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Lengua y Cultura Latinas I(Cát. “F”-Pégolo.

Segundo cuatrimestre de
2020)

Teórico 10 (25 de septiembre de 2020)

Profesora Liliana Pégolo: Buenas tardes.

Hoy volvemos a la morfología nominal. A lo largo de estas clases


hemos compuesto un “background” de elementos, tanto en lo que hace a la
morfología nominal como a la morfología verbal. Ahora, tenemos que seguir
acrecentándolo: abordaremos, entonces, la tercera declinación.

La tercera declinación en la ficha teórica comienza en la página 5. En


general. el orden que dan las gramáticas es el que se ve en la ficha: se
comienza con los grupos consonánticos y luego se aborda el grupo de tema en
-i. En base a esto podemos presuponer que la tercera declinación supone una
serie de sub-grupos dentro de un conjunto nominal bastante complejo.

La morfología histórica considera que la tercera declinación es un


sistema en sí misma. Evidentemente, la tercera declinación permite abarcar
gran parte de la morfología nominal latina, de tal manera que observaremos
que algunas desinencias se repiten en la cuarta y en la quinta.

Nos encontramos con una clasificación entre grupos consonánticos por


un lado y los llamados grupos de tema en -i por el otro. Esto no quiere decir
que no se influyan mutuamente. La tercera declinación tiene más rasgos de los
grupos consonánticos que de aquellos que forman parte del grupo de tema en -
i, y es por eso que las gramáticas, en general, ubican los grupos consonánticos
primero. Pero, si nosotros trabajamos primeramente con los grupos
consonánticos nos “perderemos” entre un sinnúmero de puntos de
articulación, de modos articulatorios, de particularidades, y terminará siendo
sumamente complejo.

Partamos del hecho de que en la tercera declinación hay de “todo”, es


decir, sustantivos masculinos, femeninos y neutros. Y los adjetivos de
segunda clase declinan por la tercera declinación. También hay algún que otro
participio que declina por la tercera. Como si fuera poco, la tercera presenta
algunos temas aislados que parecieran seguir sus propias reglas. Y, además,
así como hay grupos consonánticos y “sonánticos” (es decir, de tema en “-i”)
también hay mixtos, es decir, que combinan características de uno y otro
grupo.

La semana próxima estaremos abordando la tercera declinación


consonántica. Y hoy vamos a comenzar por lo más fácil: los sustantivos de la
tercera declinación de tema en -i.

Recordaremos el panorama que teníamos con la primera y la segunda


declinación. Partimos de la base que, para poder identificar las declinaciones,
tenemos que tener en cuenta la desinencia del genitivo. Dado que los
nominativos pueden variar, lo que no varía es el genitivo. Ninguna desinencia
de genitivo es igual entre una y otra declinación: el de la primera es /-ae/ y el
de la segunda es /-ī/. ¿Qué pasa en la tercera declinación? Debemos tener claro
cuál es el genitivo, pues nos perderemos entre los diferentes modelos. El
genitivo de la tercera es siempre /-ĭs/, ya sea entre los temas consonánticos, los
de tema en -i, sea mixto o tema aislado.

Una característica sobresaliente de la tercera declinación es que no


existe una relación simétrica entre nominativo y genitivo, puede haber
alteraciones de timbre vocálico, cambios de consonante, etc. Por ello es que,
en muchas oportunidades, el diccionario les da el genitivo y, a partir del
genitivo, los remite al nominativo y pueden, entonces, encontrar la palabra.
Esto no se da en todos los casos, pero sí en ocasiones donde la variación entre
el nominativo y el genitivo es sumamente asimétrica.

Notarán la importancia del caso genitivo, sobre todo en esta declinación.


Entonces, lo que ustedes no tienen que olvidar es que el genitivo de la tercera
es /-ĭs/.

En la página 8 de la ficha teórica hemos colocado los distintos modelos


con que nos podemos encontrar en los sustantivos de tema en –i. Veremos
también que algunos de los adjetivos de segunda clase van a seguir este
modelo. Por eso es importante presentarlo antes. Una vez que hayamos
presentado el tema en -i podremos valernos de algún que otro adjetivo, tal
como hicimos con los de primera clase, y luego los sistematizaremos de
manera completa.

Entre los sustantivos de tema en –i nos podemos encontrar con lo


siguiente:

* Sustantivos que presentan el nominativo en /–is/ (muchos de ellos


masculinos) y el genitivo en /-is/. El modelo que encuentran en la ficha es
civis, civis.

Civis es una palabra fundamental para una ciudad como Roma, y creo
que para cualquier estado. Estoy utilizando un concepto anacrónico, porque el
concepto de estado no es un concepto que aparece en el mundo antiguo. Civis
significa “ciudadano”. Nosotros ponemos una /-v-/, pero sabemos que es una
/-u/; entonces, nos encontramos con la raíz que aparece en “ciudad”,
“ciudadanía”, “ciudadanos” y “civilidad” donde reaparece el sonido
labiovelar.

Observen la simetría que se da, en este caso, entre el nominativo y el


genitivo. Por eso empezamos por los temas en –i: son más fáciles de visualizar
en lo que respecta a la relación de nominativo y genitivo.

* Sustantivos que en el nominativo presentan la forma /-es/. El modelo


que tienen en la ficha es sedēs, sedis (“sede”, “lugar de asentamiento”). La
mayoría de estos sustantivos son femeninos. Nos encontramos con sustantivos
como vulpes (“zorra”), nubes (“nube”).

* Sustantivos que, originariamente en el nominativo, presentaban tema


en /-ri/. Esto nos hace recordar a los sustantivos de la segunda declinación de
tema en /-ro/ que, por efecto del samprasarana, terminan vocalizando una /e/.
Este tema en /-ri/ nos remite a sustantivos como imber, imbris. Se cumple algo
semejante a lo que veíamos en ager, agri o magister, magistri.

Ustedes se preguntarán cómo distinguir imber de magister, ya que


terminan igual. Para dirimir este problema, debe tenerse en cuenta el genitivo.
Con el genitivo no hay duda alguna.

* Sustantivos que suele considerárselos como de tema –i puro. El


modelo que tienen en la ficha es securis, securis (“hacha”).

¿Por qué sustantivos de tema en –i puro? Porque esa /i/, que es arcaica,
se va a mantener prácticamente a lo largo de toda la declinación. Inclusive en
algunos casos de la declinación donde aparece una /e/, estos sustantivos de
tema en –i puro mantienen su vocal originaria. Da la casualidad que hay una
serie de términos técnicos, por ejemplo referidos a la navegación, que han
mantenido la /i/ a lo largo de toda la declinación.

* Sustantivos neutros que, en el nominativo, presentan nominativo en /-


ĕ/ breve. Por supuesto, dado que es neutro, nominativo, vocativo y acusativo
serán iguales. El modelo que la gramática da es mare, maris.

Entre los neutros de tema en -i, hay otro modelo en la ficha: anĭmal,
animālis. Son sustantivos neutros que presentan un nominativo en /-ar/ o /-al/.
Un caso de nominativo en /-ar/ es calcar, calcāris (“espuela”). En estos
sustantivos neutros hubo una /-e/. Pero como es una /e/ breve, ante la
presencia de las liquidas (las consonantes /l/ y la /r/), cae.

El tipo de variaciones de cantidad que se da en las vocales del


nominativo y genitivo, de las que anĭmal, animālis es un ejemplo, será una de
las características de la tercera declinación. Este es el primer problema que
presenta la tercera: la alternancia de cantidad, a lo que se suman los cambios
de timbre vocálico, nos obliga a cambiar la silaba donde se acentúa el
nominativo a diferencia del genitivo.

¿Alguna duda con respecto a esta sistematización?

Estudiante: No termino de entender por qué el nominativo de imber es


de tema en /-ri/.

Profesora: Esto es exactamente igual a lo que vimos en la segunda


declinación de tema en /-ro/.

Si partimos de la base que el nominativo pudo haber sido imbrĭs, siendo


la /i/ breve, la presencia de la /r/ hace que caiga. Entonces, se forma /-rs/. Esa
/s/ termina asimilándose, a su vez, a la /r/, dando lugar a una doble /-rr/. Ante
la imposibilidad de cualquier tipo de pronunciación de la doble /-r-/, esta se
silabiza y se convierte en una /-e/, dando lugar al nominativo imber.

imbrĭs > imbrs > imbrr > imber

Pero, nuevamente, tenemos la posibilidad de construir un grupo


consonántico. Así como en magister, magistri nos encontramos con la
conformación del grupo /tr/, en estos casos ocurre exactamente lo mismo /br/.

Todos estos son los modelos de tema en –i. Ahora veremos por qué se
llaman así. Podemos presuponer que es de tema en –i porque esa –i está en el
nominativo, aunque tenemos la variante de sedes, vulpes, nubes. Entre /i/ y /e/
hay una cercanía en lo que hace a la emisión de ambas vocales.

Si alguien ha cursado Latín en otra cátedra o ha tenido Latín en la


escuela secundaria, quizás haya escuchado la siguiente clasificación entre
parisílabos e imparisílabos. Se dice que todos los modelos de tema en –i son
parisílabos porque presentan la misma cantidad de sílabas en el nominativo y
en el genitivo. Llamarlos parisílabos es una regla mnemotécnica. Pero en
animal, animalis nominativo y genitivo no tienen la misma cantidad de
sílabas. Por lo tanto, la regla no se cumple en todos los ejemplos y en todos los
modelos. Lo mismo sucederá cuando comencemos a trabajar con los modelos
consonánticos. Esto que aparentemente sirve para simplificar, puede terminar
complejizando.

Vamos a tomar civis, civis como modelo.

El nominativo singular será civis. Pero en realidad la desinencia del


nominativo es /-s/. Esto será sumamente importante tenerlo en cuenta cuando
aprendamos los sustantivos de tema en consonante. Entonces, la raíz de civis
incluye la /i/: /civi-/. Por supuesto que esa /i/ que es breve puede cambiar en
otros casos, pero la variación de esa /i/ no será a cualquier vocal sino que será
en /e/. Anticipo que la variación de /i/ a /e/ se debe a la influencia del grupo
consonántico.

El vocativo singular es igual al nominativo singular: civis. Aclaro que en


la tercera declinación, cualquiera sea al grupo al que pertenezca, nominativo y
vocativo son iguales.

En el acusativo singular advertiremos la primera variante de la /i/ breve.


Sabemos ya que los acusativos singular de los masculinos y femeninos de
cualquier declinación tienen desinencia /-m/. Esto no cambia en la tercera. La
única variante es que en lugar de /-im/ tendremos /-em/: civĕm. Esa es una
influencia del grupo consonántico. Luego veremos si esto es así en todos los
modelos del grupo “sonántico” o en -i.

Originalmente, los sustantivos de tema en –i mantenían la /i/ a lo largo


de toda la declinación. Pero en un determinado momento la influencia de otras
leyes morfológicas, posiblemente la influencia del grupo consonántico que es
más numeroso en cantidad de palabras, cambió la /i/ del acusativo en /e/.

El genitivo singular ya sabemos que es civis. La gramática nos dice que


primitivamente esa /i/ era una /e/, pero no nos vamos a complicar con esto que
ya bastante complicada es la tercera declinación.

El dativo singular es civī, con la /-i/ larga. Eso proviene de un diptongo


primitivo /-ei/.

El ablativo singular es civĕ. Esa /e/ es breve: esto es muy importante


porque es otra de las influencias del grupo consonántico. Estoy adelantado
ciertas cosas respecto a la declinación de ese grupo. Inicialmente, el ablativo
singular de los sustantivos de tema en –i debe haber sido /-īd/, pero por
influencia del grupo consonántico se convierte en una /e/ breve.

Esto quiere decir que acusativo y ablativo singular recibieron influencia


del grupo consonántico y perdieron su /i/ primitiva.

El nominativo plural es civēs. Nosotros, en castellano, tenemos plurales


de esta naturaleza, sobre todo en adjetivos: “fuerte”, “elegante”, “valiente”.
Esa /-e/ nos demuestra que son palabras que en Latín pertenecieron a la
tercera. Un adjetivo como “acre” es uno de los adjetivos que se declina por la
tercera declinación y pertenece a los adjetivos de segunda clase.

El vocativo plural es igual al nominativo plural: civēs. Y el acusativo


plural también es igual: civēs. Pero cuidado: los sustantivos de tema en -i
pueden recuperar en el acusativo plural su /i/ originaria. Es decir que podría
formar civis. Esto es una tendencia arcaizante que se da varios autores.

Un autor con el que estuvimos trabajando, junto a docentes y adscriptos


de la cátedra, es Lucrecio, autor del siglo I a.C. Es un filósofo, es un poeta.
Lucrecio presenta características arcaizantes en su lengua. La cantidad de
veces que aparecen los acusativos plurales en /-is/ es notable. Sepan que en la
poesía latina el gran primer poeta es Ennio, autor arcaico. Lucrecio considera
que continúa con esa tradición y quien se inspira también en ella es Virgilio.
Virgilio muchas veces utiliza acusativos plurales de tercera declinación en /-
is/. De modo que no dejemos de tenerlo en consideración.

De cualquier manera, a la hora de declinar, cives será la norma.


Ahora, lo más importante: el genitivo plural. Si hay un caso que
identifica a los sustantivos de tema en –i es el genitivo plural. A este caso lo
van a destacar con luces de neón. El tema del sustantivo es /civi-/. Ahora,
¿cuál es la desinencia original del genitivo plural? Es /-um/.

Recuerden que la desinencia del genitivo plural, cualquiera sea la


declinación es /-um/. Que hayamos visto /-arum/ y /-orum/ en la primera y
segunda declinación es una analogía con respecto a la formación de los
pronombres demostrativos.

Entonces, el genitivo plural de un sustantivo de tema en –i es /-ium/. La


/i/ se mantiene. Esta será la diferencia sustancial de los sustantivos de tema en
–i frente a los sustantivos de tema en consonante. En consecuencia, el genitivo
plural de civis es civium.

El dativo y ablativo plural tendrán la misma desinencia: /-bus/. Es una


desinencia que encontramos cuando hay que diferenciar “a los dioses” de “a
las diosas” o “con los dioses” o “con las diosas”: no decimos deis para
referirnos a las diosas sino que decimos deabus; /-bus/ también es la
desinencia de dativo y ablativo plural no solo en la tercera sino también en la
cuarta y la quinta declinación.

¿Alguna pregunta?

Estudiante: ¿En el genitivo plural, entonces, siempre aparece la /i/?


Profesora: Si, en los sustantivos de tema en –i, porque la /i/ forma parte
del radical.

Pasemos ahora al modelo imber, imbris,que significa “lluvia”, tal como


aparece en la ficha.

Nos encontramos aquí con el mismo problema que en magister,


magistri. Nominativo y vocativo serán iguales, imber. Pero, ojo con el
acusativo. Insisto en que, por esto, en algunas gramáticas ponen primero el
nominativo y luego el genitivo. El acusativo singular será imbrem. No cambia
lo que hemos visto en el caso de civis, pero hay excepciones.

En la ficha, junto a la declinación de imber, -bris, nos encontramos con


la declinación de securis. Dijimos que securis es un sustantivo de tema –i
puro.
¿Qué diferencias se advierten en el acusativo y ablativo singular? No
cambia la /i/ por la /e/ en acusativo y ablativo singular; en plural, se advierten
dos formas para el acusativo. Por eso le decimos de tema –i puro.

Ernout organiza la declinación de la tercera de tema en –i sobre la base


de la palabra puppis (“popa”). Hemos dicho que hay palabras técnicas, en este
caso, procedentes de la navegación, que han mantenido la /i/.

A la hora de declinar, si tienen por ejemplo que hacer una declinación


conjunta, siguen la regla. Lo que aparezca en el texto, lo resolveremos. Pero a
la hora de declinar, siguen la norma porque la gramática tiende a
homogeneizar.

Estudiante: A la hora de declinar, ¿cómo puedo hacer para diferenciar


si es de tema –i puro o con nominativo en /-is/?

Profesora: El diccionario presenta algunas formas con -i. Por ejemplo,


la palabra tussis (“tos”) es una palabra que mantiene la /i/ a lo largo de toda la
declinación. Lo mismo sucede con turris, turris. Pero no se asombren si en un
texto aparece turrem.

Por último, los neutros:

¿Qué diferencias pueden mencionarse con respecto a los otros


sustantivos?
.El ablativo singular en /-i/. El dativo y el ablativo singular son iguales:
en /i/ larga. Luces de neón a esto también. Estas son las conclusiones a las que
pretendo que lleguen. Retoman el carácter primitivo de la declinación.

.El nominativo, el vocativo y el acusativo plural mantienen la /i/. Esto


también es para ser destacado.

Estudiante: Me quedó una duda con civis. Dijo que la /-i-/ forma parte
del radical. ¿Eso sucede en todos los casos?

Profesora: Te diría que sí. La alternancia de la /e/ y la /i/ proviene del


grupo consonántico. La semana próxima veremos que, en los sustantivos de
este grupo, el radical termina en una consonante. Pero, ¿cómo leeríamos una
palabra terminada en consonante unida a una /-m/? No se puede. Entonces,
hay que incluir una vocal de unión. El problema con el que nos vamos a
encontrar en el grupo consonántico es cuando la raíz termina en una dental y
se le suma la desinencia /-s/ propia del nominativo. Esa /-i-/, con la variante de
/i/ a /e/, siempre va a aparecer. Por eso, para comenzar la tercera declinación
es más fácil hacerlo a partir del tema en -i.

Vamos a leer las observaciones que tienen en la ficha teórica en el punto


4.2.3.:

1) Los sustantivos iuvenis,-is; senex,-is; vates, -is, y canis,-is forman el


genitivo plural en -UM: iuvenum, senum, vatum, canum al igual que los
sustantivos consonánticos.

Iuvenis significa “joven”. Canis, “perro” y senex termina en /-x/. La


gramática lo sistematizó así, pero yo no sé si no habría que ubicarlo entre los
del grupo consonántico. Senex es “anciano”, “viejo”; de ahí “senectud”,
“senado”.

Les dije que los sustantivos que hacen el nominativo en /-es/ son en
general de género femenino, pero vates es masculino. Es muy difícil pensar
que una mujer fuera un vates. Nosotros lo hemos encontrado en un poema de
una poetisa cristiana del siglo IV d.C., Faltonia Proba. Ella se dice a sí misma
vates. Ustedes deben haber escuchado en castellano esa palabra. ¿Qué es un
vates? Es el que interpreta el oráculo, el que interpreta la palabra de los dioses,
de ahí la palabra “vaticinio”. “Vaticinio”, además, presenta la raíz del verbo
cano (“cantar”), entonces es “cantar la palabra sagrada”. El poeta se dice a sí
mismo que es un vates. Faltonia Proba toma a Virgilio a través de un centón -
tipo textual que, a través de “pedacitos” de un texto, se formaba un nuevo
texto (Elliot hace un centón en La tierra baldía)- para reescribir el Antiguo y
el Nuevo Testamento. Y ella se dice a sí misma vates, a pesar de que algún
crítico dice que no cierra que una mujer se diga a sí misma vates. Porque las
mujeres no tenían carácter oracular, a pesar que en alguna de las leyendas
míticas de la fundación de Roma (quienes sigan Latín II verán esto) la madre
de Evandro -rey de los arcadios, al que Eneas entrevista para que lo apoye en
su lucha contra los pueblos itálicos- había tenido carácter oracular.

Estudiante: Entonces, es al revés de Grecia porque las sibilas…

Profesora: Pero esas son sibilas. No es lo mismo: una cosa es ser una
sibila y otra cosa es ser un vates. Es un oficio propio del varón, no cualquiera
es un vates. También hay sibilas en el mundo romano. La Sibila de Cumas es
la que lleva a Eneas al inframundo, pero esto es una influencia griega. Los
romanos no tienen mujeres que interpreten los oráculos, estas son venidas de
Grecia.
Continuamos con las observaciones. Entonces, iuvenis, senex, vates y
canis forman el genitivo plural en /-um/: iuvenum, senum, vatum, canum. Un
profesor de esta casa, el Dr. Vaccaro, decía que “madre, padre, hermano,
hermana, joven, perro” forman parte de la misma familia y hacen el genitivo
plural en /-um/. Esto entonces se cumple.

La última observación:

2) Los sustantivos mensis,-is; sedes,-is; apis,-is pueden formar el


genitivo plural en -IUM / -UM.

Esto es porque se trata de una declinación que está en fluctuación.

Y, un poco más arriba en la ficha, tienen otra observación:

3) Tienen acusativo en -IM y ablativo en -I: sitis,-is; tussis,-is; febris,-is;


pelvis,-is, etc.

Sitis significa “sed”, tussis significa “tos”, febris es “fiebre” y pelvis es


“pelvis”.

Estudiante: Sobre la observación 2. ¿Cómo sé cuándo forman el


genitivo en /-ium/ y cuándo en /-um/?

Profesora: Si te toca en una declinación y te acordás, ponés los dos. Y


si no, hay que basarse siempre en la regla: la regla dice que el genitivo de
tema en /-i/, es /-ium/.

Ahora, vamos a hacer una oración, la oración 2 del punto C de la ficha


de ejercitación. Pertenece a una tragedia de Séneca, dramaturgo, filósofo del
siglo I d.C. Fue uno de los cultores del estoicismo, que aparecerá su influencia
en la Modernidad a través del teatro shakesperiano.
Vincam saevos tigres.

¿Hay o no verbo?

Estudiante: No.

Profesora: ¿Ninguno se “juega” por algún verbo?

Estudiante: Podría ser vincam.

Profesora: Podría ser otra cosa, ¿no? ¿Vincam tiene terminación de


verbo? Sí, la /-m/. Entonces, ¿qué podría ser con la /-m/ final? ¿Qué persona?
Primera persona del singular.

Se puede haber pensado en vinca, -ae; pero no, no es un sustantivo de la


primera declinación. Es un verbo. Encontramos la desinencia /-m/ propia de
una primera persona del singular. Si seguimos hacia la izquierda, hallamos
una /-a-/.

¿Podría ser pretérito imperfecto? No, porque no aparece el formante /-


ba-/

Entonces, es futuro imperfecto. ¿Dónde está la clave del futuro?


Evidentemente, la /a/. La base es /vinc-/. ¿Qué tendremos que agregar para
buscar este verbo en el diccionario? La /-o/.

La forma vincam es primera persona del singular, futuro imperfecto del


modo indicativo, del verbo de la tercera conjugación vinco, vincis, vincere.

En el verbo vinco hay un infijo que marca su pertenencia al “infectum”,


se trata de la /-n-/. Créanme que, cuando veamos el perfecto, esa /n/ no estará.
Vinco significa “vencer”.
No hay sujeto expreso en la oración. Pero el sujeto está en el verbo: en
verdad este es un ejemplo de sujeto desinencial. Es un sujeto desinencial
porque la /-m/ es la desinencia de primera persona y con eso es suficiente. El
de la tercera persona no es sujeto desinencial, porque la tercera persona es la
“no persona”, no es ni yo ni tú.

El verbo vinco, además, es un verbo transitivo. En consecuencia, saevos


tigres ¿en qué caso está? En acusativo plural. No hay dudas.

El diccionario les “dirá” que tigres se enuncia tigris, tigris (puede


presentar otro genitivo).

Saevos, ¿qué clase de palabra es? Un adjetivo.

¿Cómo se enuncia? Se enuncia saevus, -a, -um, que significa “cruel”,


“salvaje”.

Saevos tigres: acusativo plural masculino. Entonces, ¿cuál será la


función sintáctica de estas dos palabras? Objeto directo, donde saevos es
atributo y tigres, núcleo.

_______PVS________

Vincam saevos tigres.

VN Atrib. N

_____OD____

Traducimos: “Venceré a los salvajes tigres”.


Vimos, entonces, cómo funciona una palabra de tercera declinación.

Una última cosa. Una compañera me preguntó por algo que apareció en
la práctica general. La oración dice lo siguiente:

Antiqui populi deis deabusque magna templa struebat.

No tenemos mucho tiempo hoy, retomaremos esto la clase próxima.,


pero quiero mostrarles una cosa. Fíjense en la construcción deis deabusque.
Remarco /-que/. Señalo que se trata de un /-que/ enclítico: esto significa que se
adjunta a la palabra anterior. Se adjunta porque es átono, es decir no tiene
acento. Cada vez que aparece un /-que/ enclítico hay que acentuar la palabra
de manera grave.

Por otro lado, /-que/ enclítico es una conjunción coordinante copulativa.


En realidad, es un et. Para que se hagan a la idea de cómo funciona, para que
vean qué elementos está uniendo, piensen que el et se ubica entre deis y
deabus. Es decir: deis deabusque es lo mismo que decir deis et deabus.

Esto es muy frecuente en Latín, de modo que tienen que estar muy
atentes y hacer esta transposición. Si no, van a cometer errores con los
elementos que está coordinando el /-que/ enclítico. Siempre hay que tener en
cuenta que el /-que/ enclítico se pospone a la segunda palabra de la
construcción que está coordinando. Entonces, el martes empezamos con esta
oración.

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