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LOS TIPOS DE LESIONES MÁS FRECUENTES EN EL

FUTBOLISTA Y SU TRATAMIENTO.

LESIONES DE RODILLA

Los jugadores de fútbol sufren con frecuencia lesiones de rodilla que pueden
revestir gravedad. Entre las lesiones más comunes destacan:

• Lesión del ligamento cruzado anterior


• Lesión del ligamento cruzado posterior
• Esguinces del ligamento colateral interno
• Desgarros de menisco

LESIÓN DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR

Las lesiones del ligamento cruzado anterior se deben a un movimiento de torsión


o valgo forzado en la rodilla. El jugador suele recordar un crujido o un chasquido.
Normalmente no se trata de lesiones de contacto. Estas lesiones provocan
síntomas de inestabilidad. Son mucho más frecuentes en las mujeres. ¿Cómo
diagnosticarlas?
Para su diagnóstico, en la exploración, se deben buscar movimientos anómalos
de la rodilla y compararlo con el miembro contralateral. Se considera anómala
una diferencia de movimiento entre ambos que sea superior a 3 mm. Las
maniobras más apropiadas para su exploración son:

Prueba del cajón anterior: Debe realizar esta prueba con el jugador en
decúbito supino y la articulación de la rodilla flexionada a 90º. tiramos hacia
delante de la tibia sobre el fémur. Si la tibia se desplaza hacia delante más de 3
mm en comparación con la rodilla no afectada, significa que existen daños en el
ligamento cruzado anterior.

Prueba de Lachman: Se realiza de la misma forma que la prueba del cajón


anterior, pero con la rodilla flexionada tan solo 30º. Con ello se relajan los
músculos y ligamentos que sujetan secundariamente la rodilla. Esta maniobra,
es mucho más sensible y fiable. La prueba se considera positiva si la tibia se
mueve hacia adelante sobre el fémur en comparación con el lado opuesto.
LESIONES DEL LIGAMENTO CRUZADO POSTERIOR

Los desgarros aislados del ligamento cruzado


posterior se producen con poca frecuencia en el
fútbol. Normalmente se pueden tratar de forma
conservadora a través de un programa de ejercicios
para fortalecer el cuádriceps.

ESGUINCES DEL LIGAMENTO MEDIAL (COLATERAL INTERNO)

Se producen habitualmente por un golpe en la cara externa de la rodilla, el cual


provoca el estiramiento y desgarro del ligamento interno de la rodilla. Los
pacientes a menudo comentan que oyeron un chasquido en el momento de la
lesión. Los síntomas más frecuentes son el dolor y la inflamación.

Exploración: Con la rodilla en flexión de 15º-20º aplicar una fuerza suave la cara
externa y evaluar su apertura. Una apertura > 5º con respecto a la rodilla
contralateral indica probable rotura. Si no existe un tope de resistencia al final,
indica rotura o desgarro completa (grado 3).

Este tipo de lesiones se curan habitualmente con reposo (hielo compresión,


elevación de la pierna y tratamiento conservador (ortesis, ejercicios de
fortalecimiento de cuádriceps).

DESGARROS DEL MENISCO

Las lesiones por torsión pueden provocar desgarros de menisco. El paciente


presentará dolor en la rodilla, que empeorará al estirarla. La articulación de la
rodilla se inflamará durante las 24 horas posteriores a la lesión. Los desgarros
de menisco no suelen producir hemartros, por lo que la articulación no se inflama
de forma inmediata.

El signo clínico más preciso es la prueba de Thessaly (el paciente la realiza con
carga de peso flexionando la rodilla 20 grados). Igualmente, la sensibilidad a la
palpación a lo largo de la línea de la articulación es un indicador fiable que con
frecuencia se tolera mejor en casos agudos.

LESIONES DE TOBILLO

Entre las lesiones de tobillo que suelen sufrir los futbolistas destacan:

Esguince de tobillo

• Lesión en la capa osteocondral del astrágalo


• Lesión de la sindesmosis distal de la pinza tibioperonea astragalina
• Subluxación recidivante de los tendones peroneos
• Tobillo de futbolista.
ESGUINCE DE TOBILLO

Los esguinces se suelen producir en los ligamentos laterales del tobillo. Se


produce un esguince del ligamento lateral cuando la articulación del tobillo se
invierte mientras el pie se encuentra en
flexión plantar. Esto puede ocurrir si el
jugador cae sobre su tobillo mientras corre.

La gravedad de los esguinces de tobillo


(leve a grave), determinará el periodo de
rehabilitación que necesitará el paciente. En
ocasiones y al principio es aconsejable
sobrestimar su severidad. Una vuelta a la
actividad demasiado rápida podría dificultar
la recuperación considerablemente. Si el
esguince no se trata correctamente, el
paciente podría llegar a sufrir secuelas
permanentes.

LESIÓN OSTEOCONDRAL DEL ASTRÁGALO

Se produce cuando un paciente realiza un giro al


colocar el pie sobre el suelo, lo que hace que el
astrágalo se gire hacia dentro. El cartílago entre el
astrágalo y la tibia queda dañado. Se agrieta y se
forma un quiste en el astrágalo, lo que provoca dolor
e inflamación. El paciente sufrirá dolor al apoyar el
pie con inflamación articular recurrente. Observará
sensibilidad a la palpación en los maléolos medial y
lateral.

Las radiografías probablemente no mostrarán la


lesión en el domo talar, aunque se observará un
cuerpo suelto en la articulación del tobillo. Quizá sea
necesario realizar una resonancia magnética o
tomografía computarizada (TC) para identificar esta
lesión.
LESIÓN DE LA SINDESMOSIS DISTAL ENTRE LA TIBIA Y EL PERONÉ

Las lesiones de la sindesmosis distal se producen cuando se fuerza el pie hacia


arriba o abajo. La zona de sensibilidad a la palpación se encuentra sobre la
articulación tibioperonea distal, no sobre el ligamento peroneo-astragalino
anterior (de ahí el término esguince de tobillo superior). Al empujar el pie hacia
arriba o hacia fuera, el paciente sufrirá dolor en el tobillo.

El tratamiento depende de la gravedad de la lesión. Las lesiones inestables quizá


necesiten cirugía, aunque un periodo de inmovilización será suficiente para
pacientes con lesiones estables. Las lesiones estables de la sindesmosis
normalmente presentan un buen pronóstico, pero suelen tardar el doble en curar
que un esguince de ligamento lateral.

SUBLUXACIÓN RECIDIVANTE DE LOS TENDONES PERONEOS

La luxación de los tendones peroneos se puede producir tras la flexión dorsal o


giro externo del pie, lo que provoca una contracción forzada de los músculos
peroneos. Estas lesiones frecuentemente se pasan por alto en los casos agudos
y reaparecer con posterioridad en forma de subluxación recurrente.

El paciente describirá una sensación de


chasquido o resorte sobre el lado exterior del
tobillo. Puede existir sensibilidad a la palpación
a lo largo del tendón. En ocasiones, se observa
que el tendón se ha desplazado de su posición
debajo de la epífisis distal del peroné. Los
pacientes sintomáticos se deben remitir a
cirugía.
TOBILLO DE FUTBOLISTA

Se conoce como tal, los cambios degenerativos que se experimentan en el pie


de futbolista tras traumatismos repetidos en la capsula articular (chutar el balón):
Osteofitos en la epífisis distal y anterior de la tibia y el astrágalo, pinzamiento de
la articulación tibioperoneo astragalina y limitación para la flexión dorsal. A
veces, se encuentra una masa palpable en la zona anterior del tobillo. Esto
provoca dolor durante la bipedestación o cuando el pie se encuentra en flexión
dorsal.

Las infiltraciones locales ofrecen ventajas a corto plazo, pero a menudo se


requiere cirugía para extirpar los osteofitos.

LESIONES EN LA INGLE

Las lesiones en la ingle representan tan solo el 10% de todas las lesiones del
fútbol. Provocan considerables molestias e impiden la participación en
entrenamientos y partidos. El dolor inguinal crónico en futbolistas a menudo se
debe a varios factores y requiere una evaluación detallada.

Las lesiones más comunes son musculo tendinosas y pueden ser agudas o
crónicas. Las lesiones crónicas
tienden a estar relacionadas con
la sobrecarga. Las lesiones por
sobrecarga frecuentemente se
ignoran hasta que la función
queda significativamente
alterada, lo que puede dar lugar
a largas ausencias tanto en
entrenamientos como en
partidos. En general, cuanto
más cerca está la zona de lesión
de la unión Teno perióstica, más
se prolonga el periodo de
recuperación.
LESIONES MUSCULARES

El 37% de todas las lesiones que se producen durante la práctica del fútbol se
deben a distensiones musculares.

Las Sobrecargas isquiotibiales representan el 12% de todas las lesiones que


sufren los futbolistas. La mayoría de estas lesiones se producen hacia el final de
los partidos y sesiones de entrenamiento, cuando el jugador corre a una
velocidad elevada. Se producen con más frecuencia en jugadores de mayor
edad. Esto sugiere que la fatiga podría ser una causa. A menudo reaparecen en
los pacientes. Por lo tanto, es importante que los pacientes se rehabiliten por
completo antes de volver a jugar. Un programa de ejercicios de fortalecimiento
excéntrico, como los isquiosurales nórdico, han demostrado una gran eficacia.
No existen evidencias de que el estiramiento inmediatamente antes del
entrenamiento o el partido reduzca el nivel de sobrecarga muscular, aunque por
lo general se acepta que es importante un grado apropiado de flexibilidad. Si el
paciente no responde al tratamiento estándar, deberá considerar la posibilidad
de que la raíz del nervio esté comprimida en la región lumbar, provocando dolor
en la parte posterior del muslo.

Miositis osificante. Las contusiones pueden provocar hemorragias


intramusculares y dar lugar a una osificación ectópica. Se denomina miositis
osificante. En la mayoría de los casos el cuádriceps lateral resulta afectado. El
paciente tiene dolor y limitación del movimiento. Esta lesión provoca limitación
para flexionar de forma activa las rodillas más allá de 45 grados. Se debe evitar
estiramientos y masajes vigorosos, ya que pueden provocar más hemorragias y
la formación de nuevo hueso. La cirugía tan solo está indicada sino existe mejora
alguna después de 12 meses de rehabilitación.

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