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ROMEO Y JULIETA -Parodia-

20 de junio de 2013 a las 23:52


ROMEO ¿Y JULIETA?
 
La Actuación del Recuerdo (UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL)
CURSO: TEATRO – CICLO IX
 
ACTORES DE PRIMER LEVEL:
Mayra Villar           : Julieta                                  Luis García       : Fray Lorenzo-Teobaldo
Elmer Alarcón        : Romeo                                 Julianne Loardo: Lady Capuleto
Jorge Hu                 : Mercutio                              Jhoanna Ríos    : Ama
Jhonny Sifuentes    : Paris
ACTO 1
ESCENA 1 (Romeo-Mercutio)
Romeo: (Entra nostálgico acompañado de Mercutio. Conversan) ¡Ay mi estimado Mercutio! Si supieras
cuán profundo es el dolor que causa esta espina fuerte llamada amor. Rosalía, la más bella de este
mundo, se niega aceptar mis requerimientos. Sufro tanto que la molleja se me revuelve.
Mercutio: (Siempre irónico) Sufrir por una mujer es lo más estúpido que hay. Mírame a mí que nunca
me enamoro. Así gozo de todas al mismo tiempo.
Romeo: (Se pone en posición de meditación) Rosalía es…única. Es la flor más preciosa del macetero, es
una estrella, más brillante que Susy Díaz. Si te la describiera Mercutio…Ella es hermosísima…sus ojos
son de colores.
Mercutio: De seguro un ojo es verde y el otro es morado.
Romeo: Su nariz…tan fina…es como…
Mercutio: Como una de las Pirámides de Egipto.
Romeo: Y sus labios…
Mercutio: Como el trasero de un pollo.
Romeo: ¡Ya, Mercutio que hoy no estoy para bromas! Rosalía además de bella es inteligente.
Mercutio: ¿Cómo así?
Romeo: Le pregunté quién había inventado el teléfono.
Mercutio: Se supone que en nuestro tiempo no hay teléfono. Pero qué te respondió.
Romeo: Que el teléfono había sido inventado por Telefónica. Ay, ¿acaso no es un encanto de mujer y
encima sumamente culta?
Mercutio: Tonto…ni que fuera la única. Yo tengo amigas en educación y te las podría presentar. Son
mucho más hermosas que Rosalía.
Romeo: Es imposible hablar de estos temas contigo. Todo lo tomas a la ligera.
Mercutio: En realidad hay cosas más importantes que estar persiguiendo pantaloncitos apretados. Aquí
en Verona las cosas se tornan cada vez más caóticas. La lucha entre los engendros esos de los Capuleto y
la sagrada familia nuestra los Montesco aún no cesa. El príncipe Escalus ya nos ha advertido de eso y
podemos tener problemas si es que no hacemos caso a sus amonestaciones. Pero sabes qué pienso de
ello…
Romeo: ¿Tú piensas?
Mercutio: (Le da un lapo en la cabeza) Así me gusta, que estés de un mejor ánimo.
Romeo: Rosalía, corazón de mi corazón, riñón de mi riñón… ¿Qué es de tu dulce presencia? Si te
tuviera aquí…robaría 10 lucas y te llevaría a un telo.
Mercutio: En vista que vas a seguir hablando de esa moticuca…mmm… ¿Qué te parece si vamos al
baile?
Romeo: ¿Qué baile?
Mercutio: El de los Capuleto. Estarán las chicas más hermosas de Verona, podrás recrear tu vista y
darte cuenta que Rosalía es una salchipapera más.
Romeo: Te aseguro que no sacarás a Rosalía de mi mente. Tu propuesta no es buena, sabes que las dos
familias aún estamos en disputas, cómo entraremos allá.
Mercutio: Fácil la fiesta es de máscaras. A ti te quedaría muy bien una de chivo.
Romeo: Ay mi buen Mercutio. Siempre alegre. Cuánto te estimo mi mejor amigo. Vamos a esa fiesta y
calmemos este dolor que ya me llega a la punta de la pezuña.
 
ESCENA 2
(Julieta-Ama-Lady Capuleto)
Lady: (Conversa con la ama) Ay ama, mi amada Julieta ya cumplirá 14 años dentro de muy poco. Ya se
le ve tan grande, tan hermosa, tan mujer. Ha sacado mi belleza.
Ama: (Siempre sonriente) La niña es sumamente hermosa. Cuántos pretendientes ya estarán detrás de
ella. La niña es sin duda un pokemón en evolución.
Lady: Cuando yo era joven era la más codiciada en Verona. Uno me traía alhajas, otro, flores, otro me
llevaba al carrito sanguchero de la esquina, otro me recitaba poemas, otro me declamaba trabajos de
investigación…ay, esas épocas. A todos los tenía allí sometidos. Pero tenía que decidirme por uno. Hoy
él es mi esposo. Recuerdo que me conquistó una noche de horizonte celestial cuando ambos yacíamos
beso a beso devorando una crestita de pollo.
Ama: (Suspirando) Qué romántico. En cambio a mí nadie me hacía caso. Hoy estoy sola, pero me alegro
al haber cuidado de la niña gran parte de mi vida, ya es como mi hija. Ay, si usted supiera lo que habla la
gente por las plazas…
Lady: ¿Qué es lo que dicen?
Ama: Que su hija está para el cuchillo, o sea, para comérsela.
Lady: (Reprendiéndola) Déjate de vulgaridades. Julieta ha de casarse con uno de su nobleza. Ya
tenemos al candidato perfecto.
Ama: ¿El negro Pimentón?
Lady: ¡Ya insolente! ¿No puedes tener la boca cerrada?
Ama: No pues mi señora, ay con tanto raje y chisme que hay afuera cómo me puedo callar. ¿Pero y
quién es el candidato?
Lady: Julieta será la esposa del noble Paris.
Ama: (Emocionada) ¡Qué buena elección! Todas dicen que él calza 47.
Lady: ¡Ya, cállate! Ve a llamar a mi Julieta.
Ama: (La llama silbando, Julieta entra) ¡Mi niña ven! ¡Adivina quién te empujará hacia la pared pronto!
Julieta: (Haciendo reverencia) ¿Mandó llamarme adorada madre?
Lady: Julieta eres muy afortunada al recibir esta noticia. A la fiesta vendrá el noble Paris que es uno de
los hombres más notables de Verona. Él pedirá tu mano. Trata con él, sé amable. Es un buen hombre.
Serás la mujer más feliz de toda la tierra.
Ama: Mi niña, estoy emocionada. Paris es un cuero. Afuera las mujeres dicen que lo vieron calato por
una ventana. Ay, qué envidia.
Lady: ¡Guarda tus comentarios! Julieta, el baile será el día más feliz de tu vida. Disfrútalo.
Julieta: (Desganada) Sí, madre. Así ha de ser.
 
ESCENA 3
(Todos)
(El baile está a punto de darse por iniciado. Los invitados llegan en máscaras. Lady Capuleto da la
bienvenida a los juergueros).
Lady: En vista que yo llevo los pantalones en mi casa, me es grato recibirlos aquí en la mansión de los
Capuleto. Mansión valorizada en más de un trillón de dólares. Tenemos piscina, cancha de tenis, cancha
de golf, aeropuerto, salida al mar, minas, cordilleras, etc. Hoy celebramos un año más de existencia de
mi hija Julieta. A su edad, si supieran, yo era la más codiciada…
Voz: ¡Cállese vieja rompecunas!
Lady: (Palteada) Bueno, en vista de que quieren divertirse. Mi casa es la casa de todos ustedes.
Bienvenidos, bailen, gocen de todo lo que se ha preparado en la fiesta. Los que terminan borrachos ya
saben, al fondo a la derecha hay 24 baños con 15 inodoros cada uno para que puedan vomitar tranquilos.
Gracias y… ¡Qué empiece la orgía!
(La música empieza a sonar. La gente empieza a bailar. Se escucha un suave vals. Luego la música pasa
a ser variada: salsa, perreo, huayno, etc. Los danzantes se van yendo a un lado del escenario y en el lugar
central aparecen Romeo y Mercutio).
Mercutio: (Muy coqueto) Sigan bailando mis amores que el buen Mercu…perdón, yo, mis adoradas
pichoncitas vuelvo en seguida para hacer cositas ricas después.
Romeo: (Jalando a Mercutio) ¡Cállate te van a reconocer! Dime, quién es esa joven que baila con el tipo
de allá (Señala a Paris y Julieta que bailan juntos).
Mercutio: Ajá así me gusta, ya te olvidaste de Rosalía. Después de todo no tienes malos gustos. Esa
mamacita de allá….Mmm…no la tengo en mis archivos. Será motivo para preguntar de quién se trata y
reservar un preservativo para ella ¡Mamita!
Romeo: Muy rápido te afectó el trago. Yo mismo averiguaré de quién se trata.
(Vuelven al baile. A la escena principal pasan Teobaldo y Lady Capuleto. Este último muy enojado).
Teobaldo: Tía cómo permites que ese intruso Montesco de Romeo esté en medio de la chupeta. Yo con
mi espada seré quien lo haga parrillada en este mismo instante.
Lady: Tranquilo mi estimado Tybalt. No puedes hacer escándalo aquí delante de todos. Qué hablaría la
gente después. Pensarán que somos unos nacos. Además el príncipe Escalus quiere que no hagamos
problemas. Además todos tienen por buen nombre a Romeo, no podemos actuar de esa forma.
Teobaldo: ¿Acaso no lo ves? Está que le avienta los perros a mi prima y esta estúpida que lo consiente.
Lady: Es sólo un baile Tybalt. Julieta se casará con Paris, ya está decidido.
Teobaldo: Pero yo soy el primo… ¿no que la juventud del primo es la primera luna de miel de la prima?
Lady: (Tomándolo a broma) Tranquilízate. Guarda tu espada. No más problemas por ahora.
(La fiesta avanza. Romeo y Julieta encuentran afinidad al bailar. Ambos se separan de la multitud y en la
escena central empiezan a platicar).
Romeo: Eres una chica sumamente bella…
Julieta: Sí, ya lo sé.
Romeo: Me gustó bailar contigo…Te mueves muy bien.
Julieta: Para mí fue un placer casi sexual.
Romeo: (Sonrojado y tímido) Por una mirada, el mundo; por una sonrisa el cielo, por un beso…yo no sé
qué te diera por un beso.
Julieta: No te preocupes, yo te puedo dar más que un beso. Pero lo hacemos con protección.
Romeo: (Confundido) Eres tan hermosa…
Julieta: Tarado, ya te dije que lo sé.
Romeo: No sé si tú y yo…o sea si yo y tú…tú sabes…los dos…y…
Julieta: Pero tú pagas el hotel pues eres el hombre.
Romeo: No me refería a…
Julieta: ¿Cómo que no? Está bien, yo pago entonces. Bésame. (Chape inocente)
Julieta: Ahora tu pecado está en mis labios. ¡Cochino!
Romeo: Pero yo…
Julieta: No importa. Me doy cuenta que ahora eres la razón de mi existir. Vamos de nuevo a la fiesta
porque sino se acaban las chelas y no me dejarán nada.
Romeo: Yo también te…
Julieta: Sí, ya sé que me amas, eres el hombre número 125 que me lo dice. Vamos, apúrate. (Vuelven a
la fiesta)
(La fiesta termina. Todos se retiran. Julieta está en su balcón hablando consigo misma. No sabe que
Romeo la escucha).
Julieta: (Romántica) Estar enamorada es…es estar cojuda por alguien. Antes me gustó Miguel,
Francisco, Rodrigo, Carlos, ay ya ni me acuerdo de todos. Pero esto es diferente. Romeo, lo nuestro no
puede ser. Tú eres un Montesco, yo una Capuleto. Si negaras a tu nombre todo sería distinto. Te amaría
con todas mis fuerzas. ¡Qué me importan ya los demás! Sólo a ti Romeo te amo, si volviera a mirar tu
cara de piraña…
Romeo: (Presentándose) Julieta si así lo deseas renuncio a mi nombre por amor del tuyo. Hoy los cielos
y la tierra me sonríen, hoy llega hasta el fondo de mi alma el sol. Hoy te he visto, te he visto y me has
mirado. ¡Hoy creo en Dios!
Julieta: Yo también te he visto…pero sigo siendo atea.
Romeo: Si tu sentimiento es igual al mío, déjame ser el varón que disfrute de tu belleza, de tu presencia.
Julieta: Sé más claro y di que te quieres acostar conmigo.
Romeo: Eh…yo…no…
Julieta: Ya bueno. Mañana temprano te mando un mensaje con mi ama. Nos casaremos. Le dirás la hora
y el lugar. Yo estaré allí. Nadie impedirá lo nuestro.
Romeo: Eres tan bella…
Julieta: Ya te dije que lo sé tarado. Entonces, así quedamos.
Romeo: Déjame dedicarte esta canción…
Julieta: Rápido que nos pueden ver y yo peor que estoy así media calata más roche.
Romeo: (Coge la guitarra y toca) Dice así: Si tal vez pudieras comprender que no sé cómo expresarme
bien. Si tal vez pudiera hacerte ver, que no hay otra mujer mejor que tú para mí. Te quiero tanto, tanto,
tanto, tanto, tanto cada día un poco más. Te quiero tanto, tanto, tanto, tanto, tanto, para mí no hay nada
igual. Te quiero tanto///// amor que ya no puedo más…
Julieta: Para serte sincera sonó patético, pero igual gracias por el esfuerzo. Mañana entonces nos
casaremos, no te olvides.
Romeo: Julieta eres tan hermosa…
Julieta: Ya cállate, pareces un caracol: arrastrado y baboso. Más delante de repente le aumentamos lo de
cachudo, pero por ahora, te amo a ti mi Romeo.
Romeo: Y yo a ti Julieta. Esta noche no podré dormir pensando en ti.
Julieta: Te tomas un diazepán pues.
Romeo: Me voy contento porque eres la mujer que amo. Mañana nos casaremos, seremos muy felices
ya lo verás.
Julieta: Si funcionas en la cama normal. Ya vete que nos pueden ver. Dame un beso.
Romeo: (Intenta besarla)
Julieta: (Se aparta) Mejor no, ya mañana tendrás mi cuerpo entero.
 
ACTO 2
ESCENA 1 (Ama-Mercutio-Romeo)
(En la plaza, el Ama lleva la carta que Julieta minutos antes le ha dado para que se la entregue a Romeo.
Este último conversa con Mercutio).
Ama: Ay Dios Santo, por las cuatro muelas que me quedan, dónde encontraré a Romeo. Me acercaré a
esos caballeros quizá ellos puedan darme alguna pista de su paradero. (Se acerca a los dos jóvenes).
Mercutio: Buen día so vieja o madame. Cúbrase más con el abanico que su cara es capaz de levantar a
los muertos de la tumba.
Ama: (Siempre sonriente) Hijo mío se ve que nunca has amado a tu madre. ¿Pero, son buenos días?
Mercutio: Madame, para usted son buenas noches. Por si acaso el cementerio es hacia el otro lado, se ha
equivocado usted de camino.
Ama: Es usted muy juguetón…a mi me encantan los hombres de ese porte.
Romeo: (A Mercutio) Ahora sí que podrías enamorarte de verdad.
Mercutio: Por supuesto y me casaría con ella porque me ahorrará mucho ya que no podrá darme hijos.
(Dicho esto empieza a jugar con la ama. Ella consiente).
Ama: (Algo agotada) Muy bien estimados caballeros luego de haber compartido estos momentos
quisiera hacerles una pregunta: ¿Alguno de ustedes conoce a Romeo?
Mercutio: (A Romeo) Parece que la vieja quiere contigo. Por qué sólo a ti se te pegan las mujeres. (Se
entristece, pero irónicamente) En cambio yo sigo solo.
Romeo: Ya no molestes más a la dama Mercutio. Mi buena señora yo soy a quien usted busca con
insistencia. Mi nombre es Romeo.
Ama: Me alegra de haberle encontrado. Quisiera hablar con usted…a solas.
Mercutio: ¡Levántate esa vieja mi buen amigo! (Se retira).
Ama: (A Romeo se lo lleva aparte y le habla) Mi niña Julieta está muy emocionada. No vayas a jugar
con ella. Tiene un corazón muy sensible. Es virgen, nunca ha tenido enamorado, tú eres el primero. Así
que si la lastimas…arruinarás su vida por completo. Ella es muy tímida, trátala con cariño. Aquí está lo
que me envió. Cuál será el lugar y la hora para que ustedes dos se casen. De veras eres un cuero, si yo
fuera más joven ya te hubiera arrinconado, pero la suerte es de mi niña. Ella está sumamente feliz.
Romeo: No se preocupe usted de eso. Yo la amo con todas mis fuerzas. Dígale que hoy a las 4 con el
padre Fray Lorenzo. Allí será el matrimonio.
Ama: ¡Qué emoción! De repente de pasada me caso con el padre…
Romeo: Gracias por todo. Es usted una buena persona, perdone los agravios de mi amigo. Esa es su
forma de ser.
Ama: Me encantan los hombres que juegan así como tu amigo. Y aparte está hecho un papacito, está
para exprimirlo. Pero qué hombre. Bueno me voy, los deberes me obligan. Hasta pronto. Haz feliz a mi
niña Julieta.
 
Escena 2
(Fray Lorenzo-Romeo-Julieta) Música de fondo: Casa de la salud (7th saga)
Fray: Hoy estamos aquí reunidos porque Dios así lo ha permitido…Gracias a él las cosas se dan de esta
manera…
Julieta: Podría apresurarse padre e ir más directo al chupo, o sea, al grano.
Romeo: (A Julieta) No perturbes al padre mi amor. Deja que él haga su oficio.
Julieta: Me desespera su lentitud. Ahorita ya deberíamos estar en otra cosa y no parados aquí como
idiotas.
Fray: Hijos míos la paz sea con vosotros. En el Génesis capítulo 2 verso 24 la Biblia dice: Por tanto, el
hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne.
Julieta: Ay, qué rico.
Fray: Romeo, varón de gran linaje, hombre de buen testimonio entre los hombres. ¿Aceptas por esposa
a Julieta, sabiendo que la tendrás que apoyar en la pobreza o en la riqueza, en la enfermedad o salud,
cuando tengas que despertarte a las 3 de la mañana para cambiar los pañales, darle la comida al perro,
lavar los platos, limpiar el wáter, trapear el piso, comer el arroz quemado que ella prepare, soportar sus
ronquidos toda la noche, ponerle una tina de agua a sus pies cuando esté sonámbula, serle fiel cuando las
arrugas le aparezcan, sacarle las canas cuando ella te lo pida, etc., etc., todo el tiempo que te ofrezca
Dios la vida?
Romeo: Ay sí, acepto.
Fray: Hija Julieta, Dios te concede a un varón tan noble…
Julieta: No sé que más va a decir usted, pero acepto.
Romeo: (A Julieta) No perturbes al padre…
Fray: Julieta, ¿aceptas a Romeo como tu esposo, para siempre, en riqueza o pobreza, enfermedad o
salud, vida o muerte, cuando él vea fútbol y no te preste atención, cuando tire sus medias y se peguen en
la pared, cuando se bañe una vez a la semana por ahorrar el agua, cuando ronque igual que tú en las
noches, cuando engorde considerablemente, cuando aparente buscar trabajo leyendo los clasificados del
comercio, cuando vea el trasero de tu vecina cuando tú ya estés tía, prometes serle fiel?
Julieta: Lo de fiel no sé padre porque es difícil ser yo. Pero todo lo demás qué me queda pues, ya
acepto.
Fray: En vista de que ambos han aceptado las condiciones que el Señor estipula en su Sacrosanto
libro…yo os declaro…caficho y…prosti…
Romeo: ¡Padre!
Fray: Perdón hijos míos, ay la mala memoria. Os declaro…marido y mujer.
Romeo: Padre, ¿ya puedo besar a la novia?
Julieta: Padre, ¿ya puedo llevármelo a la cama?
Fray: Ay hijos míos, ustedes aún con los problemas de la carne. Felizmente ahora ya son casados,
pueden hacer lo que ustedes gusten ya que está permitido. Déjenme darles la bendición. Los rociaré con
agua bendita (saca una botella de whisky). ¡Perdón! Ese es el corto, me equivoqué no vayan a pensar que
yo…lo que pasa es que se lo quité a un joven de la Villarreal que había hecho penitencia por acá.
Julieta: No se preocupe padre. Salud, mandaré una caja para usted como donación a esta capilla.
Romeo: No se preocupe padre, yo sí le creo.
Fray: (Sacando la botella correcta) Ahora sí hijos míos. Que la paz y las bendiciones del Señor estén
con vosotros.
Romeo: (A Julieta) Por fin ahora eres mi esposa oh amada Julieta. Seré para ti la luz que alumbre tu
camino, seré el que…
Julieta: (A Romeo) Déjate de cursilerías que el yacuzzi se enfría…
Escena 3
(Teobaldo-Mercutio-Romeo)
Mercutio: ¿Es cierto Romeo que Teobaldo te ha mandado una carta desafiándote?
Romeo: Ahora él es de mi familia. Le deseo lo mejor. Lo amo.
Mercutio: Ya déjate de chimbombadas que ese Teobaldo es cosa seria.
(Se acerca Teobaldo, arrogante como siempre y desafiante a la vez).
Teobaldo: Aquí están los hijitos de mamá. Agú, agú, chupándose los dedos. Sean verdaderos hombres y
prueben la furia de esta espada.
Romeo: (Pacífico, le da la mano) Cómo has estado mi estimado Teobaldo. No sabes cuánto te amo, tú
eres como uno de mi sangre. No puede haber odio entre tú y yo. Guarda tu espada y abracémonos, que la
paz reine en Verona.
Mercutio: (A Teobaldo) Tú no vas a venir aquí a hacerte el bacancito. (Saca su espada) Ya que quieres
pelea, toma pelea, insignificante gusano.
Teobaldo: Parece que te subestimo Mercutio. Bate tu espada con la mía, verás cómo tu carne lo comen
los perros al terminar el combate.
Mercutio: Los tuyos lo lamerán todos los Capuleto cuando acabe contigo.
Romeo: (Trata de separarlos, se preocupa por ambos, pero no puede evitar el duelo) ¡Por favor,
detengan las armas, esto está prohibido!
Teobaldo: Me asombra tu valentía Mercutio…
Mercutio: Me asombra tu vestido y tu porte de niña Teobaldo.
Teobaldo: Esa agresividad lo quiero ver en tu espada…Montesquito.
Mercutio: Aquí está frente a tus ojos, mira como te atravieso como un pancho y te pongo al asador…
(Loa ánimos se enciende y se da la pelea entre Mercutio y Teobaldo. Romeo trata de intervenir, pero no
puede. Música de fondo: duelo de espadas. La espada de Teobaldo atraviesa bajo el brazo de Romeo
clavándose en el corazón de Mercutio. Teobaldo huye).
Mercutio: (Agonizante, pañuelo sangrante se cubre) Romeo, me dio. Teobaldo bajo el brazo tuyo.
Romeo: (Grita, llora de dolor) Mercutio, mi fiel amigo. ¿Dónde quedarán tus bromas y la alegría que
llevabas a toda Verona? No puedes dejarnos así.
Mercutio: No mi buen Romeo, fuiste tú un ejemplo para mí. Me faltó madurar quizá. Cuánto aborrezco
este odio entre familias, hoy se lleva la muerte a uno más y ese soy yo.
Romeo: No te vas a morir, el paje ya fue en busca de ayuda…
Mercutio: No, mi buen amigo. Es hora de irme. Toma mi mano. Mi alma y tu alma serán una sola. No
busques a Teobaldo, es muy peligroso. Vive tú, uno de los más dignos de llevar el apellido Montesco.
No te preocupes, no se me va a extrañar, creo que fastidiaba mucho a la gente y…
Romeo: Son por tus palabras que los Montesco somos lo que somos. Tú, su gran representante, el más
alegre, el dador de vida mi buen Mercutio.
Mercutio: Gracias…por tus palabras… Sé de ejemplo…
Romeo: ¡Mercutio!
Mercutio: Adiós camarada…al menos me alegra haberte llevado a la fiesta…por fin borré a Rosalía…
de tu mente…como te lo prometí…
(Romeo va en busca de Teobaldo. Duelo de espadas. Romeo mata a Teobaldo).
 
 
ACTO 3
Escena 1 (Fray Lorenzo-Romeo-Ama)
Romeo: ¿Por qué cuando estaba a punto de ser feliz por completo viene toda esta desgracia? Mercutio,
mi fiel amigo, ya no está más entre nosotros. Y yo maté a Teobaldo, primo de mi amada Julieta. ¡Oh,
muerte, por qué no me cubres con tu fúnebre crespón!
Fray: Todo tiene un propósito hijo mío. La voluntad de Dios lo quiso así. Pero he de decirte que por sus
muchas misericordias no morirás. El príncipe Escalus ha sido tocado por nuestra divinidad y no te espera
la muerte, sino el destierro.
Romeo: ¡Aún mayor es mi desgracia, padre! Sólo en Verona se ve la luz del sol, sólo en Verona hay
vida y alegría. A dónde iré yo peregrino, lejos de la que amo con todas mis fuerzas, mi Julieta.
Fray: Ella debe estar sufriendo igual que tú. El odio de estas dos familias acrecienta el sufrimiento, el
dolor. Si el amor fuese el que reinase en cada corazón… (Tocan la puerta)
Fray: ¿Quién es? (Siguen insistiendo. Se acerca, se a cuenta que es el ama)
Ama: Fray Papagayo…
Fray: Lorenzo.
Ama: ¿Dónde está el dueño de mi niña? Ella se retuerce sobre la cama sin que nadie pueda consolarla.
Está sumamente dolida por todo lo que ha ocurrido.
Fray: Allí está Romeo. No ha parado de llorar todo este tiempo. Su sentencia es ser desterrado, qué
castigo más cruel para una criatura muy enamorada.
Ama: (Acercándose a Romeo) ¡Ya no llores mi señor! El fray pavo real…
Fray: Lorenzo.
Ama: Me ha permitido traerte el mensaje de mi niña. Ella quiere verte. Antes que ocurra tu partida, ve a
verla. Dale un consuelo y alégrala con tus caricias.
Romeo: (Sigue llorando) ¡No puedo, me destierran!
Fray: (A Romeo) ¡Ya déjese de niñerías y vaya a consolar a su mujer! Después de todo eres un hombre.
¡Levántate, lávate el rostro y ve a consolar a aquella que aún es fuente de amoroso aliento para ti!
(Romeo se levanta, decide ir con la ama).
Ama: ¡Hasta pronto! Gracias Fray Pelícano.
Fray: Lorenzo.
Ama: Igual son pajarracos.
 
ACTO 4
 
Escena 3
(Romeo-Fray-Julieta)
 
Romeo: Julieta, por qué sigues tan bella. Pienso que quizá la muerte te ama más que yo y que ese
monstruo te ha escondido aquí para que en esta oscuridad seas su amante. Ya no saldré más de este
palacio, aquí me quedaré con los gusanos que son tus servidores. Ojos, denle la última mirada, brazos
míos, llegó el último abrazo. Labios, sellen con este beso puro un pacto eterno con la muerte ansiosa.
Amor mío, salud (bebe el veneno) Mi agonía termina con la muerte y con un beso.
Fray: (Entrando) ¡Romeo! ¡Dios mío! ¡Hijo qué has hecho! ¿Qué sangre es esta que presiento? ¡Romeo!
¡Pálido está como la muerte! La doncella…empieza a moverse.
Julieta: (Despierta) Padre, dónde está mi esposo. Yo recuerdo que debía estar aquí y justamente aquí
estoy. Pero, dónde está Romeo padre mío.
Fray: (Desesperado) Oigo un ruido, salgamos de este sitio de muerte, de podredumbre y falso sueño.
Una fuerza más alta que nosotros malogró nuestras buenas intenciones. Tu esposo ha muerto. Míralo a tu
lado. Vamos dulce Julieta, no me atrevo a quedarme. Salgamos. Ven conmigo, se oyen otros ruidos más.
Julieta: (A Romeo) ¿Qué es esto? Es una copa apretada en la mano fría de mi amor. Fue el veneno que
causó su muerte. ¿Por qué te bebiste todo ingrato? Voy a besarte… (Se inclina) ojalá me hayas guardado
una gota de veneno para que me mate a mí también. (Duda) Mejor ahí no más.
Fray: ¡Julieta apresúrate!
Julieta: Oigo ruidos. Me queda poco tiempo. ¡Oh, querido puñal! (Toma la daga de Romeo) ¡Dame la
muerte! (Duda) No, mejor ahí no más. (Al padre) Padre, ¿usted me dijo que era soltero verdad?
Fray: Sí hija mía, por razones del celibato…pero no hace mal una canita al aire.
Julieta: Lléveme padre y que sus caricias me entretengan en las noches porque este idiota ya está
muerto y no servirá para satisfacer mis más obsesionados caprichos.
(El Fray la carga y se la lleva).

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