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Semana 4

OPERACIONES
DE CRÉDITO Y
SOCIEDADES
MERCANTILES

Unidad 5
SOCIEDADES
MERCANTILES.

Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin
la autorización de cada autor.
Unidad V. Sociedades mercantiles
Actualmente, en el mundo de los negocios las empresas más importantes se organizan
bajo la forma de sociedad mercantil, ya que las exigencias de la economía actual
imponen la asociación de capitales o de capital y trabajo.

El ejercicio de la actividad mercantil requiere, en nuestra época, de recursos económicos


considerables, e implica riesgos cada vez mayores. Por tanto, es necesario elegir una
forma de organización adecuada, lo cual explica la importancia y preponderancia de
las sociedades mercantiles.

5.1 Conformación
La sociedad mercantil, según Uria (1958), es “la asociación de personas que crean
un fondo patrimonial común para colaborar en la explotación de una empresa, con
ánimo de obtener un beneficio individual participando en el reparto de las ganancias
que se obtengan” (p. 92). Por tanto, se trata de un conjunto de personas físicas que
las integran asumiendo diferentes funciones de acuerdo con la Ley General de
Sociedades Mercantiles y sus propios estatutos, bajo los cuales se conforman.

La sociedad mercantil surge y se reconoce legalmente cuando se forma a través de


un contrato de sociedad, en el cual consta la voluntad de las diferentes personas
físicas que la conforman.

Si nos apoyamos en las premisas de que todo contrato presupone un acto de voluntad,
se integra por tres elementos: el consentimiento, el motivo que las induce a contratar
y el fin determinante o el fin que se persigue con la formación del contrato. Por lo
tanto, se puede afirmar lo siguiente:

1 Que el consentimiento es el único elemento de la voluntad al que la ley le atribuye


el carácter de esencial, puesto que sin él no existirá el contrato de sociedad, sino
una o varias declaraciones unilaterales de la voluntad.

2 Que el motivo, entendido como causa impulsiva, o sea como el fin mediático,
atípico y variable que induce a los socios a contraer el contrato de sociedad, es
un elemento de validez, pero no de existencia del negocio social, toda vez que
su licitud o ilicitud producen la validez o nulidad del acto.

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3 Que el fin determinante, entendido como causa final, o sea, como el fin inmediato
y típico que persiguen los socios y que consiste en participar en las ganancias y
en las pérdidas… (García, 2012, p. 46).

De acuerdo con los elementos anteriormente mencionados, se puede decir que, sin
voluntad y consentimiento, el contrato social será inexistente; el motivo es la actividad
que la sociedad se propone realizar para un fin lucrativo, por lo que tal motivo debe
ser lícito, es decir, que dicha actividad sea autorizada por la ley. Por último, el fin es
lo que define la naturaleza de este tipo de sociedades.

Asimismo, una vez que las personas físicas que integrarán la sociedad han quedado
de acuerdo en cuanto al fin, motivo o propósito, la administración, el capital y las funciones
que cada uno ejercerá, deberán acudir ante un fedatario público para hacer constar
todo lo anterior mediante la correspondiente acta constitutiva.

El acta constitutiva es el documento público que levanta y firma el fedatario público,


ante quien acuden los socios a constituir la sociedad mercantil, y contiene tanto las
declaraciones como la personalidad de los comparecientes y sus generales, además
de los estatutos sociales.

Los estatutos, como menciona García (2012), “son las reglas de organización y
funcionamiento de la sociedad… Los estatutos sociales son connaturales a todo negocio
social, de modo que, si se omiten, se aplican supletoriamente las disposiciones de
la ley, concernientes a la organización, funcionamiento, disolución y liquidación de
cada especie de sociedad” (pp. 119-120); por lo tanto, tales estatutos equivalen a las
cláusulas de los contratos.

Asimismo, es importante mencionar que el artículo 6 de la Ley General de Sociedades


Mercantiles establece los requisitos de la escritura o póliza de una sociedad, mientras
que el artículo 5 exige que la constitución de las sociedades mercantiles se haga
constar ante notario, es decir, en escritura pública.

Por otro lado, aunada a la obligación mencionada anteriormente, existe la señalada en


el artículo 19 del Código de Comercio, que establece la obligatoriedad de la inscripción
al Registro de Comercio para todas las sociedades mercantiles, dando así publicidad
y autenticidad a la existencia de una sociedad ya previamente conformada.

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5.2 Aspectos legales
El principal ordenamiento que rige a las sociedades de esta naturaleza es la Ley
General de Sociedades Mercantiles, cuyo artículo 1 reconoce las distintas especies
de sociedades, de las cuales cabe destacar que la sociedad cooperativa se rige por
su propia ley.

Como complemento a lo previsto por el artículo 19 del Código de Comercio, el artículo


2 establece que las sociedades mercantiles que se encuentren inscritas en el Registro
de Comercio tendrán personalidad jurídica distinta a la de sus socios, como es el
caso de las sociedades anónimas:

Una sociedad anónima es una entidad legal con personalidad jurídica propia,
independiente de la de sus socios. Es una entidad que existe sólo para la ley y
puede participar en contratos, poseer propiedades a su nombre y operar negocios
en la misma forma que si fuera una persona física. La mayoría de los negocios están
organizados como sociedades anónimas porque las reglamentaciones legales y
fiscales otorgan un gran atractivo al hecho de operar de esta forma (Guajardo y
Andrade, 2012, p. 13).

En la actualidad, constituirse bajo la forma de una sociedad anónima representa ciertas


ventajas, tales como la responsabilidad que es limitada, es decir, en un momento
dado, los socios no responden con su patrimonio propio, se facilita la obtención de
capital a través de la venta de sus acciones, la vida de la sociedad no resulta afectada
por los cambios de propietarios o por la muerte de alguno de sus administradores
y accionistas.

Es importante mencionar que las sociedades anónimas existen bajo una denominación
que, de acuerdo con el artículo 88 de la Ley General de Sociedades Mercantiles, se
formará libremente, será distinta a la de cualquier otra sociedad y al emplearse irá
siempre seguida de las palabras “Sociedad Anónima” o de su abreviatura “S. A”. Por
ejemplo: Pescados La Sirena, S. A.; o si es de capital variable, se acompaña también
con las siglas “C. V.”, por ejemplo: Alpura, S. A. de C. V.

Por otro lado, entre otras disposiciones importantes de la Ley General de Sociedades
Mercantiles, aplicables a todo tipo de sociedades, se encuentra lo previsto en el
artículo 9, que establece que el capital de cada una de ellas podrá aumentar o disminuir
según su naturaleza; a su vez, el artículo 10 establece lo relativo a su representación,

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que está a cargo del administrador o de los administradores que se nombren en el
acta constitutiva correspondiente.

Para el reparto de utilidades, deberá observarse lo previsto en el artículo 16 del


ordenamiento legal federal anteriormente mencionado.

Finalmente, de las sociedades reconocidas por dicha ley en su artículo 1, se puede


decir que consisten en lo siguiente:

Sociedad en nombre colectivo: existe bajo una razón social. Todos los socios son
responsables igual, ilimitada y solidariamente de las obligaciones de la sociedad.

De acuerdo con lo establecido por el artículo 27 de la Ley General de Sociedades


Mercantiles, la razón social se formará con el nombre de uno o más socios, y cuando
en ella no figuren los nombres de todos, se le añadirán las palabras “y compañía”
u otras equivalentes. Por ejemplo: Bravo y Compañía; Adolfo Gutiérrez, Sol Pérez y
Compañía, etc.

Sociedad en comandita simple o por acciones: existe bajo una razón social y se
compone de uno o varios socios comanditarios; es decir, únicamente parte de los
socios suministra los fondos económicos, sin participar en la gestión, y están obligados
solamente al pago de sus aportaciones; y de uno o varios socios comanditados que
operan a través de las aportaciones de los comanditarios, y que tienen responsabilidad
ilimitada y solidaria de las obligaciones sociales.

Sociedad cooperativa: se integra por personas físicas con base en intereses comunes
y en los principios de solidaridad, esfuerzo propio y ayuda mutua, con el propósito
de satisfacer necesidades individuales y colectivas, a través de la realización de
actividades económicas de producción, distribución y consumo de bienes y servicios.
Por ejemplo: Sociedad Cooperativa Cruz Azul, Sociedad Cooperativa Trabajadores
de Pascual, S. C. L., etc.

Sociedad de responsabilidad ilimitada: se constituye entre socios que solamente están


obligados al pago de sus aportaciones, sin que las partes sociales puedan estar
representadas por títulos negociables, como ocurre con las sociedades anónimas,
pues sólo serán cedibles conforme a la ley.

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Referencias: Bibliográficas
García, M. (2012), Sociedades mercantiles. México: Oxford.

Guajardo, G. y Andrade, N. E. (2012). Contabilidad para no contadores. México: Mc


Graw Hill.

Uria, R. (1958). Derecho mercantil. Madrid: Porrúa.

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