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CONSIDERACIONES GENERALES – LINFOCITOS T – Tomado Textualmente de Introducción a la Inmunología de I.

Tizard. Octava Edición. Pág. 146.

Los linfocitos T son unas células muy móviles y migran rápidamente a través de los nódulos linfáticos buscando
continuamente antígenos sobre las superficies de las células dendríticas. Cuando un linfocito T reconoce un
antígeno extraño, cambia su comportamiento: reduce su movimiento, se detiene y finalmente se une con fuerza
a una célula presentadora de antígeno. Este contacto da lugar a la formación de una sinapsis inmunitaria que
depende de la fuerza de unión del linfocito T al antígeno diana y no se formará por una unión débil al antígeno.
Cuando se forma una sinapsis inmunitaria, los TCR y las moléculas de coestimulación envían una señal al linfocito
T. Sin embargo, el TCR no funciona como un sistema binario de señales simples de activación/desactivación. En
cambio, las diferencias en la fuerza de unión, en el grado de coestimulación y en la duración de la interacción
celular afecta a las respuestas del linfocito T. El reconocimiento del péptido antigénico por el linfocito T
colaborador debe ser sumamente sensible. Debido a que las moléculas del CMH pueden unirse a una gran
variedad de péptidos antigénicos diferentes, cualquier péptido individual normalmente solo se presentará en
pequeñas cantidades. Los linfocitos T deben ser capaces de reconocer específicamente unos pocos complejos
péptido-CMH de entre la extensa cantidad de moléculas de CMH que portan péptidos irrelevantes. El número de
complejos péptido CMH necesarios para la activación del linfocito T también es importante, ya que el estímulo
necesario para desencadenar la respuesta del linfocito T varía en función del tipo de linfocito T. Así, tan solo se
necesita un complejo péptido CMH para desencadenar la respuesta del linfocito T CD8+, mientras que se necesitan
aproximadamente unos 1.000 de esos complejos para provocar la respuesta del linfocito T CD4+. En la activación
del linfocito T parece que, en general, intervienen umbrales graduables. Cada umbral determina una señal de
activación que depende del nivel de coestimulación (fig. 12-10). Por ejemplo, para que un linfocito T CD4+ se
active se necesita que un mínimo de 8.000 TCR se unan al antígeno en ausencia de la coestimulación de CD28, y
de aproximadamente 1.000 TCR cuando existe la coestimulación apropiada. La duración de la señal de activación
también determina la respuesta del linfocito T: la activación del linfocito T necesita recibir una señal de activación
mantenida por la estimulación sucesiva de sus TCR, que va a depender de la cinética de interacción TCR-ligando.
Así, durante una interacción celular prolongada, cada complejo péptido-CMH puede estimular hasta 200 TCR. La
molécula de coestimulación CD28 incrementa la señal de transducción mediante la reducción del tiempo
necesario para activar al linfocito T y la disminución del umbral de estimulación del TCR. Las moléculas de adhesión
estabilizan la interacción entre el linfocito T y la célula presentadora de antígeno, permitiendo que la
comunicación entre las dos células se mantenga durante horas. El destino del linfocito T colaborador está
determinado por el tipo de célula presentadora de antígeno implicada y por la naturaleza de la señal recibida de
esta. Así, los linfocitos T vírgenes tienen requerimientos más estrictos para ser activados, necesitando recibir una
señal de activación mantenida durante al menos 10 horas en presencia de coestimulación y de hasta 30 horas en
ausencia de esta. Este nivel de coestimulación solo puede provenir de células dendríticas que proporcionan altos
niveles de moléculas de coestimulación y moléculas de adhesión, ya que las otras células presentadoras de
antígeno solo actúan de forma transitoria. Así, aunque los macrófagos y los linfocitos B pueden estimular
temporalmente al TCR, son incapaces de completar el proceso de activación de los linfocitos T vírgenes. Una vez
sensibilizados, los linfocitos T requieren aproximadamente una hora para su activación y solo entonces, pueden
ser activados por macrófagos y linfocitos B. En ausencia de una coestimulación eficaz, el linfocito T experimentará
una anergia clonal, es decir que ni se dividirá ni producirá citoquinas, sino que se vuelve insensible al estímulo
antigénico (anérgico) o sufre una apoptosis y muere.

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