experiencia y la unidad de toda la creación; y
que los aspectos desafiantes, con más frecuencia que los as­
pectos fluidos, se manifiestan como los pasos definidos que
un individuo da para incorporar los ideales espirituales a su
vida diaria. Es cierto que tales aspectos pueden expresarse de
maneras negativas como el auto-engafio, el egotismo sel_ldo­
espiritual, el escapismo autodestructivo, y el hábito de eludir
toda responsabilidad para con uno mismo y con los demás.
Sin embargo, incluso tales manifestaciones negativas de estos
aspectos son, a menudo, una indicación de que la persona
está, por lo menos, empezando a sentir la agitación de los
más profundos anhelos del alma, pero que todavía no apren­
dió el significado esencial de estos sentimientos ni cómo
discriminar entre los diversos modos de tratarlos. A menudo,
hay confusión debido al hecho de que la persona contempla
aún al mundo exterior en procura de la realización de los es­
tados superiores de consciencia o de una experiencia plena de
un ideal espiritual. Esto conduce naturalmente a la desilusión,
puesto que, en esencia, Neptuno representa una armonización
con los ilimitados recursos del mundo interior y con la reali­
dad de los niveles intangibles de la experiencia. De hecho,
podemos definir los aspectos desafiantes de Neptuno como
fases de la vida en las que aprendemos acerca de valores y
realidades espirituales de modo sutil, experimentando desilu­
sión a pleno. La dimensión de la experiencia en la que con­
frontamos esta desilusión es simbolizada por el planeta en
íntimo aspecto con Neptuno.
Como lo mencionamos en el Capítulo 111, los aspectos nep­
tunianos desafiantes son, a menudo, más creativos y producti-

219
vos que los ángulos fluidos. De hecho, a los aspectos dinámi­
cos de Neptuno con los planetas personales podríamos lla­
marlos "aspectos del buscador espiritual". Por supuesto, esto
no significa que todos los que tengan tales aspectos en sus
mapas proseguirán conscientemente una orientación espiri­
tual en sus vidas; sino que indica que, cuando un consejero
astrológico vea un íntimo aspecto desafiante entre Neptuno y
un planeta personal en un mapa individual, debe estar seguro
de explorar las inclinaciones espirituales más profundas de la
persona de un modo empático, más que concentrarse simple­
mente en los problemas de la vida diaria con los que tales
aspectos se correlaci911an a menudo. Recalcando de este mo­
do el significado más profundo de tales aspectos y la signifi­
cación de los anhelos más hondos del individuo, el astrólogo
descubrirá a menudo que el cliente es ayudado para que ob­
tenga una perspectiva totalmente nueva en varias dificultades,
animándoselo a que contemple tales sectores de confusión
como espiritualmente significativos y -de hecho- ¡como
espiritualmente deseables! Pues, cuando tomamos un punto
de vista espiritual, toda nuestra perspectiva cambia radical­
mente: lo que otrora contemplábamos como un problema
mayor se convierte en una bendición, y lo que una vez vimos
como aflicción a soportar dolorosamente se toma un sendero
que conduce hacia una apertura mayor rumbo a una realidad
más trascendente e inspiradora.
Puesto que el significado general de Neptuno y sus aspec­
tos fue explorado en el Capítulo 111, ahora podremos proce­
der a establecer ciertos principios básicos para guiarnos en la
comprensión de estos aspectos. El lector tal vez quiera, por
tanto, volver a ver la parte última del Capítulo III antes de
leer los siguientes principios:

a) Los aspectos de Neptuno indican sectores de nuestra vi­


da en los que nos abrimos a lo infinito e ilimitado. Cuan­
do empezamos a experimentar esta apertura, encontrán­
donos así con un reino de vida que es infinitamente pro­
misorio pero totalmente informe y no integrado en
estructuras mentales establecidas, a menudo hay alguna
confusión y, como escribe Carter, una ''tendencia a
'sentarse a la expectativa' y evitar la claridad de juicio

220
y de acción". Este estado de incertidumbre tiende a
seguir siendo problemático hasta que comprendemos
que es necesario actuar de modo claro y formular com­
promisos desde nuestro punto de vista necesariamente
limitado mientras estamos en el cuerpo físico. En otras
palabras, mientras estamos en el plano relativo, tenemos
que actuar en el plano relativo, aunque nuestra actitud
espiritual nos diga que tal percepción limitada es irreal
e ilusoria. Nunca podremos conocer todas las implican­
cias más sutiles de cualquier acción o la totalidad de
nuestro karma futuro; de modo que tenemos que vivir
en el presente, limitándonos a hacer lo mejor de nuestra
parte y dejar el resto al Señor. Como lo dice un maestro
espiritual, en este plano debemos ser "actores sinceros",
representando pues completamente los roles que nos ca­
yeron en suerte: estando en el mundo pero sin pertene­
cer a él. Es necesaria una discriminación espiritual aguda
y muy depurada a fin de manejar toda fuerte influencia
neptuniana si no hemos de caer víctimas de la intrigante
pero autoengañosa seducción de su magia.

b) Todo el que tenga una fuerte armonización neptuniana


(ya sea a través de aspectos con planetas personales, pla­
netas en Piscis, Neptuno situado en la primera casa, o
Piscis ascendente) necesita desesperadamente hallar un
modo claro y disciplinado de expresar sus ganas de tras­
cender y escapar. A menos que tal persona encuentre y
se comprometa con un ideal particular, un programa de
autodesarrollo, o un sendero espiritual, es muy improba­
ble que pueda lograr sensación alguna de paz u orden en
esta vida; pues el descontento divino persistirá hasta que
se den claros pasos para tratarlo.

c) Los íntimos aspectos neptunianos de cualquier tipo pue­


den (pero no siempre) indicar que la persona es capaz de
sintonizarse en niveles de percepción extremadamente
sutiles. Tal intuición parece llegar no sólo de la armoni­
zación de la persona con las dimensiones espirituales de
la consciencia en general, sino también, en algunos ca­
sos, de la ayuda y la instrucción reales procedentes de

221
varios guías espirituales, formas astrales o maestros espi­
rituales. Esto es lo que el doctor Davidson llamó la
"bendición angélica", o sea, la protección y la guía rea­
les procedentes de otros planos del ser. Por ejemplo, es
muy común encontrar norteamericanos ( especialmente
jóvenes) que saben que tienen guías espirituales que, en
encarnaciones pasadas, fueron indios americanos y que
están particularmente bien versados en comunicación
entre los diferentes planos de la vida, puesto que mien­
tras estuvieron en la tierra su instrucción los prepa­
ró para tal trabajo. Sin embargo, cuando empezamos a
hablar de guías espirituales y fenómenos parecidos, de­
bemos tomar nota del hecho de que ésta es una región
de la experiencia neptuniana en la que debe usarse ab­
soluta honradez y aguda discriminación; pues muchos
neptunianos evidentemente se pierden en autoengaflos
de este tipo y ellos mismos se envuelven sobre cuán es­
pirituales y "clarividentes" son. Esto es así puesto que,
a menos que estemos cabalmente afirmados y seamos
honrados con nosotros mismos, Neptuno nos induce a
creer lo que queremos creer y a ver lo que queremos ver.
Hay una línea finísima entre "imaginación" (basada en
imágenes mentales) y la experiencia directa real de las
realidades espirituales.

ch) Como se seflaló en la parte c) antedicha, ciertos aspectos


que incluyen a Neptuno pueden indicar una compren­
sión errónea o una aplicación equivocada de las fuerzas
espirituales. Un aspecto desafiante de Neptuno con un
planeta personal revela a menudo una pauta kármica de
haber entendido mal, haber usado mal o haber aplicado
mal energías y verdades espirituales en vidas pasadas,
aunque de ningún modo infiero que estos aspectos indi­
quen siempre tal pauta kármica. Pero en los casos en
los que esta interpretación se explique, se colige, en con­
secuencia, que la persona necesita, en esta vida, enfrentar
las tendencias y tratar las energías e ideales espirituales
muy directa y activamente; en otras palabras, necesita
construir una nueva estructura a través de la cual la ar­
monización con Neptuno, pueda expresarse práctica-

222
mente de manera más elevadora y depurada. Obrando
así, la confusión, el escapismo autodestructivo y la invo­
lucración del ego prevaleciente en el pasado puede redu­
cirse lentamente a medida que la persona se afianza más
y toma más consciencia de las implicancias más sutiles
de sus ideales.
d) Todo planeta en aspecto íntimo con Neptuno está muy
sensibilizado y la dimensión de la experiencia que sim­
boliza está expedita para que se depure, inspire y -en
algunos casos- incluso "espiritualice". Sin embargo,
dándonos esta elevada sensibilidad y abriéndonos a los
niveles desconocidos y trascendentes de la experiencia,
la armonización neptuniana también nos vuelve procli­
ves a la sobresensibilidad que nos vacía de energía y a la
credulidad, si nuestra acrecentada apertura nos deja de­
masiado indefensos y confiados.
El refinamiento y la sensibilidad que Neptuno representa
son, por supuesto, cualidades positivas en su esencia, pero
tales cualidades y las actitudes hacia la vida que resultan no
son particularmente familiares en el mundo material. Una
sutileza y una receptividad tales deberán resguardarse y pro­
tegerse si es que los demás no han de digitarnos, disipándose
de tal manera nuestras energías. El modo de vivir en el mun­
do material, si tenemos este grado de sensibilidad, es ser
"prudente como una serpiente y sencillo como una paloma".
La vibración neptuniana nos deja tan vulnerables como para
que nos usen, se aprovechen de nosotros, nos engaffen, y nos
sintamos responsables por cosas que realmente no nos intere­
san (a causa de una abundancia de compasión) que debere­
mos aprender cómo protegernos sin cerrarnos a los aspectos
positivos de tal sensibilidad. Un sabio le dijo un día a una
serpiente que no volviera a morder a nadie, pues hacer eso
era malo. La serpiente siguió el consejo, pero descubrió que
los lugareffos la hostilizaban constantemente, y los niffos, al
advertir que la serpiente no mordía más, la apaleabari. Enton­
ces, la serpiente acudió al sabio y, quejosamente, le contó su
dilema: "¿Cómo podré seguir siendo inofensiva y no intentar
herir si se aprovecharán de mi gentileza?" El sabio le replicó:
223
"Te dije que no mordieras, pero no te dije que no silbaras!"
¡Quizá los neptunianos deban cultivar la aptitud para silbar!
Ahora podemos examinar los diversos intercambios entre
Neptuno y cada planeta personal, subrayando el significado de
los aspectos dinámicos como lo hicimos con Urano en la pri­
mera parte.

Los aspectos de Sol-Neptuno

Estos aspectos son excepcionalmente comunes en aquellos


cuyas vidas son guiadas por una visión más vasta y amplia que
la normal. Esta visión vasta puede ser de naturaleza humanita­
ria, política, artística o espiritual. Según Carter, la conjunción
de Sol-Neptuno es el aspecto más común en los mapas de los
astrólogos, y los otros intercambios entre estos planetas tam­
bién aparecen insólitamente en los mapas de quienes son par­
ticularmente abiertos y se interesan por las fuerzas intangibles
de la vida. Estos aspectos son comunes en los mapas de artis­
tas y de quienes, aunque tal vez no artistas productivos, son
agudamente sensibles a los estímulos estéticos de todo tipo.
Esta es una persona para quien las vibraciones son una reali­
dad inmediata, ya sea que las perciba a través de la música,
los colores, las auras-, tipos insólitos de curación u otros me­
dios. Una combinación de estos dos planetas no siempre sig­
nifica que la persona carezca de practicidad (en contra de
muchas interpretaciones de libros de texto), y de hecho la
persona demuestra, a menudo, insólitos dones en sus apti­
tudes mundanas. (Sin embargo, siempre que algunas perso­
nas tienen estos aspectos están totalmente "en el espacio";
pero deberá ser examinado todo el mapa a fin de entender
los otros factores que contribuyen a ello.)
Las personas con estos aspectos en sus mapas tienen habi­
tualmente una cualidad visionaria que ejerce sobre ellas una
atracción fascinante; y es muy sorprendente ver ¡cuántos de
estos individuos concretan realmente esa visión! La falta de
claridad que los libros tradicionales atribuyen habitualmente
a estos intercambios parece concentrarse no tanto en el modo
con que la persona trata al mundo exterior como en la per­
cepción que esa persona tiene de sí misma. A menudo hay

224
una vigorosa corriente de autoengaño; y, especialmente en el
caso de los aspectos desafiantes, hay casi siempre falta de
clara autoconciencia y de perspectiva realista acerca de uno
mismo. El autoconocimiento exacto y práctico es raras veces
evidente, pues la persona tiene dificultad para verse objetiva­
mente. Esta persona necesita retroalimentarse de los demás
a fin de empezar a desarrollar un sentido más claro de sí
misma. Puesto que la persona tiene tan poca intuición respec­
to de sí misma y de sus motivaciones, con frecuencia es parti­
cularmente fácil que la engañen. Como lo expresa Carter:
"Del nativo, por regla general, se aprovechan, a través de su
vanidad o de sus simpatías, o de ambas cosas". Sin embargo,
la persona es habitualmente compasiva y sensible (al menos,
de un modo genérico e impersonal), y a menudo se caracteri­
za por sus elevados ideales espirituales, estéticos o humanita­
rios. El problema principal es que la persona rehusa con tanta
frecuencia enfrentar la verdad acerca de ella misma, aunque
esta verdad sea positiva y estimulante; y, por tanto, tal vez
descuide concentrar sus posibilidades creativas, puesto que
subestima comúnmente sus propias aptitudes.

Los aspectos de Luna-Neptuno

Muchas caracterísiticas mencionadas en las partes generales


y en la de Sol-Neptuno se aplican naturalmente también en
estos casos. Sin embargo, se destacan unas pocas cosas especí­
ficas. Puesto que la Luna y Neptuno son ambos particular­
mente sensibles, intuitivos y receptivos, tales combinaciones
tienden muy vigorosamente hacia inclinaciones místicas, in­
tuitivas o idealistas. A menudo hay gran devoción a un ideal.
(Nótese que la Luna y Cáncer, junto con Neptuno y Piscis, se
asocian particularmente con la devoción.) Y, puesto que estos
dos planetas se asocian con la corriente energética no estruc­
turada y constantemente cambiante, es natural que estas com­
binaciones se manifiesten a menudo como una inquietud
muy profunda y un estado de "divino descontento" que a ve­
ces llega a ser una insatisfacción total con uno mismo y con
todo lo demás. Estas personas tienen mucha dificultad en
establecerse en algo; pues parecen intuir que las mareas del
cambio simplemente se llevarán sus esfuerzos.

225
Con frecuencia, hay gran idealización de uno o de ambos
padres ( ¡no siempre la madre!); y en los mapas de hombres,
un aspecto desafiante (incluida la conjunción) indica, a me­
nudo, gran dificultad para hallar compañera que guarde pro­
porción con sus expectativas inalcanzables y su idealización
irrealista de las mujeres (habitualmente, incluida la madre).
Hay, pues, hambre de alimento emocional, de cuidados, de
comodidad que es extremadamente difícil de satisfacer;
pues ningún ser humano imperfecto podrá satisfacer jamás
la imagen totalmente dadora y desinteresada que las perso­
nas de Luna-Neptuno proyectan sobre los demás. Empero,
ésta es, a menudo, la clase de persona que aquella otra busca
inconscientemente. Puesto que la Luna simboliza la pauta
subconsciente de condicionamiento, aquí la capacidad de
autoengaño es incluso más fuerte que en los aspectos entre
Neptuno y el Sol (el yo consciente). De ahí que todo as­
pecto dinámico íntimo de estos dos planetas reclame una
inexorable decisión de ser honrados con nosotros mismos
y de evitar la senda de eludir situaciones que revelen la dura
verdad sobre nuestros deseos y necesidades reales. Si el indi­
viduo con tal aspecto concreta positivamente su devoción a
un ideal viviéndolo en vez de tan sólo esperarlo, tal persona
podrá convertirse en un canal para ilimitadas intuiciones
espirituales y una compasión realmente divina.

Los aspectos de Mercurio-Neptuno

Los intercambios entre estos dos planetas revelan siempre


una cualidad mental particularmente sensible, intuitiva e in­
cluso visionaria, pero la expresión de tal armonización abar­
ca desde pensamiento inspirado y marcada aptitud artística
hasta un sutil talento para la intriga o el hábito de racionali­
zar cualquier decepción. Puede haber armonización con di­
mensiones superiores de vida y, de tal manera, una sensibili­
dad aguda hacia la belleza, los colores, la música y las verda­
des místicas; y la imaginación está insólitamente activa. La
persona puede ser capaz de adquirir información e intuicio­
nes que no pueden explicarse racionalmente y que son difí­
ciles de expresar con palabras. Esto es porque Neptuno abre

226
la mente al reino del infinito y a la percepción inmediata de
sutilezas que pueden expresarse más fácilmente en imágenes,
símbolos o arte que por medio de fraseología lógica. De
hecho, estas personas hallan, a menudo, palabras para ser
frustrantes, son la excepción de las que desarrollan aptitud
poética. Hay a menudo talento literario, pero es habitual­
mente poesía, ficción, fantasía o géneros más bien ocultistas­
místicos que tratados o ensayos sistemáticos. Debido al he­
cho de que las percepciones se sintetizan en el nivel en el que
la persona halla difícil organizar sus pensamientos, tales per­
sonas, a menudo, parecen menos perceptivas e inteligentes
de lo que realmente son; y, por observación casual de los
intentos de comunicación de tal individuo, podemos dedu­
cir que la persona está perdida sin esperanzas en pensamien­
tos caóticos. Pero, al mismo tiempo, esta persona puede estar
sintonizándose con usted en niveles superiores y tomando los
deseos y motivaciones subconscientes de usted. Este poder
muy intuitivo es lo que a la persona le permite eludir las in­
tenciones de los demás, o, en algunos casos, incluso mane­
jar a las personas, mientras no revelan sus verdaderos pensa­
mientos; pues la persona puede leer a los demás como si
fueran un libro, mientras simultáneamente mantienen total­
mente en secreto sus percepciones y deseos. (Cualidades pa­
recidas se encuentran también en algunas personas que tie­
nen aspectos de Plutón/Mercurio.) Naturalmente, la comuni­
cación verdadera es imposible con tal conducta; y una rela­
ción fácil en un nivel claro y auténtico es inhibida por te­
mores nebulosos y deseos subconscientes de creer lo que
queremos creer, sin atender a los hechos u opiniones que los
demás puedan expresar.
Los aspectos desafiantes se manifiestan, a menudo, como
el individuo que es incapaz de controlar su mente vagabunda
cuando reúne sin finalidad ni objetivos toda clase de percep­
ciones inconexas y tangenciales sin rastro alguno de discipli­
na. Una notoria falta de concentración es evidente con fre­
cuencia, y el tratar de comunicarse claramente con estas
personas enfurece especialmente a los que exigen que todos
los pensamientos se expresen con algún grado de lógica y
precisión. De hecho, la comunicación real es a veces imposi­
ble con tales personas, a menos que podamos sintonizar las

227
impresiones sutiles que la mente neptuniana trata de expre­
sar. El hábito de eludir los hechos simples y claros inclina a
estas personas a toda clase de problemas. Por una sola cosa
hay a menudo mucha preocupación sin sentido, que podría
aliviarse algo si la persona enfrentara las realidades inmedia­
tas del momento actual. El engaño (a menudo inconsciente)
es especialmene común con estos aspectos, especialmente los
desafiantes, puesto que Mercurio es el planeta de la comuni­
cación y la racionalización. De ahí que, a ment'ido, exista la
aptitud para racionalizarlo todo, mientras no se enfrenta la
verdad acerca de las propias motivaciones. Sin embargo, en el
mejor de los casos, aún cuando el aspecto es dinámico, la
persona podrá tener una mente extraordinariamente creado­
ra, armonizada con ideales elevados y claras visiones del futu­
ro, e inspirada por sentimientos espirituales o religiosos. Tal
persona manifiesta a menudo una gran aureola de misterio y
carisma cuando habla, que tiene una elevada carga de ener­
gía proveniente de la armonización con los planos superiores
de la consciencia.

Los aspectos de Venus-Neptuno

Citamos la descripción de Carter sobre los aspectos desa­


fiantes correspondientes a Venus-Neptuno en el Capítulo 111;
de ahí que no necesitemos repetir aquí esas ideas. Sólo debe­
mos recalcar que los aspectos desafiantes correspondientes
a Venus-Neptuno son, por excelencia, índices primordiales
de búsqueda espiritual y anhelo místico verdaderos. Esto se
debe al hecho de que el planeta del "amor" (Venus) está muy
sensibilizado e idealizado, en grado tal que una persona con
tal aspecto halla imposible satisfacer en relación mundana
alguna sus anhelos de un elevado estado ~ae unión con un ser
amado. Y por ende, habitualmente tras repetidas desilusiones
sobre lo que el amor es realmente y cuáles son sus limitacio­
nes en el mundo material, tal persona es atraída con frecuen­
cia hacia ocupaciones espirituales. En otras palabras, la perso­
na anhela la experiencia de un estado de amor ideal, y este
mismo anhelo de experiencia que no es de este mundo obliga
a menudo a tal persona inconscientemente a que trate de elu-

228
dir comprometerse en cualquier relación íntima humana. Es
como si la atención de la persona se preocupase por el amor
ideal sofiado, la unión perfecta inexistente pero remotamen­
te posible; y esta preocupación emocional conduce a una con­
ducta esquiva para con toda persona con la que hay una rela­
ción inmediata. Podríamos decir que los sueños nebulosos
( ¡y a veces los temores nebulosos!) inhiben a la persona para
que establezca una relación real; ¡y entonces la persona se
pregunta porqué sus relaciones le fallan con tanta asiduidad!
Naturalmente, es imposible tener una relación de una sola
mano, y todo el que trate de relacionarse honradamente y
por completo con una persona con orientación Venus-Neptu­
no no podrá dejar de frustrarse ante la evasividad de esa otra
persona y su conducta no comprometida. El problema no es
que una persona con tal armonización no ame; de hecho, tal
individuo es habitualmente de corazón muy benévolo y com­
pasivo. Más bien, el problema es que el amor que la persona
siente está desenfocado y difuso ( ¡Neptuno!). Los sentimien­
tos son tan genéricos y omniabarcantes como para que se
encaucen fácilmente sólo hacia una persona. La misma armo­
nización genérica se encuentra en los que tienen a Venus en
Piscis. Como un amigo mío describió una vez a este tipo de
persona: "S{, son amorosas; pero ¿cómo podrás saber que
tú significas algo especial para ellas, puesto que ellas son de
ese modo con todo el mundo?" De manera que parece que
las combinaciones de Venus-Neptuno están más familiariza­
das con los afectos que pueden dispensarse a muchas perso­
nas en vez de limitarse tan sólo a un individuo.
Debido a la magnanimidad y la intensa compasión que ta­
les personas sienten, a menudo los demás se aprovechan de
sus sentimientos. Es relativamente fácil ganar su simpatía
e incluso hacer que actúen amorosamente simplemente por
piedad. Especialmente, en el caso de los aspectos desafiantes,
hallamos una orientación emocional y a veces sexual que ca­
rece de discriminación. Los demás los engañan con facilidad,
puesto que quieren creer lo mejor de todo el mundo. (Nótese
que Neptuno puede, por así decirlo, idealizar nuestro modo
de ver a los demás -Venus- y sus motivaciones.) Por tanto,
a menudo se comprometen con otros cuyos caracteres, para
decir lo menos, son menos que altruistas, quedando así iner-

229
mes ante el perjuicio emocional -si es que no ante el perjui­
cio físico. La desenfocada cualidad de las emociones es tam­
bién una causa de las dificultades sexuales que surgen a me­
nudo; pues, ¿cómo podremos ser amantes comprometidos y
activos si la mente y las emociones vagan por toda clase de
fantasías relacionadas con cualquiera, salvo con la persona
real que está presente? He visto a una cantidad de mujeres
que, aunque muy atractivas para el sexo opuesto, tienen
gran dificultad en "sintonizarse" con alguien con quien la
relación se tomó totalmente rutinaria. A fin de permitirse
un compromiso emocional (y sexual) de modo intenso, el
compañero deberá adaptarse a la imagen romántica del
amante ideal o, a menudo, se usa alguna forma de estimula­
ción artificial (como música, velas, incienso, alcohol o dro­
gas). En otras palabras, se necesita algo para inyectar intriga
en las relaciones que se tornaron demasiado mundanas. Lo
anterior tal vez ayude a explicar porqué algunas personas que,
en el primer encuentro, parecen tan buenas y amorosas son
las que tienen más dificultades para mantener una relación
satisfactoria y vital.
Por último, deben mencionarse las aptitudes artísticas de­
mostradas por estos aspectos; pues, como escribe Carter, "Es
preeminentemente la combinación artística y se relaciona
más cercanamente con la belleza que las esferas moral o cien­
tífica". Las aptitudes artísticas pueden expresarse en música,
teatro, dibujo, pintura, poesía u otros campos; y es común
hallar personas con estos intercambios que se destacan al
expresarse a través de una vasta variedad de medios de comu­
nicación. No todas las personas usarán productivamente esta
armonización, pues los aspectos de Venus-Neptuno pueden a
menudo mostrar una tendencia a ser marcadamente pasivos y
a veces perezosos (dependiendo de las ubicaciones del signo
y de otros aspectos). Pero casi siempre hay una gran sensibili­
dad estética y, con frecuencia, gustos muy refinados. Los que
tienen a la cuadratura entre estos dos planetas son a menudo
los más productivos, puesto que tienden a inclinarse más a
trabajar en el desarrollo de las aptitudes expresivas.

230
Los aspectos de Marte-Neptuno

Con estas combinaciones, hay tal vez un abismo más vasto


entre las manifestaciones energéticas constructivas y autodes­
tructivas, positivas y negativas, que en cualquier otro género
de aspecto que comprenda a Neptuno. Esto se debe probable­
mente al poder de Marte y su correlación con la acción defi­
nida, más que simplemente con percepciones y sentimientos
como en los intercambios antedichos. De ahí que cómo se
expresen estas energías dependa de una cantidad de factores:
1) los ideales y el nivel de consciencia del individuo; 2) los
signos implícitos; y 3) otros factores del mapa natal, como
los otros aspectos natales que se vinculan con uno o con am­
bos planetas. Las formas positivas y negativas de expresión,
sin embargo, a menudo se hallan simultáneamente en una
persona, especialmente cuando ésta trabaja en la depuración
(Neptuno) de la expresión de la ruda energía marciana. Estos
intercambios estimulan la imaginación tremendamente, con­
duciendo en algunos casos a grandes ambiciones y aspiracio­
nes (a veces prácticas, otras veces no) y, en otros casos, a una
conducta esquiva, autoengañosa o timorata. Pero no importa
qué tipo de pauta domine, la persona es habitualmente lenta
para ver o admitir sus faltas o fracasos, puesto que está tan in­
tensamente atrapada en las elevadoras corrientes de sus visio­
nes distantes. Carter capta sucintamente una cualidad esencial
de este tipo de persona cuando escribe: "La vida corriente es
demasiado monótona e incolora para el nativo de Marte-Nep­
tuno; de ahí que busque ocupaciones que sean capaces de
atraer a los elementos del alma románticos y amantes de la
grandeza". Por ende, no es asombroso hallar estas combina­
ciones con más frecuencia que la habitual en mapas de artis­
tas, estrellas del cine o la televisión, y atletas proclives a la pu­
blicidad. Los que tienen estas combinaciones cuentan a
menudo con un carisma particular que parece estar familiari­
zado con la exhibición pública de su talento, aunque todos
los que tienen estos aspectos de ningún modo prefieren un
estilo de vida de connotaciones públicas. Especialmente, los
hombres con estas combinaciones suscitan en acentuado gra­
do la atención pública, y esto es a menudo debido a la imagen
(Neptuno) que son capaces de proyectar (Marte) de sus pode-

231
res masculinos. (Ejemplos son Paul Newman -trígono-;
Mark Spitz -conjunción-; y O.J. Simpson -trígono-. Los
dos últimos no sólo se destacaron en atletismo (Marte) sino
que también llegaron a ser comentaristas y actores de tele­
visión; y Paul Newman, además de actuar, logró algún éxito
en uno de los deportes más marcianos de todos: las carreras
de autos.
Pero los comentarios anteriores de ningún modo captan el
vasto alcance de las cualidades que estos aspectos simbolizan.
Esta combinación de energías puede manifestarse en tantos
niveles que enfocar sólo una expresión característica de estas
fuerzas es seguro que conduce a muchísimos malos entendi­
dos. De ahí que sea muy útil recalcar la dinámica psicológica
implícita más que sólo la conducta observable. En su expre­
sión más positiva, esta combinación puede indicar que la per­
sona tiene capacidad para actuar sobre sus ideales conscien­
tes, intuir una posibilidad remota, concretar una visión dis­
tante, ya se trate de logros mundanos como de aspiraciones
espirituales. En el peor de los casos, esta combinación se ex­
presa como acción motivada por temores o deseos subcons­
cientes irracionales, como completo autoengaño acerca de lo
que realmente queremos ( ¡Marte!) o como la tendencia a elu­
dir toda confrontación que haga descender a esa persona a
la ruda realidad desde los elevados planos de sus visiones per­
sonales. Casi invariablemente, la persona deberá aprender
a tratar negocios inacabados en niveles psicológicos/emocio­
nales y enfrentar incertidumbres de un modo práctico. Los
ideales que guían sus acciones y deseos necesitan aclararse
si han de tener alguna paz mental.
Podría escribirse un capítulo entero acerca de la dimensión
sexual de estas combinaciones, pero hay unas pocas cuestio­
nes que notar, puesto que son tan comunes. Ya mencionamos
que las combinaciones de Marte-Neptuno se hallan a menudo
en hombres que resultan particularmente atractivos para el
público y que simbolizan una forma idealizada de imagen
masculina. Sin embargo, ese atractivo sexual se halla también
en muchas mujeres con estos aspectos; y ambos sexos com­
parten la tendencia a complacerse en muchas fantasías sexua­
les. Asimismo, en personas de ambos sexos, a menudo encon­
tramos sensación confusa acerca de su sexualidad, acerca de

232
qué clase de vida sexual quieren, y acerca de qué clases de
actividades sexuales encuentran adecuadas. Puesto que Nep­
tuno tiende a abrir las cosas hacia posibilidades infinitas, al
menos en los niveles subconscientes, estas personas están a
menudo perplejas en cuanto a los sentimientos y fantasías
que se descubren albergando. La identidad sexual y -en los
hombres- el ego masculino (Marte) es, a menudo, un ámbito
de gran conflicto interior, especialmente cuando los aspectos
son desafiantes. De ahí que, a menudo, hallemos que estas
personas son inducidas fácilmente a compromisos sexuales
que, al reflexionar, en realidad no querían; a veces, lo hacen
por lástima hacia la otra persona, en ocasiones por miedo, y
en oportunidades a fin de comprobar sus poderes sexuales.
Pero en la casi mayoría de todos los casos, hay ganas de
usar los propios poderes (Marte) de modo idealizado o exa­
gerado (Neptuno). Estas combinaciones son preeminente­
mente aspectos de seducción; en algunos casos, la persona
se dedica activamente a seducir a otras, y en otros casos,
está claramente dispuesta a que la seduzcan, habitualmente
de modo más bien indiscriminado. En todo caso, a la sexua­
lidad se la idealiza y experimenta como abrumadora y muy
intrigante. Es común hallar hombres con estos aspectos que
aborrecen absolutamente a los homosexuales y que, de esta
manera, aprovechan toda oportunidad para criticar o me­
noscabar a los que llevan ese estilo de vida. (Estos aspectos
se encuentran ocasionalmente en mapas de personas que
mantienen activamente relaciones homosexuales; pero, de
acuerdo con mi experiencia, no son comunes.) En algunos
casos, los hombres con estos aspectos parecen estar com­
pensando sus temores acerca de su identidad sexual desarro­
llando un complejo de machismo y cultivando una conduc­
ta que culturalmente se considera como supermasculina (por
ejemplo, la caza, otros fetiches pistoleriles, actividades re­
creativas arriesgadas y peligrosas, etc.). Desde el punto de
vista espiritual, sin embargo, todos los temores, dudas y con­
fusión psicológica correlacionados con estos aspectos pasan
a tener claramente una finalidad; pues, como escribe Isabel
Hickey, "Neptuno disuelve la naturaleza animal". En otras
palabras, hay fuertes deseos de desarrollar una aplicación
superior de la energía marciana. Algunas personas que tienen

233
estas armonizaciones viven, por tanto, o tratan de vivir una
vida de soltería ( ¡otra manifestación de querer que la propia
expresión sexual satisfaga un elevado ideal!) ¿Cómo podre­
mos tener un intenso deseo (Marte) de una persona particu­
lar si la expresión de esa energía y ese deseo se universalizó
(Neptuno)? Podríamos decir que estas combinaciones revelan
la necesidad de la estrecha expresión de la energía marciana
que ha de ampliarse hasta el nivel universal. De ahí que, a
medida que avanza este proceso de aprendizaje, a su tiempo
empezamos a comprender que no podemos tener a todos los
que encienden nuestra fantasía, aunque a algunas personas le
insuma largo tiempo aprender esto. Y de esta manera, la
persona empieza, a menudo, a ver a la sexualidad como un
reino experimental de todo o nada; y son pocos los que re­
nuncian por completo a todos esos deseos. (Neptuno simbo­
liza siempre la potencialidad de rendirse.)
Esta parte sería indebidamente extensa si fuéramos a men­
cionar aquí todas las demás cualidades asociadas con estas
combinaciones, pero quiero alentar al lector a que estudie las
interpretaciones que Grant Lewi realiza sobre los aspectos de
Marte-Neptuno en su libro Heaven Knows What. Lewi es uno
de los pocos autores que parece haber entendido la asocia­
ción de estos aspectos con: 1) el poderoso magnetismo perso­
nal, o sea, la aptitud para hacer que las cosas ocurran casi má­
gicamente, y 2) el pensamiento espiritual y la conducción es­
piritual. En el nivel supremo, un intercambio entre estos pla­
netas puede indicar la posibilidad de una tremenda auto­
depuración, dedicación espiritual, y de convertirse en un
canal para la acción sobre la base de un poder trascendente.

Los aspectos de Plutón

Puesto que la naturaleza y los aspectos de Plutón fueron


considerados con algunos pormenores en el Capítulo IV, no
hay necesidad de seguir con ellos en relación con los princi­
pios generales implícitos en cualquier aspecto plutoniano. Por
tanto, podemos proceder de inmediato a mencionar algunas
cualidades distintivas demostradas por los intercambios espe­
cíficos entre Plutón y los planetas personales. Sin embargo,

234
el lector podría querer volver a examinar la parte sobre los
aspectos de Plutón en el Capítulo IV, antes de seguir con las
siguientes explicaciones.

Los aspectos de Sol-Plutón

Los individuos con estos intercambios en sus mapas son


ejemplos de las cualidades que habitualmente se asocian con
el Sol en Escorpio: las ganas de remoldearse, un fuerte empe­
cinamiento, una gran intensidad, a menudo infatuación con
el poder, un pronunciado secreto respecto de sus motivacio­
nes y deseos, y, en ocasiones, una notable crueldad, tanto con
los demás como con ellos mismos. A menudo hay ganas de
hacer algo o de expresarse de modo potente y extremo, espe­
cialmente si el aspecto es desafiante. Estas personas a menudo
sienten la necesidad de transformarse de modo radical y de
eliminar viejas pautas de vida que no concuerdan más con sus
ideales, aunque el efectuar esta transformación parece ser un
poco más fácil para los que tienen los aspectos fluidos, una
vez que tomaron conciencia del proceso transformador.
Los que tienen los aspectos fluidos parecen más capaces de
librarse suavemente de lo viejo y de entender las leyes de la
vida que exigen que las viejas formas mueran antes de que
puedan nacer las nuevas. Ya sea que los aspectos sean desa­
fiantes o fluidos, casi siempre está presente un rasgo compul­
sivo, en el que la persona es impulsada por factores incons­
cientes hacia alguna meta que no puede sondear con claridad.
De hecho, el mundo "insondable" es, a menudo, una adecua­
da descripción de los tipos de experiencias que a estas perso­
nas les sobrevienen, pues con frecuencia experimentan "coin­
cidencias", conexiones y encuentros misteriosos que desafían
la explicación racional pero que se relacionan claramente con
alguna pauta vital determinada. Los aspectos dinámicos casi
siempre se manifiestan como luchas intensas por el poder que
ocurren periódicamente en la vida; y toda la identidad de la
persona está sujeta, a menudo, a crisis periódicas y alteracio­
nes radicales, no sólo en cómo esa persona se ve a sí misma
sino también en cómo su personalidad se expresa en la vida
diaria.

235
Estos aspectos parecen, a menudo, ser más difíciles cuando
se los halla en mapas de mujeres que en mapas de hombres,
aunque en su mayoría las características antes mencionadas
serán ciertas para ambos. Sin embargo, en los mapas de muje­
res encontré reiteradamente estos aspectos (especialmente
los desafiantes) que se correlacionan con que la persona ex­
perimentó grandes dificultades con su padre y habitualmente
también con otros hombres. A menudo, hay falta de atención
y comunicación verdadera por parte del padre, lo cual induce
resentimiento y sensación de estar privado de amor. Esta pa­
rece ser una razón de porqué tales mujeres buscan a menudo
un marido poderoso (incluso del tipo cruel y criminal), que
prometa (en sus fantasías) ser en sus vidas la fuente de auto­
ridad tanto en fuerza como en amor. Sin embargo, estas per­
sonas son increiblemente exigentes y, en ocasiones, imperso­
nalmente crueles hasta un punto tal que alejan al mismo
amor que tanto quieren. En ambos sexos, con tales aspectos
la vanagloria es una tendencia, y raras veces se evidencia la
humildad. De modo que, naturalmente, las relaciones ínti­
mas para las personas que tienen estos planetas en aspectos
dinámicos son raramente armoniosas, a menos que trabajen
en ellas con gran esfuerzo; y las personas con la oposición pa­
recen especialmente proclives a formular exigencias irrazona­
bles (e inconscientes) a aquellos con los que íntimamente es­
tán conectados. Parecen querer que la otra persona sea
diferente de lo que ella realmente es, y habitualmente irra­
dian el mensaje (aunque raras veces se dan cuenta de lo
que están haciendo) que no aceptarán plenamente a la otra
persona hasta que se haya vuelto enteramente diferente, lo
cual es ¡evidentemente imposible! De manera que en las
relaciones íntimas son extremadamente comunes los graves
desacuerdos en tales oposiciones; y las oposiciones plutonia­
nas que implican a Venus o a la Luna comparten esta ten­
dencia.
Primordialmente, son los aspectos desafiantes los que se
manifiestan como las clases de problemas que la mayoría
reconoce conscientemente. Puesto que Plutón se relaciona
con fuerzas dentro de nosotros que, por lo menos, son par­
cialmente inconscientes, el poder y la tensión de los ángulos
dinámicos parecen necesarios a fin de forzar a una persona

236
a que comprenda que hay algún conflicto o necesidad inte­
rior de transformación. Por contraste, aunque los aspectos
fluidos indican que el individuo se acomodará con más faci­
lidad a las transformaciones de la vida si toma consciencia
de tal proceso en marcha, tanto los beneficios como las po­
tencialidades creativas demostradas por el trígono y el sextil
muchas personas jamás los comprenden ni los tratan plena­
mente. De ahí que los comentarios de esta parte se apliquen
más específicamente a los que tienen los aspectos dinámicos
en sus mapas.
Parece digno de nota un comentario más sobre la correla­
ción entre estos aspectos y la relación con el padre. Reitera­
damente he descubierto que no sólo los aspectos del Sol
con Plutón sino también la posición natal del Sol en la
octava casa (la casa de Plutón) se manifiestan, muy a menu­
do, como una separación del padre que deja profundas cica­
trices psicológicas. Esta separación puede ser física (donde
simplemente no está presente porque se marchó, murió o,
-en un asombroso número de casos- simplemente desapa­
reció sin dejar huellas), o puede ser una separación psicoló­
gica en la que el padre estuvo físicamente presente, pero
muy distante y aislado respecto del hijo. En unos pocos
casos, este complejo paterno se manifiesta cuando la persona
idolatra a su padre y lo ama locamente y tiene hacia él senti­
mientos irrealistamente positivos. En uno u otro caso, la per­
sona "se cuelga" compulsivamente del padre, con dificultades
subsiguientes en el establecimiento de una clara identidad
individual. Otra cuestión digna de contemplar es el hecho de
que la investigación de Charles Jayne relaciona los aspectos
de Sol-Plutón en los mapas de hombres con un vínculo ínti­
mo extra con una mujer (a menudo la madre). En todo caso,
debemos entender que la clase de intimidad demostrada por
Plutón y por Escorpio es la intimidad de la absorción, en la
que una persona se absorbe en la otra, dejando así a la absor­
bida (o, en algunos casos, incluso iconsumida!) sin identidad
individual o fe en sí misma. (Nótese que una persona con tal
aspecto plutoniano puede ser la "absorbedora" o la "absor­
bida''.) Esta intimidad no da cabida a la singularidad indivi­
dual o al crecimiento verdadero; y por tanto es una pauta
que puede ser gravemente inhibitoria cuando la persona

237
envejece y procura alcanzar la madurez y la independencia
individuales. Es un tipo de intimidad que se basa en un apego
kármico tremendamente intenso, más que en un amor y un
cuidado reales; pues el amor real es siempre más bien de
apoyo y estímulo que de posesión y de manejo del otro.
Empero, vemos este género de manejo y de dominación im­
personal de otra persona un día tras otro, habitualmente bajo
la apariencia del amor. De ahí que todo aquel con aspectos
natales desafiantes que incluyan a Plutón y al Sol, a la Luna,
Venus o al Ascendente suela beneficiarse logrando una pers­
pectiva objetiva sobre todas sus relaciones principales y espe­
cialmente sobre lo que sus padres estuvieron haciendo real­
mente y cuáles fueron sus motivaciones reales en su con­
ducta hacia él.

Los aspectos de Luna-Plutón

Muchas cualidades descriptas bajo los aspectos de Sol­


Plutón se aplican también a estos intercambios, pero la
diferencia primordial es el mayor extremismo emocional
de los aspectos de Luna-Plutón. Estas personas manifiestan
cualidades que son notablemente parecidas a los que tienen
la Luna natal en Escorpio: una sensibilidad intensa, incluso
explosiva; una profunda insatisfacción con ellas mismas y
ganas de remodelarse de una manera nueva; una fuerte armo­
nización psíquica y la necesidad de comprobar los misterios
de la vida y las motivaciones de los demás; y deseo de romper
con los tabúes establecidos por su clase particular de crianza
e influencia paterna. Habitualmente, hay una profunda capa­
cidad para el esfuerzo intenso, un compromiso inflexible con
un objetivo, y autodisciplina; y la persona está habitualmente
sintonizada con necesidades de supervivencia tan agudamente
que en épocas de crisis puede ser increíblemente ingeniosa.
(Nótese que los principios de Cáncer y la Luna, lo mismo
que los de Escorpio y Plutón se combinan aquí; y estos dos
principios están armonizados para la autopreservación.)
Puesto que la Luna simboliza la imagen personal y cómo la
persona se siente acerca de sí misma, y puesto que Plutón
(especialmente en los aspectos desafiantes) revela una tenden-

238
cia a destruir y eliminar lo viejo, su interacción a menudo se
manifiesta como crueldad y rudeza hacia sí misma; pues hay
deseos de destruir la imagen personal vieja de uno y la identi­
dad vieja puesto que la persona no está para nada cómoda
con la vieja pauta de condicionamientos emocionales. En
casos extremos, esto puede incluso manifestarse como senti­
mientos suicidas, el símbolo último de autodestrucción. En
todo caso, no son raros períodos de odio hacia uno mismo y
de intensa agitación emocional. Esta persona necesita, más
que cualquier otra cosa, un programa concentrado de auto­
transformación basado en volver a programar sus pautas ins­
tintivas de respuesta a fin de poder ajustarse a cualquier ex­
periencia vital con más flexibilidad y objetividad.
Un "complejo de madre" es evidente también en personas
con estas combinaciones. A veces, esto se experimenta sim­
plemente cuando se tiene una madre dominadora, o sutil­
mente exigente y absorbente que proyecta todos sus temores
sobre el hijo. (En ocasiones, encontramos que estos aspectos
también se correlacionan con un padre exigente o rechazan­
te.) En otros casos, una mujer puede sentir la necesidad de
llegar a ser una "super-madre", ya sea teniendo ella misma
muchos hijos (a fin de impresionar a los demás con su poder
maternal) o representando el papel de madre-jefe de un grupo
de personas en una organización o en una situación grupal
viva. Tal caso podría ser una mujer que llega a ser o quiere
ser la "Madre Superiora" de un convento, o la directora de un
orfanato o una escuela. Esta misma tendencia se halla incluso
en las mujeres que tienen al Sol aspectando íntimamente a
Plutón; pues, como Charles Jayne lo ha observado en sus es­
tudios de rectificación y progresión, la madre es simbolizada
a menudo por Plutón. De modo que, naturalmente, cuando
la Luna -el símbolo tradicional de la maternidad- se combi­
na con Plutón, podríamos esperar hallar este énfasis incluso
más fuertemente. Esto no equivale a decir que todos esos
deseos se concretarán sino sencillamente que las personas
con estos aspectos sienten, a menudo, estas clases de deseos
particularmente dominantes. Podríamos caracterizar, a este
respecto, a Plutón como idéntico al arquetipo de la "madre
terrible" que se halla en varios mitos, como la diosa Kali en el
hinduismo.. Tal imagen materna es omnipotente, alimentando

239
a sus hijos con una mano, mientras los devora con la otra. El
poder para dar y quitar la vida es adorado en tales deidades, y
debe patentizarse fácilmente la impersonalidad de tal poder.
Estas combinaciones (especialmente la oposición) indican
también una tendencia a identificarse con los demás subcons­
cientemente y luego exigirles demasiado, puesto que los ve­
mos meramente como extensiones nuestras. Entonces, trata­
mos de confirmar nuestro sentido de la identidad exigiendo
que los demás nos presten atención total. Hay, pues, fuerte
necesidad de absorber al otro dentro de uno mismo, o de ser
absorbido en la otra persona. En uno o en otro caso, uno
destruye la propia identidad (Plutón) separada o, por lo
menos, trata de hacerlo a través de tal fusión.

Los aspectos de Mercurio-Plutón

Estas combinaciones expresan una armonización mental


parecida a la que se halla en la posición de Escorpio en Mer­
curio. Son comunes poderes profundos de concentración,
pues hay hondo interés por el ocultismo, la sexualidad y
otros ámbitos "tabú" de la vida. La sensibilidad psíquica y
la intensidad intelectual son habituales aquí, aunque a veces
la mente sale de control y_ se manifiesta de un modo insólita­
mente secreto y temeroso. En esos casos, hay una tendencia
a temer lo peor y a pensar que somos "psíquicos" cuando en
realidad estamos a merced de las emociones negativas. A
menudo, hay consciencia de la aptitud para usar el poder
mental de un modo directo y determinado, incluso hasta un
punto tal de poder abrumar las mentes de los demás mediante
pura fuerza de voluntad o sutil intriga. De ahí que los que
tengan tal combinación deban rodear sus estudios y prácticas
"ocultas", con un código estricto de ética e ideales espi­
rituales.
Los que tienen los aspectos desafiantes son especialmente
proclives a la conversación compulsiva, las ideas empecinadas,
y al uso del poder para imponer insistentemente sus ideas a
los demás, aunque las ideas mismas no sean particularmente
importantes cuando se las contempla en calma retrospectiva.
En otras palabras, el poder que existe detrás de las palabras

240
es el que realmente causa la impresión; pues la gente tiende
a pensar que toda idea expresada vigorosamente debe tener
algo significativo en su entorno. Es como si las emociones
bulleran en los canales de comunicación, inundándolos con
una torrencial descarga de verbosidad que -aunque tal vez
muy impresionante en cantidad y potencia- puede ser
pensada incompletamente, o incluso estar desconectada o ser
inadecuada. En algunos casos, la cualidad compulsiva de las
ideas de la persona es tan dominante que ésta no se molesta
en examinrar las ideas con ojo crítico, permitiéndose así
expresar conceptos o creencias carentes totalmente de clara
lógica. En ciertas personas, se siente una tensión tan interior
que hallan difícil expresar lo que creen que es verdad con un
grado de coherencia y claridad. En ocasiones, descubrimos
que estas personas desarrollan, en consecuencia una notable
inhibición de la expresión verbal, aunque Mercurio también,
por lo común, está en un aspecto desafiante con la Luna,
Saturno, Urano o Neptuno en tales casos. Sin embargo, lo
primero que podemos decir de los aspectos de Mercurio­
Plutón es cómo funciona la mente; pero no podemos pre­
juzgar la cualidad de las percepciones de la persona desde un
solo aspecto, puesto que lo que la mente produce emana,
en última instancia, de la totalidad de la consciencia total
del individuo.

Los aspectos de Venus-Plutón

Estos aspectos comparten muchas cualidades y caracte­


rísticas evidentes en la ubicación escorpiana de Venus: mag­
netismo, carisma y atractivo; deseos de romper con todos los
tabúes en amor, sexo o formas de relación; y un enfoque
compulsivo, intenso y algo impersonal de los compromisos
emocionales. Habitualmente, en tales aspectos hay una cuali­
dad de secreteo, de críticas y celos, aunque los signos implí­
citos deben evaluarse, puesto que una ubicación venusina en
Libra o Acuario, por ejemplo, rechazará a menudo compla­
cerse en tales sentimientos. Sin embargo, como Venus en
Escorpio, casi todos los que tienen estos aspectos -y espe­
cialmente los que tienen los ángulos dinámicos- sienten

241
ganas de zambullirse en los misterios emocionales y sexuales,
de comprobar el fondo rocoso de la experiencia emocional y
de relación sin atender al dolor, y de ejercer a pleno sus po­
deres emocionales y sexuales. Créese que la satisfacción emo­
cional y los profundos sentimientos de intimidad son parte
absolutamente necesaria de la vida, un ámbito de la expe­
riencia y la expresión que no puede descuidarse o eludirse.
Aunque algunas de esas personas tratarán de eludir sus ne­
cesidades y sentimientos más hondos, nunca se sentirán
felices con semejante escapismo o represión, puesto que no
están viviendo una parte tan intensamente vital de ellos. Pero,
por otro lado, tal persona raras veces se sentirá emocional­
mente satisfecha aunque rompa con toda restricción y tabú.
La clave de estos intercambios es que codiciamos insaciable­
mente el alimento emocional; es como si la persona tratara
de colmar un depósito interior de amor que está tan vacío
que jamás se llena. Parte de la dificultad en procurar obtener
un sentimiento de satisfacción es que la persona no sabe có­
mo enfocar el amor; la tendencia es tratar de colmar nuestra
necesidad tomando cada vez más, consumiendo cada vez más,
en vez de aprender cómo dar de nosotros mismos. Esto nos
lleva al significado esencial de los intercambios de Plutón­
Venus: la posibilidad de transformar todo nuestro enfoque
del amor y de la relación. En este proceso transformativo
se destruyen los viejos valores, y las relaciones que inhiben
la transformación terminan o se transforman en un nuevo
nivel de autenticidad. La comprensión del "goce" y de la
"felicidad" se depura cuando -mediante los fuegos del
tormento emocional- la transmutación alquímica interior
se convierte en una realidad personal.
Esta clase de transformación es, por supuesto, lo ideal,
pero ¿cuáles son las clases de cosas que la persona experi­
menta en el trayecto hacia este ideal? Ya hemos menciona­
do algunas experiencias y tendencias comunes. También
es digna de nota la proclividad a usar nuestro atractivo y
nuestra amistosidad para ganar poder, dinero o simple­
mente infatuarnos. A menudo, la persona no reconoce qué
está haciendo realmente, aunque otras personas vean tal con­
ducta como premeditada y desviada. Los que tienen los as­
pectos desafiantes entre Venus y Plutón se relacionan fre-

242
cuentemente con los demás con formas impersonales y
compulsivas de afecto. Tal vez, al principio, parezcan muy
amorosos, buenos o amigables, hasta que empezamos a ver
que sus motivaciones reales no son particularmente desinte­
resadas o incluso conscientes. En unos pocos casos, he visto
personas con la conjunción de Venus-Plutón asumir la más
falsa sonrisa y desborde de sensibilidad que se podría ima­
ginar, tratando aparentemente de distraerme de las exigen­
cias que en ese mismo momento me estaban formulando. Es
como si estuvieran diciendo: "Bueno, por supuesto, yo haré
cuanto usted quiera puesto que soy tan cuidadoso y conside­
rado y simpático, ¡pero lo mejor es que usted haga lo que
yo quiero o más!" Mostrar estas clases de vibraciones atrae,
naturalmente de modo parecido, personas sintonizadas
con nuestra vida, y aquellos con estos aspectos (especial­
mente la oposición) tienden a atraer a relaciones íntimas a
otros que ejemplifican características plutonianas, agravando
de ese modo su situación ya compulsiva. De ahí que la perso­
na llegue a menudo a sentirse solitaria, no queridá, usada,
descuidada, dominada o cabalmente agotada y consumida
en lo emocional. Pero es precisamente en estas épocas de
desesperación que tal persona podrá empezar a sintonizarse
con las honduras de sus recursos interiores a fin de entender
realmente la necesidad de un amor profundo y satisfactorio.
A menudo hay problemas o desajustes sexuales en personas
cuyos mapas tienen estos aspectos. No son raras las inclina­
ciones homosexuales o bisexuales; e, incluso en quienes no
representan todos sus deseos, hay muy a menudo un intenso
resentimiento emocional hacia su propio sexo o hacia los del
sexo opuesto. Y debe recalcarse que esta forma de resenti­
miento se halla también en aquellos cuya conducta sexual es
exclusivamente hetero-sexual. Puesto que Plutón se manifies­
ta comúnmente como atracción-rechazo simultáneo, con fre­
cuencia hallamos a estas personas dedicadas a una conducta
autodestructiva o absortas en sentimientos de disgusto por
haber sido atraídas hacia los mismos tipos de experiencias
que en otras ocasiones las rechazan. Una última nota, que
no debe considerarse aplicable a todos aquellos con aspecto
de Venus-Plutón pero que a menudo he visto cuando Venus
está en conjunción o en oposición a Plutón, ejemplifica cuán

243
completamente algunos de nosotros hemos de libramos de
los viejos apegos emocionales. En una cantidad de casos, la
persona con tal aspecto ha tenido repetidamente amantes
o prometidos que murieron o desaparecieron. Un hombre en
particular se comprometió para casarse, realmente, cuatro
veces distintas; y cada vez, poco antes de la boda, la futura
esposa falleció. Esto es lo que yo llamaría la naturaleza
"insondable" de Plutón; pues evidentemente hay una fina­
lidad detrás de tal secuencia de acontecimientos, aunque no
acertáramos a explicarlo lógicamente.

Los aspectos de Marte-Plutón

Similar a la naturaleza de Marte en Escorpio, esta combina­


ción de energías representa tal vez la expresión más intensa
de energía primaria que ha de hallarse en el factor de todo
mapa. Puesto que Marte es la energía disponible para cumplir
tareas específicas en el mundo externo y representa el deseo
y la voluntad, y puesto que Plutón simboliza la energía dis­
ponible para cumplir el trabajo en el "submundo" y se corre­
laciona con deseos inconscientes y terquedad, este intercam­
bio indica invariablemente una posibilidad ilimitada de acción
constructiva o destructiva. Como Marte en Escorpio, tal com­
binación de energía tiende a expresarse de modos extremos,
como la energía primaria se libera desde las honduras de
nuestro ser. Este extremismo resulta primordialmente de dos
hechos: primero, la persona tiene un depósito casi inagotable
de energía a su disposición, funcionando, al menos parcial­
mente, de modo inconsciente; y segundo, una persona con
tal armonización casi siempre procura mantener firme control
de tal corriente energética compulsiva, estimulando así una
explosión cuando se quita la tapa. Hay un método particular­
mente reservado -a veces incluso desviado- de conseguir que
se hagan las cosas (que puede ser especialmente eficaz en al­
gunas actividades) y el método operativo de la persona es in­
sólitamente acabado. Tal conducta, sin embargo, tiende a
suscitar en los demás acusaciones de "crueldad", puesto que
este individuo odia hacer algo a medias y tiene propensión
de ir al fondo de cualquier problema sin asustarse de las re-

244
percusiones potenciales. De ahí que si bien la impaciencia, la
crueldad y una terquedad incomprometida son rasgos comu­
nes de quienes tienen esta armonización, hay también valen­
tía ilimitada e insólita capacidad para una acción ingeniosa y
decisiva. Quienes tienen tal armonización son particularmente
capaces en situaciones en las que se exigen cometidos y deci­
siones rápidos y en los que se actúe a fondo.
Todos los nacidos con los aspectos desafiantes entre estos
dos planetas deben afrontar la naturaleza del poder por
delante; y los valores personales que guían la expresión de
este poder son de suma importancia. Unidas a una sensibi­
lidad humana y compasiva, tales energías podrán convertir
a la persona en un canal para la expresión de acciones y re­
formas decisivas que muchas personas anhelan pero pocas
tienen la capacidad de concretar. Si la expresión de las
energías está bien disciplinada -y los que tienen estas com­
binaciones cuentan con una increíble capacidad de autodis­
ciplina- la mente y el poder de voluntad podrán consagrar­
se en procura de una cabal transformación de las estructuras
mundanas, o del propio yo, o de ambos. Sin embargo, si la
energía no es guiada apropiadamente y si el individuo se
infatúa de su fuerza personal por ésta misma, podrá haber
un deseo compulsivo de ganar a toda costa y una actitud de
"la fuerza crea el derecho" que podrá llevar a la crueldad, a
una conducta antisocial e incluso criminal, y a un cabal des­
precio hacia todos los valores morales, éticos y sociales. El
deseo de realizar las cosas sólo a través del poder puede llevar
a un tipo de empecinamiento que puede expresarse como:
"¡Voy a hacer lo que yo quiera sin importarme nada!" La
parte extrañ.a de esta actitud es que la persona raras veces sa­
be lo que realmente quiere. El individuo es empujado mera­
mente por fuerzas compulsivas -podríamos decir que es
poseído por un poder abrumador que exige expresarse. Este
estado de ser "poseído" se aplica a los que usan este poder
constructivamente, lo mismo que a los que lo usan para
destruir; una clase parecida de obsesión y descontento se
halla en ambos. Sin embargo, la persona que está consagrada
a un ideal (sea éste positivo o no) experimentará esta "pose­
sión" como un sentido misional que le impulsa inexorable­
mente hacia la meta. Además, semejante dedicación y com-

245
promiso fanáticos a una misión de por vida puede ser un gran
capital en cualquier sendero de autotransformación que exija
que nos reformemos cabal y hondamente y que transmute­
mos nuestros deseos en aspiraciones superiores.
Cuando un individuo que está sintonizado con estas ener­
gías se compromete en un sendero de transformación hay,
sin embargo, ciertos problemas que deberá encarar. Primero
de todo, cuando la impaciencia y la crueldad matizan nuestro
enfoque del lento proceso de evolución personal, la persona
tiende a volverse excesivamente ruda con sus propias limita­
ciones y fracasos. En vez de enfocar nuestras exigencias para
con los demás o la sociedad como antes, la persona ahora exi­
ge demasiado de sí misma. Por tanto, es importante que tal
persona vea este poder compulsivo dentro de su personalidad
como una fuerza objetiva que quiere expresarse y que (como
una bestia salvaje) deberá ser controlada y dirigida. Si la per­
sona se identifica demasiado con el triunfo o el fracaso en un
sendero de desarrollo de orientación espiritual, creará ince­
santemente una tensión interior aún mayor y un nivel supe­
rior de frustración. El primer paso es, pues, simplemente, re­
conocer nuestra necesidad de reformamos; el segundo paso
es empezar a entender las complicaciones y sutilezas de tal
proceso; y el siguiente paso es empezar a actuar sobre esta
comprensión suavemente, mientras se cultiva una sensación
de contento en el momento actual. Otro problema que se
enfrenta, a menudo, es la ira y el resentimiento que surgen
luego que la persona empezó a trabajar para obtener el auto­
conocimiento. La cualidad explosiva y hasta violenta de estas
emociones proviene de que la persona no fue consciente de
sus deseos y frustraciones más profundos durante tan largo
tiempo. Estas combinaciones muestran una tendencia a la
auto-represión, y el individuo está, pues, a menudo, comple­
tamente inconsciente de la fortaleza de su naturaleza y de la
potencia de las tendencias kármicas que motivaron tan gran
parte de su conducta durante sus vidas. Un antídoto de la
ira y del resentimiento es trabajar en el cultivo del perdón;
y este perdón debe dirigirse no sólo hacia los demás sino
también hacia uno mismo.

246
Los aspectos lunares

Aunque la finalidad de este capítulo es discutir primordial­


mente los aspectos que incluyen a los planetas exteriores, no
podemos dejar el tema de los aspectos que se relacionan con
la transformación sin por lo menos una breve mención de los
aspectos que incluyen a la Luna. Es particularmente necesario
tocar este tema aquí, puesto que la Luna está tan íntimamen­
te conectada con condicionamientos pasados, y, por ende,
con el karma.
El principio básico que debemos entender si hemos de in­
terpretar con exactitud los aspectos lunares es que la interac­
ción de la Luna con los otros planetas muestra cómo pode­
mos utilizar y expresar los resultados de la experiencia y los
condicionamientos pasados. En otras palabras, estos aspectos
revelan si nuestros sentimientos y reacciones instintivas nos
hacen retroceder e interfieren en la expresión de nuestros
deseos y en la satisfacción de nuestras necesidades, o si nos
dan apoyo y nos animan a que nos expresemos con una base
de seguridad interior y tranquilidad. Un aspecto fluido que
incluya a la Luna significa habitualmente que nuestra pauta
kármica en ese ámbito se caracteriza por una fácil flexibili­
dad y un exacto sentido de nuestra capacidad, permitiéndo­
nos así abrir recursos nuevos y usar reacciones espontáneas de
modo creador y expresivo. Los aspectos desafiantes con la
Luna revelan a menudo ámbitos de vida en los que la pauta
kármica es problemática y, en ocasiones, muy rígida. Donde
somos rígidos y, de esta manera, incapaces de ajustarnos con
facilidad, la fuerza vital no puede fluir. Entonces experimen­
tamos tensión constante en ese ámbito de vida, y esta retrac­
ción interior se manifiesta en la vida diaria reaccionando no­
sotros con demasiada sensibilidad ante lo que experimenta­
mos. De hecho, fácilmente podríamos idear frases claves para
los diversos aspectos lunares dinámicos enfocando la palabra
"supersensibilidad". Luna-Marte significa que somos super­
sensibles acerca de nuestra auto-afirmación; Luna-Mercurio
indica supersensibilidad acerca de nuestras ideas y opinio­
nes; Luna-Júpiter muestra supersensibilidad acerca de nuestro
ego, puesto que queremos dar la impresión de generosidad y
gran capacidad, etc. Si un planeta (especialmente uno de los

247
otros planetas personales) está en un aspecto desafiante con
la Luna, hay tensión generalizada y miedo de perder nuestras
raíces, de dejar nuestros cimientos emocionalmente seguros,
o de volvernos vulnerables si salimos de las viejas pautas de
autoexpresión y conducta (la Luna) para expresar una ener­
gía que esté a tono con una vibración radicalmente diferente
(mostrada por el otro planeta). Los aspectos fluidos que in­
cluyen a la Luna son, por otro lado, índices de una corriente
fácil y espontánea de nuestras energías emocionales y de
apoyo dentro de los canales de expresión indicados por los
otros planetas implícitos. Con estos aspectos, nuestra expre­
sión de estas energías no es obstaculizada por el temor y
vivificada por un compromiso emocional positivo, pues hay
una sensación de estar naturalmente cómodos con esas di­
mensiones de la experiencia cotidiana.
Otra cuestión importante acerca de los aspectos lunares
es que todo aspecto íntimo que implique a la Luna matiza
cómo nos sentimos respecto de nosotros mismos: lo que
comúnmente se llama la imagen personal. Cuando el aspecto
es fluido, habitualmente tenemos un sentido bastante obje­
tivo de nuestra naturaleza real y de nuestras aptitudes en ese
ámbito de vida. Cuando el aspecto es más dinámico (espe­
cialmente en la cuadratura y la oposición), habitualmente
tenemos más bien un sentido impreciso de nosotros mismos
y tendemos a carecer de objetividad en el ámbito indicado.
Naturalmente, cuando nos expresamos de un modo que es
evidentemente natural, cómodo y fluido, los demás reaccionan
ante nosotros con comodidad y entusiasmo. Cuando expresa­
mos inconmodiad, tensión o miedo, los demás también reco­
gen esas vibraciones. En consecuencia, los aspectos lunares
son la clave para entender cómo los demás y el público en ge­
neral reaccionarán ante nosotros y cuán cómodos se sienten
con nosotros.
Una última guía interpretativa para tratar los aspectos lu­
nares la explica Robert Jansky en su libro lnterpreting tbe
Aspects. Cuando me encontré con esta clasificación breve pe­
ro extremadamente útil, ésta aclaró mis juicios en el sentido
de que los aspectos lunares funcionan de modos marcada­
mente diferentes, dependiendo del otro planeta implícito.
Para expresarlo concisamente:

248
A) La Luna en el aspecto desafiante respecto al Sol, Venus,
Mercurio y a veces Marte muestra un sentimiento de ser
incapaz de expresar algo que uno siente.
B)La Luna en aspecto desafiante respecto de los otros pla­
netas revela un sentimiento de ser inadecuado para im­
ponerse sobre las exigencias de la vida.

Si el lector aplica este principio a los diversos intercam­


bios con la Luna, su utilidad y su exactitud deben paten­
tizarse fácilmente.

Cómo entender los temas del mapa natal

Una vez que logramos entender en profundidad el signifi­


cado de los aspectos específicos, podremos entonces empe­
zar a aplicar esta familiaridad con los diversos intercambios
entre los doce principios fundamentales con un alcance aún
más vasto. Como se menciona en la Introducción, la clave
de un enfoque holístico de los mapas es la aptitud para de­
tectar varios temas que dominan la vida de una persona,
sintetizando los factores del mapa en relaciones entre los
doce principios básicos. Con un mapa particular, tenemos
que usar no sólo los aspectos mismos sino también las po­
siciones de signo y casa de los planetas implícitos. Esto es
mucho más difícil que simplemente aislar un aspecto parti­
cular y leer una interpretación fija de un libro de texto; y
ésta es una aptitud que no puede fácilmente ensefíarse o es­
cribirse en abstracto, puesto que las combinaciones de as­
pectos, signos y casas son tan numerosos. Cada aspecto es­
pecífico se modifica en su expresión de acuerdo con los
signos implícitos, y la energía de cada planeta se expresa
de un modo que es matizado no sólo por sus aspectos ín­
timos sino también por la posición de su signo.
Por ejemplo, si nuestro mapa tiene no sólo a Marte en
Escorpio (un intercambio entre las letras astrológicas l y 8,
matizando así, o dando tono a la expresión de la energía
marciana con una cualidad plutoniana), hay un doble énfa­
sis en la misma combinación de energías; y por ende, la ex­
presión de la energía marciana será caracterizada potente-

249
mente por las cualidades plutonianas. Si Marte está tam­
bién en la 8a. casa o si Plutón está en la casa 1 a., este tema
será más dominante todavía.
Otro ejemplo podría ayudar a explicar esta modalidad de
análisis sintético, especialmente para los estudiantes princi­
piantes e intermedios de astrología. Supongamos que una
persona tiene a Mercurio en Capricornio; la armonización
de esta persona con la mente consciente compartirá inevi­
tablemente algunas cualidades fundamentales con todos
los demás que tienen esta ubicación mercuriana. Pero su­
pongamos que esta persona en particular tiene también a Sa­
turno en íntimo aspecto con Mercurio. Esto nos da dos énfa­
sis diferentes sobre el mismo tema: un intercambio de letras
astrológicas (o principios) 3 y 10 (o entre 6 y 10 si la dimen­
sión de Virgo perteneciente a Mercurio parece fuerte para
esta persona.) Con tal doble énfasis sobre la misma dinámica
fundamental, sabemos que este individuo tendrá una fuerte
propensión a manejarse con exacta minuciosidad, a un modo
serio y práctico de pensar, a una tensión nerviosa y a trabajar
arduamente para desarrollar certidumbre acerca de sus ideas.
Si esta persona tiene otros factores en el mapa natal que tam­
bién representen intercambios entre estos mismos principios
(como Mercurio en la toa. casa o Saturno en la casa 3a. ó
6a.), habría incluso mayor dominio de este tema en la vida de
la persona; y el astrólogo podría por tanto, saber con certi­
dumbre que ésta tendría que ser una de las cosas principales
discutidas durante la consulta.
Otro ámbito de la interpretación del aspecto que los estu­
diantes de astrología hallan difícil es la cuestión íntegra de las
configuraciones entre muchos planetas, incluida una cantidad
de distintos aspectos. En última instancia, sólo años de expe­
riencia y práctica permitirán al estudiante vencer este obstá­
culo aparentemente insuperable; pues deberemos desarrollar
la aptitud para ver en un mapa las configuraciones en conjun­
to y combinar el significado de todos los planetas incluidos
en tales combinaciones complejas. Sin embargo, muchos li­
bros de texto están llenos de teoría abstracta acerca de varias
configuraciones (gran trígono, cuadratura en T, gran cruz,
cometa, etc.) que hacen que todo el proceso parezca mucho
más difícil de lo que realmente es. Lo que habitualmente se

250
ignora es el hecho de que todos esos diversos factores y por­
menores simbolizan simplemente facetas de una sola persona
total y viva. Y en tales configuraciones hay, primordialmente,
tres cosas básicas a tener presente que son mucho más impor­
tantes que el tipo exacto de configuración implícita.

A. En vez de enfocar el tipo de configuración que se considera


(por ejemplo, un gran trígono, yod, cometa, etc.), debere­
mos entender primeramente el significado de los planetas
implícitos y sus intercambios específicos con otros plane­
tas de esa configuración. Entonces podemos combinar es­
tos significados de un modo que refleje exactamente cómo
un individuo experimenta realmente estas energías. Cual­
quiera de las configuraciones tradicionales puede ser pro­
ductiva y creadora, sin tener en cuenta las creencias en
contrario, puesto que todas representan interacciones par­
ticularmente intensificadas de las energías y los principios
simbolizados por los planetas implícitos.

B. Debemos concentrarnos en planetas particulares en una


configuración dada según la importancia de los planetas en
el mapa total de la persona. Por ejemplo, si el planeta es el
regente del Sol, la Luna o un signo ascendente o el disposi­
tor de muchos otros planetas, será siempre especialmente
importante. En otras palabras, si un planeta participa de
los temas mayores del mapa y, por tanto, simboliza una
armonización que el individuo expresa de modo dominan­
te, su papel en una configuración dada es digno de especial
atención.

C. Por sobre todo, debemos enfocar nuestra atención en todo


planeta personal (o el Ascendente) implícito en una confi­
guración, pues ese factor simboliza el modo más inmedia­
to de expresión de las energías de toda la configuración; y
revela una dimensión del ser del individuo que habitual­
mente, es al menos parcialmente consciente y, por tanto,
tiene un impacto particularmente directo sobre su expe­
riencia cotidiana. Un individuo podrá identificarse con el
significado de un planeta personal, y así será más capaz de
entender y quizá modificar la expresión de esa energía. En

251
otras palabras, puesto que el enfoque del individuo respec­
to de esas dimensiones de experiencia pueden ajustarse
conscientemente, podrá modificarse la expresión de toda
la pauta energética de una configuración dada.

Si todo lo demás no logra aclarar el significado de un as­


pecto dado, hay una técnica que es, a menudo, especialmen­
te reveladora, no sólo para el astrólogo sino también para el
cliente: la técnica del "diálogo interior". Podemos represen­
tar el papel de cada plaenta, trabajando en procura de que se
exprese en palabras, acciones y emociones, como cada ener­
gía se manifiesta dentro de nosotros. Cuando una persona
representa los deseos y necesidades primarios que cada pla­
neta muestra en un aspecto dado, es como si las dos partes
de esa persona llegaran a conocerse mutuamente, a apren­
der aceptarse por lo que realmente son. Esta técnica es es­
pecialmente valiosa con los géneros de bloqueos o conflic­
tos que los aspectos desafiantes muestran, pues es en esos
ámbitos que el individuo necesita algún género de integra­
ción. La técnica del diálogo interior se usó con gran éxito
tanto en el Psicodrama como en la Terapia de Gestalt durante
muchos años, y es un procedimiento con el que el astrólogo
consejero debe estar familiarizado. Tal procedimiento propor­
ciona a menudo una experiencia inmediata de un problema
particular que un aspecto simboliza, y tal inmediatez tiene
mucho más poder y genera mucho mayor conocimiento que
una mera discusión intelectual de principios abstractos.

252
Libra
Ubro
Capítulo VII

KARMA Y RELACIONES

Las relaciones humanas sirven para rei•elársenos,


no para complacemos. Las personas,
especialmente las que son amigas de verdad,
son espejos en los que empezamos a descubrimos.
H. F. Weekley

Fácilmente, se necesitaría un libro entero para explicar to­


dos los diversos factores astrológicos correspondientes a las
relaciones y sus implicancias kármicas. De ahí que, en este
capítulo, nos concentraremos en esos factores principales que
se encuentran al comparar los mapas individuales que son
comúnmente problemáticos y, por tanto, podrían tratarse
con más eficacia considerando las pautas kármicas implícitas.
Enfocando primordialmente los aspectos de Saturno, Urano,
Neptuno y Plutón, y sus casas correspondientes, no pretendo
inferir que ningún otro factor en una comparación o en ma­
pas individuales tenga implicancias kármicas con respecto a
nuestras relaciones. De hecho, como se mencionara ya en este
libro, en realidad, podríamos contemplar al mapa natal como
indicando ¡nada que no sea karma! Si la Ley del Karma guía
todo en una vida individual -al menos en su pauta, estructura
y circunstancias generales- entonces esto parecería ser espe­
cialmente cierto en nuestras relaciones con otros seres huma­
nos, en que hay un interminable toma y daca a través de un
intercambio espontáneo de energía. Podríamos decir que den­
tro de toda relación particular hay un debe y un haber cons­
tantes de nuestra cuenta kármica, una liquidación continua
de deudas y una depuración de apegos. En algunos casos, pri­
mero tenemos que dar a otra persona; y en otros casos prime­
ro tenemos que recibir. Y luego están las relaciones en

255
las que parece haber un intercambio bastante parejo de ener­
gía, como si las escalas del karma se equilibraran siempre tan
sutilmente a través de la periódica interacción de la gente.
Como astrólogo y consejero matrimonial y familiar, he
visto a muchos centenares de relaciones, y esta experiencia
ha revelado claramente un hecho inescapable: cuando se efec­
túan comparaciones de mapas, aunque los factores astrológi­
cos que simbolizan varios tipos de atracción y compatibilidad
son casi innumerables, los factores inter-mapas que simboli­
zan claros problemas al hacer un trabajo de relación de modo
saludable pueden, en muchos casos, reducirse a unos pocos
elementos claves. A saber, estos factores problemáticos son
los aspectos desafiantes ínter-mapas que incluyen a Saturno,
Urano, Neptuno o Plutón de una persona y a los planetas
personales o al Ascendente de otra persona. 1 Estos aspectos
revelan ámbitos de vida en los que las dos personas pueden
experimentar notable conflicto, discordia, desilusión, opre­
sión, desconfianza o intriga. Cada uno de ellos revela un in­
tercambio específico de energía que se experimenta como
una dificultad mayor en la relación y como un obstáculo ma­
yor al tratar de lograr armonía y cooperación. Esto no equi­
vale a decir que tales aspectos no puedan tener efectos posi­
tivos o que no puedan ajustarse; pues estas mismas áreas de
tensión dentro de la relación pueden indicar las máximas
experiencias de aprendizaje para ambas partes. En la mayo­
ría de los casos, la presencia de tales aspectos en una compa­
ración de mapas indicará la necesidad de que ambas personas
obtengan una elevada perspectiva de su interacción y empie­
cen a desarrollar nuevos modos de relacionarse si la relación
va a ser una experiencia duradera y satisfactoria. En algunos

1 Aquí doy por supuesto que el lector ya está familiarizado con los

procedimientos básicos de comparar mapas, a saber: 1) hallar los as­


pectos íntimos entre los p!anetas de las dos personas; y 2) ver qué
casas de un mapa son activadas por los planetas en los mapas del
otro. Otro procedimiento muy importante es el de mirar la armonía
general de los dos planetas y Ascendentes personales de las dos per­
sonas según los elementos, pues la discordia entre dos planetas perso­
nales (por ejemplo, Marte en el signo de tierra comparado con Marte
en el signo de fuego) puede también indicar claros conflictos.

256
casos, las tensiones son demasiado grandes para que las per­
se ajusten a ellas; sus naturalezas individuales son tan diferen­
tes que ninguna cantidad de esfuerzo les permitirá desarrollar
una armonización mutuamente armónica. Pero en los casos
en que hay una armonía esencial de las energías, los objeti­
vos y los ideales primordiales (especialmente mostrada al me­
nos por unos pocos aspectos fluidos entre los planetas perso­
nales y los Ascendentes de ambas personas), tales aspectos
desafiantes podrán proporcionar la estimulación que la gente
necesita tanto para crecer en autoconocimiento como para
llegar a apreciar la identidad y la singularidad individuales
recíprocas.
Como cuando trabajamos con los mapas individuales, debe­
mos enfocar, en las comparaciones de mapas, los aspectos
más próximos a lo exacto; y, como siempre, a la conjunción
se la considera como el más potente de todos los aspectos
posibles. Incluso más claramente que en los mapas individua­
les, los aspectos desafiantes que incluyen a los planetas per­
sonales o al Ascendente en comparaciones revelan conflicto
y discordia, con excepción de ciertas oposiciones que -sólo
en comparaciones de mapas- pueden indicar fuerte atracción,
estimulación y sentimiento de plenitud. (Tales oposiciones
son Luna en oposición a Luna, Sol en oposición a Luna, Ve­
nus en oposición a Luna, y Venus en oposición al Sol o Ve­
nus en algunos casos.) Más regular y confiablemente que en
los mapas individuales, los aspectos desafiantes en las compa­
raciones de mapas tienden a manifestarse como áreas proble­
máticas abiertas e inmediatas que las dos personas casi siem­
pre conocen hasta cierto punto. Estos aspectos constituyen
semejante factor confiable para entender las relaciones por­
que, cuando tal aspecto está presente dentro de un solo mapa
natal, el individuo abarca la interacción energética íntegra
dentro de sí y puede, incluso en sus primeros años, empezar
a integrar las tendencias conflictivas y aprender cómo mane­
jar las energías. Sin embargo, en una relación con otra perso­
na, no podemos modificar las energías de nuestra pareja;
simplemente, tenemos que relacionarnos con esa persona de
cualquier modo que podamos. Si su expresión de las energías
del Sol, la Luna o Venus, por ejemplo, no armoniza con la
nuestra, no es mucho lo que podremos hacer al respecto, sal-

257
vo aprender a aceptar a esa persona sin juzgarla, sin criticarla
ni formularle exigencias. Podemos aprender a ajustarnos a su
modo de ser, pero no podremos cambiarlo. De hecho, si exigi­
mos que la otra persona trate de satisfacer nuestras necesida­
des adoptando una conducta que no es auténtica ni espontá­
nea, a menudo sentimos incluso más frustración después,
puesto que nuestra dependencia de esa persona se patentizó
dolorosamente y puesto que su conducta mecánica es invaria­
blemente insatisfactoria para nosotros dos.
Tal vez sea de ayuda dar un ejemplo de la diferencia entre
un aspecto particular en un mapa individual y el mismo as­
pecto en una comparación de mapas. Si una persona nació
con Mercurio en cuadratura a Saturno, puede vencer esta
tensión trabajando extraordinaria y arduamente para apren­
der hechos y artes, para desarrollar un modo de expresarse
que se caracteriza por una mente ordenada y eficiente, o para
ajustar sus prioridades (Saturno) acerca de la inteligencia y las
aptitudes verbales. Tales esfuerzos personales pueden en reali­
dad llevar tiempo para que produzcan resultados evidentes y
cambios de la personalidad, pero no hay duda que puede
hacerse conscientemente algún género de ajuste personal. En
una relación, por otro lado, en la que Saturno de una persona
está en cuadratura con Mercurio de la otra, la persona de Mer­
curio siente la presión de las críticas, exigencias y reservas de
la persona de Saturno, sin atender a lo que pueda hacer para
evitarlas o cambiarlas. La persona de Mercurio puede hallar
que cambiar su actitud hacia la de Saturno es un modo po­
sitivo de tratar el problema, y de hecho, a su tiempo, tal vez
comprenda que se ha beneficiado mucho con la necesidad
impuesta de disciplinar sus pensamientos y su modo de comu­
nicarse. Sin embargo, la interacción de energías indicadas por
este aspecto estará presente, y la persona de Mercurio tal vez
descubra que vivir o tener interacción extensiva con la perso­
na de Saturno es poner pesadas cargas sobre su sistema ner­
vioso y quizá reduzca su confianza en su propia inteligencia.
Cuán pesadamente la persona de Saturno exprese la crítica
afectará por supuesto lo que la de Mercurio experimente,
pero la negatividad no expresada es, no obstante, negatividad,
y la otra persona tal vez la sienta como un amenazante impac­
to sobre su campo de energía. De modo parecido, la persona

258
de Saturno sera incapaz de cambiar el modo con que la de
Mercurio piensa, no importa qué medidas tome. De modo
que, si se siente amenazada por las ideas de la persona de
Mercurio, sólo podrá substraerse a esa relación o abrise a las
ideas para ver en qué pueden contribuir a su comprensión.
Las ideas de la persona de Mercurio tal vez beneficien de
hecho su trabajo o sus ambiciones, dándole un punto de vista
diferente y ayudándola a aflojar la rigidez de algunas de sus
opiniones y prejuicios, pues Mercurio es flexible donde Satur­
no está constreñido. No se niega que tal aspecto puede indi­
car muchas cualidades extremadamente positivas, pero pri­
mordialmente estoy usando este ejemplo para demostrar que
un aspecto particular se expresa de un modo más predecible
y abierto en una relación que cuando sólo se halla en el mapa
de un solo individuo.
Cuando hay más de una conjunción, cuadratura u oposi­
ción incluyendo uno de los cuatro planetas externos en una
comparación, debemos tener cuidado al evaluar si esto sugie­
re un tema dominante en la relación. Por ejemplo, si Saturno
de María está en conjunción con mi Luna y está en cuadratu­
ra con mi Venus, es evidente que mis reacciones emocionales
hacia ella podrían criticarse, frustrarse o ignorarse, y que mi
modo de relacionarme con ella emocionalmente puede activar
los temores y la defensividad saturninos de ella. Otro ejem-
plo: si mi Urano está en oposición al Sol de Nancy y en cua­
dratura a su Marte, mi aislamiento y mi conducta impredeci­
blemente egocéntrica fácilmente podría dejar que ella crea
que no podrá confiar en mí o que jamás podrá planificar algo
que exija mi colaboración, puesto que es probable que, en
todo momento, yo me divorcie de sus actividades y aspira­
ciones. Incluso, tal vez ella se sienta muy resentida conmigo
por la frustración que le causo. Tales temas de cualquier re­
lación son indicados, casi siempre, por lo menos, por dos
-y a veces más-aspectos dinámicos que incluyen a un par­
ticular planeta exterior por un lado, y a los planetas perso­
nales o Ascendente por el otro. Estos temas puede mostrar­
los también la repetición del intercambio idéntico (o, por
lo menos, muy parecido) que incluye uno de los cuatro
planetas exteriores en el mapa de cada persona. Por ejem­
plo, si mi Urano está en cuadratura con el Marte de Jerry

259
y su Urano está en oposición con mi Marte, se recalca
doblemente la explosividad de este intercambio. Recuer­
do una comparación que usé en pláticas sobre sinastría,
que incluye tres de estos énfasis dobles (lo que a menudo
llamo, en mis pláticas, "double whammies"); y, habiendo
conocido esta pareja durante una cantidad de años, he ob­
servado que los temas mostrados por estos dobles inter­
cambios han sido realmente temas dominantes en esta rela­
ción. Para enunciarlos brevemente:

El Venus de él está en conjunción con el Neptuno de ella;


y el Venus de ella está en conjunción con el Neptuno de él.

El Saturno de él está en oposición al Venus de ella; y el


Saturno de ella está en cuadratura con el Venus de él.

El Urano de él está en oposición al Sol de ella; y el Urano


de ella está en cuadratura con el Sol de él.

Los significados de estos diversos intercambios deben


patentizarse en las partes siguientes; y, de hecho, todo el
que esté familiarizado con el libro de Lois H. Sargent,
How to Hand/e Your Human Relations, apreciará de in­
mediato cómo se manifestaron estos intercambios. Pero,
baste decir que la compasión y la simpatía demostradas
por las combinaciones de Venus-Neptuno no fueron sufi­
cientes para permitir que estas personas toleren la frustra­
ción emocional de las combinaciones de Venus-Saturno
y las energías esporádicas e inestables de las combinaciones
de Sol-Urano. Se divorciaron sólo unos dos años después de
casarse, aunque antes del matrimonio habían hecho vida en
común ( ¡Urano!) durante una cantidad de años.
Otro factor importante a enfocar al considerar los aspectos
de una comparación es: ¿cómo se conectan los aspectos de
una persona con las configuraciones mayores en el mapa de
otra persona? Por ejemplo, si el Ascendente de alguien activa
la cuadratura más íntima de mi mapa, en conjunción con un
planeta y en cuadratura con otro, el papel de esa persona en
mi vida -en parte, al menos- será desafiarme a tratar un
ámbito de vida que tal vez sea extremadamente problemático

260
para mí. Tal vez no me guste la frustración de tal confronta­
ción ni el dolor de ganar el autoconocimiento necesario,
pero eso no significa que la relación sea "mala" o que, en
última instancia seamos incompatibles. Pues si estoy traba­
jando conscientemente en resolver la tensión y el conflicto
indicados por ese aspecto en cuadratura, en mis momentos
más reflexivos y espirituales quizás aprecie el desafio que la
otra persona me presentó. Otro ejemplo: si Mercurio de al­
guien activa esa misma cuadratura en mi mapa, tal vez yo to­
me más consciencia de mis problemas a través del diálogo
con esa persona; y, de hecho, comunicarse con tal persona
puede ser especialmente eficaz como experiencia terapéutica,
puesto que aquélla se armoniza tan fácilmente con mis con­
flictos interiores. Otro tipo de intercambio en el que los pla­
netas de una persona se vinculan con las configuraciones
mayores de la otra persona podría ejemplificarse así: Si Ve­
nus de alguien está en trígono con uno de los planetas implí­
citos en una íntima cuadratura de mi mapa natal, esa persona
tal vez tenga la aptitud de ayudarme a armonizar la expresión
de energías que habitualmente me causan problemas. Por
tanto, ese individuo quizá tenga un efecto particularmente
apaciguante y estimulante sobre mí cuando yo procure ex­
presarme de modos que son habitualmente más bien difíci­
les. Todas las cuestiones antedichas deben tenerse presentes
cuando se analicen los aspectos entre dos mapas; pues si no
lo hacemos, la explicación de esos intercambios a menudo
será algo superficial, en vez de explorar el significado de la
relación en el nivel más profundo de la experiencia. Además,
los aspectos no se entenderán bastante como para permitir
a la persona implícita a que logre una real perspectiva fun­
cional de su relación.
En las partes siguientes, usaré el término "interaspecto" en
lugar del término más complicado "aspecto de inter-mapa"
para significar un aspecto íntimo mayor entre los planetas
de dos mapas diferentes. Oí por primera vez este término al
asistir a las excelentes pláticas sobre sinastría pronunciadas
por el señor Kenneth Negus y señora, en la Convención de
AFA de 1976. Es un término útil y conciso, y contribuye
al desarrollo de un lenguaje especializado apropiado para
todas las formas de comparaciones de mapas.

261
Los interaspectos desafiantes de Saturno

Cuando empecé a realizar comparaciones de mapas y toda­


vía me regía con las nociones tradicionales sobre los aspectos
dinámicos de Saturno que eran "malos" y presagiaban el
fracaso de una relación (y probable divorcio en el caso de un
matrimonio), no podía yo entender por qué casi toda compa­
ración de matrimonios - ¡incluidos los que duraban dece­
nios!- incluía por lo menos uno y a menudo más de estos
aspectos. Los más comunes son los interaspectos de Saturno
con Sol, Luna, Venus o Ascendente de la otra persona. Sin
embargo, luego de ver tales intercambios repetidamente en cen­
tenares de comparaciones y tras lograr una mejor comprensión
del significado esencial de Saturno y su relación con el kar­
ma, empecé a comprender de qué trataba todo esto. En un
sentido, Saturno simboliza a menudo cosas que duran, o -en
otros casos- revela un impulso de establecer una segura
estructura de vida que durará un largo lapso, aunque la expe­
riencia demuestre que no durará. La correlación de Saturno
con específicos apegos kármicos (con frecuencia rígidos ape­
gos en los que está ligada la seguridad de una o ambas per­
sonas) es también un significado apropiado de los interaspec­
tos de Saturno en las comparaciones, especialmente cuando
empezamos a ver todas las importantes relaciones en nuestra
vida como, en última instancia, de naturaleza kármica. De
ahí que, si contemplamos las relaciones serias (especialmente
los matrimonios) como estructurados ordenamientos y pro­
fundos compromisos en los que las dos personas deberán
aprender a elaborar sus aficiones, expectativas y deudas
mutuas, el significado de estos aspectos asume una dimensión
enteramente nueva. Por tanto, algunas palabras claves de es­
tos interaspectos son: seguridad, respeto, autoridad y respon­
sabilidad. Examinemos cada uno de estos términos respecto
de las relaciones y sus implicancias kármicas.
Los interaspectos de Saturno con los planetas personales
o el Ascendente se manifiestan a menudo, en el primer en­
cuentro, como un sentimiento de cautela acerca de la otra
persona. Habitualmente, la persona cuyo planeta personal o
Ascendente está implícito en el aspecto, es cauta y hasta
temerosa de entrar en una relación con la persona de Satur-

262
no, como si subconscientemente sintiera que hay algún karma
intenso que expiar con esa persona. El evitar la relación, o
incluso el intento de eludirla por completo, es, pues, muy
común en las etapas iniciales del encuentro. Sin embargo,
una vez vencida esta vacilación inicial, y tras entrar activa­
mente esa persona en la relación, a menudo hay un senti­
miento de profunda seguridad de parte de ambas personas.
Aunque no crean en la reencarnación, a menudo sienten que
ambas se conocieron antes, puesto que se sienten tan cómo­
das y seguras en su recíproca presencia. Hay con frecuencia
un sentimiento de familiaridad, incluso, en algunos casos,
como si uno se hubiera reunido con una parte de sí que
hacía tiempo que había perdido. Los vínculos de apego indi­
cados por estos aspectos son increíblemente fuertes, y a
menudo parece que uno se mantuviera en la oscuridad acerca
de las dimensiones negativas de la relación hasta que se for­
muló algún compromiso, asegurando así que las personas
estarán mutuamente atadas por un lapso a fin de que se
ocupen del karma implícito. Pero, como tan a menudo es
cierto respecto de todo lo saturnino, "el tiempo lo dirá";
y el paso del tiempo revela lentamente los niveles de la re­
lación que no fueron inmediatamente patentes, puesto que
yacen debajo del evidente sentido de seguridad. Cuando es­
tos factores de la relación se patentizan, se pone en peligro
el sentido de seguridad de ambas personas. La persona de
Saturno empieza especialmente a sentir que su seguridad
está amenazada cuando avanza el crecimiento de la otra
persona. A menudo la persona de Saturno empieza entonces
a exigir (habitualmente de modo inconsciente) que la otra
persona siga siendo la misma que en el pasado, o que, por
lo menos, se conduzca como si no hubiera tenido lugar
ningún cambio ni crecimiento. Pero lo concreto de esa
situación es que la otra persona creció y cambió durante
largo tiempo y no quiere restringirse en la vieja pauta de
vida que la persona de Saturno le quiere imponer. Estas
exigencias asumen la forma de crítica acerca de nuevos
modos de hacer las cosas, de usos de autoridad restrictivos
y aparentemente arbitrarios (pues la persona de Saturno
tiene habitualmente la autoridad en la relación), o de una
conducta simplemente defensiva y timorata. De ahí que lo

263
que otrora fuera fuente de seguridad se convierte en un hábi­
to agobiante; pues los sentimientos de seguridad se basaron
en asociaciones pasadas, recuerdos subliminales y una vieja
pauta de interacción -todo lo cual ya no es apropiado para
las realidades presentes del estado de desarrollo de cada per­
sona. El modo primero con que estos tipos de problemas
podrán ajustarse consiste, para la persona de Saturno, en
aprender cómo abstenerse de estas exigencias inducidas por
el temor, en volverse bac-ia dentro para ser más autobastante
e interiormente segura, y en usar sus tendencias disciplinarias
al trabajar consigo misma en vez de imponerlas a la otra per­
sona. De modo parecido, la otra persona puede aprender có­
mo abstenerse de expresar ciertas cosas que descubrió, por
propia experiencia, que alteran o causan ansiedad a la perso­
na de Saturno; y, de hecho, tal vez descubra que algunos
consejos o críticas basadas en autoridad que oyó de la perso­
na de Saturno son valiosas y, en última instancia, beneficiosas.
Si Saturno de alguien está en conjunción, cuadratura u
oposición a nuestros planetas personales, tal vez creamos que
este individuo tiene algo sobre nosotros. En casos extremos,
sentiremos que estamos "bajo el pulgar" de esa persona; y,
en otros casos, sentiremos temor reverente o gran respeto
hacia su autoridad. Tenderemos a contemplarla y admirarla
(al menos por un tiempo). Esto también lo experimentare­
mos si los planetas natales de alguien activan nuestra 1 Oa.
casa, pues ésa es una casa saturnina y tiene connotaciones
parecidas. En tal relación, podríamos deducir que la otra per­
sona todavía ejerce poder sobre nosotros, proveniente quizá
de una situación de una vida pasada en la que ejerció autori­
dad. En tal situación, tal vez nos sintamos responsables de la
persona saturnina y procuremos complacerla a fin de ganar
su favor. De modo parecido, la persona de Saturno tal vez se
sienta responsable de nosotros; y podrá haber un sentimiento
mutuo o unilateral de estar en deuda, una profunda sensación
de deberle algo a la otra persona. Esta sensación de estar en
deuda persiste hasta que se saldó la deuda, proceso éste que
habitualmente lleva considerable tiempo, pero que, a menu­
do, se cumple de una manera particularmente concentrada
durante importantes tránsitos de Saturno. Sin embargo, debe
señalarse que la sensación de estar en deuda es una pauta

264
psíquica, que en sí misma es un apego que genera intem1i­
nablemente karma. Por ende, sólo cuando estamos dispuestos
a desprendernos totalmente del apego a la otra persona esa
sensación podrá resolverse; y, a menudo, la época para tal
concreción es madura cuando Saturno vuelve a su lugar
natal, o cuando Saturno entra en conjunción con el Sol, el
Ascendente, la Luna, Venus o el Planeta Regente. Debe re­
calcarse también que, aunque la sensación de estar en deuda
la experimentan a menudo ambas partes, la persona con el
planeta personal o el Ascendente implícito es habitualmente
la que se siente más obligada a brindarse a la otra persona
durante un largo lapso, aunque nada reciba en retorno.
Estos intercambios son muy problemáticos en las relacio­
nes en las que se comparten importantes deberes y responsa­
bilidades, como contratos comerciales y sociedades o matri­
monio. En otras palabras, cuando procuramos cumplir claros
objetivos y administrar nuestra vida, nuestro dinero, nuestras
energías y prioridades al unísono con otra l?ersona, hay siem­
pre una necesidad de liderazgo y delegación de autoridad. Es
en tales relaciones orientadas hacia una meta que surgen más
fácil y rápidamente los conflictos sobre autoridad y poder.
Algunas de esas relaciones podrán ser extremadamente pro­
ductivas y, de hecho, muy felices, si el resto de la compara­
ción revela armonía mutua, cuidado y sensibilidad, y si las
dos personas son bastante maduras como para afrontar las
pautas negativas del pasado con objetividad y flexibilidad.
Casi toda clase de relación en la que hallemos tales interas­
pectos se caracteriza por una gran lealtad y sentido del deber
recíprocos, aunque debe admitirse que estas cualidades posi­
tivas de Saturno degeneran a veces en odio, resentimiento y
desvitalización, especialmente en el matrimonio -puesto que
la estructura de vida es probablemente la máxima prueba de
cooperación y compatibilidad que existe. (Nótese que Satur­
no está exaltado en Libra, ¡el tradicional signo del matrimo­
nio!) Descubrimos muchas amistades verdaderas entre per­
sonas que tienen estos interaspectos, en los que la lealtad y el
sentido del deber predominan sin volverse demasiado pesa­
dos y agotadores: pues en una amistad ambas personas pue­
den seguir rumbos separados cada tanto, cultivar su espacio y
estilo de vida independientes, y satisfacer sus diversas necesi-

265
dades con muchas personas diferentes. En un matrimonio,
la gente se mira con demasiada exclusividad para satisfacer
sus necesidades y deseos; lo que comienza como un sano goce
de las modalidades que sus naturalezas ensamblan, se convier­
te a menudo en un estado de dependencia insalubre y aislado.
En el mejor de los casos, en tales relaciones, la persona de
Saturno podrá usar su experiencia, su sabiduría y su autori­
dad para ayudar a la otra persona a estructurar la expresión
de sus energías y volverse más organizada y eficiente; pero
esta experiencia positiva sólo resulta si la persona de Saturno
es amorosa, paciente y complaciente.
Aunque es imposible deducir la naturaleza específica de las
relaciones de vidas pasadas sólo de los datos astrológicos
(puesto que el mapa revela primordialmente las pautas kár­
micas arquetípicas traídas del pasado en vez de precisas
correlaciones con varios roles interpersonales), parece que
las pautas así indicadas pueden clasificarse en uno de dos
grupos. Primero, los interaspectos de Saturno pueden mos­
trar simplemente una repetición de una vieja pauta de inter­
acción a la que ambas personas están todavía apegadas. O
segundo, pueden revelar que hubo una falta de claro com­
promiso o una retracción ante la responsabilidad en el pasado
y, por tanto, que las personas deben ahora compensar esa
falta de compromiso, asumiendo deberes específicos en re­
lación recíproca. En uno u otro caso, el hecho de que estos
interaspectos sean tan comunes en las comparaciones de
matrimonios nos lleva a deducir que simbolizan un com­
promiso mutuo extremadamente profundo y que la naturale­
za de este compromiso no fue en el pasado enteramente posi­
tivo ni promovedor del crecimiento. Por tanto, ahora es tiem­
po de enfrentar los resultados de nuestras acciones pasadas,
y sin formular exigencias, de trabajar para construir una
relación basada tanto en el amor como en la responsabilidad.

Los interaspectos desafiantes de Urano

Estos intercambios pueden considerarse también como


indices de dos pautas kármicas más bien diferentes: ya sea
una repetición de una vieja pauta de interacción esporádica

266
e impredecible, o bien una compensación de falta de liber­
tad en el pasado. Sin embargo, creo que estos interaspectos
son habitualmente indicativos de una repetición del mismo
ritmo espasmódico e impredecible de mutua relación que
caracterizó la asociación pasada de las personas. Hasta donde
puedo decirlo por diversas lecturas psíquicas que tuvieron
los clientes y por mis propias intuiciones, las personas que en
esta vida experimentan una repetición de una pauta pasada
caen en una de las dos categorías. La primera es el tipo de
relación en la que hubo en el pasado demasiada libertad y
demasiada impersonalidad; en algunos casos, las personas
parecen haber sido amigas pero no particularmente confia­
bles en su conducta mutua. El segundo tipo de relación
pasada evidenciada por tales aspectos es aquella en la que
las circunstancias impideron a las personas mantener una
relación coherente y estable; por ejemplo, casos en los que
las personas vivieron en épocas de guerra constante durante
la cual se separaron repetidamente. En estos casos, los indi­
viduos se vieron sólo de pasada o en momentos esporádicos;
y fue así como se acostumbraron a una escasa coherencia en
cuanto a sus expectativas, pero sí a mucha emoción siempre
que se veían. De ahí que, en esta vida, esas personas experi­
menten nuevamente esta emoción cuando se encuentran por
primera vez, y la relación tiende a desarrollarse con gran in­
tensidad y velocidad, manifestándose a veces como un matri­
monio u otro tipo de compromiso a sólo unas pocas semanas
o unos pocos meses de su encuentro inicial. Sin embargo,
ambas personas esperan que el mismo nivel de emoción se
mantenga durante todo el curso de la relación; y es así como
ambos habitualmente se fastidian al poco tiempo en que la
relación parece entrar en rutinas que difícilmente pueden
describirse como "emocionantes". Entonces, una persona,
o ambas tratan de mantener el viejo sentimiento de emoción
volviendo a poner en vigencia sus anteriores separaciones y/o
recalcando su libertad individual.
Hay siempre un pronunciado tono de libertad en cualquier
relación de esa índole, y -puesto que alguna cantidad de li­
bertad individual es necesaria en toda relación para que sea
auténtica y promueva el crecimiento- esto puede manifestar­
se como las personas que son óptimas amigas entre sí, con

267
gran medida de respeto hacia las necesidades individuales re­
cíprocas. Sin embargo, Urano es el planeta del extremismo, y
esta tendencia hacia la libertad personal se lleva a menudo a
los extremos, en cuyo caso las personas se encuentran tan li­
bres dentro de la relación que con frecuencia se preguntan
si en realidad existe relación alguna. Con algunos interaspec­
tos de Urano, el que tenga al planeta personal o Ascendente
implícitos se molestará con la insistencia de la persona de
Urano respecto de la libertad, la impersonalidad y el aisla­
miento; y la persona de Urano tal vez se rebele contra toda
restricción que la otra persona trate de imponer para limitar
esa libertad. Cuando hay una cantidad de interaspectos desa­
fiantes de Urano en la comparación, incluyendo al Urano
natal de ambas personas, el tono de impersonalidad e inde­
pendencia es probable que sea tan dominante que cada per­
sona ignore las necesidades y deseos del otro gran parte del
tiempo, lo cual llevará, en algunos casos, a que vivan juntos
físicamente pero teniendo difícilmente encuentro alguno
en cuanto a mentes y emociones. En todo caso, tiende a ser
una expresión característica del ritmo esporádico y espas­
módico de Urano: una alternancia coherente entre distancia
y proximidad en la que las personas se mantienen tan libres
una de la otra como pueden, luego se frustran con la falta de
proximidad que sobreviene como resultado de tal vida ego­
céntrica, luego se rebelan o explotan con frustración y so­
ledad, y después, finalmente, logran una vez más una proxi­
midad rápida y emocionante. Sin embargo, esta proximidad
es muy inestable; tan pronto se produce la reunión, reapare­
cen las mismas pautas y causan otra vez el ensanchamiento
de una brecha entre ambas personas. Un buen ejemplo de
este ritmo inestable y esporádico se ve en las relaciones
comunes que están siempre al borde de la separación, pero
que nunca concluyen realmente. Los tipos de matrimonio y
amoríos tan inestables con los que todos estamos familiari­
zados son ejemplos de esta vibración. Tales relaciones se
caracterizan por un tono de incertidumbre e impredictibili­
dad; y, especialmente en las primeras etapas de tal relación,
este sentimiento puede ser muy desconcertante para ambas
personas. Sin embargo, una vez que se acostumbran a ese
ritmo particular en su relación y una vez que aceptan la ne-

268
cesidad de sus separaciones periódicas (lo cual exige cierta
dosis de flexibilidad y autosuficiencia), la relación puede
durar y ser excelente. Será siempre una unión inconven­
cional, y las personas tienen que aceptarla simplemente
como es, en vez de tratar siempre de hacer que se amolde
a cualquier pauta de relación tradicional que parezca "ade­
cuada" para aquéllas. Naturalmente, si el tono uraniano de la
relación es demaiado fuerte, demostrado por demasiados in­
teraspectos uranianos, las personas serán cada vez más inde­
pendientes una de la otra y cada vez más resistentes a toda
forma de cooperación, hasta un punto tal en el que la rela­
ción, concretamente, cesará de existir.
En este tipo de relación, una persona, o ambas, tienen la
sensación de que deben eludirse cada tanto, que se asfixiarán
absolutamente si no hacen algo nuevo y emocionante por sí
mismas. Si la otra persona resiste la separación temporaria,
la tensión que ya se siente se acrecienta simplemente. En otras
palabras, si los planetas personales o el Ascendente de alguien
activan mi Urano natal fuertemente por conjunción, cuadra­
tura u oposición, la naturaleza misma de esa persona estimúla
mi necesidad de moción y cambio. Si la otra persona resiste
que yo exprese mis necesidades e impulsos uranianos, eso ac­
tiva a mi Urano cada vez más. De ahí que deba ser claro que
tales relaciones podrán medrar sólo si se le da mucho espacio
y mucha libertad a la persona uraniana (puede ser una perso­
na o ambas personas). Urano (como su signo Acuario) detesta
toda forma de celos y manejos. De modo que si estamos en
una relación con alguien cuyo Urano natal está en un aspecto
desafiante de cualquiera de nuestros planetas personales, y si
sentimos que ese alguien está más bien aburrido de nosotros,
debemos recordar que las tentativas para disuadirle de la ex­
perimentación y de la actividad independiente crearán casi
siempre más problemas aún. Si la persona puede representar
sus necesidades de libertad y cambio, entonces -por contras­
te- las viejas rutinas tal vez a su tiempo parezcan también
un cambio emocionante, generando así nuevo entusiasmo
para comprometerse en la relación que otrora se juzgara
tan aburrida.

269
Los interaspectos desafiantes de Neptuno

Bajo la categoría de "interaspectos desafiantes" nos refe­


riremos, en esta parte, primordialmente, a la cuadratura y
a la oposición, puesto que esos son los ángulos que se mani­
fiestan como los sectores más problemáticos de las compara­
ciones de mapas. Las conjunciones que incluyen a Neptuno
en las comparaciones pueden clasificarse, en la mayoría de
los casos, como aspectos fluidos, puesto que la mayor parte
de ellos (de manera parecida a los aspectos fluidos de Venus
en las comparaciones) suaviza las cosas y lima todas las aspe­
rezas de cualquier relación. Esta armonía se debe al hecho
de que los aspectos fluidos (incluido el sextil y el trígono)
son vibraciones simpáticas y compasivas que nos permiten
ponernos a tono con las necesidades y los sentimientos de la
otra persona telepáticamente. De todas las conjunciones que
incluyen a Neptuno y a un planeta personal, la única que es
comúnmente problemática es la conjunción Marte-Neptuno;
e incluso esto puede manifestarse de modos positivos en algu­
nas relaciones. Las otras conjunciones pueden ser problemáti­
cas, pero esto se debe primordialmente a un exceso de com­
pasión o, en algunos casos, a lástima. Habitualmente, las con­
junciones de Neptuno con planetas personales en las compa­
raciones simbolizan una fuerte identidad mutua con la otra
persona y, con frecuencia, un sentimiento de obligación ha­
cia ella. (A menudo, también sentimos esta obligación si los
planetas natales de otra persona activan nuestra duodécima
casa.) Hay una idealización de la otra persona en algunos ca­
sos, lo cual nos impulsa a darle sin desear ni esperar retribu­
ción. Desde el punto de vista del karma, podríamos decir que,
en realidad, a la otra persona le debemos algo de una vida
pasada, y existe un poderoso compromiso subconsciente de
retribuirle por todos los medios disponibles. De ahí que,
puesto que sentimos tan fuertemente esta obligación, ten­
damos a ser perdonadores, generosos, complacientes e increí­
blemente tolerantes con tal persona; y, a menudo, creemos
que aquélla no nos debe nada en retribución. Por ende, apren­
demos a no esperar nada de ella. Este sentimiento de obliga­
ción no es el mismo que el sentimiento de obligación que ex­
perimentamos con los interaspectos de Saturno, en los que

270
sentimos, a menudo, que tenemos que retribuir a la otra
persona. En el caso de los aspectos de Neptuno, hay dentro
de nosotros algo profundo que nos dice que queremos
devolver a esta persona algo que ella nos dio o con lo cual
nos ayudó en el pasado. No sólo necesitamos tener cuidado
de que tal sentimiento no nos lleve al resentimiento cuando
no recibimos nada en devolución o a una obsesión de deber
algo indefinible que jamás podrá devolverse, en cuyo caso la
otra persona podría empezar a usarnos a su arbitrio puesto
que siempre podría contarse con nosotros como para que ce­
diéramos a cualquier exigencia. El karma implícito en tales
relaciones es extremadamente sutil; y de ahí que no haya un
modo fácil de explicar pormenorizadamente qué podrían sig­
nificar tales aspectos en un caso particular. Simplemente,
deberíamos tomar a estos interaspectos como claves de que
tenemos algún género de atadura kármica que enfoca un
ámbito particular de la relación, pero también deberíamos
tener abiertos los ojos a fin de discriminar con claridad entre
un sentimiento real de estar en deuda y un sentimiento vago
de confusión que nos llevará a un resentimiento posterior.
Con las cuadraturas y oposiciones, los sentimientos ante­
dichos se patentizarán en algunos casos; pero más a menudo,
emerge una pauta enteramente diferente. Lo interaspectos
de cuadratura y oposición neptunianas se experimentan muy
a menudo como la necesidad que la persona neptuniana sien­
te de escapar de la influencia de la otra persona del modo
indicado (demostrado específicamente por el planeta perso­
nal implícito en Neptuno). Habitualmente, hay una poderosa
ola de confusión y desorientación que la persona neptunia­
na encuentra siempre que se enfrenta con el desafiante modo
de expresión de la otra persona. El único modo en que la per­
sona neptuniana se siente capaz de funcionar claramente y
con enfocada concentración es si puede escapar de esa ener­
gía. Por ejemplo, una vez trabajé con una editora cuyo
Mercurio está en íntima cuadratura con mi Neptuno natal.
Es una editora excelente, y siempre fuimos muy compatibles
en nuestros esfuerzos laborales comunes. Sin embargo, en
una ocasión, ensayamos escribir juntos determinados capí­
tulos, luego que ella había leído ya el material y tomado al­
gunas notas. La idea consistía en que ella me mostraría las

271
diversas partes que juzgaba necesario modificar, luego yo
las leería, y juntos decidiríamos las correcciones, la nueva
redacción, etc. Sin embargo, al trabajar tan estrechamente
con ella, descubrí que su Mercurio activaba intensamente
mi Neptuno; y, cuando me mostraba ella diversas partes del
material, yo solía perder toda la concentración y caía en un
estado de confusión cabal. Ese intento literario así efectuado
se convirtió luego en tanta frustración y pérdida de tiempo
que lo interrumpimos. Sin embargo, cuando todavía lo inten­
tábamos, descubrí que yo tenía que estar por lo menos a
tres metros de distancia de ella para salir del influjo de su
campo energético, antes de poder concentrarme bastante
sobre el material entre manos. Una vez que yo estaba fuera
del alcance de su aura, podía concentrarme de nuevo y pen­
sar en ello con claridad. De modo que, con el tiempo, descu­
brimos que el trabajo lo podíamos realizar muy eficazmente
y en alrededor de una quinta parte del tiempo, si ella simple­
mente me pasaba una lista de correcciones sugeridas y yo
seguía con éstas solo. De ahí que, con Mercurio en cuadratu­
ra a Neptuno, mi Neptuno era activado del modo antes men­
cionado; pero asimismo, la expresión mercuriana de ella se
frustraba, puesto que yo no podía entender qué estaba di­
ciendo ella, y ella se empezaba a poner muy nerviosa y ansio­
sa siempre que empezábamos la redacción.
En los interaspectos neptunianos, la clase de confusión
antes citada se manifiesta casi siempre hacia algún grado.
Ocasionalmente, es sólo una suave irritación, como en el
ejemplo anterior; pero a veces se manifiesta como mala inter­
pretación, malos entendidos mayores, e incluso como engaño.
El engaño que puede ocurrir proviene de la tendencia de la
persona neptuniana a eludir el enfrentar algo con completa
honradez. Se dejan cosas sin decir, o se dicen cosas ambigua­
mente a fin de inducir a la otra persona a suponer algo que
no es toda la verdad. La persona neptuniana quiere mante­
ner sus auto-engaños y se pone incómoda e insegura si tiene
que tratar el problema en términos concretos. Al ser vaga o
eludir la cuestión entre manos, puede parar la influencia de
la otra persona, sin comprometerse a nada. Si estos interas­
pectos neptunianos implican al Sol de la otra persona, el in­
tercambio puede ser tremendamente dominante en la relación

272
manifestándose a menudo como evasión habitual y escapismo
de parte de la persona neptuniana y como considerable frus­
tración de parte de la persona de Sol, puesto que ella no obtiene
una respuesta o un reconocimiento directos cuando expresan
autenticidad y energía creadora. La conjunción de Neptuno y
del Sol puede compartir algunas de estas cualidades, pero
habitualmente muestra también una fuerte identificación
mutua que, en ocasiones, linda con lo místico, mientras que
cada persona tiene ganas de ser una con la otra persona. A
veces, las relaciones extremadamente íntimas tienen semejan­
te aspecto, y a menudo hay una corriente poderosa -pero
muy depurada- de amor entre las dos personas. La oposi­
ción compartirá a veces esta cualidad mística, aunque los
elementos problemáticos antes mencionados casi siempre
son más bien evidentes. Pero la cuadratura es, en exceso,
el aspecto más frustrante y más proclive a producir conflictos
mayores; pues, mientras haya ocasionalmente una fuerte
identificación mutua, la relación se basa a menudo en una
idealización irrealista de la otra persona y, por tanto, la
identificación se basa con frecuencia en ilusión o prejuicio
subconscientes.

Los interaspectos desafiantes de Plutón

La naturaleza general de estos intercambios puede inferirse


fácilmente de las características de Plutón ya descriptas en ca­
pítulos anteriores. En esos capítulos, di ejemplos de la asocia­
ción de Plutón con el manejo y la absorción y también su
simbolismo de transformación potencial de un modo total y
muy positivo. Todos estos significados son, de modo pareci­
do, aplicables a los interaspectos de Plutón en las comparacio­
nes de mapas. De hecho, podemos esbozar con facilidad los
modos alternativos en que tales aspectos podrán manifestarse
porque -puesto que Plutón, como Escorpio que rige, es un
planeta de extremismo emocional- las energías tienden a
expresarse de modos más bien extremos, positiva o negativa­
mente. Sin embargo, debe recordarse que Plutón, como todo
factor astrológico, se manifiesta en términos de polaridades;
lo que en una ocasión puede ser extremadamente negativo,

273
en breve tiempo puede transformarse en un modo de expre­
sión extremadamente positivo. Y, específicamente en rela­
ción con Plutón, es imposible que conozcamos el resultado
último de varios tipos de conducta o experiencia que parezca
a primera vista muy negativo. Pues Plutón quiere siempre
penetrar en los abismos de la experiencia, zambullirse en el
meollo del significado que subyace en las apariencias super­
ficiales, y afrontar todas las modalidades de experiencia,
cruel e intensamente. Por tanto, para esbozar la esencia de
estos interaspectos, los intercambios plutonianos con planetas
personales pueden enfocarse en la manipulación o la trans­
formación. En otras palabras, la persona plutoniana podrá
hacer descender espiritualmente a la otra persona e incluso en
algunos casos ayudar a degradar a la otra persona ( o estimular
la autodegradación); o, la persona plutoniana podrá estimular
a la otra persona hacia la auto-transformación de un modo
concentrado y determinado. Esta última manifestación de­
pende totalmente, sin embargo, de que la persona plutoniana
haya manifestado algún grado de conocimiento espiritual en
su vida. Apenas podemos esperar que quien espiritualmente
todavía no despertó y está aún enteramente a merced de
compulsiones inconscientes podrá ser de mucha ayuda en el
estímulo del crecimiento espiritual de otro individuo.
El tratar de entender el significado de los interaspectos
plutonianos en cualquier comparación de mapas es siempre
difícil e implica siempre considerable suposición e intuición
o, por lo menos, algún conocimiento extremadamente pene­
trante de la interacción de dos personas; pues Plutón raras
veces funciona enteramente en la superficie de la vida, y -a
menos que conozcamos íntimamente a la gente y podamos
ser testigos de su modo de interactuar durante algún tiempo­
puede que nos sea imposible describir cómo tal aspecto se
manifiesta, excepto en términos generales. También se hace
difícil entender estos aspectos por el hecho de que el signifi­
cado de Plutón es tan complejo; si tendemos a juzgar las cosas
por sus apariencias superficiales, estamos casi seguros de eva­
luar incompletamente un intercambio de Plutón. Una razón
de que esto es cierto puede ilustrarse como sigue. Suponga­
mos que Plutón de Juan está en cuadratura con mi Mercurio;
otras personas tal vez vean a Juan como si me hiciera deseen-

274
der, influyéndome para que yo piense en cosas "prohibidas",
estudie temas que son tabú, o exprese ideas que socialmente
son impopulares y amenazantes. Por tanto, un observador
prejuicioso podría decir: "Miren cómo Juan está influyendo
sobre la mente de su amigo; ¡simplemente, está abrumando
su sentido común y su razón! ¡Qué persona asquerosa es
Juan!" Sin embargo, lo que yo experimento mediante mi aso­
ciación con Juan puede ser de gran valor para mí. Tal vez él
me esté haciendo descender a los abismos, pero quizás yo
necesite un viaje a las profundidades de la vida y de mi mente
y emociones a fin de purificarme de inútiles desperdicios psí­
quicos, de viejos temores, de actitudes fuera de moda, o de
compulsiones. De mi viaje a las profundidades, tal vez yo
vuelva a la superficie con una gran riqueza de comprensión
interior y con más valentía que antes. Aunque las motivacio­
nes de Juan sean enteramene negativas en tal relación, ¿quién
ha de decir que de esta confrontación yo no creceré? Una
vez que yo haya ganado todo de esa experiencia, ¡tal vez yo
me sienta muy cómodo diciéndole a Juan que desaparezca!
Otra razón para que uno deba ser cauteloso acerca de la
interpretación de estos aspectos es que, puesto que Plutón se
mueve tan lentamente, compartimos el mismo interaspecto
con literalmente millones de seres humanos. Por ejemplo, si
yo nací con Plutón exactamente en oposición a mi Sol, mi
Sol natal estará también en oposición al Plutón natal de toda
otra persona nacida a una cantidad de aflos de mí. ¿Esto sig­
nifica que compartiré la misma pauta básica de relación con
todos esos millones de personas? Tendría que decir que no.
El problema representado por esa oposición en mi mapa natal
es activado meramente, de modo muy intenso, por personas
de mi propia generación; pero el problema principal es mío,
no de esas personas. De ahí que cuando vea yo que un aspec­
to natal que implica a Plutón (o, hasta cierto punto, a Urano
o Neptuno) se repite en una comparación particular, habitual­
mente recalco muy poco eso y prefiero mirar otras dimensio­
nes más individualmente singulares de la relación. Sólo cuan­
do un tema plutoniano particular emerge en tal comparación,
mostrado por una cantidad de aspectos plutonianos desafian­
tes (y a veces incluyendo los planetas de una persona que
caen en la octava casa natal de la otra persona) es que yo pon-

275
go especial atención en las posibilidades simbolizadas por Plu­
tón. Y, a fin de que se las considere especialmente importan­
tes, tales combinaciones deben incluir, por lo menos, un as­
pecto que no se halle en uno ni en otro mapa natal. En com­
paraciones entre dos personas de la misma edad aproximada,
esto habitualmente significa un aspecto que implica a Plutón
de una persona y uno de los ángulos cardinales del otro
mapa. En comparaciones que implican a personas de edades
vastamente diferentes, las posibilidades de hallar tal aspecto
son mucho mayores; y, en esos casos, toda conjunción (y,
hasta cierto punto, toda cuadratura u oposición) de Plutón
de una persona y el planeta personal de la otra persona de­
ben contemplarse como tremendamente significativas en la
caracterización de la cualidad y el significado de la relación.
Sin embargo, debe recalcarse aquí que -aunque no haya aspec­
tos plutonianos importantes- un fuerte énfasis en la octava
casa de una persona o de ambas en la comparación revelará
a menudo una cualidad plutoniana en la relación. La perso­
na cuya casa está activada por los planetas natales de la otra
persona es habitualmente la que siente el impulso de manejar,
absorber, reformar o transformar a la otra persona.
En términos de karma, la única pauta que parece presentar­
se regularmente en las relaciones caracterizadas por un fuerte
tema plutoniano es la necesidad de que una persona o am­
bas personas aprendan cómo vivir independientemente y
permitan a la otra persona simplemente que sea y crezca de
cualquier modo que resulte espontáneo y natural. Pero esta
lección es difícil de aprender en tales casos porque este énfa­
sis plutoniano parece indicar que las personas compartieron
vidas pasadas de absorción recíproca, situaciones en las que
las identidades estaban muy fundidas y en las que se recalca­
ba en exceso la dependencia, la intimidad o la manipulación
mutuas. Naturalmente pensamos en algunos de estos casos
en la relación madre-hijo, pero el karma presente también
podría corresponder a ciertos otros tipos de relaciones de
vidas pasadas. Los ejemplos podrían ser experiencias de
vidas pasadas como "amantes" que casi están en deuda
recíproca, o relaciones como marido y mujer, o amo y
esclavo, en las que uno es realmente el dueño de la otra per­
sona (según las leyes de la sociedad en esa época). Otra di-

276
mens1on de este tipo de relación es el poder. En la mayoría
de los casos, una persona (habitualmente, aquella que tiene
implícito a Plutón) tiene un dominio tremendamente pode­
roso sobre la otra persona, especialmente si el Sol, la Luna o
el Ascendente está incluido con Plutón. Aunque este control
es raras veces patente, no obstante existe, y se mantiene por
el magnetismo que la otra persona siente proveniente de la
persona plutoniana. En muchos casos, a no ser que la persona
plutoniana abandone voluntariamente el poder que tiene so­
bre el otro individuo, la otra persona tal vez, a su tiempo,
halle necesario apartarse enteramente de la presencia de esta
energía perturbadora a fin de poder vivir y respirar libre­
mente.

Mapas compuestos

Puesto que en este capítulo tratamos factores que revelan


el karma incluido en relaciones específicas, debemos mencio­
nar también el lado complementario de este enfoque, a saber,
el dharma o la finalidad esencial de una interacción particu­
lar. Yo no me interesaba especialmente por los mapas com­
puestos 2 hasta hace poco, aunque había experimentado algo
con ellos. Mi falta de interés se debía al hecho de que ninguna
de las explicaciones que leyera sobre lo que se suponía que
indicaban los mapas compuestos parecía aplicarse a los mapas
compuestos con los que yo experimentara. La ausencia de
una filosofía significativa y de una estructura teórica que
iluminaran tales mapas me indujeron, por tanto, a pensar

2 Para quienes no están familiarizados con estos mapas, un mapa


compuesto está integrado por los puntos medios entre los Soles, las
Lunas, etc. de dos personas, creando así un mapa que muestra puntos
focales de expresión energética que tal vez no hayan sido dominantes
en uno u otro de los mapas individuales. Un mapa compuesto puede
interpretarse mejor recalcando el Ascendente y las casas ocupadas
como símbolos de los tipos específicos de actividades a que se dedi­
can, y quitando el énfasis de los aspectos y signos. Este enfoque de
los compuestos requiere naturalmente que ambos mapas que se usen
se basen en horas exactas de nacimiento.

277
que toda la técnica era puramente especulativa y, de hecho,
probablemente, muy carente de valor. Estas convicciones
se fortalecieron cuando puse a prueba las interpretaciones
en algunos libros que trataban sobre mapas compuestos; pues,
simplemente no encajaban con mi experiencia de ciertas
relaciones.
Sin embargo, luego me encontré con una astróloga de
nombre Judy Weinstein, que había efectuado considera­
ble trabajo con compuestos. Ella me explicó que yo debía
mirar al mapa compuesto como indicativo de la finalidad
de una relación dada. Con este nuevo enfoque en mente,
los mapas compuestos empezaron a asumir un claro signi­
ficado. Los factores que antes no tenían significado, puesto
que no describían mi experiencia de la relación como lo ha­
cen las comparaciones tradicionales de mapas, ahora parecían
tener significado. Simbolizaban claramente actividades espe­
cíficas a las que se dedican las dos personas, lo mismo que la
unidad formada por esas dos personas se expresa espontánea­
mente. Poco después, en un viaje a Seattle para pronunciar
algunas conferencias, otra astróloga, June Marsden me dijo
que también había descubierto que este enfoque de los mapas
compuestos era especialmente útil y exacto, sin tener en
cuenta lo que varios libros sobre el tema inducían a creer.
Desde entonces, mi experiencia tiende a confirmar este crite­
rio de que un compuesto revela la finalidad esencial de una
relación. De modo que, si nos encontramos con otra persona
que parece tener algún papel importante que representar en
nuestras vidas, y especialmente si el método tradicional de
comparar los mapas no ilumina bastante aquello en lo que se
basa la interacción, podríamos entonces componer un mapa
compuesto con él o con ella. Al hacerlo, quizá podamos ob­
tener una mejor perspectiva de la finalidad de la interacción
y del modo último en el que se expresarán las energías com­
binadas de las dos personas.

278
Escorpio
Escorpio
Capítulo VIII

CICLOS DE TRANSFORMACION

Primera Parte

Las Progresiones

la vida que no se examina


no es digna de ser vivida.
Sócrates

Vive la vida
como la vida se vive a si misma.
Lao Tse

Este capítulo y el siguiente sobre tránsitos examinan algu­


nos de los rasgos más importantes de estos dos métodos cog­
noscitivos de la naturaleza cíclica del crecimiento y el desa­
rrollo humanos. Si bien los tránsitos fueron tratados muy ca­
balmertte en una cantidad de libros contemporáneos, el tema
de las progresiones -aunque se lo mencione verborrágica­
mente incluso en las revistas astrológicas del mercado masi­
vo- no se tocó con la misma profundidad ni con la misma
calidad. 1 De ahí que en esta época de la evolución de un en­
foque moderno de la astrología, todavía necesitamos desarro­
llar un lenguaje que sea adecuado para entender las progresio­
nes desde un punto de vista experimental, más bien que des­
de el enfoque tradicional de ver las progresiones sólo como
índices de acontecimientos externos. Primeramente, es este
lenguaje el que quiero enfocar en este capítulo. Pero, prime-

1 The Expanded Present, de Noel Tyl, es una excepción a este aserto,


pues es un libro valioso e instructivo que no sólo esboza distintos méto­
dos de progresiones y su aplicación sino que da también un gran paso
en la expresión del significado de las progresiones específicas en un
lenguaje dinámico y experimental.

281
ro necesitamos definir qué clase de progresiones vamos a dis­
cutir, y también necesitamos diferenciar entre los significados
de tránsitos y progresiones.
Hay por lo menos, una docena de métodos diferentes de
progresiones que los astrólogos usan corrientemente, y este
mismo hecho debe impresionarnos sobre la sutileza de la ex­
periencia que algunas progresiones indican; pues si las progre­
siones correspondieran invariablemente a experiencias o acon­
tecimientos claros y observables de nuestras vidas, pensaría­
mos que sólo unos pocos métodos se usarían puesto que
habrían demostrado su validez a través de afias de prueba.
Hasta cierto punto, existe una preferencia sólo por unos po­
cos métodos particulares entre la mayoría de los astrólogos;
pero si esta preferencia surge de la mayor confiabilidad de
esos métodos o si meramente proviene del hecho de que la
mayoría de las escuelas de astrología sólo ensefian unos pocos
métodos no está enteramente claro. Pero es evidente que los
métodos de progresión que los astrólogos occidentales usan
más vastamente son: el sistema de las Progresiones Secunda­
rias (o "el método de un día por un afio") y, especialmente
en afias recientes, el método del Arco Solar. Puesto que es­
tos dos métodos son los fundamentales con los que tengo
considerable experiencia, limitaré mi explicación a esos dos
métodos solamente. Hasta donde he podido determinarlo,
las progresiones secundarias son mejores para entender los
desarrollos psicológicos y los períodos de evolución personal
y crecimiento intenso, aunque a menudo corresponden a
acontecimientos específicos y también a experiencias ma­
yores. La confiabilidad de tales progresiones (o sea, si pode­
mos saber con seguridad que una particular progresión se­
cundaria se manifestará de modo notable) es bastante buena
cuando usamos los aspectos del Sol progresado y la Luna
progresada, pero resulta más cuestionable cuando empeza­
mos a usar estas progresiones de los otros planetas. Esto
puede indicar simplemente que las personas están más
en contacto con los ciclos de crecimiento y desarrollo mos­
trados por el Sol y la Luna progresados, más bien que los
otros planetas progresados no tengan significado o valor
práctico. Por ejemplo, un aspecto exacto de Marte, Mercurio
o Venus progresado corresponderá a menudo a tendencias

282
notables de la vida individual, pero de ningún modo todas las
personas podrán identificarse o relacionarse con su significa­
do supuesto. De ahí que sea una cuestión de cuán al tanto
esté el individuo de sus cambios y dinámica interiores, pues
algunas personas afirman que pueden advertir una clara
"influencia" de casi todos los aspectos exactos de las pro­
gresiones secundarias, mientras otras sólo armonizan con los
del Sol y la Luna progresados (y quizás un aspecto progresa­
do ocasional de otro planeta).
Las progresiones de arco solar, por otro lado, parecen ser
ligeramente más confiables que las progresiones secundarias,
primordialmente debido al hecho de que la progresión del
arco solar de todos los planetas, no sólo el Sol y la Luna,
parecen tener igual poder, puesto que cada una se progresa
en la misma proporción a través del mapa. Las progresiones
de arco solar parecen indicar más coherentemente aconteci­
mientos definidos que la mayoría de las progresiones secun­
darias (la principal excepción es la conjunción de la Luna por
la progresión secundaria respecto de un planeta natal), y, por
tanto, se las ha usado cada vez más por parte .de los astrólogos
orientados hacia los acontecimientos. Sin embargo, puesto
que la primordial aplicación de las progresiones de arco solar
consiste en comprender o predecir acontecimientos y cam­
bios definidos en las circunstancias externas, estoy convenci­
do de que aquellos que principalmente se interesan por la vi­
da interior del individuo deben recalcar las progresiones se­
cundarias sobre (pero no con exclusión de) los métodos del
arco solar. Puesto que las mediciones del arco solar se basan
en los planetas que se desplazan a la misma proporción que el
Sol progresado secundario, (aproximadamente un grado por
afio de vida es una estimación a grosso modo), tienen fuerte
parecido con el método de progresiones que simplemente des­
plaza a cada planeta y cada punto importante del mapa a
exactamente un grado por año de vida. Y por tanto, la
siguiente cita de los escritos de e.E.O. Carter parecería ser de
aplicación a las progresiones de arco solar:
"Si yo abandonara todos los demás (o sea, todos los otros
métodos de progresión y "dirección"), por lo menos reten­
dría el 1 ° = la medida de un año... en mi propio caso, nun-

283
ca encontré que dejaran de funcionar... " (de Sorne Princi­
pies of Horoscopic Delineation, pág. 75).

Sin embargo, debemos tener presente que la confiabilidad


de las progresiones de arco solar es más fácil de comprobar
que la de las progresiones secundarias, pues las últimas a me­
nudo simbolizan desarrollos vitales que -aunque extremada­
mente importantes- son de tal sutileza que su significado no
siempre es inmediatamente evidente. Puesto que lo que yo
enfoco en este libro son las "dimensiones interiores" del ma­
pa natal y la experiencia personal del individuo, mis comen­
tarios sobre el significado de las progresiones específicas
son primordialmente aplicables a ls progresiones secundarias.
Y, puesto que el Sol y la Luna progresados son -de todos
los planetas progresados del sistema secundario- los más con­
fiables y los más indicativos de desarrollos interiores impor­
tantes, me concentraré en el significado de las progresiones
secundarias de los dos luminares.
Antes que avancemos con más pormenores en la interpre­
tación de las progresiones específicas, es necesario discutir
una cuestión preliminar más: a saber, la diferencia entre los
tránsitos y las progresiones, tanto en significado como en
alcance de aplicación. Lo primero que debe recalcarse es que
el aserto, repetido a menudo, de que las progresiones sólo
muestran desarrollos internos y que los tránsitos muestran
primordialmente cambios de medio ambiente y de circuns­
tancias es un intento de simplificar en exceso la situación,
ignorando muchos hechos importantes. El intento de dis­
criminar entre estas dos técnicas de este modo se basa en una
dicotomía artificial entre interior y exterior, personal y am­
biental. El mundo externo es un reflejo de nuestro karma y
de nuestra situación, y todos hemos experimentado cómo un
cambio de humor o de actitud nos puede dar una visión ente­
ramente nueva de las circunstancias externas. Una progresión
particular corresponde, a veces, a acontecimientos del mundo
externo, en otras ocasiones a cambios de nuestra consciencia,
y a menudo a ambas cosas; y lo mismo puede decirse de los
tránsitos. Como lo señalé en la Introducción, cuanto de nues­
tro karma y destino se manifiesta en el mundo externo como
circunstancias que parecen ocurrirnos a nosotros depende en

284
gran parte de nuestro nivel de autoconsciencia. En la exce­
lente introducción a su libro Planets in Transit, Robert Hand
estudia la distinción artificial entre las experiencias "inter­
nas" y "externas":

La cuestión es que lo que llamamos una descripción objeti­


va no es más que una experiencia subjetiva colectiva. Puede
existir una realidad absoluta fuera de la experiencia de
cualquier persona, pero es muy inapropiada para nuestra
vida cotidiana. Actuamos sobre nuestro universo, y recibi­
mos reacciones de él en un campo continuo de conscien­
cia. (pág. 5 ).

Hand sigue comparando con algunos pormenores las pro­


gresiones y los tránsitos, y yo insto al lector a que estudie
sus observaciones. La cita siguiente es un resumen excelente
de sus observaciones:

Un conjunto dado de símbolos astrológicos puede manifes­


tarse de muchos modos. Los tránsitos indican cómo el sim­
bolismo de nuestra vida se desarrolla en el tiempo, exacta­
mente como lo hacen las progresiones, aunque los tránsitos
dan mayores pormenores sobre corto alcance. Las progre­
siones indican una estructura más genérica en un tiempo
más prolongado. (pág. 6)

También descubrimos que los tránsitos se refieren a una


armonización más específica de la energía que puede sentirse
realmente con gran inmediatez, mientras que la mayoría de
las progresiones es índice de humores, nuevos intereses y
nuevas orientaciones de vida que habitualmente no son acom­
pafladas por un conocimiento de una diferente modalidad de
corriente energética dentro del campo energético total. Es co­
mo si los planetas, al nacer, establecieran nuestra armoniza­
ción inicial o nuestro "codicionamiento cósmico" de nuestra
pauta energética, y luego continuamos vibrando con ese rit­
mo y esa frecuencia a lo largo de nuestras vidas. Sin embargo,
los cambios en el medio ambiente cósmico (tránsitos) indican
períodos en los que vibramos (o resonamos) en armonía o en
discordancia con nuestra armonización natal básica. Un trán-

285
sito puede de hecho, alterar temporariamente nuestra pauta
energética natal, añadiendo otra vibración a nuestro modo
habitual de ser. En ocasiones, esta nueva corriente energéti­
ca simplemente terminará luego que concluya el tránsito, re­
velando que fue poco el cambio ocurrido cuando estuvo en
efecto. En otros casos, sin embargo, el individuo parecerá ha­
ber asimilado algo de esa nueva energía (que se manifiesta co­
mo un alterado enfoque de alguna dimensión de vida), y
-aunque la pauta energética natal se mantenga en general­
evidentemente ocurrió un cambio mayor en la personalidad.
Por otro lado, las progresiones revelan la periodicidad fija o
la pauta cíclica que todos atravesamos durante nuestra vida;
en otras palabras, el campo energético con que estamos armo­
nizados desde nuestro nacimiento experimenta natural y re­
gularmente periódicos cambios rítmicos desde dentro y estos
cambios son indicados por las progresiones.
Me parece que en muchas escuelas del pensamiento astroló­
gico se subraya de más las progresiones, en ocasiones hasta
con exclusión total de los tránsitos. Personalmente, no puedo
entender cómo alguien que use coherentemente los tránsitos
durante unos pocos años pueda posiblemente desechar las
intuiciones misteriosas e increíblemente útiles que un cono­
cimiento de los tránsitos puede proporcionar. Algunos astró­
logos creo que también subrayan demasiado un denominado
"mapa progresado" levantando un horóscopo sobre la base de
progresiones corrientes e interpretándolo luego en abstracto,
sin relación con el mapa natal del individuo. Junto con mu­
chos otros astrólogos, creo que todas las progresiones y todos
los tránsitos deben relacionarse con el mapa natal, puesto
que tales técnicas revelan desarrollo y evolución de las posibi­
lidades simbolizadas muy claramente por el mapa natal mis­
mo. También yo estaría de acuerdo con Carter en que los
tránsitos muestran importantes cambios de vida, más a menu­
do que las progresiones, y en ese sentido, los tránsitos son
más prácticamente útiles en el consejo astrológico diario que
las progresiones. Como escribe Carter:

En lo que concierne a la experiencia personal, creo que,


por lo menos, tres cuartas partes de los acontecimientos de
mi bastante azarosa vida podrían explicarlas adecuadamen-

286
te los tránsitos, apropiadamente entendidos. (Sorne Prin­
cipies ofHoroscopic Delineation, pág. 73 ).

Las dos últimas palabras de la cita de Carter, "apropiada­


mente entendidos", dan la clave de toda esta controversia,
pues una vez que una persona empezó a percibir la aplicación
apropiada de los tránsitos, perspectiva ésta que sólo se desa­
rrolla tras mucho estudio y mucha práctica, descubrirá que
aproximadamente el 90 por ciento de las experiencias y
lapsos importantes podrán entenderse clara y específicamente
mediante el uso de los tránsitos. En el capítulo siguiente,
incluí muchos indicadores para usar apropiadamente los trán­
sitos, que descubrí que son significativos y que sólo raras
veces se mencionan en la mayoría de los libros de texto
sobre astrología. Pero, en realidad, hay veces en las que
ningún método para entender los ciclos de la vida parece
explicar adecuadamente una experiencia particular. Tales
veces son raras, pero debemos admitir que, en ocasiones,
llaman nuestra atención si somos intelectualmente honra­
dos y, por tanto, rehusamos estirar el significado de los
ciclos que simplemente están presentes a fin de tratar de
explicar todas las experiencias de la vida. Carter se refirió
a esta cuestión, en su folleto The Seven Great Prob/ems of
Astro/ogy, ya en 1927, y sus comentarios podrían aplicarse
tanto a los tránsitos como a las progresiones:

Cuando vemos mil causas diversas que conducen a la hora


precisa en que una dirección cae debida y estrechamente
correspondiente a la naturaleza de esa dirección, tendemos
a pensar que siempre es así, y que tenemos un ejemplo
maravilloso de la unidad omni-coordinadora de la naturale­
za. Pero debemos recordar, para empezar, que las direccio­
nes (o sea, las progresiones) no siempre funcionan de este
modo maravilloso; a veces, tenemos que admitir que los
acontecimientos ocurren sin direcciones apropiadas, o,
por otro lado, las direcciones no logran actuar, o actúan
a la hora equivocada o de la manera equivocada o con más
o menos potencia de la que las normas astrológicas nos lle­
varían a anticipar. Mucht'simos sistemas han sido preconi­
zados y cada tanto aparecerán todavía nuevos sistemas, pe-

287
ro es dudoso que uno de ellos se acerque a la perfección.
La razón radica en la complejidad infinita de la vida, no
sólo con respecto al individuo, sino también a su intermi­
nable relación con los demás... Esperar perfección de cual­
quier sistema direccional es manifiestamente super-sanguí­
neo. Especialmente, esto es lo que ocurre cuando a muchas
personas las afecta un solo acontecimiento: si muere un
patrón y son afectados muchos empleados, üodos han de
tener direcciones apropiadas a su Medio Cielo al mismo
tiempo? Si esto fuera ast', entonces la perfección de la
Astrología significaría que el hombre se enredara en una
máquina rígida y matemáticamente exacta. (pág. 10).

La verdad de la aseveración de Carter debería llevarnos a


un conocimiento más claro de que la práctica de la astrología
es un arte, un arte muy depurado en el que el astrólogo es
no sólo el artista sino también el primordial conducto expre­
sivo. Otra cuestión importante, que a los estudiantes princi­
piantes de astrología les lleva habitualmente largo tiempo
aprender y que hasta muchos profesionales expertos en as­
trología no parecen entender, es que todos los procesos que
los tránsitos y las progresiones simbolizan son meramente
partes del gran proceso único: la persona individual viva. Los
ciclos y períodos de cambio indicados no son acontecimien­
tos aislados que salen del cielo. Como lo escribí en la intro­
ducción, todos son aspectos (o dimensiones) de una conscien­
cia unificada y en desarrollo (la persona individual) que fun­
ciona simultáneamente en muchos niveles diferentes del ser.
En otras palabras, en realidad no existe algo que se parezca
a una persona que, por ejemplo, tenga un Sol progresado
en cuadratura con Marte natal. No se trata de algo que poda­
mos salir a comprar en una tienda o que alguien nos pueda
dar. Es algo que nace directamente de NOSOTROS, de
nuestra naturaleza, de nuestra situación corriente en la vida,
y de nuestras posibilidades futuras. Lo que realmente ocurre
podría expresarse mejor diciendo: "NUESTRO Sol progresó
hasta un punto tal en el que activa a NUESTRO Marte".
Esto significa simplemente que nuestra identidad, nuestra
consciencia y nuestro uso de nuestra energía creadora (el
Sol) han progresado (o se han desarrollado) hasta un punto

288
tal en el que estamos listos para armonizar nuestra capaci­
dad de iniciativa y afirmación personal (Marte). De ahí que
podamos integrar más la energía marcianna en nuestra vida
consciente y crecer asimilando y controlando más esta ener­
gía de ahora en adelante.
En otras palabras, nuestra interpretación de las progresio­
nes ha de personalizarse, o sea, relacionarse con la naturaleza
fundamental del individuo (y por ende con el horóscopo
natal). Es sólo de este modo que el uso de las progresiones
(y los tránsitos) podrá ser una técnica constructiva y llena
de intuiciones en pro de un mejor entendimiento personal.
Para expresarlo de otro modo: el efecto de toda progresión o
todo tránsito depende de la naturaleza de nuestra armoniza­
ción natal con las energías implícitas en la configuración par­
ticular en consideración. Por ejemplo, un aspecto de Sol o
Luna progresados con Saturno natal puede indicar un tiempo
de profunda satisfacción y rápido crecimiento para alguien
que sintonice armónicamente (y que no resista) el principio
de Saturno. Tal vez se necesite todavía algún esfuerzo, pero
tal persona da por sentado el esfuerzo necesario y, de hecho,
obtiene de ello gran satisfacción. Si Júpiter está implícito,
aunque el aspecto progresado sea un "ángulo armónico", el
resultado de ese lapso puede ser meramente oportunidades
que se pierden o esfuerzos en vano si el individuo no está ar­
monizado con Júpiter de modo saludable y fluido. Más que
todo lo demás, las progresiones secundarias (especialmente
las del Sol y la Luna) nos dan una oportunidad para integrar
distintos aspectos de nuestra naturaleza y ser más conscientes
de nuestras energías y controlarlas mejor. De ahí que enten­
der estas progresiones podrá damos claves con las que podre­
mos tener acceso a los secretos de la transformación personal
y que nos ayuden a fluir, con el proceso de maduración, a
través del cual el tiempo nos está conduciendo.
Ya mencioné que una adecuada comprensión de los tránsi­
tos permitiría, en la mayoría de los casos, que un astrólogo
"explicara" aproximadamente el noventa por ciento de lapsos
importantes de la vida de una persona. Por tanto, podríamos
preguntar por qué es necesario que un profesional de la astro­
logía se moleste en las progresiones, especialmente puesto
que hay célebres y muy respetados astrólogos que jamás las

289
usan. Mi enfoque de todos los métodos astrológicos es que
debemos familiarizarnos con una variedad de métodos, ex­
perimentar con ellos durante un tiempo, y luego concentrar­
nos en aquellos métodos que dan los mejores resultados para
nuestros fines particulares. Personalmente, aconsejo a los es­
tudiantes que aprendan tanto el sistema de Progresión Secun­
daria como el método del Arco Solar, y que luego enfoquen
especialmente al Sol progresado ( el mismo en ambos siste­
mas) y la Luna progresada en el sistema secundario. Pues,
aunque los aspectos de Sol y Luna progresados simbolizan
sólo un pequeño porcentaje de las experiencias y lapsos
de nuestra vida importantes, los que son simbolizados son
habitualmente de extraordinaria importancia. Sin embargo,
hay también otros pocos tipos de progresiones secundarias
que vale la pena prestarles atención, y se los mencionará al
final de este capítulo.

El Sol progresado

Aunque los aspectos del Sol progresado respecto de los


planetas natales puedan interpretarse de muchos modos y
con muchas clases distintas de lenguaje, la información si­
guiente representa los modos de expresar y entender tales
aspectos que yo mismo encontré significativos y que los
clientes sin conocimiento astrológico parecen capaces de
relacionar con poca dificultad. Lo que principalmente recalco
en el uso del Sol progresado son los aspectos que aquél efec­
túa sobre los planetas o ángulos natales. A diferencia de algu­
nos astrólogos, presto poca atención a la posición de signo y
casa del Sol progresado, puesto que creo que la importancia
de estos factores a menudo se estima en exceso. Aunque
haya alguna significación respecto de la posición corriente de
signo y casa del Sol progresado, es demasiado genérica para
ser particularmente importante para la persona en situación
de consejo puesto que, en cada signo y casa, permanecerá
treinta años o algo así. Sin embargo, ciertamente presto aten­
ción a las épocas en las que el Sol progresado está cambian­
do de signos o casas, pues estos períodos de transición son a
menudo importantes y el individuo siente que son fases de

290
reorientación y de valores cambiantes. Pero, sea cual fuere
el significado de la posición del Sol progresado por signo o
casa, la persona inevitablemente se ajusta al cambio en un
sentido u otro en un año o dos y, en consecuencia, ya no es
consciente de tal factor como un foco dinámico de interés
corriente. De modo que, al usar el Sol progresado, los aspec­
tos dan valiosísima información sobre la orientación y el foco
presentes del individuo. Aunque debe recalcarse la conjun­
ción, la cuadratura y la oposición, todos los aspectos exactos
del Sol progresado respecto de los puntos natales pueden
usarse con buenos resultados, incluso hasta un punto tal de
usar aspectos "menores" como el semisextil y la semicuadra­
tura. La velocidad del Sol progresado es tan lenta que un
aspecto permanecerá dentro de los 15' (ó 1 /4 de un grado) de
exactitud durante unos seis meses. Durante tal tiempo, cuan­
do hay una interacción dinámica de dos energías potentes
durante un período extenso, es casi inevitable que un indivi­
duo empiece a tomar consciencia de algún grado de intensi­
dad interior e impulsos hacia el cambio, aunque los indicado­
res simbólicos de este desarrollo sean los denominados aspec­
tos "menores".
Los comentarios anteriores traen al recuerdo la cuestión de
qué orbes usar al interpretar los aspectos progresados del Sol.
En otras palabras, ¿cómo debemos expresar y cómo podre­
mos entender el largo probable de tiempo que un aspecto de
Sol progresado dado estará particularmente activo? Como
deben indicarlo las preferencias vastamente diferentes de va­
rios astrólogos, ésta es, en gran medida, un asunto particular,
pues algunas personas son más sensibles que otras a los cam­
bios interiores y a nuevas tendencias y vibraciones en sus vi­
das. Más material sobre esta cuestión de los orbes se hallará
en el capítulo siguiente, pero yo personalmente uso orbes mu­
cho más pequeños para el Sol progresado que el orbe de 1 °
que se recomienda a menudo. Si usamos un orbe de 1 apli­°
cándolo al (y separándolo del) ángulo exacto, entonces un
aspecto de Sol progresado se sentiría durante dos años. Aun­
que esto se aplica a veces, en mi experiencia no es habitual­
mente el caso, puesto que la mayoría está demasiado ocupa­
da para prestar atención a cualquier cambio importante
hasta que éste fuerza su consciencia con un grado de inten-
291
sidad que no puede ignorarse. Prefiero dar un orbe máximo
de 30' ( ó 1 /2 grado) en la aplicación y de 15' ( ó 1 / 4 de gra­
do) en la separación. Esto indica meramente que la mayoría
no empezará a sentir fuertemente los efectos de un íntimo
aspecto de Sol progresado hasta seis meses o menos antes de
que se forme el aspecto exacto. Y entonces, una vez que el
aspecto exacto empieza a separarse, la inmediatez de la ex­
periencia indicada se empieza a extinguir habitualmente más
bien con rapidez (a menudo a los tres meses), aunque a esa
persona le lleve más tiempo asimilar completamente su signi­
ficación. Por lo que he visto, la mayoría parece atravesar la
experiencia indicada por un aspecto de Sol progresado en
un lapso de seis meses o menos. Es durante ese tiempo que,
en sus vidas, predominará la fase más intensa de la experiencia.
El significado de los aspectos del Sol progresado podrá en­
tenderse mejor definiendo el principio astrológico representa­
do tanto por el Sol como por Leo de las "ganas de ser, deve­
nir y expresarnos". Si podemos ver al Sol progresado bajo es­
ta luz, podremos entonces describir todos los aspectos de
Sol progresado como indicativos de períodos en los que asi­
milamos nuevas cualidades del ser y desarrollamos nuevas mo­
dalidades de expresión personal. Cuando el Sol progresado as­
pecta a otros planetas, tenemos la oportunidad de sintonizar­
nos más conscientemente con las posibilidades que esos pla­
netas demuestran y de esa manera aprender qué significan
esos símbolos en nuestras vidas de un modo muy personal y
específico. Tan sólo para aclarar lo que yo quiero decir con
"asimilamos nuevas cualidades del ser", echemos un vistazo
al signo de Leo y examinemos cómo funciona esa energía.
Una persona de Leo dice, en efecto, "Yo seré algo", y luego
Leo procede a convertirse en todo lo que imagina. Esa per­
sona representa íntegramente el papel que quiere llegar a ser.
El hecho de que ahora no sea lo que quiere llegar a ser de
ningún modo es obstáculo para ella� simplemente, empieza
a serlo representándolo. Y de este modo demuestra uno de
los secretos de la autotransformación. Hay otros modos de
que cambiemos, pero Leo demuestra el modo de operar del
principio del Sol. Para relacionar este concepto con el Sol
progresado: cuando el Sol progresado aspecta a un planeta
natal, nos volvemos más semejantes a la naturaleza de ese

292
planeta. Tal aspecto muestra un período de llegar a ser
más de lo que éramos antes. Y este proceso de llegar a ser
ocurre ya sea que la persona sea consciente de él o no.
En realidad, podríamos decir que tanto el Sol como Leo re­
presentan las ganas de ser más de lo que somos, la voluntad
de agrandarnos y completarnos más de lo que somos ahora.
De ahí que si vemos al Sol esencialmente como un símbolo
del llegar a ser, entonces cada uno de los aspectos exactos del
Sol progresado indica un lapso en el que estaremos metidos
activamente en un desarrollo y un crecimiento rápidos;
toda nuestra personalidad puede cambiar durante tal perío­
do, y el alcance de nuestra expresión con el que nos senti­
mos cómodos podrá expandirse considerablemente en tal
época.
Unos pocos ejemplos de mis archivos deben ayudar a ex­
plicar este enfoque de los aspectos del Sol progresado:
Sol progresado en conjunción con Marte (varón, 25 años):
empezó a entrar en contacto con su masculinidad, fuerza
personal y poder. Empezaron a tener cada vez menos poder
sobre él los temores e inhibiciones (mostrados por una cua­
dratura natal de Saturno a Marte) que antes le impedían ir en
pos de lo que quería; y, de hecho, éste fue un período de
gran crecimiento en cuanto a confianza y valentía. Jamás vol­
vió al viejo modo timorato y dubitativo de actuar y hablar,
pues pareció haber asimilado plenamente una fuerte dosis de
energía marciana. Llegó a ser más parecido a la naturaleza de
Marte: más vigoroso, agresivo, intrépido e inclinado a iniciar
nuevos proyectos y actividades, comprendidos aquellos que
incluían considerable riesgo. Fue un período de radical
transformación personal.
Sol progresado en conjunción con Venus (mujer, 48 años):
nunca se había casado y casi carecía de experiencia en el
amor y las relaciones sexuales; empezó durante esta época a des­
pertar esta parte descuidada de su naturaleza. Tuvo relaciones
sexuales con dos hombres distintos, aunque las relaciones no
duraron mucho y la perturbaron numerosos conflictos acerca
de sus acciones y deseos, fue un período de crecimiento tre­
mendo puesto que llegó a estar más en contacto con sus nece­
sidades, aptitudes y deseos venusinos, lo cual le dio más con­
fianza en su feminidad y atractivo, y la franqueó a la dimen-

293
sión íntegra de la experiencia simbolizada por Venus. Duran­
te esta época, llegó a ser más venusina: con una sensibilidad
acrecentada y una mayor profundiad emocional.
Sol progresado en cuadratura a Júpiter (varón, 19 años):
éste fue un período de gran expansión, mejoramiento perso­
nal y aventura. En esta época empezó a experimentar nuevos
estilos de vida, ideas, ideales y modos de relacionarse que le
abrieron muchas puertas de un conocimiento personal ma­
yor. Fue un período de "hallarse a sí mismo" y de llegar a
ser más confiado, más feliz y más independiente. También
descubrió en esta época nuevos intereses religiosos, puesto
que, por primera vez, tuvo acceso a las doctrinas orientales
sobre la reencarnación y la filosofía taoísta. Tamibién estu­
vo presente la protección financiera, puesto que le dieron un
auto y un estipendio mensual para el colegio.
Sol progresado en conjunción con Neptuno (mujer, 26
años): marcó un período de llegar a ser más idealista y de
tratar realmente de vivir según esos ideales. Hubo un des­
pertar espiritual y un conocimiento acrecentado de muchos
factores sutiles e intangibles de su vida que antes ignorara.
El comienzo de este período estuvo marcado por su abando­
no del trabajo y su retiro del mundo durante unos tres meses,
tiempo durante el cual empezó a desarrollar un plan para su
futuro que sería más satisfactorio e inspirador que su estilo
de vida anterior. Durante esta progresión, empezó a intere­
sarse por una carrera en el campo de la medicina, que desde
entonces continuó durante muchos años y encuentra extre­
madamente satisfactoria. Asimismo, llegó a ser más neptu­
niana durante esta época en el sentido de que se franqueó
más a factores espirituales como el karma, el destino, etc.
Sol progresado en conjunción con Urano (varón, 27
años): marcó un período de grandes cambios tanto en su
vida externa como en su sentido interior de finalidad e
individualidad. Al comienzo de este período, se mudó a
otro estado a fin de seguir una ambición radicalmente nueva:
diplomarse en música (aunque su título de bachiller era en
psicología). Luego, tras sólo unos pocos meses en su nueva
ubicación, su inquietud le impulsó a abandonar ese curso y
volver a su residencia anterior a fin de seguir astrología y
consultoría, para él otro enfoque radicalmente nuevo pues-

294
to que antes no había hecho consultoría y sólo de modo
periódico había andado en astrología. Llegó a ser más ura­
niano, como lo evidenciaron no sólo los numerosos cambios
en su vida externa sino también su interés tremendamente
acrecentado por la astrología.
Sol progresado en cuadratura a Plutón (varón, 30 afios):
un período de dejar atrás lo viejo, de comprender que ya no
era una persona "joven" cuyos valores y orientaciones sur­
gían de sus experiencias en el colegio. Fue un período de asi­
milación del hecho que el pasado se había ido sin remedio, y
también que el enfoque compulsivo y mecánico que él tenía
respecto de muchas situaciones de la vida ya no era satisfacto­
rio ni siquiera interesante. Este período coincidió con una en­
fermedad de tres semanas que anunció un renacimiento
mayor puesto que, una vez recuperado, terminó por comple­
to con todas las actividades laborales con que se ganara la
vida durante una cantidad de afios, despejando así el camino
para empezar una carrera enteramente nueva. Pues durante la
enfermedad comprendió que absolutamente no podía conti­
nuar las actividades sin sentido ni inspiración, correspondien­
tes al pasado. Llegó a ser, para esta época, plutoniano, siendo
más cruel ( ¡de modo positivo!) en su método de conducir
su vida, y concentrándose mucho más acerca de sus metas.
Sol progresado en cuadratura a Saturno (varón, 25 afios):
un período en el que llegó a ser mucho más conservador en
sus criterios y valores. Durante este período, asimiló muchas
cualidades saturninas, algunas de las cuales fueron afrontadas
a través de sus tratos con un profesor más viejo con quien tu­
vo conflictos. Sintió la necesidad de retirarse de su trabajo y
seguir un curso universitario de unas cinco semanas a fin de
evaluar si debía continuar con las que otrora fueron sus
principales ambiciones. Una vez que pasó este período, se
resignó a muchas realidades prácticas por primera vez en su
vida, y llegó a ser mucho más saturnino, con acrecentada pa­
ciencia y mayor aceptación de los integrantes más viejos del
"sistema".
Los ejemplos antedichos deberían dar al lector una fami­
liarización suficiente con este enfoque de los aspectos del
Sol progresado que le permitieran poner a prueba este méto­
do en la práctica real. Entonces podremos ver si su énfasis

295
sobre el crecimiento psicológico es apropiado para la clase
de trabajo astrológico que estamos haciendo. Aunque los
aspectos "menores" del Sol progresado y sus trígonos y
sextiles no siempre indican mayores desarrollos psicológicos,
no obstante vale la pena prestarles atención. Pero siempre
podremos saber por adelantado que una conjunción, una
cuadratura o una oposición del Sol progresado marcarán
una fase mayor de autotransformación y potencialmente
una época en la que la persona pueda integrar consciente­
mente una parte destacada de su naturaleza. Si la persona
está armonizada con las dimensiones más sutiles de las ex­
periencias cotidianas, tal vez tome consciencia de que se
está activando una mayor pauta kármica, introduciéndola
en la luz de la consciencia. Para quienes no están tan sensi­
bilizados al progreso de su vida interior, estos períodos em­
pezarán a menudo con algún acontecimiento o experiencia
mayor que, por así decirlo, los obliga a tratar una parte
particular de ellos mismos. E inician una fase del desarrollo
de la personalidad y una acrecentada madurez que cons­
cientemente no hubieran juzgado necesarias.

La Luna progresada

La Luna progresada por progresiones secundarias es una


herramienta especialmente valiosa, puesto que su velocidad
relativamente rápida hace posible usar no sólo los aspectos
concernientes a los puntos natales sino también la posición
de casa que ocupa como lineamientos interpretativos. Ade­
más el lapso del ciclo completo de la Luna progresada a
través del mapa de un individuo (aproximadamente 27-28
afl.os) sirve de complemento perfecto del ciclo de Saturno en
tránsito (28 y 1/2 - 30 afl.os). La posición de casa de la Luna
progresada indica, entre otras cosas, que estamos tomando
consciencia de ese ámbito de nuestra vida y de ese campo de
experiencia; nos sentiremos atraídos hacia aquello y nuestras
mentes tienden a entretenerse en esos asuntos casi constan­
temente.2 Por contraste, la posición de casa de Saturno en
2 Nótese que la Luna simboliza a la "mente" en la astrología hindú, o

296
tránsito, como se la describe en el capítulo V, representa es­
pecíficamente un ámbito de vida y de expresión en el que es­
tamos trabajando conscientemente o que las circunstancias
nos están obligando a esforzarnos al respecto. La posición de
casa de la Luna progresada puede indicar también algo de lo
que sigue:
a) que tienden a patentizarse viejas pautas de respuesta y acti­
tudes subconscientes (karma de vidas pasadas) hacia ese
ámbito de vida.
b)que se concentrará mucha atención en ese ámbito de expe­
riencia durante todo el tiempo que la Luna esté en esa
casa.
e) que intereses cambiantes se patentizarán cuando la Luna
progresada cambie de casas (y especialmente cuando aspee­
te a varios planetas natales).
ch) que nuevos contactos, encuentros o relaciones también
tenderán a ocurrir cuando la Luna cambie de casas o cuan­
do aspecte estrechamente a los planetas natales.
d) que nuestra disposición anímica total será simbolizada por
la posición de casa de la Luna progresada, y por tantoque de­
finidos desarrollos psicológicos tienden a ocurrir cuando asi­
milamos esta nueva experiencia. (Nótese que la Luna se re­
laciona estrechamente con la nutrición, la alimentación, el
cuidado materno, y, de esta manera, con la asimilación del
sustento; de ahíque podríamos decir que nos alimentamos
en ese ámbito de experiencia durante la época en la que la
Luna está en cierta casa.)
e) que en algunos casos la posición de la Luna progresada
muestra, como lo expresan muchos autores, las circunstan-

sea, la corriente constante de pensamientos, sentimientos, impresiones,


disposiciones de ánimo, imágenes, necesidades y recuerdos que caracte­
rizan nuestro "estado mental" general. Diferenciada de este tipo de
"mente" es la mente consciente y racional simbolizada por Mercurio,
que en realidad es sólo una facultad particular de la mente consciente
sola. Por tanto, es incorrecto atribuir la palabra clave de "mente" a
Mercurio, aunque no se niegue que la función de Mercurio es en reali­
dad totalmente mental.

297
cias y el medio ambiente cotidianos; pero en casi todos los
casos revela lo que está preocupando a nuestra mente.
O que la posición de casa de la Luna progresada muestra adón­
de van nuestras energías vitales, hacia qué campo de la ex­
periencia y tipos de intereses somos atraídos, y hacia qué
ámbito de nuestra vida somos particularmente afectos y
sensibles.

Cuando la Luna progresada (lo mismo que Saturno en trán­


sito) está en una casa angular, tiende a corresponder a un pe­
ríodo de actividad marcada, cuando está en una casa suceden­
te con una época de consolidación y construcción o búsqueda
de seguridad, y cuando está en una casa cadente con muchas
experiencias nuevas y muchos conocimientos nuevos, prove­
nientes, a veces, de viajes o tareas educativas. El movimiento
de la Luna progresada (y hasta cierto punto esto es también
aplicable a los tránsitos tanto de Saturno como de Júpiter)
puede explicarse más clasificando las casas según los elemen­
tos de los signos con los que se correlacionan:
Paso a través de las casas de aire (III, VII y XI): estimula la
planificación, las ideas nuevas, las relaciones nuevas, el inter­
cambio de ideas, y la obtención de una perspectiva desapega­
da de las cosas.
Paso a través de las casas de fuego (1, V y IX): estimula
fuertes deseos de acción y compromisos en cosas que hare­
mos o crearemos, o a las que aspiraremos. Fuertes compromi­
os con el mundo externo.
Paso a través de las casas de agua (IV, VIII y XII): estimula
la reflexión, necesidad de retirarse del mundo externo, y
aprendizaje profundo. Puede ser un período de marcado cre­
cimiento espiritual y acrecentada sensibilidad psíquica.
Paso a través de las casas de tierra (II, VI y X): estimula un
conocimiento de necesidades y asuntos inmediatos relativos a
trabajo, deberes prácticos y, en general, cómo encajar en el
mundo externo. En ocasiones mostrará también períodos en
los que se debe soportar cargas o pagar un karma específico
mediante arduo esfuerzo.
Debe notarse que la posición de la Luna progresada en una
casa de fuego o aire indica habitualmente un humor más
alegre en general, en la vida cotidiana que si la Luna estuviera

298
en una casa de tierra o agua. De hecho, a menudo es sorpren­
dente cuán notable es el cambio de humor cuando la Luna
progresada de alguien cambia de casas. Las energías vitales
parecen correr más libre y espontáneamente cuando la Luna
progresada está en una casa de fuego o aire, mientras parecen
estar abatidas o inhibidas cuando están en una casa de agua o
tierra. Por ejemplo, supongamos que una persona que tuvo a
la Luna progresada en la octava casa durante dos aftos y me­
dio está experimentando ahora la entrada de la Luna en la
9a. casa. Toda la conducta de esa persona es probable que
cambie, de un humor pesado, intenso e introspectivo a un
humor optimista, aventurero e incluso juguetón.
Como se menciona en el Capítulo V, otro factor apropia­
do para el uso de la posición de casa de la Luna progresada
es el fenómeno común de un acontecimiento o experiencia
decisivos que tienen lugar precisamente antes de que la Lu­
na esté a punto de abandonar cierta casa y de entrar en la
siguiente. Y o no sugeriría que tal transición de la Luna des­
de una casa a la otra se correlacionará siempre con una ex­
periencia importante y definida, sino que -usando el sistema
Koch de casas- he visto tan a menudo que eso ocurre precisa­
mente cuando la Luna llega a entrar en los seis u ocho grados
de la siguiente cúspide, que siempre estuve alerta hacia esa
posibilidad. El viaje de la Luna progresada a través de cual­
quier casa dada puede describirse como sigue, y esta pauta
se aplica también al tránsito de Saturno a través de cualquier
casa: Cuando un planeta está al comienzo de una casa, a
menudo tenemos que "tomar decisiones" o, por lo menos,
llegar a comprender más conscientemente una nueva direc­
ción de nuestra energía y nuestro crecimiento; cuando está
al final de una casa, se manifiestan, a menudo muy clara y
concretamente, los resultados de nuestros planes y esfuer­
zos (lo mismo que la pauta de nuestro karma en ese ámbito
de vida). Es como si las posibilidades que al principio sólo
eran abstractas -sólo vivas en el nivel de las ideas y las ima­
ginaciones- se catalizaran en forma específica. Y, una vez
que ocurrió esto, a menudo descubrimos que todo el ámbito
de vida mostrado por esa casa se estableció más y que ahora
se siente más cómodo y familiar para la persona.
Hay otro paralelo también entre Saturno en tránsito y la

299
Luna progresada: a saber, el regreso de cada uno a su lugar
natal entre los 27 y los 30 años de edad. Mientras el regreso
de Saturno se ocupa de la aceptación de nuestro destino, es­
pecialmente en relación con el mundo exterior, el regreso de
la Luna progresada es un asunto más íntimo y subjetivo. Algo
parecido al regreso periódico de Saturno, es época de apren­
der a aceptarnos corno realmente somos y aceptar nuestras
necesidades y sentimientos interiores corno reales y vitales.
Pero quizá la implicancia más importante del regreso de la
Luna progresada sea que nos da la oportunidad de estar final­
mente cómodos con nosotros mismos. Las presiones paternas,
sociales, religiosas y educativas se combinaron todas para vol­
vernos inseguros sobre quiénes somos y, realmente, indeci­
sos sobre si siquiera está muy bien que seamos lo que somos.
Por tanto, la mayoría de nosotros desarrollarnos desconfianza
respecto de partes de nosotros mismos, y a menudo nos senti­
rnos vagamente incómodos con las partes de nuestra naturale­
za que no recibieron el sello aprobatorio de alguna fuente de
autoridad. Pero, cuando la Luna progresada regresa, podernos
empezar a dejar detrás nuestras inseguridades infantiles y a
afianzarnos en ser lo que llegarnos a saber que somos, sin
culpa, sin tensión, sin tímida torpeza. El signo y los aspectos
de la Luna natal son importantes de notar a este respecto;
pues el signo natal de la Luna muestra ciertas cualidades que
podernos empezar ahora a expresar más libremente, y sus
aspectos revelan el grado de tensión que ahora puede liberar­
se y transformarse en energía constructiva y creadora.

La Luna progresada a través de las casas

En vez de repetir los significados tradicionales de las diver­


sas casas o de intentar describir todas las manifestaciones posi­
bles de la Luna progresada en cierta casa, en esta breve parte
quiero simplemente esbozar unas pocas tendencias generales
que parece experimentar muy a menudo toda clase de in­
dividuos.

Casa 1: el comienzo de un ciclo nuevo, cuando las personas


a menudo creen que están "ingresando en lo que les es

300
propio" luego que toda clase de facteres que escapaban a
su control se los impidió (especialmente cuando la Luna
estaba en la 12a. casa). Se patentiza más independencia y
confianza, y nos relacionamos con el mundo externo y
experimentamos la vida en general con más inmediatez
y espontaneidad. ¡Puede haber un sentimiento de libe­
ración!

Casa 11: establecimiento de un ritmo de trabajo, en ganarse


la vida y planificarla con más coherencia. Se echan los ci­
mientos de muchas clases de seguridad (especialmente la
material), sobre la base de valores más profundos y prác­
ticos.

Casa 111: somos sensibles a los demás espontáneamente, pues


tomamos consciencia de que podemos aprender de otro. A
menudo, hay una nueva apertura y un fuerte deseo de te­
ner una vasta variedad de experiencias, lo mismo que el co­
nocimiento de que necesitamos aprender para ser más
versátiles.

Casa IV: tomamos consciencia del final de un ciclo y las agi­


taciones de uno nuevo. Epoca de retiro, preparación, tal
vez de quedarse en casa más que antes. Casi siempre una
época reflexiva en la que necesitamos intimidad y alguna
clase de "vientre" social, doméstico o familiar en el que
nuevas partes de nuestra personalidad se incuben y desa­
rrollen en una atmósfera protectora.

Casa V: más confianza y exuberancia. Al percibir nuestras


aptitudes más exactamente y al comprender más claramen­
te nuestras posibilidades de triunfo y creatividad, empeza­
mos a afrontar riesgos al expresarnos y al satisfacer nues­
tras necesidades de reconocimiento, amor y goce. Epoca de
que "tomemos medidas" para ver cuánto podremos real­
mente realizar si tenemos y nos damos la oportunidad.

Casa VI: purificación de nuestra personalidad. Podrá dar nue­


vo significado a nuestra vida mediante análisis personal,
ocuparnos de nuestro estado de salud, o establecernos en

301
una senda disciplinada de desarrollo personal o discipula­
do. A veces nos retrasa físicamente para instamos a que
volvamos a evaluarnos y mejoramos. A veces es un poco
deprimente, cuando advertimos todo lo que anda mal en
nosotros. Durante esta época, la felicidad proviene princi­
palmente del trabajo dedicado y del servicio que podrá
absorber nuestra energía mental.

Casa VII: sensación de que nos atraen vigorosamente hacia


la participación y el compañerismo. Más energía ingresa
en las relaciones individuales o en los tratos con el públi­
co (o ambas cosas). Nuevas relaciones comienzan y termi­
nan las viejas, especialmente cuando la Luna avanza hacia
el final de la casa. Más proclividad hacia compromisos so­
ciales de toda clase.

Casa VIII: profunda orientación hacia todos los sucesos de la


vida. Para muchas personas, una de las épocas más pesadas
y profundas de sus vidas. Son comunes los intereses de or­
den ocultista, metafísico y espiritual, cuando hay preocu­
pación por la polaridad negativa y sus manifestaciones: co­
dicia, egotismo, tacafiería, y todo lo cual causa a menudo
fuertes conflictos interiores y sufrimiento. En el mejor de
los casos, época de depuración personal y de búsqueda de
valores más profundos, habiendo roto con bastantes ta­
búes, tras haber visto como superficiales y vacíos nuestros
viejos valores condicionados por lo social. A menudo tene­
mos la sensación de estar en un purgatorio.

Casa IX: orientación hacia la expansión de nuestros horizon­


tes, hacia el conocimiento de cuál es, en última instancia,
nuestra personalidad verdadera, en desarrollo y mejora­
miento, y hacia la búsqueda de un modo claro e idealista
de vida o de un conjunto de creencias. Para quienes están
buscando, éste es un período de búsqueda e indagación in­
cesante. Para quienes creen haber encontrado algo, ésta es,
a menudo, una época de compartir eso con los demás me­
diante conversaciones, pláticas, publicidad, etc. Viajes de
vastos alcances, en lo interno o en lo externo, son un fuer­
te impulso.

302
Casa X: ambiciosa orientación, pensamiento constante sobre
el logro de algo o sobre el trabajo en pos de algo. Enfoque
impersonal de la vida, en el que los demás encajan con
nuestros objetivos prácticos o no encajan para nada en
nuestra vida. Fuertes deseos de lograr algo o darnos cabida
en el mundo. Con más frecuencia, esto indica un pico en
el esfuerzo en pos del logro que el hecho de realmente al­
canzarlo (como lo indican muchos libros), especialmente
para personas de menos de 35 años.
Casa XI: desarrollo de un creciente sentido del compromiso
social, de la responsabilidad social, y del deber, donde
comprendemos nuestra finalidad en relación con muchos
otros seres humanos (o sea, cómo encajamos en sus vidas y
qué necesidades de ellos satisfacemos). A menudo, sensibi­
lidad hacia nuestra popularidad o falta de ésta, y a ser
aceptados por los demás. Puede ser época de servicio para
muchas personas, derramando a veces nuestro conocimien­
to sobre ellas.
Casa XII: época importante en la que nos sentimos volcados
sobre nosotros mismos y lanzados a la deriva desde todas
las viejas amarras que otrora dieran orden y significado a
nuestra vida. Puede ser tiempo de soledad (debido a las cir­
cunstancias o a nuestra necesidad interior de retiramos del
mundo). Epoca en la que ocurre todo lo que puede ocurrir,
dejándonos sólo con la esencia y el significado espiritual de
experiencias pasadas.

La posición del signo de la Luna progresada debe recibir


también alguna consideración en todo mapa, aunque, según
mi experiencia, raras veces simboliza algo extraordinariamen­
te importante si se lo considera separadamente de la posición
de casa de la Luna. Sin embargo, puesto que un mapa natal es
una totalidad integrada, el modo ideal de analizar el significa­
do de la Luna progresada es combinar las cualidades del signo
con el significado característico de su particular ubicación de
casa. Algunos astrólogos me han dicho que parecen atraer y
a menudo abarcan a personas que generalmente son descrip­
tas por la corriente posición de signo de la Luna progresada.

303
No he notado que eso ocurra invariablemente, pero he visto
bastantes casos de esta índole de tendencia que hacen que se­
mejante idea sea digna de un estudio futuro.

Los aspectos de la Luna progresada

Los importantísimos aspectos formados por la Luna cuan­


do progresa a través de cualquier mapa, como ya se mencio­
nó, son la conjunción, la cuadratura y la oposición. En la ma­
yoría de los casos, cuando la Luna hace estos aspectos a los
planetas natales, habrá un desarrollo o una experiencia per­
ceptible, aunque hay excepciones ocasionales. Sin embargo,
según mi experiencia, las conjunciones de la Luna progresada
nunca dejaron de correlacionarnos con acontecimientos, ex­
periencias o conocimientos significativos y notables; de modo
que considero que la conjunción es, en gran medida, el aspec­
to más poderoso y confiable, al que le sigue en orden la opo­
sición y luego la cuadratura. Además, es útil advertir todo
otro aspecto exacto hecho por la Luna progresada (incluido
hasta el sextil y el quincuncio ), pues, si bien tales aspectos no
corresponden regularmente a desarrollos importantes, tam­
bién se los verá "actuar" decisivamente en algunos casos. Por
ejemplo, yo me casé cuando la Luna progresada estaba en
sextil con mi Venus exacto al minuto, aunque para entonces
yo nada sabía de las progresiones; y de hecho fue el único in­
dicador de un matrimonio posible que incluso estaba próxi­
mo a ese tiempo exacto. Pero en total, creo que tan sólo en­
focar las conjunciones, las cuadraturas y las oposiciones de la
Luna progresada puede dar al profesional más datos útiles
que pueden derivarse de esta técnica de las progresiones. La
Luna progresada es tan significativa no sólo porque, a menu­
do, se correlaciona con cambios interiores sino también por­
que sus aspectos marcan tan frecuentemente importantes
acontecimientos externos: encuentros con nuevas personas
que serán importantes en nuestra vida en algún tiempo futu­
ro; nuevos intereses y actividades que se desarrollarán en el
futuro; e importantes transiciones, viajes y decisiones. De he­
cho, los aspectos de la Luna progresada se manifestarán como
claros acontecimientos externos, incluso en un porcentaje

304
mayor de tiempo que los aspectos del Sol progresado. Es co­
mo si la Luna progresada simbolizara la aguja de un reloj que
indica acontecimientos y situaciones kármicos que necesi­
tamos encontrar en el mundo externo. Tales acontecimien­
tos importantes de ningún modo serán simbolizados por los
aspectos de la Luna progresada; pero los aspectos más pode­
rosos de la Luna progresada simbolizan, a menudo, aconteci­
mientos o experiencias importantes que los demás métodos
no muestran.
El uso de un orbe rígido de un grado o dos para estos as­
pectos no es casi tan útil como utilizar un orbe de tiempo.
Como guía general, recomiendo el uso de un máximo de un
orbe de un mes (antes y después del aspecto exacto), tiem­
po durante el cual puede manifestarse la situación potencial
indicada. Este parece ser el enfoque exacto, según mi expe­
riencia; y la razón de ser de esto es, simplemente, que muchas
progresiones (y también tránsitos) no parecen "actuar" hasta
que la Luna en tránsito los desconecta. De ahí que, usando
un orbe de un mes, habrá dos tiempos diferentes en los que la
Luna en tránsito entra en conjunción con cada punto implíci­
to en el aspecto progresado. Mi visión global del tiempo de
duración del poder de la Luna progresada confirma la obser­
vación de e.E.O. Carter. Este dice que los aspectos lunares
progresados actúan habitualmente durante un mes más o
menos, a no ser que haya conjunción u oposición, a lo cual él
llama "los contactos más potentes" y que, según él dice, pue­
den actuar ocasionalmente durante un período algo más
prolongado.

Otras progresiones importantes

Las otras progresiones que sólo quiero mencionar en este


capítulo son las que incluyen uno de los cuatro ángulos del
mapa. Estas son de dos tipos, y ambas se correlacionan a
menudo con cambios principales de la vida. Pueden descri­
birse así:

l ) Aspectos formados por el Ascendente o Medio Cielo pro­


gresado respecto a los planetas natales, que por tanto, si-

305
multáneamente, abarcan también al Descendente progresa­
do o lmum Coeli.
2) Aspectos formados por un planeta progresado cuando en­
tra en conjunción con los ángulos del mapa natal.

La primera clasificación de los aspectos progresados puede


parecer confusa para los estudiantes de astrología, puesto
que hay tantos modos de progresar el Medio Cielo o el As­
cendente. Siempre aconsejo a los estudiantes primerizos que
simplemente usen el método del Arco Solar de progresar es­
tos puntos, o sea, tan sólo sumando al Ascendente natal o
Medio Cielo los grados y minutos totales de longitud que el
Sol progresado atravesó. El otro método más común de pro­
gresar el Ascendente es contemplar al Medio Cielo (como
progresado por el método del Arco Solar), en una tabla de
casas y hallar el Ascendente que corresponde a nuestra latitud
dada. En su libro Some Principies of Horoscopic Delineation,
e.E.O. Carter pone gran énfasis en estos tipos de progre­
siones:

Los aspectos formados por el ascendente y el medio cielo


progresados... se conocen entre los más potentes de todos
los indices estelares, produciendo, casi invariablemente,
acontecimientos de carácter que cubre épocas. Los aspec­
tos del Sol progresado son los únicos que pueden compe­
tir con esta clase respecto a importancia y quizá algo infe­
riores en la escala, vienen los aspectos por cuerpos progre­
sados respecto a los ángulos radicales. (pág. 74).

Cuando nuestro Ascendente o Medio Cielo progresado to­


ma contacto con planetas natales (especialmente por conjun­
ción), empezamos a absorber inmediatamente las cualidades,
energías y actividades simbolizadas por esos planetas en nues­
tra vida; y estos aspectos marcan, a menudo, períodos de to­
ma de decisiones, nuevos conocimientos o importantes acon­
tecimientos.
Los aspectos formados por varios planetas progresados
respecto al Ascendente y al Medio Cielo natales (además, en
especial las conjunciones) habitualmente indican que la di­
mensión de la experiencia representada por el planeta progre-

306
sado llega a nuestra atención de modo particularmente direc­
to. Los aspectos del Medio Cielo representan habitualmente
factores que tienen un significado sobre nuestros planes de
largo alcance, ambiciones y estructura de vida; mientras los
aspectos del Ascendente tienden a indicar un nuevo cambio
en nuestra vida personal, un cambio de conocimiento, un im­
portante nuevo interés, o una alteración en nuestra modali­
dad de expresamos personalmente. Por ejemplo, si Venus
progresado entra en conjunción con el Medio Cielo, puede
haber algún cambio en nuestros planes de largo alcance, en
nuestra perspectiva vocacional, o en nuestro lugar en la socie­
dad que parece prometedor y placentero. Por otro lado, si
Venus progresado entra en conjunción con el Ascendente na­
tal, es más probable que la dimensión de la experiencia sim­
bolizada por Venus llamará nuestra atención de algún modo
inmediato y personal, por ejemplo, un amorío, cambios fi­
nancieros, actividades artísticas, o agradables contactos so­
ciales, todos los cuales pueden despertarnos respecto de la
significación de Venus en nuestro mapa natal particular. Las
conjunciones de los planetas progresados respecto de los
otros ángulos (el Descendente y el Imum Coeli) pueden ser
importantes también y deben recibir asimismo consideración.
Tales conjunciones significan a menudo notables cambios
en nuestras relaciones (Descendente) o en nuestra situación
hogareña o de vida (lmum Coeli), como podría esperarse del
significado tradicional de estos puntos. Sin embargo, puesto
que el Ascendente/Descendente y el Medio Cielo/Imum Coe­
li forman ejes de corriente de poder y energía dentro del ma­
pa natal, una conjunción de cualquiera de los cuatro ángu­
los a menudo se manifestará de modo que evidentemente re­
memore el punto opuesto. Por tanto, para entender tales
progresiones es aconsejable tomar en consideración la acción
de polaridad entre puntos opuestos y casas opuestas. Por
ejemplo, una conjunción al Medio Cielo bien puede manifes­
tarse como la compra de una casa nueva (lmum Coeli). Esto
es simplemente una indicación más del hecho de que el mapa
natal no es un conjunto de factores inconexos sino más bien
una totalidad unificada y resonante.

307
Sagitario
Capítulo IX

CICLOS DE TRANSFORMACION

Segunda Parte

Los Tránsitos

Sin dolor, no se llega a la consciencia


C.G.Jung

En este capítulo, quiero presentar primero una sínte­


sis más bien breve de un tópico vasto, subrayando las posi­
bilidades transformadoras y promotoras del crecimiento per­
tenecientes a los tránsitos. De ahí que intentaré explicar
ciertos significados esenciales de varios tipos de tránsitos,
aclarando su uso práctico como símbolos de tipos específi­
cos de experiencia y como indicadores de tiempo de fases
más bien predecibles de intenso cambio personal. Puesto
que hay una cantidad de libros excelentes que tratan sobre
los tránsitos de modo sistemático, y puesto que pocos de
ellos son muy extensos, creo que no hay necesidad de ilus­
trar los diversos principios enunciando interpretaciones fijas
de cada tránsito posible. Tal tratamiento de los tránsitos só­
lo puede presentarse en un libro de tamaño bastante adecua­
do, consagrado solamente a ese tópico. Entre los libros mejo­
res sobre tránsitos están: Astrology for the Millions, de Lewi,
que tras más de treinta y cinco años todavía es digno de que
se lo estudie minuciosamente; Planets in Transit, de Robert
Hand; y un enfoque nuevo y extremadamente interesante de
los tránsitos desde una perspectiva humanística y holística,
perteneciente al astrólogo suizo Alexander Ruperti, en Ciclos
del Devenir. 1 Por tanto, en vez de aburrir al lector repitien­
do muchos factores discutidos en otros libros, aquí me inte-

1 Publicado por Editorial KIER S.A., Buenos Aires.

309
resa proporcionar un panorama conciso del valor de los trán­
sitos para entender los períodos transformativos de la vida, lo
mismo que algunas guías para usar los tránsitos que descubrí
que son útiles y confiables.
Me agradaría recalcar aquí algo que raras veces se sefiala
en publicaciones sobre tránsitos y que me llevó muchos afios
comprender: a saber, la sencillez esencial de los tránsitos. To­
da la astrología es realmente muy sencilla; trata primordial­
mente sobre cuatro energías fundamentales (los cuatro ele­
mentos), y cada principio planetario muestra un punto focal
de corriente energética. De ahí que todos los tránsitos mera­
mente estimulen (o activen) estas energías para que fluyan en
cierto sentido y con cierto ritmo. Por ejemplo, todos los trán­
sitos a Venus natal se parecen en que todos activan en nues­
tro mapa al principio venusino; en otras palabras, todos dina­
mizan la dimensión de la experiencia mostrada por Venus y
afectan la corriente de la energía elemental mostrada por la
posición del signo de Venus. Pero los tránsitos de cada pla­
neta activan o afectan de modo diferente esta corriente ener­
gética y esta experiencia. Los tránsitos más importantes son
los de los cinco planetas externos (con excepción de los as­
pectos íntimos hechos por la Luna Nueva a los puntos nata­
les) puesto que agitan al inconsciente y nos ponen en contac­
to con la esencia del factor natal. Todos los tránsitos de los
cinco planetas externos, por así decirlo, ponen presión sobre
el inconsciente, a fin de impulsarnos a que cambiemos, nos
transformemos, dejemos pasar y, más que todo lo demás,
¡tomemos consciencia! En realidad, podríamos decir que
todos los tránsitos son, en última instancia, los mismos. Aun­
que esta generalización suscitará sin duda una respuesta de
azoramiento o agravio de parte de muchos astrólogos, tal
vez parezca menos radical si consideramos los siguientes pun­
tos:
1) Cada persona individual es una unidad viva, y todos los
tránsitos a un mapa particular reflejan cambios que tienen
lugar dentro de esa persona particular. Si un tránsito afecta
una parte de la totalidad, afecta a la totalidad; de ahí que,
mientras un tránsito específico enfoca una o dos dimensiones
particulares de la experiencia en la vida de esa persona, en
realidad afecta a la persona toda.

310
2) Todos los tránsitos nos enfrentan con experiencias que
estamos listos para tratarlas; ya sea que, conscientemente o
no, sepamos que el tiempo está maduro para tales experien­
cias, los tránsitos tienden a aportar conocimiento a esas par­
tes nuestras y a esas dimensiones de nuestra vida que están
listas para ser comprendidas y asimiladas. Si nos alineamos
con nuestra pauta verdadera del ser y con el ritmo de creci­
miento comprendiendo que la vida es una experiencia de
aprendizaje y que cuanto experimentemos es bueno para
nosotros desde el punto de vista de nuestro desarrollo per­
sonal superior, poquísimos tránsitos (si es que los hay) nos
asombrarán totalmente porque habremos sentido la necesi­
dad de semejante experiencia. De hecho, tal vez lo hayamos
querido conscientemente de antemano, aunque supiéramos
que eso tendría, como consecuencia, considerable tensión,
trabajo e incluso sufrimiento. Pero en muchos casos, la
orientación consciente de la persona se opone rigurosamente
a lo que realmente se necesita. En esos casos, la respuesta del
individuo a las experiencias imprevistas o desafiantes parece
ser: "¡No lo quiero! ¡Llévenselo de- aquí!", y su conducta
se parece a una criatura que da rienda suelta a sus berrinches.
La sencillez de los tránsitos la demuestra también el hecho
de que sólo hay doce principios fundamentales en astrología.
De ahí que todos los tránsitos de un planeta particular a nues­
tros planetas natales o a puntos importantes son similares,
puesto que la vibración específica es especialmente activa en
nuestra vida durante la época en que el tránsito está en activi­
dad. Por ejemplo, todos los tránsitos de Plutón connotan pe­
ríodos algo similares de nuestra vida, puesto que durante esa
época la vibración y la función plutonianas serán especial­
mente potentes. Esa fuerza básica plutoniana se sentirá hasta
cierto punto si el tránsito es al Ascendente, al Sol, a la Luna,
a Venus o a otro planeta. (Aunque los tránsitos a los planetas
personales y al Ascendente son habitualmente los más impor­
tantes, hay muchas excepciones.) Por tanto, cuando vemos
un tránsito particular que se acerca, debemos realmente tra­
tar de entenderlo tan cabalmente como sea posible en todas
sus ramificaciones posibles; pero no debemos perder de vista
el hecho que, si por ejemplo Plutón en tránsito está aspectan­
do cualquier planeta natal, ¡esta será una época plutoniana

311
en la vida de la persona! Estar consciente de la cualidad to­
tal de un lapso dado es tan importante como poder enunciar
muchos pormenores de las experiencias posibles que acom­
pañen a un tránsito particular. Y, especialmente en los casos
comunes en los que muchos tránsitos mayores están activos
durante el mismo lapso, un consejero astrológico que intente
explicar a un cliente (que no tiene conocimiento astrológico)
todos los pormenores de cada tránsito corriente podrá fácil­
mente dejar de cumplir su deber para esbozar alguna pauta
de orden en la vida de ese individuo. El consejero puede, en
ese caso, estar meramente substituyendo, de modo tempora­
rio, con una masa de detalles confusos a una masa de emo­
ciones confusas. Pero por otro lado, si el consjero astrológi­
co explica lenta y claramente las vibraciones generales que es­
tán activas en esa época en la vida entera de la persona (en
vez de en sólo varias inconexas categorías conceptuales de
la experiencia), el consejero habrá dado un gran paso hacia
la revelación de algún parecido de orden que la persona
podrá captar y del que podrá sacar fuerza.
Mi estimación es que más del 70 por ciento de mis clientes
de los cinco años pasados me llamaron por primera vez para
consultas cuando estaban experimentando por lo menos dos
(y a menudo tres o cuatro y tránsitos mayores). Aunque un
tránsito importante puede simbolizar realmente un cambio
radical y un período crucial de transición, parece que la ma­
yoría que llega a un nivel de tensión, conflicto o confusión
que le impulsa a buscar ayuda profesional atraviesa más de
uno de tales tránsitos simultáneamente. Por ejemplo, si
Jorge tiene a Júpiter transitando en conjunción con su As­
cendente, a Plutón transitando en cuadratura con su con­
junción Venus-Mercurio, y a Urano transitando en cuadra­
tura con su Luna todos al mismo tiempo, inevitablemente
experimentará cambios mayores, potentes períodos de de­
presión y reorientaciones radicales durante más de un año.
Tal vez sea apropiado explicar cada tránsito específico con
bastantes pormenores para que el cliente lo pueda relacio­
nar; pero tal elaboración de pormenores debe seguirse de
un resumen de la cualidad y el tono generales del lapso en­
tero. Jorge podrá recordar entonces tantos pormenores co­
mo los encuentre útiles durante el año siguiente más o me-

312
nos, pero especialmente es probable que recuerde el resu­
men del consejero respecto de ese período entero, dándole
así una perspectiva total de esa época de su vida.
Ya mencioné que las reacciones de algunas personas ante
las experiencias "desagradables" durante varios tránsitos se
parecen a los berrinches de un niño, una resistencia emocio­
nal a contender con el dolor. Una explicación excelente de
todo el tema de nuestra actitud respecto al dolor apareció
en una serie de artículos de Donna Cunningham en la revis­
ta Horoscope hace unos pocos años. La serie se llamaba
"Una perspectiva espiritual-psicológica sobre los tránsitos",
y es una de las mejores cosas que leí sobre este tópico. 2 En
la Primera Parte de esa serie, Cunningham escribe que "algún
dolor emocional nuestro es en realidad un género de berrin­
che porque no nos dan lo que queremos cuando lo quere­
mos" y que "mucho dolor de los tránsitos parece provenir de
la resistencia al cambio". Ella también explica un modo posi­
tivo de contemplar el dolor en términos de posibilidad de
crecimiento:

... el dolor es el proverbial grito de auxilio; si lo escucha­


mos, si hacemos algo positivo acerca de él, podremos impe­
dir más complicaciones e ingresar en una época más sana
de nuestras vidas.
El dolor llega a menudo durante el proceso de reajuste a
una exigencia mayor, pero el organismo crece para acomo­
darse ante esa exigencia; pronto el nivel superior de fun­
cionamiento deja de ser doloroso, pero en realidad nos pa­
rece normal. En el nivel espiritual, también, podemos ex­
perimentar algún dolor cuando tratamos de esforzarnos;
pero pronto funcionamos mejor que nunca. A menudo es
un tránsito difícil el que nos da el impetu para esforzarnos
o que proporciona las condiciones bajo las cuales somos

2 Estos artículos Donna Cunningham los amplió e incluyó en su nuevo


libro Guía Astrológica del Conocimiento Personal (publicado por Edi­
torial KIER, S.A.). Esta obra incluye también un valioso enfoque de
muchos otros temas astrológicos desde una perspectiva psicológica y
orientada hacia el crecimiento; y está escrito con lenguaje tan positivo
y concreto que es realmente un solaz.

313
obligados a esforzarnos si no lo estamos haciendo volun­
tariamente.
... creo que mucho dolor de los tránsitos no es más que un
efecto lateral del proceso de fortalecimiento, curación y
crecimiento que acompaña a todo tránsito mayor. Erramos
al enfocar nuestra atención en el dolor, en vez de hacerlo
en el proceso de crecimiento...

Cunningham explica también que "los tránsitos no son


acontecimientos aislados sobre los que no tenemos control
sino que, en lugar de ello, son parte de un proceso psicológi­
co del que estamos participando". De hecho, como ella lo
señala, un buen modo de usar los tránsitos al aconsejar es
preguntar siempre a la persona qué le estuvo ocurriendo el
año pasado más o menos, mientras se observan los tránsitos
mayores que estaban en efecto durante el primer período.
Al obrar así, no sólo podremos llegar a percibir el ímpetu de
los cambios personales que el individuo todavía siente incluso
ahora, sino que también podremos obtener claves importan­
tes de cómo la persona trata habitualmente tales impulsos
cósmicos en pos del crecimiento, juzgando cómo afrontó ta­
les cambios en el pasado. Una vez que entendemos el modo
que el individuo tiene de enfocar las fases críticas de la vida,
podremos ajustar con más facilidad nuestro modo de expre­
sar lo que él está experimentando en la actualidad. Asimismo,
tal interrogatorio podrá empezar a mostramos cómo los sím­
bolos abstractos del mapa natal de la persona se manifiestan
realmente en la experiencia cotidiana. Sin alguna percepción
del modo en que se expresa la dinámica del mapa natal en
la experiencia real, es muy difícil entender los tránsitos es­
pecíficos, para no hablar de predecir lo que tales hechos ce­
lestiales representarán en el futuro. Pero, por supuesto, per­
sonalmente me interesa más entender que predecir, pues
enfocando las predicciones apartamos la atención de la per­
sona del real proceso que está ocurriendo y que tenemos
entre manos. Cunningham, diplomada en asistencia social y
con mucha experiencia en lo que constituye el consejo efec­
tivo, dice, en gran parte, lo mismo en sus escritos:

Se presta demasiada atención en astrologt'a a los acontecí-

314
mientos pasados y no lo bastante al proceso que los pro­
duce. En realidad, los acontecimientos son como carteles
indicadores: naturalmente, más visibles que el proceso. Y
no saltamos de una ciudad a la siguiente; cubrimos gradual­
mente la distancia. Los acontecimientos pueden ser la cul­
minación de un proceso o pueden ser un catalizador que
pone en marcha un proceso, pero son utilísimos para estu­
diar como indicadores externos de una tendencia interior.
Las lecturas de tránsitos que sólo enfocan acontecimientos
omiten una poderosa herramienta de conocimiento perso­
nal y cambio.

Durante importantes tránsitos, podemos sentir un im­


pulso interior de cambio (si estamos en contacto con noso­
tros mismos) o podemos topamos con los impulsos de cam­
bio mediante circunstancias externas, o ambas cosas. A los
tránsitos se los puede considerar como barómetros que
reflejan, los cambios de nuestro "medio ambiente" interior,
y, a menudo, las circunstancias externas reflejarán también
el estado interior, especialmente si necesitamos estímulo para
mirar hacia adentro. Los tránsitos no se pueden separar de la
persona o de sus procesos de crecimiento. Especialmente du­
rante los tránsitos importantes de los cinco planetas externos,
que son aquellos en los que nos concentraremos en este capí­
tulo, podremos permitirnos transformamos y así atravesar
cabal y profundamente la experiencia, o podremos detener­
nos en las circunstancias externas y tratar de escapar de ellas
y de la presión interior hacia el cambio que corresponde a
ellas. Una persona que asuma el último enfoque tratará pro­
bablemente de seguir representando viejas pautas de pensa­
miento y conducta una vez que el tránsito pase, pero en una
nueva situación. Tal intento es probable que tenga resultados
asombrosos, puesto que las viejas pautas de conducta no pare­
cerán torpes, vacías o innaturales, creando considerable frus­
tración y desorientación. Y lo que es más, la persona será
obligada a enfrentar los mismos problemas de nuevo la próxi­
ma vez que se ponga en movimiento un similar ciclo de trans­
formación.

315
Tránsitos y karma

Los tránsitos muestran cómo nuestras energías (y nuestro


karma) se liberan, no necesariamente lo que es liberado. En
otras palabras, revelan una cualidad característica de la expe­
riencia, aunque habitualmente no podernos saber de antema­
no qué experiencia se indica. Los tránsitos ponen en marcha
el reloj kárrnico, y cada uno activa una corriente de energía
(u onda kárrnica) en cierta dirección. Varían en velocidad,
calidad, intensidad, profundidad y fuerza con las que traen
las cosas a la consciencia. (Véase la parte siguiente en cuanto
a especificaciones sobre cómo difiere cada planeta en tránsi­
to.) Durante cualquier tránsito, podernos estar sembrando
semillas de nuevo karma o cosechando karma que fue acti­
vado anteriormente. En la mayoría de los casos, es imposible
saber si estamos simplemente encontrando karma del pasado
o estamos creando nuevo karma con el que tendremos que
tratar en una época posterior, o una mezcla de ambos. Por
tanto, debemos enfocar todas las experiencias dando por
sentado que estamos creando un nuevo karma y, de esta
manera, debemos usar algún grado de precaución cuando la
situación parece reclamarlo. Pero, si nuestros mejores esfuer­
zos no logran alejarnos de cierto enredo o actividad que
creemos que son una influencia negativa sobre nuestro cre­
cimiento espiritual, podríamos suponer que éste es un karma
pasado que madura para que lo paguemos.
Como lo indicara la cita antes mencionada, correspondien­
te a Donna Cunningham, los acontecimientos pueden ser una
culminación de un proceso o un catalizador que pone en mar­
cha un proceso. De modo parecido, aunque no hay un modo
cierto de saber si estamos cosechando karma o sembrando
nuevas semillas, hay una distinción general entre algunos trán­
sitos, que debe seftalarse. Los tránsitos de Saturno y Plutón
son, muy a menudo, épocas de cosecha, períodos en los que
afrontamos los resultados de acciones y pensamientos pasa­
dos. De hecho, es así como Saturno llegó a ser conocido
corno el "planeta del karma" a lo largo de los siglos, pues sus
tránsitos se relacionan a menudo con acontecimientos eviden­
temente predestinados. Y los tránsitos de Plutón revelan con
frecuencia una pauta algo similar de experiencia que no sólo

316
parece predestinada sino también completamente insondable.
Por otro lado, los tránsitos de Júpiter y Urano se relacio­
nan muy a menudo con épocas de siembra, cuando se nos re­
velan cambios potenciales futuros. Durante ciertos tránsitos
jupiterianos, especialmente cuando Júpiter entra en conjun­
ción con el Ascendente, a menudo recibimos vislumbres pro­
féticas del futuro, a través de sueños, relámpagos de intui­
ción, o simplemente a través de un tren de pensamientos,
orientado hacia el futuro, que ingresa fuertemente enla men­
te en tales períodos. También he presenciado esta tendencia
a tener sueños proféticos, corazonadas, o visiones, cuando Jú­
piter en tránsito aspectaba al Sol natal, ya sea por conjunción
como por trígono; y en ambos casos, los cambios futuros
confirmaron la verdad de estas vislumbres proféticas. La co­
nexión de los tránsitos de Júpiter con las experiencias profé­
ticas se relaciona con el hecho de que el jupiteriano signo de
Sagitario se conoció siempre como un signo profético y de as­
piraciones orientadas hacia el futuro. (Por ejemplo, nótese los
poemas y dibujos visionarios y proféticos de William Blake,
que nació con Júpiter en conjunción con el Sol en Sagitario.)
Naturalmente, debemos tener cuidado de aceptar tal expe­
riencia como una revelación divina de verdad absoluta, espe­
cialmente si somos proclives a ser abiertamente jupiterianos
o neptunianos. Pero tales vislumbres pueden ser extremada­
mente valiosas no sólo como guías de planes y actividades
futuras sino también como fuente de fuerza y confianza que
sólo algún género de conocimiento interior podrá proporcio­
nar. También debe expresarse que no todas las personas ar­
monizarán fácilmente con tales sugerencias futuras, pues algu­
nas personas no están bastante abiertas como para percibirlas,
algunas no están lo suficientemente al tanto como para reco­
nocerlas, y otras simplemente piensan demasiado como para
permitir que la vasta naturaleza de las visiones jupiterianas
penetre en sus mentes analíticas.
De modo parecido, durante los tránsitos uranianos (espe­
cialmente al Ascendente, al Sol o al planeta regente del As­
cendente), también podemos recibir relámpagos intuitivos
que constituyen una semilla de cambios futuros. Lo que en­
tonces se experimenta puede insumir diez años o más para
que se concrete en el mundo material, pero la excitación y

317
la presteza con que tal experiencia es recibida se cree, a me­
nudo, que es una confiable indicación del hecho de que
cualesquiera sean las semillas que se planten, darán luego,
inevitablemente, fruto en alguna época venidera. Experien­
cias de esta clase durante los tránsitos jupiterianos y ura­
nianos son otros ejemplos del fenómeno que mencioné en
el Capítulo V: a saber, que a menudo recibimos mensajes
e instrucciones durante períodos en los que importantes
tránsitos están en actividad. Realmente, constituye muy
poca diferencia que digamos que tales mensajes provienen
de los planetas mismos, de intermediarios espirituales, de la
mente inconsciente o de alguna otra fuente. El hecho es que
lo que experimentamos en tales épocas puede describirse a
menudo como un planeta particular que tiene un diálogo
con nosotros y nos proporciona una información específi­
ca que es inmediatamente útil.
También podemos derivar alguna información acerca de
la relación de los tránsitos con el karma, mirando las casas
ocupadas por los planetas en tránsito. Las casas más impor­
tantes en tal consideración son casi siempre aquellas en las
que encontramos a Júpiter y Saturno en tránsito. Los plane­
tas personales viajan por cualquier casa dada con demasiada
rapidez para indicar regularmente importantes tendencias,
aunque en ocasiones la casa en la que hallamos a Marte en
tránsito indicará un foco significativo de actividad. Y, por
otro lado, las posiciones de casa de Urano, Neptuno y Plu­
tón en tránsito no son habitualmente factores muy útiles
para los fines del consejero astrológico (con excepción de
épocas en las que estos planetas cambian de casas, especial­
mente cuando cruzan uno de los cuatro ángulos del mapa).
Esto se debe a que cada uno de ellos está tan largo tiempo
en una casa; un individuo se acostumbra pues a esa vibra­
ción en un ámbito particular de una casa durante un año, y
Saturno durante unos dos años y medio, lapso que el clien­
te puede observar que marca fases significativas de la vida.
Las posiciones de Júpiter y Saturno, son por tanto, de princi­
pal importancia, puesto que revelan tanto sobre la estructura,
la calidad y el ritmo de nuestra participación cíclica en el
mundo en general.
Depende enteramente de nuestra orientación fundamental

318
hacia la vida cómo experimentemos los tránsitos jupiterianos
y saturninos de las casas, arriba o debajo del horizonte. Si
somos más bien una clase de persona introvertida y reflexiva
que prefiere vivir un estilo de vida privada e interior, entonces
tal vez perciba que los tránsitos encima del horizonte se rela­
cionan con actividades que tenemos que hacer en vez de cosas
que personalmente queremos hacer. Cuando Júpiter y/o Sa­
turno transitan encima del horizonte, tal vez descubramos
que tenemos que tratar toda clase de necesidades externas,
obligaciones y circunstancias. (Aquel cuya inclinación natural
es más extravertida, tal vez encuentre que tal época es extre­
madamente satisfactoria, puesto que los objetivos y deberes
externos representan un papel mayor en su vida.) Si somos
una persona orientada hacia el interior, entonces cuando Jú­
piter y/o Saturno transitan las casas debajo del horizonte,
tendemos a contraemos y trabajar en aquellos ámbitos de
vida por lo menos en parte, porque estamos más personal­
mente motivados a hacerlo por nuestra necesidad de seguri­
dad y felicidad. Una persona más extrovertida, tal vez crea
en tales épocas que la fuerzan a volverse hacia adentro, a ale­
jarse de las distracciones y las actividades del mundo externo
que consumen energías.
En general, cuando J(lpiter transita encima del horizonte,
tenemos que expandir nuestras actividades en pos de una
mayor contracción al mundo externo, a fin de sentirnos con­
fiados y armonizados con los ritmos de la vida. Somos más
sensibles a las necesidades, deseos y expectativas de los
demás, y sentimos la necesidad de habérnoslas con aquéllos.
Gran parte de nuestro apoyo proviene de fuera de nosotros.
Pero cuando Júpiter empieza a transitar la primera casa, y
mientras está bajo el horizonte, nos sentimos más confiados
en hacer lo que nosotros queremos. simplemente porque
nos compete y sin considerar tanto el consejo y la aproba­
ción de los demás. Logramos seguridad interior y confianza
mientras Júpiter está debajo del horizonte. Sentimos la
vibración expansiva y protectora de Júpiter dentro de noso­
tros en esa época, y de ahí que no tengamos que preocupar­
nos tanto de lo que los demás hacen o dicen. De modo pa­
recido que con Saturno, mientras el paso de Saturno por las
últimas seis casas puede involucrarnos en muchos deberes

319
externos, obligaciones y cargas kármicas, el viaje de aquél
a través de las seis primeras casas marca una época en la que
nuestro trabajo serio y nuestros intereses se hallan princi­
palmente en un nivel personal y más bien privado. El trán­
sito de Saturno debajo del horizonte es, pues, una época en
la que expiamos el karma relacionado con ansiedades perso­
nales, inseguridades, y capacidades y habilidades básicas.

Notas claves de la "influencia" de los tránsitos

Las experiencias correspondientes a los tránsitos de los di­


versos planetas se describen, a menudo, en los términos de la
"influencia" que un individuo siente en esa época en su vida.
La que sigue es una serie concisa de conceptos claves relacio­
nados con cada planeta en tránsito:

PLUTON: trae a la superficie y transforma, poniendo fin


completamente, a menudo, a una vieja forma
de vida o expresión.
NEPTUNO: mina, disuelve, sensibiliza, depura, refina y es­
piritualiza.
URANO: acelera el ritmo de la naturaleza, apresura el
cambio; rompe, revoluciona y trae a la cons­
ciencia cuanto estaba debajo del umbral de la
consciencia.
SATURNO: demora y retarda el ritmo de la naturaleza,
concentrando así nuestra experiencia; constri­
ñe; nos enfrenta con un enfoque realista de
la vida.
JUPITER: abre las puertas hacia planes, aspiraciones y
mejoramientos nuevos; nos armoniza con po­
sibilidades futuras; nos insta a expandirnos en
nuevos ámbitos de experiencia.
MARTE: trastorna el ritmo habitual de la naturaleza,
dinamizándola y dándole un impulso hacia
la acción; a menudo, nos pone impacientes y
temperamentales.
VENUS: armoniza, alisa la corriente de experiencia y la
expresión de nuestras ideas. A veces corres-

320
ponde a noticias agradables o una sensación
de relajación de la tensión.
MERCURIO: raras veces importante, pero corresponde a ve­
ces a comunicaciones y encuentros que son
significativos.
SOL y LUNA: deben tomarse juntos como una unidad; de
ahí que la posición de la Luna Nueva sea im­
portantísima, puesto que dinamiza todo lo
que aspecta. La Luna Llena puede activar
también a los planetas natales.

Unas pocas palabras más de explicación relativas al uso del


Sol y la Luna como tránsitos. Aunque muchos libros enun­
cian la "influencia" del Sol o de la Luna en tránsito solamen­
te, los tránsitos de la Luna son raras veces significativos en sí
mismos, aunque parezcan activar otros tránsitos (y progre­
siones) que estén en esa época en efecto. Los tránsitos del
Sol son, de modo parecido, raras veces significativos en sí
mismos, aunque en ocasiones corresponden a notables cuali­
dades de experiencia por un día más o menos. Sin embargo,
el Sol y la Luna constituyen una completa polaridad y una
unidad de corriente energética juntas, y por ello deben usar­
se en relación recíproca en los tránsitos. Por tanto, todo es­
tudio de los tránsitos debe incluir el uso de las Lunas Nueva
y Llena. La Luna Llena, en especial, es extremadamente po­
derosa porque a menudo activa con fuerza a un planeta na­
tal si lo aspecta por conjunción, oposición o -en menor me­
dida- cuadratura. Las Lunas Nueva y Llena parecen no te­
ner cualidad o "influencia" característica en sí mismas; sim­
plemente dinamizan cuanto se muestra como potencial en
el mapa natal. Muy a menudo, la Luna Nueva que aspecta
a un planeta natal será el único indicador de una experiencia
importante.
Algunas Lunas Nuevas y Llenas serán también Eclipses
Solares o Lunares, y a los fenómenos celestes se los supone
tradicionalmente mucho más poderosos que las otras Luna­
ciones y Lunas Llenas. Sin embargo, mi experiencia me in­
duce a creer que los eclipses para trabajar con mapas de
individuos están, en gran medida, estimados de más. Debemos
recordar que las tradiciones astrológicas concernientes a la

321
potencia de los eclipses fueron desarrolladas en una época en
la que el uso primordial de la astrología era la predicción de
acontecimientos mundanos; y, de hecho, esas normas tradi­
cionales todavía se aplican a la astrología mundana. Simple­
mente, yo no tengo bastante experiencia en astrología mun­
dana como para juzgar; pero algunos investigadores han des­
cubierto significados importantes asociados no sólo con los
eclipses mismos sino también con senderos de eclipses cuan­
do cruzaban varias naciones. Mi convicción es que, en rela­
ción con los mapas de los individuos, los eclipses no son más
potentes que las Lunas Nuevas o Llenas corrientes, con la
posible excepción de los eclipses visibles en nuestra localidad
corriente. La astrología geocéntrica se basa completamente
en nuestro punto de ventaja desde la superficie terrestre, y
por tanto debemos ser algo coherentes en la aplicación de
esta suposición fundamental. Esto significa que debemos ver
un eclipse como un mensaje específicamente poderoso para
nosotros en lo personal sólo en casos en los que no sólo as­
pecta un importante punto del mapa natal sino también que
es visible donde estamos viviendo. De otro modo, creo que
simplemente deberíamos considerar a los eclipses como
parecidos a cualesquiera otras Lunas Nuevas o Llenas.
Una Luna Nueva es suficientemente poderosa para que
pueda dinamizar algún campo de experiencia (simbolizada
por una casa natal) aunque no aspecte íntimamente a un
planeta natal. Tales experiencias no son habitualmente tan
importantes como las mostradas por los aspectos íntimos,
pero, a menudo, hay un pronunciado humor, tipo de activi­
dad, o tono durante ese período. Por ejemplo, si la Luna
Nueva cae en la casa 3a. o 9a., no es raro viajar más durante
el mes siguiente. Si la Luna cae en la quinta casa, tal vez
tengamos más fuertes deseos de goces, juego, derroche y
otros asuntos de la casa Sa. La Luna Nueva que cae en la
casa 12a. cada año marca para algunas personas un período
anual de reflexión sobre el pasado o de enfrentar los resul­
tados de los pensamientos y deseos del año anterior. En otras
palabras, las Lunas Nuevas constituyen la clave para entender
los ciclos anuales que muchas personas (incluso muchas que
no "creen" en la astrología) advierten como pautas regulares
en sus vidas. Por ejemplo, hemos oído a amigos que decían

322
algo parecido a esto: "Todas las cosas importantes de mi vida
me ocurrieron en otofio" o "Todos los afios, para esta época,
tengo problemas de salud". El uso de los ciclos de Lunaciones
nos permitirá no sólo entender estas tendencias anuales, sino
también con más precisión tales períodos.

Notas claves de los planetas activados por tránsitos

En esta parte, quiero esbozar algunos significados caracte­


rísticos de varios planetas activados por tránsitos. En otras
palabras, ¿cuál es el significado general de un tránsito respec­
to de un planeta o punto natal particular? Cuando un planeta
específico es aspectado por cualquier planeta en tránsito, la
dimensión de la experiencia mostrada por ese planeta natal es
dinamizada de algún modo. Como ya se mencionó en este
capítulo, creo que esta clase de enfoque es útil como un
modo de percibir la sencillez de los tránsitos. Por ejemplo,
cualquier cantidad de tránsitos al Mercurio natal podrá ma­
nifestarse de modos algo parecidos: tránsitos de Saturno,
Urano o Plutón en aspecto desafiante respecto a Mercurio
podrán sentirse todos -al menos en parte- como ganas de
abandonar viejos amigos y conocidos. La motivación o la
razón de ser detrás de tales deseos será diferente en cada
caso: con Saturno, no queremos perder el tiempo y la
energía mental en personas que no sirven a nuestras nece­
sidades prácticas; con Urano, estamos impacientes con la
lentitud y falta de emoción de tales relaciones; con Plutón,
no nos satisface la superficialidad de la relación puesto que
necesitamos más profundidad e intensidad en esa época.
Pero en todos los casos, la conducta abierta que surge de
esos deseos interiores puede ser casi idéntica.

PLUTON: Los tránsitos a Plutón natal afectan el uso de


nuestras facultades y recursos interiores. A veces, son eviden­
tes experiencias psíquicas, y en otros casos se activan varias
pautas compulsivas de pensamiento y conducta. Los trán­
sitos a Plutón a menudo no son evidentes para quienes
tienen poco conocimiento de su vida interior. Estos tránsi­
tos marcan a veces la terminación de todo un capítulo de

323
la vida, especialmente si el planeta en tránsito es Saturno,
Urano o Neptuno, dejando como residuo sólo una cáscara
vacía y recuerdos lejanos.

NEPTUNO: Los tránsitos a Neptuno son especialmente


importantes para las personas de orientación espiritual.
Puesto que Neptuno representa por sí un estado de pasi­
vidad extrema, tiene que ser activado por otros planetas
(especialmente Saturno, Urano, Plutón o la Luna Nueva)
a fin de manifestarse con fuerza y constructividad. Los
tránsitos específicos recién mencionados indican a menudo
una época de transformación o definición de nuestros idea­
les, enfrentando nuestro escapismo, o elevando nuestra
sensibilidad psíquica. He visto a muchas personas que ex­
perimentaron un nivel particularmente elevado de conscien­
cia cuando Urano entró en conjunción con Neptuno natal.
A menudo hay una suave crisis cuando Saturno o Plutón
activan a Neptuno, pues ambos impulsan a que integremos
nuestros ideales o nos purifiquemos de actividades escapis­
tas y autoengaños. A menudo, durante estas épocas, alguna
circunstancia nos impulsa a enfrentar algo que hemos querido
ignorar. Y con frecuencia, pero de ningún modo siempre, es
un problema sexual (especialmente con Plutón en tránsito)
puesto que la cultura occidental parece especializarse en auto­
engaños, ideales irrealistas, hipocresía. y frustraciones mayo­
res en este ámbito de experiencia; pues las culturas occidenta­
les no poseen un mito vital u otro modo de entender con
exactitud la conexión entre la energía sexual y las realidades
espirituales (Neptuno).

URANO: Los tránsitos a Urano natal afectan respecto de


cuán libres nos sintamos, cómo expresemos nuestra singulari­
dad y nuestra originalidad, y cómo tratemos nuestras inquie­
tudes y deseos de cambio y emoción. Estos tránsitos tienen
también impacto sobre toda nueva aventura emocionante en
la que participemos. Nuestro concepto de lo que precisamen­
te constituye independencia real experimenta a menudo un
cambio importante cuando Urano es activado por Júpiter,
Saturno, Neptuno o Plutón.

324
SATURNO: Los tránsitos a Saturno natal pueden tener un
impacto sobre toda nuestra estructura de vida y sobre todas
nuestras ambiciones a largo plazo, pero el énfasis lo sentimos
a menudo en el ámbito de vida que más se relaciona con nues­
tros sentimientos de seguridad material. De ahí que cuanto
constituya nuestro trabajo, vocación o actividad diaria es,
muy a menudo, el foco de estos cambios; y esto incluye el
papel del ama de casa y de la madre, tanto como cualquier
papel en el mundo profesional. Si bien un tránsito de Júpiter
a Saturno se relaciona a menudo con un mejoramiento o una
expansión de nuestra situación vocacional, un tránsito de
Urano, Neptuno o Plutón se siente, a menudo, como un pe­
ríodo de inseguridad e incertidumbre marcados acerca de
nuestro trabajo y nuestro status.

JUPITER: Los tránsitos a Júpiter afectan primordialmente


nuestros planes y aspiraciones futuros, ya sea que eso involu­
cre específicamente los negocios o azares financieros, los
planes educativos o de viajes, o la dirección general de nues­
tros esfuerzos de mejoramiento personal a través de activi­
dades religiosas, filosóficas o metafísicas. Por tanto, los tránsi­
tos de los cuatro planetas externos respecto a Júpiter tienen
a menudo el efecto de alterar significativamente nuestros pla­
nes futuros y nuestro conocimiento del potencial verdadero
de éstos.

MARTE: Los tránsitos a Marte se sienten como cambios en


el modo en que nos afianzamos y en los métodos que usamos
para alcanzar nuestras metas. Habitualmente es evidente una
acrecentada claridad acerca de lo que queremos (salvo en el
caso de un tránsito neptuniano), pues hay un acentuado cam­
bio en nuestra corriente energética física y sexual. Para los
hombres, hay, a menudo, notable cambio de sentimientos de
fuerza y confianza en la propia masculinidad, y en ambos
sexos hay, a menudo, un acrecentado sentido de competencia
y la capacidad para afianzar los propios deseos.

VENUS: Los tránsitos a Venus se experimentan como cam­


bios en uno o más ámbitos: relación y actividades emocio­
nales, asuntos financieros, gustos estéticos y valores persa-

325
nales. Estos tránsitos se relacionan también directamente
con cuán felices y contentos nos sentimos en la vida diaria.
Para ambos sexos, hay, a menudo acentuado cambio de sus
sentimientos de atracción y conveniencia social; y las muje­
res experimentan a menudo importantes transiciones en el
desarrollo de su sexualidad y confianza en su feminidad.

MERCURIO: La importancia de los tránsitos a Mercurio es


subestimada con frecuencia, puesto que, habitualmente, no se
relacionan con cambios radicales inmediatos en cuanto a
circunstancia o con crisis particularmente dolorosas. Sin
embargo, puesto que los tránsitos a Mercurio afectan el modo
mismo en que pensamos y expresamos nuestras percepciones,
y puesto que "tal como penséis, así seréis", esto debe recibir
tanta atención como cualquier otro tránsito. Especialmente,
cuando los cinco planetas externos aspectan a Mercurio,
hay un potente efecto en el modo con que la mente cons­
ciente funciona, en muchos casos llevando, a su tiempo, a
una actitud enteramente diferente respecto de la vida (aun­
que el cambio sea sutil y no inmediatamente evidente para
los demás) y/o una contracción a una nueva especialidad o
ámbito de estudio.

LA LUNA: Los tránsitos a la Luna natal afectan cómo nos


sentimos respecto de nosotros mismos, cuán cómodos estamos
con nosotros mismos y con la situación corriente de vida, y
cómo contemplemos nuestras relaciones con los hijos, los
padres, la vida familiar u otros ámbitos conectados con
nuestras "raíces". En esta época, ocupan el lugar más elevado
de nuestra mente los factores de seguridad, y a menudo nos
preocupamos pensando dónde pertenecemos (o sea, dónde
nos sentimos verdaderamente cómodos). Las mujeres desarro­
llan, a menudo, un nuevo conocimiento de su feminidad y
cuáles son las implicancias de ésta para sus planes futuros.
Sin embargo, tanto hombres como mujeres, tienen en esta
época la oportunidad de intensificar su conocimiento acerca
de su propia naturaleza lunar: las cualidades suaves, yin y
nutricias del ser.

EL SOL: Todo tránsito al Sol natal puede ser importante,

326
incluso los de Venus, Mercurio y Marte, puesto que todo lo
que aspecta al Sol llega inmediatamente a nuestro conoci­
miento consciente. Estos tránsitos afectan muy a menudo, el
modo en que procuramos expresarnos de un modo confiado
e integrado, lo mismo que como impactando nuestras posibi­
lidades de creación y sensación de bienestar. Son importantes
en nuestra actitud total hacia la vida y en nuestro modo de
expresar toda nuestra personalidad; también tienen impacto
directo sobre nuestra vitalidad física.
Un tránsito a cualquier planeta puede ser importante para
un individuo en particular, dependiendo de cómo esa persona
armoniza con esa vibración planetaria. Si un planeta es el
regente del Ascendente, del signo solar, o del signo lunar, el
impacto será casi siempre mayor si ese planeta está relativa­
mente disociado de los temas mayores del mapa. El ámbito
de vida simbolizado por la casa que un planeta específico
"rige" llamará también muy a menudo nuestra atención
cuando ese planeta es transitado por otros planetas. Por
ejemplo, si Mercurio rige nuestra 6a. casa, un tránsito de
uno de los planetas exteriores en aspecto desafiante a
Mercurio no sólo se manifestará como las clases de cambios
que se hallen en casi todos los tránsitos de Mercurio, sino
que también, a menudo, se relacionará con cambios impor­
tantes en nuestro trabajo, empleo o salud. Toda conjunción
del Ascendente o del Descendente por uno de los cinco pla­
netas exteriores es habitualmente significativa, a menudo de
un modo dramático e inmediato que no tiene ramificaciones
a largo plazo. Tales tránsitos afectan no sólo nuestro enfoque
de la vida en general y nuestra confianza en quiénes somos,
sino también nuestro estado de salud y nuestro nivel de vita­
lidad. Los tránsitos al planeta regente del Ascendente son de
importancia similar y tienen también un poderoso efecto
sobre nuestra salud y el tono total de nuestra expresión per­
sonal. Como lo expresa una antigua ley astrológica: Cuando
un planeta transita sobre el Ascendente, llama nuestra aten­
ción personal sobre los intereses de la casa (o las casas) que
él rige. He descubierto que esa norma es muy precisa, y por
tanto vale la pena prestar atención a todos los tránsitos sobre
el Ascendente; pues hasta un tránsito de Venus o Mercurio
sobre el Ascendente puede ser extraordinariamente significa-

327
tivo si ese planeta es especialmente poderoso en nuestro
mapa. También debe añadirse que todo planeta del mapa na­
tal aspectando estrechamente al Sol y/o a la Luna, o en la
primera casa, es muy sensible, puesto que estamos armoniza­
dos especialmente con su energía. Los tránsitos a tales plane­
tas son, por tanto, insólitamente importantes y se sienten con
fuerza.

Los tránsitos de los cinco planetas exteriores

En las partes siguientes, quiero recapitular algunos princi­


pios esenciales de estos planetas en tránsito y presentar estos
principios de modo conciso, a fin de que los puedan usar muy
fácilmente hasta los novatos en astrología. A esta altura, debe
ser claro por qué a los tránsitos de estos cinco planetas se los
subraya sobre los tránsitos de los otros planetas, pero mencio­
nar unos pocos ejemplos de cada uno debe demostrar ser de
utilidad como un modo de sintetizar las muchas ideas ya
mencionadas.

Los tránsitos de Júpiter

El tránsito de Júpiter por cualquier casa natal puede descri­


birse concisamente como una época en la que podemos:
1) lograr entender más vastamente ese ámbito de vida me­
diante una experiencia más amplia; 2) expandir el alcance de
ese ámbito de vida y posiblemente mejorarlo; y 3) actuar de
modo que tenga ramificaciones futuras y/o se base en consi­
deraciones futuras. Con todos los tránsitos de Júpiter podrá
haber una tendencia a expandirse en demasía, induciendo di­
sipación de energía y recursos. Pero, al revés de lo que indi­
can muchos libros que tratan sobre tránsitos, la gente experi­
menta, con frecuencia, muchos de estos aspectos en tránsito
( ¡incluidas las cuadraturas!) como épocas en la que son acu­
ciadas a actuar con más confianza y a hacer lo que realmente
querían hacer de cualquier modo. En otras palabras, toda la
expansión de los planes y actividades personales. en procura
de lo que deseamos largo tiempo, podrá ponerse en acción en

328
estas épocas porque tenemos una mayor motivación para
mejorar nuestra situación corriente y también mayor confian­
za en un resultado positivo. Parece que más personas se incli­
nan por retraerse innecesariamente en vez de expandirse de
más en la vida diaria y, de esta manera, los tránsitos de Júpi­
ter proporcionan una oportunidad necesaria para un avance
sensacional sobre estas restricciones autoimpuestas. Algunos
ejemplos de tránsitos jupiterianos tal vez aclaren estas cues­
tiones.
Con Júpiter transitando por la casa l a. podemos: l ) enten­
der más extensamente la clase de expresión personal que ne­
cesitamos realmente para sentirnos vitales y espontáneos;
2) expandir el alcance de nuestra expresión personal; y 3)
actuar de un modo que se base en una visión futura de nues­
tra última y potencial expresión personal en el mundo. En
mi caso particular, empecé escribiendo un artículo sobre los
elementos astrológicos mientras Júpiter estaba en mi casa l a.
(y en oposición a mi Sol natal) y descubrí que ese escrito
evolucionó hasta convertirse en todo un libro con tres edito­
res distintos que se ofrecieron a publicarlo. Es así como nació
mi libro Astrología, Psicologi'a y los Cuatro Elementos; yo
no tenía planificado escribir semejante libro y, concretamen­
te, tenía en mis planes otros libros que constituirían mi pri­
mer trabajo tan pronto concluyera eso que yo llamaba un
artículo sobre los elementos. En realidad, más bien me sor­
prendió descubrir que yo tenía tanto que decir acerca de los
elementos, pero el impulso de Júpiter hacia la expansión y
la amplitud no puede negarse en tales épocas.
Como otro ejemplo del efecto de Júpiter, dos clientas que
sufrían de graves inhibiciones sexuales se tornaron mucho
más osadas y liberales acerca del sexo cuando Júpiter transi­
taba por su casa 8a.; y ambas lograron no sólo entender mu­
cho más ampliamente la energía sexual y su lugar en la vida,
sino también una mayor consciencia de sus necesidades
sexuales y emocionales. Otros dos clientes agrandaron sus
negocios y elevaron sus precios cuando Júpiter en tránsito
estaba en cuadratura con Júpiter natal; y, al revés de lo que
podríamos esperar de ciertas expresiones sobre este tránsito
en una cantidad de libros, ambas personas experimentaron
mayores ingresos y triunfo profesional de esos movimientos

329
expansivos, y sin ramificaciones negativas en absoluto. Es
digno de mencionar que las oposiciones de Júpiter en tránsito
son, a menudo, más problemáticas que las cuadraturas. Las
cuadraturas son más dinámicas y parecen impulsar expansión,
nueva acción, o una nueva fase de desarrollo de un modo que
puede presentarse de inmediato. Algunas oposiciones jupite­
rianas se experimentan de modo parecido, como épocas ex­
tremadamente positivas e incluso "afortunadas", pero otras
parecen manifestarse como un bloqueo excesivo de algún
sector o expandir la expresión problemática del planeta natal
que es activado. Por ejemplo, un hombre experimentaba gra­
ves calambres en la parte superior de su espalda cuando Júpi­
ter entraba en oposición a su Saturno natal en Leo. Otro
hombre tenía una liquidación en su negocio cuando Júpiter
en tránsito se oponía a Venus natal, y descubrió que fueron
pocas las personas que se presentaron, con el resultado de
que no hubo ganancias.
Las conjunciones de Júpiter en tránsito respecto de plane­
tas natales o de los ángulos del mapa son casi siempre podero­
sas. En conjunción con el Sol, habitualmente se gana en con­
fianza y aumenta la energía creadora, aunque evidentemente
el triunfo mundano no ocurra siempre de modo simultáneo.
(El crecer en autoconfianza acompaña también con frecuen­
cia a la cuadratura, al trígono y a la oposición de Júpiter al
Sol natal.) En conjunción con la Luna, hay también más con­
fianza y una sensación de que las cosas fluyen con menos es­
fuerzo que el habitual. Algunas personas tienden a reaccionar
en demasía ante los estímulos que corrientemente no las afec­
tarían durante esta época, pero eso es más común cuando el
aspecto es una cuadratura o una oposición. Cuando Júpiter
aspecta a Mercurio por conjunción, a menudo hay nuevos
planes, ideas y rápidos cambios en nuestras aspiraciones edu­
cativas. La conjunción de Júpiter respecto de su lugar natal
es casi siempre un período tremendamente importante de
reorientación y fe renovada, lo mismo que de acrecentados
sentimientos religiosos en algunos casos. Este período dura,
por lo general, alrededor de un año, y ofrece la oportunidad
de mejorar nuestra situación de vida rápidamente si nos com­
prometemos a una nueva visión del futuro. La principal mani­
festación problemática de los tránsitos de Júpiter puede resu-

330
mirse en una sola palabra: exageración. Si podemos contener
y moderar la expresión exagerada de nuestras energías duran­
te los tránsitos jupiterianos, realmente no hay razón para
retraernos de asumir algunos riesgos grandes en tales épocas
de nuestra vida; pues existe la promesa no sólo de grandes
ganancias sino también de mayor comprensión de nosotros
mismos y contento.

Los tránsitos de Saturno

Puesto que los principios y características de Saturno están


explicados de modo muy completo en el Capítulo V, sólo ne­
cesitamos aquí resumir unas pocas cuestiones claves. Los
tránsitos de Saturno en aspectos dinámicos respecto a plane­
tas natales nos desafían a que tratemos realistamente las
cosas, en especial las cosas que estuvimos evitando. Estos
tránsitos pueden relacionarse con problemas, dolencias, de­
moras y frustraciones, pero sólo si descuidamos alguna res­
ponsabilidad para con nosotros mismos o los demás, o si no
evaluamos las cosas realistamente. Estos tránsitos no causan
problemas; simplemente, nos presionan para que afrontemos
ámbitos de nuestra vida en los que carecemos de disciplina,
estructura o fuerza interior. Ellos ponen a prueba la calidad
de nuestra vida y nuestros compromisos, y retardan el ritmo
natural de nuestra vida hasta un punto tal en el que nuestra
experiencia durante estos períodos está concentrada y es
profundamente impresionante.
Algunos ejemplos de tránsitos de Saturno, distintos de los
mencionados en el Capítulo V, están aquí en orden. La con­
junción de Saturno en tránsito a Plutón natal se acompaña,
a menudo, de experiencias psíquicas o espirituales, o por lo
menos, del deseo interior de comprometernos a alguna for­
ma de autotransformación. Con frecuencia, hay acrecentada
consciencia de nuestros profundísimos deberes para con no­
sotros mismos y un fuerte deseo de reformar nuestros viejos
hábitos. A una mujer de sesenta años alguien le enseñó cómo
meditar el día en que este tránsito era exacto. Un par de
horas después, estando en su casa, se sentó para ensayar esta
técnica de concentración, de inmediato abandonó su cuerpo,

331
y contempló brillantes visiones de luz y esplendor como las
que describieron místicos de muchas culturas. Se colmó de
júbilo y fe como nunca antes, y describió la experiencia
como algo que ¡había estado anhelando toda su vida! Este
ejemplo ilustra el hecho de que nuestra capacidad mental
y psíquica es extremadamente potente y concentrada duran­
te tales épocas. Un hombre experimentó una variedad de
síntomas físicos y psicológicos cuando Saturno estaba en
cuadratura con su Mercurio. Hubo muchísima tensión ner­
viosa que se manifestó físicamente como un fuerte dolor
de muelas (aunque según el examen odontológico no apa­
recieron caries). Y durante este período él estaba realizan­
do muchas serias reflexiones, lo cual aunque le puso al
borde del desaliento, le salvó de muchos trastornos poste­
riores; pues en esta época decidió formar una sociedad
comercial que parecía ofrecer oportunidades de ganan­
cias. Sin embargo, hechos posteriores demostraron que
él habría perdido la mayor parte de su inversión y mucho
tiempo y energía si su pensamiento práctico no le hubiera
disuadido de participar en esa aventura. Otras dos personas,
una de las cuales tenía la conjunción y la otra la cuadratura
de Saturno en tránsito a Urano natal, experimentaron frustra­
ción y deseo de mayor libertad que nuevas responsabilidades
les impedían. Pero, a su tiempo, estas personas llegaron a dar­
se cuenta de que la necesidad de aceptar una limitación en es­
ta época era un factor clave en el inicio de su desarrollo de
una forma práctica de creatividad y una aplicación práctica
de su idealismo y originalidad. Podríamos decir que los tránsi­
tos saturninos de Urano pueden producir una comprensión de
la libertad interior verdadera y un nivel hondo de emoción por­
que asumimos voluntariamente deberes que, a su tiempo, nos
darán un modo más estructurado de usar nuestra originalidad.
Uno de los ejemplos más interesantes que he visto tuvo
lugar cuando un joven tenía a Saturno en tránsito oponiéndo­
se a su Júpiter natal. Los tránsitos saturninos a Júpiter mar­
can habitualmente períodos de consolidación de nuestras
aspiraciones y nuestros planes de futuro crecimiento y auto­
mejoramiento, y su experiencia no fue una excepción. Sin
embargo, aunque este tipo de tránsito se relaciona habitual­
mente con cambios financieros, educativos e intelectuales,

332
su experiencia fue extraordinaria. Mientras Saturno estaba
en oposición a Júpiter, tuvo dos visiones separadas en dos
días diferentes, cada una de las cuales pareció impartir fuerza
y sabiduría. Una visión fue de un indio norteamericano que
ilustraba la paciencia y la comprensión que a este hombre le
faltaba notablemente. El indio parecía ser un guía, un auxi­
liar espiritual con quien podía contarse siempre en cuanto a
ayuda y apoyo, especialmente en emergencias. La otra visión
fue un guerrero vikingo en pleno atuendo de batalla, que sim­
bolizaba a ese hombre la fuerza y la valentía que necesitaría
si fuera a utilizar todas sus posibilidades creativas a pleno.
Luego resumió estas experiencias diciendo que le dieron más
fe ( ¡Júpiter!) y confianza en sí mimo, puesto que entonces
supo no sólo qué profundos recursos podía extraerse (simbo­
lizados por las cualidades de esas figuras arquetípicas) sino
que también llegó a conocer más realistamente lo que él mis­
mo podía llegar a ser en el futuro.

Los tránsitos de Urano

En el Capítulo III, ya mencioné algunos significados funda­


mentales de los tránsitos de Urano, y seflalé la correlación de
Urano con lo repentino y veloz. Los tránsitos de Urano a
cualquier cantidad de puntos del mapa natal corresponden a
un período de la vida en el que el tiempo pasa más rápida­
mente y en el que el ritmo de vida se acelera a fin de acuciar­
nos a que asumamos riesgos y apresuremos la experimenta­
ción y el nuevo crecimiento. Estos tránsitos no causan nece­
sariamente acontecimientos repentinos, sino que, a menudo,
indican épocas en las que actuamos inconscientemente de
maneras que tal vez atraigan tales experiencias. Uno de los
mejores modos de expresar el principio esencial incluido en
estos tránsitos es: que en esta época podemos lograr una pers­
pectiva más desapegada y objetiva de una dimensión particu­
lar de la experiencia si nos permitimos franquearnos y liberar­
nos de los estorbos de la tradición, el hábito, los condiciona­
mientos pasados y los prejuicios socio-culturales. Como todos
los tránsitos de los planetas trans-saturninos, los tránsitos
uranianos activan lo que está listo para que ocurra porque

333
nosotros estuvimos creciendo. Todos los deseos de un nuevo
crecimiento que aún no activamos (convirtiendo así a la
energía en un formidable depósito de tensión interior) son
enfrentados rápidamente en tales épocas. Se pone en foco
inmediato el desafío a crecer libre y rápidamente. De hecho,
los tránsitos uranianos marcan, a menudo, épocas en las que
nos damos cuenta de que hemos superado nuestras viejas
pautas de vida. Por supuesto, a menudo tendemos a demorar­
nos en nuestras viejas rutinas por miedo, inercia, deseos de
seguridad o ansiedad respecto de cambios imaginados, aunque
hay amos superado estos viejos modos de vida. Sin embargo,
cuando Urano transita planetas o ángulos natales, de pronto
enfrentamos todos los cambios necesarios para el crecimiento
futuro. Aunque tal vez no lo reconozcamos, lo que entonces
ocurre fue programado, en la mayoría de los casos, por nues­
tros cada vez más descontentos pensamientos, sentimientos y
conducta. Aunque, a la sazón, experimentemos algo traumá­
tico que evidentemente no queríamos (por ejemplo, la
muerte o mudanza de un amigo íntimo), tal vez veamos unos
meses o afios después que eso fue bueno para nosotros, que
nos liberó para que fuéramos más independientes y que
aprendiéramos cómo ganarnos la vida. El significado esencial
de un tránsito uraniano es que nos despierta a nuestro verda­
dero estado de libertad respecto de lo que hemos superado.
Nos libera de todo aquello a lo que no estamos ya atados
por deber, miedo, karma o necesidad; y nos despierta a un
independiente estado del ser y a nuestra singular finalidad
vital.
Algunos ejemplos deben ser de utilidad. Un hombre aban­
donó su trabajo rutinario cuando Urano en tránsito estaba en
cuadratura con su Sol, pues, a la sazón, advirtió que era época
de ocuparse de un trabajo de índole creativa que contemplara
desde nifio pero que desde entonces ignorara. Otro hombre,
estando Urano en conjunción con el Sol natal, se inundó de
rápida instrucción proveniente de otras dimensiones acerca
de leyes cósmicas, evolución espiritual y verdades astrológi­
cas. Asimismo, comprendió que su verdadera naturaleza ne­
cesitaba compafiía y que le era imposible un estado real de
libertad personal a menos que se casara. Y por eso encontró
a alguien con quien se casó muy rápidamente durante esta

334
época. En cada caso, hubo un acentuado despertar a la ver­
dad de la naturaleza esencial de esa persona. Una mujer de
veinticuatro años, durante la cuadratura de Urano en tránsi­
to, respecto de su planeta regente Mercurio, llegó a compren­
der que había superado muchos viejos modos de pensar,
actuar e incluso vestir (nótese que el Ascendente y su plane­
ta regente se relacionan con la apariencia). Se hizo cortar la
mayor parte del cabello, empezó a aprender arte meditativo
oriental del movimiento, y comenzó a trabajar parte del día,
no full time, a fin de tener más libertad para proseguir con
sus actividades creativas.
Todo esto que llegaba a comprender le venía ocurriendo
durante por lo menos uno o dos años, manifestándose como
descontento y fuertes deseos de cambio radical, pero el cam­
bio no estaba maduro como para activarlo, y los deseos de
cambio tampoco recibían forma y dirección claras hasta que
el aspecto se aproximara a ser exacto. Un hombre que tenía
a Urano en tránsito, formando cuadratura con su Saturno
natal, advirtió, entonces, que en realidad estaba en libertad
para trabajar en lo que le gustaba y lo estimulaba, en vez de
adherir a viejas pautas laborales simplemente para ganar di­
nero. Despertó a un sentido de libertad respecto de viejos
deberes, obligaciones y hábitos motivados por el temor; y,
en consecuencia, abandonó enteramente su vieja carrera para
proseguir una línea laboral creativa full time. Antes de actuar
sobre ese impulso, el viejo trabajo empezaba a sentirlo tan
aburrido y frustrante que estaba casi al borde de un colapso
nervioso.
Los tránsitos uranianos de Venus y Marte se sienten casi
siempre como deseos potentes de experimentación sexual
y/o emocional; y, aunque tales experiencias son, a menudo,
extremadamente amenazadoras de relaciones establecidas
(como el matrimonio), la objetividad ganada a través de la
representación o por lo menos la confrontación de esos
impulsos le permite a esa persona, en muchos casos, mejorar
después relaciones existentes. Durante los tránsitos reales,
hay habitualmente considerable agitación; y los aspectos
uranianos desafiantes respecto del Marte natal son especial­
mente tumultuosos y se manifiestan, a menudo, como vio­
lentos anhelos de nueva acción emocionante. Pero puede

335
haber un despertar, en estas épocas, a nuestras verdaderas
necesidades venusinas o marcianas, y a nuevos modos de
expresar aquellas energías en las que tal vez nunca se pensó
antes. Y, como se mencionara, los tránsitos uranianos a
Neptuno natal se relacionan, a menudo, con un despertar a
la realidad de los niveles espirituales o trascendentes del ser,
durante el cual la persona puede experimentar muy espon­
táneamente un nivel de consciencia que sólo puede descri­
birse como místico.

Los tránsitos de Neptuno

Los principios esenciales de Neptuno fueron considerados


también, en su mayoría, en el Capítulo 111. Sólo necesitamos
resumir aquí diciendo que los tránsitos neptunianos armoni­
zan invariablemente a una persona con un reino de lo intan­
gible. Aunque a menudo se sienten como períodos confusos
de incertidumbre general, también pueden experimentarse
como épocas de inspiración o incluso de iniciación a través
de la depuración y la espiritualización de nuestra personali­
dad del modo indicado. Estos períodos son, potencialmente,
épocas para aprender las lecciones más sutiles de la vida y
advertir que los factores intangibles e inmateriales son más
importantes y poderosos que los asuntos mundanos de la
vida cotidiana que la mayoría parece considerar como la
realidad última. A través de la vibración neptuniana que
impregna nuestra consciencia, podemos (ya sea voluntaria
o involuntariamente) franqueamos al reino de las posibilida­
des infinitas que pueden acuciar una ampliación tremenda de
la consciencia e incluso una armonización con los niveles
universales y cósmicos del ser. Los tránsitos de Neptuno nos
dan una oportunidad para que depuremos nuestro entendi­
miento, nuestras actitudes y nuestra conducta sobre la base
de una percepción aguda de las fuerzas intangibles en activi­
dad. ¡Tendemos a confundirnos y a estar en el aire en tales
épocas si no nos armonizamos con un ideal!
Algunos ejemplos específicos son especialmente necesarios
para acrecentar nuestra comprensión de los tránsitos neptu­
nianos, puesto que es difícil explicar la trascendente vibra-

336
ción de Neptuno de algún rnodo lógico o sistemático. Una
mujer de treinta y cuatro años atravesó un período de pro­
fundos cambios personales cuando Neptuno en tránsito estu­
vo en cuadratura con su Sol natal repetidamente durante un
año y medio. Durante esta época, su esposo, con quien vivía
desde hacía doce años, la abandonó, pero no se comprometía
a volver ni a querer una separación permanente. Por tanto,
ella quedó en el aire, sin saber si debía iniciar una nueva vida
o esperar a que él tomara una decisión definitiva. Creció tam­
bién en ella el interés por la astrología, la reencarnación y
otros campos afines, que la ayudaron a que tuviera una pers­
pectiva de aquello por lo cual estaba atravesando. Estos estu­
dios le dieron, por primera vez, una visión espiritual de la
vida, y, de hecho, la ayudaron a darle la fuerza para tomar
una decisión, divorciarse de él y lanzarse por su sendero de
desarrollo en vez de mantener una malsana dependencia
de él. Durante este período, ella logró un nuevo sentido de
la libertad y la individualidad (el Sol); y las posibilidades de
crecimiento empezaron por primera vez en su vida a abrírse­
le de par en par y a ser muy prometedoras. Un·niño de seis
años, cuando Neptuno estaba en conjunción con su Sol
natal, fue llevado a una plática de un maestro espiritual de
la India porque la madre del niño era devota de las enseñan­
zas de este maestro. Resueltamente y sin anunciarlo, el niño
corrió de repente hacia el maestro y le pidió que lo iniciara,
algo que comúnmente no se concede a nadie de menos de
veintiún años de edad. Pero, en este caso, debió haber sido
para este niño el tiempo de que tomara contacto con una
fuente de inspiración espiritual pues se le prometió que sería
iniciado y, de hecho, recibió una experiencia espiritual inte­
rior que le dejó sin palabra y radiante de felicidad.
Los tránsitos neptunianos a Venus natal son particular­
mente importantes para que se llegue a entender al amor,
más profunda y depuradamente. Una mujer, estando Nep­
tuno en oposición a su Venus, se encontró con un hombre
en circunstancias muy insólitas. Su relación tuvo un comien­
zo de "cuentos de hadas", como si esa conexión fuera a ser
importante. En consecuencia, la relación estuvo rodeada de
una especie de hechizo, que sólo descubrió que era una ilu­
sión cuando el tránsito empezó a pasar. El hombre era un

337
p1sciano de orientaciones espirituales y a través de él, la
mujer trabó conocimiento con muchas otras personas de
ese tipo. (Nótese que Venus trata con toda clase de relacio­
nes, no sólo contactos románticos.) El interés y la compren­
sión de ella acerca de la espiritualidad aumentó para esta
época, aunque esto también tenía una aureola de hechizo
en vez de implicar verdaderamente un estudio serio. Me­
diante la influencia de este hombre, la mujer gastó una
considerable cantidad de dinero para un curso de control
mental, aunque no estaba en claro y se sentía azorada ( ¡Nep­
tuno!) acerca de sus motivaciones para estar allí. Sin em­
bargo, en el curso experimentó su habilidad psíquica de
modo inmediato y asombroso. Sólo hacia la terminación del
tránsito ella empezó a desilusionarse del modo impersonal
en que él se había relacionado con ella y a comprender que
estaba más enamorada de una imagen que de una persona.
Y, aunque emocional (y hasta cierto punto materialmente)
ella se sintió "destrozada" por él, en la actualidad no le guar­
da resentimiento porque está convencida de que esa expe­
riencia fue una lección importante para que se acrecentara
su conocimiento del amor.
Cuando Neptuno estaba en conjunción con su Venus
natal, un hombre descubrió que su relación amorosa co­
rriente empezaba a disolverse. La visión idealizada de su
amante -para decir lo menos- quedó minada cuando averi­
guó que ella había dormido con su mejor amigo. Antes de
esa época, él había tendido a pensar en ella como su pose­
sión; y, con considerable dolor, ahora tuvo que afrontar los
celos y la posesividad intensa que siempre sintió en cualquier
relación importante (con hombres o mujeres). Así, podemos
ver que esta experiencia única contenía importantes leccio­
nes que podrían aplicarse generalmente a muchos ámbitos
de la vida. (Además, la tendencia neptuniana a la universali­
zación.) Atravesando ese dolor, él no sólo logró un considera­
ble desapego respecto de sus emociones y, de hecho depuró
todo su enfoque del amor, sino que también descubrió que
sus sentimientos se franquearon de modo tal que ahora pudo
considerar el dar pasos para relacionarse con otras mujeres.
Durante muchos tránsitos neptunianos, la imaginación
corre desbocada, y la persona es afligida, a menudo, por la

338
falta de concentración y la ineficiencia resultante (esta cua­
lidad es especialmente marcada en los tránsitos a Marte o a
Saturno). Pero, aunque los asuntos materiales sufran de este
modo, es una interferencia temporaria; por tanto, las expe­
riencias inspiracionales e intangibles de tales épocas pueden
durar muchos años como recuerdos que podrán guiar la vida
de esa persona de modos importantes.

Los tránsitos de Plutón

En el Capítulo IV incluí una parte íntegra sobre tránsitos


plutonianos, pero podríamos recapitular aquí los principios
esenciales de estos tránsitos. Los tránsitos plutonianos nos
enfrentan con la necesidad de terminar con lo viejo, de su­
perar capítulos de la vida. Ellos nos dicen que "demos
paso" y, si no queremos, a menudo nos vemos obligados a
dar paso mediante el sufrimiento. Estos tránsitos franquean
recursos y energías interiores previamente ocultos u olvida­
dos, eliminando viejas formas en la superficie de la vida.
Los tránsitos plutonianos no sólo sumergen a menudo una
parte nuestra o hacen que algo desaparezca por completo,
sino que también pueden hacer volver a nuestra vida perso­
nas, sentimientos, actividades o aspectos de nuestra natura­
leza que habían estado largo tiempo ausentes. En otras pala­
bras, estos tránsitos tienen el poder de arrancar la vieja
cáscara a fin de revelar la esencia del ser interior y de la
espontánea creatividad, la alegría y la libertad. Podrán
ayudarnos a experimentar la clase de energía y aptitudes
espontáneas que sentíamos y activábamos cuando éramos
jóvenes, antes de quedar sepultados bajo el peso de pautas
culturales o bajo los velos del karma. Después de un tránsito
plutoniano, ya todo despejado, podremos experimentar
nuevamente nuestra naturaleza esencial y empezar a expre­
sarla. Los tránsitos plutonianos se sienten, de hecho, a
menudo, como un exorcismo o una forma de cirugía (física,
emocional, mental o espiritual) en la que alguna parte de.
nosotros es quitada o cambiada radicalmente.
Podremos obtener más intuición de la naturaleza de Plu­
tón mediante un conocimiento profundo del signo de Es-

339
corpio. El período escorpiano del año (al menos, en el
Hemisferio norte) es la época en la que la fuerza vital se
retira de todas las formas externas de la naturaleza y se
concentra en la semilla. Es notable que el símbolo cultural
de esta época sea en los Estados Unidos la calabaza de Ha­
lloween vaciada por dentro, dejando sólo una cáscara vacía
con un rostro que mira en blanco. De hecho, esa linterna de
calabaza es un símbolo de la muerte, una calavera simbólica
con los brillantes restos de la fuerza vital que se fue y está
representada por la vela que está dentro. (De hecho, los
escorpianos con frecuencia se sienten como cascarones
vacíos, como si sobrevivieran a viejas compulsiones mientras
están extremadamente insatisfechos con tal conducta.) Tra­
dicionalmente, la fiesta de Halloween (la víspera de Todos
los Santos) era una época en la que los difunJos volvían a la
vida y cuando los seres humanos, en su cuerpo físico, podían
tomar contacto más inmediatamente con espíritus de toda
clase, lo mismo que con sus santos patronos. Es significativo
que en esta época se les permita a los niños vagar por la noche
más allá de su hora habitual de irse a dormir, y que no se
suponga que vayan de casa en casa pidiendo comida hasta
que el Sol (el símbolo de la vida física) ¡se puso por com­
pleto! En realidad, los escorpianos y plutonianos parecen
tener afinidad respecto de los sectores oscuros de la experien­
cia, ya sea de modo constructivo o por miedo mezclado con
fascinación. En esta noche, los niños se visten con toda clase
de ropas atroces, como otras tantas almas perdidas que vagan
por allí en busca de sustento. De hecho, hasta el familiar
"Trick or treat!" suena vagamente reminiscente respecto de
un modo escorpiano de pedir algo. Debe ser patente que Es­
corpio y Plutón se interesan siempre por algún género de
muerte, y -si tememos a la muerte- estamos seguros de te­
ner miedo a los tránsitos plutonianos. Escorpio y Plutón re­
presentan deseos de penetrar en el meollo de la vida con gran
intensidad, hasta que la pura fuerza vital se experimente
mediante la fusión con otra fuerza (humana o divina). Por
tanto, de lo anterior podemos inferir que los tránsitos pluto­
nianos tienen el poder de ponernos en contacto con el poder
seminal que está dentro de nosotros, con las experiencias de
vida en su forma más intensa, concentrada y rígida, y con

340
nuestra naturaleza esencial y nuestras posibilidades positivas
en su estado más puro. Y, mientras ocurre todo esto, al fin
caen o se rechazan los "viejos cascarones" de las pautas con­
suetudinarias emocionales o mentales.
Los ejemplos siguientes deben ilustrar cómo tales tránsitos
pueden funcionar. Una mujer de cuarenta y tres años sufrió la
muerte de su esposo cuando Plutón en tránsito estaba en con­
junción con su Marte de la primera casa natal. Ella nunca
había tenido una relación decente con un hombre hasta que
se encontró con él, y él la había ayudado a ganar fuerza y
confianza en sí misma. Habían estado casados sólo unos po­
cos años cuando él murió. Lo importante de esta experiencia
fue que constituyó una transformación de la autosuficiencia,
fuerza y capacidad de ella para afianzarse y dirigir su propia
vida (todo lo cual simboliza Marte). Incluso antes que ella
conociera las correlaciones astrológicas con esta experiencia,
ella comprendió que, de allí en adelante, tenía que prote­
gerse sola y empezar a utilizar independientemente los recur­
sos interiores que había estado desarrollando durante los po­
cos años pasados. Una mujer de veintiséis años se purificó de
muchas actitudes y recuerdos viejos cuando Plutón entró en
conjunción con su Mercurio natal. La manifestación más
abiertamente perceptible de esta fase fue que se relajó más
(nótese que Mercurio rige el sistema nervioso) y que sus ac­
titudes y pensamientos fueron mucho menos superficiales
que antes. Podríamos decir que su acrecentado relajamiento
se produjo por profundizada percepción y liberación de
tensión que pueden acompafiar a la eliminación plutoniana.
Tres ejemplos diferentes de cómo el tránsito plutoniano en
cuadratura con Urano natal puede manifestarse revelan cómo
deben ser las interpretaciones astrológicas individualizadas:
l ) una mujer joven transformó su sentido de lo que significa
la "libertad" durante esta época y se purificó de su vaga ex­
presión de "libertad" mediante su decisión de no precipi­
tarse a integrar un violento grupo revolucionario con el que
tenía contactos, y en lugar de ello empezó a estudiar una
carrera de quiropráctica; 2) otra mujer se enfermó, volvió a
encontrarse con dos viejos novios que no veía hace años,
y se esclareció respecto de qué clase de libertad personal
quería; 3) un joven descubrió que este período es una prolon-

341
gada fase de transformación psíquica y agitación psicológica,
durante el cual tuvo sueños muy activos, se interesó por la
astrología, y empezó a ser un adepto del consejo psicológico
y del análisis de los sueños.
Cuando Plutón en tránsito entró en cuadratura con su
Venus natal, una mujer de treinta y cinco años atravesó
grandes cambios emocionales, todos los cuales fueron doloro­
sos, pero que, en última instancia, la franquearon a una com­
prensión mucho más jubilosa del amor. Su esposo, que vivió
con ella durante quince años, la abandonó y -poco después­
uno de sus amigos más íntimos quedó paralítico (cuando
Urano entró en oposición a su conjunción uraniana-marciana
natal). Fue un período de despojamiento de sus viejos apegos
emocionales, lo cual le dio un nivel de conocimiento profun­
do que nada más podría proporcionarle. Un hombre de
treinta años abandonó toda la carrera que se había empeñado
en construir durante ocho años cuando Plutón entró en con­
junción con Sol. Cuando el aspecto se aproximó, se enfermó
emocional y físicamente y tuvo que guardar cama durante
casi un mes. Pero durante ese período de convalecencia no
sólo comprendió que simplemente no podía continuar con
su trabajo corriente que le estaba agotando por completo,
sino que también empezó a leer muchos libros sobre el campo
que iba a ser su nueva carrera. Era como si todos los vestigios
de sus viejos modos de vida hubieran sido barridos de repen­
te, dejando sólo aquellas cosas que él hiciera espontáneamen­
te con gran alegría cuando era más joven; y fueron esas
viejas aptitudes familiares las que entonces empezó a usar en
una nueva dirección vocacional.
Un último ejemplo es especialmente pertinente para los
que tratan de seguir algún género de ideal o sendero espiri­
tual: los tránsitos plutonianos de Neptuno natal. Estos
tránsitos pueden manifestarse como confusión y gran des­
contento cuando viejos anhelos, ideales y fantasías son
traídos a la superficie. Podemos ganar gran profundidad in­
tuitiva respecto de nuestras motivaciones y anhelos verdade­
ros, y sobre cuáles fueron los sentimientos inconscientes an­
teriormente fuertes que impulsaron una conducta irrealista.
Los deseos escapistas pueden ser fuertes, pero podemos ver
en esta época que sólo hay un escape verdadero de lo que

342
preocupa nuestra mente: enfrentar nuestros deseos y necesi­
dades reales, y transformarnos y transformar nuestros idea­
les. De hecho, durante este período se purifican, a menudo,
las actividades vagas, ilusorias o escapistas; y los autoengaños
son puestos con frecuencia, de modo riguroso, a la luz del
día. En suma, el deseo de reformarnos, que está presente en
alguna medida durante casi todos los tránsitos plutonianos, se
concentra, en esta época, en nuestros propios ideales y, por
tanto, también en el tratamiento de aquellos ámbitos de
nuestra vida en los que hemos traicionado a nuestros ideales.
Para las personas es común enfrentar en esta época las princi­
pales maneras con que han estado tratando de engañarse; y
es raro que tal tránsito pase sin que un individuo tenga que
enfrentar un ámbito importante de autoengaño. En esta épo­
ca pueden patentizarse varias contrariedades, pero habitual­
mente son resultado de los sueños irrealistas y de los auto­
engaños de la persona; y tales contrariedades sirven a la fina­
lidad de enseñar a esa persona los valores más profundos y
confiables de la vida.

El tiempo de los tránsitos

Ya mencioné que el tiempo de las progresiones y los trán­


sitos no puede definirse con normas rigurosas, puesto que
tanto depende de la sensibilidad del individuo como de
cuán rápidamente la persona pueda asimilar el alcance y el
significado plenos de la experiencia correspondiente. Por
ejemplo, he visto casos en los que un acontecimiento o
frustración traumática específica a los quince años (cuando
Saturno en tránsito estaba en oposición a Saturno natal)
siguió obsesionando a esas personas durante los quince
años siguientes; y el significado y la profundidad de la ex­
periencia original, a menudo fueron entendidos y acepta­
dos plenamente sólo ¡para la época del primer regreso de
Saturno! Aquí podrían explicarse muchas pautas similares;
pues los tránsitos de los cinco planetas externos comparten
todos esta cualidad: que su impacto sobre la vida del indi­
viduo es, en ocasiones, tan profundo que el nivel de cons­
ciencia de la persona no basta para imponerse a él, para

343
no mencionar que integre la experiencia dentro de un breve
lapso. De hecho, la vasta mayoría de técnicas psicoterapéuti­
cas se orientan primordialmente hacia la promoción de la
integración y la aceptación de varias experiencias que no
podrían afrontarse plenamente en la época que ocurrieron
porque el dolor era demasiado abrumador. Estas técnicas
terapéuticas están muy separadas de las técnicas astrológicas
tradicionales, pero ambos métodos cognoscitivos se comple­
mentan a la perfección. (De ahí que los que dicen que los
astrólogos nada tienen que aprender de la "psicología" se
resignan a una forma incompleta de aconsejar que trata sólo
a la mente pero no a las emociones. Poquísimos astrólogos
pueden llegar a ser terapeutas calificados, pero lo consejeros
astrológicos deben, por lo menos, estar al tanto de qué tipos
de terapias están a disposición de tipos específicos de proble­
mas a fin de que puedan convertirse en útiles referencias.)
De hecho, uno de los máximos valores de la astrología es
que pueden ayudarnos a asimilar el significado de cualquier
experiencia dada, más rápida y plenamente; podríamos decir
que puede ser una forma de "medicina preventiva" que redu­
cirá la necesidad de psicoterapia intensa en el futuro.
El conocimiento de la astrología es especialmente útil en el
trato con niños, como padre o como profesional en algún
campo. Poquísimos niños tienen suficiente conocimiento,
perspectiva o fuerza personal que les permita enfrentar con
plenitud las dolorosas experiencias de la niñez. Por tanto,
como la mayoría de los adultos, los niños tienden a ignorar,
negar o reprimir sus dolorosos sentimientos, posponiendo de
esa manera, hasta una vida posterior, la necesidad de enfren­
tar esas emociones. Y, puesto que poquísimos adultos tienen
algún modo de saber qué le ocurre al niño, y puesto que los
adultos, en su mayoría, tienden a desechar los sentimientos
de los nifios como más bien carentes de importancia, al niño
a menudo se le aconseja: "No te preocupes, es sólo una fase
de tu crecimiento. Cuando seas más grande, verás que esto
realmente no tiene importancia." Pero el hecho es que, para
el niño, ¡eso tiene importancia precisamente ahora! Y si el
padre, el consejero, el maestro o el pariente tiene la ayuda
de la astrología, podrá penetrar en la experiencia interior
del niño y así empezar a relacionarla más sensiblemente.

344
Muchas dolorosas experiencias de la niñez podrían mejo­
rarse si la criatura tuviera tan sólo alguien con quien conver­
sar que ¡realmente entendiera lo que está sucediendo!
Pero para volver al tema del tiempo de los tránsitos espe­
cíficos, resulta patente que ese tiempo es más un arte que
una ciencia, puesto que se trata de una cuestión individual.
Sin embargo, podemos esbozar unos pocos lineamientos
que podrán ser útiles, al menos hasta que el profesional
tenga bastante experiencia de que él o ella podrán sentir
el impacto de varios tránsitos de modo específico. Una de las
cosas más importantes a tomar nota de cuándo trabajar con
los tránsitos, algo que pocos libros sobre tránsitos mencionan,
es el fenómeno común de un tránsito específico que se repite
tres (o en el caso de Neptuno o Plutón hasta cinco) veces en
un lapso de muchos meses. Por ejemplo, Plutón puede estar
en cuadratura con mi Luna yendo una vez directo, luego re­
trógrado a la cuadratura con la Luna otra vez, y luego vuelta
a directo para repetir esa cuadratura. En algunos casos, Plu­
tón, entonces de nuevo, se volverá retrógrado y repetirá el
aspecto dos veces más. Ocasionalmente, un planeta en tránsi­
to llegará a una de sus "estaciones" (o sea, donde su movi­
miento aparente es cero cuando está vuelta a directo o retró­
grado) en un punto que está en aspecto íntimo con un pla­
neta natal. ¡Estos períodos son especialmente poderosos!
Cuando vemos que un tránsito particular se repetirá en un
período de muchos meses, debemos contemplar esa serie
de tránsitos como representativos de todo un proceso de
cambio y transformación que será especialmente profundo
y que empezará alguna vez antes del primer aspecto exacto
y continuará durante algún tiempo después del último
aspecto. Es como si los aspectos exactos durante todo ese
tiempo marcaran picos en la intensidad de la corriente ener­
gética que se experimenta, aunque el proceso de cambio con­
tinúe aún en algún nivel y el planeta se haya separado tempo­
rariamente del aspecto íntimo. Experiencias y cambios im­
portantes no se manifestarán siempre cuando tales aspectos
son exactos, aunque lo sean habitualmente en mayor propor­
ción. Pero los aspectos exactos invariablemente están "sem­
brando" períodos en los que el impacto sobre el conocimien­
to y la consciencia es habitualmente intensísimo. Como ya

345
se mencionó, el primer tránsito de tal serie corresponde
habitualmente a la más notable experiencia de todos esos
cambios que ocurrirán durante todo el período de cambios;
y el primer tránsito habitualmente se relacionará con la expe­
riencia más problemática en el caso de los aspectos dinámi­
cos. (Debe seííalarse, sin embargo, que si el planeta natal que
es activado estuviera retrógrado en el nacimiento, el período
retrógrado de la serie de tránsitos en ocasiones significará la
experiencia más evidentemente intensa.) Es como si tuviéra­
mos que despejar todos los estorbos durante el primer tránsi­
to, a fin de franqueamos a las lecciones necesarias durante el
resto de todo el proceso.
Con algunos tránsitos, la cuestión de los orbes puede sim­
plificarse utilizando orbes de tiempo en vez de orbes de una
cantidad específica de grados. Como se menciona en el Capí­
tulo VIII, con fines generales, creo que usar un orbe máximo
de un mes antes y después de un aspecto exacto es una guía
valiosa para los tránsitos de los planetas externos. Esto signifi­
ca que la Luna en tránsito tendrá que estar en conjunción
con cada punto implícito en la configuración del tránsito dos
veces durante ese período de dos meses. Si tratamos de usar
un orbe rígido, por ejemplo, de un grado, a menudo no logra­
remos ver los tránsitos que realmente se relacionan con una
experiencia particular, aunque no hayan sido exactos en la
época del cambio externo. Puesto que el Sol y la Luna regu­
lan la corriente energética real de nuestras vidas, debemos
comprender que -aunque muchos tránsitos se manifestarán
evidentemente cuando estén exactos al minuto- otros se
manifestarán un poco antes o un poco después de que se for­
me el aspecto exacto, dependiendo de las posiciones del Sol
y de la Luna. Sin embargo, el orbe de un mes es máximo,
puesto que, en la mayoría de los casos, un orbe de dos sema­
nas (abarcando así un ciclo completo de la Luna en tránsi­
to) bastará para esbozar un lapso durante el cual un particular
aspecto en tránsito se manifestará poderosamente. Sin embar­
go, debo repetir que ésta es sólo una guía; pues, en la prác­
tica real, hay una cantidad de factores específicos pertene­
cientes a planetas en tránsito que no encuadran en ninguna
nornia general y que ahora delinearé más pormenorizada­
mente.

346
LUNACIONES: La Luna Nueva que aspecta íntimamente a
un planeta natal empezará, a menudo, a manifestarse pocos
días antes de la época exacta en que la Luna y el Sol están
en conjunción. Esto es explicable por el hecho de que, cuan­
do la Luna en tránsito se aproxima al Sol en tránsito, las
energías de ambos empiezan a fundirse; y, cuando la Luna
en tránsito entra en el signo en el que está el Sol en tránsito,
la liberación de energía se intensifica aún más.

TRANSITOS DE MERCURIO, VENUS Y MARTE: Normal­


mente, un orbe de un grado bastará para entender estos trán­
sitos. Esto significa que, por ejemplo, Marte transitando en
oposición al Sol se manifestará habitualmente de modo fuer­
te por un máximo de tres días. La única guía complementaria
con estos tránsitos es que su sola posición de signo puede sim­
bolizar una tendencia general durante un breve período; por
ejemplo, siempre que Venus en tránsito está en nuestro signo
de Sol, ese período puede coincidir con más interés en formar
relaciones o en encontrarnos con gente nueva.

TRANSITOS DE JUPITER Y SATURNO: Además de los or­


bes de tiempo antes mencionados, debe recalcarse también
que la sola posición de signo de estos planetas en tránsito debe
tenerse en cuenta; pues la mera presencia de uno de estos pla­
netas en el signo que estamos ascendiendo, o en el signo don­
de tenemos nuestro Sol natal, Luna natal u otros planetas
importantes, matizará toda la actitud con la que expresamos
esas energías durante muchos meses, aún cuando ningún as­
pecto específico esté próximo. Por ejemplo, el tránsito jupi­
teriano de nuestro signo de Luna puede darnos mayor con­
fianza en expresar energías con las que siempre nos sentimos
particularmente cómodos, y esta nueva sensación puede durar
tanto como un año entero. O todo el período en el que Satur­
no transita por nuestro signo de Sol puede caracterizarse co­
mo una época más bien seria en la que tratamos de estructu­
rar el modo de usar nuestras energías creativas. Este deseo de
estructurar se intensificará sencillamente cuando Saturno em­
piece a aspectar íntimamente al Sol natal. Debe mencionarse
también que los tránsitos jupiterianos se experimentan a me­
nudo como anticipación de algún cambio futuro en gran esca-

347
la, tal vez cuatro a seis meses antes de que se forme el aspecto
exacto. ( ¡Nótese además la importancia de Júpiter como ar­
monización con el futuro!) Por otro lado, los tránsitos satur­
ninos a menudo se rezagan, al mantener una relación tradicio­
nal saturnina con la demora y la lentitud; de ahí que muchos
cambios importantes ocurran durante un período que llega
hasta un año y medio después que pasó un aspecto saturnino
exacto.

TRANSITOS DE URANO: Estos han de considerarse impor­


tantes primordialmente cuando entran en 5 grados o menos
de un aspecto exacto; su sola posición de signo no tiene casi
la importancia que tienen las posiciones de signo de Júpiter y
Saturno. Los tránsitos de Urano son los más precisos de to­
dos los medidores de tiempo en Astrología, puesto que pare­
cen manifestarse con gran inmediatez casi siempre que el as­
pecto es exacto. Por tanto, como señalaran Charles Jayne
e Isabel Hickey, estos tránsitos son particularmente útiles
en los intentos de rectificar mapas. Finalmente, debe seña­
larse que un individuo muy armonizado con la energía ura­
niana en su mapa natal (como la mayoría de los que están
intensamente comprometidos en la astrología) será más sen­
sible a estos tránsitos y, por tanto, empezará a sentir sus
efectos como una aceleración general de la marcha de la
vida considerablemente antes de que se forme el aspecto
exacto. En estos casos es precisamente cuando se necesi­
tará el orbe máximo de 5 grados, antes mencionado.

TRANSITOS DE NEPTUNO: Además, el tiempo de estos


tránsitos depende principalmente de las armonizaciones del
individuo. Las personas totalmente enfrascadas en los burdos
asuntos de la sobrevivencia y las responsabilidades materiales
tienden a menudo a advertir estos tránsitos sólo cuando están
dentro de un grado o dos de exactitud; mientras las que están
abiertas a las sutilezas de la vida tienden a percibir la vibra­
ción neptuniana en su vida cuando Neptuno está a 5 grados
de distancia de formar un aspecto exacto. Como con Urano,
la sola posición de signo de Neptuno en tránsito es de poca
importancia para los individuos.

348
TRANSITOS DE PLUTON: Estos tránsitos pueden ser sor­
prendentemente poderosos, incluso cuando el aspecto exacto
dista unos 5 grados o algo así del exacto. En algunos sentidos,
creo que Plutón debe recibir un "orbe de influencia" mayor
que cualquier otro planeta en tránsito, excepto Júpiter y Sa­
turno, a pesar de su pequeño tamaño físico. Pues, mientras
los aspectos exactos de Plutón en tránsito a planetas natales
se relacionan habitualmente con cambios importantes que la
mayoría de los individuos nota, parecen patentizarse efectos
extremadamente poderosos, en muchos casos, hasta un año
antes de que tengan lugar tales aspectos exactos, cuando
Plutón puede estar a unos 5 grados de formar el aspecto
exacto. Es como si Plutón estuviera preparando a la persona
para los cambios profundos y en gran escala que vendrán
después a erosionar algunos cimientos del viejo estilo de vida
de esa persona, adelantándose a la época en la que las mayo­
res posibilidades de renacimiento serán evidentes. Las perso­
nas tienden a ser más abiertas a lo nuevo cuando están en
un estado de desorientación; y los tránsitos plutonianos
exactos son precedidos, a menudo, por experiencias de fati­
ga, tedio, búsqueda y dolor emocional que afectan bastante
profundamente a esa persona para inducir un estado total de
desorientación psíquica. Si bien a veces es dolorosa y confu­
sa, esta puede ser, por supuesto, una experiencia muy fruc­
tífera. Aunque la mayor parte de nuestra instrucción educa­
cional y de nuestros prejuicios culturales nos inclinan a sentir
absoluto terror a pensar en en el caos, podrán aprenderse va­
liosas lecciones adaptándonos a cuanta situación surja duran­
te estos períodos de transición. Como escribe Carl Payne
Tobey en Tbe Astrology of lnner Space: "No temáis al caos
porque de éste siempre nace algo. En vez de preocuparme por
una situación caótica, aguardo el nacimiento. Cuando la
mente se vuelve caótica -o cuando mi mente lo está- es
porque resulta imposible ver la totalidad".

349
Capricornio
Capítulo X

EL ASCENDENTE Y EL MEDIO CIELO

Factores vitales de la estructura de la personalidad

El mapa natal sólo lo pueden interpretar bien


los hombres y mujeres sabiamente intuitivos,
y éstos son pocos.
Paramahansa Yogananda

La obtención de lo significativo del Ascendente y del Me­


dio Cielo fue inasequible para mí durante muchos años, aun­
que yo leía todos los libros sobre astrología que podía encon­
trar y asistía también a conferencias sobre el tema. Fue sólo
cuando empecé a efectuar muchas consultas concentradas
en una exploración profunda de los diversos componentes
de un mapa natal que empecé a desarrollar un sentimiento
respecto de la significación de estos factores astrolólogicos.
Hasta que logré alguna experiencia inmediata mediante el
consejo de persona a persona, que me permitiera de esta
manera observar a muchas personas diferentes y sus diversos
modos de expresarse, todas las explicaciones teóricas del
Ascendente y del Medio Cielo siguieron siendo abstractas
y de poca utilidad. Creo que esta experiencia directa fue
necesaria por dos razones. Primero, el Ascendente simboliza
un modo con el que la personalidad toda se expresa de modo
tan inmediato y espontáneo que la mera palabra no es capaz
de captar su esencia. Tiene, pues, un significado trascendente
desde el punto de vista de su importancia en nuestra integra­
ción total como individuo dinámico y plenamente funcional.
Segundo, el significado del Medio Cielo parece muy abstracto
cuando somos jóvenes, pero -a medida que crecemos y parti­
cipamos más plenamente en la sociedad, a medida que recal­
camos más el logro de nuestras ambiciones, y a medida que

351
nuestra estructura personal se afianza más en una pauta
fija- el significado del Medio Cielo se torna más adecuado
a nuestra experiencia y, de esta manera, más fácilmente com­
prensible. Advirtiendo la correlación de Saturno y sus cuali­
dades con el Medio Cielo (la cúspide de la 1 Oa. casa en la
mayoría de los sistemas), podremos apreciar la conexión del
Medio Cielo tanto con la madurez como con la práctica de
una estructura integrada de vida.
Debe mencionarse también que la investigación del esta­
dístico francés Michel Gauquelin confirma las tradiciones
astrológicas acerca de la importancia del Ascendente y del
Medio Cielo, particularmente las conjunciones con estos
puntos. Sin embargo, el trabajo de Gauquelin parece indicar
que el Ascendente y el Medio Cielo no son los comienzos de
sus respectivas casas, sino más bien importantes puntos foca­
les de corriente energética. Las casas 1 a. y 1 Oa. parecen em­
pezar muy pocos grados antes de estos puntos, como lo in­
dica el hecho de que sus estudios demostraron que un pla­
neta es especialmente destacado cuando está ubicado en los
ámbitos que tradicionalmente se llaman las casas 12a. 6 9a.,
a algunos grados de las reales cúspides l a. y l Oa. Este descu­
brimiento confirma lo que yo y muchos otros astrológos em­
pezaron a hacer muy espontáneamente: a saber, considerar
que la cúspide es un sector poderoso de cada casa, pero no el
comienzo absoluto de una casa como se expresa tan a menu­
do. Sin embargo, yo no llego a decir que la cúspide es la mi­
tad de una casa, como también se ha sugerido. Personahnen­
te, creo que la cúspide y su 6 ° circundante más o menos es el
sector más poderoso de cualquier casa, y, por tanto, uso
siempre, al menos, un orbe de 6 ° con las cúspides de casas.
Según las tradiciones astrológicas, un planeta que nace sobre
la cúspide de la primera casa (Ascendente) en el momento
del nacimiento puede considerarse como una influencia espe­
cialmente poderosa en la vida de la persona. La razón de
porqué un planeta cerca del horizonte se destaque tan parti­
cularmente debe aclararse cuando consideremos el fenómeno
siguiente.

352
E I Ascendente

La posición de cualquier planeta en el horizonte (o sea,


cerca del Ascendente) puede considerarse que indica un des­
taque insólito de las cualidades y energías de ese planeta en la
vida de una persona nacida en ese momento. (Esto se refleja
también en el modo con que los tránsitos al Ascendente se
sienten que son especialmente fuertes.) Puesto que la mayor
parte de la astrología es geocéntrica y asigna, pues, importan­
cia a varios factores celestes según su apariencia como se los
observa desde la Tierra, podríamos esperar que tal tendencia
(sacada de una observación astrológica) debe ser evidente en
nuestra percepción directa del fenómeno astronómico mismo.
Y en realidad, esto es así; pues cualquier planeta en el hori­
zonte se ve que está ¡magnificado! Imaginemos una luna
llena de la cosecha, con su resplandor anaranjado y dorado
sobre el horizonte. Parece enorme, fácilmente el doble de
su diámetro normal. Muchas personas atribuyen este au­
mento aparente de tamafio (que también se observa con el
Sol, los planetas y las constelaciones cuando están cerca del
horizonte) a una distorsión atmosférica; pero, si bien la nie­
bla, el polvo y otros componentes atmosféricos dan a la luna
de la cosecha su matiz dorado, no agrandan la imagen. Tam­
poco la Luna está más próxima cuando está en el horizonte,
aunque parezca de ese modo. (De hecho, está más cerca del
observador ¡cuando está directamente sobre nuestras cabe­
zas!) La asombrosa verdad es que el aumento de tamafio es
un efecto perceptivo, sólo "en el ojo de quien la contempla".
Si fotografiamos y medimos la Luna tanto en el horizonte
como sobre nuestras cabezas, los diámetros son idénticos; el
tamafio de la imagen no cambió para nada. Por tanto, a este
fenómeno los científicos lo consideran una "mera ilusión
óptica". Sin embargo, puesto que, en astrología geocéntrica,
se considera crucialmente importante el modo con que las
cosas aparentan ser para nosotros en la Tierra (por ejemplo,
el movimiento retrógrado de los planetas), debemos ver
este fenómeno como un símbolo del hecho de que todo
planeta cerca del horizonte se destaca especialmente en
nuestras vidas, puesto que ¡su "influencia" de ese modo se
agranda!

353
Como un ejemplo de la significación de un planeta cerca
del Ascendente, tomemos el caso de un hombre cuyo Sol
está en Capricornio, la Luna en Virgo, y cuyo Ascendente
está en Cáncer. Si fuéramos a juzgar su temperamento total
desde esos tres factores solos, sería evidente que probable­
mente fuera una clase de persona más bien conservadora:
cautelosa, auto-protectora, consciente de su seguridad y tal
vez hasta un poco escéptica de todo lo que no esté arraigado
en tradiciones culturales o familiares. Sin embargo, sí este
hombre tiene también a Urano en conjunción con el Ascen­
dente (ya sea en el lado de la 12a. o la l a. casa), empezamos
a ver una dimensión enteramente nueva de su personalidad.
Pues, a pesar de todos los factores natales que apuntan a la
seguridad y al tradicionalismo, la vibración uraníana es pro­
bable que indique un rasgo poderoso de experimentalísmo,
heterodoxia y liberalidad hacía lo nuevo y lo diferente. En
vez de ser una clase de persona pegada en el barro, llena de
miedos y dudas personales, tal vez bien sea ejemplo de pensa­
mientos progresistas y hasta de inclinaciones revolucionarías
en algún nivel. De hecho, este hombre nunca podría conten­
tarse con una clase capricorníana de estilo de vida en el que
se subraya primordialmente el deber y la limitación personal,
pues no sólo necesitaría pensar en ello sino también activar
su deseo constante de variedad de experiencia y libertad de
expresión personal.
Como otro ejemplo, supongamos que una mujer tiene un
Sol en Acuario, una Luna en Sagitario, ¡e incluso Leo ascen­
dente! Esta es una combinación poderosa de exuberantes
energías positivas que podríamos esperar que se expresaran
dinámicamente de una manera particularmente abierta. Pero
si esta mujer tiene a Plutón en conjunción con el Ascendente,
es muy probable que se exprese de manera que recuerde a los
de Escorpio ascendente: reservados, taciturnos, reflexivos y
auto-represivos. O, para expresar esto con más precisión,
podría haber mucho temor a permitirse expresar el género de
espontaneidad que sus otros factores del mapa simbolizan.
En este ejemplo, la presencia de Plutón cerca del Ascendente
agranda la cualidad plutoniana mucho más de lo que ocurriría
con Plutón en otros sectores del mapa.
El Ascendente muestra un modo en el que somos aguda-

354
mente sensibles y conscientes, y esta es otra explicación de
porqué un tránsito al Ascendente se siente que es tan pode­
roso; pues nos afecta en el ámbito de nuestras vidas y en la
dimensión de nuestro campo energético que es muy sensible.
De hecho, algunos astrólogos dijeron que el Ascendente
muestra el punto en el que el espíritu entra en el cuerpo en
el momento del primer aliento. No sé si esto es cierto, pero
mi experiencia en las artes curativas (especialmente con la
Terapia de las Polaridades) me induce a creer que la parte del
cuerpo asociada con el signo ascendente indica dónde esta­
mos conectados dinámicamente con nuestros cuerpos más
sutiles (o con nuestrsos campos de energía más sutil) y de
ahí donde haya una irrupción de energías poderosas. Podría­
mos mencionar aquí algunos significados del Ascendente:
A.El Ascendente representa la imagen de la personalidad
que los demás ven. Esto no significa que esta imagen sea
un retrato exacto de nuestra personalidad total, sino que
muestra algo que los demás a menudo advierten como
una primera impresión. La imagen del Ascendente, de
hecho, puede revelar cualidades personales que están cla­
ramente en pugna con nuestras orientaciones más íntimas.
B. El Ascendente representa el modo en que nos fundimos
activamente con la vida en el mundo externo cuando
nuestra energía corre espontáneamente. De ahí que revele
un enfoque general de la vida que, en los tratados astroló­
gicos más antiguos, se llamó el "temperamento".
C. El Ascendente simboliza un aspecto importante de nuestro
destino personal en el sentido en que simplemente debe­
mos vivir y expresarnos de ese modo a fin de sentirnos
libres y enteros.
CH. El Ascendente (especialmente según su elemento: fuego,
agua, aire o tierra) revela la cualidad de corriente energéti­
ca que vita/iza directamente al cuerpo físico y, de esta
manera, si hay una marcada conductividad (aire o fuego)
o fuerte resistencia (agua o tierra) respecto de la corriente
espontánea de las energías vitales. Esta correlación explica
porqué los tránsitos al Ascendente afectan tan fuertemen­
te nuestra vitalidad, apariencia y estado general de salud.
D.La conexión entre el Ascendente y el cuerpo físico es evi­
dente también de otro modo: el hecho de que el cuerpo

355
constituye nuestro medio ambiente fi'sico más inmediato.
Cuando nacemos, nuestro cuerpo físico y, en alguna me­
dida, el de la madre abarcan todo nuestro medio ambiente:
y, aunque en años posteriores, cuando nos identificamos
más con el cuerpo, lo olvidamos, nuestro vehículo físico
sigu e siendo siempre parte esencial de nuestro medio am­
biente. De ahí que veamos por qué el Ascendente, tan a
menudo, fue correlacionado con la cualidad del medio
ambiente prístino, pues todo contacto con el mundo
externo se filtra a través de la armonización del Ascen­
dente. El cuerpo (y de esta manera el Ascendente) pone
al medio ambiente en la existencia para nosotros, y por
tanto el Ascendente matiza cómo vemos nuestro medio
ambiente total y nuestra actitud hacia el mundo externo
en una vida posterior.
E. El Ascendente representa una dimensión de nuestra
naturaleza que algunos correlacionaron con el ego. Aun­
que no podemos efectuar una correspondencia directa
entre el Ascendente y el ego, puede decirse que el Ascen­
dente representa una dimensión importante del ego.
Cuando nos amenazan, tendemos a retirarnos de la forma
de expresión mostrada por el Ascendente al más seguro
centro de la personalidad simbolizado por el Sol o a recal­
car más las cualidades del Ascendente a fin de afianzar
nuestra individualidad y asegurar nuestra sobrevivencia.
Puesto que el Ascendente en un mapa natural se correla­
ciona con el signo de Aries, el Ascendente es índice siem­
pre de un modo de expresar nuestra individualidad y así
-en un sentido- nuestro ego. Sin embargo, esta no ha de
considerarse una cualidad negativa a menos tal vez que
seamos abiertamente compulsivos al respecto.
F. La dimensión "trascendente" del Ascendente mencionado
antes puede verse en el modo que el Ascendente muestra
cómo fundirnos con la vida pura y espontáneamente: es
un modo de vivir y ser que está más allá del "entendimien­
to". Mucho más que el Ascendente, el signo del Sol indica
cómo "entendemos" y asimilamos la experiencia. El As­
cendente más bien revela el modo con que creemos que
somos singularmente nosotros, el punto más elevado de
armonización y acción espontáneas y conscientes.

356
Esta última referencia a la cualidad trascendente del As­
dente puede, al principio, parecer un poco traída de los
pelos u oscura, por lo que vale la pena explicar esta idea
con más pormenores. El Ascendente marca el punto de
separación entre la 12a. casa ( cosas que están más allá del
control consciente) y la casa l a. (fuerzas que podemos
usar conscientemente). De ahí que cualquier planeta en el
Ascendente (natalmente o por tránsito o progresión) indica
que tomamos consciencia de esa función, energía o ley
universal con gran inmediatez. El psicólogo jungiano Patrick
Harding explica más esta cuestión:

"... descubrimos que el Ascendente toma una posición exac­


tamente, si el tiempo es realmente exacto, entre la vida en el
seno materno y la vida en el mundo fuera de aquél. Nos
muestra, pues, la posición exacta de la zona intemporal entre
los dos. Por tanto, parecería que el punto intemporal puede,
y casi con seguridad representa algún papel en la impresión de
las cualidades del signo naciente en la psiquis del niño.
Si tomamos el Ascendente como el punto medio exacto
entre el mundo inconsciente del seno materno y el mundo
externo consciente, entonces parecería lógico que cuando
éstos estén en equilibrio o en un estado de intemporalidad,
el principio trinitario opere y entre en juego el tercer miem­
bro de la psiquis: "El Inconsciente Colectivo'. Dentro del in­
consciente colectivo existen los Grandes Arquetipos y hay
alguna evidencia que demuestra que éstos son doce en total
y corresponden a las imágenes simbólicas asignadas a los sig­
nos del zodíaco... Parece natural, entonces, que, cuando el
niño atraviesa la zona intemporal en el momento de nacer,
el arquetipo activo de ese período lo reclama como propio
e imprime en él sus cualidades. " (De "Sólo el tiempo podrá
decirlo", Journal of Astrological Studies, Tomo I, pág. 103).

Debido a que un planeta es un foco mucho más concen­


trado de energía que un signo, debe seí'íalarse aquí que el
signo ascendente solo no debe considerarse aparte de los
planetas que modifican, dinamizan o matizan el modo de
autoexpresarse mostrado por el Ascendente y toda la casa
primera. Básicamente, hay dos tipos de tales planetas:

357
1) cualquier planeta de la casa 1a. ( que incluye no sólo los
planetas que están debajo del horizonte en el sector tradi­
cional de la casa 1a. -excepto los que están dentro de los
6 º a 8 º de la cúspide de la 2a. casa- sino también planetas
situados en el sector tradicional de la 12a. casa, dentro in­
cluso de los 10° del Ascendente; y 2) el planeta regente (o los
planetas regentes) del Ascendente.
El planeta regente del Ascendente es tratado por separado
en la parte siguiente, puesto que un conocimiento pleno de su
importancia exige alguna explicación en profundidad. Sin em­
bargo, más bien sucintamente podemos examinar el signifi­
cado de un planeta situado en la 1a. casa natal. Lo primero
que hay que recalcar es que un planeta de la casa 1a. puede
eclipsar las vibraciones simbolizadas por el Ascendente, al
menos de manera evidente. Las cualidades representadas por
el signo ascendente están todavía allí y en actividad, pero la
presencia de un planeta en la casa 1a. (especialmente si está
próximo al Ascendente) indica un modo de expresión que es
particularmente potente. Hay un contraste especialmente
fuerte en casos en los que el planeta de la 1a. casa está en un
signo que es diferente del signo ascendente. Por ejemplo, una
persona con Leo ascendente manifestará, inevitablemente,
ciertas características leoninas; pero la presencia de un plane­
ta de Virgo en la casa 1a. puede proporcionar bastante énfasis
de Virgo para impulsar a otras personas a suponer que la per­
sona tiene a Virgo ascendente. Aquellos cuyos mapas contie­
nen un planeta de la casa 1a. en un signo que difiere del signo
ascendente se caracterizan por tener un enfoque total de la vi­
da más complejo que las demás personas. En los casos en
los que el planeta de la casa l a. está en el signo ascendente,
hay doble énfasis sobre las cualidades y energías de ese signo,
aunque el modo específico de liberación de energía depende­
rá grandemente de qué planeta está situado así. Por ejemplo,
si tenemos a Saturno en Aries en la casa 1a. y también a
Aries ascendente, se demuestra que la expresión de la ener­
gía de Aries es profundamente importante para el individuo y
algo en lo que éste puede trabajar con gran esfuerzo. Sin em­
bargo, aunque las cualidades e impulsos de Aries sean fuertes
para esa persona, la ubicación de Saturno indica que la libera­
ción real de la energía de Aries puede ser algo menos que es-

358
pontánea, y de hecho puede estar algo inhibida. En algunos
casos, tal persona, incluso, puede parecerse más a un capri­
corniano ascendente que a un ariano ascendente.

E I regente del Ascendente

El planeta regente del Ascendente, junto con su posición


de casa y signo, es otro factor que debe considerarse simul­
táneamente con cualquier análisis del signo ascendente de
un individuo. De hecho, podríamos decir que, por ejemplo,
hay doce tipos básicos de Aries ascendente (dependiendo
de la posición del signo de Marte), doce tipos de Tauro as­
cendente (dependiendo de la posición del signo de Venus),
etc. Tanto la posición del signo como la de la casa del plane­
ta regente son factores extremadamente importantes en
cualquier mapa, aunque la posición de la casa es mucho
más importante que la posición del signo si el regente consi­
derado es Urano, Neptuno o Plutón. La posición del planeta
regente significa la energía y el sector primordiales de expe­
riencia de vida que nos motiva para que actuemos en el
mundo. Además, el elemento de la posición de signo del
planeta regente es índice, a menudo, del nivel de experiencia
que obtiene nuestra corriente de energía física. Y, puesto
que el Ascendente mismo representa la experiencia genera­
lizada de ser nosotros mismos y comprender muy espontá­
neamente nuestra naturaleza individual, la posición de casa
del planeta regente puede decirse que representa el campo
específico de la actividad de vida en el que podemos experi­
mentar muy inmediatamente nuestra naturaleza esencial. Una
vez armonizados en el campo de experiencia y el tipo de ener­
gía representada por el planeta regente y su casa y signo, em­
pezamos a sentirnos más vivos, más motivados para expresar­
nos, y más interiormente seguros y auténticos. Los aspectos
que incluyen al regente del Ascendente son también especial­
mente importantes, a la par de los aspectos que incluyen al
Sol o a la Luna o al Ascendente mismo. Tales aspectos son
tan significativos porque indican una dinámica específica que
afecta la corriente total o la inhibición total de nuestra expre­
sión personal. La conexión del regente del Ascendente con

359
la corriente de energía física y con nuestro estado de salud
difícilmente puede sobreestimarse, y su importancia a este
respecto puede fácilmente verse observando los tránsitos al
planeta regente. Tan a menudo, tales tránsitos se correlacio­
narán con marcados cambios en nuestra salud, vitalidad o
apariencia. Por ejemplo, una cliente (una mujer de 34 años
con Virgo ascendente) experimentó una crisis nerviosa total
cuando Urano estuvo en cuadratura con su Mercurio natal.
Concedido que Urano en tránsito, estando en cuadratura con
Mercurio natal de alguien, pudiera correlacionarse con un
período de tensión nerviosa, tal tránsito, no obstante, no se­
ría una fuerza tan dominante para quienes no tienen a Mer­
curio como el regente del Ascendente.
Podría preguntarse por qué el regente del Ascendente es
tan importante, más importante en las vidas de la mayoría
que el regente del signo del Sol en términos de experiencias
inmediatas profundas y cambios completos en nuestra acti­
tud hacia la vida. Para responder esta pregunta, me parece
que es necesario volver a un concepto muy antiguo: a saber,
la idea del planeta regente que es el "Señor" que preside no
sólo nuestro nacimiento sino también toda nuestra vida. En
varios conceptos antiguos de factores astrológicos, el planeta
regente del Ascendente se consideraba la deidad o el poder
cósmico designado por el Señor Supremo para que presidiera
toda la encarnación de un individuo. En términos más moder­
nos, podríamos decir que la naturaleza del planeta regente
presta un tono total a toda la vida de la persona, tanto a sus
experiencias como a su enfoque para interactuar con el mun­
do externo. La posición específica del signo de este planeta
regente es, por tanto, de gran importancia como símbolo de
la cualidad de la experiencia, de la corriente de energía, y
de la orientación general de la vida que dominará el modo
de ser del individuo durante esta encarnación. Aunque no
puedo afirmar que yo tenga bastante experiencia directa
que me permita confirmar de algún modo específico el
antiguo concepto antes mencionado, efectué una experien­
cia que me impresionó poderosamente y que podría ser
significativa a este respecto. Hace pocos años, estuve presen­
te en un nacimiento en una casa, y yo había dado instruc­
ciones específicas a otra persona de allí para que tomara

360
constancia de la hora exacta del nacimiento. En consecuen­
cia, sé que el nifio que a la sazón nació tiene un mapa natal
extremadamente preciso. Cuando pareció que el parto era
inminente, mentalmente calculé un Ascendente aproxima­
do y supuse que la criatura tendría a Acuario ascendente.
Cuando nació el bebé, la habitación se llenó con una pre­
sencia poderosa y casi tangible. La intensidad de la presión
que se se sentía en esa habitación en ese momento sólo po­
día describirse como una energía y una vibración saturninas,
y a uno de los otros presentes le observé que la atmósfera
estaba cargada con esta fuerza poderosa. Esa noche, más
tarde, luego que las cosas se calmaron y el bebé recién nacido
se durmió, calculé su mapa con precisión y descubrí, para
mi asombro, que tenía 28º de Capricornio ascendente. Por
tanto, su planeta regente era Saturno, y yo no podía haber
imaginado una experiencia natal más saturnina ni una vibra­
ción más saturnina en el aire que la que acompafió a la llega­
da de la criatura. Puesto que el nacimiento en el mun­
do material es, por supuesto, un acontecimiento más bien sa­
turnino, no puedo decir si la misma experiencia habría ocurri­
do o no si la criatura, por ejemplo, hubiera sido regida por
Venus o Júpiter. Pero creo que este ejemplo es digno de men­
ción para animar a la gente a que preste atención a las vibra­
ciones que pueden sentirse durante el nacimiento de otras al­
mas en el plano físico.
Ahora debería ser evidente que ninguna consideración del
Ascendente es completa sin incluir simultáneamente toda la
suma de factores que se relacionan estrechamente con el As­
cendente. En otras palabras, las cualidades del signo ascen­
dente y de su planeta regente (incluido su signo y casa), lo
mismo que cualquier planeta de la casa l a., todos muestran
deseos, necesidades y orientaciones que forman una de las
más cruciales combinaciones de energía de nuestra vida.
Todos estos factores juntos constituyen un punto de apoyo
clave sobre el cual se equilibra toda la estructura de la perso­
nalidad, y revelan un tema que matiza cómo se proyecta la
totalidad de nuestro yo. Si no podemos expresar estas ener­
gías con facilidad, se desarrolla una tensión generalizada y,
en muchos casos, un sentimiento de estar aburrido, sin vida
y carente de dirección y finalidad. Para dar un ejemplo de

361
cuántos factores podrían combinarse en la interpretación,
tomemos el caso de la criatura antes mencionada cuyo
"complejo Ascendente" contiene los siguientes factores:

1) Capricornio Ascendente.
2) Planeta regente Saturno en Géminis y en la Sa. casa, en
conjunción con Venus y Mercurio.
3) Jt1piter en Acuario en la casa l a.

Esta combinación la podríamos describir así:

Necesidad de enfocar la vida con cautela (Capricornio as­


cendente) y con creatividad profunda (Saturno en la Sa.),
tanto mental como emocionalmente (Mercurio y Venus en
conjunción con Saturno); necesidad de pensar profunda­
mente y comunicar sus pensamientos de modo serio (Sa­
turno en Géminis, en conjunción con Mercurio); y necesidad
de ver resultados tangibles de sus esfuerzos organizados y
autodisciplinados (Capricornio ascendente y Saturno en la
Sa.), imbuido todo de fe independiente y generosidad expan­
siva y optimista hacia los demás (Júpiter en Acuario).

Aspectos del Ascendente

Otro factor más que participa en la suma Ascendente an­


tes mencionado es todo aspecto próximo al Ascendente. Tra­
dicionalmente, se ha dicho que tales aspectos influyen en
nuestro carácter y temperamento, aunque poquísimos libros
incluyen guías interpretativas de estos aspectos. En esta parte
breve, no me propongo dar una lista sistemática de "interpre­
taciones" de tales aspectos. Sin embargo, hay unos pocos
puntos claves a tener presentes a fin de reconocer los aspec­
tos Ascendentes que son muy importantes en un mapa parti­
cular. Como norma general, los aspectos Ascendentes mues­
tran cómo nos expresamos muy característicamente en el
mundo externo, fácil y naturalmente (ciertas conjunciones,
los sextiles y, más que todos, los trígonos) o con algún grado
de fatiga, tensión, inhibición o ambición extraordinariamente
fuerte (cuadraturas y oposiciones). En otras palabras, los as-

362
pectas del Ascendente revelan si varias dimensiones nuestras
(simbolizadas por planetas natales) están en armonía o discor­
dia con el modo de expresión hacia aquello a lo que las ener­
gías del Ascendente nos impulsan constantemente.
Las OPOSICIONES con el Ascendente revelan, en algunos
casos, una división interior del individuo, un estado del ser
en el que la persona soporta una tensión casi constante, pues­
to que hay fuerte deseo de modalidades de actividad que, de
muchos modos, son completamente opuestas. Esta tensión
interior puede generar gran energía y manifestarse como un
tipo particularmente complejo de consciencia. Con frecuen­
cia, tal persona alternará entre las dos orientaciones de vida
durante una cantidad de años, dando en ocasiones un énfasis
consciente a una modalidad de autoexpresión, y, otras veces,
concentrándose en la otra orientación. A menudo, parece que
la Luna progresada o Saturno y Júpiter en tránsito producen
periódicamente un lado o el otro de la naturaleza de la per­
sona.
La CUADRATURA respecto al Ascendente es, a menudo,
símbolo de alguna cualidad del medio ambiente prístino de
la persona, que habitualmente se manifestó como un tipo de
opresión o inhibición (especialmente cuando el planeta en
cuestión está en la 4a. casa) o como una presión insólita­
mente fuerte en procura del logro o el reconocimiento (a me­
nudo cuando el planeta en cuestión está en la IOa. casa). En
otras palabras, básicamente hay dos tipos de cuadratura con
el Ascendente, que pueden clasificarse así: 1) el tipo de cua­
dratura de la 4a. casa indica, a menudo, pautas emocionales
que nos retraen de alcanzar la espontaneidad de expresión
mostrada por el signo Ascendente; y 2) la cuadratura de la
10a. casa revela, a menudo, fuerzas que dentro de nosotros
nos empujan hacia adelante rumbo a algún género de logro.
El SEXTIL con el Ascendente muestra, en general, que la
energía del planeta en cuestión puede ponerse en actividad
muy suavemente una vez que tuvo lugar un período de
aprendizaje. Tal vez haya que hacer algún pequeño ajuste an­
tes que esa dimensión de la experiencia se integre a pleno con
la energía del Ascendente, pero el período de transición es
habitualmente rápido y estimulante.
Las CONJUNCIONES y los TRIGONOS con el Ascendente

363
CUSPIDE DE LA 9a. CASA

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CUSPIDE DE LA Sa. CASA

UN CIRCUITO DE ENERGIA ARDIENTE


Espíritu, inspiración, ser, devenir, alegría y fe

364
deben tratarse juntos, debido a su participación en un fenó­
meno astrológico importante, pero que se menciona raras
veces. Este fenómeno es el triángulo formado por las "casas
de fuego" (Casas I, V y IX). El triángulo formado por los
signos de fuego es mencionado, por supuesto, en la mayoría
de los libros de textos básicos sobre astrología, pues los trián­
gulos (o las trinidades) están asociados con los signos de los
otros elementos. Pero el triángulo de las casas de fuego ha
sido mencionado en poquísimos libros. La razón de este apa­
rente descuido es que este triángulo representa una pauta de
corriente de energía que en muchos casos linda con lo tras­
cendente. Ya he mencionado cómo el Ascendente puede
verse que representa un modo de expresión y liberación de
energía que es intemporal, espontáneo y tan natural que elu­
de que captemos su esencia en palabras. Y, de un modo gene­
ral, esta cualidad se aplica también a todo el triángulo de las
casas de fuego; pues las casas de fuego se ocupan del ser y del
devenir puros. La pureza de autoexpresión representada por
ellas puede, en algunos casos, clasificarse precisamente como
espiritual (principalmente en las casas en las que la persona
cesó de identificar su ego con las fuerzas creativas que corren
a través de ella y, en lugar de ello, sólo se ve como un canal
para la manifestación de un poder mayor). Al comienzo de
mis estudios astrológicos tropecé con la importancia de las
casas de fuego, años antes de que yo hubiera visto mencionar
este fenómeno en impresos. Este conocimiento ocurrió cuan­
do levanté y estudié los mapas de alrededor de una docena de
maestros espirituales. Cuando traté de descubrir factores co­
munes en todos sus mapas, resultó patente que lo único que
regularmente se destacaba, en la mayoría de esos mapas, era
el énfasis sobre la ubicación de las casas de fuego de los pla­
netas. Luego de tratar de entender esta pauta, sin mucho éxi­
to, tuve un sueño vívido en el que se me mostraba una co­
rriente de energía ardiente que giraba alrededor del triángulo
formado por el Ascendente y las casas Sa. y 9a. Esa inmediata
comprensión que acompañó al sueño es imposible de descri­
birla en palabras, pero fue una lección directa y profunda
acerca de la corriente de energía representada por estas casas.
El diagrama del "Triángulo Ardiente" de esta parte es un
intento de transmitir la imagen de ese sueño.

365
La aplicación práctica de esta idea es reconocer la posibili­
dad mostrada en un mapa en el que los planetas natales están
ubicados en íntimo trígono respecto al Ascendente o en
conjunción con él. Esto no significa que tales ubicaciones pla­
netarias indiquen siempre gran espiritualidad, pues en la ma­
yoría de los casos, el énfasis sobre estas casas no puede rotu­
larse con exactitud como una orientación "espiritual" puesto
que la mayoría de las personas es innegablemente egocéntri­
ca. En general, sin embargo, hay una corriente particular­
mente dinámica de energía creadora que puede expresarse
espontánea y poderosamente. Cualquiera que sea la dimen­
sión de la experiencia que simbolice un planeta en íntimo
trígono o conjunción con el Ascendente puede ser puesta en
expresión activa con un grado de naturalidad, inmediatez y
energía positiva mayor que el representado por la mayoría
de los demás factores astrológicos. Por ejemplo, quien tiene
a Marte en conjunción con el Ascendente o en trígono con
él desde los sectores de las casas Sa. ó 9a. puede ser un líder
natural y caracterizarse por un marcado grado de valentía y
tal vez,incluso,cierta conducta ruda. O quien tiene a Saturno
en una posición parecida puede caracterizarse por un sentido
de practicidad, por una capacidad para las buenas ocasiones,
y la expresión de una sabiduría que está más allá de los años
que tiene.
Aunque cada una de las casas de fuego puede diferenciarse
de las otras y recibir su propio conjunto de significados,debe­
mos estar al tanto del hecho de que todo planeta situado
dentro de este triángulo dinámico es probable que ejerza una
poderosa impresión en la orientación que el individuo tiene
hacia la vida. De hecho, uno de los modos más sencillos de
caracterizar las casas de fuego como un grupo, es decir que
los signos en las cúspides de las casas l a., Sa. y 9a.,junto con
los planetas ubicados en esas casas (especialmente los que
aspectan estrechamente al Ascendente) significan ¡cualida­
des dominantes en la actitud total del individuo hacia la vida!
Puesto que nuestra actitud hacia la vida determina muchísi­
mas experiencias nuestras (pues atraemos lo que expresamos
en la vida), fácilmente podemos ver por qué estos factores de
cualquier mapa representan un papel tan importante en la
pauta total de vida de la persona. El otro punto a considerar

366
es que nuestra actitud hacia nosotros mismos es inseparable
de nuestra actitud hacia la vida en general. De hecho, podría­
mos decir que son la misma cosa. Es evidente que nuestra ac­
titud total hacia la vida emana directamente de nuestra acti­
tud hacia nosotros mismos; y lo contrario es también verda­
dero, pues todos hemos visto la transformación en confianza
en sí mismo que un individuo puede experimentar cuando
adoptó una positiva filosofía de vida. El triángulo ardiente
simboliza, pues, la cualidad esencial de nuestro más intimo
sentido del yo, a la par que indica nuestro enfoque general
de la vida misma.
La casa l a. y sus planetas pueden indicar una corriente es­
pontánea de energía vital con vibraciones tan positivas que
la persona se caracteriza por un aura casi radiante o un grado
elevado de egocentrismo y, con frecuencia, orgullo excesivo.
Naturalmente, estos dos modos de ser representan las mani­
festaciones extremas de tales energías, pero no es raro encon­
trar personas que son claro ejemplo de estos extremos. Todo
planeta en conjunción con el Ascendente puede indicar que
tenemos considerable orgullo en esa parte de nosotros. Por
ejemplo, el Sol en conjunción con el Ascendente se relaciona
frecuentemente con una sencillez y una generosidad de índo­
le infantil en algunos casos, o con una alegría aniflada al de­
mostrar las propias habilidades mediante dramáticas exhibi­
ciones (y con frecuencia ambas cosas). El Sol en conjunción
con el Ascendente es similar a Leo ascendente de muchos mo­
dos, aunque la arrogancia y el egocentrismo que se encuentra
tan a menudo en los que tienen al Sol en conjunción con el
Ascendente es habitualmente más vocinglero que en quienes
tienen un Ascendente de Leo. Otro ejemplo podría ser la per­
sona que tiene a Mercurio en conjunción con el Ascendente,
donde encontramos a menudo un considerable orgullo por
nuestra erudición y nuestras aptitudes intelectuales. En algu­
nos casos con la conjunción en Mercurio, una tendencia a tra­
tar de imaginar que toda clase de minucias causa problemas
innecesarios y una constante preocupación. Estas personas
tienen con frecuencia mentes agudas y la habilidad de verba­
lizar las ideas con extraordinario sentido dramático, aunque
sus opiniones puedan ser su peor enemigo.
La Sa. casa y sus planetas revelan recursos creativos que

367
pueden manifestarse en abundancia, lo mismo que son símbo­
los claves del nivel de confianza en sí misma que tiene la
persona, o por lo menos lo que ella cree que debe hacer a fin
de alcanzar una real confianza en sí misma. Puesto que la Sa.
casa corresponde al propio signo del Sol, Leo, no es sorpren­
dente que yo me inclinara gradualmente a considerar a esta
casa como la más fuerte del mapa después de la 1 a.; pues la
Sa. casa recalca no sólo las posibilidades creadoras del indivi­
duo, sino también las vibraciones que caracterizan el modo
franco que la persona tiene para derramar sus energías es­
pontáneamente. Y, en la práctica real, todo planeta de la
Sa. casa (especialmente si está en estrecho trígono con el
Ascendente) puede matizar todo el alcance y método de
proyección personal de una persona tan fuertemente como
un planeta de la primera casa.
La 9a. casa y sus planetas significan creencias y aspiracio­
nes creativas y orientadas hacia el futuro. La conexión de
la 9a. casa con nuestra actitud general hacia la vida puede
ser más evidente que la de la I a. o la Sa. casa, puesto que
la 9a. casa ha connotado tradicionalmente nuestra orienta­
ción religiosa y filosófica. Como lo han expresado muchos
libros, la 9a. casa y sus planetas se relacionan íntimamente
con la mente superior; y puesto que nuestras aspiraciones y
creencias superiores se cuentan entre los factores más domi­
nantes en la formación de nuestras actitudes de vida, pode­
mos ver cuán fácilmente los factores de la casa 9a. armonizan
con toda la orientación del triángulo de la casa de fuego.
De estas tres, la Sa. casa es la que más mal se entendió, de­
bido a la práctica común de recalcar sólo su conexión con los
niños, el juego, los "amoríos" y otros placeres. Sin embargo,
la Sa. casa tiene connotaciones más profundas que se relacio­
nan estrechamente con el significado trascendente del trián­
gulo ígneo que estuvimos discutiendo. Debo decir que me
sorprende muchísimo que generaciones de astrólogos puedan
seguir poniendo tan poco énfasis relativo ¡en la casa que co­
rresponde al Sol mismo! Aunque las energías de la Sa. casa
se manifiestan a menudo como especulación, amoríos, goces
sensuales y egocentrismo infantil, todas estas actividades es­
tán arraigadas en el deseo de asumir algunos riesgos a fin de
permitir que una energía mayor se manifieste a través de la

368
personalidad individual. Como se expresó, la 5a. casa muestra
el poder del amor o el amor del poder. En el mejor de los ca­
sos, indica nuestra capacidad para permitir que el amor y la
luz de Dios fluyan a través de nosotros y para una simple
confianza en la bondad de la vida misma. Se relaciona con
nuestra aptitud para permitir que las creadoras fuerzas de la
vida se manifiesten a través de nosotros, como lo demuestran
sus conexiones con los niños de mente y de cuerpo (el deseo
de que nazca algo mayor que nuestro ego a través de noso­
tros). Tanto los niños como la creatividad verdadera nos ense­
ñan la lección de que debemos hacer lo que amamos hacer, a
fin de alcanzar una jubilosa sensación de vitalidad. Este géne­
ro de júbilo es un regalo o un acto de gracia divina, no un
"placer" de un modo sensual. La mejor presentación de esta
dimensión de la Sa. casa apareció en un artículo de Dennis
Elwell sobre el tema en el Journal de la Asociación Astroló­
gica Británica, en el verano de l 973. En este escrito intuitivo,
Elwell dice:
La quinta casa... representa un barómetro de nuestra con­
fianza en la vida, y particularmente en sus incalculables
elementos; y de la extensión en que la vida nos afianza
en el sentido de nuestro propio valor por pequeños signos
de aprobación que llega n como un regalo, como una ben­
dición no buscada.

Algunos de estos "pequeños signos" podrían ser "enamo­


rarse", lo cual por supuesto está más allá de nuestro control,
tener un hijo o un trabajo creador que nacieron a través de
nosotros (lo que, nuevamente, no podemos controlar), o in­
cluso ganar en el juego. Elwell señala que el amor es quizá
ciego, como a menudo se dice, pero sigue aclarando el signi­
ficado de la Sa. casa y de los principios del Sol que son sím­
bolos de este género de amor:
iTal vez sea cuando estamos "enamorados" de alguien que
lo vemos como debe verse!... Cuando nos enamoramos,
nuestras temperaturas se invierten: ahora nos contempla­
mos fríamente, y nuestros defectos se vuelven demasiado
evidentes, mientras experimentamos calidez, admiración
y entusiasmo hacia la otra persona.

369
Cuando estamos enamorados, el cielo es más azul, todas
las experiencias de la vida se intensifican, y todo tiene mejor
apariencia porque entonces vemos las cosas como son; ¡pues
el fuego del amor incendió a nuestro ego! Por tanto, podría­
mos decir que el principio de la Sa. casa representa al fuego
del ego o al fuego del amor que incendia al ego. Y, en un
sentido general, itodo el triángulo de las casas de fuego abar­
ca este significado esencial! Los planetas en estas casas son
por tanto, casi siempre, de gran importancia, y ¡particular­
mente los que aspectan íntimamente al Ascendente pueden
considerarse como indicadores de extraordinario poder de
desarrollo!

El Medio Cielo y sus aspectos

Casi todos los textos astrológicos mencionan al Medio Cie­


lo como un punto importante del mapa natal, pero poquísi­
mos dan lo que yo consideraría guías prácticas para entender
su significado. En general, he descubierto varios factores de
10a. casa (o Medio Cielo) que comparten un significado co­
mún, y esto se aplica no sólo al signo del Medio Cielo sino
también al planeta regente de ese signo y a todos los planetas
de la 10a. casa: todos estos factores indican modos de ser,
capacidades individuales, o cualidades de la personalidad que
tendemos a admirar, respetar y trabajar duramente al tratar
de desarrollarnos y devenir. El signo del Medio Cielo simboli­
za algo hacia lo cual fluimos y crecemos cuando envejecemos
(aunque exhibamos algunas de esas cualidades en "forma de
semilla" cuando somos jóvenes), pero esto exige, a menudo,
esfuerzo para alcanzar la óptima expresión de esas cualidades.
Por ejemplo, Aries en el Medio Cielo tal vez indique que la
persona admira la fuerza y la valentía, y así se siente impeli­
da a trabajar en el desarrollo de sus cualidades asertivas. Tau­
ro en el Medio Cielo puede mostrar que la persona contempla
una imagen de serenidad, comodidad y belleza y, así, demues­
tra esfuerzo para desarrollar esas cualidades personalmente.
Escorpio en el Medio Cielo puede revelar que la persona res­
peta las cualidades carismáticas y poderosas en los demás y,
por tanto, procura usar al máximo sus propias capacidades

370
similares. Piscis en el Medio Cielo puede indicar que el indi­
viduo admira las cualidades compasivas e intuitivas en los
demás y, por lo tanto, procura conscientemente cultivar esas
cualidades.
El planeta regente del signo del Medio Cielo es primordial­
mente importante, debido no sólo a su significado simbólico
general, sino más específicamente debido al hecho de que
su posición de casa con mucha frecuencia muestra dónde
nuestra vocación real entra en el foco más claro. La palabra
vocación significa literalmente "aquello hacia lo cual somos
llamados", y no sólo el signo mismo del Medio Cielo sino
también los otros factores de la 10a. casa están íntimamente
relacionados con qué clase de vocación es aquélla hacia la que
somos atraídos. Pero el factor más útil, en mi experiencia, pa­
rece ser la posición de casa del regente del Medio Cielo, pues
con mucha frecuencia esa casa representa un campo de expe­
riencia que sentimos como nuestro verdadero llamado en un
nivel muy profundo. Tal vez creamos que finalmente hemos
llegado a nuestro hogar para hacer lo que realmente nos pro­
poníamos cuando empezamos a darnos cuenta de nuestra
verdadera vocación. Es curioso que el Medio Cielo esté ubi­
cado en la cuna de nuestro mapa, y que él y su planeta regen­
te simbolicen la "cima" de nuestros logros y ambiciones
significativos.
Otro modo de expresar el significado de los factores del
Medio Cielo y de la 10a. casa es que estos factores del mapa
simbolizan lo que es importante para nosotros. Esta termino­
logía es especialmente apropiada para el significado de los
planetas que caen en la 10a. casa (especialmente aquellos
que están en conjunción con el Medio Cielo, incluso desde
el lado de la 9a. casa). Tal planeta representa modos de ser,
cualidades o tipos de actividades que son extremadamente
importantes para el individuo, y que éste respeta. Debido a
este sentimiento de respeto, las personas exhibirán a menu­
do esas cualidades o expresarán esas energías públicamente
a fin de que los demás puedan pensar bien de ellas. (De
allí, la conexión del Medio Cielo y de la l 0a. casa con nues­
tra "reputación".) Algunos ejemplos podrían ayudar a
ilustrar esta cuestión:
Si Mercurio está en la 10a. casa, es importante que la per-

371
sana sea educada y bien informada. Si no tiene la eduación
que respeta, puede trabajar arduamente para conseguirla o
impulsar a los demás para que la logren.
Si Venus está en la 10a. casa, créese que son importantes
la belleza en general (incluida la expresión artística) y
nuestra apariencia en particular, y, por tanto, tal vez se
gaste mucho dinero y mucha energía en estas direcciones.
Si Saturno está en la 1 Oa. casa, alguna forma tangible de
logro es extraordinariamente importante para la persona,
pues tiende a tener mucho respeto por el trabajo, la cons­
tancia y la capacidad para manejar responsabilidades.
Si Urano está en la 1 Oa. casa, es importante que la persona
sea independiente y de mentalidad independiente.
Si Plutón está en nuestra 1 Oa. casa, es importante que sea­
mos personas de autoridad, poderosas y que ejerzamos al­
guna influencia.

Frases parecidas podrían presentarse respecto de otros pla­


netas también, pero eso sería hilar demasiado fino. Mas debe
sefíalarse que el significado general, por ejemplo, de Venus en
la 1 Oa. casa es similar al significado de Venus como regente
de la 10a. casa (o sea, Tauro o Libra en el Medio Cielo). En
cuanto a otro ejemplo, el significado general de Marte en la
1 Oa. casa es similar al de Marte rigiendo la 1 Oa. casa (o sea,
Aries en el Medio Cielo). En ambos casos, hay una importan­
cia y una seriedad más atribuídas a esos valores, cualidades,
etc., que el planeta pertinente simboliza. La única diferencia
es que un planeta realmente ubicado en la 1 Oa. casa debe ver­
se como un foco más específico y concentrado de energía.
A diferencia de la conjunción que ya hemos mencionado,
los aspectos al Medio Cielo pueden tratarse juntos. Estos as­
pectos son ignorados casi por completo en la mayoría de los
libros de texto, y el único estudio especializado disponible
sobre este tema que conozco es Aspects to Horoscope Angles,
de Vivia Jayne. En aquel libro, ésta expresa que el tipo preci­
so de aspecto (ya sea un sextil, un trígono, una cuadra­
tura, etc.) respecto al Medio Cielo es mucho menos importan­
te que el planeta específico que hace ese aspecto. Yo tiendo
a la misma conclusión por mi experiencia, aunque creo que el
trígono respecto del Medio Cielo es segundo en poder sólo

372
en relación con la conjunción, debido al hecho de que tal pla­
neta está habitualmente en el mismo elemento que el Medio
Cielo mismo. El libro de Jayne enumera el significado general
de los aspectos de cada planeta respecto del Medio Cielo, de
modo que no hay necesidad de repetirlos aquí. Ademas de la
correlación tradicional de tales aspectos con la "influencia"
sobre nuestra auto-expresión pública, carrera y metas vocacio­
nales, sólo necesitamos decir que todo planeta en íntimo
aspecto con el Medio Cielo indica, habitualmente, un tipo de
energía y orientación que es esencial en la estructura de nues­
tra posición en el mundo en general, e instrumental en lo
que contribuiremos a la sociedad.

Los cuatro ángulos en las comparaciones

Pocos libros sobre comparaciones de mapas recalcan bas­


tante la importancia de los aspectos entre los planetas natales
de una persona y el Ascendente, el Medio Cielo o sus planetas
regentes de la otra persona. Una de las pocas excepciones es
How to Handle Your Human Relations, de Lois H. Sargent,
donde ésta hace reiterada referencia al Ascendente y su regen­
te. He aquí unos pocos comentarios de ella;

Muy importante al juzgar la atracción es el aspecto entre


el ascendente de un mapa y los planetas del otro. Esto es
cierto no sólo para el matrimonio sino también para todas
las comparaciones.
El Sol, la Luna, Venus o Marte en un horóscopo en el
signo ascendente o descendente en el otro horóscopo es un
testimonio astrológico de fuerte atracción.
A menos que el ascendente o el descendente de un ho­
róscopo combine con los planetas del otro por signo es
dudoso que la atracción resulte en matrimonio. En lo
que concierne a mi propia experiencia al comprobar esta
regla, yo diría que una atracción nunca resultaría en ma­
trimonio, a menos que el ascendente o el descendente de
uno o ambos horóscopos esté así comprendido.
Es el ascendente, que simboliza la personalidad del in­
dividuo, el que determina el poder real o el magnetismo

373
de la atracción. El ascendente de un mapa en aspecto con
planetas del otro mapa confirma y apoya toda congenia­
lidad y compatibilidad como se lee en los aspectos forma­
dos entre planetas en los respectivos horóscopos.

Remito al lector al libro de Sargent en procura de informa­


ción más minuciosa acerca del Ascendente y su regente en las
comparaciones de mapas. En la primera parte de su libro, ella
enumera muchas combinaciones posibles (con mapas como
modelos) que pueden formarse entre el Ascendente, el Des­
cendente y sus dos planetas regentes. Esos comentarios, y de
hecho todo el libro de ella, son muy dignos de estudiar. Pri­
meramente, quiero recalcar cuán superiormente importantes
son todos los aspectos respecto a todos los cuatro ángulos en
las comparaciones, pues sólo raras veces hacemos una compa­
ración de mapas para dos personas involucradas en una rela­
ción particularmente íntima o importante en la que no haya
un aspecto íntimo que incluya uno de los cuatro ángulos.
Sin embargo, el libro de Sargent no da mucha importancia
a los aspectos con el Medio Cielo (y, de esta manera, con su
punto opuesto, el Imum Coelum). Aunque estoy de acuerdo
con ella en que los aspectos que abarcan al Ascendente y al
Descendente son más patentes y más generalmente importan­
tes que los que abarcan al Medio Cielo, mi experiencia me in­
dica que los aspectos que incluyen al Medio Cielo son aún
extremadamente significativos. Los aspectos que incluyen al
Ascendente son también tan importantes porque si, por
ejemplo, el Sol o Júpiter natal de alguien está en conjunción
o trígono con mi Ascendente natal, la influencia de esa per­
sona sobre mí será, al menos en parte, para animarme a que
yo exprese toda mi personalidad natural, espontánea y diná­
micamente. El impacto de esa persona sobre mi vida, en otras
palabras, será muy inmediato en un nivel personal que matiza
mi expresión personal y mi actitud total hacia la vida. Todos
los aspectos que abarcan al Ascendente en las comparaciones
de mapas tienen este rasgo común: todos significan un pode­
roso impacto sobre nuestros sentimientos de espontaneidad,
vitalidad, y autenticidad en todas las dimensiones de la expe­
riencia. (Los aspectos que abarcan al Descendente son tam­
bién extremadamente poderosos pero tienden a indicar un

374
foco sobre la afinidad.) Los aspectos del Medio Cielo en las
comparaciones son, por otro lado, índices de tipos más espe­
cíficos de interacción, y, muy a menudo, se los descubre en
las relaciones en las que hay una pauta clara de una persona
que ejerce autoridad sobre la vida de la otra. Esta pauta, co­
mo podría pensarse, no se limita a las relaciones que sólo tra­
tan sobre carrera, empleo o interacción entre padres e hijos.
Pautas similares se hallan también en comparaciones entre
amantes, cónyuges o amigos íntimos.
Una guía general para entender los aspectos del Medio
Cielo en las comparaciones es que habitualmente indican
una de dos pautas dominantes: l) la persona cuyo planeta
aspecta a nuestro Medio Cielo nos ayuda a manifestar de
algún modo claro nuestras posibilidades de logro; ó 2) esa
persona, mediante alguna forma de dominio, nos impide
seguir con las ambiciones hacia las que somos atraídos.
Puesto que el Medio Cielo se correlaciona con cualida­
dades y actividades saturninas, cualquiera cuyos planetas na­
tales aspecten fuertemente nuestro Medio Cielo representa
habitualmente un fuerte papel formativo ( ¡Saturno!) en
nuestra vida, ayudándonos a que reconozcan nuestros méri­
tos como productivo miembro de la sociedad o inhibiendo
nuestro logro mediante métodos autoritarios de influencia.
Si el planeta natal de alguien aspecta a mi Medio Cielo (es­
pecialmente si es una conjunción), es muy probable que yo
sienta considerable respeto hacia alguna cualidad o aptitud
de la que esa persona es ejemplo. Tal vez admire mucho a esa
persona, aunque si mi admiración es excesiva, quizá sin saber­
lo yo me ponga bajo su poder en una medida que tal vez lue­
go yo lamente. Desde el punto de vista del karma, un énfasis
sobre los factores del Medio Cielo o de la l Oa. casa en una
comparación (similares a los intercambios de Saturno en las
comparaciones) puede a menudo llevar a revelar una pauta
de una persona que ejerce poder o autoridad sobre otra.
En algunos casos, tal énfasis (que por supuesto implica auto­
máticamente también un énfasis de la 4a. casa, símbolo de la
familia) parece correlacionarse con vínculos familiares pasa­
dos en los que una persona fue la hija de la otra.
Un ejemplo podría ayudar a aclarar estas cuestiones. Si el
Sol natal de alguien está en conjunción con nuestro Medio

375
Cielo, tal vez descubramos que esa persona no sólo estimula
nuestras ambiciones e incluso puede dar pasos claros para
que avancemos en las metas de nuestra carrera, sino que tam­
bién esa persona quiere "tenernos bajo el ala" de modo muy
paternal. De hecho, cada persona puede sentirse extraordina­
riamente protectora de la otra de un modo que recuerde la
relación de padre-hijo. Mediante esta asociación, tal vez nos
estimulen (el Sol en particular es el planeta del estímulo; si
estuviera implícito otro planeta, la cualidad del impacto en
nuestra vida sería diferente) a desarrollar más confianza en
nuestra propúi habilidad para lograr nuestras metas y ambi­
ciones.
Una última comparación de mapas a la que hay que pres­
tar especial atención es la situación en la que encontramos
a los planetas regentes de las dos personas (o sea, los regentes
de sus Ascendentes) en un aspecto (ntimo. El tipo exacto de
aspecto no es tan importante como el hecho de que hay
alguna relación íntima entre tales orientaciones individual­
mente dominantes de la vida. (Pero debe sefialarse que las
conjunciones de los aspectos fluidos en la mayoría de los
casos indican una modalidad más armoniosa de interacción;
cuando el aspecto entre los planetas regentes es más desa­
fiante, puede haber cierto tipo de conflicto, barrera o frus­
tración inherente a la relación, aunque las personas se lleven
muy bien y hasta mantengan su relación durante muchos
años.) Siempre tomo un aspecto entre los planetas regentes
como testimonio del hecho de que las dos personas es pro­
bable que tengan una relación d� intensidad e importancia
extraordinarias. A menudo tienen vínculos kármicos extra­
ordinariamente fuertes entre ellas, y el hecho de que tal fac­
tor de comparación sea mucho más raro que simplemente
un caso en el que el Ascendente o el Descendente de una
persona está en el mismo signo que los planetas natales de
la otra persona debe inducirnos a prestar más atención a
estos casos especiales. La interacción íntima de las ener­
gías de los planetas regentes puede verse como indicativa
de un símbolo particularmente especifico de cómo las
dos personas interactúan entre ellas y qué ve una en la otra
que sea especialmente estimulante. En la vasta mayoría de
tales casos, todos los otros niveles de interacción mostrados

376
en una comparación serán secundarios respecto del tipo in­
tenso de intercambio simbolizado por el aspecto entre los
regentes. Es como si toda la relación girara alrededor de
un fundamental intercambio de energía, y cómo, la gente tra­
te esa energía es crucial para el desarrollo de la relación.

377
Acuario
Capítulo XI

CONCEPTOS ASTROLOG ICOS


DE LAS LECTURAS DE EDGAR CAYCE

En cuanto a apariciones en la Tierra, fueron muy variadas.


Tal vez no se indiquen todas éstas en la actualidad,
pues cada ciclo trae un ente animado
a otra encrucijada, u otro impulso desde una de sus diversas
actividades en el plano material. Pero éstas son elegidas
con el fin de indicar a ese ente cómo y porqué
esos impulsos son parte de la experiencia del ente
como unidad, o como un todo. Pues, no entramos
por casualidad en una estada material,
sino que se hace nacer la continuidad de pauta
o propósito, y cada alma es atraída hacia las influencias
que pueden contemplarse desde arriba.
Así pueden contemplarse ALLI las vueltas del río de la vida.
Lectura de Edgar Cayce 3128-1

Las lecturas psíquicas de Edgar Cayce contienen una canti­


dad formidable de información relacionada con la astrología,
y estoy convencido de que las personas dedicadas a todas las
ramas de estudios astrológicos podrán beneficiarse con un
estudio del material de Cayce. La profundidad y la amplitud
de toda la obra de Cayce son asombrosas, y el hecho de que
sus lecturas psíquicas se registraran y documentaran tan rigu­
rosamente hacen que su obra sea valiosísima a los fines inves­
tigativos. Conscientemente, Edgar Cayce no creía en la astro­
logía cuando comenzó a dar "Lecturas de Vida" en un esfuer­
zo por explicar las influencias y el karma en las vidas pasadas
de la gente. Sin embargo, estas lecturas particulares, casi siem­
pre incluían referencias a "influencias" astrológicas de un tipo
que podría parecer insólito a los familiarizados con la astrolo­
gía occidental tradicional. Aunque el lenguaje de las lecturas

379
(como podrá verse por la cita anterior) es a menudo enrosca­
do y, a veces, hasta un poco confuso debido al hecho de que
Cayce trataba de comunicarse con varias diferentes dimensio­
nes de vida simultáneamente, aquí podemos tratar de aclarar
los conceptos primordiales de las lecturas en relación con la
astrología, y de explicar cuáles son sus implicancias y cómo
expanden nuestra intelección de principios astrológicos más
tradicionales. Examinaré dos tipos de ideas que se hallan en
las lecturas de Cayce: l ) las que aclaran tradiciones astrológi­
cas explicando la modalidad operativa de las "influencias"
astrológicas o definiendo el alcance de la aplicación de la
astrología; y 2) aquellas que contrastan (o incluso se contra­
dicen) con las teorías astrológicas tradicionales.
Un tratamiento completo de todos los conceptos de Cayce
que se relacionan con la astrología exigiría todo un libro, y
de hecho ya existe uno: Astrology and the Edgar Cayce
Readings, de Margaret Gammon, en el que la autora examina
sistemáticamente lo que Cayce tuvo que decir acerca de la
naturaleza de cada planeta y lo compara con el modo en que
ese planeta es explicado habitualmente en los libros de astro­
logía tradicional. Además, ella entra en pormenores acerca de
las lecturas de Cayce sobre "aspectos", "casas" y otros facto­
res específicos de mapas. Recomiendo muchísimo el libro de
Gammon a todos los que se interesan por las dimensiones
más profundas de la astrología, pero creo que bien vale la
pena seflalar aquí algunas ideas específicas de las lecturas
que pueden integrarse de inmediato a la práctica astrológica
común. Pues las lecturas de Cayce, en general, son a menudo
impenetrables, y sus afirmaciones acerca de la astrología, en
particular, son con frecuencia bastante insólitas como para
azorar a cualquier astrólogo que trate de hallar correlaciones
simples y directas entre las aseveraciones de Cayce y los ma­
pas natales como ahora los entendemos. Personalmente, visité
la biblioteca Cayce (en Association for Research and Enligh­
tenment Headquarters, Virginia Beach, Virginia) a fin de es­
tudiar las lecturas originales de primera mano. Los datos de
nacimiento de muchas personas para las que se dieron las
Lecturas de Vida están incluidos en los archivos, y, por tanto
fue posible, en numerosos casos, obtener los mapas natales
precisos a fin de intentar establecer correlaciones entre fac-

380
tores específicos de mapas y las declaraciones que se hallan
en las lecturas de Cayce. Tras tiempo y esfuerzo considerable,
descubrí que yo podía usar solamente alguna información de
Cayce en mi práctica, por cuanto otras ideas eran totalmente
incomprensibles para mí o evidentemente se basaban en un
antiguo sistema astrológico (persa o egipcio) que no existe
más en forma accesible alguna. No obstante, puesto que está
bien comprobado cuán exacta era la información de Cayce
en miles de lecturas psíquicas sobre otros temas, creo perso­
nalmente que debemos dar por sentado que su información
astrológica era igualmente exacta, ya sea que nuestro nivel
de entendimiento nos permita o no sondearla. De ahí que lo
que sigue es un intento de presentar cuanto de valor pude
espigar de sus lecturas.
Primero de todo, debe expresarse que todas las lecturas
de Cayce se ubican en el contexto de la reencarnación, el
karma y las posibilidades del individuo en cuanto a creci­
miento espiritual y consciencia superior. Por tanto, muchas
ideas de él armonizan particularmente con los tópicos primor­
diales de este libro. Cayce recalcaba que cada vida abarca la
suma total de todas las vidas anteriores, en el sentido de que
cada uno de nosotros simplemente "se está encontrando" en
todas nuestras experiencias en esta vida. Lo que somos
ahora es un compuesto de lo que hemos sido; y todo lo que
se construyó anteriormente, tanto lo bueno como lo malo,
está contenido en las oportunidades de esta vida. Cayce nos
insta a reconocer que lo que hoy somos es el resultado de lo
que hicimos con nuestros ideales y nuestro conocimiento de
Dios (o "las Fuerzas Creadoras") en vidas pasadas. Como se
menciona en la cita del comienzo de este capítulo, el alma es
"atraída hacia las influencias que pueden contemplarse desde
arriba". En otras palabras, cada uno de nosotros es atraído
hacia las vibraciones, aspectos astrológicos etc., que más
aproximadamente se adaptan a nuestro desarrollo. Las lectu­
ras de Cayce dan fuerte apoyo a la antigua idea de la corres­
pondencia entre microcosmos y macrocosmos, pues declara:
"Todas las fuerzas esenciales que se manifiestan en el univer­
so se manifiestan en el hombre vivo, y sobre eso el alma del
hombre" (Lectura 900-70). La singularidad de toda la crea­
ción fue una de las enseñanzas más fundamentales de Cayce,

381
y esta singularidad no la contemplaba como un sueño etéreo
y vago sino más bien como un hecho absoluto de la vida:

Como se fijan al comienzo, en lo concerniente a este plano


físico terrestre, están aquellas normas o leyes en la fuerza
relativa de los que gobiernan la Tierra, y los seres del plano
terrestre. Estas mismas leyes gobiernan a los planetas, es­
trellas, constelaciones, grupos, que constituyen la esfera, el
espacio en el que el planeta se mueve. Estos son de una
sola fuerza... (Lectura 3744-4).

Además del libro de Gammon antes mencionado, otro tra­


tamiento del enfoque de Cayce respecto de la astrología se
halla en There is a River, una bella biografía de Cayce, escrita
por Thomas Sugrue. Sugrue explica que el sistema solar en la
concepción de Cayce se contempla como un ciclo de expe­
riencias para el alma. Tiene ocho dimensiones, correspondien­
tes a los planetas (con exclusión de los dinamizadores primor­
diales, el Sol y la Luna). Los planetas representan puntos fo­
cales de estas diversas dimensiones de la vida, lo mismo que
simbolizan los diversos niveles de consciencia 1 a través de los
cuales el alma pasa entre las encarnaciones terrestres. La Tie­
rra se concibe como la tercera dimensión y como una suerte
de laboratorio para todo el sistema, porque sólo aquí domina
tanto el libre albedrío. En los otros planos, se mantiene más
control sobre el alma para procurar que ésta aprenda las
lecciones adecuadas. Según las lecturas de Cayce, cuanto el
alma aprenda deberá construise en la vida del plano físico,
pues el crecimiento del alma debe efectuarse, mientras está
en el plano terrestre, mediante esfuerzo y aplicación de la
voluntad.
Según Cayce, los innumerables órdenes de estrellas y plane­
tas representan pautas del alma, y los signos del Zodíaco son

1 Estos "niveles de consciencia", "planos del ser", o "dimensiones"


son todos términos que se aplican a la misma realidad. Yo llegué a usar
el término "dimensiones de la experiencia" para explicar qué simboli­
zan los planetas porque ese término parece más descriptivo de lo que
yo experimento, y evita la connotación de una limitada visión bidi­
mensional de desarrollo personal.

382
doce pautas fundamentales de las que el alma escoge cuando
entra en el plano terrestre en procura de una nueva encarna­
ción. Son pautas de temperamento, personalidad y armoniza­
ción mental; y al cuerpo físico se lo considera una objetiviza­
ción de la pauta del alma, un reflejo de "la individualidad del
alma". Como dijo Cayce:

Los signos del Zodt'aco son Pautas Kármicas; los Planetas


son los Telares; la Voluntad es la Tejedora. (Lectura
3654-L-l)

Como en muchas tradiciones ocultistas, Cayce correlacio­


naba a los planetas con los diversos cbakras (o centros de
energía) dentro de nosotros, y con sus correspondientes glán­
dulas endócrinas. De modo parecido, la "influencia" astroló­
gica y nuestro karma particular se manifiestan en parte a tra­
vés de estas glándulas y estos centros de energía, que afectan
no sólo al cuerpo físico sino también a los "cuerpos" emocio­
nal, mental y vital. Una lectura particularmente interesante
presenta definiciones de Cayce acerca de la personalidad y la
individualidad, términos que, a menudo, han sido correlacio­
nados con los principios del Sol y la Luna en astrología:
"Tu personalidad, entonces, es la expresión material; y tu in­
dividualidad es la personalidad del alma" (Lectura 2995-1 ).
Esta afirmación me indica que la suma de tendencias y pautas
emocionales representadas por la Luna y que, a menudo, se
llaman la "personalidad", se relaciona inmediatamente con
nuestra experiencia en el plano material. En realidad, de la
Luna se ha dicho, con frecuencia, que revela la "atracción
del pasado" y las pautas condicionantes de vidas pasadas.
De modo parecido, las lecturas de Cayce concuerdan con lo
que escribí en capítulos anteriores, o sea, que las cualidades
de la Luna son una emanación directa de nuestra herencia
kármica. El Sol, por el otro lado, ha sido correlacionado con
la "individualidad" en muchos libros astrológicos. Evidente­
mente, no puede decirse que el Sol representa al alma real
misma, y tampoco puede correlacionarse al signo del Sol con
aquella esencia que está dentro de cada uno de nosotros que
a todos nos convierte en Uno y que, de esta manera, nos
conecta con el Señor, puesto que cada signo del Sol es tan

383
sólo una duodécima parte del Todo. Sin embargo, decir que
el Sol y su signo representan la "personalidad del alma" es
para mí una afirmación notablemente exacta e incisiva, pues
las cualidades de nuestro signo del Sol tienen mucho que ver
con nuestro modo de ser y, muy a menudo, son aquellos as­
pectos de nuestra naturaleza que son más radiantes, creati­
vos y dinámicos.
El tema del karma se explica extensamente en todas las lec­
turas de Cayce, y, de hecho, hay libros enteros que tratan so­
bre las afirmaciones de Cayce acerca de la reencarnación y el
karma. Los mejores de ellos son Many Mansions, de Gina
Germinara, y Edgar Cayce on Reincarnation, de Noel Lan­
gley. Algunas de estas ideas son especialmente apropiadas pa­
ra entender cuestiones que son fundamentales para la astro­
logía. Por ejemplo, toda la cuestión sobre por qué y cómo en­
carnamos en una época particular y de esta manera, con un
mapa natal particular, puede aclararse mediante un estudio
de las lecturas de Cayce. Dícese que la elección de una encar­
nación se efectúa habitualmente en la concepción, cuando el
canal para la expresión es abierto por los padres. Una nueva
pauta (similar a la "pauta seminal" de Rudhyar que el mapa
natal simboliza) se efectúa con la mezcla de las pautas de las
almas de los padres. Parece que la interacción y la concepción
de los padres establecen una vibración específica (o una suma
de vibraciones) que atrae al alma que se halla en un estado
evolutivo apropiado para esa pauta. A pesar de este hecho,
sin embargo, Cayce insiste en que el mapa que más simboliza
nuestra naturaleza y que es más útil para el análisis personal
es más bien el trazado para el nacimiento físico real que para
la concepción.
Las lecturas de Cayce están también repletas de referencias
a todos los tipos de ciclos, y ya hemos citado algunas asevera­
ciones de él acerca de los ciclos de siete años, en el Capítu­
lo V. Unas pocas citas más de las lecturas podrán dar más
perspectiva de los ciclos de la vida, que son tan importantes
al trabajar con tránsitos y progresiones y que, a menudo,
sirven de base para el consejo astrológico.

La finalidad de la entrada de cada alma es completar un

384
ciclo, acercarse más al infinito, para que conozca la finali­
dad con el ente en la Tierra. (Lectura 3131-1 ).

La idea de que necesitamos varios ciclos completos durante


cualquier encarnación dada bien podría explicarnós la natura­
leza de diferentes aspectos. Cayce indica que la posición de
los planetas muestra, de parte del individuo, "la regencia del
planeta, más que la regencia del planeta sobre el ente... " En
otras palabras, la posición de los planetas (particularmente
por aspecto) tal vez muestre cuán bien hemos dominado va­
rias pruebas y cuán cabalmente hemos completado varios
ciclos de experiencia y aprendizaje. Esta idea coincide con
la creencia sostenida por algunos astrólogos de que los as­
pectos "tensionados" o desafiantes de un mapa revelan un
negocio inacabado y ciclos incompletos de realización más
que simplemente pesos atados al alma para obstaculizar que
se exprese sin razón ni sentido. De hecho, Cayce dice: "Te­
néis la hechura de un dios". Tal vez nuestros mapas natales
nos muestren en qué etapa de esa hechura estamos y, espe­
cíficamente, en qué ciclos de aprendizaje y desarrollo esta­
mos trabajando ahora para completarlos.
Otro tipo único de ciclo que se menciona numerosas ve­
ces en las lecturas de Cayce es el fenómeno de un alma que
encarna en vidas sucesivas en ocasiones en las que estén en ac­
tividad similares fuerzas astrológicas.
Pues como lo descubrimos en este ente particular, y a
menudo, -los que entran en una experiencia como ciclo
completo; o sea, sobre el mismo período bajo las mismas
experiencias astrológicas que en la estada precisamente
antes (o sea, naciendo el mismo día del mes... aunque el
tiempo no haya sido alterado); encuentran períodos de
actividad que serán muy parecidos a los manifestados en
la estada anterior, en el desarrollo y en los impulsos
latentes y manifiestos. (Lectura 2814-1 ).

Si este tipo de ciclo es verdadero, entonces ciertamente


contradice lo que siempre me pareció un intento más bien
simplista de correlacionar los factores astrológicos con pau­
tas de reencarnación: la noción de que, si somos un tipo solar
385
de Aries en esta vida, entonces tendremos, por ejemplo, un
Sol en Tauro o tal vez Aries ascendente en la próxima vida.
Se han lanzado tantas teorías de esa índole en escritos o ense­
ñanzas astrológicos, pero siempre me parecieron cabalmente
irrealistas y de validez dudosa. Sin duda, no hay pautas cla­
ras en el modo en que la armonización astrológica varía a
través de vidas sucesivas, pero yo pensaría que la pauta par­
ticular de cualquier persona tendría que adaptarse a su
naturaleza individual y reflejar cuán rápidamente esa persona
aprendió las lecciones necesarias.
Cayce menciona también otro tipo de pauta de experiencia
kármica que puede ser de utilidad para entender los ciclos as­
trológicos y las experiencias del individuo, como un capítulo
de la vida termina y empieza a abrirse otro. Este género de
pauta se explica de la manera siguiente en There is a River,
de Thomas Sugrue:

Las encarnaciones que incluyen en la personalidad reflejan


sus pautas en la vida de la persona. A veces se entremez­
clan: los padres de un niño pueden volver a crear el medio
ambiente de una experiencia, mientras sus compañeros de
juego volverán a crear el medio ambiente de otro. A veces
las influencias operan en pert'odos: el hogar y la niñez
pueden volver a crear las condiciones de una encarnación,
la escuela y el colegio las de otra, el matrimonio las de un
tercero, y una carrera las de un cuarto ... Los problemas
(kármicos) se le presentan cuando están preparados para
afrontarlos. (pág. 319).

"Estadas planetarias"

El concepto más fundamental para entender las ideas de


Cayce acerca de la astrología es también el más notablemente
diferente de las enseñanzas astrológicas tradicionales. De he­
cho, la descripción de Cayce acerca de las "estadas planeta­
rias" es una idea revolucionaria que potencialmente podría
colocar en una nueva y emocionante perspectiva a todas las
teorías de la "influencia" astrológica. Siempre creí que uno
de los eslabones más débiles de la estructura tanto de la astro-

386
logia tradicional como de la más contemporánea era la ausen­
cia de una teoría significativa y convincente sobre cómo y
por qué los factores astrológicos se relacionan con nuestras
vidas en la Tierra. Sin embargo, el concepto de Cayce sobre
las "estadas planetarias" podría llenar plenamente esta ne­
cesidad. ¿Qué son en realidad estas "estadas" a las que él se
refiere"? Ya mencioné en este capítulo que cada planeta
puede verse que representa todo un "nivel de consciencia" o
"dimensión de experiencia"; y, en el contexto de la reencar­
nación, el alma se ve que atraviesa estas diversas dimensiones
luego que abandona el cuerpo físico. Cayce afirma reiteradas
veces que las "influencias" astrológicas son un hecho de la
vida porque, entre las encamaciones terrestres, cada alma in­
dividual atravesó, moró y se armonizó con estas diversas
dimensiones más sutiles del ser simbolizadas por los planetas.

Los impulsos astrológicos no existen precisamente debido


a la posición del Sol, de la Luna o de cualquiera de los pla­
netas en la época del nacimiento; sino más bien porque el
alma del ente es parte de la consciencia universal, ha mora­
do en esos ambientes (Lectura 2132-L-l ).

Por tanto las lecturas de Cayce indican que nuestra armoni­


zación astrológica es resultado directo de nuestra alma que
viaja realmente por estas diversas dimensiones. Aparentemen­
te, al morar (hacer nuestra estada) en estos diferentes planos
del ser, nos armonizamos con las diversas vibraciones y cuali­
dades simbolizadas por los planetas. Y, de hecho, las dimen­
siones por las que el alma pase no se limitan a los planetas de
nuestro sistema solar solo, pues muchas lecturas de Cayce
mencionan diversas estrellas y constelaciones que tienen "in­
fluencia" similar en nuestras vidas:

También descubrimos que las experiencias del ente en los


ínterins de estadas planetarias entre las manifestaciones
terrestres se convierten en los impulsos mentales innatos,
que en ocasiones pueden ser parte o no del soñar despierto,
o del pensamiento y las meditaciones en el yo más re­
cóndito.
De ahí que descubramos que los aspectos astrológicos son

387
una influencia en la experiencia, pero más bien debido a la
estada del ente en el medio ambiente que debido a cierta
estrella, constelación o incluso signo zodiacal que esté en
tal y cual posición en la época del nacimiento. (Lectura
1895-1 ).

Las lecturas de Cayce se refieren repetidas veces al planeta


desde el cual "el alma emprendió vuelo", lo cual significa el
último plano de consciencia o dimensión de experiencia en el
que el alma estuvo antes de la actual encarnación. En muchos
casos, este planeta desde el cual el alma "emprendió vuelo" es
el planeta más cercano al Medio Cielo, aunque parece que hay
también otros factores en actividad que nos impiden introdu­
cir esta guía en una ley clara que no tenga excepciones. Pero
un estudio de muchas Lecturas de Vida en comparación con
los mapas natales de aquellos a quienes se dio esas Lecturas
indica ciertamente que el planeta más cercano al Medio Cielo
es, muy a menudo, símbolo de la última dimensión a través
de la cual el alma pasó antes de esta vida, y, por tanto, repre­
senta cualidades específicas con las que esa persona está fuer­
temente armonizada.
Las lecturas de Cayce indican que nuestras necesidades de
futuro crecimiento del alma, lo mismo que el tipo de vida que
llevamos durante nuestra encamación más reciente, explican
por qué, al morir un alma, puede ser atraída hacia Urano, por
ejemplo, y otra alma puede ser llevada hacia Venus. Cuanto
hayamos construido dentro de nosotros mediante nuestros
pensamientos y acciones, y cuanto hayamos asimilado duran­
te la vida más reciente, todo esto actúa como una potente
fuerza motivadora cuando abandonamos el cuerpo físico
y atravesamos las otras dimensiones.

Inmediatamente después de la muerte, hay un periodo de


inconsciencia, cuya duración es gobernada por el desa,rol/o
espiritual del ente. Tras la muerte, el alma y el espíritu se
alimentan de (y en un sentido son poseídos por) lo que la
mente creó durante la reciente experiencia en la Tierra.
Deberá usarse cuanto se ganó en el plano físico. (3744)

El concepto de Cayce sobre la permanencia del alma en

388
otras dimensiones entre vidas en la Tierra tal vez pueda ex­
plicar mucho acerca de como los planetas "influyen" sobre
nosotros en esta vida. En realidad, si fundiéramos nuestro
ser mismo en esas dimensiones del universo en alguna época
del pasado, podremos ver que nuestra armonización presente
con esas dimensiones no se produjo por accidente ni por algu­
na acción misteriosa de "rayos planetarios" solos; pues, en
realidad, asimilamos esas cualidades y nos armonizamos con
aquellas energías durante nuestra estada en las diversas di­
mensiones planetarias.
Me tomó de sorpresa hallar descripciones parecidas de esta­
das planetarias en los pronunciamientos psíquicos del famoso
médium Arthur Ford en el libro de Ruth Montgomery The
World Before. De hecho, la información de ese libro, que se
afirma que fue transmitida psíquicamente por Ford des­
pués de morir, coincide muy estrechamente con los con­
ceptos de Cayce. En el Capítulo XIII del libro, titulado
"Visitas Planetarias", hallamos descripciones de �ómo el
alma puede viajar e introducirse en el medio ambiente de
otros planetas cuando está fuera del cuerpo e incluso en
Arturo y otras estrellas. Estas "lecturas" recalcan también
que la Tierra es el mejor lugar para evolucionar espiritual­
mente, pero que todo el medio ambiente cósmico alrede­
dor de la Tierra es parte de un vasto sistema para crecimien­
to del alma y desarrollo.

Si logramos acercarnos a la perfección en la vida física, es­


tas visitas planetarias son sin dolor, pues caminamos sin
exigencias a través de pruebas que para otros son pavoro­
samente reales. (Estas visitas son ,necesarias) para enfren­
tarnos. Para compensar el daño hecho a los demás y li­
brarnos de actitudes egoísticas y complejos de superioridad.
Son un proceso de nivelación. Una y otra vez os decimos:
Enfrentáos estando aún en la vida física. Haced inventario.
Mejorad, y tratad de deshacer los errores de pensamiento y
acción cometidos contra otros, porque es mucho más fácil
cumplirlo allí que sufrir las torturas espirituales de estas
visitas planetarias. ¿Por qué no tomaros el tiempo, ahora,
de empezar este proceso de limpieza del registro akáshico?
Evaluad el daño inferido a los demás, y comenzad directa-

389
mente a deshacerlo mediante expiación o ayuda a quienes
os temen. ¿Qué importa si os han hecho daño? Ese no es
vuestro karma, sino el de ellos, y cuando ellos se enfrenten
se les exigirá que lo expíen; de modo que dejad eso a ellos
y ayudad siempre que sea posible perdonando y olvidando.
Es fácil hacer esto en la vida física, y tan difícil luego de
pasar a ser espíritu. Mitigad las faltas cuando aún hay tiem­
po, y aprovechad al máximo esa oportunidad mientras aún
estáis en la carne. (págs. 164-165).

Las lecturas de Ford dan más descripciones de cómo se ex-


perimentan estas visitas planetarias:
Para experimentar esta novedad nos aventuramos hacia
adelante y hacia afuera, deseosos de estar en el ámbito de
Marte, Neptuno o Urano, por ejemplo. Primero, "pensa­
mos" que estamos allí. Luego hay puntitos de luz que
horadan la lobreguez, y, antes de que lo sepamos, estamos
allí en la superficie, digamos, de Marte. (pág. 159).

La visión de Saturno, perteneciente a Ford, es particular­


mente interesante cuando se la compara con los anticuados
conceptos de Saturno que representan sólo cualidades nega­
tivas y penuria personal:
Saturno es donde vamos en procura de elevación espiritual,
y está reservado por la mayoría basta que se hayan encon­
trado las otras influencias planetarias, pues, para lograr la
perfección, Saturno es tan importante... que (la mayoría)
todavía no está lista para esa última prueba del alma y
primero suele recorrer el rumbo de los otros. (pág. 164).

La visión de Ford respecto de Saturno la confirmó lo afir-


mado por Edgar Cayce en el sentido de que Saturno es el pla­
neta "al que se arroja toda la materia insuficiente para remol­
dearla". Esta asociación de Saturno con el "remoldear" suena
parecida a mi analogía del Capítulo V sobre la influencia de
Saturno que a menudo se experimenta como "manos cósmi­
cas" que llegan a nuestra vida para rehacer y remoldear nues­
tro modo de ser.
390
Tanto Cayce como Ford se refieren a Arturo como una
dimensión importante en relación con el crecimiento espiri­
tual y la consciencia elevada. Ford dice que "Arturo es un
ejemplo interesante de una estrella que decidió efectuar
nuestro crecimiento espiritual"; y Cayce amplía esta referen­
cia declarando que Arturo representa no sólo un elevado esta­
do de consciencia sino también la "puerta de salida de este
sistema" por la que el alma podrá viajar más allá de este siste­
ma solar, penetrando en otros sistemas del universo. En una
lectura para un alma particularmente desarrollada, Cayce des­
cribió este fenómeno:

No es que el Sol, que es el centro de este sistema solar, sea


todo lo que existe. Pues el ente alcanzó incluso al reino de
Arturo... el centro desde el que puede haber un ingreso en
otros reinos de la consciencia. Y el ente eligió en sí regresar
a la Tierra para un misión definida. (Lectura 2823-L-l ).

La Lectura 630-2 de Cayce nos proporciona un conciso


resumen de su opinión sobre la astrología y, específicamente,
sobre las estadas planetarias:

Al dar lo que puede ser de utilidad para este ente en la ex­


periencia actual, respecto de las estadas en la Tierra, es bue­
no que también se den los aspectos planetarios o astrológi­
cos. Debe entenderse, entonces, que la estada del alma en
ese medio ambiente (planetario), más que la posición (cua­
dratura, trígono, etc. de los planetas en el nacimiento),
conduce a una influencia mayor en la expresión de un
ente o cuerpo, en cualquier plano dado.
Esto no es minimizar lo que fue el estudio de los Antiguos,
sino más bien dar la comprensión de lo mismo. Y, como
indicamos: no es tan (importante) que un ente sea influi­
do porque la Luna esté en Acuario o el Sol en Capricornio;
o Venus o Mercurio en aquélla o en la otra casa o signo;
o la Luna en el signo solar; o aquel planeta en ésta o aque­
lla posición en los cielos. Sino más bien porque iesas posi­
ciones en los cielos son del ente que estuvo en esta estada
como un alma!

391
Aunque la op1mon de Cayce sobre la astrología difiere
marcadamente de los enfoques tradicionales, no obstante
él instaba a las personas a que investigaran la astrología
si iban a estudiarla y entenderla apropiadamente. Pues,
en ese sentido, eso podría ser de máximo beneficio para
individuos que trataran de obtener más conocimiento per­
sonal. En unas pocas lecturas, él dio incluso lo que podría
considerarse como indicadores para interpretar los mapas.

El más fuerte de tales poderes en el destino del hombre


es: primero, el Sol. Luego, los planetas más cercanos, o
los que llega n a la ascendencia en la época del nacimiento.
Las inclinaciones del hombre, entonces, son regidas por
los planetas bajo los cuales nació. En esta medida, el des­
tino del hombre se halla dentro del alcance o de la esfera
de los planetas... , sin considerar el poder de la voluntad,
o sin que la voluntad se tenga en cuenta. (el subrayado
es mío) (Lectura 3744).

El énfasis sobre el poder de la voluntad es un tema que


se halla en todas las lecturas de Cayce, pues éste procuró
colocar las "influencias" astrológicas en una adecuada pers­
pectiva, advirtiendo reiteradamenete a la gente que debía
tratar de poner sus vidas en sus propias manos tanto como
fuera posible, más bien mediante esfuerzo que confiando
demasiado en las influencias planetarias.

Como alguien indicara, sois una porción de una Conscien­


cia Universal, o de Dios. Y de esta manera (parte) de todo
eso está dentro de la Consciencia Universal, o Conocimien­
to Universal: como lo están las estrellas, los planetas, el
Sol y la Luna.
¿vosotros los gobernáis o ellos os gobiernan? Fueron he­
chos para que los uséis, como individuos. Efectivamente,
ese es el papel (que ellos representan) .... Pues sois un cor­
púsculo en el cuerpo de Dios; y de esta manera, creadores
conjuntos con El, en lo que pensáis y en lo que hacéis...
(1794-3).

Entonces, podríamos preguntar cómo deberíamos estudiar

392
la astrología y usarla para un óptimo beneficio, o si realmente
deberíamos estudiarla si se desarrolla la tentación de confiar
en ella demasiado. En la Lectura 3744, se formuló esta pre­
gunta: "¿Es conveniente estudiar los efectos de los planetas
sobre nuestras vidas, a fin de entender mejor nuestras tenden­
cias e inclinaciones, cuando son influidos por los planetas?"
La respuesta de Cayce es la siguiente:
Cuando se estudia bien, (eso) vale muchísimo, muchísimo,
muchísimo la pena. ¿cómo se estudia bien, entonces?
Estudiando la influencia (de los planetas) a la luz del co­
nocimiento ya obtenido por el hombre mortal. Dad más
de ese conocimiento, dando el conocimiento que deberá
ser siempre el factor guía que conduzca al hombre siempre
hacia arriba.

Estoy convencido de que el aspecto más valioso de las lec­


turas de Cayce sobre astrología es que nos ayudan a colocarla
en la perspectiva del desarrollo espiritual, viendo a este arte
y esta ciencia antiguos como una herramienta práctica para
entendemos. Además, a través de las afirmaciones de Cayce
podremos llegar a intuir no sólo el accionar interior de la as­
trología sino también sus limitaciones. Si tomamos en serio
la esencia de las inspiradoras advertencias de Cayce, usare­
mos a la astrología con un poco de desapego y humildad,
recalcándonos o recalcando siempre a nuestros clientes que
el esfuerzo y la voluntad son cruciales en el modo con que
afrontemos nuestro karma en la vida diaria. El uso de la astro­
logía, en nuestras vidas privadas o en la práctica profesional,
debe considerarse con seriedad interior; pues no es sólo un
juguete o un juego de salón sacado en cualquier momento
para entretener o satisfacer la mera curiosidad. Nuestros pro­
pios mapas natales reflejan lo que somos, lo que hemos sido,
lo que podremos llegar a ser, y -como Cayce a menudo lo
señala- lo que hemos hecho con nuestros ideales supremos
en vidas pasadas. Con seguridad, nada es más personal y
serio, y por tanto digno de respeto e incluso de reverencia.
El próximo Capítulo presenta un ejercico que cualquiera de
nosotros puede usar en el intento de aclarar nuestros ideales
supremos en esta vida, y las lecturas de Cayce insisten conti-

393
nuamente sobre la gran importancia que debe atribuirse a
nuestros ideales.

En cuanto a si un alma está desarrollada o retrasada duran­


te una vida particular depende de lo que la persona sosten­
ga como su ideal, y de lo que haga en sus relaciones menta­
les y materiales acerca de ese ideal.
La vida es una experiencia determinada, y el lugar en el
que una persona se encuentra es aquél en el que puede
usar sus aptitudes, defectos, fracasos, virtudes presentes, en
el cumplimiento de la finalidad para la cual el alma decidió
manifestarse en el plano tridimensional. (de There is a
River).

394
Piscis
Piscis
Capítulo XII

EL ASTROLOGO Y LA CONSULTORIA

-El conejo es listo, -dijo Pooh re­


flexivamente.
-s,: -dijo Piglet, -el conejo es
listo.
-Y tiene cerebro.
-Si, -dijo Piglet, -el conejo tiene
cerebro.
Hubo un largo silencio.
-Supongo, -dijo Pooh, -que esa es
la razón de por qué nunca entiende
nada.
The House at Pooh Corner, de A. A. Milne

Todo el mundo está muy bien realmente


Pooh, ibid

Desde que escribí el capítulo titulado "Los usos de la as­


trología en las artes consultivas", en mi libro Astrología,
Psicología y los Cuatro Elementos, se me ocurrieron muchí­
simas cosas respecto a la astrología y la asesoría, las cuales
me agradaría compartir. Recientemente se aclararon en mi
mente muchos problemas, y esta creciente clarificación me
conduce a una perspectiva nueva y más sana en mi trabajo,
mi sentido de la finalidad y mi motivación, y la práctica de
la astrología y la asesoría en general.
Hace muchos años, cuando yo acababa de empezar a estu­
diar astrología, yo creía que tenía que trabajar con la gente
con alguna disposición íntima, pero no tenía idea de qué
forma iba a tomar. Yo sabía que la astrología podía ser una

397
herramienta valiosa en casi toda clase de trabajo con la gente,
pero yo no deseaba que me conocieran como "astrólogo". De
hecho, me resistí a aceptar ese rótulo durante muchos afi.os, y,
de alguna manera, todavía lo hago. Aunque en la actualidad,
tras ganarme la vida exclusivamente mediante actividades
asociadas con la astrología durante muchos afi.os, estoy acos­
tumbrado a que públicamente me conozcan como "astrólo­
go" -y en realidad he llegado a sentirme bien cómodo (o al
menos me resigné) con ese rótulo- todavía insisto en que mi
función principal en los diálogos de persona a persona es la de
consejero o consultor; y ocurre que sólo uso la astrología co­
mo herramienta primordial de ese trabajo. Con muchos pla­
netas en la casa 7a. de mi mapa natal, el consejo de persona
a persona llega con facilidad, naturalmente, y ha sido una
parte muy vitalizadora de mi vida lo mismo que una profun­
da experiencia de aprendizaje. Y todo el tiempo veo más
que, aunque no me hubiera familiarizado con la astrología,
no obstante yo estaría tratándome con muchas personas de
un modo inmediato y personal. Estos pensamientos surgieron
en mí recientemente del conocimiento cada vez más claro
de que no es la astrología lo que importa tanto como el as­
trólogo. La práctica de la astrología es un arte individualiza­
do, y el "astrólogo" es, en primerísimo lugar, un ser humano
a quien los demás, por varias razones, buscan en procura de
ayuda, guía o esclarecimiento. Ya volveré a esta línea de
pensamiento, pero primero tal vez sea de utilidad para algu­
nos estudiantes más jóvenes de astrología mencionar sucin­
tamente el proceso que yo atravesé en mi búsqueda de una
estructura significativa de trabajo y un enfoque importante
de la astrología y la asesoría en general.
Puesto que, como mencioné, no deseaba que me conocie­
ran como "astrólogo", con todas las connotaciones irrealis­
tas, despreciativas o infladas que ese término tiene para
muchas personas, yo pensaba muy naturalmente doctorarme
en psicología, ser un "psicólogo", y -teniendo de esa manera
confirmada mi identidad en la sociedad y labrado un seguro
resguardo- de allí en más realizar la clase de asesoría y tera­
pia que yo quería, con o sin la ayuda de la astrología. De
ahí que me inicié en la Facultad de Psicología con la idea
de que continuaría hasta doctorarme. Pronto resultó eviden-

398
te, sin embargo, que hasta los profesores "liberales" y de
"mente abierta" con quienes me trataba no podían manejar
la idea total de la astrología y todas sus ramificaciones últi­
mas. Se ponían algo nerviosos cuando les hablaba de ella, y
estaba claro que sufrían una especie de indigestión mental y
emocional cuando enfrentaban la necesidad de asimilar una
idea tan extrafta para su modo habitual de pensar. La causa
principal de tal indigestión creo que es sencillamente la rigi­
dez del ego que se construye cuando nuestra vida se basa en
el supuesto no examinado de que estamos controlando todos
los aspectos de nuestro destino.
Para abreviar esta larga historia, el programa de Maestro en
Artes lo concluí sólamente con increíble persistencia y utili­
zando todas mis facultades de persuasión (cuando el Sol
progresado estaba en cuadratura con Saturno natal), y con la
ayuda de un profesor algo simpático ( ¡un triple Cáncer!).
Luego me resigné a la fuerte probabilidad de que ningún
programa de doctorado del país encuadraría en mi naturaleza
más bien rebelde y cuestionadora. También advertí que, de
todas las "teorías de la personalidad", las técnicas terapéuti­
cas, y los estudios experimentales tratados en los círculos de
la psicología académica, tal vez sólo el diez por ciento de
ellos tenían relevancia alguna para lo que yo percibía como la
vida real. Esto no equivale a decir que los astrólogos no estu­
dien este diez por ciento; de hecho, creo que no sólo deben
estudiarlo, sino que también es probable que sean muy po­
bres consejeros si no lo hacen. Personalmente, he oído decir
a muchos astrólogos cosas como éstas: "Bueno, ¿no cree
usted que la astrología incluye a toda la psicología?" Por
supuesto, la astrología, puesto que es un vasto lenguaje siin­
bólico de la vida, en última instancia tiene las herramientas
para simbolizar todas las fases de la experiencia psicológica.
Pero la iinplicancia de afirmaciones o preguntas como la
antedicha es: puesto que la astrología es tan grande, ¿no
sería más fácil ignorar esta molestia llamada psicología?
Es como decir que preferimos el cristianismo al hinduismo.
Después de todo, ambos supuestamente tratan sobre Dios,
¿no es así? Tales afirmaciones se basan en la inferencia de
que la astrología es una creencia, como la religión. Simple­
mente escogemos una y rechazamos las otras. Esta actitud

399
ignora el hecho de que la astrología y la psicología son sim­
plemente enfoques diferentes de la vida, para entender el
funcionamiento interno del individuo. Pueden contribuir
muchísimo entre sí, y la labor de muchos de los astrólogos
más innovadores y precursores demuestra el valor de esta
combinación dinámica de las dos disciplinas.
Yo sería el primero en admitir que muchas teorías psico­
lógicas y muchos sistemas terapéuticos se basan en suposi­
ciones que no son ciertas o incluso más bien ridículamente
limitadas. Muy a menudo reflejan la particular parcialidad
del teórico que las desarrolló, y -si compartimos esa parcia­
lidad, ese enfoque de la vida- tal vez descubramos que las
ideas de esa persona son compatibles con las nuestras. Mucha
teoría psicológica no se basa en una verdad cósmica sino más
bien en la proyección de nuestras inadecuaciones y verdades
a medias. Esto es inevitable cuando cualquier persona intenta
idear una teoría o un sistema para describir o explicar el fun­
cionamiento humano, si esa persona no tiene una perspectiva
universal sobre la que base sus conceptos. De ahí que, aunque
creo que muchos astrólogos podrían beneficiarse con más so­
fisticación psicológica y con una familiarización con ciertas
teorías psicológicas, no debería permitirse que ocurra la idea­
lización de la psicología. Los psicólogos como grupo andan
tropezando en la oscuridad más que los astrólogos. En la ma­
yoría de los casos, el mapa natal puede iluminar los hechos
de la experiencia pero no las causas últimas, y ¡las teorías
psicológicas raras veces revelan tampoco las causas últimas!
Pues cuando llega a lo último, cuando llega a responder el
más profundo porqué del cliente, ése es el momento en el que
la práctica de la astrología se convierte en un arte consultivo,
el momento en el que las suposiciones o creencias particula­
res, religiosas, espirituales y filosóficas del astrólogo tienen su
impacto. Y cuanto más comprenda el profesional este hecho,
más podrá asumir la responsabilidad plena por la calidad del
trabajo, y más podrá empezar a franquearse a un conocimien­
to inmediato de una finalidad mayor en actividad.
Mi actitud hacia mi trabajo es, en la actualidad, difícil de
expresar. No me identifico con el término "psicólogo", y
tampoco con el rótulo de "astrólogo". Mi trabajo con los
clientes lo veo como el de consejero, alguien que indica a los

400
demás la dirección en que verán los significados más profun­
dos de su experiencia vital, una función que creo debería
ser una de las primordiales finalidades del trabajo de cual­
quier astrólogo. Veo a la astrología como una herramienta
increíblemente valiosa e inspiradora de reverencia para ayu­
darnos a vivir la vida y entenderla más plenamente, pero para
mí no es una religión ni siquiera un modo de vida. Es un arte
individualizado y, tal como nuestro uso de la astrología pue­
de ayudar a los demás a que perciban con aguzada claridad su
singularidad individual, sus habilidades creativas y sus posibi­
lidades de crecimiento, de igual modo podrá ayudar al profe­
sional a que descubra en sí mismo esa esencia de la finalidad
creativa que inevitablemente trasciende todos los rótulos o
pretensiones profesionales. En otras palabras, creo que,
quienquiera que descubra que su finalidad creadora le compe­
le a la práctica de la astrología como profesión, debería com­
prender que tiene el privilegio de servir de guía a los demás
que luchan por encontrar su camino en medio de las tormen­
tas, torbellinos y naufragios de la vida en el plano material.
Muy poco importa qué rótulo se use. Podrían llamarnos psi­
cólogos, astrólogos, consejeros, consultores, guías, amigos,
buenos vecinos o servidores. Lo que importa es la calidad del
trabajo, la calidad de la consciencia que penetra y es de espe­
rar que ilumine nuestros encuentros personales y en profun­
didad con los demás.
De modo que ahora, cuando mis estudiantes me preguntan
cómo hacer para convertirse en astrólogos profesionales, si
hay escuelas a las cuales asistir, cursos que seguir, organiza­
ciones que integrar, o pruebas que aprobar, les digo: Lo que
importa son USTEDES. No es la astrología misma, aislada de
ustedes. No han de convertirse en computadoras llenas de
datos ininteligibles y miles de informaciones. Ciertamente
deben aprender lo básico, familiarizarse con las diversas ramas
de la astrología y las distintas escuelas de pensamiento que
tratan sobre diferentes enfoques y métodos interpretativos.
Pero todo eso es simplemente un antecedente, un cimiento
sobre el que construyan sus personalidades, su trabajo, su
estructura esencial a través de la cual pueda correr su ener­
gía personal creadora. Realizando este trabajo, aprenden a
hacer la labor que les piden. Siendo lo que son, llegan a ser

401
lo que son. No hay un momento mágico en el que todas las
mediciones mágicas caen en el sitio justo y confirman que
ustedes son designados ahora astrólogos vivos y reales. Si
han de ganarse la vida aconsejando a los demás, los demás
acudirán a ustedes porque ustedes son lo que son más que
simplemente porque saben lo que saben. Como dijera Jung,
es la personalidad del "médico" la que tiene o no tiene efec­
to curativo. El "sistema" que ustedes usen resulta irrelevante
en última instancia, pues lo que resulta importante es el hecho
de que estén usando su sistema personal, ¡nacido de su ex­
periencia! USTEDES son el sistema, el canal a través del cual
corre la consciencia.
Mi experiencia y mis más recientes percepciones me impul­
san a decir que la astrología debe verse y usarse como parte
de asesoramiento, no como algo autocontenido y aislado de
los diálogos íntimos del profesional auxiliador. La astrología,
a menos que se aplique a una persona específica y a una situa­
ción específica, no puede usarse en su potencial pleno. De
hecho, creo que muchos astrólogos (y todo astrólogo profe­
sional experimentó esto en alguna medida, ya sea que recono­
ciera o no lo que sucedió) pierden la perspectiva de lo que
están haciendo y de cuál es la finalidad esencial al absorberse
demasiado en las minucias astrológicas, en los juegos menta­
les, y en interminables tecnicismos matemáticos o "esotéri­
cos". Es difícil tener presente todo el tiempo una infinidad
de pormenores y hechos aparentemente inconexos que tratan
sobre el efecto y las implicancias últimos de nuestras afirma­
ciones. Lo grande del trabajo de Dane Rudhyar es que sigue
recordándonos la finalidad mayor de la labor astrológica y la
totalidad de la persona individual. Pero con demasiada fre­
cuencia decimos: "¡Esa es una gran idea!", y luego seguimos
olvidándonos de vivir, en nuestro trabajo, ese conocimiento.
Las personas son criaturas de hábito, y, a menos que el astró­
logo se examine continuamente y continuamente redefina y
aclare la finalidad de su trabajo, es casi inevitable que caerá
en algún hábito rutinario que, a su tiempo, le inhibirá de
mantener la apertura requerida para una labor consultora
incisiva y útil.
Esta apertura es tan necesaria porque creo que el astrólogo
sirve de canal de una dimensión de orden, conocimiento e

402
intuición que es normalmente inaccesible para los otros con­
sejeros. A través de las lentes del mapa natal, el astrólogo
puede aprender a enfocar su consciencia de tal modo que em­
pieza a conocer cosas, o, al menos, percibir la posibilidad de
cosas que no puede calcular lógicamente, no importa cuántas
fórmulas matemáticas use. Cuando el profesional continúa
usando la astrología diligente y profundamente durante una
cantidad de años, descubre que la intuición puede aguzarse,
la sensibilidad psíquica puede acrecentarse, y su sentido del
asombro puede exceder todas las fronteras. En un sentido,
el consejero astrológico cumple, a menudo, las funciones de
médium, antena que se proyecta hacia el cosmos, sintoniza­
do con las dimensiones de la experiencia para las que, con
frecuencia, no hay términos psicológicos apropiados, o, a
veces, ni siquiera explicaciones lógicas. De ahí que tengan
gran efecto los ideales, valores, propósitos, motivaciones y,
en general, la pureza del canal. Más que por cualquier otra
razón, es por esto que la práctica de la astrología, en su
mejor expresión, es un arte completamente individualizado
que jamás puede volverse computado, dogmatizado o, tal vez
sorprendentemente, enseñado del modo con que se enseñan
otros "temas".
La astrología que se usa del modo antes mencionado sirve
pues al profesional como un método de depuración y evolu­
ción personales, como un medio para desarrollar los poderes
y las facultades interiores que yacen dormidos en la mayoría
de los seres humanos. ¿Pero cómo empezamos a lograr esta
sintonía con otras dimensiones (simbolizadas en el mapa natal
del astrólogo por un fuerte acento en los planetas trans-satur­
ninos)? La respuesta creo que es la apertura (que necesaria­
mente excluye demasiada infatuación o arrogancia) combi­
nada con una práctica cabal y continua. Debemos mantener
la sintonía mediante uso constante de las facultades en desa­
rrollo, pues si fuéramos a "hacer un mapa" sólo una vez
por mes más o menos, se habría perdido todo el ímpetu del
crecimiento de estas facultades nuevas. De ahí que cuando
mis estudiantes que quieren ser "astrólogos profesionales"
me expresan este deseo, a menudo les pregunto cuántos
mapas están haciendo por semana. ¿Simplemente, están
leyendo libros, o empezando a aplicar las teorías de modo

403
inmediato, comprobándolo todo y asimilando los significados
esenciales de los factores astrológicos mediante experiencia
personal? Si me dicen que están haciendo dos mapas por se­
mana, les pido que hagan tres o cuatro. Sólo mediante prác­
tica constante, y en profundidad, un arte tan trascendente y
exigente como la práctica de la astrología puede tomarse
cabalmente accesible y prácticamente útil.
Nada se consigue con facilidad. Es muy difícil que un as­
trólogo de fines de semana se sintonice bastante y obtenga
suficiente experiencia para realizar un trabajo de elevada
calidad. Por ejemplo, si estamos enfermos, ¿querríamos
acudir a un médico que sólo practica la medicina en su
tiempo libre? No quiero ser demasiado dogmático en esta
cuestión, pero me parece claro que, a fin de lograr el nivel
más elevado de práctica astrológica, debemos tener mucha
experiencia práctica que nos proporcione los antecedentes y
la amplitud necesarios para alcanzar una perspectiva exacta
de las situaciones de los clientes individuales. Si sólo hemos
efectuado una docena de mapas en nuestra vida, y todos
ellos son de amigos o parientes, en realidad tenemos muy
poca experiencia que extraer. De ahí que, si por ejemplo
alguien nos pregunta qué esperar cuando Urano transite el
descendente y la única experiencia que tenemos con ese
factor es haber visto que tía Mariquita se divorció de tío Gui­
llermo, tal vez recalquemos con facilidad la posibilidad de
divorcio como la manifestación probable de ese período, ig­
norando el hecho de que un cambio revolucionario de actitud
respecto a la pareja puede ser buena para el matrimonio de
esa persona. De modo parecido, es fácil para los astrólogos
caer en el hábito de esperar la manifestación más sensacional,
problemática o traumática de cualquier configuración astroló­
gica. Esta predisposición hacia una actitud negativa surge
porque el consejero astrológico -como otros en las profesio­
nes auxiliares- se enfrenta naturalmente con el lado proble­
mático de las cosas. Los clientes de la mayoría de los astrólo­
gos quieren una consulta porque piensan que existe un pro­
blema, una decisión difícil de tomar, o un sentimiento de
descontento o ansiedad que quieren aclarar. ¿Pero, qué ocu­
rre con todos esos otros millones de personas que nunca
piden ayuda, que jamás conciertan una cita con persona

404
algu na de las profesiones auxiliares? Con seguridad, ellas
también tienen sus altibajos, sus crisis y conflictos. Y con
seguridad atraviesan períodos de los tránsitos y las progre­
siones de los cuatro planetas exteriores que a menudo se dice
que son "difíciles". ¿Qué experimentan durante estos ciclos?
Creo que el astrólogo concienzudo necesita realizar un esfuer­
zo activo para buscar otras personas que los clientes, hacer
sus mapas y establecer un diálogo con ellas a fin de compro­
bar qué otras manifestaciones posibles de estos períodos de
"crisis" puede haber y a fin de interrogarlas en cuanto a su
experiencia personal durante estos importantes períodos de
cambio. En las profesiones auxiliares cualquiera puede desa­
rrollar con facilidad un criterio más bien desequilibrado res­
pecto de los demás si no tiene el cuidado de mantener un
equilibrio entre sus tratos con los que tienen problemas
evidentes y amistades bastante normales que están total­
mente separadas de su trabajo.
De hecho, todo el problema del aislamiento que a menudo
se convierte en la suerte de los que están en las profesiones
auxiliares es tratado con gran profundidad en el libro Power
in tbe Helping Professions, de Adolf Guggenbuhl-Craig. El
autor es el Presidente del Sanatorio del Instituto C.G. Jung
de Zurich, Suiza, y su extensa experiencia en el proceso de
diálogo de asesoría y terapia se evidencia en la gran hondura
e intuición que ilumina todo este libro. El autor muestra cla­
ramente cómo el papel de consejero, médico o curador puede
dañar gravemente nuestras relaciones en la vida privada y
cómo puede llevar, y a menudo lo hace, a esa persona, sin que
ésta lo sepa, a convertirse en la clase misma de "charlatán" o
"falso profeta" que cree que son los demás. Otros capítulos
del libro tratan tópicos tan importantes para los consejeros
como: cómo imponerse eficazmente a los problemas creados
por el papel de "curador"; la necesidad de autoconocimiento
y honrado autoexamen; y el problema sexual y erótico en la
situación de consejero. En suma, el libro del doctor Guggen­
buhl-Craig es una discusión completa de casi toda su labor
profesional pero también de su vida privada. Lo recomiendo
muchísimo a todo aquel que mantenga o se proponga desa­
rrollar una práctica de consultoría.

405
Antes de pasar a discutir otras consideraciones adecuadas
al tópico de astrología y consultoría, parece apropiado men­
cionar una cita que me llegó hoy por correo, como parte de
una carta de un corresponsal lejano. Ciertamente, se podría
considerar un fenómeno sincrónico que, mientras escribía
este capítulo, llegó la carta con la cita del siguiente frag­
mento:
El consejo es tan efectivo como la vida que efectivamente
lleva el terapeuta... Si el consejo no es un modo de vida,
entonces es un juego de técnicas. (De Beyond Counseling
& Therapy, de Carkhuff y Berenson).

Creo que, de modo parecido, podríamos decir que la prác­


tica de la astrología como un arte de persona a persona es
sólo tan efectiva como la vida que efectivamente lleva el as­
trólogo y que, si nuestra práctica astrológica no se integra con
nuestro modo de vida, entonces se convierte meramente en
un juego de "técnicas", técnicas que, aunque quizá curiosas y
divertidas, son, en última instancia, sin sentido.

E I arte de no dar consejo

Aunque es probable que muchos astrólogos consideren que


uno de sus deberes primordiales es dar consejo específico a sus
clientes, y aunque muchos sin duda piensan que acuden a
un astrólogo en procura de consejo, tengo serias reservas res­
pecto a la práctica de aconsejar demasiado volublemente a al­
guien sobre lo que tiene y lo que no tiene que hacer. Primero
de todo, debemos preguntamos honradamente si realmente
sabemos qué debe hacer una persona en particular. Como es­
cribiera Jung:

Es presuntuoso pensar que siempre podremos decir lo que


es bueno o malo para el paciente. Tal vez él sepa que algo
es realmente malo y lo haga de todos modos y luego le
remuerda la conciencia. Desde el punto de vista terapéu­
tico, es decir empt'rico, esto puede ser realmente muy
bueno para él. Tal vez él tenga que experimentar el poder

406
del mal y sufrir en consecuencia, porque sólo de ese modo
podrá renunciar a su actitud farisaica respecto de los de­
más. Quizá el destino, o el inconsciente o Dios -llaméselo
como se quiera- tuvo que darle un fuerte golpe y hacerle
rodar por el polvo, porque sólo semejante experiencia
drástica podrs'a hacerle entrar en vereda, sacarle de su in­
fantilismo y hacerle más maduro. ¿cómo podrá alguien
averiguar cuánto necesita salvarse si está muy seguro de
que no hay nada de lo cual necesite salvarse? (Civilization
in Transition, Tomo 1 O, Obras Escogidas).

La sabiduría de esta afirmación me la recalqué muchas ve­


ces en mi trabajo. Por ejemplo, a menudo he visto clientes
meses después de nuestro encuentro, y he descubierto que o
no siguieron mi "agudísimo" consejo (ya sea que todavía
crean que deberían hacerlo),o que algo ocurrió poco después
de nuestro diálogo que puso todos sus problemas bajo una
nueva luz o en un contexto radicalmente diferente.
Entonces podríamos preguntar: ¿qué es lo que hace un
astrólogo? ¿Qué se propone? ¿Qué puede ofrecer legítima­
mente a la gente si no es un consejo específico? Puede ofre­
cer su intuición, su comprensión, y su apoyo; y puede pro­
porcionar, con la ayuda de la astrología, esclarecimiento, sen­
tido del orden y significado, posibilidad de lograr un conoci­
miento superior, y sentido de las implicancias últimas de la
situación actual. La astrología usada de este modo proporcio­
na un medio por el cual la gente puede ocuparse con más efi­
cacia de sus vidas, reconociendo su participación en los ciclos
cósmicos, ayudándola así a lograr una verdadera perspectiva
de sí misma y de sus tratos con el mundo externo. Un mapa
natal no es una cosa estática que simplemente "está hecha".
Es más bien un mapa que puede ayudar a la persona en el ca­
mino del descubrimiento y el conocimiento personales. La
finalidad superior de la astrología no es tratar de cambiar
nuestro destino sino más bien cumplirlo mediante creci­
miento del conocimiento. Aunque todos los aspectos e im­
plicancias de la situación de un individuo parezcan perfec­
tamente claros, puede haber aún factores que compliquen
el intento de dar consejo. Para citar nuevamente a Jung:

407
Las grandes decisiones en la vida humana tienen habitual­
mente más que ver con los instintos y otros misteriosos
factores inconscientes que con la voluntad consciente y
la razonabilidad bien significativa. El zapato que calza
en una persona, aprieta a otra; no hay una receta univer­
sal para vivir. Cada uno de nosotros lleva su propia forma
de vida dentro de sí: una forma irracional que ninguna
otra puede mejorar. (fhe Practice of Psychotherapy, Tomo
16, Obras Escogidas).

La importancia de los ideales

Otro factor que tiene fuerte impacto no sólo sobre lo que


decimos a un cliente sino también sobre cómo lo decimos es
los valores y los ideales de la persona. Jung a menudo sefialó
que un consejero o un terapeuta nunca debe perjudicar, criti­
car o desaprobar el valor importante de un individuo. No hay
lugar para prédica de ninguna índole. Sin embargo, muchas
personas que solicitan ayuda astrológica sufren una falta de
valores, la ausencia o por lo menos la inconsciencia de un
ideal que las guíe. Casi todos actúan en relación con algún
ideal; pero la mayoría jamás se esclareció respecto de cuál es
este ideal que tan fuertemente los motiva o confunde. Empe­
cé a comprender la importancia de los ideales guías del indivi­
duo a través de un estudio a largo plazo de las lecturas psíqui­
cas de Cayce. Estas recalcan reiteradamente la importancia
de tomar consciencia de nuestros ideales. De hecho, Cayce a
menudo aconsejaba a las personas que realizaran un ejercicio
sencillo que ayudara en este proceso de esclarecimiento, y
con frecuencia yo menciono esto a los clientes. (Es un ejerci­
cio particularmente útil cuando los tránsitos a Neptuno natal
o de una realidad trascendente e inmaterial pueden damos
un sentido de orden en esos tiempos.) El ejercicio es simple­
mente éste:

1. Tome una hoja de papel y trace en ella tres columnas


con los títulos de: espiritual, mental y físico.
2. Luego de pensar un poco (lo cual incluso podría llevar
unos pocos días), escriba en cada columna tan precisamente
como pueda cuáles son sus ideales en ese ámbito de la vida.

408
En otras palabras, ¿a qué quiere usted parecerse en lo espiri­
tual, lo mental y lo físico?
3. Dé algunos pasos claros para llevar esos ideales a la rea­
lidad, asimilando o practicando conscientemente aquello que
usted constituye más en su ideal. Por ejemplo, si quiere ser
físicamente más fuerte y más enérgico, tal vez empiece un
programa de ejercicios o mejore su dieta. Si quiere ser más
amoroso y con la mentalidad puesta en Dios, tal vez aprenda
a meditar y practicar esto regularmente.
4. Mantenga presente que sus ideales cambiarán y evolu­
cionarán a medida que el tiempo pasa. Lo que usted quería
ser cuando tenía veitiún affos no es necesariamente lo que
quiere ser cuando tiene cincuenta. De ahí que, cuando se
patenticen cambios en sus ideles, se sienta libre para alterar
o definir lo que escribió.
5. Lo principal es trabajar bacía los ideales, comprendien­
do que son ideales y que, si hubiéramos alcanzado totalmente
esos ideales, ya no servirían más como carteles indicadores de
nuestro crecimiento.
Menciono este material por la necesidad de esclarecer nues­
tras ideas no sólo como una "técnica" útil que los consejeros
astrológicos podrían querer ensayar, sino también como una
introducción al hecho de que todo "consejo" dado a los
clientes debe estar de acuerdo con los ideales de los clientes,
con lo que ellos tratan de ser y llegar a ser. De hecho, todo
consejo dado que no esté de acuerdo, por lo menos general­
mente, con los ideales superiores del individuo no armonizará
con la naturaleza más. profunda de la persona y, por ende,
será peor que inútil. No sólo será ignorado o rechazado el
consejo del consejero, sino que incluso también, en ocasiones,
tal vez introduzca una nueva nota discordante en la perturba­
da vida de esa persona. En suma, si el astrólogo sigue fiel a
sus ideales personales y es sensible a los ideales y valores de
sus clientes, su labor como consejero a menudo será recom­
pensada con experiencias inmensamente reveladoras y bella­
mente sutiles.

409
BIBLIOGRAFIA Y LECTURAS SUGERIDAS

Argüelles, José y Miriam


Manda/a
Arroyo, Stephen
Astrología, Psicología y los Cuatro Elementos*
Baba, Meher
Life at lts Best
Listen, Humanity
Benjamin, A.
The Helping lnterview
Carter, Charles E.O.
Los Aspectos Astrológicos*
Enciclopedia de Astrología Psicológica
Ensayos sobre los Fundamentos de la Astrología
Principios de Astrología
Algunos Principios de Delineación Horoscópica
El Zodíaco y el Alma
Cenninara, Gina
Many Mansions (Cayce '.s Reincarnation Readings)
Cooke, Joan,(Hodgson)
Wisdom in the Stars
Cunningham, Donna
Guía Astrológica del Conocimiento Personal*
Davidson, Dr. William
Lectures on Medica/ Astrology
DeVore, Nicholas
Enciclopedia Astrológica*
Dobyns, Dra. Zipporah
The Astrologer'.s Casebook
Finding the Person in the Horoscope
Progressions, Directions and Rectifications

410
Gammon, Margaret
Astrology and the Edgar Cayce Readings
Guggenbuhl-Craig, Adolf
Power in the Helping Professions
Greene, Liz
Satum, a New Look at an Old Devil
Hall, Manly P.
Healing, the Divine Art
Man, the Grand Symbol
Reincamation the Cycle ofNecessity
The Secret Teachings ofAli Ages
Self Unfoldment
Twelve World Teachers
Hand, Robert
Planets in Transit
Head and Cranston
Reincamation, an East-West Anthology
Hickey, Isabel
Astrology: A Cosmic Science
Minerva/Pluto: The Choice is Yours
Jansky, Robert C.
Interpreting the Aspects
Jayne, Charles
Horoscope Interpretation Outlined
Progressions and Directions
The Technique of Rectification
Jayne, Vivia
Aspects to Horoscope Angles
Johnson and Vestermark
Barriers and Hazards in Counseling
Jung, Carl G.
Civilización•en Transición (Obras Escogidas, Tomo X)
El Desa"o/lo de la Personalidad (Obras Escogidas, Tomo XVII)
Los Sueños
Ensayos sobre una Ciencia de la Mitologia
Cuatro Arquetipos
El Hombre y Sus Simbo/os
Mandalas, Sueños, Reflexiones
El Hombre Moderno en Busca de un Alma
Mysterium Conjunctionis {Obras Escogidas, Tomo XIV)
Sobre la Naturaleza de la Psiquis
La Práctica de la Psicoterapia (Obras Escogidas, Tomo XVI)
Reflexiones Psicológicas

411
Tipos Psicológicos
El Yo No Descubierto
Símbolos de Transfonnación
Koch, Walter A.
Birthplace Table of Houses
Langley, Noel
Edgar Cayce on Reincamation
Layman, Dr. Marvin
Interviewing and Counseling Techniques for Astrologers
Lewi, Grant
Astrology for the Millions
May, Rollo
The Art of Counseling
Mayo, Jeff
The Astrologer's Astronomical Handbook
The Planets and Human Behavior
Montgomery, Ruth
Nacida para Curar
Moore, Marcia
Hypersentience
Moore, Marcia, y Douglas, Mark
Astrology, the Divine Science
Diet, Sex and Yoga
Reincarnation, Key to Immorta/ity
Yoga, Science of Sel[
Oken, Alan
As Above, So Below
Astrology, Evolution and Revolution
The Horoscope, the Road and Its Travelers
Pagan, Isabel
From Pioneer to Poet
Robertson, Marc
Cosmopsychology: The Engine of Destiny
The Eighth House
Sex, Mind and Habit Compatibility
The Transit of Satum: Critica/ Ages in Adult Life
Rudhyar, Dane
La Astrología y la Psiquis Moderna*
The Astrological Houses
An Astrological Study of Psycho/ogica/ Complexes
Fire Out of the Stone
From Humanistic to Transpersona/ Astrology
The Lunation Cycle

412
New Mansions for New Men
The Planetarization of Consciousness
The Practice of Astrology
The Pulse of Life
Tryptych
Ruperti, Alexander
Ciclos del Devenir "'
Sargent, Lois
How to Handle Your Human Relations
Schulrnan, Martín
Kannic Astrology: The Moon s Nodes and Reincamation
Shanna, I.C.
Cayce, Kanna and Reincamation
Sheehy, Gail
Passages
Singh, Maharaj Charan
ThePath
Spiritual Discourses
Sugrue, Thomas
There is a River
Tyl, Noel
Astrologica/ Counsel
The Expanded Present
The Horoscope as ldentity
Watters, Barbara
Sex and the Outer P/anets
Wat's Wrong with Sun Sign?
White, Stanley
Liberation of the Soul
Wynn
The Key Cycle
Yogananda, Paramahansa
Autobiografía de un Yogi
Yott, D.
Retrogrades Planets and Reincamation

* Publicados por F.ditorial KIER, S.A.

413
INDICE

Reconocimientos 7

Introducción 11

I: KARMA21
Factores específicos del mapa 31; Saturno 31; Aspectos y
elementos 33; Los signos "kánnicos" 38; Las casas de
"agua" 39; La Luna 46.

11: TRANSFORMACION53
Los principios de Sol y la Luna 58; La transformación del
contexto social 66; La consciencia superior 67

III: CLAVES DE TRANSFORMACION. Primera parte: Urano


yNeptuno 73
Urano 81; Neptuno 85

N: CLAVES DE TRANSFORMACION. Segunda parte: Plutón 97


Los tránsitos de Plutón 102; Reencarnación yKarma 106;
La posición de casas de Plutón 110; Los aspectos de Plu­
tón 119

V: SATURNO: Su Naturaleza ylos Ciclos 129


Saturno en el mapa natal 135; Los aspectos de Saturno 138;
Los tránsitos de Saturno 143 ; El regreso de Saturno 148;
Los tránsitos de otros planetas, por parte de Saturno 153;
Saturno a través de las casas 155;

VI: ASPECTOS DE LA TRANSFORMACION EN EL MAPA NA-


TAL183
Los aspectos en la época moderna 188; La naturaleza de los
aspectos específicos 192; Los aspectos y el Karma 203;
Los aspectos con Urano 204; Los aspectos de Sol-Urano207;
Los aspectos de Luna-Urano 209; Los aspectos de Mercurio­
Urano 211; Los aspectos de Venus-Urano 213; Los aspee-
tos de Marte-Urano 216; Los aspectos de Neptuno 218;
Los aspectos de Sol-Neptuno 224; Los aspectos de Luna­
Neptuno 225; Los aspectos de Mercurio-Neptuno 226;
Los aspectos de Venus-Neptuno 228; Los aspectos de
Marte-Neptuno 231; Los aspectos de Plutón 234; Los
aspectos de Sol-Plutón 235; Los aspectos de Luna-Plu­
tón 238; Los aspectos de Mercurio-Plutón 240;Los aspec­
tos de Venus-Plutón 241; Los aspectos de Marte-Plutón 244;
Los aspectos lunares 247; Cómo entender los temas del
mapa natal 249
VII: KARMA Y RELACIONES 255
Los interaspectos desafiantes de Saturno 262; Los interas­
pectos desafiantes de Urano 266; Los interaspectos desa­
fiantes de Neptuno 270; Los interaspectos desafiantes de
Plutón 273; Mapas compuestos 277.
VIII: CICLOS DE TRANSFORMACION. Primera parte: Las pro-
gresiones 281
El Sol progresado 290; La luna progresada 296; La Luna
progresada a través de las casas 300; Los aspectos de la
Luna progresada 304; Otras progresiones importantes 305
IX: CICLOS DE TRANSFORMACION. Segunda parte: Los trán•
sitos 309
Tránsitos y Karma 316; Notas claves de la "influencia" de
los tránsitos 320; Notas claves de los planetas activados por
tránsitos 323; Los tránsitos de los cinco planetas exterio­
res 328; Los tránsitos de Júpiter 328; Los tránsitos de
Saturno 331; Los tránsitos de Urano 333; Los tránsitos
de Neptuno 336; Los tránsitos de Plutón 339; El tiempo
de los tránsitos 343
X: EL ASCENDENTE Y EL MEDIO CIELO: Factores Vitales de la
Estructura de la Personalidad 351
El ascendente 353; El regente del ascendente 359; Aspec­
tos del ascendente 362; El Medio Cielo y sus aspectos 370;
Los cuatro ángulos en las comparaciones 373
XI: CONCEPTOS ASTROLOGICOS DE LAS LECTURAS DE BO­
GAR CAYCE 379
"Estadas planetarias:: 386
XII: EL ASTROLOGO Y LA CONSULTORIA 397
El arte de no dar consejo 406; La importancia de los Idea­
les 408
8ibliografía y lecturas sugeridas 410
Se terminó de imprimir en:
"Impresiones Avellaneda S.A.··
Manuel Ocantas 253 Avellaneda
en Julia de 1997
Tirada de esta Edición 2000 Ejemplares

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